Libro Pasaron Cosas PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 279

Pasaron cosas

Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero


en Argentina
Pasaron cosas

Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero


en Argentina

SANTIAGO FRASCHINA
(compilador)
Pasaron cosas
Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina

SANTIAGO FRASCHINA (comp.)

Editorial de la Universidad Nacional de La Plata (Edulp)


47 N.º 380 / La Plata B1900AJP / Buenos Aires, Argentina
+54 221 427 3992 / 427 4898
[email protected]
www.editorial.unlp.edu.ar

Edulp integra la Red de Editoriales de las Universidades Nacionales (REUN)

Primera edición, 2018


ISBN N.º 978-987-XXXXXXX
Queda hecho el depósito que marca la Ley 11723
© 2018 - Edulp
Impreso en Argentina
Índice

Prólogo...................................................................................................... 9

Proyecto político y modelo económico


de la Alianza Cambiemos..................................................................... 11
Santiago Fraschina y Pablo Ferrari

Amanecer y ocaso del sistema de metas de inflación....................... 33


Sergio Chouza

La industria en el Gobierno de Cambiemos...................................... 63


Cecilia Gonzalez Bonorino

Uno de los déficit comerciales más grandes de la historia............... 95


Sergio Soloaga

Empleo y sistema previsional............................................................. 125


Lucas Gobbo

Cuentas públicas y distribución del ingreso.................................... 155


Federico Cagnani

Inflación y salario real......................................................................... 195


Martín Carro

Fuga de capitales y endeudamiento en moneda extranjera........... 233


Pablo Germán Pereira

La política tributaria del Gobierno Macrista................................... 255


Mariano Macchioli
Prólogo

Es de crucial importancia contar con materiales de divulgación


que perfilen una caracterización fundamental del ciclo político que
se inició desde fines de 2015. Cualquier analista podría sinterizar
factores evidentes que implicaron un cambio drástico en el rumbo
político, y cuyos resultados están a la vista. Por caso, el proceso se do-
larización de las tarifas de los servicios, con su consecuente impacto
en materia de incidencia sobre los salarios. Nadie puede pensar que
esa decisión sea neutra en términos de los sectores que favorece y a
quiénes perjudica. Pero además del plano individual, es importante
enlazar las recetas aplicadas con su impacto sobre el rumbo macro-
económico. Tal como se describe en el presente tomo, la liberaliza-
ción financiera, la destrucción del entramado industrial, el deterioro
de las paritarias y políticas de ingresos y el empeoramiento en la dis-
tribución del ingreso, no son fenómenos aislados. Para que el círculo
vicioso que propone este modelo cierre, se necesitan condimentos
extra económicos. Y el cierre perfecto para implantar este modelo es
la instalación del Poder Judicial como elemento ordenador.
El uso del Poder Judicial como instrumento para la persecución
política, no está desvinculado de las características fundamentales
del modelo económico. Semejante grado de ajuste, expoliación y
fuga de capitales sería impensado si no se contara con mecanismos
de contención bien diseñados. Por un lado, esto se materializa en la
calle, donde se reprime manu militari la protesta social y todo foco
de resistencia popular a la supresión de derechos civiles y económi-
cos. Por otro lado, proscribiendo opositores para anular toda posibi-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 9


lidad de expresión de protección de los intereses de la mayorías de las
trabajadoras y los trabajadores. Estos rasgos de autoritarismo que se
materializan en la aplicación del lawfare, están íntimamente ligados
a la coyuntura económica. El hecho de que se haya dado en todos los
países latinoamericanos que emprendieron procesos de redistribu-
ción del ingreso, incorporación al consumo de sectores postergados
y ampliación plena de derechos, no es un factor azaroso. Se trata de
un modelo regional, en el que se alinean perfectamente las políticas
regresivas en materia económica, junto con el aparato mediático cor-
porativo para la demonización de dirigentes y la consecuente anula-
ción de toda oposición reactiva al neoliberalismo y los intereses de
los poderes fácticos.
En este marco, publicaciones como la presente, tienen la virtud de
sintetizar los resultados objetivos que surgen como producto directo
de las decisiones de política económica funcionales al establishment.
La historia está abierta, y las circunstancias son cambiantes. Pero
hay cosas que están escritas y con una tinta indeleble. La convicción
de que existieron transformaciones sobre las cuales no nos vamos a
arrepentir, se desprende directamente del contraste con el devenir
económico que describe este libro para los últimos años. Porque no
nos arrepentimos del fortalecimiento del salario, y aquí se muestra el
grado de deterioro de los ingresos desde 2016. Porque no nos arre-
pentimos de jerarquizar el sistema jubilatorio y la AUH, y en el pre-
sente se señala la brutal caída de las transferencias por el deterioro
de la fórmula de ajuste previsional. Porque no nos arrepentimos de
las universidades, ciencia y tecnología, y en este escrito se ilustra el
menoscabo sistemático de partidas presupuestarias. Porque no nos
arrepentimos de la redistribución del ingreso, y este libro grafica la
grosera concentración de estos años. En fin, creo que la necesidad de
repensar la coyuntura a las luces de una lectura política de la historia
económica reciente es fundamental para poner las cosas en su lugar,
y valorar cada proceso histórico por la realidad efectiva de lo que le
ha dejado a nuestro pueblo.

10 Santiago Fraschina (comp.)


PROYECTO POLÍTICO Y MODELO
ECONÓMICO DE LA ALIANZA
“CAMBIEMOS”


Por Santiago Fraschina1 y Pablo Ferrari2

Desde el establecimiento del patrón de valorización y acumula-


ción financiera en Argentina en 1976, los grupos económicos más
poderosos que se desenvuelven en nuestro país han tenido coinci-
dencias y diferencias sobre las políticas económicas a implementar,
ninguna a favor de las grandes mayorías. ¿Cuál es el proceso argenti-
no desde aquel entonces y cómo se caracteriza?

Breve crónica de las últimas cuatro décadas

Nunca se insistirá lo suficiente acerca de que en nuestro país el


neoliberalismo, el patrón de valorización financiera, comenzó a
aplicarse en 1976. Desde el último golpe de estado en nuestro país,
los grupos económicos que lo motorizaron junto con EE.UU y sus
grandes empresas, han crecido en su influencia respecto a las políti-

1  Licenciado en Economía (UBA) y Magíster en Sociología Económica (UNSAM)


2  Licenciado en Economía (UBA) e integrante de EPPA (Economía Política para la
Argentina)

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 11


cas económicas. La actual Asociación Empresaria Argentina, que de
argentina tiene poco, está formada por Techint, Arcor, Clarín y las
empresas de los Braun, Bagó, Pescarmona, Coto, Bulgheroni, Costan-
tini, Blaquier, Pérez Companc, Grobocopatel, entre otros.
La hiperinflación argentina de la década del ´80 fue una de las
más elevadas de la historia. Sus efectos fueron devastadores para la
mayoría del pueblo. Los precios en los supermercados presentaban
oscilaciones relevantes en un mismo día.
En 1991, el gobierno de Carlos Menem propuso una “solución”:
la “convertibilidad”, que implicaba que un peso valía un dólar. Los
precios se estabilizaron pero la estabilidad tuvo un alto precio: pri-
vatizaciones de empresas estatales de energía, telecomunicaciones,
etc.; desindustrialización, desocupación, pobreza e incremento de la
deuda externa. No obstante, la ansiada estabilidad de precios allanó
el camino a su reelección en 1995.
En 1998, Eduardo Duhalde, el vicepresidente del primer gobierno
de Menem, afirmó: “El modelo se agotó”. Significaba que, más allá del
acuerdo respecto a salarios bajos, había finalizado la convergencia
de intereses de los grandes grupos locales exportadores, por un lado,
y de la banca acreedora y las multinacionales que incorporaron las
empresas del estado privatizadas, por otro.
Un aspecto recordado es que no había cantidad de dólares sufi-
cientes para todos quienes quisieran cambiarlos por pesos, por lo que
se proponían dos senderos a este respecto: una megadevaluación o
pasar a tener el dólar como dinero de curso legal, para lo cual prime-
ro era necesario una devaluación de magnitud similar.

Las salidas neoliberal financiera y neoliberal productiva

El modelo encontró su límite social en diciembre de 2001 y, en


medio de una crisis institucional con la renuncia del presidente De la
Rúa, Duhalde asumió el timón. ¿Qué respuesta dio? Una devaluación

12 Santiago Fraschina (comp.)


del 66 % o un incremento del Tipo de Cambio Nominal (TCN) del
200 %.
En medio de aquella recesión, los efectos fueron devastadores y
al poco tiempo debió renunciar su ministro de economía, que fue
reemplazado por un hombre ligado a Techint, a los intereses expor-
tadores, que había participado en el gobierno de Alfonsín en los ´80:
Roberto Lavagna.
Menem se postuló como candidato en 2003 con un proyecto que
puede ser caracterizado como neoliberal financiero, que incluía la
dolarización en sentido estricto. El actual Ministro del Interior, Ro-
gelio Frigerio, era parte de aquel equipo, al igual que el hombre que
rechazó ser ministro de economía de Duhalde y sí lo sería en caso de
que Menem ganara las presidenciales: Carlos Melconian, miembro
del equipo de Cavallo cuando se estatizó la deuda externa, que luego
pediría la anulación de la investigación sobre su ilegitimidad.
Diversos precandidatos a Presidente que representaban la conti-
nuidad de las políticas iniciadas en 2002, que pueden ser caracteri-
zadas como de corte neoliberal productivo, declinaron sus postula-
ciones.

La alternativa popular

En 2003 asumió Néstor Kirchner como presidente. Si bien el tipo


de cambio competitivo es un atributo requerido por cualquier na-
ción, una serie de medidas muestran que las únicas salidas de la con-
vertibilidad no eran la de devaluadores y dolarizadores.
En 2005 ocurrieron dos hechos trascendentes. Se realizó una qui-
ta de la deuda externa del orden del 75 % y luego se efectuó un pago
al Fondo Monetario Internacional (FMI) para sacarse de encima sus
condicionamientos. El mismo año, junto a otros presidentes de la re-
gión, se bloqueó la concreción del Área de Libre Comercio para las
Américas (ALCA), primer gran paso para la ampliación del dominio

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 13


estricto de EE.UU. en casi toda Latinoamérica, que abonaría el cami-
no para adoptar el dólar como dinero de curso legal.
Otra diferencia destacable en las políticas desplegadas en el perío-
do 2003-2015 fue el paulatino incremento del salario real, discrepan-
do con el neoliberalismo de devaluadores y dolarizadores. Además,
el eje estuvo en el mercado interno y no en las exportaciones. No
fue más rentable la especulación financiera que invertir en bienes y
servicios. Se profundizaba la integración latinoamericana y no era
pensada con la presencia de EE.UU.

La coyuntura

Luis Caputo fue presidente del Banco Central de la República Ar-


gentina (BCRA) desde el 14 de junio hasta el 25 de septiembre de
2018. El día en que asumió, el billete verde cotizaba $ 28.40 y el día en
que renunció, $ 39.05. En su breve gestión, el TCN se incrementó 32
%. La deuda externa continuó su marcha ascendente al igual que la
fuga de divisas. No fue su único aporte.
Caputo asumió como Secretario de Finanzas del gobierno de Mau-
ricio Macri en diciembre de 2015. Tuvo un rol clave en la negociación
con los fondos buitre. Argentina accedió a pagar US$ 9.352 millones y,
lo más trascendente, reabrió el ciclo de endeudamiento. También ocu-
pó el cargo de Ministro de Finanzas desde enero de 2017 hasta junio
de 2018. Este representante del JP Morgan y el Deutsche Bank, dos de
los tres principales acreedores de deuda externa argentina en el actual
período presidencial, cumplió una función estelar en endeudarnos por
la cual se granjeó el apodo de “ministro de endeudamiento”.
La deuda se adueña del presupuesto y ya supera holgadamente el
80 % del producto y evoluciona en ascenso continuo.
Un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universi-
dad Nacional de Avellaneda consigna que los intereses de la deuda
se incrementarían en $ 195 mil millones en 2019, de acuerdo a esti-

14 Santiago Fraschina (comp.)


maciones oficiales, totalizando unos $ 596 mil millones. Representa
un crecimiento del 49 % respecto a 2018. Estos intereses pasarán de
representar el 15,3 % de los ingresos totales del Sector Público
No Financiero en 2018 a representar el 16 % en 2019. Si se compara
respecto de las erogaciones, los casi $ 600 mil millones de pesos
que se destinarán a cumplir con los servicios de deuda representan
el 14,9 % del total del gasto agregado, siendo la mayor proporción
de los cuatro años de gestión, y superando ampliamente el 7,7 %
que representaba en 2015.

EVOLUCIÓN DE FINALIDADES DEL GASTO


(como porcentaje del gasto total del presupuesto nacional)

La deuda es en esencia para pagar la deuda y la fuga de capitales.


El FMI prefiere que sea sólo para pagar la deuda y el nuevo presidente
del BCRA, Guido Sandleris, está más alineado con esa orientación.
¿Qué hará?
En cuanto a política cambiaria, el acuerdo con el FMI implica una
banda de flotación libre para el dólar de entre $ 34 y $ 44. Si se supera
la cota superior, la autoridad monetaria podrá vender hasta US$ 150
millones de dólares de las reservas por día para intentar frenar el alza.
Debido a que el objetivo no es frenar la devaluación sino evitar
fluctuaciones “excesivas”, las bandas se actualizarán todos los días y

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 15


se acumulará un 3 por ciento mensual, al menos hasta fin de año. Así,
despediremos a 2018 con una zona de no intervención de entre $ 37
y $ 48. ¿La “tablita” para especular de Martínez de Hoz?
Las ya sepultadas “metas de inflación” ahora son oficialmente re-
emplazadas por las “metas de agregados monetarios”. El control de la
emisión de dinero propuesto por Milton Friedman ha sido abando-
nado en EE.UU.
El compromiso con el Fondo es que el nivel de la base monetaria
no aumente, nada, hasta mediados de 2019.
Si la expresión en dinero del producto argentino es constante y
existe una variación acotada y controlada del dólar, estamos en pre-
sencia de un grado elevado de convertibilidad.
El 25 de septiembre, el Secretario del Tesoro de EE.UU., Steven I.
Mnuchin, celebró el acuerdo entre Argentina y el FMI y destacó las no-
vedades de la política monetaria. Recordamos que el 12 de septiembre,
el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Larry
Kudlow, recomendó que Argentina ate el peso al dólar como en los
años de la convertibilidad o que directamente dolarice su economía, y
aseguró: “La gente del Departamento del Tesoro está en eso”.
En este marco, fue reemplazado el presidente de la Suprema Cor-
te de Justicia de la Nación, Lorenzetti, por Rosenkrantz. Uno de sus
clientes más conocidos es el Grupo Clarín, al que representó en la
audiencia pública por la Ley de Medios, pero también litigó a favor
de Cablevisión, YPF, Musimundo, América TV, Ávila Inversora, La
Nación, La Rural (en cuya causa ya intervino la Corte), Carbap, Mc-
Donald’s, y las cerveceras Anheuser-Busch InBev, Quilmes y Grupo
Modelo. También representó a Panamerican Energy y Central Tér-
mica Patagónica SA. Bouzat, Rosenkrantz y Asociados declaró haber
asesorado a los Fondos de inversión GP, Aconcagua Ventures, HWF
Capital y Pegasus.
En este mundo de fusiones y adquisiciones en que las transnacio-
nales norteamericanas absorben a grandes empresas localizadas en
países dependientes, el juez Bonadío finalmente citó a indagatoria,

16 Santiago Fraschina (comp.)


por estar implicado en la causa de las fotocopias de los cuadernos, al
empresario “argentino” más importante: Paolo Rocca, de Techint, el
mayor exponente local del neoliberalismo productivo.
El uso del poder judicial por parte de EE.UU. en la región no sólo
apunta contra líderes antineoliberales. La investigación acerca de he-
chos de corrupción por parte de Petrobras y Odebrecht comenzó en
el Estado de Curitiba de la mano del juez Sergio Moro.
El Departamento de Justicia de EE.UU fue el que reveló las opera-
ciones ilícitas de Odebrecht en Brasil y otros 9 países latinoamerica-
nos. Mientras Petrobras fue desplazada por corrupta, unas 16 firmas
petroleras, incluidas la angloholandesa Royal Dutch Shell, las esta-
dounidenses Chevron y Exxon Mobil, se registraron para la subasta
de bloques en alta mar en junio pasado.
La principal empresa brasileña de defensa, Embraer, efectuó un
acuerdo en abril de 2017 con la empresa norteamericana Rockwell
Collins en el área aeroespacial y el Comando de Ingeniería, Desa-
rrollo e Investigación del Ejército de EE.UU. En julio de este año, se
formalizó la compra del 80 % de la división de aeronaves civiles de
distancias medias de Embraer por la norteamericana Boeing.
El 24 de septiembre, Macri recibió el premio honorífico 2018 Glo-
bal Citizen Award entregado por la organización Atlantic Council.
La misma distinción fue entregada a Clinton, Bush (h) y Christine
Lagarde. Está financiado por el banco Goldman Sachs y la empresa
armamentística Lockheed Martin, entre otros entes. Su interés pasa
por “construir y fortalecer la ya profunda integración económica
entre Europa y los Estados Unidos, así como promover el liderazgo
transatlántico en la economía global”.
Si la Reserva Federal de EE.UU (Fed, por sus siglas en inglés) ele-
va su tasa de interés como viene haciéndolo en el último período,
muchos dólares “volarán” desde las naciones en que se encuentren
hacia el mayor rendimiento que oferte la tasa incrementada, forzan-
do a la devaluación de los dineros nacionales. La Fed ha mantenido
la estrategia de elevar la tasa de interés ante el nivel de “pleno empleo”

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 17


alcanzado. Donald Trump no está de acuerdo con que continúe un
curso ascendente.
Alfredo Jalife-Rahme ensayó una explicación en un artículo pu-
blicado en el diario La Jornada, de México, el 2 de septiembre: “El
segundo EE.UU. postindustrial y corporativo que apoya la produc-
ción y las empresas trasnacionales de la segunda revolución indus-
trial, aunados al matrimonio de industrias de la energía, el petróleo
y los sectores militares con el de los servicios y la construcción, son
quienes ungieron a Trump, frente a otro EE.UU de Wall Street, la
burocracia de Washington, Chicago, Hollywood y Silicon Valley que
venden humo mediante su burbuja de los derivados financieros y
buscan propinar un golpe de Estado en alianza con Soros”.
No existe una clara delimitación de intereses de estos grupos. La
historia indica que en EE.UU. existe una cultura de guerra keynesia-
na, es decir, la guerra dinamiza su economía. Tras la destrucción, es
necesario construir lo destruido, como en el caso de Irak. Y toda gran
inversión necesita de grandes finanzas.

Proyecto político y modelo económico

El surgimiento de la economía política como ciencia social


se enfocó en la investigación de las leyes económicas, entendidas
como tendencias, que rigen la producción, la distribución, el inter-
cambio y el consumo de una sociedad en el modo de producción
capitalista. En el preámbulo de “Principios de Economía Política y
Tributación”, uno de los máximos representantes de esta disciplina
afirmó: “…la determinación de las leyes que rige esta distribución
(de la riqueza) es el problema primordial de la Economía Política”
(Ricardo, D. 1817).
Todas las decisiones de política económica llevan en sí una visión
del mundo y objetivos que implican, por su esencia política, benefi-
ciados y perjudicados relativos.

18 Santiago Fraschina (comp.)


La economía es el condicionante estructural de la realidad; no
obstante, no la representa en su integralidad. Por estos motivos, para
el análisis que nos proponemos, es preciso distinguir las categorías:
proyecto político; rumbo económico; modelo económico e instru-
mentos de política económica.
Entendemos por proyecto político a los objetivos y a las ideas rec-
toras del rumbo que debe cursar, en el largo plazo, una nación y su
sociedad con sus distintas clases y sectores, y cómo debe relacionarse
en el ámbito regional e internacional. Las ideas organizativas para
vertebrar las clases y sectores que deban encabezarlo y los modos de
ejercer la hegemonía, también forman parte del proyecto político.
En el ámbito de la economía, el concepto modelo está asociado a
una simplificación y matematización de variables y aspectos econó-
micos de la realidad. La corriente neoclásica, ortodoxa, suele expo-
ner algunos con carácter de validez universal y de manera rígida, sin
contemplar tiempo, espacio y circunstancias. La mayor parte de estas
modelizaciones son apologéticas de la concentración y la desigualdad
de los ingresos y de la cesión de soberanía de las naciones a empresas
transnacionales.
Es menester explicitar el objeto de estudio de la ciencia y los obje-
tivos y metas derivados de la evaluación de la realidad económica. Su
ocultamiento denota una posición definida en contra de la mayoría
de la sociedad.
Las posiciones de la heterodoxia neoliberal y también de aque-
lla que prescinde de la política para sus formulaciones, devienen en
protectoras del status quo por acción u omisión y, por lo tanto, son
justificadoras de las injusticias.
En nuestro caso, somos explícitos: no estudiamos la economía
como investigadores de ciencia básica sino para aprehender los as-
pectos principales de la realidad que nos permitan su transformación
en beneficio de las grandes mayorías mediante la acción militante
organizada. Para nuestro colectivo, mediciones, cálculos y análisis
carecerían de sentido sino no incorporase nuestra voluntad activa

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 19


para lograr una nación que incluya como núcleo a las trabajadoras y
a los trabajadores dentro del heterogéneo conglomerado del pueblo.

“A lo largo de la historia el campo nacional y popular -li-


derado por hombres o por mujeres, cuando esos hombres
o mujeres ya no estaban, era como que se desperdigaba
porque faltaba la construcción orgánica; porque faltaba la
construcción política e institucional que no hiciera depen-
der la transformación y el cambio de una o dos personas.
Ese es el gran desafío que tenemos hoy los argentinos y
que tienen los jóvenes: cómo hacer para que tanta lucha
no sea en vano (…) El gran desafío es que el campo na-
cional y popular pueda institucionalizar; pero no, eso no
se hace a través de una ley o de un decreto. La institucio-
nalización de un modelo de país es cuando se hace carne
en el conjunto de la sociedad porque visualiza que ese es
el camino más acertado como país y como nación” (Fer-
nández C., 2011).

Las características principales que debe tener la economía al ser-


vicio de un proyecto político en una coyuntura determinada no sólo
dependen de los objetivos y móviles de sus dirigentes y ejecutores
sino también de las circunstancias concretas. Que obedecen a res-
tricciones materiales, históricas y a la correlación de fuerzas sociales
concretas que, de manera simultánea, intentan modificarse.
Por lo tanto, las medidas económicas y los instrumentos de po-
lítica económica no pueden ser analizados en sí mismos sino en su
funcionalidad respecto al proyecto político en etapas específicas.
Deben ir variando de acuerdo a las condiciones y a los objetivos de
corto plazo. Su misión es dar respuestas adecuadas a cada momento.
Deben ser comprendidos en sistema y como totalidad. Su análisis en
sí mismo implica un examen unilateral y estático de la realidad, que
la distorsiona.

20 Santiago Fraschina (comp.)


Entonces, la metodología económica determinante es la que se
enfoca en la tendencia, en el rumbo económico y sus nexos, contra-
dicciones y coherencia con el proyecto político desplegado en una
realidad compleja y en permanente transformación.

Proyecto y modelo en tiempos de Macri

Más allá de diversas descoordinaciones técnicas y disputas de sec-


tores y personas, el gobierno encabezado por Macri desde el 10 de
diciembre de 2015 ha utilizado distintos instrumentos económicos
y políticos coherentes con el proyecto político que encarna. El be-
neficiario primordial de los “errores perfectos” es el capital financie-
ro especulativo internacional y los perjudicados principales somos
la gran mayoría de las trabajadoras y de los trabajadores formales e
informales y pasivos, las pequeñas y medianas industrias, la inmensa
mayoría de las niñas y niños, la juventud, y demás sectores que re-
quieren, como condición sine qua non, un mercado interno sólido,
pujante y creciente.
El proyecto político neoliberal que encarna Macri es antagónico
con el que desplegaron Kirchner y Cristina Fernández desde 2003
hasta 2015 y son los dos y sólo dos proyectos de país que están en
disputa real. Representan modelos de desarrollo social y económico
diametralmente opuestos.
Ningún aspecto relevante de la realidad puede entenderse hacien-
do abstracción de esta contradicción de la cual dimana la contienda.
El proyecto político neoliberal en marcha sólo puede aprehender-
se entendido en su doble carácter de continuidad del neoliberalismo
que comenzó a desplegarse en la década del ´70 del siglo pasado y de
respuesta a la contratendencia e intento de afirmación de los proyec-
tos políticos populares surgidos como producto de la acumulación
popular y de la crisis del neoliberalismo en el ocaso del siglo XX y en
la alborada del siglo XXI.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 21


Contexto internacional

Una multiplicidad de autores de diversas corrientes del pensa-


miento económico, incluyendo a neoliberales, advierten sobre el “es-
tancamiento secular”, la tendencia a la reducción o estancamiento de
la rentabilidad a escala global.
Con la ruptura del patrón oro-dólar por parte de EE.UU. en 1971,
la “crisis del petróleo” en 1973, la disminución de la rentabilidad del
capital en la esfera productiva por la saturación de los mercados, la
desintegración de empresas constituidas verticalmente y el desarrollo
de la informática, fueron generándose condiciones para el crecimien-
to exponencial de la valorización financiera y de la especulación. Co-
menzaron a proliferar los derivados financieros.
A fines de los ´80 y principios de los ´90 del siglo pasado, la desin-
tegración de la Unión Soviética y el Socialismo del Este Europeo per-
mitió la ampliación geográfica de una lógica económica y un mundo
unilateral dominado por EE.UU. y sus corporaciones transnaciona-
les. La “globalización neoliberal” parecía indetenible.
La resistencia de los pueblos fue creciendo y la crisis, profundi-
zándose. En muchas naciones los proyectos políticos populares lo-
graron alcanzar a los gobiernos nacionales, es decir, “presidentes que
se parecen a sus pueblos”. Lograron ampliarse los grados de soberanía
y el comercio Sur-Sur, ahondar la integración regional y coordinar el
rechazo al mayor proyecto anexionista desde la “Doctrina Monroe”
en el siglo XIX: el ALCA.
Al poco tiempo, el mundo observó la caída de la Lehman Bro-
thers y la fragilidad del sistema financiero internacional, consecuen-
cia obligada del gran casino en el que se ha convertido.
Los proyectos políticos populares alcanzaron resultados asom-
brosos si se los analiza como corresponde, es decir, como procesos,
desde las condiciones en las que partieron y sus circunstancias espe-
cíficas. Las conquistas se produjeron en permanente disputa con el
neoliberalismo en todos los terrenos.

22 Santiago Fraschina (comp.)


Las conducciones de estos procesos estuvieron por delante de las
demandas activas de la media de sus pueblos. Con la subjetividad
aturdida por la rama mediática del poder real, sufrimos derrotas elec-
torales parciales de manera ajustada y “golpes blandos” que desaloja-
ron a otras conducciones populares. Algunos procesos se mantienen
en pie y otros comienzan a florecer.
Entendemos que hechos como el Brexit y el triunfo de Trump
muestran las limitaciones de las Cadenas Globales de Valor y la
consecuente deslocalización de actividades como proyecto político
neoliberal sustentable. Las naciones desarrolladas y sus principales
corporaciones requieren descargar los efectos de la concentración del
ingreso en las naciones subdesarrolladas.
La multilateralidad alcanzada en la década pasada está deteriora-
da pero el BRICS, China y otras naciones se mantienen como con-
trapeso multifacético, en distintas esferas, a la hegemonía neoliberal.
Un rasgo esencial de la época: se estima que en la actualidad, la
economía financiera es unas 20 veces mayor a la economía real.
La financierización de la economía se incrementa de manera si-
multánea a un proceso de transnacionalización desnacionalizadora:
el estado nacional con su mercado interno en el que nació el capi-
talismo presenta trabas a su desarrollo actual. Necesita ampliar de
manera constante su radio de acción.
El proceso de concentración y centralización del capital abarca
todo el planeta y elimina sillas para sentarse a la mesa de los dueños
del mundo. Los jugadores determinantes son los monopolios trans-
nacionales que funcionan de un modo directo en dinero mundial o
divisas. El control de la masa de dinero mundial se torna fundamen-
tal para los grandes grupos a escala planetaria.
Todo indica que estamos en la antesala de una guerra comercial
pivoteada por EE.UU. El siglo XX muestra con claridad meridiana
que este tipo de situaciones pueden derivar en crisis y guerras.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 23


Patrón de valorización y acumulación financiera

La financierización de la economía o la valorización financiera


implica que sea más rentable “invertir” en activos financieros que
producir bienes y servicios reales. En nuestro país, comenzó en 1976,
rompiendo con el proceso de industrialización iniciado tras las crisis
del 30 y profundizado a partir de 1945.
Esto implica que de la parte del valor total producido en nuestra
economía que se apropia el capital, el porcentaje que captura el capi-
tal financiero sea mayor que los que captan tanto el capital industrial
como el capital comercial.
Exactamente un año después de la ejecución del golpe de estado
cívico-militar y un día antes de ser secuestrado, en su “Carta Abierta
a la Junta Militar”, Rodolfo Walsh describió de forma magistral las
consecuencias de las políticas económicas neoliberales:

“En la política económica de ese gobierno debe buscarse


no sólo la explicación de sus crímenes sino una atroci-
dad mayor que castiga a millones de seres humanos con
la miseria planificada. En un año han reducido ustedes el
salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su par-
ticipación en el ingreso nacional al 30% (…) Un descenso
del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior
que alcanza a 600 dólares por habitante (…) elevando la
desocupación al récord del 9% (…) Desnacionalizando
bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos
de la banca extranjera (…) rebajando los aranceles adua-
neros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y des-
ocupación en la Argentina” (Walsh, R., 1977).

De la “bicicleta financiera” o “Carry Trade” de la “tablita” de Mar-


tínez de Hoz a las Lebac encadenadas con la devaluación del peso
respecto al dólar de hoy, no hay diferencias fundamentales. Su con-

24 Santiago Fraschina (comp.)


tracara obligada es desindustrialización, desempleo y atrofio del de-
sarrollo.

Deuda, fuga y política monetaria

El tipo de cambio competitivo es objeto de debate en el mundo


económico. Si bien la competitividad estriba en esencia en la pro-
ductividad, diversificación y desarrollo, el TCN es un instrumento
imprescindible utilizado para ajustar relaciones coyunturales de co-
mercio internacional.
La devaluación del peso respecto del dólar en torno al 75 %, el
incremento del TCN alrededor de un 300 %, no ha mejorado el Tipo
de Cambio Real (TCR) en beneficio de nuestra nación. Su efecto fun-
damental ha sido una gigantesca transferencia de recursos hacia los
más concentrados, principales compradores de moneda dura.
El mecanismo de transmisión del pass through genera inflación
cambiaria y luego fenómenos conexos que reducen el ingreso de tra-
bajadoras y trabajadores, activos formales e informales y pasivos y
pequeñas industrias.
La tasa de interés de referencia supera el 70 % en términos efecti-
vos anuales. En promedio, la rentabilidad empresarial oscila en torno
al 30 %. Los mismos sectores poderosos se preguntan: ¿Quién va a
invertir en la economía real con estos rendimientos? Se deteriora el
poder adquisitivo. Caen las ventas.
Otro “error perfecto” consiste en exclamar que desactivarán la
bomba de las Lebac en pesos que ellos crearon parar activar la bomba
de Letes en dólares. Ahora se suma la bomba de las Leliq, de las que
usufructúan sólo los bancos.
A la luz de la historia, es claro que “deuda externa” no significa to-
mar deuda en el exterior, en divisas, sino uno de los más importantes
mecanismos de subordinación de las naciones al capital financiero
internacional que implica, por un lado, que la deuda demande y des-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 25


víe de manera progresiva recursos que las sociedades requieren para
desarrollarse y se torne impagable; por el otro, que deban cederse
grados crecientes de soberanía en distintos planos.
Por lo tanto, una de las características esenciales del período 2003-
2015 fue el desendeudamiento y en el actual, el reendeudamiento.
Cuando se produjo la crisis y posterior implosión del esquema
neoliberal de la “convertibilidad” en 2001, Argentina presentaba un
ratio Deuda/PBI superior al 160 %. Esa era la situación en 2003.
En diciembre de 2015, la deuda externa total representaba poco
más del 40 % del PBI y el producto se había duplicado respecto a 2003.
Desde 2016, la deuda se incrementó en un tercio del PBI. Hoy, el
agujero negro asciende a más del 80 % del producto. Los servicios
comenzarán a pesar más y más y a ser el centro de gravedad del pre-
supuesto nacional.
Los recientes acuerdos con el FMI incrementan la deuda y con-
llevan cláusulas que deterioran la economía argentina y ceden grados
de soberanía.
El apalancamiento no necesariamente es contraproducente ya que
depende de las condiciones contractuales y, sobre todo, de la aplica-
ción de los flujos contraídos y su generación de capacidad de repago.
Pero un 75 % de la deuda contraída por el Gobierno de Cambiemos
ha sido utilizada para sacar las divisas de la circulación de nuestra
economía y atesorarlas, en el exterior en particular. La fuga de divisas
representa las tres cuartas partes del monstruo.
La actual gestión liquidó la administración cambiaria, eliminó el
tope a la compra de dólares, disminuyó los derechos de exportación,
extendió el plazo de su liquidación y liberalizó la remisión de utili-
dades. La restricción financiera externa al desarrollo es un problema
estructural en nuestra nación y en otras.
Aparece así otro rasgo determinante de esta etapa: la deuda exter-
na financia la fuga de divisas y amplifica la restricción externa. Estos
tres aspectos presentan una conexión interna tanto del modelo como
del proyecto.

26 Santiago Fraschina (comp.)


Como mencionamos, uno de los posibles desenlaces de la “con-
vertibilidad” era la dolarización de la economía en sentido estricto:
tener al dólar como dinero de curso legal y terminar de resignar la
política monetaria.

Industria, desarrollo y empleo

Además de la merma en la demanda por el incremento de los


precios, el actual Gobierno abrió de manera indiscriminada la im-
portación de productos con los que en algunas actividades se torna
imposible competir.
La dolarización de las tarifas, de la energía y la violenta elimina-
ción de subsidios, elevan los costos de la industria, impactando sobre
todo en las Pymes, que emplean el 75 % de la mano de obra. El incre-
mento de precios se transmite a la economía en su conjunto.
La utilización de la capacidad instalada descendió de casi el 80 al
60 % desde 2015 hasta la actualidad. Los mismos sectores poderosos
se preguntan: si hay tanta capacidad instalada ociosa y se desploma
la demanda, ¿quién va a invertir en la economía real? El mercado
interno y el crecimiento endógeno se comprimen.
De 2003 a 2015, se irguieron 260 parques industriales y se impul-
saron una batería de medidas para el desarrollo de la industria nacio-
nal, el aumento del salario real entre otras, que aumentó el consumo
privado que en nuestro país representa el 70 % del producto.
Los defensores de la Curva de Phillips y de la NAIRU3 pueden
proyectar que, en algún momento, la retracción de la actividad y de

3  La NAIRU significa una tasa de desempleo que no acelera la inflación y presupone


una tasa de desempleo dinámica, a diferencia de la tasa de desempleo estática de la Curva
de Philips. Si el desempleo es menor al “esperado”, la inflación eleva su nivel. En los dos
casos emerge el concepto de tasa natural de desempleo, negando así el carácter social,
histórico y en disputa de este fenómeno. En ambos conceptos subyace la idea de que es
necesario un nivel de desempleo para garantizar que, a través de este disciplinamiento,
trabajadoras y trabajadores no pujen por un nivel de salario real mayor.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 27


la demanda en un escenario recesivo redundará en la baja de la in-
flación porque aumentará el desempleo y, así, al bajar el consumo,
disminuirá la demanda. Pero la transición hacia ello transcurre en
una sucesión de aumentos generalizados y espiralados de los precios.
Estas políticas producen una sangría sostenida en el empleo in-
dustrial. Desde que comenzó este Gobierno, más de 2600 de pues-
tos de trabajo industriales se han eliminado cada mes. Muchísimas
empresas intentan resistir y están en la cornisa: la perspectiva de la
pérdida de empleos en escala es creciente.
A comienzos de 2003, el desempleo orillaba el 25 % de Población
Económicamente Activa (PEA) y en las postrimerías de 2015 era me-
nor a 7 puntos porcentuales.
El gobierno anterior incrementó las partidas correspondientes a
acciones reparadoras, en particular ejecutadas a través del Ministerio
de Desarrollo Social. Sin embargo, la columna vertebral de su política
social fue el empleo y la elevación del salario real. Se crearon más de
5 millones de puestos de trabajo.
Traccionado por la evolución de la actividad y por planes estata-
les, el trabajo no registrado se redujo del 43 al 33 %; debido al cre-
cimiento del salario real en los sectores formales impactando en la
elevación de la demanda, el aumento de empleo y salarios se trasladó
a la franja informal.
Trabajadoras y trabajadores pasivos también fueron beneficiados
con el aumento sostenido de jubilaciones y pensiones y mediante la
incorporación de más de 2,5 millones de jubiladas y jubilados a través
de la moratoria para quienes tenían aportes pero no los completaban
por haber sido víctimas del desempleo. El cambio de la fórmula de la
movilidad jubilatoria benefició a abuelas y abuelos, que el Gobierno
modificó en sentido contrario.
Esto no podría haberse llevado adelante sin la estatización de los
fondos de aportes previsionales que habían sido regalados a las Ad-
ministradores de Fondos de Jubilación y de Pensión (AFJP), al capital
financiero, que ahora desean privatizar nuevamente para otorgarlos

28 Santiago Fraschina (comp.)


de nuevo a las AFJP, o como puedan llamarse para presentar una
identidad camuflada. Al momento de su recuperación, las AFJP te-
nían en su poder unos US$ 30 mil millones, casi la misma cantidad
de reservas de las que disponía el BCRA en ese entonces.
El neoliberalismo en general, y en particular en los países subde-
sarrollados, no ha sido aplicado sin niveles relevantes de desempleo.
La desocupación es una condición necesaria del neoliberalismo.
En estos momentos, el desempleo comienza a asomar con fuerza.
Es sabido que es el principal regulador social. La sola amenaza de la
desocupación disciplina y autodisciplina.
Para llevar a cabo el plan, también se intenta destruir, reducir,
desprestigiar y comprometer a una parte de las organizaciones sin-
dicales.
En sentido opuesto al proyecto político popular, la lógica interna
del funcionamiento de la economía de Macri deteriora la distribu-
ción del ingreso y amplía la pobreza en sentido multidimensional.
Nuestro país tiene una larga trayectoria en el despliegue de la es-
cuela pública en todos sus niveles. Existe consenso internacional en
que los niveles de calificación de la mano de obra, el desarrollo y la
articulación del sistema universitario con los otros niveles tendiendo
a un Sistema Nacional de Educación es cada vez más determinante en
el desarrollo nacional. Desde 2003 hasta 2015, asistimos a la sanción
de las leyes de Educación Técnico Profesional, de Garantía del Salario
Docente, de Financiamiento Educativo (con el objetivo de invertir en
educación, ciencia y tecnología un 6 por ciento del PBI). Se crearon
17 universidades nacionales, 1921 escuelas y 50 salitas de 4 años.
Desde 2016, observamos la reducción y subejecución de las parti-
das destinadas a educación y las tendencias privatizadoras de y en la
educación. Lo mismo ocurre en cuanto a Ciencia y Tecnología, con
el CONICET como nave insignia.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 29


El rol del Estado y la política internacional

Desde el punto de vista económico, el Estado interviene de diver-


sos modos ya sea regulando, fijando pautas, dando señales, a través
de empresas del sector público, con políticas impositivas, de subsi-
dios, redistributivas, por medio de la política fiscal y monetaria, etc.
Además, todo proyecto político necesita coordinar las políticas de
sus diferentes esferas y hacerlo también dentro de cada una de ellas,
como en el caso de la económica, de la justicia, de la seguridad, de
la defensa, de la educación, etc. Cuanto más tareas y más precisas, el
personal destinado a ejecutarlas debe crecer y calificarse.
La Alianza Cambiemos debutó con mayúsculos despidos de em-
pleados públicos en áreas sensibles de todo tipo. Además, da señales
al mercado para habilitar y naturalizar la ola de despidos. Por otro
lado, no es necesario el personal que heredó para el proyecto político
neoliberal: el ajuste no requiere de tanto personal. Excepto en el as-
pecto represivo a las manifestaciones y luchas populares.
Otra característica central de la etapa contemporánea: el neolibe-
ralismo no puede ser aplicado sin represión. La represión le es con-
sustancial.
Este aspecto también es contrario a los tiempos transcurridos en-
tre 2003 y 2015 en los que la democracia y la participación popular
eran indispensables para desplegar el proyecto político popular.
De 2003 a 2015, presenciamos la ruptura con el “Consenso de
Washington” y la subordinación a los organismos de crédito interna-
cionales. Fueron creciendo las relaciones “Sur-Sur”.
Los pasos de integración regional con Brasil, Venezuela, Bolivia y
otras naciones hermanas tenían objetivos políticos y económicos por
complementariedad y ampliación de mercado.
En este aspecto determinante también se produjo un viraje de
ciento ochenta grados. La complicidad del actual Gobierno con los
“golpes blandos” en la región y la política de agresión en tándem con

30 Santiago Fraschina (comp.)


EE.UU. está a la vista: Macri hace alarde de ello en nombre de la de-
mocracia y la libertad.
“El supermercado del mundo” es una versión aggiornada de “el
granero del mundo” pero en la práctica no es otra cosa que una na-
ción exportadora de commodities, subdesarrollada, con la mayoría
de su población pauperizada y desintegrada de Latinoamérica.
El objetivo explícito de este Gobierno es rubricar Tratados de Li-
bre Comercio con EE.UU. y la Unión Europea. Nos recuerda a “Las
Venas Abiertas de América Latina” en donde se afirma que “la Divi-
sión Internacional del Trabajo consiste en que unos países se especia-
lizan en ganar y otros en perder” (Galeano, E., 1971).

Conclusiones

La actual etapa es continuación del proyecto político neoliberal


que comenzó en Argentina el 24 de marzo de 1976 en el marco del
Plan Cóndor para Latinoamérica como capítulo de un plan inter-
nacional de despliegue del neoliberalismo, de hegemonía del capi-
tal financiero internacional. Al mismo tiempo, es una respuesta a la
contratendencia que le propinaron los proyectos políticos populares.
Si bien existe una fuerte disputa entre el neoliberalismo financiero y
el neoliberalismo productivo y presentan diferencias, ambos atentan
contra los intereses populares.
Más allá de descoordinaciones técnicas, algunas incoherencias e
inconsistencias, las políticas principales desplegadas son un todo co-
herente y orgánico: “No hubo errores, no hubo excesos”.
El beneficiario principal es el capital financiero y los perjudicados
principales somos la mayoría de trabajadoras y trabajadores, activos
formales e informales y pasivos, pequeños y medianos industriales,
pequeños chacareros, la inmensa mayoría de la juventud.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 31


Del mismo modo en que la bonanza económica relativa no ase-
gura la continuidad de un proyecto, la crisis y el deterioro económico
no confirman, por sí mismos, la culminación de otro.
A las complicaciones de la situación se suman las voces que ase-
guran que la resolución de la crisis actual tiene sólo dos soluciones:
devaluar o dolarizar. Devaluar, sin más, también deteriora la vida de
la mayoría del pueblo.
Es necesaria la política y la organización para lograr unir a la ma-
yor parte de los afectados por el neoliberalismo y encauzarlos en un
proyecto político popular.
La forma en que se manifestarán electoralmente en 2019 las tres
posiciones o combinaciones de ellas pasa a ser un tema fundamental,
al igual que el pueblo en las calles, el que tendrá la última palabra.

Bibliografía

Fernández, C., 2011. Disponible en


https://movimiento-evita.org.ar/2011/03/12/discurso-de-cristina-en-
el-acto-de-la-corriente-en-huracan/
Galeano, A., 1971. “Las venas abiertas de América Latina”. Disponible
en https://static.telesurtv.net/filesOnRFS/news/2015/04/13/las_ve-
nas_abiertas_de_amxrica_latina.pdf
Ricardo, D., 1817. “Principios de Economía Política y Tributación”,
Fondo de Cultura Económica, primera reimpresión, 1985.
Walsh, R., 1977. “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar”. Dispo-
nible en http://www.jus.gob.ar/media/2940367/carta_rw_espa_ol_
web.pdf

32 Santiago Fraschina (comp.)


AMANECER Y OCASO DEL SISTEMA DE
METAS DE INFLACIÓN

Por Sergio Chouza1

Desde 2016 en nuestro país sobrevinieron cambios muy dramáti-


cos en todos los aspectos que hacen al funcionamiento institucional.
El advenimiento de un nuevo orden oligárquico conservador, tuvo
expresiones variopintas pero transversales a todas las áreas de admi-
nistración del Estado. La economía no fue una excepción, ni tampo-
co lo fue la política monetaria.
En lo concerniente a la dimensión monetaria, la aplicación del ré-
gimen de metas de inflación obnubiló todos los demás pilares de in-
jerencia del Banco Central. La “revolución de los medios de pago”, el
“fortalecimiento de la independencia institucional” y “el saneamiento
de la hoja de balance”, fueron meros eslóganes de la campaña 2015
que nunca fueron gravitantes en la gestión de estos últimos tres años.
El foco principal de la gestión inicial de Federico Sturzenegger era
sin dudas el control de la inflación. Previo a la instancia eleccionaria
de 2015, se planteaba la impericia de la administración anterior en

1  Licenciado en Economía (UBA) y docente UBA-UNDAV.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 33


moderar las tasas de aumentos de precios, que aún en los años de bo-
nanza no lograron quebrar a la baja el piso del 10%. En ese marco, se
postulaba una superación muy evidente e indiscutible, en términos
de los instrumentos que se debían disponer para su combate.
Claro que, desde la realidad efectiva de la gestión pública, los he-
chos pueden diferir profundamente de las expectativas que se tienen
cuando el análisis se hace desde lugar sin responsabilidad institucio-
nal. El rotundo fracaso en materia monetaria de los últimos años es
prueba elocuente de aquello. La separación entre los objetivos que
se trazaron y la evolución de las variables en los últimos años, fue de
una magnitud pocas veces vista en la historia económica Argentina.
Con una cerrazón muy dogmática en términos de los mecanismos
para llevar adelante la política monetaria, en todos los años se pro-
fundizó un modelo de gestión monetaria que daba claras muestras de
no adaptarse a las características de nuestra economía.
Como subproducto directo de la implementación de la innova-
ción técnica del Banco Central para combatir la inflación, se fueron
acumulando desequilibrios muy sustantivos, que introdujeron a
nuestra economía en un círculo vicioso muy complejo. Por caso, la
tasa de interés en niveles exorbitantes mantenida, con más o menos
matices, a lo largo de esta gestión, tiene implicancias reales directas
sobre la actividad real. Además de encarecer el acceso al crédito, la
prevalencia de tasas en niveles tan elevados distorsionó los incentivos
en materia de inversión. Dicho de otro modo, con una rentabilidad
financiera tan elevada como la que predominó a lo largo de los últi-
mos tres años, se reducen las señales positivas para que los empresa-
rios realicen inversiones en sectores productivos, que contribuyan a
la generación de empleo y agregación de valor. En igual sentido, este
foco en lo financiero fue gestando desequilibrios muy importantes
en materia de deuda. Como el Banco Central salió a comprometer su
patrimonio con el único propósito de evitar regular la salida de ca-
pitales, se acumularon desbalances que redundaron en importantes
niveles de deuda de corto plazo.

34 Santiago Fraschina (comp.)


La crisis que explotó en 2018, dada la imposibilidad de seguir
reproduciendo el flujo de endeudamiento valorización financiera y
fuga, es la muestra más cabal de que un diagnóstico incorrecto puede
derivar en la profundización de problemas que a veces se abordan
con mucha liviandad pero que en nuestra economía tienen mucho
de estructural. El resultado fue la necesidad de acudir al Fondo Mo-
netario Internacional, como prestamista de última instancia ante una
situación de insustentabilidad indisimulable.
En los próximos párrafos, proponemos un análisis somero de los
principales pilares monetarios del modelo que se implementó en es-
tos años, con el intento de establecer una lectura valorativa de econo-
mía política, respecto de los números técnicos que se desprenden de
la información pública.

Evolución monetaria reciente

En este primer apartado, se presenta un breve repaso de los princi-


pales análisis que dan cuenta de la coyuntura reciente, desde el inicio
de la puesta en funcionamiento de esta nueva versión de neoliberalis-
mo financiero. A tales fines, nos basamos en diferentes ilustraciones
gráficas, que permiten visualizar de manera sintética la información
económica de modo tal de facilitar su interpretación.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 35


TASA DE INFLACIÓN
(en % de variación acumulada, últimos doce meses)

50%
45%
40%
35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
jul - 13
oct -13
ene -13
abr -14
jul - 14
oct -14
ene - 15
abr - 15
jul - 15
oct - 15
ene - 16
abr - 16
jul - 16
oct -16
ene -17
abr -17
jul - 17
oct -17
ene-18
abr-18
jul-18
Fuente: elaboración propia en base a IPC-Instituto de Estadística
y Censos, CABA.

En primer lugar, observamos los resultados en materia inflaciona-


ria. En base al índice de la Ciudad, se ven dos picos muy marcados,
y una actual tendencia creciente, que no parece haber encontrado su
techo. Las subas, se corresponden con 2014 y 2016, ambos períodos
que se vinculan por haberse producido saltos devaluatorios. Para los
próximos meses, cuando termine de operar el traslado de precios del
año 20182, es altamente posible que las tasas de variación interanual
de la inflación superen el 50% y, por ende, el avance de precios de
2018/2019 supere al pico de 2016.

2  Al existir una base de comparación baja respecto de los primeros meses de 2018
y como ya se hicieron anuncios de aumentos de servicios regulados, es altamente
probable que, durante todo el primer cuatrimestre de 2019, la inflación se continúe
acelerando.

36 Santiago Fraschina (comp.)


INFLACIÓN A NIVEL GENERAL Y RUBRO DE VIVIENDA
(en número índice; diciembre 2016=100)

200

180 24,8%

160

140

120

100
dic - 16

feb - 17

abr - 17

jun - 17

ago - 17

oct - 17

dic - 17

feb - 18

abr - 18

jun - 18

ago - 18
Nivel general Vivienda, agua, electricidad y otros

Fuente: elaboración propia en base a IPC-INDEC.

El proceso inflacionario no es neutral en términos de incidencia.


Producto de su fuerte asimetría, tanto socioeconómica, como etaria
y geográfica, golpea con mayor magnitud a determinados sectores.
En particular, la dispersión de precios del proceso actual, afectó más
a los segmentos de ingresos fijos, típicamente, asalariadas y asalaria-
dos. El gráfico precedente, intenta ilustrar este factor. Con una sepa-
ración de casi 25% entre el segmento general de inflación y el capítulo
concerniente a los gastos de vivienda, se tiene un resultado de fuerte
afectación sobre las familias. Cuando se desciende en la pirámide de
distribución del ingreso, más proporción de los gastos totales se des-
tinan a los rubros inelásticos3 de consumo en tarifas de servicios pú-
blicos. Por tanto, la afectación de la liberalización del precio de estos
servicios, que deriva en la espiralización del proceso inflacionario,
afecta en mayor medida a los sectores de menores recursos.

3  Aquellos cuyo consumo no puede ser sustituido, como producto de un aumento


en su precio.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 37


TIPO DE CAMBIO
(en $ por cada U$S, segmento mayorista)

63,4% 18,4% 96,6%


$45
$40
$35
$30
$25
$20
$15
$10
$5
$0
dic -15

mar. -16

jun.-16

sep.- 16

dic.- 16

mar.-17

jun.-17

sep.-17

dic.-17

mar.-18

jun.-18

sep.-18
Fuente: elaboración propia en base a comunicación “A3500”-BCRA.

Claro que el proceso inflacionario está retroalimentado por lo que


fueron los desequilibrios cambiarios de la coyuntura próxima. Desde
2016, se pueden describir tres segmentos bien diferenciados, casi con
una lógica anual. En el primer año de gobierno de la actual adminis-
tración, se presentó un fuerte aumento del tipo de cambio, superior
al 60%. Posteriormente, en 2017, se vivenció una relativa estabilidad,
con tasas de crecimiento del dólar a menor velocidad que los precios
internos, lo cual redundó en una apreciación real del tipo de cambio.
Como producto de los desajustes acumulados, la “bomba de tiempo”
estalló en el corriente 2018, cuando se registró la mayor tasa de deva-
luación desde la salida de la convertibilidad, y que cerrará el año con
un avance del dólar en torno al 100%.

38 Santiago Fraschina (comp.)


MONTO DE EMISIONES PYME
(en millones de $, a precios constantes julio 2012=100)

40
35
30
25
20
Millones de U$S

15
10
5
0
dic -15

feb - 16

abr - 16

jun - 16

ago - 16

oct - 16

dic - 16

feb - 17

abr - 17

jun - 17

ago - 17

oct - 17

dic - 17

feb - 18

abr - 18

jun - 18

ago - 18
ON y otros Pagarés Cheques de pago diferido

Fuente: elaboración propia en base a comunicación “A3500”-BCRA.

Claro que la “fiesta de la nominalidad” no fue para todas y to-


dos; los segmentos Pymes se ven agredidos no sólo por las altas tasas
de inflación, sino también por tasas de interés prohibitivas para la
producción. El gráfico anterior, expone los instrumentos de finan-
ciamiento emitidos por las empresas de menor escala en el mercado
de capitales local. Después de un crecimiento inicial en 2016, se ve
una continua tendencia a la baja, la cual probablemente implicará un
cierre de 2018 en los niveles más bajos de la actual administración.
Como se sabe, estos instrumentos suelen emitirse para financiar capi-
tal de trabajo, y es lo que permite mantener girando la rueda virtuosa
de la economía. Con altas tasas de interés y bajos niveles de demanda
interna, la mayoría de los empresarios Pyme no logran mantener ta-
sas de rentabilidad mínimas para sus estructuras productivas.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 39


RENDIMIENTO BONAR 2022
(tasa de rendimiento implícito, en % anual)
12%

10% 10,3%

8%

6%

4%

2%

0%
17

17

17

17

18

18

18
-1

l-1

-1

l-1
e-

p-

v-

e-

p-
ar

ay

ar

ay
ju

ju
no
en

se

en

se
m

m
m

Fuente: elaboración propia en base al Ministerio de Hacienda.

