Parcial Domiciliario

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Parcial domiciliario

Parcial domiciliario

Alumno: Miguel Ponce

3° B

Email: [email protected]

Profesor: Alejandro Cristófori


Sarmiento:

Para la época en que fue escrita la carta, Sarmiento transitaba los últimos meses de su
mandato como presidente argentino. Había sido bajo su gobierno que se finalizó la guerra de
la triple alianza. Quien escribe la carta tiene una participación activa durante la transición al
gobierno liberal en chile durante la década de 1860, coincide desde lo ideológico con la
postura asumida por Sarmiento durante su presidencia, quien se enfrentó al mitrismo,
intentando favorecer a las provincias contraponiendo a los intereses de las oligarquías.

Una de las grandes características del gobierno de Sarmiento fue la dicotomía entre
civilización y barbarie, que se puede comprender a través de la búsqueda incesante del orden
y el progreso, y para asegurar el modelo de crecimiento hacia afuera, era necesario
reorganizar la sociedad de determinadas maneras utilizando las influencias teóricas de los
pensadores de la revolución Francesa y la independencia de los Estados Unidos. Son estas
ideas a las que hace referencia Lastarria cuando habla de la vieja escuela francesa. Podemos
interpretar que se refiere a Mitre cuando habla de partidos personales y demagógicos. “NO
basta que el gobierno respete los derechos individuales y los políticos. Es necesario también
que los haga respetar por todos, que de seguridad, y eso no se consigue sino separando la
libertad del crimen y persiguiendo al criminal, aunque sea este de nuestra propia casa…” este
gobierno formo parte de las llamadas presidencias históricas, donde más allá de las diferencias
entre cada uno, se buscaba la consolidación de la unión nacional y de las provincias a través de
un proyecto político federal.

El salvador

Lo que fue conocido como “Ley de extinción de comunidades” en la república de El Salvador,


del año 1881, se produce en el marco de una serie de cambios estructurales que van a todos
los sectores de las sociedades latinoamericanas.

Esta situación, cuyos orígenes se remontan a la etapa de colonización de finales del S. XV, se
ve potenciada hacia la segunda mitad del S. XIX por la creciente demanda de materias primas
que los países europeos en plena Revolución Industrial, exigen a los países americanos.

Estos países industrializados, mediante el sistema de división internacional del trabajo, habían
establecido una disparidad con respecto a los productores de materias primas, que no iba a
dejar nunca de crecer, y que formaba lazos de dependencia. Paralelamente a medida que el
desarrollo industrial crecía en Europa, también lo hacía la demanda de productos primarios.

Si bien los países centro americanos no estuvieron ajenas a los intereses europeos fue la
presencia de Estados Unidos la que signó considerablemente los destinos de estas tierras, lo
que implicaría cambios económicos, políticos y sociales. La modernización solo procuró
establecer vías férreas y demás inversiones en infraestructura, desde las zonas productoras
hasta los puertos, lo que deja en claro que más que modernización se trató completamente de
explotación absoluta de las tierras cultivables que dejaron de lado las plantaciones de
subsistencia de las poblaciones originarias, para dedicarse a los requerimientos de los grandes
mercados.

Es de esta manera que grandes empresas extranjeras se instalan en estos países y en claras
complicidades con los gobiernos locales, estas empresas fueron paulatinamente apoderándose
de todas las formas de control y dominio, desde la producción de los cultivos, incluyendo los
productos y el control de la actividad, hasta las decisiones de tipo política, creando con esta
penetración, lazos indisolubles de dependencia económica, principalmente con los Estados
Unidos.

La tierra cultivable había tomado un enorme valor, prontamente pasa a ser considerada un
bien material del que era necesario apropiarse, tal como menciona Halperín Donghi al plantear
la consolidación de un nuevo orden latinoamericano, o nuevo pacto colonial: “…A mediados
del S. XIX comienza en muchas partes el asalta a tierras indias y eclesiásticas. Este proceso,
que en algunos casos avanza junto a la expansión de cultivos para el mercado mundial, en
otros se da perfectamente separado de esta expansión…. Su principal motor parece ser la
mayor agresividad de sectores en buena posición social…”

Lógicamente, este nuevo orden va a atentar contra las clases bajas y sectores rurales, estas
expropiaciones de tierra va a ser en beneficio de las grandes clases terratenientes y en
perjuicio de las comunidades indígenas y también de la iglesia católica. Las comunidades
originarias, bajo esta distribución de la tierra se ven obligadas a continuar trabajando en la
tierra, pero ahora en condiciones de prácticamente servidumbre, no van a percibir un salario,
como si se practicaba en el nuevo mundo capitalista, sino que les será permitido trabajar para
su subsistencia, produciendo bienes que luego el terrateniente exportará, todo esto sucede
bajo la mirada y la aprobación estatal.

