Derecho Minero

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El régimen de jurídico de la actividad mi-

nera y los municipios en Venezuela: con


referencia a la figura de las ventajas es-
peciales
Mauricio Rafael Pernía-Reyes*

Sumario
Introducción
El régimen jurídico de la minas en Venezuela
Normas de rango constitucional
Normativa sectorial
Las ventajas especiales como potencial instrumento a favor de los
municipios
Conclusiones

INTRODUCCIÓN

Quiero expresar mi agradecimiento por la amable invitación para


rendir homenaje a la reconocida trayectoria del Dr. Fortunato González
Cruz, primer Alcalde de la Ciudad de Mérida, fiel exponente y defensor
de la descentralización y el fortalecimiento de los poderes locales. Este
documento en su homenaje, como siempre decimos, se hace, desde la
Provincia venezolana.

En este sentido, y desde la provincia venezolana, se pretende hacer


un estudio introductorio del impacto de las actividades relacionadas con
la industria extractiva, la competencia para su organización y sus conse-
cuencias en los ámbitos locales, esto es, en los municipios, que es un “(...)
un espacio territorial íntimo y cercano donde se desenvuelven la mayor
parte de las actividades del ser humano (…)”2, y en razón de lo cual es allí
de donde deben partir las acciones, las políticas públicas a ser aplicadas a
los vecinos de una comunidad, aldea o ciudad.

Así las cosas, el constituyente venezolano de 1999 consagró que

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Mauricio Rafael Pernía Reyes

los yacimientos mineros y de hidrocarburos, pertenecen a la República,


haciendo mención de los atributos de inalienabilidad e imprescriptibili-
dad como características de su categoría como propiedad administrativa3.
Así mismo, en el numeral 16 del artículo 156 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV)4, se señala que es compe-
tencia del Poder Público Nacional el régimen y administración de las mi-
nas y de los hidrocarburos, que el Ejecutivo Nacional no podrá otorgar
concesiones mineras por tiempo indefinido y que la ley establecerá un sis-
tema de asignaciones económicas especiales en beneficio de los Estados en
cuyo territorio se encuentren situados estos bienes.

Sin embargo, los yacimientos mineros económicamente aprovecha-


bles en Venezuela se hallan distribuidos en municipios aislados, principal-
mente cerca de la frontera nacional, alejados de los centros de producción
y de poder político, correspondiendo a las autoridades locales la toma de
decisiones en materia social, escolar, seguridad ciudadana y de vivienda y
hábitat de las poblaciones cuya actividad principal es la minería, sin que
tengan los municipios las competencias respecto de la industria extracti-
va, ni en la administración ni en el establecimiento del régimen jurídico
que regule tal actividad, percibiendo los beneficios que directamente pac-
ten el concesionario con la República en el marco de la figura denominada
ventajas especiales, e indirectamente solo en el porcentaje que los Estados
puedan distribuir por los ingresos extraordinarios que a estos le corres-
ponda, según la ley.

En este sentido, el presente documento tiene como propósito ex-


poner cómo es la participación de los municipios mineros en Venezuela y
para su mejor comprensión, se dividirá en tres capítulos: el régimen jurídi-
co de las minas en Venezuela (i); las ventajas especiales como instrumento
a favor de los municipios (ii), y; conclusiones (iii).

EL RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS MINAS EN VENEZUELA

La declaratoria de bienes del dominio público de las minas afecta


todo el régimen jurídico aplicable y ello se evidencia desde la declaración

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El régimen de jurídico de la actividad minera y los municipios en Venezuela:
con referencia a la figura de las ventajas especiales

del constituyente venezolano de 1999, hasta las normas de rango sublegal


que dicta el Ejecutivo Nacional, y las normas estadales que dictan los entes
político-territoriales en los que se divide a República.

En efecto, la constitución como demanio en las minas le provee a la


República así como a los Estados de la federación venezolana, ingresos fis-
cales, además de actualizar el ejercicio de la potestad organizativa al crear
órganos o entes para que se constituyan en la Administración Minera, se-
gún el nivel territorial que estudiemos. Finalmente, los órganos legislati-
vos sancionarán las leyes respectivas para el régimen y administración de
las minas.

