HISTORIA DE LA METEMÁTICA (Resumen)

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En el mundo occidental el renacimiento matemático se inicia con el siglo XII por obra de

LEONARDO DE PISA o LONARDO PISANO, también apodado FIBONACCI (Hijo de de


Baonacci), nacido hacia 1170 y muerto después de 1240.

Durante su juventud había residido en Argelia y recorrido la cuenca mediterránea, en


especial las zonas de influencia árabe, poniéndose en contacto con esa cultura, con su
idioma y con su ciencia; en especial, con la matemática.

Al reconocer las ventajas del empleo de la cifras arábicas en los cálculos numéricos,
frente al cual los procedimientos entonces en uso le “parecían casi errores”, y con el
objeto de que “la raza latina no careciera más tiempo de ese conocimiento”, y al regresar
a su patria en 1202 publicó su obra principal Kiber Abaci, que apareció nuevamente,
ampliada y reelaborada en 1228.

El título del libro no alude al ábaco como instrumento auxiliar para los cálculos, sino, por
extensión, a los cálculos mismos que LEONARDO enseña a realizar a la manera
“algorítmica” con las cifra arábicas y no a la manera de los abacistas y con las cifras
romanas. En realidad, no fue LEONARDO quien introdujo en la EUROPA cristina esas
cifras, pero sin duda fue él quien divulgó su uso y mostró su ventaja aunque no por eso
quedaron desterrándolas antiguas cifras romanas que continuaron utilizándose, con
suerte variable, en los cálculos comerciales mucho después de LEONARDO, así como el
cálculo con ábaco, prosiguiendo la secular lucha entre abacistas y algorítmicos.

Además de ese mérito y de la indiscutible originalidad que muestra en el tratamiento de


las cuestiones, se debe a LEONARDO el de haber hecho conocer en su conjunto el
saber aritmético y algebraico de los árabes.

Además del Liber Abaci , en el que LEORNARDO en forma retórica trata variadas
cuestiones de aritmética y de álgebra, se le deben una práctica Geometriae¸ publicada en
1220, y varios escritos menores, quizá sus obras más originales, entre las cuales un Flos
super solutionibus quaesrionum … y un liber quadratorum, aparecidos en 1225, en los
que, entre otras cuestiones, trata de los tres problemas que le propusiera JUAN DE
PALERMO en la corte del emperador FEDERICO II y que LEONARDO resolvió.

Del mismo siglo que LEONARDO, aunque algo posterior, es Giovanni CAMPANO de
Novera, A QUIEN SE DEBE UNA TRADUCCIÓN de los elementos de ÉUCLIDES
(incluyendo los llamados libros XIV y XV). En esa traducción utilizó la versión de
ADELARDO DE Bath, pero recorrió también directamente a las fuentes árabes. Esa
traducción constituyó el primer texto impreso de EUCLIDES (Venecia, 1482) y en sus
comentarios demuestra CAMPANO ser más que un mero traductor. Citemos que se lleve
el intento, seguramente el primero, de fundar la aritmética de los números naturales sobre
un sistema de axiomas y de postulados. Sus postulados son cuatro: los tres primeros
afirman que la sucesión de los números naturales es limitada, mientras que el curato fija
la existencia de un mínimo en todo grupo de números al afirmar “que un número no puede
disminuir indefinidamente”. Utiliza estos postulados en la determinación del máximo
común divisor, así como en la demostración de la inconmensurabilidad de un segmento
con su sección áurea, pues al aplicarles el proceso para la determinación del máximo
común divisor la periodicidad del proceso excluye la existencia del mínimo.

Agreguemos que en sus comentarios CAMPANO señala el carácter especial del ángulo
formado por dos circunferencias tangentes, reabriendo la cuestión del ángulo de
contingencia que ocupó y preocupó a los matemáticos hasta el siglo XVIII.

El nombre de “ángulo de contingencia” para el ángulo formado por la recta tangente a una
circunferencia y esta curva, aparece en una obra de este siglo perteneciente a un autor (o
autores) de identidad discutida: JORDANUS NEMORARIUS, a quien
(o quines) se atribuyen varios escritos científicos sobre aritmética, álgebra y geometría de
capital importancia (3).

