El Dogma de La Conciencia

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EL DOGMA
DE LA

LIBERTAD DE CONCIENCIA

OPÚSCULO RADICAL
POR

CHRISTIAN DAM

Jefe Fundador de la Liga de Libre Pensadores del Perú,


Ex Gran Maestre de la M.R: Gran Logia del Perú

Lima— Perú
Imp. Liberal, (Unión) Boza N. 335

1905

Reimpreso por
2

ILVEOR EDICIONES DIGITALES


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2018
Christian Dam
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INDICE
Christian Dam y la Lima antigua 05
El Dogma de la Libertad de Conciencia 07
Capítulo I 12
Capítulo II 16
Capítulo III 20
Capítulo IV 23
Capítulo V 29
Capítulo VI 33
Capítulo VII 38
Descripción situacional del Anarquismo y
Anticlericalismo en el Perú 1886-1912 43
Anexo Memorial “Jesuitas en el Perú”
Introducción 59
Memorial 62
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Christian Dam y la Lima Antigua
Antes de presentar esta obra, que se dedica por
completo a Christian Dam, es necesario mencionar que fue
un próspero médico dentista, donde su consultorio estaba
ubicado en pleno centro de Lima; en ese entonces en el
exclusivo Jirón de la Unión.
A continuación un grabado de la esquina de Mantas (actual
Jr. Callao) y Mercaderes (actual Jr. de la Unión).
No solo el Dr. Dam había colocado un letrero en la parte
superior, sino un curioso “diente” colgante. Marketing de la
época.

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Un aviso publicado en el periódico, donde menciona que el
ingreso era por el Jr. Mantas # 7 (altos).

Fotos extraídas de la Revista “El Perú Ilustrado”.


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EL DOGMA
DE LA

LIBERTAD DE CONCIENCIA

PROLOGO
El dogma de la libertad de conciencia es la conquista moral
de las naciones cultas, y es por consiguiente, la única religión
posible para la humanidad, que tiende a emanciparse de los
sofismas y embustes de las religiones reveladas.
El hombre es un Ser sensible, inteligente, racional y social,
que en todos los instantes de su duración, anhela
incesantemente por su conservación y felicidad, que las
religiones adulterando y falseando los dogmas de la verdad,
la Justicia y la Libertad, hayan esclavizado las ciencias con el
establecimiento de ídolos espirituales y materiales,
haciendo un comercio ilícito con la ignorancia y la
credulidad del pueblo, A pesar de la variedad prodigiosa,
dice el Barón de Holbaeh, que se observa entre los
individuos de la especie todos tienen una naturaleza
común; que no se contradice jamás, No hay hombre qué no
se proponga algún bien en todos los instantes de su vida,
ninguno hay que por los medios que supone los más
acertados, no busque la felicidad, y huye de las penalidades.
De aquí el abuso que han hecho las religiones reveladas,
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cuyos monstruosos errores destruye la labor admirable de


la libertad de conciencia, o sean las máximas y doctrinas del
libre pensamiento,
Es verdad, que muchas veces nos engañamos en fin en los
medios por no consultar o conocer a fondo el dogma de la
libertad de conciencia.
La superstición y el error de las religiones reveladas, son las
verdaderas causas de los extravíos de los hombres y de las
desgracias que ellos mismos se acarrean,
Por no haberse formado ideas ciertas de la naturaleza del
hombre, las religiones reveladas han calumniado y
aprisionado la Razón, y han dado a la humanidad fabulas y
romances en lugar de la verdadera historia del hombre,
siendo para ellos la voz Naturaleza, una palabra vaga,
insignificante y hasta sin sentido común, Más, como el
dogma de la libertad de conciencia, es la Moral en acción, es
necesario que desde un principio nos formemos ideas
verdaderas y exactas de lo que es la MADRE NATURALEZA,
para apreciar la grandeza y exactitud de los dogmas en que
se apoya el libre pensamiento.
Para conocer al hombre, decimos con el Barón de Holbaeh,
no es menester que investíguenos, como lo han hecho otros
libres pensadores, con una Metafísica incierta y engañosa,
las deleznables bases en que se apoyan las religiones
reveladas, y particularmente la llamada católica, Apostólica
y Romana; nosotros buscamos la verdad en el terreno
mismo de esa Naturaleza inmortal creadora, reproductora y
conservadora; calumniada por todas las religiones
reveladas.
Manifestado esto, el dogma de la libertad de conciencia
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llama naturaleza en el hombre al conjunto de cualidades y


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propiedades que constituyen su ser, que son Inherentes a su


especie. Sin remontar hasta el origen que produce en el
hombre la sensación y el acto de pensar, basta saber,
tratando del libre pensamiento, que todo hombre siente,
piensa, obra, y busca su bienestar en todos los instantes de
su vida: estas son las cualidades que constituyen la
naturaleza humana, y que se hallan constantemente en
todos los individuos de nuestra especie, sin que haya
necesidad de saber más para descubrir la nulidad y falsedad
de las religiones reveladas.
Las reflexiones profundas y continuas sobre los respetos
inmutables y deberes de la Moral libre pensadora, los
dogmas que pueden ilustrar la consciencia, y mostrar al
hombre lo que debe hacer o evitar para emanciparse de las
falsas doctrinas y creencias de las religiones reveladas.
La libertad de conciencia es nula, o poco menos que esclava
del oscurantismo en las sociedades o poblaciones donde
predican y dominan las instituciones religiosas, compuestas
de clérigos y frailes; aquí porque los pueblos católicos son
ordinariamente el centro y abrigo de los fanáticos, y de los
negociantes de sotana y hábito.
La conciencia en sus inefables dogmas solamente habla a los
que protestan de los sofismas y embustes de las religiones
reveladas. Un hombre educado en la libertad de conciencia,
es un recto juez de sus propias acciones, que se condena
cuando ha cometido alguna acción que puede alterar los
sentimientos, que quisiera excitar en aquellos, cuya
estimación y cariño son necesarios su felicidad; que se
avergüenza, se confunde y arrepiente, si alguna vez llega a
obrar mal: que se observa, en fin y se corrige temeroso de
experimentar en adelante estos afectos dolorosos que le
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obligan al aborrecimiento de si propio; porque se mira


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entonces con los mismos ojos con que demás lo miran. Todo
nos prueba que la conciencia lejos de ser una cualidad innata
adherente en la naturaleza del hombre, que no esté
preparado y educado para el libre pensamiento, es solo fruto
de la experiencia, de la imaginación guiada por la razón, del
hábito de rechazar como absurda toda religión revelada, de
la atención que debe prestarse a la Moral, basada en la
libertad de sentir, creer y pensar en materias religiosas,
La libertad de conciencia es la recompensa del trabajo y la
virtud, y consiste en la seguridad de que no es el hombre
esclavo de la superstición fanática y explotación de ninguna
religión revelada,
La moral del dogma de la libertad de conciencia, fundada en
la Naturaleza, no tiene medicina para curar las llagas
cancerosas de la idolatría de las religiones reveladas, por eso
tiende a combatir sus errores, para que sean cuerdos y
felices en la práctica de los dogmas de la libre razón
emancipada del oscurantismo religioso.
El dogma de la libertad de conciencia, es en el mundo la
piedra de toque de su progreso y civilización. Este dogma
promete en la vida presente recompensas sensibles a todo
hombre virtuoso; y amenaza al perverso con castigos
visibles y seguros y sus sentencias confirmadas por la
sociedad, reciben una nueva fuerza de la autoridad de las
leyes radicales en países donde el Liberalismo gobierna. De
aquí se sigue, que la libertad de conciencia de acuerdo con la
Moral, prohíbe condenar a los hombres por opiniones
respecto las religiones reveladas; cuya falsedad está de
manifiesto.
Sin embargo, nada ha costado más sangre y lágrimas a las
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naciones que el engaño de las religiones reveladas; y


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tratándose del catolicismo, sacerdotes ambiciosos han


querido dominar el Universo y establecer su imperio sobre
los pensamientos modernos de los hombres,
Los fanáticos é impostores que fomentaban y protegían la
ambición de los sacerdotes citados, se atrevieron a decir,
que la causa de su religión se debía defender a sangre y
fuego, y de aquí esas nefastas y crueles guerras religiosas
que han asolado poblaciones y traído la ruina y la desolación
de ellas.
Unas doctrinas tan bárbaras inhumanas han hecho conocer
que las religiones veladas, tal como la católica, apostólica y
romana, son obras de tiranos, impostores y perturbadores
de la tranquilidad y el progreso universal, y que los
sacerdotes son unos seres perversos, coaligados para
esclavizar y bestializar al género humano.
Pero sea cual fuese en este caso la duda o la incredulidad;
sean cuales fueren las opiniones de los hombres acerca de la
naturaleza, de las Religiones reveladas y de sus falsos
ministros, estas opiniones no cambian ni alteran en nada las
que deben formarse sobre la moral de la libertad de
conciencia, ampliar las que ligeramente esbozamos en este
prólogo, es el objeto y plan de esta obra y probando así, que
la libertad de conciencia es el dogma de los hombres libres,
que viven para la unión, el trabajo y la felicidad de especie a
que pertenece, Si nuestro débil trabajo contribuye a
emancipar la razón de las tinieblas é idolatrías de las
religiones reveladas, quedarán ampliamente satisfechas las
modestas operaciones de nuestra propaganda en pro de la
libertad de conciencia, que es la verdadera y única
redención humana.
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Christian Dam
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CAPÍTULO PRIMERO
DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE EN SOCIEDAD, SEGUN LA
LIBERTAD DE CONCIENCIA
Entendemos por libertad de conciencia la práctica de la
virtud, cifrada en el amor a la humanidad, trabajando
infatigablemente por emanciparla de las funestas doctrinas
del clericalismo, que tienden a esclavizarla y a degradarla
hasta el punto de negarle, al libre examen en materias
religiosas.
De aquí que el clero, titulándose el encargado de guiar a los
hombres a una fidelidad que no existe, haya establecido un
divorcio total entre la libertad de conciencia y el progreso de
la humanidad.
La libertad de conciencia, que no puede ni debe aceptar todo
lo que no esté fundado y explicado por la Razón, solo tiene
un dogma que proponer al hombre y este es el amor a la
justicia y el amor al trabajo por el culto de la caridad y la
filantropía.
La moral hablando con propiedad, establece el destierro de
toda superstición o fanatismo, como perturbadores de la paz
de las conciencias, como las religiones reveladas son las que
alejan al hombre de llenar sus semejantes las augustas
funciones de la Naturaleza, principio y fin de todas las
acciones humanas.
La justicia es la base del amor y la caridad, y las religiones
reveladas, no hacen otra cosa que oponerse a los triunfos
que alcanza en el terreno de las investigaciones racionales.
La justicia es la voluntad habitual y permanente de
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mantener los hombres en posesión de todos sus derechos, y


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de hacer de ellos útiles a sí mismos y sus semejantes.