Si bien en Venezuela no se presenta la problemática propia de los


Estados con un mayor nivel de descentralización o dicho de otro modo,
con un clásico nivel de federación5, como lo serían los casos de Argentina6
o los Estados Unidos de América7, en los que el promotor de las activida-
des mineras se enfrenta a un cúmulo de leyes de distinto nivel territorial,
que puede incluir a los municipios, que regulan desde la exploración y
la explotación, así como las actividades conexas que pueden retrasar el
inicio de las actividades mineras, por el contrario, las pocas regulaciones
por parte de las autoridades municipales respecto de la actividad minera
en nuestro país revela el alto grado de concentración del Poder Nacional
respecto de las industrias extractivas.

Ahora bien, que el constituyente, el legislador nacional y estadal no


incorporen al municipio como un actor natural de la industria minera,
ello no significa que las autoridades locales no deban atender y desarrollar
acciones o políticas públicas sobre la problemática social y económica que
ella comporta8, incluyendo la relativa a la reinserción laboral, una vez se
agoten los recursos mineros o sea antieconómico su aprovechamiento.9

Por ello, resulta de interés conocer las normas constitucionales, así


como la legislación sectorial10 que regulan esta actividad de manera que
en capítulo aparte se aborde lo relativo a las denominadas ventajas espe-
ciales como medio para que los municipios incrementen su participación
en esta actividad.

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Mauricio Rafael Pernía Reyes

Normas de rango constitucional

El constituyente venezolano de 1999 dedica diversos artículos


para regular desde el rango de norma suprema los siguientes aspectos: a)
la determinación del sujeto titular de los yacimientos mineros; b) su rela-
ción con el medio ambiente, y; c) el régimen fiscal de las minas. Se tratará
a continuación el contenido de esta regulación.

La titularidad del recurso


Como se señaló en la introducción de este trabajo, el artículo 12
de la CRBV determinó a los yacimientos de hidrocarburos, mineros y las
costas marinas como del dominio público, detallando el catalogo de ca-
racterísticas que tal denominación comporta, al señalar que son inalie-
nables e imprescriptibles11. Respecto del dominio público, Bocanegra y
otros comentan que el mismo “(…) está constituido por aquellas propieda-
des administrativas afectadas a la utilidad pública y que como consecuencia
de esta afectación resultan sometidas a un régimen especial de utilización y
protección”12.
Los bienes del dominio público como propiedades administrati-
vas, constituyen así una categoría sustantiva distinta de la propiedad de
derecho común, toda vez que lo que persigue tal figura es que se consolide
un régimen legal especial sobre determinadas cosas afectas a un fin de in-
terés general y, por regla general, de utilidad pública, de manera que la ex-
plotación y uso de bienes del dominio público son regidas por el Derecho
Público.13

La protección al medio ambiente


La protección y promoción de la defensa del medio ambiente la
categoriza como una actividad transversal de diversos procesos industria-
les o de las actividades extractivas, por su inevitable impacto sobre el am-
biente que estos representan. Esta tarea está encomendada a los poderes
públicos en el artículo 127 de la CRBV, cuando indica que tienen la fun-
ción de “proteger el ambiente”. En este sentido, VILLEGAS MORENO,
José Luis, comenta que:
El cumplimiento de este mandato constitucional se lleva a cabo fun-
damentalmente mediante normas de Derecho público y el papel central lo

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El régimen de jurídico de la actividad minera y los municipios en Venezuela:
con referencia a la figura de las ventajas especiales

desempeña la Administración, lo que es consecuencia del carácter de interés o


bien jurídico colectivo que tiene el medio ambiente y de la necesidad de que su
protección se realice, como dice la Constitución, de acuerdo con las premisas
del desarrollo sustentable (Art. 128 constitucional), esto es, interviniendo en
la utilización y disfrute de los recursos para evitar su pérdida o deterioro.14

En efecto, es la naturaleza vicaria de la Administración Pública


venezolana, la que le confiere, mediante el cumplimiento de la CRBV y
normas de rango legal y sublegal, el realizar tareas preventivas mediante la
implementación de técnicas jurídicas que pueden ir desde la aplicación le-
gal de procedimientos administrativos, licencias, o permisos, hasta la pre-
sentación de Estudios de Impacto Ambiental y Socio Cultural (EIASC)
que, desde 1999 tienen rango constitucional.

