Lozano Ana-Maria Humanos No-Humanos Fin-De-La-Excepcion Humana PDF
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HUMANOS /
NO HUMANOS
Reflexiones sobre el fin
de la excepción humana
HUMANOS / NO HUMANOS
Reflexiones sobre el fin de la excepción humana
ISBN: xxxxxx
FOTOGRAFÍAS
De los artistas o según Los juicios y contenidos expresados
se indique en cada imagen en los artículos firmados son responsabilidad
de sus autores y no representan la opinión
— de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño.
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Introducción
Ana María Lozano
39
Una gran división:
humanos y no humanos
Ana María Lozano
59
Constitucionalismo andino
y Buen Vivir: frenos e impulsos
de una transformación paradigmática
Marco Aparicio Wilhelmi
145 Camino
Eulalia de Valdenebro
35
en el marco del cual, de forma crítica, se adopten las medidas Las constituciones de Ecuador y de Bolivia, así como las for-
que garanticen un pacto de «buen vivir» o de «vivir bien» con mas de articulación presentes en cosmovisiones distintas a la
la biota y se establezca una economía vital en la que los huma- occidental, muestran alternativas diferentes a la establecida
nos, en cuanto fuerza geológica, por fin reconozcan la enorme actualmente y definen posibles rutas. Terminar con el mito
responsabilidad que poseen sobre las distintas formas vivien- de la excepcionalidad de los humanos y llevar a cabo un con-
tes.1 Es una necesidad histórica llevar a cabo un debate que des- cienzudo proceso de desacreditación del antropismo serían
monte el paradigma antrópico y que revele las formas de ope- el inicio del reconocimiento de la importancia de lo viviente
rar de lo que Jean-Marie Schaeffer llama la tesis de la excepción y quizás, la garantía de una proyección a futuro que, desde
humana, esto es, la creencia metafísica en la posición natural otras maneras de habitar y de vivir, le den oportunidad a las
de privilegio de los humanos sobre el mundo. múltiples formas de vida que amenazamos.
Así, a la idea de mirar hacia arriba, a las estrellas, en lugar Dando curso a estas reflexiones, en el mes de octubre de 2016,
de hacia la tierra, gesto de paisajismo extremo que, en cierta llevé a cabo una curaduría en las salas de la Fundación Gilberto
medida, estaría desechando el planeta como se desecha el últi- Alzate Avendaño a la que invité a participar a dieciocho ar-
mo de los envoltorios —¡un supremo acto de antropocentris- tistas para que, desde sus diversas perspectivas, expresaran
mo!—, contrapondría la invitación a dirigir la mirada hacia la visualmente, audiovisualmente, espacialmente, sonoramen-
tierra, hacia las aguas, hacia las montañas. Pero también y sobre te, aun gastronómicamente, sus posiciones en relación con la
todo, a mirar hacia lo más cercano, a lo inmediato: la mesa, la esta discusión. En el presente libro se recoge parte de lo que fue
cocina y el ropero. Es en los espacios de la cotidianidad, en el esa muestra. Muchas piezas tuvieron un carácter instalativo y,
comportamiento de cada día, en los que tendría que expresar- por ello, en cierto sentido son irrecuperables como experien-
se un giro ambiental que terminara con los malos usos, niveles cia compleja y corporal. No obstante, a través de los registros
de consumo y, finalmente, con los paradigmas que inviabilizan y desde los distintos documentos que acompañan esta publi-
1. Hago acá referencia a la noción de antropoce- nuestra capacidad de convivir. cación, se pueden seguir, de otra manera, los planteamientos
no, adoptada ya por importantes comunidades
científicas. El término implica la aceptación del Ese giro que menciono tendría de este grupo de artistas y el mío propio. El nombre que llevó
enorme grado de incidencia de las acciones hu-
manas sobre el mundo. La palabra fue empleada su nodo en las políticas de los la exhibición hacía homenaje al libro de Schaeffer que en cier-
por primera vez en el año 2000 por Paul Crutzen.
Para mayor información al respecto, ver: http:// gobiernos y de las transnacio- to momento de esta investigación fue muy esclarecedor.
www.casinapioiv.va/content/dam/accademia/
pdf/acta18/acta18-crutzen.pdf; (http://e360. nales, que deberían comenzar
yale.edu/features/living_in_the_anthropoce- R EFER ENCIAS
ne_toward_a_new_global_ethos; https://www. con desestimular el uso de com-
pik-potsdam.de/news/public-events/archiv/al- Schaeffer, Jean-Marie. 2009. El fin de la excepción humana.
ter-net/former-ss/2007/05-09.2007/steffen/lite- bustibles fósiles y por replantear Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
rature/ambi-36-08-06_614_621.pdf. La primera
vez que supe de esta noción fue en una conferen- las manifestaciones del capita- Peter Holley. 2016. «Stephen Hawking just gave humanity a due dat for finding another
cia del filósofo Juan Fernando Mejía, impartida planet», en Washington Post. [En línea] Recuperado de https://www.washingtonpost.
en el Jardín Botánico hace unos tres años. lismo delirante. com/news/speaking-of-science/wp/2016/11/17/stephen-hawking-just-gave-
humanity-a-due-date-for-finding-another-planet/ (Consultado en 20/11/16)
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Una gran división:
humanos
y no humanos
Ana María Lozano
38
Un libro
41
Y bien, entre aplausos y burlas, el libro prosiguió su recorrido a artefactos realizados y diseñados por humanos4 que poseen
editorial, rodeado, en cualquier caso, de gran visibilidad has- la capacidad de intervenir e interferir en el comportamiento
ta el día de hoy, cuando, veintiséis años más tarde, el requeri- 4. La noción de objetos-mundo la in- del mundo a una escala global en al-
trodujo Serres en Hermes , 1974.
III
miento de Serres ha demostrado tener tanta vigencia. En una guna de las magnitudes relacionables
entrevista concedida en 1999, el filósofo detectó casos emer- con la tierra, produciendo un tipo de intervención inédito en
gentes de jurisprudencia, aun cuando aislados, en los cuales, el su magnitud y escala.
demandante en un juicio contra las actividades antiecológicas
Pues bien, en el momento que se tomó la decisión de emplear
de una multinacional era una reserva forestal. Pero los grandes
esa tecnología y los aviones expulsaron las bombas atómi-
cambios jurídicos estructurales no se dieron ni en Europa ni en
cas, la humanidad dio inicio a la posibilidad de producir su
Estados Unidos, sino en dos democracias de América Latina.
propia extinción. Ese evento, se diría, desestructuró el dis-
En las constituciones de Ecuador y Bolivia, 2007 y 2008 res- curso del humano respecto al mundo y, con ello, modificó
pectivamente, la naturaleza es reconocida como sujeto de supuestos de las disciplinas del conocimiento cuyo objeto es
derecho en varios de sus numerales, escenario definitivo de pensar esas relaciones. La ciencia, el derecho, la filosofía y
un giro político antiantrópico.2 No obstante, el mundo no da la política que se pensaron en lo local, planteadas desde pa-
2. Marco Aparicio Wilhelmi anota que «duran- espera y la necesidad de estable- radigmas pertenecientes a otro escenario histórico, en ese
te las discusiones constituyentes, fueron
bastantes las voces que optaron por desca- cer ese contrato natural de for- año, en las décadas subsiguientes, debieron revisar sus fun-
lificar el propósito de incluir derechos de la
Naturaleza, incluso hasta llegar a la burla. No ma más amplia y efectiva es in- damentos para incluir esta inédita posición de poder, en el
obstante, la reacción teórica ha sido más que
contundente». (Citando a Ávila, 2011; Acosta minente. Por ahora, revisemos marco de la cual, el empoderado debe temer su capacidad
y Martínez, 2009; Gudynas, 2009)
las afirmaciones fundamentales de actuación sobre lo otro. Para Serres, las disciplinas están
del Contrato, ya fundacional en lo que concierne a la pro- llamadas a pensar el nuevo estado de cosas, exigiendo al hu-
puesta de quitar del centro al humano para considerarlo como mano «dominar su dominación», pues de no ser así, lo temi-
igual respecto a los otros vivientes. do sería de la magnitud de un enfrentamiento global, esto es,
del inicio de una guerra en la que se enfrentarían los huma-
El 6 de agosto de 1945 marcaría, según Serres, el punto de no
nos contra el mundo. Reportes de esa guerra lo conforman
retorno de las relaciones entre el humano y la naturaleza.3 En
el calentamiento global, la desaparición diaria de especies o
ese momento histórico, con el lanzamiento de las bombas en
el crecimiento porcentual de especies en amenaza. Serres ve
Hiroshima y Nagasaki, fueron empleados por primera vez
en estos acontecimientos efectos de rebote del mundo, que
objetos-mundo contra el mundo, no contra dos poblaciones
lejos de ser un objeto, aunque precarizado y fragilizado, es
3. De aquí en adelante, cambio la palabra que o una nación. Cuando Serres ha-
emplea Serres, ‘hombre’ por la de ‘humano’ un agente activo-activado.
para no caer en un término androcéntrico. bla de objetos-mundo, se refiere
42 43
En este escenario cambian los problemas y la manera de for-
mularlos y, sí, también cambian las preguntas. A las arriba
formuladas, habría que agregar otras tantas, que desestruc-
turarían escenarios éticos que los humanos hemos formula-
do para entendernos en relación con el mundo: ¿quién o qué
tiene derecho a ser sujeto de derechos? Emitir esa pregun-
ta requeriría, seguramente, que el derecho llevase a cabo un
ejercicio de actualización, un giro en el que deberían caber
Giuseppe Penone, Rovesciare i propri occhi, 1970. Performance
preguntas como esta: ¿puede ser el mundo sujeto de derechos?
la mirada hacia adentro, procurando establecer un estado de
circunspección, de videncia introvertida y profunda.
Construir una excepción
Pues bien, a su interpretación de la pieza quisiera agregar esta
El ser humano no se ve representado como una manifestación otra. El evento revela la voluntad de un sujeto a imponerse
específica de la animalidad, sino como la manifestación
de una esencia específicamente humana sobreexpuesta como entidad entre entidades, como cuerpo entre cuerpos,
a un sustrato animal generalizado.
el cual, desarticulándose de los otros, se afirma como exis-
Tim Ingold
tencia ciega a las circunstancias del afuera. Así pareciera que
la frase hecha, «los ojos son el espejo del alma», se expresara
En 1970, Giuseppe Penone llevó a cabo un performance de- desde una literalidad perversa que pone al sujeto del mirar y
nominado Rovesciare i propri occhi, en realidad, constituido al mirado en una posición de incompatibilidad infranquea-
por un gesto muy simple. ble: si me asomo a ese espejo, asomará el aislamiento y, des-
de el otro lado, una nada. La imposición de la corporalidad
Penone se puso lentes de contacto reflejantes, opacos en su cara
como barrera hace inefectuable una relación de empatía. Uso
interna, de tal manera que conseguía la siguiente situación:
esa pieza del artista italiano para pensar la forma en que el
quien lo mirara, en lugar de encontrarse con la mirada del ar-
humano se ha establecido como existencia presente-ausente,
tista, lo que hallaría sería su propia imagen reflejada. Al otro
que se reserva de establecer una posición dialógica frente a
lado, el artista no se percataría de esa mirada pues los lentes
lo otro, excepcionalizándose.
lo cegaban al entorno. En esta curiosa operación, el Penone
problematiza la relación entre el mirar y el percibir, entre el Uno de los mitologemas que ha estructurado el mundo en
afuera y el adentro, el exterior y el interior. En alguna decla- Occidente por dos milenios es la separación entre humanos
ración, Penone explicó que le interesaba la idea de concentrar y naturaleza. ¿Qué argumento podría validar la construcción
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de tal frontera? En su libro Homo Sacer I, Giorgio Agamben por fuera de la norma, por lo mismo, puede definir qué cosa
trae a colación una distinción lingüística empleada por los es lo normal y qué no lo es. Es el caso del soberano. El sobe-
griegos y que posiblemente ha aportado el sustrato de signifi- rano tiene el carácter singular de estar en la norma y afuera
cado útil para establecer esa gran división. Recuerda Agamben de ella, también tiene el monopolio de la decisión (Agamben,
que los griegos discriminaban entre dos palabras para hacer 1998, p. 11) y así ostenta la facultad de producir ordenamientos
referencia a la vida. Por una parte, empleaban la palabra zoé, de vitales consecuencias. En Occidente, el humano se ha fa-
para hacer referencia al mero existir, a la nuda vida, esto es, cultado como soberano del mundo. Ha decidido quién tiene
a la existencia biológica común a los vivientes. La nuda vida derechos y quién no, ha tomado decisiones sobre la vida y la
sería lo común entre un humano del sur de Alabama, por muerte. En el habitar esa excepcionalidad, ese soberano ha
ejemplo, y un oso de anteojos del páramo de Chingaza. Por entendido la zoé, expuesta por doquier, como vida a su dis-
otra parte, la palabra bios, continúa Agamben, era emplea- creción, para su beneficio, como recurso. Desde su soberanía,
da para hacer referencia a una vida con discernimiento, en- el humano se ha adjudicado la autoridad para definir qué vi-
tre placer y dolor, entre bien y mal, entre justo e injusto, esto das son indignas de ser vividas, entre ellas, las de aquellos
es, una vida con cualidades éticas y políticas. (1998, p. 11) La vivientes cuya existencia no promete un posible usufructo.
bios sería la palabra a ser usada para hacer referencia al hu- Así, ha hablado de malezas y de alimañas y ha exterminado a
mano habitante de la polis, el ciudadano. Los derechos cons- esos vivientes (como sucede hoy en Colombia con las plantas
tituirían una consecuencia inherente a la idea de tener bios, no útiles o con las alimañas: los chachafrutos, el achiote, los
o mejor, serían coesenciales a esta situación. Por oposición, perritos de pradera o las zarigüeyas, por ejemplo). Este sobe-
abundando en la idea, un viviente cualquiera viviría una vida rano, investido de un poder absoluto, sigue hoy decidiendo
sin derechos, una vida expuesta a la muerte. Digamos más sobre el valor o no valor de la vida en tanto que tal.
sobre esto. El lenguaje con el cual se fueron construyendo los
El entender al humano como un viviente de excepción fue
derechos humanos fue el mismo que fue edificando la zona
una construcción sumamente compleja que requirió de ar-
gris en la cual habitan los otros vivientes, haría parte de la
gumentos y de sistemas de creencias para funcionar como lo
caja de argumentaciones que engrosaría las diferencias entre
ha hecho, logrando, a pesar de la ciencia, a pesar de las trans-
un viviente con Vida y un viviente con vida.
formaciones del conocimiento, de los aportes de la biología
Así pues, de la diferencia entre zoé y bios se desprende un sis- o de la genética, haya logrado mantenerse. Para Jean-Marie
tema de valores que construye una frontera y, con ella, una Schaeffer (2009), la excepcionalización del humano ha sido
excepcionalidad y, siguiendo al filósofo italiano, definir que posible gracias a la diseminación de cuatro afirmaciones, las
en alguien hay una excepción implica reconocer que ese al- cuales se articulan y tejen, constituyendo una estructura ideo-
guien se determina por fuera de la norma. A su vez, quien está lógica blindada a la crítica y a la interrogación.
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Las afirmaciones son cuatro: la primera es la «ruptura ónti- entendimiento, se han estructurado ciudades, marcado prác-
ca», que entiende como fundamental la separación entre hu- ticas del día a día. La segregación del cuerpo, entendido este
manos y demás vivientes. Según esta afirmación los huma- como componente animal del humano, ha dificultado de ma-
nos, por su mismo ser, son irreducibles a «la vida animal nera dolorosa el diálogo con el mismo, la reconciliación con
como tal». Diciéndolo de otra manera, los humanos son ani- sus olores, sus fluidos, su sexualidad, reenviando sus com-
males, pero mucho más que eso. Según las teologías, es el portamientos al lugar de la nuda vida cuyas manifestaciones
ente más cercano a lo divino en la tierra. En las narraciones han de ser doblegadas si no eliminadas.
bíblicas, por ejemplo, se verificó la expansión de la idea del
El tercer eje es el gnoseocentrismo, la afirmación del logos
humano como ser hecho a imagen y semejanza de dios. Esta
por encima de toda otra forma de expresión. Considera la
narración que divinizó al hombre lo inscribió también como
capacidad teorética como la más importante característica
soberano de lo creado.5 Más adelante, otras narraciones, ya
de una vida propiamente humana. En el marco de esta idea,
no provenientes de libros sagrados sino de textos filosóficos,
la corporeidad siempre implicaría una exterioridad radical,
5. Ramón Grosfoguel plantea un giro a esa trasladaron ese relato a discur-
idea: la «ego-política del conocimiento» no propiamente humana, un componente escindible y no
inaugurada con René Descartes en el si- sos racionalistas, investidos de
glo inicia el mito del sujeto que piensa característico.
la autoridad del saber argumen-
XVII
desde «el ojo de dios». Esta «ego-política
del conocimiento» pone al hombre europeo
donde antes se ponía a dios. (Grosfoguel, tado. En operaciones laicizantes, El último de los componentes, el antinaturalismo, más que
2006, p. 152).
el relato convirtió al humano en una afirmación, parece conformar una negación. Identifica
origen y fundamento de su propia excepcionalidad. (Schaeffer, al humano con sus peripecias cognitivas, culturales o lógi-
2009, p. 38) Así se operaba una traslación de lo trascendente cas pero no biológicas o fisiológicas. Si se siguiera esta línea
a lo inmanente que logró dejar al humano en la misma po- discursiva, el investigador se encontraría con el hecho de que
sición de poder pero bajo otros argumentos 5. es discontinuista, en cuanto que plantea la no unidad genea-
lógica entre las formas de vida. Estos cuatro ejes construyen
La segunda afirmación posee una concepción dualista que
al humano, de nuevo, «al mismo tiempo exterior al mundo
separa el cuerpo de la mente, la materia del espíritu. Este
y soberano frente a él». (Schaeffer, 2008, p. 42)
dualismo se duplica al interior del sujeto: por un lado, su ser
espiritual lo confirma como humano, mientras su ser corpó- Encuentro que el planteamiento de Schaeffer se articula con
reo lo aproxima a los demás seres. Este régimen de represen- la exploración de la genealogía del antropismo que realiza el
tación posibilitó, pienso, erigir conflictos, disciplinas, razas filósofo alemán Wolfgang Welsch, quien ha hecho una jui-
y discriminaciones. Las oposiciones primitivo-civilizado u ciosa revisión del antropismo. Para Welsch, el antropismo
hombre-mujer se ampararon en esa segregación con como- presente en Occidente desde la Grecia antigua ha tenido ac-
didad. Tras esos argumentos se han marcado regímenes de tualizaciones en el mundo moderno gracias a pensadores
48 49
como Descartes, Diderot o Kant. Estos pensadores han esta-
blecido una formación discursiva que piensa al hombre6 como
el ente que da sentido al mundo. En el inicio de su texto
Hombre y mundo, Welsch recuerda la redacción de Diderot,
publicada en 1755, para justificar la Enciclopedia. Allí Diderot
dice: «el hombre es el único concepto del que hay que partir
y al que hay que remitir todo». (Citado por Welsch, 2014, p.
17) Más aun, Diderot agrega:
Si se excluye al hombre […] el espec-
6. Con la palabra ‘hombre’ que usa Welsch, lla-
mo la atención sobre cómo el antropismo y
táculo sublime y conmovedor de la
la tesis de la excepcionalidad son formas
de representación característicamente pa-
naturaleza no es más que una esce-
triarcales y occidentalocéntricas que están
en boca, incluso, de sus detractores. Así es
na triste y muda. El universo calla,
la ideología, uno está dentro de ella, la habi-
ta, sin reparar en ello.
silencio y oscuridad lo dominan;
todo se convierte en un desierto horrible, en que los fenómenos Caspar David Friedrich, Monje y mar, 1808-1810. Óleo sobre lienzo,
110 x171.5 cm. Staatliche Museen , Berlín
se producen […] oscura y sordamente. La existencia del hom-
bre es la que hace interesante la existencia de las cosas. (Citado obra. Ese sujeto creado por el Romanticismo, que contempla
en Welsch, 2014, p.18) con avidez el paisaje, quizás sea una de las creaciones ilustra-
das más característicamente antrópicas, aun cuando en su
estructura, precisamente llevaba a cabo un viraje, nostálgico,
Estas frases me hacen pensar en la pieza Monje y mar de
hacia ese gran otro.
Caspar David Friedrich. En ella, como en algunas obras del
Romanticismo, el espectáculo de la naturaleza se despliega Kant se alinea con Diderot cuando escribe en la Crítica de la
en su singularidad y grandeza ante los ojos de un sujeto. En razón pura: «los objetos han de atenerse a nuestro conocimien-
el caso de Friedrich, este despliegue se hace aun más dramá- to». (Citado en Welsch, 2014, p.19) Es así como la Modernidad
tico por la misma soledad de ese hombre, por la ausencia de cuidadosamente construye un mundo cuya misma realidad
acontecimientos distintos al mismo sucederse el tiempo en ha de ser referida al humano y por el humano.
ese espacio y con esas características de temperatura y geo-
En 1960, el compositor La Monte Young, en ese momento
grafía, pero, sobre todo, porque el monje se encuentra miran-
un joven estudiante de música en la Universidad de Berkeley,
do el paisaje, lo que también nosotros, inmediatamente, nos
visitó Darmstadt. Allí pudo conocer personalmente a John
dedicamos a hacer, en el tempus expandido que propone la
Cage. Muy impactado con el acercamiento a las propuestas
50 51
sonoras de Cage e interesado con la idea de componer mú- debe existir para ellos, pero yo no estoy de acuerdo con eso.
sica comandada por el azar o por lo incidental, de regreso […] A mí no me parece nada necesario que exista alguien o
a Berkeley, realizó las Composiciones 2-5, piezas tempranas algo para escuchar sonidos, es suficiente que existan por ellos
experimentales. En una de las más radicales, Composición mismos». (Young-Zazeela, 2004, pp. 67-68)
1960 número 5 para mariposa, propone:
Suelte una mariposa (o varias mariposas) en el lugar del evento.
