EXP. N.° 01873-2011-PA/TC Lambayeque Gobierno Regional de Lambayeque
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EXP. N.° 01873-2011-PA/TC Lambayeque Gobierno Regional de Lambayeque
° 01873-2011-PA/TC
LAMBAYEQUE
GOBIERNO REGIONAL
DE LAMBAYEQUE
En Lima, a los 8 días del mes de marzo de 2012, la Sala Primera del Tribunal Constitucional,
integrada por los magistrados Álvarez Miranda, Beaumont Callirgos y Calle Hayen, pronuncia la
siguiente sentencia
ASUNTO
ANTECEDENTES
Con fecha 14 de octubre de 2009, el recurrente interpone demanda de amparo contra el juez
del Sétimo Juzgado Civil de Chiclayo, don César Burga Díaz, y los vocales integrantes de Sala
Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, don Daniel Carrillo Mendoza y don
Edwin Figueroa Gutarra, el procurador público a cargo de los asuntos del Poder Judicial y la
Asociación de Pensionistas del Consejo Transitorio de Administración Regional de Lambayeque, con
la finalidad de que se declare la nulidad de la Resolución N.° 160, de fecha 28 de abril de 2009, de
la Resolución N.° 162, de fecha 12 de mayo de 2009 y de la Resolución N.° 6, de fecha 19 de agosto
de 2009, que confirma la medida cautelar de embargo en forma de retención hasta por la suma de
S/. 241,983.20, hasta completar la cantidad total de S/. 14’518,992.34, sobre las cuentas corrientes
pertenecientes al Gobierno Regional de Lambayeque. Afirma que las mencionadas resoluciones,
expedidas como consecuencia de un anterior proceso de cumplimiento, afectan la tutela procesal
efectiva, pues no están fundadas en derecho por la inaplicación de la Ley N.° 28411, Ley General
del Sistema Nacional de Presupuesto, y el Decreto de Urgencia N.° 019-2001, que establecen que
las cuentas del Estado en el sistema financiero son inembargables. Agrega que según el artículo 73°
de la Constitución Política del Perú, los bienes de dominio público son inalienables y como tal
inembargables.
El procurador público a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial contesta la demanda
argumentando que la demanda es improcedente por cuanto vía la acción de garantía no se puede
cuestionar o enervar los efectos de resoluciones judiciales emitidas en un proceso regular, no
habiéndose vulnerado el derecho de defensa, conforme se desprende de autos.
El Cuarto Juzgado Especializado Civil de Chiclayo, con fecha 20 de julio de 2010, declara
infundada la demanda por considerar que las resoluciones judiciales cuestionadas se encuentran
suficientemente motivadas y que, al margen de que sus fundamentos resulten compartidos o no por
el demandante, justifican y respaldan las decisiones que contienen la resoluciones emitidas por los
jueces emplazados.
La Sala revisora confirma la apelada por considerar que las resoluciones judiciales
cuestionadas han respetado el debido proceso, la valoración de pruebas, la motivación, la defensa,
entre otros.
FUNDAMENTOS
Precisión del petitorio
1. Del petitorio de la demanda, se advierte que la pretensión del recurrente es que por intermedio
del proceso de amparo, se declare la nulidad de las resoluciones judiciales N.os 160 y 162, de
fechas 28 de abril y 12 de mayo de 2009, respectivamente, emitidas por el Sétimo Juzgado
Especializado Civil de Chiclayo, y la Resolución N.° 6, de fecha 19 de agosto de 2009, emitida
por la Sala Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, derivadas del proceso
de cumplimiento N.° 2001-3287-0-1701-J-CI-7, que confirma la medida cautelar de embargo en
forma de retención hasta por la suma de S/. 241,983.20, hasta completar la cantidad total de
S/.14’518,992.34, sobre las cuentas corrientes pertenecientes al Gobierno Regional de
Lambayeque. Refiere que las resoluciones judiciales cuestionadas afectan la tutela procesal
efectiva, al no estar fundadas en derecho.