Es así como en 1881, en el periodo que Halperín llama madurez del orden neo colonial, el
presidente Rafael Zaldívar decreta la ley de extinción de ejidos y comunidades. Las mejores
tierras para el cultivo, principalmente del café que estaba en auge, eran las tierras ubicadas en
los ejidos, donde los indígenas habían sido obligados a establecerse. En consecuencia de estos,
miles de nativos fueron expropiados de sus tierras, para entregarlas a familias poderosas que
se dedicarían a la producción y exportación del café. Desposeídos de su tierra, y ya sin nada
que los acercara a sus culturas, debieron someterse al nuevo régimen de trabajo
diseminándose por diferentes zonas para lograr subsistir.

Esta política agraria y territorial, actuó en beneficio de las burguesías locales vinculadas
estrechamente con los grupos políticos dominantes, dependientes de los Estados Unidos, y en
claro perjuicio de las poblaciones originarias, quienes junto a sus tierras, perdieron los lazos
que aun guardaban con la cultura de sus ancestros que ya había comenzado a ser aniquilada
en 1492 con la llegada del hombre blanco a estas tierras.

Chile:
Sabido es que fue Chile la primera de las naciones sudamericanas en lograr la consolidación
de su estado nacional, alternando entre gobiernos conservadores y liberales, y con menor
cantidad de luchas internas que sus países vecinos. Durante el periodo del gobierno liberal de
Aníbal Pinto Garmendia tuvo lugar la guerra del pacifico, también conocida como guerra del
guano y el salitre. Este enfrentamiento inicialmente se dio entre Chile y Bolivia, por cuestiones
limítrofes, aunque más tarde, y al sumarse Perú a la contienda en favor como aliado de Bolivia,
la batalla fue mostrando sus tintes verdaderos como una lucha por el control del Guano y el
salitre. Esta guerra de la que Chile resulto victorioso, trajo como consecuencia, además de un
enorme incremento en las rentas por las exportaciones de estos productos; la llegada de
inversores extranjeros, mayormente ingleses, atraídos por los nitratos. Hacia el año 1870 Chile
había logrado posicionarse, avances técnicos mediante, como el principal exportador de cobre
del mundo, pero hacia mitad de esa década, una crisis en la producción detuvo bruscamente la
extracción de este metal, ya que su explotación requería en las minas, grandes inversiones
que no se iban a volver a dar hasta entrado el S. XX.

Pero los ojos de los de los capitales extranjeros se posaron sobre los nitratos que se extraían
de la zona de norte de Chile, (territorio que había sido anexionado tras la guerra del pacifico), y
sería justamente el nitrato lo que se convertiría en el motor principal de la modernización
chilena, aunque manejado principalmente no solo por empresas privadas, sino que también
extranjeras, que además funcionaban como principales financistas del estado, administrando
también las empresas comerciales y las de transporte. Esto genera una economía de tipo
mixta, donde el control de la producción recaía tanto en manos de grupos nacionales como
extranjeros, mediante el aporte de estos últimos de modernas tecnologías, grandes capitales y
eficientes sistemas de organización, logran generar mayores ingresos, pero beneficiando
principalmente a los propios grupos de capital extranjero y a pequeños grupos de las elites
internas.

Claro que esta creciente penetración de los capitales extranjeros en la economía local,
encontró resistencias en algunos sectores dela sociedad chilena. A partir de 1870, el gobierno
conservador había sido reemplazado por uno auténticamente liberal, que avanzaría en
materias educación pública, libertad de cultos, atenuación del autoritarismo y mayor
tolerancia. También habían dado sus primeros pasos embrionarios movimientos obreros que
formando sociedades de socorros mutuos, asociaciones de trabajadores y mutuales, y
expresaban su descontento con los modos en que las clases dirigentes favorecían
constantemente a sectores de las elites locales y capitales extranjeros, y perjudicaban a las
clases bajas.

En este clima de descontento creciente en grandes sectores de la sociedad se llega al


aniversario de la independencia en 1910. La sociedad chilena estaba sostenida por un sistema
de lealtades que se comenzó a resquebrar con el inicio de la modernización capitalista de la
expansión salitrera. Esta crisis se hizo notar en un influyente grupo de intelectuales que
pretendían lograr una reforma y tenían una postura muy crítica respecto al sistema de
educación y a la política. Dentro de esta línea de pensadores se destacaron Nicolás Palacios,
Tancredo Pinochet quienes criticaron la falta de nacionalismo de las elites dirigentes que
habían entregado el control de la economía a monopolios extranjeros y la extranjerización
total de la economía.
Quien también se destaca es Francisco Antonio Encina, en su ensayo “Nuestra inferioridad
económica” critica el estilo suntuario y ocioso de la elite dirigencial.

