Rol Del Hombre en El Hogar Cristiano MMM
Rol Del Hombre en El Hogar Cristiano MMM
Rol Del Hombre en El Hogar Cristiano MMM
El hombre es líder de su familia, Es quien toma las decisiones en bien por los que
ama y los suyos le siguen, Dios ordena al hombre ser cabeza de su esposa y amarla
como cristo amó a la iglesia. Efe 5: 25
El apóstol Pedro agrega algo a nuestro conocimiento, en 1 Pedro 3:7. Los esposos
son instruidos: “vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso
más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida”
El hombre debe ser íntegro, transparente, honesto, un hombre fiel. Debe ser
vigilante, estar al tanto de todo lo que ocurre en su alrededor así como con su
familia. Ser digno, tranquilo, hospitalario y equilibrado en sus cosas.
1 Timoteo 3:3-4
Un hombre honesto, apacible, responsable, etc... es apto para llevar las enseñanzas
de Dios las cuales debe practicar primeramente en su hogar.
*Conclusión
Efesios 5:25
25 Maridos, amad a vuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó
a sí mismo por ella;
Una buena esposa es una persona muy inteligente, con muchas capacidades,
incluyendo el liderazgo y los negocios. Las diferencias en el liderazgo entre
hombres y mujeres están en las formas de liderar. El hombre por naturaleza es más
racional, y su forma de liderar es más con confrontación y/o con poder. Por su
parte, en la mujer el liderazgo se muestra más en su capacidad de influenciar
aquellos que están a su alrededor. Cuando nuestro propósito de vida es glorificar a
Dios, la influencia que ejercemos es poderosa y positiva.
Proverbios 31:10 dice que tu precio para tu esposo va más allá del de los rubíes.
Cuando un hombre te pide ser su esposa, has sido elegida por sobre todas las
mujeres de la tierra. Esto trae responsabilidad y oportunidad, Ella tiene en sus
manos el destino y el provecho terrenal de su esposo y sus hijos más plenamente
de lo que a menudo se da cuenta. Tú serás, más que cualquier persona o cualquier
cosa, el más grande impacto en el futuro de tu esposo, tus hijos y tu hogar. Mucho
del desarrollo y el destino de ellos están en tus manos. A menudo se dice, “los
hijos son producto del hogar”. Ambos padres estampan su marca en el hogar, pero
a causa del tiempo y la enseñanza, una madre invierte en moldear los hábitos del
hijo, carácter y pensamientos, y su influencia hace un mayor impacto (Proverbios
31:28).
El llamado que Pablo le hizo a las casadas, era de sujetarse a sus maridos. Él decía
“las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido
es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo,
y él es su Salvador” (Efesios 5:22-23). La mujer está llamada a someterse a su
esposo como una muestra de reverencia a Dios. Él te pide que lo respetes, aun
cuando pienses que está equivocado, en los desacuerdos y aun si tu esposo no es
creyente. En este sentido es vital apoyar y respetar las decisiones del esposo.
El rol de la mujer dentro del matrimonio es ser ayuda idónea para su esposo
(Génesis 2318). Y esta función tiene su cumplimiento en gran medida, a través de la
ayuda espiritual. Mediante la intercesión, la mujer cubre a su esposo con protección
y bendición del cielo, incluso si el esposo no es creyente. Hay mucho poder cuando
una mujer ora por su marido y por su familia.
Ser prudente para hablar Tienes que ser sabia con las cosas que declaras, sobre
todo cuando te diriges a tu esposo. Aun en los momentos de crisis y diferencias
debes medir tus palabras para edificar y no para destruir. Debes siempre conservar
la calma recordando que la “blanda respuesta quita la ira”(Proverbios 15:1)
Atiende a su esposo La esposa debe esforzarse por atender a su marido dentro del
hogar. Dependiendo de tus habilidades y de los gustos de tu esposo, debes
demostrar el amor mediante los detalles. En este sentido, si trabajas fuera de la
casa, quizás no dispongas de mucho tiempo, sin embargo debes aprovechar las
pequeñas oportunidades para atenderlo (Ejemplo: cocinar su comida favorita).
