El Método MATEMATICO

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El método "japonés" para multiplicar

contando rayitas
No es magia, solo son matemáticas
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JOSEÁNGEL MURCIA 21 NOV 2017 - 09:34 CET

El vídeo que enseña un método de "multiplicación japonesa" suma desde el 11 de


noviembre unos 100 millones de reproducciones en Facebook, donde se ha
compartido más de dos millones de veces.
En realidad, es un sistema de multiplicación con líneas que ha viralizado más de
una vez, aunque con otros nombres: también lo han llamado multiplicación
maya, aunque ya explicamos en Verne que era imposible que fuera maya, salvo
que por las líneas se refiriera a la abeja.
Aun así, nos gustan mucho las maneras raras de multiplicar y aunque dudo
mucho que en Japón lo enseñen así, vamos a ver cómo se hace, usando como
ejemplo una multiplicación de dos números de dos cifras, 32x12. Después
trataremos de generalizarlo y finalmente, aprovechando que no me leen, veremos
el ejercicio que seguro que pongo a mis alumnos de matemáticas. Por supuesto,
también lo más interesante de todos estos trucos: explicar por qué funciona.
1. Hago dos grupos de segmentos paralelos: en el primero pongo tantas líneas
como el número de decenas completas tenga el primer factor, en el segundo
tantos segmentos como unidades. Es decir, en el caso del ejemplo, tres segmentos
arriba y dos abajo, porque el primer factor es 32. Menos mal que es 32, si llega a
ser 87 parecería un código de barras.
2. Hago otros dos grupos de segmentos paralelos, en otra dirección. En el
primero pongo tantos como decenas completas tenga el segundo factor (uno) y en
el segundo, las unidades (dos).

3. Cuento los puntos de intersección de los segmentos. Si lo hago con


cuidadito y tengo suerte, ya he terminado: los que están a la derecha son 4, esa es
la cifra de las unidades; los que están en las dos esquinas del centro (tanto arriba
como abajo) son la cifra de las decenas, en el caso de este ejemplo hay seis arriba
y dos abajo, es decir, 8 decenas completas; los tres que quedan a la izquierda
suman la cifra de las centenas. Voilà, 32x12=384. ¡Qué alegría! Y lo he hecho
casi tan rápido como con la calculadora del móvil (bueno, no).
4. ¿Y si algo va mal? Al hacer 34x12, en lugar de 8 puntos en la parte central
aparecen 10, lo que indica que el producto tiene 10 decenas. Vale, pues me llevo
una, ¿no? 10 decenas, forman una centena y por tanto el resultado será 408:

¿Por qué funciona? (Atención alumnos): porque he descompuesto mis números


de dos cifras en decenas y unidades, y cuando multiplico unidades por unidades
obtengo unidades, cuando multiplico unidades por decenas, obtengo decenas, y
cuando hago decenas por decenas obtengo centenas, ¿comorl?

Para desarrollar los paréntesis he aplicado la propiedad distributiva, y en el


paréntesis central del resultado he recuadrado lo que queda en el centro del
diagrama de rectas: 3x2=6 puntos y 2x1=2 puntos, 8 puntos en total. En realidad
son 30 veces 2 (o dos veces 30, da lo mismo aunque no sea lo mismo) y dos
veces 10, en total 60 más 20 son 80, de toda la vida.
Aún me queda por aclarar una cosa y es cómo puedo saber el resultado de una
multiplicación cruzando líneas y contando puntos. Es la verdadera magia de este
método, que no se necesita conocer las tablas para calcular los productos.

Pero eso no es magia, son solo matemáticas: es la misma relación que se da en


cualquier disposición rectangular (matriz). Siempre encontramos tantos
elementos como el número de filas multiplicado por el número de columnas. Por
poner un ejemplo, en un edificio de cuatro alturas hay cinco balcones por planta,
en total habrá 20 balcones. Yo disfruto mucho estas relaciones y las subo a
Instagram con la etiqueta #xEsVeces. No busco ganar seguidores (un poco sí), es
por si te apetece hacerlo a ti también.
¿Esto sirve para las escuelas?
Muchos de los comentarios del vídeo original y, me adelanto, también de los de
este artículo, dirán que deberíamos enseñar a multiplicar así en las escuelas. No
estoy de acuerdo. Este truco es pura mecánica y solo resuelve multiplicaciones de
números de pocas cifras (y de cifras bajas), siendo además muy lento.

