Egipto y Exodo
Egipto y Exodo
Egipto y Exodo
LECCION # 6
EGIPTO y EXODO
EXODO 1 a 18
1. Resumen Bíblico:
Moisés
Murió José. Fueron pasando años y siglos. Se sucedieron unos fa-
raones a otros. Y el pueblo de Israel ya no recibía favores. Al contrario.
Un Faraón pensó que la numerosísima descendencia de aquella raza
podía ser un peligro para Egipto.
Por ello sometió al pueblo de Israel a la esclavitud; lo empleó en
los trabajos más pesados, y ordenó que los niños varones fueran
eliminados al nacer.
Una mujer de la tribu de Leví tuvo un hijo. Era hermoso. Lo ocultó
durante tres meses; pero no podía continuar con él sin ser descubierta.
Preparó una canastilla tejida con juncos y papiro; la recubrió de
pez, puso en ella a su niño, y la dejó en un juncal a orillas del Nilo. La
hermanita del niño vigilaba desde lejos.
Bajó la hija del Faraón a bañarse al río y divisó a lo lejos la cestilla.
Mandó a sus criadas que la trajeran. Al abrirla se encontró con el niño
que se puso a llorar. Le dio pena, y pensó que debía ser un hijo de los
hebreos. La hermanita se acercó y le preguntó a la hija del Faraón:
-¿Quieres que te busque una nodriza hebrea para que te críe al
niño?
-;Sí, búscala!
Y la hermanita fue corriendo a avisar a su madre. La hija del
Faraón le pidió que lo criara, y que le pagaría por ello.
Cuando el niño estuvo criado la mujer lo llevó a la hija del Faraón.
Lo tomó como hijo y le puso el nombre de Moisés, que significa salvado
de las aguas.
Moisés creció y se educó en la corte. Cuando se hizo mayor
visitaba a los de su raza y se dolía de los tratos que recibían. Un día, por
defender a un israelita , mató a un egipcio y lo enterró en la arena. El
Faraón se enteró. Moisés tuvo miedo y huyó.
2. Ex 1:
8. Entró a gobernar en Egipto un nuevo rey, que no sabía nada de José, y
dijo a su pueblo:
9. «Miren que los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y
fuerte que nosotros.
10. Tomemos precauciones contra él para que no siga multiplicándose, no
vaya a suceder, que si estalla una guerra, se una a nuestros enemigos para luchar
contra nosotros y escapar del país.»
Fue el nombre que le puso la hija del Faraón, quien adoptó al niño.
Moisés significa salvado de las aguas.
Ni siquiera la orden más fuerte y cruel del soberano de Egipto pudo anular el
deseo de Dios de salvar al pueblo escogido por El.
Ex. 2:
11. Tiempo después, siendo Moisés ya mayor, se preocupó por sus
hermanos y entonces fue cuando comprobó sus penosos trabajos. Le tocó ver cómo
un egipcio golpeaba a un hebreo, a uno de sus hermanos.
12. Miró a uno y otro lado, y como no viera a nadie, mató al egipcio y lo
escondió en la arena.
13. Al día siguiente salió de nuevo, y esta vez dos hebreos estaban
peleando. Moisés dijo al culpable: «¿Por qué le pegas a tu compañero?»
14. Y él le contestó: «¿Quién te ha puesto de jefe y juez sobre nosotros?
¿Y por qué no me matas como mataste al egipcio?» Moisés tuvo miedo, pues
pensó: «Este asunto ya se sabe.»
15. De hecho, le llegó la noticia a Faraón y buscó a Moisés para matarlo,
pero Moisés huyó de la presencia de Faraón y se fue a vivir al país de Madián. Allí
se sentó junto a un pozo.
Se fue, entonces, al Desierto de Madián, que queda del otro lado del
Mar Rojo o Golfo de Aqaba, en lo que es hoy Arabia Saudita,
suficientemente lejos de cualquier control por parte de Egipto. Y allí estaba
relativamente cerca del Monte Sinaí.
Ex. 2:
16. Vinieron una niñas para sacar agua, eran las siete hijas de un
sacerdote de Madián. Como llenaran las piletas para dar de beber a las ovejas de su
padre,
17. llegaron unos pastores y las echaron. Entonces Moisés salió en su
defensa, y dio de beber al rebaño.
18. Al volver ellas donde su padre Ragüel, éste les dijo: «¿Cómo es que
hoy han venido tan pronto?»
19. Ellas contestaron: «Un egipcio nos ha defendido de los pastores y
además nos sacó agua y dio de beber al rebaño.»
20. Ragüel preguntó: «¿Y dónde está? ¿Por qué no han traído aquí este
hombre? Díganle que venga a comer.»
21. Moisés aceptó quedarse con aquel hombre, quien le dio por esposa a su
hija Séfora.
22. Y como diera a luz un hijo, Moisés lo llamó Guersón, pues dijo: Soy
forastero en tierra extraña.
