Separaciones Mecánicas
Separaciones Mecánicas
Separaciones Mecánicas
Los tamices industriales se construyen con tela metálica, telas de seda o plástico, barras
metálicas, placas metálicas perforadas, o alambres dispuestos en sección transversal
triangular. Se utilizan diferentes metales, siendo el acero al carbón y el acero inoxidable los
más frecuentes. Los intervalos de malla de los tamaños de los tamices estándar están
comprendidos entre 4 in. y 400 mallas, y se dispone de tamices comerciales de tela metálica
con aberturas tan pequeñas como 1µm.† Sin embargo, los tamices más finos, aproximada-
mente de 150 mallas, no se utilizan habitualmente debido a que con partículas muy finas
generalmente resultan más económicos otros métodos de separación.
Equipo de tamizado
Existe una gran variedad de tamices para distintas finalidades.
En la mayoría de los tamices, las partículas pasan a través de las aberturas por gravedad; pero en
algunos diseños las partículas son forzadas a través del tamiz por medio de un cepillo o mediante
fuerza centrífuga. Las partículas más gruesas pasan con facilidad a través de aberturas grandes en
una superfice estacionaria, pero las finas precisan de alguna forma de agitación, tales como
sacudidas, rotación o vibración mecánica o eléctrica.
Tamices vibratorios
Los tamices que vibran con rapidez y pequeña amplitud se obstruyen con menos facilidad
que los tamices giratorios. Las vibraciones se generan de forma mecánica o eléctrica. Las
vibraciones mecánicas por lo general se transmiten desde excéntricos de alta velocidad hasta
la carcasa de la unidad y de ésta hasta los tamices inclinados. Las vibraciones eléctricas
generadas por grandes solenoides de servico pesado se transmiten a la carcasa o directamente
a los tamices. Casi nunca se utilizan más de tres tamices en los sistemas vibratorios. Son
comunes las vibraciones comprendidas entre 1 800 y 3 600 por minuto. Un tamiz de 48 por
120 in. (1.2 a 3 m) requiere alrededor de 4 hp (3 kW).
Comparación entre tamices reales e ideales
El objetivo de un tamiz es separar una alimentación que contiene una mezcla de partículas
de varios tamaños en dos fracciones: una inferior que pasa través del tamiz y otra superior
que es rechazada por el tamiz. Cualquiera de ellas, o ambas, puede ser el producto. Un tamiz
ideal separaría de forma clara la mezcla de alimentación, de tal manera que la partícula más
pequeña en la corriente superior sería justo mayor que la partícula más grande en la corriente
inferior. Dicha separación ideal define un diámetro de corte Dpc, que marca el punto de
separación entre las fracciones. En general Dpc se considera igual a la abertura de la malla
del tamiz. Los tamices reales no producen una separación perfecta alrededor del diámetro de
corte. Las separaciones más nítidas se obtienen con partículas esféricas cuando se opera con
tamices de ensayo estándar, pero aun en este caso hay traslapamiento entre las partículas más
pequeñas de la corriente superior y las más grandes del flujo inferior. El traslapamiento es
mayor cuando las partículas son aciculares o fibrosas o cuando tienden a formar agregados
que actúan como partículas más grandes. Los tamices comerciales generalmente producen
separaciones más pobres que los tamices de laboratorio de la misma abertura de mallas,
operando ambos con la misma mezcla
La capacidad de un tamiz se mide por la masa de material que puede recibir como
alimentación por unidad de tiempo relacionada a un área unitaria del tamiz. Capacidad y
eficiencia son factores opuestos. Para obtener la máxima eficiencia, la capacidad debe ser
pequeña, y grandes capacidades se obtienen sólo a expensas de una reducción de la eficiencia.
En la práctica es deseable un equilibrio razonable entre capacidad y eficiencia. La capacidad
de un tamiz se controla simplemente variando la velocidad de la alimentación de la unidad.
La eficiencia que resulta para una capacidad dada depende de la naturaleza de la operación
de tamizado. La oportunidad total de paso de una partícula de un tamaño inferior determinado
es una función del número de veces que la partícula incide contra la superficie del tamiz y de
la probabilidad de paso durante un solo contacto. Si el tamiz es sobrecargado, el número de
contactos es pequeño y la oportunidad de paso como consecuencia del contacto está limitada
por la presencia de otras partículas. La mejora de la eficiencia que se obtiene a expensas de
la reducción de la capacidad es el resultado de la consecución de más contactos por partícula
y mejores oportunidades de paso en cada contacto. La probabilidad del paso de una partícula
a través de la criba depende de la fracción de las aberturas con respecto al total de la
superficie, de la relación del diámetro de partícula con el ancho de la abertura del tamiz, y
del número de contactos entre la partícula y la superficie de la criba. La capacidad máxima
de una criba, como lo demuestra Perry,32h es aproximadamente proporcional a D0.6 pc,
donde Dpc es la abertura de la criba, y proporcional a la densidad de la partícula. Para cribas
amplias, con aperturas de 1 4 – a 4 in. (6 a 100 mm) de tamaño, la capacidad fluctúa entre 1
y 8 toneladas/h ft2 (2.7 a 22 kg/s m2 ), dependiendo de la densidad del material que está
siendo tamizado; para cribas con aperturas de 0.05 a 0.25 in. (1 a 6 mm), la capacidad es de
0.1 a 1.0 toneladas/h ft2 (0.27 a 2.7 kg/s m2 ). A medida que se reduce el tamaño de la
partícula, el tamizado se vuelve progresivamente más difícil, y la capacidad y la eficiencia
son, en general, bajas para partículas de tamaños menores de 150 mallas (0.1 mm).