Ser lento no tiene porqué ser un problema, si sirve para entender mejor el proceso
y se puede exportar para resolver problemas de mundo real. Por esto último
podemos utilizarlo en enseñanza para pedir a alumnos con cierta madurez que
traten de explicar por qué funciona (como haré yo con toda seguridad en el final
de mi asignatura).

No estoy queriendo defender con esto a los algoritmos tradicionales que se


enseñan también mecánicamente en la escuela. Deberíamos utilizar
procedimientos que se puedan comprender, sobre números que los alumnos
puedan imaginar, y siempre pidiendo previamente una estimación, un cálculo
aproximado de cuánto va a dar el resultado, para que lo contrasten con el
resultado que posteriormente obtengan y así sirva para aprender algo. Realizar
larguísimas operaciones sobre números igualmente largos no aporta nada, pero
esa es otra historia, y la contaremos en otra ocasión.

“Truco” para las razones


trigonométricas de ángulos
notables
18 enero, 2016 por Amadeo Artacho

En nuestra aventura de conocimiento que es la escuela, en esa travesía


que hacemos por la senda de las matemáticas, que en ocasiones
parece más un laberinto que un camino, llega un momento en que
viajamos por el… mundo de la geometría.
Primero aparecen las figuras geométricas y aprendemos a distinguir
entre triángulos, cuadrados, rectángulos, rombos y… ¡óvalos! Y además
hacemos dibujos con ellos… la cabeza es un círculo, los brazos y las
piernas son rectángulos, los pies triángulos…
Después aparecen otras figuras como los romboides, los trapecios,
los trapezoides (que son algo así como los que no son nada de todo lo
de antes)… hablamos de polígonos, y hacemos clasificaciones de todos
ellos distinguiendo entre triángulos, cuadriláteros (y dentro de
éstos paralelogramos, trapecios…)… aparecen los polígonos regulares de
más de cuatro lados… y empezamos a calcular áreas y perímetros de
todos ellos.
En fin, que parece que la cosa se va complicando, sobre todo si nos
hemos perdido por el camino.

En ese mundo que se va levantando a nuestro alrededor la figura de


los triángulos toma un papel destacado y, además, decimos que hay
triángulos equiláteros, isósceles, escalenos, y
también acutángulos, obtusángulosy… ¡rectángulos!
Sí… ¡rectángulos! (con exclamación) porque nos van a dar mucho
juego. Buena culpa de ello la tiene la aparición estelar de… ¡El Teorema
de Pitágoras!
Ese que dice que en todo triángulo rectángulo, el cuadrado de la
hipotenusa (el lado de mayor longitud del triángulo rectángulo, sobre
el que está tumbado el hipopótamo del dibujo) es igual a la suma de
los cuadrados de los catetos (los dos lados menores del triángulo, los
que conforman el ángulo recto).
c2 = a2 + b2
Sí porque, con el teorema de Pitágoras, los lados del triángulo
rectángulo pasan a llamarse catetos e hipotenusa.
Al principio nos cuesta algo distinguir bien la hipotenusa (hay una
extraña fuerza que nos atrae hacia el lado oscuro y nos hace pensar
que debe ser el lado del que no conocemos su valor, comunmente
conocido como “x”), pero llega un momento en que, de tantas veces
que lo hemos visto, llegamos a controlarlo (más o menos)… y con ello,
se despierta en nosotros una capacidad insospechada para
calcular lados y alturasdesconocidos en polígonos (sí, esos que nos
hacen falta para las “fórmulas”)… ahora sí, parece que el cálculo de
perímetros y áreas de figuras planas ya no se nos resiste (… o igual un
poco).
Ilustración de Darth Vader, obra de Joe Wight. ¿Será éste el lado oscuro que nos hace pensar que
la hipotenusa es siempre el lado que no conocemos?
Pero… lo que sí llevamos bien es eso de que los ángulos de un
triángulo (que son tres) suman 180º. Y cuando no sabemos uno de
ellos, le restamos a 180º los otros dos para calcularlo.
Nos decimos a nosotros mismos que parece sencillo lo de los ángulos.
Además, también tenemos claro eso de que en el triángulo
rectángulo hay un ángulo que es de 90º, y que se le llama ángulo recto.
Pero… entonces… aparece la… ¡Trigonometría!
Y empiezan a hablarnos de razones trigonométricas…
de senos, cosenos, tangentes… ¡Pero esto qué es ahora!

