Proyecto Segundo Parcial

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UNIVERSIDAD AGRARIA DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS


CARRERA DE INGENIERÍA AMBIENTAL

CONTAMINACIÓN DE SUELOS

SEGUNDO PARCIAL

PROYECTO

ANÁLISIS DE LA EVALUACIÓN DE IMPACTO


AMBIENTAL DE LA CONTAMINACIÓN DE UN SUELO
POR METALES PESADOS ASOCIADA A LA ACTIVIDAD
MINERA Y MEDIDAS DE REMEDIACIÓN PARA LA
MITIGACIÓN DE DICHO IMPACTO

INTEGRANTES

GONZÁLEZ ORTEGA ANGIE MABEL


VILLAMAR FRANCO MELANI KARINA
ZURITA GARZÓN SHIRLEY JANETH
TELLO ROGEL KARLA JOSELINE

DOCENTE: ING. GIDKRIA MONTIEL

CURSO: 9no S “B”

FECHA: 30/07/2019

GUAYAQUIL – ECUADOR

2019-2020
2

Índice general

PORTADA…………………………………………………………………………………1
3

Índice de tablas
4

Índice de figuras
5

1. Introducción

Los suelos han sufrido degradaciones de todo tipo, pero desde el punto de

vista medioambiental es muy importante el papel que ha jugado como almacén de

residuos y como consecuencia de ello la degradación (Kenney, 2004).

El incremento de la minería artesanal e ilegal en Ecuador, ha provocado un

aumento de la contaminación por metales pesados, siendo a su vez causante de

graves daños en los sectores cercanos a ríos o efluentes en la zona sur del

Ecuador (Oviedo, Moina, Naranjo , & Barcos, 2017).

Las actividades mineras provocan generalmente fuertes impactos ambientales,

con destrucción de los suelos naturales y creación de nuevos suelos (antrosoles)

que presentan fuertes limitaciones físicas, químicas y biológicas que dificultan la

reinstalación de vegetación. En los últimos años se han elaborado un gran

número de normativas que obligan a la recuperación de los suelos de mina, lo que

implica la necesidad de estudios previos sobre el estado inicial, así como el

estado en que queda el suelo de la zona, para planificar las medidas técnicas a

realizar en cada caso (Oviedo, Moina, Naranjo , & Barcos, 2017).

La industria minera ha evolucionado considerablemente a tal grado de ser una

de las actividades potencialmente más rentables. Sin embargo, hoy en día la gran

minería está consolidando una presencia más activa y más depredadora de

nuestro territorio. Las típicas compañías del siglo XXI extractoras, despilfarradoras

y envenenadoras, que toman de las tierras su materia prima creando residuos y

enviando sus productos a la biosfera nos dejan una herencia terrible de veneno y

destrucción (Oviedo, Moina, Naranjo , & Barcos, 2017).

Los efectos que podrían provocar los nuevos residuos, la ausencia de medios

suficientes para su tratamiento, así como las malas prácticas medioambientales


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del pasado, han tenido como consecuencia más inmediata el vertido o depósito

incontrolado de los mismos, lo que a su vez ha originado la contaminación

progresiva de muchos suelos (Acosta, 2004).

1.1. Justificación de la investigación

En un suelo afectado por las actividades mineras una de las anomalías

biogeoquímicas que se generan en el momento de la extracción, es el aumento

de la cantidad de microelementos los cuales afectan negativamente a la biota y

calidad de suelo; estos afectan el número, diversidad y actividad de los

organismos del suelo, inhibiendo la descomposición de la materia orgánica del

suelo (Puga, Sosa, Quintana, & Campos, 2006).

Los suelos que quedan tras una explotación minera contienen todo tipo de

materiales residuales, escombros estériles, entre otros, lo que representa graves

problemas para el desarrollo de la cubierta vegetal, siendo sus características

más notables las siguientes: clase textural desequilibrada, disminución o

desequilibrio en el contenido de nutrientes fundamentales, ruptura de los ciclos

biogeoquímicos, dificultad de enraizamiento y baja retención de agua y presencia

de compuestos tóxicos (Puga, Sosa, Quintana, & Campos, 2006).

Los metales tienden a acumularse en la superficie del suelo quedando

accesibles al consumo de las raíces de los cultivos. Las plantas cultivadas en

suelos contaminados absorben en general más oligoelementos y la concentración

de estos en los tejidos vegetales está a menudo directamente relacionada con su

abundancia en los suelos (Puga, Sosa, Quintana, & Campos, 2006).

La contaminación del suelo es devastadora para el ambiente y tiene

consecuencias para todas las formas de vida a las que afecta. Por ejemplo, el

suelo contaminado puede liberar contaminantes en las aguas subterráneas que


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luego se acumulan en los tejidos de las plantas y pasan a los animales que

pastan, a las aves y finalmente a los humanos que se alimentan de las plantas y

los animales. Los contaminantes en el suelo, aguas subterráneas y en la cadena

alimentaria pueden causar diversas enfermedades y una excesiva mortalidad en

la población, desde efectos agudos a corto plazo –como intoxicaciones o diarrea–,

hasta otros crónicos a largo plazo, como el cáncer (ONU, 2019).

1.2. Objetivo general

Identificar las medidas de remediación para la mitigación de impactos en un

suelo contaminado por metales pesado debido a la actividad minera.

1.3. Objetivos específicos

 Determinar las técnicas de descontaminación de suelos afectados por la

actividad minera mediante revisión bibliográfica.

 Seleccionar las técnicas más convenientes mediante caracterización con

respecto a costos, tiempo de aplicación y efectividad.

 Establecer la metodología del tratamiento mediante análisis para una

aplicación posterior.
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2. Marco teórico

2.1. Estado del arte

La contaminación del suelo provoca una reacción en cadena. Altera la

biodiversidad del suelo, reduciendo la materia orgánica que contiene y su

capacidad para actuar como filtro. También se contamina el agua almacenada en

el suelo y el agua subterránea, provocando un desequilibrio de sus nutrientes.

Entre los contaminantes del suelo más comunes se encuentran los metales

pesados, los contaminantes orgánicos persistentes y los contaminantes

emergentes, como los productos farmacéuticos y los destinados al cuidado

personal (ONU, 2019).

Hoy en día, un tercio de nuestros suelos están moderadamente o muy

degradados debido a la erosión, la pérdida de carbono orgánico, la salinización,

compactación, acidificación y la contaminación química. Se necesitan

aproximadamente 1 000 años para formar 1 cm de capa arable superficial, lo que

significa que no podremos producir más suelo en el transcurso de nuestras vidas.

El suelo que vemos es todo el que hay disponible. Sin embargo, los suelos se

enfrentan aún a más presión debido a la contaminación. La tasa actual de

degradación del suelo amenaza la capacidad de las generaciones futuras para

satisfacer sus necesidades más básicas (ONU, 2019).

Como alternativa de recuperación de suelos contaminados con metales

pesados se ha establecido la utilización de elementos biológicos que contribuyen

a la oxidación, degradación, transformación y completa mineralización de estos

contaminantes. La fitorrecuperación como técnica biológica permite llevar a cabo

la descontaminación de suelos o la depuración de aguas residuales, debido a la

capacidad restauradora de algunas plantas. Dicha técnica engloba un conjunto de


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métodos encargados de degradar, asimilar, metabolizar o detoxificar

contaminantes; mediante tratamientos in situ. En el proyecto integran la

bioestimulación, biorremediación, y la fitorrecuperación, por medio de las

bacterias Bacillus cereus promotoras del crecimiento vegetal y la planta Sorghum

vulgare (Velazquez, 2017).

La concentración de metales pesados en los suelos debería tener un origen

únicamente en función de la composición litológica y de los procesos

edafogenéticos que dan lugar al suelo, determinando así la cantidad de metales

de manera natural. Sin embargo, con la actividad humana se ha incrementado el

contenido de estos metales en el suelo, siendo esta la causa de las

concentraciones toxicas detectadas. En el suelo la concentración de metales varía

considerablemente, pudiendo encontrarse como iones libres, adsorbidos,

formando complejos organominerales o precipitados. Entre las diferentes formas

donde se queda un metal pesado en el suelo existe un equilibrio dinámico sobre

el que influirán las condiciones del medio, el tipo de planta y los microorganismos

que subsistan en él (Vega, 2016).

La acumulación de los metales pesados en el suelo se reduce ligeramente por

la lixiviación, absorción por las plantas, erosión, etc., pero sin duda, el suelo

puede convertirse en un almacén de estos contaminantes durante cientos de

miles de años, puesto que contendrá aquellos metales que no hayan sido

capaces de salir del sistema. La actividad que incrementan las cantidades de

estos metales pesados es el proceso de minería que implica una serie de

operaciones que pueden producir contaminación, como el polvo originado en

estas actividades o en capas superiores de suelos minerales donde hay altas

concentraciones de Cu, Ni, Se, Fe, etc.


