Los 11 Puntos Que Debe Incluir El Plan Estratégico

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

Los 11 puntos que debe incluir el plan

estratégico de campaña politica


El plan estratégico de una campaña electoral debe incluir, como puntos
esenciales, los siguientes:

1. Diagnóstico. Incluye una definición precisa acerca del contexto político,


histórico, económico, social y cultural, así como de la coyuntura actual, las
características de la elección y las fortalezas y debilidades del candidato y
sus adversarios.
2. Objetivos. No se trata de repetir el estereotipado “quiero ganar” sino de
describir objetivos precisos, claros, medibles, realistas y que sean posibles.
3. Target. Debes decidir cuál es tu público objetivo, tu “coalición ganadora”,
los segmentos de la población que te llevarán al triunfo electoral. Esto es
esencial porque allí, en ese target, tendrás que concentrar todos tus recursos
y tus esfuerzos, ya que constituye el sector más permeable a tu mensaje.
4. Mensaje. La idea central que le vas a comunicar a tu target durante la
campaña y que explica por qué votarte a ti en lugar de elegir a otro
candidato. El mensaje debe ser simple, breve, claro, portador de emociones
y ligado a los problemas de las personas que integran el target.
5. Posicionamiento. Define qué lugar ocupas actualmente en el cerebro de tu
público objetivo: ¿eres el líder, el desafiante, el que tiene cierta fuerza pero
pocas posibilidades o el pequeño sin posibilidades reales? Pero defínelo en
base a cómo te ve tu target. Y luego define qué posición quieres alcanzar y
cómo lo harás.
6. Recursos. Realiza el inventario de los recursos materiales y humanos que
están a tu disposición y explica cómo obtendrás los que te faltan. Incluye
entre los recursos la personalidad del candidato así como las características
del candidato como marca.
7. Organización. Decide cómo será la organización de la enorme operación
electoral que significa una campaña. Esto requiere un organigrama con
estructuras organizativas claras, distribución de cuadros políticos y
técnicos, criterios para la toma de decisiones y mecanismos de
comunicación interna.
8. Movilización. Tendrás que delinear cómo esa organización va a movilizar
los recursos humanos disponibles a lo largo de las distintas etapas de la
campaña (reuniones, eventos, mitines en lugares públicos, movilizaciones
de vehículos, manifestaciones a pie de calle, activismo digital).
9. Cronograma. Al igual que en el ajedrez, establece 3 etapas principales:
apertura, medio juego y final. Luego ubícalas en el tiempo e introduce en
cada una de ellas los principales mojones, estimando fecha de comienzo y
finalización para cada mojón.
10. Presupuesto. No hay campaña sin dinero. Tendrás que tener un
presupuesto total que cubra todos los aspectos. Como regla general
considera que tendrás que destinar aproximadamente un 60 % a la
comunicación, un 30 % a la logística y un 10 % al pago de especialistas.
Necesitarás, por supuesto, un plan de financiamiento de este presupuesto.
11. Evaluaciones. Recuerda que la estrategia es flexible. En consonancia con
ello, establece en qué momentos se evaluará la marcha de la estrategia, en
base a qué criterios se hará y quiénes serán los responsables de la tarea.
Como resultado de estas evaluaciones realizarás los ajustes y correcciones
que correspondan.

Estos 11 puntos son absolutamente esenciales. Si los cubres todos de manera


clara y precisa, entonces tendrás un dibujo, un boceto, una guía para tu campaña
electoral.

Un consejo para cuando vayas a escribir el plan estratégico de tu campaña


electoral: que sea breve. Si a un Presidente de los Estados Unidos de América no
se le puede entregar un documento de trabajo cuya extensión exceda las 2
páginas (dos, two), ¿qué sentido tiene que en otras partes del mundo no seamos
igualmente rigurosos en cuanto al poder de síntesis?

Ser breve para documentar la estrategia implica un mayor esfuerzo, claro está.
Seguramente tendrás que escribir, antes del plan estratégico, algunos otros
documentos complementarios que te servirán de insumos. Pero luego, al escribir
el plan mismo, necesitarás alto poder de síntesis.

¿Cómo hacerlo si debes incluir todos los 11 puntos que señalé antes?
Pues redactando cada punto como si fuera un tweet. Obligándote a ese nivel
extremo de síntesis. Y recién después agregando, en los puntos que sea necesario,
lo que aún falte explicar.