Por el contrario, la inexistencia de una ley especial que fije qué bienes son embargables impone
en ambos órganos públicos un deber especial de protección del derecho a la ejecución de las
resoluciones judiciales. En efecto, la procedencia del embargo sobre bienes del Estado, sean
estos muebles o inmuebles, no debe tener más límite que el hecho de tratarse, o tener la
condición, de bienes de dominio público, por lo que corresponde al juez, bajo responsabilidad,
determinar, en cada caso concreto, qué bienes cumplen o no las condiciones de un bien de
dominio privado y, por ende, son embargables. (…) “ante el vacío de legislación que precise qué
bienes estatales pueden ser embargados, el principio general es que al juez le corresponde
pronunciar el carácter embargable de un determinado bien, analizando, en cada caso concreto,
si el bien sobre el que se ha trabado la ejecución forzosa está o no relacionado con el
cumplimiento de las funciones del órgano público, y si está afecto o no a un uso público.
3. Este Colegiado ha expresado que, tras el reconocimiento del derecho a la ejecución de las
sentencias, no sólo está el derecho subjetivo del vencedor en juicio, sino también una cuestión
de capital importancia para la efectividad del “Estado democrático de derecho” que proclama la
Constitución.
En efecto, tras los artículos 38º, 45º, 51º, 102º, inciso 2), 118º, inciso 1), y 138º de la Constitución,
existe un mandato de sujeción de los ciudadanos y órganos públicos a la Constitución y a todo
el ordenamiento jurídico. Dicha sujeción al ordenamiento jurídico, cuando se produce un
conflicto, ordinariamente se procesa a través del Poder Judicial, en tanto que tercero imparcial.
De ahí que cuando un tribunal de justicia emite una resolución, y ésta adquiere firmeza, con su
cumplimiento no sólo se resuelve un conflicto y se restablece la paz social, sino, además, en la
garantía de su cumplimiento, se pone a prueba la sujeción de los ciudadanos y de los poderes
públicos al ordenamiento jurídico.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo; en consecuencia, NULAS las resoluciones de
fechas 28 de abril y 12 de mayo de 2009, así como la resolución que las confirma de fecha 19
de agosto de 2009, expedidas por el Juzgado Civil y la Sala Constitucional respectiva.
2. Ordenar que el Juez del Sétimo Juzgado Civil de Chiclayo expida una nueva resolución,
teniendo en cuenta lo señalado en los fundamentos de la presente sentencia.
MEDIDA CAUTELAR DE EMBARGO EN FORMA DE RETENCIÓN
3 febrero, 2010 Alexander Rioja Bermudez 11 Comentarios ejecución forzada, medidas
cautelares, retención
MEDIDA CAUTELAR DE EMBARGO EN FORMA DE RETENCIÓN
I. ASPECTOS GENERALES
La medida cautelar tiene por finalidad -en lo posible- al solicitante de la misma la seguridad que lo
ordenado en la sentencia va a ser cumplido o ejecutado. De esta manera se garantiza que no sólo
va a obtener una simple declaración respecto de su derecho, sino que su pretensión va a ser
amparada de modo efectivo.
A la cognición y a la ejecución, con las que la jurisdicción cumple el ciclo entero de sus funciones
principales, se agregan una tercera actividad que tienen una finalidad auxiliar y subsidiaría, y es la
actividad cautelar. La misma está dirigida a asegurar, a garantizar el eficaz desenvolvimiento y el
proficuo resultado de las otras dos, y concurren, por eso, medianamente a la obtención de los fines
generales de la jurisdicción.
Para Moretti, la medida cautelar tienen por finalidad evitar precaver un daño específico: el que
resultará necesariamente de la demora de obtener una providencia definida a través del largo
desarrollo de un procedimientos ordinario.
Ottolenghi apunta prácticamente hacia la misma dirección ala afirmar que “la medida precautoria
tiene por objeto asegurara las consecuencias del proceso mediante el mantenimiento de un estado
de hechos o de derecho, o prevenir las repercusiones, posiblemente perjudiciales, de la demora en
el pronunciamiento de las resoluciones judiciales”. [1]
En primer lugar, hay que señalar que las medidas para futura ejecución forzada son aquellas dirigidas
a asegurar el cumplimiento de la obligación a que le condenará al vencido mediante el
correspondiente fallo jurisdiccional. Ellas garantizan que los bienes que van a ser materia de
ejecuciones forzadas se mantienen para su realización.