Nostoc
Cuando se termine la composición, asegúrese de que la maripo-
sa pueda volar hacia fuera. La posición más distante a una idea antrópica la constituyen
Lynn Margulis y Dorion Sagan cuando al hacer una breve
La composición puede tener cualquier duración pero si se dis-
historia del mundo, en su libro Microcosmos, lo hacen desde
pone de un tiempo limitado, las puertas y las ventanas pueden
el punto de vista de las bacterias. (1995, pp. 23-24) Para ellos,
abrirse antes de soltar a la mariposa y la composición puede con-
la continuidad autoevidente del desarrollo de una tecnolo-
siderarse como terminada cuando la mariposa ha salido fuera.
gía de la vida se hace manifiesta en la misma composición
La obra está escrita a la manera de un instructivo, gesto muy celular de los cuerpos de las plantas y de los animales. Dicen
característico de las composiciones y eventos Fluxus de ese al respecto:
periodo a las que La Monte Young se adhería; también replan-
Desde las primeras bacterias primordiales hasta el presente, mi-
tea la forma concierto, tanto como el papel del espectador y
ríadas de organismos en simbiosis han vivido y han muerto. Pero
la idea de lo que es o no música. Acerca de la pieza Young co-
el común denominador microbiano sigue siendo esencialmen-
mentó que señalar que la mariposa en su vuelo emitía soni-
te el mismo. Nuestro DNA proviene, a través de una secuencia
dos y, aun más, su cuerpo también los producía. El espectador,
ininterrumpida, de las mismas moléculas que estaban presen-
durante el «concierto», estaba invitado a extrañarse de su pro-
tes en las células primitivas que se formaron en las orillas de los
pio cuerpo, de su propia escala y posición para ser hipercons-
primeros océanos de aguas cálidas y poco profundas. (Margulis
ciente de otro cuerpo, de otras formas, del rozamiento de las
& Sagan, 1995, p.54)
alas en el espacio, del sonido del aire, reconociendo la sono-
7. Composición número cinco para mariposa es una ridad, aunque no la estuviese Su revisión señala la importancia del mundo microbiano, lo
invitación a realizar un gesto parecido al que lle-
va a cabo día tras día el protagonista del cuento escuchando.7 Como lo comen- fundamental que es para entender la vida. Hace 4.000 mi-
breve «El axolotl» de Julio Cortázar. Este, apre-
tando la cara contra el vidrio del acuario, concen- taría el mismo Young: «la ac- llones de años, se produjeron combinaciones únicas que die-
trado en uno de los axolotl, algún día logra sentir
las piedras, la temperatura del agua, el silencio, titud usual de los humanos es ron paso a la formación de células sin núcleo, las procariotas.
los roces con los cuerpos de los que viven al otro
lado del vidrio. (Cortázar, 1964) creer que todo en el mundo Una cierta clase de ellas llevó a cabo procesos fotosintéticos
52 53
fijando el CO2 atmosférico. Hace 2.000 millones de años, se-
gunda revolución evolutiva, aparecieron las eucariotas. Estos
dos organismos marcan la verdadera gran división entre lo
viviente. (Margulis & Sagan, 1995, p. 47-56)
La imagen que aparece en la portada de esta publicación es
un nostoc, microorganismo procarionte que se reúne en co-
lonias formando una cadena. Es uno de los organismos más
antiguos sobre la Tierra, como se señaló anteriormente. Ese
microorganismo bacteriano inventó un proceso que dio paso
a que usted, lector, a que yo que escribo y a que todo lo que
conocemos como la vida en nuestro mundo tuviera lugar. Así
que ver una colonia de nostoc, una esfera de medio o un cen-
de un grupo plateado y amarillo de árnicas, al lado del naci-
tímetro de diámetro, color verde oliva brillante, cuando está
miento de un arroyo cuyo sonido estaba grabando, encontra-
hidratado, u ovaliforme color ocre y verde oscuro, cuando
mos una serie de esferas verde oliva en la tierra, al borde del
está deshidratada, es ver el organismo que abrió la posibili-
camino, entre los charcos recientemente formados. Nuestro
dad de vida en este planeta. El Nostoc tiene la capacidad de
guía, el señor Luis Jaime Alméciga, campesino conocedor del
estar en estado latente cuando las condiciones no son favora-
territorio, persona observadora y sagaz, comentó que no sa-
bles y de reactivarse cuando sí lo son. Por eso, en el Medioevo,
bía qué cosa era aquello, pero que creía que era un alga. Decía
la leyenda decía que caía del cielo, pues aparecía como de la
haber visto estas formas desde niño, cuando esa zona se en-
nada en la temporada de lluvias o después de las tormentas.
contraba erosionada, y que continuaba viéndolas ahora que
De allí que, por ejemplo, en alemán se lo llamara sternschu-
la capa vegetal se había venido recuperando. Esta historia me
pfen, es decir, lo que cae de las estrellas.
impactó muchísimo y en la siguiente subida recolecté algunas
Me encontré con el nostoc por casualidad. Como parte de una muestras que sometí a estudio a biólogos expertos en algas
investigación apoyada por la Pontifica Universidad Javeriana y bacterias. Me corroboraron que era un nostoc. Leí que son
denominada Caminos del páramo, llevé a cabo múltiples sali- proteínicas y que abastecen de nutrimentos a la tierra. Creo
das a diferentes páramos del país, entre ellos al de Chingaza. así, con don Luis, que estas colonias de nostocs han venido
Fue en una de estas excursiones, cuando nos encontrábamos trabajando la recuperación de la Mina Palacio, nutriendo y
en la Mina Palacio uno de los espacios más duramente afecta- vitalizando un terreno golpeado por los humanos.
do por la extracción minera de Cementos Samper, que cerca
54 55
Cuando Mónica Torregrosa, mi asistente, estaba procesando R EFER ENCIAS
las fotografías del nostoc en el computador, se dio cuenta que
Agamben, Giorgio. 1998. Homo Sacer I. El poder Roger, Alain. 2007. Breve tratado del
en los registros, en la superficie lisa y lustrosa de las esferas, soberano y la nuda vida. Valencia: Pre-textos. paisaje. Madrid: Biblioteca Nueva.
aparecíamos reflejadas. Recordé la anécdota de Lacan cuan- Acosta, Alberto y Martínez, Esperanza Serres, Michel. 2004. El contrato
(Eds). 2009. Derechos de la Naturaleza. natural. Valencia: Pre-Textos.
do narra su peripecia en una lancha y la sorpresa suya al ver El futuro es ahora. Quito: Abya-Yala.
Serres, Michel. El regreso al contrato
una lata de sardinas que, flotando, produce reflejos sobre su Grosfoguel, Ramón. 2006. «La actualidad natural. Disponible en: http://www.
del pensamiento de Césaire: redefinición biblioteca.homohabitus.org/pdfs/
superficie. Lacan a partir de esa imagen, entiende la presen- del sistema- mundo y producción de utopía palau_serrescontratonatural.pdf.
desde la diferencia colonial».En Discurso Recuperado el 20 de octubre de 2016.
cia de una mirada de lo otro que ejerce el mirar desde el otro sobre el Colonialismo. Madrid: Akal.
Serres, Michel. 2013. «Une leçon de philosophie:
lado, transformando la forma de entender la mirada, esta vez Cortázar, Julio. 1964. Final del juego. Comment faire de la nature un sujet de droit?».
Buenos Aires: Editorial Sudamericana. En: Filosofía con Raphaël Enthoven. Disponible
produciendo dos vértices que se enfrentan. en https://www.youtube.com/watch?v=D7c QC 8_
De Sousa Santos, Boaventura. 2010. jXmA. Recuperado el 20 de octubre de 2016.
Descolonizar el saber, reinventar
Cuando Diderot expresa el silencio y la oscuridad de la natu- el poder. Montevideo: Trilce. Serres, Michel. 1999. El contrato
natural. [Disponible en: https://www.
raleza si no hay un humano que la admire, registra de forma Harari, Yuval Noah. 2015. De animales a youtube.com/watch?v=p19RdK0WF6M.
dioses. Bogotá: Penguin Random House. Recuperado el 22 de octubre de 2016.
casi caricaturesca la mirada antropocentrista, que no se per-
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56 57
Constitucionalismo
andino y Buen
Vivir: frenos e
impulsos de una
transformación
paradigmática
Marco Aparicio Wilhelmi
El Buen Vivir como alternativa al «desarrollo»
61
comprensión de equilibrio y respeto mutuo; el «vivir bien» de en el título VI (Régimen de Desarrollo) aparece en numero-
todos en lugar del «vivir mejor» de unos pocos.2 sas ocasiones: en primer término como fundamento o justi-
ficación misma del régimen de desarrollo, entendido como
En el caso de Bolivia, el con-
2. Reflexión del filósofo aymara Simón Yampara,
quien señala que lo que busca no es el bienestar «conjunto organizado, sostenible y dinámico de los sistemas
cepto aparece en el Preámbulo
material sino la armonía entre lo material y lo es-
piritual en una postura que tiende a la austeridad económicos, políticos, socioculturales y ambientales, que
de la Constitución, como uno
pues la meta es vivir bien, no vivir mejor a costa
de otros o del ambiente. (Citado por Albó, 2009) garantizan la realización del buen vivir, del Sumak Kawsay».
de los fundamentos o finalida-
(Const. Pol. 2008, art. 275) El mismo artículo 275 determina
des del Estado que se constituye, entre los cuales se encuentra
su carácter transversal principial: «El Buen Vivir requerirá
«la búsqueda del vivir bien». En la parte dispositiva, aparece
que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades
como Suma Qamaña, en tanto que uno de los grandes «prin-
gocen efectivamente de sus derechos y ejerzan responsabili-
cipios ético-morales de la sociedad plural» (en el capítulo de-
dades en el marco de la interculturalidad, del respeto a sus
dicado a los principios, valores y fines del Estado), junto con
diversidades y de la convivencia armónica con la naturaleza».
otros principios equivalentes en lengua guaraní: ñandereko
(vida armoniosa) y teko kavi (vida buena). Luego se incluye Como vemos, existe en el texto ecuatoriano una voluntad
en la regulación del derecho a la educación, que estará orien- clara de situar el Buen Vivir como principio pórtico tan-
tada «…a la protección del medio ambiente, la biodiversidad to del Régimen de Desarrollo como del conjunto de dere-
y el territorio para el vivir bien». (Const. Pol. 2009, art. 80) chos, algo que en otros ordenamientos ha estado a cargo del
Finalmente, aparece en las disposiciones generales del título principio de dignidad de la persona (como sucede en la Ley
dedicado a la organización económica del Estado: «el mo- Fundamental de Bonn de 1949 o, por inspiración de esta, en
delo económico boliviano es plural y está orientado a mejo- la Constitución española de 1978). Con tal determinación, se
rar la calidad de vida y el vivir bien de todas las bolivianas realiza un esfuerzo por concretar sus dimensiones, que en el
y los bolivianos» (Const. Pol. 2009, art. 306, I); la organiza- precepto recién citado surgen de la relación entre derechos,
ción económica boliviana tiene como objetivos «eliminar la de la interculturalidad, las diversidades y la convivencia ar-
pobreza y la exclusión social y económica para el logro del mónica con la naturaleza.
vivir bien en sus múltiples dimensiones». (Const. Pol. 2009,
Igualmente, al subrayar el Buen Vivir, de modo insistente, como
art. 313)
eje articulador de la regulación del Régimen de Desarrollo,
En el texto ecuatoriano el Buen Vivir adopta una naturaleza el texto ecuatoriano tiende un puente entre el mantenimien-
más sistemática, más ordenadora. En la fase de debate cons- to del término «desarrollo» y su superación. Así, se establece
tituyente fue la Mesa dedicada al Régimen de Desarrollo la que «para la consecución del buen vivir, serán deberes ge-
que más claramente lo adoptó como noción inspiradora. Así, nerales del Estado», entre otros, «dirigir, planificar y regular
62 63
el proceso de desarrollo», «producir bienes, crear y mante- laciona el Buen Vivir con las condiciones de efectividad de
ner infraestructura y proveer servicios públicos» e «impul- los derechos sociales, culturales y ambientales, y al mismo
sar el desarrollo de actividades económicas…». (Const. Pol. tiempo, pese a que no desecha el concepto de desarrollo, lo
2008, art. 277) Y el mismo objetivo se traslada a las perso- transforma al complementarlo con la existencia de un Régimen
nas y las colectividades, tanto con relación a su participación del Buen Vivir.3
en la gestión pública, planificación, ejecución y control del
Se podría también adoptar una
3. Como señala Grijalva (2010), aunque el desa-
cumplimiento de los planes de desarrollo, como a la hora de rrollo aparezca como objetivo, se «conceptúa
visión que situara la existencia
no solo como crecimiento económico sino de
producir, intercambiar y consumir bienes y servicios con res- forma integral y sustentable, exigiendo que la
de dos regímenes de manera
actividad económica sea un medio de realiza-
ponsabilidad social y ambiental. (Const. Pol. 2008, art. 278) ción de derechos, y no solo asegure la dispo-
compartimentada, hasta cierto
nibilidad de recursos naturales para genera-
ciones futuras, sino además la conservación,
Así mismo, tal y como sucede en el texto boliviano, se incor- punto contrapuestos en lugar de
reproducción y desarrollo de la naturaleza
como realidad valiosa en sí misma, más allá
pora la noción en la definición del sistema económico, que complementarios. No obstante,
de los efectos inmediatos y directos del daño
ambiental sobre los seres humanos».
«es social y solidario; […] y tiene por objetivo garantizar la el modo en que el Buen Vivir
producción y reproducción de las condiciones materiales e aparece a lo largo del Régimen de Desarrollo, el hecho de que
inmateriales que posibiliten el buen vivir». (Const. Pol. 2008, aparezca también como uno de los deberes primordiales del
art. 283) Algo que se reitera en la regulación del endeuda- Estado («planificar el desarrollo nacional… para acceder al
miento público (art. 290), así como en las formas de organi- buen vivir» (Const. Pol. 2008, art. 3 y 5), junto con la carac-
zación de la producción (art. 319). terización del Estado como plurinacional y el giro biocéntri-
co del que ya se habló, nos conducen necesariamente a una
Pero, como se ha mencionado, el Buen Vivir adquiere en el
interpretación sistemática, integradora.
texto constitucional ecuatoriano una naturaleza sistemática,
ordenadora. En su redacción definitiva vemos cómo la En un análisis sobre el concepto de Buen Vivir, Gudynas señala
Constitución agrupa una serie de derechos, que según la no- las diferencias entre la regulación ecuatoriana y la boliviana:
menclatura tradicional serían derechos sociales, culturales y en Bolivia aparece como principio ético-moral en el marco de la
ambientales, bajo el título de «Derechos del Buen Vivir» (ar- plurinacionalidad, en Ecuador como marco de un conjunto de
tículos 12-34) y además, de manera coherente con lo anterior, derechos y como expresión de buena parte de la organización y
incorpora los mandatos que se derivan de tales derechos en ejecución de esos derechos. En el caso boliviano es claramente
un título denominado «Régimen del Buen Vivir». Este título presentado como una de las finalidades del Estado, mientras que
se divide en dos capítulos: uno dedicado a la «inclusión y en el ecuatoriano es más amplio. La versión boliviana se recues-
equidad» y otro referido a la «biodiversidad y recursos natu- ta un poco más sobre el Estado que el texto ecuatoriano, pero
rales». De esta forma, el texto ecuatoriano, por una parte, re- avanza más sobre plurinacionalidad que en Ecuador.
64 65
Por otra parte, «el componente ambiental del Buen Vivir ecua- retorno, ser apropiada, ‘labrada’ en la identidad indígena».
toriano descansa tanto en derechos de los humanos como en (Uzeda, 2009, p.8)4 No se trataría, entonces, «de un retorno
los derechos de la Naturaleza». (Gudynas, 2011, p. 5) al pasado sino la construcción de un futuro que es distinto
al que determina el desarrollo convencional. Sus distintas
EL BUEN VIVIR Y LA PLURINACIONALIDAD 4. En cambio, Quijano señala que el término no expresiones, sean antiguas o re-
es nuevo, sino «probablemente, la formula-
ción más antigua en la resistencia ‘indígena’ cientes, originales o producto de
contra la Colonialidad del Poder». Se sus-
Acabamos de ver que el Buen Vivir aparece como «sello fun- tenta en Carolina Ortiz, para quien el tér- distintas hibridaciones, abren las
mino «Bien Vivir” habría sido acuñado en el
dacional» de la Constitución ecuatoriana (Acosta & Mar- Virreynato del Perú por el cronista indígena puertas a transitar otro camino».
Guamán Poma de Ayala». (Ortiz, 2010, cita-
tínez, 2009, p. 8) y, también en buena medida, de la bolivia- da por Quijano, 2011) (Gudynas, 2011)
na. Pese al esfuerzo de concreción que debe realizarse en
Así, aunque pueda hallarse la raíz del concepto en las cosmo-
tanto que principio constitucionalizado, el debate va más
visiones y prácticas indígenas, puede al mismo tiempo ser en-
allá de la reflexión jurídica y abre un rico panorama den-
tendido como reformulación novedosa que, además, incorpora,
tro de las teorías del desarrollo y el postdesarrollo, en el
o al menos resulta complementario con nociones no indígenas
marco que ofrecen los principios de plurinacionalidad e
provenientes de la reflexión occidental crítica que rechaza
interculturalidad.
algunos de los principales dogmas de la modernidad liberal.
Luis Macas, uno de los más conocidos representantes del Ese punto de encuentro subraya además otro aspecto: el reco-
movimiento indígena ecuatoriano, señala que para los pue- nocimiento de la plurinacionalidad no puede llevarse a la iden-
blos indígenas el concepto «es producto de todo un acumu- tificación de lo indígena, de sus instituciones, como algo que
lado histórico milenario […]: el Sumak Kawsay es la vida necesariamente, para serlo, debe estar anclado en el pasado, en
en plenitud, es el resultado de la interacción de la existen- sus «usos y costumbres». De acuerdo con la esencia dinámica
cia humana y natural. Es decir, que el Sumak Kawsay es el de toda identidad cultural, la propuesta, innovación y la acción
estado de plenitud de toda la comunidad vital. Es la cons- transformadora, son, inevitablemente, patrimonio indígena, y
trucción permanente de todos los procesos vitales». (Macas, vertidas en el texto constitucional deben verse como fruto de
2004, p. 145) un pacto político hacia el futuro entre distintos sujetos. De ahí
también su contenido principial y multiforme.
Hay quien ha llevado la discusión al propio origen del térmi-
no Sumak Kawsay o Suma Qamaña: «el concepto no sería Independientemente del origen, en su puesta en marcha el Buen
parte del lenguaje cotidiano o de las representaciones locales Vivir debe permitir distintas concreciones, sin por ello dejar
de las comunidades aymaras», pero al ser «una recreación de marcar la línea que excluye toda decisión que no respete
o innovación cultural no deja de ser indígena y puede, a su un acuerdo mínimo referido a los conceptos de justicia social,
66 67
cultural y ecológica ya abordados. Por esta razón, no puede en- Esa contraposición la vemos en las palabras de Luis Macas,
tenderse su realización sin la existencia de una institucionali- quien considera que «la traducción no es Buen Vivir porque
dad plurinacional y descentralizada territorialmente, así como sería en kichwa Alli Kawsay, que hace relación a lo bueno, a
los diversos espacios y temporalidades de la participación. lo deseable, a la conformidad, al estado de bienestar, vivir
mejor, comodidad, que no se compara con el verdadero sig-
Un necesario punto en el debate es el que aborda hasta qué
nificado de Sumak Kawsay». En cambio, «el Sumak Kawsay
punto conceptos como el Buen Vivir pueden considerarse
es una institución, una vivencia que se desarrolla en las en-
como ejemplos de síntesis intercultural, ya realizada por el
trañas del sistema comunitario y es aplicable solo en ese siste-
hecho de su constitucionalización o en vía de serlo, como pro-
ma; mientras que el concepto de Buen Vivir se procesa desde
yecto constitucional. Podría ser considerado, entonces, parte
la visión occidental que tiene correspondencia con el pensa-
de lo que en su reflexión sobre el proceso boliviano Luis Tapia
miento que significa maquillar o mejorar el sistema. Por lo
denomina «el núcleo de lo común», producto del diálogo de
que consideramos que Sumak Kawsay y Buen Vivir son dos
pueblos y culturas, que a la vez siguen manteniendo institu-
concepciones totalmente contrapuestas». (Macas, 2004, p. 146)
ciones propias. Ese sería, para el autor, uno de los retos del
proyecto plurinacional. (Tapia, 2006) Es Gudynas quien, recogiendo la propuesta de Rivera, se ha
preguntado sobre si entonces el Buen Vivir podría ser des-
En contraposición a esta línea, encontramos lo que Silvia Rivera
crito como ch’ixi, o sea, «una yuxtaposición entre las críti-
ha querido condensar mediante el uso de la palabra aymara
cas a la Modernidad indígenas, criollas u occidentales, donde
‘ch’ixi’, que sería «un color producto de la yuxtaposición, en pe-
cada una mantiene su esencia, pero se complementan en su
queños puntos o manchas, de dos colores opuestos o contras-
cuestionamiento al desarrollo», que se complementarían sin
tados». Con este término, la autora rechaza la noción de hibri-
mezclarse. La respuesta que nos da es que «en parte es así,
dez propuesta por García Canclini, pues «la hibridez asume la
pero además de las complementaciones también ocurren mez-
posibilidad de que de la mezcla de dos diferentes, pueda salir
clas y fusiones (como las reconceptualizaciones sobre el am-
un tercero completamente nuevo», un grupo social «capaz de
biente o el aporte del feminismo)». Por lo tanto, para el autor,
fusionar los rasgos de sus ancestros en una mezcla armónica y
la figura propuesta por Silvia Rivera no describiría adecua-
ante todo inédita». La noción de ch’ixi, por el contrario, «equi-
damente la situación, «ya que el Buen Vivir, como concep-
vale a la de ‘sociedad abigarrada’ de Zavaleta, y plantea la coe-
to plural en construcción, se aprovecha de muchos aportes»
xistencia en paralelo de múltiples diferencias culturales que no
(Gudynas, 2011, p. 12)
se funden, sino que antagonizan o se complementan. Cada una
se reproduce a sí misma desde la profundidad del pasado y se re- Salta a la vista la profundidad del debate. No en vano se trata
laciona con las otras de forma contenciosa». (Rivera, 2010, p. 70) de conflictos ontológicos: la ontología propia de la modernidad
68 69
europea se basa en la separación entre sociedad y naturaleza, Debemos detenernos en ello.
en el convencimiento de un devenir histórico que se consi-
dera lineal, en la pretensión de control y manipulación, la fe
en el progreso, etcétera. El Buen Vivir también hace visible Plurinacionalidad e interculturalidad como piezas
que hay «otras ontologías», que se enfrentan pero que a la vez de un paradigma constitucional descolonizador
pueden encontrarse. (Gudynas, 2011, p. 13-14)
La plurinacionalidad y la interculturalidad son principios
Que se encuentren o no, en cualquier caso, no es un hecho
que definen la forma del Estado según el artículo primero
que se pueda constatar a partir de las previsiones constitu-
de los textos constitucionales ecuatoriano y boliviano. Muy
cionales sobre el Buen Vivir, sino a través de las dinámicas
sintéticamente podemos señalar la dimensión de cada uno
de convivencia, de intersección y de conflicto que se vayan
de los dos principios apuntados.
generando. Ahora bien, las constituciones ecuatoriana y bo-
liviana aportan elementos que pueden ayudar a configurar La plurinacionalidad sería el concepto utilizado para supe-
dichas dinámicas, de ahí que no sea tan importante tratar de rar la referencia a la pluriculturalidad, término común en
especificar de manera concluyente qué implicaciones jurídi- los textos constitucionales latinoamericanos reformados
cas tiene el término Buen Vivir y las diferencias que puedan a lo largo de los años noventa del pasado siglo. Con ello,
darse entre el modo en que aparece en un texto y en el otro. se pretende asentar la dimensión política y prescriptiva
del reconocimiento de la existencia de distintas culturas
Quizás sea más relevante, o al menos más necesario en este
o grupos culturales. Frente a la comprensión descriptiva
momento, el análisis sobre la capacidad de tales textos para
de la existencia de distintas culturas, propia del constitu-
acompañar la construcción de la plurinacionalidad, ver-
cionalismo multicultural, la plurinacionalidad empujaría
dadero marco de realización del Buen Vivir o Vivir Bien.
a transformaciones de las estructuras institucionales y ju-
Se trata de la cuestión, apuntada por Bartolomé Clavero, de
rídicas del Estado.
«si la reestructuración que requiere la plurinacionalidad se
ha producido en el diseño de la Constitución», o en otras pa- Veamos hasta dónde llega la plurinacionalidad en el dise-
labras, de que «para alcanzar eficacia el constitucionalismo ño institucional realizado por las constituciones boliviana
de derechos necesita del constitucionalismo de poderes […]. y ecuatoriana. En el caso boliviano, esta dimensión se ma-
El imperativo es de derechos y el reto, de poderes, de unos nifestaría en la concepción de instituciones que se preten-
poderes que deben ser constitucionalmente funcionales a los den comunes, compartidas, como la Asamblea Legislativa
derechos»; unos derechos, además, que no son solo de per- Plurinacional, el Tribunal Constitucional Plurinacional o el
sonas sino también de pueblos. (Clavero, 2010) Órgano Electoral Plurinacional.
70 71
La regulación constitucional de la Asamblea Legislativa La Constitución ecuatoriana se queda bastante más lejos.
Plurinacional exige para la elección de sus integrantes la exis- Como señala Clavero (2010), «entre los poderes estrictamente
tencia de circunscripciones especiales indígenas (indígena políticos, esto es, los de las funciones legislativa y ejecutiva,
originario campesinas, de acuerdo con la terminología cons- los pueblos indígenas ni comparecen, con lo que la construc-
titucional), derivando su desarrollo a la legislación posterior, ción de la plurinacionalidad ni se aborda».
con el límite que no trasciendan las fronteras departamen-
En el ámbito jurisdiccional, también las diferencias son de
tales y que «se establecerán solamente en el área rural, y en
calado: el capítulo que lo regula (capítulo IV, título IV) es de-
aquellos departamentos en los que estos pueblos y naciones
nominado «Función Judicial y Justicia Indígena», de modo
indígena originario campesinos constituyan una minoría
que, a diferencia del caso boliviano, se opta por seguir sepa-
poblacional». (Const. Pol. 2009, art. 146, VII)
rando la justicia indígena del resto. En su regulación, aunque
Respecto del Tribunal Constitucional y del Órgano Electoral, no se mencione explícitamente la igualdad jerárquica respec-
su carácter plurinacional se establece constitucionalmente de to del resto de jurisdicciones (quizás porque son separadas
modo muy escueto. Para el Tribunal Constitucional se mar- orgánicamente y en competencias), sí se establece (Const. Pol.
ca que sus miembros estarán «elegidos con criterios de pluri- 2008, art. 171) que el Estado garantizará que sus decisiones
nacionalidad, con representación del sistema ordinario y del «sean respetadas por las instituciones y autoridades públicas»
sistema indígena originario campesino» (Const. Pol. 2009, (como vemos, de nuevo, se separa la institucionalidad indí-
art. 197, I), mediante sufragio universal (Const. Pol. 2009, art. gena de lo público). Sus resoluciones, en consecuencia, solo
198). Se establece, asimismo, que las candidaturas podrán ser «estarán sujetas al control de constitucionalidad». Sucede que
propuestas «por organizaciones de la sociedad civil y de las aunque se asegure que la Función Judicial no pueda revisar
naciones y pueblos indígena originario campesinos». (Const. las decisiones de la justicia indígena, tal papel le correspon-
Pol. 2009, art. 199, II) Para el Órgano Electoral se establece derá a una corte constitucional en cuya regulación no apa-
que el Tribunal Supremo Electoral estará compuesto por siete rece ningún atisbo de plurinacionalidad.5
miembros, seis de elección parlamentaria y uno de elección
5. Para ser designado miembro de la Corte Cons- La plurinacionalidad, más allá
presidencial, respetando que «al menos dos de los cuales se- titucional se exige «tener título de tercer nivel
en Derecho» y «haber ejercido con probidad no- de su posible realización en el
rán de origen indígena originario campesino». (Const. Pol. toria la profesión de abogado, la judicatura o la
docencia universitaria en ciencias jurídicas por marco de instituciones com-
2009, art. 206, II) También se garantiza representación in- un lapso mínimo de diez años» (Const. Pol. 2008,
art. 433). La designación se realizará por medio partidas de ámbito estatal,
dígena para los Tribunales electorales departamentales (de de una comisión calificadora integrada por dos
miembros de cada una de las funciones legislati- se halla también en el reco-
acuerdo con el procedimiento establecido por el art. 206, V). va, ejecutiva y de transparencia y control social.
