Sao Paulo 2019
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Las y los delegados al XXV Encuentro del FSP, reunidos en Caracas, República Bolivariana de
Venezuela, cuna del Libertador Simón Bolívar y de su digno continuador, el Comandante Hugo
Chávez Frías, en ocasión del 65 aniversario de su natalicio, hemos llegado a las siguientes
conclusiones:
Es urgente retomar la iniciativa con más vigor y eficacia. Ello es posible “cuando hay unidad,
dirección política decidida y capaz, objetivos claros de lucha, moral de combate y arraigo en las
clases populares”. Esta idea, aprobada por el XXIV Encuentro el pasado año, mantiene total
vigencia.
Fortalezcamos las luchas por la justicia para todas y todos, por la emancipación social, por la
plena soberanía política, la independencia económica y la autodeterminación de nuestros pueblos.
Frente a estas realidades, el XXV Encuentro del FSP convoca, con sentido de urgencia, a
fortalecer el movimiento mundial en defensa de la paz, la democracia y las conquistas sociales
alcanzadas. La conducta internacional agresiva e irresponsable de la actual Administración de
Trump, así lo demanda.
Apoya el diálogo entre el Gobierno Bolivariano y las corrientes opositoras impulsado por el
presidente constitucional Nicolás Maduro, porque es una expresión genuina de la democracia y de
las libertades existentes en Venezuela, razón por la cual es apoyado mayoritariamente por el
pueblo venezolano en función de dirimir las diferencias por la vía constitucional y pacíficamente,
sin injerencias extranjeras.
De forma enérgica rechaza las amenazas de intervención militar contra Venezuela y condena en
todas las instancias posibles el bloqueo económico, financiero, comercial y el cerco diplomático
por parte del gobierno de los Estados Unidos. Preservar la paz en Venezuela es preservar la paz en
la región y una de las prioridades de los partidos que integramos el FSP.
Ratifica las causas justas aprobadas en el XXIII y XXIV Encuentros del FSP, por considerarlas
vigentes. En consecuencia, este XXV Encuentro llama a:
Reforzar la defensa, como objetivo común, de la Proclama de América Latina y el Caribe como
Zona de Paz, aprobada en la II Cumbre de la CELAC. Ello es urgente y vital.
Defender a la CELAC, como mayor acontecimiento unitario de los últimos 200 años y sembrar la
idea integracionista en nuestros pueblos.
Repudiar la peligrosa presencia militar de los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en el
Caribe y el Atlántico, con fines claramente agresivos y de presión sobre nuestras naciones.
Rechazar de forma enérgica la Doctrina Monroe y todas las ideas de EE.UU. acerca de que
América Latina y el Caribe es su “patio trasero”.
Concertar, en todo espacio que lo permita, acciones que enfrenten el dominio del Imperialismo
yanqui en América Latina y el Caribe.
Conocer con rigor cómo opera la derecha internacional, regional y local contra este continente que
defendemos y defenderemos.
Reafirmar la importancia de las relaciones del FSP con los partidos de izquierda de Europa, Asia,
África y Medio Oriente.
Denunciar el papel injerencista, al servicio de los EE.UU, de la OEA. Esta sigue operando como
fiel ministerio de colonias de los EE.UU, simbolizada por su secretario general Luís Almagro,
peón del Imperio.
Condenar la Guerra no Convencional que aplica EE.UU. contra los gobiernos que no se pliegan a
sus órdenes e intereses.
Enfrentar de forma enérgica el avance de la derecha sobre nuestros pueblos. Así lo evidencian los
gobiernos neoliberales reciclados, autoritarios y profascistas, como los de Bolsonaro en Brasil,
Iván Duque en Colombia, y Mario Abdo Benitez en Paraguay, Mauricio Macri en Argentina,
Lenin Moreno en Ecuador y Juan Orlando Hernández en Honduras, que destruyen la democracia y
los derechos sociales conquistados.
Respaldar al pueblo hondureño por su persistente y valiente lucha en defensa de sus derechos, en
contra de las políticas neoliberales y de la corrupción que caracteriza al neoliberalismo, y a favor
de la construcción de una alternativa que priorice los intereses mayoritarios del pueblo. La lucha
de éste, encabezada por el partido LIBRE, es un ejemplo a seguir por los que padecen las funestas
consecuencias del neoliberalismo.
Exigir, además, la libertad de Simón Trinidad y los exguerrilleros que continúan en las cárceles.
Exigir al gobierno colombiano el cumplimiento integral de los Acuerdos de Paz, vitales para
asegurar que nuestro continente siga siendo zona de paz. De igual manera, respaldamos al partido
FARC por su persistente defensa de los Acuerdos y su cumplimiento, lo que constituye una
invaluable contribución a la lucha por la paz. Para alcanzar esta paz, demandamos el reinicio
inmediato de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Ofrecer toda la solidaridad al FMLN, cuya militancia y pueblo son víctimas de agresiones y
revanchismo por parte de la derecha local, al servicio de los EE.UU, mediante la violación de
derechos conquistados y para deslegitimarlos por la vía judicial, tal y como sucede, con hechos
graves de persecución política y violación de los derechos humanos en Ecuador, Brasil, Argentina.
La prisión de Lula y Jorge Glas así lo demuestran, como también la persecución judicial contra
Cristina Fernández de Kirchner, Rafael Correa y Ricardo Patiño. Y exigimos la libertad de todas y
todos los presos políticos.
