Moniz Bandeira Argentina Brasil y Estados Unidos Cap 10

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Lurz ALBERTO MONIZ BANDEIRA

ARGENTINA, BRASIL Y ESTADOS UNIDOS


DE LA TRIPLE ALIANZA AL MERCOSUR .
Conflicto e integración en América del Sur

Traducción de Miguel Grinberg

GRUPO
EDITORIAL

norma
Buenos Aires, Bogotá, Barcelona, Caracas, Guatemala,
Lima, México, Miarni, Panamá, Quito, San José, San Juan,
Santiago de Chile, Santo Domingo
www.norma.com
Moniz Bandeira, Luiz Alberto
Argentina, Brasil y Estados Unidos
1'. ed.- Buenos Aires: Grupo Editorial Norma, 2004.
584 p.; 23 x 16 cm. - (Tiempos de cambio)

ISBN 987-545-148-7
l . Biografías
CDD 928

©2003. Luiz Alberto Moniz Bandeira


©2004. De esta edición:
Grupo Editorial Norma
San José 831 (C1076AAQ) Buenos Aires
República Argentina
Empresa adherida a la Cámara Argentina d~ Publicaciones
Diseño de tapa: Ariana Jenik y Eduardo Rey

Impreso en la Argentina
Printed in Argentina

Primera edición: marzo de 2004

ce: 20686
ISBN: 987-545- 148-7
Prohibida la reproducción total o parcial por
cualquier medio sin permiso escrito de la editorial.

Hecho el depósito que marca la ley 11.723 .


Libro de edición argentina
.,

CAPÍTULO X

Dificultades del Plan Quinquenal - Relaciones de la Argentina con


Estados Unidos -Apoyo de Perón al regreso de Vargas y el Pacto ABC -
},fuerte de Eva Perón e inestabilidad política en la Argentina - Perón y la
propuesta para la unión económica entre la Argentina, Brasil y Chile -
El Pacto ABC - EL suicidio de Vargas y el fin del gobierno de Perón

En aquellas circunstancias, Perón estaba consciente de que la Argen-


tina, sola, no podía conservar más su relativa autonomía frente a Estados
Unidos ni tenía fuerza para aglutinar a otros países y ampliar su espacio
económico en América del Sur. Además, sin la cooperación de Brasil, la
Argentina no podría concretar los proyectos para el aprovechamiento hi-
droeléctrico de las cataratas del Iguazú y ni de Salto ·Grande, donde Pe-
rón planeaba construir, a 430 ~ de Buenos Aires y 350 km de Rosario,
la mayor represa de América del Sur con capacidad para producir 2.500
millones de kw por año. Él advertía la importancia de que los dos países
ajustasen primero sus intereses, y sólo después iniciaran las conversacio-
nes con Paraguay y Uruguay, con los que compartían el codominio de
aquellas aguas (Carneiro, 1978: 439 y 445). Ésta era una de sus principa-
les metas, dada la inmensa· necesidad de energía que provocaba el progra-
ma de industrialización de la Argentina, forzada a gastar, en apenas ocho
años, cerca de u$s 500 millones para la compra de combustibles.,
La expectativa de Perón era que Brasil modificase la orientación de su
política exterior, con el retorno de Getúlio Vargas a la presidencia de la
República a través de elecciones, que se realizarían recién en 1950. Los
dos compartían la misma doctrina, según la cual el combate al comunis-
mo exigía, ante todo, la erradicación de sus causas: la pobreza y la miseria,
las extremas desigualdades sociales generadas por el capitalismo en regíme-
nes de democracia liberal. Y aunque la tendencia de Vargas en aquella
época fuese la de seguir la línea del Partido Laborista de Gran Bretaña y
la de lOs gobiernos socialdemócratas de Escandinavia, 1 él simpatizaba con
Perón y la "revolución política y económica, la revisión de los valores, la

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LUIZ ALBERTO M ONIZ B ANDEIRA Argentina, Brasil y Estados Unidos