Resulta que los lados del triángulo rectángulo ya no tienen sólo


nombres, sino que también tienen apellidos: cateto opuesto y
cateto contiguo o adyacente.
Así, aprendemos que el seno de un ángulo α es la razón entre el cateto
opuesto a dicho ángulo y la hipotenusa…

… el coseno de un ángulo α es la razón entre el cateto contiguo o


adyacente a dicho ángulo y la hipotenusa…

… y la tangente de un ángulo α es la razón entre el seno de dicho


ángulo y su coseno o, expresado de otra manera, entre el cateto
opuesto y el cateto contiguo…

Y no sólo eso,
porque además están los inversos de cada uno de ellos y hay
relaciones entre ellos… Incluso aparecen nuevas herramientas para el
cálculo en triángulos, como el Teorema del seno y el Teorema del
coseno….
… pero no nos adentremos tanto en este mar, porque para navegar en
él habría que hacerlo más despacio y sabiendo lo que hacemos en
cada momento.

Vamos a quedarnos en esto del seno y del coseno de un ángulo.


Resulta que cuando los estudiamos, aparecen una serie de ángulos que
llamamos ángulos notables, que en el primer cuadrante nos cuentan
que son 0º, 30º, 45º, 60º y 90º, y las razones trigonométricas de cada
uno de ellos (eso del seno, coseno y tangente) tienen unos valores
bastante particulares y que, además ¡tenemos que sabérnoslos!

… … … …

En ese momento es cuando decimos ¿para qué?… ¡si seguro que me lo


dice la calculadora!

Pero nuestra esperanza tecnológica rápidamente se desvanece cuando


nos responden que debemos operar con fracciones y no con
decimales, porque además de no perderse parte de la precisión con las
aproximaciones que haríamos utilizando decimales, después se
simplifican bastante las operaciones y nos van a quedar resultados
“bonitos” (esos que cuando nos salen decimos: “esto seguro que está
bien”).
Así es que, mucho que nos pese, tenemos que saber cuánto vale el
seno, coseno y tangente de cada uno de estos ángulos.

Y aquí, después de todo este “sinuoso” recorrido, es donde interviene


en nuestro auxilio (ya estábamos al borde de la desesperación)
el “truco” al que hace mención el título de esta entrada.

Si hiciésemos una tabla con los valores que se supone que debemos
sabernos, sería algo así como la siguiente:
Ni que decir tiene que aprenderse los valores de la tangente es un
poco absurdo pues, sabiendo el seno y el coseno, la tangente se
obtiene dividiendo el primero entre el segundo. Con lo que nos valdría
con aprendernos únicamente los valores del seno y del coseno.
Cuando tenemos una cosa así, solemos buscar un camino más sencillo
que nos ayude a recordarlo. Es decir, intentamos crear una regla
mnemotécnica. Pues eso es lo que vamos a hacer.
Primero dibujamos un símbolo de raíz grande, tal como éste…