Dios lleva a Moisés fugitivo donde un Sacerdote de Madián, que tenía siete
hijas hembras. Por supuesto este padre necesitaba un buen hombre para alguna de
sus hijas. Ahora bien, los madianitas son descendientes de Abraham y pueden haber
mantenido al menos parte de la fe en el verdadero Dios.
Abrahán tomó a otra mujer llamada Queturá, de la que tuvo los siguientes hijos:
Zamram, Jecsán, Madián, Jesboc y Suraj. (Gn. 25, 1-2)
Después de haber fallecido Sara, Abraham toma por esposa a Queturá y entre los
hijos que tiene está Madián. Es de suponerse que Jetro (o Jetró), que es Sacerdote de
Madián, debe haber instruido a Moisés en algo sobre la fe de Abraham. Recordemos
que Moisés había sido levantado como Egipcio, no como Hebreo.
Ex. 3:
1. Moisés cuidaba las ovejas de Jetró, su suegro, sacerdote de Madián.
Una vez llevó las ovejas muy lejos en el desierto y llegó al cerro de Horeb, esto es,
el Cerro de Dios.
2. Entonces fue cuando el Ángel de Yavé se presentó a él, como una
llama ardiente en medio de una zarza. Moisés estuvo observando: la zarza ardía,
pero no se consumía.
3. Y se dijo: «Voy a dar una vuelta para mirar esta cosa tan
extraordinaria:¿por qué la zarza no se consume?»
4. Yavé vio que Moisés se acercaba para mirar; Dios lo llamó de en medio
de la zarza: «¡Moisés, Moisés!», y él respondió: «Aquí estoy.»
5. Yavé le dijo: «No te acerques más. Sácate tus sandalias porque el
lugar que pisas es tierra sagrada.»
6. Luego le dijo: «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el
Dios de Isaac y el Dios de Jacob.» Al instante Moisés se tapó la cara, porque tuvo
miedo de que su mirada se fijara sobre Dios.
Ex. 3:
7. Yavé dijo: «He visto la humillación de mi pueblo en Egipto, y he
escuchado sus gritos cuando lo maltrataban sus mayordomos. Yo conozco sus
sufrimientos,
8. y por esta razón estoy bajando, para librarlo del poder de los
egipcios y para hacerlo subir de aquí a un país grande y fértil, a una tierra que
mana leche y miel, al territorio de los cananeos, de los heteos, de los amorreos, los
fereceos, los jeveos y los jebuseos.
9. El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto cómo los
egipcios los oprimen.
10. Ve, pues, Yo te envío a Faraón para que saques de Egipto a mi
pueblo, los hijos de Israel.»
11. Moisés dijo a Dios: «¿Quién soy yo para ir donde Faraón y sacar de
Egipto a los israelitas?»
12. Dios respondió: «Yo estoy contigo, y ésta será para ti la señal
de que Yo te he enviado: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto,
ustedes vendrán a este cerro y me darán culto aquí.»
13. Moisés contestó a Dios: «Si voy a los hijos de Israel y les digo que el
Dios de sus padres me envía a ellos, si me preguntan: ¿Cuál es su nombre?, yo
¿qué les voy a responder?»
14. Dios dijo a Moisés: «Yo soy: YO- SOY.» «Así dirás al pueblo de
Israel: YO-SOY me ha enviado a ustedes.
15. Y también les dirás: YAVE, el Dios de sus padres, el Dios de Abrahán,
el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado. Este será mi nombre para
siempre, y con este nombre me invocarán de generación en generación.»
San Agustín, uno de los Padres de la Iglesia, explica lo que significa esto así: “Oíd
lo que se dijo a Moisés cuando preguntaba el nombre de Dios: Yo soy El que Soy. Mira si
alguna otra cosa es: junto a Dios ninguna creatura tiene verdadero ser, pues lo que de
verdad es no conoce cambio alguno. Todo cuanto se cambia o se muda y fluye y en
ningún tiempo cesa de cambiar, eso fue y será, pero no es, porque lo que fue, ya no es;
lo que será, todavía no es, y lo que viene para pasar será para no ser. Pero en Dios no
hay fue y será, sino únicamente es.”
Sin embargo, será sólo en el Cielo, cuando contemplemos la esencia de Dios tal
como es en sí misma, lo que se denomina la “Visión Beatífica”. Entonces conoceremos a
Dios plenamente, de la misma manera como El desde siempre nos conoce a nosotros.
“Cuando El se manifieste en su gloria seremos semejantes a El, porque lo veremos tal cual es” (1
Jn. 3, 2b).
12. Ex. 3:
18. Los jefes de Israel te harán caso y, con ellos te presentarás al rey de
Egipto. Tú le dirás: El Dios de los hebreos, Yavé, nos salió al encuentro: deja que
caminemos tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios a Yavé, nuestro
Dios.
19. Yo ya sé que el rey de los egipcios no los dejará ir, si no es obligado por
la fuerza.