justicia social" del régimen implantado en la Argentina (Carneiro, 1978: En efecto, Vargas, d esde los primeros meses d: su admi~istración'. ~e em-
pen- ó en el sen t ido d e compensar la dependencia de B r asil en relac10n
412). Los dos también se mantuvieron siempre en contacto a través de
. con
emisarios, entre ellos el ex embajador Joao Batista Lusardo y, sobre todo Estados Unidos, buscando en Europ a mercados. p.ara sus exp~rtac1ones,
el diputado Joao Goul'art, quien estaba emergiendo como líder del PTB. y' bre rodo de café, y nuevas fuentes que le summistrasen equipos y tec-
al prever dificultades en conseguir de Estados Unidos el tipo y el grad~ :~logía.6 Y apenas se volcó tfmidamente haci~ la A: gentina, que desde
de cooperación compatibles con las necesidades del desarrollo económi- t 949 exportaba más p ara Brasil q':e para cualquier p~i~ d e ~uropa, ::cep-
co de Brasil, Vargas probablemente ideó la posibilidad d e un entendi- to Gran Bretaña. Así, aunque vacilase, Vargas autonzo la i~p ortacion ~e
miento con la Argentina, a fin de reforzar su poder de presión, y aceptó carnes d e la Argentina, tratando, aparentemente, de amortizar una obh-·
en principio, la sugerencia de Perón de que ambos países coordinasen l~ ación o compromiso, y otra vez nombró a J oao Batista Lusardo para el
defensa del_Atlántico Sur y formasen con Chile una unión aduanera, que guesto de embajador en Buenos Aires, a pedid o del propio P erón, que en
después se extendería a toda América del Sur. ~quel momento o frecía ~ Brasil abast~cimientos d e trig.o más b':_rat o. 7 La
De cualquier modo, Perón dio todo el respaldo a la candidatura de aproximación entre Brasil y la Argentma, en los dos primer os anos de su
Vargas (incluso financiero, según algunas fu entes),2 sobre todo m o r al y administración, fu e m ás comercial que política y Vargas no estuvo en
político, a través de los diarios de Buenos Aires, como La Época, contro- condiciones de avanzar más allá de tales límites, en virtud de las "preven-
lados por él.3 Este hecho fue largamente explotado en Brasil por la UDN y ciones de la política interna", y por esto una vez m ás evitó atender la in-
por la prensa conservadora, que presentaban a Perón como una perma- vitació n de Perón p ara un en cu entro (Carneiro, 1978: II, 410, 442 -444) .
nente amenaza para Brasil, reviviendo, con los descamisados, las huestes La situación política interna evolucionaría diferentemente en los dos
de Adolf Hitler y de Benito Mussolini. El propio jefe del Gabinete Mili- países y, sin duda, influiría en las decisiones d e política externa. P erón
tar del presidente Dutra, general Newton Cavalcanti, lo acusó de finan- continuab a ejerciendo, con su carisma, un gran liderazgo p opular y, den-
ciar la campaña de Vargas, lo cual causó un incidente diplomático con la tro del molde constitucion al de un régimen democrático representativo, im -
:A.rgentina. 4 Sin embargo, ni el gobierno de Dutra ni la UDN consiguieron plantó, prácticamente, una dictadura en la Argentina. Contaba con el apo-
evitar que Vargas, como candidato del PTB, venciese en las elecciones con yo de los sindicatos y de la p o de rosa CGT -que contrabalanceab an el
casi el 50 % de los votos válidos (3,8 millones). Y Perón le ofreció toda- poder d e las Fuerzas Armadas-, dominaba la mayoría en las dos Cáma-
vía apoyo logístico para que instalase el gobierno en Río Grande do Sul, ras d el Congreso y la Suprema Corte d e Justicia, a través del Part ido Jus-
tal como pretendió hacerlo el general Newton Estilac Leal, líder de la co- ticialista, y controlaba gr an parte de los diarios de Buenos Aires. Esta su-
rriente nacionalista del Ejército, cuando la UDN y los militares a ella vin- ma· d e p o deres le daba m ayor libertad p ara condu cir, personalmente, la
culados intentaron impedir su asunción como presidente (Carneiro, política exterior de la Argentina, dado que ninguna otra fuerza interna
1978: II, 358-359, 429; Coutinho, 1956: 524). disponía d e medios para responder o, por lo -m enos, resis tir a sus deci -
Según observara el secretario de Estado, Dean Acheson, en un memo- siones. En Brasil, tras la restauración del régimen constitucional, ningún
rando al presidente Truman, Vargas promovía entonces una orientación jefe de gobierno, aisladam ente, obtuvo tamaña au toridad. D utra formó ,
"socialista" y definidamente "nacionalista", que lo llevaría a oponers e a mediante la coalición del PSD con la UDN, una amplia y aplastadora ma-
las políticas que Estados Unidos intentaba propagar en el campo del co- yoría en el Congreso, al c ongregar 258 parlamentarios sobre un total de
mercio internacional. El embajador de Gran Bretaña, N eville Butler, tam- 320, de los cuales aun excluyó 15 de la oposición, al proscribir, por me-
bién percibía que Brasil, con Vargas en el gobierno, no sería un "dócil dio del Poder Judicial, al PCB, que h abía logrado el 10 % d e los votos en
adepto" a !os planes económicos y militares d e Estados Unidos para las elecciones de 1945. Sin embargo, jamás tuvo p res tigio p opular. Fue
América Latina, cuyas aspiraciones él estaba decidido a interpretar, y elegido gracias al apoyo de Vargas, y el candidato a sucederlo en la pre-
procuraría seriamente contener su influencia o contraponerle la d e Euro- sidencia, Cristiano Mach ado, presentado por el PSD, sufrió u na estrep i-
pa, pero no trataría de estrechar, por el momento, relaciones con la Ar- tosa derro ta en las elecciones de 1950, al obtener apenas cerca d el 21 %
gentina, que inquietarían a los gobiernos de Washington y d e Londres.5 de los votos v álidos (1,6 millones). A su vez, Vargas, si bien aún en el