Siempre debes tener en mente que el plan estratégico debe ser fácil de leer,
visualizar y consultar. Para eso se escribe, justamente. Porque sabes que la
estrategia tiene que estar escrita para que funcione, ¿verdad?
Por qué la estrategia debe ser escrita
Si la estrategia política no se pone por escrito no existe. Así de fácil. No existe.
Aunque teóricamente incluya los 11 puntos anteriores.

Una estrategia, como se deriva de todo lo anterior, no es una idea aislada ni una
ocurrencia genial ni un destello súbito ni una frase ingeniosa. Tampoco es un ir y
venir de conceptos ni un zigzagueo de acá para allá ni una decisión sobre lo que
haremos mañana.

Por eso tiene que estar escrita.

Una estrategia abarca una diversidad de asuntos interconectados, y un rumbo


definido a lo largo de un proceso temporal que nunca es breve.

También por eso tiene que estar escrita.

Una estrategia tiene que ser comunicable ya que son varias las personas y
estructuras organizativas que deben conocerla y ponerla en práctica. Y al mismo
tiempo tiene que ser fácil de consultar en cualquier momento y circunstancia de
la campaña electoral. Se aleja entonces de la oralidad, siempre más fugaz y más
cercana a la improvisación.

Esas son otras buenas razones por las cuales debe ponerse por escrito.

Además, las campañas electorales son un caos.


Caos.
Quien alguna vez trabajó en una campaña sabe que es estrictamente cierto. Son
un caos.

Mucha gente opina. ¿Demasiados? Todos, en realidad todos opinan. Todos tienen
ideas, todos quieren influir, todos saben cómo ganar. O por lo menos eso creen.
Y lo hacen sin mala intención y con la buena voluntad de ayudar. Pero, ¿sabes
qué? Te enloquecen. Literalmente, te enloquecen. Porque si escuchas a todos te
sumerges en un torbellino de ideas que van y vienen y cambian y se contradicen
y giran y empujan hacia adelante y hacia atrás y en todas las direcciones posibles
(y en las imposibles también).
Los tiempos electorales son infinitamente extensos pero al mismo tiempo son
infinitamente breves. Son extensos porque ocurren tantas cosas cada día que solo
quien ha estado allí lo sabe. Novedades, hechos, noticias, problemas, reacciones,
cambios, más problemas. Todo ocurre a toda velocidad y cada día te parece una
semana (a veces mucho más). Ese tiempo electoral parece interminable. Pero a la
vez es demasiado breve. Porque cuando ves el horizonte y te das cuenta que el
próximo domingo serán ya las elecciones casi siempre te parece que es
demasiado pronto, que faltaron cosas por hacer, que todo pasó muy rápido.

Pero además están las emociones exaltadas, a flor de piel. En ti mismo, en tu


equipo, en los equipos rivales, en los periodistas, en la gente. Todo el mundo con
las emociones subrayadas, más intensas, más volátiles, a punto de explotar y
también explotando.

Y hay tanto para hacer, para coordinar, para ejecutar, para supervisar, para
decidir…

Por eso el caos: demasiadas opiniones contradictorias, demasiadas


tareas, demasiadas emociones alteradas y una inmensa cantidad de tareas.

Por todo esto la estrategia política debe estar por escrito.


Para acudir a ella y serenarnos, reflexionar y tomar las mejores decisiones.
Para volver una y otra vez a lo largo de la campaña a ese documento escrito.
Para aferrarnos a esa estrategia puesta en negro sobre blanco, escrita con
fundamento y tranquilidad antes de que el caos se desatara.

Porque cuando entramos en las aguas embravecidas de la campaña electoral


comienzan los cantos de sirena. Las voces que buscan apartarnos del rumbo
seguro. Esas voces encantadoras que buscarán torcer nuestro buque hacia las
rocas del fracaso.

Cuando llegue ese momento tendrás que actuar como Ulises.


Tendrás que atarte al mástil del barco.
Tendrás que atarte a tu estrategia.

En ese momento de caos, más vale que tengas tu estrategia por escrito.
Solo así tu odisea terminará y habrás logrado tus objetivos políticos.

También podría gustarte