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Física – 10°
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Vas a ir a la sección: Historia de la mecánica celeste y vas a crear un pequeño resumen


explicando al menos una de estas categorías.

El resumen debe ser creado basándote en la información que aparece en el enlace dado.

Historia e historias de la Astronomía

La historia de la Astronomía va unida a la historia de la


humanidad. Nuestros antepasados ya se maravillaron con el
espectáculo que ofrecía el firmamento y los fenómenos que
allí se presentaban.
Ante la imposibilidad de encontrarles una explicación, estos
prodigios del cielo se asociaron con la magia y la religión,
buscando en ellos la razón y la causa de los fenómenos sucedidos
en la Tierra. Esto, junto con la superstición y el poder que
otorgaba la capacidad de leer los destinos en las estrellas,
dominaron las creencias humanas durante siglos.
Muchos años de observación sentaron las bases científicas de la
Astronomía con explicaciones más aproximadas sobre el Universo.
Sin embargo, las creencias geocentristas, apoyadas por grupos
religiosos y políticos con claros intereses de dominación,
impusieron durante muchos siglos un sistema erróneo, impidiendo
además el análisis y estudio de estas ciencias. En tales
condiciones sociales, la historia de la astronomía fue un camino
difícil.

La evolución y difusión de las teorías científicas llevaron


finalmente a la definitiva separación entre la superstición
(Astrología) y la ciencia (Astronomía). Esta evolución no ha sido
pacífica, muchos de los primeros astrónomos científicos fueron
perseguidos y juzgados. Hoy, astronomía y astrología son
prácticamente antagónicas y nadie con un mínimo de cultura las
confunde.

Desde la época del Renacimiento, hace poco más de cuatro


siglos, la humanidad se ha adentrado en el descubrimiento del
Cosmos mediante diversos tipos de telescopios y otros
instrumentos, ópticos primero, electrónicos después, digitales
ahora.

Y a mediados del siglo XX llegó la astronáutica. En los últimos


tiempos hemos fabricado naves espaciales que, con o sin
tripulantes humanos, viajan por el espacio más cercano, llevando
incluso mensajes para alguna (de momento, hipotética)
civilización extraterrestre.

En esta sección de Ciencias Sociales buscamos las bases y las


claves que han conducido a la humanidad hasta los conocimientos
astronómicos actuales.

Historia de la mecánica celeste

La mecánica celeste es la rama de la astronomía que se encarga


de estudiar los movimientos de los cuerpos celestes. Estos
movimientos se deben a los efectos gravitatorios que ejercen
unos cuerpos sobre otros. Para poder analizarlos se utilizan los
principios de la física que se aplican en la mecánica clásica, como
la Ley de la Gravitación Universal, de Isaac Newton.
La mecánica celeste estudia el movimiento de dos cuerpos, más
conocido como problema de Kepler; el movimiento de los
planetas alrededor del Sol; el movimiento de sus satélites o el
cálculo de las órbitas de los cometas y los asteroides.

Dentro de la mecánica celeste existen dos subcampos de estudio:


la Mecánica Orbital, centrada en las órbitas de los satélites
artificiales, y la Teoría Lunar, dedicada a estudiar la órbita de la
Luna.

Entre los principales físicos, científicos y astrónomos que


participaron en la evolución de la Mecánica Celeste se encuentran
Isaac Newton, Nicolás Copérnico, Tycho Brahe, Johannes Kepler,
Gottfried Leibniz, Pierre-Simon Laplace, Joseph-Louis de
Lagrange, Simon Newcomb o Albert Einstein.
En este capítulo...

En este capítulo:

Mecánica celeste en Grecia y Roma: Desde la Antigüedad el hombre


observó que existían astros en el cielo que, con el paso de los ... Leer
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¿Cómo se movían los astros en la Edad Media?: La traducción al
árabe de la obra cumbre de Ptolomeo, el Almagesto, que ... Leer página
La mecánica celeste según Kepler: Al astrónomo y matemático
alemán Johannes Kepler se deben, en el siglo XVII, la creación de
las ... Leer página
Newton, el cálculo y la gravedad: Isaac Newton fue el responsable
de arrojar luz sobre las leyes de Kepler. Para ello desarrolló ... Leer página
Los Puntos de Lagrange: Tras los avances realizados por Isaac
Newton en el campo de la mecánica celeste, el astrónomo, físico
y ... Leer página
Precisión y rigurosidad de Simon Newcomb: El papel del astrónomo
canadiense Simon Newcomb ha sido vital en el desarrollo de la ... Leer
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Einstein y su relatividad en la Mecánica Celeste: Albert Einstein
nunca estuvo de acuerdo con la precisión de la teoría de ... Leer página
La teoría de las Perturbaciones: La teoría de las Perturbaciones utiliza
métodos matemáticos para hallar soluciones aproximadas a ... Leer página