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L UIZ A LBERTO M ONIZ BANDEIRA A rgentina, Brasil y Estados Unid os

os tracismo en que vivió d espués del final del Estado Novo, siempre ciada candidatura de Evita a la vicepresidencia de la República, en
servo, un enorme 1·d 1
i eraz go popu ar, no poseía una fuerza equivalente
con. anun , mula de Peron, ' que .d 1sputana
º ' l a reel ecc10n,
· ' ta l como l o p ermitla
· ' la
d e Perón, d ado que la clase trabajadora no había alcanzado en Brasil el ª. 1ª la f ortirución de 1949. En ab ril d e aque1 año, e1 go b.xerno d ommo· ' una cons-
mo nivel d e o rganihción que los sindicatos en la Argentina. Y al enfr rnis- Cons · ·
. "ón Por consiguiente, a1gunos o fº1c1a
· les, so lºd · con 1a opos1c1on,
i anos · ·'
una v10. 1enta e imp
. lacabl e opos1.c1ón
. de la UDN , que influía so bre un itnentar pirac1 · d i · ¡·
. , por- desistieron de derrocar a Perón p o r las armas, aun antes e rea iz ar a
tante segmento d e 1as Fuerzas Armadas, necesito pro mover una alianz no. a electoral. En junio, el gobierno anunció el descubrimiento de otro
a en-
tre el PTB, el PSD y el PSP, después de ser electo presidente en 1950 P pUJ
lot militar, así como d e una conspiracxon
. . , comunista. . IJ y p eran
, y E vi- .
. . e1 go b ierno
constituir º y f ormar la mayoría en el Congreso. Las condicº ' ara comP . .d d ,
reocupados por su propia segun a , ya entonces manteman un av1on .
.,
nes de f\i~cionamiento del régimen democrático representativo en Br~~i :~ ~stado de alerta, día y noche, previendo la necesidad de tener que huir.
n o pernutxan, por lo tanto, que Vargas tomase, personalmente, decisione Realmente, ellos ya no confiaban más en la lealtad de las Fuerzas Ar~ad~s
d e política externa de tal magnitud y que implicaban una inflexión rad '~ en Buenos Aires circularon rumores de que pretendían armar a los smdi-
~atos para enfrent~r cualquier int~ntona de. g.o~pe militar. 14 La tentat~va ~i­
1
cal de sus directrices, como la de formar una unión aduanera o firmar u
pacto rrll!itar con la Argentina, que todavía era considerada, sobre todo ba~ nalmente se produjo, el 28 de septiembre, dmgida por el general BenJamm
JO el gobierno de Perón, como la principal amenaza para Brasil. Por esta ra- Menéndez, que también contaba con el apoyo de líderes políticos del ra-
z ón, además, el Ejército concentraba, en la frontera de Río Grande do Su! dicalismo, como Arturo Frondizi. Pero fracasó. Los pilotos de la aviación
tres de sus siete divisiones de Infantería y tres divisiones de Caballería, e~ naval, implicados en la conjura, volaron hacia Uruguay y se asilaron allí.
ta~to mantenía apenas un batallón y pocos destacamentos a lo largo de to- Perón decretó el estado de guerra interna, en todo el país, con lo cual res-
da la Amazonia, en los limites con Perú, Colombia y Venezucla.8 tringió las libertades políticas y persiguió todavía más a la oposición. No
Por otro lado, la situación en la Argentina, comenzaba a revelar una aceptó, pese a todo, que Evita, juntamente con la CGT, armase a los sindi-
acentuada tendencia-a la inestabilidad. Aunque pudiese presentar una se- catos y organizase milicias, como ella lo intentó, pese a estar bastante en-
rie de importantes realizaciones de carácter social, tales como la construc- ferma, al notar que, de allí en adelante, el gobierno sólo podría contar con
c~ó~ de vi':i~ndas para los trabajadores y para los funcionarios públicos los trabajadores para sostenerse. (Page, 1984: I, 295-296 ). De esta manera,
civiles y militares, nuevas escuelas y hospitales, orfanatos y asilos para an- las elecciones se realizaron bajo un clima tenso, agravado por la revelación
cianos, grandes piscinas públicas, etcéter a, además de obras de irrigación, de la enfermedad de Evita. Perón obtuvo el 65 % de los votos, derrotando
d~ dragado y el gasoducto desde la Patagonia hacia Buenos Aires/ el go- a Ricardo Balbín, del radicalismo, y a los candidatos de las demás organi-
bierno de Perón ya sufría perturbaciones provocadas por la depresión zaciones políticas, impedidas de formar una coalición, como ocurrió ~n
económica, marchaba hacia la crisis política, e intensificaba la represión 1945. El Partido Justicialista conquistó casi la totalidad de las bancas en la
contra sus adversarios, incluso los comunistas. Uruguay se convirtió, así, Cámara de Diputados y en el Senado. Evita, por su parte, no sobrevivió
en un reducto de los exiliados políticos, que con el apoyo moral de Esta- mucho tiempo. Falleció a los 33 aÍios, el 26 de julio de 1952, pp_co más
dos Unidos,'º utilizaban las radios locales para atacar a Perón y fomentar de un mes después de la inauguración del segundo mandato presidencial de
l~ oposición en la Argentina. 11 Las relaciones entre los dos países se vol- Perón. Y con su desaparición, la tendencia revolucionaria y n acionalista del
vieron bastante tensas. Y las autoridades de Montevideo temían que la régimen, que ella expresara e impulsara, más que su propio marido, comen-
Argentina invadiese su territorio, o para distraer a la opinión pública, an- zó también a desvanecerse, en medio de la crisis económica.
te las dificultades económicas, o en la eventualidad de un conflicto mun- Acosado por la inflación, por el aumento del desempleo y por la crisis de
dial, como consecuencia de la guerra en Corea, que estalló en 1950. 12 la balanza de pagos, Perón, pese a estar insatisfecho con el material bélico re-
Tales temores aumentaron en el transcurso de 1951, cuando volvió a cibido tras la ratificación del TIAR, 15 no tuvo otra alternativa que buscar ma-
c~ecer la tensión en la Argentina, en medio de la agitación en las univer- yores entendimientos con Estados U nidos, cuya presidencia asumiera el
sidades, desencadenada por la desaparición del estudiante Ernesto Bravo. general Dwight D . Eisenhower, postulado por el Partido Republicano, a
El descontento se manifestó igualmente en las Fuerzas Armadas, ante la comienzos de 1953. A través de varios canales, incluso, oficialmente, por