Volviendo a la contingencia de la crisis de los últimos meses, uno


de sus rasgos más evidentes fue la elevación del riesgo país. A su
vez, la mayor volatilidad económica local impactó sobre la tasa de
rendimiento financiero de bonos. Esto tiene dos consecuencias muy
marcadas. Por un lado, incrementó el incentivo de mover activos a
inversiones financieras, que siguen manteniendo altos rendimientos,
en detrimento de la inversión productiva. Por otro lado, y en fuerte
vinculación, niveles de riesgo país tan altos, elevan el costo de finan-
ciamiento de nuestra economía. En un contexto donde la apuesta
por los Proyectos de Participación Público-Privadas es la principal
esperanza para la reactivación económica, es complejo pensar que los
niveles de tasa de interés actual permitan que los inversores privados
obtengan fondos en el exterior para aplicar en nuestra economía a
largo plazo.

40 Santiago Fraschina (comp.)


ÍNDICES BURSÁTILES POR SECTOR
(en % de variación, últimos doce meses)

Servicios Públicos 189,7%


Construcción 127,5%
Dólar 107,0%
Siderurgía 85,5%
Financiero 83,3%
Energía 57,1%
IPC 55,7%
Agropecuario 46,5%
Comercio 29,7%

Bienes Raíces 28,7%

Telecomunicaciones 4,4%

Metalmecánica -9,3%

Alimentos y Bebidas -23,5%

Química y Otros -28,8%

Minerales no metálicos -44,8%

Fuente: elaboración propia en base a Ministerio de Hacienda.

Mirando un panorama más amplio en materia financiera, se en-


cuentra que en los últimos doce meses sólo tuvieron un buen desem-
peño las empresas de servicios públicos y las de construcción, pro-
ducto del sostenimiento de contratos con el Estado. En el otro polo,
las compañías más volcadas a la producción en la economía real (me-
tales no metálicos, químicas y alimentos y bebidas), tuvieron un pési-
mo desempeño, que redundó en un desplome en su valor accionario.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 41


PBI PER CÁPITA
(en dólares corrientes)

-31,5%
15.000
14.000
13.000
12.000
10.204
11.000
10.000
9.000
8.000
7.000
6.000
5.000
10

11

12

13

14

15

16

17

18

19
20

20

20

20

20

20

20

20

20

20
Fuente: elaboración propia en base a Ministerio de Hacienda;
2018 y 2019 proyectado.

Con todo, el resultado parcial del modelo neoliberal financiero


ha sido malo incluso en términos macroeconómicos. Adoptando
como cierres de 2018 y de 2019 las hipótesis del último presupuesto,
se tienen tres años de caída agregada, de los últimos cuatro. Desde ya,
nuestra visión heterodoxa de la economía no se preocupa de sobre-
manera sobre los resultados macro agregados, sino de la distribución
del ingreso y la creación de empleo. No obstante, es dable destacar
que los resultados de estos últimos años no han sido buenos, incluso
bajo la estructura de prioridades que se ha planteado la actual admi-
nistración.

42 Santiago Fraschina (comp.)


Metas de inflación ¿o metas de paritarias?

Un mínimo repaso por las características fundamentales del ya


extinto régimen de metas de inflación nos lleva a describir sus princi-
pales lineamientos. En breves términos, interesa consignar:
• Es un sistema que tiene como objetivo orientar un sendero
para la tasa de inflación de una economía (típicamente a la
baja).
• A tales fines, este esquema asigna al Banco Central la de-
terminación de la tasa de interés de la economía (tasa de
referencia). En ese respecto, el tipo de interés es la variable
“de política”, o “variable exógena” del sistema.
• Como efecto de lo anterior, la cantidad de dinero en la eco-
nomía ajusta “de manera endógena” a la determinación de
la tasa.
• Con todo, el régimen implica que el organismo de políti-
ca pública mantiene una función de reacción en relación
al desalineamiento que observa en la trayectoria de precios
a lo largo de los meses. Esto se traduce en dos direcciones:
• Si la evolución del proceso de desinflación no avanza a
la velocidad deseada, el organismo de regulación sube
fuertemente la tasa de interés, con el propósito de desin-
centivar a los agentes a mantenerse en activos líquidos, y
por ende quitar pesos de circulación.
• Si los precios se desaceleran más de lo deseado (caso
poco probable), el Banco Central reduce la tasa de inte-
rés y expande endógenamente la oferta a través de una
política de incentivos monetarios.

El quid de la cuestión para el éxito de este modelo siempre es el


grado de credibilidad de los objetivos trazados. No es azaroso que el
régimen se denomine “metas de inflación”; implica que el cumpli-
miento del target apuntado es crucial para lograr mantener la con-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 43


fianza de los agentes en el sistema. A tales fines, tanto los aspectos
comunicacionales e institucionales de su implementación, como la
disposición de termómetros apropiados para una evaluación parcial
de los resultados, son aspectos centrales para su efectividad. Dicho
de otro modo, el incumplimiento sistemático de los objetivos, hie-
re gravemente su credibilidad. Eso no solo potencia los pronósticos
negativos sobre la evolución futura de las variables monetarias, sino
también conduce a muchos actores a tomar decisiones erróneas, que
pueden redundar en costos económicos concretos. En este marco, la
fe en un sistema de gobierno es difícil de construir, pero sencilla de
desandar. Los desvíos respecto de los objetivos suelen tener efectos
de retroalimentación o “círculos viciosos”, conduciendo el accionar
del hacedor de política a un callejón sin salida.
En este marco, importa analizar cuáles fueron los aspectos más
perniciosos de la aplicación de este régimen monetario, que afectaron
su funcionamiento y derivaron en su reciente discontinuidad. Debería
llamar la atención del lector que su lapso de vida efectiva haya sido de
apenas dos años. Más allá de aspectos de sintonía fina o dinámicas de
corto plazo, parece haber existido un diagnóstico por parte del gabine-
te económico, en relación a la obsolescencia de este régimen.
En este punto es importante remarcar que la aplicación de metas
de inflación está ampliamente extendida para diferentes economías
del mundo. Pero su aplicación óptima no se produjo de manera inde-
fectible en todas las economías. Se dio en aquellas con determinadas
características institucionales que las hacían apropiadas para este tipo
de esquemas. En particular, se trató de países con desbarajustes mo-
netarios parciales y/o transitorios, o que no llevaban a cuestas una
historia de desequilibrios estructurales de índole idiosincrática. El
caso de Israel es paradigmático, en este sentido. Se trata de un país
con ciertas similitudes a la argentina, en términos de haber transita-
do un proceso hiperinflacionario en la década de los ochenta, y sufrir
desequilibrios macroeconómicos severos en diversos momentos de
su historia.

44 Santiago Fraschina (comp.)


Al implementarse en la década de los noventa la innovación del
esquema de metas de inflación, el marco operacional del país asiáti-
co tuvo aspectos distintivos. En primer lugar, el cumplimiento de los
objetivos fue más que aceptable. Por caso, en el período 1992-1998, se
respetaron los umbrales establecidos en cinco de los siete años. Aún
en los períodos donde no se cumplió, el sesgo no fue exorbitante; el
año 1994 fue el de mayor incumplimiento, con una brecha del 80%
respecto de los objetivos planteados. Esto contrasta fuertemente con
el caso argentino. En 2018, por ejemplo, la diferencia es superlativa: en
el período actual se verificará una separación no menor al 220% res-
pecto a la meta establecida el año pasado. Por último, es dable señalar
que el esquema israelita, respondió a una trayectoria de desinflación
sumamente gradual. A diferencia de la implementación vernácula, los
objetivos fueron suficientemente racionales, en pos de una trayectoria
armoniosa pero continua de reducción de precios internos.

METAS DE INFLACIÓN EN ISRAEL

Inflación
Año Objetivo ¿Se cumplió?
efectiva
1992 Hasta 14 o 15% 9,40% Sí

1993 10% 11,20% No


1994 8% 14,50% Sí

1995 Entre 8% y 11% 8,10% Si


1996 Entre 8% y 10% 10,60% No

1997 Entre 7% y 10% 7,00% Sí


1998 Entre 7% y 10% 8,60% Sí

Promedio 9,7% 9,9%

Fuente: Leiderman y Bar-Or (2000)

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 45


Con todo, la aplicación de este sistema de moderación de precios no
está excento de riesgos. Su perfeccionamiento de debe disponer en un
marco de relativa estabilidad, con metas consistentes y sostenibilidad
temporal. En contraposición, un desarrollo torpe que carezca de sosteni-
miento temporal y se proponga objetivos demasiado ambiciosos, puede
derivar en desvíos dramáticos, que afecten la credibilidad del programa y
terminen dañando irremediablemente sus posibilidades de éxito.

REM, el verdadero huevo de la serpiente

Cuestionarse las razones estructurales detrás del incumplimiento


supino de las metas propuestas, implica comprender en su profun-
didad el mecanismo de decisión del BCRA detrás del esquema de
metas de inflación aplicado.
Como se dijo, la elección de la tasa de interés es fundamental a los
fines de “señalizar el sesgo de la política monetaria”. Así, si el decisor
de política detecta, para determinado momento, un alejamiento sus-
tancial entre su objetivo de inflación y la trayectoria observada, debe-
rá aumentar la tasa. Pero como, bajo estas corrientes de pensamiento,
la política monetaria opera con un cierto rezago temporal, es crucial
poder anticiparse al derrotero que seguirán los precios, tomando una
determinación de tasa de interés en función a algún instrumento que
permita predecir la tendencia inflacionaria. La herramienta estrella
que adoptaron los funcionarios del Banco Central, para tal propósito,
fue el Relevamiento de Expectativas de Inflación (REM)4. El mismo,
se trata de una encuesta realizada sobre alrededor de 60 grandes ban-
cos, consultoras, centros de investigación y miembros del establish-
ment financiero local5.

4  Si bien en períodos anteriores (2004-2012) el Banco Central había implementado


encuestas para medir el “sentimiento del mercado” en relación a diversas variables, su
modalidad actual data de junio de 2016.
5  Listado de participantes completo disponible en: http://www.bcra.gob.ar/Pdfs/
PublicacionesEstadisticas/Participantes%20(REM).pdf

46 Santiago Fraschina (comp.)


El relevamiento, implementado en la gestión de Federico Stur-
zenegger, tiene notorios vicios de origen. El más vidente es el claro
diseño tendencioso de la encuesta, en términos de sus participantes.
Con un grado de afinidad mayúscula respecto al Poder Ejecutivo, se
generan resultados influidos por la simpatía ideológica o, incluso, in-
tereses en común entre participantes y funcionarios del Banco Cen-
tral. En ese contexto, las realizaciones de la muestra arrojaron en sus
dos años de funcionamiento resultados fuertemente alejados de la
realidad efectiva en materia inflacionaria. Este fenómeno dista de ser
el normal y esperable en una encuesta de expectativas. Lo lógico sería
que existieran analistas con una mirada más optimista y otros con
valoraciones más pesimistas sobre el devenir económico. En esa sín-
tesis, los números del relevamiento no deberían presentar sesgo –o
al menos no uno sistemático- respecto de los resultados finalmente
realizados. En contrario, la tabla siguiente muestra el contraste entre
los números pronosticados por el REM y la inflación efectiva, en los
últimos tres años.

METAS DE INFLACIÓN EN ISRAEL

Año pronosticado
Período de predicción
2016 2017 2018 2019
2016 37,2% 19,3% 14,1% -
2017 - 21,5% 15,2% 9,4%
2018 - - 28,4% 10,4%
2019 - - - 18,8%

Entre
Inflación efectiva en el año 41,0% 24,8% -
45% y 50%

Fuente: elaboración propia en base a REM-BCRA.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 47


Es sintomático observar cómo el desvío entre pronóstico y resul-
tados se reduce conforme se acerca el objetivo de predicción, aunque
en todos los casos la convergencia se da por debajo. Como se trata de
promedios anuales, algunos desvíos se aminoran, aunque no dejan de
ser significativos. Por caso, para la inflación de este año se preveía un
14,1% en 2016, tan solo un punto más en 2017 y una sustantiva suba
hasta el 28,4% en el promedio del mismo año en curso. No obstante,
transcurridos diez meses de 2018, la dispersión de precios del año
garantiza un piso no menor al 45%.
Sería anecdótica la (im)precisión del REM si no estuviera fuer-
temente vinculada a las decisiones de política económica. En parti-
cular, en lo concerniente a la elección de la tasa de interés de política
monetaria. Como se mencionó anteriormente, la disposición de una
tasa real lo suficientemente positiva forma parte del corazón de este
modelo monetario. Pero este nivel real de la tasa de interés depende
centralmente de la variación de precios en el período, cuya realiza-
ción no se conoce ex ante. En tal sentido, una subestimación sensible
de la inflación futura, deriva indefectiblemente en una tasa de interés
real mucho menor a la esperada a priori, o incluso negativa. El si-
guiente gráfico, compara la tasa de interés real ex ante con su correla-
to ex post, para el período sobre el cual se cuenta con la información
respectiva.

48 Santiago Fraschina (comp.)


TASA DE INTERÉS REAL
(en % de tasa nominal anual, según tipo)

10% 8,0%
8%
6%
4%
2%
0%
-2%
-4%
-6%
-8%
-10%
-12% -9,5%
sep-16

sep-17
ene-17
jul-16

jul-17
dic-16
jun-16

jun-17
oct-16

may-17
abr-17
feb-17
ago-16

mar-17

ago-17
nov-16

Ex ante Ex post
Fuente: elaboración propia en base a REM-BCRA.

Como se ve, en los últimos meses la separación entre las expecta-


tivas de tasa real y su realización efectiva, una vez transcurridos los
doce meses es exorbitante. Por caso, en el último mes computado6,
los inversores esperaban realizar un 8% de rentabilidad real, pero
perdieron 9,5% de su capital, medido a valores constantes. Es necesa-
rio señalar dos aspectos. Por un lado, uno tiene que ver con la poten-
ciación de este proceso en los últimos meses, lo cual está vinculado
al fuerte desacople entre precios futuros y expectativas. Por otro lado,
señalar el causal de semejante separación entre la inflación prevista
y la real. Para ilustrarlo, no hace falta más que recordar que el pre-
supuesto sancionado para el año 2018 establecía una inflación anual
del orden del 15%, la cual quedó obsoleta apenas comenzado el año.
El punto que se plantea en este apartado es que no se puede desvin-

6  El último dato disponible se remonta a un año atrás producto de que es el primero


que permite verificar la inflación efectiva registrada en los doce meses posteriores.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 49


cular el desbarajuste de precios internos del notorio sesgo de cons-
trucción que subyace al REM. Ocurre que el diseño metodológico de
un termómetro de expectativas tan tendencioso, por la naturaleza de
los participantes que lo conforman, termina constituyendo un sesgo
consistente en los resultados del relevamiento. Dicho de otro modo,
participantes de la muestra muy cercanos al Poder Ejecutivo y que
comparten una visión ideológica en relación al modelo económico,
terminan contándole al BCRA “el diario de Irigoyen”, y proyectando
resultados ilusorios sobre el devenir próximo en materia monetaria.
La subestimación continua de sus proyecciones de inflación y demás
variables, parece abonar esta teoría.
Está claro que en este punto no existen “shocks” ni “tormentas”
externas. La decisión ex profeso por parte del BCRA de construir un
informe con participantes de perfil muy marcado, es sólo atribuible a
su cerrazón a escuchar otro tipo de voces que muestren un panorama
tal vez no tan auspicioso sobre la coyuntura actual. Con una confec-
ción más plural en cuanto a los centros de investigación, institutos
y universidades consultadas, seguramente se obtendrían resultados
más realistas, o que presenten desvíos tanto de subestimación como
de sobreestimación en la estimación sobre la trayectoria futura, de
modo tal de anular tendencias preexistentes.

Back to basics. Drenaje monetario y a pedalear.

Con el ocaso del esquema de metas de inflación y el recambio


en la Presidencia del Banco Central, sobrevino la aplicación de un
nuevo modelo en materia monetaria. Se discontinuó la implemen-
tación del tan mentado esquema de metas de inflación en pos de un
sistema más tradicional, de restricción de la oferta monetaria. Los
lineamientos básicos del plan se vinculan con una regla estricta de
control de agregados, con el propósito de desarrollar una política
monetaria contractiva lo suficientemente fuerte como para mitigar

50 Santiago Fraschina (comp.)


la fuerza sostenida de la inercia de precios internos. En breves térmi-
nos, describimos al nuevo programa a partir de los siguientes precep-
tos fundamentales:
• La astringencia monetaria tiene como propósito reducir el
poder de fuego de las fuerzas de la demanda de presionar
sobre el peso. En ese sentido, el nuevo programa plantea un
enfoque ortodoxo convencional, donde se explica la infla-
ción como un problema pura y exclusivamente monetario.
Este abordaje tiene anclaje en el argumento friedmanita,
que establece que la inflación es “siempre y en todo lugar
un fenómeno monetario”7.
• Las corridas de los últimos meses, que derivaron en el au-
mento del dólar del 100% en menos de un año, hicieron que
el Ejecutivo subordine sus múltiples objetivos económicos
a recuperar la calma en el mercado cambiario. En tal senti-
do, la disposición de un esquema monetario tan restrictivo
sobre la circulación de dinero en la economía, coadyuva en
tal objetivo.
• Más allá del cambio formal en el nombre y lógica de funcio-
namiento del programa, existen consecuencias concretas
sobre el accionar de la política monetaria. Dada la impo-
sibilidad de controlar precios y cantidades del mercado, el
actual modelo propone la determinación de precios acorde
al objetivo de astringencia, en detrimento del precio que
paga por el financiamiento de corto plazo. Por tanto, la tasa
de interés de referencia pasa a ser endógena al sistema: su
realización dependerá en buena medida de la exigencia que
el mercado imponga para aceptar estos papeles de deuda de
corto plazo.

7  Friedman, Milton (1970). “The Counter-Revolution in Monetary Theory”, Institute


of Economic Affairs, London

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 51


Los objetivos del reciente programa son variados y ambiciosos. Su
primer mes de implementación no puede analizarse desligado de la
dinámica que desembocó en el overshooting8 cambiario de este año.
En ese marco, es dable destacar que, en las semanas previas a su pues-
ta en marcha, ya se habían notado los primeros rasgos de agotamien-
to de la demanda a la hora de pulsar contra la moneda local. Pese a la
supina impericia de la gestión de Federico Sturzenegger a la hora de
parar la corrida, tanto como la del interregno de Luis Caputo al fren-
te del Banco Central, no es menos cierto que el mercado en el mes
de septiembre ya daba las primeras muestras de haber alcanzado un
“nivel de equilibrio” o, cuanto menos de empezar a emitir señales de
cierta escasez relativa de pesos como para dolarizar posiciones. Claro
que las agudas restricciones regulatorias, en términos de la posición
global de neta en moneda extranjera como en cuando a los niveles de
encajes, generaban un efecto de doble pinza sobre la hoja de balance
de las entidades financieras locales.

8  Término que refiere a la sobrerreacción en el tipo de cambio ante un desequilibrio


en el mercado cambiario. La devaluación del peso del orden del 50% en 2018 no sólo
corrigió todo el atraso del año previo, sino que también devolvió el precio del dólar
a niveles de una década atrás. Si bien el régimen actual muestra evidentes rangos
de insustentabilidad relacionados al desequilibrio en el sector externo, no se había
producido en la primera mitad del año un desplome en la actividad real ni un shock
internacional de tal magnitud que justifique tamaño salto cambiario. Por esto, se
habla de overshooting.

52 Santiago Fraschina (comp.)


TIPO DE CAMBIO MAYORISTA DE REFERENCIA
(en $ por cada U$S, bimestre septiembre-octubre)

$42 Renuncia Asume


$41 Luis Caputo
$40
Guido Sandleris
$39
$38
$37
$36
$35
$34
$33
3-sep.
6-sep.
9-sep.
12-sep.
15-sep.
18-sep.
21-sep.
24-sep.
27-sep.
30-sep.
3-oct.
6-oct.
9-oct.
12-oct.
15-oct.
18-oct.
21-oct.
24-oct.
27-oct.
30-oct.
Fuente: elaboración propia en base a comunicación “A3500”-BCRA.

Como se ve, en el mes previo a la renuncia de Luis Caputo, no se


registraba una tendencia marcadamente alcista en el tipo de cambio9.
De hecho, entre puntas del mes de septiembre, se produjo una apre-
ciación nominal del orden del 3,1%.
En ese contexto se perfeccionó el inicio del nuevo modelo mo-
netario. En una caracterización estilizada, su primer mes en curso
muestra una apreciación nominal del 13% y real cercana al 18%10.
Semejante retroceso del dólar aquieta las aguas en un mercado con-
vulsionado. No obstante, la contracara de este resultado es un creci-
miento sustantivo de la deuda de corto plazo, asociada al instrumen-
to de esterilización de los “pesos sobrantes” en la economía. Como se
sabe, la herramienta seleccionada en esta nueva etapa son las Letras

9  Aunque sí una importante volatilidad, la cual estuvo en gran medida influida por
los rumores múltiples previo al alejamiento del anterior presidente del Banco Central
y los aspectos técnicos de la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario
Internacional.
10  Asumiendo una inflación de octubre 2018 del 6%.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 53


de Liquidez “Leliq”, un papel que se puso en plaza a inicios de este
año, a los fines de darle liquidez al mercado financiero. Su tenencia y
operatoria están reservadas al segmento bancos, lo cual facilita cierto
grado de separación entre su cotización y la tasa de otros instrumen-
tos disponibles para ahorristas minoristas.

TASA DE INTERÉS DE REFERENCIA


(en % de TNA)
75%
74%
73%
72%
71%
70%
69%
68%
67%
66%
65%
64%

2-nov.
1-oct.
3-oct.
5-oct.
7-oct.
9-oct.
11-oct.
13-oct.
15-oct.
17-oct.
19-oct.
21-oct.
23-oct.
25-oct.
27-oct.
29-oct.
31-oct.

Fuente: elaboración propia en base a series estadísticas-BCRA.

Es así que la marcha de las tasas de interés de referencia en este


primer mes del sistema de agregados monetarios presentó dos seg-
mentos bien diferenciados. En los primeros diez días predominó la
inestabilidad derivada de un mercado cambiario aún en ebullición.
Así, en dos semanas, la tasa llegó a incrementarse en un promedio de
15 puntos porcentuales. Posteriormente, prevaleció el “efecto astrin-
gencia”, donde el combo del aumento de encajes, el menor exceso de
pesos por la implementación de la regla de no emisión y el adveni-
miento de la pax cambiaria, permitieron al BCRA implementar una

54 Santiago Fraschina (comp.)


paulatina reducción de las tasas a una semana de plazo. Octubre ce-
rró en niveles cercano al 70%, lo cual aún está 10 puntos por encima
del promedio del mes de septiembre.
En cualquier caso, la dinámica de las Letras de Liquidez muestra
un crecimiento significativo en el último mes, a partir de su disposi-
ción como el instrumento de política monetaria del BCRA, a inicios
de octubre de 2018. Si bien no es menor ya que su dinámica está
influida por el desarme de la cartera de Lebacs, es posible que el año
próximo su volumen supere el billón de pesos. Su peso medido en
dólares, o en relación al patrimonio neto del BCRA es mucho menor
que en el cénit de las Lebacs, pero no deja de tener incidencia como
restricción objetiva a una baja más pronunciada en la tasa de interés.

LETRAS DE LIQUIDEZ
(en millones de pesos)

Stock en circulación

+41,7%
$ 700.000
$ 600.000
$ 500.000
$ 400.000
$ 300.000
$ 200.000
$ 100.000
$0

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 55


INTERESES PAGADOS

$ 35.000
$ 32.912
$ 30.000
$ 25.000
$ 20.000
$ 15.000
$ 10.000
$ 5.000
$0

10-oct.
11-oct.
12-oct.
16-oct.
17-oct.
18-oct.
19-oct.
22-oct.
23-oct.
24-oct.
25-oct.
26-oct.
29-oct.
30-oct.
31-oct.
1-oct.
2-oct.
3-oct.
4-oct.
5-oct.
8-oct.
9-oct.

Diarios Acumulado mensual

Fuente: elaboración propia en base a “Infopase”-BCRA.

Como se ve, el volumen en circulación de Leliqs aumentó más


de 40% en su primer mes de vigencia plena. Como correlato, generó
intereses por casi $33.000 millones. Una proyección simple, con un
supuesto conservador de tasas, lleva a la conclusión de que por me-
dio de este instrumento se devengarán en 2019 el equivalente a más
de U$S 10.000 millones. Si bien se trata de un pasivo monetario del
BCRA, su emisión genera déficit cuasifiscal, empeora el balance del
Banco Central y resta grados de libertad a su accionar.
Con todo, se desprenden los siguientes factores de riesgo para la
política del BCRA, de cara a la necesaria consolidación de la estabi-
lidad monetaria:
• Los factores exógenos a la política monetaria. Es posible que
una regla férrea de emisión cero permita mitigar los aspec-
tos monetarios del proceso inflacionario. Esto es, contribuya
a equilibrar la oferta y la demanda de dinero de forma tal
que el excedente de pesos no presione sobre los precios in-
ternos. Pero lejos de ser el causal único, el resto de factores
“extramonetarios” que inciden sobre la dinámica de precios,
seguirán operando con fuerza en los próximos meses. En

56 Santiago Fraschina (comp.)


particular, se debe considerar la inflación reprimida por el
traspaso incompleto de la devaluación, como se muestra
en el gráfico de más abajo. Además, existirá un importan-
te arrastre de inercia inflacionaria, producto de todos los
segmentos de la economía con plazos contractuales de me-
dios a largos. Por último, pero no menor, en 2019 influirá
el componente de inflación de costos, tanto por las nuevas
correcciones de tarifas venideras como por la necesaria re-
composición de salarios reales que la enorme proporción de
los gremios intentará discutir el año próximo. En el corriente
año, los salarios promedio cerrarán alrededor de 10 puntos
porcentuales por debajo de la inflación, por lo cual se espe-
ra una conflictividad creciente en el próximo ejercicio en el
marco de la puja salarial.

DÓLAR E INFLACIÓN
(en % de variación, acumulado últimos doce meses)

125%

100% 49,7
puntos
75%

50%

25%

0%
sep-16

sep-17

sep-18
dic-16

dic-17
jun-16

jun-17

jun-18
mar-16

mar-17

mar-18

Precios mayoristas Tipo de cambio

Fuente: elaboración propia en base informe de política monetaria


BCRA e IPIM-INDEC.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 57


• El costo recesivo. Este factor es ineludible, dada la rigidez de
la restricción monetaria autoimpuesta por el Banco Central.
Cabe recordar que la regla actual implica emisión cero, con
la única excepción de los meses en los que se verificará alta
estacionalidad en la demanda de dinero (diciembre 2018 y
junio 2019). Así, la base monetaria pasará de aumentar en
torno al 43% interanual a menos del 30%. Claro que seme-
jante apretón no puede estar exento de consecuencias en
materia de actividad interna. La quita de incentivos mone-
tarios redunda en un freno a la producción, en especial en
aquellos sectores más vinculados con la inversión del sector
público. Partiendo de una base ya muy mala en 2018, donde
se consolidará una recesión superior al 2,5%, el hecho de en-
friar más la economía conlleva múltiples riesgos asociados.

DINERO DE ALTA POTENCIA


(en millones de $ corrientes y % de variación interanual)
$1.600 50%
$1.400 45%
40%
$1.200
35%
$1.000 30%
$800 25%
$600 20%
15%
$400
10%
$200 5%
$0 0%
dic-17

dic-18
jun-17

jun-18

jun-19
oct-17

oct-18
abr-17

abr-18

abr-19
feb-17

feb-18

feb-19
ago-17

ago-18

Base monetaria (sin controles)


Objetivo de base monetaria (con controles)
% de variación interanual (eje derecho)

Fuente: elaboración propia en base a informe de política monetaria


BCRA.

58 Santiago Fraschina (comp.)


• Shocks externos. El último factor a seguir con cuidado en
relación al nuevo esquema monetario local tiene que ver
con la economía internacional. En un mundo muy volátil
y con profundos cambios geopolíticos, se presentan posi-
bles vulnerabilidades sobre las cuales nuestro país no pue-
de influir. La continuidad del dólar flotante, como modelo
de determinación del tipo de cambio de equilibrio, implica
que su nivel debe funcionar como amortiguador de todos
fenómenos externos disruptivos que puedan sobrevenir.
• La trayectoria de tasas del Tesoro estadounidense, por
caso, no tiene consecuencias neutrales para nuestro
país. Desde el año pasado, como producto de la decisión
del Tesoro de quitar incentivos monetarios, se produjo
una importante retracción de los capitales globales, que
redundó en menores fuentes de financiamiento para las
economías emergentes. Si este contexto se mantiene o
potencia, posiblemente retorne la presión sobre la mo-
neda local.
• Tampoco es inocuo el devenir económico de nuestro
principal socio comercial, Brasil. Su devenir en los últi-
mos años fue errático, producto de la alta inestabilidad
política. En el nuevo escenario que se abre con el adve-
nimiento al poder de un candidato de perfil ultranacio-
nalista y cercano a los mercados, también pueden existir
coletazos para nuestro país. En particular, si Brasil de-
cide emprender una guerra comercial abaratando rela-
tivamente su moneda, es posible que vuelva a sentirse
presiones devaluacionistas sobre el peso en nuestro país.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 59


TIPO DE CAMBIO EN BRASIL
(en reales por cada U$S)
BRL 4,2

BRL 4,0

BRL 3,8

BRL 3,6

BRL 3,4

BRL 3,2 +16%


BRL 3,0
jun-17

jun-18
mar-17

mar-18
abr-17

abr-18
feb-17

feb-18
jul-17

sep-17

jul-18

sep-18
nov-17

nov-18
ene-17

ene-18
oct-17

oct-18
dic-16

dic-17
may-17

ago-17

may-18

ago-18
Fuente: elaboración propia en base a informe de política
monetaria BCRA.

Conclusión

Como se ilustró en estas líneas, el modelo entró en crisis en 2018


por una buena cuota de mala praxis. La administración en materia
monetaria, se conformó por funcionarios que se limitaron a extra-
polar las recetas de manuales ortodoxos, inaplicables a la realidad
argentina, concreta y específica. Esto aceleró su inviabilidad, adelantó
sus más perversos objetivos, como el de un menor “costo laboral”,
un objetivo que implícita o explícitamente siempre fue buscado por
quiénes hoy piensan y ejecutan la política económica. La pérdida del
poder adquisitivo de la gran mayoría de la población ya es un hecho
y el salario argentino, cuya evolución es tratada en la presente obra
de diversas formas, ya no sobresale entre los latinoamericanos. Todos
los indicadores sociales comenzaron una tendencia negativa que será

60 Santiago Fraschina (comp.)


muy difícil de revertir en los próximos años. Así, se tiene un mode-
lo insostenible en materia social ya que no ofrece el empleo que la
población necesita, ni en cantidad y calidad de puestos de trabajo,
porque atenta contra los derechos laborales otrora conquistados, ni
en ingresos necesarios para mejorar el nivel de vida.
Con la profundización del déficit externo, tanto en el canal real a
través de las importaciones como por el canal financiero, la debacle
era inevitable. En ningún momento las políticas económicas apun-
taron a generar las divisas genuinas necesarias para pagar el endeu-
damiento, que sólo se destinaba a financiar la salida de divisas bajo
diferentes formas, pensando o exclamando que solo la confianza al-
canzaría para equilibrar las variables.
Es así que la restructuración neoliberal tuvo su primera crisis de
magnitud antes de finalizar el mandato presidencial. Esta se mate-
rializó, en su forma más reciente, en el acuerdo con el Fondo Mone-
tario Internacional. Sin embargo, se acudió al Organismo tan solo
para garantizar a los acreedores privados el pago de las obligaciones
comprometidas, en momentos que el mercado murmuraba la pala-
bra default. A solo tres meses de dicho acuerdo, ya ha sido necesaria
una primera renegociación para obtener un crédito mayor y, sobre
todo, para adelantar gran parte de los fondos. Por sus características,
lo firmado pinta de cuerpo entero las necesidades de un Gobierno
que busca cumplir de la manera más decorosa posible con el capi-
tal financiero, aún resignando las principales variables económicas y
sociales, como así lo muestra el presupuesto 2019. Pero las “nuevas”
viejas políticas no hacen más que estirar la agonía, con tasas de inte-
rés estrafalarias que ahogan a las empresas y consumidores, y con un
desenlace que implicará una carga mayúscula para futuras generacio-
nes de argentinas y argentinos.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 61


Bibliografía

Leiderman, Leonardo y Bar-Or, Hadas (2000), “Monetary Policy Rules


and Transmission Mechanisms Under Inflation Targeting in Israel”,
Research Department, Bank of Israel.
Friedman, Milton (1970). “The Counter-Revolution in Monetary
Theory”, Institute of Economic Affairs, London.
Fondo Monetario Internacional (2018), “Country Report Nº18/297”,
Washington, D.C.

62 Santiago Fraschina (comp.)


LA INDUSTRIA EN EL GOBIERNO
DE CAMBIEMOS

Por Cecilia Gonzalez Bonorino1

Desde diciembre de 2015 el rumbo económico del país retomó


el modelo de acumulación basado en la valorización financiera que
había inaugurado la última dictadura militar. Como sucedió en el pa-
sado, la reimplementación del neoliberalismo volvió a poner fin a un
proyecto de desarrollo industrial sustentado en el mercado interno y
en la inclusión social.
Luego de veinticinco años de estancamiento en el producto y de
caída del empleo en el sector industrial, tras el colapso del neolibera-
lismo durante los años 2001 y 2002, el país volvió a industrializarse.
El kirchnerismo retomó la experiencia de la industrialización por
sustitución de importaciones como modelo a seguir destacando el
objetivo del pleno empleo, el desarrollo de la industria nacional, la
recomposición del mercado interno y la soberanía nacional.
El Estado instrumentó diversos mecanismos para regular la eco-
nomía, las políticas de ingresos se combinaron con distintos instru-
mentos como el régimen de importaciones y la política cambiaria,

1  Licenciada en Economía (UBA)

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 63


los subsidios a los servicios públicos, el respaldo a las capacidades
tecnológicas y el comercio administrado. El impulso a la actividad
manufacturera con la activa participación estatal convirtió a este sec-
tor en uno de los más dinámicos de la economía, aportando resulta-
dos positivos que contribuyeron al crecimiento y a la generación de
empleo. No obstante, a pesar del dinamismo que tuvo la industria en
este período, durante los últimos años de la gestión kirchnerista, la
economía volvió a enfrentar los típicos problemas de la restricción
externa característicos del proceso de industrialización por sustitu-
ción de importaciones reflejado en crisis de balanza de pagos y en
procesos inflacionarios.
Ante esta situación, la industria anticipaba un cambio, frente a
las múltiples alternativas la Alianza Cambiemos optó por retomar
el camino de la desindustrialización, reinstaurando las políticas de
apertura y desregulación que caracterizaron a la Argentina de hace
cuarenta años. Bajo el lema de “reconversión productiva” los funcio-
narios del Gobierno buscaron reinstalar el viejo modelo de ventajas
comparativas, que supone un patrón de especialización productiva
donde prima el sector agrario y sus transformaciones básicas.
Conforme a los principios neoliberales, sus políticas económicas
pueden resumirse con la fórmula “más mercado y menos Estado”, es
decir, se orientan a eliminar la intervención del Estado en la econo-
mía entendiendo al mercado como el mejor asignador de recursos.
Suponiendo que bajo el mando del mercado se recuperaría la con-
fianza y con ella las inversiones necesarias para reactivar la actividad
y el empleo, el gobierno eliminó las regulaciones que existían sobre el
comercio exterior y los flujos financieros, derribando una de las prin-
cipales herramientas de protección a la industria local y al empleo
nacional. Asimismo, acorde con la perspectiva ortodoxa o neoliberal,
se propuso reducir los costos laborales como forma de mejorar la
competitividad y atraer la inversión, socavando el protagonismo del
poder adquisitivo sobre la demanda, la inversión y el crecimiento.

64 Santiago Fraschina (comp.)


Por otra parte, la reducción de la intervención estatal se tradu-
jo en menores subsidios para la energía y los servicios públicos. Los
tarifazos significaron un reajuste de las transferencias de la renta del
Estado hacia la industria y los sectores populares, principales deman-
dantes de la producción industrial de origen nacional.
Para completar este escenario, el Gobierno elevó las tasas modifi-
cando las rentabilidades relativas del sector productivo y financiero,
alentando la entrada de capitales especulativos de corto plazo en de-
trimento de la inversión productiva.
El trabajo se estructura de la siguiente forma: la primera parte
pretende colocar al Gobierno de Cambiemos en perspectiva históri-
ca, entendiendo que el mismo es un caso más en la alternancia de los
dos modelos que se fueron turnando en la historia argentina desde el
fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad. En una segun-
da parte, se pone foco en el diagnóstico que realizan los funcionarios
del Gobierno sobre la situación del sector industrial, y se analizan los
resultados de las medidas aplicadas durante los primeros dos años y
medio de gestión. Por último, confluyendo ambas partes se elaboran
conclusiones sobre el nuevo escenario que atraviesa la industria na-
cional como resultado intrínseco del modelo económico.

Breve reseña histórica

La industria en Argentina se inicia en el siglo XIX como respuesta


a las necesidades generadas frente a la crisis de 1930 y a las guerras
mundiales. El país se vio obligado a producir aquello que no podía
importar, a la vez que la demanda exterior de productos con mayor
valor agregado se acrecentaba debido a que las principales economías
reorientaban sus esfuerzos al desarrollo y resolución de los conflictos
bélicos. De esta manera, se dio inicio al período de industrialización
por sustitución de importaciones (ISI) que fue proyectando al sector
industrial por encima del agropecuario. La ISI puede dividirse en tres

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 65


etapas, la recién mencionada industrialización “espontánea”, el pro-
yecto industrializador peronista y la industrialización “desarrollista”
o “liberal-desarrollista” dependiendo del Gobierno.
El proyecto industrializador peronista (1946-1955), no signifi-
có la mera adaptación a los cambios mundiales (la renovación del
pensamiento económico en base a las ideas keynesianas, el papel de
la demanda efectiva y de la intervención del Estado cobraban una
nueva dimensión teórica, la cual se proyectaba hacia el terreno prác-
tico presentándose como una alternativa más eficaz a los postulados
liberales, que cargaban con el descrédito de la crisis más profunda
de la historia del capitalismo) sino el rediseño del perfil productivo y
socioeconómico del país.
La importancia del mercado interno, el nacionalismo económico,
el estatismo y el papel central de la industrialización fueron las cuatro
columnas que caracterizaron al nuevo modelo económico. En este
período, el Estado cobró una creciente importancia como regulador
de la economía y productor de bienes y servicios, a la vez que, el sec-
tor privado comenzó a especializarse en la producción de bienes de
consumo, en especial vinculados a los insumos agropecuarios, prefe-
ribles por ser menos intensivos en capital (menos requerimientos de
ahorro) y más intensivos en mano de obra destinados principalmente
a satisfacer la demanda de los trabajadores. En consecuencia, en este
período, adquirieron mayor relevancia las grandes empresas estatales
en sectores de interés nacional y las pequeñas y medianas empresas
privadas vinculadas al mercado interno, por entonces robustecido
por las mejoras salariales y protegido con altos aranceles.
En la industrialización “desarrollista” o “liberal-desarrollista”
(1955-1976) se avanzó en el desarrollo de las industrias básicas: acero,
petroquímica, metalmecánica, automotriz, máquinas y generación
de energía. En este período adquieren mayor relevancia las empresas
trasnacionales y el capital extranjero. La visión predominante de la
época fue que, ante la insuficiencia de ahorro nacional e incapacidad
de acumular capital para avanzar en el desarrollo, se debía recurrir al

66 Santiago Fraschina (comp.)


capital extranjero para compensar la falta de capital en la etapa inicial
del desarrollo y proveyera al país de tecnología importada.
Durante la ISI el Estado instrumentó diversos mecanismos para
proteger el sector industrial (redistribución de recursos del agro a
la industria, tipos de cambio diferenciales, las prohibiciones de ex-
portar productos requeridos como insumos para las actividades pro-
tegidas, los impuestos a la exportación y los subsidios a las nuevas
actividades). Según Mario Rapoport (2011) este proceso dio lugar al
período de mayor crecimiento e inclusión social en la historia econó-
mica argentina y, en ciertos momentos, con una menor dependencia
externa.
Más allá de los quiebres y la inestabilidad política y económica, la
industria se constituyó como el núcleo dinámico del desarrollo eco-
nómico, para lo cual fue imprescindible una mayor intervención del
Estado en la economía. Kosacoff (1984) destaca: “Luego de casi treinta
años de comportamiento cíclico, en la década comprendida entre 1964
y 1973 la industria tuvo un crecimiento continuo y con un dinamismo
mayor que el resto de las actividades económicas, acompañado por un
crecimiento de la ocupación, los salarios, la productividad y las expor-
taciones. Asimismo, este último período se caracterizó por una caída
de los precios relativos del sector industrial asociado a sus incrementos
de productividad, por el aumento significativo de las exportaciones in-
dustriales y por el incremento del tamaño medio de los establecimientos
manufactureros. Los sectores metalmecánicos, químico y petroquímicos
fueron las actividades más dinámicas”.
Los indicadores del sector industrial, sin embargo, ocultaban las
dificultades políticas y económicas internas, entre las que se destaca-
ba una creciente y radicalizada puja distributiva que significaba un
escollo para el sector industrial, y la crisis económica internacional
que comenzaba a mostrar sus efectos a partir de las transformaciones
en la estructura de precios relativos, el alza de las tasas de interés
internacionales y una mayor volatilidad de los flujos económicos y
financieros. A nivel microeconómico, las empresas locales de la pos-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 67


guerra vislumbraban que habían llegado al punto máximo de su po-
tencial e iniciaban un período de declinación. Ante esta situación,
las tasas de crecimiento e inversión comenzaron a caer hasta generar
una profunda recesión, contextualizada en un impactante brote in-
flacionario.
En este marco, la industria anticipaba un cambio. Frente a todas
las alternativas, el gobierno militar optó por iniciar el camino hacia la
desindustrialización y cambiar de manera irreversible las bases eco-
nómicas que habían posibilitado la irrupción de fenómenos políticos
y procesos sociales como el Cordobazo, el Rosariazo y el Tucuma-
nazo, que habían surgido de la clase obrera industrial fuertemente
organizada y movilizada, potenciada por su alianza con empresarios
locales dedicados a la producción de manufacturas destinadas al
mercado interno.
El golpe militar de 1976 inaugura el neoliberalismo en Argenti-
na, conforme a sus principios económicos se propuso restablecer la
hegemonía del mercado en la asignación de recursos y abrir rápida-
mente la competencia de los productos nacionales con los extranje-
ros. El Estado debía quedar limitado a garantizar la “eficiencia” en los
mercados, sin considerar otros objetivos como la redistribución de
los ingresos, la industrialización o el pleno empleo.
La desregulación, la apertura del comercio exterior y la ausencia
de una política industrial desembocaron en una fuerte recesión con
elevados niveles de desempleo. El mercado interno deprimido por el
deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores fue invadido por
productos extranjeros a la vez que las altas tasas de interés atraían ca-
pitales al sistema financiero en detrimento de las actividades produc-
tivas. Según datos oficiales, entre 1975 y 1981 la producción del sec-
tor se contrajo en un 16,7 % y el salario un 38,1 %. La caída del salario
real impactó negativamente en la industria al reducir el consumo y
las ventas del sector, siendo las pequeñas y medianas empresas las
más afectadas en tanto destinan su producción al mercado interno.
Mientras, las empresas que podían iniciar una estrategia exportadora

68 Santiago Fraschina (comp.)


o diversificar su producción, y canalizar parte del excedente hacia
el mercado financiero, lograron mejorar sustancialmente su posición
relativa.
Las políticas económicas neoliberales llevadas a cabo por la dic-
tadura militar se profundizaron en los noventa, el sector fue perjudi-
cado rápidamente por la llegada de productos extranjeros a precios
con los que no podía competir, en un momento donde el peso se
encontraba sobrevaluado. La apreciación de la moneda aumentó la
exposición de la industria nacional a la competencia externa y pro-
movió el remplazo de un sinnúmero de productos nacionales, finales
e intermedios, por otros provenientes del exterior. La reconversión
forzada del sector por la apertura irrestricta y la apreciación cambia-
ria provocaron el retroceso de muchas industrias tradicionales y de
mayor componente tecnológico, al tiempo que favoreció a otras basa-
das en la elaboración de bienes primarios, como la agroindustria y las
productoras de insumos industriales. Las pequeñas y medianas em-
presas fueron las principales perjudicadas por las políticas de la épo-
ca. El resultado fue una retracción del sector signado por una ola de
quiebras y despidos masivos, que concluyeron la destrucción de las
capacidades tecnológicas y productivas acumuladas en la posguerra.
El círculo vicioso desindustrializador se complementó con la pri-
vatización de los servicios públicos y empresas estatales, afectando
a la industria tanto como proveedora como usuaria de tales servi-
cios. Las privatizaciones dieron un duro golpe a la industria, en tan-
to causaron numerosos cierres de talleres y centros de investigación
de las empresas públicas. Por otra parte, la política de subsidiar a la
industria mediante tarifas “políticas” fue remplazada por tarifazos y
ganancias sublimes para los nuevos concesionarios privados. A las
privatizaciones se sumaron el fin de las medidas de “Compre Nacio-
nal”, la eliminación del Banco Nacional de Desarrollo, la venta de la
Fábrica Militar de Aviones y recortes presupuestarios que hacían al
apoyo técnico de la industria (INTI, YPF, CNEA).

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 69


El resurgimiento del sector se evidencia con la caída de la conver-
tibilidad. El regreso de la política industrial a partir de 2003 surgió
como respuesta al colapso de la política de desregulación y apertura
de la economía. El kirchnerismo retomó la experiencia de la indus-
trialización por sustitución de importaciones como modelo a seguir,
destacando como en el proyecto industrializador peronista el obje-
tivo del pleno empleo, el desarrollo de la industria nacional, la re-
composición del mercado interno y la soberanía nacional. El Estado
instrumentó diversos mecanismos para regular la economía, las po-
líticas de ingresos se combinaron con distintos instrumentos como
el régimen de importaciones y la política cambiaria, los subsidios a
los servicios públicos, el respaldo a las capacidades tecnológicas y el
comercio administrado.
La industria recibió un impulso revitalizador, la mayor inversión
en el sector inició un proceso de requipamiento, el resurgimiento de
las fábricas y la recuperación de miles de puestos de trabajo. Como
resultado la producción manufacturera se mostró como uno de los
sectores más dinámicos de la economía aportando al crecimiento y a
la generación de empleo. Según los datos del INDEC la tasa de creci-
miento anual del valor agregado industrial a precios constantes para el
período 2004-2015 fue del 3,0 % en promedio. El crecimiento indus-
trial era dinamizado principalmente por el mercado interno y el mejor
poder adquisitivo de la población. No obstante, a pesar del dinamismo
en la industria manufacturera, durante los últimos años de la gestión
la economía volvió a enfrentar los problemas típicos de la restricción
externa, característica del proceso de industrialización por sustitución
de importaciones, reflejado en crisis de balanza de pagos y procesos
inflacionarios. La falta de recursos en divisas volvió a poner límites al
proceso de desarrollo autosostenido, autónomo y orientado a una cre-
ciente progresividad en la distribución del ingreso.
Las políticas macroeconómicas permitieron un cambio incipien-
te en la estructura de la industria manufacturera, pero las mismas
fueron insuficientes para modificar las ventajas comparativas secto-

70 Santiago Fraschina (comp.)


riales, estrechamente vinculadas a los recursos naturales. Las mejo-
res condiciones para el agro pusieron un límite a la diversificación
productiva, “reproduciendo el carácter especializado y heterogéneo de
la estructura productiva” (Lavarello, Mancini, Marianela, 2017). La
consecuencia fue que cuando la coyuntura internacional se volvió
desfavorable se topó nuevamente con la restricción externa. A partir
del 2008 el crecimiento se volvió a ver limitado por la falta de divisas.
Esto se profundizó en 2013 con la caída de los términos de intercam-
bio por caída del precio de las materias primas.
La vulnerabilidad externa asociada al déficit comercial crónico de
la industria manufacturera trajo nuevamente la discusión sobre la ne-
cesidad de un cambio estructural. Repitiendo la historia, el Gobier-
no de Cambiemos retomó el proyecto neoliberal y optó nuevamente
por transformar las bases económicas avanzando por el camino de la
apertura comercial, la desregulación económica y el retiro del Estado
en la orientación de la economía. Pasados dos años y medio desde la
asunción de Mauricio Macri, los resultados del modelo muestran que
estas medidas atentan contra el desarrollo de la industria nacional.

El diagnóstico de Cambiemos y el Plan de Reconversión

El Gobierno de Cambiemos comenzó la gestión elaborando un


diagnóstico sobre la situación económica que estaba atravesando
la Argentina. Desde su perspectiva, el país recibía una “pesada he-
rencia”, la escasez de divisas, la elevada inflación y el estancamiento
económico eran resultado de la sostenida intromisión del Estado en
la economía. El país sufría de escasez de divisas por encontrarse “ais-
lado del mundo”, la disminución de la participación en el comercio
internacional se debía a la regulación del comercio y al desarrollo de
industrias ineficientes y poco competitivas. Por otro lado, la inflación
era generada principalmente por la emisión monetaria destinada a
financiar el déficit público y la economía se encontraba estancada por

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 71


falta de inversión privada derivada de los altos impuestos, elevados
salarios y la falta de confianza de los mercados.
De esta forma, la solución a los problemas que aquejaban al sec-
tor industrial requería a corto plazo la “normalización” de la econo-
mía, a fin de eliminar las distorsiones y trabas estructurales creadas
por el imponente dirigismo estatal. En consonancia, los dos pilares
fundamentales del programa económico para “sincerar” la economía
debían orientarse a eliminar la función subsidiaria del Estado y abrir
la economía incondicionalmente al orden mundial. Sobre la base de
este diagnóstico, los funcionarios del Gobierno definieron su política
económica que consistió en “reinsertarse al mundo” quitando las res-
tricciones sobre el comercio exterior y los flujos financieros interna-
cionales, combatir el déficit recortando el gasto público e incentivar
la inversión reduciendo impuestos, recortando salarios en dólares y
esclareciendo las reglas del juego restableciendo la hegemonía de los
mercados para atraer a los capitales extranjeros.
Suponían que, una vez normalizada la economía, el programa de-
bía avanzar por el lado de la reconversión productiva. Según el Plan
de Transformación Productiva descripto en la Resolución Conjunta
1 – E/2016 publicada en noviembre de 2016 el Gobierno se proponía
potenciar la productividad y la competitividad de la economía “re-
convirtiendo” al sector industrial, priorizando los sectores con capa-
cidad de competir en el mercado interno y a nivel internacional. El
programa se propone promover los sectores de alta competitividad
internacional (aceites vegetales, productos lácteos y molinería) pero
de baja complejidad industrial y menor intensidad de mano de obra,
y los sectores a los que denomina “latentes” (automóviles, maquina-
ria agrícola y medicamentos) que son aquellos que podrían alcanzar
cierto grado de competitividad. Mientras se “elimina el excedente” de
otros sectores que no son considerados ineficientes o poco competiti-
vos (textil, calzado, electrónica de consumo), los llamados “sensibles”
son los que proporcionan mayores cantidades de empleo y los convo-
cados a reconvertirse.

72 Santiago Fraschina (comp.)


La “reconversión productiva” vuelve al modelo de ventajas com-
parativas que supone un patrón de especialización productiva en el
sector agrario y sus transformaciones básicas, con miras al mercado
externo. En este marco, el propósito del Gobierno es alcanzar una
industria más pequeña y menos generadora de empleo, pero con ca-
pacidad de exportar y adherirse a las caderas globales de valor.
En este sentido, se produce una distorsión entre el corto y largo
plazo, o bien se entienden contradictorias las medidas de estabilidad/
normalización y reconversión, en tanto la primera supone una re-
ducción de la rentabilidad de la industria, una contracción de la de-
manda interna, un encarecimiento de los insumos y bienes de capital
industriales y una mayor dificultad del acceso al crédito, cuando la
reconversión requiere precisamente lo opuesto. De ahí, la determi-
nación de recurrir al capital extranjero adaptando las condiciones de
rentabilidad a las necesidades de las multinacionales dadas las pocas
chances de éxito de la industria local.