Mecánica celeste en Grecia y Roma

Desde la Antigüedad el hombre observó que existían astros en el


cielo que, con el paso de los días, describían trayectorias
irregulares. Estas trayectorias las realizaban con una velocidad
variable. En el siglo VI, a estos cuerpos el filósofo griego
Anaxímenes los denominó Planetas, para diferenciarlos de las
estrellas.

Grecia antigua

Las primeras teorías sobre el movimiento las realizó otro


matemático, filósofo y astrónomo griego, Eudoxio, en el siglo V
a.C. Consistían en unas esferas cristalinas concéntricas que con
sus movimientos regulares representaban los movimientos de los
planetas. Para reproducir los movimientos del Sol necesitaba tres
esferas, al igual que para la Luna; para los planetas entonces
conocidos utilizaba cuatro, formando un total de 27 esferas.

Siguiendo en la Grecia Antigua, el filósofo Aristóteles se encargó


de modificar el sistema de Eudoxio. Lo convirtió en un modelo
compacto mecánico que utilizaba 55 esferas para representar los
movimientos planetarios. Tanto en los modelos de Eudoxio como
en el de Aristóteles la Tierra ocupaba el centro del universo
conocido.

Aristarco e Hiparco

Fue el astrónomo griego Aristarco de Samos el primero que


formuló uno teoría heliocéntrica. Su tratado se basaba en la
hipótesis de que tanto las estrellas como el sol permanecían
inmóviles, mientras que la tierra giraba alrededor del sol según
una circunferencia, siendo el sol el centro de esa órbita.
Las aportaciones de Hiparco de Nicea han sido trascendentales
para la Astronomía, y en especial para la mecánica celeste. A él
se debe el primer catálogo que se realizó de las estrellas; la
división del día en 24 horas de igual duración; el descubrimiento
de los equinoccios; distinguió entre año sidéreo y año trópico; fijó
con mayor precisión la distancia entre la Tierra y la Luna y fue el
inventor de la trigonometría y de los conceptos de longitud y
latitud geográficas.

En tiempos de los romanos

Ya en los primeros tiempos del Imperio Romano, el astrónomo


greco-egipcio Ptolomeo realizó una revisión de algunas de las
teorías de Hiparco, pero basándose en la teoría geocéntrica. A
pesar de ello realizó un magnífico trabajo empírico estudiando
una gran cantidad de datos existentes sobre el movimiento de los
planetas.
Con ellos construyó un modelo geométrico que explicase sus
posiciones en el pasado y fuese capaz de predecir sus posiciones
futuras. Su legado más importante fue el Almagesto, que sigue
siendo el libro más destacado en la astronomía geométrica
predictiva. Explica los movimientos de los planetas dentro de un
sistema geocéntrico, en el que el Sol, la Luna y los planetas giran
alrededor de la Tierra en círculos epicíclicos (círculos cuyos
centros, a su vez, se mueven en círculos; demasiado complicado
para ser cierto).
¿Cómo se movían los astros en la Edad Media?

La traducción al árabe de la obra cumbre de Ptolomeo, el


Almagesto, que desarrollaba su teoría del sistema geocéntrico,
siguió vigente durante toda la Edad Media. Otras obras
trascendentales en esta época fueron las Tablas Toledanas,
escritas por el toledano Azarquiel y las Tablas Alfonsinas de
Alfonso X El Sabio.
Pero la Edad Media, debido al peso de la iglesia católica, fue en
realidad una época de oscurantismo para el avance de la
Astronomía, en general, y de la mecánica celeste de manera
particular, sobre todo en Europa. Cualquier teoría que no girase
en torno al geocentrismo era denostada, y toda explicación o
desarrollo incluía la mano de Dios.

El mayor debate que tuvo lugar fue el relacionado con la dinámica


de las esferas celestes. Averroes, Ibn Bajjah y Tomás de Aquino
desarrollaron teorías sobre la inercia de las esferas celestes,
mientras que Avicena y Jean Buridan trabajaron en la teoría del
impulso de las esferas celestes.