El dogma de la libertad de conciencia establece como
principio regulador del progreso y civilización, el amor al
trabajo y la abjuración de toda doctrina religiosa, que tiende
a hacer de la especie humana los feudos y vasallos de cierta
clase privilegiada, que se llama clericalismo.
El dogma de la libertad de conciencia, que protesta de las
victimaciones que hace a la razón las máximas clericales,
establece el libre uso de su voluntad y de las facultades que
le concede la Naturaleza para procurarse los objetos
necesarios a su felicidad.
En el estado civil, el trabajo por medio de la labor intelectual
o material, tiene perfecto derecho para conservarse y lograr
su bienestar, porque en ese estado nadie ofende, sino es al
clericalismo que trata de dominarlo y avasallarlo con el
poder de sus falaces doctrinas.
Sin embargo, en ese mismo estado civil, están limitados por
la razón, que le prescribe no usar de sus facultades sino de
un modo conforme a su conservación y a su felicidad
verdadera y es por esto porque trata de alejarlo del falso
culto de las religiones reveladas, verdadera carcoma del
progreso y del bienestar positivo de las naciones.
Todo ser inteligente y racional debe ser justo consigo
mismo: sus obligaciones en este punto están definidas por la
Naturaleza, pues no usar sino abusar de sus derechos al
dañarse a sí mismo voluntariamente, como lo hacen los
fanáticos con ayunos, disciplinas y penitencias de Iglesia,
como lo prescriben, mandan y aconsejan clérigos y frailes.
En el estado de sociedad perfecta, sin las influencias
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tenebrosas del catolicismo decadente, supersticioso y


fanático, los derechos de los hombres basados en el dogma
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de la libertad de conciencia, están limitados por la Justicia la


cual les enseña que deben obrar de un modo conforme al
bienestar de la sociedad, cuyo interés general es el mismo
que el particular de sus miembros. Todo hombre, que vive
en sociedad, no de clérigos, se entiende, injusto, si el
ejercicio de sus derechos propios, o de su libertad de
conciencia dañase a los derechos, a la libertad y al bienestar
de sus consocios. Es así que los derechos del hombre en
sociedad consisten en el uso de su libertad, conforme la
justicia que debe a los conciudadanos.
La justicia, según el dogma de la libertad de conciencia, no
quita al hombre la libertad o la facultad de trabajar por su
propia felicidad, le impide solamente el ejercitar este poder
de un modo dañoso a los derechos, de los otros, como lo
hacen los clérigos católicos, los cuales la sociedad está
obligada defender, esto supuesto, la libertad del hombre en
lo social o civil, es el derecho que cada ciudadano puede
ejercer sin causar perjuicio a los demás, lo que no sucede con
el clericalismo porque este ataca todos los derechos bajo la
máscara de santidad que se le atribuye. El uso del poder que
perjudique a otros, como los clérigos con las contribuciones
y gabelas eclesiásticas, como pago de bautizos, matrimonios,
y sepelio de cadáveres, es completamente injusto, y se llama
SACRO CATOLICO APOSTOLICO Y ROMANO. Cada hombre,
no consultando sino su propio interés en el dogma de la
libertad de conciencia, rechazara toda imposición o gabela
clerical, porque es injusto, tanto más, que sirve para dar
tributo a hombres ociosos y corrompidos„ que no tienen
otra industria que engañar bobos, con la mentirosa y
fetichista administración de sacramentos.
Con las leyes del dogma de la libertad de conciencia la
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sociedad arregla las acciones de sus miembros, que no sean


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clérigos ni frailes, impidiendo que se dañen recíprocamente.


Las leyes que sanciona el dogma de la libertad de conciencia
con la voluntad de la sociedad civil, o las reglas de vida que
prescribe a cada uno de sus miembros laicos, para que
observen entre sí los deberes que la justicia les impone, o
para que no se turben los unos a los otros en el uso y
ejercicio de sus facultades morales de las que, tan cínico
abuso hace el clericalismo en todos los países y en todos los
tiempos. De aquí el desprestigio, aniquilamiento y ruina de
las instituciones Monásticas.
Las leyes según el dogma de la libertad de conciencia, son
justas en cuanto mantienen cada miembro de la sociedad
exento de las gabelas y contribuciones eclesiásticas; cuando
lo preservan, cuando facilitan todos el derechos y el uso de
la libertad personal, y el goce de los bienes accesorios
conservación y felicidad.
Estos son los objetos que la sociedad, obedeciendo el dogma
de la libertad de conciencia debe asegurar igualmente a
todos sus miembros útiles. Su autoridad en ellos tiene por
base las ventajas que les proporciona la libertad de
conciencia: la autoridad es justa, cuando es conforme al fin
de la sociedad esto es, cuando trabaja por librar la
humanidad de embustes y tiranías de clérigos y frailes.
En cl curso de esta obra tendrá el lector oportunidad de ver
las excelencias de la libertad de conciencia, en el progreso y
la civilización: libertad que está llamada a destruir las
sensualidades de las religiones reveladas que tienden al
retroceso y fin la servidumbre de los pueblos.
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CAPITULO SEGUNDO
LA LIBERTAD DE CONCIENCIA CON RELACIÓN AL
EMBUSTE RELIGIOSO LLAMADO “PECADO ORIGINAL”
La libertad de conciencia es el acto de tributar a la Moral el
culto que le tiene marcado la Naturaleza. De aquí la
inutilidad y la falsedad de las religiones reveladas, que
tienden a esclavizar la razón con adoraciones reliquistas, de
las que solo aprovechan los que han hecho del sacerdocio,
una Carrera de usura y comodidad.
La Historia presenta en las religiones reveladas, el culto de
las pasiones y la negación de la libertad de conciencia. De
aquí es que la CATÓLICA haya establecido el absurdo
religioso del pecado original. Y su trasmisión o herencia
atávica a todos los mortales.
EL PECADO ORIGINAL tal como lo define la religión llamada
APOSTÓLICA Y ROMANA es la calumnia más grosera que
haya podido inventar la superstición humana; pero esta
MENTIRA o EMBUSTE TEOLÓGIC0 se ha podido sostener y
se sostiene todavía, porque los hombres que negocian en
presbiterios, altares y sacristías, hacen consentir la eficacia
de la religión que materializan, o lo que es lo mismo la
desaparición de ese MONSTRUOSO PECADO, con la
aplicación del AGUA DEL BAUTISMO, nada pulcra y limpia
por cierto, que es la que según un falso dogma eclesiástico,
es la que borra esa mancha; y sin esa ridícula patraña, nadie
puede salvarse, y en consecuencia no entran al reino
imaginario de los cielos.
Sobre dicho pecado original hay mucho que decir y refutar,
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siendo como materia frágil y deleznable, en la cual se apoya


el clericalismo para ejercer impunemente la más inicua y
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abominable de las industrias.


Basta solo conocer que la iglesia obliga a todo ser que nace
pagar una onerosa gabela, pues como se ve y se verá
siempre, a nadie se bautiza de balde, aunque en los esos
extremos los clérigos ven el modo práctico y hacedero de
que se les pague el gran beneficio que hacen de hacer
cristianos a quienes no tienen conciencia de sus actos.
La historia del pecado original es la fábula más grosera y
mentirosa que haya podido inventar la superstición v el
egoísmo clerical en provecho propio y en perjuicio de todo
el mundo,
Esta patraña religiosa se hace consentir en que Adán y Eva
contrariaron el precepto de creced y multiplicaos y en el
hecho de haber comido del árbol de In Ciencia del Bien y el
Mal contra la prohibición expresa de Jehovah; cuya
desobediencia dio lugar la cópula carnal de ambos sexos,
que decía perpetuar la especie de ese Creador.
Nada hay más sofistico que- semejante prohibición, porque
si Adán y Eva no hubiesen prevaricado, la especie humana
se hubiera quedado en ellos y no se habría reproducido
jamás.
La Biblia que es un libro lleno de obscenidades, embustes y
disparates, y no ha podido consignar una fábula más grosera
del pecado Original de Eva. Aún en el supuesto, que este
pecado hubiera existido en los primeros habitantes del
planeta, éste ha desaparecido con la estupenda mentira de
la llamada redención; el gran favor que hizo Jehovah a los
mortales de encarnar, venir a la tierra, y sufrir muerte
afrentosa para satisfacer la divina justicia; es decir pagando
a Jehovah, el hecho práctico de la reproducción de la especie
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humana, por la cópula carnal de Adán y Eva.


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La mentira religiosa principia con una monstruosa falsedad,
y para hacer más cómico el hecho, introduce a la serpiente
hablando con elocuencia tal, que deja atrás al mismo
Jehovah, que tan sabio se muestra en el mandato de creced
y caos, estableciendo así la procreación de los seres
vivientes.
En esto de hacer hablar, discutir y seducir un animal
inmundo como es la Serpiente: la Biblia no le ve con buenos
ojos a los animales parlantes de los fabulistas como Esopo,
Fedro de la antigüedad, todo lo cual prueba que el apólogo
en la Biblia, con un solemne disparate como la seducción de
Eva por un irracional de la peor especie conocida, pero era
necesario este embuste para forjar otro igual a este, como es
la promesa de la redención, siendo el mismo Creador el que
expiase el gran delito de Adán y Eva de haber procreado y
tenido hijos solamente por una Religión, en que todo es
farsa, mentira, negociado y latrocinio, pudiera consignar un
disparate tan risible como la tentación de Eva por una
serpiente, que entonces hablaba y que hoy permanece
muda, eternamente muda, pero sí esparramando veneno
cuanto le rodea o puede picar.
El pecado original, no es un dogma sino el dogma excelencia
de la religión católica, Apostólica y Romana.
El más intonso sabe lo que significa este irracional dogma.
Es el tesoro o rico filón con que explotan a la humanidad los
llamados ministros de la Iglesia Por el pecado original hacen
sus negociados de bautismo, a cuya ridícula ceremonia del
agua, agregan la que es según el lenguaje de la sotana, el
condimento esencial para completar la gracia cristiana y la
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salvarse del pecado original, que es según los católicos


hereditarios desde Adán hasta nuestros días y hasta la
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consumación de los siglos, y que como el virus se trasmite


de generación en generación, sin declinar ni tener un relevo
de parte, le basta y le sobra para que cesen sus efectos, pagar
a buen precio el agua pestilente y la sal nociva que la Iglesia
proporciona por plata a todos sus creyentes y no creyentes.
y cuenta que hay que comprar de grado o fuerza ese
solemne embuste o majadería religiosa, porque si no se hace
se queda el neófito y no va al Cielo, y se va sin más remisión
a servir de combustible a las calderas hirvientes del Infierno
si es adulto: que es un lugar de llamas eternas y de
obscuridad perpetua, parecidos al alcázar del Luzbel bíblico,
todo lo cual constituye un soberbio plagio del Baratro o
dominios de Plutón, según la Mitología Griega; y si es
párvulo va a esa curiosa invención del Limbo, donde no hay
goces ni sufrimientos, según el sentir de los teólogos.
Pasemos ahora a ver siguiente Capítulo, la eficacia del
bautismo o sainete de agua y sal para borrar el pecado
original, y el estupendo uso y abuso que hace la religión
católica, revelada con esta superchería o embuste, que es
contraria a la libertad de conciencia.

