De Princesas y Superheroes
De Princesas y Superheroes
De Princesas y Superheroes
En el presente trabajo se propone realizar una re- forma primaria de relaciones significantes de poder” 1.
flexión crítica al respecto del potencial de la práctica Tanto los roles de género como las relaciones de
psicomotriz educativa en la construcción de un sistema poder que el sistema de género prescribe, son na-
de género más igualitario en nuestra sociedad. Se parte turalizados por las sociedades, al punto que las ini-
de la premisa de que el juego en la primera infancia quidades que promueven son invisibilizadas. No son
es la principal fuente de aprendizaje e interiorización percibidas como un problema, ni aún por aquellas
del mundo externo, por tanto desempeña un rol fun- personas que los padecen. Sin embargo no por eso,
damental en la construcción de la subjetividad y la ad- dejan de tener consecuencias sobre las personas y so-
quisición de las habilidades cognitivas y sociales de las bre la sociedad toda.
personas. Quizá el resultado más visible sea la distribución
Cuando analizamos esta construcción desde la desigual de poder, que coloca en la amplia mayoría de
perspectiva de género observamos como este desa- los casos a las mujeres en desventaja para ejercer sus
rrollo queda sesgado por la imposición de modelos derechos y acceder a las oportunidades sociales. Esto
de masculinidad y feminidad. Estos se refuerzan se expresa luego en situaciones como la violencia hacia
promoviendo diferenciadamente en niños y niñas la mujer en la esfera doméstica, la brecha salarial en la
actitudes, ideas, prácticas, discursos y significados esfera laboral o la escasa representatividad de las muje-
que el modelo imperante atribuye como “propios res en la esfera gubernamental. Es decir en un sistema
de su sexo” e inhibiendo aquello que se atribuye al social donde los varones ocupan los lugares de poder,
otro sexo. Cuando, a lo largo de la vida, los mensajes donde lo masculino es más valorado y donde los hom-
recibidos responden únicamente a las premisas del bres se atribuyen derechos sobre las mujeres.
modelo hegemónico, el proceso de socialización de Asimismo, la perspectiva de género permite visua-
género se alimenta y se reconstruye, consolidando el lizar las consecuencias negativas del modelo sobre los
sistema de género de nuestra sociedad. varones. La masculinidad, a diferencia de la feminidad,
El análisis de este proceso requiere profundizar en sus requiere de una constante afirmación personal y de-
diferentes etapas, haciendo hincapié en la infancia tem- mostración social que expone a los varones a situacio-
prana y visualizando su impacto a nivel individual y so- nes de riesgo, los priva de los placeres del afecto, y les
cial, para luego detenernos en las posibilidades de inter- exige productividad más que cualquier otra cosa. Quizá
vención del/a Psicomotricista como actor/a de cambio. esto nos ayude a entender problemas tales como la alta
El género es una construcción sociocultural, por la tasa de mortalidad de los varones jóvenes en accidentes,
cual cada sociedad en un momento histórico determi-
nado sobre el dato biológico del sexo, asigna roles, fun- 1- Scoot, J. El género: una categoría útil para el análisis histórico.
ciones, atributos, permisos y prohibiciones diferentes En: Lamas, M. (comp.): “El Género: la construcción cultural de la
para varones y mujeres. Al mismo tiempo, al decir de diferencia sexual”. PUEG – UNAM. México, 1996
Scoot “es un elemento constitutivo de las relaciones sociales iv Salvarezza, L. (2005). Psicogeriatría. Ed. Paidos, Bs. As. Pág. 51.
basadas en las diferencias que distinguen los sexos y es una v Salvarezza, L. (2005). Op.Cit. Pág. 40.
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eventos violentos y por uso problemático de drogas, o ños no nos debe extrañar que ellos contesten o piensen:
la altísima tasa de deserción escolar de los varones ado- “de eso que se encargue mi señora” porque “eso son
lescentes, o las dificultades que se les presentan a los cosas de mujeres”.
padres para vincularse con sus hijas/os. La socialización de género es el proceso mediante el
La perspectiva de género nos puede ayudar a visua- cual desde que nacemos, aprendemos en un continuo
lizar esas consecuencias y analizar sus causas, desde una intercambio con el exterior a desempeñar el rol de gé-
mirada que problematice lo hegemónicamente acepta- nero que nuestra cultura y nuestra sociedad nos asigna
do y rompa con mitos que describen como natural e en función de nuestro sexo biológico. El intercambio
innato aquello que es socialmente construido. supone un rol activo de quién se esta socializando. Por
Proponemos analizar este ejemplo: muchos centros más fuertes que sean los mensajes y las prescripciones,
de educación inicial han planteado la dificultad con el sujeto construirá su propia masculinidad o femini-
la que se enfrentan cuando buscan convocar a los re- dad, que podrá estar más cerca o más lejos del modelo
ferentes masculinos de las niñas y los niños. Quizá la hegemónico en función de la historia de vida del mis-
primera explicación que le encontremos al hechos este mo. Asimismo, el modelo hegemónico varía según la
relacionada con el tiempo y el trabajo. Pero en una se- cultura y el tiempo histórico que estemos analizando.