1_ B)

Las particularidades que se puede encontrar en el caso Brasilero, es que se trata de una
economía que se va a ir desarrollando en diferentes ciclos, teniendo en cada uno de estos un
producto que se va a destacar y será la base del sistema económico .

Así, desde la llegada del hombre europeo, comienza el primer ciclo productivo con el Palo
Brasil, que es un árbol de madera muy dura y de color rojizo, que durante los primeros
tiempos de la colonización fue extraído en enormes cantidades debido al gran valor comercial
que tenía en Europa, ya que los colonizadores divisaron que de él podrían sacar un tinte de
color rojo, similar a un árbol que se importaba de Asia y tenía gran valor comercial. Toda la
mano de obra para la tala y el transporte de la madera hasta los barcos fue realizada por
indígenas. La cantidad de madera exportada llevó a esta especia al borde de la desaparición.

El siguiente ciclo productivo se dio con la caña de azúcar, quizá el más largo de estos ciclos, el
azúcar era por ese entonces uno de los principales artículos de exportación en el mundo, y en
Brasil se trabajó sobre la base de un sistema de mano de obra esclava, los ingenios azucareros
llegan a funcionar como poderosas organizaciones industriales y agrícolas.

Durante el siglo comprendido entre fines del S. XVII y fines del XVIII se dio el ciclo productivo
de la minería, mediante la extracción de oro y diamantes, con un sistema de mano de obra que
contaba tanto con esclavos como con hombres libres, y con la producción organizada en
pequeñas empresas.

Sobre las bases de estos ciclos económicos, Brasil entra en el último ciclo, el del café. Los
empresarios que quedaron del ciclo minero, y la mano de obra esclava y libre desocupada que
queda después de la crisis de la minería pasan a ser fundamentales para el desarrollo del boom
cafetero. La producción requería de mucha mano de obra, especialmente en época de
cosecha, a tal punto que prontamente resulta necesario implementar una política de
inmigración. Tan grande fue el auge que también se ocuparon nuevas tierras productivas,
expandiendo la frontera agrícola en grandes márgenes, que ocupada por los inmigrantes como
asalariados o arrendatarios. Hacia finales del S. XIX el café se había transformado en el
principal producto de exportación de Brasil, hizo necesaria la expansión territorial, y al haber
recibido inmigrantes europeos formo un amplio mercado interno. También se avanzó en
transporte, comunicaciones y concentración demográfica en dos grandes poblados como
fueron San Pablo y Rio de Janeiro. Las utilidades de los sectores exportadores dieron paso al
desarrollo de algunas actividades manufactureras.

Otra gran particularidad de Brasil, es que su independencia no se dio como en el resto de los
países latinoamericanos, lo que le permitió continuar siendo un imperio durante casi todo el S.
XIX.
2_

A_

Durante la etapa de consolidación de los estados nacionales, hubo ciertas características que
fueron comunes a todos los países de la región Hispanoamericana, influenciadas directamente
por las profundas transformaciones que se vivían en Europa, tanto sociales como económicas.
La creciente demanda de bienes primarios, se debía en parte a las revoluciones industriales y
de transporte, y a la enorme expansión del comercio mundial, que ponía a América latina en
una posición ventajosa para recibir nuevas inversiones. Aunque para crear un clima propicio
para que estas inversiones llegaran y prosperaran, los nuevos estados nacionales debían
desempeñar roles que favorezcan las condiciones para lograr este ansiado progreso.

La dependencia absoluta de capitales extranjeros fue una constante que signaría todos los
aspectos de la vida, de esta dependencia se desprenderían las estructuras de poder que
ejercerían el control político. América latina se encontraba en proceso de integración al nuevo
orden económico mundial, y en este contexto, surgen las oligarquías liberales para garantizar y
legitimar un orden conservador en el que la dependencia de capitales extranjeros y los
latifundios, serían los modos de conducción que marcarían la época. Durante el periodo donde
de la división internacional del trabajo, la relación se daba entre países de centro y periferia,
América se posiciona dentro de los últimos, mediante la consolidación de economías
productoras de recursos naturales destinados a exportarse a los países industrializados que a
su vez encontrarían en estas tierras un lugar donde insertar sus productos manufacturados.