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LUJZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA Argentina, Brasil y Estados Unidos

medio del embajador estadounidense en Buénos Aires, Albert Nufer, Pe- d ¡siva frente a la política internacional mundial, a su pueblo, a su Par-
rón manifestó al Departamento de Estado su disposición a·mejorar la re- I ec ento y a los intereses que había que vencer". 19 Como observó Joseph
lación entre la Argentina y Estados Unidos (Page, 1984: II, 27-36; Peter- ;:r1Page (1984: II, 20), su "genio para la conducción política" parecía
son, 1970: 544-558);16 lo que significaba, en otras palabras, tomar medidas bandonarlo cuando le tocaba actuar en los asuntos del continente, pues
que creasen una atmósfera favorable a las inversiones extranjeras. Sin em- a estaba dispuesto a trabajar dentro de una "estrategia coherente, pa-
0
bargo, ni los servicios de inteligencia de Estados Unidos ni el Departa- \nte e inteligente", para implementar el concepto de unidad por m edio
mento de Estado confiaban en sus propósitos. Entendían que él usaba die políticas y programas específicos, y prefería confiar en su instinto, y
aquellas declaraciones amistosas como táctica, como modo de impulsar a de ahí la serie de desaciertos que cometió.
Estados U nidos contra la URSS, uno contra otro, o como si simplemente Antes de viajar para el encuentro con el presidente Ibáñez, en febrero d e
quisiese pbtener cooperación sin modificar en nada sus políticas (Page, 19 Perón concedió una entrevista a un diario de Santiago -La Nación- en
53,
1984: II, 24-26).17 Por consiguiente, si Perón no realizaba cambios concre- el que propuso la "unidad :atal y n? por la mitad", la uni~a~ "co~pleta e
tos, Estados Unidos no le daría ayuda sustancial, ya fuera militar o econó- inmediata" entre la Argentma y Chile, acentuando que la simple integra-
mica, y una de sus exigencias era que la Argentina cesase la divulgación del ción económica" no sería "suficientemente fuerte" (Olavarria Bravo, 1962:
justicialz"smo, a través de las embajadas y de los agregados sindicales, que el JI 165-213). En otras palabras, insinuó que estaba dispuesto a aceptar la
Departamento de Estado percibía como propaganda de línea comunista, y j¡~corporación de Chile a la Argentina. Tal declaración levantó una olea-
abandonase la tercera posición en su política exterior, haciendo "oposición da de protestas en Santiago, no obstante su desmentido y los esclarecimien-
inequívoca" al comnnismo y a los designios d e la URSS. 18 tos de Ibáñez, y casi provocó la cancelación de su viaje. Igualmente, poco
Perón, igualmente, no había desistido d e.formar una unión aduanera en tiempo d espués, él incurrió en otro error de evaluación. Al firmar con Ibá-
América Latina, a partir del establecimiento de un eje entre la Argentina, ñez el Acta de Santiago, como primer paso para la integración entre la Ar-
Brasil y Chile. Y las condiciones políticas se le figuraban maduras para tal gentina y Chile, Perón propugnó el r establecimiento del Pacto ABC y ade-
emprendimiento. Hacía dos años que Vargas gobernaba en Brasil. Y el ge- lantó que Brasil aceptaría aquella propuesta, olvidando que Vargas dio ape-
neral Carlos Ibáñez del Campo, también nacionalista, antioligarca y favo- nas un consentimiento preliminar y reservado (Carneiro, 1978: II, 434). Su .
rable al Pacto ABC y a la unión aduanera, había sido elegido presidente de declaración causó un fuerte impacto. En su condición de ministro de Rela-
Chile a fines de 1952, cargo que ya había ocupado entre 1927 y 1931. In- ciones Exteriores, J oao Neves da Fontoura, que siempre menospreció a Pe-
vitado por él, Perón pretendió entonces visitar Santiago y, antes de con- rón, declaró a la prensa, sin consultar a Vargas, que Brasil no estaba intere-
cretar el viaje, le reclamó una definición a Vargas. A través del embajador sado en pactos y nadie podía hablar en su nombre (Fontoura, 1957: 15). Y
Batista Lusardo le solicitó que lo liberase del compromiso de firmar ese Vargas no lo destituyó inmediatamente a fin de no desencadenar una crisis
acuerdo primeramente con Brasil, a fin de que pudiese hacerlo enseguida política. P ero, por intermedio del periodista Geraldo Rocha, director de O
con Chile (Carneiro, 1978: II, 432-437). Vargas, una vez más, se manifestó Mundo (Río deJaneiro), le envió a P erón una carta, en la cual expuso las di-
favorable al entendimiento entre los tres países y autorizó a Perón a ini- ficultades para concertar el entendimiento entre la Argentina, Brasil y Chi-
ciar las conversaciones con el presidente Ibáñez, resaltando, sin embargo, le, según lo habían combinado anteriormente. Perón respondió que su "de-
que no se trataba· de una "palabra oficial" y sí de un "consentimiento pre- seo más fervoroso" era el d e llegar a un acuerdo con Brasil, igual al que fir-
liminar, reservado", pues sólo después, d ependiendo de los resultados de mara con Chile, sobre "bases leales, sinceras, justas y honradas" .2º Lamentó,
las negociaciones con Chile, podría formalizar el asunto (Carneiro, 1978: sin embargo, que la unión de los tres países no hubiese comenzado en 1951,
II, 434). La formación militar de Perón, con un fuerte acento de machismo si bien comprendía la "difícil situación política", que le impidió a Vargas
latinoamericano, y las condiciones p eculiares con que ejercía un poder ca- realizar ese proyecto, y reafirmó su disposición, así como la de Ibáñez, de
si discrecional en la Argentina entorpecían, mientras, su sensibilidad ha- celebrar en cualquier momento el acuerdo con Brasil, dado que percibían la
cia la situación interna en los otros países, donde no les bastaba a los jefes "necesidad de unirnos, frente a un futuro incierto", y estaban "persuadidos
de gobierno, como él suponía, "ponerse los pantalones y jugarse una carta de que el año 2000 nos encontrará unidos o dominados". 21