gunda mirada muchas veces constatamos que no siem- Estas dos realidades habilitan una brecha que nos per-
pre el tiempo es un factor determinante. Mujeres que mite promover sociedades más igualitarias y personali-
trabajan encuentran los mecanismos para hacerse ese dades más libres de los estereotipos de género.
tiempo, y varones que no trabajan no disponen del Como construcción sociocultural, el sistema de géne-
mismo para esa responsabilidad. ro se sostiene en tanto las/os involucradas/os lo soste-
La perspectiva de género nos puede aportar algo para nemos. Toda construcción que requiere de permanente
explicar esta situación: la construcción de la feminidad mantenimiento nos habilita la posibilidad de recons-
y la masculinidad incluye un modelo de madre y pa- trucción y cambio. Esto se aplica a nivel social e in-
dre también diferenciado, donde la mujer, construida dividual: el sistema de género se construye, así como
“como un ser para otros” se hace cargo y se involucra los roles de género que cada una/o desempeñamos se
mucho más en la educación de sus hijas/os que el va- construyen. El juego en la primera infancia ocupa un
rón, que ha sido promovido como un “ser para sí”. lugar central en este proceso, y puede ocuparlo también
¿Como llegamos a esto?, nos preguntamos. El inicio en su problematización.
de la respuesta a esta pregunta la podemos encontrar Los ambientes que se generan y los juicios que se
en el mismo centro de educación inicial que planteó la emiten desde las instituciones por las que transita el/a
dificultad. Cuántas veces vemos que se promueven en niño/a son decisivos ya desde tempranas etapas. Dichas
las niñas juegos “propios de su sexo”, donde se desarro- instituciones desde su lugar de poder ejercen una inci-
llan habilidades como el cuidado de los/las demás, la dencia simbólica importante en la constitución de su
crianza, el cuidado de hogar, el vínculo afectivo familiar psiquismo, que se reflejará en su accionar. Si las expe-
y todas las habilidades sociales que riencias e interacciones sociales pro-
requiere el ejercicio de una mater- mueven los estereotipos de los roles
nidad responsable. En los varones, de genero, la consecuencia es que
en cambio, no son promovidos este dichos roles se rigidizan polarizando
tipo de juegos. Muchas veces, por y fijando comportamientos mascu-
el contrario son inhibidos de jugar, linos y femeninos. En el imaginario
y reciben mensajes tales como “a social esto se manifiesta en la creen-
eso juegan las nenas”, que pueden cia mas o menos explicita de que las
provenir tanto de sus pares como de características de dichos roles son ex-
las/os adultas/os referentes. cluyentes.
Del “a eso juegan las nenas” al, Llevando esta afirmación al plano
“eso son cosas de mujeres” sólo ha- de los juegos y juguetes vemos que
cen falta unos años de vida. Cuando la opción no es exclusivamente del/a
convoquemos luego a los varones a niño/a sino que depende claramente
involucrarse en la crianza y educa- de factores externos micro y macro
ción de las niñas y los niños peque- sociales.
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Así comprobamos que hay una clara división de los
mismos de acuerdo al género: la niñas son confinadas
a realizar juegos como ser: las “mamas”, las tareas do-
mésticas y a utilizar los juguetes relacionados con éstas
actividades, así como con la estética y la belleza del as-
pecto físico. Por su lado el varón tiene juegos y jugue-
tes claramente orientados al ejercicio y el desarrollo de
habilidades físicas e intelectuales, donde la fuerza, la
agresividad, el desafío y la competencia, aparecen como
aptitudes a potenciar. Ya en este tipo de juegos se res-
tringe a las niñas a un rol pasivo, limitado incluso en
el espacio físico que ocupan en tanto los varones mues-
tran un rol activo, expansivo, ocupando el espacio y
haciendo de los desplazamientos y el despliegue físico
una de sus principales fuentes de actividad lúdica. su padre. El famoso pasaje de la mujer (antes amparado
Tomando la definición de juego que Winnicott este jurídicamente incluso) de la tutela de un hombre a la de
plantea: “jugar es hacer, el juego compromete al cuerpo, otro hombre. Nos preguntamos, ¿cuánto de la princesa
el jugar tiene siempre una implicancia corporal, implica y el superhéroe nos queda internalizado a las mujeres y
una acción sobre el mundo externo y modifica a su vez el a los varones en nuestra vida adulta? ¿Cuántas veces el
“mundo interno”” 2. Por lo tanto el juego a la vez que complejo de súper héroe inhibe a los varones para pedir
educativo y fuente de aprendizaje, permite satisfacer ayuda y cuántas veces el complejo de princesa inhibe
el deseo profundo del/a niño/a. Limitar los juegos de a las mujeres para reconocer sus propias capacidades?
