Tema 2 Flagrancia
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Tema 2 Flagrancia
LA FLAGRANCIA
SEGÚN EL CÓDIGO ORGÁNICO
PROCESAL PENAL
Es tanto lo que se ha dicho sobre el tema, pero continúan siendo tantas las
diferencias terminológicas con que se manejan los Fiscales del Ministerio Público
y los Jueces Penales, que el tratamiento del procedimiento en cuestión siempre
resulta interesante, y a su vez extraordinariamente difícil de abordar, y ello no sólo
por su confusa y precaria regulación, sino por la infinidad de hipótesis fácticas que
se presentan en la realidad. Casi todo se ha dicho, pero no pudimos dejar de
hacerlo nosotros, pues consideramos que siempre se podrá aportar, al menos un
granito, al inmenso mar de interpretaciones sobre la materia.
I. EL DELITO FLAGRANTE
El término proviene de flagrantia, cuyo significado es arder, brillar, estar
flameante, incandescente; como lo define el Dr. Alberto ARTEAGA SÁNCHEZ, “el
delito flagrante, llameante o resplandeciente es el que se está realizando y
apreciado como tal por una persona”277. Siguiendo la misma idea, Eric
PÉREZ278 señala que será delito flagrante aquel que es descubierto por las
autoridades cuando se está cometiendo o acaba de cometerse. SILVA SILVA279
enseña que la flagrancia supone una íntima relación entre un hecho considerado
como delictuoso y su autor, aunado al elemento sorpresa.
Carmelo BORREGO, sobre la cuasi flagrancia explica que "el Código Orgánico
Procesal Penal, también de reciente modificación por voto del llamado
‘Congresillo’ (al menos con la inclusión de la palabra ‘sospechoso’ que sustituye a
la de ‘sorprendido’ que se encontraba en el texto anterior) plantea no sólo la
hipótesis de flagrancia en los términos descritos en la Constitución, sino que
también se establece una hipótesis de cuasi flagrancia o flagrancia presunta o
inferida como también se le conoce (aun cuando en el texto procesal se dice que
ello también constituye un supuesto de flagrancia). Allí se recoge el
acontecimiento de la persecución del ‘sorprendido’, sea por la víctima o cualquier
persona, sea por las autoridades policiales, lo que implica una suerte de actuación
posterior a la situación de ‘ardimiento’ en sentido estricto que también se describe
en el Código. De modo que lo menos que se puede suponer -y es un asunto a
considerar debido al conflicto aparente- es la deslegitimación de esta segunda
descripción legal contenida en el Código Orgánico Procesal Penal, dado que el
discurso de los Constituyentes da a entender que la intención era sólo establecer
el modo de detención proveído por vía exclusiva de la flagrancia strictu sensu o
mediante la orden judicial y no se reconoce -al menos desde el punto de vista
constitucional- una manera distinta de producir la detención de cualquier
ciudadano, independientemente de las razones que en contra de esta formulación
puedan plantearse en ocasión a los problemas de inseguridad personal que se
viven en el país. Entonces, no hay que liarse, esa es la postura que ha de primar,
tanto desde el punto de vista policial como judicial. No obstante, en el mes de
septiembre 2000 se publicó -tal como se mencionó- la reforma del Código
Orgánico Procesal Penal y allí ni siquiera se prestó atención al dispositivo
constitucional del artículo 44 (46 del proyecto aprobado) ordinal primero, en
consecuencia se creó, además, una especie de tercera vía extraña al texto de la
Constitución donde, precisamente, puede evidenciarse un deterioro de la
protección de la libertad, tallos deseos de los Asambleístas en el proceso de
formación de la Constitución. Por si fuera poco, ya esta especie, aparte de otras
más, vienen causando estragos en cuanto a este derecho; pues bien, la reforma
del texto procesal introdujo una especie intermedia que impide que cualquier
ciudadano detenido pueda obtener su libertad de manera inmediata cuando el juez
de control ordena la excarcelación un tanto distinto al caso de la flagrancia". La
Constitución... Ob. Cit., p. 106.
"Artículo 248. Definición. Para los efectos de este Capítulo se tendrá como delito
flagrante el que se esté cometiendo o el que acaba de cometerse. También se
tendrá como delito flagrante aquel por el cual el sospechoso se vea perseguido
por la autoridad policial, por la víctima o por el clamor público, o en el que se le
sorprenda a poco de haberse cometido el hecho, en el mismo lugar o cerca del
lugar donde se cometió, con armas, instrumentos u otros objetos que de alguna
manera hagan presumir con fundamento que él es el autor".