El Estado mínimo y el desfinanciamiento de la industria

Con el objetivo de reducir el gasto estatal mediante la quita de


subsidios y cumplir con la meta de reducción del déficit fiscal (pri-
mario), se anunciaron consecutivamente aumentos tarifarios en los
servicios públicos como la electricidad, el agua y el gas. En 2015, los
subsidios a la energía y los combustibles representaban el 2,9 % del
PBI, se buscaba con los mismos promover la actividad económica y
generar mejores condiciones de competitividad para los productores
locales. Desde la asunción del Gobierno de Cambiemos, las políticas
orientadas a auxiliar a la industria a través de las tarifas de los servi-
cios públicos y del control de precios, clave para la economía como
los combustibles, se extinguieron. Los subsidios se redujeron con el
objetivo de achicar los gastos del Estado y “sincerar” los precios de
la economía. Suponían que de esta forma comenzarían a llegar las

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 73


inversiones dirigidas a la mejora de la calidad de estos servicios y se
generaría mayor eficiencia del uso de la energía. Así las cosas, en 2017
los subsidios en energía y combustibles se redujeron hasta represen-
tar el 2,1 % del PBI, y se espera que los mismos bajen hasta llegar al
1,9 % en 2018 y al 1,5 % en 2019, niveles que se encuentran muy por
debajo del promedio mundial.
En el caso de comercios y de las pymes radicadas en la provincia
de Buenos Aires, por ejemplo, la electricidad se incrementó entre di-
ciembre de 2015 y julio de 2018 aproximadamente un 1.066 %. Las
grandes empresas no quedaron exentas, la suba en este caso rondó en
torno al 1.101 %. En cuanto a las tarifas del gas, entre diciembre de
2015 y julio de 2018, la suba fue de alrededor de 807,7 %, tomando
para el caso la tarifa general2. Se espera que los aumentos tarifarios
asociados a la baja de subsidios continúen hasta fines de 2019 en tan-
to se busca que la demanda se haga cargo del 90 % del costo de la
energía y del 100 % para el caso del gas.
La suba en el precio de los combustibles, de igual forma, alcanza
los tres dígitos (128 % en promedio desde diciembre de 2018 hasta
agosto de 2018) y se explica por los cambios en la política petrolera
que combinaron la desregulación de los mercados y la apertura im-
portadora con una reforma impositiva que ligó el valor de los com-
bustibles en surtidor a la inflación. Es decir, se liberaron los precios
y el valor de los combustibles quedó atado a varios factores como la
suba del dólar, el incremento registrado en la cotización internacio-
nal del crudo, los aumentos en los biocombustibles como el bioetanol
y biodiésel que se mezclan con las naftas y el gasóleo y la inflación.
Es importante aclarar que los combustibles tienen un papel clave en
la competitividad de la industria nacional por su uso difundido en el

2  Se toma para el ejemplo la tarifa promedio de electricidad de Edesur y Edenor;


para el caso de las pymes se utiliza la tarifa 2- medianas demandas y un consumo
de 2000 kwh/mes; para el caso de las grandes empresas se utiliza la tarifa 3 –
grandes demandas, tensión <300 kw, potencia 160 Kw y demanda 16.000 Kwh
En cuanto al gas, se toma como referencia las taridas de METROGAS.

74 Santiago Fraschina (comp.)


transporte de mercaderías, la generación de energía eléctrica y su uso
como insumo en la actividad primaria.
Los incrementos en las facturas de los servicios públicos y en
combustibles superan con creces los incrementos de precios medidos
por el índice de precios del INDEC, lo cual refleja el esfuerzo que
realizan los productores por mantener sus comercios y pymes en un
contexto de fuerte retracción del consumo.
Por último, la devaluación impacta no solamente en los precios
de los insumos importados para la industria nacional, sino también
incide en el precio de los productos agropecuarios, los combustibles
y la energía. Como pudimos ver, todos estos precios se encuentran
interrelacionados y se retroalimentan generando un círculo vicioso
de aumentos que ponen en jaque de costos a las empresas y echan
abajo la competitividad de la industria nacional.
Por otra parte, la suba de costos vía tarifazos y devaluación se ve
agravada por la menor espalda financiera que tienen las empresas
locales en un contexto de fuerte restricción monetaria. La suba de
la tasa de interés con la cual se financian las empresas para el soste-
nimiento normal de sus negocios se incrementó a niveles que com-
prometieron el normal funcionamiento de muchas entidades. Por
ejemplo, según informó el Banco Central, la tasa de interés del sis-
tema bancario para “adelantos de cuenta corriente” llegó a alcanzar
en junio de 2018 un 44,29 % y la tasa de interés por “documentos
descontados” un 38,27 % en igual período. Ambos valores superan
significativamente las proyecciones sobre la inflación, que para en-
tonces eran del 15 % anual. A niveles tan elevados de tasa de interés
resulta muy difícil responder a una coyuntura de suba de costos, y
aún más, pedir crédito para invertir en capital.
El sistema financiero durante el Gobierno anterior estuvo des-
tinado a financiar la industria por medio de tasas de interés reales
negativas o levemente positivas, lo cual funcionaba como incentivo
a promover la inversión; con la llegada de Cambiemos este compor-
tamiento se revirtió, y las tasas de interés para el sector industrial

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 75


pasaron a ser positivas, provocando una transferencia de recursos
desde la industria hacia el sector financiero. De esta forma, se modi-
ficaron radicalmente las rentabilidades relativas del sector industrial
y el financiero, atrayendo los capitales para este último a costa del
productivo.
En este marco, las empresas con mayores posibilidades son aque-
llas que pueden disponer del dinero en el extranjero a baja tasa de
interés, convertirse en prestamistas o recolocarlo en el sistema finan-
ciero local que pagaba una tasa de interés más elevada obteniendo
altas tasas de ganancias, dejando de lado su función de empresas pro-
ductoras de bienes.

Apertura económica y desregulación, la avalancha


importadora

La apertura económica a la competencia externa fue otro elemen-


to clave en la forja del contexto que enfrenta la industria. Desde la
perspectiva del Gobierno, la apertura del comercio exterior pretende
solucionar los problemas de eficiencia a través de la competencia. Sin
tomar en cuenta dos cuestiones, por un lado, que el resultado de un
proceso competitivo generalmente es la eliminación de la competen-
cia, dicho de otra manera, la destrucción de las pequeñas y media-
nas empresas y el predominio de las grandes corporaciones, por otro
lado, que la falta de competitividad se debe en parte al contexto en
el cual se asienta esta industria, con altos costos impositivos, tasas de
interés elevadas, suba de costos por aumento de tarifas, devaluación
y elevados alquileres.
La política comercial hasta diciembre de 2015 había funcionado
como una herramienta de protección a la industria local y al em-
pleo nacional. A partir de 2005, se fueron aplicando distintos contro-
les como mayores exigencias en la aduana con los “valores criterio”,
como estrategia antidumping y de forma de evitar la sub facturación

76 Santiago Fraschina (comp.)


de importaciones estableciendo precios de referencia para la merca-
dería importada, de manera de probar que los precios a los cuales
se realizaba la importación eran los valores de mercado, las Licen-
cias no Automáticas, que el Estado otorgaba luego de comprobado el
cumplimiento de ciertos requisitos, y desde 2012 las Declaraciones
Juradas a la Importación, con igual función pero con un objetivo
adicional que era asumir un mayor control sobre las divisas. Con la
llegada de Cambiemos, estos sistemas fueron eliminados y rempla-
zados por un Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones cuya
función fue acelerar el comercio de Argentina con el resto de los paí-
ses, eliminando los objetivos de protección a la producción local, al
empleo nacional y el control sobre las divisas.
La mayor apertura económica trajo asociado un aumento en las
importaciones, en 2017 las compras externas de manufacturas de ori-
gen industrial experimentaron una suba del 13,2% valuadas en dóla-
res y del 19,6% medidas en cantidades, respecto a los niveles de 2015.
En el primer semestre de 2018, el crecimiento en las importaciones se
aceleró alcanzando un valor 14,2% superior al registrado en el primer
semestre de 2015. A nivel sectorial, se distingue el crecimiento en el
valor de las importaciones de vehículos, maquinaria agrícola, y bie-
nes de consumo como juguetes, maquinaria y aparatos electrónicos,
textiles, calzados y manufacturas de cuero, las subas son significativa-
mente mayores si se miden en cantidades.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 77


IMPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE ORIGEN
INDUSTRIAL (MOI), TOTAL Y SEGÚN SECTOR

En dólares. Variación porcentual, primer semestre,


años 2015 y 2018

359,2%

26,7%
158,4%

104,1%
77,0%
64,1% 3,9% 8,1%
21,5% 50,0%3,2%
9,1% 1,9% 18,9% 7,2% 15,2% 7,1% 26,7%
0,1%

-14,9% -1,7% 14,3% -4,9%


Autopartes

Bienes de Capital

Automotriz

Químico

Maq y Apar, electrodomésticos

Metales y sus manuf.

Farmacéutico

BIT’s

Textil e Indumentaria

Papel y Editoriales

Plástico y Caucho

Material de Transporte

Instr. y Apar; Fot, Opt, Med, Mus

Calzado

Manuf. Varias

Piedras y sus manuf.

Fertilizantes y Fitosanitarios

Maquinaria Agrícola

Juguetes

Cuero y sus Manuf.

Madera

Accesorios prendas

TOTAL MOI
Fuente: Elaboración propia en base a datos de INDEC. En orden
de importancia según participación en el total importado de
manufacturas industriales.

Es importante resaltar que el sector automotor es uno de los ru-


bros más importantes en la matriz industrial argentina y es el pri-
mer rubro que explica el déficit de la balanza comercial y del sector
industrial en particular. Las importaciones del sector automotor en
el primer semestre de 2018, medidas en dólares, se incrementaron
104,1% respecto a los niveles de 2015, mientras las exportaciones del
sector crecieron en el mismo período solo un 6,7%, alcanzando un
déficit sectorial de U$S 1.847 millones en los primeros seis meses
del 2018, cuando en 2015 este sector registraba un superávit de al-
rededor de U$S 499 millones. El persistente crecimiento de las im-
portaciones de vehículos terminados responde fundamentalmente a
la casi inexistente administración del comercio exterior y un claro
incumplimiento del Acuerdo de Complementación Económica con

78 Santiago Fraschina (comp.)


Brasil. 3 Por otra parte, las importaciones de autopartes mostraron un
comportamiento relativamente estable durante los primeros dos años
de la gestión, ubicándose en el primer semestre de 2018 en valores
levemente superiores a los del año 2015.
En cuanto a las importaciones de bienes de consumo, en el pri-
mer semestre de 2018 registraron un incremento del 41,3% en com-
paración con el igual período de 2015. Al interior de este sector se
destaca el aumento en las compras externas del rubro electrónica de
consumo que, si bien en el agregado aumentaron 22,3%, cuando se
trata de bienes electrónicos para consumo final la suba llega al 72,9%
respecto a los primeros seis meses de 2015, lo cual refleja el rempla-
zo de la producción local por la extranjera. En 2017 el incremento
fue aún más significativo, las importaciones de productos electró-
nicos para consumo final crecieron 140%. En línea blanca los casos
más relevantes fueron las subas en las importaciones de lavarropas
(+417,4%), heladeras (+156,1%) y aires acondicionados (+201,5%)
que habían mostrado ser uno de los sectores más dinámicos en la
gestión kirchnerista. Simultáneamente, este rubro registró una caí-
da de las ventas al exterior, uno de los grandes logros alcanzados en
la década anterior. En la línea marrón, se destaca el incremento del
138,9% en las compras externas de tablets y notebooks, que desplaza-
ron completamente la producción nacional, el crecimiento del 98,9%
en las importaciones de celulares y la suba del 77,9% en las compras
externas de computadoras.
El sector textil también fue duramente golpeado por la apertura
externa, en el primer semestre de 2018 las importaciones medidas
en dólares registraron un incremento del 22,6% comparado con el
mismo período de 2015, lo que representa una aceleración en el in-

3 El Acuerdo de Complementación Económica Nº 14, ACE 14, es un acuerdo


comercial entre Brasil y Argentina en el cual se define un “máximo tolerado” en la
balanza comercial bilateral sectorial según un coeficiente de desvió denominado
flex, que establece  que por cada dólar que exportan las automotrices argentinas,
pueden importar desde Brasil 1,5 dólares en autopartes y vehículos brasileños, libre
de impuestos.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 79


greso de productos importados respecto a lo observado el año pasa-
do. En 2017 las importaciones totales experimentaron una suba del
10,5%, medidos en cantidades. Si bien el incremento no pareciera
ser sustancial, cuando analizamos la composición de las compras al
exterior, observamos que el incremento se explica por las importa-
ciones de productos finales (prendas y confecciones) que acumula-
ron en el mismo período una suba del 64,4% respecto a los niveles
de 2015. Otros factores que tienen similares efectos al incremento
de las importaciones recién descripto son el turismo de compras y el
régimen puerta a puerta. El aumento en las importaciones de bienes
finales recién descripto contrasta con la compra de insumos textiles,
los cuales cayeron 6,5%. Los cambios en la composición del comercio
exterior son una clara muestra de que por un lado hubo un remplazo
de producción nacional por extranjera, y por otro, la avalancha im-
portadora de productos terminados dinamita a toda la cadena de va-
lor, siendo el rubro textil una de las cadenas de producción más largas
y más atomizadas del sector industrial. Sintéticamente, esto provoca
un desplome en las exportaciones, entre los años 2015 y 2017 las ven-
tas externas de prendas y confecciones muestran caídas de entre 30%
y 50%, respectivamente, respecto a lo que se vendía al extranjero dos
años atrás.
Una situación similar atraviesa la industria del cuero, con el calza-
do y la marroquinería. Entre 2015 y 2017 el ingreso de competencia
externa avanzó un 32% en la marroquinería y un 42% en el calzado y
sus componentes. El año 2015 había finalizado con un ingreso total
de 21 millones de pares, en 2016 ingresaron 27,4 millones de pares,
30% más que el año anterior y en 2017 se importaron 34,8 millones
de pares (65,7% más que en 2015).
Por último, si bien pertenece al rubro de manufacturas de origen
agropecuario, el caso más paradigmático fue el crecimiento de las
importaciones de alimentos y bebidas. La eliminación de los lími-
tes a las compras y ventas externas de alimentos trajo aparejado un
aluvión de importaciones que acapararon las góndolas de los super-

80 Santiago Fraschina (comp.)


mercados, contradiciendo el anunciado proyecto del gobierno de for-
talecer las manufacturas locales de bienes agrícolas y otros alimentos
primarios para convertirnos en el supermercado del mundo. A su
vez, las importaciones de insumos destinados a la producción indus-
trial se retrajeron, siendo este un indicador de la difícil situación que
atraviesa la industria trasversal a todos los sectores. Los casos más
destacables son los incrementos en las compras externas de vinos y
tomates, que producen un fuerte daño en las economías regionales.
Las importaciones de vinos, principalmente de chileno, entre 2016 y
2017 aumentaron en un +3.773%, en el mismo período las ventas en
el mercado interno de producción nacional cayeron 17,7%, el peor
nivel registrado desde 1980. El segundo caso es el de los tomates, uno
de los productos con mayores eslabonamientos en la producción. Las
compras externas de tomate entero pelado se incrementaron en un
+2.533% afectando fundamentalmente a la región cuyana. No obs-
tante, las compras externas marcaron subas extraordinarias en todos
sus rubros. Si tomamos 2015 como referencia, las importaciones de
productos lácteos registraron un aumento del +189,7%, las bebidas
subieron +214,7%, las carnes rojas y blancas crecieron 196,1% y
+109,1%, respectivamente, el rubro de las confituras, jaleas y merme-
ladas subió 82,9% y los alimentos panificados un +159,1%.
Como vimos, la consecuencia de la política comercial actual es
que las importaciones ganan terreno sobre la industria local provo-
cando una reversión del proceso de sustitución de importaciones y
un desahorro de divisas que amplifica los problemas generados por
la restricción externa. El resultado del comercio exterior muestra que
el desahorro de divisas en el primer semestre del 2018 alcanza aproxi-
madamente 4.721 millones de dólares, en tanto el déficit fue de USD
20.016 millones, mientras que en el mismo periodo de 2015 había
sido de USD 15.295 millones, es decir un 30,9% mayor.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 81


El deterioro del consumo

La industria local no solo pierde terreno por el avance de las im-


portaciones, sino que enfrenta un mercado interno comprimido pro-
ducto de la caída del poder adquisitivo de la población. En los prime-
ros dos años y medio de la gestión de Cambiemos, los salarios reales
de los trabajadores registrados en el sector privado se contrajeron un
7,8%, en promedio, el salario mínimo vital y móvil, por su parte, se
redujo 14,2%. La caída del salario real por aumentos nominales por
debajo de la inflación fue acompañada de una retracción en el po-
der adquisitivo de otros ingresos como las jubilaciones y los planes
sociales. Por otra parte, el poder adquisitivo se vio comprimido por
distintas medidas como la devaluación, los tarifazos en los servicios
públicos, el aumento de transportes, la suba de los combustibles, en-
tre otros. A esta situación se suman otros factores como la falta y
encarecimiento del crédito y la inestabilidad laboral. La pérdida de la
capacidad de compra derivó en un achicamiento de la demanda que
puso un límite a la recuperación de la actividad industrial.
De acuerdo con la Confederación Argentina de la Mediana Em-
presa (CAME), las cantidades vendidas en los comercios minoristas
crecieron solo en tres meses de los dos años y medio de Gobierno. En
2016 las ventas minoristas se contrajeron 7,0%, en 2017 volvieron a
caer registrando una baja del 1,6% anual, y en los primeros ocho me-
ses de 2018 acumularon nuevamente una caída del 3,7%, quedando
en agosto de 2018 en 15,1% por debajo de los niveles de 2015.

82 Santiago Fraschina (comp.)


VENTAS MINORISTAS A PRECIOS CONSTANTES

En variaciones porcentuales interanuales


4%

2% 1,6%
1,1%
0,4%
0%
-0,3%-0,1%
-1,0%
-2% -1,7% -1,5%
-2,3% -2,3% -2,1%
-2,5%
-2,8%
-4%
-4,1% -4,2%
-4,4% -4,5%
-6% -5,4% -5,2%
-6,1% -5,8%

-6,8%
-8% -7,4%
-8,1% -8,0%
-8,5%
-10%
-9,8%

-12%
-16

-16

-16

-16

-16

-16

-16

-16

-16

-16

-16

-16

-17

-17

-17

-17

-17

-17

-17

-17

-17

-17

-17

-17

-18

-18

-18

-18

-18

-18

-18

-18
Fuente: Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME)

Otro indicador que nos permite ver el retroceso del consumo son
las ventas en los supermercados y centros de compras que publica
el INDEC. Según la encuesta a supermercados, las ventas reales ca-
yeron en los primeros seis meses de 2018 un 1,8% anual y 14,4% si
se compara con los niveles de igual período durante el 2015. En el
análisis desagregado se observa que el consumo se retrotrajo en todos
sus rubros, Bebidas (-4,2%), Almacén (-11,1%); Panaderías (-12,1%);
Lácteos (-22,6%); Carnes (-13,3%), Verdulería y frutería (-16,2%);
Alimentos preparados y rotisería (-29,5%); Artículos de limpieza y
perfumería (-15,7%); Indumentaria, calzado y textiles para el ho-
gar (-8,2%); Electrónicos y artículos para el hogar (-6,5%) y otros
(-24,7%) en la comparación del primer semestre del 2018 e igual pe-
ríodo de 2015.
Como consecuencia de la mayor competencia de productos ter-
minados del exterior y de la caída del consumo, la industria no tuvo
capacidad de trasladar completamente los aumentos de costos a sus

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 83


precios como forma de sostener sus ingresos. Por esta razón, los pre-
cios del sector industrial en los últimos dos años y medio se ubica-
ron sistemáticamente por debajo del crecimiento del nivel general de
precios. Según el índice de Precios de la Ciudad de Buenos Aires,
la inflación acumulada entre diciembre de 2015 y julio de 2018 fue
del 112,6%, sin embargo, en el mismo período el crecimiento en los
precios del sector industrial fue significativamente inferior, a modo
de ejemplo, el índice de precios de prendas de vestir y calzado fue del
74,9%, el de equipamiento y mantenimiento del hogar fue del 85,0%,
equipos telefónicos 64,6% y alimentos 95,5%.

El retroceso del sector industrial

Como vimos, los aumentos en los costos productivos, la caída


en la demanda local y la entrada prácticamente irrestricta de pro-
ducción foránea hicieron mella sobre la actividad industrial. En los
primeros dos años y medio de Gobierno, la actividad industrial re-
gistró una fuerte caída respecto a los niveles de 2015 y se encuentra
utilizando apenas el 61,8 % de su capacidad instalada (junio de 2018).
Según el Estimador Mensual Industrial (EMI) que publica el INDEC,
la industria local se ubicó durante los primeros seis meses del 2018
en un nivel 3,0 % inferior al registrado en el mismo período de 2015,
esta cifra se amplía si no se toma en cuenta el aporte del sector auto-
motor favorecido por la incipiente recuperación de Brasil y la mejor
situación del sector agropecuario, y la contribución de los minerales
no metálicos traccionados por la construcción y la obra pública.
En el acumulado del año 2018, siete de los doce bloques industria-
les que releva el INDEC registraron variaciones negativas en su com-
paración con el mismo período de 2015, productos del tabaco (-16,4
%), textiles (-14,1 %), refinación de petróleo (-11,2 %), sustancias y
productos químicos (-5,1 %), metalmecánica excluido automotores
(-3,7 %), edición e impresión (-3,5 %) y alimentos y bebidas (-0,8 %).

84 Santiago Fraschina (comp.)


Del otro lado, los sectores que transitaron un terreno positivo fueron
automotores (+4,3 %), minerales no metálicos para la construcción
(4,0 %), metálicas básicas (3,8 %), papel y cartón (1,6 %) y productos
de caucho y plástico (1,0 %).  
A pesar de que en los últimos meses parecía que la actividad co-
menzaba a recuperarse, en junio pasado la industria volvió a registrar
una caída del -8,1 % anual, el peor resultado mensual observado des-
de julio de 2002, en plena crisis de salida de la convertibilidad.
Al cierre del 2018 se espera que el sector industrial registre nueva-
mente un retroceso debido a que los sectores que compensaban parte
de la caída se desacelerarán por la baja anunciada en la obra pública
y la menor actividad del sector agroindustrial producto de la sequía.

ESTIMADOR MENSUAL DE LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL

Variación porcentual, primer semestre, años 2015 y 2018

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 85


A nivel sectorial, la producción textil fue la más afectada por las
medidas del gobierno. En este caso, el retroceso se observó a lo largo
de toda la cadena: la producción de algodón retrocedió a los niveles
de 2004; siguiendo el EMI, los hilados, los tejidos y las fibras sinté-
ticas durante el primer semestre de 2018 registraron caídas del 24,1
%, 10,2 % y 45,2 %, respectivamente; y los productos textiles y las
confecciones registraron bajas del 23,9 % y 9,2 %, siempre comparan-
do con los niveles del mismo período en 2015. Como consecuencia,
la elaboración de productos textiles en el primer trimestre del 2018
redujo su participación en el total del valor generado industrial en 1,3
puntos porcentuales.
Las causas son conocidas, este sector tiene una estrecha relación
con el mercado interno ya que la producción nacional de textiles se
destina principalmente al consumo local, y este mercado se encuen-
tra acaparado por productos extranjeros y deprimido por la caída del
salario real. Con todo, la industria textil se encuentra en la actualidad
con un elevado nivel de desuso de sus instalaciones. En los primeros
seis meses de 2018 la utilización de la capacidad instalada fue de 54,5
%, en promedio, el menor nivel registrado desde la crisis de la con-
vertibilidad en 2002.
Una situación similar enfrenta la industria del cuero, el calzado y
la marroquinería, el mercado reducido es acaparado por importacio-
nes. Sin embargo, en este caso se destaca la primarización del sector
debido a que el cuero crudo se exporta al exterior sin manufacturar
(promovido por la devaluación y una rebaja de retenciones) vaciando
al mercado interno de la materia prima necesaria para elaborar pro-
ductos con mayor valor agregado, o bien aumentando los precios de
estos insumos. En el caso de la marroquinería, la actividad se contra-
jo un 55 % si se comparan los niveles del tercer trimestre de 2017 con
igual período de 2015. Por su parte, la industria del calzado registró
una merma en los últimos dos años del 20 %, mientras a fines de
2015 el sector producía 125 millones de pares, en 2017 la producción
estuvo por debajo de los 100 millones.

86 Santiago Fraschina (comp.)


A la preocupante situación que atraviesa la producción textil, el
cuero, el calzado y la marroquinería, se suma otra no menos alar-
mante retracción en la producción del petróleo y sus derivados, un
insumo estratégico que repercute en todas las cadenas productivas de
nuestra economía. Según el EMI, en el primer semestre de 2018 la re-
finación del petróleo se contrajo 11,2 % respecto a los niveles de 2015.
El retroceso se asocia a la baja registrada en los últimos dos años en
la producción de petróleo procesado (-5,6 %) y en los combustibles
derivados como la nafta común (-75,1 %), el gasoil(-1,5 %), el diesel
oil (-42,1 %), el fuel oil (48,0 %), el kerosene (-30,6 %), el propano
(-1,4 %), el butano (-7,2 %) y el gas de refinería (-4,0 %). En línea
con la menor producción, el uso de la capacidad instalada durante
el primer semestre de 2018 rondó en torno 77,9 %, el menor registro
histórico desde que se disponen datos, incluso 3,7 puntos por debajo
de los niveles de la crisis de la convertibilidad.
A pesar de los continuos incrementos en los precios de los com-
bustibles, las refinadoras aseguran que no logran absorber el impacto
de la devaluación, por lo que es de esperar que sigan remarcado las
pizarras. Esto es consecuencia de la liberación del precio del barril
que decidió el Gobierno nacional y la tendencia alcista de la coti-
zación del dólar y el precio internacional del crudo, que elevan los
costos de forma exponencial.
Otro de los sectores que retrocedió en los últimos dos años y
medio fue la producción  metalmecánica (excluida automotores),
este sector durante el primer semestre de 2018 registró una baja
del 3,7 % respecto a los niveles de 2015 debido al comportamiento
predominantemente negativo en la actividad de los distintos
rubros que utilizan su producción como insumo (construcción,
infraestructura, autopartes, sector del petróleo y minero). En línea
con la menor producción, el uso de la capacidad instalada se ubicó en
junio en torno al 53,6%, cuando en el mismo mes de 2015 la misma
alcanzaba el 61%.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 87


Un caso para destacar es el del sector de la electrónica que, du-
rante la gestión anterior se había mostrado como uno de los secto-
res más dinámicos alcanzando altos niveles de inversión, integración
local y generación de empleo. La producción de electrodomésticos
y electrónica de consumo tuvo un fuerte retroceso a partir de 2016.
Por un lado, se dejaron de producir notebooks, netbooks y tablet PC
(cuya producción era 20% en la isla y 80% en Buenos Aires) cuando
esta industria había alcanzado un pico de producción de 1,5 millones
de unidades al año en 2013. La decisión de eliminar los impuestos y
aranceles a los productos importados y de prescindir de la provisión
local de computadoras para el plan Conectar Igualdad, tuvo como
resultado que en abril de 2017 se produjera la última notebook en
Tierra del Fuego. Por otra parte, en los primeros cuatro meses de
2018 solo se fabricaron 8 mil monitores LCD para PC cuando en el
mismo período de 2015 se habían fabricado 110 mil (-92,6%). La lí-
nea blanca, por su parte, retrocedió en la mayoría de sus sectores. Se
destaca la menor producción de aires acondicionados que en los pri-
meros cuatro meses de 2018 se retrotrajo un 16,8 % y la fabricación
de hornos microondas que se redujo un 29,3 %, siempre respecto al
mismo período de 2015.
La caída en la producción de productos electrónicos se explica
por tres factores: la caída en las ventas internas (según los datos de
la CAME, las ventas de electrodomésticos y artículos electrónicos,
registraron caídas en ambos años, alcanzando en 2017 un nivel 15,3
% inferior al de 2015, y en el semestre de 2018 volvieron a registrar
una variación negativa del 2,2% anual), los cambios en la política
arancelaria que reducen el precio de los productos importados frente
a los fabricados localmente desplazando del mercado la producción
nacional y la menor confianza de los consumidores que impacta en
las ventas de bienes durables.
A diferencia de los sectores recién mencionados, el sector auto-
motor tuvo un notable incremento en las ventas internas, tracciona-
das por las unidades de lujo, mayormente producidas fronteras afue-

88 Santiago Fraschina (comp.)


ra. A lo largo de la gestión, este fenómeno se explicó por distintos
motivos, un cierto volumen de “compras reprimidas”, la reducción de
las alícuotas de impuestos a los autos de gama media y alta, el blan-
queo de capitales y una transferencia de recursos regresiva a nivel
local, que redundaron en un incremento en la demanda de las uni-
dades de gama media/alta.  Si bien el aumento de ventas internas fue
captado mayormente por vehículos brasileros, el redireccionamiento
de la demanda hacia los sectores de mayores ingresos y a las expor-
taciones indujo un aumento en la producción de vehículos utilitarios
(en el primer semestre de 2018 se ubicaron 8,8% por encima de los
niveles de 2015) que remplazó la producción de automóviles, fun-
damentalmente de gama media/baja destinadas al mercado interno
(en los primeros seis meses de 2018 registraron una baja del 17,9%
respecto a 2015).
 
La industria alimenticia no pudo escapar de la crisis que atraviesa
el sector industrial. A pesar de que, desde el comienzo de su gestión,
Mauricio Macri expresó su intención de convertir a la Argentina en el
supermercado del mundo y reivindicó la necesidad de agregar valor a
las materias primas que producimos, mientras anunciaba la quita de
impuestos y la baja de retenciones al sector agropecuario suponiendo
que estas medidas se traducirían en más materias primas para trans-
formar en el país, pasados dos años y medio de gestión los resultados
de la industria alimenticia contradicen los supuestos del Gobierno.
De acuerdo con el EMI, el bloque Alimentos y Bebidas lleva dos años
de bajas consecutivas, durante el primer año de Gobierno la produc-
ción se resintió en un 1,2% y profundizó la caída en 2017 registrando
una baja del 1,4% anual. Este año la historia se repite, la producción
de alimentos vuelve a caer cerrando el primer semestre de 2018 en un
1,5% por debajo de los niveles de igual período de 2015.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 89


Los efectos sobre el empleo

Una consecuencia directa de la caída de actividad es la menor


oferta de puestos de trabajo en el sector industrial, según el informe
que elabora el Ministerio de Trabajo en base a los aportes al Sistema
Previsional (SIPA-Anses) entre junio de 2015 e igual mes de 2018 se
perdieron 85.300 puestos de trabajo asalariado registrado en el sec-
tor privado. Se puede advertir que la caída fue mayor, si se toma en
cuenta que solo la mitad de los puestos en la industria son empleos
registrados. Por otra parte, la pérdida de empleo se profundiza con
el correr de los meses, muestra de ello es que en el primer semestre
de 2018 se perdieron más puestos de trabajo que en el promedio del
período 2000-2002, años que marcaron la mayor crisis económica y
social en la historia argentina.

ASALARIADOS REGISTRADOS DEL SECTOR PRIVADO


EN EL SECTOR INDUSTRIAL

Serie desestacionalizada. En millones de trabajadores.

Fuente: Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE)

A nivel sectorial, se perciben caídas en todos los sectores menos


uno (instrumentos médicos). Los rubros más perjudicados fueron los
vinculados a la producción textil, las confecciones, el cuero y el calza-

90 Santiago Fraschina (comp.)


do que juntos explican la tercera parte de la pérdida de los puestos re-
gistrados. Como vimos, estos sectores fueron los más castigados por
las políticas del Gobierno y, desde el principio, llamados a “reconver-
tir” por no ser competitivos a nivel internacional, pero también son
los rubros que generan más empleo y los más volátiles debido a que
en la mayoría de los casos se trata de pequeñas y medianas empresas,
con menor solvencia económica y capacidad financiera para adaptar-
se a los cambios coyunturales de la economía.
Yeal Kim, presidente de la Fundación Pro Tejer, afirma que en el
sector textil ya se perdieron 35.000 empleos formales y no hay núme-
ros de los informales.  Por otra parte, Ariel Aguilar, presidente de la
Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines sostiene
que esta cadena de valor perdió 13.000 puestos de trabajo en estos
dos años y se cerraron 70 fábricas.
No queda más que decir, que las grandes perdedoras del modelo
son las pequeñas y medianas empresas, las que constituyen el 98%
del total, concentran el 70% del empleo y el 45% de las ventas. La im-
portancia de las pymes al crecimiento del país es indiscutible, tanto
como las desventajas que tuvieron que enfrentar no por su supuesta
ineficiencia relativa como por el contexto adverso generado por las
propias medidas del Gobierno.

Conclusiones

La historia nos ha mostrado que la estrategia neoliberal que


predominó en Argentina por veinticinco años, desde el programa
del 2 de abril de 1976 hasta la crisis que estalló en diciembre de
2001, es inviable. Las políticas neoliberales dejaron al país inmer-
so en una fuerte recesión, con una industria abatida, un poder
económico monopólico y concentrado, reservas internacionales
agotadas y elevados niveles de desocupación, inflación y pobre-
za. No obstante, a pesar de las evidencias respecto al fracaso del

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 91


modelo, el neoliberalismo resurge con fuerza con la llegada de
Cambiemos.
Los funcionarios del Gobierno se propusieron resolver “la pesada
herencia” sobre el sector industrial aplicando políticas radicalmente
opuestas a las utilizadas en los doce años de kirchnerismo. Frente a la
estrategia de protección a la industria nacional y el robustecimiento
del mercado interno como forma de alcanzar cierto grado de auto-
nomía en el desarrollo nacional, con el Estado como protagonista del
desarrollo económico y social, los funcionarios de Cambiemos esco-
gieron un modelo de desarrollo con vistas afuera, que pone el énfasis
en la inversión extranjera directa y en la inserción exportadora con
ventajas competitivas estáticas, lo que entraña la apertura incondicio-
nal al orden mundial y la resignación de la soberanía nacional.
El resultado de las medidas aplicadas en los primeros dos años y
medio de la gestión muestran que el modelo no solo es incapaz de
dar respuestas a los límites estructurales que presenta la estructura
productiva argentina, sino que los profundiza. La restricción exter-
na, que históricamente marcó los límites al desarrollo industrial,
se vio agravada por la avalancha importadora. La apertura a los
productos extranjeros provocó una reversión del proceso de susti-
tución de importaciones, que desmanteló industrias o las reconvir-
tió en importadoras. A su vez, el crecimiento de las importaciones
superó con creces las exportaciones, triplicando el déficit comer-
cial, amplificando el problema de escasez de divisas. Por otra par-
te, el déficit comercial fue financiado con endeudamiento externo,
el drenaje de recursos en concepto de intereses y amortización del
capital, comprimen aún más el potencial productivo e incremen-
tan la necesidad de financiamiento externo generando una mayor
dependencia externa. En estas condiciones, se pone de manifiesto
la precaria situación productiva y el riesgo de un colapso mayor.
Es cuestión de esperar que se restrinja el financiamiento para ver
cómo se comprimen las importaciones, a la par de la devaluación
y la recesión.

92 Santiago Fraschina (comp.)


Por otra parte, la reducción de la intervención estatal que procuró
dar buenas señales al mercado para atraer la inversión demostró ser
otro fracaso. Las inversiones que se destinan a la economía real conti-
núan sin llegar debido a que cuando se trata de inversión productiva,
las mismas no dependen de la confianza en un gobierno sino de las
ganancias que los empresarios pueden realizar al colocar su produc-
ción en el mercado local.
Los fracasos de las medidas son una muestra clara de que el fun-
cionamiento autónomo de los mercados es ineficiente para desarrollar
nuevas industrias o reconvertir sectores en crisis. El objetivo de avan-
zar en el desarrollo industrial como forma de alcanzar autonomía en el
escenario global, avanzando en una inserción internacional, sin subor-
dinación ni dependencia, requiere incuestionablemente de la plani-
ficación estatal. Como señala Michael Porter, la competitividad de las
empresas depende de un complejo juego de factores en el que se incluyen
el aporte de instituciones –como las de promoción científica y tecnológi-
ca– que son impensables sin la contribución estatal, y de la disponibilidad
de activos como la infraestructura o la mano de obra calificada, cuya
existencia depende, en gran medida, de la inversión estatal. (Diplomati-
que, 2002). Los gastos de investigación y desarrollo y en educación, son
las inversiones de mayor impacto en el desarrollo económico y social.
La experiencia ha demostrado que los países que han logrado indus-
trializarse lo hicieron tomando noción de ello, algo que está ausente en
la conciencia neoliberal del Gobierno de Cambiemos.
Siguiendo a Aldo Ferrer, es necesario avanzar por un nuevo cami-
no, “…sustituir el futuro, no solo el pasado. Anticiparse a los cambios
previsibles impuestos por el avance de la ciencia y la tecnología, incor-
porando en el tejido productivo las actividades que lideran el desarro-
llo, para abastecer el mercado interno y exportar. Como las economías
avanzadas y emergentes, es preciso ser protagonistas, dentro de la divi-
sión internacional del trabajo intraindustrial (a nivel de productos, no
de ramas) y la formación de cadenas transnacionales de valor”, para
superar el viejo problema de la restricción externa.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 93


Bibliografía

Genaro Grasso y Bruno Pérez Almansi. La industria, un barco sin


timón en los tiempos de cambio, El nuevo modelo económico y
sus consecuencias, Año 2017.
Lavarello Pablo, Mancini Matías, Sarabia Marianela. Respuestas na-
cionales frente a la desindustrialización. Algunas lecciones de la
política industrial de argentina 2003-2015, Año 2017. Disponible
en http://www.redalyc.org/pdf/403/40353473004.pdf
Rapoport, Mario y colaboradores. Historia económica, política y so-
cial de la Argentina, 1880-2003, Emecé, Bs. As., 2007. Capítulos
5-8.
Rapoport, Mario y colaboradores. Temas de historia económica, polí-
tica, social y cultural de la argentina, IDEHESI, 2011. Disponible en
https://www.casadelbicentenario.gob.ar/ecoypol/economia-y-po-
litica/wp-content/uploads/2011/catalogo230/m-agroexportador/
guion-historico.pdf
Rebossio, Alejandro. La industria textil advierte: “Se perdieron 35 mil
empleos”, diario Noticias Perfil, 27 de junio de 2018
Rofman, Alejandro. Los dos modelos en pugna en la visión de Aldo
Ferrer, Voces del Fénix. Disponible en http://www.vocesenelfenix.
com/sites/default/files/pdf/10_31.pdf
Schvarzer, Jorge. La industria que supimos conseguir. Planeta, Bue-
nos Aires, 1996.
Sevares, Julio. 25 años de política anti-industrial. Diplomatique, sep-
tiembre 2002.

94 Santiago Fraschina (comp.)


UNO DE LOS DÉFICITS COMERCIALES MÁS
GRANDES DE LA HISTORIA

Por Sergio Soloaga1

En Argentina, una de las principales causas de las diversas crisis


sistémicas por las cuales ha atravesado el país han sido los desbalan-
ces externos. O bien por los desajustes de la balanza comercial, o bien
a través de desbalances financieros externos (o ambos a la vez), nues-
tro país ha atravesado diversos períodos en donde la escasez de divi-
sas fue un determinante de crisis endógenas al funcionamiento de la
economía local. El período de gobierno que comenzó en el año 2003
y concluyó en el año 2015 parecía ser entonces una anomalía históri-
ca, en la medida en que el PBI creció sostenidamente durante varios
años consecutivos y a tasas elevadas, con un notable crecimiento de la
producción industrial, y sin que se evidencie un claro problema en las
cuentas externas. Pero al fin y al cabo, como sucedió en otras etapas
de la historia argentina, dicho crecimiento industrial dio lugar a una
creciente demanda de bienes intermedios y de capital que se produ-
cen “fronteras afuera”. Con el tiempo, el crecimiento de la industria
redundó en mayores importaciones de insumos y máquinas y, en la

1 Magister en Economía (UBA)

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 95


medida que las exportaciones no subieron al ritmo del crecimiento
de las importaciones, los superávits comerciales comenzaron a desva-
necerse. Aunque las dificultades en el sector externo estaban presen-
tes, el país se encontraba lejos de experimentar algún tipo de shock
externo. En definitiva, los niveles de endeudamiento del país en mo-
neda dura se encontraban en niveles exiguos en términos históricos
y el año 2015 había sido el primero con déficit desde el año 1999. Sin
embargo, la cuestión externa necesitaba atención especial, y políticas
de largo plazo para el sector exportador que permitan los límites im-
puestos por la restricción externa. La llegada de un nuevo gobierno al
mando del ejecutivo se presentaba entonces como una oportunidad
histórica para consolidar un proceso desarrollo industrial inclusivo y
sustentable en el tiempo. El acceso al financiamiento externo, podría
relajar las restricciones a corto plazo, al tiempo en que la entrada de
dólares, podría dinamizar la inversión en infraestructura necesaria
para impulsar las exportaciones en el mediano-largo. Sin embargo,
la evidencia con la que se cuenta hasta el momento indica que nada
de esto ha ocurrido. Como en otros sectores de la economía, los des-
balances se acentuaron a partir de medidas económicas erráticas y
anacrónicas, que a su vez, no se observan en otras partes del mundo.
Las políticas aplicadas en este último tiempo no sirvieron sino para
acentuar los desbalances previos. El notable aumento de las impor-
taciones, ha destruido una porción del entramado industrial local y
acrecentado la salida de divisas hacia los mercados externos. En un
país que no “produce” dólares, el déficit comercial se financió con
endeudamiento, poniendo en jaque uno de los pilares fundamenta-
les de la macroeconomía argentina -la independencia financiera-. La
Argentina se encuentra actualmente experimentando récords nega-
tivos históricos de su balanza comercial. El mercado local se abre, en
un momento en el cual el mundo se cierra, y todo enmarcado en un
sistema que excluye a la mano de obra local de los productos que se
comercializan en el suelo argentino.

96 Santiago Fraschina (comp.)


De la sustitución de importaciones a la importación
indiscriminada

En la etapa previa a la asunción del macrismo al mando del Eje-


cutivo, el sector comercial externo del país estaba atravesando algu-
nos desafíos. El primer desafío importante era el escenario bajista del
precio de los commodities que la Argentina exportaba. Siendo los
commodities y sus derivados los principales productos de exporta-
ción del país, sus valores se encontraban notablemente por debajo de
sus máximos históricos y la balanza comercial comenzaba a resentir-
se. Por otro lado, las importaciones dedicadas a sostener la produc-
ción de la industria nacional, presionaban sobre las cuentas externas.
En el último año de gestión del gobierno kirchnerista, la economía
había crecido un 2,7% según el Indec, y en promedio había crecido
un 3,0% desde el año 2010 al 2014. La expansión de la industria na-
cional, junto con el fortalecimiento de los ingresos de la población en
términos reales (por ejemplo, de la Asignación Universal por Hijo, la
Jubilación Mínima, el salario del sector registrado, el Salario Mínimo
Vital y Móvil, entre otros), influyeron sobre la evolución de las cuen-
tas externas a partir del aumento de las importaciones. Cabe señalar-
se además, que el mencionado proceso no se comprende como algo
novedoso en la historia macroeconómica argentina. Desde décadas
atrás, algunos pensadores de la economía nacional ya se encontraban
interesados en estudiar los problemas de la balanza de pagos acaeci-
dos como consecuencia de periodos de auge industrial. Vale citar a
Marcelo Diamand por ejemplo cuando mencionaba:

“...De modo que, a diferencia de lo que sucede en los paí-


ses industriales, en los cuales la industria autofinancia las
necesidades de divisas que plantea su desarrollo, el sector
industrial argentino no contribuye a la obtención de las di-
visas que necesita para su crecimiento. Su abastecimiento
queda siempre a cargo del sector agropecuario, limitado sea

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 97


por falta de una producción mayor, sea por problemas de la
demanda mundial o por ambas cosas a la vez. En la etapa
inicial de este tipo de desarrollo una rápida sustitución de
importaciones hace que la industria contribuya a mantener
equilibrada la balanza de pagos ahorrando divisas. Poste-
riormente el proceso sustitutivo se hace cada vez más lento.
Se llega finalmente a que la sustitución como máximo puede
alcanzar a neutralizar el incremento de importaciones que
trae el progreso tecnológico por la incorporación de nuevos
productos (automóviles, televisión, hilados sintéticos, etcéte-
ra). A partir de este momento se inicia un proceso de diver-
gencias entre el crecimiento del sector industrial consumidor
de divisas, que no contribuye a producirlas, y la provisión de
estas divisas a cargo del sector agropecuario de crecimiento
mucho más lento...” (Diamand, 1972, pág. 2).

Aunque el texto de Diamand fue escrito hace más de 40 años, tie-


ne su vigencia para explicar algunas de las características fundamen-
tales hasta ese momento. El crecimiento de la industria había nece-
sitado de divisas que el sector exportador no pudo proveer. Aunque
indagar sobre las posibles soluciones al problema de la restricción
externa escapa a los objetivos del presente capítulo, si vale tomar las
palabras de los teóricos del estructuralismo latinoamericano (como
es el caso de Diamand) para explicar cómo algunos de los principales
desafíos en materia comercial, provenían de factores positivos como
el crecimiento de la economía y el consumo interno. Sin embargo, lo
que se divisó luego del cambio de gobierno, fue en sentido opuesto:
caída del consumo doméstico, destrucción del entramado industrial
y aumento de las importaciones pero no a partir de un proceso de
crecimiento virtuoso sino por la desregulación del comercio exterior.

98 Santiago Fraschina (comp.)


Evolución reciente del comercio exterior argentino

La balanza comercial de la Argentina se caracterizó en los últimos


años por presentar ciclos de auges/retrocesos bien marcados. Hacia
fines de la década de los noventa, se experimentaron sucesivos défi-
cits comerciales, que se frenaron ni bien iniciada la década siguiente.
A partir del año 2000, los déficits se convirtieron en superávits co-
merciales, y a partir del 2002 estos resultados positivos se acentuaron.
Desde el 2002 hasta el año 2008 los superávits del comercio de bienes
promediaron unos 13 mil millones de dólares anuales por lo cual se
abrió lugar a un ciclo favorable respecto de la década previa. En el
año 2009, como consecuencia de la crisis financiera internacional de
las subprime, se presentó una caída abrupta del comercio exterior del
país, tanto de las importaciones como exportaciones. Aunque el he-
cho de que cayeran más las importaciones que las exportaciones, de-
terminó que se llegue a un superávit comercial récord de casi 16.900
millones de dólares en aquel año. En los dos años que siguieron a la
crisis, el comercio exterior del país se recuperó, pero a partir del 2012
volvió a experimentar una caída marcada y con saldos más reducidos
respecto de los años previos. Es así como se pasó de un superávit de
12 mil millones de dólares en 2012 a superávits de 1.500 millones y
2.700 millones en 2013 y 2014, y un déficit de 3.400 millones en el
año 2015. Entonces, las tendencias bien marcadas son el crecimiento
del comercio y de los saldos positivos hasta el 2008, un menor volu-
men de comercio en el 2009 y otro período de menor comercio y con
importaciones más cercanas a las exportaciones que fue el que siguió
a 2012 (hasta el 2015). Esta dinámica del comercio puede encontrar
sus causales en una multiplicidad de factores, pero los más importan-
tes han sido la evolución del precio internacional de los commodities
y el crecimiento del PBI argentino y los de nuestros principales socios
comerciales.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 99


PRECIO DE COMMODITIES EN MERCADOS
INTERNACIONALES

Fuente: Banco Mundial

Los precios de los commodities subieron pronunciadamente duran-


te la segunda mitad de la década de los dos mil. La soja, que arrancó el
nuevo siglo con un precio de 208 dólares por tonelada, llegó hasta un
valor máximo de 684 dólares por tonelada en agosto del 2012. Cues-
tión similar sucedió con el trigo y con el maíz. El trigo pasó de valer
98 dólares en enero del 2000 a 420 en agosto del 2012. El maíz tuvo su
pico en marzo de 2008 (420 dólares por tonelada), luego de comenzar
el siglo valiendo unos 98 dólares por tonelada. En general, los precios
de los commodities crecieron notoriamente a lo largo de los últimos
años, tendencia solo interrumpida por los efectos de la crisis financie-
ra internacional. Esto posibilitó, que las exportaciones de la Argentina
crezcan en valores, dotando al país de sucesivos resultados positivos en
materia comercial. Pero, como se puede ver en el gráfico que antecede,
el contexto actual dista de lo observado en los años de auge en el precio
de los productos primarios. Los precios de los commodities no son los

100 Santiago Fraschina (comp.)


mismos, y en particular, luego de la caída que mantuvieron desde la
segunda mitad del año 2012. Por lo tanto, el nuevo contexto económi-
co mundial, el cual se caracteriza por precios de materias primas más
bajos, propone nuevos desafíos. Hoy la soja vale un 37% menos respec-
to de su máximo histórico, y tanto el trigo como el maíz cuestan casi
la mitad de lo que valían en sus respectivos picos. Con exportaciones
de cereales y oleaginosas que representan casi el 70% de los productos
primarios exportados, y más del 16% de las exportaciones totales*, el
menor valor de los commodities representa un límite al crecimiento en
valores de nuestras exportaciones. Debido a ello, se puede reflexionar
acerca del momento en el cual la Argentina se “abrió al mundo” e inferir
que sin dudas se trata de un escenario crítico. Un momento en el cual
el valor de nuestras exportaciones es mucho menor al de años previos.
Asimismo, otra de las causas que pueden explicar el menor dina-
mismo comercial que el país mantuvo hacia el 2015, fue el crecimien-
to industrial que se experimentó en los años previos que, aunque lle-
vó a una etapa de mayor bienestar general, con aumentos reales del
salario doméstico, menor tasa desempleo y mayor nivel de consumo,
planteó ciertos desafíos sobre las cuentas externas. Las importacio-
nes argentinas, durante el período 2003-2015, crecieron a la par del
crecimiento del producto interno y con algún cambio particular en
la composición de las mismas. La industria empezó a tomar vuelo a
partir de distintas políticas que se destinaron a fortalecer el mercado
interno y a proteger la producción local de la competencia externa. Es
así que no solo aumentaron las importaciones, sino que aumentaron
más aquellas dedicadas a poner en marcha el entramado industrial
(máquinas) en relación a las importaciones de bienes terminados
(bienes de consumo). Mientras que las importaciones de bienes de
capital crecieron 830% desde el 2002 al 2015, las de bienes de con-
sumo subieron 500% en ese mismo período. Actualmente, y desde el
cambio de gobierno, este proceso se revirtió y las importaciones de
bienes de consumo comenzaron a subir por encima de las de bienes

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 101


de capital, hecho que da cuenta de la pérdida de participación de la
industria local en el mercado interno.
La principal transformación que se produjo en materia comercial
en este último tiempo fue la nueva postura que asumió el Estado na-
cional frente a la administración del comercio exterior, y en especial,
de las importaciones. Luego del cambio de gobierno, en diciembre de
2015, las importaciones se comenzaron a regir por un nuevo sistema
de licencias automáticas y no automáticas (Sistema SIMI), que en la
práctica significó la entrada prácticamente irrestricta a los productos
de fabricación transfronteriza. Esto provocó, como se verá, que se
llegue al déficit comercial más grande de la historia argentina.

La “salida del cepo” y otras yerbas

Una de las primeras políticas que aplicó el nuevo Gobierno en


diciembre de 2015 fue lo que se conoció por las crónicas de los me-
dios masivos de comunicación como la “salida del CEPO”. El CEPO,
había sido una medida que se había aplicado durante la gestión an-
terior para limitar la salida de divisas, a partir de límites diarios de
compra de dólares (y demás requisitos administrativos). La función
del CEPO era la de estabilizar las presiones del mercado de cambio
sobre el resto de la economía: se evitaba que unos pocos agentes con
poder de mercado puedan realizar maniobras especulativas sobre el
tipo de cambio, al mismo tiempo en que reducía la salida de divisas
hacia el exterior. Su eliminación, entonces funcionó como una señal
que partía desde el Gobierno hacia los grupos económicos locales
e inversores globales de que podrían realizar ganancias financieras
siderales en el mercado interno y luego fugarlas hacia el exterior
sin ningún tipo de límite o condicionalidades. Por lo pronto, y a
nivel macroeconómico, la desregulación del mercado de cambios
significó el salto abrupto de la cotización de la moneda estadouni-

102 Santiago Fraschina (comp.)


dense, con el consecuente impacto que este suceso originó sobre la
actividad local2.
Por otro lado, y en materia tributaria, uno de los principales cam-
bios acontecidos en la nueva gestión de Gobierno fue la relajación
de la presión fiscal sobre la exportación de los productos del agro. Se
eliminaron los derechos de exportación de la mayoría de los bienes
agropecuarios, y se avanzó con la eliminación gradual de las alícuotas
de las exportaciones de la soja.
Además, se direccionaron distintos tipos de medidas tendientes a
mejorar aún más la situación de los productores de bienes transables,
como por ejemplo, la eliminación de la obligatoriedad de liquidar
las divisas procedentes de la exportación. Claro está, esto le sumó
inestabilidad al mercado de cambios debido a que se favoreció la es-
peculación por parte de conglomerados exportadores para presionar
por futuras subas del tipo de cambio.
Con todo, existía la confianza, de que el nuevo panorama de pre-
cios relativos permitiría dejar atrás las rigideces de las exportaciones
argentinas, abriendo las puertas hacia una nueva etapa de superávits
comerciales basados en la venta a los mercados externos de produc-
tos (primordialmente primarios). La cuestión era un tanto intuitiva
y simple ya que el mayor tipo de cambio beneficiaría a los sectores
productores de bienes transables, que recibirían una mayor cantidad
de pesos por cada producto exportado, no solo por el aumento de
la cotización del valor de la divisa norteamericana sino además por
la nueva política tributaria. En lo que siguió, el dólar pegó sucesivos
saltos, pasando de valer unos 9,60 pesos en diciembre de 2015 a valer
cerca del triple, luego de dos años y medio de gobierno.

2 Durante el 2016 el PBI cayó 2,3% en términos reales.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 103


EVOLUCIÓN DEL TIPO DE CAMBIO REAL MULTILATERAL

Fuente: BCRA

El tipo de cambio real multilateral (TCRM), es decir, aquel que


mide la competitividad descontando la inflación de los países, y pon-
dera a cada país según el comercio que la Argentina posee con cada
uno, mostró una mejora de 36% ni bien ocurrió la liberalización del
mercado de cambios (desde noviembre de 2015 a febrero de 2016).
En los meses que siguieron la tendencia del TCRM tendió hacia su
apreciación. Aunque en abril de 2018 se produjo otro salto importan-
te del TCMR y se llegó a consolidar una suba de 44% en tan solo dos
años y medio de gobierno.
En el escenario planteado, estaba todo dado, según la visión de
algunos economistas y especialistas en la materia, para que la Ar-
gentina pueda salir de su letargo exportador, “abriéndose al mundo”
y aprovechando las “ventajas competitivas” del sector primario. Sin
embargo, habida cuenta de lo ocurrido hasta el momento se puede
notar que la realidad se diferencia de lo proyectado en primera ins-
tancia por el Gobierno. En primer lugar, las exportaciones no crecie-
ron. Es más, disminuyeron (en cantidades). Por otro lado, las impor-
taciones crecieron (en cantidades). Parte de lo sucedido, se debió a

104 Santiago Fraschina (comp.)


una política irracional de apertura indiscriminada a las importacio-
nes. Fue irracional, porque la Argentina es uno de los únicos países
del mundo que han abierto sus economías de manera tan abrupta en
este último tiempo. Resulta irracional, además, porque el contexto
económico mundial, es un contexto de sobrestocks. El mundo está
buscando países donde ubicar las mercaderías que no pueden colo-
car en otras economías. Se trata de un mundo que busca proteger los
mercados internos, y a su vez, colocar su producción excedente en
países con baja protección en materia comercial.