También al siglo XIII pertenece John de Holywood, más conocido por su nombre
latinizado SACROBOSCO, que en 1230 era maestro en París, donde murió a mediados
de siglo. Por la fama que gozaron y la influencia que ejercieron, más que por su valor
intrínseco, deben recordarse se Sphera mundi, compilación de las partes más
elementales del almagesto que sirvió de texto en toda Europa, hasta después de
COPÉRNICO y su Algorismus vulgaris o tractatus de arte numerandi, tratado elemental
de la aritmética que trata de la numeración, adición, sustracción, división por 2,
duplicación, multiplicación, división y progresiones (sólo las sumas de la sucesión de
números naturales o números impares) y extracción de raíces. Con todo, este texto
elemental contribuyó mucho a la difusión de las cifras arábicas y de la numeración
decimal.

Además de la obra de los matemáticos citados, contribuyó al renacimiento matemático del


siglo XII la atmósfera intelectual de ese siglo, en el que la cultura medieval alcanza su
apogeo. Es en el siglo en el que se copilan grandes enciclopedias, religiosas y profanas,
donde se expone el saber teológicos, el saber filosófico y también el saber científico de la
época; es en fin, el siglo en que se perfilan figuras como las de Roger BACON, ALBERTO
MAGNO, Santo Tomás, Ramón LLULL, DANTE Allighieri, que en campos diversos y de
maneras distintas contribuyeron en gran medida a elevar el nivel cultural de la época.

En los siglos siguientes esta atmósfera cultural irá lentamente modificándose; el espíritu
medieval, bajo el signo del humanismo, se convertirá en el espíritu moderno, una de las
cuyas notas será precisamente acelerar el progreso científico.

Durante esos siglos, que para la matemática van desde el XIV hasta fines del XVI, fecha
en que se inicia para esta ciencia una nueva era, la labor matemática se concentrar a
completar y perfeccionar la aritmética, el álgebra y la trigonometría.
En el siglo XIV los progresos fueron escasos, amortiguándose la llama encendida por
Fibonaci. Citamos a Thomás BRADWARDINE, muerto a mediados de siglo, a quien se
deben varios escritos matemáticos, el más original de los cuales es una Geometría
expectativa done considera los polígonos estrellados, que no figuran en los Elementos
pero los polígonos estrellados, que no figuran en los Elementos pero que aparecían en los
comentarios de BOECIO, y en las traducciones de ADELARDODO de Bath y de
CAMPANO, BRADWARDINE los engendra sistemáticamente, mediante prolongación de
los lados de los polígonos regulares de orden inferior (primer ordenes es el de los
convexos) y da correctamente la fórmula para la suma de los ángulos internos de los
polígonos estrellados de primer orden. (CAMPANO la había dado para el pentágono
estrellado.) En su tractatus de continuo (inédito) hay algunas consideraciones acerca del
ángulo de contingencia, dele continuo y del infinito.

Durante ese siglo aparece en Inglaterra la primera obra sobre trigonometría escrita en
latín en el mundo cristiano de Occidente: es el Quadripartitum de sinibus demostratis de
RICHARD DE WALLING FORD (1292 – 1335), aunque unos años antes de su muerte
había aparecido en Francia una obra semejante, pero en hebrero. Era le LEVI BEN
GERSON (1288 – 1344) del sur de Francia, donde con la cultura provenzal florecía la
cultura árabe y judía. Se le debe una Aritmética y una memoria sobre los números de la
forma 2m y 3n demostrando que con dos excepciones m  2, n  1; m  3, n  2 su
diferencia es siempre mayor que; así como comentarios a los Elementos, en los que
intenta reducir el número de postulados y demostrar el más original, pues considera al
mismo tiempo la manera griega de medir los ángulos mediante la cuerda y la flecha, así
como la manera hindú de hacerlo mediante el seno y el coseno, dando las relaciones
mutuas entre los cuatro elementos. Contribuyó una tabla de senos a la manera de
PTOLOMEO (diámetro igual a 120 partes y fracciones sexagesimales). En los aportes de
su trigonometría figura el teorema del seno para triángulos rectilíneos.

Pero, sin duda, el matemático más importante del siglo es Nicole de ORESME, también
francés (1313 – 1382), uno de los “Maestros de parís”. En su Tractatus de latitudnibus,
extracto de una obra más amplia aún, inédita, asoma por primera vez la nación de
representación gráfica de funciones, o mejor, fenómenos de una variable. Asignándoles
los nombres astronómicos “longitud” y “latitud”, toma sobre un eje los valores de la
variable y sobre las normales a él los correspondientes de la función. La diferencia entre
dos ordenadas conductivas es el “gradus latitudinis”, que puede ser “certus grados” si es
distinto de cero, o “non gradus” si es cero. Según la naturaleza del incremento: “excessum
gradus”, distingue el caso de la variación lineal (“uniformite”) de la no lineal (“difformiter”).