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LUIZ ALBERTO M ONIZ BANDEIRA
Argentina, Brasil y Estados Unidos

Según la opinión del propio Batista Lusardo, la Argentina, cuya di l ha llegado el momento de paralizar la tentativa dispersora del panamericanismo,
macia no tenía "alianzas fuertes que cuidar", miraba fríamente en tod Pia- on una reiteración estrepitosa de fidelidad a nuestro pasado, así como a los
. · · pud.iese 1o que pensaba que erad
as as ~ompromisos de nuestrás firmas solemnes en instrumentos como la Carta de
d irecc10nes, para o b tener d ond e meJOr
Bogotá. (Fontoura, 1957: 13)
su interés. Por ¿sta razón, Perón hacía amistad con quien llevase en e
equipaje electoral un programa "de nacionalización antiestadounidensesu Vargas, tres meses d ·e spués, lo destituyó. Pero lo sustituyó por e!. ju-
promesas semejantes de bienestar popular", pregonando "la unidad eco _Y . Vicente Rao, para quien la oposición de Brasil al peronisrrio debería '
mica continental, o mejor, la formación de una confederación latinoarnn~­ "rista ceder de la conciencia
. . d e que 1a actual po l'inca. exterior. argentina
.
cana, en la cual, evidentemente, Estados Unidos de América deberá que~n­ .prode a romper e 1 equi·1·b
i no· de· f uerzas d e l contmente
· " . P or lo tanto,
24
uen . . d . , d.
aparte" .22 A su vez, Vargas probablemente alimentaba en Perón la espera~: evidente que él no tenía intenciones e concretar mngun enten i-
za de que Brasil aceptaría participar de una entente con la Argentina y Chi- er~ to con Perón, dado que al Ministerio de Relaciones Exteriores le ca-
le, no tanto porque pretendiese orientar su política exterior en esa direc- , la tarea de negociar y formalizar 1as actas mternac10na
Jlllen . . 1es, aunque e1
bna · · d 1 · ·' d e re-
ción, sino porque tenía el propósito de abrir perspectivas internacionales estilo político de Vargas era utilizar conserva ores en a eJecuc10n
que le aumentasen el poder de negociación y estimularan a Estados u¿ formas, como modo de no perder el control sobre su desarrollo y no
dos, con el que ya enfrentaba crecientes dificultades. En realidad, Vargas es- asustar a las clases dirigentes.
taba consciente de los obstáculos internos y externos para cualquier enten- Sin embargo, la posición de Vicente Rao, así como la de Joao Neves
dimiento más profundo, ya fuese económico o político, con la Argentina da Fontoura, no sólo reflejaba la percepción del Itamaraty también coin-
justicialista y por esto nunca intentó hacerlo efecti".<O. Perón manifestó el cidía con la del sector dominante en las Fuerzas Armadas, opuesto a en-
deseo de asistir a la ceremonia donde asumiría la presidencia de Brasil y tendimientos económicos, políticos y militares, fuera de los marcos del
Vargas, delicadamente, le hizo saber que prefería recibirlo cuando ya estu- sistema panamericano, con la llamada Nueva Argentina. El propio gene-
viese en el gobierno, aunque posteriormente siguió eludiendo todas las ral Góes Monteiro, que ejerció la jefatura del Estado Mayor de las Fuer-
propuestas para cualquier encuentro con él. Los contactos entre los dos zas Armadas hasta diciembre de 1952 y fuera a Buenos Aires para con-
siempre se realizaron a través de intermediarios, al margen de los canales versar sobre el Atlántico Sur, cuyo plan de defensa y seguridad Perón
diplomáticos, y hasta Batista Lusardo, cuya nominación para representar a quería coordinar con Brasil, no sólo se manifestó contrario a iniciativas
Brasil en Buenos Aires casi no aprobó el Senado, actuó más como amigo militares que no se insertasen en la órbita del acuerdo común con Esta-
personal de ambos que como embajador, dado que generalmente no seguía dos Unidos, sino que se opuso a la formación del bloque sudamericano,
las instrucciones del Itamaraty ni lo informaba de todo, como en el caso de porque "implicaría una negación de la OEA" (Coutinho, 1956: 523). Y
la propuesta para la concertación del Pacto ABC, ni podía hacerlo. Él sabía Vargas ya no tenía más recursos para modificar tal directriz. La tentativa
que Vargas reintrodujo a J oao Neves da Fontoura, ex ministro de Relacio- de vencer resistencias internas y externas por medio de la conciliación y
nes Exteriores del gobierno de Dutra, al Itamaraty, a fin de disipar sospe- del compr~miso, con lo cual su política asumía un carácter ambigu9 y si-
chas y tranquilizar a los conservadores, pues él siempre fue radicalmente nuoso, contribuiría para que la corriente nacionalista y adversa al predo-
adverso a Perón. Joao Neves da Fontoura, por otro lado, nunca se confor- minio estadounidense perdiese el control sobre el Ejército. Aunque se ne-
mó con el nombramiento de Batista Lusardo para..el cargo de embajador en gara, como Perón, a enviar tropas para la guerra en Corea (1950-1953 ),
Buenos Aires, por no confiar en que él defendiese los intereses del Brasil Vargas, ante la expectativa de obtener cooperación para sus proyectos de
"contra el programa peronista" de convertir a la Argentina en una fuerza desarrollo económico, admitió que Joao Neves da Fontoura, en 1952, con-
continental y, con la absorción de los demás países, formar un bloque para certase con Estados Unidos un acuerdo militar, al cual, según parecía, no
enfrentar a Estados Unidos (Fontoura, 1957: 39). 23 Y cuando Perón e Ibá- era plenamente favorable, puesto que el PTB obstruyó y votó contra su ra-
ñez firmaron el Acta de Santiago, el 2 de febrero de 1953, Joao Neves da tificación por el Congreso. Por ser contrario a ese acuerdo, negociado sin
Fontoura, sin consultar a Vargas, declaró que su anuencia, el general Newton Estilac Leal renunció al cargo de ministro
de Guerra, lo cual posibilitó la persecución de los oficiales nacionalistas y