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El cadmio se acumula en los horizontes superficiales de los suelos, pero puede

emigrar hasta la capa freática. Su vida media es de 15 a 1.100 años suponiendo

un problema a largo plazo. A bajo pH aumenta la asimilación de Cd por las

plantas. Se ingieren grandes cantidades de Cd a través de alimentos,

presentando entre el 38% de absorción en los seres humanos. Se distribuye por

todo el organismo, aunque se acumula en mayor concentración en el hígado,

riñón, y páncreas. Sus manifestaciones son trastornos en el tracto gastrointestinal

(náuseas, vómitos…) y no es capaz de atravesar la barrera placentaria

eliminándose por orina y produciendo daño renal (Vega, 2016).

En 1912 en una región de Japón apareció la enfermedad “ITAI ITAY” donde se

produjo una liberación de Cd al río Jinzu por las empresas mineras de la zona.

Esto provocó una intoxicación por Cd a los campesinos de la zona, ya que usaban

este río para el riesgo de campos de arroz y suministro de agua potable. El

principal síntoma de la intoxicación es osteomalacia renal, pero también anemia y

dolor espinal siendo más susceptibles las mujeres postmenopáusicas y mujeres

embarazadas (Vega, 2016).

El estudio “Contaminación por metales pesados en el sur del Ecuador asociada

a la actividad minera” cubre diferentes ciudades de El Oro en donde se desarrolla

actividades ganaderas, agrícolas, acuícolas y mineras. Las concentraciones de

metales pesados en los suelos, producto de la cianuración y los relaves de

amalgación, tienen niveles que superan los límites establecidos según la

normativa ecuatoriana. Los estudios realizados por el FUNSAD en Zaruma y

Portovelo muestran concentraciones de niveles de plomo: Pb 1796.8-4060.0

mg/kg, As 396.0-8800.0 mg/kg, Zn 513.0-2670.0 mg/kg, Cd 27.0-44.1 mg/kg y Hg

1.0-35.9 mg/kg, que rebasan el máximo permisible señalado en la norma de


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calidad ambiental del recurso suelo y criterios de remediación para suelos

contaminados (Oviedo, Moina, Naranjo , & Barcos, 2017).

2.2. Bases teóricas

2.2.1. Metales pesados

Todos aquellos elementos metálicos o metaloides, de mayor o menor densidad

(superior a 5 g/cm3), que aparecen comúnmente asociados a problemas de

contaminación. Algunos de ellos son esenciales para los organismos en pequeñas

cantidades, como el Fe, Mn, Zn, B, Co, As, V, Cu, Ni o Mo, y se vuelven nocivos

cuando se presentan en concentraciones elevadas, mientras que otros no

desempeñan ninguna función biológica y resultan altamente tóxicos, como el Cd,

Hg o el Pb (Lovley, 1997). Estos elementos tienen su origen en el substrato

litológico, apareciendo bien como elementos nativos o incorporados normalmente

en las estructuras de sulfuros, silicatos, carbonatos, óxidos e hidróxidos. Los

aportes dominantes se producen por deposición atmosférica y afectan de forma

significativa a los primeros centímetros de suelo. Son fuentes importantes de

metales en suelos las cenizas y escorias de los procesos de combustión de

carbón fósil o derivados del petróleo, el aporte directo procedente de actividades

agrícolas (adición de fertilizantes, pesticidas, lodos de depuradoras, compost, etc)

y su acumulación a partir de residuos industriales, urbanos y mineros (metalurgia,

fabricación de pinturas, barnices, disolventes, baterías, textiles, curtidos, etc)

(Lovley, 1997).

La dinámica y disponibilidad de los metales están muy influenciadas por las

condiciones físico-químicas del suelo en el que se encuentran, como el pH y el

potencial rédox, mientras que los constituyentes orgánicos e inorgánicos del suelo

son los que en gran medida condicionan los mecanismos de retención de metales
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por adsorción, complejación y precipitación fundamentalmente. Además, las

plantas y los microorganismos (bacterias y hongos) del suelo también pueden

interaccionar con los metales mediante mecanismos de extracción, estabilización,

biosorción, bioacumulación, biomineralización y biotransformación. En cualquier

caso, es importante resaltar que los metales tóxicos en los suelos no pueden ser

destruidos sino sólo neutralizados y que pequeñas variaciones en las condiciones

del medio edáfico pueden liberar los metales anteriormente insolubilizados, por lo

que es necesario realizar un seguimiento en profundidad de la distribución de

estos contaminantes en el suelo, especialmente de los más tóxicos (Lovley,

1997).

2.2.1.1. Hg

Número atómico 80 y peso atómico 200. Es un líquido blanco plateado a

temperatura ambiente. El mercurio forma soluciones- amalgamas con otros

metales (oro, plata, platino, uranio, cobre, plomo, sodio y potasio), se encuentra

comúnmente como sulfuro, también como rojo de cinabrio, en menor abundancia

metal cinabrio negro y el menos común cloruro de mercurio. La tensión superficial

de mercurio líquido es de 484 dinas/cm, seis veces mayor que la del agua en

contacto con el aire, por consiguiente, no puede mojar la superficie con la cual

esté en contacto. Se usa en empastes dentales, fabricación de pilas, lámparas

fluorescentes, aparatos eléctricos (baterías, conmutadores), pinturas, catálisis,

agricultura (fungicidas, pesticidas), productos farmacéuticos, pulpa, papel,

cosméticos, cremas y jabones para la piel y drogas herbales, termómetros

clínicos. Y en minería de oro, cobre, plata y carbón cientos de toneladas, por su

facilidad de formar amalgamas y así extraerlos fácilmente (Dickson, 2013).

2.2.1.2. Pb
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Número atómico 82, peso atómico 207, color azuloso. Forma muchas sales,

óxidos y compuestos organometálicos. En la industria, los compuestos más

importantes son óxidos y tetraetilo de plomo, forma aleaciones con estaño, cobre,

arsénico, bismuto, cadmio y sodio. El plomo se encuentra en metales de uranio y

de torio, ya que proviene de la división radiactiva. Los minerales comerciales

suelen contener poco plomo (3%), lo más común es que sea del (10%). Los

minerales antes de fundirse pueden acumular hasta 40% o más de plomo. Se usa

como aditivo antidetonante en la gasolina, baterías, en monitores de

computadores y pantallas de televisión, joyería, latas de conserva, tintes para el

pelo, grifería, pigmentos, aceites, cosmetología, aleaciones, cerámicas,

municiones, soldaduras, plomadas, armamento, radiación atómica, insecticidas,

etc (Moreno, 2013).

2.2.1.3. As

Número atómico es 33, se distribuye ampliamente en la naturaleza, peso

atómico 74. Tiene 17 nucleídos radiactivos. La forma metálica es conductor

térmico y eléctrico fácil de romper y de baja ductilidad. En la naturaleza se

encuentra como mineral de cobalto, aunque regularmente está en la superficie de

las rocas combinado con azufre o metales como Mn, Fe, Co, Ni, Ag o Sn. El

principal mineral del arsénico es el FeAsS (arsenopirita) y se usa en tratamiento

de maderas, productos agrícolas (pesticidas, herbicidas) bronceadores de piel,

anticorrosivos, vidrio, cerámica, pinturas, pigmentos, medicamentos. En

alimentación animal como factor de crecimiento, gases venenosos de uso militar,

etc (Dickson, 2013).

2.2.1.4. Mg
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El magnesio es químicamente muy activo, desplaza al hidrógeno del agua en

ebullición y un gran número de metales se puede preparar por reducción térmica

de sus sales y óxidos con magnesio. Se combina con la mayor parte de los no

metales y prácticamente con todos los ácidos. El magnesio reacciona sólo

ligeramente o nada con la mayor parte de los álcalis y muchas sustancias

orgánicas, como hidrocarburos, aldehídos, alcoholes, fenoles, aminas, ésteres y

la mayor parte de los aceites. Utilizado como catalizador, el magnesio sirve para

promover reacciones orgánicas de condensación, reducción, adición y

deshalogenación. Se ha usado largo tiempo en la síntesis de compuestos

orgánicos especiales y complejos por medio de la conocida reacción de Grignard.

Los principales ingredientes de aleaciones son: aluminio, manganeso, zirconio,

zinc, metales de tierras raras y torio (Dickson, 2013).

2.2.1.5. Zn

Los usos más importantes del zinc los constituyen las aleaciones y el

recubrimiento protector de otros metales. El hierro o el acero recubiertos con zinc

se denominan galvanizados, y esto puede hacerse por inmersión del artículo en

zinc fundido (proceso de hot-dip), depositando zinc electrolíticamente sobre el

artículo como un baño chapeado (electrogalvanizado), exponiendo el artículo a

zinc en polvo cerca de su punto de fusión (sherardizing) o rociándolo con zinc

fundido (metalizado) (Moreno, 2013).