"Artículo 22. Apreciación de las pruebas. Las pruebas se apreciarán por el tribunal
según la sana crítica observando las reglas de la lógica, los conocimientos
científicos y las máximas de experiencia".
En efecto, se debe tener en cuenta, con respecto a la prueba y a los efectos de
calificar el delito como flagrante, lo expresado en la exposición de motivos del
Código Orgánico Procesal Penal de 1999, cuando se refiere al libro tercero y se
hace mención que en los supuestos de flagrancia se cuenta con pruebas
abrumadoras en contra del imputado, lo cual abre paso a la interrogante ¿qué son
pruebas abrumadoras? La respuesta tiende más, no a la cantidad de pruebas,
sino a la convicción que éstas crean, ateniéndose a lo dispuesto en el artículo 22
de la citada norma penal adjetiva285.
Ahora bien, en los tres (3) últimos casos señalados anteriormente, la flagrancia se
determina en forma posterior a la ocurrencia del delito. Es decir, luego de que la
comisión del delito sucede, se establecen las circunstancias en que por inmediatez
o por otras razones se puede hacer una conexión directa entre el delito y aquella
persona que lo cometió. Sin embargo, como ya lo señaló la Sala, puede existir
flagrancia cuando se está cometiendo un delito y el mismo es percibido por
cualquier persona. Puede existir el caso, por ejemplo, donde un funcionario policial
o una persona cualquiera observen en la vía pública que una persona apunta a
otra con un arma y se apodere de sus bienes”287.
Jurisprudencia:287 Sentencia de la Sala Constitucional del TRIBUNAL
SUPREMO DE JUSTICIA, de fecha 11-12-01, con ponencia del Magistrado
CABRERA ROMERO, exp. 00-2866.
De allí la razón del cambio tan sustancial del anterior artículo 374, ahora 373 del
Código Orgánico Procesal Penal. Antes se prestaba a confusión y se consideraba
que el Fiscal del Ministerio Público no podía optar por uno u otro
procedimiento fiscal probará el hecho? ¿Es que acaso su acusación en juicio no
tendrá un vicio sustancial de fondo para que sea admitida?
"Artículo 422.- El que por haber obrado con imprudencia o negligencia, o bien con
impericia en su profesión, arte o industria, o por inobservancia de los reglamentos,
ordenes o disciplinas, ocasione a otro algún daño en el cuerpo o en la salud, o
alguna perturbación en las facultades intelectuales será castigado: 1. Con arresto
de cinco a cuarenta y cinco días o multa de cincuenta a quinientos bolívares, en
los casos especificados en los artículos 415 y 418, no pudiendo procederse sino a
instancia de parte".
Cuando el juez de control recibe las actuaciones fija la audiencia oral; llegada la
oportunidad se levanta un acta donde se deja constancia del cumplimiento de
todas las formalidades y le otorga la palabra al fiscal quien expondrá las
circunstancias de cómo se produjo la aprehensión, la cual consistirá en una
narración detallada de los hechos en que fue sorprendido el ciudadano y deberá
precalificar el delito motivo por el cual aspira que dicho ciudadano sea enjuiciado.
Una vez terminada la exposición del fiscal, el juez debe, entre otras cosas,
dirigirse al aprehendido e imponerlo de las medidas alternativas a la prosecución
del proceso.
¿Por qué calificar el delito e imponer al imputado de las medidas alternativas a la
prosecución del proceso?
296 Blanca Rosa dice que la precalificación se hará "si es posible", y también
menciona que el fiscal "podrá" calificar el delito, lo que no compartimos, pues
siempre se "deberá" precalificar el delito. Ob. Cit., pp. 125 y 126, 297 Advertimos
que la sola calificación jurídica no sirve para determinar el objeto del juicio, pues
aceptar tal criterio trae como consecuencia que el cambio en la calificación -
posterior- alteraría el objeto del debate, y en consecuencia, hasta la cosa juzgada.
Por consiguiente, dentro de las funciones del fiscal en este proceso, resalta la de
precalificar el delito motivo por el cual solicita el enjuiciamiento del aprehendido,
de no cumplirlo el juez de control lo exigirá296, y de acuerdo a dicha
precalificación, a los hechos expuestos en cuanto a la forma en que fue
aprehendido el sujeto, a los alegatos de la defensa y del imputado, así como a las
diferentes fuentes de prueba ante él expuestas, fijará el objeto del juicio, y
ordenará la apertura del juicio oral y público.
