Ensayo de Pensamiento Pedagogico

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO

NUCLEO ACADEMICO TACHIRA

los orígenes y la historia del pensamiento y la pedagogía


(ensayo)

Tutora: Luis Casique

Shari Odette Rojas Cifuentes

C.I. 84573610

Lapso: 2019-I

San Cristóbal, junio 2019


La pedagogía como movimiento histórico, nace en la segunda mitad del siglo XIX. Reconoce serios
antecedentes hasta el siglo XVIII, pero se afirma y cobra fuerza en el siglo XX, particularmente
después de la primera Guerra Mundial (1.914 – 1.918). Sin embargo, la pedagogía general, combinada
con la historia, tiene entre sus misiones la de intentar un esquema que haga las veces de brújula para
orientar a los educadores en el laberinto de los sistemas y técnicas pedagógicas que surcan nuestra
época.El pensamiento pedagógico puede decirse que comenzó su desarrollo desde los propios albores
de la humanidad. El si mismo no es más que una consecuencia de su devenir histórico, en
correspondencia con la necesidad del ser humano de trasmitir con eficiencia y eficacia a sus
congéneres las experiencias adquiridas y la información obtenida en su enfrentamiento cotidiano con
su medio natural y social.

Por lo que las ideas pedagógicas abogan en ese momento crucial de la historia del ser humano como
ente social por la separación en lo que respecta a la formación intelectual y el desarrollo de las
habilidades y las capacidades que habrían de lograrse en aquellos hombres en que sus tareas
principales no fueran las de pensar, sino las requeridas para el esfuerzo físico productivo, tales ideas
pedagógicas debían insistir lo suficiente para lograr en la práctica que la mayoría o la totalidad de la
"gran masa laboriosa" aceptara esa condición de desigualdad. Con estas concepciones es que surgen
las denominadas escuelas para la enseñanza de los conocimientos que se poseían hasta ese momento
para el uso exclusivo de las clases sociales selectas, asignándoseles a las clases explotadas, como única
salida de sobre vivencia, el papel protagónico de la realización del trabajo físico

La educación está tan difundida que no falta en ninguna sociedad ni en ningún momento de la
historia. En toda sociedad por primitiva que sea, encontramos que el hombre se educa. Los pueblos
primitivos carecían de maestros, de escuelas y de doctrinas pedagógicas, sin embargo, educaban al
hombre, envolviéndolo y presionándolo con la total de las acciones y reacciones de su rudimentaria
vida social. En ellos, aunque nadie tuviera idea del esfuerzo educativo que, espontáneamente, la
sociedad realizaba en cada momento, la educación existía como hecho. En cualquiera de las sociedades
civilizadas contemporáneas encontramos educadores, instituciones educativas y teorías pedagógicas;
es decir, hallamos una acción planeada, consciente, sistemática. La importancia fundamental que la
historia de la educación tiene para cualquier educador es que permite el conocimiento del pasado
educativo de la humanidad.

También la preparación de las personas para la vida es un objetivo inalienable del desarrollo de la
sociedad y le corresponde a la educación contribuir al proceso de formación de una cultura general que
garantice su integración a los diferentes escenarios del sistema de relaciones sociales en que participan
los sujetos como modo de realización social. Estos criterios adquieren una significación socialmente
positiva con el avance de la ciencia y la tecnología que generaliza los patrones culturales y tienden a la
configuración de un mono cultura universal. La concepción marxista del sistema de la actividad
humana se asume como base para la comprensión de la cultura desde la relación sujeto-objeto, esencial
al explicarla como proceso dialéctico de interacción, en el cual la cultura material se presenta en
unidad con la espiritual. Esta última tiene por contenido sustancial la primera. El sujeto actuante
impregna, con su subjetividad, el objeto cultural creado en su actividad transformadora, en la misma
medida en que produce y reproduce su propia vida cultural. El autor opina

[…] la pedagogía, contrariamente a lo que dicen sus adversarios, no es la asociación


de una reeducación peligrosa de la conciencia y de los dispositivos didácticos
manipuladores: toda educación a la libertad impone una instrumentación de la
libertad. Toda instrumentalización didáctica requiere una preocupación constante
respecto de aquello que le permite al otro escapar a la empresa tecnócrata que ella
ejerce sobre él (Meirieu, 1997b: 114).