acuerdo al sexo, es limitar las posibilidades de acción Ambos juegos tienen potencial excepcional para gene-
sobre esos “mundos” a los que hace referencia Winni- rar habilidades positivas, pero el sesgo de género puede
cott y por tanto empobrecer las experiencias vitales de quitarles ese potencial.
los/as niños/as, influenciando desde etapas tempranas Por lo tanto he aquí uno de los principales problemas
y de manera decisiva su actitud hacia los “juegos”, de que crea la rígida división de los roles de género: no
acuerdo al sexo. da suficiente margen de opción a varones y mujeres ya
Pongamos un ejemplo que se da en las sesiones de desde las primeras experiencias de socialización, limi-
educación psicomotriz: frente a un material no figura- tando considerablemente su cúmulo de experiencias y
tivo como son las telas, podemos comprobar con fre- por tanto sus posibilidades de aprendizaje y adaptación
cuencia que se desarrollan situaciones de juego simbó- a diferentes situaciones que el cotidiano presenta.
lico diferenciadas en varones y niñas. Surgen los super- Entendemos al desarrollo psicomotor como proceso
héroes en los varones, con actividades de persecución, dinámico y de cambio, que posibilita la adquisición de
rescate y despliegue motriz y las princesas o modelos habilidades cada vez mas complejas en las que el indivi-
en las niñas donde el énfasis está dado en la estética y duo involucra procesos afectivos y de inteligencia. Estas
en la construcción de escenarios acordes al personaje habilidades le permiten entender y organizar su medio
encarnado: pasarelas o castillos. de manera de poder relacionarse con los demás y poder
Por otro lado, la construcción tradicional del rol sim- expresar sus ideas y sentimientos. La rigidez con la que
bólico de ambos personajes encarnan modelos estereo- se prescribe las habilitaciones y prohibiciones para el
tipados de masculinidad y feminidad: el varón, súper desempeño de los roles de género, choca con nuestra
hombre, poderoso, activo, fuerte, justiciero, audaz, disciplina.
invencible y la princesa, delicada, pasiva, hermosa, in- Por lo tanto al hablar de potenciar las habilidades de
capaz de resolver sus problemas sin la intervención de los/as niños/as, en la práctica psicomotriz es impres-
un hombre, confinada a su casa (el castillo), que espera cindible otorgar la posibilidad de un equitativo acceso
la llegada del príncipe azul que debe ser aprobado por a experiencias que habiliten aprendizajes similares. No
se trata de una pedagogía homogeneizante del apren-
2 D. Winnicott. Donald. “Realidad y Juego” (1971) editorial Ge- dizaje, sino de promover la más variada posibilidad de
disa , España, 1994ix Richard, J.; Rubio, L. (....). Terapia psico- experimentación y uso creativo de los materiales y es-
motriz. Ed. Letra Viva, Bs. As. Pág.176. pacios, es decir dar la posibilidad al/a niño/a de elegir
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en base a sus motivaciones. En palabras de Aucouturier ne mucho que aportar ya que justamente su encuadre
“Favorecer un desarrollo armónico del niño, es, ante todo, se adapta mucho a los postulados recién planteados.
darle la posibilidad de existir como persona única en for- Desde los objetivos de la práctica psicomotriz, el es-
mación, es ofrecerle ahora, no después, las condiciones más pacio físico, el encuadre de trabajo y la o las metodolo-
favorables para comunicarse, expresar, crear y pensar” 3. gías del mismo ya podemos evidenciar que la equidad
Siendo el/la Psicomotricista un/a referente de lo “so- de género es en cierta medida parte del currículo oculto
cialmente aceptado” para el grupo al que se enfrenta, de nuestra disciplina.