2.2.1.6. Cd

Es relativamente raro en la naturaleza se asocia al zinc. Es de color blanco

ligeramente azulado. Peso atómico 112 y densidad relativa 8. Tiene ocho isótopos

estables y presenta once radioisótopos inestables de tipo artificial. Naturalmente

no se encuentra en estado libre y la greenockita (sulfuro de cadmio) es el único


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mineral de cadmio. Casi todo el que se produce es obtenido como subproducto de

la fundición y refinado de los minerales de zinc. Estados Unidos, Canadá, México,

Australia, Bélgica, Luxemburgo y República de Corea son productores

importantes. El cadmio se usa en pinturas, plásticos, pilas, baterías, abonos,

soldaduras, asbestos, pigmentos, barras (reactores nucleares), farmacéutica,

fotografía, vidrio, porcelana, etc (Moreno, 2013).

2.2.2. Explotaciones mineras

Las actividades mineras provocan generalmente grandes impactos

ambientales, con destrucción de los suelos naturales y creación de nuevos suelos

(Antrosoles) que presentan fuertes limitaciones físicas, químicas y biológicas que

dificultan la reinstalación de vegetación. Las consecuencias negativas se reflejan

fundamentalmente en una destrucción de la estructura del suelo y una

modificación de sus características texturales, frecuentemente una disminución de

la fracción arcilla a favor de fracciones más gruesas; una acidificación asociada a

los procesos de oxidación que favorece la movilización de especies químicas

tóxicas limitantes de la actividad biológica; la decapitación de los horizontes

superficiales biológicamente activos, que conlleva la ruptura de los ciclos

biogeoquímicos y la dificultad de enraizamiento; y una disminución de la

capacidad de cambio y de la retención de agua en el suelo como consecuencia de

la escasez de materia orgánica y arcilla (Macías, 1996).

2.2.3. Impacto de los metales pesados en el suelo

La contaminación puede definirse como el aporte de un elemento o de un

compuesto químico desde el exterior del lugar, que provoca un aumento respecto

a la concentración inicial, lo que produce efectos desfavorables, tanto por su

acción desactivadora, como si provocan un aumento excesivo de la actividad.


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Los contaminantes provocan, por lo general, efectos negativos sobre el medio

ambiente que pueden actuar directa o indirectamente sobre el sistema suelo. A

continuación, se describen algunos de los efectos de la contaminación

(Fernández, 2016).

2.2.3.1. Efectos directos de los metales pesados sobre los suelos

 Inhibición de la actividad enzimática de los mismos debido a la destrucción

del poder de autodepuración por procesos de regeneración biológica

normales, al haberse superado la capacidad de aceptación del suelo. Se ve

afectado el ciclo biogeoquímico y la función de biofiltro.

 Disminución cualitativa y cuantitativa del crecimiento normal de las

poblaciones de microorganismos y la fauna del suelo o bien, alteración de

su diversidad, lo que aumenta la fragilidad del sistema.

 Disminución del rendimiento de las cosechas.

 Cambios en la composición de los productos, con riesgo para la salud de

los consumidores, al entrar determinados elementos en la cadena trófica.

2.2.3.2. Efectos indirectos de los metales pesados sobre los suelos

 Contaminación de las aguas superficiales y freáticas por procesos de

transferencia. Se alcanzan concentraciones superiores a las consideradas

aceptables.

 Variación de la disponibilidad de elementos a largo plazo en los suelos,

como consecuencia de cambios en las propiedades físico-químicas de los

mismos.

 Reducción de la fertilidad del suelo, al disminuir la flora y fauna del mismo.

 Modificación de la estructura del suelo debido a la pérdida de fertilidad del

mismo.
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2.2.4. Técnicas de recuperación de suelos contaminados con metales

pesados

2.2.4.1. Extracción con disolventes y ácidos

Este tratamiento, aplicado ex situ, se basa en la extracción de los

contaminantes mediante la mezcla en un tanque del suelo con un disolvente

orgánico como acetona, hexano, metanol, éter dimetílico y trietilamina. El

disolvente orgánico arrastra los contaminantes y se separa del suelo por

evaporación, y mediante la adición de nuevos disolventes o destilación los

contaminantes se eliminan para que el disolvente orgánico empleado pueda ser

reutilizado. A su vez, el suelo tratado se lava para arrastrar cualquier resto que

pueda quedar del disolvente (USEPA, 1990).

Con esta técnica se obtienen muy buenos resultados para eliminar compuestos

orgánicos como PCBs, COVs, disolventes halogenados, hidrocarburos derivados

del petróleo y compuestos organometálicos, aunque se debe de tener en cuenta

la posible toxicidad del disolvente empleado y los residuos de su posterior

tratamiento para ser reutilizado (USEPA, 1990).

De igual forma se utiliza el ácido clorhídrico para extraer metales pesados de

suelos contaminados. El suelo, previamente tamizado para eliminar las gravas, se

mezcla con el ácido y cuando finaliza el tiempo de extracción, el suelo se lava con

agua para eliminar los restos de ácido y metales. La solución extractante se

puede reutilizar usando agentes precipitantes de metales como el hidróxido

sódico o cal. Después del tratamiento, se debe neutralizar cualquier resto de

ácido en el suelo con la adición de cal o fertilizantes (USEPA, 1990).

2.2.4.2. Lavado
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El lavado de suelos es un tratamiento generalmente ex situ en el que el suelo

excavado es previamente separado físicamente por tamizado, densidad o

gravedad para eliminar las partículas de grava más gruesas, con poca capacidad

de adsorción, de la fracción fina y seguidamente lavado con extractantes químicos

que permitan desorber y solubilizar los contaminantes. Después del tratamiento

químico, el suelo se vuelve a lavar con agua para eliminar los contaminantes y

agentes extractantes residuales y se devuelve a su lugar de origen. La eficacia de

esta técnica depende del grado de adsorción del contaminante, controlado por

una serie de propiedades del suelo como el pH, la textura, la capacidad de

intercambio catiónico, la mineralogía o el contenido en materia orgánica y otros

factores como el tiempo que hace que el suelo está contaminado o la presencia

de otros elementos tóxicos (Reed, 1996).

El lavado de suelos se utiliza fundamentalmente para suelos contaminados con

compuestos orgánicos semivolátiles, hidrocarburos derivados del petróleo y

substancias inorgánicas como cianuros y metales pesados, y es menos eficaz

para tratar compuestos orgánicos volátiles y pesticidas. Las substancias

extractantes utilizadas pueden ser ácidos, bases, agentes quelantes, alcoholes,

surfactantes y otros aditivos como sales. Se ha visto que agentes quelantes como

el ácido etilendiaminotetraacético (EDTA), el ácido cítrico y el ácido nitrilotriacético

(NTA), y otros ácidos como el ácido clorhídrico son eficaces a la hora de eliminar

Cu, Pb y Zn de suelos contaminados. Asimismo, los surfactantes (compuestos

con una parte hidrofóbica y una parte hidrofílica de naturaleza catiónica, aniónica

y biológica) son eficaces a la hora de separar los compuestos no acuosos de fase

líquida del agua y compuestos derivados del petróleo (Reed, 1996).

2.2.4.3. Adición de enmiendas


19

Los suelos contaminados por sales o metales pesados pueden también

recuperarse in situ añadiéndoles substancias orgánicas e inorgánicas y

mezclándolas con los horizontes del suelo para transformar los contaminantes.

Entre las estrategias de descontaminación de suelos salinos está la adición de

compuestos químicos (o la utilización de agua de riego) que contengan Ca para

que substituya al Na y el empleo de residuos orgánicos (Adriano, 2004). Está

demostrado que la adición de materia orgánica a suelos salinos puede acelerar el

lavado de Na, disminuir el porcentaje de sodio intercambiable y la conductividad

eléctrica e incrementar la infiltración de agua, la capacidad de retención de agua,

la estabilidad estructural, la biomasa del suelo y diversas actividades enzimáticas.

Por otro lado, la adición de carbonatos, zeolitas, fosfatos, minerales de hierro,

bentonitas, hidróxido cálcico, compost o levaduras también ha sido empleada a la

hora de inmovilizar y reducir la biodisponibilidad de metales tóxicos como el Pb,

U, As, Zn, Ni, Sr, Cu y Cd. Los mecanismos de secuestro de metales en suelos

por estas enmiendas no se conocen por completo. Aunque los experimentos en

campo indican la eficacia de estos tratamientos de inmovilización in situ, existen

dudas sobre si estos mecanismos de recuperación son permanentes o reversibles

en el tiempo. Si el tratamiento in situ induce su efecto a través de un cambio de

pH, dando lugar a una mayor precipitación o adsorción, entonces una

reacidificación del suelo podría aumentar de nuevo la biodisponibilidad de los

metales y su toxicidad. Sin embargo, si las enmiendas promueven el secuestro de

metales en formas no lábiles en suelo, atrapados en las estructuras de las arcillas

o complejados por enlaces covalentes, entonces la inmovilización de los metales

puede ser mucho más duradera (Adriano, 2004).