Así, el artículo 129 de la CRBV señala que:


Todas las actividades susceptibles de generar daños a los ecosistemas
deben ser previamente acompañadas de estudios de impacto ambiental y
socio cultural. El Estado impedirá la entrada al país de desechos tóxicos y
peligrosos, así como la fabricación y uso de armas nucleares, químicas y bioló-
gicas. Una ley especial regulará el uso, manejo, transporte y almacenamiento
de las sustancias tóxicas y peligrosas.
En los contratos que la República celebre con personas naturales o jurí-
dicas, nacionales o extranjeras, o en los permisos que se otorguen, que afecten
los recursos naturales, se considerará incluida aun cuando no estuviera ex-
presa, la obligación de conservar el equilibrio ecológico, de permitir el acceso
a la tecnología y la transferencia de la misma en condiciones mutuamente
convenidas y de restablecer el ambiente a su estado natural si éste resultara
alterado, en los términos que fije la ley.(Resaltado nuestro)

En definitiva, la actividad minera, como especie del género de las


actividades extractivas, requiere cumplir con una serie de actividades an-
tes, durante y después de la actividad minera, que por lo menos, incluye
el período de vigencia del derecho otorgado para el aprovechamiento del
recurso correspondiente.

Sin ánimos exhaustivos, los promotores de desarrollo mineros o

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Mauricio Rafael Pernía Reyes

concesionarios, deberán contar con: estudio de factibilidad técnico, fi-


nanciero y ambiental al final de la fase exploratoria (i); constituir fianzas
ambientales sobre el Estudio de Impacto Ambiental y Socio Cultural (en
adelante EIASC) que debe presentar a la Administración Ambiental del
Ejecutivo Nacional (ii); para la aprobación de lo anterior deberá transitar
por la obtención inicial del derecho minero particularmente del denomi-
nado Certificado de Explotación, que junto al EIASC, dará como conse-
cuencia la emisión de la Acreditación Técnica del mismo por la autoridad
ambiental competente, siendo esta acreditación requisito para la obten-
ción de la ocupación del territorio, la cual puede variar de autoridad com-
petente en razón de que el área a explotar puede estar bajo un área bajo
régimen de administración especial (ABRAE) como sea zona de seguri-
dad fronteriza, turística, industrial, urbana, entre otras, para finalmente,
obtener la Afectación de Recursos (iii), instrumento que permitirá a la
Administración Ambiental la realización de prácticas fiscalizadoras como
la auditoría ambiental, para medir el impacto de la actividad concesiona-
da.
Así mismo, el concesionario debe asegurarse de materializar el
cierre de minas, como proceso que permita restituir el ambiente al estado
más próximo al original, esto es, antes de la intervención para el aprove-
chamiento minero.

c) reserva legal nacional de la materia tributaria


Por último, de las regulaciones de carácter constitucional
que conforman la actividad minera venezolana, se señala lo correspon-
diente al criterio de fiscalidad sobre los yacimientos mineros. Así, el artí-
culo 156 de la CRBV indica:

Es de la competencia del Poder Público Nacional:


(…)
16. El régimen y administración de las minas e hidrocarburos, el
régimen de las tierras baldías, y la conservación, fomento y aprovecha-
miento de los bosques, suelos, aguas y otras riquezas naturales del país.

Esta previsión del constituyente procura establecer una


reserva legal a la ley formal y material para el establecimiento del régimen

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El régimen de jurídico de la actividad minera y los municipios en Venezuela:
con referencia a la figura de las ventajas especiales

y administración de las minas, y con ello, regular lo referente a las moda-


lidades de explotación y aprovechamiento del recurso, la aplicación del
poder tributario de la República, en materia de fiscalización y recauda-
ción de los tributos correspondientes, excluyendo que mediante normas
de distinto rango, así como otras personas de derecho público territorial,
regulen estas actividades.

Los tributos mineros están constituidos por el impues-


to superficial y el impuesto de explotación. El primero de ellos tiene
como hecho imponible la carencia de explotación a partir de la fecha
del otorgamiento del derecho minero, o de un acto posterior, como lo
es el Certificado de Explotación. Se liquida por trimestres vencidos y su
fijación está establecida de manera gradual que comprende las hectáreas
otorgadas y el tiempo de vigencia del derecho minero. Por su parte, el
impuesto de explotación se verifica y liquida mensualmente y toma como
base la producción mensual del mineral y el precio de referencia fijado por
el Ejecutivo Nacional para su venta, variando la alícuota dependiendo del
mineral de que se trate.