Desde el ángulo etimológico el embargo es una “… voz derivada del verbo embargar, y éste del latín
vulgar embarazar, usado en la Península Ibérica y en la zona de la lengua de oc. Deriva
probablemente de barra `tranca`, significa por lo tanto` cerrar una puerta con trancas o
barras`procedimientos originario del embargo”.
En nuestros idioma castellano, la palabra embrago tienen dos aceptaciones: a) embarazar, impedir,
detener, suspender, paralizar: b) retención de una cosa por mantenimiento judicial, sujetándola a las
resultas de un juicio. Así en el idioma latino: praepeditas, embarazado, impedido, embargado. Plouto
la emplea como atado, cogido, enredado, estorbados; y sequestratio equivalente a nuestros
secuestros, o sea, embargo de la casa por mandato judicial.
Jorge Carreras refiere que ” en nuestro lenguaje jurídico la palabra embargo es sinónimo de traba, y
el verbo trabar equivale esencialmente a juntar o unir una cosa con otra, es decir, a afectar a unir los
bienes designados a la ejecución pendiente”
Couture entiende por embargo aquella medida cautelar “…. decretada judicialmente para asegurar
de antemano el resultado de un proceso, y que consiste en la indisponibilidad relativa de
determinados bienes”
A decir de Luis Rodríguez el embargo “… es una medida cautelar. Es decir, se trata de una medida
provisoria, modificable, dependiente, dictada sin oír a la parte y temporal”. El citado tratadista agrega
que “… el embargo consiste en una orden, que la doctrina italiana llama inyunción, que cumple el
oficial de justicia y que tienen a inmovilizar bienes, específicos en el patrimonio del ejecutado”
Podetti define al embrago como “la medida judicial que afecta mediante judicial que afecta un bien o
bienes determinados, de un deudor o presupuesto deudor, al pago eventual de un crédito,
individualizándolos y limitado las facultades de disposición y de goce”.
Prieto-Castro conceptúa al embargo como “…. un acto del órgano jurisdiccional, por el cual los bienes
y derecho del deudor, a los que se refiere, se declaran y quedan adscritos a la satisfacción del crédito
del acreedor”.
Lino Palacio sostiene que el embargo es la medida cautelar “… en cuya virtud se afecta e inmovilizar
uno o varios bienes de quien es o ha de ser demandado en un proceso de conocimientos de
ejecución, con miras a segurar la eficacia práctica o el resultado de tales procesos”.
El artículo 642 del Código Procesal Civil define al embargo del siguiente modo:
“Cuando la pretensión principal es apreciable en dinero, se puede solicitar embrago. Este consiste
en la afectación jurídica de un bien o derecho del presupuesto obligado, aunque se encuentre en
posición de terceros, con las reservas que para este supuesto señala la ley”. [2]
La retención es una obligación que por mandato judicial se exige a quien debe hacer entrega de
bienes o pagos al deudor, debiendo el retenedor reservarlos a orden y disposición de la autoridad
jurisdiccional que decretó esta medida preventiva. Esta medida supone la innovalización de bienes
y valores del afecto que efectúa un tercero, quien se encuentra en posesión de ellos (no siempre en
calidad de deudor).
Alessandri anota que ” por la retención se da orden a la persona que tienen la cosa de retenerlas y
no entregarla sin orden del tribunal”. Momroy señala que “a través del embrago en retención se
solicita a este deudor (se refiere al tercero) del autor mantenga en su posesión el bien del deudor
embrago. Tratándose de una medida cautelar, no encontramos ante mandato judicial que debe ser
necesariamente cumplido por este tercero que pasa a ser el retenedor, quien queda sujeto a la
decisión judicial respecto del destino del bien retenido”.
Para Devis Echandía “embargo es el acto judicial mediante el cual se pone fuera del comercio una
cosa y a órdenes de la autoridad que lo decreta”.