es fundamental la manera como se posicione frente al Quien coordina construye junto con el grupo un
mismo ya que sus decisiones inhabilitan o posibilitan el ambiente favorecedor de aprendizajes, lo que implica
despliegue del juego. El permitir al/a niño/a expresarse dar libertad de experimentación, acción y movimien-
globalmente en su individualidad, sin culpabilizar ni to al/a niño/a, a la vez que partiendo de lo que él/ella
juzgar es una de las claves para la evolución de situa- hace generar un marco de seguridad, acompañamiento,
ciones de juego que no necesariamente respondan a los soporte afectivo, que tienda a garantizar su integridad
modelos hegemónicos esperados para niñas y varones. física y emocional. Este punto de partida atento a la
Y en este aspecto es clave analizar como construimos, individualidad tiene su correlato en los procesos de co-
reconstruimos y desempeñamos nuestro rol de género municación, intercambio y negociación que también
cada uno/a de nosotras/os para no caer en estereotipos fomentamos desde nuestro trabajo y que pueden ins-
de manera involuntaria. Es imposible dejar por fuera cribirse como matrices de aprendizaje que guíen poste-
de la actividad nuestra subjetividad, pero el manejo de riores intercambios.
la misma para habilitar las dife- En consecuencia, conside-
rentes situaciones de juego, aun ramos que un objetivo de la
cuando vayan a contra corriente educación en general y por
de lo “socialmente esperado”, es tanto de la psicomotriz de-
condición básica para que el/a bería ser el lograr que ambos
niño/a se sienta habilitado/a a la sexos tiendan a establecer re-
experimentación. . laciones flexibles y equitativas
Evitar promover los estereoti- respecto del otro, de manera
pos culturales relativos al género que en el futuro las actuales
debería ser una prioridad educa- características de lo femenino
tiva en si misma posibilitando el y masculino no sean exclu-
desarrollo del potencial de los/as yentes ni fuente de conflicto
niños/as como individuos. Ha- entre hombres y mujeres.
blamos de respetar las diferen- Se trata de generar actitudes
cias individuales, reconocerlas, y que promuevan la equidad de
valorarlas independientemente género a través del juego y los
del sexo. En consecuencia un ac- juguetes. Permitir identificar,
ceso equitativo de ambos sexos, procesar y expresar emociones
en todas las actividades es un más variadas, sin censurarlas
primer paso en el proceso de su- o habilitarlas en función del
peración de estos estereotipos. sexo. Así estamos dotando de
Consideramos que en este ca- mayores herramientas a los/
mino la práctica psicomotriz tie- as niños/as para enfrentar la
complejidad de la cotidanie-
3 - Aucouturier, Bernard, en: Sassano, dad actual, evitando el oposi-
Miguel. La escuela: un nuevo escena- cionismo entre sexos.
rio para la psicomotricidad. En Revis- Esta estrategia requiere de
ta Iberoamericana de Psicomotricidad una acción conjunta, coordi-
y Técnicas Corporales. Nº 11, Agosto nada y consensuada de todos/
2003 Página 90. as los/as actores/as que con-
www.iberopsicomot.net forman ese “mundo externo”
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del/a niño/a. La continuidad y coherencia en el discur-
so y en la actitud que se toma frente a la situación de
juego es tan importante como la situación en sí misma.
Por lo tanto la toma de conciencia social respecto a la
importancia e influencia de este tema en el desarrollo
de los/as niños/as es fundamental para que las interven-
ciones promuevan la equidad.
La familia y la escuela son dos de los principales
agentes de socialización que contribuyen a perpetuar
o modificar los valores, actitudes y procesos que sostie-
nen la feminidad y la masculinidad en una sociedad. Acasusso 17 - 1º A - San Isidro.
Dado que la Psicomotricidad está tan estrechamente
ligada a ambos, consideramos que es por éstos ámbitos
por donde se deben comenzar las coordinaciones para para la psicomotricidad. Revista Iberoamericana de
lograr una homogeneidad de los discursos. Psicomotricidad y Técnicas Corporales. Nº 11, Agosto
El camino hacia la construcción de sociedades más 2003 Página 90. www.iberopsicomot.net
equitativas es un imperativo ético que requiere de la • Valdés, T., Olavaria J. Masculinidades y equidad de
participación y el compromiso de todas y todos. Des- género en América Latina. Editorial FLACSO, Santia-
de la psicomotricidad tenemos posibilidades de hacer go de Chile, 1998.
parte en ese camino y contribuir a que niñas y niños • Winnicott, Donald. Realidad y Juego. Editorial
puedan ser ellas/os mismas/os, más allá de los estereo- Gedisa, España, 1994.
tipos de género.
Alejandro D. López
Bibliografía es Licenciado en Psicomotricidad, desempeñándose
actualmente en el ámbito terapéutico y educativo.
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¿Equidad en la escuela primaria mexicana ? OEI-Revis- nuales, materiales didácticos y artículos relativos a
ta Iberoamericana de Educación. México. este campo.
• Sassano, Miguel. La escuela: un nuevo escenario