2.2.4.4. Biotransformación de metales


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Los microorganismos están íntimamente relacionados con la biogeoquímica de

los metales a través de una serie de procesos que determinan su movilidad y

biodisponibilidad. La interacción entre microorganismos y metales se puede

examinar desde dos puntos de vista: a) la influencia de los metales sobre la

población microbiana y sus funciones; y b) la influencia y el papel que juegan los

microorganismos en la transformación de los metales. Hay un elevado número de

investigaciones que han estudiado los efectos tóxicos de los metales sobre la

población microbiana y sus funciones, los factores medioambientales que afectan

a la toxicidad y los mecanismos implicados en la resistencia a metales en distintos

microorganismos. En este sentido, el bioaumento se perfila como un instrumento

eficaz a la hora de proteger en los suelos a las comunidades bacterianas

indígenas de los efectos tóxicos de los metales pesados, mediante la inoculación

de bacterias que muestren elevada resistencia a la toxicidad metálica (Sthepen,

1999).

Al contrario que los compuestos orgánicos tóxicos, los microorganismos no

pueden degradar ni destruir metales o cualquier otro compuesto inorgánico, pero

sí pueden controlar su especiación y transformación a formas más o menos

tóxicas mediante mecanismos de oxidación, reducción, metilación, dimetilación,

formación de complejos, biosorción y acumulación intracelular. En consecuencia,

estos procesos controlan la movilización o inmovilización de metales en suelos y

pueden ser utilizados para realizar tratamientos de biorrecuperación (Sthepen,

1999).

Así, determinadas bacterias oxidantes de hierro y/o azufre (Thiobacillus

thiooxidans, Thiobacillus ferrooxidans, Leptospirillum ferrooxidans) obtienen

energía a través de la oxidación del hierro ferroso y compuestos reducidos de


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azufre, acidificando los suelos como consecuencia de la producción de ácido

sulfúrico y consecuentemente solubilizando sulfuros metálicos y otros compuestos

metálicos que pueden ser eliminados de los suelos por lixiviado. Existen

microorganismos que movilizan metales, metaloides y compuestos

organometálicos a través de procesos de reducción. Por ejemplo, la solubilidad de

los metales se incrementa mediante la reducción microbiana anaerobia de Fe(III)

a Fe(II) y de Mn(IV) a Mn (II), y la reducción de As(V) a As(III), ya sea mediante

reducción microbiana directa por bacterias reductoras de Fe(III) o por procesos

indirectos asociados con la reducción microbiana de óxidos de Fe(III), puede ser

un mecanismo importante de liberación de arsénico en sedimentos. De igual

forma, la reducción biológica de Hg(II) a Hg(0), este último menos tóxico y volátil,

tiene como resultado la eliminación del mercurio en la atmósfera por volatilización

y aunque la movilización del mercurio de esta forma puede resolver problemas

locales de contaminación, existe cierta preocupación por que este mecanismo

pueda contribuir a la contaminación atmosférica global.

La inmovilización microbiana de metales en suelos se lleva a cabo

fundamentalmente a través de los procesos de biosorción y acumulación

intracelular, y precipitación. El término de biosorción se utiliza para describir la

acumulación pasiva de metales y elementos radioactivos, solubles e insolubles,

por materiales biológicos mediante mecanismos de intercambio iónico, adsorción

y microprecipitación. Por otro lado, la recuperación de los metales acumulados

dentro de células vivas sólo se puede realizar en muchas ocasiones cuando la

célula es destruida. La eficacia de los mecanismos de biosorción depende de la

concentración de los metales, de la temperatura, el pH y la presencia de otros

cationes y aniones. Los organismos biológicos utilizados como biosorbentes son


22

principalmente bacterias, hongos y algas. Asimismo, estos microorganismos

pueden producir una serie de compuestos tales como polisacáridos, ácidos

fúlvicos y húmicos o polímeros extracelulares que secuestran metales como el Cr,

Ni, Mo, Cd, Cu, Co y Zn.

La precipitación microbiológica de metales puede ser tanto el resultado de la

reducción disimilatoria microbiana, en la que la forma metálica resultante termina

en el medio extracelular, como la consecuencia secundaria de procesos

metabólicos no relacionados con el metal en cuestión.

Diversas bacterias reductoras de sulfato, como Desulfovibrio sp., también son

eficaces a la hora de reducir metales tóxicos en suelos como U(VI), Cr(VI),

Tc(VII), Se(IV) y de inmovilizarlos in situ en materiales residuales contaminados.

Las bacterias anaerobias reductoras de sulfato dan lugar a la formación de

sulfuros que inmovilizan metales como el Zn, el Cd o el Cu, y han sido utilizadas

con éxito en el tratamiento de aguas y lixiviados.

Las perspectivas futuras en la biotransformación de metales con aplicación en

biorrecuperación incluyen el avance en ingeniería genética y la adaptación de las

metodologías actuales a los problemas de contaminación reales a gran escala.

Recientemente, se ha empleado la modificación genética de bacterias para

promover la inmovilización in situ a través de biosorción de metales pesados,

como el Cd, en suelos moderadamente contaminados que podrían volver a ser

utilizados con fines agrícolas, y se está explorando el biotratamiento conjunto de

metales y compuestos orgánicos tóxicos, contaminantes que frecuentemente

coexisten en suelos.

2.2.4.5. Fitorrecuperación
23

Es una técnica emergente que utiliza la capacidad de ciertas especies

vegetales para sobrevivir en ambientes contaminados con metales pesados y

sustancias orgánicas y a la vez extraer, acumular, inmovilizar o transformar estos

contaminantes del suelo. Las plantas utilizadas en la fitorrecuperación presentan

mecanismos constitutivos y adaptados para tolerar o acumular un elevado

contenido de metales en su rizosfera y en sus tejidos. El éxito de este tratamiento

está controlado por la selección de las especies vegetales adecuadas para

recuperar un suelo determinado, así como de la cuidada selección de enmiendas

(materia orgánica, agentes quelantes, cal, etc.) que permitan mejorar las

propiedades del suelo y fomenten la supervivencia y el crecimiento de las plantas

(Ver Figura 1)(Ver Figura 1) (Clemente, 2005).

La fitorrecuperación es un tratamiento natural, limpio y económico, alternativo a

otros procesos físicos y químicos más invasivos. Se pueden distinguir cinco

procesos básicos de contención (fitoestabilización o fitoinmovilización) o

eliminación (fitoextracción, fitodegradación, fitovolatilización y rizofiltración) de

contaminantes por los que las plantas pueden ser empleadas en la recuperación

de suelos y aguas contaminadas (Clemente, 2005).

- Fitoextracción: También llamada fitoacumulación, emplea la capacidad de

las plantas para extraer el contaminante, principalmente metales, y

acumularlo en sus raíces, tallos u hojas. Una vez terminado el proceso, las

plantas son retiradas junto con el contaminante y destruidas o recicladas

(Clemente, 2005). La fitoextracción puede potenciarse mediante la

complejación de los metales con agentes quelantes como el EDTA, pero

esta práctica requiere un minucioso control de lixiviados que aconseja el

método de fitoextracción natural.


24

- Rizofiltración: Produce la absorción de metales en aguas contaminadas a

través de las raíces de las plantas (Clemente, 2005).

- Fitovolatilización: En la que la planta da lugar a la volatilización de los

contaminantes del suelo (Clemente, 2005). La fitovolatilización se puede

utilizar para recuperar suelos contaminados con metales que forman

compuestos volátiles como el Hg y Se.

La fitorrecuperación ha sido ampliamente utilizada para recuperar suelos

contaminados con metales pesados. Los primeros bioacumuladores de metales

registrados pertenecen al género Thlaspi (T. caerulescens, T. rotundifolium y T.

praecox) aunque en la actualidad se están utilizando un número importante de

otras especies que son capaces de extraer Zn, Pb, As, Cd, Cu, etc. (Brassica

juncea, Elsholtzia splendens, Hemidesmus indicus, Phragmites australis, etc.)

La fitorrecuperación es un procedimiento que no perturba en gran medida el

suelo o el paisaje, de bajo coste y fácil aplicación, aunque presenta

inconvenientes como que es un proceso lento, está limitado a suelos poco

profundos, en ocasiones las elevadas concentraciones de contaminantes pueden

ser tóxicas para las plantas y requiere una buena gestión de la biomasa resultante

para impedir que los contaminantes entren en la cadena trófica.