Solo respecto de la última podría darse un cierto nocimiento de instituciones
grado de plurinacionalidad. (Ver la regulación en
los artículos 204 y siguientes) propias. El terreno en el que
72 73
estas pueden desarrollarse es, naturalmente, el de la distri- ahora se ha logrado encajarlo en la estructura monocorde del
bución territorial del poder. Tanto el caso ecuatoriano como Estado liberal, a partir de su comprensión limitada al pla-
el boliviano configuran estados complejos territorialmente, no de la autonomía local sin afectación de la lógica territo-
con un reconocimiento específico para la conformación de rial de raíz colonial.6 El derecho de los pueblos indígenas
autonomías indígenas. que más incidiría en el escenario de la plurinacionalidad es
el referido «a que sus instituciones sean parte de la estruc-
No es posible desarrollar esta temática de manera mínima-
tura general del Estado» (Const. Pol. 2009, art. 30, II, 5). Se
mente rigurosa en unas pocas líneas. Bastará con señalar que,
6. En efecto, ya sea en forma de recono- trata de una previsión novedosa,
de nuevo, aparecen distintas intensidades en un caso y otro. cimiento de derecho a la autonomía
e incluso como derecho a la libre de- trascendente por cuanto modifica
Como muestra, la Constitución ecuatoriana no incorpora terminación, tenemos ya suficiente
recorrido para atestiguar que, de un la lógica de la contraposición Estado
ninguna referencia al derecho de libre determinación de los modo u otro, los sistemas jurídicos
han sabido cómo estrangular el pro- versus pueblos indígenas. Esta es la
pueblos indígenas, obviando de esta manera las previsiones ceso de reconstrucción y desarrollo
del autogobierno indígena, digiriendo lógica en la que se mueve la dimen-
de la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de la autonomía indígena en el interior
de una estructura territorial, admi- sión garantista de los derechos, vis-
Naciones Unidas de 2007. (Const. Pol. 2008, art. 3) nistrativa y financiera monocultural,
ajena, limitadora de la libre determi- tos como herramientas contrama-
nación indígena.
En cambio, la Constitución boliviana lo incorpora en el listado yoritarias, barreras en manos de los
de los derechos indígenas (Const. Pol. 2009, art. 30, IV: Derecho pueblos indígenas frente al poder de la sociedad dominante,
a la libre determinación y territorialidad) y, como parte de la articulado en el Estado y el derecho estatal. Entendidos los
regulación del «modelo de Estado» (Const. Pol. 2009, cap. I, 1): pueblos indígenas, sus instituciones, como parte del Estado,
Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indíge- forzosamente se reconfigura la organización política que
na originario campesinos y su dominio ancestral sobre sus te- debe dar cabida a los distintos sujetos colectivos, llámese
rritorios, se garantiza su libre determinación en el marco de la Estado si se quiere.
unidad del Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al
Hay quien se atreve a afirmar que:
autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus institucio-
el Estado-nación ha muerto, nace el Estado plurinacional, comu-
nes y a la consolidación de sus entidades territoriales, conforme
nitario y autonómico. ¿Cuáles son las condiciones, las caracterís-
a esta Constitución y la ley. (Const. Pol. 2009, art. 2)
ticas, la estructura, los contenidos y las formas institucionles
De todas formas, pese a su trascendencia, el salto cualitativo de este Estado? Su condición plurinacional, no en el sentido del
que ofrece el texto boliviano no se produce en el reconoci- multiculturalismo liberal, sino en el sentido de la descolonización,
miento del derecho de libre determinación. En efecto, el dere- en el sentido de la emancipación de las naciones y pueblos indí-
cho de libre determinación, pese a su teórico alcance, hasta genas originarios […], a partir de la creación de un nuevo mapa
74 75
institucional, encaminado a la incorporación de las instituciones de intensa promiscuidad: una amalgama de factores en ten-
indígenas a la forma de Estado. (Prada, 2010)7 sión, donde se pretende —aunque no siempre se consiga— dar
un uso contra-hegemónico de instrumentos políticos y con-
Hablaríamos entonces de un ho-
7. El mismo autor va incluso más allá al señalar,
en otro escrito, que «el Estado plurinacional ceptuales hegemónicos, intento que conlleva «la apropiación
rizonte de descolonización que
no es un Estado-nación y, no está demás
decir, que el estado plurinacional ya no es creativa de las clases populares para sí de esos instrumentos a
implica «el pluralismo institu-
un Estado, en el pleno sentido de la palabra.
Pues el acontecimiento plural desbroza el fin de hacer avanzar sus agendas políticas más allá del marco
cional, el pluralismo adminis-
carácter unitario del Estado. [...] El Estado
ya no es la síntesis política de la sociedad, político-económico del Estado liberal y de la economía capi-
trativo, el pluralismo normativo,
tampoco es ya comprensible la separación
entre Estado, sociedad política y sociedad talista». (De Sousa, 1997) Podríamos hablar entonces, con el
el pluralismo de gestiones. Y eso
civil, pues el ámbito de funciones que co-
rresponden al campo estatal es absorbida mismo autor, de un constitucionalismo experimental y, segu-
significa una descolonización de
por las prácticas y formas de organización
sociales». (Prada, 2007, p. 210. ramente, transicional.
las prácticas, de las conductas, de
los comportamientos, conllevando una descolonización de En ese contexto transicional uno de los temas a debatir será el
los imaginarios». (Prada, 2010, p. 92) de las funciones o sentidos de los derechos. Así es: por mucho
que se pueda hacer un uso contra-hegemónico de los derechos,
Este horizonte se hallaría apuntado, poco más (ni menos), de
transicional si se quiere, no puede olvidarse que estos tienden
modo más declarativo, menos incisivo, en el caso ecuatoria-
a garantizar la seguridad jurídica a través de la individualiza-
no, y de manera más transversal en el texto boliviano. Buena
ción de los sujetos, que pueden reivindicar su estatus jurídico
prueba de ello es que ambos textos recogen el derecho de
en función de precisas circunstancias que el derecho se encar-
los pueblos indígenas a la consulta previa, libre e informada,
ga de recoger y categorizar. Sin duda, la irrupción de los dere-
que si bien es un derecho que expresa plurinacionalidad, por
chos colectivos, de titularidad y ejercicio colectivos, supone un
cuanto reconoce la existencia diferenciada de tales pueblos,
cuestionamiento radical de ese efecto (o función) por lo que
al mismo tiempo resulta una palmaria constatación de que
a la dimensión individual se refiere, de ahí el airado rechazo
la plurinacionalidad es un proceso, un objetivo no consoli-
8. Bauman ha querido explicar la implicación entre que han generado en la doctri-
dado, hacia el que avanzar. la lucha por los derechos y el reforzamiento de
la identidad grupal: para convertirse en un dere- na jurídica convencional.
cho, «es preciso que la diferencia sea comparti-
Así es, incluso en el caso boliviano, no podemos hablar de da por un grupo o una categoría de individuos lo
suficientemente numerosos y decididos como Ahora bien, incluso los dere-
un nuevo paradigma, sino más bien de una mezcla compleja para que sea preciso contar con ellos […]. [Esto]
tiene como resultado una intensa construcción chos colectivos no dejan de su-
de aspectos enraizados en la más pura tradición constitucio- de comunidades […], el cavar trinchera, el en-
trenar y armar unidades de asalto: impidiendo poner una segmentación de
nal liberal con elementos de un constitucionalismo dialógico la entrada a los intrusos, pero también la sali-
da a quienes están dentro […]. Es por ello que sujetos que puede provocar una
(Grijalva, 2008) que trata de garantizar las condiciones de diá- el principio de derechos humanos actúa como
un catalizador que desencadena la producción tendencia hacia la separación,
logo de las diferentes identidades culturales, a partir del re- y autoperpetuación de la diferencia y los es-
fuerzos para construir una comunidad en torno hacia la construcción de trin-
conocimiento de su igual dignidad. Ofrece así un panorama a ella». (Bauman, 2003, p. 93)
cheras identitarias8 que buscan
76 77
reforzar los elementos distintivos entre los grupos, antes que ilimitado y su retórica anclada en la igualdad formal y los
los compartidos. Esa separación, junto con la que generan derechos individuales en el marco de democracias represen-
los derechos individuales, en lugar de reforzar, puede llegar tativas igualmente formales, desustancializadas.
a debilitar la capacidad de impugnación global de las condi-
Desvelar y debilitar, pero también construir horizontes de
ciones (económicas, sociales, culturales) que generan exclu-
sentido diferentes, como los que articularían el Buen Vivir
sión y desigualdad entre grupos e individuos. Pero que no se
o Vivir Bien, entendidos, según se ha subrayado, como pro-
malinterprete esta afirmación: no son las identidades las que
puestas que buscan avanzar en la realización de la justicia,
generan la exclusión; es la exclusión la que refuerza la ten-
comprendida necesariamente a partir del entronque de sus
dencia a subrayar las diferencias antes que las semejanzas, de
dimensiones social, cultural y ecológica.
acuerdo con las reglas de juego que el Estado impone a tra-
vés de su derecho y de sus políticas públicas. Una vez apuntado el marco en el que se desarrollaría el deba-
te jurídico, institucional y político general, podemos ya abor-
Los derechos, desde esta perspectiva, serían vistos como he-
dar el análisis del alcance de las previsiones constitucionales
rramientas de distinción, de separación, que podrían acabar
que los textos ecuatoriano y boliviano recogen en materia de
socavando las posibilidades de aunar fuerzas por parte de los
justicia ambiental o ecológica.
colectivos en posición de menor poder frente a los sujetos con
más poder. Ahora bien, no obstante lo anterior, lo que se propo-
ne no es rechazarlos sin más, sino entenderlos como elementos
La naturaleza como titular de derechos:
que si bien por sí solos no van a generar una transformación de
alcances del giro biocéntrico
las relaciones de dominación, sí pueden ser vistos como piezas
útiles, necesarias incluso, para equilibrar las posiciones de ne-
Sin duda, en la reflexión sobre los alcances de la apuesta por
gociación en que se hallan los distintos sujetos. Se trataría, en
un constitucionalismo capaz de distanciarse del modelo antro-
consecuencia, de no perder nunca de vista la dimensión política
pocéntrico, mención separada merece la innovadora apuesta
del conflicto, y ello implica no dejarnos deslumbrar por el al-
por ampliar la titularidad de los derechos constitucionales a
cance del deber ser jurídico, del deber ser de los derechos ais-
la naturaleza. En el plano constitucional, esta apuesta es ex-
ladamente considerados.
clusiva, hasta el momento del caso ecuatoriano (Const. Pol.
Esa dimensión política del conflicto es de la que nos habla el 2008, art. 71-74), mientras que en Bolivia la opción ha consis-
proyecto de descolonización al que se ha hecho referencia. Un tido en llevar dicho reconocimiento al plano legal, mediante
proyecto que requiere desvelar y debilitar el paradigma de la la aprobación de la Ley de Derechos de la Madre Tierra.
modernidad colonial, con su dogma de crecimiento material
78 79
LA NATUR ALEZA COMO SUJETO DE DER ECHOS sujetos limita sus posibilidades de ejercicio de los derechos,
EN LA CONSTITUCIÓN ECUATORIANA pero no tiene por qué privarlos de su titularidad, ni impedir
que el resto de la sociedad tenga determinadas obligaciones
Los derechos de la naturaleza o de la pacha mama, como se afir- respecto de ellos, comenzando por el de minimizar el daño
ma en el artículo 71 de la Constitución ecuatoriana protegen a que se les pueda producir. Este es el sentido, por ejemplo, de
la naturaleza no como medio para satisfacer los intereses de las las leyes que protegen a ciertos animales frente a maltratos,
personas, sino para proteger sus valores propios, en sí mismos de las regulaciones ecológicas que restringen la apropiación
considerados. El cambio de perspectiva es evidente, aunque, privada de bienes comunes como el agua o las selvas, o de
como hemos visto, no se plantea de manera incompatible con aquellas normas que limitan la experimentación con embrio-
la existencia de derechos ambientales, cuya titularidad corres- nes a partir de un cierto nivel de desarrollo.
ponde a las personas. Es más, como cierre del capítulo que co-
En concreto, respecto a las posibilidades de ejercicio, el pro-
mentamos, el artículo 74 vuelve a mover el eje de la titularidad
pio artículo 71 en su segundo párrafo lo resuelve al establecer
cuando establece que «las personas, comunidades, pueblos y
que «toda persona, comunidad, pueblo o nacionalidad podrá
nacionalidades tendrán derecho a beneficiarse del ambiente y
exigir a la autoridad pública el cumplimiento de los derechos
de las riquezas naturales que les permita el Buen Vivir».
de la naturaleza». Por otra parte, en el capítulo dedicado a las
Durante las discusiones constituyentes, fueron bastantes las garantías, el texto ecuatoriano ofrece una herramienta que
voces que optaron por descalificar el propósito de incluir puede ser muy útil para la protección de los derechos de la
derechos de la naturaleza, incluso hasta llegar a la burla. No naturaleza: se trata de la acción por incumplimiento ante la
obstante, la reacción teórica ha sido más que contundente. Corte Constitucional, que «tendrá por objeto garantizar la
(Ávila, 2011; Acosta & Martínez, 2009; Gudynas, 2009) aplicación de las normas que integran el sistema jurídico […]
cuando la norma o decisión cuyo cumplimiento se persigue
En efecto, desde un punto de vista teórico, siendo los derechos
contenga una obligación de hacer o no hacer clara, expresa
mecanismos para la protección de intereses o necesidades,
y exigible. (Const. Pol. 2008, art. 93)
nada impide que estos sean referidos a un sujeto distinto al
ser humano. Podría ser el caso de los embriones, los animales, Merece la pena transcribir el contenido de algunos de los
los bienes naturales o las generaciones futuras. La protec- preceptos del mencionado capítulo séptimo. El artículo 71
ción de estos sujetos podría justificarse en intereses relevan- establece que «la naturaleza o pacha mama, donde se repro-
tes, ya sean propios, como evitar el daño y el dolor, ya sean duce la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su
instrumentales para la satisfacción de otros intereses huma- existencia, y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos
nos. Naturalmente, la falta de «voluntad autónoma» de estos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos».
80 81
En primer lugar, debe subrayarse la importancia de que se sin más, el artículo 396, dentro del Régimen del Buen Vivir,
incluya el término pacha mama, pues con él se incorporan precisa que «todo daño al ambiente, además de las sanciones
otros sentidos, los que provienen de los pueblos indígenas, correspondientes, implica también la obligación de restaurar
que amplían la esencia, el alcance o delimitación del sujeto integralmente los ecosistemas…». Se trata, por tanto, de una
del derecho. En palabras de Gudynas (2009, p. 32): «cuando obligación de restauración integral que debe diferenciarse
la Constitución equipara naturaleza con pacha mama, lo que del deber de reparación económica pensada como indem-
hace es poner en el mismo nivel de jerarquía la herencia del nización. La noción no es compensatoria o sustitutiva, sino
conocimiento europea y los saberes tradicionales que han regenerativa, e implicará poner en práctica las acciones ne-
estado subordinados desde la época de la Colonia». De tal cesarias para volver a la situación previa al daño ambiental
forma que «sienta las bases para una ruptura del programa ocasionado, para recuperar, en la medida de lo posible, los
de la modernidad, el cual está en la base de la crisis ambien- sistemas ecológicos afectados.
tal actual».9
Al deber de restauración lo precede el de evitar los impactos
Igualmente relevante es el hecho de
9. Esa ruptura se expresaría en el paso ambientales negativos (Const. Pol. 2008, art. 396)10 que, de
del antropocentrismo al biocentrismo,
que se vincule al lugar «donde se re-
mencionado con anterioridad: «todas acuerdo con el mismo precepto, se valorarán de acuerdo con
las especies vivientes tienen la misma
produce la vida», porque así se ma-
importancia, y todas ellas merecen ser un principio precautorio: «en caso de duda sobre el impacto
protegidas, fuera, por tanto, de la lógica
nifiesta que la naturaleza es sujeto
de asignación de precio (valor) del mer- ambiental de alguna acción u omisión, aunque no exista evi-
cado». (Gudynas, 2009, p. 77)
del derecho por sí misma y no un dencia científica del daño, el Estado adoptará medidas pro-
bien jurídico en tanto que espacio de reproducción de la vida tectoras eficaces y oportunas». Esta obligación preventiva se
humana, esto es, a partir de una óptica funcional antropocén- traslada también a los particulares «actores de los procesos
trica. No es, en consecuencia, simple medioambiente, entendi- de producción, distribución, comercialización y uso de bie-
do como lo que rodea al humano; es sujeto de derechos, que nes o servicios».
impide la separación misma entre naturaleza y ser humano.
En conexión con lo anterior, el tex-
10. Si bien es cierto que el precepto inicial-
mente habla solo de la obligación de
El artículo 72 especifica el derecho de la naturaleza a la res- to constitucional aporta dos me-
«evitar», a la que después se suma la de
la restauración integral, más adelante
tauración, que se considera independiente del derecho de las canismos de protección reforzada
sí abre el paso a que, en caso de que se
haya producido el daño, los actores del
personas a ser indemnizadas en caso de que sufran daños del derecho de la naturaleza a la
mismo asuman la responsabilidad de
«mitigar y reparar los daños...».
ambientales que les afecten. Se constata, pues, que siendo la restauración (integral). En primer
naturaleza titular del derecho, el interés protegido va más allá, lugar, se establece que «las acciones legales para perseguir
aunque lo incorpore, del interés propio de las personas. Debe y sancionar por daños ambientales serán imprescriptibles».
añadirse que aunque el artículo 72 mencione «restauración» (Const. Pol. 2008, art. 396, in fine) En segundo término, se
82 83
invierte la carga de la prueba en caso de litigio: «la carga de Sin duda, los derechos de la naturaleza están llamados a cons-
la prueba sobre la inexistencia de daño potencial o real re- tituir una de las banderas del texto que analizamos, por dos
caerá sobre el gestor de la actividad o demandado». (Const. razones: en primer lugar, porque recoge en un capítulo una
Pol. 2008, art. 397) de las notas que impregnan el conjunto del texto constitucio-
nal, como es la preservación y restauración del ambiente, los
A partir de este marco regulador, las consecuencias jurídicas
recursos naturales y la biodiversidad como presupuestos para
que pueden extraerse no son menores. Uno de los ámbitos
un desarrollo social sostenible, equilibrado e igualitario; en
donde mayor trascendencia debería adquirir es en el de los
segundo término, porque implica no ya una especificación de
estudios de impacto ambiental, pues la valoración misma de
nuevos derechos o una ampliación del contenido de los ya
qué implica dicho impacto cambia por completo, tanto des-
existentes, sino algo más relevante: la extensión de los sujetos
de la dimensión material (los aspectos que incorpora y pone
de los derechos. Con ello se abriría un escenario de cuestio-
en relación) como temporal.11
namiento profundo del modelo de desarrollo imperante, apun-
Junto con los derechos reco-
11. Como señala Grijalva, «en virtud de los dere- talando la propuesta del Buen Vivir que aparece como eje
chos de la naturaleza, el daño ambiental, para
nocidos, el capítulo da forma
ser tal, no requiere implicar una afectación transversal de todo el proyecto constitucional.12
inmediata y directa sobre los seres humanos,
a prohibiciones y mandatos a
es decir, no se requiere una violación paten-
te del derecho humano a un medio ambiente 12. No obstante, debe señalarse que la propuesta de re- En efecto, de nuevo con
los poderes públicos, que en su
sano, sino que la sola disrupción dañosa de conocer derechos a la naturaleza no es nueva en la
los procesos naturales de los propios ecosis- doctrina jurídica. Como señala Mario Melo, «se viene Gudynas:
conjunto buscarían dar mayor
temas, aun sin afectar supuestamente a los discutiendo desde hace décadas en diversas partes
seres humanos, constituye una violación a la la verdadera novedad está en
del mundo. Así, son interesantes los trabajos al res-
cobertura a la realización de
Constitución». Es interesante, no obstante, lo pecto de juristas como Christopher Stone en los EEUU
que resalta a continuación el autor: «contrario lograr una ruptura con la ideo-
y Godofredo Stutzin en Chile […]. En los años setenta
los derechos de la naturaleza.
a lo que se afirma, esta noción objetiva o insti- en los EEUU se produjo el caso Sierra Club vs. Morton,
tucional del daño ambiental no es en realidad logía del progreso. Si el ‘buen
en el marco de un proyecto de la sociedad Walt Disney
Entre ellos, destaca la prohi-
tan extraña al Derecho como lo atestigua la de construir una estación hibernal afectando a los fa-
existencia de delitos ambientales en que se vivir’ efectivamente quiere co-
mosos árboles gigantes del valle californiano. En él, el
bición de la introducción de
sancionan conductas destructivas del am- planteamiento se basó en las tesis de Stone conteni-
biente aunque no se afecte directa e inme- menzar a transitar un estilo de
das en su trabajo «Should Trees have Standing? Toward
organismos o materiales orgá-
diatamente a población humana». (Grijalva, Legal Rights for Natural Objects». En la misma línea po-
2010, pp. 17-18) desarrollo radicalmente distin-
drían citarse la Declaración Universal de los Derechos
nicos e inorgánicos que pue- de los Animales, aprobada por la UNESCO en 1978 o la
to, apartándose del sendero de
Carta de la Tierra, promovida por las Naciones Unidas
dan alterar de manera definitiva el patrimonio genético; o en 2000. (Melo, 2009, p. 54)
la Modernidad, entonces los
la obligación del Estado de aplicar «medidas de precaución
componentes ambientales son indispensables. Y esos componen-
y restricción para las actividades que puedan conducir a la
tes obligan a abandonar el progreso y el antropocentrismo que
extinción de especies, la destrucción de ecosistemas o la al-
convierten al ambiente en un conjunto de recursos a dominar.
teración permanente de los ciclos naturales». (Const. Pol.
En otras palabras, un ‘test de validez’ del buen vivir consistiría en
2008, art. 73)
verificar cómo se interpreta la naturaleza, y cómo se articula el
ambiente en las alternativas al desarrollo. (Gudynas, 2010, p. 240)
84 85
LA LEY BOLIVIANA DE DER ECHOS DE LA MADR E TIERR A respeto, protección, y diálogo de la diversidad de sentires, va-
lores, saberes […] de todas las culturas del mundo que bus-
Como se señaló, en el caso boliviano contamos con la Ley de can convivir en armonía con la naturaleza»).
Derechos de la Madre Tierra (Ley 071, 21 de diciembre de 2010).
Dichos principios provienen y dan forma a una noción inte-
Esta norma constituye un primer aporte legislativo dentro de
gral, amplia, de Madre Tierra: «es el sistema viviente diná-
un proyecto más amplio que llevará, dos años más tarde, a la
mico conformado por la comunidad indivisible de todos los
aprobación de la Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo
sistemas de vida y los seres vivos, interrelacionados, inter-
Integral para Vivir Bien (Ley 300, 15 de octubre de 2012). Aunque
dependientes y complementarios, que comparten un desti-
el redactado final de la ley aprobada en 2010 se apartaba mucho
no común». (Ley de Derechos de la Madre Tierra, art. 3) Esa
de la propuesta presentada por las organizaciones del Pacto de
integralidad determina que no pueda mantenerse la separa-
Unidad (que agrupa a las grandes organizaciones indígenas y
ción entre seres humanos y naturaleza:
sindicales bolivianas), aun así supone un hito en el desarrollo
[los sistemas de vida] son comunidades complejas y dinámicas
del constitucionalismo ante la crisis ecológica.
de plantas, animales, microorganismos y otros seres y su entorno,
La extensión de ambas normas impide que nos podamos de- donde interactúan comunidades humanas y el resto de la natu-
tener en un análisis pormenorizado de las mismas. Respecto raleza como una unidad funcional bajo la influencia de factores
de la ley aprobada en 2010, de menor extensión y alcance, climáticos, fisiográficos y geológicos, así como de las prácticas
pero igualmente interesante, merece la pena apuntar algunas productivas, y la diversidad cultural de las bolivianas y los boli-
de sus previsiones. Como principios para su aplicación (Ley vianos, y las cosmovisiones de las naciones y pueblos indígenas
de Derechos de la Madre Tierra, art. 2) se establecen los de: originarios campesinos, las comunidades interculturales y afro-
armonía («las actividades humanas, en el marco de la plu- bolivianas. (Ley de Derechos de la Madre Tierra, art. 4)
ralidad y la diversidad, deben lograr equilibrios dinámicos
Para efectos de la protección y tutela de sus derechos, la Madre
con los ciclos y procesos inherentes a la Madre Tierra»); bien
Tierra, que como hemos visto incluye también a las comu-
colectivo («el interés de la sociedad, en el marco de los de-
nidades humanas, adopta el carácter de sujeto colectivo de
rechos de la Madre Tierra, prevalecen en toda actividad hu-
interés público. (Ley de Derechos de la Madre Tierra, art. 5)
mana, y por sobre cualquier derecho adquirido»); garantía de
Se constata así un intento de síntesis o hibridación: la centra-
regeneración de la Madre Tierra; no mercantilización («no
lidad de la protección de la Madre Tierra provendría esen-
pueden ser mercantilizados los sistemas de vida, ni los pro-
cialmente de las culturas indígenas, mientras que la forma
cesos que sustentan, ni formar parte del patrimonio privado
de la protección, los derechos y la categorización jurídica de
de nadie»); interculturalidad («el ejercicio de los derechos de
la misma como «sujeto colectivo de interés social», solo tie-
la Madre Tierra requiere del reconocimiento, recuperación,
ne sentido en el marco de la cultura occidental.