20. Por esto Yo extenderé mi mano y azotaré a Egipto con toda
clase de males extraordinarios, de manera que él mismo los echará fuera.
21. Yo moveré a los egipcios para que traten bien a mi gente, y al
salir no se irán con las manos vacías.
22. Cada mujer pida a su vecina o a la persona que comparte su casa
objetos de plata y oro y también vestidos; sus hijos e hijas se los pondrán, y así
dejarán sin nada a los egipcios.»
¿Cuál era el plan inicial de Dios?
Hacer que los israelitas salieran de Egipto por 3 días para adorar a Dios en el
Desierto. La idea era fortalecer su fe durante esos 3 días. Pero el Faraón no lo permite.
Moisés fue el primero de los enviados de Dios que recibió el poder de hacer
milagros. Y esto fue para que el pueblo de Israel creyera que era enviado por Dios.
Desde este momento el cayado de pastor de Moisés queda consagrado con estos
milagros y ese cayado será el símbolo del liderazgo de Moisés entre los Israelitas.
14. Ex. 4:
10. Moisés dijo a Yavé: «Mira, Señor, que yo nunca he tenido
facilidad para hablar, y no me ha ido mejor desde que hablas a tu servidor:
mi boca y mi lengua no me obedecen.»
11. Le respondió Yavé: «¿Quién ha dado la boca al hombre? ¿Quién
hace que uno hable y otro no?
12. ¿Quién hace que uno vea y que el otro sea ciego o sordo? ¿No soy Yo,
Yavé?
13. Anda ya, que Yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de
hablar.»
14. Pero él insistió: «Por favor, Señor, ¿por qué no mandas a otro?»
Esta vez Yavé se enojó con Moisés y le dijo: «¿No tienes a tu hermano
Aarón, el levita? Bien sé Yo que a él no le faltan las palabras.
15. Y precisamente ha salido de viaje en busca tuya y, al verte, se
alegrará mucho. Tú le hablarás y se lo enseñarás de memoria,
16. y Yo les enseñaré todo lo que han de hacer, pues estaré en tu
boca cuando tú le hables, y en la suya cuando él lo transmita.
17. Aarón hablará por ti igual que un profeta habla por su Dios, y
tú, con este bastón en la mano, harás milagros.»
16. Dios le dice a Moisés que vaya al Faraón y con los milagros que hará endureceré
su corazón.
Yavé le dijo, asimismo: «Cuando regreses a Egipto, harás delante de Faraón todos los
prodigios para los cuales te he dado poder. Pero Yo haré que se ponga porfiado y no dejará partir
a mi pueblo. (Ex. 4, 21)
17. Tú entonces le dirás: Esto dice Yavé: Israel es mi hijo primogénito. (Ex. 4, 22)
Dios prepara a Moisés para lo que debe decir al Faraón: que Israel es su hijo
primogénito. Esto implica que hay otros hijos, otras naciones que también son hijos.
Israel tiene que crecer y portarse como primogénito, siendo ejemplo para los demás.
Además Moisés deberá hacerle una grave advertencia al Faraón de parte de Dios.
Como no le va a permitir a su hijo primogénito salir de Egipto para que le rinda culto, le
tendrá que anunciar: Yo voy a quitar la vida a tu hijo primogénito.
18. Ex 5
1. Después de eso Moisés y Aarón fueron a decir a Faraón: «Así dice
Yavé, el Dios de Israel: Deja que mi pueblo salga al desierto para celebrar
mi fiesta.»
2. Respondió Faraón: «¿Quién es Yavé para que yo le haga caso y deje
salir a Israel? No conozco a Yavé y no dejaré salir a Israel.»
3. Ellos dijeron: «El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro.
Permite que vayamos al desierto a tres días de camino. Allá ofreceremos
sacrificios a Yavé, nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o
espada.»
4. El rey de Egipto les dijo: «Ustedes, Moisés y Aarón, ¿por qué ponen
trabas a los que trabajan? Vuelvan a sus tareas.»
5. Faraón añadió: «Este pueblo ahora es más numeroso que la gente del
país y ¿ustedes quieren que interrumpa sus trabajos?»
Dios repitió varias veces: para celebrar, para que me sirva, para
sacrificar. Pero en realidad todos estos términos tienen una sola palabra
en el idioma de la Biblia: trabajo.
19. ¿Cómo podemos aplicar esta exigencia de Dios y los trabajos del
Faraón a nuestra vida?
Ex 5:
6 Aquel mismo día Faraón dio la siguiente orden a los capataces del pueblo y a los
inspectores israelitas:
7 «Ya no darán paja al pueblo para hacer ladrillos, como lo hacían antes. Que
vayan ellos mismos a recoger la paja.
8 Pero les exigirán la misma cantidad de ladrillos que hacían antes, sin disminuir
ni uno solo. Son unos flojos, y por eso vienen aquí con sus gritos: ¡Déjanos salir!