… escribimos dentro dos filas de números, en la parte superior una que


vaya del 0 al 4, y en la parte inferior otra que vaya al revés, del 4 al 0…

… dibujamos una barra grande debajo y un 2 bajo ella…


… y ahora lo completamos con lo que nos interesa saber…

¡Pues ya lo tenemos!
Ya podemos saber el seno o el coseno de cualquiera de estos ángulos
notables.
El procedimiento es bastante sencillo. El resultado va a ser la raíz de un
número entre 2, y ese número es el que corresponde a la fila del sen o
del cos (según queramos calcular el seno o el coseno) y a la columna
del ángulo notable en cuestión. Después tan solo tenemos que
simplificar el resultado obtenido, si se puede. Vamos a hacer unos
ejemplos que así se ve mucho mejor.
Supongamos que queremos saber el sen 30º…

es decir:

Calculemos ahora, por ejemplo, el cos 45º…


sería:

O el sen 60º…

que es:

O el sen 90º…

es decir:
¿Sencillo, no?

Desde luego es una ayuda, y mejor que aprendérselas de memoria.

Pero ¿de verdad hay que aprendérselas de memoria?

Para mí el verdadero “truco” es saber deducirlas. Y mejor aún es


hacerlo utilizando las cosas que ya conocemos.

Vamos a emplear el Teorema de Pitágoras y buscar triángulos


rectángulos donde aparezcan estos ángulos notables.
¿En qué triángulo encontramos seguro ángulos de 60º? Pues en un
triángulo equilátero, que tiene sus tres lados iguales y sus tres ángulos
también iguales…

Pero, como lo que queremos es un triángulo rectángulo y además nos


interesa encontrar también un ángulo de 30º, vamos a quedarnos con
una de las dos mitades en que queda dividido por su altura…
Y ahora, para calcular el otro cateto que nos falta por saber (h), vamos
a utilizar lo otro que habíamos comentado: el Teorema de Pitágoras.

Ya sabemos todo lo que necesitamos para poder calcular las razones


trigonométricas de 30º y 60º…
Lo hacemos:
Para ver ahora las razones trigonométricas de 45º, necesitamos un
triángulo rectángulo que tenga un ángulo de 45º.

Si partimos de un cuadrado, de ángulos 90º…

Y nos quedamos con una de las dos mitades en que queda dividido
por una de sus diagonales, tenemos lo que buscábamos: un triángulo
rectángulo con ángulos de 45º…

En este caso, lo que nos falta por averiguar es la hipotenusa (d), para lo
que volvemos a utilizar el Teorema de Pitágoras.
Y ya podemos calcular el seno y
el coseno de 45º:

Nos quedan por ver las razones trigonométricas de 0º y 90º. En ambos


casos tenemos que recurrir a “triángulos teóricos”. Vamos a verlo.

Si partimos de un triángulo rectángulo con un ángulo cualquiera, y


vamos disminuyendo cada vez más ese ángulo, como se ve en la
siguiente imagen, el cateto opuesto se va haciendo cada vez más
pequeño y la longitud del cateto contiguo se acerca cada vez más a la
longitud de la hipotenusa. Así, cuando el ángulo es de 0º, tenemos un
“triángulo teórico” en el que el cateto opuesto es cero y el cateto
contiguo coincide con la hipotenusa.
De esa manera el seno y el coseno de 0º serían:

Si partimos ahora de un triángulo rectángulo con un ángulo cualquiera


agudo, y vamos aumentando cada vez más ese ángulo acercándonos a
90º, el cateto contiguo se va haciendo cada vez más pequeño y la
longitud del cateto opuesto se acerca cada vez más a la longitud de la
hipotenusa. De esa manera, cuando el ángulo es de 90º, se tiene un
“triángulo teórico” en el que el cateto contiguo es cero y el cateto
opuesto coincide con la hipotenusa.
Y en esa situación:

Pues ya tendríamos el seno y el coseno de los ángulos notables del


primer cuadrante.
¿Y la tangente? Pues lo que habíamos dicho ya: dividiendo
directamente el seno entre el coseno.
Como conclusión, es práctico tener un “truco” o regla mnemotécnica
como el que hemos visto, pues nos permitirá saber con bastante
rapidez el valor de las razones trigonométricas que necesitemos
cuando estemos haciendo cálculos.