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LUJZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA Argentina, Brasil y Estados Unidos

su sustitución en casi todos los puestos de mando por adherentes a¡ a cuando todavía era canciller) p ara visitar Bras il, lo que hizo en
fon to Ur
zada Democrática (facción militar vinculada a la UDN), victoriosa t a Cb::i- osto de 1953.
en 1a e1ecc1on arn dten
. , para 1a pres1ºd encia d el C 1ub Militar, con la candidatura
ag Este hecho -consecue.ncia de un ardid de Fontoura, quien también
general Alcides Etchegoyen, defensor de una "estrecha colaboració . ~¡ dó transmitir el mismo convite a Ibáñez, sin instrucción alguna de
, . con Estad os Umdos . en defensa del Hemisferio Ocn 'd rnd1-
tar y econom1ca
.d , . l c1 en ~an as- irritó profundamente a Perón y le infundió la sospecha de que
t a1 Y d e me d 1
·1 d
as energ1cas contra os comunistas en Brasil".25 y e
, . sos of1_
." t~;amaraty estaba articulando el eje Río de Janeiro-Lima, con el obje-
c1a es e la Cruzada Democratica, encabezados por los enemigos pol'" e. de contraponerlo a la aproximación entre Buenos Aires y Santiago
d e -vargas, mamºfestab an una profunda avers10n . , ideolog1ca
. , . hacia Per.it1cos
duvoChile. É l tam b.1en
, tema
, vanos
. otros motivos
. para 1a d ecepc10n
. , con 1a .
por causa, sobre todo, de sus conexiones con el movimiento sindical on, ºlítica de Vargas. Nunca recibió una invitación para visitar Brasil y el
.
se les f igura ba como a1go equ1va . 1ente a1 comumsmo.. ' que Pºcuentro entre los dos, varias veces postergado, no se había realizado
. Con'. sus esfuerzos para propagar el justicialismo por cualquier med'
10
~:sta entonces. Brasil firmó el Acuerdo :rv::i!itar con Estados Unidos, c~-
incluso a través de las emisiones de onda corta del Servicio Internacº • a política había endosado en la IV Reumon de Consulta de los Canc1-
R. a d lO.tOn.1co rgentmo (SIRA) y de la creación de una central sindical la-1
. I, · A · 1ona
~eres Americanos (Washington, 1951), y no respondía a la propuesta de
tmoamencana
. -Agrupación de los Trabajadores Latinoamericanos s·in¿·l- la Argentina para la defensa conjunta del Atlántico Sur. El convenio co-
eal 1stas (ATLAS)- bajo su orientación, la política exterior de Perón se mercial entre los dos países, en marzo de 1952, tropezó igualmente con
vistió de un carácter ideológico, asustando a las elites conservadora;e- diversas dificultades, algunas de ellas por culpa de la Argentina, que le
causando intranquilidad no sólo en Brasil, sino también en Uruguay p ~ pedía al Brasil u$s 120 por tonelada de trigo, cuando lo vendía a la India
rú Y Chile, al fomentar y robustecer la su~picacia de que él trataba d; e;. por u$s 70, lo cual llev~ a~ propio Perón~ muy enojad~, ~ s~g~rir la pos-
portar el modelo económico y social de la Argentina, así como establecer tergación de las negociac10nes. En realidad, no habia rnd1c10s de que
s:1 hegemonía sobre el continente. Por esta razón, sólo Paraguay-depen- Brasil se inclinase a modificar su orientación de política exterior y esta-
diente del puerto de Buenos Aires-, Ecuador, Nicaragua -bajo la dicta- blecer una alianza con la Argentina. Fontoura, desde que había asumido
dura de Anastasia Somo~a-, y Bolivia, en 1954, adhirieron al Acta de el Ministerio de R:elaciones Exteriores, siempre fue hostil a sus posicio-
Santiago y firmaron con la Argentina acuerdos que apuntaban a la unión nes y propuestas y Vicente Rao, que lo sus-tituyó, mantuvo la misma
económica. Pero la propia Acta de Santiago no resultó tan amplia como orientación. De este modo, Perón, o por no tener ya la esperanza de con-
Perón deseaba (Perón, 1973: 87; Olavarría Bravo, 1962; 165-213). Cuan- tar con el apoyo de Brasil para formar la unión económica o tal vez pa-
do visitó Buenos Aires, en julio de 1953, para firmar el Tratado de Com- ra forzarlo a una definición, expuso, durante una conferencia en la Es-
plementación Económica, previendo una reducción de tarifas aduaneras cuela Nacional de Guerra el 11 de noviembre de 1953, todos los entendi-
el_ incremento del comercio y la creación de un consejo mixto para est~ mientos que había tenido con Vargas para la concertación del pacto entre
diar planes y proyectos de integración, Ibáñez aún no había tomado las Argentina, Brasil y Chile. Y, al criticar su estilo conciliatorio de conduc-
medidas indispensables para su negociación, debido a las resistencias ción política, acus ó al Itamaraty de actuar como una "institución supra-
ex.i~tentes en Chile, donde las Fuerzas Armadas temían perder la ayuda gubernamental", insistir en "política imperial de zonas de influencia" y
militar de Estados Unidos. Chile rechazó entonces la minuta propuesta obstaculizar la "verdadera unión" entre aquellos países (Perón, l 973:
por Perón, forzando la modificación del Acta de Santiago, a la que Uru- 85), que, según él, no tenían, aisladamente, unidad económica, sino que,
guay se negó ~ ~dherir por varias razones, entre ellas porque continuaba "unidos conforman quizá en el momento actual la unidad económica
enfrentando dificultades con la Argentina, que había cerrado sus fronte- más extraordinaria del mundo entero, todo esto para el futuro, porque
ras, a fin de evitar el contacto de los turistas con los exiliados en Monte- toda esa inmensa disponibilidad constituye su reserva. Estos son los paí-
video, e interrumpió prácticamente el intercambio tradicional entre los ses reservas del mundo" (Perón, 1973: 85).
dos países. Tampoco Perú adhirió a esa iniciativa de Perón y su presiden- Perón estaba convencido de que el futuro d e los pueblos dependería d e
te, el general Manuel Odría (1948-1956), aceptó la invitación (hecha por la magnitud de sus r eservas de alimentos y de materias primas. Y suponía

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'. LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA ·¡ · ,, i " '• ' ,. Argentina, Brasil y Estados Unidos