¡Tenemos que sacrificar a nuestro Dios!
10 Los capataces, pues, junto con sus inspectores israelitas, apuraron al pueblo:
«Así dice Faraón: No les daré más paja.
13 Tenían encima a sus capataces que les decían: «Cumplan su tarea, la misma
cantidad diaria que cuando se les daba paja.»
14 Los inspectores israelitas que se habían colocado al frente del pueblo fueron
castigados, pues se les dijo: «¿Por qué ni ayer ni hoy han respetado las normas
sobre la cantidad de ladrillos? Debía ser la misma de antes.»
16 No dan paja a tus servidores y nos piden ladrillos; y ahora nos golpean cuando
el culpable es tu pueblo.»
17 El respondió: «¡Flojos y más que flojos! Por esa razón me piden ir a sacrificar a
Yavé.
18 Vuelvan a sus trabajos. No se les dará paja, y tendrán que entregar la cantidad
de ladrillos.»
19 Los inspectores israelitas, pues, tuvieron que enfrentarse con el pueblo y decirle:
No se les quitará nada de la cantidad diaria.
21 y les dijeron: «Que Yavé examine y juzgue. Por culpa de ustedes Faraón y sus
capataces nos han tomado odio. Ustedes han puesto la espada en sus manos para
matarnos.»
22 Se volvió entonces Moisés hacia Yavé y dijo: «Señor mío, ¿por qué maltratas a
tu pueblo?, ¿por qué me has enviado?
Ex. 6:
1 Yavé respondió a Moisés: «Ahora verás lo que voy a hacer con Faraón. Yo seré
más fuerte que él, y no sólo los dejará partir, sino que él mismo los echará de su
tierra.»
Ex. 7:
8. Yavé advirtió a Moisés y a Aarón: «Si Faraón les pide algún signo
o milagro,
9. tú dirás a Aarón que tome su bastón y lo lance delante de
Faraón, y se cambiará en serpiente."»
10. Se presentaron Moisés y Aarón a Faraón, hicieron lo que Yavé
les había ordenado, y, al echar el bastón delante de Faraón y de sus
ministros, éste se convirtió en serpiente.
11. Faraón entonces llamó a sus sabios y brujos, los cuales hicieron
algo semejante con sus fórmulas secretas;
12. arrojando todos ellos sus bastones, también se convirtieron en
serpientes; pero el bastón de Aarón devoró a los de ellos.
13. Eso no obstante, Faraón se puso más duro y no escuchó a Moisés y a
Aarón, como Yavé le había predicho.
14. Yavé dijo a Moisés: «Faraón porfía en negarse a que salga el pueblo.
21. Y siguieron las otras 8 plagas hasta llegar a la número 10, que fue la
que al fin convenció al Faraón.
Plaga #1: Nilo convertido en sangre: Los Egipcios adoraban el Nilo. Era la
fuente de comercio, agricultura, toda su industria. Creían ellos que era la fuente de sus
riquezas y su poderío. Con su cayado Aaron golpea el Nilo, éste se convierte en
sangre, indicando muerte y derrota.
Plaga #2: Las ranas: Dios hizo salir ranas por todos lados. Quedaron
saturados de ranas. El problema es que como veían a las ranas como divinidades, los
egipcios no podían pisarlas y quedaron inmovilizados.
Plaga #3: Los mosquitos: Dios los hizo brotar del polvo de la tierra y los
magos no pudieron vencer esta plaga, por lo que quedaron personas y animales
atormentados por esta plaga .
Plaga #4: Las moscas o tábanos: Con esta plaga el Faraón comenzó a ceder.
Leer Ex. 8, 21-28. El Faraón dice que les dejará ir a ofrecer sacrificios al Señor en el
Desierto, pero no muy lejos.
Igual nos propone el mundo a nosotros cuando de veras queremos optar por
Dios: ocúpense de las cosas de Dios, pero sin alejarse mucho del mundo. Peeero: no
podemos servir a dos señores (ver Mt. 6, 24). No podemos ser tibios (ver Ap. 3, 15-16).
. ¿Por qué la objeción de Moisés en cuanto a que los sacrificios que ofrecerían a
Yavé no podían hacerse dentro de Egipto?
Plaga #5: Con la muerte a los ganados, Yavé elimina al “dios toro”, llamado
apis. De aquí el becerro de oro que los Israelitas van a tener la osadía de fabricar y
adorar cuando acampaban bajo en Monte Sinaí mientras Moisés recibía las Tablas de
la Ley, lo cual veremos más adelante.
Plaga #6: Úlceras y tumores infecciosos en hombres y animales, que tocó sólo a
los egipcios, pero no a los israelitas. Esta va directamente contra el poder del dios
Sekmet, que era el dios que sanaba, el cual no pudo hacer nada contra estas
enfermedades.