No menos original es otra de sus obras: Algorismus proportionum, donde expone el


algoritmo de las “proporciones” doble, mitad, una vez y media, etc.; en una palabra,
expone la teoría de las operaciones son exponentes fraccionarios, para los que adopta un
simbolismos especial. (Ya ARQUÍMIDES es uno de sus escritos había utilizado la locución
“razón una vez y media” para indicar la potencia de exponente 3/2.
Por último, en un manuscrito inédito, ORESME encuentra la suma de la serie
1 2 3 4 5
     .............................
2 4 8 16 32
que lo coloca entre los precursores occidentales del análisis infinitesimal.

Ya en el siglo XV debemos mencionar al cardenal NICOLÁS DE CUSA O NICOLÁS


CUSANO (1401 – 1464), a que se anticipó a su época en la concepción del Universo y se
ocupó del problema de la cuadratura del círculo partiendo de la idea (errónea) de que en
los polígonos isoperimétricos la diferencia entre el área del círculo y la de polígono es
proporcional a la diferencia entre el radio y la apotema del polígono. Con todo, en sus
investigaciones se encuentran algunos métodos de ratificación de la circunferencia
bastante aproximados.
Pero la obra matemática más importante del siglo se debe probablemente a los
astrónomos GEORG PEURBANCH (1423-14619 y su discípulo y colaborador JOHANNES
MULLER, llamado el REGIOMANTANO (1436-1476). PEURBANCH había iniciado una
versión directa del ALMAGESTO, que continuo REGIOMANTANO, en la que sustituyo la
tabla de cuerdas por tabla de senos (con un radio de 60.10 4 partes y de 10 en 10).
REGIOMANTANO mejoró esta tabla tomando los arcos de 1 en 1 y el radio de 108
partes, agregando una tabla de tangentes que llama “números” para arcos de grado en
grado con radio 10 5 .

Es a REGIOMONTANO al que se debe el primer tratado de trigonometría en latín que


tuvo influencia duradera. Es el De triangulis omnimodis en cinco libros compuesto hacia
1464 e impreso en 1533. En ellos aparece: el teorema de los senos de la trigonometría
rectilínea demostrado en forma distinta de la actual, pero simple y elegante; el teorema
del coseno para los triángulos esféricos; una tabla, como apéndice junto con la tabla de
tangentes, de “doble entrada” para una de las fórmulas de los triángulos esféricos
rectángulos; y una serie de problema relativos a triángulos planos con la innovación de sr
resultados con el álgebra retórica, aun en los casos en que la solución geométrica sería
más simple. Otra innovación es este sentido es que trata de dar métodos generales
presidiendo de los valores numéricos que no elige previamente, como la mayoría de sus
antecesores.

Se debe, además a REGIOMOENTANO un Apéndice a los Elementos, donde considera


los polígonos estrellados agregando al estudio relativo a sus ángulos exteriores. En su
correspondencia aparece una cuestión geométrica sería más simple. Otra innovación en
este sentido es que trata da dar métodos generales prescindiendo de los valores
numéricos que no elige previamente, como la mayoría de sus antecesores.

Se debe, además, a REGIOMONTANO un apéndice a los Elementos, donde considera


los polígonos estrellados agregado el estudio relativo a sus ángulos exteriores. E su
correspondencia aparece una cuestión geométrica de máximo, la primera después de
APOLONIO; un problema geométrico, planteado en una ecuación cúbica que
REGIOMENTANO no resuelve, pero reconocido en ella ecuación cúbica que de
trisección; y los enunciados de una serie de problemas de análisis indeterminado,
semejante a los que aparecen en los escritos de LEONARDO PISANO.

Salta a la visita en esta breve enumeración el descenso de la creación matemática hasta


el siglo XV, cumbre de la cultura occidental. El algebra o Arte mayor, característica de la
nueva matemática, no avanza desde el PISANO hasta que sobrevienen dos grandes
acontecimientos que abren de par en par en las puertas del grandiosos y definitivo
Renacimiento de la matemática.

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