Sobre el contexto mundial

Los supuestos sobre los cuales se basó la política comercial del


Gobierno de la Alianza Cambiemos se mostraron desde el principio
totalmente aislados de la realidad económica y política mundial. La
hipótesis inicial, de una economía abierta y “market-friendly”, como
causa unívoca del desarrollo del país se presentó anacrónica y a tras-
mano del accionar promedio del resto de los países del mundo. Las
principales potencias económicas mundiales, EE.UU y China, se en-
cuentran actualmente en una serie de batallas arancelarias, que se
ciernen en torno a un nuevo contexto geopolítico mundial de menor
permeabilidad. Nuestro país chocó con los muros comerciales que se
le plantearon desde los principales socios comerciales en el intento de
lograr una mayor inserción en el resto del mundo. La discusión ya no
se basaba en la posibilidad de colocar algún que otro producto con
cierto grado de elaboración. Las disputas de la coyuntura consistie-
ron en la posibilidad de exportar bienes de escaso valor agregado en
el suelo nacional, como fueron los casos de los limones o el biodiesel.
Además, una inserción inteligente en el comercio mundial, exige
políticas públicas serias y contextualizadas debidamente que, en espe-
cial, consideren los aspectos problemáticos del nuevo panorama inter-
nacional. En relación a este punto, es importante mencionar que según

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 105


datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 2015 exis-
tían 41.212 medidas no arancelarias que regularon el comercio mundial.
Esto se establece en contraposición con las 48.095 medidas no arance-
larias que hubo en 2017, y que marcan el notable y creciente esfuerzo
que han mantenido los diferentes países del mundo para proteger a sus
producciones de la competencia externa. Se trata de una guerra comer-
cial a escala global en donde prima la hipocresía. Así, mientras diversos
de los países más desarrollados del mundo cuestionan los beneficios del
proteccionismo comercial y reclaman ante organismos internacionales
(como la OMC) una mayor apertura de sus socios comerciales, en la
práctica actúan en discrepancia de sus posturas públicas, restringiendo
el acceso a sus economías de los productos importados. Los países que
componen el bloque del G20, por mencionar un ejemplo en concreto,
concentran más de la mitad (51,7%) de las barreras no arancelarias del
mundo entero. Y nuestros principales socios comerciales, Estados Uni-
dos, China y Brasil, reúnen más del 22% de las medidas no arancelarias
del globo (5.256, 2.771 y 2.406 medidas no arancelarias, respectivamen-
te). La Argentina, tiene muchas menos medidas no arancelarias (706), y
se ubica en el puesto 47 en el ranking mundial.

CANTIDAD DE BARRERAS NO ARANCELARIAS DE


ARGENTINA Y SUS PRINCIPALES SOCIOS COMERCIALES
6000
5256
5000

4000

3000
2771
2406
2000

1000 706

0
Estados Unidos China Brasil Argentina

Fuente: OMC

106 Santiago Fraschina (comp.)


Por lo tanto, nuestro país se encuentra en una situación de vul-
nerabilidad relativa mayor, siendo el más castigado en general en la
competencia aparente que nos imprime el resto del mundo. Es una
lucha desleal la que emprendió el Gobierno de Macri, en la cual los
países que comercian con la Argentina, no están dispuestos a ceder
mercados, y al mismo tiempo se interesan en colocar saldos exporta-
bles a precio vil en el mercado argentino.

Precios versus cantidades

Dirigiéndonos a analizar los resultados efectivos que tuvo el nuevo


paradigma económico en materia comercial, es conveniente realizar en
primer lugar, un estudio de los índices de precios y cantidades del co-
mercio exterior. Estos indicadores, permiten analizar cuáles han sido,
más allá de las variaciones en valores, las cantidades exportadas e im-
portadas por la Argentina. Las exportaciones argentinas hacia el resto
del mundo, se han visto favorecidas en los últimos meses por un au-
mento del precio de los commodities en los mercados internacionales.
No obstante lo antedicho, las cantidades exportadas han disminuido, a
pesar de la mencionada mejora del precio de los bienes exportados por
la Argentina en los mercados internacionales e incluso a pesar de la
mejora (suba) que ha tenido el tipo de cambio real multilateral.
Como se puede ver en el gráfico que sigue, si se comparan las ex-
portaciones argentinas del segundo trimestre del 2018, con respecto
a 2015, se puede notar que decrecieron en valores (-6%), y aún más
en cantidades (-13%). Hay que mencionar además, que los precios
de los productos que exporta la Argentina crecieron (+8%). Sin esta
suba de los precios internacionales de los productos exportables por
nuestro país, la caída en las ventas hacia los mercados externos hu-
biese sido incluso más evidente. Por tanto, y como primera conclu-
sión certera, la suba del tipo de cambio y el nuevo contexto de precios
no ha estimulado las exportaciones, sino todo lo contrario.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 107


EXPORTACIONES. ÍNDICES DE PRECIOS, VALORES
Y CANTIDADES (2° TRIM. 2015=100)

Fuente: Indec

Con las importaciones sucedió algo similar. A priori, cabría pen-


sarse que ante una suba del tipo de cambio, los precios de los pro-
ductos importados, encarecidos en moneda local, tendrían que haber
provocado una merma en las cantidades importadas. Sin embargo,
la teoría económica ortodoxa nuevamente falló al explicar la recien-
te evolución de las importaciones. De hecho, las importaciones au-
mentaron notoriamente en valores (+15%), y más aún en cantidades
(+21%). Si no hubiese sido por la caída de los precios internacionales
de los productos importados (-5%), el aumento de las importaciones
en valores hubiese sido aún más marcada.
Esto último implica además, un hecho sumamente perjudicial
para la actividad económica doméstica ya que no solo se tiene que
nuestro país se ha visto desbordado por la entrada de productos de
fabricación transnacional, sino que además, estos productos entra-
ron a un precio cada vez más bajo. Esto claramente atentó contra la
supervivencia de las Pymes locales, que debieron competir con más
productos, y cuyos precios son exiguos en relación a los locales.

108 Santiago Fraschina (comp.)


IMPORTACIONES. ÍNDICES DE PRECIOS, VALORES
Y CANTIDADES (2° TRIM. 2015=100)

Fuente: Indec

Con esto, y como segunda conclusión relevante, se puede aseverar


que la suba del tipo de cambio no desestimuló el avance de las impor-
taciones, que crecieron a tasas anuales elevadas.

La devaluación como política de transferencia


de ingresos

Como se notó, la devaluación de la moneda local, que había sido


tomada de los hacedores de política como la principal herramienta
para corregir los desbalances externos, no hizo más que acentuarlos.
En teoría, se desprende de la visión ortodoxa del asunto, que la de-
preciación de la moneda local sirve para elevar las ganancias en pesos
de los sectores transables, que indefectiblemente aumentarán su pro-
ducción y, consecuentemente sus ventas hacia los mercados externos.
Los datos analizados, sin embargo, indican que la depreciación en
términos reales del peso argentino no sirvió para estimular las ex-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 109


portaciones, que en la práctica tienden a mostrarse susceptibles de
la situación económica de nuestros socios comerciales. Es que la his-
toria económica reciente, ha demostrado como la suba real del tipo
de cambio, se presenta como una herramienta tosca para corregir los
desbalances de la cuenta corriente. La mejora (suba) del tipo de cam-
bio solo incrementa las ganancias en pesos de los sectores transables,
por lo cual no afecta necesariamente a las cantidades exportadas e
importadas. Más aún, si se tiene en cuenta que, siendo la Argentina
un país esencialmente exportador de bienes primarios (o su defecto,
de escaso valor agregado), sus ventas a los mercados externos están
determinadas por las condiciones que impone el mercado mundial
(tanto en lo relativo a precios como a cantidades).
En suma, las importaciones y las exportaciones argentinas po-
seen elasticidades-precio poco significativas y elasticidades-ingreso
elevadas (Zack y Dalle, 2015). Esto quiere decir que las exportacio-
nes locales no dependen del tipo de cambio elevado o “competitivo”,
sino de la situación económica de los principales socios comerciales.
Lo mismo sucede con las importaciones, que no dependen del tipo
de cambio directamente, sino del nivel de actividad doméstica. Lo
anterior refiere que, los ajustes al alza en el tipo de cambio, no ayu-
dan a corregir los déficits vía precio, sino vía ingreso, a través de los
efectos contractivos de la devaluación. Desde décadas atrás, diversos
autores comenzaron a advertir sobre los efectos contractivos de la
devaluación en la Argentina (ver por ejemplo, Díaz Alejandro 1963).
La devaluación impacta sobre los precios de los distintos bienes de la
economía nacional, en menor o mayor medida. Primero se traslada
casi de manera directa a aquellos bienes transables producidos local-
mente. Si un bien, puede venderse “fronteras afuera” a un precio que
representa mayores “pesos” por producto exportado, entonces tam-
bién tenderá a presentar ese mismo precio en pesos para el mercado
local. Luego, también suben los precios de todos aquellos productos
que se venden localmente, que utilizan como insumos bienes impor-
tados.

110 Santiago Fraschina (comp.)


A través de los ajustes en los precios, la devaluación comprime
los ingresos reales de los asalariados, y traslada recursos desde los
trabajadores hacia los sectores transables, esto es, hacia sectores con
menor propensión marginal a consumir. De esta manera, reduce el
consumo en el mercado interno. Y a su vez, la baja del consumo con-
trae las importaciones que realiza la Argentina del resto del mundo.
En definitiva, la devaluación tiende a equilibrar la cuenta corriente,
no por su impacto propulsor de las exportaciones, sino por su im-
pacto recesivo sobre la actividad interna, y consecuentemente sobre
las importaciones. Y esto se puede notar, si se observa la evolución
de algunos agregados macro. Por ejemplo, en el siguiente gráfico se
muestra la evolución de las importaciones argentinas (con datos del
ICA) y de la actividad económica local (con datos del EMAE).

Importaciones versus actividad económica

Fuente: Indec

El gráfico muestra que existe cierta tendencia compartida positiva


entre las tasas de variación interanuales de las importaciones argen-
tinas, y del nivel de actividad económica. En general, cuando creció

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 111


la actividad económica, crecieron las importaciones y cuando bajó la
actividad económica cayeron las importaciones. En el 2016, se con-
jugaron dos efectos contrapuestos sobre las importaciones. Por un
lado, la desregulación comercial puesta en marcha por el Gobierno,
y por el otro, la caída en la actividad que registró la economía (-1,7%
mensual, interanual). A la luz de los hechos, el efecto de haber librado
las importaciones, tuvo más importancia, y si bien las importaciones
cayeron en valores, crecieron en cantidades en 2016. En 2017, ambos
efectos corrieron en la misma dirección. El Gobierno continuó con
un esquema de controles comerciales laxos y la economía se recuperó
levemente, a partir de la suspensión por parte del Gobierno de los
ajustes -en un contexto signado por las elecciones de medio térmi-
no-. Las importaciones aumentaron notablemente durante este año
(+14,6% en cantidades y 19,7% en valores) y en la medida en que
las exportaciones se mantuvieron prácticamente estancadas, el rojo
comercial llegó a máximos históricos.

Uno de los déficits comerciales más grandes de la historia


argentina

El resultado que tuvo el combo de políticas implementadas para


flexibilizar los controles sobre el comercio exterior, se explicitaron
en los saldos comerciales de nuestro país que se encuentran actual-
mente en mínimos históricos. Es conveniente recordar que durante
el período que fue desde el 2003 al 2014, el país tuvo sucesivos supe-
rávits comerciales. Esto es así, a punto tal que el año 2015 había sido
el primero desde 1999 en presentar un resultado neto negativo. La
administración del comercio exterior, y en particular de las impor-
taciones, que estuvo en vigencia durante el gobierno anterior, había
funcionado como un factor de contención de las importaciones que
sirvieron para proteger a la industria nacional y evitar una mayor
salida de divisas. La desregulación de las importaciones que aplicó

112 Santiago Fraschina (comp.)


el macrismo, en cambio, profundizó la salida de divisas por vía co-
mercial, de modo que el déficit comercial llegó a niveles que nunca se
habían registrado en la historia económica argentina.

EVOLUCIÓN DEL SALDO COMERCIAL ARGENTINO

Fuente: Indec

En valores corrientes, el déficit del 2017 (-8.515 millones de dólares)


es el más alto de la historia. Muy por detrás, lo sigue el déficit del año
1994 (de 5.751 millones de dólares) y el de 1998 (de 4.943 millones de
dólares). No obstante, para desligar los efectos de la nominalidad de las
series conviene deflactar a los saldos comerciales por la evolución de la
inflación estadounidense. Esto es oportuno, debido a que un dólar en la
actualidad no tiene el mismo poder de compra que el que tenía el mis-
mo dólar años atrás (el dólar pierde valor a medida en que la inflación
avanza). Aun así, el régimen macrista es uno de los peores en materia co-
mercial de la historia argentina. El déficit del 2017, a valores constantes,
es el sexto más grande de la historia de nuestro país, solo sobrepasado
por algunos años de la década de los noventa (1993, 1994, 1998 y 1999)
en un período de boom de productos importados similar al actual y por
el déficit del año 1980. Estas cifras son la consecuencia en términos de
desbalances comerciales, de haber desprotegido la economía interna y
haber permitido la entrada masiva de productos importados.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 113


Menos exportaciones industriales, menor valor agregado

Las exportaciones argentinas, no solo se redujeron, sino también


se primarizaron. Es decir que tendieron a exportarse hacia otros
países una mayor cantidad de bienes de escaso valor agregado (pri-
marios) en contraposición con una menor exportación de bienes de
mayor valor agregado. Es conveniente aclarar que las exportaciones
se subdividen comúnmente en grandes rubros por: Manufacturas de
Origen Industrial (MOI) y Agropecuario (MOA), en Productos Pri-
marios (PP) y en exportaciones de Combustibles y Energía (CyE). Si
se comparan las participaciones de los diferentes rubros en el total
exportado durante el período macrista con respecto al último año
de la gestión anterior (el 2015), se puede notar una tendencia hacia
la exportación de bienes primarios en detrimento de los industriales.
En este punto, se destaca que mientras en el 2015 las exportaciones de
manufacturas (tanto de origen industrial como agropecuario) repre-
sentaban 73% de las exportaciones totales, este porcentaje se redujo
hasta el 70% en el período que fue desde enero de 2016 hasta julio de
2018. De modo inverso, las exportaciones de Productos Primarios
aumentaron más de dos puntos porcentuales en el total exportado.
A la luz de los datos, aunque no se trate de un cambio radical, es re-
levante mencionarlo dado que se hace referencia a una mutación de
la matriz productiva que se produjo en tan solo dos años y medio de
gobierno. Por otro lado, los grandes cambios que se manifestaron a
nivel comercial, se presentaron a nivel agregado, con importaciones
creciendo a tasas exorbitantes, dentro de un esquema comercial que
se encaminó hacia la desregulación y la ausencia de controles por
parte del Estado nacional.

114 Santiago Fraschina (comp.)


EVOLUCIÓN DE EXPORTACIONES, POR GRANDES RUBROS
(2015 versus macrismo)

100% 4,00% 4,30%

80% 31,60% 30,80%

60%
41,00% 39,10%
40%

20%
23,40% 25,80%
0%
PP MOA MOI CYE

Fuente: Indec

En relación a las importaciones, las tendencias desagregadas


también permiten evidenciar transformaciones en la estructura eco-
nómica local y en los patrones de consumo domésticos, con ciertos
síntomas de desindustrialización. Las importaciones generalmen-
te se subdividen por su uso: bienes de capital, bienes intermedios,
combustibles y lubricantes, piezas y accesorios para bienes de capital,
bienes de consumo y vehículos automotores de pasajeros. En los úl-
timos dos años y medio, aquellos productos demandados en mayor
medida por la industria (insumos, máquinas y piezas y accesorios
para máquinas) disminuyeron levemente su participación en el to-
tal importado (-2,4%). Por otra parte, aumentó la participación de
importaciones de vehículos para transporte de pasajeros (+3,3%) y
de bienes de consumo (1,8%). Este último ítem, se convirtió en una
de las principales problemáticas que ha dejado los cambios estable-
cidos por medio del nuevo esquema comercial. Es decir que, el país,
en este último tiempo, ha importado diversos productos terminados
que otrora se fabricaban fronteras adentro.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 115


Aunque de lo anterior se desprende el hecho de que la industria
manufacturera fue el principal sector afectado por la entrada de pro-
ductos extranjeros, también es posible argumentar que el fenómeno
de las importaciones no afectó únicamente a la industria. El modelo
económico macrista ha practicado una apertura irrestricta, sin im-
portar el sector específico. Así, junto con los productos fabriles que
ingresaron al país, también ingresaron productos de origen primario,
sobre los que se supone -al menos así lo sugiere la teoría económi-
ca ortodoxa- se tienen “ventajas comparativas”, como son los bienes
primarios. En la siguiente tabla se muestran las compras al resto del
mundo, desagregadas en algunos rubros donde más aumentaron las
importaciones desde el cambio de gobierno.

EVOLUCIÓN DE IMPORTACIONES POR RUBROS

Fuente: Indec

116 Santiago Fraschina (comp.)


La tabla demuestra que no hubo sectores protegidos por la polí-
tica comercial del Gobierno, sino que se abrieron las puertas hacia
la entrada de productos de diversos rubros y con distinto nivel de
tecnificación y valor agregado. Desde el 2015 al 2018 (en los primeros
6 meses de cada año), bajo el rubro “manufacturas varias”, que englo-
ba distintos bienes de origen industrial, las importaciones crecieron
en 2.660 millones de dólares y 859% en términos porcentuales. En
segundo lugar, la industria automotriz sumó gastos en moneda dura
por 2.180 millones de dólares. En tercer lugar, se importaron bienes
agrícolas por 1.526 millones de dólares en los primeros 6 meses del
2018, es decir, 1.227 millones más que durante el mismo período del
2015 (o lo que es lo mismo, un incremento porcentual de 410%). En
total, para estos rubros se importaron casi 8 mil millones más que
en 2015. La industria textil e indumentaria, la industria del calzado,
la del juguete y otras industrias conexas a la automotriz han sido las
más perjudicadas por la apertura importadora. Como se mencionó,
párrafo aparte merece la importación de productos primarios y con
ello, la situación de algunas de las principales economías regionales,
que fueron avasalladas por la apertura de nuestro mercado a los pro-
ductos primarios extranjeros.

La realidad de las economías regionales fue tratada con desprecio


por parte del Gobierno nacional. En lugar de direccionar políticas
públicas que sirvan para estimular la rentabilidad del sector, las me-
didas aplicadas solo beneficiaron a los grandes conglomerados ex-
portadores de la materia prima (o de manufacturas agropecuarias),
con escasos beneficios sobre los productores y las economías del inte-
rior del país. La devaluación garantizó que los exportadores de bienes
regionales, con poder de mercado para negociar los precios con los
productores, se queden con la mayor parte del nuevo incentivo mo-
netario que dejó la suba del tipo de cambio, dejando solo limosnas
para el eslabón primario de la cadena. Asimismo, la política comer-
cial relacionada con las economías regionales fue inexistente y desde

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 117


la Secretaría de Comercio no se hizo más que aprobar la mayor parte
de las licencias de importación que pasaron por los escritorios. Las
consecuencias directas de la nueva política económica y comercial
fueron la caída en el consumo interno de los productos regionales,
los incrementos en los costos productivos, y la mayor importación, y
junto con ellos, la profundización de la crisis de dichas economías. En
la tabla que sigue, a modo de ejemplo, se resumen las importaciones
de frutas frescas y sus variaciones (del valor importado en dólares).

EVOLUCIÓN DE IMPORTACIONES DE FRUTAS

Fuente: Indec

La dinámica de la entrada de productos regionales importa-


dos se refleja en las tasas de variación descomunales que se pre-
sentan en la tabla. En general, en las frutas frescas analizadas, las
importaciones como mínimo se duplicaron en 2017, en relación
al 2015. Ciruelas traídas desde Chile; limones importados desde
Brasil, Chile, España y Uruguay; naranjas desde España y Uru-
guay; manzanas desde Chile, Brasil y España; pomelos chilenos,
españoles e israelíes y uvas brasileras y chilenas llegaron a suelo
argentino para competir con la producción nacional. Además, la
importación de los productos que atañen a las economías regio-
nales, no solo se dio para la etapa primaria de producción, sino
que también se presentaron cuantiosas importaciones en otras
etapas con mayor valor agregado, dentro de las cuales es rele-

118 Santiago Fraschina (comp.)


vante repasar la situación de la uva y del vino. La cuestión del
vino es un caso modelo para explicar lo que ha sido el modelo de
Cambiemos para las economías regionales. Y el gráfico que sigue
lo describe a la perfección.

IMPORTACIÓN DE VINOS, EN HECTOLITROS

Fuente: Instituto Argentino de Vitivinicultura

Los viñateros argentinos, concentrados primordialmente en la


provincia de Mendoza, uno de los principales bastiones del macris-
mo durante las elecciones, sufrieron en carne propia las inconsisten-
cias de la política económica del Gobierno nacional. Con discursos
pre-electorales que promulgaban tener la solución secreta para la re-
gión, cuando asumieron no hicieron más que hundir las aspiraciones
de las economías regionales. El gráfico permite advertir el incremen-
to de las importaciones de vino. Durante el período 2012 a 2015, las
importaciones de vino habían promediado los 822 hectolitros. En
2016, se produjo el primer salto relevante, con importaciones que lle-
garon a los 91.443 hectolitros, principalmente de Chile. En 2017, las

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 119


llegadas del vino chileno continuaron en alza, de modo que este año
las importaciones totales de vino alcanzaron los 807.381 hectolitros.

Las importaciones ganan mercado en un contexto


recesivo

La importancia de abrir la economía a las importaciones es mu-


cho mayor si se considera que la actividad económica local va en
franco retroceso. Con este escenario, las pymes locales no solo deben
hacer frente a una caída en la demanda local sino que además deben
compartir esa empequeñecida demanda con la competencia que re-
presentan los productos extranjeros.

EVOLUCIÓN DEL COCIENTE IMPORTACIONES-PBI

Fuente: Indec

La relación entre las importaciones y el PBI puede ser tomada


como una variable representativa de este proceso. Los datos del Indec
dan cuenta de un aumento sostenido de esta relación desde que asu-

120 Santiago Fraschina (comp.)


mió el macrismo. No solo que las exportaciones no aumentaron des-
de que la Argentina “se abrió” y se “insertó en el mundo” sino además
las importaciones vinieron a parte del lugar que tiempo atrás estaba
resguardado para la producción nacional y el trabajo argentino. La
administración anterior había dejado el Gobierno con una participa-
ción de las importaciones en el PBI del 11,8%. En 2017 este cociente
llegó a 14,1. Y si se compara el primer trimestre del 2015 (con una
relación importaciones/PBI de 12,1) con el primer trimestre del 2015
(en donde la relación llegó a 15,5) se tiene que las importaciones ga-
naron 3,4 puntos porcentuales en el mercado interno en tan solo 2
años y algunos meses de gobierno macrista.

Perspectivas futuras

La dinámica del comercio exterior para los años venideros, es


impredecible en tanto se consideren la multiplicidad de factores que
pueden explicar su comportamiento. Entre ellos, la evolución del tipo
de cambio, el progreso de la actividad económica local y del resto
del mundo, el contexto geopolítico mundial, las alianzas y estrategias
comerciales que se alcancen, las políticas públicas para el sector tran-
sable que aplique el gobierno actual y los gobiernos que le sigan, entre
tantos otros factores. A pesar de esto, se pueden hacer algunos pro-
nósticos suponiendo, por ejemplo, que la actual política económica
persevere y se consolide en el tiempo, ceteris paribus. En primer tér-
mino, se trata de un esquema económico claramente insustentable,
en la medida confluyen actualmente distintos tipos de desbalances
propios de un esquema económico de endeudamiento externo cróni-
co, valorización financiera y de fuga de capitales (Gallo, 2017). Ade-
más, la desregulación comercial que puso en práctica el macrismo,
provoca que salgan cada vez más divisas por las crecientes importa-
ciones. Con todo, es un sistema insostenible, similar en ciertos aspec-
tos del observado durante la década de los noventa y comienzos del

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 121


presente siglo. El sistema expulsa las divisas y el Gobierno destruyó
la única herramienta que eventualmente podría ser fuente genuina
de generación de divisas (la administración del comercio exterior).
El final, de perpetuarse estos flujos negativos, es de una ineludible
crisis de balance de pagos, que bien podría terminar en una mega-
devaluación de la moneda nacional. Dicha megadevaluación podría
comenzar cuando los organismos multilaterales de crédito (como el
FMI), decidan que el país ya ha tenido suficiente, y sea el momen-
to de recolectar los frutos de la especulación. Ahora bien, es posible
que la balanza comercial se mejore, producto de esta brusca suba del
tipo de cambio, pero en un contexto macroeconómico en el cual una
considerable proporción de la población esté sobrando. La devalua-
ción ajustará la economía local, destruyendo el salario y la industria
orientada al mercado interno, que son los dos principales sectores
demandantes de productos externos (importaciones). Con esto, las
cuentas externas se corregirán y los déficits pasarán a ser superávits.
Por eso, la discusión sobre el futuro del comercio exterior argentino,
no debería estar desligada de la discusión de qué proyecto de país se
esté pensando para el futuro. En caso de que el proyecto de país sea
uno sustentable e inclusivo, la recuperación de las herramientas de
administración del comercio exterior es un punto esencial. De modo
contrario, si el país que se desea es un país que consolide las ganan-
cias del sector agroexportador y de la industria concentrada local, y
que solidifique las desigualdades sociales, solo basta con aplicar el
ajuste ortodoxo de manual.

Conclusiones

Bajo diversos postulados dirigidos a formar el sentido más ele-


mental de la población, el Gobierno macrista se mostró hábil desde
los primeros días de gestión para transformar políticas antipopulares
y recesivas, en palabras amenas e inofensivas que calaron hondo en

122 Santiago Fraschina (comp.)


una parte de la sociedad que no hizo más que aceptarlas sin demasia-
dos reparos. Fue así que el control del mercado cambiario y la regu-
lación del comercio exterior, que regían durante el gobierno anterior,
para proteger el mercado interno y aminorar los efectos perniciosos
de los shocks externos sobre la economía local, fueron eliminados.
En lugar de un mercado de cambios regulado, el macrismo fomen-
tó su liberalización total (o según las crónicas diarias, “la salida del
CEPO”), medida que solo sirvió para que la elite económica local
pueda fugar sus ganancias al exterior sin límites ni explicaciones –
proceso además fogoneado por la valorización financiera y el carry
trade-. En lugar de un comercio exterior regulado, el macrismo im-
plantó una inserción comercial irracional en el resto del mundo, que
en la práctica solo garantizó el acceso al mercado interno de impor-
taciones a mansalva y a precio vil, y no pudo ni siquiera incrementar
las exportaciones respecto del 2015. La liberalización del mercado de
cambios y la fuga, tuvieron sus contrapartidas en el incremento del
valor del dólar, aunque sin efectos beneficiosos sobre las exportacio-
nes argentinas. Como se expuso en el presente capítulo, las exporta-
ciones de la Argentina se redujeron 6% en valores y 13% en canti-
dades, en el segundo trimestre de 2018, en comparación a 2015. Por
otro lado, la entrada irrestricta de importaciones, aumentó las salidas
de divisas por vía comercial, suceso que nos ubicó en un contexto co-
mercial deficitario que no tiene precedentes en la historia argentina.
Habida cuenta del desenlace de estas políticas, los resultados se pue-
den caracterizar como calamitosos, tanto en materia comercial como
en materia social. Sucede que cada producto que entra a la Argentina
y que se inserta, a su vez, en un mercado interno cada vez más dimi-
nuto, a partir de las políticas de ajuste aplicadas en este último tiem-
po, indefectiblemente viene a reemplazar a la producción nacional, y
junto con ella, al trabajo argentino encarnado en cada producto. Al
igual que en otros momentos de la historia macroeconómica con-
temporánea, la desregulación del comercio exterior, destruyó a gran
parte del entramado industrial nacional. Lo que nos deja el macrismo

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 123


en materia comercial externa es una enseñanza que entra desde el
lado más pernicioso posible, “un comercio regulado y al servicio del
trabajo nacional, es un requisito (necesario aunque no suficiente) im-
prescindible para garantizar buenos resultados en materia comercial,
económica, y social”.

Bibliografía

Diamand, M. (1972). La estructura productiva desequilibrada argenti-


na y el tipo de cambio. Desarrollo económico, 12(45), 25-47.
Zack, G., & Dalle, D. (2015). Elasticidades del comercio exterior de la
Argentina: ¿Una limitación para el crecimiento?
Alejandro, C. F. D. (1963). A Note on the Impact of Devaluation and the
Redistributive Effect. Journal of Political Economy, 71(6), 577-580.
Gallo, M. E. (2017). La economía argentina durante el período 2004-
2017: ciclo expansivo, restricción externa y retorno de la valoriza-
ción financiera.

124 Santiago Fraschina (comp.)


EMPLEO Y SISTEMA PREVISIONAL
Desde diciembre de 2015 a junio de 2018

Por Lucas Gobbo1

Este capítulo se centrará en un análisis sobre la situación del mer-


cado laboral y el sistema previsional entre diciembre de 2015 y junio
de 2018. Los objetivos del trabajo serán tanto sobre datos cuantitati-
vos como cualitativos. La primera instancia constará de un desarrollo
abstracto, aunque con bases sólidas y concretas de respaldo histórico,
del espíritu de dicho mercado dentro de la teoría neoliberal. La dis-
cusión entre intencionalidad y mala-praxis atravesará todo el estudio,
aunque se remarcarán los motivos que dan lugar a pensar que gran
parte de lo que sucede hoy en la argentina tiene un objetivo final, la
instalación de un modelo económico y productivo al servicio de las
minorías más poderosas de nuestro país.
Al adentrarse en el desarrollo del presente trabajo el lector se en-
contrará con las justificaciones estadísticas a las primeras afirmacio-
nes empíricas. La pérdida de miles puestos de trabajo, la precariza-
ción laboral, la degradación de los jubilados y la insustentabilidad de
un modelo deben ser vistos en conjunto y como parte de un mismo

1  Licenciado en Economía

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 125


fin. Unir estos hechos será uno de los objetivos del capítulo. Con
ese escenario se observará que decisiones tomó el gobierno nacio-
nal en cuanto a los sucesos ya mencionados. El mercado laboral y
más aún el sistema previsional, son áreas donde las determinaciones
del gobierno tienen gran incidencia. El rol del Estado se da tanto de
forma indirecta -apertura indiscriminada de importaciones, altas ta-
sas de interés, desregulaciones del mercado-, como de forma directa
(achicamiento del Estado y despidos generalizados, ajustes en la obra
pública, reformas laborales y previsionales). Todas estas decisiones
tuvieron un grave efecto sobre estas variables, y ante todo, en la vida
de millones de argentinos y argentinas que hoy ven precarizada su
calidad de vida.

El mercado de trabajo según el neoliberalismo

En la teoría, el mercado de trabajo es el área donde el neolibera-


lismo se encuentra más falto de herramientas para hallar fundamen-
taciones reales que expliquen un cierre a su modelo económico. La
empíria a lo largo del tiempo ha ido demostrando en todo el mun-
do que los enunciados esgrimidos por los defensores de esta escuela
son falsos. La globalización por un instante pareció ser un factor que
daba cierta cuota de razón sobre su pensamiento, aunque en el me-
diano plazo se terminó refutando nuevamente. El desgaste del recur-
so explicativo de la oferta y la demanda para comprender las variables
económicas, es aquí donde más se destaca. Los supuestos de informa-
ción y competencia perfecta presentan a este mercado como uno en
donde no hay asimetrías de información ni fallas sustanciales, que no
solo quitan practicidad a sus modelos, sino que también genera erro-
res a la hora de realizar predicciones. Es por esto, que, para el actual
Gobierno el problema de desempleo tiene raíz en un desencuentro
entre oferta y demanda de trabajo. Para ellos, si hay un alto nivel de
desempleo se debe a que los salarios son demasiado elevados. En un

126 Santiago Fraschina (comp.)


contexto de apertura económica y liberalización financiera, la culpa-
bilidad se encuentra en el salario en dólares. Sin embargo, luego de
las caídas del poder adquisitivo y del salario en moneda extranjera, la
eterna espera de la lluvia de inversiones sigue vigente.
La misma escuela de pensamiento es la que considera que el cre-
cimiento de un país depende de la relación entre capital y trabajo.
Cuanto mayor sea la inversión en capital y menor la inversión en tra-
bajo, mayor será el crecimiento de la economía. En la misma línea, la
inversión interna depende de la capacidad de ahorro de la sociedad.
Siendo “sociedad” demasiado abarcativo, el ahorro depende de la ca-
pacidad de acumulación del poder económico. Esto significa, que en
la línea de pensamiento del Gobierno, no solo se debe pagar barata la
jornada laboral, sino que también tiene que haber una distribución
regresiva del ingreso y de esa manera incentivar la inversión en capi-
tal productivo.
La forma de llevar adelante este sistema es aumentando el desem-
pleo. Los sindicatos tienen la capacidad de incrementar los salarios
reales y, además, no permiten los despidos masivos. Por ende, es a
través de la dominación sobre estos organismos sindicales que se lo-
grará avanzar sobre el objetivo final que es la disminución en el costo
de mano de obra. Es por lo que la teoría neoliberal considera a las
organizaciones sindicales como fricciones innecesarias de un merca-
do que perjudica el rendimiento óptimo de una economía. Por otra
parte, el Estado que hoy emplea el 17% de los trabajadores en nuestro
país, cumplió su rol despidiendo miles de personas aumentando el
ejército de reserva.
Es de este primer apartado de donde se desprende la posibilidad
de pensar que la mala-praxis no tiene mucho lugar en los aconteci-
mientos de la actualidad nacional. La crisis también dejaría de expli-
carse por factores externos o indeseados del Gobierno. Si bien está
claro que muchas cosas no están saliendo como lo pensaban, bási-
camente porque el modelo vuelve a fallar dado que las inversiones
extranjeras y nacionales disminuyeron en vez de aumentar, el merca-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 127


do de trabajo parece ser una herramienta que el modelo utiliza para
cumplir su fin.

Coherencia histórica

El hecho de que a lo largo de la historia todos los procesos neo-


liberales hayan aumentado los índices de desocupación no es casua-
lidad ni puede escapar al análisis de sus referentes académicos. Es
decir, que si su modelo siempre lleva al aumento de desempleados, al
aplicarlo de forma idéntica nuevamente, no es posible que consideren
un resultado diferente. Durante la última dictadura cívico-militar la
desocupación aumentó considerablemente pasando de 2,7% al 4,6%.
Esto, en un contexto en el que la población económicamente activa
(PEA) estaba en descenso. En otras palabras, aunque caía el denomi-
nador también lo hacía el número final. Peor fue la experiencia en la
década de los noventa, momento en el que la desocupación pasó de
7,7% en 1989 a 19,7% en 2002. Más característico de estos procesos
fue la precarización laboral, esto se puede observar analizando los ni-
veles de subocupación, ocupados demandantes, disminución de los
aportes patronales, cantidad de contratos basura, etc.
Un estudio realizado al finalizar este período (CEPAL, 2002),
menciona que en América Latina el número de desempleados pasó
de 7.643.000 de personas en 1990 a 18.118.000 en 1999. Esto impli-
ca un aumento de la masa de desempleados en más del 130%. En
contraparte, el nivel de ocupados solo aumentó un 21% en el mismo
lapso. Uno de los argumentos es el incremento de la población eco-
nómicamente activa (PEA) que se dio en esa década. Sin embargo, el
mismo trabajo demuestra cómo la tasa de participación, que mide
la PEA sobre la población en edad de trabajar, pasó de 61% a 62,4%
entre 1990 a 1999. Esta variación insignificante demuestra cómo, del
total de personas capacitadas para trabajar, el porcentaje que ingresa
-o intenta ingresar- al mercado laboral cambia en tan solo un 1,4%.

128 Santiago Fraschina (comp.)


Es decir que esta es otra prueba de que las políticas mencionadas no
generan empleo. Esto es a pesar de que dichas políticas fueran apli-
cadas con firmeza. Para plasmar este hecho se cita al ya mencionado
informe de la CEPAL, realizado en el 2002, sobre la precarización del
trabajo en la década de los noventa:

“En los años noventa, la precariedad de las ocupaciones


se fue acentuando paulatinamente, como lo sugiere la
creciente proporción de empleos de baja productividad.
Desde 1990, la proporción de empleos informales en el
área urbana se ha elevado en más de cinco puntos porcen-
tuales, equivalentes a un crecimiento del sector informal
cercano a los 20 millones de personas. En otras palabras,
de cada 10 personas que se integraron al mercado laboral
durante el decenio, 7 lo hicieron al sector informal. El de-
terioro de la calidad laboral se hace más ostensible cuando
se comprueba que la proporción de los nuevos empleos
absorbidos por el sector informal ha venido creciendo en
los últimos años, al pasar de 67.3% en el período 1990–
1994 a 70.7% en el de 1997–1999.
Por otra parte, la forma en que se reparten los ocupados
entre establecimientos de distinto tamaño es relativamen-
te pareja. Cada una de las categorías (microempresa, em-
presa mediana y empresa grande) da trabajo a cerca de
un 30% de los ocupados. El 11% restante participa en es-
tablecimientos pequeños, conformados por entre 6 y 10
personas. En la década, los crecimientos más importantes
se registraron en los establecimientos con menos de 6 tra-
bajadores y en los que emplean a más de 50. En conjunto,
ambas categorías generaron cerca de 15 millones de nue-
vos puestos de trabajo durante el decenio, lo que equivale
al 72% de los nuevos empresarios y asalariados que encon-
traron empleo”.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 129


Tal como se observa en la cita anterior, no solo la precarización
no logró generar nuevos puestos de trabajo, sino que tampoco logró
el desarrollo deseado. En el ideal del modelo, los trabajadores debe-
rían migrar a puestos más productivos, que claro está, suelen darse
en grandes empresas. Por el contrario, se demuestra que en la década
de los noventa la mayor parte del empleo que se creó fue informal y
además de forma pareja tanto en las pequeñas empresas como en las
más grandes.
La situación hoy no difiere de las experiencias pasadas. Los ni-
veles de desempleo se están incrementando de forma considerable
y la informalidad aumenta con el aval del Gobierno que considera
a ciertos costos como excesivos para el empresariado e innecesarios
para los trabajadores. En esta línea fue como en diciembre de 2017 se
intentó disminuir los aportes patronales. Al mismo tiempo, se desea
alcanzar con una reforma laboral mayores grados de informalidad,
con bajas en las indemnizaciones y variabilidad en las tareas labora-
les. Es así como se logra el objetivo de disminuir los costos laborales
de las grandes empresas.

El fracaso anunciado

Esta base empírica es un nuevo sustento para considerar que el


modelo actual tiene intenciones claras en cuanto al mercado labo-
ral, y, que lo que está sucediendo en la actualidad no es producto
de la casualidad. Es difícil pensar que, si a lo largo de la historia un
camino nos llevó siempre al mismo resultado, esta vez será distinto.
Los sucesos históricos de nuestro país nos demuestran que cuando el
empleo se precariza, los niveles de trabajo no aumentan. Lo mismo
cuando bajan los salarios en dólares. Las inversiones externas nunca
llegan para empezar el tan esperado ciclo virtuoso. Sin embargo, se
decide nuevamente avanzar sobre el mismo camino alegando que es
la forma que tiene el país de alcanzar el desarrollo industrial. El resul-

130 Santiago Fraschina (comp.)


tado que se observa y se profundizará en el tiempo que se mantengan
estas políticas son: mayor desempleo, caída de los salarios reales, un
desmejoramiento del mercado interno y por ende una caída en la
inversión, y se diezmará la industria nacional como todo aquello que
dependa del mercado interno.
En una pequeña muestra de contraposición de modelos y los efec-
tos reales de cada uno de estos, se citará un artículo de Victoria Ba-
sualdo respecto a las condiciones laborales en los noventa y luego en
la posconvertibilidad:

“En el período comprendido entre 2001 y 2010, se crearon


más de 4 millones de puestos de trabajo, y el número es
aún mayor si se lo compara con el peor momento de la cri-
sis de 2002. Así, en 2010 el número de ocupados alcanzaba
los 17,6 millones en el país, mientras que en 2002 era de
13,3 millones. Estos resultados contrastan con lo sucedido
durante la década de vigencia de la convertibilidad, ya que
entre 1991 y 2001 sólo se habían creado 200 000 puestos
de trabajo netos” (…)

Otro de los cambios significativos de los últimos años fue la pro-


fundización y ampliación de la negociación colectiva. En 2010 se re-
gistraron 2038 convenios y acuerdos colectivos, la cifra más elevada
desde la restauración de este mecanismo en 1988. Esta revitalización se
manifestó en todos los niveles: en la reapertura de unidades de nego-
ciación por actividad, en las negociaciones de empresa y en las nuevas
instancias de negociación que surgieron impulsadas por el crecimiento
económico. Por otra parte, se ha incrementado sistemáticamente el nú-
mero de trabajadores cubiertos por las negociaciones colectivas, cuyo
total se elevó de 3 a 5 millones de asalariados entre 2003 y 2010. En
términos relativos, se estima que durante ese período el porcentaje de
trabajadores registrados del sector privado comprendidos en los con-
venios colectivos se ha mantenido estable en el orden del 83%.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 131


Así como se menciona en la cita previa y como sucedió a lo largo
de toda la historia, el incremento del poder de negociación de los
sindicatos no solo mejora las condiciones de trabajo aumentando los
salarios reales, sino que también impulsa un crecimiento del nivel de
empleo. En la etapa de la convertibilidad, cuando se precarizó el tra-
bajo y aumentó la informalidad, los niveles de desempleo aumenta-
ron, siendo una refutación empírica a la teoría neoliberal. Es por esto,
por lo que los datos que se relevaron por el INDEC a lo largo de la
década de los noventa, muestran cómo los niveles de desempleo y su-
bocupación aumentaron considerablemente. Como se observa en el
siguiente gráfico ambas variables se incrementaron a más del doble.

DESEMPLEO Y SUBEMPLEO EN LOS ´90


Datos correspondientes a octubre de cada año

Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC

132 Santiago Fraschina (comp.)


Coyuntura laboral

Al igual que sucedió en otros procesos históricos de la misma ín-


dole, y en línea con su modelo de país, el Gobierno ha logrado em-
peorar, en poco tiempo, todos los índices del mercado laboral. Los
niveles de desocupación alcanzan un pico máximo que no se experi-
mentaban hace muchos años. Las distintas políticas económicas que
se llevaron adelante a lo largo de estos 2 años y medio impulsaron un
incremento en el desempleo y en las condiciones laborales. Tal es así
que, tanto los niveles de desocupación como los de subocupación,
son los más altos desde 2006. Un total de 12 años.
Como se observa en el siguiente gráfico, el nivel de desempleo en
el segundo trimestre de 2018 alcanza el 9,6% de la PEA. Esto implica
que del total de personas que están ocupadas o están buscando traba-
jo, el 9,6% no tiene empleo y está en búsqueda de uno en forma acti-
va. Al mismo tiempo es relevante que dentro de la misma población,
el 11,2% trabaje menos de 35 horas semanales de forma involuntaria.
De esta forma se repite el valor obtenido en el segundo trimestre de
2016, que al igual que en el caso de la desocupación, es el más alto
desde 2006.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 133


DESOCUPACIÓN Y SUBOCUPACIÓN

En porcentaje, 2do trimestre de cada año de 2006 a 2018

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPH - INDEC

Cabe recordar que en ese tiempo los niveles de desocupación y de


subocupación estaban disminuyendo de forma abrupta desde 2003.
Tal es así que en el segundo trimestre de ese año la desocupación y
la subocupación era del 17,8%. Esto significa que la población plena-
mente ocupada era del tan solo el 64,4% del total de la PEA. Luego de
un proceso en el cual hubo una importante creación de empleo se al-
canzaron niveles mínimos de desempleo. En el segundo trimestre de
2015 con una desocupación del 6,6% y una subocupación del 9,1% el
porcentaje de ocupados plenos superaba el 84%. Es decir, que más de
8 de cada 10 personas en edad de trabajar, y con el deseo de hacerlo,
eran empleados trabajando más de 35 horas semanales. Este último
punto es importante ya que una persona puede no ser considerada
desocupada -se la considera ocupada- por haber trabajado tan solo

134 Santiago Fraschina (comp.)


una hora en la semana de referencia en que se realiza Encuesta Per-
manente de Hogares (EPH).
Se ha tratado de alegar, al menos por momentos, por parte de in-
tegrantes del Gobierno que ciertos incrementos en los niveles de des-
empleo se deben a aumentos de la población económicamente activa.
Sin embargo, aunque este año haya habido un pequeño incremento
en dichos niveles, el promedio del porcentaje de la población que se
encontró en la PEA durante estos 3 años es coincidente con el pro-
medio de los 12 años anteriores. Inclusive hubo reiterados momentos
a lo largo de ese período en los que la PEA superó a la actual. Sí es
cierto que el sector económicamente activo de la sociedad aumentó
en relación con los últimos años de la gestión anterior. El motivo para
que esto ocurra se halla en la caída del salario real, que implica una
nueva necesidad en las familias para otros integrantes que no sean él/
la “jefe familiar” que deban ingresar al sistema laboral.

POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE ACTIVA

En porcentaje de la población total

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPH - INDEC

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 135


Luego de ese lapso virtuoso en el que se crearon puestos de tra-
bajo y se mejoraron las condiciones laborales, transcurrieron 3 años
en los que hubo un gran retroceso en esta materia. Si se comparan
los datos expuestos contra los del 2015, se obtiene que el desempleo
aumentó 3 puntos en 3 años. Si se realiza la variación porcentual en-
tre esos períodos, se puede mencionar un incremento del 45%. Que
el desempleo se haya incrementado un 45% en tan solo 3 años es un
hito histórico muy lamentable. Por su parte la subocupación pasó de
ser de un 9,1% en el segundo trimestre de 2015, al 11,2% en el mismo
período del 2018.
Por lo expuesto anteriormente se puede concluir al respecto que
no se puede depositar ninguna responsabilidad en el hecho de que
nuevas personas hayan ingresado a la PEA. En la misma línea, tam-
poco se puede asumir que el incremento de la desocupación tiene un
origen en que los conocidos como “desalentados” hayan vuelto a la
búsqueda de trabajo. Es por esto, que para que haya aún más claridad
en este punto se detalla en el siguiente gráfico la evolución de la can-
tidad de trabajadores que se desempeñaron en el sector privado entre
julio de 2011 y julio de 2018.
Como se puede observar en la siguiente serie desestacionalizada
obtenida del SIPA, en los últimos 4 años de la administración ante-
rior se crearon 249.000 nuevos puestos de empleo en el sector priva-
do. Es decir que esto no incluye médicos, profesores universitarios,
docentes de secundarios o primarios, investigadores, empleados ad-
ministrativos y otros puestos dependientes plenamente del estado. La
contracara a este crecimiento fueron los siguientes tres años. Entre
julio de 2015 y julio de 2018 se perdieron en total unos 10.000 pues-
tos de trabajo registrados (en blanco) en el sector privado.

136 Santiago Fraschina (comp.)


CREACIÓN DE EMPLEO REGISTRADO EN EL SECTOR PRIVADO
Datos desestacionalizados, eje izquierdo expresado
en miles de personas

Fuente: Elaboración propia en base a datos de SIPA

Al desglosar los datos de empleo se observa cómo las industrias


manufactureras, en conjunto con las actividades de explotación de
minas y canteras, fueron los dos rubros donde más pérdidas de tra-
bajo se registraron. En el caso de la industria manufacturera la caí-
da del empleo fue del 7,2% entre julio de 2015 y julio de 2018. Esto
representa un total de 90.000 puestos de empleo menos en tan solo
tres años. Es importante hacer un paréntesis y recordar que, si bien
al momento de escribir este apartado solo están disponibles los nú-
meros de julio del año corriente, los índices de actividad industrial
empiezan a disminuir fuertemente a partir de agosto. Por lo tanto, se
puede asumir que en los próximos meses las pérdidas de empleo pue-
den ser mucho mayores. En cuanto a la actividad minera, sufrió una
disminución del empleo en un 6,8% en el mismo período. Este valor
expresado en cantidad de trabajadores representa unos 6 mil puestos

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 137


menos de trabajo, dado que es una actividad de menor jerarquía en
nuestro país.
La contracara a esta situación, como puede observarse en el si-
guiente gráfico, son las empresas que suministran gas, agua y luz, en
conjunto con los trabajos dedicados a servicios sociales y a la salud.
En el primer caso, dado el incremento exorbitante de las ganancias de
dichas empresas y la inelasticidad de los bienes que provén, es lógico
el incremento de un 6,8% en puestos de empleo dentro de su rubro.
Sin embargo, esto representa tan solo 4.700 nuevos empleos. En el
segundo caso, teniendo en cuenta que no se ampliaron los presupues-
tos para la salud, ni se crearon nuevos hospitales en estos 3 años de
gestión, se puede asumir que dicho aumento en el empleo del ru-
bro responde al incremento de las necesidades sociales. En términos
porcentuales el incremento fue de 8,4%, que se materializa en 25.000
nuevos puestos de empleo.

EVOLUCIÓN DEL EMPLEO POR RUBROS

Base julio de 2015=100

Fuente: Elaboración propia en base a datos de SIPA

138 Santiago Fraschina (comp.)


Desagregados del desempleo

El incremento en la desocupación tuvo un especial efecto sobre la


igualdad entre hombres y mujeres en el mercado laboral. Se observa en
el siguiente gráfico cómo el incremento en la desocupación entre el se-
gundo trimestre de 2017 y el mismo período de 2018 afecta en más del
doble a las mujeres. Mientras que la desocupación aumentó un 6,1%
en lo hombre, en el caso de las mujeres lo hizo en un 13,7%. Sumado a
esto, la brecha del porcentaje de desocupación entre ambos sexos pasó
de ser del 15,8% en 2017 al 24,1% en 2018. Este hecho, que se suma a
la brecha salarial y al fin de moratorias previsionales (que el 80% de
las beneficiadas eran mujeres), demuestra que uno de los sectores más
perjudicados por las actuales políticas económicas son las mujeres.

DESOCUPACIÓN SEGÚN EL SEXO


Variaciones interanuales y valores porcentuales
del 2do trimestre de cada año

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPH - INDEC

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 139


Otro factor preocupante es el hecho de que los incrementos más
pronunciados en el desempleo del último año se dieron sobre aque-
llas personas con mayor preparación educativa. En el siguiente gráfi-
co se puede observar cómo aquellos trabajadores que sufrieron más
el aumento del desempleo en este año fueron aquellos que termina-
ron sus estudios secundarios y empezaron o finalizaron una carrera
universitaria. Este hecho va en línea con la precarización del trabajo
y la pérdida de empleos más calificados que se suelen obtener en sec-
tores industriales o de servicios.
En la misma línea están los ajustes en los que incursó el Estado
nacional en términos de ciencia y tecnología, investigación, salud,
fabricaciones militares, labores periodísticas, y otros rubros mayor-
mente ocupados por personas que brindan una mano de obra más
calificada. Una peligrosa consecuencia de este escenario puede ser
la fuga de cerebros, situación que ya se experimentó a finales de los
noventa. Al mismo tiempo esto es el reflejo de un modelo económico
donde cada vez se necesita menor cantidad de mano de obra cali-
ficada, debido a la desindustrialización y a la producción nacional
sustituida por importaciones.
Es por este motivo que, solo en el último año, el porcentaje de des-
empleados que terminaron sus estudios secundarios dentro del total
aumentó 2,2 puntos. En el caso de aquellos que ingresaron a la univer-
sidad, pero no terminaron sus estudios, pasó de representar el 17,8% de
los desempleados en el segundo trimestre de 2017 al 18,9% en el 2018.
Finalmente, las personas que se encuentran sin empleo y están bus-
cando activamente habiendo terminado la universidad hoy asciende al
9% del total de los desempleados, mientras que el año pasado era del
7,8%. La contracara son aquellos que ingresaron al secundario, pero
no lo terminaron y disminuyeron su participación dentro del total de
desempleados. Esto quiere decir, en una primera mirada, que se está
reemplazando mano de obra calificada por trabajo no calificado. En el
2017 las personas desocupadas que no tenían el secundario completo
era el 26% del total, en el 2018 pasó a ser del 21,5%.

140 Santiago Fraschina (comp.)


AUMENTO DEL DESEMPLEO SEGÚN NIVEL EDUCATIVO

En porcentaje del total de desempleados,


2do trimestre de 2017 y 2018

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPH - INDEC

Otro desagregado que se puede realizar en base a los datos del


desempleo es su particularidad en cada región del país. La deman-
da laboral en cada provincia varía dependiendo sus características
estructurales y coyunturales. Hay provincias que históricamente em-
plearon a la mayor parte de la población dentro del sistema público.
Mientras que en otras provincias gran parte de los puestos de trabajo
dependen de las obras públicas del Gobierno nacional y provincial.
También existen aquellas donde la mayor parte de la demanda labo-
ral es efectuada por el sector privado. Estas diferencias estructurales
hacen que los distintos motivos coyunturales que impulsan un au-
mento del desempleo afecten de mayor manera a una u otra región.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 141


Lo primero que se resalta al observar el siguiente cuadro es el
hecho de que en todas las regiones se incrementó el desempleo. Sin
embargo, es cierto que ciertas regiones se vieron más perjudicadas
que otras. Hoy los niveles de desempleo más elevados se encuentran
en la Provincia de Buenos Aires donde estos alcanzan el 12,4% de su
PEA. En dicha provincia las pérdidas de empleos fueron constantes.
Ni siquiera en 2017, año en el que hubo un rebote estadístico y cierta
estabilidad lograda por utilizar al tipo de cambio como ancla nomi-
nal, se logró disminuir el desempleo. En el segundo trimestre de 2015
el nivel de desempleo era de 7,9%. Ya en el mismo período de 2016
este aumentó a 10,6% y luego a 10,9% en el año siguiente hasta llegar
a la situación actual. En Capital Federal el desempleo pasó de 5,1%
en 2015 a 7,8% en 2018.
Respecto a las diferentes regiones del país la más perjudicada es
precisamente la Pampeana. Luego de esta, la más perjudicada en su
incremento a lo largo de estos 3 años fue la del Noreste que pasó de
tener una desocupación del 1,7% en 2015 a 4,1% en 2018. En la Pa-
tagonia el incremento del desempleo fue de 3,6 puntos en este lapso.
En el segundo trimestre de 2015 era del 4,7% de la PEA de la región
mientras que en el mismo trimestre de 2018 fue de 8,3%. En el No-
roeste aumentó de 5,2% a 7,6% y en la región de Cuyo de 4% a 4,9%.