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CAPITULO TERCERO
RITOS Y CEREMONIAS DEL PAGANISMO CATÓLICO EN
RELACIÓN CON LA LIBERTAD DE CONCIENCIA
Nada tendría de censurable el que el clericalismo, plagiando
los ritos y ceremonias religiosas de las teogonías de Oriente,
los aplicara al Culto de que se titulan apóstoles enviados o
ministros, si estas ceremonias no tuvieran el objeto de hacer
negocios sin trabajar, embruteciendo las multitudes con las
absurdas enseñanzas de una Fe ideal que sirve para sostener
embustes como los dogmas del Infierno, Purgatorio y
remisión de pecados por el acto inmoral y cínico de la
confesión auricular.
Estudiándose las teogonías de Oriente, se ve que, en el ramo
de adoraciones materiales y groseras, no le va en saga el
clericalismo; y falta de los dioses de la Mitología griega, han
inventado Santos y Santas, cuya nomenclatura cabe ya en
calendario Gregoriano.
El clericalismo en su carrera de negocio y lucro, ha ido más
adelante de lo que imaginar es posible.
Para no trabajar, inventó los llamados sacramentos, cosa
indispensable para salvar el alma de las llamas del Infierno:
pero como para recibir esos sacramentos es necesario pues
la Iglesia católica nada hace, resulta que el que no compra y
paga esos sacramentos, se va en recta a arder en el fuego
eterno, desde que han habido Papas que han declarado que
para los pobres no se ha formado el reino de los cielos.
El más cínico y audaz de los negocios clericales es el acto del
bautismo. Aquí entra a actuar el agua que nada cuesta y la
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sal que vale algo gracias al sistema proteccionista de


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gobiernos ultramontanos; para que el clericalismo explote


todo con la superchería de darle nombre de cristiano por
medio de la tarifa o derechos parroquiales que ha
establecido.
Y cuenta, que el clericalizarnos hace consentir que el que no
recibe dicha agua se queda moro, y como tal está bajo la
jurisdicción del demonio.
He aquí lo que respecto al absurdo dogma del Infierno, hay
de verdad, según las juiciosas observaciones del ilustre
Ramón Verea, a favor de la libertad de conciencia.
De todos los absurdos que a Dios se le han atribuido,
ninguno mayor que el de crear millones y millones de
hombres condenados a sufrir indecibles tormentos por toda
una eternidad.
Si el demonio creara hombres, ¿qué peor podría darles?
Un Dios que no perdona nunca; un Dios que castiga con
infierno a todas sus criaturas, sería el mayor monstruo de
maldad que la mente humana puede concebir.
¿Y cómo ese Dios cuya venganza dicen que no se satisface
jamás puede mandar al hombre que perdona las ofensas de
su prójimo cualesquiera que sean?
Los mismos que inventaron el infierno, inventaron también
la gloria, sin reparar la contradicción en que incurrían. Un
infierno eterno y una buena venturanza, son dos polos que
se rechazan, ¿Qué hombre, prescindiendo de esos
inventores, pudiera ser feliz por un solo momento, sabiendo
que otros, tal vez su padre, sus hijos, Sus hermanos, estaban
padeciendo penas eternas? ¿Y cómo pudiera ser feliz ni el
mismo Dios, oyendo el esténtor de los que se retuercen en
21

eterna agonía?
Página
Acabamos de una vez para siempre con esa doctrina,
inventada y propalada para intimidar las masas y
arrancarles dinero.
Un Dios infinitamente justo no puede imponer al hombre un
castigo por una ofensa de momento, condenarle a sufrir
eternamente. Un ser finito no puede hacer nada infinito ni
bueno ni malo. Un castigo infinito sería por lo tanto una
injusticia infinita.
Si después de una vida nublada por la duda y sembrada de
sinsabores y padecimientos mil: si después de una llena de
miserias, se nos condenase aún a sufrir penas eternas,
tendríamos derecho a maldecir el Creador que se dice
erróneamente que nos ha sacado de la nada y nos ha tenido
con su propia sangre. La no existencia es infinitamente
mejor que la existencia que nos pinta el clericalismo. El que
unos pocos se salven no justifica la creación de millones de
millones que se condenan.
He aquí los espantosos sofismas y garrafales mentiras, que
rechaza, condena y destruye la libertad de conciencia. El
Infierno, el Purgatorio el Limbo y la Gloria son los mayores
embustes que han fraguado en provecho suyo el
clericalismo.
Estudiemos ahora otros embustes del catolicismo, con el fin
de probar, que esta es la religión del agio y de la mentira, y a
la luz de la conciencia es una calumnia a la Razón, al derecho
y a la justicia; y en seguida nos ocuparemos del matrimonio
Civil en sus relaciones con el libre pensamiento y el progreso
de la sociedad civil.
22
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CAPITULO CUARTO
LA LIBERTAD DE CONCIENCIA ANTE LAS LEYES
IDÓLATRAS Y CEREMONIAS DEL CLERICALISMO
Probado como está que el pecado original en una
monstruosa calumnia la Naturaleza. Se desprende de aquí
que una religión que tiene por base el sofisma, embuste y
mentira, tiene por medio de ellos, embruteciendo y
dominando la conciencia por la superstición y el fanatismo.
Semejante religión se apoya en ritos y ceremonias que no
son otra cosa que una parodia de sacrificios del Paganismo.
La religión revelada, que se dice la única y verdadera„
establece en el dogma de la redención, el pago por el primer
varón con motivo de la supuesta culpa engendrada por el
pecado original o sea al acto de la reproducción de la especie
humana. De aquí que son necesarios actos, que se borran por
absolución de un delegado, titulándose Juez impecable de
esa absurda y material divinidad.
La Confesión como acaba de manifestarse, es el precepto
más inmoral que haya podido establecer la perversidad
humana. Es el crimen elevado al rango de sacramento.
Donde se manifiesta el catolicismo en toda su deformidad es
en las prácticas rituales, pasando por la absolución del
bautismo y concluyendo con el matrimonio, cuya grandeza
y majestad profana, ante sí la categoría de sacramento o
sacro explotaje de la bolsa ajena, desde que esta ceremonia
religiosa cuesta dinero y siempre dinero.
La falsa religión, obra perversa del clericalismo imitando al
paganismo, ha establecido, como tesoros de gracias, el
23

llamado incruento sacrificio de la misa, según el ritual


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romano. En esta farsa o sainete religioso entran como


componentes y que el Altar y por las palabras cabalísticas
del oficiante, se convierten en cuerpo y sangre de una
Divinidad muy complaciente para prestarse sin protestar,
esta Clase de sainetes del clericalismo cosecha pingües y
escandalosas ganancias.
Para dar ese maravilloso sacrificio, el carácter de una
ceremonia del paganismo, el sacerdote se disfraza con una
ornamentación de ropaje extravagante, significándose así
que se halla revestido con el traje de los habitantes del cielo,
siendo la casulla, la túnica que el apócrifo Jesús cristiano
llevó sobre la tierra. Aquí con genuflexiones de altar y
manipuleos y bendiciones se hace bajar la inútil divininidad
de los cielos y bajar también al estómago oficiante en el
fragmento de pan y vino que consume en la hostia y el que
dizque son el cuerpo y la sangre de todo un Dios, con vertido
por decirlo así, en un Deófago.
Sin entrar en apreciaciones de que la tal misa no la inventó
ni celebró jamás el Profeta de Nazaret, porque el
clericalismo hace de esto, una materia de embuste y de
idolatría para dar una idea de la santidad que disfruta en el
hecho de ser tantos dioses imaginarios como misas se
celebran. I cuenta que la augusta ceremonia ha sido
invención de los Pontífices Romanos, que a la misa le han
agregado tantas ceremonias, como las que ha ido inspirando
su condición de explotadores de la humanidad.
Tan escandaloso ha sido este sacrificio, que hasta el Papa
Sixto IV en 1482 de bárbaro asesinato, mandando a un
cardenal que esgrimiera el puñal homicida, durante la
ceremonia de la consagración, y todo por heredar el ducado
de Florencia a la muerte de Lorcazo y Julián de Medicis.
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Para comprobar la veracidad de este monstruoso suceso, he


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aquí como lo refiere el ilustre historiador Mauricio de la


Chatre (Historia de los papas reyes Tomo II página 736 y
siguientes):
Como él escandalo fuese grande, Sixto IV cometió la
imprudencia de publicar una bula en la cual declaraba que los
sobrinos y los bastardos de los papas, serían de derecho
príncipes romanos.
A consecuencia de este decreto, Pedro a y Gerónimo de Riario,
sus dos bastardos, ocuparon un puesto entre los príncipes
italianos; Pedro además, alcanzo el capelo de cardenal y una
pensión anual de un millón y quinientos mil escudos de oro,
suma enorme en aquel tiempo, y que apenas le bastaba para
sostener el lujo de la cortesana Teresa Fulgura, su “querida”.
« Desgraciadamente para los pueblos, esta mujer depravada,
que se abandonaba a todas las caricias de todos los hombres
escandalosos de Roma, cogió un mal hombre, el cual infectó
su amante, después de dos años de atroces sufrimientos, Pedro
murió con su cuerpo « cubierto de llagas repugnantes y con el
rostro lleno de úlceras espantosas. Gerónimo que había vivido
al lado de su padre, el Padre Santo como príncipe de Forlì fue
más afortunado en amores que su hermano y luego de haber
pasado un año el escandaló, se casó con la hija natural del
duque de Milán.
No contento con los honores y riquezas que le había colmado
su padre, el Papa Sixto IV, Gerónimo pensaba levantarse a más
altura y había fijado sus ojos en Florencia y en los pequeños
estados limítrofes para constituirse en principado
independiente. Su Santidad aprobó los proyectos de su
bastardo, y se ocupó en los medios para deshacerse de los
Medicis que gobernaban Florencia y que a eran los únicos
25

obstáculos que se oponían a sus tentativas.