Modela a Cristo Como creyente debes exhibir el carácter de Cristo aun delante de tu
esposo. En tu trato con él, cuando estas bajo presión y más aún cuando tu esposo
necesita de tu apoyo. Para el efecto, pídele a Dios su gracia, sabiduría y fortaleza.
Esto es de mayor importancia si tu esposo no es creyente, pues así lo enseñaba el
apóstol cuando decía: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros
maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra
por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y
respetuosa”(1 Pedro 3:1-2)
1 – Amar
2 – Corregir
3 – Enseñar
4 – Inspirar
5 – Ser ejemplo
Proverbios 22-6
Dios nos prestó los hijos para que los criemos de manera tal que luego puedan ser
adoptados en su gran familia.
Criar hijos no es solamente darles techo, ropa, comida, educación, diversión, sino
que los padres debemos ocuparnos de inculcarles los valores, actitudes y actos
que hagan que sean formados de acuerdo al plan de Dios para sus vidas.
Formación social:
Debemos enseñarles a desenvolverse en forma correcta y agradable con los
demás.
Enseñarles desde muy pequeños a respetar y sujetarse a las autoridades.
Amar:
Significa aceptarlos totalmente como son, con su propio sexo, defectos,
características físicas, personalidad, etc. Nuestros hijos perciben desde muy
pequeños si son o no aceptados por sus padres, siendo el contacto físico y
las expresiones de cariño una
manifestación muy importante de ese amor.
Instruir:
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de
él” (Proverbios 22:6).
A menudo las madres solteras son personas muy responsables, y a veces puede
ser difícil "dejar a un lado" sus inquietudes y preocupaciones. Una madre soltera
podría sentirse culpable sólo de pensarlo. Pero Dios nos manda a hacerlo de todas
formas, pasar un poco de tiempo cada día centrándonos en Él, y confiar (durante el
resto del día) en que Él proveerá nuestras necesidades, tanto físicas como
emocionales, al apoyarnos en Él.
Para una madre soltera esto implica apartar un tiempo para leer la Biblia y orar. Ella
podría pensar, "Simplemente no tengo tiempo para hacer esto entre el trabajo, la
crianza de un niño, el cuidado de la casa y todo lo demás." Pero si incluso por una
media hora, cuando su niño está durmiendo o siendo cuidado por un pariente o
amigo, ella puede dedicar un tiempo a hablar con Dios en la oración y escuchar Su
voz en la Escritura, incluso si esto implica el no terminar de limpiar la casa, ella
experimentará la extraordinaria fuerza y Presencia consoladora de Dios con ella
durante el resto del día.
(Deuteronomio 6:6-7)
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón, y las repetirás a
tus hijos y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino y al
acostarte y cuando te levantes”.
La Biblia no manda que toda mujer sea madre. Sin embargo dice, que aquellas
mujeres a quienes Dios bendijo para que sean madres deberían tomar esta
responsabilidad seriamente.
Nosotras haremos que Dios sea real para nuestros hijos con el ejemplo.
Que Dios te ayude a cumplir tu rol de madre.
Las familias suelen estar constituidas por unos pocos miembros que suelen
compartir la misma residencia. Dependiendo de la naturaleza de las relaciones de
parentesco entre sus miembros, una familia puede ser catalogada como familia
nuclear o familia extensa.
Acompáñales a sus hijos durante todo su desarrollo: los padres ya educan a sus
hijos antes incluso de que surjan las primeras preguntas, cuando se les coge en
brazos, besa y acaricia les están enseñando a querer y ser queridos, a tener
seguridad en los demás, a expresar emociones y reconocer las emociones de otros.