142 Santiago Fraschina (comp.)


DESEMPLEO POR ZONA GEOFRÁFICA

En % de la PEA regional, 2do trimestre de cada año

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPH-INDEC

Sumado a esto, se debe aclarar que estos datos en el futuro podrán


parecer bastantes conservadores dado que las perspectivas para los
próximos trimestres parecen ser mucho más negativas. El Releva-
miento de Expectativas de Mercado (REM) que realizó el BCRA en el
mes de agosto, explicitó que las expectativas de crecimiento por parte
de los empresarios para el 3er trimestre de 2018, en relación con el
trimestre anterior -sin estacionalidad-, presenta una caída del 1,4%.
Esto implica que no haya inversión para generar nuevos puestos de
trabajo y que se destruyan varios de los ya existentes.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 143


La precarización del trabajo

Como se mencionó anteriormente, la precarización del trabajo es


una de las patas fundamentales del modelo económico neoliberal. Es
a través de este que se lograrían incrementar los niveles de inversión
privada por parte de capitales nacionales e internacionales. Esto en la
suposición de que esas inversiones irán direccionadas al mercado ex-
terno por la mayor competitividad-precio que generarían la baja en los
costos laborales. En el largo plazo, por el incremento de las inversiones
y del trabajo es que se alcanzaría el pleno empleo aumentando final-
mente los salarios reales. En la práctica esto nunca sucedió en nuestro
país a lo largo de las reiteradas pruebas, básicamente porque nunca se
alcanza la primera etapa que es la de inversiones. La utopía del poder
económico de llevar los costos salariales a los niveles de los de Taiwán
es inaplicable en nuestro país con un gobierno democrático.
A pesar de esto se recurre una y otra vez a este recurso, y esta
vez no es la excepción. Desde la llegada del Gobierno los niveles de
informalidad se incrementaron constantemente sobre todo en los
sectores más vulnerables. En el siguiente gráfico se observa cómo se
incrementó el nivel de informalidad desde el segundo trimestre de
2016 al primero de 2018. Si dichos niveles de informalidad se dividen
según la calificación de los trabajadores, se observa que se precariza-
ron todos los tipos de trabajo menos en los operarios. En el caso de
los profesionales la tasa de informalidad era en el primer trimestre de
2018 del 16,4% cuando en el segundo trimestre de 2016 era de 12,4%,
cuatro puntos menos. Los técnicos también aumentaron su nivel de
informalidad en un punto en el mismo período. En el caso de aque-
llos que no tienen ningún tipo de calificación también incrementaron
su precarización en 3 puntos.

144 Santiago Fraschina (comp.)


TASA DE INFORMALIDAD SEGÚN CALIFICACIÓN LABORAL

En porcentaje dentro del total de trabajadores de cada calificación

Fuente: Elaboración propia en base al BEL del Ministerio de Trabajo

Como sobresale del apartado anterior, los trabajadores que no tie-


nen ningún tipo de calificación son aquellos que sobrellevan mayores
niveles de informalidad. En esta línea, es valioso demostrar que son
las clases más bajas las que sufren estos embates de la política econó-
mica. Es por esto, que se procede a analizar cuales son los sectores
socioeconómicos que tienen una tasa de informalidad más alta. En
el siguiente gráfico que representa los valores del primer trimestre
de 2018 se observa cómo el 1er quintil de ingreso per cápita es el que
tiene un mayor nivel de informalidad con un 65,2% del total de dicho
grupo. En el 2do quintil el 41% de sus trabajadores se desempeña
bajo la informalidad. En la otra punta, aquellas familias de mayores
ingresos que pertenecen al 5to quintil sufren tan solo una tasa de
informalidad del 12%.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 145


TASA DE INFORMALIDAD POR INGRESO

En porcentaje dentro del total de cada quintil

Fuente: Elaboración propia en base al BEL del Ministerio de Trabajo

Los jubilados en la política de ajuste

De este desenlace hay un doble efecto sobre el segundo segmento


de análisis, el sistema previsional. El más directo y predecible es su
desfinanciación a través de la disminución en los aportes patrona-
les. El otro, tal vez igual de influyente, se da por la caída del nivel de
empleo. En un régimen de jubilaciones solidario y estatal, como es
el nuestro, uno no aporta para su propia jubilación en los términos
prácticos. El trabajador de hoy aporta para el jubilado de hoy. Está
claro que a mayor cantidad de aportes que realice un trabajador a lo
largo de su vida laboral, mayor será su pensión en la edad jubilatoria,
aunque no exista linealidad en la relación. Pero la financiación del
sistema jubilatorio y su sustentabilidad depende de los aportes actua-
les. Es en ese escenario que, a menor cantidad de trabajadores con-

146 Santiago Fraschina (comp.)


secuencia de un aumento del desempleo, menores serán los ingresos
al Estado para poder costear las jubilaciones. Es por este motivo que
el Gobierno tomó la decisión de liquidar el Fondo de Garantía de
Sustentabilidad para costear sus gastos corrientes a raíz del último
acuerdo con el FMI.
Al mismo tiempo, ya desde el comienzo de la actual gestión, se
decidieron eliminar las moratorias previsionales en septiembre de
2016. Esto hizo que aquellos jubilados que no hayan alcanzado el mí-
nimo de aportes a lo largo de su vida laboral no se puedan jubilar. En
cambio, ahora se deben contentar con lo que se conoce como la “Pen-
sión Universal para Adultos Mayores”. Aquí es donde nuevamente se
vuelve a cruzar la lógica del modelo neoliberal. No solo por el ajuste
que implica que los ahora llamados pensionados ganen un 80% de la
jubilación mínima, sino también por el espíritu que contiene dicha
modificación: “Si no realizaste los aportes correspondientes a lo largo
de tu vida laboral, no te corresponde el derecho de ser un jubilado”.
La degradación de pasar a ser un pensionado implica perder un
derecho y ganar una prestación que el Estado brinda tan solo para
lograr la subsistencia -si se logra subsistir con $6909 en septiembre
de 2018-, dado que no existe un merecimiento para obtener dicho
derecho. Un dato de gran relevancia es que se puede acceder a dicha
pensión mientras se continúa trabajando para alcanzar la preciada
jubilación ordinaria -cuya mínima se ubica en $8630-.
Es por este motivo que se vislumbra un descenso en la creación
de nuevas jubilaciones debido a esta medida. Como se observa en
el siguiente gráfico, mientras que en el primer trimestre de 2015 la
cantidad de personas que comenzaron a percibir una jubilación se
incrementó en un 4%, en el 2018 se da el menor porcentaje de va-
riación respecto al trimestre anterior con un incremento de tan solo
0,02%. En términos concretos significa que en el primer trimestre de
este año solo se jubilaron 1.068 personas, mientras que en el primer
trimestre de 2015 lo hicieron unas 183 mil. Es importante aclarar que
en el 2015 aún estaba accediendo al beneficio un importante número

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 147


de personas que recibió su jubilación gracias a la moratoria previ-
sional del 2014. Esto no implica que no haya modo de comparación.
Basta con relacionarlo con los dos años previos al 2018 y se notará la
merma en la cantidad de nuevas personas que acceden al derecho de
una jubilación.

INCREMENTO EN CANTIDAD DE NUEVAS JUBILACIONES


Variación trimestral del primer trimestre de cada año

Fuente: Elaboración propia en base a datos del ANSES

Esto contribuye al modelo económico del Gobierno, ya plasmado


anteriormente, dado que aumenta la masa de trabajadores, incremen-
tando no solo la población económicamente activa, sino también el
ejército de reserva de desempleados disponibles para mantener bajo
el costo laboral. Como se vuelve a observar en este párrafo, se avanza
sobre la idea de que cada variable y cada decisión están interrelacio-
nadas para alcanzar un modelo de país donde los trabajadores y jubi-
lados apenas puedan subsistir. Mientras, los capitales internacionales
y el poder económico, del cual los integrantes del actual Gobierno
forman parte, pueden incrementar sus ganancias.

148 Santiago Fraschina (comp.)


Sumado a estos hechos ocurre que las canastas de consumo de
los jubilados son las que más aumentaron. Para ellos los alimentos y
los medicamentos son elementos fundamentales dentro de su con-
sumo mensual. El Gobierno no solo tomó medidas que impulsaron
el incremento de los alimentos, como la quita de retenciones o las
constantes devaluaciones, sino que también actuó proactivamente
para que se acelere el precio de los medicamentos. Más allá de las
gestiones sobre el tipo de cambio también realizaron ajustes a través
de PAMI sobre los medicamentos que previamente se cubrían en su
totalidad. Estos ajustes se aplicaron sobre más de 200.000 jubilados
que gozaban simultáneamente de una medicina prepaga o que tenían
un automotor de menos de 10 años de antigüedad.
Por último, no es menor el hecho de que se haya eliminado la
tarjeta Argenta. Este beneficio que utilizaban miles de personas de
la tercera edad tenía descuentos y posibilidades de financiación con
más de 12.5000 establecimientos comerciales. Lo que sucede es que
parte del costo de dichos financiamientos eran cubiertos por el Es-
tado, algo que para el actual Gobierno no era necesario mantener.
Esta medida no solo desincentiva el consumo en la economía, sino
que también limita las posibilidades a miles de jubilados de acceder a
ciertos productos que sin ese beneficio no lo pueden adquirir.
La tercera edad siempre resultó para los gobiernos neoliberales la
piedra en el zapato más molesta. Resulta que es una población pasiva
de gran magnitud y significa un gasto muy relevante para el Esta-
do. En el presupuesto realizado para el 2019 el Sistema Integral de
Jubilaciones y Pensiones representa el 40% del gasto total. Al ser el
gasto más importante que tiene el Estado, termina siendo siempre la
primera variable de ajuste que utilizan los gobiernos para lograr re-
cortes en los gastos fiscales. En los años noventa se decidió privatizar
paulatinamente el sistema jubilatorio repercutiendo negativamente
en las arcas del Estado. Lo que sucedió es que como los aportantes
podían optar por aportar al sistema privado o al público, y dado que
para aquellos que tenían tiempo por delante para aportar les era más

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 149


beneficioso hacerlo al sistema privado; los únicos que aportaban al
sistema público eran aquellos cercanos a jubilarse. Esto culminó en
una desfinanciación del sistema previsional público, dado que el Es-
tado debía cubrir todas las jubilaciones del momento mientras los
trabajadores aportaban a las Administradoras de Fondos de Jubila-
ciones y Pensiones (AFJP). Este hecho hizo incrementar el déficit fis-
cal y fue uno de los factores determinantes en el fracaso del modelo
económico de los noventa.
En la actualidad aún no hay certezas de que este vuelva a ser el
camino que el Gobierno decida tomar para minimizar los gastos en
jubilaciones. Sin embargo, por los factores antes mencionados, como
la liquidación del FGS para cubrir gastos corrientes, son señales que
muestran la falta de intención del Gobierno por darle sustentabilidad
al sistema previsional a lo largo del tiempo. Lo mismo sucede cuando
se analiza la creación de la reparación histórica. Un volumen de gas-
tos corrientes que iba a ser financiado por un blanqueo de capitales es
un pecado en cualquier teoría económica. El Gobierno nacional de-
cidió cubrir flujo con stock por motivos políticos y para poder cum-
plir el objetivo real del blanqueo. Ahora, dado que quiere achicar en
gastos, tal como lo requiere su manual, recurren a rematar activos del
fondo. Algo que sin dudas no es sostenible en el tiempo.

Reforma previsional

Sin dudas el momento de mayor relevancia a lo largo de estos tres


años en cuanto a la situación de los jubilados fue la reforma previsio-
nal que se llevó adelante en diciembre de 2017. Previo a esta reforma
los jubilados se veían beneficiados por los crecimientos en la actividad
económica, siendo una forma de movilidad ascendente que logró una
mejor calidad de vida en millones de personas. Ya desde un comienzo
cuando se planteó la ley, se realizó alegando que iba a incurrir en un
ahorro de gastos superior a los $80 mil millones. Este hecho demuestra

150 Santiago Fraschina (comp.)


que bajo ningún concepto la situación de los jubilados iba a mejorar, al
menos en términos agregados. Si el Gobierno se está ahorrando gastos
con la reforma, significa que los jubilados están perdiendo. Sin embar-
go, hubo un esfuerzo muy grande por parte del oficialismo para hacer
creer que la reforma iba a ser beneficiosa para este sector de la pobla-
ción. Los hechos que sucedieron en la Plaza de los Dos Congresos de-
muestran que la opinión pública no aceptó esta versión de los hechos.
Con el apoyo de gran parte de la “oposición responsable” el Gobierno
logró llevar adelante una reforma que perjudica no solo a los jubilados,
sino también a todos aquellos que perciben pensiones no contributi-
vas, asignaciones familiares, asignaciones universales, pensiones por
discapacidad, ex combatientes de Malvinas y otros.
El nuevo sistema jubilatorio consiste en una actualización de los
haberes contemplando un 70% el aumento de los precios de la eco-
nomía medido por el IPC y un 30% por la variación salarial estimada
por el Ripte. Dichas actualizaciones son trimestrales y el cálculo se
hace en base a los datos de dos trimestres anteriores. Este sistema es
muy perjudicial para los jubilados, y aún más cuando se está atra-
vesando un proceso donde los salarios están teniendo pérdidas de
poder adquisitivo. En términos concretos, mientras antes las jubila-
ciones aumentaban por encima de la inflación ahora ni siquiera la
acompañan, sino que se están viendo perjudicadas en conjunto con
los salarios de los trabajadores registrados.
Otro punto no menor de la reforma previsional es el incremento
de la edad jubilatoria. Básicamente ahora las personas tienen la po-
sibilidad de extender 5 años más su edad laboral para alcanzar los
aportes necesarios. Mientras antes la edad jubilatoria obligatoria para
aquellas personas que se desempeñaban bajo dependencia era de 65
años para los hombres y de 60 años para las mujeres, ahora es de
70 años para los primeros y de 65 años para las segundas. Si bien es
cierto que esto no es obligatorio, el sistema termina empujando a las
personas en edad de jubilarse a continuar trabajando 5 años más. EL
motivo radica en que cada vez la jubilación resulta menor en propor-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 151


ción al salario que se percibe. Por lo tanto, por cuestiones de supervi-
vencia los trabajadores ampliarán su vida laboralmente activa por el
nuevo período disponible.

Conclusión

A lo largo del capítulo se demostró cómo muchas de las situa-


ciones que está atravesando actualmente la Argentina en términos
laborales, son autoinfligidas por decisiones de política económica del
actual Gobierno. A lo largo de la historia se extendió el debate entre el
pleno empleo y un mercado interno fuerte contra mano de obra ba-
rata, altos niveles de desocupación y el mercado externo como único
objetivo comercial. Claro está, que el fin a largo plazo de cualquier
gobierno debe ser el desarrollo de la industria nacional a tal punto de
que logre vender sus productos al exterior y así abastecer de divisas
al país. Sin embargo, también está claro que la forma para lograr esta
meta es desarrollando la industria en base al mercado interno para
luego ir a competir a los mercados externos. Esta claridad no se basa
en algún logro rotundo de industrialización a lo largo de la historia
de nuestro país. Porque es cierto que más allá de que en ciertos perío-
dos hubo avances en términos de desarrollo industrial y, por ende, en
cantidad y calidad de empleo, también es cierto que este sector nunca
logró expandirse en su totalidad. Lo que resulta incomprensible es
cómo puede considerarse que el desarrollo de un país se dará en base
a las inversiones extranjeras por los bajos costos laborales. Esa forma
de pensamiento es la culpable de la pérdida en calidad de vida de
millones de trabajadores y trabajadoras.
La precarización del trabajo y el desempleo como herramienta
adoctrinadora no tienen sustentabilidad en el largo plazo. Primero,
debido a los niveles de organización sindical y popular en nuestro
país. Que, si bien por momentos puede sufrir embates políticos, ja-
más permitiría un nivel de salario del tipo de países como India que

152 Santiago Fraschina (comp.)


daría lugar al tipo de modelo político-económico que se pretende
desde el Gobierno. Y segundo, porque los inversores siempre verían
la posibilidad de que regrese un nuevo gobierno popular al poder
para incrementar nuevamente los costos salariales. Es decir que la
única forma posible de generar inversiones en nuestro país es incre-
mentando los niveles de empleo; mejorando las condiciones labora-
les y salariales, para así transformar al mercado interno argentino en
uno lo suficientemente apetecible para recibir inversiones.
Al escribirse este apartado, la situación del mercado de trabajo ar-
gentino aún no es la peor. Las previsiones para los meses próximos son
mucho más pesimistas. Lo cierto es que los resultados de estas políti-
cas económicas ya estaban escritos en la memoria. Lo que sucedió a lo
largo de estos 3 años y fue relatado en este capítulo no fue producto de
una mala praxis. No hay dudas de que ciertos factores se escapan de las
manos de los actuales funcionarios, pero siempre se deben recordar las
creencias que ellos practican. En algunos casos también se debe recor-
dar para quien trabajan y a quienes tienen que beneficiar.
Como consecuencia de este incremento del desempleo, la infor-
malidad y los ajustes por parte del gobierno, el sistema previsional es
uno de los más perjudicados en el modelo. No solo porque su par-
ticipación dentro del gasto es la más alta y por ende la que primero
se ajusta, sino porque hubo un perjuicio en los derechos de miles
de adultos mayores por cuestiones ideológicas. Desde el desfinancia-
miento natural por parte de un modelo de bajo nivel de empleo hasta
una reforma previsional y un acuerdo con el FMI que permite las
ventas de activos del FGS. Todos estos factores pusieron al sector más
vulnerable de nuestra sociedad como la principal variable de recorte.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 153


Bibliografía

CEPAL (2001), “Panorama Social de América Latina.” Páginas 96 y 97


https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/1211/1/
S015427_es.pdf
Basualdo, V. (2012) para FLACSO, “Avances y desafíos de la clase
trabajadora en la Argentina de la posconvertibilidad, 2003-2010.”
Páginas 430 y 431.
http://publicacioneseconomia.flacso.org.ar/images/pdf/1.80_1.pdf

154 Santiago Fraschina (comp.)


CUENTAS PÚBLICAS Y
DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

Por Federico Cagnani1

El éxito o el fracaso de un modelo económico puede medirse por


la evolución del crecimiento del producto y la distribución del ingre-
so. Si bien los procesos de transformación estructural llevan tiempo,
por ejemplo, lo que le lleva a un país periférico productor de bienes
primarios la transición hacia una economía con mayor preponderan-
cia de los sectores secundario y terciario, no es cierto que los resulta-
dos del corto plazo sean menos importantes.
Con el paso del tiempo, la dinámica del producto, su composi-
ción y la distribución van causando modificaciones en la estructura
socioeconómica hasta alcanzar el estadio de desarrollo. Por ello, lo
sucedido en torno a dichas variables es la clave a la hora de analizar
los resultados de un determinado programa económico implementa-
do por una gestión de gobierno, así como también la sustentabilidad
de mantener un sendero de tasas positivas en el tiempo.

1 Licenciado en Economía (UBA). Asesor-investigador. Docente.  Profesor de la


UNDAV. Integrante del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 155


Este tipo de análisis suele hacerse considerando un período de tiem-
po suficientemente amplio como para que maduren las políticas aplica-
das. Un período presidencial, por ejemplo, es suficiente para hacer una
primera evaluación de los resultados de un programa económico y de
sus políticas; y para identificar o definir el paradigma teórico-ideológico
que se explicite o soslaye. Nos proponemos en este apartado realizar un
análisis de las principales variables económicas sobre la producción y la
distribución del ingreso en los últimos 15 años y comparar los resultados
de la actual gestión de Gobierno con su antecesora.

Evolución del PBI

En primer lugar, vamos a ver cómo ha evolucionado el Producto


Bruto Interno (PBI) argentino y qué modificaciones se han realizado
en la estructura económica en el período kirchnerista (2003 – 2015).
Tomamos dicho período por considerarlo una etapa pos neoliberal
de la experiencia librecambista iniciada a mediados de la década del
’70, profundizada en los ’90, y que implosionara a fines del año 2001.
Así, posteriormente, comparar los cambios ocurridos desde el retor-
no del neoliberalismo en su versión macrista.
Después del colapso del 2001, a partir del año 2003, el país co-
menzó un ciclo económico signado por políticas de carácter hetero-
doxo y opuestas al neoliberalismo, es decir, en donde las políticas de
Estado, en mayor o menor medida, rompieron con la lógica ortodoxa
del libre mercado, como condición innegociable para regir el funcio-
namiento de la economía. Dadas las características de la economía
argentina, teniendo en consideración aspectos históricos, políticos y
regionales, las experiencias neoliberales acontecidas en el país han
terminado con resultados pésimos tanto en materia económica como
social; de ahí las visiones alternativas que proponen hacer economía
de otra manera, con otras ideas. En forma resumida podemos citar
las siguientes medidas destacadas:

156 Santiago Fraschina (comp.)


• Cancelación de la deuda con el FMI. El objetivo central de la
medida fue prescindir de las recomendaciones o condiciona-
mientos de política económica que hace el Organismo cuan-
do presta dinero a los países con crisis financiera de balance
de pagos, caracterizadas por la liberación de la economía y el
ajuste del gasto público primario hacia el déficit cero.
• Reestructuración de la deuda externa del Estado, en dos
llamados, con fuerte quita del capital, del orden del 75%.
Se logró la aceptación del 93% de los acreedores. Solamen-
te quedaron fuera el 7% (holdouts), dentro de los que se
cuentan los fondos buitres, que recurrieron a la justicia
norteamericana para hacer sus reclamos. El éxito de la re-
estructuración (más allá del conflicto con los buitres) ami-
noró considerablemente el peso de la deuda externa en el
presupuesto público, y liberó recursos para hacer distinto
tipo de políticas.
• Control de las importaciones. Esta política de regulación
del comercio exterior permitió contener la ola de impor-
taciones a bajos precios de numerosos bienes, que comen-
zaron a ser fabricados a nivel local, con el consecuente au-
mento del empleo.
• Aumento gradual de los derechos de exportación (reten-
ciones) a los productos agrícolas. El objetivo fue desaco-
plar el precio de los alimentos a nivel local de los precios
internacionales dolarizados, aumentando la oferta interna,
mejorando los pecios y el poder de compra de la población.
• Control y regulación del flujo de capitales y de moneda
extranjera. Esta política apunó a administrar las divisas en
poder del BCRA (reservas en dólares estadounidenses).
El grado y la profundidad de la medida fue variando de
acuerdo a la situación local e internacional. El esquema, pe-
yorativamente llamado “cepo”, se concibió como de imple-
mentación transitoria al evaluarse que en la coyuntura la li-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 157


beración del mercado cambiario puede traer consecuencias
nocivas para la economía y la población, con fuerte saltos
del tipo de cambio e inflación descontrolada.
• Vuelta al sistema previsional de reparto. La estatización de
las AFJP permitió al Estado incorporar a vastos sectores
poblacionales al sistema de seguridad social a través de la
ANSES, además de lanzar programas como la Asignación
Universal por Hijo (AUH) y los planes Procrear y Progresar.
• Defensa del mercado interno, con políticas salariales y de
conservación de los puestos laborales, con activa participa-
ción del Ministerio de Trabajo. Retorno del Consejo del Sa-
lario y de las paritarias sectoriales para negociar libremente
los aumentos salariales en condiciones de igualdad de fuer-
za. Si se toma el período en su totalidad, los salarios subie-
ron más que la inflación, aumentando el poder adquisitivo
de la población. Programas de Precios Cuidados, Compre
Nacional y créditos a tasas subsidiadas o aportes no reinte-
grables para la infraestructura y el capital de la industria.
• Política de subsidios a los servicios públicos (luz, gas y agua
corriente) y el transporte público de pasajeros (trenes y co-
lectivos urbanos) para disminuir el peso de las tarifas en
el presupuesto familiar y de las pymes. Esto constituyó un
verdadero ingreso indirecto para la población y una mayor
competitividad para las empresas. Una Infografía del Ob-
servatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional
de Avellaneda (UNDAV) del mes de abril de 2018, calculó
que el peso de las tarifas en el salario mínimo vital y móvil
pasó del 6% en 2015 al 21% en 2018, a lo que habría que
sumarle los nuevos aumentos.

Así las cosas, el análisis de la evolución del PBI durante el período 2003-
2015 arroja un crecimiento significativo. Después de la crisis de 2001-2002
las medidas económicas reactivaron la demanda y la producción respon-

158 Santiago Fraschina (comp.)


dió con un fuerte crecimiento, favorecida por la alta capacidad ociosa dis-
ponible. De 2003 a 2008 el crecimiento fue ininterrumpido, con cinco años
subas por arriba del 8%. Solo se interrumpió en 2009 por el alto impacto
de la crisis internacional de las hipotecas “basura” y la caída del Lehman
Brothers, cuarto banco de inversiones norteamericano, que aún en la ac-
tualidad la economía mundial no ha retomado el ritmo de crecimiento
anterior. Los seis años posteriores fueron de un crecimiento promedio
menor. No obstante, cuatro años tuvieron subas y solo dos retrocesos. El
ciclo concluyó con un crecimiento del PIB del 2,7%. La tasa de crecimiento
promedio del segundo ciclo simple fue de 4,6%.

TABLA Nº 1:

PBI de Argentina. Tasa de variación


interanual 2003-2015.
En porcentaje.

Año Porcentaje
2003 8,8
2002 9,0
2005 8,9
2006 8,0
2007 9,0
2008 4,1
2009 -5,7
2010 10,1
2011 6,0
2012 -1,0
2013 2,4
2014 -2,5
2015 2,7

Fuente: elaboración propia en base a INDEC.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 159


Entre el año 2004 y el 2015, según el Instituto Nacional de Esta-
dísticas y Censos (INDEC), el PBI creció casi un 50%, a una tasa de
4,01% promedio anual.

GRÁFICO Nº 1

PBI argentino años 2004 y 2015


En millones de pesos
A precios constantes de 2004

721.487

485.115

2004 2015

Fuente: elaboración propia en base a INDEC.

La dinámica económica se vio reflejada en una fuerte creación


de puestos de trabajo y de empresas privadas. Entre los años 2003 y
2015 se crearon más de 2,8 millones de puestos de trabajo en el sector
privado registrado y casi 200.000 empresas privadas. El comercio, la
industria, el transporte y los servicios fueron los destacados.

160 Santiago Fraschina (comp.)


TABLA Nº 2

Puestos de trabajo registrados en el sector privado por rama de actividad.


Años 2003 y 2015.

Variación Variación
SECTOR 2003 2015 absoluta relativa
AGRICULTURA, GANA-
DERIA, CAZA Y SILVI-
CULTURA 251.434 351.047 99.613 39,6%
PESCA 14.518 14.442 -76 -0,5%
EXPLOTACION DE MINAS
Y CANTERAS 39.403 90.400 50.997 129,4%
INDUSTRIAS MANUFAC-
TURERAS 797.106 1.291.453 494.347 62,0%
SUMINISTRO DE ELEC-
TRICIDAD, GAS Y AGUA 46.519 70.481 23.963 51,5%
CONSTRUCCION 159.513 463.918 304.405 190,8%
COMERCIO Y REPARA-
CIONES 595.643 1.170.778 575.135 96,6%
HOTELES Y RESTAURAN-
TES 118.020 275.527 157.506 133,5%
TRANSPORTE, ALMACE-
NAMIENTO Y COMUNI-
CACIONES 331.040 574.387 243.347 73,5%
INTERMEDIACION FI-
NANCIERA 112.917 161.535 48.617 43,1%
ACTIVIDADES INMOBI-
LIARIAS, EMPRESARIA-
LES Y DE ALQUILER 540.262 909.886 369.625 68,4%
ENSEÑANZA 299.990 478.766 178.777 59,6%
SERVICIOS SOCIALES Y
DE SALUD 167.438 305.354 137.916 82,4%
OTRAS ACTIVIDADES DE
SERVICIOS COMUNITA-
RIAS, SOCIALES Y PERSO-
NALES 254.103 411.538 157.435 62,0%
TOTAL 3.727.905 6.569.512 2.841.607 76,2%

Fuente: Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 161


TABLA Nº 3

Cantidad de empresas del sector privado según rama de actividad. Años 2003 y 2015.
Varia-
Variación ción
SECTOR 2003 2015 absoluta relativa
AGRICULTURA, GANADERIA,
55.392 62.384
CAZA Y SILVICULTURA 6.992 12,6%
PESCA 341 359 18 5,3%
EXPLOTACION DE MINAS Y
781 1.172
CANTERAS 391 50,1%
INDUSTRIAS MANUFACTURE-
43.200 58.864
RAS 15.664 36,3%
SUMINISTRO DE ELECTRICI-
1.096 1.130
DAD, GAS Y AGUA 34 3,1%
CONSTRUCCION 12.409 26.248 13.839 111,5%
COMERCIO Y REPARACIONES 91.318 170.572 79.254 86,8%
HOTELES Y RESTAURANTES 12.061 31.091 19.030 157,8%
TRANSPORTE, ALMACENA-
31.773 55.466
MIENTO Y COMUNICACIONES 23.693 74,6%
INTERMEDIACION FINANCIE-
3.590 5.997
RA 2.407 67,0%
ACTIVIDADES INMOBILIARIAS,
EMPRESARIALES Y DE ALQUI- 95.725 114.010
LER 18.285 19,1%
ENSEÑANZA 7.303 9.131 1.828 25,0%
SERVICIOS SOCIALES Y DE
17.044 26.134
SALUD 9.090 53,3%
OTRAS ACTIVIDADES DE SER-
VICIOS COMUNITARIAS, SO- 33.174 42.548
CIALES Y PERSONALES 9.374 28,3%
TOTAL 405.207 605.106 199.899 49,3%

Fuente: Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

Las tasas de crecimiento interanual se correlacionan con la evo-


lución del PBI, son mayores al principio y se moderan hacia el final.
Los guarismos analizamos nos muestran que el modelo hetero-
doxo, al que algunos llaman populista despectivamente, causó un
fuerte impulso de la empresa capitalista, dotando al sistema de carác-

162 Santiago Fraschina (comp.)


ter, sustentabilidad y viabilidad social. Además, dicho crecimiento se
verifica en las empresas de todo tamaño, ya sean grandes, medianas
o pequeñas, que se expanden un 88%, 61% y 48% respectivamente.
Por el contrario, durante los períodos donde funcionó el liberalismo,
tanto la cantidad de puestos de trabajo como de empresas privadas
caen. En ese sentido, resulta paradójico que los defensores del libre
mercado se irgan como pro sistémicos, cuando terminan afectando
tanto a la principal institución. Esto se comprende porque su modelo
económico sustenta el fortalecimiento de sectores altamente concen-
trados, monopólicos u oligopólicos, en detrimento de una amplitud
empresaria social. Por esos motivos, la defensa de un Estado fuerte
que equilibre intereses debe entenderse, si se aplica como correspon-
de, como un impulso al sistema, más aún en economías periféricas
como la Argentina.
Pensando en cómo evolucionaron las variables analizadas hasta
fines de 2015, momento que asume el nuevo Gobierno, se puede ca-
racterizar a la economía recibida como una situación de crecimien-
to positivo, además de un bajo nivel de endeudamiento en moneda
extranjera en relación al PBI, con bajo desempleo y con una serie de
instrumentos y políticas activas acordes a los lineamientos de un mo-
delo heterodoxo, como son controles cambiarios y de capitales. Las
políticas activas en materia de precios se reforzaron con el programa
“Precios Cuidados”, mientras la mayor dificultad por el frente externo
estaba en los fallos adversos para el país de la justicia norteamericana
a favor de los tenedores de bonos de la deuda argentina en default.
En cambio, el modelo económico macrista produjo, a partir de
diciembre de 2015, un giro de ciento ochenta grados en las políti-
cas descriptas, volviendo a introducir al país en la senda del neoli-
beralismo. Los cambios se hicieron aludiendo a la “normalización”
de la economía, que no es más que considerar como natural y único,
el funcionamiento de la economía a través de las instituciones del
mercado, ahora liberadas, reduciendo controles, regulaciones, sub-
sidios e impuestos. En lo retórico, el argumento se sustentaba sobre

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 163


los principios ortodoxos liberales de cómo funciona la economía. La
liberalización y el “retorno a los mercados” configurarían principios
que por sí mismos atraerían la confianza de los inversores del mundo.
Después de todo, el tamaño de la economía argentina es demasiado
pequeño para la cantidad de fondos que anda girando por el mundo
dispuesto a hacer buenos negocios. Las medidas de la gestión ante-
rior solo eran una traba para el arribo de estos jugosos capitales. En
modo de resumen, las principales medidas fueron:

• Desregulación y liberación de los controles cambiarios y de


flujos de divisas en el balance de pago. La pronta elimina-
ción del sistema de administración cambiaria, al que peyo-
rativamente se lo denominó como “cepo”, produjo un salto
devaluatorio instantáneo del 28% o un incremento del tipo
de cambio nominal (TCN) del 40%.
• Eliminación y/o rebaja de las retenciones a las exportacio-
nes. Asimismo, se eliminaron los tiempos establecidos para
liquidar los fondos de las ventas al exterior, por lo que di-
chos capitales pueden permanecer puertas afuera del país.
• Pago a los fondos buitres. Esta medida, aprobada en el
Congreso, reabrió el mercado de deuda internacional, en
un país con la ratio de deuda externa PBI de los más ba-
jos de la región y de las últimas décadas. A partir de en-
tonces comenzó un nuevo ciclo de endeudamiento en el
país, tal como sucediese en la etapa neoliberal anterior. Un
argumento muy utilizado para justificar la toma de deuda
externa, era que se hacía para financiar el déficit fiscal, por-
que la anterior administración lo financiaba con emisión
monetaria, que generaba inflación. A casi de cumplirse tres
años de la nueva gestión, el crecimiento exponencial de la
deuda externa no solo no frenó la inflación, sino que los
precios subieron incluso más que en el anterior Gobierno.

164 Santiago Fraschina (comp.)


¿Para qué sirvió entonces la deuda? Para costear la fuga de
divisas de los agentes privados.
• Apertura de las importaciones, con la eliminación de la De-
claración Jurada Anticipada de Importación (DJAI) y quita
de aranceles a bienes electrónicos y computadoras.
• Eliminación progresiva de los subsidios a los servicios
públicos y autorizaciones de aumentos en todo el país de
tarifas de luz, gas y agua, transporte público y combusti-
bles. Por la nueva forma contractual, las tarifas quedaron
virtualmente dolarizadas.
• Adopción del sistema de “metas de inflación” por parte
del BCRA, en las que se maneja el nivel de tasa de inte-
rés de política monetaria para desinflacionar la economía.
Además de absorber saldos monetarios en pesos con ins-
trumentos como Lebacs de muy corto plazo, cuyo stock de
deuda superó el billón de pesos. La política antinflacionaria
del Gobierno fue un rotundo fracaso. La diferencia entre las
proyecciones de y la inflación real superaron los 78 puntos
porcentuales en solo tres años. Tal es así que después de la
crisis cambiaria de mediados de 2018 y el retorno al FMI se
abandonaron las metas de inflación. El salario en general
fue el único precio que en 2018 se contuvo, con la conse-
cuente disminución del poder adquisitivo.
• Reforma jubilatoria e impositiva. En el primer caso se dero-
gó la fórmula de actualización anterior. En el segundo caso
se bajaron impuestos a las empresas en contribuciones pa-
tronales y ganancias.
• Disminución del personal del Estado. Se estima que las ce-
santías superan los 30.000 trabajadores.
• Eliminación del gravamen a los autos de alta gama y baja de
la alícuota del impuesto a los bienes personales.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 165


La implementación del modelo macrista coincidió con un giro
en la situación política y económica internacional a partir de la lle-
gada de Donald Trump a la presidencia de los EE.UU. Desde ese mo-
mento el mundo comenzó a virar hacia posiciones nacionalistas y
proteccionistas en materia de comercio exterior, haciendo escalar las
tensiones de una guerra comercial a gran escala después de que los
norteamericanos elevaran los aranceles a las importaciones de bienes
provenientes de China y de países de la Unión Europea, entre otras
naciones. Además, empezó a vislumbrarse una política monetaria
más dura, que elevó los tipos de interés de los bonos estadounidenses
y las expectativas sobre el futuro de las tasas. Este nuevo escenario
tuvo impacto en todo el espectro de lo que los mercados consideran
como “economías emergentes”. De esa manera, Argentina quedó a
contramano de las políticas aplicadas por la principal economía del
mundo, que se muestran internamente contrarias a los postulados
liberales, con el riesgo que conlleva continuar con un modelo que
para funcionar requiere sustancialmente un panorama internacional
distinto. Hacia el primer trimestre de 2018 la situación local se pre-
sentaba como de alto riesgo por lo elevado de la deuda externa en
términos del PBI. Se produjeron sucesivas corridas cambiarias que
derivaron en el retiro masivo de fondos domésticos y especulativos,
que habían entrado al país en busca de mejores rendimientos (carry
trade). El BCRA se vio obligado a sacrificar cuantiosas reservas si
quería seguir con sus políticas originales; no obstante, no logró poder
frenar la corrida, y la suba del TCN llegó al 50% en pocas semanas.
En ese contexto renunció el presidente del BCRA, se abandonó la
meta de inflación, cuya expectativa anual ya superaba el 30%, y el país
entró en un cono de incertidumbre. El cenit de la crisis cambiaria se
vivió con la necesidad del Gobierno de recurrir a la ayuda del FMI a
pesar de la pésima opinión de la sociedad con respecto a este orga-
nismo internacional. Tras acordar un préstamo de 50.000 millones
de dólares (USD) para 3 años, comenzó un período de estanflación,
signado por el fantasma del ajuste del gasto público, la caída de la in-

166 Santiago Fraschina (comp.)


versión y del consumo masivo, en un contexto de deterioro y mayor
conflictividad social. La llegada de los primeros USD 15.000 millones
no lograron que vuelva la confianza en la economía argentina, que
continúa con las defensas bajas y cada ruido internacional (Turquía,
Brasil, etc.) tiene alto impacto en las variables locales, principalmente
en el dólar. Como no aminoró la incertidumbre, se tuvo que reelabo-
rar el acuerdo con el FMI, adelantando fondos y aplicando una polí-
tica monetaria y fiscal ultra ortodoxa, que elevó sustancialmente los
tipos de interés y contrajo el gasto, con fuerte impacto en la actividad
económica y el empleo.
La devaluación suele tener efectos positivos en el resultado fis-
cal, si los pasivos no están indexados y los salarios suben en menor
proporción a la inflación resultante. Pero el elevado nivel del endeu-
damiento en dólares limitó esa posibilidad. Por otra parte, la deva-
luación licúa la enorme deuda en Lebacs, pero tiene efectos nocivos
en la llegada de capitales, al aumentar el riesgo de permanencia, algo
negativo para un modelo que requiere de mucho financiamiento.
Además, plantea un gran dilema para el Gobierno: si se devalúa para
mejorar la competitividad y las cuentas fiscales se está dando al mer-
cado una señal que debilita la confianza del peso argentino, lo que,
en una economía bimonetaria como la nuestra, es un incentivo que
refuerza la demanda de dólares de los agentes económicos, profun-
diza la dolarización de carteras y la fuga de divisas, presionando más
sobre el peso, en un círculo vicioso para la actividad económica. Así,
según el BCRA, en el período macrista los residentes locales compra-
ron USD 76.000 millones.
¿Cuáles fueron los resultados de las políticas aplicadas en mate-
ria de producción? Como veremos en los próximos gráficos, el PBI
tuvo un comportamiento muy volátil. Cae después del ajuste de 2016,
se recupera en 2017 (no debemos olvidar que la economía macrista
recibió el impulso que significa la toma de deuda por más de USD
100.000 millones) y vuelve a caer en 2018, después de que el dólar
subiera más de un 100% en pesos (los últimos datos de INDEC en

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 167


el acumulado al segundo trimestre de 2018 ya estima una caída del
0,5%: +3,9% en el primer trimestre y -4,2% en el segundo, donde im-
pacta la sequía). El propio Ministerio de Hacienda estimó en la pre-
sentación del Presupuesto Nacional 2019 un retroceso del 2,4% para
todo 2018 y del 0,5% para 2019, lo que arrojaría una tasa promedio
simple para el período 2016 – 2019 del -0,6%. El FMI fue más pesi-
mista y calculó una caída del PBI del 1,6% para el 2019.

GRÁFICO Nº 2

Variación interanual del Esimador mensual de la actividad económica


(EMAE). Enero 2016 a junio 2018. En porcentaje.
6,00

4,00

2,00

0,00
feb-16

jul-16
mar-16

may-16
jun-16

ago-16

feb-17

jul-17
ene-16

sep-16

nov-16

mar-17

may-17
jun-17

ago-17
sep-17

nov-17

feb-18
mar-18

may-18
jun-18
abr-16

dic-16
ene-17
oct-16

abr-17

dic-17
ene-18
oct-17

abr-18
%

-2,00

-4,00

-6,00

-8,00

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

168 Santiago Fraschina (comp.)


TABLA Nº 4

EMAE: variación porcentual respecto


del mismo mes del año anterior. Julio
2017 a junio 2018 y acumulado anual.
jul-17 -0,6
ago-17 -0,1
sep-17 0,1
oct-17 0,5
nov-17 0,4
dic-17 -0,1
ene-18 0,5
feb-18 -0,1
mar-18 0,0
abr-18 -2,7
may-18 -1,2
jun-18 -1,3
Acumulado
Total 2016 -2,3
Total 2017 2,9
jun-18 -0,6

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 169


GRÁFICO Nº 3

Argentina: variación anual del PBI 2016 - 2019. En porcentaje.


4,0%

2,9%
3,0%

2,0%

1,0%

0,0%
2016 2017 2018 (Est.) 2019 (Est.)
-1,0%
-0,5%
-2,0%

-3,0%
-2,3% -2,4%

Nota: variaciones 2018 y 2019 estimadas por el Ministerio de


Hacienda en la presentación del Presupuesto Nacional 2019.
Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC
y Ministerio de Hacienda.

Estos magros resultados son asimilados por el Gobierno apelando


a la “herencia” recibida y a los shocks externos e internos, no a sus po-
líticas. No obstante, si se puede o no hablar en esos términos, se trata
de un argumento bastante limitado, ya que, en materia económica el
mayor impulso de crecimiento suele venir después de una crisis, en
la cual los factores productivos se encuentran inutilizados, lejos de la
frontera de producción y con mucha capacidad ociosa. De hecho, esa
es una de las razones de por qué el PBI creció fuerte inmediatamente
después del 2001/2, a una tasa promedio del 8,7% para los primeros
cuatro años. Pero en este período no ocurre lo mismo. Esto implica
dos cosas: que si el país se encontraba en una crisis cuando asumió el
nuevo gobierno, el resultado de la nueva política es un fracaso; o que,
si el país no se encontraba en una crisis de las dimensiones que se se-
ñala, no se continuó por el sendero de crecimiento que se había dejado.
La economía crece en 2017, pero dicho impulso no puede sostenerse
porque está muy arraigado a la necesidad de endeudamiento, faltando

170 Santiago Fraschina (comp.)


el combustible propio. Después del segundo semestre de 2018 la estan-
flación se profundiza.
Pero, además, el cambio en la política económica va generando
paulatinamente una modificación en los sectores de acumulación, res-
tando peso a los perjudicados con las medidas. En el siguiente cuadro
podemos observar cómo la participación del sector manufacturero cae
en comparación del 2015 con el 2018 del 16,8% al 16% respectivamen-
te. Si bien se trata de un cambio marginal, el período abarcado es muy
corto en cuanto a modificaciones de carácter estructural. Asimismo, se
observa un mayor peso de los sectores financieros, inmobiliarios y ser-
vicios profesionales y de impuestos. Si bien es cierto que las economías
desarrolladas tienen un peso relativo mayor del sector servicios, ese
cambio estructural ocurre en un proceso de fuerte crecimiento econó-
mico, con desarrollo tecnológico, investigación e innovación y forta-
lecimiento de los fundamentales de la economía, entre ellos el salario,
distinto al proceso que vemos actualmente en Argentina.

GRÁFICO Nº 4

Participación relativa en el PBI argentino de rubross seleccionados.


Primer trimestre de 2015 y 2018. En porcentaje.

18,0%
16,8%
16,0%
16,0%

14,0%

12,0%
10,3% 10,5%
10,0%
8,2%
8,0%
7,7%

6,0%
3,9% 4,1%
4,0%

2,0%
1,0% 1,3%

0,0%
Impuesto a los productos Intermediación financiera Impuesto a los productos Actividades inmobiliarias, Industria Manufacturera
importados netos de subsidios empresariales y de
alquiler

1 er. Trimestre 2015 1 er. Trimestre 2018

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 171


Distribución del ingreso

La distribución del ingreso debería ser un objetivo prioritario de


la política económica. Los cambios producidos a partir de la llegada
al gobierno de la Alianza Cambiemos son tan notorios y profundos
que, en poco tiempo, los indicadores más usuales para medir la dis-
tribución del ingreso muestran volatilidad, con mejoras y retrocesos,
particularmente a partir de la crisis cambiaria-inflacionaria de 2018.
La distribución del ingreso tiene impacto en la economía de corto y
largo plazo. En el corto plazo mejora las condiciones de vida de la
población, incrementa la demanda en forma heterogénea y va con-
solidado un mercado interno vigoroso, permitiendo desacoplar a la
economía de shocks que afecten las variables centrales en los mode-
los de la alta concentración económica. El ingreso concentrado en
pocas manos de la población es el resultado y tiende a profundizar,
una estructura económica que se concentra en pocos sectores pro-
ductivos (en general del sector primario), con un alto porcentaje de
importaciones del sector industrial, un mercado interno raquítico y
con poco incentivo a la inversión e innovación tecnológica, además
de configurar una sociedad injustamente desigual. Si este esquema
se perpetúa, el país perderá su capacidad de lograr ventajas compa-
rativas dinámicas, que tienden a mejorar el ingreso hacia el futuro, a
partir de apostar al desarrollo de industrias y/o servicios de alto valor
agregado y altamente demandadas. Veamos a continuación que ha
sucedido con la evolución de algunos de los instrumentos tradicio-
nales para medir la distribución del ingreso.

Coeficiente de Gini

El coeficiente de Gini es uno de los indicadores más tradicionales


a la hora de medir la desigualdad. El coeficiente toma valores entre
cero y uno, siendo más equitativo cuanto más bajo es. A continua-

172 Santiago Fraschina (comp.)


ción, podemos ver la evolución del Coeficiente de Gini en el período
2003 – 2015 que publicó el INDEC.

GRÁFICO Nº 5

Coeficiente de Gini. Período 2003 - 2015.


0,495
0,473
0,475 0,461
0,449
0,455
0,439
0,435 0,425

0,415 0,406 0,403


0,397
0,395
0,389
0,378 0,376 0,376
0,375 0,367

0,355
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

Fuente: elaboración propia en base a INDEC.

Nota: Coeficiente de Gini de la población ocupada según escala de


ingreso de la ocupación principal. Total de 31 aglomerados urbanos.
Promedio trimestral de cada año, desde el tercer trimestre de 2003 al
segundo trimestre de 2015.

Podemos observar la notable caída del coeficiente, que comenzó


con un valor de 0,473 en 2003 y terminó con 0.367 en 2015.
Por otra parte, dicho coeficiente se muestra muy oscilante a partir
de 2016. Mejora en 2017 pero retrocede en 2018, cuando la inflación
comienza a pegar en los estratos de ingreso más bajos.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 173


GRÁFICO Nº6

Coeficiente de Gini. Período 2016 - 2018.


0,455
0,451
0,450

0,445
0,440
0,440 0,437

0,435
0,427 0,428
0,428
0,430 0,427

0,425
0,417
0,420

0,415
2º 2016 3º 2016 4º 2016 1º 2017 2º 2017 3º 2017 4º 2017 1º 2018

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

Nota: Coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las


personas. Total aglomerados urbanos. Del segundo trimestre de 2016
al primer trimestre de 2017.

Relación entre los sectores de mayor y menor ingreso


(percentiles de ingreso)

Una de las formas de medir la progresividad de un programa eco-


nómico es ver la relación cuantitativa existente entre los hogares de
mayores y menores ingresos. Es de esperar que una economía más
equitativa reduzca dicha relación y, por lo menos, entre las puntas de
la serie se observe una tendencia a la baja.
Teniendo en cuenta lo señalado, si analizamos el ratio entre el
percentil de mayores ingresos con el de menores ingresos, percen-
til 90/ percentil 10, es decir, cuantas veces más ingresos tienen los
hogares de mayores ingresos respecto de los de menores ingresos,
tomando para el comparativo el ingreso de la ocupación principal del
hogar, se observa lo siguiente:

174 Santiago Fraschina (comp.)


GRÁFICO Nº 7

Distribución del ingreso en Argentina: Ratio percentil 90 /


percentil 10.
3er. trimestre de 2013 a 2do. trimestre de 2015.
En cantidad de ingresos.
13,0

12,0

11,0

10,0
Cantidad de ingresos

9,0

8,0

7,0

6,0

5,0

Nota: percentil 90/ percentil 10 del ingreso de la ocupación principal


(ocupados remunerados). Total 31 aglomerados urbanos. Percentil 10
es el valor que deja por debajo al 10% de los casos de la escala.
Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

Dicha relación comenzó siendo de 10 en el año 2003 (tenían 10


veces más ingresos), $120 para el primer percentil y $1.200 para el
percentil último percentil; tuvo un pico de 12 en el 2006, cuando a
partir de ahí comenzó a caer sostenidamente, hasta llegar a 7 en el
segundo trimestre de 2015 ($14.000 vs $2.000) con un mínimo de
6,5 el trimestre anterior al fin de la serie. Los resultados muestran
cómo se ha achicado tendencialmente la brecha de ingreso en todo
el período. Si se toma el total de ingreso por hogar, la relación en el
segundo trimestre de 2015 se ubica en 6,6 ($25.000 vs $3.800) frente
a un 11,8 en el tercer trimestre de 2003. También se presenta una
tendencia a la baja.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 175


GRÁFICO Nº 8
Argentina: relación percentil 90/ percentil 10. Total ingreso familiar.
3º trim. 2003 a 2º trim. 2015. En cantidad de ingresos.
13,0

12,0

11,0
Cantidad de ingresos

10,0

9,0

8,0

7,0

6,0

5,0
3º 2003
1º 2004
3º 2004
1º 2005
3º 2005
1º 2006
3º 2006
1º 2007
4º 2007
2º 2008
4º 2008
2º 2009
4º 2009
2º 2010
4º 2010
2º 2011
4º 2011
2º 2012
4º 2012
2º 2013
4º 2013
2º 2014
4º 2014
2º 2015
Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

Asimismo, para la misma variable graficada se puede calcular el


ingreso relativo del mayor decil en relación al menor decil, para ver
cuántas veces es mayor el ingreso de quienes están en lo más alto de
la escala. Vemos que en 2015 equivalía a 16,1 veces, mientras que en
2018 se elevó a 18,8 veces. Esto representa un incremento de 2,7 pun-
tos respecto del período anterior.

TABLA Nº 5:

Período
Concepto
3er. trimestre 2015 1er. trimestre 2018

Ingreso medio decil 1 933 2.128

Ingreso medio decil 10 14.986 39.910


Relación de ingreso
16,1 18,8
decil 10/ decil 1

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

176 Santiago Fraschina (comp.)


GRÁFICO Nº 9

Relación de ingresos percentil 10/percentil 1


3er. trimestre 2015 vs. 1er. trimestre 2018
En cantidad de ingresos

19,0
18,8
18,5

18,0
Cantidad de ingresos

17,5

17,0

16,5
16,1
16,0

15,5

15,0

14,5
3 er. Trim 2015 1 er. Trim. 2018

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

Por otra parte, las políticas implementadas tuvieron consecuen-


cias en la distribución del ingreso respecto de los sectores partici-
pantes en la generación del valor agregado bruto. En estos tres años
se observa una sustancial caída de la participación de los trabajado-
res asalariados en la cuenta de generación de ingreso que publica el
INDEC, que pasan del 54,6% del valor agregado bruto (PBI) en el
primer trimestre de 2016 al 45,2% en el segundo trimestre de 2018,
cediendo 9,4 puntos porcentuales en la distribución del ingreso, a lo
que todavía hay que sumar el efecto de la devaluación en la segunda
mitad del año. Por el contrario, la parte remunerativa del empresa-
riado, el excedente bruto de explotación, pasó del 34,8% en 2016 a
45,9% en el segundo trimestre de 2018, ganando 11,1 puntos porcen-
tuales, superando así a los trabajadores. Los guarismos muestran una
fuerte redistribución del ingreso del sector asalariado hacia el capital
como consecuencia de la política económica.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 177


GRÁFICO Nº 10

Remuneración al trabajo asalariado.


En porcentaje del PBI.
60

54,6 53,8
55
51,5
Porcentaje

50
45,2
45

40

35
1 er. trimestre 2016 1 er. trimestre 2017 1 er. trimestre 2018 2 do. trimestre 2018

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

GRÁFICO Nº 11

Remuneración al trabajo asalariado.