86 87
De hecho, debería añadirse, la propia noción de derechos naturaleza desde una perspectiva profunda, integral, la apues-
tiene su origen en la cultura liberal occidental. Seguramente ta normativa en Bolivia es menos decidida que la ofrecida por
la dificultad de este engarce es la que lleva a Silvia Rivera, la Constitución ecuatoriana. La ley comporta, en efecto, un
como ya señalamos, a rechazar el proyecto de hibridación giro biocéntrico parcial, incompleto, pues no se desprende
para apuntar más bien al de la yuxtaposición. del todo de la óptica utilitarista (la Madre Tierra es «sujeto de
interés social») y se ponen cautelas a los niveles de protección
Por otra parte, se precisa que el ejercicio de los derechos indivi-
(deben evitarse las afectaciones irreversibles). Aun así, no es
duales estará limitado «por el ejercicio de los derechos colecti-
posible dejar de subrayar el avance, desde el punto de vista
vos en los sistemas de vida de la Madre Tierra», de manera que
de la noción de justicia ecológica, que venimos manejando,
«cualquier conflicto entre derechos debe resolverse de manera
pues supone ampliar la titularidad de los derechos a la natu-
que no se afecte irreversiblemente la funcionalidad de los sis-
raleza. Sin duda, el panorama es otro y conlleva implicacio-
temas de vida». (Ley de Derechos de la Madre Tierra, art. 6)
nes conceptuales, culturales y jurídicas, como hemos visto,
El texto, igualmente, señala los derechos básicos de la Madre para el caso ecuatoriano, de gran magnitud.
Tierra entre los que se encuentran el derecho a la vida, a la
Por su parte, la Ley Marco aprobada en 2012 implica, como
diversidad, al agua, al aire limpio, a estar libre de contami-
su propio título indica, un intento de poner en relación la
nación, al equilibrio y a la restauración. En este último pun-
protección de los derechos de la Madre Tierra con las polí-
to concretamente la ley entiende que tal derecho comporta
ticas de desarrollo integral necesarias para alcanzar el ob-
«la restauración oportuna y efectiva de los sistemas de vida
jetivo del Vivir Bien. Esa relación, junto con el papel que
afectados por las actividades humanas directa o indirecta-
en la ley juegan los derechos de los pueblos indígenas, ofre-
mente». (Ley de Derechos de la Madre Tierra, art. 7-6) Se in-
ce un terreno idóneo para ahondar en el debate sobre el
corpora así un aspecto cuyas repercusiones ya analizamos
modo en que se está acometiendo la conjugación de los de-
para el caso ecuatoriano.
rechos e intereses que la Constitución boliviana incorpora.
Tras especificar por separado los deberes que de tales dere- Tratándose de una Ley Marco, fundamentalmente consiste
chos se generan tanto para los poderes públicos como para en un conjunto de orientaciones o mandatos a los poderes
las personas, se cierra el texto con la Defensoría de la Madre públicos que deberán ser desarrollados y complementados
Tierra, organismo especializado para la promoción, difusión en posteriores normativas y acciones. No obstante, la ley sí
y cumplimiento de los derechos de la Madre Tierra. avanza hacia un mayor grado de concreción, de conforma-
ción del marco regulador que afecta al aprovechamiento de
Como puede comprobarse, la ley expresa con bastante cla-
los recursos naturales.
ridad que cuando se trata del respeto y la protección de la
88 89
Así, en su artículo 24, la ley establece como «bases y orienta- las tecnologías más adecuadas y limpias con el objetivo de re-
ciones del Vivir Bien a través del desarrollo integral en agri- ducir al máximo los daños ambientales y sociales». Aparece
cultura y ganadería», entre otras: «maximizar la eficiencia pues una conciliación en términos de «reducción al máximo»
productiva y energética para minimizar el avance de la fron- de los daños ambientales y sociales de las actividades extrac-
tera agrícola, la afectación irreversible a las zonas de vida, y tivas, antes que una reducción o limitación de las mismas.
el uso y aprovechamiento de otros componentes de la Madre
Otro de los aspectos que mayores críticas han generado es el
Tierra». Comprobamos con este ejemplo uno de los aspectos
del modo en que quedan protegidos los derechos de los pue-
más criticados de la ley: el intento de conjugación entre «de-
blos indígenas, en especial el derecho a una consulta previa,
sarrollo integral» y protección de la Madre Tierra, se limita a
libre e informada. La Ley establece que el Vivir Bien se alcan-
un propósito de «minimizar» las afectaciones, incluso cuan-
za promoviendo y fortaleciendo cuatro derechos: los derechos
do éstas son «irreversibles». El mismo precepto incorpora la
de la Madre Tierra; los derechos de las naciones y pueblos in-
prohibición de introducir semillas genéticamente modifica-
dígenas originarios y campesinos, comunidades intercultu-
das, pero limitada a aquellas «de las que Bolivia es centro de
rales y afrobolivianas; los derechos civiles, políticos, sociales,
origen o diversidad» o atenten «contra el patrimonio gené-
económicos y culturales del pueblo boliviano satisfaciendo
tico, la biodiversidad, la salud de los sistemas de vida y la sa-
las necesidades de las sociedades y personas; el derecho de la
lud humana». (Ley Marco, art. 24, 7) De todas formas, en el
población urbana y rural a vivir en una sociedad justa, equi-
siguiente numeral, se establece como orientación la de «de-
tativa y solidaria, sin pobreza material, social y espiritual.
sarrollar acciones que promuevan la eliminación gradual de
cultivos de organismos genéticamente autorizados en el país». A partir de esta necesaria correlación entre sujetos y derechos,
Igualmente, es base u orientación «prohibir la producción de el problema se produciría en que la ley optaría por difumi-
agrocombustibles y la comercialización de productos agrícolas nar el derecho a la consulta previa en un esquema amplio, y
para la producción de los mismos...» (Ley Marco, art. 24, 9) menos exigente, de participación ciudadana, con el simple
añadido que en caso de pueblos indígenas se deberá prestar
Una situación semejante se produce en la regulación de las
atención a sus propias «normas y procedimientos», y no en
bases y orientaciones del Vivir Bien a través del desarrollo
cambio, a las reglas ya establecidas de acuerdo con la propia
integral en minería e hidrocarburos. Así, en el artículo 26, 1
Constitución boliviana (Ley Marco, art. 30, II, 15) y los instru-
se establece que «las actividades de exploración, explotación,
mentos propios del Derecho internacional (Convenio 169 de
refinación, transformación, industrialización, transporte y
la Organización Internacional del Trabajo y Declaración de
comercialización de recursos mineros e hidrocarburíferos
Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas).
serán realizadas de forma progresiva, según corresponda con
90 91
Un ejemplo lo hallamos en la regulación de la participación voces provenientes de organizaciones sociales diversas: in-
en materia de proyectos extractivos: dígenas, ecologistas, feministas y sindicales. Fue a partir de
Los procesos productivos mineros e hidrocarburíferos se desa- tales voces que pudieron aparecer las líneas disruptivas más
rrollarán en el marco de instrumentos específicos de regulación notables, entre las que ocupan un lugar muy destacado las
y gestión de los sistemas de vida, mismos que estarán sujetos a de orden medioambiental. Tanta es la ruptura que, a partir
procesos de monitoreo técnico integral recurrente e interinsti- estrictamente de la lectura de las previsiones constituciona-
tucional y auditorías de sistemas de vida con participación de la les, podrían verse en los textos ecuatoriano y boliviano ele-
población afectada por estos procesos productivos. Cuando los mentos de un nuevo ecoconstitucionalismo.
mismos se desarrollen en territorios de las naciones y pueblos
Ahora bien, como ya ha sido señalado, el eje de la protec-
indígena originario campesinas, comunidades interculturales y
ción de la naturaleza aparece en tensión con el modo en que
afrobolivianas, la participación en dicha
13. Un desarrollo de este análisis crítico se plantean los objetivos de redistribución y justicia social y,
puede hallarse en el texto de Bartolomé auditoría se realizará en el marco de sus
Clavero que lleva por título «Bolivia: más allá, con las inercias de un modelo que aunque apunte
Ley de la Madre Tierra contra Derecho normas y procedimientos propios. (Ley
de los Pueblos Indígenas o Legislación otros aspectos, no abandona esencias del proyecto liberal-ca-
contra Constitución», tomado de su Marco de la Madre Tierra y Desarrollo
blog: http://clavero.derechos indige- pitalista, núcleo duro del constitucionalismo a partir de su
nas.org/?p=12040 Integral para Vivir Bien, art. 26, 2)13
concepción europea expandida a través del proyecto colonial.
Así las cosas, podríamos avanzar una primera conclusión
A modo de cierre: frenos e impulsos que señalaría que tanto en el caso ecuatoriano como en el
en los procesos de transformación boliviano, la apuesta por un constitucionalismo de cuño
biocéntrico choca, en el propio texto normativo, pero sobre
INTRODUCCIÓN todo, a partir de sus desarrollos posteriores, con normativas
y prácticas dirigidas a apuntalar el modelo desarrollista ya
Hemos podido comprobar de qué modo aparecen en los tex- conocido, esto es, basado en la explotación de los recursos
tos constitucionales ecuatoriano y boliviano aspectos que naturales, como condición para la extensión de políticas so-
apuntan hacia una transformación paradigmática, un cierto ciales de tipo asistencial.
giro biocéntrico. Como es sabido, en ambos casos el proceso
En el caso de Ecuador, es la propia legislación aprobada casi in-
constituyente aparece en un momento que permite plasmar
mediatamente después de la entrada en vigor de la Constitución
líneas de ruptura respecto del contexto anterior. El descrédito
la que muestra las contradicciones. En el caso de Bolivia, el
de los partidos tradicionales junto con la palmaria percepción
cuerpo legislativo que debe apuntalar el modelo de desarrollo
del agotamiento del ciclo neoliberal permitió la presencia de
económico se encuentra aun pendiente de elaboración, pero
92 93
existen diversas decisiones del Ejecutivo que ya se desmarcan La apuesta minera del actual gobierno de Correa14, condiciona-
de los propósitos de protección medioambiental. Se trata, en 14. El 15 de enero de 2009, el presidente Correa da por los altos precios del mer-
afirmó: «no daremos marcha atrás en la Ley
ambos casos, de una visible brecha de implementación. de Minería, porque el desarrollo responsable cado internacional y por la previ-
de la minería es fundamental para el progreso
del país. No podemos sentarnos como men- sión de una reducción de las
digos en el saco de oro». (Citado por Gudynas
LA BR ECHA DE LA IMPLEMENTACIÓN en Sánchez et al, 2004, p. 87) Ya en el discur- disponibilidades de petróleo, po-
so de recepción solemne del texto de la nue-
va Constitución, pronunciado en Montecristi dría tratarse del «camino hacia
el 26 de julio de 2008, el presidente Correa
En el ámbito de los derechos de los pueblos indígenas se hizo anunció el orden de las preferencias de su ac- una nueva trampa en el marco de
ción gubernamental al señalar que los «prin-
célebre el concepto de «brecha de implementación» (imple- cipales peligros» a la revolución ciudadana la ‘maldición de la abundancia’, a
impulsada por el Movimiento País no prove-
mentation gap, en inglés), utilizado en diversos informes por nían de la oposición sino del «izquierdismo partir de un neo-extractivismo
y ecologismo infantil».
el recientemente desaparecido Rodolfo Stavenhagen, cuando del siglo XXI, que si bien pasa por
era Relator Especial de Naciones Unidas sobre la situación de una mayor participación estatal y un incremento de la inversión
los derechos humanos y las libertades fundamentales de los social, no representa un cambio de la modalidad de acumula-
indígenas. Con dicho término se quería poner de manifiesto ción primario-exportadora, dependiente del mercado mundial,
que pese a los avances en la normativa de derechos humanos, causa fundamental del subdesarrollo». (Acosta, 2004, p. 57)15
en lo referido a los derechos indígenas, el principal escollo se
En un análisis reciente se señala
15. La «maldición de la abundancia» la explica el
encontraba en la falta de desarrollo y aplicación de las previ- autor a partir de la experiencia petrolera ecua-
cómo dicha ley «normativiza y
toriana: «a partir de los años setenta, al amparo
siones internacionales y constitucionales. de la bonanza petrolera, el país se endeudó has-
crea ex novo figuras como ‘título
ta crecer 22 veces el monto de la deuda exter-
na: de 260,8 millones en 1971 a 5.868,2 en 1981
Ya desde los primeros años de andadura constitucional, pu- minero’, ‘concesión minera’, ca-
y 14.168 en 2001 (un 16%, 42% y 66,6% del PIB,
respectivamente). En ello se cifraría la maldición:
dieron verse tanto en Ecuador como en Bolivia muestras tegorías que generan ‘servidum-
deuda externa, dependencia, incremento de in-
gresos por recursos naturales y menor presión
de tales frenos, del alcance de las tensiones o contrapesos al bres’ para el agua, incluidas las
tributaria sobre la renta u otros y con ello menor
vínculo entre ciudadanía y Estado, que dejará de
propósito ecologista. A continuación se señalan tan solo al- aguas subterráneas en territorios
ser demandado en transparencia, justicia, efi-
ciencia en el gasto». (Acosta, 2004, pp. 39 y 64)
gunos ejemplos. indígenas». (Martínez de Bringas,
2011) Las concesiones se prevén para períodos de 25 años, y se
A) Ecuador crea la figura del «amparo administrativo» por la que el titular
de una concesión minera puede solicitar la intervención de la
Para el caso ecuatoriano, en primer lugar, debe mencionarse
fuerza pública ante todo aquello que «perturbe el ejercicio de
la Ley de Minería que, aprobada en enero de 2009, a grandes
las actividades mineras».
trazos, allana el camino para la realización de actividades
industriales intensivas de extracción y exportación minera La Ley Orgánica de los Recursos Hídricos, Uso y Aprove-
a gran escala y a cielo abierto. chamiento del Agua (Ley del Agua) aprobada en 2010 prohíbe
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la privatización del agua pero con un alcance limitado, pues Acosta, el que fuera presidente de la Asamblea Constituyente.
se refiere solo al sector privado y deja al margen el mecanis- Dicho campo petrolero se halla dentro del área protegida más
mo de la concesión pública. Como es bien sabido, el proceso importante del país, el Parque Nacional Yasuní, y constituye
de privatización de muchos sectores en el Ecuador ha venido parte del territorio ancestral del pueblo waorani. Pese al ca-
haciéndose a través de contrataciones y concesiones hechas rácter pionero de la iniciativa, y de su importancia como re-
por distintos ministerios. Por otra parte, incorpora la con- ferente para otros países, la otra cara de la moneda de la
sulta de manera general, como una forma de «participación iniciativa Yasuní ITT sería el proyecto gubernamental de con-
de la sociedad civil», sin mención alguna a los derechos cesiones de 12 bloques petroleros que afectarían más de 2,5
indígenas. Concretamente la ley establece que «la consulta millones de hectáreas.17
previa se regirá por lo dispuesto en las leyes que regulan la
Por otra parte, «la duda
17. El conflicto entre el modelo de desarrollo extractivis-
participación ciudadana y del Consejo de participación y con- ta y los derechos ambientales y de los pueblos indíge-
es que en la propuesta
nas ha aparecido con toda su crudeza. Un ejemplo lo
trol social». (Ley Orgánica, art. 50)16 hallamos a finales del mes de noviembre de 2007 en
se incluye la compensa-
la amazónica localidad de Dayuma, en la provincia de
Orellana. Ante la negativa del gobierno y de la empre-
Debe subrayarse que tampoco
16. Un Informe de la Comisión de Expertos de la OIT ción económica, mante-
sa estatal Petroecuador de participar en reuniones
de 2010, con relación a la consulta y actividades que habían propuesto las comunidades locales, es-
se contempla en la ley ningún
petroleras, en concreto a los artículos 6, 7 y 15 niendo pues una postura
tas iniciaron un bloqueo de vías para exigir el cumpli-
del Convenio 169 de la OIT, señala que existen miento de la construcción de una carretera y acciones
mecanismo orientado direc-
graves problemas relacionados con la consulta, utilitarista clásica. La no
de remediación ambiental. En vez de abrir un proceso
participación y explotación petrolera. de diálogo, el gobierno declaró estado de emergencia,
tamente a la desprivatización explotación como sacrifi-
suspendió varios de los derechos constitucionales, re-
forzó la presencia militar en la zona y declaró vigente la
del agua, de manera que se mantendrían los privilegios de cio y por tanto necesidad
Ley de Seguridad Nacional que pone a los civiles bajo
fuero militar. (Convenio 169 de la OIT)
embotelladoras y sistemas de aguas termales. Finalmente, la de compensación por el
propuesta no incluiría mecanismos para la redistribución del lucro cesante, en términos civilistas». Considera el mismo
agua y queda en el aire, además, el alcance concreto del de- autor que en realidad Ecuador no debería poder reclamar
recho al agua. (Martínez de Bringas, 2011) compensación por algo que su ordenamiento constitucional
le obliga hacer: «este caso sirve para ilustrar las tensiones con
Sin cuestionar de fondo que la apuesta siga siendo la de un
las que debe lidiar la perspectiva de un desarrollo postmate-
modelo extractivista, no puede obviarse la decisión del go-
rial bajo el nuevo contexto constitucional». (Gudynas, 2009)
bierno de Rafael Correa de mantener el mayor campo petro-
lero del país enterrado en el subsuelo a cambio de una com-
B) Bolivia
pensación de 350 millones de dólares anuales, a sufragar por
distintos estados en el marco de un contrato de fideicomiso. En el caso boliviano, la brecha de implementación se ha produ-
Se trata de la iniciativa Yasuní ITT, promovida por grupos cido no tanto respecto de la labor legislativa, no tan avanzada
ambientalistas, con un protagonismo destacado de Alberto en este terreno como la ecuatoriana, sino en decisiones sobre
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proyectos de explotación de recursos o de infraestructuras. distintos grupos ambientalistas, se destaca la reacción de las au-
Se mencionan a continuación algunos ejemplos de manera toridades indígenas de los pueblos afectados, que por medio de
muy sucinta. una resolución exigieron «al Gobierno del Estado Plurinacional,
poner en práctica el respeto a la Madre Tierra, la biodiversidad
Uno de los primeros conf lictos tras la aprobación de la
y los derechos de los pueblos indígenas constitucionalmente re-
Constitución se dio en el mismo 2009, cuando los pueblos
conocidos y paralizar las obras iniciadas de la Carretera Villa
indígenas Leco y Mosetén del norte del departamento de
Tunari–San Ignacio de Moxos. […] Advertimos a todos los in-
La Paz denunciaron que la empresa estatal de hidrocarbu-
teresados en la construcción de la carretera, que no permiti-
ros, YPFB, inició unas actividades petroleras en su territorio
remos el inicio de ninguna actividad en el TIPNIS sin nuestro
sin haber procedido a la consulta previa, libre e informada
consentimiento y conocimiento pleno». (Resolución 0004/2010)
que establece como preceptiva tanto la Constitución como
la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Otro de los proyectos que ha recibido un fuerte rechazo por
que recordemos fue incorporada íntegramente como norma su altísimo impacto ambiental y cultural es la construcción
interna por la Ley 3897 del 26 de junio de 2008. de presas en el río Madera, en la Amazonia boliviana, den-
18. Un informe extenso sobre las impli- tro de un complejo hidroeléctrico de
En el marco de la apuesta por la expansión de la actividad caciones del proyecto puede verse en
Observatori del Deute Global, Informe enormes dimensiones que se conec-
extractivista, el 20 de octubre de 2010, el Gobierno aprobó sobre el complejo del río Madera.
Disponible [libre acceso] en http://www. taría con las presas ya construidas
el Decreto Supremo 676, que duplica las áreas petroleras del odg.cat/documents/publicacions/
Informe
ODG _Madera_Web_
CAST .pdf. en Brasil.18
país. A partir de esta decisión, se convierte en bloque petro-
lero más de 690.000 hectáreas del Parque Nacional Madidi
Los frenos
(norte de La Paz), 723.000 hectáreas del Territorio Indígena
Parque Nacional Isiboro Sécure (Beni) y 154.000 hectáreas Con claridad el actual vicepresidente boliviano, Álvaro García
del Parque Nacional Aguaragüe (Tarija). Linera, expresa los factores en tensión:
el tema se complica cuando los campesinos-indígenas, anterior-
El mencionado Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro
mente excluidos de la ciudadanía y del poder económico, se vuelven
Sécure (TIPNIS), una de las zonas más inaccesibles y de mayor
bloque dirigente y conducente del Estado, y las comunidades de-
valor en biodiversidad, se ve directamente afectado por el tra-
vienen parte del Estado. […] Por una parte, se lleva hacia el ámbito
zado de la carretera que debe unir Villa Tunari con San Ignacio
estatal esta lógica de relación dialogante con la naturaleza; pero a
de Moxos, cuya aprobación definitiva fue certificada por deci-
la vez, en cuanto eres Estado, necesitas recursos y excedentes que
sión de la Asamblea Legislativa Plurinacional el 6 de mayo de
crezcan para atender las necesidades básicas de todos los bolivia-
2011 (Ley 112 de contratación del crédito para la ejecución de la
nos, y de los más desprovistos, como las comunidades indígenas
obra). Frente al proyecto de carretera, además de la respuesta de
98 99
y populares urbano-rurales . [Por tanto,] tienes que caminar con 2010) y, habría que añadir, por los derechos de la naturaleza
los dos pies: expandir como política de Estado la protección del (o de la Madre Tierra, para el caso boliviano).
medio ambiente, el uso sostenible de la naturaleza, pero a la vez
Podríamos cuestionar la tesis, muy consolidada a nivel jurí-
necesitas producir a gran escala, implementar procesos de indus-
dico, de que el Estado no es sujeto de derechos, sino titular
trialización expansiva que te habiliten excedente social para su re-
de potestades ancladas en su soberanía, hacia fuera y hacia
distribución y para el apoyo de otros procesos de modernización
el interior de su territorio. Esta doctrina, de clara raigambre
campesina, comunitaria y artesanal. (García, 2010, p. 158)
liberal, puede ser revisada volviendo a la esencia del consti-
tucionalismo: la limitación de los poderes para asegurar la
Y va más allá:
protección de los derechos. En un momento donde los pode-
junto con el derecho de un pueblo a la tierra está el derecho del
res privados, sobre todo algunos, reúnen mayor capacidad de
Estado, del Estado conducido por el movimiento indígena-po-
decisión que los públicos, sobre todo de algunos Estados, la
pular y campesino, de sobreponer el interés colectivo mayor de
lógica de los derechos puede reclamarse para el Estado siem-
todos los pueblos. Y así vamos a proceder hacia adelante… Aquí
pre y cuando se sitúe en relación con los sujetos que ocupan
está el debate entre un bien mayor y un bien menor; la comuni-
una posición de mayor poder, y no, en cambio, respecto de
dad como segmento pequeño o la comunidad vista en su con-
los individuos y grupos en situación de mayor vulnerabili-
junto y en su desarrollo. (García, 2010, p. 158)
dad, que es de lo que tratamos ahora.