que, una vez co n cretada la unión entre la Argentina, Brasil y Chile l . . acusó a Vargas de destituirlo del Ministerio das Relaciones Exte-
, , d . . d' f . , os ¡no que . . , 29
d emas paises su americanos, sm me ios para ormar, JUntos o separad l s. fin de despejar el ~anuno para a su consumac10n. . ,
otra agrupación, caerían en su órbita (Perón, 1973: 84). Esta idea ya l hos,
, d . . . a a-
· oores ª,
Peron
tal vez no evaluó el impacto que causaría su conferencia. Y asi
, ,. . l 'b · d b·
bia expresa o, en 1, 950, a un grupo de estudiantes de Mmas Gerais d . , otro desacierto mas en su poht1ca extenor, a contn mr a e 1-
San Pablo, evocando la clarividencia del barón de Rio Branco, el pri~e e c.orn~uo osición d el único aliado con quien, bien o mal, podía contar en
que intentó establecer, en 1907, el Pacto ABC, y afirmó que, "en el fu tu ro litar . ª ~n aquella época, sin embargo, él se empeñaba en mejorar las r:-
1
o f armaremos aque 11 a uni·d a d econom1ca,
' · 1a cua1, separad os, no podernro, . · · s de la Argentina con Estad os U m·d os y ce d'ia m as
Brasi ' Y mas
, a las ex1-
. d l . . . os Jac1one .. , . . . I d l
a l canzar, o nos vol veremos instrumentos e as pas10nes tmpenalistas d . econóinicas. Facilito las mvers1ones extranJeras, as remesas e u- ·
e genc1as · 1 l · ·
uno d e los dos grupos". 26
h · el exterior y la repatriación del cap1ta, a mismo tiempo que
, . eros acia . d d ·1 f c rf
Los dos grupos a los que aludia eran la URSS y Estados Umdos, frente ciaba con la Standard 011 of New Jersey, la Stan ar 01 o a 1 ~-r-
a.los cu~les él preconizab_a la terce1:a posición, co~ la ;onstitución en Amé- ~~;,~a Royal Dutch Shell. y la Atlas-Dresse~ contrat~s para a e~p.l~tac1on
nea ~atinad: un b.loque m~epen~1ente, que gravitar~a en torno. del eje Ar- del petróleo en la Argentina, lo q_u: provoco una energ1ca ~posic10n de 1:
gentma-Bras1l-Chile. El 1:'11msteno de. J?:fensa Nac10nal p~bhcó el texto ucR, liderada por Arturo Fro.nd1z1: V~r~as, por el ~ontrano, reglamento
completo de 1: conferencia, en una ed1c10n r~serv~da, con· eJe~plares nu- las inversiones extranjera~, a fm d~ ~nh1btr l_as excesivas :emesas de lucros
merados y registrando el nombre de los destmatanos, por consiguiente, 0 1 exterior, encareció la importac1on de bienes de ~ap1tal, apunta17do .ª
por intermedio de. :os servic~os de inteligencia de ~sta~os U.nidos, de ªroteger y a expandir este sector ~e la industria nacional, así ~orno msti-
acu erdo con la version de Peron (1973: 77), o porque el asi lo quiso, según p ó el monopolio estatal del p etroleo y trataba de hacer lo rmsmo con la
lo supuso el diplomático Orlando Leite Ribeiro, 27 el hecho es que una co- tuy ducción de energía eléctrica. Sus medidas chocaban, como Dean
pía cayó en manos de los exiliados argentinos en Montevideo y ellos se l!
r;heson previó/º con las políticas que Estados nidos :rataba de propa-
ocuparon de pasarla a la oposición en Brasil. De cualquier forma, inten- r en el ámbito del comercio internacional. Y sm med10s para contener
cionalm~nte o no, Peró"? pro~eyó la munición que los adversarios de Var- ~~a oposición interna, cuya propa?anda contagió a las Fue:~as,Armadas,