En porcentaje del PBI.
60

54,6 53,8
55
51,5
Porcentaje

50
45,9 45,2
45

40
36,2 36,5
35
1 er. trimestre 2016 1 er. trimestre 2017 1 er. trimestre 2018 2 do. trimestre 2018

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

178 Santiago Fraschina (comp.)


La Curva de Lorenz

Una herramienta muy útil para comparar la equidad en la distri-


bución del ingreso de dos economías es la Cuerva de Lorenz (Max
O. Lorenz, 1905). Dicha curva mide cuanto alejada está una distri-
bución dada, de lo que se considera una distribución perfectamente
equitativa, en donde cada percentil recibe la misma porción relativa
del ingreso, es decir el 10% de la población recibe el 10% del ingreso,
el 20% de la población el 20% del ingreso y así sucesivamente; situa-
ción que queda representada por una diagonal de 45 grados en un
gráfico de dos ejes, en donde uno de ellos corresponde a la población
y el otro a los ingresos (ver gráfico siguiente). Posteriormente se gra-
fica la Curva de Lorenz para la distribución que se quiere evaluar o
comparar. Cuanto más alejada esté la Curva de Lorenz de la recta de
distribución equitativa, más desigual será la distribución del ingreso.
A continuación, se representa la Curva de Lorenz para para la distri-
bución del ingreso per cápita de los hogares en el tercer trimestre de
2015 y del primer trimestre de 2018, según datos del INDEC. Puede
observarse cómo la Cuerva de Lorenz de 2015 se acerca más a la recta
equidistributiva. Esto muestra cómo ha empeorado la distribución
en el año 2018, si bien el corrimiento es marginal.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 179


GRÁFICO Nº 12

Curva de Lorenz. Tercer trimestre 2015 y primer trimestre


2018. Ingreso per cápita de los hogares por deciles.

0,9

0,8

0,7

0,6

0,5

0,4

0,3

0,2

0,1

0
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1

Recta de equidistribución 3 er. Trim. 2015 1 er. Trim 2018

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

Distribución del ingreso y gasto público

Las características del sistema impositivo y la estructura del gasto


público son determinantes en los resultados de la distribución del
ingreso. El accionar del Estado, a través de las atribuciones conferidas
dentro del marco jurídico, constituye una herramienta social para
configurar una distribución del ingreso distinta a la que resultaría del
libre juego de la oferta y la demanda, en un medioambiente caracte-
rizado por la presencia de grupos económicos con distinto grado de
poder de negociación, como mercados monopólicos, oligopólicos, de
competencia monopolística y en donde el concepto de “competencia

180 Santiago Fraschina (comp.)


perfecta” es la excepción a la regla. Por otra parte, el sistema impo-
sitivo afecta la producción. Cuando un tributo tiene como objetivo
reconfigurar el sistema de acumulación a nivel intra-económico, se
verán afectadas otras variables, como la demanda de trabajo, en re-
lación a las características económicas de cada sector y, por lo tanto,
modificará la distribución del ingreso a nivel social. En ese sentido,
en términos marginales, no tiene la misma capacidad de crear nuevos
puestos de trabajo el capital que se invierte en la industria pyme que
el que se destina al sector agrícola altamente tecnificado y concen-
trado. La política tributaria sirve, además, para orientar y equilibrar
la estructura productiva, haciendo más sustentable a la economía de
un país al no tener que depender todo su éxito de unos pocos bienes.
Continuando con los argumentos del párrafo anterior, los im-
puestos se pueden clasificar en progresivos y regresivos, de acuerdo a
cómo resulta la distribución del ingreso posterior a su aplicación. En
términos generales, se consideran a los impuestos indirectos, como el
impuesto al valor agregado (IVA), regresivos, por la mayor carga rela-
tiva que pesa sobre los sectores de menores ingresos; y los impuestos
directos, como el impuesto a las ganancias (a los ingresos o los rédi-
tos) o los impuestos a la riqueza, más progresivos, ya que impactan
relativamente más en los sectores de mayores ingresos y/o riqueza.
Otro tipo de gravámenes, como los impuestos a las exportaciones
(derechos de exportación o retenciones), tendrán un efecto mejor en
la distribución del ingreso de acuerdo a la productividad relativa del
sector que se grava y el efecto en el mercado interno de la medida
aplicada, con el consecuente impacto en la generación marginal de
puestos de trabajo. Algunos impuestos internos también mejoran la
distribución del ingreso, como pueden ser los gravámenes sobre bie-
nes considerados suntuosos, como automóviles de lujo o embarca-
ciones particulares.
A partir de la llegada de la Alianza Cambiemos al Poder Ejecu-
tivo Nacional, se encararon una serie de reformas impositivas con
alto impacto en la distribución del ingreso. A su vez, se modificaron

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 181


aspectos esenciales del gasto público, y se aplicaron otras medidas de
política económica en materia fiscal, monetaria, cambiaria y desregu-
latoria que también afectaron en materia distributiva.
En paralelo, el nuevo modelo económico actuó sobre la distribu-
ción del ingreso de la forma más clásica. El aumento de precios gene-
ralizado de la economía, es decir la inflación, que se registró en estos
últimos años fue superior a la evolución nominal de los ingresos de los
sectores asalariados, jubilados, pensionados y otros beneficiarios de la
seguridad social. A su vez, los sectores más concentrados vieron acre-
centar sus márgenes de ganancia por mayores ingresos, ya sea por estar
ligados al comercio exterior o por su posición dominante en mercados
de bienes inelásticos ahora beneficiados. De ese modo, el deterioro del
poder adquisitivo de la población fue la consecuencia lógica del deve-
nir de la economía, que no sólo impactó en la distribución sino tam-
bién en la producción, retroalimentando el círculo de retroceso.
Por otra parte, a la hora de hablar de distribución del ingreso se
tiene que considerar el ingreso indirecto que genera determinado
conjunto de políticas públicas, como acceso a salud y educación gra-
tuita de calidad, precio accesible de servicios públicos (luz, gas y agua
corriente) y otros bienes esenciales como transporte, para medir el
impacto de un cambio político.
En materia impositiva, a partir de diciembre de 2015 se oficiali-
zó la quita y/o baja de retenciones a las exportaciones de productos
agropecuarios e industriales. Posteriormente se quitaron impuesto
a los autos de alta gama y se bajó el piso del impuesto a los Bienes
Personales (impuesto a la riqueza). Posteriormente se aprobó una re-
forma impositiva que engloba a toda la economía. Si bien es cierto
que como consecuencia de la crisis cambiaria de 2018 se volvieron a
implementar los derechos de exportación, esto se hizo a través de una
suma fija ($4) y después de una suba del tipo de cambio nominal de
más del 100% que llevó el dólar a $40.
En materia cambiaria se quitaron las regulaciones en el mercado
cambiario, lo que generó un salto inmediato del dólar. A partir de ese

182 Santiago Fraschina (comp.)


momento se liberó la compra-venta de divisas extranjeras y se liberó
la cuenta corriente y de capitales del balance de pagos, por lo que
los flujos monetarios comenzaron a fluir libremente, de acuerdo a las
necesidades de los agentes económicos.
Por otra parte, comenzó un fuerte ajuste en los subsidios de los
servicios públicos, que derivó en un aumento significativo de las tari-
fas, que a su vez también recibieron autorización para nuevos incre-
mentos. El tarifazo se sintió con mucha fuerza en los consumidores,
el comercio y las pymes industriales y de servicios.
La liberación de los flujos de divisas y la apertura comercial se
sustentaron con un crecimiento exponencial del endeudamiento pú-
blico y privado en moneda extranjera. Esto pudo ser posible después
del pago y del acuerdo firmado con los holdouts (fondos buitres in-
cluidos) en torno a los USD 16.000 millones. Con el levantamien-
to del “default técnico” el Gobierno se aprestó a tomar deuda para
financiar el enorme desequilibrio externo (de USD 31.324 millones
en la cuenta corriente de 2017 y de USD 17.855 millones en el pri-
mer semestre de 2018. El incremento exacerbado del endeudamien-
to tuvo consecuencias notorias a nivel presupuestario, afectando la
disponibilidad de bienes y servicios para la población. Así, mientras
el Gobierno se vanagloriaba con la baja del gasto público primario,
se disparaba el gasto en intereses de la deuda sin lograr despejar la
cuestión fiscal desde el punto de vista ortodoxo. Lo concreto es que
mientras la población pagaba más caras las tarifas, bajo el argumento
que se debía atender el profundo desequilibrio fiscal heredado para
bajar la inflación, el Estado no ahorraba porque debía pagar más in-
tereses al capital financiero.
El modelo económico produjo una notable sangría de dólares. La
formación neta de activos externos, o fuga de divisas, fue de USD
9.951 millones en 2016, 22.148 millones en 2017 y de 20.027 en los
primeros siete meses de 2018 (según el BCRA). Es decir, la premisa
fundamental sobre la que se sustentaba el modelo liberal no se cum-
plió, en el sentido que el solo hecho de cambiar el tono del discurso,

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 183


de suponer que había un problema de confianza y que la desregula-
ción, léase complacer a los mercados y a las empresas, más allá de sus
condiciones de funcionamiento, alcanzaría para hacer de la econo-
mía argentina un éxito de crecimiento y desarrollo, tal como habría
sucedido en los países desarrollados, no tuvo lugar. Evidentemente,
esos países tomaron otro rumbo para llegar a donde llegaron. Ante
los magros resultados obtenidos, se optó por volver a responsabili-
zar a la herencia recibida, argumento que pierde fuerza con el paso
del tiempo. También se apeló a la necesidad de más tiempo para ver
buenos resultados, pero dicha línea argumentativa resulta difícil de
sostener, viendo que otros modelos lograron mejores notas después
de recibir un país inmerso en profundas crisis.

Las cifras del presupuesto ejecutado

El análisis de los resultados fiscales nacionales nos permite ver la


cuestión distributiva desde otra óptica. Habíamos señalado que durante
el período 2003-2015 se implementaron una serie de políticas redistri-
butivas que tenían que ver con el gasto público, principalmente en sub-
sidios y prestaciones de la seguridad social. Esas políticas significaban
un verdadero ingreso indirecto para la población, al poder tener acceso
a bienes y servicios básicos que en otras circunstancias tendrían un peso
mucho mayor en el presupuesto mensual de las familias y empresas, ma-
yoritariamente pymes. Para la nueva gestión eso se trataba de una fic-
ción, no de políticas sostenibles, y había que volver a sincerarse.
Los efectos del plan macrista son más que elocuentes. El peso del
pago de los intereses de la abultada deuda es el rubro que más crecimien-
to tuvo en el presupuesto. Por el contrario, el peso de los subsidios a la
energía y el transporte disminuye considerablemente (más allá de que los
aumentos autorizados exceden a la cobertura que hacían los subsidios).
Esto significa que el “ahorro” que se pudo haber alegado como parte de
la política del gasto eficiente, se compensó con mayores pagos al capital

184 Santiago Fraschina (comp.)


financiero, dejando la situación en un punto casi muerto. Desde esa lógi-
ca, la política no fue más que una transferencia de ingresos entre sectores
sociales. En este punto se debe considerar qué uso tuvo el endeudamien-
to público para poder afirmar que se trató de una política redistributiva,
ya que la utilización de la deuda para realizar obras de infraestructura
es un gasto (inversión) que mejora la calidad de vida de la población. Si
bien durante los últimos dos años se realizaron obras importantes, mu-
chas otras fueron suspendidas (Atucha III y Chihuidos), y la magnitud
del endeudamiento tiene como correlato el financiamiento del sector ex-
terno, principalmente el déficit comercial, en donde creció significativa-
mente la compra de autos y bienes de consumo final y la fuga de divisas
por compra de dólares de los agentes privados, el pago de intereses de la
deuda externa y la remisión de utilidades por inversión extranjera direc-
ta, como muestran los informes del INDEC y del BCRA (al respecto ver
las infografías del Observatorio de la UNDAV), pero no un corrimiento
de la frontera de posibilidades de producción.

GRÁFICO Nº 13

Gasto público nacional


Relación: intereses de la deuda/subsidios económicos.
Acumulado enero-julio 2017 y 2018. En porcentaje
170,0%

160,0% 156,8%
150,0%

140,0%

130,0%

120,0%
108,6%
110,0%

100,0%

90,0%

80,0%
Ene-jul 2017 Ene-jul 2018

Fuente: elaboración propia en base a datos


del Ministerio de Hacienda.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 185


Así, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Ha-
cienda de ejecución presupuestaria en base caja, la relación entre el
pago de interés de la deuda y el gasto en subsidios pasó de 108,6% en
el acumulado enero-julio de 2017 a 156,8% en el mismo período de
2018. Mientras los subsidios representaban el 8,7% del presupuesto
en 2017, en 2018 cayeron al 8% y los intereses de la deuda, que repre-
sentaban el 9,4% en 2017, subieron a 12,5% en 2018.

GRÁFICO Nº 14

Peso de los intereses de la deuda y subsidios


económicos en el presupuesto nacional. Acumulado
enero-julio 2017 vs 2018.
En porcentaje.
14,0%
12,5%
12,0%

10,0% 9,4%
8,7% 8,0%
8,0%

6,0%

4,0%

2,0%

0,0%
Subsidios económicos Interese de la deuda

Ene-jul 2017 Ene-jul 2018

Fuente: elaboración propia en base a datos del Ministerio


de Hacienda.

La política de liberación cambiaria ha configurado un funciona-


miento de las finanzas públicas y de la economía en general difícil de
sostener en el tiempo, y de fuertes condicionamientos para la sociedad
de cara al futuro. La libertad del mercado cambiario y comercial pre-
siona sobre la demanda de dólares. Pero el precio del dólar es clave para
la inflación y el adecuado desenvolvimiento de la actividad económica.
Para contenerlo, el Gobierno (léase el Estado) se ve en la necesidad de

186 Santiago Fraschina (comp.)


tomar deuda externa para ir abasteciendo la demanda de los agentes
privados. Como se pueden girar las divisas al exterior, los dólares que
entran salen para pagar importaciones, remesas, servicios de la deuda,
formación de activos externos, etc., dejando solo el pasivo en moneda
dura en los pasivos del Estado, es decir, de todos los ciudadanos, que
deberán pagar a futuro, con sus impuestos (su trabajo), los intereses y
el capital adeudado. Así, se convalida un sistema en donde la población
con su trabajo “paga” los dólares que terminan afuera, sin ningún cam-
bio en la matriz productiva o fronteras de posibilidades de producción.
Por el contrario, de ese modo, el endeudamiento funciona como una
verdadera valla para el desarrollo. Reiteramos esta cuestión porque la
toma de deuda no es algo negativo en sí mismo, sino que la clave está
en ver y analizar para qué se usa y a dónde va a parar esa masa de dine-
ro prestada. La historia nos enseña que, mal o bien, quienes gobiernan
terminan sus mandatos, lo que queda es la deuda para la población,
en una lógica que incentiva la aversión al riesgo de los gobiernos y que
debe ser manejada con mucha responsabilidad y grandeza.

Pobreza

Las condiciones de vida materiales de la población deben ser otra


de las prioridades de todo gobierno. Después de la crisis de la conver-
tibilidad en el año 2001, tras décadas de neoliberalismo, la situación
social se encontraba en un punto crítico. El derrumbe de la econo-
mía, la devaluación de la moneda, el alto nivel de desempleo y la caí-
da de los ingresos reales llevó a que los índices de pobreza alcanzaran
niveles alarmantes nunca vistos, en una deuda social que hipotecaba
el futuro de millones de personas.
Las políticas aplicadas a partir del año 2003, orientadas a fortale-
cer el mercado interno y combinar crecimiento económico con dis-
tribución de la riqueza permitieron una notable disminución de los
niveles de pobreza como porcentaje de la población.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 187


El método para medir la pobreza del INDEC fue a partir de los
ingresos poblacionales y la valorización de una canasta básica de ali-
mentos (CBA). Esta metodología se denomina pobreza por ingresos,
estableciéndose una línea o umbral monetario para cada tipo de ho-
gar, considerándose pobres o indigentes aquellos hogares (y personas
que lo integran) cuyo ingreso esté por debajo de las líneas de pobreza
o indigencia respectivamente. El contenido de la canasta básica de
alimento se confecciona en base a la Encuesta Permanente de Hoga-
res (EPH), que releva hábitos de consumo poblacional y el ingreso.
Posteriormente se valúa dicha canasta y, por medio del coeficiente de
Engels (se multiplica por la inversa), se calcula la línea de pobreza.
Respecto de la metodología, se produjo un cambio notorio a par-
tir del año 2016, fundamentalmente en la valuación de la canasta, que
derivó en una suba sustancial del índice. De 2003 a 2013 la baja del
índice se debe a las políticas aplicadas. No obstante, los cambios me-
todológicos derivaron en un incremento de la valuación de la canasta
básica que se vio reflejado en un aumento de la pobreza. Así, por
ejemplo, la canasta básica total (línea de pobreza) estaba valuada en
septiembre de 2013 a $555,94, que a un tipo de cambio de $5,79 por
dólar, eran unos USD 96. En marzo de 2018, la canasta básica total
valía $5.782,29 unos 282 dólares a $20,50.
Teniendo en cuenta esta aclaración, podemos ver el índice de po-
breza calculado por el INDEC desde el año 2003 hasta 2013.

188 Santiago Fraschina (comp.)


GRÁFICO Nº 15

Argentina: incidencia de la pobreza e indigencia


Período: primer semestre 2003 - 2013
Total aglomerados urbanos. En porcentaje de las personas
60

50
Porcentaje de personas

40

30

20

10

0
1º 2º 1º 2º 1º 2º 1º 2º 1º 2º 1º 2º 1º 2º 1º 2º 1º 2º 1º 2º 1º
Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem. Sem.
2003 2003 2004 2004 2005 2005 2006 2006 2007 2007 2008 2008 2009 2009 2010 2010 2011 2011 2012 2012 2013

Pobreza Indigencia

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

Lo que se observa es una disminución continua de los niveles de


pobreza e indigencia, incluso en períodos en donde el PBI retrocede.
La pobreza pasó del 54% de las personas en el primer semestre de
2003 a 4,7% en el primer semestre de 2013, y la indigencia de 27,7% a
1.4% en el mismo lapso (siempre con la metodología anterior); y más
allá de la metodología, la realidad registró una importante baja entre
puntas, en una tendencia decreciente.
Esto se debe a las políticas sociales activas encaradas en su mo-
mento, que incrementó el ingreso de los sectores más vulnerables.
Incluso durante el período 2008 – 2009 con la crisis financiera inter-
nacional se vio una baja en el índice de pobreza. Más allá del porcen-
taje de hogares y/o personas consideradas pobres con la metodología
aplicada por el INDEC, hay que remarcar que la tendencia fue siem-
pre a la baja.
A partir de 2013 se discontinuó la publicación del índice de po-
breza, teniendo en cuenta que en el 2014 (de acuerdo a las últimas

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 189


revisiones) el PBI fue a la baja y se recuperó en 2015, es de esperar
que en la etapa kirchnerista terminara con los niveles similares a
2013.
Pero, como señalábamos, a partir de la llegada del nuevo gobier-
no se produjo un cambio en la metodología que implicó un salto en
la medición del número de pobres, que alcanzó alrededor del 30%
de las personas. La composición de la canasta básica para un adulto
equivalente tiene en cuenta una necesidad de 2.750 calorías diarias.
Esto suma valor a dicha canasta. Solo para dar un ejemplo, en Chile,
la canasta que publica el Ministerio de Desarrollo Social es de 2.000
calorías diarias (1.875 según la lista de alimentos y bebidas), que a
febrero de 2017 valía 155.623 pesos chilenos, unos 240 dólares. Más
allá del análisis del cambio metodológico, es útil ver qué sucedió con
la tendencia. El siguiente gráfico nos ilustra la cuestión.

GRÁFICO Nº 16

Personas debajo de la línea de pobreza.


Porcentaje de la población. INDEC.
34
32,2
32
Porcentaje de la población

30,3 30,3
30
28,6
28 27,3
25,7
26

24

22
2º Trim 2016 2º Sem. 2016 1 º Sem 2017 2ª Sem 2017 1º Sem 2018 2º Sem 2018
(Est.)

Nota: 2º Semestre 2018 estimado en base a una caída del salario real
del 8% para el período.

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC y estimaciones


en base a datos del mercado.

190 Santiago Fraschina (comp.)


Lo que se observa es una disminución de la pobreza hasta el se-
gundo semestre de 2017. Posteriormente el proceso inflacionario,
motivado entre otras cosas por los aumentos de los servicios públicos
y la devaluación de la moneda local, no fue acompañado por un au-
mento de los ingresos en las mismas proporciones, cayendo así el sa-
lario real. Esto se vio más intensificado en los sectores no registrados.
Mientras la valuación de la canasta básica total subió en los primeros
seis meses de 2018 un 17,5%, los salarios de los trabajadores privados
no registrados (los salarios del estrato más bajos) subieron solo un
3,9% (y un 10,6% para los registrados). A esta diferencia se debe agre-
gar el aumento en el desempleo, que en el segundo trimestre de 2018
llegó al 9,6%. Para esos guarismos algunos analistas consideran que la
suba en el índice de pobreza debería haber sido mayor. No obstante,
la tendencia final es al alza.

Otras mediciones de la pobreza

Se presentan a continuación otras dos mediciones de la pobreza


en Argentina y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Ambas mediciones son de pobreza por ingreso. La primera corres-
ponde al Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODESA) de
la Universidad Católica Argentina (UCA) y la segunda al Instituto
de Estadísticas del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (CABA),
que basan sus resultados en metodologías propias para el cálculo de
ingreso de los hogares y del costo de la canasta básica total y de indi-
gencia (línea de pobreza), por lo que las mediciones presentadas has-
ta aquí en conjunto no son comparables entre sí, sino que el análisis
debe hacerse sobre la tendencia.
En ODESA se observa un crecimiento de la pobreza a partir de
2012 sostenido hasta el 2015 cuando se ubica en el 29,7% de la pobla-
ción. En 2016 llega casi al 33%, como resultado de la alta inflación,
cae en el 2017 y rebota en el 2018, estimándose una pobreza superior

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 191


al 34%, por la persistente inflación y los salarios que suben en menor
proporción. Con las variables macro del PBI, inflación y salarios que
se proyectan para 2019, es de esperar que el macrismo termine su
mandato unos cinco o seis puntos porcentuales más arriba de donde
comenzó.

GRÁFICO Nº 17

Personas en hogares de situación de pobreza.


En porcentaje de población.
Observatorio de la Deuda Social Argentinade - UCA.
35,0
34,0
32,9
33,0

31,0
28,7
28,7 29,7
Porcentaje

29,0 28,2
27,4
27,0 26,2
24,7
25,0

23,0
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 (E)

Nota: 2018 (E): Estimación en base a declaraciones realizadas por el


director del ODESA, Agustín Salvia, en una nota para el portal perfil.
com.
Fuente: elaboración propia en base a datos del Observatorio de la
Deuda Social Argentina de la UCA y perfil.com.

Para el caso de la Ciudad de Buenos Aires, según datos oficiales,


en 2015 la pobreza fue del 15,1%. El pico más alto se produce en el
primer semestre de 2016, cuando llega al 19,3% por la devaluación
de la moneda local que dispara los precios. Si bien después baja, el
primer semestre de 2018 tiene un guarismo del 17,2%, dos puntos
más que en 2015. Cabe notar que en 2018 el INDEC registró una po-

192 Santiago Fraschina (comp.)


breza en la Ciudad de Buenos Aires del 11,2% de la población, unos
6 puntos porcentuales menos que el Instituto de Estadísticas de la
Ciudad. Si se considera que a fines de 2015 según la CABA la pobreza
en la Ciudad era del 15,1%, extrapolando las mismas proporciones
podemos calcular la pobreza para el país a fines de 2015 en torno a
un 20%.

GRÁFICO Nº 18

Pobreza en Ciudad de Buenos Aires (CABA). En porcentaje de


personas. Primer semestre de 2015 a 2018.
20
19,35
19
18,5
18
17,3 17,2
Porcentaje

16,8
17

15,5
16 15,1

15

14
1er.semestre 2do.semestre 1er.semestre 2do.semestre 1er.semestre 2do.semestre 1er.semestre
2015 2015 2016 2016 2017 2017 2018

Fuente: elaboración propia en base a datos del Instituto de


Estadísticas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Conclusión

A lo largo del presente trabajo hemos analizado y comparado la


evolución de importantes variables e indicadores económicos que se
relacionan con la producción de riqueza y la distribución social de
la misma, como son PBI, EMAE, Coeficiente de Gini, percentiles de
ingreso, Curva de Lorenz, gasto público y línea de pobreza. Además,
hemos resumido las principales medidas de política económica que

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 193


caracterizan a los períodos contrapuestos, si bien el macrismo solo
está a poco de culminar su primer mandato de cuatro años. Los re-
sultados muestran que el período kirchnerista tuvo en sus primeros
años los mejores resultados para las variables tratadas, por las políti-
cas económicas aplicadas y porque Argentina tenía mucho por crecer
y distribuir en ese entonces. A medida que fue avanzando el tiempo,
y el contexto internacional no acompañó, el crecimiento fue mos-
trando tasas más moderadas, si bien positivas todavía. Por el con-
trario, si uno toma el período macrista en lo que va a ser su primer
mandato, aún con el fuerte endeudamiento externo que se registra,
lo que se observa es un retroceso entre puntas en todas las varia-
bles analizadas, tanto en lo que se refiere al crecimiento económico
como a la distribución del ingreso. Solo algunos sectores concentra-
dos beneficiarios de las políticas están mejor. En ese sentido, lo que
tiene para mostrar la nueva gestión a la sociedad es poco y nada. Más
aún si se considera, como suelen sostener los defensores del actual
modelo neoliberal, que se partió de una crisis, cuando la crisis debe
representar una oportunidad para tener un mayor despegue y no un
retroceso. En esas circunstancias la comunicación sigue enfocada en
la pesada herencia, en que si se hubiese tomado otro rumbo las cosas
estarían mucho peor o que pronto el esfuerzo dará sus frutos. A esta
altura del paso del tiempo y de los acontecimientos esos argumentos
de saneamiento han perdido potencia, mientras la ciudadanía hace
cada vez más fuerte su voz de reclamo.

194 Santiago Fraschina (comp.)


INFLACIÓN Y SALARIO REAL
Desde diciembre de 2015 a junio de 2018

Por Martín Carro1

El cambio de gobierno trajo aparejado un cambio de régimen que


tenía, entre sus principales metas, el objetivo de reducir la inflación.
Este capítulo abordará la dinámica de los precios y los salarios en los
dos años y medio comprendidos entre el 10 de diciembre de 2015 y
junio de 2018.
El primer paso en este camino constará de definir esquemática-
mente las maneras de entender las causas de la inflación, para abor-
dar el fenómeno comprendiendo el encuadre ideológico del Gobier-
no. En segundo lugar, y antes de pasar a los resultados concretos de
esas políticas, se harán las aclaraciones metodológicas necesarias
para entender qué muestra cada indicador, así como sus limitaciones.
Luego, se mostrarán los principales números del alza general de pre-
cios, acompañados de la descripción de los hitos que los produjeron

1 Licenciado en Economía (UBA). Docente universitario (UNDAV y UBA) y de


escuelas de enseñanza media. Integrante del colectivo EPPA (Economía Política para
la Argentina).

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 195


y las políticas que intentaron -a la luz de los resultados, de manera
errática- reducir la inflación.
Planteado ese escenario, será sencillo abordar la principal conse-
cuencia de la fuerte alza de precios generalizada: la pérdida del po-
der adquisitivo del salario. La segunda parte del trabajo intentará,
entonces, responder si hubo alguna política orientada a mantener el
poder de compra de los asalariados o si, por el contrario, existió un
intento deliberado por modificar a la baja el precio relativo de éstos.
Con estos interrogantes en mente, se avanzará en la descripción de la
política salarial para el período y en los principales hitos que dieron
lugar a los resultados que se mostrarán a continuación. Finalmente,
la exposición de la evolución del poder de compra de los salarios per-
mitirá responder los interrogantes planteados de diversas maneras, y
concluir que el salario real se encuentra entre las variables más perju-
dicadas en estos dos años y medio de régimen neoliberal.

Inflación. Posibles causas

Se define a la inflación como el fenómeno de aumento generali-


zado de los precios de los bienes y servicios en un espacio geográfico
con una moneda común y a lo largo de un período de tiempo deter-
minado. En un fenómeno de esta índole crecen de manera simultá-
nea las distintas variables nominadas en pesos, además de los precios
de los bienes: los salarios, el tipo de cambio, los agregados moneta-
rios, entre otras. Esto da lugar a que distintas corrientes de pensa-
miento puedan convivir y mostrar evidencia sobre diferentes causas
de la inflación. De hecho, hay cierto consenso en torno a la inflación
como fenómeno multicausal. Así, la gran diferencia entre las distintas
visiones radica en distinguir cuál de esas causas es la causa primera
y originaria y relegar a las otras como elementos que contribuyen a
propagar el fenómeno.

196 Santiago Fraschina (comp.)


De todos modos, no se encuentra entre los objetivos de este tra-
bajo discutir sobre la causa primera de la inflación ni revisar las dife-
rentes teorías sobre los orígenes de los incrementos generalizados de
los precios. Además, es posible que sea un fenómeno no universali-
zable y que tenga orígenes disímiles según características del espacio
económico y social y el momento en que trascurra el fenómeno. La
razón de la distinción entre diferentes entendimientos sobre el origen
del alza generalizada de precios no es otra que brindar una división
esquemática entre dos grandes maneras de concebir al fenómeno de
forma que la lectora o el lector no familiarizada con tal distinción
pueda comprender el encuadramiento de las políticas del Poder Eje-
cutivo en una determinada mirada sobre la inflación, elemento im-
prescindible para entender la política antiinflacionaria adoptada en
el período de análisis.
Así, se pueden distinguir dos grandes grupos: el primero lo com-
ponen quienes entienden que la causa de la inflación está en la varia-
ción de la cantidad de dinero circulante en una economía y el segun-
do, quienes creen que las variaciones de los agregados monetarios no
son necesariamente causantes de inflación y encuentran su origen en
cuestiones más estructurales, dando lugar a lo que se conoce como
inflación por costos, inflación cambiaria o puja distributiva.
Una conocida frase de Milton Friedman que suelen tomar los
agrupados detrás del primer grupo es que “la inflación es siempre
y en todo momento un fenómeno monetario”. La oración, a secas,
es tan cierta como que la muerte es siempre un fenómeno cardíaco.
En el fenómeno inflacionario siempre hay una pérdida de valor de la
moneda y en la muerte siempre deja de latir el corazón, sea por una
asfixia, un cáncer o un balazo. Sin embargo, la frase es tomada para
argumentar, y Friedman también lo hace, que la causa de la inflación
es el aumento de la cantidad de dinero en la economía y que, si los
agregados monetarios no tuvieran un sendero ascendente, los precios
lo seguirían.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 197


En el otro extremo, lo que se puede llamar, sólo para englobarlo
en un nombre, la corriente de la “inflación estructural”, que entien-
de que este fenómeno monetario no tiene necesariamente origen en
el “exceso” de dinero circulante. Según esta mirada, los orígenes de
los aumentos generalizados de precios se dan, entre otras cosas, por
saltos en el tipo de cambio (típicos en la Argentina por eventos de
Balanza de Pagos), que generan mayores costos en una economía de-
pendiente de importaciones industriales y mayores precios en bienes
salario que son exportados. Esto desata un espiral de puja distributiva
que se traslada en aumentos a todos los precios de la economía. Claro
que, más o menos a la par, suelen aumentar, entre otras variables, los
agregados monetarios, pero no por ello la génesis de la inflación se
encuentra en esa variación.
Si se tuviera que colocar a las políticas económicas antiinflaciona-
rias del período en cuestión en uno de estos dos grupos, divididos de
manera muy esquemática, nadie dudaría en incluirlas en el primero.
Esto nos permitirá comprender los resultados y las metas de inflación
que el propio Banco Central de la República Argentina (BCRA) se
trazaba, pese a que junto con la política monetaria se aplicaban gran-
des aumentos de tarifas y devaluaciones. Antes de entrar en el aná-
lisis de los resultados de estas políticas, vale la pena realizar algunas
aclaraciones metodológicas que permitirán conocer de manera más
precisa qué es lo que muestran los datos presentados, pero también
lo que ocultan.

Aspectos metodológicos de su medición

El indicador más utilizado para la difusión de un número de in-


flación es el Índice de Precios el Consumidor (IPC). Es un índice de
cantidades fijas (Laspeyres) donde la construcción del indicador sur-
ge del relevamiento periódico de los precios de una canasta. Aquí, la
primera advertencia sobre este indicador. Si se entiende a la inflación

198 Santiago Fraschina (comp.)


como un aumento generalizado de precios de toda la economía, el
IPC omitirá todos los bienes y servicios no contemplados en la canas-
ta escogida: desde precios mayoristas o cualquier otro bien, incluso
de consumo final, no contemplado en esa canasta.
Por eso, en opinión del autor, el Índice de Precios Implícitos (IPI),
que surge del cociente entre el PBI a precios corrientes y a precios
constantes es un mejor indicador inflacionario, no sólo porque capta
la totalidad de los bienes producidos, sino porque capta de mane-
ra más fiel los cambios de precios relativos, dado que se trata de un
índice de Paasche que también refleja los cambios en las cantidades
producidas. La difusión mediática del IPC tiene que ver con que, por
un lado, puede ser más relevante para el usuario común saber cuánto
aumentaron los precios en una góndola de almacén o supermercado
de una canasta representativa, excluyendo los otros aumentos de la
masa total de bienes, y por otro, que el IPI tiene una frecuencia tri-
mestral y se publica con un rezago importante.
Entonces, se tiene que el indicador más famoso tiene la capacidad
de captar la variación de precios de los bienes de una canasta repre-
sentativa. Pero esa canasta, ¿es realmente representativa?, ¿represen-
tativa del consumo de quiénes? En el intento de responder estas pre-
guntas, nos encontraremos con una segunda limitación de los índices
de precios al consumidor.
Para escoger la canasta se realiza una encuesta de gasto de los
hogares. Luego, la participación de cada bien o servicio en la canas-
ta representativa se establece sobre un promedio ponderado de las
distintas realidades individuales. Esta ponderación surge del monto
total de gasto de cada hogar. De esta manera, los sectores de mayores
ingresos aparecerán sobre representados con relación a los sectores
de menores ingresos, por sus mayores gastos. Este fenómeno se co-
noce como sesgo plutocrático (Prais, 1959) de los IPC.
Así, cada bien de la canasta escogida ponderará de alguna manera
en el indicador, representando a un estrato de consumo particular.
Algunos hogares estarán mejor representados que otros. Las mayores

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 199


discrepancias entre el indicador y el incremento efectivo que percibe
un hogar aparecen en inflaciones acompañadas de fuertes cambios
de precios relativos. Esta diferencia entre la canasta de cada hogar y
la canasta representativa se explica en la imposibilidad de captar el
efecto sustitución en el consumo del hogar. Entonces, no solo diferirá
la canasta de cada hogar de la canasta representativa, sino que tam-
bién lo harán las variaciones de precios de las canastas de los distintos
deciles de ingresos, acorde a las diferentes variaciones en los patrones
de consumo.
Por ejemplo, si todos los bienes aumentaran un 1%, la inflación
de cualquier estrato de ingresos estaría bien captada con la canasta
representativa: el incremento de precios del consumo de todos los
hogares fue del 1%. Pero con cambios de precios relativos estará me-
jor captada la realidad de los sectores a los que mejor represente la
canasta construida y, además, esa construcción se irá alejando de la
representación inicial por el cambio en los patrones de consumo de-
bido al cambio de precios relativos. Por eso, es importante una actua-
lización periódica de los ponderadores de los bienes en la canasta.
Hasta aquí, se mostraron limitaciones de los índices de precios en
términos generales. El IPC, hoy difundido de manera mensual por
el INDEC, utiliza la encuesta de Gastos de 2004/05. Al día de hoy, la
estructura de gastos de un hogar difiere mucho desde entonces. Por
un lado, existen cambios estructurales en patrones de consumo, por
ejemplo, en telefonía o servicios de internet. Por otro, las pondera-
ciones de cada bien en el índice se van alejando de la proporción de
gasto que esos bienes representan sobre el gasto total. Al momento
de construir el IPC, la ponderación del rubro “Vivienda y servicios
básicos” era del 8,58% en el Gran Buenos Aires a diciembre de 2015,
y llegó a 10,5% a diciembre de 2016, último dato publicado por el IN-
DEC. Esos números surgen de actualizar los datos obtenidos en la en-
cuesta de gastos de hogares. Si bien se utilizan ponderadores móviles
a partir de los incrementos de precios que permiten captar el mayor
peso de determinado rubro (así se actualizó la variación de ese año),

200 Santiago Fraschina (comp.)


sin la actualización periódica de los ponderadores iniciales, estos no
son capaces de captar el efecto sustitución (la canasta siempre es la
misma), por lo que es altamente probable que los servicios que más
aumentaron su precio se encuentren subestimados en la ponderación
de la canasta. Entonces, en el período a analizar, en el que el aumento
de precios fue empujado por las tarifas de agua, energía eléctrica y
gas, es muy probable que el incremento general de precios se encuen-
tre subestimado por su baja ponderación. Esta situación se agran-
da aún más para los sectores más pobres, que son quienes destinan
mayor proporción de sus ingresos al consumo de bienes inelásticos
(como servicios básicos y medicamentos).

Un objetivo en sí mismo

Existe cierto consenso en que procesos inflacionarios con incre-


mentos de precios de alrededor del 25% o superiores no son deseables.
Los argumentos más comunes son que genera un costo en términos
de horizonte de planeamiento (Fanelli y Frenkel, 1996) o bien que,
en un mundo de inflaciones bajas, como el actual, se expone al país a
devaluaciones, con sus consecuencias recesivas y regresivas, para no
erosionar la competitividad. Dicho esto, la administración anterior
no estaba dispuesta a resignar objetivos de su proyecto político, como
el crecimiento del empleo, a cambio de reducir la inflación.
El gobierno actual, por la matriz ideológica predominante en sus
funcionarios, veía en la inflación un mal con el cual era imposible
pensar en demás objetivos. Por lo tanto, invierte el orden de priori-
dades: para crecer, generar empleo, y poder lograr demás propósitos
económicos, primero se debe reducir la inflación. Así, el Poder Eje-
cutivo y, sobre todo, la conducción del Banco Central presentó lo que
en la literatura económica se conoce como “plan de estabilización”
(Heymann, 1986; Damill y Frenkel, 1990; Ramos, 1984). De esta
manera, los dispositivos de política económica estarían orientados

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 201


a reducir la inflación, como un objetivo en sí mismo. De hecho, fue
parte de las promesas de campaña y el actual presidente afirmaba que
“terminar con el problema de la inflación es de las cosas más simples
que tengo que hacer en caso de gobernar a futuro”. Caracterización
que se desprende de la idea de que la única causa eran la emisión mo-
netaria y que, controlada esta, la inflación se reduciría drásticamente.
Con este marco ideológico se emprende la política del BCRA de
metas de inflación, donde se decidiría una tasa de manera de que los
saldos monetarios se ajusten a tales metas. Para mostrar un ejemplo
de este encuadre teórico, se cita al entonces presidente del BCRA,
Federico Sturzenegger, en la disertación como expositor invitado a
la sesión ordinaria de la Academia Nacional de Ciencias Económicas
que tuvo lugar el 16 de marzo de 2016:

Digamos, por ejemplo, que las tarifas de energía aumen-


tan en un mes en particular. Ante este evento, es muy
plausible que escuchemos a economistas, hacer un cálculo
del siguiente estilo. Si la ponderación en el IPC de esas
tarifas es, digamos, y estoy inventando el número, un 5%,
y el aumento, digamos, también inventando, es del 100%,
uno concluiría que el IPC tendría un aumento del 5% en
ese mes. El razonamiento parece impecable. Esa es la pon-
deración en el índice y ese es el aumento. La cuenta da ese
resultado. Este razonamiento yo lo circunscribiría al cam-
po del equilibrio parcial. Y allí terminaría la conclusión.
Se hace el cómputo y se obtiene una conclusión. Hasta
arriesgo que un consultor que hace este cálculo pueda lle-
gar incluso a cobrar una tarifa por presentar este cálculo.
Llevemos este evento al plano del equilibro general. Allí
el análisis requiere preguntarse algo más. En el ejercicio
mental que proponemos, hay un precio que sube. Pero
por otro lado incorporamos al análisis la restricción pre-
supuestaria que enfrenta la familia. Esa restricción presu-

202 Santiago Fraschina (comp.)


puestaria se basa en que las familias tienen un cierto in-
greso nominal, que no cambiamos, (tampoco se cambió
en el análisis de equilibrio parcial), y ese es el ingreso que
las familias tienen para gastar en todos los bienes. En-
tonces cuando un precio sube, es claro que la restricción
presupuestaria implica que se puede gastar menos en los
otros bienes, y que el precio de estos bienes debería bajar.
El resultado final, si asumimos que la demanda por saldos
reales no cambia, es que los precios finales, en promedio
quedan constantes. En este caso, contestaría, el economis-
ta que piensa en equilibrio general, los efectos de las tari-
fas sobre los precios serian nulos.

De esta manera, se describe un escenario en el cual un incremen-


to de tarifas no sería inflacionario, dada la restricción presupuestaria
de las familias y la demanda de saldos reales constantes. Entonces, la
política del BCRA para combatir la inflación se basaría en la elección
de una tasa de interés para mantener constante esos saldos reales de
manera de reducir el incremento de precios.
Como la reducción de la inflación era un objetivo de política en sí
mismo, vale la pena analizar, en primer lugar, en qué medida se con-
siguió ese objetivo, independientemente de otras variables que pue-
dan tener relación directa con el proceso inflacionario. Entonces, se
hará un recorrido mostrando la evolución de la variación de precios
en general y las características particulares que tomó este proceso in-
flacionario, tanto la distinta afectación a grupos de personas como
a los tipos de inflaciones según qué elemento la impulsa. Quedará
para la segunda parte del capítulo el efecto de esos resultados con la
evolución de los ingresos y así, el impacto en el poder de compra de
la población en general y de los asalariados y perceptores de ingresos
fijos en particular.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 203


Resultados inflacionarios

Entre las medidas efectuadas al comienzo de la gestión, que tuvie-


ron alto impacto inflacionario se encuentran: 1) devaluación del peso
argentino, con una suba del tipo de cambio mayor al 60%, que pasó
de $9,75 pesos por dólar el 10/12/2015 a $15,92 el 01/03/20162; 2)
quita o disminución de derechos de exportación de productos agro-
pecuarios; 3) liberación de cupos de exportación para ciertos bienes
de la canasta básica; y, por último, 4) incremento en las tarifas de
servicios públicos.
Según el esquema presentado teóricamente por los funcionarios,
estas medidas no serían inflacionarias en tanto y en cuanto se toma-
sen los recaudos necesarios para contener los agregados monetarios.
Sin embargo, el mayor nivel del tipo de cambio sumando a la quita
de retenciones produjo un precio efectivo de exportación para los
bienes de origen agropecuarios (principalmente alimentos) mucho
mayor. Lógicamente, ese precio se vería reflejado en el mercado in-
terno, dado que el exportador está dispuesto a venderlo al mismo
precio que en el mercado internacional, pero no a uno menor. Tra-
tándose principalmente de alimentos, cuya demanda es inelástica, no
se produjo el descenso de precios pensado en el esquema de equili-
brio general. A esto, se sumó el impacto en las tarifas de servicios
básicos, también con demanda inelástica y con idéntico resultado.
Pero, además, significó un aumento de costos en muchos sectores de
la industria que tuvieron que aumentar sus precios para mantener
cierto margen de ganancia.
Entonces, estas medidas provocaron una inflación que, en los pri-
meros seis meses de Gobierno casi triplicó la inflación de los seis me-
ses anteriores, alcanzando en la Ciudad de Buenos Aires3 un 30,1%,
contra el 11% que acumulaban los meses anteriores. El siguiente grá-
fico muestra esa comparación mes a mes.

2 Fuente: Tipo de Cambio de Referencia Comunicación “A” 3500, BCRA.


3 Atendiendo que el actual IPC publicado por el INDEC registra su primera inflación.

204 Santiago Fraschina (comp.)


INFLACIÓN COMPARADA
(en % mensual, seis meses antes y después de diciembre de 2015)

0,065449161

0,039169185 0,041373725 0,039694603 0,050341271

0,033181478

0,020403033 0,01831171 0,019538258


0,016571244 0,017015032
0,013502611

junio a noviembre de 2015 diciembre de 2015 a mayo 2016

Fuente: elaboración propia en base a IPC CABA

Pasados los primeros meses de Gobierno, el argumento del Poder


Ejecutivo consistía en que la inflación inicial se debía a una correc-
ción de precios relativos necesaria dado que la mayoría de los precios
son inflexibles a la baja, pero que rápidamente se entraría en el sen-
dero de la estabilización, donde la variación de precios sería cada vez
menor. Sin embargo, pasados 30 meses de la gestión, no se observa en
ningún momento del período tal sendero descendente.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 205


INFLACIÓN MAYO 2016 A JUNIO 2018
(en % mensual e interanual)

4,5% 35%
4,0%
30%
3,5%
25%
3,0%
2,5% 20%

2,0% 15%
1,5%
10%
1,0%
5%
0,5%
0,0% 0%
may-16

may-17

may-18
jul-16

feb-17

jul-17

feb-18
sep-16

sep-17
nov-16

nov-17
dic-16

dic-17
ene-17

abr-17

ene-18

abr-18
oct-16

oct-17
jun-16

mar-17

jun-17

mar-18

jun-18
ago-16

ago-17

IPC mensual IPC interanual

Fuente: elaboración propia en base a IPC-INDEC, segmento GBA.

Como muestra el gráfico anterior, el IPC se mantuvo por tan solo


cuatro meses consecutivos por debajo del 2% mensual, variación que
representa, anualizada, una inflación del 26,8%. Pese a los malos re-
sultados, desde el BCRA se presentaba aquel fenómeno de precios
como desinflacionario mostrando que la gestión era relativamente
exitosa en esta materia.
Dejando atrás el argumento del equilibrio general, el BCRA había
encontrado la forma de mostrar un sendero descendente de, al me-
nos, una parte de la inflación. Desde mayo de 2016, el INDEC medía,
por primera vez en su historia, la inflación desagregada en tres com-
ponentes: el de precios regulados, el de estacionales y el componente
núcleo. Este último, era en el que los funcionarios del BCRA hacían
foco para publicitar los resultados de su política. Para estar a salvo de
algún mes no del todo bueno, en términos de desinflación, se mos-
traba el promedio móvil de los últimos tres meses. Es el gráfico que

206 Santiago Fraschina (comp.)


se presenta a continuación al que se le añade, para contextualizar, el
nivel del tipo de cambio.

INFLACIÓN NÚCLEO Y TIPO DE CAMBIO (ARS/USD)


(media móvil tres meses)

3,5% $30
2,9%
3,0% $25
2,5%
2,5%
$20

Tipo de cambio
2,0%
2,0%
$15
1,5%
1,6%
1,4% $10
1,0%

0,5% $5

0,0% $0
may-17

may-18
feb-17

feb-18
jul-16

jul-17
sep-16

sep-17
nov-16

nov-17
dic-16

dic-17
abr-17

abr-18
ene-17

ene-18
oct-16

oct-17
mar-17

jun-17

mar-18

jun-18
ago-16

ago-17

Media móvil IPC núcleo Tipo de cambio

Fuente: elaboración propia en base a INDEC, segmento GBA y BCRA

El sendero descendente de la línea negra entre abril y noviembre


de 2017, les permitió anunciar el éxito de sus políticas de control de
tasa sobre las variaciones de precios. Esperaban un descenso mayor,
pero el camino en pendiente negativa era síntoma de “éxito” al que
atribuían a la política monetaria que se estaba llevando adelante. Lo
cierto es que, desde la óptica de la otra parte de la biblioteca, el des-
censo en la tasa de inflación era explicado porque las causas que ha-
bían desatado su aceleración (principalmente incremento de tarifas y
salto en el tipo de cambio) habían sido morigeradas.
El año 2016 mostró, como se verá más adelante, una caída en el
poder adquisitivo de los trabajadores, desempatando hacia el lado

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 207


del capital en la puja distributiva. Por otro lado, el supuesto proceso
desinflacionario se dio muy de la mano con un tipo de cambio estable
producto de la entrada de capitales financieros que abastecieron los
déficits externos de la economía argentina. De esta manera, se podría
argumentar que el descenso de la inflación en parte de 2017 se debe
en mayor medida al “ancla cambiaria” de gran parte del año más que
a una política exitosa de inflation targeting. No obstante, es difícil ha-
blar de una política exitosa en la materia cuando el año finalizó con
una inflación del 24,8% y la meta trazada por el BCRA era de 14,5%,
con una banda superior del 17%. Es decir que, en el momento de
menor inflación del período de Gobierno, las metas trazadas estaban
incumplidas por más de 10 puntos porcentuales.
Además, como para que la hipótesis “no monetarista” del ancla
cambiaria tenga más asidero, apenas se inició el proceso de alza del
tipo de cambio a fines de 2017, la medida de “la inflación que más
depende del BCRA”, como definían sus funcionarios a la inflación
núcleo, picó en punta. Para junio de 2018 alcanzó su máximo desde
que se mide.
De esta manera, la inflación acumulada en los dos años y me-
dio que comprende el período analizado en este trabajo alcanzó un
110%, superando el alza general de precios para un idéntico período
de tiempo inmediatamente anterior, o en otras palabras, superando
la “inflación heredada”.

208 Santiago Fraschina (comp.)


INFLACIÓN COMPARADA ENTRE PERIODO
(en % acumulado, 31 meses antes y después de diciembre de 2015)

1,15

1,1

1,05

0,95 110%
0,9
99%
0,85

0,8
may-13 a nov-15 dic-15 a jun-18

Fuente: elaboración propia en base a IPC-CABA e IPC nacional


INDEC4

Los números hablan por sí solos y cualquier evaluación de la po-


lítica antiinflacionaria durante estos dos años y medio tiene, a la luz
de los resultados, poco para destacar. Para peor, el alza del tipo de
cambio de los últimos meses del período en análisis hace que la in-
flación se encuentre fuera de control. Si se anualiza la inflación del
último bimestre (junio y julio de 2018) al momento de la redacción
de este capítulo, la inflación alcanza un 50%. Más allá de los magros
resultados del plan de estabilización inicial, algunas características de
la inflación argentina durante estos dos años y medio dejan aún más
tela para cortar.

4 Se utiliza IPC CABA hasta la publicación del IPC gba INDEC en mayo de 2016. Se
continúa con IPC Nacional a partir de su publicación en enero de 2017. De utilizar un
único IPC para todo el período comprendido, el IPC CABA acumula 115%.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 209


En primer lugar, un fenómeno característico de estos dos años y
medio de gobierno fue el enorme déficit de cuenta corriente que de-
manda dólares para mantener esa brecha externa. En un primer mo-
mento, el problema fue poco advertido por las políticas del Ejecutivo,
dado que la entrada de dólares por el canal financiero ponía un parche
a tal necesidad. Sin embargo, la profundización del déficit comercial y
el giro en el flujo de los capitales extranjeros evidenció la necesidad de
divisas que, con una inflación creciente, genera expectativas de deva-
luación permanente. Esto sucede porque ante el alza de los precios in-
ternos, se necesita un mayor tipo de cambio para cerrar la mencionada
brecha externa. La devaluación, por la estructura económica Argenti-
na, genera, al menos en el corto plazo, efectos recesivos y un traslado a
precios que realimenta el proceso, volviéndose a generar expectativas
de devaluación. De esta manera, lejos de alentar el consumo, esta infla-
ción combinada con déficit de cuenta corriente genera, vía expectativas
de devaluación, más recesión.
Otro punto para desarrollar es la regresividad de la inflación del
período. Suele decirse que la inflación es un fenómeno regresivo en
tanto y en cuanto afecta en mayor proporción a los sectores de meno-
res ingresos. Esta afirmación es cierta en inflaciones sin cambios de
precios relativos (y con todo lo demás constante). Quienes tienen in-
gresos fijos que deben gastar en su totalidad para sostener un mínimo
de condiciones básicas de vida, perderán tanto poder adquisitivo como
aumente el nivel de precios. En cambio, quienes tengan la posibilidad
de no gastar la totalidad de sus ingresos podrán dedicar, al menos una
parte de éstos, a la adquisición de bienes durables que conserven su va-
lor (suponiendo que no hay cambio de precios relativos y excluyendo
inversiones financieras).
Más allá de este ejercicio teórico, rara vez se observan procesos in-
flacionarios sin cambios de precios relativos. A mayores tasas de infla-
ción, las variaciones en los precios relativos, generalmente, también lo
son. Entonces, si un proceso inflacionario se caracteriza por mayores
subas en servicios, tales como turismo o esparcimiento, asociados al

210 Santiago Fraschina (comp.)


consumo de sectores más ricos y con bajos aumentos en alimentos y
servicios públicos, asociados a todos los sectores pero que conforman
la totalidad de la canasta de consumo de los sectores más pobres, estos
percibirán un menor incremento de precios en sus consumos respecto
de los sectores de mayores ingresos. Inflaciones con estas característi-
cas suelen producirse cuando ésta es impulsada por la puja distributiva
ya que los salarios tienen mayor peso relativo en la estructura de costos
de los servicios que en la de los bienes de consumo masivo (Panigo,
Rosanovich, García Diaz y Monteagudo, 2017). Así, una inflación con
estas características tiene rasgos progresivos, independientemente de
la evolución de los ingresos de cada sector.
Ahora bien, lo sucedido en el período de análisis fue totalmente lo
contrario a lo descripto en el ejemplo anterior. A lo largo del período
analizado, se destaca el incremento en los precios de los servicios pú-
blicos, que funcionó como traccionador de la inflación en su conjunto.