Es imperioso tener en cuenta que el juez de control debe velar para que todas las
causas que pasen a la fase de juzgamiento se encuentren depuradas y por
consiguiente debe, luego de una actividad responsable, determinar el contenido
preciso del objeto del juicio, en el sentido de establecer los elementos fácticos (los
hechos concretos atribuidos y los elementos de prueba) y jurídicos (la calificación
jurídica del hecho narrado), ya que así se permitirá el correcto ejercicio del
derecho a la defensa, en el sentido de que exista la posibilidad de oponerse a los
mencionados elementos.
Con respecto a la imputación, muy bien expresa MAIER que cuando ésta es
correctamente formulada se asemeja a la llave que abre la puerta de la posibilidad
de defenderse eficientemente; ella no puede reposar en una atribución más o
menos vaga o confusa y mucho menos en una abstracción, sino que, por el
contrario debe tener como presupuesto la afirmación clara, precisa y
circunstanciada de un hecho concreto, singular, de la vida de esa persona.
Por su parte Pedro BERRIZBEITIA 300, asegura que la función de esta fase es de
filtro, donde se evita que las acusaciones apresuradas, arbitrarias o sin
fundamento, den lugar a la apertura del juicio oral y público, afirmando que en esta
fase el imputado podrá hacer alegatos que tiendan a lograr el sobreseimiento de la
causa o la depuración del proceso.
CARNELUTTI:, al abordar este tema, apunta que la publicidad del juicio penal, por
agravar el sufrimiento y daño del imputado, no se le debe encarar sino cuando se
ofrecen serias probabilidades de culpabilidad en él.
Para ratificar lo dicho, María Inmaculada PÉREZ DUPUY en muchas de sus
sentencias sostiene que el Ministerio Público cuando solicita que se califique el
hecho como flagrante, obviamente le está indicando al juez que el ciudadano fue
aprehendido en la comisión de un delito en específico, y ello es así porque el
artículo 248 del Código Orgánico Procesal Penal habla de delito flagrante,
situación que implica una calificación jurídica.
La referida sentencia no deja la menor duda que para ordenar el pase ajuicio de
un ciudadano, es requisito necesario que se le impute un hecho tipificado en la ley
como delito, por lo que no sólo basta que se haga una imputación genérica, como
en la práctica se ve muy a menudo, sino por el contrario, lo más detallada y
concreta posible, siendo ésta la principal tarea del Ministerio Público: precalificar el
delito; luego el juez de control, en aplicación del principio iura novit curia, dará la
calificación exacta que a su criterio se merece el hecho.
Lo que quiere decir, que para dictar una medida privativa de libertad, tienen que
analizarse los supuestos de peligro de fuga y obstaculización, independientemente
de que se decrete el delito como flagrante.
De una interpretación literal del artículo 373 del Código Orgánico Procesal Penal
ya citado, se tiene que la calificación de flagrancia por el juez de control implicará
la supresión de la fase intermedia de este proceso especial sin que exista un
mecanismo de depuración y sin tener que imponer al imputado de las medidas
alternativas establecidas en el Título I, Capítulo III, ejusdem, mas sin embargo, el
juez de control como juez garantista debe imponerlas, ya que por las
características propias de la flagrancia, lo suprimido en este procedimiento es la
fase de investigación y no la intermedia.
Otra especial circunstancia, y que se presenta con mucha regularidad, es que los
Fiscales del Ministerio Público solicitan al Juez de Control que califique la
detención como "flagrante", pero piden que se siga la investigación por el
procedimiento ordinario. En este "Análisis de la jurisprudencia de las Cortes
Superiores del Sistema Penal de Responsabilidad del Adolescente" en: Segundo
año de vigencia de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente.
Terceras jornadas sobre LOPNA. UCAB, 2002, p. 180. Sentido, el Dr. IRAZÚ
SILVA, argumenta que el solo hecho de haber calificado como flagrante la
detención no tiene como consecuencia ineludible ordenar el procedimiento
abreviado.