Estas modalidades impositivas no han transitado sin opo-


sición por parte de cierto sector de la doctrina que no les otorga la cate-
goría de tributo, concretamente del impuesto de explotación, en razón de
que por su naturaleza, se asemeja más a un pago al Estado, como la regalía,
fundamentado en el aprovechamiento de un demanio, teniendo en cuen-
ta que si bien su previsión está en la ley, no obstante su alícuota o forma de
pago deviene de la emisión del título minero correspondiente que otorga
el derecho real inmueble de la concesión. Así, a la clásica distinción de los
tributos en impuestos, tasa y contribuciones, pareciera no subsumirse el
impuesto de explotación pues su existencia no es por imposición de la ley,
sino del pacto de concesión, luego, su origen es convencional15.

Normativa sectorial
La legislación está compuesta por el Decreto Nº 295 del 5 de
septiembre de 1999 con rango y fuerza de Ley de Minas y su reglamen-
to general de 2001 (en adelante Ley de Minas) que sustituye a la Ley de

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Mauricio Rafael Pernía Reyes

Minas de 1945 normativa bajo la cual se otorgaron la mayoría de los títu-


los mineros y demás derechos vigentes en la actualidad y el Decreto 1.395
del 13 de noviembre de 2014 con Rango Valor y Fuerza de Ley Orgánica
que Reserva al Estado las actividades de exploración y explotación del
oro, así como las actividades conexas y auxiliares de éstas16, en adelante
el Decreto-Ley, que forma parte del conjunto de leyes producidas por el
Ejecutivo Nacional producto de la ley habilitante, y que viene a sustituir la
legislación anterior, también producto de habilitación legislativa, del año
201117.
En ambas legislaciones la participación de los municipios es nula,
aun cuando estos textos legales contemplen todas las posibilidades de
aprovechamiento minero en cuando a volumen de inversión de capital
y de extracción se refiere, desde la llamada megaminería hasta la minería
artesanal, siendo que principalmente en este último, el ámbito espacial o
territorial está reducido a áreas de entre 25 a 10 hectáreas18 pertenecientes
a un solo municipio.
Así las cosas, a los limitados fines de este documento, interesa
comentar lo relacionado con las denominadas ventajas especiales que
configuran un instrumento mediante el cual el legislador ha previsto
un conjunto de actividades prestacionales y dinerarias que el proyectis-
ta, concesionario o socio del Estado venezolano debe ofrecer para poder
constituirse como agente minero en Venezuela. Esto se comentará en el
capítulo siguiente.

LAS VENTAJAS ESPECIALES COMO POTENCIAL


INSTRUMENTO A FAVOR DE LOS MUNICIPIOS

Siendo la República el propietario de los yacimientos mineros, se


comporta sobre éstos como un verdadero propietario y no como un simple
administrador19, característica propia del sistema dominial20, de manera
que el Estado puede aprovechar el recurso natural directamente, o por
medio de entes de su propiedad o que formen parte de la Administración
Pública, u otorgarlos a terceros discrecionalmente, mediante concesiones
o autorizaciones para su exploración y explotación.

En este orden de ideas, se presenta la figura de las ventajas especiales

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El régimen de jurídico de la actividad minera y los municipios en Venezuela:
con referencia a la figura de las ventajas especiales

que constituyen el conjunto de ofrecimientos que realiza el solicitante de


derechos mineros al Ejecutivo Nacional que comporten mejores presta-
ciones o prestaciones adicionales a las establecidas en la ley. En la legisla-
ción del siglo XX así como en la actual centuria, está presente la figura,
aun cuando con variaciones que nos interesan resaltar en este trabajo.

En efecto, la Ley de Minas de 1945 y la Ley de Minas de 1999


establecieron que el solicitante de concesiones mineras debía presentar
ventajas especiales en materia de impuestos, incrementando la alícuota de
los tributos mineros, según la magnitud del programa y proyecto mine-
ro. Así, el artículo 91 de la Ley de Minas de 1945 facultaba al Ejecutivo
Federal a estipular con los postulantes ventajas especiales para la Nación
en materia de impuestos o por cualquier otro aspecto, en las concesiones
cuyo otorgamiento le era potestativo. Por su parte, la Ley de Minas de
1999, establece en el artículo 35, una modificación al objeto de la ventaja
especial, excluyendo cualquier mención de naturaleza económica, o tribu-
taria al decir las ventajas especiales podría estar constituida por el suminis-
tro de tecnología, abastecimiento interno, provisión de infraestructura,
dotación social, obligaciones de entrenamiento, capacitación geológico-
minera entre otras.