Apoyar la candidatura de Evo Morales y Álvaro García Linera en Bolivia, que con el mayoritario
apoyo de su pueblo apuestan a desarrollar en su cuarto mandato la «Agenda del Bicentenario»,
con el objetivo de terminar de saldar las deudas históricas pendientes de los siglos XIX y XX, y
encarar las tareas del siglo XXI en condiciones de independencia económica y plena soberanía
política.
Apoyar la fórmula de Daniel Martínez para presidente y Graciela Villar para vicepresidenta de
Uruguay, cuyo triunfo garantizaría la continuidad de las politicas a favor del pueblo uruguayo, y
de las leyes que benefician a sectores históricamente postergados como las trabajadoras
domésticas, los peones rurales o las personas trans. Y la defensa de la soberanía y la democracia
en Uruguay que vienen llevando a cabo los gobiernos del Frente Amplio.
Apoyar al movimiento popular de Argentina que ha logrado conformar una alianza unitaria en el
Frente de Todos, que lleva como candidato a presidente a Alberto Fernández y como candidata a
vicepresidenta a Cristina Fernández de Kirchner, para enfrentar al macrismo y sus políticas de
hambre, endeudamiento, represión y entrega de la soberanía, en la próxima contienda electoral de
octubre. La derrota de Macri y del neoliberalismo en Argentina sería un triunfo de la integración
nuestroamericana y volvería a alentar las luchas y resistencias en el resto de los
países.
Apoyar al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo triunfo, con masiva
participación popular demostró que no existe fin de ciclo progresista alguno; abrió perspectivas de
cambio a favor de las grandes mayorías con el programa de la Cuarta Transformación y puede
significar un reimpulso a los procesos de integración regional autónoma y soberana de nuestros
pueblos, bajo los principios de libre autodeterminación de los pueblos, no intervención y solución
pacífica de los conflictos.
Rechazar toda forma de racismo, discriminación social y discriminación por orientación sexual.
En ese sentido apoyar la agenda de lucha por los derechos de la comunidad LGBTTI.
Exigir el respeto a los derechos humanos de las mujeres, violados por las políticas neoliberales.
Defender el papel de las mujeres latinoamericanas y caribeñas como constructoras fundamentales
de los procesos de cambio emancipatorios, así como de resistencia activa a la contraofensiva
neoliberal y a la pérdida de derechos conquistados. Apoyar las masivas movilizaciones feministas
en curso en el continente. Sin el aporte de las mujeres será imposible avanzar hacia la verdadera
independencia de nuestras naciones. Entender que solo podrá triunfar la lucha por la igualdad de
género si asumimos la lucha por la igualdad de clases. Solo desterrando el capitalismo será posible
eliminar el patriarcado.
Condenar todas las formas de discriminación y violencia hacia la mujer, la exclusión, el tráfico y
trata de mujeres y niñas, la explotación sexual, los feminicidios, así como exigir un mayor apoyo y
protección de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Defender el acceso al agua como derecho humano y como derecho de los pueblos para desarrollar
su actividad agrícola, fuente de riqueza y trabajo que asegura la soberanía alimentaria, así como
defender el medio ambiente, la tierra y los territorios.
Apoyar las exigencias de los Estados insulares del Caribe a ser resarcidos por los daños de la
esclavitud.
Demandar el fin incondicional, total y definitivo del criminal e incrementado bloqueo económico,
comercial y financiero del gobierno de los EE.UU contra Cuba, que constituye el principal
obstáculo al desarrollo económico y social del país, y una flagrante y masiva violación de los
derechos humanos de las cubanas y cubanos. Como parte de su política de cerco a Cuba aplican la
Ley Helms Burton y activan el título III, junto a otras medidas hostiles.
Exigir la devolución a Cuba del territorio que ocupa la Base Naval de Guantánamo. Apoyar el
reclamo histórico de Argentina sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur,
Sandwich del Sur, Antártida Argentina y espacios marítimos circundantes. Cuestionar, además, el
acuerdo entre el actual gobierno de Argentina y el Reino Unido, celebrado en septiembre de 2016
y conocido como «ForadoriDuncan».
Exigir la libertad inmediata de Lula, víctima de un abusivo, ilegal e indignante ejercicio del poder
judicial contra él.
Rechazar la política del imperio estadounidense de calificar a Cuba, Nicaragua y Venezuela, como
integrantes de un supuesto eje del mal.
Defender, como uno de los objetivos centrales del FSP, la construcción de la unidad
antiimperialista y antineoliberal como la táctica y la estrategia de la victoria, en defensa de la
soberanía, la independencia, la democracia, la autodeterminación y los derechos humanos en
Nuestra América, con real protagonismo político de sus pueblos.
La identidad del FSP – lo reafirmamos — tiene que seguir siendo anti-imperialista y anti-
neoliberal, de apoyo militante a todos los gobiernos de izquierda, populares y progresistas que
están bajo asedio, y de respaldo a las causas justas de los pueblos.
“El mejor modo de decir, es hacer”. Con base en esta máxima martiana, proponemos concentrar
los esfuerzos del FSP en las siguientes direcciones principales en los próximos meses:
– Multiplicar las acciones de solidaridad mutua, con iniciativas que demuestren la fuerza de
nuestras organizaciones y pueblos. En este terreno
proponemos incrementar la solidaridad activa con los pueblos y gobiernos de izquierda que están
bajo reforzado acecho de los Estados Unidos y la derecha continental. A la vez, llamamos a
transformar la solidaridad con todos los dirigentes de izquierda hoy presos o perseguidos, en tema
de
principio. El caso de Lula muestra lo que podemos hacer en tal sentido.