Frente a tales argumentos, debe apuntarse que dicho «bien
Volviendo al hilo del que veníamos, vemos que, de nuevo, el
mayor» no puede dejar de incluir a las generaciones futuras
debate se centra en el concepto de desarrollo. Y si bien es
y, de acuerdo con las previsiones constitucionales y legales
cierto que hay profundas diferencias entre las propuestas
analizadas, a la naturaleza en su conjunto. En definitiva, si
neoliberales y los proyectos impulsados no solo en Bolivia o
se habla del derecho al uso de los recursos naturales, «los lí-
Ecuador, sino también en Venezuela o Brasil, por poner al-
mites del espacio ambiental disponible restringen el uso de
gunos ejemplos,
este derecho». (Sachs, 2002, p. 38). Por otra parte, hay quien
una vez reconocidas esas diferencias corresponde examinar cuá-
señala que más que el derecho del Estado a la explotación de
les son las posturas frente a los temas ambientales. El resultado es
los recursos naturales, debería hablarse de una potestad pú-
que comparten algunos puntos esenciales: (i) definen el desarro-
blica de gestión, entendiendo que la subjetividad de los dere-
llo como crecimiento económico; (ii) lo entienden directamente
chos no es atribuible al Estado. Ahora bien, se trataría de «una
vinculado a la idea de progreso lineal, a la que consideran posi-
potestad pública que, sin embargo, está claramente limitada
tiva; (iii) defienden una postura utilitarista sobre la Naturaleza.
por la propia Constitución, y en particular por el derecho
El ambiente es fragmentado en recursos, y estos son los factores
de los seres humanos a un medio ambiente sano» (Grijalva,
100 101
que permitirán el desarrollo. La naturaleza es un conjunto de supeditación y subsunción a las formas de acumulación del
recursos que hacen posible esos avances económicos. (Gudynas, capital a escala mundial». De ahí, concluye que en el caso de
2010, p. 237) Bolivia debe hablarse de un estancamiento del proceso: «no
se aplica la Constitución y se mantiene la vieja maquinaria
Por otra parte, puede discutirse el efecto a medio y largo
estatal, el gobierno llamado indígena-popular se agarra de
plazo de políticas sociales de corte asistencialista, conocidas
las redes, de los amarres, de los engranajes e instrumentos
como bonos o bolsas de ayuda, «políticas selectivas que no
operativos y técnicos del Estado; se restaura el Estado-nación,
se presentan como derecho social. Pueden ser eliminadas si
como forma oculta, opaca del Estado colonial, se mantienen
no hay condiciones pero sobre todo no cambian el modelo
las normas y prácticas liberales». Se trataría, en definitiva,
económico, no hacen regulación del capitalismo y no permi-
de la «derechización del gobierno, perdido en el imaginario
ten, por ejemplo, que las personas vulnerables salgan por sí
industrialista». (Prada, 2010)
mismos de la pobreza».(De Sousa, 2011)
En este punto, merece la pena recoger de nuevo las palabras
Seguramente el problema se halla en que hasta que no se
de Luis Macas, quien hablando como representante indíge-
avance hacia un reparto distinto de los factores productivos,
na considera que:
en el marco además de una concepción distinta de desarro-
el crecimiento económico y el libre mercado, desde su actuación
llo, las necesidades que cubren tales ayudas no pueden ser
perversa han engendrado otros conceptos como el de la compe-
obviadas. Ahora bien, lo anterior no impide recordar que la
titividad, la eficiencia, la ciudadanización que significa para no-
respuesta a las necesidades a través de la profundización del
sotros el individualismo, el egoísmo, la codicia, requisitos fun-
modelo extractivista puede llevar a «la lógica del rentismo
damentales para garantizar la vigencia del sistema económico
y el clientelismo», que difiere de «la lógica de la ciudadanía,
y de consumo que vive la humanidad. En esta dirección, el mo-
en la medida que inclusive frena e impide la construcción de
delo trata de convertirnos en una sociedad de competidores, y
ciudadanía. Y estas prácticas clientelares, si alientan el indi-
esto significa a su vez, una sociedad de perdedores, sociedades
vidualismo, pueden llegar a desactivar las propuestas y las
de violencia y de miseria.(Macas, 2004, p. 155)
acciones colectivas, lo que termina por afectar a las organi-
zaciones sociales y lo que es más grave, al sentido de comu-
EL IMPULSO: ¿UN HORIZONTE POSTDESARROLLISTA?
nidad». (Acosta, 2004, p. 64)
Raúl Prada, asambleísta constituyente y ex miembro del Tras la decisión de llevar cabo proyectos que afectan a pue-
Gobierno de Evo Morales, considera que «el llamado modelo blos indígenas sin atender a los procedimientos de consul-
económico extractivista tiene varado a todo el campo econó- ta previa se halla, además de la voluntad política de acelerar
mico en las formas de reproducción de la dependencia, de la los procesos y evitar riesgos innecesarios, la confusión que ya
102 103
fue apuntada: el Estado plurinacional, definido en las cons- No podemos dejar de mencionar la enorme dificultad que
tituciones ecuatoriana y boliviana, supondría ya, per se, la entraña la articulación de una propuesta de transición que
inclusión de los pueblos indígenas en la toma de decisiones permita pasar de una economía de base extractivista a un
con lo que el derecho de consulta dejaría de tener justifica- modelo postdesarrollista coherente con los principios del
ción, pues en realidad su objeto es responder a situaciones de Buen Vivir (Sumak Kawsay) o Vivir Bien (Suma Qamaña).
exclusión o subrepresentación, algo que, desde tal hipótesis, Es pues en la transición donde deberían situarse los esfuer-
ya no tendría lugar. zos de análisis y de propuesta.
Es ahí donde encontramos el núcleo del debate: los alcances Debe decirse que, al menos en el discurso, pueden rastrearse
de la refundación democrática contenida en la Constitución coincidencias entre los polos en tensión señalados. Volviendo a
de Ecuador y en la de Bolivia dependen, precisamente, del García Linera, este situaría la apuesta extractivista como medio
grado de desconfianza sobre su propia realización. La plu- para alcanzar un objetivo compartido por quienes apuntan a
rinacionalidad, la interculturalidad y el desarrollo del Buen otros modelos de convivencia: «se necesitan excedentes econó-
Vivir, deben entenderse siempre como horizonte normativo, micos para reforzar estructuras comunitarias, para expandirlas,
cuya consecución no puede desligarse de la vigencia perma- para buscar modos de modernización alternativos distintos
nente y plena de los derechos que, en definitiva, son su cues- de la destrucción de las estructuras comunales, como viene
tionamiento y su soporte. sucediendo hasta hoy». Por ello, insiste en que (refiriéndose al
caso mencionado del norte del departamento de La Paz) «no
En los contextos analizados, en los que el modelo extractivis-
estamos abriendo el norte amazónico para que entren Repsol
ta no solo sigue vigente sino que se profundiza, los avances
o Petrobrás. Estamos abriendo paso en la Amazonia para que
constitucionales en la protección de la naturaleza y, concre-
entre el Estado». (García, 2010, p. 159)
tamente, los derechos previstos para tal fin están llamados
a cubrir, en primer término, una necesidad defensiva. Esta Coincide en el objetivo con Raúl Prada, para quien, en cambio,
resistencia puede acabar siendo más o menos vigorosa, en el problema es que el medio elegido, el extractivismo, «impide
función de la vitalidad de las organizaciones sociales y de las ingresar en un modelo productivo-producente, orientado a la
actuaciones de los poderes públicos, incluidos los de orden economía social y comunitaria, articulando y complementando
jurisdiccional. Si es más vigorosa, los derechos aparecerán la economía plural de una manera integral, en la perspectiva
como bases de un proceso de transformación; si lo es menos, de la democracia económica, la armonía ecológica y la sobe-
los derechos servirán, paradójicamente, como elementos para ranía alimentaria, en el horizonte del vivir bien». (Prada, 2010)
la reproducción de un modelo de desarrollo que las consti-
Queda claro, en cualquier caso, que «el reto está en tener un
tuciones ecuatoriana y boliviana parecen querer impugnar.
‘plan de salida’ de la dependencia extractivista, como sería,
104 105
por ejemplo, una reestructuración de los sectores manufac- antiprivatización». (Tapia, 2006, p. 421) Tales movimientos
tureros hacia bienes de larga durabilidad, reducción en el uso han desplegado a lo largo de los años lo que Mamani ha de-
de materia y energía, y que sirvan para satisfacer necesidades nominado geopolíticas indígenas:
y requerimientos funcionales en forma social y ambiental- un hecho vital en diversos espacios del territorio de la República,
mente adaptadas. El crecimiento no puede continuar indefi- en donde se desparrama un complejo tejido del poder indígena
nidamente por sus costos sociales y ambientales». (Gudynas, u originario, con interrelaciones difusas entre uno y otro y con
2010, p. 241)19 los sectores marginados de los propios blanco-mestizos. Son po-
deres dispersos y articulados que en cada rincón de la territoria-
Uno de los dilemas se centra
19. Pero ello, anota el autor, no implica rechazar para
todos los sectores la necesidad de apostar por un lidad del Estado producen procesos de reapropiación espacial y
en el papel que deba tener el
crecimiento, como sería el caso de las mejoras
en la infraestructura de vivienda, salud o educa- política para, desde estos lugares, redefinir nuevos sentidos de la
Estado en el impulso de dicho
ción. En otro texto, el mismo autor propone «un
programa de ‘transiciones’ donde se acompa- política nacional, por ejemplo sobre los hidrocarburos. Estamos
«plan de salida». Si atendemos
san momentos de rupturas y transformaciones
con permanencias. Este procedimiento ofrece hablando de profusas ‘tecnologías comunales’ que se fundamen-
de nuevo a los textos consti-
oportunidades de continuar profundizando en
el Buen Vivir, generar una mayor base de apoyo tan en el manejo y conocimiento de la geografía y los sistemas de
tucionales ecuatoriano y bo-
social y proveer ejemplos concretos de viabili-
dad. La clave está en que el balance entre las organización social dados entre las dualidades aransaya-urinsa-
liviano sin duda veremos en
permanencias y las transformaciones genere un
movimiento de cambio real; cada nueva transfor- ya o arriba-abajo. (Mamani, 2006, p. 45)
ellos numerosas atribuciones
mación debe abrir las puertas a un nuevo paso».
(Gudynas, 2011)
de poderes de intervención y Lo paradójico es que tales movimientos se han incorpora-
de protagonismo al Estado, como reacción tras décadas de do, para el caso de Bolivia, «a la vía partidista por medio
profunda reforma neoliberal. Pero al mismo tiempo, mien- del MAS, […] con lo que tras haber supuesto la impugnación
tras no se produzca la transición en la propia estructuración de tales espacios de producción de lo político, han genera-
del Estado hacia su configuración como Estado plurinacional, do una renovación del sistema de instituciones existentes».
dicho protagonismo puede, precisamente, acabar limitando Así, serían estos movimientos «los que han puesto en crisis
los alcances del tránsito, bajo la inercia centralista, burocrá- al Estado boliviano; pero también son los que ahora lo están
tica y expertocrática que la institucionalidad imprime. reformando y le han dado un nuevo respiro a un conjunto
de instituciones que corresponden al formato estatal preexis-
En buena medida, se apunta aquí a la paradoja de los pro-
tente». (Tapia, 2006, p. 421)
cesos que han llevado a los cambios políticos en Ecuador y
Bolivia: en ambos casos, las fuerzas destituyentes a las que se Por ello, el acceso al poder de los movimientos populares, de
hizo mención parten de formas «de autoorganización y de manera directa o indirecta y con mayor o menor intensidad,
unificación —inclusive interétnica— que han producido la generaría una compleja combinación de impulsos y frenos a
crisis del Estado en buena parte, junto con los movimientos los procesos de transformación emprendidos tiempo atrás y
106 107
en buena medida cristalizados en los procesos constituyen- Aunque, de nuevo con Raúl Prada, no está de más reconocer
tes ecuatoriano y boliviano. «la gran dificultad que tenemos para encontrar salidas ima-
ginativas y radicales, para desarrollar la invención de nuevas
Indudablemente se trata de un debate necesario, pero su pro-
formas de hacer política, propuestas creativas que encaminen
fundidad impide a este texto prestarle un mayor detenimien-
el proceso por el decurso de una transvaloración, de la trans-
to. Sirva como apunte lo que ya fue abordado al desarrollar
figuración y transformación de las estructuras y diagramas
los elementos que ponen en relación el concepto de Buen
de poder». Quizás, añade el mismo autor, «lo que nos está
Vivir con el principio de plurinacionalidad, cuya realización
faltando no es la figura de un intelectual orgánico sino la de
depende en buena medida de un efectivo despliegue del au-
un intelecto general, de un intelecto colectivo». (Entrevista
togobierno indígena, no casualmente enfrentado a impor-
a Prada, en García, 2010, p. 198)
tantes dificultades.20
El constitucionalismo de la crisis ecológica no supone, en
20. Sobre las dificultades de la descen- Sea como sea, difícilmente se pueda
tralización en Ecuador, Martínez de definitiva, aportes adjetivos al modelo de Estado, sino una
Bringas nos recuerda cómo también negar que los avances del constitucio-
aquí juega un importante papel el radical reestructuración del mismo. Como hemos visto, el
modelo extractivista: «el petróleo nalismo de la crisis ecológica, repre-
constituye la fuente primaria de re- proyecto del Buen Vivir, se inserta en los derechos y en los
cursos para las élites rentistas que sentados por los textos ecuatoriano y
viven de los contratos con las diver- poderes; en el vínculo entre poder-territorio-población, esto
sas empresas y ministerios, para las boliviano, impiden un debate limita-
élites locales que dependen de las es, en la forma del Estado.
transferencias de recursos y para do a quién debe tener la propiedad de
los sectores medios y populares
vinculados a redes clientelares. Es los recursos naturales, y si debe reser- A lo largo de este estudio hemos podido comprobar la tensión
decir, no existe interés en las élites
nacionales y locales para cambiar varse el Estado mayor o menor peso existente entre la necesidad de dar respuesta a las demandas
una estructura central del Estado
que es rentable para los intereses en su explotación. de justicia social y a las exigencias de la justicia ecológica y
privados, cuestión que se pondría en
cuestión con el reconocimiento en cultural, pero seguramente la clave se halle en el impulso que
En buena medida a partir de la irrup-
serio de la territorialidad indígena»
(Martínez de Bringas, 2011) supone no entender tales propósitos como elementos irreconci-
ción indígena, aunque el proceso de
liables, sino como engranajes interdependientes en el marco de
transformación se halle pendiente, se ha dado ya «un em-
procesos de transformación que, o son profundos, o no serán.
poderamiento de espacios, un trastocamiento simbólico de
los imaginarios coloniales». (Prada, s.f.) En palabras de Nina Los frenos han aparecido de momento de manera vigorosa
Pacari, señalada representante del movimiento indígena ecua- tanto en Ecuador como en Bolivia, pero en ambos casos la
toriano y magistrada de la Corte Constitucional en dicho país: capacidad de resistencia y movilización de sus pueblos nos
«esperamos que la apertura hacia otras formas de producir permite confiar en la vitalidad de los impulsos, de los que los
conocimientos permita formular nuevos marcos conceptua- planteamientos constitucionales analizados en el presente
les viables en sociedades pluriculturales». (Pacari, 2009, p. 37) texto son solo una muestra.
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110 111
M A R ÍA BUENAVENTUR A
Ofrenda, 2013-2016
Barro, cerámica
Dimensiones variables
Fotografía: Mónica Torregrosa Gallo
SA NTIAGO DÍA Z ESCA MILLA
Sedimento, 2015
Barro, yute
Fotografía: cortesía del artista
Extinción, 2016
Instalación, video, vidrio, doble proyección
Fotografía: cortesía del artista
EDWIN MONSALVE
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casi todo excepto de la energía necesaria para moverse y de Declararse custodio de un territorio es distinto a declarar-
algunos implementos para soportar el clima de un páramo se dueño. El primero está comprometido a guardar las re-
andino. Los caminantes del Macizo han recorrido el camino laciones que se dan en el ecosistema, pues también es parte
bajo distintos tipos de órdenes políticos que históricamen- de ellas; el segundo, siente que tiene el derecho de alterarlas
te nos pueden hablar de la propiedad sobre esta biorregión, según su exclusivo criterio, ya que se encuentra en una po-
punto que a mi manera de percibir las cosas —caminando— sición privilegiada: la del propietario. Estas dos posiciones
no termina de esclarecerse. La propiedad en el Macizo se ha frente a un territorio replican la permanente tensión que se
intentado establecer por una serie de eventos consecutivos vive a nivel nacional, y que se vive puntualmente en el Macizo
y eternamente discutibles si los analizamos desde un punto Colombiano. La noción de custodio también varía según el
de vista netamente humano. Pero si desplazamos la percep- entendimiento de eso que es custodiado. En la biorregión del
ción a un punto de vista metantrópico, en el que las fuerzas Macizo Colombiano se sobreponen varios puntos de vista en
de la naturaleza puedan tener agencia reconocida en una red torno a esta cuestión, y caminar el camino que lo atraviesa
de relaciones vitales y simbióticas, en lugar de jerárquicas es una manera de leerlos. Hacer de esta acción personal una
y utilitarias, podríamos permitirnos pensar que a una bio- obra plástica pone en distancia crítica estas tensiones para
rregión, como la del Macizo Colombiano, no se le pueden que sean percibidas. Caminar largas horas es un acto medi-
atribuir dueños, a lo sumo, custodios. Desde esta perspec- tativo, de contemplación y reflexión que muchos hemos te-
tiva, podríamos pensar que las montañas que se entrelazan nido, que ha estado presente en la historia del arte como una
con los ríos y con cada ser que vive allí, son seres sujetos de práctica artística vinculada al paisajismo en general y a las
derechos, tan claros y definidos como los propios humanos. prácticas in situ desarrolladas a partir del Land Art, siendo
A Line Made by Walking (1976) de Richard Long una obra
Si pensamos el término custodio en lugar de propietario fren-
emblemática que condensa esta tradición.
te a las fuerzas de la naturaleza, un nuevo hombre político
habrá nacido. (Véase Serres, 1991) El custodio, al igual que el Ser caminante en las montañas de los Andes, de un camino
caminante, asume su vida o su viaje con una temporalidad del que desconocemos su dimensión temporal, es unirse a
realmente corta comparada con la temporalidad de la región un trazo colectivo y tomarlo prestado para el tránsito, pero a
que camina o que custodia. El caminante o el custodio reco- su vez, es recalcar el trazo para que otros caminantes hagan
noce el tiempo en una escala geológica, se reconoce simbionte lo mismo. Así ha sucedido para cada caminante (humano o
en la red de relaciones vitales que configuran esa biorregión no) desde un tiempo remoto que nos queda imposible situar.
y puede entenderla también como un territorio, compuesto
Los caminos, como entidad física en una geografía deter-
por la superposición infinita de territorialidades de cada ser
minada, se forman colectivamente a lo largo del tiempo,
que lo habita, incluyéndose.
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respondiendo a la ley del menor esfuerzo. Es también la ma- (así es como él se refiere al Macizo Colombiano) y que ha ad-
nera como se hace el cauce de un río: el agua siempre bus- quirido en permanentes encuentros con otras comunidades.
ca caer por donde menos impedimento tenga; los animales Caminar con él puede ser similar a caminar con un geólogo
(incluidos humanos) hacen exactamente lo mismo, pero con que va leyendo el paisaje mientras camina, así las montañas
la diferencia de que podemos subir o ir en el sentido opues- son madres y padres, cuentan historias de erupciones y furias,
to al de la gravedad. Pensar el origen de un camino implica de amores y pasiones de dimensiones titánicas en una tem-
justamente pensar en que los animales, al desplazarse, bus- poralidad definitivamente metantrópica. También es cami-
can hacer el menor esfuerzo y correr el menor riesgo. Si un nar con un arqueólogo, pues lee las huellas más inmediatas,
animal logra esto con éxito, habrá otro que lo imite, así se reconoce terrazas, lee gestos en las piedras y busca caminos
establecen rutas, estas establecen paradas, que luego se con- perdidos, interpreta sus hallazgos y narra una historia que aun
vierten en asentamientos, y estos, a su vez, en poblaciones, no se ha escrito. Claro está, su conocimiento no se inscribe
en culturas, en territorios, en legislaciones, en propiedad. El dentro de las certificaciones de las ciencias humanas porque
camino es el eje primario que articula todo este proceso. Los pertenece a otro sistema y tiene otros métodos. Es realmen-
caminos van cambiando según la manera en que se puedan te otro tipo de conocimiento que a partir de la Constitución
usar, según las necesidades que se van estableciendo. Por lo de 1991 ha empezado a tener algo de reconocimiento, lo que
tanto, son una huella en la geografía en donde se puede leer a su vez le ha permitido tener un valor político real. Las co-
la historia, y en cada camino podríamos devolvernos histó- munidades indígenas trabajan fuertemente hoy en articular
ricamente hasta el primer animal que descubrió un paso fá- sus cosmovisiones con el sistema político general. A este pro-
cil y seguro. ceso se le ha llamado reindigenización y en él es importante
reconstruir la identidad cultural. Así el territorio no cesa de
construirse, la identidad se actualiza como el camino con
Caminar la palabra cada caminante que lo transita.
Caminar la palabra es una expresión cultural que se refiere
«Caminar la palabra», esto dice mi guía Auca Yarimajua, tai-
a un acto político en las comunidades indígenas del Cauca,
ta de la comunidad Papallacta, quien prácticamente perso-
es similar al acto de la minga, en donde la comunidad se re-
nifica la reconstrucción de una cultura que perdió su huella
úne para tomar y ejecutar acciones puntuales. Caminar la
histórica. Auca, de unos cuarenta años, nació en una fami-
palabra es reunirse para hablar, leer el territorio, interpretar-
lia campesina y tuvo un bautizo, una educación y un nom-
lo, elaborar a partir de ello un conocimiento y una posición
bre católicos. A todos los ha negado y los ha cambiado por
política de la comunidad. Todo sucede mientras se camina.
aquella información que ha aprendido a leer en el territorio
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Al caminar la palabra con Auca, reconozco en su lenguaje algo El territorio es concebido verticalmente, y es por eso que el
tan ancestral como nuevo, hay en su relato un claro animis- camino no es una línea superficial que lo atraviesa, sino un
mo de las fuerzas de la naturaleza, tal vez motivado por esa hilo conductor que los une. Para Auca, las montañas devie-
necesidad de poner todo en nuestros términos narrativos; hay nen familia originaria, las rocas tienen memoria, las lagunas
también en su relato la idea lización de un pasado que pueda tienen sus ciclos, semejantes a los de las mujeres; estas perso-
legitimar el presente de esa cultura que está reconstruyendo. nificaciones le otorgan a la geografía entidades que hay que
Sin embargo, lo que me parece interesante de su relato son reconocer y respetar. Por un camino muy distinto, Michel
las consecuencias directas o aplicables para establecer una Serres (1991) propone dar a las fuerzas y seres de la naturaleza
relación con las fuerzas de la naturaleza, la postura eco-ética la posibilidad de ser sujetos de derecho. El primero lo hace a
que se deriva de este animismo es bastante cercana a teorías través del animismo, el segundo a través de un lenguaje le-
como la de Gaia (véase Margulis, 2002, cap. 8) o a El contra- gislativo; pero la propuesta de relación entre humanos y na-
to natural de Michel Serres (1991). Ambas se sitúan lejos del turaleza termina siendo muy próxima: reconocer en los seres
animismo: la primera reconoce el planeta como un sistema y fuerzas de la naturaleza un derecho primordial a ser, dejar
absolutamente conectado y autorregulado por la vida, mien- de verlos como recurso natural, como entes a dominar, a ex-
tras que la segunda propone reconocer en los seres y fuerzas plotar, a usar. Así, con la pérdida de toda jerarquía del hu-
de la naturaleza sujetos de derechos. Ambas cosas aparecen mano frente a los demás seres de la naturaleza, se aboga por
en los relatos de Auca. Otorgarle derechos a los seres de la un principio metantrópico, que, en el caso del taita Auca, es
naturaleza significa que algo como una laguna o una dan- motivado por un respeto ancestral, por un orden cosmoló-
ta puedan tener derechos similares a aquellos que tienen los gico que es imperativo seguir y en el caso de Serres, por una
humanos, haciéndose defendibles ante un sistema legal. sentencia a muerte:
En efecto, la Tierra nos habla en términos de fuerzas, de lazos y
Para Auca, el territorio no es un plano marcado con linde-
de interacciones y eso es suficiente para hacer un contrato. Así
ros, sino un volumen de materia viva, una suma de estra-
pues, cada uno de los miembros en simbiosis debe al otro, de he-
tos superpuestos y conectados verticalmente, cada uno con
cho, la vida, so pena de muerte. Todo esto será letra muerta si no
un carácter dado por las fuerzas y los vivientes que definen
se inventa un nuevo hombre político. (Serres, 1991, p. 71)
cada zona del territorio. Así, el territorio/materia viva tiene
zonas mansas o más habitables, zonas bravas que no deben Podemos pensar, al menos de una manera parcial, que la la-
ser intervenidas y suelen ser las más altas con ecosistema de guna adquiere derechos en el mismo sentido que un esclavo,
páramo. Esta dupla conforma el mundo en donde vive la co- un indígena o una mujer los obtuvieron; antes ellos no los te-
munidad, pero hay también inframundo (subsuelo) y supra- nían (como la laguna hoy) por ser de la propiedad de un amo,
mundo (cielo), todos habitados por seres. (Véase Portela, 2000) pero a partir de luchas sociales finalmente los adquirieron.