La Pedagogía Social es concebida como la teoría y práctica de la educación social, tanto de los
individuos como de los grupos y en último término, del conjunto de la sociedad, a fin de lograr la
plena integración de todos los elementos que la constituyen y el desarrollo de la misma, orientado
al bien común y a la mejora de la calidad de vida, con especial dedicación y atención a aquellas
personas y grupos en situaciones marginales o carenciales que necesitan integrarse socialmente.
El término educación social supone dotar a los individuos y a los distintos grupos sociales, de los
conocimientos, instrumentos y medios que los capaciten para ser sujetos activos y protagonistas
de dicha plena integración y desarrollo de la sociedad. Esto implica la necesidad de poner ante los
ojos del educando el ideal de una sociedad mejor, insertando a éste en la sociedad real y al mismo
tiempo, proporcionándole un proyecto de mejora y desarrollo de la misma.

Podríamos sintetizar que el concepto pedagogía en este pedagogo recubre un


período de más de veinte años, en el cual vemos una experiencia de
comprensión de su propia práctica, una experiencia de formación, cuando
decide dotarse de los principios teóricos para realizar mejor su práctica y una
experiencia de reflexión marcada por la distancia. El concepto distancia es
importante toda vez que en él vemos la reflexión sobre lo realizado y sobre lo
vivido. “La distancia es la única que permite una expresión completa del
verdadero sentido que hay en las cosas” (Gadamer, 2001: 38).
Si bien damos por sentado que la pedagogía es una ciencia de la educación, admitimos que en esta
función no se encuentra sola, tanto por la mencionada presencia de la didáctica, como porque en el
proceso educativo, que es un fenómeno social, vale decir complejo, confluyen otros saberes
disciplinares, entre los cuales destacan la filosofía, la sociología, la psicología, la historia, la
economía, la política, el derecho y, naturalmente, el sujeto social en su propia circunstancia, en el
centro mismo del escenario colectivo, Ni la didáctica ni la pedagogía explican por sí solas el hecho
educativo. Contrariamente, actuando juntas y de manera sinérgica hacen las mejores contribuciones
a la educación. Mientras la didáctica se ocupa de la relación del sujeto con el aprendizaje, de las
representaciones, los medios intelectuales, del cómo aprender; la pedagogía se centra en la
resistencia entre los actores, el poder, la ética, la libertad y su trascendencia en el acto de enseñar,
vale decir, del cómo enseñar. La didáctica se ocupa de la realidad; la pedagogía reflexiona.

En conclusión, el padre fundador de la pedagogía Jan Amus Comenio, (Komenský en checo


pronunciado), en latín Comenius, un teólogo, filósofo y pedagogo nacido en Moravia, el 28 de
marzo de 1592 (actual República Checa) y fallecido en Ámsterdam, 15 de noviembre de 1670.
Considerado el "Padre de la Pedagogía" en reconocimiento a su trabajo por establecer los
principios fundamentales de esta materia como ciencia autónoma. Comenio fue un pionero
convencido de la importancia de la educación en el desarrollo espiritual de los seres humanos. Sus
conocimientos sobre la ciencia de la enseñanza y el aprendizaje trascendieron la zona de influencia
de sus primeras actividades. Por este motivo, entre 1638 y 1648 fue convocado desde Suecia e
Inglaterra para colaborar con las reformas educativas que allí se estaban desarrollando. Su principal
obra educativa lleva como título Didáctica magna, donde estableció el principio rector de su ideal
pedagógico: "Enseña todo a todos". Comenius destacó, además, por haber sido el autor de uno de
los primeros libros ilustrados: Orbis pictus

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