Safontas dice del embargo que “… es medida precautoria acordada a todo acreedor, y el medio de
hacer eficaces los juzgamientos; que se realiza con el concurso y vigilancia de la justicia.
En cambio la retención es una obligación que judicialmente se impone a quien debe hacer pagos o
entrega al deudor o ejecutado, para que los reserve (retenga) a orden y disposición del juez de la
causa que ordena esta medida.
El retenedor no modifica su relación jurídica con el deudor sino que simplemente debido al mandato
judicial que se notifica asume la obligación de entregar la cosa retenida desde que le sea exigible y
en el modo y forma en que el deudor le exigirá.[4]
1.6 Embargabilidad
La noción de embargabilidad denota la relación positiva que existe entre ciertos bien, por una parte,
y la validez y eficacia jurídica de la medida cautelar es estudio, por la otra, en la hipótesis de que
dicho bien pase a ser objeto del embrago.
La finalidad esencial del embrago procesal netamente al permitir la realización de todos los actos
necesarios para restaurar el desequilibrio patrimonial del ejecutante.
El embrago supone una actividad procesal porque a) es un acto jurisdiccional b) se dispone dentro
de un proceso -en cuaderno especial-; c) está conformada no por un acto único sino por una serie
de actos procesales que se interrelacionan; y d) sirve a la obtención de los fines del proceso.
la actividad procesal compleja que significa el embargo está enderezada a elegir los bienes del
ejecutado que deben sujetarse a la ejecución y a afectarlos concretamente a ella, engendrando en
el acreedor ejecutante una facultad meramente procesal a percibir el producto de la realización de
los bienes afectados, y sin que se limite jurídicamente ni se expropia la facultad de disposición del
ejecutado sobre dichos bienes.
El embrago representa una actividad procesal compleja integrada por la búsqueda de los bienes del
obligado ( se deja en claro que la inclusión de este primer elemento es discutible por tratarse strictu
sensu de una actividad preparatoria del embargo; la selección de aquellos sobre los que recaerá la
traba (que la hace el embargante, pero la autoriza el Juez en base al principio de proporcionalidad),
la afección de dichos bienes a la ejecución forzada y las medidas de garantía de la traba
(nombramiento de depositario, anotación preventiva, etc) Sin embrago, la elección resulta ser el acto
principal. El embrago existe con la declaración respectiva, no pudiendo considerarse verificando si
ella no se ha producido. Los otros actos tiene carácter contingente; si se lleva a cabo, forman parte
del embargo, pero su ausencia no implica la inexistencia de dichas medida cautelar.[5]
El embrago, por razón de sus efecto asegurativo, puede ser adoptado estructuralmente para que
sirva de medida cautelar, agotando la actividad en que consiste el embrago toda medida o proceso,
sirviendo de instrumentos a la sentencia que en su día puede constituir el título ejecutivo hipotético
que el actor quiere procurarse, y actuando el Juez anticipadamente como si hubiese asumido la
legitimación necesarios para disponer de los bienes del embargo, a los solos efectos de llevar a
acabo la traba de bienes y, exigiendo al embragarte, una fianza para responder del pago de las
costas y daños y perjuicios causados si no procedía llevar a cabo la traba.
Sólo cuando se ejercite una pretensión de condena podrá solicitarle la práctica de una diligencia de
embrago, mientras que ésta deberá rechazarse de plano cuando del Juzgado o Tribunal, al actor,
presunto acreedor, sólo pretenda una simple declaración de su derecho o crédito, pues y es por
demás sabio, no puede hablarse de la efectividad o ejecución de una sentencia simplemente
declarativa.
en cuanto a los efectivos del embrago señala Luis Rodríguez como sustanciales el “…. determinar,
individualizar o especificar los bienes de realización” Es otro efecto sustancial del embrago la
aprehensión que “… importa la deposición material del bien, aun cuando el deudor o un tercero
queden como depositario. En tal supuesto el deudor o el tercero actúan nomine alieno, con las
responsabilidades inherentes a todo custodio o depositario.