Plaga #7: Granizo. Con esta plaga quedó cuestionado el poder de la diosa Nut,
supuesta madre del dios-sol Ra. Ella debía proteger la tierra y la agricultura de
cualquier destrucción venida del cielo.
Plaga #8: Langostas. También adoraban las langostas. Pero, además, esta plaga
voladora fue tan abundante que cubrían toda la superficie del país, de suerte que ya no se veía
la tierra. Con esto quedó muy desacreditado el dios mayor, Ra, pues se causó
oscuridad mientras brillaba este dios-sol.
Dios no sólo manifestó su terrible justicia ante los abusos contra los israelitas,
sino que también muestra su gran paciencia. Para que el Faraón cediera a que su
Pueblo saliera a rendirle culto, primero mostró milagros, luego las plagas fueron
viniendo progresivamente una tras otra, cada vez más terribles. Las plagas no
vinieron en intervalos de un día, sino que había varios días y hasta semanas entre plaga
y plaga. Dios dio a los egipcios 9 oportunidades y no soltaban a su primogénito.
Inclusive al final, antes de la décima plaga, habiendo visto que todas las demás
amenazas se habían cumplido, si hubiera cedido en permitir a los israelitas salir, Dios le
hubiera ahorrado la muerte de su primogénito y los de todos los egipcios.
Moisés, por última vez y como portavoz divino, le dijo al faraón que seguía
empeñado en su negativa actitud:
-A medianoche morirán en Egipto todos los primogénitos, desde el heredero
del trono hasta el más humilde de los esclavos, así como la primera cría de toda
clase de ganado. Los hijos de Israel no serán dañados. Tu pueblo me rogará que
salgamos de Egipto, y así lo haremos.
Previsoramente Moisés había dado instrucciones a los israelitas sobre lo
que tenían que hacer esa noche: Cada familia sacrificaría un cordero o cabrito y
con la sangre harían una marca o señal en las puertas de las casas; que nadie
saliera a la calle; que asaran el animal sacrificado y lo comieran de pie, con todo
preparado para iniciar la marcha y salir de Egipto.
La marca en las puertas sería la señal para que Dios no dañara ninguno de
sus habitantes.
A medianoche la muerte visitó las casas de los egipcios. No había familia
que no llorara algún muerto.
Los egipcios estaban atemorizados por los numerosos fallecimientos y
pidieron a los israelitas que se fueran. El Faraón llamó a Moisés y a su hermano y
les ordenó que saliera de Egipto todo el pueblo de Israel.
Ex. 12:
5. Ustedes escogerán un corderito sin defecto, macho, nacido en el
año. En lugar de un cordero podrán tomar también un cabrito.
6. Ustedes lo reservarán hasta el día catorce de este mes. Entonces
toda la comunidad de Israel lo sacrificará al anochecer.
7. En cada casa en que lo coman ustedes tomarán de su sangre
para untar los postes y la parte superior de la puerta.
8. Esa misma noche comerán la carne asada al fuego; la comerán
con panes sin levadura y con verduras amargas.
12. Durante esa noche, Yo recorreré el país de Egipto y daré muerte
a todos los primogénitos de Egipto, tanto de los egipcios como de sus animales;
y demostraré a todos los dioses de Egipto quién soy Yo, Yavé.
13. En las casas donde están ustedes la sangre tendrá valor de
señal: al ver esta sangre, Yo pasaré de largo, y la plaga no los alcanzará
mientras golpeo a Egipto.
¿Será éste el Cordero que esperamos que Dios proveerá desde Abraham e
Isaac?
Aún no, pero el cordero de la Pascual es una prefiguración del Cordero por
venir.
San Juan Bautista identifica a Jesús como el Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo (Jn. 1, 29).
Veamos el paralelismo con el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo: Jesús
hizo su entrada triunfal a Jerusalén a las misma hora en que el los corderos pascuales
entraban a Jerusalén. Hasta el día 14 todos vieron a Jesús por Jerusalén y lo estaban
vigilando. En el día 14 está frente a Pilato que dice: no encuentro falta en El. A las 3
pm eran sacrificados los corderos. A esa misma hora es sacrificado Jesús, el Cordero
de Dios que quita el pecado del mundo.
Dios no lleva a los israelitas por la tierra de los Filisteos, que es un camino más
directo y corto hacia la Tierra Prometida, pues podían intentar regresar a Egipto (Ex.
13, 17-18).
Cuando llegaron a Egipto eran unas 70 personas. 400 años más tarde
ya son, como prometió Yavé, una nación grande: 600 mil hombres, sin
contar mujeres y niños. Pueden haber sido unos 2 millones de personas en
total. También vemos que se llevan los restos de José, cumpliendo lo que él
había pedido.
Ex. 13:
17. Cuando Faraón despidió al pueblo, Dios no lo llevó por el camino
del país de los filisteos, que era más corto. Pues Dios pensaba: «Si hay que
combatir, tal vez el pueblo se asuste y vuelva a Egipto».