2.2.4.6. Desorción térmica

Se trata de otro tratamiento térmico ex situ en el que se somete al suelo a unas

temperaturas más bajas (90-320ºC, desorción térmica de baja temperatura; 320-

560°C, desorción térmica de alta temperatura) para conseguir la desorción en vez

de la destrucción de los contaminantes que persigue la incineración. Las

temperaturas empleadas están elegidas para volatilizar contaminantes orgánicos,

pero no para oxidarlos. En concreto, durante la desorción térmica de baja


25

temperatura, el suelo retiene sus propiedades físicas y sus componentes

orgánicos, lo que hace posible que pueda conservar su capacidad para soportar

futura actividad biológica. Mediante la desorción térmica de baja temperatura se

pueden recuperar suelos contaminados con compuestos orgánicos volátiles no

halogenados, combustibles y en algunos casos compuestos orgánicos

semivolátiles. Mediante la desorción térmica de alta temperatura se pueden tratar

las sustancias anteriores además de hidrocarburos aromáticos policíclicos, PCBs,

pesticidas y metales pesados volátiles como el Hg (USEPA, Thermal Desorption

Treatment. Engineering Bulletin., 1994).

2.2.4.7. Estabilización físico-química

Técnica ex situ que se aplica para reducir la movilidad de los contaminantes,

fundamentalmente inorgánicos como los metales pesados, mediante reacciones

químicas que reducen su solubilidad en el suelo y su lixiviado. El suelo

contaminado se suele pretratar para eliminar la fracción gruesa y luego se mezcla

en tanques con agua y una serie de aditivos o agentes estabilizantes como

cementos y fosfatos o álcalis, que aumentan el pH y favorecen la precipitación e

inmovilización de determinados metales pesados. En función del éxito de cada

tratamiento, el suelo tratado puede ser devuelto a su localización para ser

reutilizado o puede acabar en un vertedero controlado. Esta técnica está indicada

para tratar compuestos inorgánicos, incluidos elementos radioactivos, pero tiene

limitada su eficacia para sustancias orgánicas y pesticidas (FRTR, 1999).

2.2.4.8. Vitrificación

Es una técnica de estabilización térmica que se basa en el calentamiento del

suelo contaminado a alta temperatura para conseguir su fusión y transformación

en un material vítreo estable. Así se reduce la movilidad de los contaminantes


26

inorgánicos (principalmente Hg, Pb, Cd, As, Ba, Cr y cianuros) y la destrucción de

los contaminantes orgánicos por reacciones de oxidación y/o pirólisis. Cuando se

lleva a cabo ex situ, se eliminan los elementos gruesos del suelo a tratar y el

calentamiento (1100-1400ºC) se realiza normalmente a través de una corriente

eléctrica aplicada en hornos similares a los utilizados para la fabricación de

vídreo. Cuando este tratamiento se realiza in situ, el calentamiento se consigue a

través de electrodos de grafito insertados en el suelo que permiten alcanzar

temperaturas más elevadas (1600-2000ºC) y que solidifican el material

contaminado al enfriarse (Mulligan, 2001).

2.2.5. Parámetros físico-químicos del suelo

Es muy importante que antes de tratar un suelo se conozca el tipo de

contaminante (metales pesados) y así mismo que se analice el suelo mediante

parámetros físicos y químicos, para luego continuar con la aplicación del

tratamiento más adecuado. A continuación, se describe algunos de los

parámetros más importantes a tener en consideración:

2.2.5.1. Humedad

La humedad o contenido de humedad de un suelo es la relación, expresada

como porcentaje, del peso de agua en una masa dada de suelo, al peso de las

partículas sólidas. La humedad del suelo mide el contenido en agua de un

volumen de tierra. La capacidad máxima de humedad del suelo depende del tipo

de suelo, su desarrollo, la vegetación presente y los usos del suelo. La humedad

del suelo en un momento determinado, dependerá, entre otros factores, de la

precipitación y la evapotranspiración que se hayan producido. Los poros del suelo

pueden estar ocupados por aire y por agua en distintas proporciones según el

estado de humedad del suelo. El contenido de humedad del suelo cuando ha


27

drenado el agua de gravedad, a esto se conoce como capacidad de campo o

capacidad de retención, que se define como “el contenido de humedad del suelo,

cuando la redistribución del agua es lenta”. En este estado los macroporos están

ocupados por aire y los microporos están ocupados por agua. En esta situación

es muy favorable para las plantas ya que es fácil la absorción radicular (se precisa

poca energía) (Corrales, 2009).

2.2.5.2. Textura

La textura indica el contenido relativo de partículas de diferente tamaño, como

la arena, el limo y la arcilla, en el suelo. La textura tiene que ver con la facilidad

con que se puede trabajar el suelo, la cantidad de agua y aire que retiene y la

velocidad con que el agua penetra en el suelo y lo atraviesa (FAO, 2008).

2.2.5.3. Permeabilidad

Es la propiedad que tiene el suelo de transmitir el agua y el aire. Mientras más

permeable sea el suelo, mayor será la filtración. Muchos factores afectan a la

permeabilidad del suelo. En ocasiones, se trata de factores en extremo

localizados, como fisuras y cárcavas, y es difícil hallar valores representativos de

la permeabilidad a partir de mediciones reales. Un estudio serio de los perfiles de

suelo proporciona una indispensable comprobación de dichas mediciones. Las

observaciones sobre la textura del suelo, su estructura, consistencia, color y

manchas de color, la disposición por capas, los poros visibles y la profundidad de

las capas impermeables como la roca madre y la capa de arcilla*, constituyen la

base para decidir si es probable que las mediciones de la permeabilidad sean

representativas (FAO, 2009).

2.2.5.4. Temperatura
28

Los átomos y moléculas en una sustancia no siempre se mueven a la misma

velocidad. Esto significa que hay un rango de energía (energía de movimiento) en

las moléculas La temperatura es una medida del calor o energía térmica de las

partículas en una sustancia. Como lo que medimos en su movimiento medio, la

temperatura no depende del número de partículas en un objeto y por lo tanto no

depende de su tamaño (Viguera, 2004).

2.2.5.5. pH

Los suelos presentan distinta capacidad de cambio en función del pH. A pH

bajos los hidrogeniones están fuertemente retenidos en las superficies de las

partículas, pero a pH altos los H de los grupos carboxílicos primero y de los OH

después, se disocian y los H+ pueden ser intercambiados por cationes (Battista,

2009).

2.3. Marco legal

Constitución del Ecuador. Publicada en el registro Oficial Nº 449 del


Lunes 20-10-2008.
Capitulo segundo: Biodiversidad y recursos naturales.
Sección primera: Naturaleza y ambiente.
Art. 395.-La Constitución reconoce los siguientes principios ambientales: 1. El
Estado garantizará un modelo sustentable de desarrollo, ambientalmente
equilibrado y respetuoso de la diversidad cultural, que conserve la
biodiversidad y la capacidad de regeneración natural de los ecosistemas, y
asegure la satisfacción de las necesidades de las generaciones presentes y
futuras. 2. Las políticas de gestión ambiental se aplicarán de manera
transversal y serán de obligatorio cumplimiento por parte del Estado en todos
sus niveles y por todas las personas naturales o jurídicas en el territorio
nacional. 3. El Estado garantizará la participación y permanente de las
personas, comunidades, pueblos y nacionalidades afectadas, en la
planificación, ejecución y control de toda actividad que genere impactos
ambientales. 4. En caso de duda sobre el alcance de las disposiciones legales
en materia ambiental, éstas se aplicarán en el sentido más favorable a la
protección de la naturaleza.
Art. 396.- El Estado adoptará las políticas y medidas oportunas que eviten los
impactos ambientales negativos, cuando exista certidumbre de daño. En caso
de duda sobre el impacto ambiental de alguna acción u omisión, aunque no
exista evidencia científica del daño, el Estado adoptará medidas protectoras
eficaces y oportunas. La responsabilidad por daños ambientales es objetiva.
Todo daño al ambiente, además de las sanciones correspondientes, implicará
29