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Adquirir esos derechos no eliminó ni el racismo ni el ma- ampliarlo a lo vivo, pero aun más, que urge ampliar la po-
chismo, pero al menos ya no están avalados por la ley y son sibilidad incluso a las fuerzas de la naturaleza. Para superar
actitudes en permanente cuestionamiento desde la cultura. esa dificultad es imperativo entender que no somos seres au-
Cuando uno (esclavo, mujer, danta o laguna) adquiere dere- tónomos (aunque este sea un valor perseguido por la decla-
chos propios, es porque ha dejado de ser propiedad de alguien. ración de derechos), que ningún habitante del planeta Tierra
Adquirir derechos es adquirir autonomía sobre su propio ser, lo es, que precisamente somos dependientes. Es imperativo
esto tiene que ver con la idea de concebirnos como indivi- entender que la simbiosis es la ley que ha permitido la vida en
duos independientes. el planeta, que las fuerzas de la naturaleza como el agua, el
clima, la materia tierra que cubre el suelo, el color azul del
Hacerse un ser sujeto de derecho ha sido siempre el primer
cielo son el producto de las relaciones vitales y simbióticas
logro de los cambios sociales pero nunca es suficiente, pues
que se dan en el planeta.
hacen falta cambios profundos en cada individuo para ter-
minar de superar el racismo, el machismo, el humanocen- Una teoría como la de Gaia, en donde esas fuerzas son pre-
trismo (entiendo este último como la causa profunda de la cisamente reguladas por los seres vivos, se vuelve entonces
crisis ecológica). Dada su potencia crítica sobre lo sensible, un argumento con bases científicas para dar el paso jurídico.
el arte tiene mucho por hacer en relación con estos cambios Pienso que, aunque una cosmovisión animista facilite dar di-
profundos. (Véase Rancière 2000) cho paso, como en las constituciones de Ecuador y Bolivia, el
reto es darlo por una convicción que también se puede cons-
La analogía que planteo es parcial porque hoy esa lucha es am-
truir con argumentos científicos y legales, certificados dentro
biental y allí radica la diferencia con las luchas sociales men-
de los sistemas de conocimiento imperantes.
cionadas. Por primera vez en la modernidad, estamos ante la
dificultad de reconocer como sujetos de derecho a los vivientes El camino que atraviesa el Macizo Colombiano se ha conver-
no humanos y sus relaciones a nivel planetario. Estamos ante tido para mí en un soporte que a manera de cinta, de códice
la dificultad de revaluar justamente la idea de autonomía que continuo, graba toda la reflexión. Este artículo es el producto
supone la idea de adquirir un derecho. Vale la pena recordar de caminar la palabra junto a Auca Yarimajua. Así, el camino
que ni los esclavos, ni las mujeres, ni los indígenas eran consi- deviene dispositivo histórico, geológico, reflexivo, eco-esté-
derados humanos, o al menos no completos, y al otorgárseles tico. Es algo que solo se activa con los pasos dados, es lento
derechos se les reconoció como legítimamente humanos. Sin como el desplazamiento mismo y funciona a la velocidad que
embargo, una laguna o una danta definitivamente no lo son. permiten las piernas asociadas con la mirada que proyecta
En este caso, la dificultad consiste en superar la idea de que los el movimiento unos tres pasos más adelante. Siempre, o casi
derechos son un privilegio de lo humano, que debemos siempre, mirando al suelo.
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El camino es huella de esa relación permeable y mentantró- 3.608 msnm, el punto más alto desde donde se puede ver la
pica que se ha mantenido en el Macizo Colombiano a pesar laguna del Magdalena (nacimiento del río) y los cauces del
de que algunas fuerzas políticas hayan intentado ir en senti- río Cauca (vertiente Magdalena/Atlántico), Caquetá (vertien-
do contrario, felizmente, sin lograrlo. te Amazonas) y Patía (vertiente Pacífico), cuyos nacimientos
Voy caminando, salgo del túnel de gaques y entro al páramo, todo están todos en la biorregión del Macizo Colombiano.
brilla intensamente, me siento enorme frente a las plantas, pero
El camino empieza allí su descenso mucho más empinado en un
diminuta en medio de este mar de montañas-olas. Mi cuerpo es
trayecto de aproximadamente 33 kilómetros, volviendo a estar
permeado por el viento, la niebla, las rocas, las montañas. Mi
rápidamente en bosque andino y subandino. El sendero a través
cuerpo toca palmo a palmo cada fuerza que allí confluye. Somos
del cual se desciende es escabroso, se hace así más larga la ruta
continuidad: musgo, gaque, caminante, roca, danta, laguna.
que puede durar hasta 10 horas antes de encontrar la primera
(Nota de bitácora de viaje, Eulalia De Valdenebro)
posada para pasar la noche y para continuar, al día siguiente,
en otras 10 horas antes de llegar a Quinchana. Durante la ruta
se atraviesan o visualizan varios enclaves de bosque primario.
Lugar del camino El camino es relativamente paralelo al cauce del río Magdalena.
Esto también nos indica que se atraviesa la cordillera de los
El camino al que he hecho referencia hasta el momento está Andes antes de su tripartición hacia el norte en el territorio co-
ubicado en la biorregión denominada Macizo Colombiano. lombiano. En el Macizo la cordillera de los Andes aun es una.
Políticamente atraviesa la frontera que hay entre el Cauca y el
La privilegiada condición geográfica del camino ha determi-
Huila, y une en un camino de 50 kilómetros los municipios de
nado su historia, pues permite la conexión de la región Andina
Valencia y Quinchana, respectivamente. Gran parte del trayecto
con la Amazónica, Caribe y Pacífica. Esto tiene relevancia en
se encuentra hoy en un área protegida por el Parque Nacional
términos biológicos y políticos. Por un lado, hace de esta bio-
Natural Puracé (de su página web he tomado los datos que se
rregión un núcleo con una riquísima biodiversidad basada en
relacionan en este apartado) y, a su vez, tiene jurisdicción de
la confluencia de las vertientes hídricas y en la amplitud de los
varios cabildos indígenas filiales del grupo yanacona, entre
pisos térmicos; por otro lado, hace más comprensible la idea
ellos el papallaqcta, al que pertenece el taita Auca Yarimajua.
de territorio como volumen vivo (cosmovisiónes indígenas)
Si se sigue la ruta de Valencia a Quinchana, el camino que y no como superficie (cosmovisión moderna, nacional). Bajo
únicamente se puede transitar a pie, empieza en bosque an- esta comprensión volumétrica, el camino establece conexio-
dino a 2.700 msnm en Valencia o Valle de las Papas y sube nes entre los territorios mansos y bravos relacionándolos ver-
suavemente en una ruta de 17 kilómetros hasta alcanzar los ticalmente con los mundos e inframundos.
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En ese ordenamiento del territorio, el camino une los pisos frontera de Ecuador supone, para la comunidad Papallacta,
térmicos con los estratos geológicos y los fundamentos cós- que el camino hace parte del Qhapaq Ñan3, que en quechua
micos; el vínculo se realiza al caminar la palabra, al hacer quiere decir «camino principal» o «gran camino», y es nom-
del camino un conector de mundos, ecosistemas y mitos. El brado así por el taita Auca Yarimajua como parte de la recons-
camino no solo es un instrumento para el transporte, pues trucción cultural (reindigenización) que está llevando a cabo.
ha permitido percibir a caminantes de diversas condiciones
A partir de 1536, el camino em-
3. El Qhapaq Ñan recorre más de 6.000 kilóme-
culturales la potencia vital y latente del Macizo Colombiano, tros, desde el sur de Colombia (en la cuenca
pieza a estar documentado his-
alta del río Guáitara) hasta la zona centro sur
y en virtud de ello, se ha reconocido como un territorio que de Chile (cerca de la ciudad de Concepción),
tóricamente por establecer la
pasando por Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina.
ha logrado mantener su equilibrio interno. Es considerado como la red de caminos más
comunicación entre Popayán y
extensa documentada arqueológica e histó-
ricamente para Suramérica, pues facilitó las
Quito, siendo también eje de las
comunicaciones y el comercio en tiempos pre-
hispánicos, así como el proceso de conquis-
Encomiendas otorgadas por la
Línea de tiempo2
ta y colonización por parte de los españoles
posteriormente.
Corona para dominar, explotar
y evangelizar indígenas —pacificar fue el término usado para
En su estudio etnoarqueológico, Genneco (2003) indica que
referir estos propósitos—, otorgando a través de esta figura
hacia el 2200 a. C. pudieron darse las primeras ocupaciones
los territorios a los colonos que cumplieran esta misión. Esta
estacionales, evidenciadas en la intervención humana sobre
institución, de origen militar, introducida en América desde
la geografía y en el escaso material cultural encontrado en
1504, fue idealizada por Isabel la Católica como un compro-
las investigaciones de campo.
miso protector donde los colonizadores cuidaban y adoctri-
A través de estatuaria, terrazas, conchas del Pacífico, elemen- naban a sus encomendados, pero se convirtió en la base del
tos para tomar yagé y obsidianas encontradas en la región de dominio sobre el territorio. (Buenahora, 2003, p. 107)
Valencia, se sostiene la tesis de que el camino tuvo una fun-
El camino en esa época se conocía como el que va de Almaguer
ción ceremonial por la conexión que establecía entre los ce-
(Cauca) a Timaná (San Agustín, Huila). El nombre revela
menterios de la cultura agustiniana, alrededores de Quin-
también su interés y uso comercial, pues en el primer destino
chona, Huila, y algunos asentamientos en la zona de Valencia,
se explotaba oro y, en el segundo, quina, los principales pro-
Cauca. Los vestigios encontrados hablan también de una co-
ductos del imperio colonial. La fundación de Almaguer en
nexión entre el Amazonas y el Pacífico, mas no con la cultura
1551 tuvo un doble propósito estratégico: por un lado, el de la
2. La cronología de este apartado fue cons- inca desarrollada al sur del territorio.
truida a partir del trabajo de investiga- extracción de oro, bien sea hacia Quito o hacia Popayán; por
ción de Cristóbal Genneco (2003) y de Sin embargo, la antigüedad del
la monografía de su estudiante Ángela otro lado, el de establecer un asentamiento para la «pacifi-
María Márquez (2006). camino y su conectividad con la
cación» de los indígenas de la zona. Sin embargo, el camino
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no contaba con buena reputación, el paso por el páramo y por el servicio prestado a la Corona en la reducción de salva-
las pendientes inclinadas cobraban muchas vidas, y a pesar jes. Dicho reconocimiento fue ignorado históricamente por
de la Encomienda, los pobladores indígenas mantuvieron en los sucesivos colonos: la Corona donó a los «naturales» de San
algún grado su identidad y defendieron su territorio, hacién- Agustín, «todas las tierras que estos ocupan». (Friede, 1943, p. 11)
dose más riesgoso el trayecto.
El camino fue elegido en 1801 por Humboldt en su expedi-
Es tierra tan áspera que no se puede entrar sino a pie y pásase
ción, privilegiándolo frente al de Patía por su diversidad cli-
un puerto a donde corre, término de tres leguas un aire tan frío,
mática y biológica, y por la posibilidad panorámica de di-
con el cual y con ser la tierra yerma y sin ningún regalo suelen
visar las tres principales vertientes del territorio: Pacífico,
perecer indios y españoles en el camino. (Friede, 1976, p. 102)4.
Amazonas y Caribe.
Existía también otra alternativa de co-
4. Juan Friede se basa en los documen- [...] Nosotros escogimos Almaguer en parte porque así estábamos
tos que reposan en los archivos de
nexión entre Popayán y Quito por el
San Agustín, Pitalito y el Archivo más cerca de la elevada cordillera, lo cual es muy importante para
General de la Nación.
valle del río Patía, pero tenía el incon- las observaciones minerales y botánicas. Así evitamos también el
veniente de atravesar el valle por un clima malsano, según peligro de las fiebres de Patía y de los ríos crecidos, los que cruza-
las experiencias de la época. Así mismo, era un camino con mos más cerca de los manantiales, con reducidos caudales. En toda
frecuentes asaltos por los esclavos cimarrones establecidos en América casi no hay ningún valle tan famoso por sus miasmas de
la zona. Sin embargo, esta ruta terminó por ser la más usada, fiebre como el valle del Patía. [...] La incomodidad del viaje produ-
hasta que llega a ser, hoy en día, la carretera Panamericana ce debilidad y en ese estado asténico se es fácil presa de los mias-
que comunica Colombia con Ecuador. mas con mayor intensidad. [...] La calentura del Patía, en Popayán
Es mucho mayor la distancia que hay de este tránsito respecto se convierte en fiebre maligna muy difícil de curar y casi siempre
de la que ofrece el de la Venta del Patía: mayores los costos que mortal. [...] Las interminables formaciones de arcilla gredosa (le-
imponemos los conductores a razón de la mayor distancia y as- tten) que acompañan a todos los basaltos, diabasas y diabasas de
pereza. El camino del Patía es más pronto, cómodo, de menor pórfido, hacían el camino [de Almaguer] muy peligroso y resba-
riesgo y costos […], por cuyos motivos urgentes pedimos se pre- ladizo. Las mulas caían y resbalaban hacia abajo; uno se convence
fiera este tránsito al de la Cruz […]. (Petición de los correístas claramente de que caminar es una sucesión de caídas. También
respecto al camino de Almaguer/Timaná, sig. 25-51. Archivo estamos en un país donde se habla más del juicio de las mulas
Independencia C1 – 20c, ACC , año 1826) que de los hombres […]. (Véase BLAA, Alexander von Humboldt,
Viajes por Colombia, noviembre del 2005)
Para 1711, y ante la ineficiencia de la Encomienda, la Corona
devuelve a la comunidad indígena el territorio de la hacienda Para 1850, ya bajo la naciente República, el territorio del
Los Laboyos, otorgado anteriormente a Mauricio Valderrama Macizo Colombiano, bajo el título de hacienda Los Laboyos
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fue comprado por el presidente José Hilario López, quien le el siglo XIX ese espacio prácticamente intacto, casi intocado.
otorgó al camino que lo atraviesa la categoría de Camino (Genneco, 2003, p. 68)
Nacional5, caminos de más de 50 kilómetros que se maneja-
De manera paralela, la naciente economía se basaba en la
ban con presupuesto de la nación, siendo el mantenimiento
agricultura y la ruta de la Línea le dio fortaleza comercial a
y la ampliación una de las primeras misiones del Ministerio
Cali y Buenaventura, dejando por fuera del circuito de de-
de Obras Públicas. Esta categoría también la adquirieron las
sarrollo a Popayán y su conexión con Quito. Esta conexión
rutas del Pacífico, aquella que conecta Cali con Buenaventura
tenía gran importancia durante la Colonia, siendo ciudades
y la ruta del Quindío (véase Restrepo, 1992), hoy conocida
ejes del imperio, pero dejó de tener sentido en la nueva eta-
como la Línea, con las cuales se afianzaron las conexiones
pa republicana. Las variaciones en los intereses comerciales
entre el Pacífico, Bogotá y el Caribe.
del camino acontecidas durante la Primera República son la
El camino también fue recorrido por
5. En los documentos de PNN Puracé, el causa principal de que el camino no haya continuado su de-
camino es nombrado como ‘Camino
la Comisión Corográfica, en donde se
Nacional’ o ‘Camino Prehistórico sarrollo como Camino Nacional, a diferencia de la Línea que
Cultural Nacional de Valencia’.
observó que, para entonces, la región es hoy parte de la vía Panamericana.
seguía teniendo el potencial económico de la explotación de
Para 1946, los arqueólogos Luis Duque Gómez, Héctor Llanos
la quina, el caucho y el oro como modelo colonial. Sin em-
y Anabella Durán, dan a conocer la cultura agustiniana, y la
bargo, los cultivos organizados de estas plantas en el suroeste
región empieza a tener otro carácter: por un lado, investiga-
asiático y la India, provocaron alteración del mercado, que
tivo y turístico; por otro lado, se empieza a articular la iden-
posteriormente se reforzó con la producción sintética del
tidad indígena del territorio, basada en estos vestigios cultu-
caucho y de la quina.
rales que la pueden legitimar.
Tanto en el siglo XVI como en el XVII como en el XVIII se hi-
cieron ingentes y enormes esfuerzos por anexar a los Andes la En 1961, el territorio es declarado Parque Nacional Natural
Amazonia de manera integral. Es más, los conquistadores gas- de Puracé, teniendo varias zonas de traslape con comunida-
taron sus vidas intentando construir un fallido espacio colonial des indígenas y campesinas, lo que significó para estas co-
en la zona. Las razones del fracaso son múltiples, pero la men- munidades detener la frontera agrícola. En 1979, la biorre-
talidad «extractiva» que portaban no les permitió comprender gión del Macizo Colombiano fue declarada un ecosistema
el medio (geográfico y social) sin destruirlo. Es más, en su afa- estratégico de la nación y del mundo, formando así parte
nosa búsqueda de tesoros fáciles o grupos humanos a quienes de la red internacional de reservas de biosferas del cinturón
explotar no tuvieron ni siquiera la oportunidad de pensar en andino dentro del programa Man and the Biosphera (MaB)
depredarlo. De hecho, la Comisión Corográfica encontró en lanzado en 1971. La declaración supone que la reserva es un
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modelo de relación equilibrada entre los humanos y el eco- conocer el ecosistema sin alterarlo; pero también significa
sistema que habita. una disputa por los beneficios económicos y administrati-
vos que esto puede acarrear y también puede haber diferen-
Entre los años setenta y noventa fue territorio de conflicto
cias fundadas en la cosmovisión de lo que se supone qué es
guerrillero y cultivos ilícitos, alterando las costumbres agrí-
ser custodio.
colas de la región y algunos ecosistemas, sobre todo con la
política de fumigación con glifosato.
A partir de la Constitución de 1991, con la cual Colombia se Caminar en el páramo
reconoce como país pluricultural y étnicamente diverso, se
fortalece el proceso de legitimación y reconstrucción de la Cuando camino, en un camino trazado por otros pies, algo del yo
comunidad indígena del camino como un eje fundamental individual se pierde, algo se funde con esa historia dibujada so-
en dicho proceso. bre la montaña. Me hago permeable a los demás caminantes, soy
parte de una huella colectiva, de una línea que se actualiza con
En 2003, se instala un batallón de alta montaña que controla
cada pisada. El sonido es de roca contra pies, a ratos húmedo, a
la situación de orden público e introduce un nuevo modelo
ratos polvoriento, a ratos piedras sueltas que se ruedan, a ratos
de custodios a la región, sumándose y superponiéndose a los
rocas firmes que permiten pasos certeros. La respiración, los lati-
criterios de las comunidades indígenas, campesinas y a los
dos, los cantos de aves, el viento, todo es atravesado por todo sin
de Parques Nacionales.
ninguna jerarquía, todo es permeable, sobre todo el propio cuerpo.
A pesar de confluir tan distintas visiones sobre un mismo te- (Nota de bitácora de viaje, Eulalia De Valdenebro)
rritorio, o justamente por la tensión que esas visiones generan,
el camino y sus alrededores parecen haberse detenido en un Reconocer en un camino milenario una fuerza natural es
tiempo muy remoto, sostenido únicamente por la dificultad reconocer que una acción colectiva hecha por muchos hu-
que significa atravesar un páramo, pero seguramente tam- manos constituye también una fuerza de la naturaleza. Esto
bién por la potencia vital que este ecosistema irradia y es re- implica ubicarnos fuera de la dicotomía naturaleza/artificio
conocida por casi cualquiera de los diversos caminantes que que es nuevamente una posición humanista. Pienso que no
se han sumado a este trazo milenario. hay una división que nos ponga en un lugar superior, pues
somos inevitablemente lo mismo. Vale la pena recordar, de
Actualmente, el camino tiene un potencial ecoturístico en
acuerdo con el concepto del antropoceno, que actualmente
donde las visiones de Parque Nacional Natural Puracé y la
constituimos como especie una fuerza geológica capaz de al-
de los indígenas pueden confluir en cuanto a la conservación
terar el clima del planeta. (Véase Steffen et al, 2011, pp. 739-761)
de un páramo, siendo el camino la principal estrategia para
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No somos otro. Naturaleza no es aquello que se opone a ar- del ambiente. De allí vienen estrategias formales como la
tificio, no es el negativo de aquello que producimos como es- textura aterciopelada de un frailejón, su estructura cilíndri-
pecie, pues esta postura nos sitúa afuera de ella y, desde esa ca y hueca, las celdas para agua que conforman el cuerpo de
perspectiva, ella deviene recurso a ser dominado, ordenado, un musgo, la carnosidad de las orquídeas, la gran cantidad
clasificado, salvado, administrado, patentado. No somos amos de líquenes que convierten cualquier arbusto en una tram-
ni dueños, la naturaleza no es un recurso, los seres vivos no pa para nubes, en una gran esponja absorbente. Todas estas
están a nuestro servicio, a pesar de que el humanismo impe- adaptaciones de las plantas las hacen muy resistentes a las
rante, desde la mecanización de la naturaleza hasta hoy, haya condiciones del páramo, pero las hacen a su vez muy frági-
avalado la idea de progreso sobre esta base. La naturaleza es les ante el peso del paso de un caminante. Por esto, la mejor
un tejido de relaciones simbióticas en donde el humano es manera en la que un humano puede estar en un páramo sin
solo otro de los elementos en juego. El camino que atravie- que este lo comience a matar, es caminar a través de un ca-
sa el Macizo Colombiano es una huella que da cuenta de esa mino ya marcado, ir sobre las huellas de otro caminante, in-
relación simbiótica que, como humanos, es posible tener en tervenir lo menos posible.
un territorio. Caminarlo hace evidente que las fuerzas de la
Tierra nos hablan en términos de tensiones, de lazos y de in-
teracciones, y debemos ser capaces de oír su enunciado des-
de diversas posiciones culturales.
La experiencia me hace reconocer en el páramo una paradó-
jica situación que fluctúa entre la fragilidad y la fuerza vital
de este ecosistema: en un páramo crecen especies que se han
logrado adaptar a las condiciones de frío y de altitud, ellas
han reconquistado los terrenos que los procesos de coloni-
zación le han quitado durante siglos al bosque andino. Un
páramo es también un ecosistema que crece tras un incendio
o una inundación en altitudes superiores a los 2.800 msnm
(aprox.). Hay pocas maderas, pocas alturas, pocas espinas o
estructuras fuertes por parte de las plantas. Por el contrario, Nota: Este ar tículo se ha desarrollado en la
Universidad Nacional de Colombia como inves-
las estructuras vegetales son blandas y bajas, y se han adap- tigación dentro del PTA docente de la Escuela de
Artes Plásticas y Visuales, adscrito al Instituto
tado desde sus metabolismos para soportar los fríos, y desde Taller de Creación. Código Hermes 36355. Crr
45#26 85. Bogotá, Colombia.
sus formas para soportar los vientos y atrapar la humedad
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Popayán: Universidad del Cauca.
168
Según los estudiosos del cielo, un aerolito metálico (o me-
teorito), como el de Santa Rosa, es un fragmento del corazón
de un planeta fallido, que posiblemente explotó hace millo-
nes de años en algún lugar remoto de nuestro sistema solar
o incluso más allá de este.
En los últimos dos años y a través de una investigación casi
detectivesca en museos y bibliotecas, he venido dando for-
ma a un pequeño museo: el Pequeño Museo del Aerolito de
Santa Rosa de Viterbo. Actualmente El pequeño museo está
constituido por una colección de documentos, un grupo de
dibujos sobre escenas de la historia del aerolito encargados
al dibujante Juan Peláez y un departamento de réplicas del
aerolito y de sus partes. La intención de cada uno de estos
componentes, entre otras, ha sido la de proporcionar imá-
genes y materia a unas historias que sucedieron hace más de
un siglo pero que, por su carácter y significado, cada día co-
bran mas vigencia.
El aerolito de Santa Rosa de Viterbo cayó el Viernes Santo de
1810 en cercanías del pueblo y el Sábado Santo fue encontra-
do por una niña. El aerolito servía como yunque en la herre-
ría del pueblo en 1827, cuando dos célebres naturalistas de la
época, en expedición por el territorio, lo encontraron, lo re-
conocieron como un aerolito metálico y lo compraron con
gran entusiasmo para el Museo Nacional, constituyéndolo en
la primera pieza de su acervo. Sin embargo, debido a su peso,
más de 600 kilogramos, nunca lograron trasportarlo a Bogotá.
A partir del reconocimiento por parte de los científicos, el
aerolito cobró una importancia especial para las gentes de
171
Santa Rosa. El pueblo le mandó hacer una columna dórica
de piedra y lo situó orgullosamente en el centro de la plaza. Observatorio
de maíz
Allí estuvo hasta 1906, cuando un norteamericano llamado
Henry Ward, cazador de meteoros y proveedor de museos,
llegó al país. Venía con el firme propósito de encontrar este
aerolito y «salvarlo para la ciencia». Al verlo en su pedestal,
María Buenaventura
Ward ideó rápidamente un plan para obtenerlo: le propuso
al gobernador de la región un canje… Esta selección de pie-
zas del pequeño museo, da cuenta de momentos claves de una Cada uno de estos maíces es el mar
un arrecife de coral
singular cadena de eventos que se desata a partir de la llega- una enorme roca
la Tierra
da de Ward y su encuentro con las autoridades colombianas. una constelación
un meteorito
Hoy, más de cien años después, el Departamento de Réplicas del la Vía Láctea.