Finalmente, el Decreto-Ley de 2014 establece que el Ministerio


con competencia minera podrá estipular al momento de transferir dere-
chos mineros a las empresas para realizar actividades primarias, la alícuota
correspondiente a las ventajas especiales.

Esta caracterización de las ventajas especiales en Venezuela tiene


como propósito establecer de qué manera pueden los municipios mine-
ros del país obtener beneficios, prestaciones o recursos económicos como
consecuencia del desarrollo de la actividad minera en su circunscripción.

En primer lugar y como se tuvo oportunidad de comentar en un tra-


bajo anterior21, con la Ley de Minas el legislador venezolano había aban-
donado la idea de incluir en la configuración de las ventajas especiales lo
correspondiente a la tributación minera, toda vez que, desde mediados
del siglo XX, la doctrina había cuestionado el hecho de alterar uno de los

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Mauricio Rafael Pernía Reyes

componentes del tributo, como lo es la alícuota, mediante un pacto entre


un particular y el Ejecutivo Nacional, vulnerando el principio de reserva
legal que establece que la fijación de tributos corresponde al parlamento
y no a una de las partes del contrato administrativo de concesión o si el
Estado se asocia para la explotación con el privado22.

Esta variación legislativa constituye en verdadero estímulo para que


los postulantes o solicitantes de derechos mineros consideren a los muni-
cipios como destinatarios de sus aportes de dotación social o capacitación
de personal para las labores mineras.

En efecto, como se dijo anteriormente, el constituyente señaló en


el artículo 129 de la CRBV, que para las actividades que intervengan el
ambiente, se debe contar con un EIASC, lo que exige del estudio social
de la localidad o poblaciones entorno a la mina a explotar, permitiendo al
postulante conocer de forma directa, las necesidades de dotación social,
provisión de infraestructura o capacitación que requiera el municipio y
que el proyectista minero pueda satisfacer de modo directo.

No obstante en segundo lugar, el Decreto-Ley de 2014 cual mo-


vimiento pendular, regresa a la modalidad de la Ley de Minas de 1945
al incluir, de manera exclusiva, que las ventajas especiales son montos de
dinero que tendrán como criterio de captación, la naturaleza, magnitud y
demás características del proyecto minero a desarrollar. Debe decirse que
estos recursos serán provenientes de una compañía de la cual el Estado es
parte y que si bien no están previstos los impuestos de la Ley de Minas,
si paga a la República una regalía del trece (13) % sobre el producto final
del mineral.23

Se considera que esto es una seria limitante para los municipios cuya
actividad minera tiene por objeto la explotación del oro, por cuanto el re-
sultado de las debilidades, vulnerabilidades y amenazas de las localidades
que han sido sujetas del EIASC, no se traducirá en un formal acuerdo de
la empresa para que esta, de manera directa, realice actividades o dotacio-
nes especificas a los municipios, como ocurre con los minerales distintos
al oro y que son de competencia nacional.24

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El régimen de jurídico de la actividad minera y los municipios en Venezuela:
con referencia a la figura de las ventajas especiales

De manera que, la cuestionable constitucionalidad de la ventaja es-


pecial en la actividad minera del oro, la errada política pública de sustraer
a los entes locales de los beneficios directos de las empresas mineras, cuya
distancia de las poblaciones puede generar resistencias sociales que impi-
den el desarrollo de tal aprovechamiento25, constituye un retroceso pues
deja en un fondo social minero26, de carácter nacional, la atención de las
problemáticas sociales que bien pudieran ser atendidas desde la misma
explotación.

Por lo anterior es que se considera superior, no solo en técnica


legislativa, sino en la verificación de la constitucionalidad y como polí-
tica pública el régimen de las ventajas especiales dispuesto en la Ley de
Minas respecto de los minerales Hierro, Bauxita, Carbón, Roca Fosfática,
Feldespato, Níquel y otros que son de competencia nacional y permiten
que el concesionario pueda atender de manera directa las debilidades de
las localidades mineras de Venezuela.