también la obligación de restaurar integralmente los ecosistemas e indemnizar


a las personas y comunidades afectadas. Cada uno de los actores de los
procesos de producción, distribución, comercialización y uso de bienes o
servicios asumirá la responsabilidad directa de prevenir cualquier impacto
ambiental, de mitigar y reparar los daños que ha causado, y de mantener un
sistema de control ambiental permanente. Las acciones legales para perseguir
y sancionar por daños ambientales serán imprescriptibles.
Art. 397.- En caso de daños ambientales el Estado actuará de manera
inmediata y subsidiaria para garantizar la salud y la restauración de los
ecosistemas. Además de la sanción correspondiente, el Estado repetirá contra
el operador de la actividad que produjera el daño las obligaciones que conlleve
la reparación integral, en las condiciones y con los procedimientos que la ley
establezca. La responsabilidad también recaerá sobre las servidoras o
servidores responsables de realizar el control ambiental. Para garantizar el
derecho individual y colectivo a vivir en un ambiente sano y ecológicamente
equilibrado, el Estado se compromete a: 1. Permitir a cualquier persona natural
o jurídica, colectividad o grupo humano, ejercer las acciones legales y acudir a
los órganos judiciales y administrativos, sin perjuicio de su interés directo, para
obtener de ellos la tutela efectiva en materia ambiental, incluyendo la
posibilidad de solicitar medidas cautelares que permitan cesar la amenaza o el
daño ambiental materia de litigio. La carga de la prueba sobre la inexistencia de
daño potencial o real recaerá sobre el gestor de la actividad o el demandado. 2.
Establecer mecanismos efectivos de prevención y control de la contaminación
ambiental, de recuperación de espacios naturales degradados y de manejo
sustentable de los recursos naturales. 3. Regular la producción, importación,
distribución, uso y disposición final de materiales tóxicos y peligrosos para las
personas o el ambiente.
Código orgánico del ambiente. Registro Oficial Nº 983 del 12-04-2017.
Título II De los derechos, deberes y Principios ambientales
Artículo 4.- Disposiciones comunes. Las disposiciones del presente Código
promoverán el efectivo goce de los derechos de la naturaleza y de las
personas, comunas, comunidades, pueblos, nacionalidades y colectivos a vivir
en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, de conformidad con la
Constitución y los instrumentos internacionales ratificados por el Estado, los
cuales son inalienables, irrenunciables, indivisibles, de igual jerarquía,
interdependientes, progresivos y no se excluyen entre sí. Para asegurar el
respeto, la tutela y el ejercicio de los derechos se desarrollarán las garantías
normativas, institucionales y jurisdiccionales establecidas por la Constitución y
la ley. Las herramientas de ejecución de los principios, derechos y garantías
ambientales son de carácter sistémico y transversal.
Artículo 5.- Derecho de la población a vivir en un ambiente sano. El derecho a
vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado comprende: 1. La
conservación, manejo sostenible y recuperación del patrimonio natural, la
biodiversidad y todos sus componentes, con respeto a los derechos de la
naturaleza y a los derechos colectivos de las comunas, comunidades, pueblos
y nacionalidades; 2. El manejo sostenible de los ecosistemas, con especial
atención a los ecosistemas frágiles y amenazados tales como páramos,
humedales, bosques nublados, bosques tropicales secos y húmedos,
manglares y ecosistemas marinos y marinos-costeros; 3. La intangibilidad del
Sistema Nacional de Áreas Protegidas, en los términos establecidos en la
30

Constitución y la ley; 4. La conservación, preservación y recuperación de los


recursos hídricos, cuencas hidrográficas y caudales ecológicos asociados al
ciclo hidrológico; 5. La conservación y uso sostenible del suelo que prevenga la
erosión, la degradación, la desertificación y permita su restauración; 6. La
prevención, control y reparación integral de los daños ambientales; 7. La
obligación de toda obra, proyecto o actividad, en todas sus fases, de sujetarse
al procedimiento de evaluación de impacto ambiental; 8. El desarrollo y uso de
prácticas y tecnologías ambientalmente limpias y sanas, así como de energías
alternativas no contaminantes, renovables, diversificadas y de bajo impacto
ambiental; 9. El uso, experimentación y el desarrollo de la biotecnología y la
comercialización de sus productos, bajo estrictas normas de bioseguridad, con
sujeción a las prohibiciones establecidas en la Constitución y demás normativa
vigente; 10. La participación en el marco de la ley de las personas, comunas,
comunidades, pueblos, nacionalidades y colectivos, en toda actividad o
decisión que pueda producir o que produzca impactos o daños ambientales;
11. La adopción de políticas públicas, medidas administrativas, normativas y
jurisdiccionales que garanticen el ejercicio de este derecho; y, 12. La
implementación de planes, programas, acciones y medidas de adaptación para
aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad ambiental, social y económica
frente a la variabilidad climática y a los impactos del cambio climático, así como
la implementación de los mismos para mitigar sus causas.
Artículo 6.- Derechos de la naturaleza. Son derechos de la naturaleza los
reconocidos en la Constitución, los cuales abarcan el respeto integral de su
existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura,
funciones y procesos evolutivos, así como la restauración. Para la garantía del
ejercicio de sus derechos, en la planificación y el ordenamiento territorial se
incorporarán criterios ambientales territoriales en virtud de los ecosistemas. La
Autoridad Ambiental Nacional definirá los criterios ambientales territoriales y
desarrollará los lineamientos técnicos sobre los ciclos vitales, estructura,
funciones y procesos evolutivos de la naturaleza.
Artículo 7.- Deberes comunes del Estado y las personas. Son de interés público
y por lo tanto deberes del Estado y de todas las personas, comunas,
comunidades, pueblos y nacionalidades y colectivos, los siguientes: 1.
Respetar los derechos de la naturaleza y utilizar los recursos naturales, los
bienes tangibles e intangibles asociados a ellos, de modo racional y sostenible;
2. Proteger, conservar y restaurar el patrimonio natural nacional, los
ecosistemas, la biodiversidad y la integridad del patrimonio genético del país; 3.
Crear y fortalecer las condiciones para la implementación de medidas de
mitigación y adaptación al cambio climático; 4. Prevenir, evitar y reparar de
forma integral los daños y pasivos ambientales y sociales; e, 5. Informar,
comunicar o denunciar ante la autoridad competente cualquier actividad
contaminante que produzca o pueda producir impactos o daños ambientales.
Artículo 8.- Responsabilidades del Estado. Sin perjuicio de otras establecidas
por la Constitución y la ley, las responsabilidades ambientales del Estado son:
1. Promover la cooperación internacional entre países, organizaciones
internacionales, organizaciones no gubernamentales y demás sujetos de
derecho en el orden internacional, con medidas concretas en materia de
protección de derechos de la naturaleza y gestión ambiental, sin que ello
implique el menoscabo de la soberanía nacional; 2. Articular la gestión
ambiental a través del Sistema Nacional Descentralizado de Gestión Ambiental,
31

de conformidad con la Constitución, el presente Código y demás leyes


pertinentes; 3. Garantizar la tutela efectiva del derecho a vivir en un ambiente
sano y los derechos de la naturaleza, que permitan gozar a la ciudadanía del
derecho a la salud, al bienestar colectivo y al buen vivir; 4. Garantizar la
participación de las personas, comunas, comunidades, pueblos y
nacionalidades en la formulación, ejecución, evaluación y control de las
políticas públicas, normas y de la gestión ambiental, de conformidad con la
Constitución y la ley; 5. Promover y garantizar que cada uno de los actores de
los procesos de producción, distribución, comercialización y uso de bienes o
servicios, asuma la responsabilidad ambiental directa de prevenir, evitar y
reparar integralmente los impactos o daños ambientales causados o que
pudiera causar, así como mantener un sistema de control ambiental
permanente; 6. Instaurar estrategias territoriales nacionales que contemplen e
incorporen criterios ambientales para la conservación, uso sostenible y
restauración del patrimonio natural, los cuales podrán incluir mecanismos de
incentivos a los Gobiernos Autónomos Descentralizados por la mejora en sus
indicadores ambientales; así como definir las medidas administrativas y
financieras establecidas en este Código y las que correspondan; y, 7.
Garantizar que las decisiones o autorizaciones estatales que puedan afectar al
ambiente sean consultadas a la comunidad, a la cual se informará amplia y
oportunamente, de conformidad con la Constitución y la ley. La planificación y
el ordenamiento territorial son unas de las herramientas indispensables para
lograr la conservación, manejo sostenible y restauración del patrimonio natural
del país. Las políticas de desarrollo, ambientales, sectoriales y nacionales
deberán estar integradas. (…)
Texto Unificado de Legislación Segundaria del Medio Ambiente TULSMA,
libro VI de la Calidad Ambiental, Anexo 2 Norma de Calidad Ambiental del
Recurso Suelo y Criterios de Remediación para Suelos Contaminados.
4.1.3 Suelos contaminados.
4.1.3.6 Cuando un suelo se encuentre contaminado, el causante o la
organización responsable por la contaminación, adoptará los siguientes
procedimientos de informe:
5.- Análisis de muestra El análisis de un suelo contaminado, permite determinar
el nivel de afectación de un suelo y la concentración del contaminante en el
mismo. Estos análisis serán complementarios a los encontrados en el análisis
in situ, de esta manera se determinará la distribución de los contaminantes en
la zona saturada y no saturada. Los parámetros Físicos a determinar en las
muestras se enumeran a continuación: pH humedad Materia Orgánica
(Carbono Orgánico) Granulometría del suelo (tamaño de partícula) Los
parámetros químicos y biológicos a analizar deben estar relacionados con los
posibles contaminantes, los mismos tendrán relación con las actividades
industriales, comerciales o agrícolas que se realizan en el área de estudio. Ante
la ausencia en la norma de un parámetro relevante para el suelo objeto de
estudio, la Entidad Ambiental de Control tomará el criterio emitido en 4.1.3.3.
6.- Remediación del Suelo Contaminado Se deberá evaluar y adoptar el
método más idóneo de remediación, actividad que dependerá de la sustancia
contaminante presente y que será decisoria en el momento de elegir los
criterios técnicos para cada caso en particular. Entre las opciones de
remediación se citan las siguientes:
Tratamientos Físicos
32