VARIACIÓN DE PRECIOS DESAGREGADA POR RUBRO


En porcentaje acumulado entre diciembre de 2015 y junio de 2018

Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles 212,9%


Bebidas alcohólicas y tabaco 144,3%
Comunicaciones 129,5%
Transporte 110,6%
Salud 108,4%
Restaurantes y hoteles 103,0%
Bienes y servicios varios 99,8%
Alimentos y bebidas no alcohólicas 97,8%
Educación 95,0%
Recreación y cultura 93,9%
Equipamiento y mantenimiento del hogar 89,2%
Prendas de vestir y calzado 82,0%

Nivel General 115,1%

Fuente: elaboración propia en base a IPC CABA

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 211


De la desagregación del rubro de mayor aumento, se obtiene que
el suministro de agua incrementó su precio en 470%, el de gas en
497% y el de electricidad hizo lo propio en 1036%, siendo los servi-
cios más esenciales los que más incrementaron sus precios dentro del
rubro “vivienda, agua, electricidad, y otros combustibles”.
En tanto que, si se analiza la inflación de los últimos meses, fue ti-
rada principalmente por el aumento del tipo de cambio. Se tiene que
el rubro de mayor aumento es en los productos transables, en una
Argentina que se caracteriza por exportar principalmente alimentos.
Una inflación de estas características también afecta en mayor medi-
da a los sectores más pobres.

VARIACIÓN DE PRECIOS DESAGREGADA POR RUBRO


En porcentaje acumulado en el período, bimestre mayo
y junio de 2018

Alimentos y bebidas no alcohólicas 8,6%


Transporte 8,0%
Salud 6,6%
Equipamiento y mantenimiento del hogar 6,3%
Recreación y cultura 6,0%
Bienes y servicios varios 5,2%
Restaurantes y hoteles 5,1%
Comunicaciones 4,3%
Prendas de vestir y calzado 3,9%
Bebidas alcohólicas y tabaco 2,5%
Educación 2,1%
Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles 1,9%
Nivel general 5,9%

Fuente: elaboración propia en base a IPC-INDEC

Si bien el último gráfico muestra un período muy acotado, da in-


dicios de que la suba del tipo de cambio, que se profundizó en los
meses de mayo y junio, sumado a las expectativas de devaluación

212 Santiago Fraschina (comp.)


que no cesan, son causantes de una inflación regresiva impulsada por
los alimentos que la economía argentina produce y consume, enten-
diendo que son bienes transables y con margen para el aumento de
precios, dada su inelasticidad. La desagregación por rubro del último
bimestre lo muestra de esa manera.
La caracterización de la inflación por aumento de regulados o por
subas del tipo de cambio combinadas con quita de retenciones como
regresiva surge de la intuición de que los bienes que impulsan y en-
cabezan el aumento general de precios, son consumidos en mayor
proporción los sectores de menores ingresos. Esto último lo confirma
cualquier encuesta de gasto de hogares. Esta proporción se ve incre-
mentada en contextos de pérdida de poder adquisitivo. Teniendo en
cuenta que, por su necesidad, son bienes de baja elasticidad-precio,
ante los menores ingresos reales caerá el consumo de bienes prescin-
dibles. De esta manera, las canastas que consumen los sectores más
pobres están compuestas cada vez por una mayor proporción de los
bienes que más aumentan. Como complemento de esta intuición, se
agrega en el siguiente gráfico la inflación por deciles que elabora el
Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET). Con sus limitaciones,
por tratarse de un índice de precios elaborado sin la capacidad de
relevamiento del Estado, muestra una escalera descendente de iz-
quierda a derecha casi perfecta, que da cuenta de las consecuencias
regresivas de la inflación de este período: a menores ingresos, mayo-
res aumentos de precios perciben en su canasta de consumo.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 213


INFLACIÓN POR DECILES
(en porcentaje acumulado interanual a junio 2018)

0,33
0,318
0,32
0,308
0,31
0,298
0,3
0,291 0,293
0,29 0,289
0,29 0,287 0,287
0,28
0,28

0,27

0,26

0,25

0,24
Decil 1 Decil 2 Decil 3 Decil 4 Decil 5 Decil 6 Decil 7 Decil 8 Decil 9 Decil 10

Fuente: IET

Del mismo informe surge que si se toma el período comprendido


entre noviembre de 2015 y julio de 2018, la inflación acumulada del
decil 1 de los asalariados formales (127,2%) fue 27,5 puntos más alta
que la del decil 10 (99,7%).
Antes de complementar el análisis con los ingresos, parece ne-
cesario remarcar algunas cuestiones que hacen de la medición de la
inflación una necesidad para la mejora de las políticas económicas.
En primer lugar, el sesgo plutocrático subestima la inflación en infla-
ciones regresivas, hecho que produce pérdida de poder adquisitivo
en los sectores más pobres y ganancia en los más ricos, incluso con
una indexación perfecta. Pero más allá de las mejoras de un índice
general, urge la necesidad de la elaboración y medición periódica de
distintas canastas para diferentes grupos poblacionales. Esto es, por
un lado, inflaciones por estrato de ingreso y también por otras carac-

214 Santiago Fraschina (comp.)


terísticas, por ejemplo, el grupo de adultos mayores. Esto permitiría
un mejor análisis de la política económica que permita propuestas
más focalizadas y efectivas. Por ejemplo, en las formas de actualiza-
ción de los haberes. Hoy por hoy se actualiza con el mismo índice de
precios tanto la AUH, cuyos beneficiarios son familias de los estratos
de menores ingresos con hijos en edad escolar, como los haberes ju-
bilatorios. Sus beneficiarios tienen un consumo totalmente diferente
entre sí y con respecto a la canasta que conforma el IPC. Cuando tal
disparidad es en perjuicio de estos sectores, como en el caso analiza-
do, este problema aparentemente metodológico pasa a ser un proble-
ma político de desigualdad, en tanto y en cuanto significan menores
ingresos reales para los sectores que ya tienen bajos ingresos.

Salarios reales, su medición

En este segundo apartado se complementará el análisis de precios


con la evolución de los ingresos. Acaso la principal consecuencia que
subyace de un período de fuertes aumentos de precios es el deterioro
del poder de compra de los asalariados, en la medida que estos ingre-
sos fijos no se actualicen, al menos, a la par de la inflación.
La noción de salario real hace referencia al poder adquisitivo del
salario. Así, es habitual expresarlo en relación con el costo de una ca-
nasta de bienes que represente el consumo de los asalariados. De este
modo, el cociente entre el salario nominal y el valor de la canasta es el
salario real, que expresa la cantidad de canasta que compra el salario
nominal. Sin embargo, en la práctica no se cuenta con la valorización
de dicha canasta, pero el IPC sí muestra la evolución del valor de una
canasta representativa del consumo de la población (con sus sesgos
ya mencionados).
Con esto, será imposible medir la cantidad de “canastas” que com-
pra el salario, pero sí se podrá, a través de la variación del salario
nominal y de la variación de la canasta, llegar a una medida de salario

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 215


real en pesos constantes del año que se tome como referencia. Sus va-
riaciones serán equivalentes a la variación en la cantidad de canastas
que puede comprar el salario nominal.

Objetivo de política económica o accidente indeseado

Todo plan de gobierno se puede segmentar en políticas por rubro.


Se ha analizado la política antiinflacionaria cuyo principal ejecutor
era la dirección del BCRA. El rubro por analizar en este apartado es
la política del poder ejecutivo en lo relativo al empleo, cuya ejecución
formal se canalizaba a través del Ministerio de Trabajo, centrándose
en la evolución monetaria de los salarios.
El nivel de salario y la recomposición de ingresos requieren de
una combinación de variables que, otra vez, según el marco ideoló-
gico que se lo enfoque se entenderán a una o a otras como determi-
nantes. Algunas de estas variables son la productividad, el desempleo,
el poder de negociación de los sindicatos, el nivel de actividad de la
economía (o crecimiento del producto).
Más allá de los análisis teóricos que puedan hacerse de estas va-
riables, en el más corto plazo, la herramienta con la que cuentan los
asalariados registrados para las recomposiciones salariales son los
acuerdos paritarios entre los representantes de quienes reciben el sa-
lario y quienes lo pagan. El Poder Ejecutivo, sin embargo, tiene el
rol de garantizar estas discusiones y por ello es que puede inclinar la
balanza más para un lado o para el otro. Además, en muchos casos es
el mismo Estado nacional quien ocupa el lugar de la patronal en las
negociaciones paritarias. De esta forma suele funcionar como pauta
para el conjunto de los trabajadores registrados que comparan otros
acuerdos salariales firmados en el mismo periodo.
Entonces, este apartado recorrerá la evolución de los salarios con
relación al alza de precios generalizada estudiada en el apartado an-
terior, otorgando una medida de salario real, calculada de la manera

216 Santiago Fraschina (comp.)


dicha anteriormente. En este camino se planteará el interrogante de
en qué medida la evolución que tuvo el poder adquisitivo fue una
consecuencia indeseada del fracaso de la política antiinflacionaria y
en qué medida fue un objetivo deliberado, utilizando a la inflación
generada con aumentos tarifarios y devaluaciones para lograr correc-
ción de precios relativos, que incluía el salario a la baja.

Las pautas salariales del Poder Ejecutivo

Para brindar los primeros indicios de respuesta a los interrogantes


planteados, se dejarán asentadas declaraciones de funcionarios del
Poder Ejecutivo, que daba señales de que el objetivo era el descenso
de los salarios y, dado el poder de negociación de los sindicatos y la
costumbre de paritarias anuales, la inflación era una herramienta que
colaboraba con ese objetivo.
Apenas iniciado el período de la actual gestión, en diciembre de
2015, el entonces Ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay declaraba
en un canal televisivo que “cada gremio sabrá dónde le aprieta el za-
pato y hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio de empleos”.
Con esto hacía referencia a que deberían elegir entre aumento salarial
y pérdida de puestos de trabajo de sus representados. Es decir, que
quienes ocupaban cargos de gestión trasladaban la responsabilidad
de garantizar derechos como el trabajo o un salario dignos a los re-
presentantes gremiales arrinconándolos en una disyuntiva.
Meses más tarde se abriría la ronda de paritarias en los diferentes
gremios. Si bien estas son formalmente libres y en las negociaciones
entre privados el rol regulador del Ministerio se limita a la homologa-
ción del acuerdo firmado en el marco del convenio colectivo de cada
gremio, como se dijo, el Poder Ejecutivo tiene un rol de hecho que
marca una pauta de incremento salarial. Además, en una proporción
importante de los acuerdos una de las partes es el mismo Estado na-
cional: trabajadores estatales, docentes, etc. Por eso es que, en cada

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 217


principio de año, aparecen en la prensa trascendidos sobre estas pau-
tas, como el caso de un artículo de Ámbito Financiero del 02/02/2016
que se cita a continuación:

El Gobierno nacional confirmó el techo a las paritarias. El


ministro de Trabajo, Jorge Triaca, ratificó que se busca que
los aumentos salariales a discutirse se ubiquen entre 20%
y 25% (…).
Según el funcionario, “el margen de discusión” para las pa-
ritarias será entre 20 y 25% ya que dijo, creemos que ahí va
a estar la inflación de este año.

De este modo, se imponía una pauta salarial en forma de techo


que surgía de las metas de inflaciones, sistemáticamente subestima-
das por el Poder Ejecutivo. Los acuerdos de 2016 fueron algo mayores
que aquella pauta inicial, pero estuvieron lejos de los aumentos gene-
rales de precios en todos los sectores, como se mostrará más adelante.
Al año siguiente, la estrategia del Poder Ejecutivo fue similar. Los
esfuerzos estuvieron puestos en firmar acuerdos mirando “hacia ade-
lante”, entendiendo que se transitaba una inflación moderada pero des-
cendente. La pauta para ese año era del 20%, 3 puntos por arriba de la
banda superior de la meta de inflación del BCRA. Así, se presentaba
como una meta que recuperaría lo perdido en el año anterior. Sin em-
bargo, tras la experiencia de ese año, muchos gremios estuvieron dis-
puestos a aceptar la pauta tras el ofrecimiento de una cláusula gatillo.
Esta implicaba que, ante una inflación que supere el monto acordado,
se renegociaría el salario para empardarlo con el alza de precios. Así, en
la mayoría de los casos el aumento paritario empató con la inflación de
ese año y, dependiendo de cuán pronto fueron percibidos esos aumen-
tos, se obtuvo una recuperación del salario real en relación con 2016.
En el año en curso, una vez más, se intentaron alinear los au-
mentos salariales con las metas de inflación, pese a no alcanzarlas
en los períodos anteriores. En un artículo del diario El Cronista del

218 Santiago Fraschina (comp.)


22/01/2018, se cita al ministro del Interior Rogelio Frigerio: “El Go-
bierno entiende que las paritarias tienen que ser libres. Tenemos una
meta de inflación para este año del 15%, y entendemos que toda la
sociedad tiene que acompañar al Gobierno para que esta meta se al-
cance”. Así, con el objetivo de una inflación del 15%, se difundió una
pauta salarial que la acompañe. En ningún momento se planteó una
pauta que implique un incremento del salario real, incluso cuando se
preveía crecimiento.
Ejemplificando, el presupuesto de ese año preveía inicialmente
un crecimiento del PBI de más de 3%, es decir que, de cumplirse, la
Argentina habría aumentado su riqueza. Ofrecer en ese marco un
aumento salarial exactamente igual a la pauta inflacionaria es hacer
explícito el plan de que todo el excedente de ese año respecto del
anterior sea apropiado por el capital. La pregunta que subyace en este
escenario es sobre la forma en que se construyeron las expectativas
inflacionarias que daban lugar a las pautas de aumentos salariales.
Una novedad que fue funcional a esa generación de expectativas fue
la creación por parte del BCRA del Relevamiento de Expectativas de
Mercado (REM).

El rol del REM

Cuando se habla del Relevamiento de Expectativas de Mercado


(REM), se hace referencia a pronósticos sobre determinadas varia-
bles que el BCRA se encarga de recopilar de distintas instituciones,
en su mayoría consultoras. Así, se difunde mes a mes lo que supone
representar las expectativas del mercado sobre el desenvolvimiento
futuro de la inflación, la tasa de interés, el tipo de cambio nominal, la
actividad (en tasa de crecimiento) y el resultado primario del Sector
Público no Financiero.
El listado de participantes habilitados lo integran 60 instituciones,
entre consultoras, bancos y fundaciones que, a simple vista, parecen

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 219


formar una muestra interesante si lo que se quiere mostrar son las ex-
pectativas de los analistas económicos emparentados ideológicamen-
te con el Gobierno. Sin embargo, esta muestra no parece representar
las expectativas de todo el espectro ideológico de analistas económi-
cos. Se puede decir que la muestra está ideológicamente orientada.
De esta forma, se obtienen pronósticos direccionados en un sentido
exageradamente optimista, propios de una muestra sesgada o que
muestran, en parte, el deseo de los analistas considerados. Lejos de
ser una presunción, esta divergencia se evidenció año tras año. Por
ejemplo, a principios de 2017, el REM indicaba una expectativa de
inflación para de 19,5% para ese año, número que fue corrigiendo a
medida que los meses hacían inviable dicha predicción. Así, fue con-
vergiendo “por abajo” con el dato efectivo.

REM SOBRE INFLACIÓN 2017

24,8
20,14583333
18,5144

Pronostico REM Inflación 2017

Fuente: elaboración propia en base a REM-BCRA e IPC-INDEC

Para 2018 estaban previstos más aumentos en los precios regulados


(tarifas de servicios y transporte), la suba del precio del petróleo pre-
sionaba sobre el precio del combustible al público ahora decidido libre-

220 Santiago Fraschina (comp.)


mente por las refinadoras y el dólar retomaba una tendencia creciente.
Sin embargo, el exagerado optimismo del programa económico conti-
nuó pese a la evidencia de 2017 y sobre diciembre de ese año el BCRA
anunciaba una meta de 15%. El “mercado”, condescendiente, expresaba
que esperaba en ese entonces una inflación del 17,4%. En la medida que
se conocían los primeros datos del IPC de 2018 y se disparaba el tipo de
cambio, la corrección era obligada. No se puede tapar el sol con la mano
y si en el primer semestre se alcanzó una inflación del 16%, se hacía im-
posible sostener expectativas tan cercanas a las pautas inflacionarias. Así,
fueron mes a mes corrigiendo las proyecciones “hacia arriba”.

REM SOBRE INFLACIÓN 2018

0,318
0,3
0,271

0,22
0,199
0,174
0,157 0,16
0,1425 0,1491
0,14 0,14 0,14

Fuente: elaboración propia en base a REM-BCRA

Para entender el porqué de las expectativas del mercado siempre


por debajo de la inflación que luego resultó medida por el IPC, se
ofrecen dos explicaciones posibles. Sin menospreciar la dificultad que
contienen las predicciones en ciencias sociales, dado el sesgo ideoló-
gico mencionado, parece posible que estas estén basadas en un voto
de confianza al equipo económico, orientado a hacer lobby para ganar

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 221


prestigio en el mundillo de analistas del establishment. La otra posibi-
lidad es que las predicciones tengan un riguroso basamento de análisis
de la realidad económica y de las políticas antiinflacionarias aplicadas,
pero que estas últimas tengan resultados mucho menos eficaces que los
que un riguroso análisis espera. Así es que se produce un alejamiento
entre la inflación efectiva y lo que se esperaba de las políticas anun-
ciadas. Como tercera alternativa, aparece una combinación de ambas.
Con estos resultados a la vista, lo que no pueden coexistir son predic-
ciones rigurosas y una política antiinflacionaria exitosa.
Pese a esta dinámica, se logró imponer como costumbre el uso de
esta herramienta para proyectar las variables a futuro. Así, fue tal la
difusión de este relevamiento que fue suficiente para que los acuer-
dos paritarios tomen referencia de estas proyecciones esperadas por
“el mercado”. De hecho, es notable como los acuerdos paritarios se
celebraron con números muy emparentados con los previstos por el
REM al momento del acuerdo. En general las paritarias se cierran
entre marzo y junio, dependiendo del gremio.
Entonces, se generó un escenario en donde el BCRA tenía una
meta de inflación que era convalidada por las expectativas “del mer-
cado” y era difundida por los medios de comunicación y utilizada en
general por cualquier difusión que prevea resultados a futuro. Esta
coordinación entre las metas fijadas por el BCRA, el relevamiento
de especialistas emparentados ideológicamente con la conducción
del mismo y las pautas salariales que el Poder Ejecutivo anunciaba e
imponía sin dar el brazo a torcer en las negociaciones en las que el Es-
tado nacional era protagonista condicionaron los aumentos salariales
nominales de estos años. Por ejemplo, las paritarias acordadas con
los trabajadores estatales, donde el Estado nacional es protagonista,
fueron del 31%, 20% (con cláusula gatillo) y 15% en cada uno de los
años de análisis, respectivamente (2016,2017 y 2018).

222 Santiago Fraschina (comp.)


Evolución del poder adquisitivo. Resultados.

Introducido el escenario en que se dio cada una de las negociacio-


nes paritarias, se pasará al análisis de resultados. Como se explicó, se
mostrará el salario real expresado en pesos constantes tras la deflac-
tación del salario nominal por el IPC o bien se mostrarán indicado-
res de su evolución. En el siguiente caso se muestra la evolución del
salario real expresado en pesos constantes de junio de 2018. Se elige
una fecha cercana para dimensionar fácilmente la pérdida de poder
de compra en el período, dado que debido a la inflación es difícil
tomar noción de ella de los pesos de una fecha lejana. En este caso,
se toma para el cálculo la Remuneración Imponible Promedio de los
Trabajadores Estables (RIPTE).
Para dimensionar fácilmente la pérdida de poder de compra en
dos años y medio.

EVOLUCIÓN DEL SALARIO REAL Y PÉRDIDA MONETARIA


ACUMULADA
(en pesos constantes de junio de 2018)

33000 80000

32000 70000

60000
31000
50000
30000
40000
29000
30000
28000
20000
27000 10000

26000 0
42309
42339
42370
42401
42430
42461
42491
42522
42552
42583
42614
42644
42675
42705
42736
42767
42795
42826
42856
42887
42917
42948
42979
43009
43040
43070
43101
43132
43160
43191
43221
43252

Pérdida acumulada en pesos constantes


Salario real registrado mediano en pesos constantes de junio 2018

Fuente: elaboración propia en base a RIPTE (MTySS) e INDEC

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 223


La línea muestra la evolución del salario en términos reales y las
barras hacen lo propio con la diferencia acumulada entre la remu-
neración promedio percibida cada mes y la de noviembre de 2015.
Así, actualizados los valores a junio de 2018, un trabajador promedio
registrado acumula una pérdida de $68.763, monto equivalente a más
de 2 salarios.
Se observa una fuerte caída del poder adquisitivo en 2016 por
el impacto inflacionario de la primera devaluación y el aumento en
servicios públicos y transporte. En 2017 operó el “ancla cambiaria”
en los precios y los aumentos paritarios se asemejaron al de inflación
por la cláusula gatillo implementada en la mayoría de los gremios.
Entonces, se produce en ese año un rebote en la trayectoria de los
salarios que recuperan parte del perdido en 2016. Si bien las parita-
rias no fueron, en general, mayores a la inflación, el incremento real
se debe a que en la mayoría de los casos las paritarias no se rigen por
el año calendario y parte de los acuerdos de 2016 se terminaron de
percibir en 2017.
El gráfico anterior se limita a los trabajadores registrados, que es
tan solo una parte de la población trabajadora argentina. Otra parte
(aproximadamente un tercio5) no cuenta con un empleo en el sector
formal. Por lo tanto, parece relevante mostrar la evolución del salario
real por segmentos. En este caso, se desagrega su evolución en el sec-
tor privado registrado, el sector público y el no registrado.

5 La tasa de trabajadores no registrados se ubicó en 34,2 % el 4to trimestre de 2017


(EPH -INDEC).

224 Santiago Fraschina (comp.)


EVOLUCIÓN DEL SALARIO REAL
(desagregado por sector, en números índice,
noviembre 2015 = 100)

105

100

95

90

85

80
42309
42339
42370
42401
42430
42461
42491
42522
42552
42583
42614
42644
42675
42705
42736
42767
42795
42826
42856
42887
42917
42948
42979
43009
43040
43070
43101
43132
43160
43191
43221
43252
Privado registrado Público Privdo no registrado

Fuente: elaboración propia en base a INDEC6

Como es de esperarse, las trayectorias son, a grandes rasgos, simi-


lares. En los tres sectores se observa una fuerte caída de salario real en
2016, explicada por la aceleración inflacionaria de dicho año. Al año
siguiente se recuperan los salarios, sin llegar en ningún momento al
nivel alcanzado en noviembre de 2015. En 2018, se vuelve a acelerar
la inflación y ya alcanza los mínimos de dos años atrás. Entre sus
diferencias, se destaca la trayectoria del salario real de sector público,
que permanece por debajo de los otros dos segmentos en la mayor
parte del período analizado. Esto da cuenta de que el sector cuyo
poder adquisitivo depende directamente de las decisiones del poder

6 Entre noviembre de 2015 y septiembre de 2016 se tomó el IPC CABA debido a


que el INDEC no posee estadísticas públicas. La variación de salarios del sector no
registrado se publica a partir de octubre de 2016. Hasta entonces se utiliza la variación
de salario total en esa serie.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 225


ejecutivo fueron los más perjudicados. Los salarios de este sector fue-
ron objeto de duros recortes para, según el discurso oficial, producir
un ahorro fiscal que permita reducir el déficit. Esto lo distancia en la
caída con respecto a los otros dos sectores.
Los gráficos mostrados hasta el momento dan cuenta de una fuer-
te caída del poder de compra, pero siempre con respecto a un punto
de referencia, el mes de noviembre de 2015. No parece la referencia
de un solo mes para analizar la evolución del poder adquisitivo un
período tan corto. Sin embargo, es posible mostrar la evolución del
salario real tomando como referencia los últimos 12 meses. De esta
forma, el índice salarial de cada mes se compara con el salario prome-
dio de los 12 meses anteriores, hecho que hace la trayectoria mucho
más estable, marcando la tendencia de cada momento.

EVOLUCIÓN DEL SALARIO REAL


(media móvil 12 meses)

102

100

98

96

94

92

90
42339
42370
42401
42430
42461
42491
42522
42552
42583
42614
42644
42675
42705
42736
42767
42795
42826
42856
42887
42917
42948
42979
43009
43040
43070
43101
43132
43160
43191
43221
43252

Fuente: elaboración propia en base a RIPTE (MTySS) e INDEC

De este modo se agrega evidencia sobre la caída del poder ad-


quisitivo, marcando la tendencia negativa del salario real, a salvo de
fuertes oscilaciones mensuales. En este caso, el mínimo de la serie

226 Santiago Fraschina (comp.)


se observa en 2017 porque representa el promedio de los últimos 12
meses, comprendiendo gran parte de 2016.
Por último, se procede a mostrar la caída relativa del poder ad-
quisitivo. Esto es, cuánto menos que en noviembre de 2015 compra el
promedio de los salarios. Las barras muestran esa pérdida cada mes.
Pérdida que alcanzó el 11% en noviembre de 2016 y que en ningún
momento del periodo analizado el poder de compra del salario fue
siquiera equivalente al de noviembre de 2015. La caída promedio en
estos dos años y medios fue del 6,8%.

PÉRDIDA DE PODER ADQUISITIVO
DEL SALARIO REGISTRADO
(en % acumulado)

14,0%

12,0%

10,0% 9,1%
6,8%
8,0%

6,0%

4,0%

2,0%

0,0%

Punta a punta Promedio

Fuente: elaboración propia en base a RIPTE (MTySS) e INDEC

La caída de los ingresos reales redunda, inexorablemente en una


caída en el consumo de la población. Esto implica la contracción del
principal motor del crecimiento económico en la Argentina (el con-
sumo privado representó el 73,3% del producto brito de 2017). Pero,

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 227


además, y como consecuencia más terrenal e inmediata significan
más familias en la pobreza, más familias en la indigencia. Es decir,
más personas con hambre en la Argentina
El salario fue, por tratarse del principal ingreso de la población, el
analizado hasta el momento. Quedan por analizar otros ingresos que
también alcanzan a gran parte de la población. Los haberes jubilato-
rios llegan a más de 5,7 millones de beneficiarios7. El siguiente gráfico
muestra de la misma manera que el gráfico anterior, la pérdida de
poder adquisitivo de las jubilaciones acumulada desde diciembre de
2015.

PÉRDIDA DE PODER ADQUISITIVO


DE LOS HABRES JUBILATORIOS
(en % acumulado)

0,16 0,151919094

0,14

0,12
0,081353666 0,101918535
0,1

0,08

0,06

0,04

0,02

Punta apunta Promedio

Fuente: elaboración propia en base a Anses e INDEC

La jubilación de agosto de 2016 llegó a ser, en términos reales,


un 15% menor a la de noviembre de 2015 y la de junio de 2018 lo es
en un 10%. El promedio de la caída de poder de compra alcanza el
8% en estos dos años y medio. El poder de compra de la Asignación

7 Fuente: Ministerio de trabajo. Cifra del primer trimestre de 2017.

228 Santiago Fraschina (comp.)


Universal por Hijo e hijo discapacitado, que cuenta con 3,8 millones
de titulares, tuvo la misma caída que las jubilaciones, dado que el
sistema de actualización es el mismo.
En este caso, la merma en el poder de compra se debe en parte
a la aceleración inflacionaria, pero también, a la reforma previsio-
nal enviada por el Poder Ejecutivo y aprobada por el Congreso en
diciembre de 2017. Las jubilaciones tenían un mecanismo automá-
tico de actualización semestral que dependía principalmente, de la
recaudación fiscal. A partir la reforma, la actualización de haberes se
realiza en un 70% por la variación del IPC y en 30% por la variación
del RIPTE que, como se ha mostrado, fue menor a la inflación. Ade-
más, el primer aumento de haberes jubilatorios tras la aprobación de
la ley tomó la variación trimestral de esas variables, cuando la última
actualización de haberes había sido 6 meses atrás. Eso fijo una base
inferior para todos los aumentos posteriores y profundizó la caída en
el poder de compra de los adultos mayores.
Por último, vale aclarar que todo el análisis realizado sobre la pér-
dida de poder adquisitivo fue sin segmentación de grupos. Como se
ha explicado, el IPC no representa la canasta de consumo de diferen-
tes grupos poblacionales, pero no existen estadísticas públicas con
canastas segmentadas. Atendiendo esto, es posible que los estratos
de menores ingresos hayan tenido una pérdida mayor por las carac-
terísticas regresivas de la inflación en este periodo. La única segmen-
tación realizada en el trabajo es sobre los ingresos de los jubilados y
se tiene que, con el mismo IPC, su pérdida de poder adquisitivo fue
mayor a la del promedio de asalariados.
Hubiera sido posible segmentar ingresos por decil a partir de los
datos de la EPH. Sin embargo, al momento de realizar el trabajo no
se encuentra publicado el 2do trimestre de 2018 y tampoco fueron
publicados el 4to trimestre de 2015 ni el 1er trimestre de 2016. Este
último junto con el 2do trimestre de 2018 fueron los meses más in-
flacionarios, por lo que un análisis recortando esos esos seis meses
en un periodo tan corto perdería sentido. Por lo tanto, se optó por

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 229


dejar los datos sobre el promedio de los asalariados marcando que,
sólo por las características de la inflación en el periodo es altamente
probable que la pérdida en el poder de compra haya sido aún mayor
para los sectores más pobres.

Conclusiones

El 10 de diciembre de 2015 se produjo un cambio de signo po-


lítico en la conducción del Estado que incluyó un cambio de régi-
men monetario para enfrentar la inflación. A lo largo del capítulo, se
analizan los resultados que muestran evidencia de una aceleración
inflacionaria y un 2018 que, tras recalcularlo en varias oportunida-
des, puso fin al programa de metas de inflación. No sólo significó
el incumplimiento de las metas, sino el fracaso del plan de estabili-
zación en el marco del programa general de gobierno. Además, fue
una inflación con características distributivas en sentido regresivo.
Al estar empujada tanto por devaluaciones como por incremento en
tarifas de bienes esenciales, implicaron mayores aumentos para los
sectores de menores ingresos.
No obstante, esto podría haber sido compensado por incremen-
tos nominales de la magnitud de las variaciones en los precios. Sin
embargo, el conjunto de los salarios reales, tanto en el sector público
como privado y en el formal como en el informal, muestran una caí-
da en el periodo. En todas las rondas de paritarias anuales, las pautas
de incremento salarial estuvieron coordinadas con las metas de in-
flación y con expectativas relevadas por el Banco Central que, valga
la redundancia, jugaron su rol en la formación de expectativas para
convencer a los asalariados de que no perderían poder adquisitivo.
Todas esas medidas fueron realizadas tomando el IPC general. Es de-
cir que no estuvieron a salvo de su sesgo plutocrático que subestima
el peso de los sectores de menores ingresos, cuyos aumentos fueron
mayores.

230 Santiago Fraschina (comp.)


Inexorablemente este fenómeno produce una caída del consumo
que no sólo es sinónimo de menor calidad de vida para la población,
sino que significa apagar el principal motor de crecimiento económi-
co. Además de afectar el crecimiento, la caída de ingresos reales tiene
consecuencias inmediatas y en los sectores más pobres implica pasar
hambre en la Argentina.
Pese a estos resultados, el poder adquisitivo de los que menos tie-
nen y del conjunto de los asalariados está lejos de las prioridades del
Gobierno. Para peor, las perspectivas respecto de los meses venideros
son de una aceleración inflacionaria debido a la mecánica explicada
por el alza del precio del dólar, posterior pass trough y expectativa de
devaluación que reactiva el círculo. Así, se espera una profundización
del fenómeno expuesto en el capítulo, que traiga aparejado un incre-
mento en la pobreza y la indigencia.

Bibliografía

Damill, M. y R. Frenkel (1990), “Hiperinflación y estabilización. La ex-


periencia argentina reciente”, CEDES.
Fanelli, J. y R. Frenkel, “Estabilidad y estructura: interacciones en el
crecimiento económico”, en J. Katz (ed.), Estabilización macro-
económica, reforma estructural y comportamiento industrial. Es-
tructura y funcionamiento del sector manufacturero latinoame-
ricano en los años 90, CEPAL/IDRC–Alianza Editorial, Santiago
de Chile, 1996.
Graña y Kennedy (2008). “Salario real, costo laboral y productividad.
Argentina 1947-2006. Análisis de la información y metodología de
investigación”. Documentos de trabajo, CEPED.
Heymann, Daniel (1986). “Tres ensayos sobre inflación y políticas de
estabilización”, CEPAL.
IET (2018). Informe de precios y salarios.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 231


Panigo, Rosanovich, García Diaz, Monteagudo (2017). “El impacto
asimétrico de la aceleración inflacionaria en la Argentina (2015-
2016)”, en Realidad Económica, n°306, Buenos Aires.
Prais, S. J. (1959). Whose Cost of Living? The Review of Economic
Studies, 26(2):126-134.
Ramos, Joseph (1984), “Estabilización y liberalización económica en el
cono sur”. Documento n° 38 de la CEPAL, Santiago de Chile.
Rosanovich, S. A. (2017). Efectos distributivos de la aceleración infla-
cionaria en Argentina (2015-2017). Revista Propuestas para el De-
sarrollo, año I, número 1, página 1-14.

232 Santiago Fraschina (comp.)


FUGA DE CAPITALES Y ENDEUDAMIENTO
PÚBLICO EN MONEDA EXTRANJERA

Por Pablo Germán Pereira1

La fuga de capitales y el endeudamiento externo son dos proble-


máticas ampliamente estudiadas en la literatura, las cuales a su vez
se pueden abordar analíticamente en forma separada pero que son
habitualmente señaladas como dos fenómenos íntimamente relacio-
nados. En los últimos años, ambos cobran una relevancia marcada a
partir de las políticas de apertura y liberalización financiera imple-
mentadas con el cambio de gobierno a partir de diciembre de 2015.
Sin embargo, estos no son propios únicamente de esta etapa sino que
acumulan larga data y tienen que ver particularmente con los cam-
bios acaecidos a nivel mundial hace ya más de cuatro décadas.
Las desregulaciones de la cuenta de capital a nivel global en la
década de los 80 y 90, han acelerado los movimientos transfronteri-
zos del capital así como la integración comercial y financiera. Estos
flujos de capital, en ocasiones, han favorecido la canalización del fi-
nanciamiento global y la tecnología hacia proyectos productivos y de
infraestructura. La contrapartida ha sido el aumento de la vulnera-

1  Licenciado en Economía (UBA)

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 233


bilidad de las economías nacionales para gestionar los flujos finan-
cieros y los de su cuenta de capital. La problemática de la movilidad
del capital tiene que ver con la posibilidad de que ante un cambio
del panorama económico global o de las condiciones de acumulación
internas, los mismos elijan otras plazas y produzcan bruscas crisis
del balance de pagos a través del cambio de activos locales por ex-
tranjeros. Esto suele estar precedido por fuertes desequilibrios en las
cuentas externas producto de aperturas al comercio exterior y apre-
ciación de la moneda. Las consecuencias del estallido de estos des-
equilibrios son la devaluación, la caída de la demanda doméstica y de
la producción interna, la pérdida de empleos y de poder adquisitivo
de los asalariados y la crisis de las finanzas públicas por la pérdida de
recaudación.
Es en este contexto que se introduce la problemática de la fuga de
capitales. Sin embargo, en la literatura se encuentran diversas formas
de conceptualización de lo que efectivamente significa. En principio,
una primera forma de abordarlo es como una brusca salida de fondos
al exterior en determinadas condiciones coyunturales de estrangula-
miento de una economía (Blancas, 2015). Desde este punto de vista,
los problemas estructurales de una determinada economía y de su
inserción internacional terminarían por producir un masivo flujo fi-
nanciero hacia el exterior que tensionaría la estabilidad económica
interna y produciría una crisis del balance de pagos. Con lo cual, esta
primera mirada sobre el tema hace referencia a situaciones coyuntu-
rales que se resolverían luego del ajuste de las variables internas a la
situación internacional.
A diferencia de esta primer visión, un segundo planteo (Basualdo
y Kulfas, 2000) entiende el problema de la fuga de capitales no como
uno de carácter coyuntural sino estructural. Es decir, la fuga no es
una brusca salida de corto plazo que genera una crisis del balance de
pagos sino que se trata de un drenaje de divisas más o menos cons-
tante que representa recursos que podrían ser invertidos en la econo-
mía pero que sin embargo salen para ser volcados al exterior. Visto

234 Santiago Fraschina (comp.)


de otra forma, se orienta el estudio del problema a la administración
de los activos de los residentes de una determinada economía, ya
sean empresas o particulares que eligen colocar una porción de sus
ingresos y patrimonio en activos en el exterior, lo que representa un
flujo de riqueza que dejará de circular internamente.
A esto debe agregársele que una porción de este flujo tiene lugar
por medio de la evasión o elusión impositiva, en el cual juegan un
rol protagónico los bancos internacionales y los llamados paraísos
fiscales. Las zonas grises en la legislación impositiva y aduanera y las
deficiencias del Estado nacional para detectar y sancionar estas ope-
raciones determinan la posibilidad de que empresas y particulares
aprovechen las modernas y complejas estructuras jurídicas y finan-
cieras para minimizar el pago de impuestos y sacar fondos de la eco-
nomía interna al exterior. Estas operaciones, sean legales o ilegales,
están garantizadas por la estructura mundial de plazas con oscuran-
tismo fiscal y secretismo financiero. Finalmente el sistema económi-
co mundial se entreteje en una red en la que tanto países centrales
como periféricos sufren las consecuencias de ser incapaces de regular
los flujos financieros individualmente teniendo como única alternati-
va la cooperación internacional.
El segundo planteo es el que se utilizará en el presente artículo.
El mismo señala que en momentos de estancamiento de la economía
doméstica, los procesos de fuga no se detienen sino que son alimen-
tados y abastecidos principalmente por el endeudamiento público ex-
terno. En estos casos se detecta que la toma de deuda en dólares por
parte del Estado nacional presenta una marcada correlación con los
montos de la fuga. Es así que dichos autores terminan concluyendo
que el proceso de endeudamiento en moneda extranjera no es más
que un mecanismo para financiar la fuga de capitales en lugar de una
forma para aumentar las capacidades productivas, generar empleo y
sostener el proceso de crecimiento de un país. Además, el ingreso en
esta dinámica produce procesos de elevados grados de especulación
y rentabilidad para el sector financiero encareciendo el financiamien-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 235


to de la actividad productiva, lo que no hace otra cosa que exacerbar
las tendencias mencionadas y aumentar la incertidumbre general
del sistema. Entonces, el avance en esta dirección genera ya sea en
el mediano o en largo plazo una crisis cambiaria con devaluación de
la moneda, descomposición de los desequilibrios por medio de una
fuerte crisis económica, y hasta un default de la deuda pública. Es-
tas dramáticas consecuencias por otro lado permiten restablecer los
equilibrios del comercio exterior y de la cuenta corriente.
En la primera sección se realiza un breve repaso de la fuga de
capitales desde la década de los 70 y se conceptualiza la problemática
así como las fuentes de datos disponibles y las metodologías para su
estimación, en la segunda sección se explica cuál ha sido el rol del
endeudamiento público en moneda extranjera en este proceso y su
evolución, en la tercer sección se estudia el cómputo de los dos fe-
nómenos correlativamente, en la cuarta sección se pasa a estudiar el
periodo más reciente y cuáles fueron las políticas que permitieron
retornar a los altos niveles de fuga y crecimiento de la deuda, en la
quinta sección se da revista a problemas más generales a nivel regio-
nal y global sobre los movimientos de capital.
¿Qué significa fugar capitales?

Breve historia

El fenómeno de la fuga de capitales empieza a cobrar relevancia


especialmente a partir de las reformas económicas implementadas
por la dictadura cívico militar a partir del 76. Este período coincide
con un contexto de creciente movilidad internacional del capital. En
Argentina la reforma financiera de 19772 sumada a los procesos de

2  En esencia, las reformas implementadas en el año 1977 por el Ministro de Economía


del Gobierno de facto, José Alfredo Martínez de Hoz, consistían básicamente en un
paquete de leyes que modificaban sustancialmente la forma de funcionamiento del
sistema financiero como las leyes 21.495 (de descentralización de depósitos), 21.526
(de entidades financieras), 21.572 (de creación de la cuenta de regulación monetaria),

236 Santiago Fraschina (comp.)


apertura y liberalización, dispararon la fuga de capitales, que a partir
de entonces tuvo momentos de aceleración y momentos de reversión
pero que mantuvo, a pesar de su carácter cíclico, su tendencia ascen-
dente hasta el día de hoy. Es así que mientras en el período previo al
76 la fuga de capitales locales se consideraba un fenómeno marginal,
en el período que va del 76 al 83 la fuga de capitales estuvo en el orden
de los USD 9 mil millones por año, entre el 84 y el 92 bajó considera-
blemente a menos de USD 3 mil millones por año para luego volver a
pegar un salto entre el 93 y al menos el 98 superando los USD 10 mil
millones por año, de la mano de las reformas de los años 90. Como se
verá más adelante las subidas y bajadas en este concepto acompañan
las correspondientes al endeudamiento público en moneda extranje-
ra en este período.
Desde la crisis del año 2001, los montos de la fuga de capitales
descendieron considerablemente hasta el punto de llegarse a plan-
tear en algunos casos que la problemática estaba finalmente superada
(Gaggero, Casparrino y Libman, 2007). Sin embargo, el problema se
renueva a partir de 2007. Como consecuencia de su agudización, a
partir de fines de 2011 comenzaron a aplicarse una serie de medidas
destinadas a regular las operaciones de cambio alcanzando tanto las
compras de dólares para atesoramiento y turismo como restricciones
adicionales para el ingreso de importaciones. Esto llevó a una des-
aceleración del problema durante aquellos años. Sin embargo, desde
diciembre de 2015 la administración nacional llevó a la práctica una
serie de políticas de liberalización financiera y cambiaria que se de-
tallarán en las secciones posteriores, que sumadas a la apertura co-
mercial redundaron en la profundización de los procesos de fuga de
capitales.

y las 21.364, 21.547 y 21.571 (que modificaron la Carta Orgánica del Banco Central).
En resumen, las medidas consistían en descentralizar los depósitos, liberar los
criterios para la fijación de la tasa de interés, bajar el encaje mínimo del 100% al 45%
para todos los depósitos y la garantía de que los mismos puedan ser cubiertos por el
Banco Central.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 237


Definiciones y metodologías de cómputo

El concepto de fuga de capitales es mencionado habitualmen-


te dentro de los problemas que debe dar cuenta la economía en su
búsqueda de recomendaciones que contribuyan a los países a en-
frentar los causantes de situaciones de inestabilidad que impiden el
crecimiento. Diversos autores han estudiado la problemática pero no
todos la han conceptualizado de la misma forma y es frecuente en-
contrar distintos abordajes sobre la cuestión así como diversas me-
todologías para su cómputo. Esto da cuenta de la complejidad y la
cantidad de aristas que el tema presenta.
Una primera definición afirma que la fuga de capitales tiene lugar
cuando los residentes de una economía remiten fondos al exterior
para realizar diversas inversiones y adquirir activos que pueden ser
físicos o financieros (Basualdo et al., 2000). A su vez esta definición
comprende movimientos tanto legales como ilegales de capitales,
realizados por particulares pero también por empresas. Se identifi-
can tres fuentes de información que son utilizadas para el cálculo de
la fuga. La primera de ellas es el cálculo que realiza el Ministerio de
Hacienda acerca de la Posición de Inversión Internacional, a través
de un relevamiento de los activos en el exterior pertenecientes a resi-
dentes argentinos. Esta fuente tiene la ventaja que permite discernir
tanto el destino como el origen de los fondos, esto es a qué tipo de ac-
tivo fueron aplicados y si pertenecen al sector privado financiero o no
financiero. La segunda se trata de las estadísticas del balance de pagos
estimando la fuga de capitales por medio de un método “residual”,
utilizado por el Banco Mundial. Por último, en algunas estimaciones
se utilizan como fuente de información los movimientos del Balance
Cambiario del Banco Central (Gaggero, Kupelian y Zelada, 2010).
Por otro lado, se incorporan otras formas de estimar los fondos
girados al exterior que surgen de las prácticas de las empresas a través
de los precios de transferencia, que representa un mecanismo tanto de
evasión como de elusión impositiva. Finalmente, las meras adquisi-

238 Santiago Fraschina (comp.)


ciones de divisas para atesoramiento son consideradas de por sí mo-
vimientos que se computan como si fueran movimientos de capitales
de residentes hacia el exterior.
Una segunda interpretación entiende el fenómeno de la fuga de
capitales simplemente como bruscas fluctuaciones de corto plazo en
los movimientos de capitales que pueden producir crisis del balance
de pagos (Blancas, 2015). A diferencia del anterior, este enfoque no
puntualiza únicamente sobre los giros al exterior de los residentes
sino en cualquier salida de capital sin importar la residencia. A su
vez, considera la fuga solamente cuando se trata de una brusca e ines-
perada oscilación de corto plazo que lleva a un desequilibrio en el ba-
lance de pagos y a una crisis cambiaria en consecuencia. Con lo cual,
pone el foco en los daños que genera en una economía una salida de
capitales de corto plazo producto de la desregulación financiera y de
la cuenta de capital, siendo neutral este problema en el largo plazo.
Se utilizará la primera aproximación que es la más tratada en la
literatura de origen local. Este enfoque tiene la ventaja de permitir un
análisis sobre cómo la riqueza generada al interior de un espacio na-
cional fluye hacia fuera de las fronteras por los canales descriptos. Se
trata de, por un lado, las estrategias de diversificación que realizan los
grupos acomodados residentes colocando una parte de sus ingresos
en el exterior, y por el otro, las estrategias de las empresas transna-
cionales para minimizar la carga impositiva y maximizar su rentabi-
lidad. Al mismo tiempo se tomará en este caso para el cómputo de
la fuga la tercera fuente mencionada, la del Balance Cambiario. Esta
permite disponer de datos desagregados a nivel mensual que otorga
la posibilidad de observar en forma precisa los cambios de corto pla-
zo en las variaciones del mercado de cambios que muchas de las veces
expresan variaciones en los movimientos de capitales, tengan estos
mayor o menor intensidad.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 239


El rol del endeudamiento público en moneda extranjera
y las formas de acumulación

Se puede constatar que en gran parte de los casos los procesos de


aceleración en las fugas de capital coinciden con las etapas de creci-
miento de la deuda pública en dólares. Esto se verifica observando las
primeras manifestaciones agudas de este fenómeno en la economía
nacional luego de los procesos de apertura y liberalización financiera,
iniciados por la dictadura cívico militar del 76, y profundizados en la
década de los 90. Así, el monto de la deuda externa no superaba en
1976 los 10 mil millones de dólares. Con el retorno de la democracia
ya superaba los 45 mil millones y para el año 2000 el monto era de
unos 147 mil millones de dólares.
El flujo de endeudamiento externo ha significado un mecanismo
de valorización para los capitales más concentrados y los grupos eco-
nómicos locales. Los mecanismos que ha establecido el Estado na-
cional para facilitar que este flujo de riqueza proveniente del exterior
sea apropiado por los capitales que operan localmente han asumido
diversas formas. Uno de los principales ha sido el sostenimiento in-
terno de una tasa de interés en pesos superior a la internacional (más
la devaluación esperada y más el riesgo), con lo cual, los capitales y
los sectores locales con acceso al endeudamiento en el exterior pue-
den realizar una renta financiera garantizada por el Estado tomando
créditos en dólares y colocándolos internamente en pesos (Basualdo
et al., 2000). Este mecanismo de valorización del capital socaba las
bases productivas y contribuye al deterioro de los ingresos de los asa-
lariados. Esto último se verifica durante estos períodos, hecho que
incrementa los niveles de desigualdad. A su vez, esto se ve agravado
por los sucesivos momentos en los que el Estado nacional se ha hecho
cargo de la deuda externa privada por medio de la instrumentación
de los seguros de cambio.
Por otro lado, cabe señalar que a principios de los 90 se llevó ade-
lante un proceso de privatizaciones de las empresas del Estado, lo que

240 Santiago Fraschina (comp.)


contribuyó a la concentración económica en manos del capital priva-
do. La aceleración de la acumulación de los capitales locales promo-
vida por el endeudamiento público en dólares, al tener sus bases en
simples ganancias financieras en detrimento de las productivas, favo-
reció un comportamiento de los sectores acomodados que consistía
en colocar crecientemente una parte de sus ingresos en el exterior,
como forma de diversificar sus ganancias financieras y la distribución
de su patrimonio. Este ciclo terminó, al no poder renovarse los crédi-
tos internacionales en el año 2001, inevitablemente en una profunda
crisis económica luego de que se retirara el prestamista internacional
de última instancia: el FMI. Esto desencadenó en el default de la deu-
da pública, un congelamiento de los depósitos bancarios y una brusca
devaluación de la moneda nacional en pocos meses, lo que desató
uno de los mayores desplomes económicos de la historia argentina.
En la post-convertibilidad, el crecimiento estuvo sentado en otras
bases. Los precios internacionales de las materias primas en ascenso
favorecieron las exportaciones y el ingreso de dólares que en par-
te fueron captados por el Estado nacional mediante los derechos de
exportación. Esto permitió llevar adelante una política de desendeu-
damiento que llevó los ratios de sostenibilidad de la deuda pública
en moneda extranjera a niveles significativamente bajos (De Lucchi,
2014).
A partir de diciembre de 2015, la economía argentina volvió a
ingresar en un ciclo de fuerte toma de deuda en dólares por parte
del Estado, en especial, luego de la apertura a los mercados privados
internacionales de crédito tras la cancelación de la deuda con los fon-
dos buitre. De esta forma, el Estado nacional llevó adelante una nueva
apertura de la economía, una quita de impuestos a los sectores más
concentrados y una política monetaria de altas tasas de interés inter-
nas. Esto último con el objetivo de permitir el ingreso de capitales
especulativos privados a la búsqueda ganancias en pesos que poste-
riormente serían convertidas en dólares, lo que fue favorecido a su
vez por la eliminación de las restricciones en el mercado de cambios.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 241


En conclusión, esta política de apertura, desregulación financiera
y reducción de impuestos para los sectores más concentrados disparó
tanto el déficit de la cuenta corriente como la fuga de capitales, que
debieron ser financiados por la entrada de capitales especulativos de
corto plazo y por endeudamiento público, principalmente en dólares.

El cómputo de la fuga y del endeudamiento público


a partir del 2003

Para medir la colocación de activos de residentes en el exterior,


se toma la metodología que utiliza el Balance Cambiario que lleva
adelante el Banco Central desde el año 2003. La principal de las ope-
raciones que refleja esto es la Formación de Activos Externos (FAE)
del Sector Público No Financiero (SPNF). Desde 2003 se registran
distintas etapas de avance y retroceso del fenómeno de la fuga de
capitales, que se dividirá al menos en cuatro partes. La primera co-
rresponde a los primeros años del modelo de la post-convertibilidad
hasta mediados de 2007 y básicamente se trata de un período de apa-
ciguamiento de la fuga, incluso con períodos de ingreso neto de ca-
pital de residentes como es el caso del año 2005, cuando ingresaron
1.206 millones de dólares en un momento donde los activos argenti-
nos permanecían a precios bajos y la economía doméstica estaba en
crecimiento. La segunda va desde mediados de 2007 hasta fines de
2011, y se caracteriza por un resurgimiento de los procesos de fuga
con la característica de que no fueron financiados con deuda pública
en dólares sino con la entrada de divisas por el comercio exterior.
Hay que tener en cuenta que, entre otras cuestiones, esos años estu-
vieron atravesados por la crisis mundial y el conflicto con las patro-
nales agropecuarias por la resolución 125. A partir de noviembre de
2011 se empiezan a introducir progresivamente controles a la com-
pra/venta de divisas, con lo cual el proceso de fuga a través del merca-
do de cambios se frena considerablemente. Si bien esto se flexibiliza

242 Santiago Fraschina (comp.)


más adelante, permitiendo la compra de dólares para ciertos fines, ya
sea atesoramiento, compra de propiedades o gastos en el exterior, la
última etapa llega finalmente en diciembre de 2015, cuando se libera-
liza completamente el mercado de cambios y los procesos de fuga de
divisas nuevamente se disparan.

FORMACIÓN DE ACTIVOS EXTERNOS DEL SECTOR


PRIVADO NO FINANCIERO (NETO) MENSUAL.
En millones de dólares corrientes.
Período Enero 2003 – Junio de 2018.

Fuente: Elaboración propia en base al Balance Cambiario del BCRA

De esta forma, se puede observar que la fuga tuvo un monto pro-


medio por año de 1.919 millones de dólares en el primer período.
Este ratio se incrementó en 17.500 millones para el segundo. Con
las restricciones cambiarias la cifra se redujo a 3.694 millones. Fi-
nalmente, luego de la eliminación de dichas restricciones, la fuga al-
canzó los 18.280 millones de dólares anuales en promedio, valor que
supera la cifra del segundo período, siendo el cuarto el período de
mayor promedio de fuga por año.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 243


FORMACIÓN DE ACTIVOS EXTERNOS DEL SECTOR
PRIVADO NO FINANCIERO (NETO) POR PERIODO
Y PROMEDIO POR AÑO.
En millones de dólares corrientes.
Período Enero 2003 – Junio de 2018.

Periodo Total Fuga Cant de Años Fuga por año


ene-03 / jun-07 8.634 4,5 1.919
jul-07 / dic-11 78.751 4,5 17.500
ene-12 / dic-15 14.775 4 3.694
ene-16 / jun-18 45.700 2,5 18.280

Fuente: Elaboración propia en base al Balance Cambiario del BCRA

Es decir, la fuga a partir de diciembre de 2015 ha tomado valo-


res inéditos que se asemejan con aquellos registrados en el período
previo a la crisis de 2001 y que comienzan con las reformas econó-
mico-financieras que se imponen a partir del 76. No obstante existe
la dificultad de realizar la comparación ya que en dicho período el
sistema de cómputo del mercado cambiario no utilizaba la metodo-
logía de registro actual que permite calcular la formación de activos
de residentes en el exterior.
Sin embargo, a diferencia del período 1976-2001, durante los años
que van desde 2003 hasta 2015, los dólares demandados para la fuga
de capitales no fueron financiados por procesos de endeudamiento
del sector público. Por el contrario, se trata de un período en el cual
el endeudamiento en dólares como porcentaje del PBI, disminuyó
considerablemente. La deuda en pesos del Estado, incluyendo aque-
lla intra-sector público, es una deuda que implica niveles de riesgo
menores a aquella nominada en moneda extranjera, principalmente
por la capacidad que tiene el Estado nacional de hacer frente a las
obligaciones en una moneda que está en condiciones de producir (De
Lucchi, 2014). Por lo tanto, ante una deuda en moneda doméstica, el
Estado siempre tiene la posibilidad técnica de honrar dicha obliga-

244 Santiago Fraschina (comp.)


ción. En los casos de deuda en moneda extranjera, sólo podrá hacerlo
si consigue las divisas por medio del sector externo, ya sea por me-
dio de exportaciones, ingreso de capitales o deuda pública externa.
En el período mencionado, estos dólares fueron aportados por la vía
comercial. Los saldos positivos de la cuenta corriente, y en especial
de la balanza comercial, durante este período permitieron no sólo
financiar la fuga de divisas sino iniciar un proceso de reducción con-
siderable del endeudamiento público en dólares, medido en términos
del PBI. Según el Ministerio de Finanzas, este porcentaje alcanzó el
24,8% en 2011, cuando en el 2004 era del 89,4%. Sin embargo, a partir
de entonces, y producto de la caída del precio de los commodities, Ar-
gentina entró en una fase donde los dólares conseguidos a través del
comercio exterior empezaron a agotarse, lo cual implicó la decisión
de avanzar en políticas de administración del comercio exterior y del
mercado de cambios.