CONCLUSIONES

Los municipios mineros en Venezuela se ven excluidos de diversas


maneras, de participar en el negocio minero, particularmente en materia
tributaria27, no obstante ser los mayores receptores de las consecuencias
sociales, ambientales y de infraestructura28 de los emprendimientos mine-
ros, y sus órganos de gobierno los primeros en atender las problemáticas
que surjan con ocasión de las actividades extractivas surjan en su locali-
dad. Esta exclusión se acentúa con el reciente Decreto 1.395 del 13 de no-
viembre de 2014 con Rango Valor y Fuerza de Ley Orgánica que Reserva
al Estado las actividades de exploración y explotación del oro, así como
las actividades conexas y auxiliares de éstas pues se desvincula totalmente
del ente político territorial local y centraliza en un fondo social minero
del que aún se desconoce su regulación, pues corresponderá al Ejecutivo
Nacional regularme mediante reglamento, y no permite que las ventajas
especiales sean cumplidas mediante actividades prestacionales de benefi-
cio directo a los Municipios, de manera de no duplicar las actividades que
éstos deben cumplir según sus propias competencias y presupuestos.

289
Mauricio Rafael Pernía Reyes

En definitiva, los municipios en los cuales la minería es la activi-


dad económica, industrial y social deben estructurar opciones que dentro
de la ley, puedan comprometer políticas públicas eficaces para la atención
de las problemáticas que surgen precisamente con la actividad minera o
asociada a ella, siendo así muy útil que se mantenga el régimen de las ven-
tajas especiales para el aprovechamiento de los minerales de competencia
nacional distintos al oro, pues permite la inclusión de programas y accio-
nes para atender las necesidades de dotación social, provisión de infraes-
tructura o capacitación que requiera el municipio.

En definitiva, Venezuela tiene fijado su desarrollo sobre la base


de sus recursos naturales y ello se evidencia en los últimos 50 años. No
obstante, la arquitectura del Estado, con un modelo federativo altamen-
te centralizado, puede privar a sus entes locales, aquellos que están más
cerca del ciudadano, que demandan “soluciones rápidas y localizadas”29
de recursos económicos y, por ello, materiales y humanos, que pudieran
fortalecer su diseño, formulación, aplicación y seguimiento de políticas
públicas adecuadas a sus necesidades.

Lomas Blancas, Municipio Cárdenas, enero de 2015

(Endnotes)
*
Abogado y Especialista en Derecho Administrativo por la Universidad Católica
del Táchira. Especialista en Gerencia Pública por la Universidad Nacional
Experimental del Táchira. Especialización en Derecho Procesal por la Universidad
Católica Andrés Bello. Doctorando en Derecho Administrativo Iberoamericano
por la Universidad de La Coruña (España). Diplomado en Formación Específica
de la Legislación Colombiana por la Universidad Simón Bolívar (Colombia).
Profesor de pre y postgrado UCAT. Profesor de postgrado UNET. Profesor invita-
do de la Universidad Simón Bolívar (Colombia). Coordinador-Fundador del Grupo
de Estudios de Derecho Público e Instituciones Políticas UCAT. Tutor Académico
del Semillero de Investigación Dr. Allan Brewer-Carías UCAT. Colaborador-
Investigador del Centro de Estudios de Regulación Económica de la Universidad
Monteávila. Consultor Jurídico en materia de minería y vivienda.
2 GONZÁLEZ CRUZ, Fortunato, El Derecho a la Ciudad. En II Jornadas de

290
El régimen de jurídico de la actividad minera y los municipios en Venezuela:
con referencia a la figura de las ventajas especiales