Los atraviesan estrellas fugaces, rayos de luz, nubes, lunas.
Pequeño Museo del Aerolito se encuentra recreando y registrando Juntos son bosques
hongos caminantes
en video un proceso memorable de principios del siglo pasado: lugares de pasto
paisajes
el gran corte hecho al aerolito en 1906. [Julio de 2015] planetas.
172
Me pongo a mirar cada uno de estos granos de maíz. Me
alejo, nunca del todo, de las angustias por las amenazas a su
existencia y, con ellas, a mi existencia.
Pasan horas mientras miro cada uno de estos granos. En uno
solo está el universo, pareciera que no habría necesidad de
más, de ningún otro maíz: el planeta Tierra con sus mares y
nubes está aquí, en este grano que tengo ahora ante mis ojos.
Y puede pasar en realidad no sé cuánto tiempo mientras lo
miro. Pero aparece el de al lado y el de más allá, y cada uno
en su diferencia vuelve a tener el universo todo.
Y no hay una sola imagen del mundo, sino muchas, todas
verdaderas.
Converso con una persona que es una autoridad en agroeco-
logía, Ana Broccoli, y me habla de los genes saltarines, de la
posibilidad que tienen estos genes de cambiar su lugar en
el ADN; lo que parecía rígido, «un gen produce un efecto»,
cambia completamente cuando, con mucha dificultad, logra
Barbara McClintock que se reconozca su descubrimiento. No
es solo el gen, es su lugar; y el ADN puede romperse y reu-
nirse de muchas formas. En ese romperse y reconstruirse en
algo, que tan poéticamente como «genes saltarines» se llama
«ruptura-fusión-puente», está la posibilidad de adaptación, de
cambio, de nuestra evolución que no es nunca progreso, sino
la diversidad increíble de la vida en la Tierra.
Así que, cuando no me preocupo, vivo extasiada. Tengo en
una mosca azul-verde-plateada la prueba de vida extraterres-
tre, no sé si la mía o la de ella, en la imagen de un escarabaji-
to blanco a rayas verdes el resumen de todo lo que me causa
175
gracia, en un pez capitán el agua de la Sabana, en las rosas humana», para nuestra sala que era una diversidad de colores
retorcidas una historia de los seres humanos, en un maíz el y tamaños de semillas, con los cultivos de José Ismael Manco,
mapa del universo. los árboles para repoblar Ibagué de Javier Morales, los nendo
dangos de Carlos Medina y el achiote de Viviana Salguero.
Conocí las semillas del custodio Fabriciano Ortiz en 2012.
Cada mazorca era una fiesta, y estas mazorcas estaban vivas, En el Observatorio de maíz, los granos se unen a la base de ar-
y crecían apenas a hora y media de Bogotá, gracias al esfuer- cilla cocida temporalmente. Es fundamental que se despren-
zo increíble de Fabriciano y su familia. dan, pues siguen siendo maíces vivos y pueden ser comidos
o sembrados, nunca están obligados a ser sacrificados como
Primero tomé fotografías de las mazorcas, pero no bastaba,
obra fija, muerta, hay que huir en todo lo que sea posible de
continuaban siendo ideas de maíz, reflejos que llevaban a
nuestras ansias de permanencia, que son, junto al deseo de
quienes las veían a un ideal de cajón, repetido automática-
uniformidad, las enfermedades que nos asedian en esta so-
mente, «ah, maíz, debemos conservarlo». Incluso la siembra
ciedad en que vivimos.
y las comidas pueden llevar a estos «imperativos ecológicos»,
nunca entendidos o vividos plenamente y, por lo mismo, nun- No por nada dos características exigidas para patentar semi-
ca asumidos. llas, según el Convenio Internacional para la Protección de
Obtentores Vegetales (UPOV), son homogeneidad y estabilidad.
Yo me extasiaba mirando cada grano en la mazorca. Comencé
a poner un poco de plastilina en cada uno, para que se man- Las semillas patentadas no deben variar mucho en tamaño,
tuvieran en pie, y así poder fotografiarlos individualmente. forma y color, me explicaba otro amigo agrónomo: en las siem-
Ya no era la idea de «maíz», «hay que salvar el maíz», era el bras con máquina para grandes extensiones, las semillas pa-
poder de cada uno de estos granos, solo el éxtasis asombra- san por discos que tienen agujeros uniformes, una variación
do ante cada uno de ellos. como la de estos maíces criollos trabaría el disco o, en caso
contrario, impediría el cálculo de cuántas semillas se siem-
Y sucedió que, en una inversión accidental de los colores en
bran por giro. Por su parte, semejante variación de colores,
el computador, aparecieron ante mis ojos fotografías espa-
pecas, rayas, abollonaduras, no las haría fiables en el mercado.
ciales o submarinas, bosques, hongos, rocas.
¡Patentar semillas! ¡Exigirlas uniformes! Exabrupto. Exabrupto
Las bases que hacía comenzaron a crecer, y del pedacito de
que intentó aceptar el Estado colombiano y que, hasta ahora,
plastilina pasé a la arcilla. Al reunir esos cuerpos, cada uno
ha sido declarado inconstitucional por la Corte (lamentable-
con su cabeza, surgieron comunidades, caminantes, cons-
mente no por el fondo, sino por la forma, es decir, solo por la
telaciones; en un momento, se me parecieron a anémonas y
falta de consulta previa).
así quedaron como anémonas para «El fin de la excepción
176 177
Dar y recibir
Sin embargo, a pesar de la necesidad de la industria, a pesar
de la organización que hemos hecho del mundo y de la cual
no sabemos cómo escapar, sabemos que no hay nada más
contrario a la vida que la uniformidad. Y no hay nada más
contrario al asombro que lo uniforme y lo estable. silencios
Y el asombro, siendo como la vida, es el placer por excelen- Leonel Vásquez
cia de los seres vivos.
178
Hace unos días estuve con un grupo de trabajo en el eje cafe-
tero haciendo un proyecto en el marco de la declaración del
paisaje cultural cafetero como patrimonio inmaterial de la
humanidad. Nos preguntábamos el sentido de salvaguardar
un paisaje que en su esencia es dinámico y cambiante, ¿qué
parte de ese patrimonio le corresponde a lo sonoro, al paisaje
sonoro y qué hacer con la dificultad para conservarlo?
Decidimos llevar esas preguntas a Enfances, una fundación
infantil que viene agenciando su participación dentro del con-
texto cultural y político en Pereira a través del arte. Ellos, al fi-
nal del laboratorio sonoro, y en forma de agradecimiento por
haberles invitado a escuchar y revalorar la riqueza acústica del
territorio, me regalaron un bastón hecho del palo del café, dado
su poder simbólico como instrumento guardián del territorio
—y retomando las tradiciones indígenas del Cauca y otras co-
munidades en Colombia— y en representación de su paisaje. El
bastón tenía una etiqueta que decía «don del silencio». Entendí
que con el obsequio había recibido una doble invitación, pri-
mero a pensar qué significa dar y recibir silencios; y segundo, a
ejercer la custodia del paisaje a partir de la consciencia sonora.
Estos son temas que han sustentado algunos de mis proyectos
investigativos creativos y en los que he encontrado una postura
ética frente a algunos paisajes sonoros del agua en Colombia.
UN SILENCIO
180 181
que nosotros mismos para percibir los soplos, silbidos, ron-
quidos, chasquidos, crepitaciones, sibilancias, estertores que
emitimos, así como sus correspondientes señales?
Creo que por complejidad y comodidad le dejamos esta res-
ponsabilidad a los médicos, los místicos y el resto de los ex-
pertos de la auscultación, para dejar que sean ellos los que
activen la imaginación sonora del interior de nuestros cuer-
pos, porque no nos alcanza el interés para eso.
A través de esta experiencia aparece una situación incom-
Este gesto lo hace mi hija Eloísa de seis años cuando no quie-
prensible, nos encontramos inmersos en un mundo que se
re escuchar. Yo también lo hago y le digo a los estudiantes y
expresa a través de los sonidos y que difícilmente es posible
a mis amigos que lo realicen de vez en cuando. Los invito a
silenciar, a la vez nos movemos en él sin escucharlo, sordos
que se tapen los oídos muy fuertemente y escuchen el silen-
a sus emisiones sonoras.
cio por un minuto. Es difícil, ¿verdad?
Luego de la experiencia, lo que podemos deducir es que esa SONAR DESDE / HACIA ADENTRO Y AFUER A
forma de silencio, la de la cancelación del sonido por bloqueo
del mundo sonoro externo es imposible desde la perspecti- En sus últimos tiempos, Beethoven perdió la audición y con
va fisiológica porque estamos atados a un cuerpo que está ello la posibilidad de conexión del mundo sonoro exterior
vivo. La vida es sinónimo de vibración de la materia, la ma- con su mundo sonoro interior. Él, ansioso de encontrar me-
teria suena mientras esté vibrando. Por otro lado, hay algo dios para poder permanecer conectado, empezó a usar una
bien interesante e innegable del ejercicio de taparse los oídos: cantidad de aparatos protésicos, mediaciones tecnológicas
la posibilidad que se abre de experimentar la escucha inter- básicas, para tratar de conducir la música que se proyecta-
na del cuerpo sonoro. Lo que empezamos a comprender es ba desde el piano hacia su cabeza, aprovechando la cualidad
que, efectivamente, nuestro cuerpo hace parte de una cade- que tiene el sonido vibrátil de propagarse en medios sólidos
na de remisiones, de actividades y de acciones sobre la ma- como la madera, el metal y también el cuerpo, de ser condu-
teria orgánica que configuran un paisaje sonoro interno, de cido por el medio óseo hasta llegar al oído interno.
cuya existencia muy pocas veces nos percatamos. Parece que
no necesitamos ningún estetoscopio ni ningún otro meca-
nismo sofisticado para escuchar hacia adentro, ¿quien mejor
182 183
Así el mundo de las perturbaciones acústicas y mecánicas
remite y toca de varias maneras al cuerpo, tanto por dentro
como por fuera del mismo. Ambas formas se activan en el
¿CÓMO FUNCIONA?
acto de la escucha, solamente que no somos conscientes de la
sensación ósea, su presencia es menor o, tal vez, los sonidos
Recibimos el sonido de dos formas: por vía aérea (acústico) a
que viajan por allí no dicen nada relevante. ¿Cómo dejar de
través del conducto auditivo, el tímpano, los huesecillos, hasta
lado la escucha ósea si el cuerpo está constituido en un gran
el cóclea; y por vía ósea (mecánico). La vía ósea transmite el
porcentaje de este material? Lo que hacía Beethoven para
sonido directamente a través de la mandíbula y el hueso cra-
superar la deficiencia de su oído era sentir el sonido direc-
neal hacia la cóclea, donde están ocurriendo transducciones
tamente desde el cuerpo óseo vibrátil, hacía sonar lo que su
de carácter químico eléctrico que se convierten en estímulos
imaginación sonora había configurado en el lenguaje musi-
que avanzan hasta el cerebro, prescindiendo del oído exter-
cal para poder llevarlo luego a través de sus huesos para es-
no y el oído medio. La cóclea es la última puerta del cuerpo
cuchar táctilmente sus últimas composiciones.
al mundo sonoro vibrátil, está incrustada dentro del hueso
temporal del cráneo. Toda vibración mecánica que se pro- Me gusta mucho hacer sonar los huesos, pues ese acto no es
yecte hasta ella tendrá un lugar privilegiado en la percep- muy distinto al de escuchar con los huesos. No solamente
ción sonora y hará parte involuntaria del acto de la escucha. tiene que ver con la fisiología de la percepción, sino que da
Las potencias de este modo de escucha son tan grandes que una idea de lo que significa la complejidad del acto de la es-
si alguien perdiera la audición por daños en el oído medio, cucha, un acto que reúne firmemente las fuentes causales que
podría, no obstante, seguir escuchando por vía ósea con im- producen los sonidos, la presencia morfológica en la que se
plantes cocleares o sistemas de vibración incrustados en la presentan, el espacio a donde se proyectan y son moldeados,
dentadura que son como huesos expuestos sin piel. para luego circular de forma táctil por el cuerpo y, finalmente,
184 185
ser interpretado como sonido. Ahí vemos que no hay sepa- Primero que todo hay que decir que escuchar también im-
ración posible, el cuerpo causal está conectado con el cuer- plica forzar la atención hacia un centro: y el silencio es uno
po semántico y este con el cuerpo simbólico. Todo en sí está de tantos. Enfocar un centro implica seleccionar y jerarqui-
resonando y generando imágenes que vienen del mundo in- zar sonidos y considerar unos de mayor valor sobre otros.
terior y del exterior. Inicialmente, la selección es producto de la pulsión de au-
toconservación de la vida, luego, tiene que ver con todas las
Ahora, si dirigimos la oreja hacia afuera también nos enfren-
cosas en las que el humano esta involucrado, o sea su pará-
tamos ante la imposibilidad de silencio, no nos vamos a en-
metro de referencia. Llamemos a esto último utilitarismo so-
contrar con algo como lo que tenemos en los ojos: unos pár-
noro o, mejor, antropocentrismo sonoro. Solo en situaciones
pados para detener el flujo sonoro. Aun en estado de reposo
especializadas, sonidos como el canto de una ballena, una
o alteración de la consciencia, el continuo sonoro prevalece.
explosión solar o la estridulación de una chicharra estarán
Simplemente estamos atados al sonido desde antes del alum-
en el centro de la escucha.
bramiento hasta el final de la vida. Incluso algunos autores
hablan de la escucha después de la muerte. Por otra parte, se dice que entre varios sonidos simultáneos
seleccionamos uno, generalmente el más fuerte. En electroa-
De algún modo, escuchamos hacia afuera y hacia adentro,
cústica, a este proceso perceptual se lo denomina enmasca-
pero también producimos sonidos hacia afuera y hacia aden-
ramiento. Los sonidos del mundo exterior enmascaran los
tro. Eso es bien admirable porque el cuerpo sonoro es bidi-
sonidos del propio cuerpo, anclando su atención fuera de
reccional y bifuncional, aunque no lo reconozcamos.
este. Esa pulsión por la escucha del mundo exterior llevó al
En síntesis, el cuerpo no para de sonar porque está vivo y hombre en el siglo pasado a crear una gran cantidad de apa-
el sonido es huella de la manifestación de la vida, el cuerpo ratos para conectarse a grandes distancias: el telégrafo, el ra-
suena y resuena hacia adentro y hacia fuera, escucha y siente dio transoceánico, el sonar, el hidrófono, radares acústicos,
en sincronía con el oído y a través de los huesos las vibracio- entre otros instrumentos.
nes mecánicas interiores, a la vez que percibe las vibraciones
Luego, los instrumentos para la escucha, desarrollados duran-
acústicas del mundo exterior. El cuerpo es por su naturale-
te la primera guerra mundial, se usaron como radares portá-
za sonoro. Esta condición es una potencia del cuerpo y no
tiles de tecnología híbrida: acústica y orgánica. Funcionaban
algo insustancial.
como una especie de membranas timpánicas gigantes, con
Si no es posible la cancelación del mundo sonoro por la na- espejos acústicos que proyectaban a través de conductos me-
turaleza misma del cuerpo, entonces, ¿cómo entender eso tálicos y tubulares las vibraciones provenientes de objetos
que llamamos silencio? amenazantes a largas distancias, adaptados al final de esta
186 187
importancia hasta el punto que dejamos de ser conscientes
de su presencia. Todo se simplifica para que quede más có-
modo instrumentalizarlo.
La crisis de la escucha es un asunto cultural. Uno no quie-
re que lo escuchen llorar. Se oculta lo sonoro del cuerpo,
porque la cultura nos ha enseñado a silenciar el cuerpo y a
hacernos sordos a su natural resonancia. Si esa es nuestra
cadena, a una interfaz orgánica humana que prestaba su oído conducta con los sonidos esenciales, qué decir sobre otros,
para interpretar el material sonoro recibido. como los sonidos del agua o la voz de los ríos.
Pareciera que estas personas han negado su propia posibilidad Tengo un profundo interés sobre la precariedad del accionar
de sonar, han negado su cuerpo, están interesados por aque- de la escucha y he desarrollado una serie de investigaciones
llo que viene de lejos, así que cualquier sonido que venga de y trabajos creativos sobre el silenciamiento de las aguas, para
sus cuerpos será una interferencia frente a la transparencia lo cual he recorrido una parte muy pequeña de la abundan-
y objetividad sonora que están buscando captar. Cualquier te hidrografía nacional, preguntándole al paisaje cultural y
cosa que suene en ellos tendrá que ser enmascarada. En el natural el sentido de sus silencios.
empleo de estos dispositivos se ve una inversión de valores.
Pensaríamos, lógicamente, que el radar ha sido creado como
medio o prótesis para mejorar la escucha humana, pero no, El silencio de las aguas
aquí los humanos son la prótesis del radar, han instrumenta-
lizado la escucha negando su propia naturaleza sonora, se han SORDER A SUBACUÁTICA EN EL CARIBE COLOMBIANO
silenciado a sí mismos para poder escuchar como máquinas
militares. Representan una auténtica escucha banal: escucha El primero de los silencios viene desde la costa Caribe, 100
sin cuerpo que desnaturaliza el sentir, en la que no hay posi- kilómetros hacia dentro del mar. En el año 2014, por auto-
bilidad alguna de preguntarse profundamente por lo sentido. rización de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH)
se reabrió el modelo offshore (marino) para la exploración
Escuchar requiere voluntad, el silencio no aparece, se ejerce.
y producción de petróleo y gas. La agencia aprobó licencias
Silenciamos lo que no está en el centro de nuestros intereses.
a Ecopetrol y otras multinacionales petroleras para realizar
La crisis de la escucha reside en el hecho de que naturaliza-
una serie de exploraciones oceanográficas y de identificación
mos todos los sonidos y los volvemos «fondo», les quitamos
de pozos, las cuales al día de hoy han dado positivo un pozo
188 189
de petróleo —dice el informe— con 264 millones de barriles
cerca de Punta Gallinas en la Guajira, y otro de gas cerca del
golfo de Urabá. Se debe aclarar que estos trabajos llevan con-
sigo operaciones que producen un intenso ruido submarino:
pruebas sísmicas, instalación de tuberías, la construcción de
plataformas, la remoción y perforación constante de terreno.
Mientras está sucediendo esto y, aunque aparentemente no
hay ninguna relación, las comunidades pesqueras artesana-
les han hecho llamados sobre la escasez de pescado en aguas
del mar Caribe. ¿Qué pasó con los peces? ¿En donde están?
Las aguas profundas del mar Caribe se están contaminando
acústicamente. Y mientras nosotros terrestres no escuchamos,
los peces y otros seres sí lo están haciendo. Aunque no hay
investigaciones al respecto, la evidencia científica disponible
actualmente indica que la energía originada por este tipo de
tecnologías puede generar impactos negativos en mamíferos
marinos, peces y otras formas de vida marina. «Ruido producido por generadores sísmicos». En: Francisco Javier Rodrigo Saura. 2014.
190 191
el ruido; y si para nosotros 80, 90, 100 dB es motivo para pe- EL SILENCIO DE LAS AGUAS DEL MUÑA
lear con el vecino, imagínense que nos sometieran a 259 dB.
Los animales del mar Caribe están siendo sometidos a más [Suena un registro de aguas subacuáticas a través de hidró-
de 200 dB, por eso no es extraño que las ballenas jorobadas y fonos. Imaginen un sonido crepitante, bajo y profundo, con
otros cetáceos empiecen a presentar sangrados en las encías, unos acentos cristalinos.]
pérdidas de la audición y, por ende, varamientos, interrup-
Este interés por el sonido de las aguas y los ríos de Colombia
ción de conductas de apareamiento, alimentación, crianza
me ha llevado a recorrerlas desde adentro, extendiendo mi
o defensa.
oído con sistemas de captación subacuática. El río que acaba
La imposibilidad de escuchar a los seres y a las aguas profundas de sonar es muy especial: es un río que tiene una gran car-
de la costa Caribe es precisamente la razón por la cual somos ga de plomo, de cadmio y de otros metales pesados, además
ajenos a los efectos de este tipo de acciones. El entorno sono- de detergentes y un sinnúmero de sustancias químicas. Tiene
ro que pueblan las aguas profundas del mar contrasta con la un aspecto oscuro y denso, con olor pestilente. Estoy hablan-
imagen silenciosa que proyectamos desde nuestra percepción do del río Bogotá y el tramo que me corresponde a mí, que
exterior. Que no lo alcancemos a escuchar no quiere decir que soy sibateño: las aguas que llegan del río Bogotá al embalse
ese otro no suene; tiene que ver más bien con que no estamos del Muña, a solo diez minutos de mi casa.
abiertos hacia esos sonidos con todo nuestro ser. Por otra par-
Empecé a hacer los recorridos de escucha desde los naci-
te, es interesante que, pese a esta situación de silenciamiento
mientos hacia los lugares en donde desembocan los ríos o a
consciente de las aguas, las potencias de la percepción auditi-
donde son intervenidos y transformados, que en realidad no
va sobrepasen el uso que le hemos dado. En el origen hay una
son muchos kilómetros. Si uno se pone a pensar, por ejem-
conexión entre los cetáceos y los humanos, pues los cetáceos
plo, en el caso del río Bogotá, del páramo de Guacheneque,
también tienen incrustado el oído interno en el hueso, en la
donde nace, hasta cuando se usa como vertimiento de aguas
mandíbula o muy cerca de ella. Por eso, cuando estamos den-
servidas de las curtiembres, los acueductos municipales, las
tro del agua, no se cancela absolutamente nuestra capacidad
fábricas y los desechos de la gran Bogotá, no pasan muchos
auditiva, esta es una potencia que durante la evolución ana-
kilómetros. Sin embargo, algo maravilloso surge de esta ex-
tómica del cuerpo no se especializó. Pero supongan que otra
periencia de grabaciones subacuáticas, es la imposibilidad de
fuera la capacidad humana frente a la percepción sonora y la
tener una imagen que me represente lo feo, lo malo y el estado
escucha por medios óseos, en principio no habría posibilidad
del agua desde el sonido. El río suena y suena muy parecido
de aislarnos de lo que por dentro del agua ocurriera y con esto
en la cuenca alta, media y baja, tiene un tipo de granulación,
seguramente otra sería nuestra manera de relacionarnos con
un timbre y unos acontecimientos espaciales y temporales
y en el agua y con los seres del agua.
192 193
similares, además de unas formas de la vibración y resonan-
cia que lo identifican en su recorrido. Aunque avance y la
división política de la geografía y la hidrografía cambie los
nombres y los usos de las aguas, aunque en un punto sea un
río que nos acoge por sus sonidos, su belleza y la trasparencia
de sus aguas y, en otro punto, conforme un lugar indeseado,
un ruido que nos recuerda su mal aspecto y el hecho de que
sea foco de amenazas, en las grabaciones subacuáticas difí-
cilmente se reconoce el lugar donde se registró. Desde lo so-
noro, el río es una unidad. El sonido es la manifestación del
ser del río y su ser sonoro no está dividido. Lo que nos mues-
tra esto es que, tanto en un lugar como en el otro, está vivo y
mientras esté vivo habrá posibilidades. Finalmente, esos so- y acciones emprendidas para superar la dificultad. Mientras
nidos de su vitalidad son maneras de interpelar las represen- tanto, el fenómeno climático nos estaba dejando sin agua en
taciones que hacemos desde afuera, desde este cuerpo que no Sibaté, en El Charquito, Mesitas y los municipios de la cuenca
toca, desde este cuerpo que se aísla, que de alguna manera del Tequendama. De esta manera, los acueductos y alcaldías
se priva de ciertos privilegios y potencias, precisamente por municipales vieron como salida a la crisis ordenar raciona-
una conducta demasiado racional, funcional y de negación mientos de agua. En Sibaté se suspendió el servicio del agua
de nuestro propio cuerpo y del cuerpo de otros. en las noches durante casi dos meses; en otras poblaciones
de Colombia, esto se hizo por días y semanas. No sucedió en
La imagen muestra el embalse del Muña. Para el momento en
las ciudades, porque en las ciudades casi siempre hay agua, de
que fue tomada la fotografía, las aguas del río Bogotá habían
alguna manera sacan de donde no hay para que no se sienta,
sido aumentadas por una decisión de la CAR, pues en el 2016
lo mismo pasa con la electricidad.
vivimos una de las sequías más difíciles: algunos afluentes
desaparecieron, se secaron humedales, los vientos produje- El embalse del Muña, donde llegan las aguas del río Bogotá,
ron incendios en los bosques e incluso aquí en la ciudad, los se secó en ese momento. Los ríos que bajan del páramo del
cerros se prendieron en llamas. Este verano fue tan intenso y Sumapaz y proveen de agua a Sibaté, los que en el pasado lle-
prolongado que los daños causados por el incendio en la hi- naban el embalse, apenas alcanzaban a proveer para el con-
droeléctrica de Guatapé fueron motivo para que el Ministro sumo vital. Entonces, el embalse, que sirve como depósito
de Minas y Energía y el presidente de la República declararan de las aguas para la hidroeléctrica del Tequendama y San
crisis energética en Colombia y, con ello, avalaran políticas Antonio, manejada por el grupo Emgesa y que produce el 5%
194 195
de la red nacional energética del país, no tenía agua para cu- denigrante el hecho de que esto sucedió abiertamente y na-
brir la demanda, por tanto, el país podía colapsar. Entonces, die se manifestó, solo hubo silencios. Ese es otro silencio del
¿qué pasó? que les quería hablar, el silencio de la indiferencia.