Es muy bueno que con los años no se eliminen esas muestras de afecto en el
hogar. Es importante hablar de todo lo que a los chicos les interesa, pero también
de todo aquello que necesitan saber en cada momento y no siempre preguntan,
atendiendo, claro está, a su momento evolutivo y sus capacidades.
Por el hombre Dios hizo que cada hombre y cada mujer fuera un alma, un yo, una
unidad, un agente, una persona de intelecto (espiritual, mental, emocional, social,
moral). Al mismo tiempo, los creó con cuerpos carnales (físicos, reproductivos,
sexuales). Al principio el hombre era inocente de pecado y el Creador lo dotó de
libre albedrío... El carácter sagrado de la personalidad humana, se hace evidente al
crear Dios al hombre a Su propia imagen y al morir.
El matrimonio fue instituido por el mismo Dios con el fin de prevenir la relación
sexual promiscua y para promover la felicidad doméstica, así como el
sostenimiento y la seguridad de los hijos.
Una buena familia cristiana es aquella que se alinea con los principios bíblicos y en
la que cada miembro entiende y cumple con la función que Dios le ha dado. La
familia no es una institución establecida por el hombre. Fue creada por Dios para el
beneficio del hombre, y él es responsable de administrarla. La unidad familiar
bíblica fundamental, está compuesta por un hombre, una mujer (su cónyuge) y sus
hijos.
Jehová espera que los casados cumplan con los votos que hicieron el día de la
boda. Cuando unió a la primera pareja, dijo: “El hombre tiene que estar junto a su
esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne”. Siglos después, Jesucristo citó
esas mismas palabras y añadió: “Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo,
no lo separe ningún hombre” Como vemos, Jehová y Jesús consideran que el
matrimonio es una unión para toda la vida, una unión que solo termina cuando
muere uno de los cónyuges. Dado que se trata de un juramento sagrado,
no deberíamos tomar a la ligera la idea de disolverla.
Según la Biblia, ¿qué motivo válido hay para divorciarse? Pues bien, Jehová ha
indicado que detesta la inmoralidad sexual. Tanto la aborrece, que permite el
divorcio cuando hay fornicación. En realidad, a quien Dios ha concedido el
derecho de decidir si permanecerá casado o se divorciará es al cónyuge inocente
Por tanto, si este decide disolver el matrimonio, no estará haciendo nada que
Jehová odia. Ahora bien, ningún miembro de la congregación debe animarlo a dar
ese paso. De hecho, teniendo presentes determinadas circunstancias, el cónyuge
inocente tal vez opte por permanecer con su pareja, particularmente si observa
verdadero arrepentimiento. En todo caso, es él —que tiene el derecho bíblico a
divorciarse— quien debe decidir y asumir las consecuencias Gálatas 6:5 5 porque
cada uno llevará su propia carga.
Por otro lado, existen situaciones extremas en las que un cristiano o cristiana opta
por separarse, o incluso divorciarse, pese a que su pareja no ha cometido
fornicación. Cuando esto sucede, la Biblia establece que quien decida irse
“permanezca sin casarse, o, si no, que se reconcilie”
Mateo 5:32. 32 Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de
fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete
adulterio. ¿Qué dice la Biblia sobre volverse a casar después del divorcio?
Existe mucho debate entre los cristianos sobre si los que están divorciados se
pueden volver a casar, pero ¿qué dice la Palabra de Dios?
Mateo 19:3-11
Romanos 7:1-3
“¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se
enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? Porque la mujer casada está
sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda
libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será
llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si
se uniere a otro marido, no será adúltera.”
La Palabra de Dios es clara en lo que Dios ha instituido sobre el matrimonio entre
un hombre y una mujer. El contrato de matrimonio los une mientras ambos
conyugues estén vivos. A pesar de que la Biblia permite el divorcio en algunos
casos, también deja muy en claro que no quita el compromiso de ser fiel a ambos
conyugues, y por ello no se les permite casarse de nuevo mientras alguno de ellos
esté vivo.