Derecho Administrativo, en homenaje a Don Enrique Orduña Rebollo. Derecho


Administrativo y Municipio. Universidad Católica del Táchira, San Cristóbal,
2005, pp.53-63.
3 Entendiendo que el dominio público minero supone una relación de propiedad
administrativa, que la separa de la propiedad común, cuyo titular es la República,
formalmente afectado al fomento de la industria nacional y sometido a un régimen
jurídico especial. Se sugiere consultar a BOCANEGRA SIERRA, Raúl, Alonso
María del Rosario y Fernández Francisco, “Lecciones de Dominio Público”
Madrid, Editorial Colex, 1999.
4 Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 36.860, de 30 de diciembre de
1999; reimpresa por error material en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana
de Venezuela N° 5.453 Extraordinario, del 24 de marzo de 2000 y enmendada se-
gún Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N°5.908, del 19 de
febrero de 2009.
5 En el presente trabajo entendemos por tal aquel en el que el federalismo se presen-
ta “(…) como una yuxtaposición armónica y dual de soberanías, cada una libre en
su respectiva esfera.”. Véase Aguilera de Prat y Martínez, Sistemas de gobierno,
partidos y territorio. Editorial Tecnos. Madrid, 2002. p. 258
6 Cfr. Gordillo A. Tratado de Derecho Administrativo. Parte General, Tomo I,
Fundación de Derecho Administrativo. 8ª edición. Buenos Aires, pp. VIII-10 y ss.
7 Así, en cuando a los distintos niveles normativos relacionados con la minería en
este país, Jan G. Laitos y Elizabeth H. Getches indican que: “El futuro explotador
de recursos naturales confronta una esquizofrénica regulación que incluye regula-
ciones estatales y locales armados de tantas reglas y regulaciones como personas
existen. Como resultado, el productor de minerales debe hacer frente a un mar-
co regulatorio cuyas operaciones y aplicaciones no pueden ser previstas”. Véase
Laitos y Getches en “Las secuenciales y estratificadas barreras locales y estatales
a la explotación de recursos extractivos.” En Revista Advocatus Nº 25 Universidad
de Lima. Lima, 2011. p. 24
8 Puede verse en la prensa regional del Estado Táchira como los conflictos de la ac-
tividad minera se desarrollan y atienden las autoridades locales, lejos de la capital
del país, sede de los órganos y entes de la Administración Minera Nacional. Al
respecto véase: http://www.lanacion.com.ve/regional/mineros-bloquearon-la-
panamericana-y-se-enfrentaron-a-la-guardia-nacional/ [Consultado enero 8,
de 2015].
9 Sobre este punto se sugiere consultar: Montero Peña Juan Manuel y Salazar Pérez

291
Mauricio Rafael Pernía Reyes

Yaniel: La reinserción laboral tras el cierre de minas: una vía para lograr el desarrollo
sustentable en la minería, Minería & Geología, Holguín, 2011, pp. 64-87.inería y
Geología, vol. 27, núm. 4, octubre
10 Ley de Minas y el Decreto-Ley que reserva al Estado las Actividades de
Exploración y Explotación del Oro, así como las conexas y auxiliares a éstas.
11 Al respecto TURUHPIAL, Héctor, señala: “Por primera vez en el ordenamiento
jurídico venezolano se incluyen expresamente las minas dentro de los bienes del
dominio público, conjuntamente con los hidrocarburos, salinas y tierras baldías,
bienes todos estos que tradicionalmente formaban parte del dominio privado del
Estado, siguiendo la doctrina y legislación proveniente de las Ordenanzas de la
Nueva España que le atribuían el dominio a la Corona, asumiendo la tesis rega-
lista cuyo fundamento histórico (…) nos devuelve a Roma, donde con el adveni-
miento del Imperio, los emperadores comenzaron a apropiarse de las minas y a
incorporarlas a su patrimonio personal, hasta la época de JUSTINIANO, en las
que las califica como cosas públicas, propiedad del pueblo en colectivo, suscep-
tibles de ser dadas en arrendamiento con el objeto de percibir una renta que se
denominaba vectigal.” Caracas, FUNEDA, 2008, p. 134.
12 Vid. BOCANEGRA SIERRA, Raúl, y otros… Ob. Cit. p. 18.
13 De esto, GONZÁLEZ GARCÍA, Julio, comenta: “El resultado de ello es concluir
que el bien y los fines que se pretenden conseguir están especialmente conectados
con el ámbito de los intereses generales representados por ese ente público y no
por otro.” Madrid, Marcial Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales, S. A., 1998, p.
139
14 Villegas Moreno, José Luis. San Cristóbal, “Derecho Administrativo Ambiental”,
Colección Textos, Librería y Galería Sin Límite, 2009, p. 107.

15 Así opina BADELL, Rafael, al señalar: “El pago del “impuesto de explotación”
es esencialmente convencional, encuentra su casusa en un contrato o convenio en
el cual el cocesionario ha aceptado voluntariamente pagar una determinada can-
tidad como contraprestación al derecho otorgado por el Estado a la explotación
de un recurso del dominio público; la circunstancia de que dicho pago este pre-
visto en una ley (como ocurre con el impuesto de explotación previsto en la LM),
en nada contradice su carácter convencional, pues la obligación de pago nace
únicamente con la firma del contrato de concesión o, en su defecto, del convenio
respectivo. Los tributos por el contrario, encuentran su causa en la voluntad uni-
lateral del Estado -manifestada a través de la ley- de imponer de forma general,