Página
Organizose una vasta conspiracion en el Vaticano desde Roma
se extendió a Florencia- Prometiese al arzobispo Salviate el
capelo de cardenal y entró el complot.
Un sacerdote llamado Stefano y la familia de los Pazzi
recibieron dinero y se obligaron dar de puñaladas a los
Medicis. Por fin cuando todo se halló dispuesto, el Cardenal de
San Jorge. Rafael Riario, sobrino de Geronimo. Dejó la ciudad
Santa y se entendió con los conjurados para el sitio y el día de
la ejecución.
EI Pontífice Sixto IV desde el Vaticano dirigió esta criminal
empresa. El lugar fijado para ejecutar el asesinato fue la
iglesia Santa Reparada, el día, un domingo y el momento
aquel en que se celebraría la Misa; la señal cuando se elevaría
la hostia, a fin de que los asesinos pudiesen matar a los dos
hermanos Lorenzo y Julio de Medicis, sin que tu viesen tiempo
de colocarse en defensa y mientras encorvarían su frente ante
la majestad del mitológico Dios Cristiano.
En aquel día el arzobispo Salviati„ que a ambicionaba el
capelo, quiso celebrar el sacrificio de la Misa, en el instante en
que elevaba el cáliz por encima de su cabeza, los sacerdotes
que llevaban sus armas ocultas bajo los pliegues de sus
vestiduras, se precipitaron sobre los Medicis; Julio cayó herido
por once golpes dados con una espada. Lorenzo, su hermano,
aunque perdiendo su sangre por tres heridas, tuvo bastante
fuerza para huir a la sacristía, cerrar su puerta, y aguardar
socorro. El pueblo que por tumulto conoció que pasaba,
invadió la Basílica y atacó los conjurados, Salviate fue
ahorcado con sus vestiduras episcopales; los sacerdotes y los
diáconos Poggio, Pietro, Stefano y Juan, sufrió el mismo
26

suplicio. El cardenal de San Jorge, que fue encontrado en las


bodegas de su palacio, habría recibido sin duda alguna, el
Página

justo castigo de su felonía, si Lorenzo de Medicis no hubiese


solicitado el perdón del culpable. Únicamente se le obligó a
confesar en voz alta é ininteligible, que no había hecho nada
que no fuese mandado por el Soberano Pontífice Sixto IV.
Este suceso también está consignado en la Vida del papa
Sixto IV, escrita en francés por el historiador Duplesis
Moruny.
La misa es el factoture del clericalismo; es como si
dijéramos, la obligada grotesca representación de rodas sus
supercherías y desmanes en pro de la esclavitud humana. La
misa sirve para todo; es el biombo que oculta todos los vicios
y todas las sensualidades eclesiásticas. Por la misa se da
libertad a las naciones, salud que no la necesita y se sacan
ánimas del Purgatorio; y como esta representación de
sainete místico está sujeta a tarifa, hay que pagar al clérigo
o fraile para que se trague y digiera a Dios todos días.
Sucede en la misa, la que sucede en todas las pantomimas
del ritual del culto católico, apostólico y romano, que hay
jerarquías en el oficiante; no todas las coronillas hacen lo
mismo. El sacerdote vulgar, es decir, el que no es obispo ni
cardenal, va al altar, y celebra su misa rezada o cantada con
ayuda de un cirineo; no así el obispo, que requiere palio y
ornamentación especial, todo lo que lleva el nombre de
pontificia y medio pontifical, y cuando celebra esa misa lo
hace en privado; o en capilla especial, establecida en su
domicilio.
Según se ve nada más mentiroso que ese tan preconizado
santo sacrificio de la misa, Se dice que es la conmemoración
real y verdadera de la tragedia del calvario, y que su
recuerdo es el homenaje que la Divinidad recibe con
27

gratitud.
Página
Semejante disparate solo puede convencer a ignorantes. La
misa no es sino el de negociar a poca costa con la idea del
maravilloso y absurdo dogma de la redención. En el
supuesto que el hijo putativo de José el carpintero, hubiese
sido Dios, él habría establecido esa ceremonia del sacrificio
de la misa, y como tal lo habría enseñado a sus apóstoles, y
no habría dado el encargo a los Pontífices romanos de que la
hubieran inventado,
Para conmemorar el drama del Calvario no era menester el
aparato de un altar ornado de paños y zarandajas con la
llamada piedra del ara y con un oficiante luciendo una
vestidura que los hace semejantes, esos fantoches o
Pontífices de otra época, en que los ritos eran puramente
simbólicos y extravagantes.
La misa es la alcancía del Clericalismo. Para todo acto
humano sale a lucir el sainete religioso, que da tanto dinero
a los curiales. Por ella se explota sin compasión ni caridad
alguna a vivos y muertos. Veamos ahora en el próximo
capítulo los llamados sacramentos, titulados extremaunción
y orden sacerdotal, que como el sacrificio de la misa; son las
materias de que se vale el clericalismo para engañar y
explotar a la humanidad con falsos dogmas y embustes, que
rechaza y condena la libertad de conciencia.
28
Página
CAPITULO QUINTO
EXPLOTAJES RELIGIOSOS CON RELACIÓN A LA LIBERTAD
DE CONCIENCIA
El clericalismo en su descomunal avaricia ha inventado el
llamado sacramento del orden sacerdotal, para que la
colmena de parásitos aumente y con ella la iglesia continúe
alimentándose de vivos y muertos hasta la consumación de
los siglos.
El sacramento del orden, que por cierto, no fue instituido
por el apócrifo Yesesus Christna, se hace consentir por
imposición de manos que el obispo dice, que es de precepto
divino, para que su santidad recaiga en el que lo recibe, y es
de esa manera como se convierte en ministros de la
divinidad los que han sido tocados por su diestra.
Tan grosera impostura es propia de una religión, que
sostiene de las mentiras más absurdas que imaginar es
posible. ¿Cómo es racional creer que un hombre haga tantos
ministros de la Divinidad, con solo tocarles con las manos,
como la aberración eclesiástica cree? ¿De dónde les nace
este poder? ¿Qué divinidad se lo ha dado? Preguntas son
estas que ningún obispo puede absolver satisfactoriamente,
desde que toda religión revelada no es sino un embuste, y
una calumnia a la naturaleza inmortal, fuente de todo bien y
de toda belleza.
La iglesia no es sino un bazar o banca de comercio, donde el
clericalismo realiza estupendas ganancias, idiotizando y
fanatizando a los pueblos. Se les hace creer que allí la
divinidad está encerrada en una oblea, y que colocada en el
29

altar, es el espíritu de esa misma, sin probarse otra cosa, si


no que esto es una parodia del paganismo de otra edad y
Página
otras épocas en que se hacían sacrificios humanos a los
dioses del Olimpo.
La oblea, convertida en divinidad, es la mentira más
formidable que ha lanzado el clericalismo a la faz del
universo. ¿Puede un hombre realizar tal prodigio? ¿Puede
una divinidad prestarse a este acto que la ridiculiza y la
degrada? Si esto fuera cierto, sería preciso declarar, que el
hombre que realizara tales prodigios sería superior a esa
divinidad, lo cual verosímilmente es imposible. Por mucho
que declame el clericalismo en favor de esta monstruosa
transformación de la oblea, en divinidad, esto no es sino una
calumnia a la naturaleza y un insulto al sentido común.
Pasaron ya los tiempos del paganismo, en que la religión
hacía de los hombres, bestias de carga o instrumentos de
tortura. El dogma de la libertad de conciencia, declara, que
esa oblea no es divinidad, ni cosa que se le parezca, sino que,
un pedazo de pan sin levadura, sujeto a corromperse por la
acción del aire; de aquí la renovación que hace la iglesia cada
ocho días; y si la oblea fuese espiritual, como se dice, y
cuerdo de divinidad, real y aparente, no se corrompería
jamás.
La falsa iglesia de Cristo, lleva la monstruosa exageración de
su santidad idólatra hasta llenar de amargura y dolor los
últimos momentos del hombre sobre la tierra. Para hacer
estos más dolorosos ha inventado la más de la sacrílega y
bestial confesión auricular, el llamado sacramento de la
extrema unción, que en la estúpida creencia de los clericales
da la salud al cuerpo si le conviene.
Este ridículo sacramento, cuya eficacia nadie conoce, ni
30

nadie sabe explicar racionalmente, consiste en aplicar al


Página

moribundo el llamado santo oleo o pestilente aceite,


bendecido por el obispo cada año, allá por el titulado día de
Jueves Santo.
Este aceite, que nada tiene de higiénico ni de aseado
siquiera, todo lo que pudiera hacer en beneficio del que lo
recibe, es inocular en su sangre microbios desconocidos, o el
germen de alguna enfermedad infecciosa, por que dicho
aceite, por la acción del tiempo, se encuentra en estado de
descomposición.
A este acto anti humanitaria, anti higiénico y anti racional,
los clérigos, el acto Sacramental de la extrema unción, uno
de los más maravillosos medios de que dispone la iglesia
para ganar y tener almas que explotar. A más de este acto,
que no deja de ser aterrador y mortificante para los
enfermos, con el que hombre de Iglesia aterra difundiendo
la idea de la muerte eterna y del castigo eterno, obliga a la
familia del enfermo, a que coloque en su cabecera un
ayudador de bien morir. El cual está encargado de torturar
al moribundo hasta su último suspiro con la amenaza del
Infierno y tormentos inauditos por toda una eternidad.
Racionalmente juzgando estos actos del catolicismo, la
crueldad más refinada se nota en los salvajes actos de la
extrema unción y de ayudar a bien morir, Estas ceremonias
rituales, de las que según los buitres de sotana y jerga, no
debe ni puede prescindir todo fiel cristiano, tiene toda la
tortura de la época inquisitorial. Al enfermo se le hace
temblar hasta el momento supremo, en que la caridad
ordena se le deje morir tranquilo.
La iglesia no quiere ni debe hacerlo. Ese moribundo tiene
fortuna, y es preciso arrancarle en el lecho de muerte
31

beneficios para la iglesia, a condición de sufragios y


Página

rogativas por la paz de su alma. Sin estos sufragios ni


rogativas, se va al infierno sin remisión. Dejando dinero a la
iglesia por criminal que haya sido su vida, obtiene la eterna
gloria en el imaginario cielo, cuyas llaves imaginarias
también, tiene el apócrifo primer Pontífice romano, llamado
Simón Pedro.
Sin más que conocer, que la iglesia explota las lágrimas y
dolores de la humanidad hasta para hacer de ella la religión
de la avaricia y de las tinieblas, puesto que de todo duelo y
de toda desgracia saca pingues ganancias que se emplean en
sostener los vicios y las sensualidades de clérigos y frailes.
La libertad de conciencia, que trata de salvar la humanidad
de las garras de la tiranía y la servidumbre, no puede menos
que protestar contra esas prácticas idólatras y salvajes que
hacen de la falsa religión de Cristo un comercio con las
desventuras humanas, pues no hay dolor, ni acontecimiento
fúnebre, que el fraile o clérigo no lo explote en provecho
propio, sosteniendo el embuste y la mentira de que es un
ministro o Enviado de la Divinidad.
De las religiones reveladas, que dicho sea de paso, todas
tienen algo del Paganismo de la antigüedad, ninguna alcanza
en calumnias y mentiras la titulada Católica Apostólica y
Romana; y ninguna es tan cruel y bárbara como esta,
principiando con sus ritos de bautismo y penitencia y
concluyendo con la extrema unción y ayuda de bien morir.
En la iglesia romana, todo se negocia y vende, lo que
constituye en sí una religión de explotaje y miserias,
enemiga declarada de todo progreso y de toda libertad,
tanto nacional como individual. Alguien ha llamado a la
iglesia romana: taller donde el clérigo corta el oro a cincel, y
a fe que esta pintura gráfica es exacta, puesto que desde el
32

Papa hasta el último clérigo, todos venden sus servicios


Página

religiosos por dinero a mayor o menor precio.