El primer gran principio respecto al dinero y a los bienes materiales es éste: Dios es
el dueño de todo. La Biblia deja muy en claro que este mundo y todo lo que hay en
él, pertenece a Dios. Dios es Quien creó todas las cosas; por lo tanto, todas las
cosas le pertenecen.
Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos (Hageo 2:8).
Nunca debemos olvidar que Dios es el verdadero dueño de todas las cosas.
Podemos poseer muchas cosas, pero su dueño es Dios. David reconoció a Dios
como propietario de todas las cosas. El Señor Jesús enseñó mucho respecto al
dinero y a la manera de usarlo correctamente. Nos enseñó que no debemos hacer
demasiado énfasis en el, ni tampoco debemos darle poca importancia. Debemos ser
buenos administradores.
Las finanzas sanas en el hogar empiezan con un presupuesto doméstico. Hacer una
lista de las necesidades diarias o mensuales le ayudará a ubicar en qué está
malgastando el dinero y en qué aspectos puede reducir sus gastos.
- ser Organizados
-Mantener un presupuesto
- ser disciplinados
La relación matrimonial, pasa por unas etapas las cuales están determinadas por
las circunstancias que viven en su momento y también por el desarrollo personal
de cada uno de los cónyuges. Cada etapa tiene sus bondades como también sus
retos. Lo interesante es que este proceso es de alguna forma previsible y por lo
tanto puede ayudar a que las parejas se preparen para afrontar cada una de ellas.
Las cinco etapas por las que pasa el matrimonio son las siguientes.
Ocurre entre los tres y los diez años de casados aproximadamente. Ya ha finalizado
la luna de miel y el proceso de adaptación, ahora hay un mayor conocimiento del
cónyuge y es probable que las desavenencias sean más frecuentes; o lo contrario
sean menos, producto de la madurez adquirida en la primera etapa de convivencia.
En esta fase los cónyuges aterrizan; el amor va acompañado más de la razón que
del sentimentalismo. La voluntad juega un papel importante en el binomio
compromiso-entendimiento.
Suele acontecer entre los diez y veinte años de casados, puede coincidir con la
pubertad de los hijos y la edad mediana de los cónyuges. Esta última marca un
período de reflexión y renovación en la vida del ser humano; por lo que es
importante que el matrimonio se encuentre en un estado saludable y que
individualmente se afronte de la mejor manera. Así no se convertirá en una
amenaza para la estabilidad matrimonial.
Del mismo modo, los esposos deben procurar que las dificultades que surjan por
la crianza de los hijos, no afecten la unión conyugal. La unidad en la autoridad y el
trabajo conjunto, deben ser la prioridad.
En esta etapa los cónyuges deben ser bastante creativos, no caer en la rutina (fácil
y silenciosa) redescubrirse otra vez como pareja y conectarse nuevamente. Deben
recuperar los detalles -si los han perdido-, también compartir hobbies y actividades
que ambos disfruten. El tiempo a solas, sin los hijos, es determinante en esta etapa
Se presenta entre los veinte y los treinta y cinco años de unión. “Cuando las
parejas han sido capaces de resolver conflictos y crisis en las etapas anteriores,
este es un período de estabilización y una oportunidad para lograr un mayor
desarrollo y realización personal, y como pareja.” afirma el autor Francisco
Castañera en su artículo "Ciclo de vida del matrimonio".
En esta etapa por lo general se da lugar al síndrome del “nido vacío”, lo que sitúa a
la pareja en una nueva forma de vida; ahora están el uno para el otro. Para algunas
personas, esta puede ser una situación penosa, pues conlleva al desprendimiento
de los hijos, y consigo el sentimiento de soledad. No obstante, es algo que los
padres terminan asumiendo y lo superan al cabo del tiempo.
Los cónyuges en este tiempo, tienen mucha necesidad de apoyo y cariño uno del
otro. Los conflictos en esta fase son bastante menos frecuentes; la mayoría de las
parejas se han estabilizado en líneas de poder e intimidad.
EL NOVIAZGO CRISTIANO