292
El régimen de jurídico de la actividad minera y los municipios en Venezuela:
con referencia a la figura de las ventajas especiales

abstracta y coactiva una prestación obligatoria; el poder tributario no puede ser


objeto de contratación. En Régimen Jurídico de las Concesiones en Venezuela.
Caracas, 2002, p.399
16 Publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 6.150
Extraordinario, de fecha 18 de noviembre de 2014.
17 Decreto N° 8.413 publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela N° 39.759 del 16 de agosto de 2011, con Reforma Parcial realizada
mediante Decreto Nº 8.683 del 8 de diciembre de 2011 y publicado en la Gaceta
Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 6.063 Extraordinario, de fecha
15 de diciembre de 2011.
18 Véanse los artículos 64 de la Ley de Minas y 25 del Decreto-Ley.
19 Exposición de Motivos de la Ley de Minas.
20 Sobre los sistemas legales para acceder a los recursos mineros, se sugiere revi-
sar. González-Berti, Luís “Compendio de Derecho Minero Venezolano”. Mérida,
Publicaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes, 1969.
Vid. RONDÓN DE SANSÓ, Hildegard, en “Régimen jurídico de los hidrocarbu-
ros. El impacto del Petróleo en Venezuela.”, Caracas, Epsilón Libros, 2008, p. 19.
CATALANO, Edmundo Fernando, “Curso de Derecho Minero”, Buenos Aires,
Zavalia Editor, 1999, p. 13.

21 Véase PERNÍA-REYES Mauricio Rafael, La minería en Venezuela y el nuevo ré-


gimen jurídico del aprovechamiento del oro, en Revista Tachirense de Derecho
Nº 23 enero-diciembre 2012, Universidad Católica del Táchira, San Cristóbal,
pp.103.129.
22 Señala FRAGA PITTLUGA que: “Igualmente concierne a la ley establecer cuál
es la alícuota del tributo, esto es, la tarifa que aplicada a la base imponible dará
como resultado el quantum o monto de la obligación tributaria que debe satisfacer
el contribuyente o, según el caso, el responsable”. Resaltado nuestro. Y agrega:
La alícuota es uno de los elementos estructurales del tributo que ha sufrido mayo-
res intentos de deslegalización, al confiarse en ciertos casos, su fijación al poder
administrador, a través de Reglamentos o incluso de resoluciones ministeriales.
En Principios Constitucionales de la tributación, Editorial Jurídica Venezolana,
Caracas, 2012, p. 54.
23 Artículo 29 del Decreto-Ley. Además, puede el Ministerio con competencia reba-
jar dicha regalía hasta un mínimo de un tres (3) %.
24 Así por ejemplo, el Municipio Mara del Estado Zulia, mediante una participa-

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Mauricio Rafael Pernía Reyes

ción conjunta de la minera Carbones del Guasare, S. A., recibió una dotación de
equipos de computación para un centro comunitario, administrado por la alcal-
día del mencionado municipio. La nota puede verse en: http://alcaldiademara.
gob.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=95%3Aalfabetizac
ion-tecnologica-para-los-marenses&catid=1%3Aultimas-noticias&Itemid=37
[Consultada en enero 8 de 2014].
25 Se sugiere para ampliar este dato Maristella Avampa y Mirta Antonelli (Eds),
Minería transnacional, narrativas del desarrollo y resistencias sociales, Editorial
Biblos, Buenos Aires, 2009.
26 Artículo 33 del Decreto-Ley.
27 En efecto, en materia extractiva, que incluye a la industria petrolera, la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 1.892 del 18 de
octubre de 2007, caso Shell de Venezuela, según el cual ésta sala consideró que
el gravamen de la actividad de hidrocarburos está reservada al Poder Nacional
por el artículo 156.12 Constitucional. También puede verse el Memorándum Nº
CSO/CJ/044 del 19 de agosto de 2009 de la Consultoría Jurídica de Carbones del
Suroeste, C. A. Filial de Corpoandes,
28 Sobre este tema se sugiere consultar PERNÍA-REYES, Mauricio Rafael, El de-
sarrollo de Infraestructuras para el aprovechamiento de bienes del dominio públi-
co: una visión desde el Derecho minero venezolano, Direito das Infraestruturas.
Un estudo dos distintos mercados regulados, (Dir. A. Saddy y Aurilivi Linares
Martínez), Editora Lumen Juris, Río de Janeiro, 2011, pp. 331-356.
29 GONZALEZ CRUZ, Fortunato, Ob. Cit. p.56

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