Finalmente analicemos el matrimonio eclesiástico y con este
análisis y refutación de otras supercherías religiosas,
probaremos que la libertad de conciencia es la única
verdadera religión de la humanidad.

CAPÍTULO SEXTO
EL MATRIMONIO ECLESIÁSTICO, ORIGEN DEL DIVORCIO Y
DESVENTURAS DOMÉSTICAS
El matrimonio es para el clericalismo un sacramento, a
manera de explotar en provecho propio, la formación del
hogar, que trae por consecuencia irreparable males para la
sociedad y la familia.
El matrimonio para la libertad de conciencia es un contrato
cuya majestad está bajo el amparo de la ley civil que le da el
carácter de respetabilidad social y con él, el rango moral que
afianza la unión de la familia y la felicidad doméstica.
Corno sacramento, el matrimonio es un objeto de
escandalosos negociados de la iglesia Católica, y como
contrato civil, es en la sociedad fuente armonía y lazo de
unión que se trasmite de generación en generación con el
respeto y dignidad que les dan las leyes que los amparan,
legalizan y garantizan.
El influjo que la manera de cumplir, lo tiene en la moralidad
social y en la suerte de los hijos que produce, es de tal
trascendencia, que su carácter deja de ser privado, según lo
da a entender el clericalismo al elevarlo, por dinero, al rango
de sacramento.
33
Página
Es un contrato, según la civilización y el progreso y las leyes
de natura. Se trata de la formación de la sociedad por los
lazos benefactores de la familia.
El divorcio es en ciertas condiciones de gran utilidad social
y de beneficios mutuos a los cónyuges.
Para este resultado la ley civil establece que la separación de
cuerpos no pueda verificarse por mutuo consentimiento de
los cónyuges, sino después de dos años de matrimonio, y que
solo después de dos años de realizado pueda a petición de
uno de los interesados, convertirse en divorcio.
Por este medio, la ley civil evita que la inexperiencia y el
arrebato de pasiones pasajeras se sirvan de un remedio que
solo para situaciones extremas es oportuno.
Esto es lo que no quiere reconocer el catolicismo en su
superchería de elevarlo a la categoría postiza de
sacramento.
Cuando estas situaciones vienen creadas por el matrimonio
eclesiástico, el divorcio civil aminora males inevitables; hay
casos en que el clericalismo los estorba, haciéndola la vida
de los cónyuges una cadena de mortificaciones y
sufrimientos.
Matrimonios desavenidos, como lo son en su mayor parte
los matrimonios santificados por el dinero y bendecidos por
los clérigos, envenenados por la discordia, fomentada,
estimulada y robustecida por la inmoral práctica religiosa la
confesión, penitencia y comunión en que la armonía es
imposible o que acaso manchó la deshonra, no son fuentes
de virtudes y buen ejemplo para el público, ni aún para los
34

hijos de su tálamo, son piedras de escándalo; pequeños


Página

infiernos, el brillo lúgubre de cuyas llamas se refleja en la


sociedad católica o ultramontana que les rodea.
Sus hogares son focos de ponzoña, su lazo, cadena de Para
este resultado la ley civil establece prisión; porque en esos
matrimonios intervienen obispos y curas. Desacreditan esos
sacerdotes idólatras con sus malos consejos y pésima
dirección espiritual, la institución nupcial, corrompan la
familia en el confesionario, forman a su alrededor atmósfera
de santidad sombría, en ocasiones pestilente, por la lujuria
y la avaricia del confesor.
Hacer perdurar estos matrimonios eclesiásticos es un
absurdo y una inmoralidad.
En el concepto de la libertad de conciencia, la reforma que la
institución del matrimonio civil requiere, no puede venir,
sino, con una educación más amplia y más sólida en la mujer,
por medio del libre examen y del pensamiento libre.
Después de pocas generaciones en que el cerebro de mujer
se haya fortalecido, emancipándose de las absurdas
creencias y máximas del decadente catolicismo, cuando su
bóveda craneana se haya dilatado, cuando se habitúe a la
gimnasia intelectual, que es para el hombre ejercicio común,
y solo excepcional para la mujer; el matrimonio y la familia
se elevarán sin esfuerzo a la dignidad que les toca, del cual
la aleja el absurdo matrimonio eclesiástico, cuya bendición
se paga con dinero y cuyos divorcios se parecen a las penas
del Infierno de Dante.
Es cierto, que sin la tolerancia de algunos divorcio cónyuges,
resignados a su suerte, el divorcio eclesiástico pudiera ser
en los matrimonios, fuente de abusos de obispos y curas y
que lo es hoy mismo en muchos países donde impera el
clericalismo.
35

Es cierto que el matrimonio no debe mirarse como una


Página

negociación privada, que solo de un modo indirecto a la


sociedad, afecte, sino como un contrato fijo, permanente,
basado en la fidelidad y afecto mutuo.
Por eso es que debe rechazarse el matrimonio eclesiástico,
como un acto que nada tiene de sacramental ni divino; es un
negocio de iglesia y nada más. La indisolubilidad según el
catolicismo, constituye una tiranía insoportable y base de
inmoralidad. Nada humano puede tener carácter absoluto.
Las reglas generales, sin excepciones posibles, no cuadran a
la relatividad compleja de la naturaleza, del hombre y de la
vida.
Para cualquier sociólogo reflexivo, la mejor defensa que
puede tener el divorcio en el matrimonio civil, es que no es
tan frecuente como en los matrimonios eclesiásticos.
Los hechos, con su elocuencia característica, han puesto en
relieve, que la institución matrimonial reglamentada por la
ley civil, la hace más moral y perdurable que las uniones
autorizadas y bendecidas por clérigos.
Por lo demás, en el matrimonio civil, ninguna conciencia ha
sido maltraída: a nadie obliga la ley tener por roto el vínculo
nupcial, ni aun cuando Ío desata está exento de cumplir con
sus deberes de esposo.
El cónyuge católico, cuyo divorcio ha sido pronunciado por
sugestión o influencias clericales o mucho oro a la iglesia por
vía de limosna; puede seguir considerándose como casado
con aquel de quien se separó: está en idéntico caso de aquel
a quien su cónyuge abandona.
En el terreno de la libertad de conciencia ésta es una
anomalía social y una inmoralidad doméstica.
36

Para quien haya estudiado las simonías y escándalos


Página

eclesiásticos, es una evidencia, que el matrimonio


santificado por el clero, es el que da más ejemplos de
divorcio, que cualquiera otra religión revelada.
Bien puede decirse, por ejemplo, que Inglaterra es cien
veces, mejor dicho, mil veces más moral ahora, que cuando
era absolutamente católica, romana; pero aunque el dato es
indiscutible, el clericalismo sostiene que solo es válido y
moral, el matrimonio católico, y esto se comprende por
cuanto el matrimonio constituye para el clero una de sus
más saneadas fuentes de recursos pecuniarios.
Hay naciones, donde el clericalismo se ha impuesto como
religión del Estado, donde la facilidad del divorcio ha hecho
del matrimonio una especie de juego, lo cual en cuanto a la
moral se refiere, es de desastrosas consecuencias.
Esta anomalía social es la que trata de abolir por el
matrimonio civil, la libertad de conciencia.
Eduquemos ampliamente a la mujer, saquémosla de la jaula
religiosa ultramontana, en que vive cautiva, abramos a su
actividad mental todas las vías que da la libertad de
conciencia: la familia, el matrimonio, llegarán al máximum
de su dignidad y de su dicha, cuando se constituyan por el
concierto de voluntades igualmente vigorosas libres y
conscientes.
Solo el divorcio desaparecerá, y con él, los negociados del
matrimonio eclesiástico, que tan pingües ganancias dan a
esos apóstoles de la iniquidad, llamados pontífices, Obispos
y Curas.
37
Página
CAPÍTULO SEPTIMO
DISPARATADOS RITOS Y ABSURDAS EMBUSTERAS
CEREMONIAS RELIGIOSAS
De todo lo que dejamos expuesto, se deduce, que las
máximas y preceptos del clericalismo se oponen a la libertad
de Conciencia, que es el progreso y la civilización de la
humanidad. Hemos visto, que los ritos y ceremonias
inventados por Pontífices romanos desde la llamada Agua
bendita hasta el acto de la bendición de las palmas en día
domingo de Ramos tienden a idiotizar las multitudes para
sacar dinero, porque el dinero es el móvil de todas las
acciones de la tenebrosa religión apostólica romana. Pero
donde la cosecha es abundante, para todos cuervos de altar
y sacristía es la representación mística grotesca, titulada el
santo sacrificio de la misa.
El sacrificio de la misa es la comedia que deja incalculables
ganancias a los clericales. Es el tesoro, o rica mina que no se
agota jamás y donde se cosecha mucho dinero embaucando
a tontos y a fanáticos.
Veamos lo que es la misa y en que consiste su decantada
eficacia y santidad.
Encontramos en la obra “La Bible Dans L'inde” por Louis
Jacolliot, pagina 307 y respecto a este sacramento, con
relación al Génesis Indostánico, lo siguiente:
SACRIFICIO DE SARVAMEDA
«En la primera parte de esta Obra hemos escrito que:
Brahma es considerado por los Vedas «como si se hubiese
38

sacrificado por la creación. No solamente se ha encarnado


Página

Dios y ha sufrido para regenerarnos y llevarnos a nuestra


fuente divina, sino que él mismo se ha inmolado para darnos
existencia, sublime idea que se encuentra expresada, dice el
Barón de Humboldt, en todos los libros sagrados de la
antigüedad.
De allí dicen los libros santos (de la India) —Brahma es a la
vez el sacrificador y la víctima, de manera que el sacerdote
que oficia todas mañanas en las ceremonias del Sarvameda,
sacrificio universal simbólico de la creación, al presentar su
ofrenda a Dios, se identifica al sacrificador divino, que es
Brahma; o más bien es Brahma, la víctima en su hijo
Christna, que ha venido a morir sobre la tierra para
salvarnos, quien ha realizado por si mismo el sacrificio.
«Así el sacerdote en el altar, en este sacrificio del Sarvameda,
presentará a Dios su ofrenda y sus suplicas en honor de la
creación y de la encarnación de Christna, refiriéndose el
resto de sus oraciones más bien a atraer la protección
divina, sobre las cosechas y las frutas."
La misa dicen, los hombres de iglesia, es la representación
real del drama o tragedia del Calvario. Es el sacrificio de los
sacrificios; es la ofrenda que se hace a la Divinidad en
expiación de las culpas de todos los hombres nacidos y por
nacer. Tiene además la particularid.id, de servir para todo,
hasta para sacar almas del imaginario Purgatorio y llevarlas
al cielo con la velocidad de una locomotora que corre a 90
millas por hora.
La milagrosa misa, que fue invención dc Pontífices romanos
en que cada uno le ha ido agregando en cada siglo alguna
pantomima de su intelecto con el fin de prolongar las
escenas la representación, es uno de los muchos medios de
39

que dispone el clericalismo para pescar dinero sin trabajar.