“...no se concibe la aplicación del procedimiento abreviado como una opción por
parte del fiscal, sin estimar previamente la veracidad de la flagrancia en un caso
concreto, vale decir, ante un caso de flagrancia, el fiscal al valorar adecuadamente
los hechos y tipificar la conducta procesal adecuada del imputado, deberá solicitar
la aplicación del procedimiento abreviado, pero si en el caso concreto existen
situaciones que podrían ser sospechosas de forjamiento o que desvirtúen la
flagrancia alegada, el fiscal debe solicitar el procedimiento ordinario, a fin de
salvaguardar los derechos procesales del imputado y averiguar mejor las
conexiones del delito o la existencia de una posible conspiración o cualquier otra
causa que necesite dilucidarse mejor. Por ello, si hay que verificar circunstancias
fuera del hecho flagrante, la posibilidad de un procedimiento abreviado
desaparece, ya no se puede tomar el hecho como un delito in fraganti, y es en ese
momento cuando el fiscal solicita la aplicación del procedimiento ordinario, el cual
será sometido a la calificación y autorización respectiva por el Juez de Control.
Siendo ello así, no es viable que en la hipótesis de que el Fiscal solicite la
flagrancia y ésta sea acordada, el Juez aplique el procedimiento ordinario, tal
como lo plantea la sentencia accionada, ya que admitir lo contrario, sería convertir
tan preciado Código en meros enunciados de carácter programático y dejar sin
efecto sus disposiciones, ya que se seguiría el procedimiento ordinario para
aquellos delitos que, justamente ha querido el legislador, sean de rápido trámite y
juzgamiento. Por ello, al estimar los juzgados competentes que el hoy recurrente
estaba cometiendo un delito flagrante al momento de ser aprehendido, debe
aplicarse el procedimiento especial conforme lo dispone el artículo 372 numeral 1
del Código Orgánico Procesal Penal, ya que la ley adjetiva es imperativa para el
Ministerio Público de regirse por el procedimiento abreviado cuando se verifique la
existencia del elemento flagrancia”. (Sala Constitucional del TRIBUNAL
SUPREMO DE JUSTICIA, del 07 de mayo de 2003, con ponencia del Magistrado
IVÁN RINCÓN URDANETA. Exp. 02-2772).
La Sala Constitucional precisó "que si han transcurrido más de treinta (30) días, o
su prórroga en caso de haberse acordado, sin que el Ministerio Público hubiese
presentado acusación en el procedimiento abreviado, el Juez que conozca de la
causa deberá acordar, de oficio, la libertad del imputado o imponerle una medida
cautelar sustitutiva, como lo señala el artículo 250 del Código Orgánico Procesal
Penal". Además dejó claro que en caso que no lo acordase de oficio, el imputado o
su defensor deberán solicitar la revisión de la privación judicial preventiva de
libertad.
Las pruebas que pueden ser incorporadas en esta fase, quedan delimitadas
únicamente a las que se indiquen en el acta de aprehensión in fraganti331 y las
que se hayan ordenado practicar hasta antes de la presentación del sujeto. En
todo caso el medio de prueba deberá referirse directa o indirectamente al hecho
por el cual el sujeto fue aprehendido y jamás se pretenderá demostrar otro ilícito
diferente al que se solicitó el enjuiciamiento del imputado, es decir, si se ha
solicitado el pase a juicio de un sujeto por el delito de porte ilícito de arma de
guerra, no se podrá intentar probar en esta fase que dicho sujeto es miembro de
una banda internacional de traficantes de armas de guerra. En estos supuestos
sería evidente que el fiscal efectuó otras investigaciones ajenas al hecho objeto
del juicio y por tanto violaría el derecho a la defensa, al debido proceso y no
respetaría la congruencia entre el hecho típico por el cual se le ordenó el pase a
juicio y el hecho por el cual acusa.
CONCLUSIÓN AL TEMA
El Código Orgánico Procesal Penal cuenta con principios orientadores propios del
sistema acusatorio que definen claramente la intención del legislador al estructurar
nuestras normas de enjuiciamiento, y buena solución sería el orientar dichos
principios en beneficio no sólo del imputado, sino también de la víctima, que en
muchas ocasiones queda aislada del escenario donde es principal protagonista,
para de esta manera poder llegar a la solución del asunto, que si bien en
apariencias está dividida por las razones de las partes, en la realidad resultan
unidas en el esfuerzo para alcanzar la paz jurídica sin necesidad de subvertir la
ley.
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► 2012 (3)
Nuestra Patria.