18. Por eso los llevó rodeando por el camino del desierto hacia el
mar Rojo. Todo el pueblo salió de Egipto bien ordenado.
19. Moisés llevó consigo también los huesos de José, conforme éste
había hecho prometer con juramento a los hijos de Israel; pues les dijo: «Con
toda seguridad Dios los visitará; entonces se llevarán con ustedes mis
huesos.»
20. Partieron de Sucot y acamparon en Etam, que está en la
proximidad del desierto.
21. Yavé iba delante de ellos señalándoles el camino: de día iba en una
columna de nube; de noche, en una columna de fuego, iluminándolos para
que anduvieran de noche como de día.
Y ellos debían saber que tenían un viaje exigente por delante, pues
Dios les había dicho: Durante 6 días comerás pan sin levadura y el día séptimo
será también una fiesta de Yavé (Ex. 13, 6)
Ex. 14:
1. Yavé dijo a Moisés:
2. «Ordena a los hijos de Israel que cambien de rumbo y acampen
frente a Piajirot, que está entre Migdal y el mar, delante de Baal-Sefón. Al llegar
a este lugar levantarán el campamento junto al mar.
3. Así, pues, Faraón pensará que los hijos de Israel andan errantes en el
país y que no pueden atravesar el desierto.
4. Yo, entonces, haré que se ponga duro y los persiga a ustedes; y
luego, me haré famoso a costa de Faraón y de todo su ejército, y sabrá
Egipto que Yo soy Yavé.» Ellos lo hicieron así.
10. Al aproximarse Faraón, los israelitas pudieron ver que los egipcios los
estaban persiguiendo. Sintieron mucho miedo y clamaron a Yavé;
11. dijeron a Moisés: «¿Acaso no había tumbas en Egipto para que
nos hayas traído a morir al desierto?, ¿qué has ganado con sacarnos de
Egipto?
12. Te dijimos claramente en Egipto: Déjanos en paz, y mejor servimos a
los egipcios, porque más no conviene servir a los egipcios que morir en el desierto.»
http://www.arkdiscovery.com/red_sea_crossing.htm
http://www.covenantkeepers.co.uk/red_sea.htm
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https://www.youtube.com/watch?v=I4RV8unY7GE
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Ex. 14:
19. El Ángel de Dios que iba delante de los israelitas pasó detrás
de ellos; también la nube en forma de columna vino a colocarse detrás,
20. poniéndose entre el campo de los israelitas y el de los egipcios.
Esta nube era para unos tinieblas y para otros iluminaba la noche; y no se
acercaron los unos a los otros durante la noche.
21. Moisés extendió su mano sobre el mar y Yavé hizo soplar
durante toda la noche un fuerte viento del oriente que secó el mar. Se
dividieron las aguas.
22. Los israelitas pasaron en seco, por medio del mar; las aguas les
hacían de murallas a izquierda y a derecha.
23. Los egipcios se lanzaron a perseguirlos, y todo el ejército de
Faraón entró en medio del mar con sus carros y caballos.
24. Llegada la madrugada, Yavé miró a los egipcios desde el fuego y la
nube, y provocó el desorden en el ejército de Faraón.
25. Atascó las ruedas de sus carros, que no podían avanzar sino
con gran dificultad. Entonces los egipcios dijeron: «Huyamos de Israel,
porque Yavé pelea con ellos contra nosotros.»
26. Pero Yavé dijo a Moisés: «Extiende tu mano sobre el mar, y las
aguas volverán sobre los egipcios, sus carros y sus caballos.»
27. Moisés extendió su mano sobre el mar. Al amanecer, el mar volvió a
su lugar. Mientras los egipcios trataban de huir, Yavé arrojó a los egipcios
en el mar.
28. Las aguas al volver cubrieron los carros, los caballos y su
gente, o sea, todo el ejército de Faraón que había entrado en el mar
persiguiéndolos: no se escapó ni uno solo.
29. Los israelitas, en cambio, habían pasado en medio del mar; las
aguas les hacían de murallas a derecha e izquierda.
30. Aquel día, Yavé liberó a Israel del poder de los egipcios; e Israel vio a
los egipcios muertos en la orilla del mar. Israel vio los prodigios que Yavé
había obrado contra Egipto, y el pueblo temió a Yavé. Creyó en Yavé y en
Moisés, su siervo.
31. ¿Son necesarias señales de Dios para creer y para confiar en El?
A los Israelitas Dios tuvo que llevarlos así, con muchas muestras de
su poder ante ellos. Pero ya nosotros conocemos a Dios, a su Hijo
Jesucristo, al camino de salvación que nos ha trazado. No podemos estar
pendientes de milagros y señales extraordinarias para creer y confiar.
Dios a veces hace milagros. Pero la mayoría de las veces nos lleva
en fe. Bienaventurados los que sin ver creen, le dijo Jesús a Santo Tomás , el
que no creía que Cristo había resucitado (Jn. 20 , 29). Debemos creer y
confiar siempre: con milagros y sin milagros.