Página
La misa es el factótum del clericalismo, y como para sujetarla
a tarifa, se hace con el bautismo y demás sacramentos de la
iglesia, las hay rezadas, cantadas y solemnes con y órgano y
orquesta. Cada uno de esta tiene su precio. Y como tal
eficacia embaucadora da mayor provecho a la colmena
eclesiástica.
No deja de ser acto indecoroso y risible, que se crea que la
Divinidad se preste a esta clase de payasadas, que no son
sino la resurrección del Paganismo.
Los dioses del Olimpo de la mitología griega, son esa corte
de santos y santas de que está plagado el calendario
Gregoriano; y aunque están disfrazados con otros nombres
no dejan de ser sino ídolos imaginarios, como Júpiter.
Saturno, Baco. Plutón Ceres, Venus, Cupido, etc. La religión
católica es la mitología cristiana; .y sus santos, los dioses de
las teogonías de Oriente.
Volviendo a la misa, que nadie comprende, porque es dicha
en un latín que el público no entiende ni el mismo que la
oficia en el altar, muchas veces se reduce a genuflexiones de
altar, y a convertir una partícula de pan sin levadura y unas
gotas de vino dulce, no siempre de uva pura, en el cuerpo y
sangre del que se dice fue el Redentor de la especie humana
del absurdo pecado original.
La misa que nada tiene de real y verdadera, sino es el
fanático simbolismo que le rodea desde las vestiduras
extrañas del oficiante hasta el acólito o ayudante que lo
rodea con cambio de misal y escanciadoras (l) de vino y
agua, deja al auditorio tan ignorante de sus misterios como
el sordo mudo en una representación teatral.
40

Creer que esto es un oficio grato a la Divinidad, equivale


Página

juzgar a ésta, susceptible á los actos ridículos en que actúan


el idiotismo y la insensatez de los escapados de una casa de
Orates.
El clericalismo que se alimenta, vive, medra con el embuste
y la mentira, hace de la misa, el acopio de milagrosos bienes
espirituales, y para todo y por todo la aplica en pro de su
bolsillo y en explotaje de la necia credulidad de fanáticos y
tontos, en cuyo número se cuentan los pueblos que tienen la
desgracia de llamarse católicos, apostólicos y romanos.
Se conmemora un aniversario patrio, una batalla o matanza,
cruel y violenta, allá va la misa a santificar esas horribles
hecatombes, no siempre justas y racionales.
Se quiere honrar la memoria de un deudo querido, pues no
hay más que aplicarle una misa o misas, que son para su
alma el glorioso triunfo, que más podría apetecerse, puesto
que la misa, pagada al clericalismo, es tesoro de gracias é
indulgencias en la otra vida. Si el alma está condenada, la
justicia divina enmudece, se deja cohechar por las
genuflexiones del clérigo y fraile, por más lúgubre inmoral
que sea en su vida y costumbres; y si el alma está en el cielo,
con la misa aumenta en gloria y en deleites espirituales.
Esto nadie ha visto, ni vera jamás, pero la iglesia romana con
un Papa sensual a la cabeza lo asegura, y hay que creer en la
mentira, so pena, de que el que afirma lo contrario se le tilde
de ateo, o de hereje, que da lo mismo.
A más de las misas, cl clericalismo cuenta con las letanías,
novenas, rosarios, trisagios, jubileos y triduos, todo lo que
constituye la idolatría religiosa elevada al rango de
explotación y embrutecimiento de la pobre humanidad, que
41

está sujeta bajo la férula de la Curía Pontificia romana.


Página
El dominio de la libertad de conciencia destruirá toda
religión revelada, que como la católica, es un tejido de
mentiras, idolatrías y embustes.
FIN

42
Página
DESCRIPCIÓN SITUACIONAL DEL ANARQUISMO Y
ANTICLERICALISMO EN EL PERÚ EN LOS AÑOS 1882-
1912
Introducción
La obra de Christian Dam, si se tomara aisladamente, podría
parecer como una posición intolerante y fuera de todo
contexto lógico; pero gracias a las fuentes bibliográficas
consultadas, hacen referencia que estas corrientes del
anarquismo y el anticlericalismo estaban presentes a todo
nivel de la sociedad de aquella época. También resaltar que
en estos años, estas corrientes no eran exclusivas en nuestro
país. Existen tratados de los diferentes países de América
como México, Cuba y Argentina que se reportaron hechos
incluso de mucha violencia.
Gracias a las obras consultadas se ha podido saber que
existió una corriente anticlerical, no solo en la masonería,
sino a nivel del Estado. Se destaca que en esos años, era un
clamor la libertad de cultos, y un caso especial fue que
después de muchos debates en la Cámara de Diputados y de
Senadores, los cementerios pasaron a ser administrados por
las municipalidades y que el matrimonio con personas de
distinta creencia distinta a la católica fue recién permitida.
Se suma a todo ello, el gran interés por darle la igualdad de
derechos a la mujer; y de igual forma hay abundante
documentación sobre este asunto.
A continuación, la narración de hechos basados en las
fuentes consultadas, agradeciendo el honor en permitirme
escribir este capítulo.
43

Ivo Pino Ramos


Página
Hechos
Si bien el concepto primario de Anarquismo es el nombre
dado a toda filosofía política o social que llama a la oposición
y la abolición del Estado entendido como monopolio de la
fuerza, y por extensión también así al rechazo de todo
gobierno político o de toda autoridad social impuestos sobre
el individuo, por considerarlos innecesarios o nocivos, no
existe acuerdo académico en cuanto a una taxonomía de las
corrientes anarquistas; algunos hacen una distinción entre
dos líneas básicas de pensamiento, individualistas y
socialistas. En América surge el anarquismo en el sector
obrero, como protesta a los abusos del empleador y del
estado indiferente. En el Perú se inicia con las primeras
protestas del sector obrero, en la época llamada en nuestro
país como la “república aristocrática” (1891-1920)
En este contexto, tenemos bastante literatura académica en
relación al vínculo entre intelectuales y obreros anarquistas,
y que se ha centrado en Manuel González Prada, y como se
sabe, su importante labor como propagandista de las ideas
radicales, ya que estas atizaron las conciencias de los
proletarios. Pero de igual forma es importante conocer a
otro personaje que estuvo a la vanguardia de la crítica social.
Nos referimos a Christian Dam.
Christian Dam no era peruano de nacimiento, él nació en las
Antillas Danesas en 1852, llegó al Perú a los 18 años en 1871
y se nacionalizó peruano. Como profesión, fue cirujano
dental. Integró junto a Manuel González Prada y Abelardo
Gamarra el partido Unión Nacional en 1891. Dirigió el
periódico “El Libre Pensamiento” (1896-1904). Fue un
44

constante colaborador de periódicos liberales radicales y


anarquistas.
Página
Un periódico obrero de corte anarquista llamado “La
Protesta Libre”, editado en Chiclayo, en 1906, realiza una
biografía de este personaje, y lo define en los siguientes
términos: “Profesional ilustrado y trabajador infatigable, la
oficina de cirugía dental que fundó y prestigio que le dieron
medios para vivir independiente y para contribuir también a
numerosas obras de beneficencia privada y de utilidad
pública”. Habría que agregar una labor más que emprendió
y reafirma su espíritu altruista y filantrópico. Fue
comandante de la compañía de Bomberos “Cosmopolita”.
Dam realizó las gestiones necesarias, en el año de 1890, para
que el gobierno de Cáceres cediera la propiedad del local de
las antiguas carceletas de la inquisición.
Por aquellos años Christian Dam fue el artífice también de la
fundación de la asociación dental de Lima, él obtuvo su título
profesional en San Marcos (RAMOS, 2006: 110); y esto
podría explicar la cercanía a intelectuales de clases sociales
privilegiadas.
Es en este periodo donde surgen las iglesias protestantes,
sumado a la exigencia de la separación de la iglesia con el
estado. En el Perú esta corriente fue de acuerdo a los
intereses de la oligarquía peruana. Este liberalismo de
conveniencia donde si la iglesia ayudaba a mantener el
orden establecido, merecía su apoyo; pero si su opinión
constituía un obstáculo hacia el llamado progreso social, es
decir, la acumulación de más riquezas, merecía su reproche.
Para efectos de una mejor comprensión del itinerario
ideológico y político de Christian Dam, es menester enfatizar
las fases de su producción intelectual y sociabilidad, y
además incluir su afiliación masónica como parte de sus
45

ideas liberales.
Página
Primera fase: Liberalismo anticlerical
Años antes de la fundación de la Gran Logia del Perú (1882),
la masonería peruana alentaba al anticlericalismo. Se sabe
del masón destacado de la época: Francisco Javier
Mariátegui, portavoz con Vigil de un patronato nacional para
ejercer control sobre la iglesia. Se tiene conocimiento que
Ricardo Palma, que también fue masón, tenía pensamientos
anticlericales. Es en estos años que se cuentan con una Gran
Logia del Perú con 5 logias y unos 300 hermanos, y por el
otro lado un Supremo Consejo con 11 logias y 680 masones.
Las diferencias entre los dos grupos era una cuestión de
estilo, no de sustancia: el anticlericalismo fue una
preocupación y una pasión compartida por todos los
masones. En general, los masones de esa época eran
profesionales o comerciantes de la clase media. Además de
Mariátegui, hubieron dos masones que destacaron en esta
faceta: Christian Dam y Carlos G. Amezaga. Su publicación
más importante fue la revista, “La Ilustración Popular”. El
propio González Prada que no fue masón porque, decía, que
con sus ritos y fanfarria parecían “curas pero al revés”
(GÓNZALES PRADA, 1964, p. 42).
Se asegura que ideológicamente en esa época, la masonería
no representó otro pensamiento que el de liberalismo
anticlerical. Y lo poco que se sabía de la masonería era que
era un ambiente de “religiosidad” y por ello el comentario de
González Prada.
Klaiber (1988) menciona “que fueron los masones de Lima
que precipitaron la primera crisis grave entre la iglesia y el
liberalismo después de la guerra y todos esos años las logias
46