Nuevas teorías en Oriente

Los principales avances en la mecánica celeste de la Edad Media


provinieron de astrónomos persas, árabes e indios. Es el caso de
los modelos planetarios desarrollados por el astrónomo indio
Aryabhata, o el modelo heliocéntrico del matemático, astrónomo
y astrólogo persa Albumasar, fuertemente cuestionado en esta
estéril época.
Otra teoría originada en Oriente fue la del físico, matemático y
astrónomo persa Abu Ja'far Muhammad ibn Musa Al-Khwarizmi.
Su teoría se basaba en la hipótesis de que los cuerpos celestes y
las esferas celestes se encuentran sujetos a las mismas leyes de
la física que operan en la Tierra. Era todo lo contrario a lo hasta
ahora pensaban los astrónomos antiguos, que consideraban que
las esferas celestes se basaban en unas leyes físicas totalmente
diferentes a las de la Tierra.

Hacia el heliocentrismo

Ya en el siglo XIV, el astrónomo árabe Ibn al-Shatir diseñó el


primer modelo de movimiento lunar basado en observaciones
físicas, modelo que más tarde fue desarrollado por Copérnico.
Pese a que Ibn al-Shatir creó un modelo del cosmos geocéntrico,
sus estudios y teorías tuvieron una gran influencia en el
Renacimiento. No sólo construyó nuevos instrumentos para el
estudio de la astronomía, también realizó grandes avances en el
campo de la teoría planetaria.

Gran parte de las teorías y estudios realizados en Arabia, Persia o


India llegaron a España y al resto de Europa durante la Edad
Media gracias al religioso y político castellano Raimundo de
Toledo. Fue el responsable de la traducción al latín de gran parte
de estos textos y de proteger el legado astronómico durante
muchos años.
Finalizando la Edad Media, el astrónomo polaco Nicolás
Copérnico formuló la revolucionaria teoría heliocéntrica del
Sistema Solar, considerada una de las teorías más importantes en
la historia de la ciencia occidental y, por supuesto, el inicio de la
Astronomía Moderna.
La mecánica celeste según Kepler

Al astrónomo y matemático alemán Johannes Kepler se deben, en


el siglo XVII, la creación de las leyes sobre el movimiento de los
planetas en su órbita alrededor del Sol. Tras haber estudiado la
mayor parte de las teorías existentes, desde Pitágoras a
Copérnico, pasando por el geocentrismo de Ptolomeo, Kepler
desarrolló con sus propios principios físicos unas leyes modernas
de las órbitas planetarias.
Colaboró estrechamente con el astrónomo oficial del imperio
alemán Tycho Brahe, que poseía uno de los mejores centros de
observación astronómica de la época. Tras la muerte de Brahe,
Kepler se hizo con todos sus escritos.

Fue entonces, a partir de los datos recopilados por Brahe, cuando


Kepler tuvo que desdeñar su adhesión a las teorías de las esferas
celestes y probar nuevas combinaciones geométricas que
explicaran los movimientos de los planetas, especialmente el
movimiento retrógrado de Marte.
Tras probar y rechazar todo tipo de combinaciones con círculos,
intentó explicar la mecánica celeste con óvalos, pero fue inútil.
Finalmente se decantó por las elipses, que por fin le llevaron a
definir sus tres famosas leyes.

Las tres leyes de Kepler

La primera ley de Kepler aseguraba que "cada planeta se mueve


alrededor del Sol en una órbita que es una elipse, en la cual el Sol
es uno de sus focos". Con esta ley Kepler consiguió que los
hechos científicos se antepusieran a sus deseos y prejuicios
religiosos sobre la naturaleza del mundo. A partir de entonces
Kepler se dedicó únicamente a observar los datos y a sacar
conclusiones sin ideas preconcebidas.
Tras comprobar la velocidad y el movimiento de los planetas a
través de las órbitas llegó a su segunda ley: "Una línea recta que
una al Sol y un planeta cubre áreas iguales en tiempos iguales".

La tercera y última ley de Kepler hace una relación cuantitativa


entre los periodos orbitales de los planetas y el tamaño de sus
orbitas elípticas: "Los cuadrados de los periodos de los planetas
están en proporción directa con los cubos del semieje mayor de
sus órbitas".
Gran parte del trabajo realizado por Kepler no hubiera sido
posible sin las aportaciones de Galileo, que gracias a su
rudimentario telescopio descubrió los satélites de Júpiter, las
fases de Venus o las manchas solares, ente otros grandes hitos
de la Astronomía.