El presupuesto para la ejecución de esta medida es que el bien a embargar se encuentre en posesión
de un tercero que, a su vez, es deudor del embargado. La utilización del vocal deudor en este caso
no es excesivamente rígida. Así si mantenemos dinero en nuestra cuenta corriente bancaria, de
alguna manera es posible concebir que el banco es nuestro deudor, por ciertos no en la aceptación
obligacional del término.
A través del embargo en retención se solicita a este del deudor mantenga en su posesión el bien del
deudor embargado. Tratándose de una medida cautelar, nos encontramos ante un mandato judicial
que debe ser necesariamente cumplido por este tercero que pasa a ser el retenedor, quien queda
sujeto a la dcisión judicial respcto del destino del bien retenido. [6]
3.1 Concepto
El embrago en forma de retención consiste en la emisión por parte del Juzgado ejecutor de una
orden dirigida al tercer deudor o a aquel en cuyo poder se encuentra los bienes del ejecutado , a fin
de que conserve a disposición del órgano judicial el importe de la deuda o los bienes de que se trate,
si misma en lo que se refiere al embargo de bienes del ejecutado en poder de terceros, la
improcedencia del depósito judicial en sentido estricto obedece a la exigencia de respetar la situación
jurídica existente antes del embargo y en la que aparece involucrados un tercero ajeno a la ejecución,
esto es, el poseedor de aquellos bienes. pero, una vez finalidad la relación jurídica en virtud de la
cual el tercero detenta la posesión de los bienes del ejecutado, dicho tercero no podrá devolverlos
al deudor, ni entregarlos a terceros, sino que ha de conservarlos a disposición del Juzgado ejecutor.
Cono se observa, el retenedor no módica de modo alguno su relación jurídica el obligado, sino que,
en virtud del mando que se pone en su conocimiento a través de la notificación respectiva, asume el
deber de entrega el bien objeto de retención, desde que le sea impuesta de la manera que el afectado
-de no existir embargo- se lo hubiere exigido, pero no al último sino el Juzgado. Si se trata de dinero,
tendrá que depositarlo a la orden de éste en el Banco de la Nación. En caso de bienes distintos, los
pondrá a disposición del órgano jurisdiccional que expidió el mandato cautelar, asumiendo la calidad
de depositario en tanto esto no se produzca.
Se acostumbra solicitar embrago en forma de retención, por lo general, sobre los fondos y valores
que el obligado tuviera en cuenta corriente, depósito, custodia o cobranza, ya sea individual o
mancomunadamente, en las distintas instituciones bancarias y/o financieras. [7]
El embrago en forma de retención ase encuentra normando en el artículo 657 del Código Procesal
Civil, el cual preceptúa que:
“Cuando la medida recae sobre derechos de créditos u otros bienes en posesión de terceros, cuyos
titular es el afectado con ella, puede ordenarse al poseedor retener el pago a la orden del Juzgado,
depositando el dinero en el Banco de la Nación. Tratándose de otros bienes, el salvo que los ponga
a disposición del Juez”.
1. Conservar los bienes en el mismo estado en que los reciben, en el local destinado para ello, a la
orden del juzgado y con acceso permanente para la observación de las partes.
2. dar cuenta inmediata al juez de todo hecho que pueda significar alteración de los objetos en
retención y los que regulen otras disposiciones bajo responsabilidad civil y penal.
El Secretario interviniendo sentará el acta de embargo en presencia del retenedor, a quien la dejará
la cédula de notificación correspondiente, haciendo constar el dicho de éste sobre la posesión de los
bienes y otros datos relevante. Si se niega a afirmar, dejara constancia de su negativa. Así lo
establece el artículo 658 del Código Procesal Civil.
– Cualquiera otro dato importante en relación a los créditos o bienes materiales de retención.
Será a partir de la notificación de la medida cautelar el retenedor que éste ostentará la calidad de
depositario y estará en la obligación de retener y poner a disposición del Juzgado que decreto aquélla
todo pago a realizarse en razón de los créditos existentes o los bienes del afectado que se
encontrase poseyendo. [8]
Cuando el intimado para la retención niega falsamente la existencia de créditos o bienes, de pleno
derecho se hace posible de una sanción que consiste en pagar el valor de los créditos o bienes al
vencimiento de la obligación.