Pero es muy importante saber de dónde vienen estos valores y tener


bien claros los conceptos, en definitiva, entender las cosas, porque es
lo que nos va a permitir hacer mucho más y, como diría el Maestro
Yoda, “de bastantes situaciones airosos salir”.
Ilustración realizada por Joe Wight de Yoda.
¡Qué la fuerza os acompañe!

11 Trucos de matemáticas que te convertirán


en el Einstein de tu clase
Son increíbles y muy fáciles de aprender...

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L as matemáticas no son fáciles para la mayoría de niños e incluso adultos en

el colegio y universidad es por esto que te mostraremos y enseñaremos 11 trucos


de matemáticas que te volverán el genio de la clase aprobados por Einstein.

1Convertir de grados Celsius a Fahrenheit fácilmente


Como multiplicar números grandes en tu cabeza
Multiplicar por once nunca fue tan fácil
Truco para siempre recordar el numero Pi
Cómo calcular la fracción de un número entero
Cómo sumar y restar fracciones en segundos
Cómo calcular los múltiplos de 9
Usa tus manos para aprender la tabla del 6, 7, 8 y 9
Calcula porcentajes como un experto

Nunca olvidaras cuál es el signo mayor que y el menor que

Y por ultimo trucos de matemáticas Multiplicar usando lineas


Matemagias: El truco del 1089

Matemáticas y lógica / 14 de mayo de 2011

Para fardar realizando un juego matemático de adivinar números ante amigos o en reuniones

familiares, aquí os presento un clásico. Para que quede más claro, lo voy a ir relatando junto

a un ejemplo.

Proponemos otra persona que piense un número de tres cifras que no acabe en cero, y le

pedimos que disponga las cifras en orden inverso. Entonces deberá restar el número menor

al otro mayor.
862 – 268 = 594

Con el número conseguido deberá operar de igual manera, sumándole la misma cifra con los

dígitos escritos en orden inverso.

594 + 495 = 1089

Hasta este punto, el proceso debe haberlo hecho la persona a la que queramos hacer el truco

sin que nosotros conozcamos ninguna cifra. El contrario debe haber calculado las

operaciones en secreto. Lo interesante de este juego es que nosotros siempre conoceremos

el número final y podremos decirle con seguridad al para su sorpresa, que el número final es

1089, simulando que hemos podido leerle el pensamiento. Este truco no podremos efectuarlo

dos veces a la misma persona, pues se dará cuenta del chanchullo.

Si el resultado de la primera operación es un número de dos cifras, le añadiremos un cero,

como en este ejemplo:

374 – 473 = 099

099 + 990 = 1089

Matemática: 9 trucos para


dejar de plagiar en clase
No es fácil para todos aprender fórmulas en aritmética, geometría o trigonometría. Por
ello, te mostraron un artículo ideal con imágenes interactivas para que puedas resolver más
fácil tus problemas de estas materias.
Tabla de multiplicar del 6, 7, 8 y 9 con las manos..

29 de Julio de 2015 12:45 pm.

No es fácil para todos aprender fórmulas en aritmética, geometría o


trigonometría. Por ello, te mostraron un artículo ideal con imágenes interactivas
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VEA MÁS: Conoce las funciones de los poderes del Estado
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La memoria puede fallar por momentos y recordar alguna teoría en clase
resulta complicado. Sin embargo, existen varios métodos para una mejor
enseñanza, de paso, para que las matemáticas dejen de ser un curso tedioso
para la mayoría.
Un informe de “La voz del muro” explica los siguientes pasos a través
de imágenes.
TIPS
1. Tabla de multiplicar del 6, 7, 8 y 9 con las manos.
Asigna un número del 6 al 10 a los dedos de tus manos. Empieza con el 6 en el
meñique y termina con el 10 en el pulgar.
Junta los dedos que quieres multiplicar.
2. Multiplicar cifras grandes en tu cabeza.
3. Técnica para saber la tabla del 9.
4. Sumar y restar fracciones con el método Mariposa.
5. Multiplicar por 11 es más fácil.
6. Para los porcentajes.
7. De Fahrenheit a Celsius a toda velocidad.
8. Símbolos mayor y menor.
9. Para mejorar la memoria.

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