masónicas constituyeron los focos más beligerantes del


anticlericalismo en el Perú”. (p. 155)
Página
Se lee en la Revista Masónica del 28 de julio de 1882, “Existe
cierta tensión con los que, como Christian Dam de la logia
Orden y Libertad N° 2, negaban el carácter bíblico del
simbolismo masónico”. Pasan los años y Christian Dam,
ocupa el máximo puesto de la masonería peruana; el de Gran
Maestro. Y en 1897, dictó un decreto desterrando la Biblia
del ceremonial masónico de juramentación, sustituyéndolo
por un ejemplar de las Constituciones Masónicas, medida
que llevó a una crisis a la GLP que pudo ser remediada sólo
con su renuncia (López Albújar, 1961:266-276).
Sobre el tema de la mujer, se agrega que en la sesión anual
del 29 de marzo de 1897, la Gran Logia del Perú, aprobó la
creación de logias de adopción (Rito donde se permite a la
mujer, participar en una tenida, presidida por una Logia
masculina) con el fin explícito de preparar a las mujeres a
seguir “los consejos de sus esposos» y «los dictados de su
conciencia para que pudieran educar a sus hijos en la caridad,
la justicia y la tolerancia”, pero esta faceta la dejamos para
otro artículo dedicado a este tema.
Christian Dam como masón, aparece en el año 1882 con la
Revista Masónica que se comenzó a publicar regularmente
en febrero de 1882, bajo la dirección colectiva de él mismo,
junto con Eduardo Lavergne y J. A. Ego-Aguirre; y es a partir
del cuarto número que quedó bajo la sola responsabilidad
de Lavergne hasta 1896. Se imprimió primero en la
«Imprenta de F. Masías y Hno.», pero, por la disposición del
gobierno de ocupación, en julio de 1882, el número 9 se
debió imprimir como parte del diario «La Patria» y con el
sello de la «Imprenta de La Patria», pero en setiembre del
mismo año recuperó su autonomía, aunque siguió
47

imprimiéndose en dicho taller hasta el número 18 (mayo de


Página

1883). Del número 19 al 22 se imprimió en la imprenta «El


Pueblo», hasta que a partir del número 23 (octubre de 1883)
se comenzó a imprimir en la «Tipografía del Universo» del
masón Carlos Prince (1836-1919). La revista, que luego
asumió el nombre de Revista Masónica del Perú, cesó de
publicarse en 1896 en que “El libre pensamiento”, bajo la
dirección de Christian Dam, asumió el papel de órgano
oficial de la GLP, con la novedad de publicarse cada semana
y con avisaje comercial (CHOCANO, 2010: 423).
Pero, cuando Dam deja la masonería, “El Libre Pensamiento”
pasará a ser vocero de la Liga de Libre-pensadores del Perú,
Aunque es preciso mencionar que antes de renunciar a la
masonería, renunció al partido Unión Nacional en 1897
(Ibíd., 439-440). En aquella publicación propugnó la
libertad de cultos y el anticlericalismo, constantemente
exhortaría a las diferentes clases sociales a enrumbarse por
la senda de una libertad alejado de los dogmas religiosos,
poniendo en la centralidad de su pensamiento valores
universales que implican el amor a la humanidad y la
confraternidad.
Segunda fase: EL LIBERALISMO RADICAL
Dam aparece en el escenario político junto a otros
intelectuales al momento en que fundan la Unión Nacional
(1891), muchos integrantes de tal partido pertenecieron al
“Círculo Literario”. Quienes integraron la Unión Nacional, a
parte del ya conocido Manuel González Prada (presidente
del partido), fueron (se consigna el oficio u ocupación):
Carlos G. Amezaga (periodista), Antúnez Dámaso (médico),
Manuel Carrión (universitario), Abelardo Gamarra
(profesor), Alberto Químper (abogado), José B. Ugarte
(abogado), entre otros.
48

Dentro del programa de la Unión Nacional se puede


Página

contemplar: “Dar representación a las minorías y tender el


sufragio directo y universal sin exclusión de los extranjeros”,
“Elevar la condición social del obrero”, “recuperar, por
iniciativa oficial, las propiedades usurpadas a las
comunidades indígenas”, “Hacer legal y prácticamente
inviolable la libertad de conciencia, de imprenta, de sufragio,
de reunión y de asociación”.
La aplicación de reformas con tendencia a la inclusión de los
obreros peruanos fue una constante en los ideales del
partido, aunque vale la pena mencionar que se pueden
encontrar atisbos de xenofobia, por ejemplo, en el punto V
del programa se menciona “Favorecer la inmigración
europea y oponerse al fomento de la asiática”, esto tendrá, tal
parece, como factor la competencia en el mercado laboral
que significaba la presencia china en el ambiente limeño,
muestra palpable de esta cuestión se dará en lo motines de
mayo de 1909 .
EL LIBRE PENSAMIENTO fue para Christian Dam, el medio
de servir abnegadamente con su pluma y con parte de
modesta fortuna, la causa redentora de los pueblos. Ariete
formidable de las ideas modernas y centinela avanzado de
las libertades, en esa hoja se expusieron las mejores
doctrinas, se denunciaron horrorosos desbordes clericales,
se defendió a muchos inocentes y se pulverizó la enorme
colección de supercherías del catolicismo. Luego de su salida
tanto del Partido Unión Nacional y de la Masonería se
dedicaría Christian Dam a su labor doctrinaria de
librepensador, pero lo que conlleva a anudar y facilitar su
estrechez con los círculos obreros anarquistas, será la
experiencia que tiene en gestionar y ser agente en canalizar
las voluntades más nobles. Para esta fase del itinerario es
preciso mencionar que las publicaciones donde participa, la
49

cuestión social y la renovación del esquema mental de los


Página

más cercanos, el público que accede a las publicaciones


anarquistas, constituyen sus objetivos en la labor
doctrinera.
Nos detenemos un momento sobre Christian Dam, y
analizaremos en que contexto aparece en el Perú.
Comenzamos por la forma como llega el pensamiento
anarquista. Se pueden identificar tres vías de entrada: por el
movimiento obrero anarquista internacional, inmigrantes
europeos en América Latina y por medio de los intelectuales.
En el primer grupo es importante la labor de la Asociación
Internacional de Trabajadores (AIT); en el campo
anarquista, esta entidad estableció en sus diferentes
congresos:
(…) como uno de sus objetivos expandir las ideas
anarquistas hacia América. La mejor manera para esta
difusión resultó ser la vía migratoria la cual muy pronto
cosecha sus primeros resultados ya que durante la década
de 1870 florecieron en América a nivel orgánico algunas
filiales anarquistas de la AIT, especialmente en Estados
Unidos, México, Puerto Rico, Cuba, Brasil, Ecuador, Uruguay,
Argentina y Chile y de la cual no escapa el Perú al
establecerse en el año 1873 una filial de la AIT en Lima
compuesta en su mayor parte por extranjeros. (LLANOS, op.
cit.: 14)
A partir de aquel momento el anarquismo va teniendo una
clara influencia a nivel de América Latina, además esta
región se convertirá en un espacio idóneo para los proyectos
sociales utópicos de los inmigrantes europeos; algunos de
estos trataron de implantar comunas libertarias entre 1860
y 1900 en Argentina, México y, específicamente, en Brasil.
50

En este último país, el anarquista italiano Rossi funda en el


Página

Paraná en 1890 una comuna libertaria, que no pudo


subsistir económicamente y quebró (TEJADA, 1988: 196).
Las ideas anarquistas van a penetrar en los sectores
populares artesanales y en la nueva clase obrera, irán
calando en las agrupaciones de corte mutualista.
En el marco de la inmigración europea a América Latina que
se dio en el siglo XIX, llegan las ideologías obreristas,
Argentina será el país que acoja a una ingente cantidad de
europeos, estos de las clases más adversas, llegando
también nuevas formas de organizar al artesanado y al
proletariado urbano industrial incipiente. Desde tal país
llegarán elementos anarquistas que influenciarán de
manera notable en el movimiento obrero peruano.
Argentina será uno de los países en donde se acentúa la
presencia anarquista, acoge a una cantidad considerable de
inmigrantes italianos, en busca de trabajo; italianos como
Enrique Malatesta y Pedro Gori que contribuyeron a la
propaganda y la organización entre la clase obrera
argentina. En 1901 se crea la Federación Obrera Argentina
(F.O.A), al año siguiente ocurre un cisma, dos vertientes van
a desarrollarse: una corriente socialista, representado por la
“Unión General de Trabajadores” (1903); y la vertiente
anarquista, representado por la Federación Obrera Regional
Argentina (F.O.R.A). Esta última institución adopta el
modelo anarcosindicalista, y será el motor impulsor a nivel
de América Latina, enviando representantes a los diversos
países de la región, entre estos tenemos al Perú. La F.O.R.A
publicó el periódico La Protesta, órgano combativo
anarcosindicalista, donde tendrá a su homónimo peruano,
editado por la sociedad de resistencia “Luchadores por la
Verdad”.
Hay que agregar que la presencia de extranjeros,
51

transmisores de las ideas sociales en el Perú, no fue muy


Página

numerosa. Es pues absurdo atribuir a los extranjeros que


nos visitaron, la paternidad exclusiva de la propaganda
anarquista en el Perú. Si en algún lugar debemos buscar la
razón del arraigo de las ideas sociales, es en las propias
condiciones de la situación peruana” (PAREJA, op. cit.: 54).
Algunos intelectuales de aquella época no fueron ajenos a
las ideas anarquistas, hubo en muchos casos un cambio de
postura, de liberal a una anárquica, como el de Manuel
González Prada, Christian Dam, José B. Ugarte, entre otros.
El caso más representativo es el de Manuel Gonzales Prada,
quien a su regreso de Europa en 1898 se volcó hacia una
postura ácrata, fue seguidor de autores como Kropotkin,
Élisée Reclus y Anselmo Lorenzo. Su popularidad fue
creciendo a causa del tono muy radical de sus críticas a los
poderes establecidos. En su discurso de agosto de 1898 en
el local de la Unión Nacional, el ensayista había designado al
obrero y al campesino como la parte sana del país. La
semana siguiente, su amigo Christian Dam le invitó a dar
otra conferencia en la Liga de Librepensadores que fue
impedida por el gobierno. La Liga desempeñaba un papel de
educación popular y concientización política mediante
reuniones públicas en las que participaban intelectuales y
trabajadores (DELHOM, 2001: 4).
González Prada tuvo una influencia directa en el incipiente
movimiento obrero, escribiendo de manera constante, con
seudónimos o de manera anónima, en el periódico “Los
Parias”. Prueba de esta estrecha relación con los obreros es
el acto significativo de la conmemoración del 1ero de mayo
en 1905, fue invitado por la FOPEP (Federación de Obreros
Panaderos Estrella del Perú) a pronunciar una conferencia,
titulada “el intelectual y el obrero”, que fue de suma
importancia para la historia social del país, donde exhorta el
52

fortalecimiento de la unión solidaria entre todos los


Página

trabajadores, propiciando además la relación entre los


jóvenes universitarios de la clase media y los proletarios
(DELHOM, 2001: 5). Fue defensor además de la lucha
emprendida por los obreros para la obtención de la jornada
de ocho horas.
TERCERA FASE: “SOCIEDADES DE RESISTENCIA” Y
PRENSA
Los anarquistas se agruparon en “sociedades de
resistencia”, a través de estas organizaciones se pretendió
difundir el ideario anarquista en Lima. El concepto de
“sociedad de resistencia” es manejado por los obreros de la
época, esto se verá en los periódicos anarquistas. Un activo
organizador de estas fue el anarcosindicalista, obrero
panadero perteneciente a la Federación de obreros
panaderos “Estrella del Perú”, Manuel C. Lévano, él define a
las “sociedades de resistencia” en los siguientes términos:
(…) sociedades de resistencia son todas aquellas que están
formadas única y exclusivamente por salariados y que aspiran
a la completa emancipación de los trabajadores practicando
como único medio para este fin la lucha económica y
rechazando en absoluto la lucha política gobernativa (…). Y
se llaman de resistencia, porque en su propia organización
llevan imbíbitas las sacrosantas ideas de rebeldía, de lucha, de
protesta, contra todo lo que significa explotación, opresión,
servidumbre. (…). Ellas son centros de recreos morales y de
enseñanza artística. Son escuelas en las que el obrero estudia
y trabaja y aprende a administrar una organización ante las
luminosas proyecciones del racionalismo científico. (Lévano,
1910: 17-19).
Como expresa Manuel C. Lévano, estas agrupaciones de
corte libertario tenían como objetivo fortalecer la conciencia
53