La fuga y el endeudamiento con la actual política


económica (2016-2018)

La política económica nacional viró a partir de diciembre de 2015


hacia una mayor libertad del sector privado financiero y no finan-
ciero para operar en el mercado de cambios. De esta manera, pro-
gresivamente, se fueron levantando las medidas implementadas en
la gestión anterior. La eliminación de los requisitos administrativos
para la compra de dólares con un fin no especificado (FAE) así como
del tope máximo para la compra de dólares por mes, ampliación del
ingreso a 10 años para el ingreso de dólares por exportaciones, in-
cluyendo granos y cereales, eliminación de retenciones del 35% a las
compras de dólares por turismo, levantamiento de las restricciones al
ingreso de capitales de corto plazo, son algunas de las medidas que
contribuyeron a una mayor libertad cambiaria y, por lo tanto, a un
mayor empuje del fenómeno de la colocación de excedentes por par-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 245


te de los residentes en el exterior. En este período, la FAE del Sector
Privado No Financiero prácticamente duplicó el promedio mensual
del período inmediato anterior, cuando las restricciones cambiarias
estaban vigentes. Este fenómeno sucedió a pesar del blanqueo de ca-
pitales de diciembre de 2016 que significó un ingreso de dólares, por
única vez, en términos netos de 2 mil millones de dólares al mercado
de cambios.

FORMACIÓN DE ACTIVOS EXTERNOS DEL SECTOR PRIVADO


NO FINANCIERO (NETO) MENSUAL Y DESAGREGADO POR
TIPO DE INVERSIÓN
En millones de dólares corrientes.
Período: diciembre de 2014 – junio de 2018
6.000
Aceleración de la Fuga.
5.000
Promedio mensual = USD 2.595 M 4616
4.000 Sin restricciones cambiarias.
Con restricciones Promedio mensual = USD 1.035 M
3.000 cambiarias. Promedio 3165 3074
mensual = USD 539 M
2474 2464
2.000 2.024 1945 1926
1.574 1506 1343
1.000 878 878 876
651 694
454 483
250
0 28
5

7
5

7
-15

-16

-17
-15

-16

-17
5

7
14

-15

-16

-17
o -1

o -1

o -1
r-1

r-1

r-1

r-1

r-1

r-1
t-1

t-1

t-1

-1.000
-

jun

jun

jun
feb

feb

feb
dic

dic

dic

dic
ab

ag

ab

ab

ag

ab

ab

ag

ab
oc

oc

oc

-2.000 -2.015 Ingreso del “Blanqueo”


Compras netas de activos externos que deben ser apliados a fines nromativamente preestablecidos
-3.000 Otras inversiones de residentes en el exterior
Inversiones directas de residentes en el exterior
-4.000 Billetes

Fuente: Elaboración propia en base al Balance Cambiario del BCRA

Durante 2016 la fuga de capitales alcanzó los 10 mil millones de


dólares. Esta cifra se duplicó al año siguiente alcanzando los 22 mil
millones. Durante el primer semestre de 2018, los residentes han for-
mado activos externos por más de 16 mil millones de dólares. Supo-
niendo que la tendencia no se detendrá, a fin de año se superaría el
valor mostrado en 2017. Así, la fuga de capitales podría superar en

246 Santiago Fraschina (comp.)


los 3 años que van desde 2016 a 2018 la suma de los 65 mil millones
de dólares. Es decir, el actual período bajo estudio está yendo a con-
vertirse en el que mayor drenaje de divisas produce de toda la serie.
Está dinámica creciente de salida de dólares no hubiera sido po-
sible sin destrabar las condiciones para un nuevo ciclo de endeuda-
miento en dólares al negociar el pago con los fondos buitre, lo que
permitió liberar las restricciones al comercio exterior y a la com-
pra-venta de dólares e iniciar un modelo de acumulación basado en
la toma de deuda en moneda extranjera y la entrada de capitales
especulativos. De esta forma, entre enero de 2016 y marzo de 2018, el
sector público aumentó su endeudamiento en moneda extranjera por
más de 83 mil millones de dólares en tan sólo dos años y tres meses,
cuando entre diciembre de 2007 y mismo mes de 2015 lo había hecho
por 72 mil millones, en un periodo de ocho años. Es decir, mientras
en el anterior período el crecimiento de la deuda en moneda dura
crecía a razón de los 9 mil millones de dólares por año, a partir de
diciembre de 2015 el crecimiento anual saltó a más de 37 mil millo-
nes, lo que significa que se multiplicó por más de cuatro. Además la
deuda en dólares pasó de representar un 33,8% del PBI en septiembre
de 2015, a un 41,6% en el primer trimestre de 2018, porcentaje que
aparenta no ser aún muy elevado, aunque por la dinámica acelerada
cabe preguntarse por la sostenibilidad en el mediano y largo plazo
dada la dinámica del crecimiento del endeudamiento.
Esta deuda, a diferencia de lo que suele argumentarse en las vi-
siones tradicionales de la ciencia económica, no fue para financiar
el déficit fiscal, ya que el mismo está nominado en pesos. Es decir,
desde el punto de vista del Sector Público, un ingreso en dólares sirve
para financiar una erogación en la misma moneda. No tiene senti-
do, conceptualmente, demandar dólares para cancelar una deuda en
pesos, cuando estos pesos son emitidos por la autoridad monetaria
del país. Solamente esto sería válido en el caso que el propio Sector
Público se lo autoimponga, pero ya corresponde analíticamente a un
paso posterior. Por el contrario, el crecimiento de la deuda en mone-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 247


da extranjera, ha servido para financiar la fuga de capitales, la entrada
de importaciones por sobre las exportaciones, la remisión de utilida-
des y dividendos de las empresas al exterior, el turismo, los pagos de
intereses de la deuda en moneda extranjera, entre otros. En síntesis,
todas las necesidades de divisas que ha demandado el sector externo
con el nuevo modelo económico.

MONTO DE ENDEUDAMIENTO PÚBLICO EN MONEDA


EXTRANJERA TOMADO EN DISTINTOS PERÍODOS
Y PROMEDIO POR AÑO.

En miles de dólares.
Período: Diciembre de 2007 – Marzo de 2018.
Endeudamiento
Desde Hasta Tiempo Monto por Año
dic-07 dic-15 8 años 72.526.896 9.065.862
2 años y 1
dic-15 mar-18 trimestre 83.696.181 37.198.303
Fuente: Elaboración propia en base a Ministerio de Finanzas

Otro indicador que vale la pena tener en cuenta y que es estimado


por el INDEC es el monto de la deuda pública externa. Refiere a la
deuda contraída por el Gobierno y el Banco Central que se encuentra
en manos de no residentes. Esta deuda también ha crecido conside-
rablemente desde 2015 en unos 74 mil millones de dólares, mientras
que desde 2007 sólo lo había hecho en un monto de 13 mil millones.
De sostenerse esta tendencia, las necesidades de endeudamiento se
acrecentarán y, sobre todo si las condiciones de ingreso de capitales
especulativos retroceden, deberá acelerarse el ritmo del mismo. Esto
pone en tela de juicio las posibilidades de repago y empeora las con-
diciones bajo las cuales se accede a dicha deuda mediante la suba de
la tasa de interés en dólares (producto del aumento de la prima de
riesgo), lo que en última instancia lleva a la economía a una situación
de profunda inestabilidad.

248 Santiago Fraschina (comp.)


Es paradigmático lo ocurrido a lo largo del año 2018 en materia
de endeudamiento y fuga de capitales. Habiendo cerrado el año 2017
con el mayor déficit comercial de la historia argentina por un valor de
USD 8.500 millones, la política económica oficial tenía la expectativa
de continuar con su programa de desaceleración en materia de pre-
cios y así evitar presiones sobre el tipo de cambio que puedan forzar
una devaluación. A pesar de la acumulación de desequilibrios estruc-
turales, el Poder Ejecutivo Nacional había avanzado con su política
económica no sin problemas y a través de un sendero de distribución
del ingreso más regresivo pero con relativa estabilidad luego de la
brusca devaluación que significó el levantamiento de las restricciones
cambiarias en diciembre de 2015. El crecimiento del déficit de cuenta
corriente se había sostenido por medio del retorno a los mercados de
crédito internacional, especialmente utilizados por el sector público,
y por el ingreso de capitales privados especulativos para realizar ga-
nancias primero en pesos y luego en dólares en un periodo de tiempo
relativamente corto.
No obstante, los buenos augurios se agotaron en 2018 y la eco-
nomía argentina se vio envuelta en una corrida cambiaria sin prece-
dentes. Las autoridades oficiales tomaron medidas sin conocer la real
magnitud de las presiones sobre el peso lo que implicó un alto costo
para el Banco Central ya que el monto de las divisas vendidas para
intentar detener la corrida fue muy importante y aun así la autoridad
monetaria debió dar vía libre al precio del dólar lo que produjo una
brusca devaluación incluso mayor a la de diciembre de 2015. Esta
corrida contra el tipo de cambio llevó al Poder Ejecutivo Nacional
(PEN) a iniciar negociaciones con el Fondo Monetario Internacional
(FMI), algo que hasta el momento era una situación no contemplada
al menos públicamente.
La aceleración que la fuga de capitales durante 2018 generó todo
tipo de especulaciones y explicaciones diversas respecto a los motivos
por los cuales la economía se estaba viendo envuelta en una crisis de
magnitudes. Las explicaciones más comunes por parte del oficialis-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 249


mo y de otros sectores iban desde cuestiones externas, como la gue-
rra comercial entre Estados Unidos y China, el alza de tasa de interés
norteamericana, la crisis de los países emergentes, hasta cuestiones
de orden doméstico como el déficit fiscal, la sequía que afectó al sec-
tor agropecuario, la incertidumbre empresarial por los trascendidos
sobre los casos de corrupción en la obra pública en la causa populari-
zada como “de los cuadernos”.
Lo cierto es que la aceleración en la fuga de capitales de los últi-
mos años se vio acompañada por un alto proceso de endeudamiento
en moneda extranjera por parte del Sector Público. Finalmente esto
derivó en la necesidad, ante la retirada de los capitales privados par-
ticularmente en abril de 2018, de retornar al financiamiento con el
Fondo. Los dólares que aportará el organismo multilateral ya alcan-
zan los USD 57 mil millones, lo que representa un crédito record en
su historia. El mismo se terminará de desembolsar en su mayoría
hasta 2019 (tan sólo quedarían hasta el momento unos 5 mil millones
para los siguientes años).

Los movimientos del capital y la regulación de las divisas

Las problemáticas tratadas en este capítulo están enmarcadas en un


contexto más general. Como se ha mencionado, el capital se ha vuelto
crecientemente transnacional, fundamentalmente desde los años 80.
Esto implica una mayor integración comercial como financiera entre
los países, con lo cual la administración de las relaciones de la eco-
nomía interna con el exterior representa un desafío para los Estados
nacionales. Hasta acá se ha entendido el problema de la fuga de capi-
tales como una salida de divisas al exterior por parte de residentes. Sin
embargo, los movimientos de capitales que operan en los países son
tanto de residentes como de no residentes. A su vez, la entrada y salida
de capital de un país, que suele estar expresada en divisas, responden a
condiciones internas de valorización pero que están sujetas al mismo

250 Santiago Fraschina (comp.)


tiempo a lógicas regionales y mundiales. Con esto, las políticas de ad-
ministración y regulación del comercio con el exterior y de los flujos
financieros deben estar estructuradas de forma de promover las activi-
dades internas y desfavorecer o penalizar la salida de divisas. Al mismo
tiempo, deben estar armonizadas con una adecuada estrategia de in-
tercambios financieros con el exterior, dado por sobre todas las cosas,
por la elevada inserción de las empresas transnacionales en el país, por
la regionalización de la producción y el comercio y por la creciente in-
tegración mundial de los flujos comerciales y financieros. La discusión
para determinar el punto de equilibrio entre un sistema que no pro-
mueva el endeudamiento público en dólares para fines especulativos y
la salida indiscriminada de divisas, y uno que fomente las actividades
domésticas y el trabajo nacional pero sin entrar en una contradicción
insustancial con la inserción argentina en el sistema internacional, re-
presenta uno de los desafíos más importantes para el crecimiento con
estabilidad que tiene la economía argentina.

Conclusiones

La relación entre el endeudamiento público en moneda extranje-


ra y la fuga de divisas de los residentes hacia el exterior ha sido una
constante en la economía argentina desde los procesos de apertura y
liberalización acaecidos desde la década de los 70. La pregunta que
surge es acerca de la función que cumple el endeudamiento externo
cuando está fuertemente correlacionado con el monto de las divisas
que se fuga, lleva a pensar que no está siendo tomado para inversio-
nes productivas en el país, y en última instancia, no contribuye al
crecimiento ni al aumento de las capacidades productivas nacionales.
Esta fuerte correlación estuvo presente en particular hasta la crisis
de 2001. A partir de 2003 tanto la fuga como el endeudamiento se
estabilizan. A partir de 2007 retorna el problema de la fuga de ca-
pitales, pero esta vez sin estar financiado por deuda en dólares sino

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 251


por el abultado superávit comercial de aquellos años. La aceleración
de la fuga generó la necesidad de implementar controles cambiarios
y ciertas regulaciones en el comercio exterior para evitar la salida de
divisas. Esto aminoró el problema del derrame de moneda extranjera.
Sin embargo, en diciembre de 2015, la gestión económica nacio-
nal retorna a las libertades cambiarias y comerciales previas, incluso
en el caso del mercado cambios, profundizando medidas para libera-
lizar la compra-venta. Esto no pudo haber sido posible de no ser por
la renovación del ciclo acelerado del endeudamiento público externo.
En los primeros años, el crecimiento de la deuda pública en dólares
se multiplicó por cuatro. Creció en dos años y un trimestre más de lo
que había crecido en ocho años. Esto permitió acelerar la fuga de di-
visas que también alcanzó niveles récord lo que le permitirá superar
a los peores años de la anterior administración los cuales se dieron
en un contexto de severos conflictos como la crisis mundial y el con-
flicto con las patronales agropecuarias en 2008. Esta aceleración de la
fuga y del endeudamiento público en dólares se da en un modelo eco-
nómico signado por la especulación financiera. De esta forma, queda
planteada la necesidad de evitar sentar las bases en un crecimiento
económico basado en la renta financiera pero a su vez en desarrollar
un sistema que permita la administración de las relaciones econó-
micas, tanto comerciales como de flujos financieros, con el exterior,
como forma de gestionar las tensiones que ocasionan los procesos
de crecimiento económico doméstico que en estructuras productivas
como la argentina llevan inevitablemente a cuellos de botella exter-
nos que requieren ser administrados. La liberalización y desregula-
ción de los mismos no llevan a otra cosa que a acelerar el problema y
a sentar las bases, en el mejor de los casos, de un retroceso en materia
de crecimiento, o en el peor de los casos, de un posterior colapso.

252 Santiago Fraschina (comp.)


Bibliografía

Bastourre, D. y Zeolla, N. (2017). “Regulación de la cuenta capital en


un mundo financieramente complejo. Evolución reciente y pers-
pectivas en América latina”. Estudios y Perspectivas. CEPAL.
Basualdo, E. y Kulfas M. (2000). “Fuga de capitales y endeudamiento
externo en la Argentina”. Realidad Económica, N° 173, pag. 73-103.
Blancas, A. (2015). “Fuga de capitales en México: Análisis y propuesta
de medición”. Problemas del Desarrollo, N° 181.
Borzel, M. (2005). “El manejo de la Cuenta Capital: Enseñanzas recien-
tes y desafíos para Argentina”. CEFID-AR.
De Lucchi, J. (2014). “Macroeconomía de la deuda pública. El desen-
deudamiento argentino (2003-2012)” CEFID-AR.
Gaggero, J., Casparrino, C. y Libman, E. (2007). “La fuga de capitales.
Historia, presente y perspectivas”. CEFID-AR.
Gaggero, J., Kupelian, R. y Zelada M. (2010). “La fuga de capitales II.
Argentina en el escenario global (2002-2009). CEFID-AR.
Gaggero, J., Rua, M. y Gaggero, A. (2013). “La fuga de capitales (2002-
2012)”. CEFID-AR.
Gaggero, A., Gaggero, J. y Rua, M. (2015). “Principales características
e impacto macroeconómico de la fuga de capitales en Argentina”.
Problemas del Desarrollo, N° 182.
Malic, E. (2014). “Una mirada crítica al paradigma teórico del MULC”.
CEFID-AR.
ODE (2016). “Fuga de capitales financiada con más deuda. Un análisis
de la deuda y la fuga de capitales del año 2016”. UMET.
ODE (2017). “Noveno informe de la Deuda Externa. Un seguimiento
de las emisiones de deuda, la fuga de capitales y el perfil de venci-
mientos de la deuda desde el comienzo del Gobierno de Cambie-
mos”. UMET.
Rua, M. y Zeolla, N. (2018). “Desregulación cambiaria, fuga de capita-
les y deuda: la experiencia argentina reciente”. Problemas del Desa-
rrollo, N° 194.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 253


LA POLÍTICA TRIBUTARIA DEL
GOBIERNO MACRISTA

Por Mariano Macchioli1

Este trabajo tiene como objetivo caracterizar la política tributaria


del Gobierno de Cambiemos e identificar en qué medida la menor
presión tributaria sobre los sectores exportadores contribuyó a dina-
mizar la producción y el empleo en el sector agropecuario e indus-
trias relacionadas o por el contrario, si se trató de un ajuste distributi-
vo con impacto negativo en el empleo y la producción nacional.

¿Achicar el Estado para agrandar la Nación?

La dimensión fiscal del Estado engendra una profunda tensión


política al interior de las sociedades. En un lado del conflicto se si-
túan los sectores populares que demandan y exigen la presencia del
Estado en la provisión de bienes y servicios públicos básicos como
pueden ser salud, educación, seguridad social, etc. En el lado opuesto,

1 Licenciado en economía (UBA). Docente en UNDAV. Maestrando en economía y


en Finanzas Públicas (UNLP).

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 255


se encuentran los sectores dominantes que concentran la capacidad
tributaria y no están dispuestos a financiar las funciones del sector
público. Esta contradicción social y política que atraviesa cualquier
sociedad, se torna más vertiginosa en países fuertemente polarizados
en la distribución del ingreso como son los países latinoamericanos y
la Argentina en particular.
El relato de las élites dominantes sitúa a la presión tributaria como
el principal responsable del atraso y de la falta de crecimiento econó-
mico. El viejo dogma del liberalismo criollo “Reducir el Estado para
agrandar la Nación” siempre vuelve como un eco sobre la sociedad.
Desde esta corriente de pensamiento, la tributación reduce el ahorro
del sector privado, obstaculizando el proceso de acumulación de ca-
pital, crecimiento económico y generación de empleo.
La discusión no es nueva, la teoría económica ortodoxa sostie-
ne las mismas conclusiones desde la época de Ricardo. Para el autor
clásico, los impuestos son una porción del producto de la tierra y
de la mano de obra de un país, puestos a disposición del gobierno,
cuyo pago en última instancia recae sobre el capital o el ingreso de los
ciudadanos. Cualquier gravamen que recaiga de forma directa o in-
directa sobre el excedente económico en manos de la clase capitalista
atenta contra el proceso de acumulación de capital y crecimiento.
Ricardo y sus seguidores suponen que el excedente económico
se transforma unívocamente en inversión y acumulación de capital.
Ricardo identificará a la renta de la tierra como el Potencial Tributa-
rio de una economía, que se determina en última instancia por con-
diciones de escasez y de productividad en la explotación del suelo.
Cualquier imposición adicional sólo puede contribuir a la decaden-
cia económica de la nación.
El razonamiento que para Ricardo fue un supuesto, para los eco-
nomistas contemporáneos se transformó en un sesgo ideológico.
Asumen que una menor presión tributaria automáticamente se trans-
forma en mayores niveles de producción y empleo. Este razonamien-
to es inconsistente con la propia teoría. Si admitimos que el capital se

256 Santiago Fraschina (comp.)


orienta hacía la actividad económica que ofrece mayor rendimiento,
nada hace suponer que la economía real resulte beneficiada ante otras
alternativas posibles de inversión como pueden ser la tenencia de di-
visas o la especulación financiera.
Para el liberalismo criollo, no cabe espacio para pensar que una
menor capacidad fiscal del Estado y una mayor liberación del exce-
dente a manos del sector empresario, puede generar resultados inde-
seables para la sociedad como financiar importaciones sustitutivas
de la producción local o favorecer la fuga de capitales y los ataques
especulativos contra la moneda nacional.
A pesar de la fragilidad del argumento ortodoxo, debemos admi-
tir que existen límites de compatibilidad entre la presión tributaria y
el desarrollo del mercado. Los aportes del economista Nicolás Kaldor,
nos permiten dar pasos en esta dirección. El economista keynesia-
no define al Potencial Tributario de un país como la proporción de
su producto nacional bruto que puede tomarse por el sector público
sin crear presiones políticas y sociales intolerables. Para Kaldor, el
Potencial Tributario depende no sólo del nivel de productividad de
la economía, sino también de la concentración en la distribución del
ingreso, del grado de primarización de la economía y de la eficiencia
recaudatoria de la administración tributaria.
La inclusión de la variable distributiva como determinante del Po-
tencial Tributario juega un papel decisivo. En los países latinoamerica-
nos, fuertemente polarizados en la distribución del ingreso, el Estado
puede imponer mayor tributación sobre los sectores dominantes, sin
temor a entorpecer los planes de inversión. Una mayor imposición, no
afectaría el financiamiento a la inversión productiva, sino que evita la
dilapidación del excedente que ocurre producto del consumo impro-
ductivo generado a partir de la concentración del ingreso.
En estos países, caracterizados por la falta de desarrollo indus-
trial, la presencia de sectores capitalistas con tradición rentista y una
profunda inequidad en la distribución de la renta, el Estado resulta
ser la principal locomotora del desarrollo y la tributación, lejos de

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 257


ser un obstáculo al progreso, constituye el principal instrumento de
ahorro para la formación de capital de origen nacional.

“No es posible exagerar la importancia de los ingresos pú-


blicos desde el punto de vista de un desarrollo económi-
co más acelerado. Independiente de la ideología o el color
político de cualquier gobierno, el desarrollo económico y
cultural de un país necesita en forma eficiente y continua
una creciente provisión de un conjunto de servicios pú-
blicos que no producen ingresos económicos tales como
educación, salud, sistemas de comunicación, etc., general-
mente conocidos como de "infraestructura” que necesitan
ser financiados por los ingresos estatales. Además, la tribu-
tación (u otras contribuciones obligatorias) constituyen el
instrumento más adecuado para fomentar los ahorros para
la formación de capital de origen interno” (Kaldor, 1964)

En países como la Argentina, la principal dilapidación del exce-


dente económico ocurre por la vía de la fuga de capitales y la evasión
fiscal. Es necesario poner en discusión el relato tradicional del es-
tatismo asfixiante y la presión tributaria excesiva. Resulta evidente
que una menor presión tributaria no sólo puede agravar la inequidad
social debido a que resta financiamiento para atender programas de
transferencias a las familias de menores ingresos, sino que además
puede convertirse en un verdadero obstáculo al desarrollo, en la me-
dida que favorezca la asignación ineficiente del excedente.
El principal límite al desarrollo que enfrenta la economía argen-
tina como es la restricción externa, puede verse notablemente agra-
vado si los recursos tributarios que el Estado libera en beneficio del
sector privado terminan por asignarse a la tenencia especulativa de
divisas o al financiamiento de importaciones sustitutivas de la pro-
ducción nacional.

258 Santiago Fraschina (comp.)


La experiencia argentina, la herencia recibida
y los desafíos pendientes.

Durante las últimas dos décadas, la Argentina en particular y


América Latina en general, experimentaron importantes avances en
materia tributaria mostrando un fuerte incremento de la recaudación
en el PBI. En el caso argentino, la presión tributaria creció del 18 por
ciento del PBI en el año 2000 al 32.2 por ciento en el año 2014, en
tanto que el promedio regional mostró un crecimiento de 16 a 21
puntos del PBI.
La consolidación de la recaudación tributaria se explica tanto
por factores endógenos y exógenos a la región. Por un lado, desde
la década del 90, se produjeron cambios estructurales significativos
en la administración tributaria, como la consolidación del impuesto
sobre el valor agregado (IVA), un incremento sostenido en la partici-
pación relativa de los impuestos directos y la introducción de nuevos
gravámenes sobre las transacciones financieras. También influyeron
factores externos como el acelerado crecimiento de las economías
desarrolladas y emergentes, la mayor demanda de bienes primarios,
traccionada por el crecimiento de China, y la consecuente mejora en
los precios relativos de los commodities.
En el caso argentino, la consolidación de la presión tributaria
encuentra fuerte relación con la enérgica recuperación del país tras
el estallido del modelo de convertibilidad. De hecho, en el período
2004-2015, se observa que los impuestos que más contribuyeron con
el incremento de la presión tributaria fueron los relacionados con la
expansión del empleo formal y los que gravan sobre el nivel de ingre-
sos y el consumo. Los aportes y contribuciones a la seguridad social
fueron los gravámenes que más contribuyeron con la expansión de
la presión tributaria (59 %), seguido por Ganancias (25 %) y el IVA
(12 %)2.

2 Los derechos de exportación mostraron un fuerte incremento hasta llegar a


contribuir con el 3.94 % del PBI en el año 2008, para luego descender de forma

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 259


La evidencia empírica parece corroborar una relación positiva
entre el PBI per cápita y la expansión de la presión tributaria, experi-
mentada por la economía argentina tras la salida del modelo de con-
vertibilidad. De hecho, el incremento del PBI per cápita experimen-
tado en el periodo 2003-2015, con una tasa de expansión interanual
promedio del 4.2 %, se corresponde con un incremento interanual
promedio del 2.4 % en la presión tributaria.
El fuerte incremento en la presión tributaria registrado en la eco-
nomía argentina parece explicarse básicamente por la recuperación
del nivel de actividad y la mejora en la distribución funcional del
ingreso. La mayor participación asalariada en el producto, debido a
la expansión del empleo formal y a la recomposición de los salarios
reales, jugó un rol clave para incrementar los aportes y contribucio-
nes de la seguridad social en la recaudación, principal catalizador del
crecimiento de la presión tributaria en el período.
A partir del año 2015, la presión tributaria comenzó a transitar
un sendero de decrecimiento sostenido. En el bienio 2016-2017, pro-
ducto de las medidas implementadas tendientes a desgravar la pro-
ducción primaria y debido al aceleramiento de la tasa de la inflación,
la presión tributaria se contrajo 1.35 puntos del PBI, explicado prin-
cipalmente por una retracción del impuesto a las ganancias (-1.16
puntos del PBI) y por los derechos de exportación (-0.56 puntos).

sostenida al ritmo de la apreciación del tipo de cambio y de la caída de los precios


internacionales de los bienes primarios, producto de la crisis financiera internacional.

260 Santiago Fraschina (comp.)


GRÁFICO 1
Presión tributaria y PBI per cápita
a precios constantes

330

280

230

Partes e insumos
180
Termin ados

130

80
42370
42430
42491
42552
42614
42675
42736
42795
42856
42917
42979
43040
43101
43160
43221
43282

Elaboración propia en base a datos de Ministerio de Hacienda,


INDEC.

A pesar de los logros obtenidos en materia de fortalecimiento de


la capacidad tributaria del Estado en el período 2003-2015, en la Ar-
gentina al igual de lo que sucede en los demás países de la región, las
debilidades estructurales de las administraciones tributarias en rela-
ción a la detección y prevención de la evasión fiscal continuaron sin
resolverse y constituyen uno de los principales obstáculos en materia
de fiscalidad y desarrollo.
La falta de coordinación entre los países y la concentración del
poder económico en manos de empresas trasnacionales, ha favoreci-
do maniobras privilegiadas por parte de estas empresas para reducir
la carga fiscal a partir de una estrategia de planificación tributaria a
escala mundial. Prácticas predatorias como los abusos de precios de
transferencias entre empresas de un mismo grupo o la capitalización
exigua, han provocado la erosión de las bases tributarias nacionales

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 261


y el traslado de beneficios entre países a los efectos de evadir y eludir
la carga fiscal.
A pesar de los mayores esfuerzos de los países de la región para
identificar y combatir la evasión fiscal, existe un gran desconocimien-
to al momento de cuantificar la magnitud y gravedad del problema a
nivel sectorial, nacional e internacional. Según una publicación de la
UNCTAD del año 2014, se advierte que la pérdida resultante de in-
gresos fiscales asciende a entre 190 mil y 290 mil millones de dólares
por año, de los cuales entre 66 mil y 84 mil millones corresponden a
los países en desarrollo.
La cuantificación de la evasión fiscal de forma consistente y perió-
dica resulta un elemento clave a los efectos de combatir el fenómeno
y evaluar la eficiencia de las administraciones tributarias, sin embar-
go, sigue siendo una tarea pendiente en la Argentina, al igual que en
la mayoría de los países de América Latina. Los países que más han
avanzado en la materia son Chile, Colombia, México y Uruguay, pero
en la mayoría de los casos las estimaciones tratan sobre la evasión en
el IVA, sin considerar el impuesto a las ganancias.
Para el caso argentino, una investigación de la CEPAL del año
2016 indica que se evade aproximadamente el 19.8 % de la recauda-
ción del IVA, hasta un 49.7 % del impuesto a las ganancias y el 21.5 %
de los impuestos sobre la seguridad social. Sumando estos tres com-
ponentes, la pérdida anual de recaudación en el país podría ascender
hasta el 5.5 % del PBI.

El cambio de gobierno y la nueva política tributaria

A partir de diciembre del año 2015, la Argentina encaró un pro-


fundo cambio en el direccionamiento de la política macroeconómica,
fundamentado principalmente en objetivos redistributivos. El nuevo
modelo tendría como principal propósito garantizar la transferencia
de ingresos en beneficio de los sectores dominantes de la economía,

262 Santiago Fraschina (comp.)


para lo cual resultaría necesario avanzar en tres frentes de forma si-
multánea: reducir los salarios reales, aliviar la presión tributaria so-
bre el sector privado y apelar al endeudamiento externo del Estado
como principal mecanismo para financiar la fuga de capitales del sis-
tema financiero local.
En sintonía con el objetivo redistributivo del modelo macroeco-
nómico, la política tributaria se orientó a desgravar a los sectores de
altos ingresos. Las diferentes medidas de política tributaria tendieron
a liberar el comercio exterior, reducir la presión tributaria sobre el
patrimonio y los ingresos e incrementar la recaudación a partir de los
tributos sobre el consumo.
Entre las principales medidas de política tributaria adoptada por
el Gobierno de Cambiemos, pueden mencionarse:

1. Reducción y eliminación de los derechos de exportación


(DEX) para la producción agropecuaria. En el caso de la
soja y derivados, la alícuota se redujo del 35 % al 18 %.
2. Eliminación de los DEX sobre la producción minera.
3. Reducción de la presión tributaria en el impuesto a los
bienes personales.
4. Reducción del impuesto a las ganancias corporativas del
35 % al 25 % en caso de reinversión de utilidades.
5. Deducción del impuesto a los débitos y créditos en cuenta
corriente bancaria del pago a cuentas del impuesto a las
ganancias, ganancia mínima presunta o del capital de las
cooperativas.
6. Aplicación de un mínimo no imponible de 12 mil pesos
por trabajador para el pago de contribuciones patronales.
7. Incremento en las alícuotas de contribuciones patronales
para las Pymes del 17 al 19.5 % y reducción para las gran-
des empresas del 21 al 17.5 %.
8. Eliminación de impuestos internos coparticipables y aran-
celes de importación sobre productos electrónicos impor-

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 263


tados e incremento de alícuotas sobre bienes de consumo
masivo como cigarrillos, bebidas alcohólicas, etc.

El resultado de las políticas implementadas, generaron importan-


tes modificaciones en la estructura tributaria con impactos diversos
sobre la actividad económica y la distribución del ingreso. En primer
lugar, los únicos gravámenes que crecieron por encima de la inflación,
para el período de diciembre del año 2015 a agosto de 2018, fueron
los que inciden sobre el consumo como el IVA (2.5 % interanual real
promedio), los internos coparticipables (6.1 %) y la imposición (5.1
%) sobre los combustibles. En tanto que la tributación sobre ganan-
cias (-5.1 %) y sobre los bienes personales (-3.2 %) presentaron una
fuerte retracción, al igual que los derechos de exportación (-14.2 %).
El reacomodamiento de precios relativos a favor de las activida-
des primarias y extractivas a raíz de las devaluaciones continuadas
del tipo de cambio y de la reducción de los derechos de exportación,
significó un encarecimiento de la canasta de consumo para los sec-
tores asalariados, lo que terminó impactando de forma positiva en
la recaudación del IVA y de los impuestos internos, efecto que se vio
reforzado por el incremento en las alícuotas de estos últimos, para
varios productos específicos. La retracción de la recaudación en los
gravámenes que inciden sobre los altos ingresos y la riqueza, en con-
junción con la expansión de los tributos sobre el consumo, profundi-
zaron la regresividad de la estructura tributaria en detrimento de los
sectores de menores ingresos.

264 Santiago Fraschina (comp.)


GRÁFICO 2
Evolución de la recaudación por impuestos
en términos reales. Índice base 100 diciembre de 2015.

130,00
120,00 Ganancias
110,00 IVA Neto
100,00 Bienes personales
90,00 Derecho de exportación
80,00 Internos
70,00
60,00
50,00
40,00
ene-16

ene-17

ene-18
abr-16

abr-17

abr-18
oct-16

oct-17
jul-16

jul-17

jul-18

Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Hacienda


e IPCBA.

Respecto a la presión tributaria por sectores, analizando la recau-


dación en concepto de IVA, Ganancias y DEX, se observa que la des-
gravación impositiva en beneficio de las actividades extractivas, en
esencia agropecuaria y minera, impactaron de forma positiva para
estos sectores, reduciendo su aporte a la recaudación total. Entre el
año 2015 y el 2017 (datos acumulados al tercer trimestre), la activi-
dad agropecuaria retrocedió en 1.3 puntos de aportes a la recauda-
ción total, en tanto que la minería perdió 2 puntos porcentuales.
Por otro lado, los sectores que vieron incrementarse su contribu-
ción a la recaudación total fueron el comercio (1.6 pp) y el sector de
electricidad, gas y agua (1.5 pp). Este último se explica básicamente
por el reacomodamiento abrupto en los precios relativos de los ser-
vicios públicos, que generaron mayores ganancias y ventas para el
sector.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 265


GRÁFICO 3
Presión tributaria en ganancias, IVA y Derechos
de exportación por sectores de actividad.

100%
90%
80%
70% 55% 57% 58%

60%
Otras
50%
Industrias
40%
Extractivas
30% 32% 32% 31%
20%
10% 14% 11% 11%
0%
2015 2016 2017

Elaboración propia en base a datos de AFIP.


* Datos al tercer trimestre.

Una nueva política sobre los Derechos de Exportación

La Argentina no es el único país del mundo que aplica derechos


de exportación sobre la producción primaria o industrial. De hecho,
según estadísticas del Banco Mundial, en el año 2016, 46 países im-
pusieron retenciones, entre ellos, Australia, Brasil, Noruega, la Fede-
ración Rusa, México, Sudáfrica y Tailandia.3
En la mayoría de los casos, los derechos de exportación se impo-
nen sobre la producción primaria y extractiva, con el objetivo de evi-
tar la explotación excesiva de los recursos naturales y no fomentar la
primarización de la economía. Los países suelen aplicarlas para evitar

3 https://datos.bancomundial.org/indicador/GC.TAX.EXPT.CN

266 Santiago Fraschina (comp.)


los abusos en las explotaciones de petróleo, conservar sus bosques
nativos y evitar la degradación de la fertilidad de la tierra.
En la Argentina, los derechos de exportación, históricamente fue-
ron adoptados para evitar la indexación de los precios domésticos de
los bienes transables ante las oscilaciones del precio internacional y
del tipo de cambio. En general, los DEX fueron aplicados luego de
bruscas devaluaciones de la moneda, el ejemplo más reciente fue en
el año 2001, cuando el país volvió a utilizarlos tras una devaluación
de más del 300 %.
Los DEX tienen principalmente un objetivo asignativo que consiste
nivelar el rendimiento del capital entre los sectores primario e indus-
trial, lo cual evita la primarización de la economía y genera incentivos
para que la inversiones no tiendan a concentrase solamente en las ac-
tividades extractivas. Sin embargo, también permiten lograr objetivos
redistributivos. Luego de producirse una devaluación de la moneda,
los sectores exportadores adquieren una renta absoluta por su produc-
ción que no se fundamenta en la productividad de los factores, sino
que se explica básicamente por la tenencia de un bien de exportación.
Por esta razón, en la mayoría de los casos en los que el país impu-
so retenciones siempre fue para amortiguar el efecto de la devalua-
ción. Una de las particularidades del Gobierno de Cambiemos fue
devaluar la moneda y al mismo tiempo eliminar o reducir los DEX
sobre los bienes primarios. El efecto combinado de ambas políticas,
produjo una transferencia formidable de ingresos desde los asalaria-
dos a los sectores de exportación.
A partir de diciembre del año 2015, la Argentina adoptó una po-
lítica de liberalización del sector externo. El país avanzó de forma
simultánea en la eliminación y reducción de los DEX, al mismo tiem-
po que se liberalizó la demanda de divisas, induciendo a una brusca
devaluación de la moneda. De esta manera, los complejos agroex-
portador y minero, resultaron ser los principales beneficiados de la
política económica, producto tanto del mayor tipo de cambio como
de la desgravación impositiva.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 267


Las primeras medidas tomadas por el Gobierno con respecto a los
DEX fueron la desgravación total de las exportaciones mineras y de
todos los componentes de la cadena agropecuaria, excepto la produc-
ción de soja y derivados, en cuyo caso se redujeron las alícuotas del
35 al 30 % y del 32 al 28 %, respectivamente. A partir del año 2018,
comenzó una nueva programación en la reducción de las alícuotas
sobre los DEX al complejo sojero, que iría reduciéndose en medio
punto porcentual por mes, hasta diciembre del año 2019. No obs-
tante, la crisis cambiaria del año 2018 obligó a suspender la medida.

Costo fiscal de la reducción de los DEX

A los efectos de evaluar el impacto de la reducción y eliminación


de los derechos de exportación sobre la cadena agroexportadora,
procedemos a analizar solamente el impacto directo, sin contabilizar
la incidencia del precio relativo de los productos primarios en las de-
más actividades y su impacto en la recaudación de otros impuestos
como IVA o ganancias.
La desgravación del sector primario generó un fuerte costo fiscal
para el Estado. Se estima que entre el año 2016 y el mes de agosto del
año 2018, producto de la reducción y eliminación de los derechos de
exportación al sector agropecuario, el Estado incurrió en un costo
fiscal de 120.311 millones de pesos. Para dimensionar la magnitud de
la transferencia de ingresos al sector agroexportador, podemos preci-
sar que representa más de la totalidad de la inversión real directa del
Estado nacional, prevista para el año 2018.

268 Santiago Fraschina (comp.)


Exportaciones, recaudación y costo fiscal de la política
tributaria sobre el sector agropecuario.
2015 2016 2017 2018*
Ca-
dena Costo Costo Costo
Expo Rec. Expo Rec. Expo Rec. Expo Rec.
Fiscal Fiscal Fiscal

Gira-
sol 465 1.359 635 0 2.985 666 0 3.515 467 0 3.619

Maíz 3.211 5.840 4.242 0 12.565 3.933 0 13.070 3.122 0 14.800

Soja 17.769 53.573 17.646 72.472 16.603 15.863 72.934 16.847 9.112 53.380 20.548

Trigo 1.186 1.534 2.072 0 4.299 2.585 0 5.927 1.826 63 5.535

Total 22.631 62.307 24.595 72.472 36.451 23.047 72.934 39.358 14.527 53.443 44.502

Elaboración propia en base a datos del INDEC y Ministerio de Hacienda.


Exportaciones a valores FOB, expresados en millones de dólares
estadounidenses, Recaudación y Costo Fiscal en millones de pesos.
* Valores acumulados al mes de agosto.

Ante la magnitud de la transferencia de recursos desde la socie-


dad al sector agroexportador, resulta necesario indagar en las exter-
nalidades que generó la implementación de la política en materia de
producción y empleo de la cadena agropecuaria, como así también
del efecto multiplicativo sobre las actividades relacionadas.

Externalidades de la política tributaria

La desgravación impositiva en materia de derechos de exportación,


en conjunto con la devaluación del tipo de cambio, permitieron mejorar
los precios relativos de los bienes transables y favorecer la transferencia
de ingresos desde la sociedad en su conjunto, hacia las actividades de
exportación. Sin embargo, este ajuste distributivo no permitió dinamizar
la producción y el empleo en el sector agropecuario, como así tampoco
en las industrias relacionadas, sino que la mayor inversión del sector en
materia de equipamiento se destinó principalmente a la importación de
bienes de capital, en detrimento de la producción nacional.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 269


En materia de empleo, se advierte que el sector no generó nuevos
puestos de trabajo formales de forma directa, como así tampoco en las
industrias relacionadas. En la comparación entre el primer trimestre
del año 2018 y el primer trimestre del año 2015, se observa que en el
sector de agricultura y ganadería se redujo el nivel de empleo directo
(-2.897 puestos formales), las mayores bajas dentro del sector se ob-
servan en el cultivo de cereales y oleaginosas (-4.465) y en el cultivo de
frutas (-4.315), en tanto que la expansión del empleo en los servicios
agropecuarios permitieron morigerar la caída del empleo (11.337).
En cuanto a las industrias relacionadas, no se observa una ex-
pansión significativa del empleo. La actividad frigorífica expandió el
empleo registrado (1.592 puestos), en tanto que la industria láctea
despidió trabajadores (-1.087) y el sector de la maquinaria agrícola
no mostró crecimiento (-30).

GRÁFICO 4
Variación del nivel de empleo por sectores
de la cadena agropecuaria e industrias relacionadas.
I Trim. 2015/ I Trim. 2018
11.337

1.592
-2.897 -4.465 -4.315 -2.945 -3.265 -1.087 -30
Agricultura y ganadería

Cereales, oleaginosas y

Cultivos industriales

Servicios agrícolas
Cultivo de frutas

Cría de ganado

Agropecuaria
Friggorífico

Maquinaria
forrajerías

Lácteos

Elaboración propia en base a datos del Observatorio de Empleo


y Dinámica empresarial (OEDE) Ministerio de Producción y Trabajo.

270 Santiago Fraschina (comp.)


El mayor impacto de la desgravación impositiva y de la mejora de
los precios relativos, se observan en el impulso que cobró la venta de
maquinaria agrícola. De hecho, entre el año 2015 y 2017, se observa
un fuerte incremento en las ventas de tractores (82 %), y cosechado-
ras (110 %). Sin embargo, la mayor expansión del mercado se realizó
a costa de una pérdida de participación de la industria nacional.
El proceso de transferencias al sector agropecuario, dio lugar a
un proceso de sustitución de producción nacional por importaciones
en el sector de la maquinaria agrícola. Para el período de referencia,
la venta de cosechadoras importadas creció nueve veces más que la
venta de equipos nacionales, y en el caso de los tractores, la venta de
importados creció diecinueve veces más que los de origen nacional.

GRÁFICO 4
Venta de Cosechadoras nacionales e importadas.
En unidades.

1600
1400

1200 588

1000 300
Importados
800
103 Nacional
600

400

200
0 590 766 867

2015 2016 2017

Elaboración propia en base a datos del INDEC

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 271


GRÁFICO 5
Venta de tractores nacionales e importados.
En unidades.

12.000

10.000 3.122

8.000 1.297

6.000 398

4.000 5.378 6.574 Importados


4.921 Nacional
2.000

2015 2016 2017

Elaboración propia en base a datos del INDEC

El mayor dinamismo de las importaciones de maquinaria agrí-


cola, en relación a la producción de origen nacional, resulta evidente
cuando se analizan las importaciones de partes e insumos, en rela-
ción a las de bienes terminados. Para el año 2017, las importaciones
de partes de maquinaria agrícola registraron un valor de 189.500 mi-
llones de dólares, mostrando una expansión del 39 por ciento respec-
to al año 2015, en tanto que las importaciones de terminados, alcan-
zaron un valor de 682.100 millones, con un crecimiento del 200 %.

272 Santiago Fraschina (comp.)


GRÁFICO 6
Importación de partes y terminados de
maquinaria agrícola. Índice base 100 diciembre de 2015.

30

280
Partes e Insumos
Terminados
230

180

130

80
ene-16

ene-17

ene-18
abr-16

abr-17

abr-18
oct-16

oct-17
jul-16

jul-17

jul-18

Elaboración propia en base a datos del INDEC

Conclusiones

La política tributaria del Gobierno de Cambiemos, se orientó


principalmente a promover la desgravación impositiva de los secto-
res concentrados de la economía, a partir de una reducción sistemá-
tica en los derechos de exportación y en los gravámenes que imponen
sobre el patrimonio, como bienes personales, o sobre los ingresos.
De hecho, se evidencia una fuerte retracción de la recaudación en
términos reales de los impuestos sobre el patrimonio, sobre los altos
ingresos y sobre los derechos de exportación, en tanto que se incre-
mentó la recaudación de los tributos que gravan sobre el consumo,
tanto de los directos coparticipables, del IVA y de la imposición sobre
los combustibles.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 273


El avance de los tributos sobre el consumo, en detrimento de los
que gravan el ingreso y la riqueza constituye un retroceso en mate-
ria de equidad. Una matriz tributaria concentrada en los gravámenes
sobre el consumo, en términos redistributivos se torna inequitativa
porque perjudica a los sectores de menores ingresos de la sociedad,
que asignan al consumo la mayor parte del ingreso disponible. En
tanto que los sectores de mayores ingresos, tienen mayor propensión
al ahorro, con lo cual la presión tributaria efectiva se vuelve menor.
El nuevo gobierno fijó entre sus objetivos de política económica,
transformar la estructura de precios relativos a favor de las activida-
des extractivas y transables. En esta dirección, se sumaron los efectos
combinados de la reducción impositiva en los derechos de exporta-
ción con el efecto de la devaluación continuada del tipo de cambio.
En este sentido, la política tributaria aceleró el proceso de transferen-
cias de ingresos en detrimento del resto de la sociedad, en particular
de los asalariados.
El costo fiscal directo de la reducción y eliminación de los de-
rechos de exportación sobre la producción agropecuaria, resultó
de 120.311 millones de pesos entre el año 2016 y agosto de 2018,
sin embargo, las externalidades positivas de esta política resultaron
sumamente débiles. En materia de empleo, a pesar de la formidable
trasferencia de ingresos, el sector agropecuario destruyó empleo for-
mal directo y no impulsó la generación de puestos laborales en las
industrias relacionadas.
El mayor impacto de la política se observó en el fuerte crecimiento
que registró la venta de maquinaria agrícola para el período 2015-2017,
sin embargo, el efecto multiplicador de la inversión se vio notablemen-
te reducido por la expansión del rubro importado, en detrimento de la
producción nacional que perdió participación en el mercado.
La evidencia reciente demuestra que una menor presión tribu-
taria y una mayor liberalización del excedente en manos del sector
privado, no necesariamente debe corresponderse con una mayor tasa
de crecimiento sectorial y de la economía en general. Cuando sucede

274 Santiago Fraschina (comp.)


un proceso de sustitución a la inversa, donde la producción nacional
pierde terreno ante las importaciones, la desgravación impositiva no
sólo no beneficia a la actividad local, sino que además tiende a agu-
dizar el estrangulamiento del sector externo debido al impulso que
cobran las importaciones sustitutivas.
Los viejos desafíos de la política tributaria continúan pendientes.
La Argentina necesita combatir de forma decidida el flagelo que sig-
nifican la evasión y elusión fiscal que constituyen la principal razón
de dilapidación del excedente económico del país. Las elevadas tasas
de evasión y la inequidad en la distribución del ingreso, sumados a la
propensión a importar y la tradición rentista de los sectores relacio-
nados con el agro argentino, constituyen fuerzas de peso al momento
de pensar que efectivamente la desgravación tributaria puede no con-
ducir a un proceso virtuoso para el conjunto de la sociedad.

Bibliografía

AFIP (2008), “Estimación del Incumplimiento en el IVA”, Buenos Aires.


Aizenman, J., y Jinjarak, Y. (2005). The Collection Efficiency of the
Value Added Tax: Theory and Internacional Experience, working
paper 11539, NBER, Cambridge, M.A, USA.
Arenas, A.; Miranda, F.; Dazarola, F.; Vásquez, J. y M. Jorrat (2012),
“Análisis de la evasión y elusión en el pago de las cotizaciones pre-
visionales y medidas de política pública para superar sus causas”,
Documento de Trabajo Nº 2, Dirección de Estudios Previsionales,
Ministerio de Trabajo y Previsión Social, Santiago de Chile.
Barreix, A.; Bes, M. y Roca, Jerónimo (2010). Resolviendo la trinidad
imposible de los impuestos al consumo. El IVA Personalizado. CE-
PAL-BID-CEDOB.
Barreix, A. y Villela, L. (2004), Integración y Comercio en América:
Impacto Fiscal de la Liberalización Comercial en América, Nota
Periódica, BID, Washington, D.C.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 275


Barreix, A., Villela, L., Roca, J. (2005), Tributación en el Mercosur y la
Necesidad de Coordinación, Red de Diálogos de Política, BID
Baunsgaard, T., y Keen, M. (2005), Tax Revenue and (or?) Trade Libe-
ralization, WP/05/112, FMI, Washington, D.C.
Bird, R., Martínez-Vázquez, y Torgler, B. (2004), Societal Institutions
and Tax Effort in Developing Countries , International Studies Pro-
gram, WP 04/06, Andrew Young School of Policy Studies, Georgia
State University.
Bird, R. (2003), Taxation in Latin America: Reflections on Sustainabili-
ty and the Balance between Equity and Efficiency, IPT Paper 0306,
Rotman, University of Toronto, Canadá.
Bird, R., Value-Added Taxes in Developing and Transitional Coun-
tries: Lessons and Questions, First Global International Tax Dialo-
gue Conference, Rome,
Bresser-Pereira, Luiz Carlos (2010). El asalto al Estado y al mercado:
neoliberalismo y teoría económica. Nueva Sociedad N° 221.
Cetrángolo, O., y Jiménez, J. P. (2003), Política fiscal en Argentina duran-
te el régimen de convertibilidad, Serie Gestión Pública 35, CEPAL.
Chu, K., Davoodi, H. y Gupta, S. (2000), Income Distribution and Tax
and Government Social Spending Policies in Developing Countries,
Working Paper 214, UNU/WIDER, The United Nations University.
Coelho, I, Ebrill, L., Summers, V. (2001), Bank Debit Taxes in Latin
America: An Analysis of Recent Trends , WP 01/67, FMI.
Gaggero, J., y Gómez-Sabaini, J. (2003), Argentina: La cuestión fiscal
bajo la convertibilidad y la reforma tributaria pendiente, Fundación
OSDE, Buenos Aires.
Gasparini, L. (2003), Income Inequality in Latin America and the Ca-
ribbean: Evidence from Household Surveys, CEDLAS, Universidad
de La Plata.
Gómez-Sabaini, J. C. (2005), La tributación a la renta en el Istmo Cen-
troamericano: análisis comparativo y agenda de reformas, CEPAL,
Serie Política Fiscal.

276 Santiago Fraschina (comp.)


Gómez-Sabaíni, J.C y Morán, D. (2016), ‘’Evasión tributaria en Amé-
rica Latina. Nuevos desafíos en la cuantificación del fenómeno en
los países de la región’’, serie Macroeconomía del Desarrollo, N° 172
(LC/L. 4155), Santiago, Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL), febrero.
Gómez-Sabaíni, J.C y Morán, D. (2013), “Política tributaria en Améri-
ca Latina: agenda para una segunda generación de reformas”, serie
Macroeconomía del Desarrollo, N°133 (LC/L.3632), Santiago, Co-
misión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Kaldor, N. (1964). "El papel de la tributación en el desarrollo econó-
mico",  Sede de la CEPAL en Santiago (Estudios e Investigacio-
nes) 33157, Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL). Naciones Unidas.
OCDE/BID (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos/
Banco Interamericano del Desarrollo) (2014), Panorama de las ad-
ministraciones públicas América Latina y el Caribe: innovación en
la gestión financiera pública, París.
OIT (Organización Internacional del Trabajo) (2014), Panorama te-
mático laboral. Transición a la formalidad en América Latina y el
Caribe, Lima.
Ricardo, D. (1959) “Principios de Economía Política y Tributación”.
FCE, México.
Rius, A. (2012), “La reforma tributaria uruguaya de 2006. Algunas con-
sideraciones de economía política y comportamental”, serie Macro-
economía del Desarrollo, N°125 (LC/L.3550), Santiago, Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
UNCTAD (2014), Trade and Developmente, report 2014. Naciones
Unidas. Nueva York.

Pasaron cosas. Nuevo fracaso del neoliberalismo financiero en Argentina 277


COLOFÓN

También podría gustarte