33. ¿Por qué creen que hizo Dios esto a los egipcios? ¿Por qué
precisamente hundirlos en el agua?
34. ¿Por qué la Iglesia enseña que el Paso del Mar Rojo es un simbolismo del
Bautismo?
Esto lo menciona San Pablo en 1 Cor 10 , 1-2. Así como los israelitas tuvieron
que pasar por el Mar Rojo para ser salvados de la esclavitud del Faraón y llegar a la
Tierra Prometida, así nosotros debemos pasar por la aguas del Bautismo para quedar
libres de la esclavitud del pecado y del demonio y así poder llegar al Cielo.
35. ¿Qué sucedió después de atravesar el Mar Rojo y cuál es el primer campamento?
Ex 15:
22 Moisés hizo partir a los israelitas del Mar Rojo y fueron al desierto de Sur.
Allí anduvieron tres días por el desierto sin encontrar agua.
23 Llegaron a Mará, pero no pudieron beber de sus aguas porque eran amargas.
Por esto se llamó aquel lugar Mará, esto es, Amargura.
24 El pueblo murmuró contra Moisés, diciendo: «¿Qué beberemos?»
25 Y como Moisés invocara a Yavé, le enseñó cierto árbol; Moisés lo echó en las
aguas, y se endulzaron.
En Mará (no señalado en el mapa) el agua era amarga, pero Dios hizo que se
endulzaran las aguas.
En Elim acamparon, pues había doce manantiales y setenta palmeras. (Ex. 15, 27).
Ver Fotos de Elim (Palmeras y 12 Pozos)
Nuevamente protestas.
Ex. 16:
1. Los israelitas se marcharon de Elim y llegaron al desierto de Sin, entre
Elim y el Sinaí, el día quince del segundo mes después de la salida de Egipto.
2. Toda la comunidad de los israelitas empezó a murmurar
contra Moisés y Aarón en el desierto.
3. Les decían: «¡Ojalá Yavé nos hubiera hecho morir en Egipto!
Allí nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan en
abundancia. Ustedes, en cambio, nos han traído a este desierto en que todo
ese gentío morirá de hambre.»
4. Pero Yavé dijo a Moisés: «Ahora les hago llover pan del cielo;
salga el pueblo y recoja lo que necesita para cada día. Y Yo voy a probar si
se ajusta o no a mi enseñanza...
8. Esta tarde, Yavé les dará carne para que coman, y por la
mañana, pan a saciedad. Esa es la manera como les contestará porque le han
criticado a El y no a nosotros. Pues nosotros, ¿qué somos?»
13. Aquella misma tarde llegaron codornices, que cubrieron el
campamento. Y, por la mañana, en torno al campamento, había una capa
de rocío.
14. Al evaporarse el rocío, apareció sobre el suelo del desierto una
cosa menuda, como granos, parecida a la escarcha.
15. Cuando los israelitas vieron esto, se dijeron unos a otros:
«Manha», o sea: «¿Qué es esto?» Pues no sabían lo que era. Y Moisés les
dijo: «Este es el pan que Yavé les da para comer.
16. Yavé manda que cada uno recoja cuanto necesite para comer,
alrededor de unos cinco litros por persona; y cada uno recogerá lo
necesario para la gente de su tienda de campaña.»
17. Así lo hicieron los israelitas. Unos recogieron mucho y otros
menos.
18. Pero cuando lo midieron con el medio decalitro, ni los que
recogieron mucho tenían más, ni los que recogieron poco tenían menos:
cada uno tenía su ración.
19. Moisés les dijo: «Que nadie guarde nada para mañana.»
20. Algunos no le hicieron caso, sino que guardaron para el día
siguiente. Pero se llenó de gusanos y se pudrió. Moisés se enojó con ellos.
24. Ellos guardaron el maná tal como Moisés lo había mandado y
el maná no se pudrió. Entonces Moisés les dijo:
25. «Esta será la comida para hoy. Hoy es el día de descanso para
Yavé y no encontrarán maná en el campo.
26. Durante seis días saldrán a buscarlo, pero el séptimo día, que
es el descanso, no habrá.»
¿Qué cosas curiosas vemos con respecto del maná y qué enseñanzas podemos
sacar para nuestra vida?
2. -Esta travesía del desierto está llena de pruebas para el pueblo de Israel.
-Nuestra vida también. Pero Dios me conduce y me da hambre de
la Eucaristía.
Dios instruye a Moisés para que golpee la roca y saque agua de ésta
en el Desierto de Sin en Refidim. El sitio se llamó Masá (tentación) y
Meribá (quejas) (Ex. 17, 1-7).
Por eso dice el Salmo Invitatorio del Oficio Divino: No endurezcáis vuestro
corazón, como el día de Masá en el desierto cuando vuestros padres me retaron y
dudaron de Mí, aunque habían visto mis obras (Sal 94, 8).