de los obreros. Los integrantes, también apuntaban a crear


Página

“una cultura de los subordinados, como un proyecto


alternativo para una nueva sociedad” (TEJADA, 1988: 235).
Estaban en contra de la política, el capitalismo y la iglesia
católica, ya que todo ello representaba elementos que
impedían el libre desenvolvimiento de las personas e iban
en contra de la libertad y la igualdad. Entonces, como
evidenciamos los objetivos de las “sociedades de
resistencia”, serán funcionales a la actividad emprendida
por Christian Dam.
Es así que llega el año 1905, y publica un opúsculo
anticlerical llamado “El Dogma de la Libertad de
Conciencia”, que circuló de manera gratuita, tuvo un tiraje
de 6,300 ejemplares. Esto pues, es ejemplo de la amplitud de
las ambiciones hacia la configuración de una nueva sociedad
en el plano de la libertad de las creencias. La sociabilidad
pues está presente, y Dam evidentemente fue un artífice
connotado, que como se puede observar en los documentos,
no sólo se limitó a las organizaciones liberales sino
anarquistas. Las transacciones entre trabajadores y
anarquistas, se pueden percibir mediante dos tipos de
prácticas: la primera, tiene que ver con el aspecto formal, es
decir, los centros de lecturas (bibliotecas obreras), ateneos
y publicaciones periódicas; el siguiente es de tipo informal,
lo cual se concreta en las charlas y reuniones. La distinción
de estas tiene que ver con la regularidad e
institucionalización. El proyecto cultural alternativo
anarquista, va a paliar y en muchos casos reemplazar la
educación que el Estado descuida en las clases populares.
Volviendo al asunto de las “sociedades de resistencia”,
ejemplos de estas organizaciones serán: “Luchadores por la
verdad”. Este grupo se conformó en 1910, luego de que
algunos elementos anarquistas pertenecientes al “Centro de
54

Estudios Sociales Primero de Mayo” decidieron formar otra


Página

“sociedad de resistencia”. Dentro del grupo de “Luchadores


por la verdad” podemos distinguir a artesanos, obreros e
intelectuales, no hay una homogeneidad en su composición.
Y esto lo podemos saber a partir del estudio del periódico
que editó tal grupo libertario, La Protesta (1911-1926),
dentro del grupo redactor se encuentran: textiles, choferes,
pintores, ebanistas, panaderos, estudiantes universitarios,
músicos, etc. En el primer número podemos leer los
principios rectores que van a guiar el accionar de los
militantes anarquistas.
Christian Dam entonces tuvo contactos con los miembros
del Centro de Estudios Sociales Primero de Mayo, órgano
que publicaba El Oprimido, algunos obreros anarquistas no
se limitaban a la consecución de mejores pagos o cosas que
se limitan al plano material, sino que forjan la pretensión de
los valores, una utopía social.
En tal sentido, los obreros anarquistas no se limitaron a
perseguir reivindicaciones económicas, mediante la “acción
directa” (como por ejemplo la huelga), ellos “también se
preocuparían por coadyuvar al mejoramiento del nivel
intelectual de la clase trabajadora (propender al
engrandecimiento de la cultura de los trabajadores),
fundándose: Grupos literarios, Centros de Estudios Sociales,
publicaciones periódicas, Bibliotecas Obreras” (HUAMANÍ,
1998: 136).
Tenemos también que agregar la diversidad de periódicos
anarquistas que se fueron editando en este periodo,
primeras tres décadas del siglo XX, en sus páginas
encontramos, no sólo manifestaciones de sus orientaciones
ideológicas, sino textos de una carga política que arremetió
contra distintas instituciones, actuaron como un medio
55

donde se podían expresar los actores sociales, que sufrían


en carne propia la inclemente tiranía del Estado opresor. Y
Página
fueron distintas las formas en las cuales manifestaron sus
ideas, una de ellas fue por medio de la poesía:
“La lira anarquista fue un importante elemento de difusión
a partir de este particular pensamiento de la época. La
poesía se intercalaba con los demás artículos, siempre
persiguiendo la misma consigna, que era la de enviar un
mensaje determinado apelando a la inocultable sensibilidad
que produce en el lector este género literario” (MACHUCA,
2006: 104).
Para poder finalizar, la cultura política de los obreros
anarquistas se fue esgrimiendo en una sociedad marcada
por el proceso modernizador, las prácticas políticas no
surgieron de la nada, se tuvieron en cuenta los elementos
constitutivos de asociación mutualista y de las asociaciones
liberales, aunque se trate de deslindar en el discurso, en la
práctica podemos notar todo ello, por ejemplo la primera
biblioteca fue establecida por los mutualistas, y la fuerza
anticlerical vino de parte del liberalismo radical. Dentro de
estos grandes procesos de construcción de redes de
interacción con fines que pretenden elevar la condición
moral del trabajador, estará Christian Dam, un personaje
que es un referente de la historia social peruana. 56
Página
EL FIN DE CHRISTIAM DAM
Christian Dam fallece el 26 de abril de 1920, sus restos
reposan en el Cementerio Presbítero Matías Maestro, el
nicho está ubicado en el conocido “Cementerio laico” o
también conocido como “Pabellón de los Suicidas”.

Foto: Renzo Tupia A.

57
Página
ANEXO
MEMORIAL
LOS JESUITAS EN EL PERÚ
Christian Dam
1909

58
Página
Introducción
A finales del siglo XIX, la situación del Perú en cuanto a la
consideración de la Iglesia Católica era cada vez más
distante con el Estado peruano. La intolerancia de la iglesia
había llegado a límites insospechados. La necesidad de que
ingresen inmigrantes para el desarrollo del país y por
consecuencia con otras creencias religiosas, fue uno de los
motivos para este distanciamiento. Un ejemplo de ello fue el
tema de los cementerios, que en este tiempo la iglesia
católica emitía “boletas de entierro” para poder ser
sepultado en los camposantos, excluyendo a todo aquel que
no era católico. El tema llegó hasta el poder Legislativo, con
debates a favor de la separación del estado y de la iglesia, y
en contra por conservar a la iglesia como parte del Estado.
Hay numerosos casos pero solo por mencionar uno, como lo
describe Armas Asín “…El escándalo público que provocó la
exhumación del masón Ezequiel Lazarte, por el Vicario
capitular del arzobispado de Lima, argumentando el hecho
de haberse suicidado, no pudo ser mejor excusa para que un
grupo de diputados (Lecca y Maldonado) presentaran en su
cámara, el 7 de agosto de 1888, un proyecto de ley de
laicización de cementerios. El texto, pretendía entregar a los
municipios en camposantos abiertos a entierros de
personas de todo credo, pasó a las comisiones de
Gobierno…” (p.127).
Se menciona también que la masonería tuvo un papel
preponderante en la separación de la iglesia con el estado, y
que incluso masones que eran también legisladores,
apoyaban esta medida. Aunque no hay documentación
59

escrita, pero se decía que el Gral. César Canevaro, que en ese


año era Gran Maestro de la Gran Logia del Perú, luego de un
Página

acuerdo de logias, procedió (10 de junio de 1888) a enviar


una petición a cada legislador masón para lograr la ansiada
secularización de cementerios.
Es en este contexto que aparece una publicación de un padre
jesuita Ricardo Cappa titulado “Historia Compendiada del
Perú” que serviría de texto para el Colegio San Pedro
regentado por la Orden Jesuita, donde distorsiona muchos
hechos históricos, vilipendiando a nuestros héroes y
ensalzando a la compañía de Jesús. De inmediato causó la
crítica, comenzando por Ricardo Palma donde publica en el
diario “El Nacional” su excelente “Refutación a un
Compendio de Historia”, donde al comienzo dice: “las más
culminantes exageraciones falsedades y calumnias de que tan
profusamente está sembrada esa historia” y agrega: “No se
concibe milicia mejor regimentada; y por eso los jesuitas son
un peligro para la libertad, la civilización y la república”. Años
más tarde lo incluye en su libro “Cachivaches” y en su clásica
obra “Tradiciones Peruanas”.
También en la Revista Masónica del Perú se publica una
editorial titulado “Manifiesto de la Francmasonería
Peruana” de fecha 31 de julio de 1886 donde menciona que
“hacer oír su voz y su parecer en el concierto de las
opiniones, elevándola al Supremo Gobierno en clamorosa
súplica para que libre al Perú de los peligros con que aquella
Orden le amenaza”. Moción que fue apoyada por los
senadores y también masones Ricardo Palma y José M.
Pinzas.
Christian Dam, comienza su crítica a dicho libro primero con
una conferencia celebrada en el Teatro Politeama con una
reseña sobre la historia de los jesuitas que lo plasmaría
60

luego en un folleto de 37 páginas. Es así que se suman los


liberales y los anticlericales, organizando mítines.
Página
De escritos se pasó a la acción, y es la Gran Logia del Perú
que participa con un mitin, que fue acordado en la sesión de
4 de setiembre de 1886, cuya finalidad era pedir al Congreso
la expulsión de los jesuitas. Existe también otro acuerdo
llevado a cabo el 23 de setiembre en casa de Christian Dam,
para realizar un mitin el domingo 26 de setiembre a la 1 p.m.
y esta vez se agrega pedir al Estado el cumplimiento de la ley
de noviembre de 1855 donde se prohíbe la residencia de los
Jesuitas en el territorio de la República. Un mes y días
después se promulgó una Ley que ratificaba la prohibición
del establecimiento de la Compañía de Jesús como
comunidad, como congregación como cuerpo docente y bajo
cualquier otra forma. (LOPEZ, 1951.p.56-64)
Es así que por segunda vez se expulsaba a los jesuitas del
Perú.
Este fue el escenario cuando Christian Dam escribe este
Memorial titulado “Jesuitas en el Perú”.

Ivo Pino

61
Página
BIBLIOGRAFÍA
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PUCP.
CHOCANO, MAGDALENA. (2010). “Lima masónica: las logias
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XIX”. Revista de Indias, 70(249), 409-444.
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LÓPEZ ALBUJAR, C. (1961) Masones y Masonería en el Perú.
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Perú (1904-1929). Lima: Ediciones Rikchay.
TUPIA, ADORANIM (2012). Por la senda de Christian Dam:
Intelectuales y obreros. Lima: UNMSM.

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