Excavación y remoción
Extracción de vapores
Lavado del suelo Aireación
Estabilización y solidificación
Vitrificación
Tratamiento Térmico (incineración, pirolisis, desorción térmica, destrucción
térmica, etc.)
Tratamiento Químico
Neutralización Extracción con solventes
Deshalogenación
Tratamiento químico directo
Tratamientos Biológicos
4.2 Criterios de Calidad del Suelo y Criterios de Remediación
4.2.1 Criterios de Calidad de Suelo
Los criterios de calidad, son valores de fondo aproximados o límites analíticos
de detección para un contaminante en el suelo. Para los propósitos de esta
Norma, los valores de fondo se refieren a los niveles ambientales
representativos para un contaminante en el suelo. Los valores pueden reflejar
las variaciones geológicas naturales de áreas no desarrolladas o libres de la
influencia de actividades industriales o urbanas generalizadas. Los criterios de
calidad de un suelo se presentan a continuación:
Tabla 2. Criterios de calidad del suelo
Unidades Suelo
Sustancia (Concentración
en Peso Seco)
Parámetros Generales
Conductividad mmhos/cm 2
pH 6a8
Relación de Adsorción de Sodio
(Índice SAR) 4*
Parámetros Inorgánicos
Arsénico (inorgánico) mg/kg 5
Azufre (elemental) mg/kg 250
Bario mg/kg 200
Boro (soluble en agua caliente) mg/kg 1
Cadmio mg/kg 0.5
Cobalto mg/kg 10
Cobre mg/kg 30
Cromo Total mg/kg 20
Cromo VI mg/kg 2.5
Cianuro (libre) mg/kg 0.25
Estaño mg/kg 5
Flúor (total) mg/kg 200
Mercurio mg/kg 0.1
Molibdeno mg/kg 2
Níquel mg/kg 20
Plomo mg/kg 25
Selenio mg/kg 1
Vanadio mg/kg 25
Zinc mg/kg 60
33

Unidades Suelo
Sustancia (Concentración
en Peso Seco)
Parámetros Orgánicos
Benceno mg/kg 0.05
Clorobenceno mg/kg 0.1
Etilbenceno mg/kg 0.1
Estireno mg/kg 0.1
Tolueno mg/kg 0.1
Xileno mg/kg 0.1
PCBs mg/kg 0.1
Clorinados Alifáticos (cada tipo) mg/kg 0.1
Clorobencenos (cada tipo) mg/kg 0.05
Hexaclorobenceno mg/kg 0.1
hexaclorociclohexano mg/kg 0.01
Fenólicos no clorinados (cada tipo) mg/kg 0.1
Clorofenoles (cada tipo) mg/kg 0.05
Hidrocarburos Aromáticos mg/kg 0.1
Policíclicos (HAPs) cada tipo
*: El valor numérico del Índice de Adsorción de Sodio (SAR) es la
concentración requerida para que un suelo produzca todo tipo de cultivos.
4.2.2 Criterios de Remediación o Restauración del Suelo
Los criterios de Remediación o Restauración se establecen de acuerdo al uso
que del suelo (agrícola, comercial, residencial e industrial), y son presentados
en la Tabla 3. Tienen el propósito de establecer los niveles máximos de
concentración de contaminantes de un suelo en proceso de remediación o
restauración.
Tabla 3. Criterios de Remediación o Restauración (Valores Máximos
Permitidos)
SUSTANCIA Unidades USO DEL SUELO
(Concentración Agrícola Residencial Comercial Industrial
en Peso Seco)
Parámetros Generales
Conductividad mmhos/cm. 2 2 4 4
pH 6a8 6a8 6a8 6a8
Parámetros Inorgánicos
Arsénico (inorgánico) mg/kg 12 15 15 15
Azufre (elemental) mg/kg 500 - - -
Bario mg/kg 750 500 2000 2000
Boro (soluble en agua mg/kg 2 - - -
caliente)
Cadmio mg/kg 2 5 10 10
Cobalto mg/kg 40 50 300 300
Cobre mg/kg 63 63 91 91
Cromo Total mg/kg 65 65 90 90
Cromo VI mg/kg 0.4 0.4 1.4 1.4
Cianuro (libre) mg/kg 0.9 0.9 8.0 8.0
Estaño mg/kg 5 50 300 300
Flúor (total) mg/kg 200 400 2000 2000
Mercurio (inorgánico) mg/kg 0.8 2 10 10
34

SUSTANCIA Unidades USO DEL SUELO


(Concentración Agrícola Residencial Comercial Industrial
en Peso Seco)
Molibdeno mg/kg 5 10 40 40
Níquel mg/kg 50 100 100 100
Plata mg/kg 20 20 40 40
Plomo mg/kg 100 100 150 150
Selenio mg/kg 2 3 10 10
Talio mg/kg 1 1 1 1
Vanadio mg/kg 130 130 130 130
Zinc mg/kg 200 200 380 380
Parámetros orgánicos
Aceites y Grasas mg/kg 500 <2 500 <4 000 <4 000
Hidrocarburos
Aromáticos
Monocíclicos
Benceno mg/kg 0.05 0.5 5 5
Etilbenceno mg/kg 0.1 1.2 20 20
Estireno mg/kg 0.1 5 50 50
Tolueno mg/kg 0.1 0.8 0.8 0.8
Xileno mg/kg 0.1 1 17 20
Compuestos mg/kg - - - -
Fenólicos
Clorofenoles (cada mg/kg 0.05 0.5 5 5
uno)
Fenoles (total) mg/kg 3.8 3.8 3.8 3.8
Hidrocarburos mg/kg <2 <5 <1
aromáticos
policiclicos
Benzo(a)antraceno mg/kg 0.1 1 1 1
Benzo(a)pirenos mg/kg 0.1 0.7 0.7 0.7
Continua....
...Continuación
SUSTANCIA Unidades USO DEL SUELO
(Concentra Agrícola Residencial Comercial Industrial
ción en
Peso
Seco)
Naftaleno mg/kg 0.1 0.6 22 22
Pirenos mg/kg 0.1 10 10 10
Hidrocarburos Clorinados
Bifenilospoliclorados mg/kg 0.5 1.3 33 33
(PCBs) total
Clorinados Alifáticos (cada mg/kg 0.1 5 50 50
uno)
Clorobencenos (cada uno) 0.05 2 10 10
Tetracloroetilenos mg/kg 0.1 0.2 0.5 0.6
Tricloroetileno mg/kg 0.1 3 30 30
Pesticidas
Pesticidas organoclorados mg/kg 0.1 0.1 0.1 0.1
35

SUSTANCIA Unidades USO DEL SUELO


(Concentra Agrícola Residencial Comercial Industrial
ción en
Peso
Seco)
y sus Metabolitos totales*
Aldrin
Dieldrin
Clordano
DDT(total)1
Endosulfan (total)2
Endrin (total)3 mg/kg 0.01 0.01 0.01 0.01
Heptacloro4 mg/kg 0.01 0.01 0.01 0.01
Hexaclorociclohexano mg/kg 0.01 0.01 0.01 0.01
(todos los isómeros)5
Atrazina mg/kg 0.005 0.005 0.005 0.005
Carbofuran mg/kg 0.01 0.01 0.01 0.01
Orgánicos Misceláneos - - - -
Alifáticos no Clorinados mg/kg 0.3 - - -
(cada uno)

2.4. Evaluación del impacto ambiental

El artículo “Contaminación por metales pesados en el sur del Ecuador asociada

a la actividad minera” recopila información de la zona minera del sur del Ecuador,

y a su vez del efecto de la actividad minera desarrollada en esta zona, la misma

que ha contribuido a la contaminación del suelo, agua y aire en los cantones

Zaruma y Portovelo de la provincia de El Oro, causando graves repercusiones en

la salud de los pobladores. En los cantones antes mencionado se han recolectado

datos que muestran las concentraciones de algunos metales pesados en el suelo

(Hg, Pb, As, Mg, Zn, Cd) (Oviedo, Moina, Naranjo , & Barcos, 2017).