Aunque para lograr formar parte de este mercado mundial los países debían someterse a una
serie de cambios en sus estructuras, tales como la superación de los periodos de
fragmentación del poder, que se había dado en muchos países luego de los procesos de
independencia. Era necesario llegar a un poder centralizado, y que actúe en concordancia con
los intereses de este nuevo modelo que se intentaba establecer. Algunos sectores presentaban
intereses comunes, tales como los grandes terratenientes, comerciantes ligados al comercio
ultramarino y clases dirigentes. Se iban a valer, entre otras cosas, de sistemas de sufragio, que
lejos de democratizar el poder, iban a garantizar el acceso a este por parte de las oligarquías
liberales, que encontraban problemas tales como mercados muy localizados, escases de
población, rutas intransitables, escases monetaria y sobre todo, grandes extensiones de tierra,
cuyo valor comercial crecía constantemente, bajo el control indígena o de caudillos locales. Era
necesario hallar pronta solución a esto, para lograr el tan ansiado orden y progreso, que debía
darse uno como consecuencia del otro; el orden primero para superar todos estos conflictos,
traería el progreso. Una función de suma importancia que cumplió el estado oligárquico fue la
de la expropiación de tierras, no solo porque estas tierras expropiadas principalmente a tribus
originarias pasaban a manos de grandes terratenientes, sino que además, dejaban a las tribus
sin tierras ni recursos para subsistir, lo que traía como consecuencia una enorme, y sobre todo
barata, oferta de mano de obra para trabajar esas tierras recientemente expropiadas. Todas
las tierras que en grandes extensiones pertenecían a la iglesia, tribus originarias o eran
consideradas tierras públicas, fueron puestas en manos de privados que se iban a encargar de
su explotación, donde se incluirían las más diversas formas de trabajo a las que se sometería a
los pueblos originarios, casi todas de características serviles. De este modo las oligarquías
terratenientes se encontraban a su disposición con enormes extensiones de tierra nueva para
trabajar, mano de obra esclava y semi esclava, para poder potenciar al máximo sus utilidades
en esta nueva economía de exportación.

Los gobiernos iban a intentar mantener el poder central mediante el uso de aparatos de
represión y control social, como indica Oszlak, “los esfuerzos de los incipientes estados
estuvieron dirigidos a eliminar todo resabio de poder contestatario, extendiendo su autoridad
a la totalidad de los territorios sobre los que reivindicaban soberanía. La reiterada y manifiesta
capacidad de ejercer control e imponer mando efectivo y legitimo sobre territorio y personas,
en nombre de un interés superior material e ideológicamente fundado en el nuevo patrón de
relaciones sociales, es lo que definía justamente el carácter nacional de los estados”.

2- B

Uno de los países donde podemos observar una marcada matriz oligárquica en América latina,
para esta época, es el caso de Perú. Desde la segunda mitad del S. XIX la economía peruana se
ve inyectada por un nuevo recurso que va a traer como consecuencia una enorme
revitalización del sistema económico, se trata del guano, un fertilizante que se concentraba en
enormes cantidades en la costa peruana, comienza a ser exportado hacia Europa, y debido a su
gran eficacia, la demanda no para de crecer. Esta nueva entrada de divisas, no solo va a
oxigenar a la economía de este país, sino que va a permitir consolidar la economía interna y
externa, y arrojar enormes signos de progreso y garantías civiles. Aun así, Castilla lograba
imponer su propio candidato. Dentro de esta etapa de crecimiento por la exportación de
Guano, convive una creciente corrupción que genera inestabilidad política y guerras civiles.
Esta riqueza producida por la exportación del guano, comienza a ser trasladada a manos de
sectores privados de la capital. Quienes compraron viejos créditos al estado y vieron
rápidamente aumentadas sus fortunas. Además, la exportación del guano pasa a ser
controlada por consignatarios nacionales de la riqueza limeña, y su venta en Europa queda
bajo la órbita de casas comerciales ultramarinas. Esto fue ventajoso para las clases altas
limeñas, quienes van a financiar al estado, otorgarle prestamos con condiciones usureras de
interés y condiciones exorbitantes.

De este modo crece el poder y la influencia de las familias que ven aumentar sus fortunas por
las ganancias que genera el guano; y crece también el descontento de quienes se ven por fuera
de este negocio. Luego de la guerra civil, en 1868 asume el poder el coronel Balta, y todos los
concesionarios del guano pasan a manos de una sola firma francesa, que será quien financie al
estado. Hacia 1878 el comercio del guano comienza un declive y se vislumbra la aparición del
salitre como producto exportable, pero las tierras salitreras se encontraban en manos de
privados. A partir de 1879 Perú entra en guerra con Chile tras solidarizarse con Bolivia en una
disputa territorial por la zona salitrera. La derrota en la batalla representa la perdida también
de esas tierras produjo un derrumbe en la economía peruana, pero durante el auge y la
explotación de este cuantioso producto, puso en lo masa alto de las esferas de poder a las
familias costeñas que lograron hacerse con el poder político y económico del país.

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