Newton, el cálculo y la gravedad

Isaac Newton fue el responsable de arrojar luz sobre las leyes de


Kepler. Para ello desarrolló nuevos métodos matemáticos, como
el cálculo diferencial y el cálculo integral. De esta forma puedo
trabajar con cantidades variables, como la distancia o la velocidad
de los planetas alrededor del sol.

Gracias a la aplicación de estos nuevos cálculos a las teorías de


Kepler, Newton dedujo que los planetas se mueven alrededor del
Sol bajo el influjo de una fuerza denominada gravedad. Surgía
así su famosa teoría: "entre dos cuerpos existe una fuerza
gravitacional recíproca, que es proporcional al producto de sus
masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia
entre ellos".

La Gravitación Universal

Con la ley de la Gravitación Universal y la aplicación de los nuevos


métodos matemáticos, Newton pudo explicar los principios
razonados por Kepler. Quedaba establecido que todos los cuerpos
materiales, y no sólo los planetas, poseen una fuerza
gravitacional de atracción. Esta fuerza le sirvió para explicar otros
fenómenos hasta entonces desconocidos, como que la órbita de
un objeto alrededor del sol no sólo podía ser circular, también
una elipse, una parábola o una hipérbole.

Isaac Newton unificó la dinámica celeste y la terrestre. Precisó


que la órbita de un objeto celeste alrededor del sol siempre
depende de la energía que el objeto posea. De ello dedujo que
los objetos con poca energía, como los planetas, se mueven con
órbitas circulares o elípticas alrededor del sol. Por su parte, los
objetos que poseen una gran cantidad de energía, como los
cometas, pueden tener órbitas parabólicas.
Todas las grandes aportaciones de Isaac Newton a la mecánica
celeste quedaron recogidas en su obra "Philosophia Naturalis
Principia Mathematica" (Los Principios Matemáticos de la Filosofía
Natural), considerada una de las obras más importantes en la
historia de la ciencia.
2. Elige la opción correcta: Los planetas del sistema solar, en su movimiento alrededor del
Sol describen órbitas:

a)Elípticas.
b)Circulares.
c)Parabólicas.
d) Al menos dos de las respuestas anteriores son correctas

3. Elige la opción correcta: Basándonos en la segunda ley de Kepler, podemos afirmar


que, en su movimiento alrededor del Sol, la Tierra posee una velocidad:

a)Constante.
b)Nula.
c)Mayor, cuanto más lejos está del Sol.
d) Menor, cuanto más lejos está del Sol.

4.
a. Explique la ley de gravitación universal y su ecuación.

Un momento culminante en la historia de la Física fue el descubrimiento


realizado por Isaac Newton de la Ley de la Gravitación Universal: todos los
objetos se atraen unos a otros con una fuerza directamente proporcional al
producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia
que separa sus centros. Al someter a una sola ley matemática los fenómenos
físicos más importantes del universo observable, Newton demostró que la
física terrestre y la física celeste son una misma cosa. El concepto de
gravitación lograba de un solo golpe:

 Revelar el significado físico de las tres leyes de Kepler sobre el


movimiento planetario.

 Resolver el intrincado problema del origen de las mareas

 Dar cuenta de la curiosa e inexplicable observación de Galileo Galilei


de que el movimiento de un objeto en caída libre es independiente de su
peso.

Ecuación:

② L l y gr vit i N wt pu u i rs s : Toda partícula material atrae a cualquier otra partícula material


con una fuerza directamente proporcional al producto de las masas de ambas e inversamente
proporcional al cuadrado de la distancia que las separa.

b. Calcule el valor la fuerza de atracción que ejerce la Tierra sobre un cuerpo situado a 12
000 km del centro del planeta, si la masa de este cuerpo es 3·106 kg. Considera ambas masas
puntuales.

F=GMm/(d)²

M=masa de la tierra

m=masa del cuerpo


d=distancia

M=5,9×10^(24)kg

m=3×10^6kg

G=6,67×10^(-11)

d=1,2×10^7m

Reemplazando

F= 6,67×10^(-11)[5,9×10^(24)×3×10^(6)]/(1,2×10^7)²

F=8.198.541,67N

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