Baustismo en El Siglo III
Baustismo en El Siglo III
Baustismo en El Siglo III
Tertuliano
De Baptismo VI (Católica)
2. Pues si en tres testigos está firme toda palabra de Dios, ¿cuánto más
el don? En virtud de la bendición tendremos los mismos árbitros de la
fe que los que son fiadores de la salvación y los que bastan para la
seguridad de nuestra esperanza, a saber, el número de los nombres
divinos. Pues, habiendose ofrecido en los tres la declaración de la fe y
la promesa de la salvación, es necesario que se agregue también la
mención de la Iglesia, pues donde están los tres, es decir, el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo, allí está la Iglesia que es el cuerpo de los tres".
De Corona XI,1
Tradición Apostólica
16. Que los recién llegados se presenten a los doctores para que
los interroguen sobre la razón que los induce a buscar la fe. Los
esclavos deben tener permiso de sus amos y las mujeres de sus
maridos. Deben abstenerse de todo oficio que tenga que ver con la
idolatría. El maestro de letras debe cesar, salvo que no tenga con qué
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20. Elegidos los que han sido apartados para el Bautismo, si llevan
una vida santa, que les sea permitido escuchar el Evangelio. Desde el
día en que han sido elegidos que se les imponga las manos cada día
exorcizandolos. Al final, el Obispo exorciza a cada uno examinando si
son puros. Los que se van a bautizar lavense el quinto día de la semana,
ayunen el viernes y el sábado. El sábado, el Obispo, imponiendoles las
manos, conjura a todo espíritu a alejarse de ellos y a no volver más.
Terminado el exorcismo, sopla sobre su rostro y después de haber
sellado su frente, sus orejas y su nariz, que los haga ponerse en pie. Se
velará toda la noche en instrucciones. El que se bautice que lleve otro
vaso que el que debe llevar para la Eucaristía.
21. Al canto del gallo, que se acerquen a las aguas, que deben ser
corrientes y puras. Que se desvistan y se bautice primero a los niños.
Si pueden responder por sí mismos, que respondan. Si no pueden, que
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Que el sacerdote, tomando aparte a cada uno de los que deben recibir
el Bautismo le ordene abjurar diciendo, vueltos hacia el occidente: «Yo
renuncio a ti, Satanás, y a tus pompas y a tus obras». Después de esta
declaración que se lo unja con el aceite del exorcismo, diciendo: «Que
todo espíritu malo se aleje de ti».
Y después que haya subido del agua, sea ungido por el presbítero con
aquel óleo santificado, diciendo: «Te unjo con el óleo santo en el
nombre de Jesucristo». Y después se sequen, se vistan y entren en la
Iglesia. El Obispo, imponiendo sobre ellos las manos invoque diciendo:
«Señor Dios que hiciste a éstos dignos de merecer la remisión de los
pecados por el baño de regeneración del Espíritu Santo, infunde en
ellos tu gracia para que te sirvan según tu voluntad, porque a ti es la
gloria Padre, Hijo y Espíritu Santo en la santa Iglesia ahora y por los
siglos. Amen».
(Sigue la oblación)
- Bautismo de niños,
- Elemento nuevo: óleo de acción de gracias,
- Forma interrogatoria del Credo,
- Existe la crismación: el Obispo extiende sus manos sobre ellos.
Los unge individualmente, pero la oración de invocación es
colectiva (da origen a la Confirmación; está la realidad, pero no
se explicita aún),
- Ministro (presbítero, sacerdote, Obispo),
- Participación del diácono,
- Renuncia a Satanás,
- Instrucción desarrollada y reglamentada, tres años,
- Se fija la hora y el rito hasta en sus menores detalles,
- Estructura bautismal: triple inmersión.
Clase).
invocación del Espíritu Santo con imposición de manos. Este rito, que
es parte de la Confirmación, se reserva al Obispo. Se trata de una
unción individual acompañada de epíclesis colectiva (La invocación del
Espíritu Santo es simple y breve; después se introduce la invocación
septiforme basada en Isaías).
- Resumen general:
1) remisión de pecados;
La línea paulina está ausente en el siglo III; pero reaparece con fuerza
en el S. IV
Como está claro en el N.T. es Dios el que toma la iniciativa, pero espera
la respuesta del hombre en la fe. La realidad de la fe es muy rica (cf.
Clemente de Alejandría y todos los otros) hasta hacernos comprender
el Bautismo como «sacramentum fidei».
Eusebio de Vercelli, año 360 d.C., De Trinitate VII, 16, PL 62,284 (J.P. Migne
atribuye este tratado De Trinitate a Vigilio de Thapse); Antonianum 33
(1958) 415-422.
Aprende que una es la operación en la naturaleza del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo, pues la obra que opera el Padre, la misma obra
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