Ante la crisis energética que enfrenta el país como conse-
EL SILENCIO DEL ARROYO AGUAS BLANCAS
cuencia del fenómeno de El Niño, la Corporación Autónoma
de Cundinamarca liberó desde el 10 de marzo y hasta el 30
El 25 de marzo de 2016, después de lo sucedido en el Muña, me
de julio de 2016, un total de 78 millones de metros cúbicos
encontré en la Guajira con este río, el arroyo Aguas Blancas.
de aguas potables de los embalses de Tominé, Neusa y Sisga,
Este fue desviado por la multinacional Cerrejón para amplia-
que se trasladarían por el cauce del río Bogotá hasta la repre-
ción de los tajos de la mina a cielo abierto de carbón, con la
sa del Muña para satisfacer la demanda de energía. A propó-
promesa de que iba a ser un proyecto responsable que no pro-
sito, al agua de las hidroeléctricas se las denomina «energías
duciría ninguna alteración en el ecosistema y que aumentaría
limpias», pero en este caso no lo son. Aguas potables transi-
el cauce. Para mí este silencio fue estremecedor porque el río
taron y se encontraron con aguas servidas de la industria y
guardaba los movimientos y ritmos del agua en sus rocas y
los alcantarillados para mágicamente llenar el embalse del
la vegetación circundante, además, porque cuando empecé
Muña. Se hablaba de crisis energética, pero para nosotros
a caminar alrededor del río y sus memorias, lo que encontré
los sibateños, de lo que se trataba, lo que vivíamos, era una
fue una cantidad de voces, de las comunidades, de los líderes
crisis del agua.
y las autoridades ancestrales, quienes, voz en alto, tramita-
No sé cómo interpretar el silencio de todos los que fuimos ban la tragedia a su manera: reclamando, pidiendo justicia.
testigos de esta calamidad ambiental, porque, finalmente, 78 Entonces, para mí ese silencio se convirtió en un silencio re-
millones de metros cúbicos inundaron el embalse del Muña. sonante, nutrido por un coro de cantos al agua.
Lo peor de todo es que la Armada Nacional, como medida
Para esos días, empezaron a construir jagüeyes porque se dijo
de protección, militarizó por primera vez el río Bogotá, pues
que iba a empezar a llover, aunque llovió mucho tiempo des-
habían criminales sedientos que podrían robar el agua: cam-
pués. Los jagüeyes son reservorios de agua que utilizan las
pesinos y habitantes de los alrededores que en el área rural
comunidades indígenas para almacenarlas y sirven no sola-
de la sabana al norte de la ciudad sufrían la escasez de agua
mente a los humanos, sino también a los animales. Cuando
y no tenían para darle de beber al ganado ni para regar los
empezaron a construirlos, hubo una especie de efervescen-
cultivos. Eso fue ofensivo, por lo menos para mí que vi cómo,
cia en las comunidades y todas empezaron a cantar jayechis,
en medio de las heladas mañanas y los días soleados, se llenó
cantos dedicados al llamado de la lluvia. Estos cantos consti-
el Muña con aguas que nacieron limpias, pero también fue
tuyen formas rituales ancestrales de crianza del agua, porque
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El silencio del arroyo Aguas Blancas no me fue ajeno. Cuando
lo visité, hacía poco había vuelto a una quebrada que frecuento
en Sibaté y que ahora estaba seca. Recordé los sonidos regis-
trados en mi viaje anterior y me sorprendí por la rapidez con
la que los sonidos se convertían en «patrimoniales». Pensé en
lo importante que es tener ese abundante archivo de mate-
rial sonoro asociado a los acontecimientos del agua, pues en
estas nuevas condiciones ambientales y políticas, será lo úni-
co que nos quede. Lo sonoro como manifestación expresiva
de un acontecimiento vital desaparece tan pronto termina
la acción; en este caso, desaparece al igual que desaparecen
las aguas, su causa. Realmente me ha llenado de melancolía
el canto es una práctica de entendimiento, interacción y cui- volver a escucharlos, ahora me siento como Niper, el perro
dado entre el agua y los humanos. Además de ser parte de insignia de la compañía RCA Victor, que en la placa metáli-
los conocimientos y habilidades relacionadas con las formas ca corporativa era mostrado aguzando el oído en dirección
de captación y aprovechamiento de aguas, estos cantos son a un gramófono, mientras este reproducía la voz de su amo
una manifestación de la sensibilidad por el agua que permite fallecido. En mi escucha: el paisaje seco.
tratarla como un ser vivo, como una persona, con sentimien-
El sonido es lo que me queda, a la vez, es lo posible. A lo lar-
tos y emociones, capaz de reproducirse por sí misma. El agua
go de este ejercicio de creación, a través de esta investigación
cría la vida de los humanos y, a la vez, se deja criar por los
de sistemas de conducción mecánica y ósea del sonido, no he
humanos. Si hay un canto de arrullo para cuando el niño es
hecho una cosa distinta que, frente al silenciamiento de las
presa del caos, un canto que reorganiza, llama a la calma y al
aguas, generar formas distintas de hacer sentir el sonido, ma-
sueño, también en estos tiempos difíciles de sequías, hay un
neras en que se involucre el cuerpo en sus distintas potencias
canto para juya. Se canta al agua porque es la posibilidad de
de recepción. He procurado hacer sonar el río por los hue-
expresar el sentimiento de profundo respeto y admiración,
sos y que las aguas externas se junten con las aguas internas.
porque nos conecta como materias sonoras universales, pues
el cuerpo de la voz es también cuerpo de agua y al cantarle Pienso que es necesario hacer una reflexión sobre la sordera,
resuena, acto que opera en el mundo real. El trabajo con las la no interpretación de los mensajes del agua. Es un llama-
potencias de la naturaleza desde la perspectiva simbólica, le do a sincronizar el ritmo y el tiempo de los humanos con el
corresponde a las comunidades y sus voces. ritmo y los tiempos del agua y no al revés. En mi proyecto,
198 199
desde hace tiempo, me he dedicado a hacer que esos sonidos
silentes tengan otra escala, que ocupen el espacio y el tiempo Chachafruto:
diálogos foliares
de la audiencia concentrada en lo suyo.
La instalación sonora presentada en «El fin de la excepción
humana» lleva el mismo nombre del arroyo Aguas Blancas.
No es posible comprender lo que hace el sonido de otra ma- Pilar Santamaría
nera que estando ahí, dentro de la obra. En ella el sonido
toca, el sonido agarra el cuerpo. Creo que en la obra hay una
invitación y disposición distinta para abrirse a la escucha
sensata, una potencia que aun está por desarrollarse y que
tiene que ver, precisamente, con que escuchar las aguas es
dar el cuerpo, dar el tiempo, entregar el cuerpo sonoro a la
escucha de las voces silentes del río. Es resonar, es decir, so-
nar en el otro y en lo otro a la vez. Resonar significa resen-
tir, y eso implica no solo un acto fisiológico —perceptual—,
sino conexiones de orden simbólico, cósmico. Relaciones
con múltiples presencias.
Entonces, lo que estoy buscando no es rehacer el sonido del
río, sino trabajar a partir de sus silencios, sus vacíos y voces
ausentes. El río está lleno de formas sutiles y de huellas que
ha dejado en todos los que estamos alrededor; en las voces
que activan en el presente los tiempos del río y que llaman
a recordar —según la etimología, ‘re’, igual que en resonar,
significa ‘volver a traer’, y ‘cordis’ significa ‘corazón’, es de-
cir, ‘volver a traer al corazón’. En la instalación, recordar el
arroyo Aguas Blancas ha implicado buscar las maneras de
hacer que pasen otra vez sus sonidos por el corazón de los
espectadores.
200
Las plantas son sésiles: mito urbano de nosotros los que cre-
cimos entre paredes de ladrillo sin tener la experiencia de
sentir la tierra negra bajo las uñas de las manos y los pies,
mito frecuente de nosotros a quienes nos prohibieron jugar
cuando críos con la tierra para no quedar «sucios», como si
ella fuese agente de impurezas. Así pues, aislados (por zapa-
tos, ladrillos y guantes) de la tierra y los seres que la pueblan,
aprendimos a ignorar y nunca ver.
Hoy te veo, chachafruto en tu animado lenguaje de movi-
mientos foliares y no puedo sino admitir que quien alega tu
«inmovilidad de planta», simplemente no se ha tomado el
tiempo para entender ese lenguaje rítmico de aleteos, giros
y verdes despliegues finamente calculados.
Chachafruto, te creíamos sésil y mudo, inconsciente de tu
entorno, pero desviándonos de nuestra afanada escala de
tiempo para sentarnos a tu lado a observarte, no me cabe
duda alguna que una inteligencia vegetal, alterna a la nues-
tra, anima tus movimientos en un cálculo multidimensional
de ondas lumínicas, intensidades de luz y energías atómicas,
superando mi focalizada percepción del mundo.
Mientras yo solo veo, focalizando el mundo por dos ojos, tu
tienes a lo largo de todo tu cuerpo incontables fotosensores
capaces de detectar colores e intensidades lumínicas que tras-
pasan mis propias limitaciones visuales, sensores de luz que
prescinden del foco para abarcar tonalidades innombrables
en mi idioma.
Tú y yo somos descendientes de los Andes, la historia de nues-
tros pueblos de entretejen, tus ancestros y los míos alcanzaron
203
juntos nuevos recodos de esta tierra colombiana. Mis abue- Chachafruto, sachaporoto, baluy, balú, pashuro, pajuro, no-
los te escogían por protector favorito de sus casas, pues bajo paz, uswal, poroto, frejol del inka, porotón, trenzadas en pa-
tus ramas crecían prolíficos los cultivos, guarecidos bajo tu labras, la historia de los pueblos que has alimentado. En cada
sombra el cafetal criollo y el cacao; tus hojas suplían la defi- una de sus bocas, mordisco a mordisco, has sido cocinado
ciencia de los terrenos porque en tus raíces habita la micros- en sus relatos de origen y su sagrada cosmogonía.
cópica flora, secreto negro de la fertilidad del suelo.
Pashigua, shimpi, guimo, basul, sachafruto, picorrey, pashiga,
Cuando no existía el dualismo entre la medicina y la comi- jachapushco, pashigua, monteporoto, poroto serrano, pashu,
da, tus semillas, flores y brotes, humeaban en los fogones de frejol de árbol, habas de monte, puchirin pajurro, pajuli, pi-
mis abuelos. Antes de la década de los setentas, entre arepas, sonay, papus, anteporoto, cada lengua agradecida te bautizó,
coladas, guisos y potajes, tu fruto colmaba el fogón de fami- pues no solo se piensa con el seso sino con la microscópica
lias indígenas y campesinas, siendo agente de longevidad y miriada de células humanas y bacterianas del nuestro siste-
aquello que hoy llamamos soberanía alimentaria. ma digestivo.
Pasaron los años y en avión llegaron nuevas variedades de Chachafruto, sin ti crecí pero en la plaza de Paloquemado
café a la Antioquia de mis abuelos —«que dizque más re- te conocí...
sistentes a la sequía»— recitaba el extranjero, prometiendo
Plaza de Paloquemado. ¡Mmnmmn!, ¡glorioso templo de vida
multiplicar la ganancia al instalar la moda del monocultivo
que me inspira pregonar alabanzas y rezar el rosario en una
y el uso de procesados químicos sobrantes de una guerra. En
sagrada sarta de arvejas! Lugar donde se me revela el poder
una campaña mediática nos inculcaron el afán del «desarro-
del Creador, la Pacha Mama y todas las deidades no humanas
llo», que se mide en número de carreteras y monedas, y no
que confabulan tras la procreación de la vida... Acá no hue-
en la plenitud del convivio heterogéneo de seres todos hijos
le a incienso, sino a sancocho, avena, cocido y cuanta hier-
de la tierra.
ba que pregona el conocimiento de la medicina tradicional
Chachafruto, donde antes tus ramas escribían poemas en el y la occidental...
viento con sus movimientos, hoy tu voz de hoja solo resuena
En un corredor cubierto por una lámina translúcida en el
con el eco ausente de la memoria de mis abuelos, tus troncos
techo, se infiltra la luz para revelar, a lado y lado, cúmu-
cayeron cegados bajo la mano avara del monocultivo que cie-
los infinitos de tonalidades, formas y texturas de seres que
go de avaricia, te reemplazó para aumentar la llamada «pro-
destilan olores y prometen sabores: un costal regordete re-
ductividad agrícola», medida esta en toneladas y nunca por
bosa rojos tomates chontos a la derecha, un cuarto de na-
la vivencia plena de la vida.
ranja ahuyama se ofrece a ser acunado en una balanza,
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pirámides de verdes chirimoyas, cual delicado reptil, traen ¡Melones, durazno criollo, apio, cilantro, papa blanca, papa
aires de tierras acaloradas y secas, arracacha, pagana raíz, criolla, sabanera, pastusa, calabaza, calabacín, maní, fresas,
hija de campos de Cajamarca y Anaime, donde se tiene cla- guatila, chachafruto, batata blanca o morada, coliflor, cebo-
ro que el genio de la gloria crece originariamente subterrá- lla cabezona, cebolla roja, cilantro, nabo, colinabo, banano,
neo en el campo y no en los campos europeos de trigo do- agraz, pepino guiso, cohombro, tomate cherry, mandarinas
rado bajo el sol; plátano verde, guineo, maduro, coli, y no arrayanas, común, mandarina oneco, naranja ombligona,
sé cuántas otras variedades de este manjar que por racimos mangos, coco, pitahaya, ciruelas, fríjoles verdes, habas, cu-
acumula los sabores y sin sabores de nuestra historia patria, rubas, patilla, kiwi, guanábana, yuca, papayuela, pimentón,
verdes, marrones y apasionados verde-oliváceos de aguaca- acelga, espinaca, brócoli, repollos, uchuvas, gulupas y chu-
te hass, aguacate lorena y otras tantas tonalidades gastronó- lupas, chuguas, hibias, ají, yacón, habichuela, anón, papaya,
micas de este cremoso maná digno de culto internacional… granadilla, higos, lechuga, zanahoria, piña, pera, uva, y otras
Maíces vestidos en sus trajes de verdes pliegues, de corazones decenas de seres verdes, todos chulos como lulos!
amarillos, petos, dulces e incluso morados intensos, algunos
¡Sí, señores, plaza de Paloquemao! Curioso nombre que incita
entregados a las manos peritas en desgranar… ¡En cada uno
una sonrisa pícara conjeturando la ocasión en que un trova-
de sus granos, cuánta ciencia ancestral espera a ser leída por la
dor criollo discurriría en tal nombre. Plaza que me introdujo
lengua hambrienta o las máquinas de secuenciación genética!
al culto, al celibato declarado para entregarme únicamente
¡Mmnmmn!, claro y nítido olor de la guayaba y sus mestizos a las orgías con cuantos Seres Verdes pudiera imaginar, or-
familiares: guayaba-pera, guayaba-manzana, guayaba-feijoa y gías donde el trance místico emana de las mutuas poliniza-
otras variedades que nacieron de la domesticación mutua ciones (entrecruzamiento de información genética, vivencial
entre cultivadores y plantas. y emocional potenciando germinaciones heterogéneas) entre
humanos y plantas…
Más al fondo se exhiben tentadores los hijos del bricolaje gas-
tronómico: bocadillos de Vélez, según el GPS en las papilas gus-
tativas, sus lonjas cristalinas de néctar, panelitas, alfandoques
y otras viandas que aun se visten del origami-suramerica-
no: envolturas de sabios pliegues en hoja de plátano, bijao,
tipha, caña de azúcar, palma amarga y otras decenas de es-
pecies colombianas que han sido cosechadas y engalanadas
para proteger y/o servir de recipiente-sazonador al cocinar
los alimentos…
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Sobre los artistas
Alexandra Gelis
CARACAS, 1975
Artista y docente cartagenera radicada en Toronto. Actualmente
cursa un Doctorado en Estudios Ambientales, con énfasis en
trabajo en comunidad en York University, Canadá. Magister
en Artes Visuales de la misma Universidad y Licenciada en
Artes Plásticas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Sus
proyectos artísticos se desarrollan alrededor del trabajo de
campo y la historia ambiental de Latinoamérica. En los úl-
timos cinco años, investiga en torno a plantas migradas ha-
cia la América equinoccial. Su producción artística presenta
una mezcla entre el video de no-ficción, la fotografía, el soni-
do y las herramientas electrónicas de interacción en tiempo
real. Su obra ha sido expuesta ampliamente en Norte y Sur
América, así como Etiopía y Europa. Desarrolla proyectos
curatoriales y programas de video para festivales en América
Latina y Canadá.
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de trabajos de grado. De forma paralela a su trabajo docen- redes de permacultura del país. Con sus diferentes activida-
te, labora en la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y des busca contribuir a una consciencia expandida y un auto-
Deporte, apoyando la construcción de metodologías parti- conocimiento a través del buen aprovechamiento de la tierra.
cipativas para el fortalecimiento de iniciativas ciudadanas. Hoy en día comparte los frutos de lo que sembró.
Carlos Medina
BOGOTÁ, 1980 Edwin Monsalve
Vive y trabaja en el campo y la ciudad. Artista plástico egre- MEDELLÍN 1984
sado de la Universidad de los Andes y bioconstructor del Maestro en Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia.
Sena, con estudios cerámicos y de arquitectura en guadua. Ha desarrollado su obra en torno a la relación arte-ciencia-na-
Los últimos quince años los ha dedicado a sembrar, a cuidar turaleza, integrando procesos de investigación-creación en
las plantas y la tierra. Desde hace cinco años, implementa la sus indagaciones y formalizaciones. Desde 2004, ha partici-
agroecología responsable, sembrando y custodiando semi- pado en diferentes eventos expositivos y curatoriales, entre
llas, produciendo alimentos orgánicos y siendo parte de las los que se destacan de manera individual «La imposibilidad
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del paisaje I y II» (2015); «Prototipos para una naturaleza re- Honda (FLORA ars+natura) y Río Claro (Contraexpediciones
habilitada» (2014) y «Naturaleza & artificio» (2012-2013). De Museo de Antioquia). Ha participado en múltiples proyec-
manera colectiva participó, entre otras, en Imagen Regional tos editoriales y museísticos con sus ilustraciones de botáni-
8 (2015); «Contraexpediciones. Mas allá de los mapas» (2014); ca, este trabajo ha constituido una base importante para las
Encuentro Internacional de Arte de Medellín (2011); 42 Salón investigaciones de sus proyectos artísticos.
Nacional de Artistas (2011); «Contrapunto» (2010); 13 Salón
Regional de Artistas (2010); IV Salón de Arte Bidimensional
(2009); «Reflexiones desde la realidad y la ficción» (2008); Fabián Peña
Premio Fernando Botero (2008); «Los hiperamigos» (2007); IBAGUÉ,1987
«Anonime zeichner selection», Berlín (2007); XV Salón Nacional Un diálogo constante con la tierra, sus estados y comporta-
de Artes Visuales (2006); Salón Departamental de Artes mientos. Me relaciono de manera sensible con la naturaleza, el
Visuales (2006); «In-dependencias» (2005); «Arte y espacio» territorio y los seres que en ella viven, habitándolo como frag-
(2004). En 2014 fue invitado por el Museo de Antioquia y mento de un todo. Recorro los elementos siendo yo un medio
FLORA ars+natura a realizar una residencia artística en Casa que da forma a la tierra, con la caricia del aire, la compañía
Deuxsoleils en Honda-Tolima. Vive y trabaja en Medellín. del agua y el abrazo del fuego, entendiendo la temporalidad
de la cerámica, admirando el proceso más allá del resultado.
Eulalia De Valdenebro
POPAYÁN, 1978 Javier Morales Casas
Artista plástica, docente, investigadora de la Universidad Na- IBAGUÉ, 1993
cional de Colombia. Magister en Artes Plásticas y Visuales Inicia sus procesos plásticos con la pintura a los once años.
(Universidad Nacional de Colombia), Licenciada en Bellas Actualmente está produciendo su trabajo de tesis en Arte en
Artes en Bilbao España (UPV), Ilustración Botánica (Atelier la Pontifica Universidad Javeriana. Es técnico en Cocina del
de Peinture Botanique), Francia en donde esporádicamente Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA. Ha expuesto su tra-
dicta cursos. Sus proyectos, todos referentes a la naturaleza, bajo en el XV Salón Regional de Artistas Zona Sur y ha par-
cuestionan el limite establecido con ella. Desarrolló la es- ticipado en el Hemi Grad Student Convergence del Instituto
cultura viva titulada Nativas/Foráneas con flora del bosque Hemisférico de Performance y Política de New York University.
andino en la Universidad Tadeo Lozano. Ha sido artista re-
sidente en Remalard (Francia), Banff Center (Programa de
Estímulos Ministerio de Cultura de Colombia en Canadá),
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José Ismael Manco María Buenaventura
DUITAMA (BOYACÁ), 1983 MEDELLÍN, 1974
Artista y agricultor boyacense. Propone la agricultura como Filósofa y artista plástica con estudios de creación escénica.
obra de arte. Emplea herramientas como el dibujo, la insta- Su obra, una mezcla de oficios y técnicas, como la cocina, la
lación y los conversatorios alrededor de las semillas nativas, siembra, la instalación y la historia, ha merecido diferentes
en los cuales la semilla es parte activa del diálogo, y la misma distinciones. Su proceso de creación-investigación en torno
práctica de la agricultura como espacio de reflexión. Realiza a la comida lleva ya diez años, trabajando con gente, orga-
conversatorios echando azadón y el cultivo es entendido como nizaciones, campesinos, custodios de semillas, explorando
espacio de creación artística. Estas prácticas artísticas han alimentos olvidados del altiplano cundiboyacense, como el
hecho parte activa de varios procesos de carácter social, po- pez capitán o las variedades de maíces, tubérculos y frutos,
lítico, académico y artístico, como apoyo pedagógico, en pro- así como los rastros del encuentro: la llegada a estas tierras
cesos ambientales, indígenas y campesinos. Comparte unas de las vacas, cerdos y gallinas o las palabras de un nuevo co-
semillas que su familia ha venido trabajando de generación mensal ante una papa, un aguacate o una piña. Vive y tra-
en generación, desde seis generaciones atrás, y las entrega a baja en Bogotá.
las personas para que se hagan responsables de ellas.
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Oscar Leone Pilar Santamaría Motta
ARIGUANÍ (MAGDALENA), 1975 BOGOTÁ, 1982
La obra de Oscar Leone, cuya práctica artística cruza los ca- Bióloga y artista, pero sobre todo ser humano admirado de
minos del performance art, el videoarte y el Land Art, nace de todos los seres macro y microscópicos. Su trabajo se enfoca
su interés en explorar las potencialidades plásticas del paisaje en aprehender sobre las relaciones con otros organismos, dis-
como escenario donde opera el binomio naturaleza-cultura curre entre la biología, la historia de los pueblos y diferentes
en su incesante transformación. Sus proyectos, de carácter medios, explorando la interdependencia de la Ciencia, el Arte
site specific, tienen como escenario algunas zonas protegidas, y la Vida. En sus proyectos se encuentran enormes circui-
territorios sagrados, espacios patrimoniales, entre otros. Vive tos de baterías de papas interactuando con los observadores,
y trabaja en el caribe colombiano. cultivos de la flora de piel humana o espacios, que incenti-
van reencuentros entre gente humana y gente con clorofila.
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Viviana Salguero Cruz
IBAGUÉ, 1983
Estudiante de Artes Plásticas y Visuales de la Universidad del
Tolima en proceso de trabajo de grado. Reflexiona acerca de
la importancia de reivindicar la memoria de las plantas na-
tivas como el achiote. Ha participado en diferentes exposi-
ciones referentes a este tema, como la I Exposición Colectiva
de Grabado (2016) y la muestra regional de Artes Plásticas
y Visuales en el marco del XXI Festival Nacional de Música
Mangostino de Oro en Mariquita, Tolima (2016).
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HUMANOS / NO HUMANOS. Reflexiones sobre el fin
de la excepción humana se terminó de imprimir
en Bogotá, Colombia, en el mes de febrero de 2017.
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