Realizando el análisis pertinente en las características de cada uno de los

metales pesados presentes en el suelo contaminado por actividad minera en el

sur del país se ha determinado las técnicas de remediación apropiadas para

mitigar dicho impacto las cuales se mencionan en el siguiente apartado.

2.5. Técnicas de remediación


36

Una vez identificado claramente el contaminante (metales pesados) se procede

a analizar las posibles medidas de remediación (Ver Tabla 1).

Tabla 1. Técnicas de remediación para suelos contaminados por metales


pesados
Técnicas de remediación para suelos contaminados por metales pesados
TÉCNICAS DE DESCONTAMINACIÓN
Tratamiento Tipo de contaminante tratado (metales
pesados)
Tratamiento físico-químico
Extracción con disolventes y ácidos (Ex situ) Metales pesados
Lavado (Ex situ) Metales pesados
Adición de enmiendas (In situ) Metales pesados-tóxicos (Pb, As, Zn, Cd, U,
Ni, Sr, Cu)
Tratamiento bilógico o biorrecuperación
Biotransformación de metales (In situ) Metales pesados (Zn, Cd, Hg, As)
Fitorrecuperación (In situ): Metales pesados (Pb, As, Cd, Hg)
 Fitoextracción
 Rizofiltración
 Fitovolatilización
Tratamiento térmico
Desorción térmica (Ex situ) Metales pesados volátiles(Hg, Pb)
TÉCNICAS DE CONFINAMIENTO
Tratamiento Tipo de contaminantes tratados
Estabilización físico-química (Ex situ) Metales pesados
Vitrificación (Ex situ - In situ) Metales pesados (As, Cd, Hg, Pb)
González, 2019

En base a revisión bibliográfica y después de analizar cada una de las técnicas

de remediación para el contaminante en cuestión, enfocándonos principalmente

en los metales pesados mencionados anteriormente, se han propuesto dos

opciones diferentes de tratamientos en base a las siguientes características que

los hacen resaltar entre los demás (Guerrero, 2017):

 Al ser técnicas In situ el costo final de tratamiento va a ser menor al no

requerir excavación ni transportes (se evita el problema de transportar

mercancías peligrosas) que las técnicas Ex situ ya que no se realizará el

transporte del suelo (a la planta y desde la planta) (Ver Figura 2 y 3).


37

 Aunque normalmente en las técnicas In situ se requieren largos tiempos

de tratamiento la ventaja aquí es que abarcará una mayor extensión en

la aplicación del tratamiento.

 Finalmente, al ser In situ no se altera la estructura del suelo

conservándose las propiedades del mismo (textura, estructura, color,

permeabilidad, porosidad, drenaje, consistencia, etc) y a la vez

preservando el hábitat tanto de la macrofauna como de la microfauna

existentes en el suelo.

Mientras que algunas de las técnicas Ex situ son muy efectivas normalmente

estas generan grandes cantidades de residuos y muchas veces al ser tratado el

suelo completamente se limita en gran medida su reutilización y termina siendo un

desecho peligroso.

Es por esa y muchas razones que hemos seleccionado entre todas las técnicas

para tratamiento de suelos contaminados por metales pesados a las técnicas In

situ, teniendo en consideración tres, principalmente:

- Biotransformación de metales (In situ)

- Adición de enmiendas (In situ)

- Fitorrecuperación (In situ)

Estas dos últimas combinadas para un mejor resultado.

3. Análisis

Tratamiento 1: Implementación de un proceso de fitorrecuperación en dos

fases: adición de enmiendas (Técnica 1) mas fitorremediación (Técnica 2).

Metodología: En primer lugar, se deberán aplicar enmiendas al suelo

contaminado; por ejemplo, compost biosólido. La efectividad del tratamiento se

evaluará midiendo la biomasa de las plantas y las concentraciones de elementos


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traza (ET) en las mismas, así como la transferencia de estos elementos del suelo

a la planta. Las enmiendas inorgánicas ricas en cal son muy efectivas para

aumentar el pH del suelo y reducir la disponibilidad (movilidad) de ET; mientras

que las enmiendas orgánicas son efectivas para compensar la pérdida de materia

orgánica del suelo (Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla,

2018).

En segundo lugar, se analizarán los efectos sobre la recuperación del suelo

mediante especies vegetales que ayuden a reducir la concentración de metales

pesados en el suelo (Helianthus annuus: Girasol), plantados en suelos

recuperados. Medir la concentración de ET en hojas y raíces de las especies

vegetales, así como en el suelo subyacente. Evaluar la capacidad de

fitoestabilización de ET por las diferentes especies, en base a la retención por las

raíces y la baja translocación a las hojas (Instituto de Recursos Naturales y

Agrobiología de Sevilla, 2018).

En este proceso de fitorrecuperación de suelos contaminados por metales

pesados es necesario el seguimiento y la monitorización a largo plazo de la

disponibilidad de ET en los suelos y su concentración en los distintos organismos

(flora y fauna) que forman la red trófica. La evaluación continua de los resultados

modificará la aplicación de las medidas de recuperación en un ciclo de gestión

adaptativo (Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla, 2018).

Costo: 15 - 40 $ (10 – 30 €) m3 suelo. La fitorrecuperación es económicamente

competitiva respecto de otras alternativas de remediación (Mentaberry, 2011).

Tabla 2. Tratamiento 1 para recuperación de suelos contaminados por


metales pesados
Tratamiento 1
Técnica Recursos
Adición de enmiendas compost biosólido, cal, etc.
Fitorrecuperación Girasol (Helianthus
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annuus)
González, 2019

Tratamiento 2: Biotransformación de metales a través de bacterias, hongos y

algas.

Siendo la biotransformación un método biológico que permite alcanzar altas

eficiencias mayores al 90% de conversión de metales que contaminan el suelo,

cumpliendo de esta manera con la normatividad ambiental vigente. La aplicación

de fertilización y consorcio bacteriano al proceso de biorremediación resulta ser

una de las mejores alternativas para la recuperación de suelos contaminados, ya

sea por metales o hidrocarburos (Bobadilla, 2014).

Los microorganismos selectivos que se emplearán en dicho tratamiento

actuarán específicamente sobre ciertos metales, dejándolos no disponibles en el

suelo que los contiene. Los beneficios que se alcanzan, sin duda es mejorar la

calidad del medio ambiente, suelo, aire, agua y salud de la población (Bobadilla,

2014).

Las transformaciones por bacterias ocurren de la siguiente forma

(Metodología):

1. Movilización del metal pesado

Biolixiviación: Este mecanismo de solubilización es utilizado en la industria

minera. Por intermedio de la acción microbiana, los metales presentes en los

minerales resultan extraídos en fase acuosa. Tal es el caso de la obtención de Cu

por la oxidación delas menas de Cu2S (calcocita) a CuSO4 por intermedio de la

acción de las bacterias Thiobacillus ferroxidans y Thiobacillusthiooxidans

2. Inmovilización de metales pesados

Biosorción: Es un fenómeno ampliamente estudiado en la biorremediación de

diversos metales pesados como el cadmio, cromo, plomo, níquel, zinc y cobre.
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Los microorganismos utilizados como biosorbentes, retienen los metales pesados

a intervalos de tiempo relativamente cortos al entrar en contacto con soluciones

de dichos metales.

Biomineralización: Los microorganismos son capaces de precipitar metales y

radionúclidos como carbonatos e hidróxidos, mediante un mecanismo de

resistencia codificado en plásmidos. Este mecanismo aparece por el

funcionamiento de una bomba que expulsa el metal tóxico presente en el

citoplasma hacia el exterior celular en contracorriente a un flujo de H+ hacia el

interior celular. Esto produce una alcalinización localizada sobre la superficie

celular externa.

La biotransformación de metales no está totalmente desarrollada (Ortiz, 2015).

Costo: 25 - 105 $ (20 – 80 €) m3 suelo

Tabla 3. Tratamiento 2 para recuperación de suelos contaminados por


metales pesados
Tratamiento 2
Técnica Recurso
Biotransformación de metales Bacterias
González, 2019
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4. Conclusiones

Se concluye que el Tratamiento 1 para remediar suelos contaminados por

metales pesados en términos económicos es menos costoso (15 - 40 $ m3 de

suelo) que el Tratamiento 2 ($25 - 150 por m3) (Peinado, 2017)


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5. Bibliografía
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6. Anexos

Figura 1. Fitorremediación
Mentaberry, 2019

Figura 2. Técnica In situ


Balan, 2019
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Figura 3. Técnica Ex situ


Balan, 2019

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