3.4.1 Efectos
Es Efecto de la falsa declaración del retenedor respectivo de la existencia de créditos o bienes cuyo
titular es el efectuado con la medida, la obligación de pagar el valor de éstos al vencimiento de la
obligación, sin perjuicio de la responsabilidad penal a quien haya lugar. Así lo dispuso el artículo 659
del Código Procesal Civil, el mismo que, advertimos, se contrae únicamente a la falsedad de la
declaración del retenedor en cuanto a la existencia de créditos y bienes y no en lo concernientes a
otros datos o detalles de la información suministrada por el tercero retenedor. Por lo tanto, la sanción
establecida en dicho numeral de pagar el valor de los créditos o bienes al vencimiento de la
obligación su fundará tan sólo en la declaración falsa del retenedor acerca de sus existencia (o
inexistencia).
Es efecto del incumplimiento del mandato judicial de embargo por parte del retenedor el borde pago
impuesto a éste, en el caso que hubiese el retenedor pagado al efectuado, infligiendo la resolución
cautelar, tendrá que realizar nuevamente el pago a la orden del Juzgado que tiene que coincidir con
el anterior efectuado, siendo incorrecto pesar que al órgano jurisdiccional tenga que abonarle el doble
del valor que originalmente pagó al efectuado. Precisamente el artículo 660 del Código Procesal Civil
preceptúa que “si el retenedor, incumpliendo la orden de retener, paga directamente al efectos será
obligado a efectuar nuevos pagos a la orden del Juzgado. Contra esta decisión procede apelación
sin efecto suspensivo”. [9]
3.5.1 Pago
Cumplimiento de la prestación que constituya el objeto de la obligación, ya sea ésta una obligación
de hacer o una obligación de dar. Constituye una forma típica de extinguir las obligaciones. Mas en
concreto, abono de un asuma de dinero debido. Reparación de ofensa o agravio. Entrega, en el
plazo oportuno, el sueldo o jornal convenidos. Recompensa. Sufriendo de condena, sanción o
correctivo.
Se articulan como requisitos del pago los siguientes: a) Una obligación anterior de hacer o no hacer,
de dar o no dar; b) dualidad al menor de sujetos, acreedor el uno y deudor el otro, o recíprocamente
con una y otra cualidad; c) la voluntad de pagar, para diferencia el pago de otros negocios en su
nombre o por él; e) un acreedor que recibe el pago por sí o persona facultad para aceptar en su
nombre y por su cuenta.
El pago no puede consistir sino en lo debido, en todo lo debido y solamente en lo debido. Como lugar
se estará al convenio o fijado. Supletoriamente rigen el lugar de la obligación cuando ase contrajo y
el dominio del deudor.
Con respecto al tiempo se está a lo estipulado o regulado por el alguna disposición imperativa. El
plazo debe respetarse por ambas partes, y en la deuda, se entenderá fijado a favor del deudor, por
ello libre para pagar siempre, salvo expreso precepto o cláusula. Como efecto más importante, el
pago libera al deudor y extingue la obligación.
3.5.2 Recursos
Contra la resolución que ordena nuevos pago procede el recurso de apelación sin efecto suspensivo.
COMENTARIO
Esta deposición es aplicable el embargo o de cualquier otro crédito. El nuevo C.P.C según el artículo
660 si bien repite en gran parte lo que disponía el código anterior aclara que se tratará de un nuevo
pago a la orden del Juzgado, procediendo apelación sin efecto suspensivo , contra la resolución que
ordena el nuevo pago, por haber incumplido en retenedor con la orden del Juez.
CONCLUSIONES
– La medida cautelar tiene, pues, asegurar la satisfacción del derecho del pretensor o la reparación
de daño producido.
– El embrago en forma de retención se configura cuando la medida cautelar recae sobre un crédito
del obligado o sobre bienes pertenecientes al mismo que se encuentra en poder de terceros,
ordenando su retención, examinamos en este punto.