Los Amalecitas eran descendientes de Esaú. Era un pueblo salvaje, pagano, que
vagaba entre la Península Sinaí y Canaán. Querían evitar que los Israelitas llegaran a
la Tierra Prometida y liquidar a los que adoraban al Dios Verdadero.
¿Qué indican los brazos en alto de Moisés y la ayuda que le dieron para
sostenerlos en alto?
Siempre se ha visto este incidente como una imagen de la oración que Dios
nos requiere para realizar su obra de salvación. La ayuda física de sostenerle los
brazos a Moisés es indicativa de que la oración de otros también es necesaria.
¿Qué simboliza la victoria del Pueblo escogido de Dios sobre los Amalecitas?
Es simbólica de la lucha entre el Bien y el Mal. Aunque hubo que entablar una
lucha física real, fue una victoria ganada con las armas espirituales de la oración y la
virtud.
40. Nótese cuán cerca de Refidim está la casa de Jetró, el suegro de Moisés, donde
Moisés vivió por 40 años. Por eso vemos que en el siguiente capítulo Jetró viene a
visitar a Moisés. Al saber de los beneficios que Yavé había hecho a Israel, bendijo a
Yavé, ofreció un sacrificio y presentó ofrendas a Dios. También aconsejó a Moisés
para que instituyera 70 jueces que lo ayudaran a gobernar a este gentío. Moisés trata
a Jetró con mucho respeto, reverencia y obediencia.
Ex. 18:
1. Jetró, sacerdote de Madián y suegro de Moisés, se enteró de todo lo que
Dios había hecho en favor de Moisés y de Israel, su pueblo, y cómo lo había sacado de
Egipto.
5. Jetró, pues, el suegro de Moisés, le trajo sus hijos y su esposa mientras
acampaba en el desierto, junto al monte de Dios.
6. Mandó decir a Moisés: «Yo, Jetró, suegro tuyo, vengo a ti con tu esposa y tus dos
hijos.»
7. Moisés salió al encuentro de su suegro, le hizo una profunda reverencia y
lo besó. Se preguntaron el uno al otro acerca de su salud y entraron en la tienda.
12. Jetró, suegro de Moisés, ofreció un sacrificio y presentó a Dios ofrendas.
Vinieron entonces Aarón y todos los jefes de Israel para compartir una comida con el
suegro de Moisés en la presencia de Dios.
13. Al día siguiente, Moisés se sentó para hacer de juez y hubo gente en torno
a él desde la mañana hasta la tarde.
14. El suegro de Moisés vio el trabajo que su yerno se imponía por el pueblo y
le dijo: «¡Cómo te sacrificas por el pueblo! ¿Por qué estás ahí tú solo y todo este pueblo
queda de pie a tu lado desde la mañana hasta la tarde?»
15. Moisés contestó a su suegro: «El pueblo viene a mí para consultar a Dios.
16. Cuando tienen un pleito vienen a mí, yo juzgo entre unos y otros, y les
doy a conocer las decisiones de Dios y sus normas.»
17. Entonces su suegro le dijo: «No es lo mejor como tú lo estás haciendo.
18. Acabarás por agotarte tú y este pueblo que está contigo; pues la carga es
demasiado pesada para ti y no puedes llevarla tú solo.
19. Ahora escúchame, te voy a dar un consejo, y Dios estará contigo. Tú serás para
el pueblo el representante de Dios, y le llevarás sus problemas.
20. Les explicarás las normas y las instrucciones de Dios, les darás a conocer
el camino que deben seguir y las obras que tienen que realizar.
21. Pero elige entre los hombres del pueblo algunos que sean valiosos y que
teman a Dios, hombres íntegros y que no se dejen sobornar, y los pondrás al frente del
pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta o de diez.
22. Ellos harán de jueces para tu pueblo a cualquier hora; te presentarán los
asuntos más graves, pero decidirán ellos mismos en los asuntos de menos importancia.
Así se aliviará tu carga pues ellos la llevarán contigo.
23. Si procedes como te digo, Dios te comunicará sus decisiones y tú podrás
hacerles frente, y toda esa gente llegará felizmente a su tierra.»
24. Moisés escuchó a su suegro e hizo todo lo que le había dicho.
25. Eligió hombres capaces de todo Israel y los puso al frente del pueblo como
jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez.
26. Ellos atendían al pueblo a toda hora para arreglar los problemas de menor
importancia, y llevaban a Moisés los asuntos más delicados.
27. Luego Moisés despidió a su suegro y lo encaminó hacia su tierra.
Para ver ubicación de la Piedra de Refidim en el Monte Horeb y del Monte Sinaí:
http://www.arkdiscovery.com/mt__sinai_found.htm y ver Roca Meribá Refidim, Roca
Meribá Refidim closeup y Monte Sinaí a distancia.
ORACION
Amén.
www.buenanueva.net