ga~ precisaban: J?Ues Y: mtensificaban la_ campaña rª~ª de:ro~arl~ y le atri- Vargas, para no tener q_ue renu'i;.ciar o s_er depues~o, s; smcido, el 24 .de
bu1an el Rropo~ito de mstaurar en ~ras1l una repubhca ~m?,1cahsta, según agosto de 1954, denunc~ando la campana subte:ranea ~e los grupos m-
el prototipo existente en la Argentma. Esta sospecha sirvio para que los ternacionales que se aliaron con los grupos nacionales levantados con-
militares, en febrero de 1954, le exigiesen a Vargas el desplazamiento .de tra el régime~ de garantía del trabajo", y la "violenta r-r:sión" sobr~ la
Joao Goulart del cargo de ministro de Trabajo . Y, cerca de un mes después, economía brasileña, para obligarlo a ceder. Perón no res1st1ó en el gobi_er-
el periodista Carlos Lacerda, de la UDN, publicó en el diario Tribuna da no más que un año. A pesar de que, con la política de apertura al .capital
Ir:iprensa el t~xto de la conferencia de Perón, como prueba de la denun- extranjero, conseguía desacelerar .la-inflación, ~e~omponer e~ sa~ano rea.l,
era, que asumió carácter de escándalo. La UDN en el Congreso y la prensa mejorar la balanza de pagos y estimular las actividades economic~~· la s~-
conservadora a ella vinculada formaron un coro y, presentando los acuer- tuación política en la Argentina se deterioró a t.al punto que se .vw obh-
dos de Vargas con Perón como "traición nacional" (Carneiro, 1978: II, gado a renunciar a la presidencia, el 19 de septiembre de 195~ Y a refu-
4?3- 404), acusaron a los dos de conspirar "contra el ideal del panamerica- giarse en la cañonera Paraguay, tras cuatro días de una sangrienta rebe-
msmo ! la realidad de la buena vecindad, tradicionales en el hemisferio" lión conjunta de la Marina y el Ejército.
(Carne1ro, 1978: II, 403- 404), por intentar hacer el Pacto ABC y resistir a
Estados Unidos. El encargado de negocios de la Argentina, Fernando Tor-
cuato Isninsausti, procuró negar la autenticidad del documento, calificán-
dolo como apócrifo,28 pero Joao Neves da Fontoura, que era director de la
Ultragás (subsidiaria de la Standard Oíl), agravó la campaña con su testi-
monio, en el cual no sólo confirmó los entendimientos sobre el Pacto ABC

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LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA Argentina, Brasil y Estados Unidos

NOTAS 18 ídem.
19 Juan Domingo Perón, La política internacional argentina, discurs o pronuncia-
1 Carta de Labouchere, Embajada británica en Buenos Aires, para Robin Cecil do en Ja Es cuela Superior dé Guerra en diciembre de~ 953, Cuade~nos de la Res iste~ ­
American Department, restricted, Buenos Aires, 19/l 0/1950; PRO-FO, 371/8116!' cía Argentina, 1954; AGV, carpeta de 1953. Fue publicado postenormente en Peron
1
XC/A 034393. '
(1973: 77-89). , . . ,
2 Carta de G. Labouchere a Fordham, American Department, confidencial, Bue- 10 Carta de Peron a Vargas, Buenos Aires, 6/3/1953; AGV, carpeta de 1953; Peron
nos Aires, 281711950. Carta de Buder a R. Cecil, American Department, Río de Ja-
(1973: 87).
neiro, 4/8/1950. Embajada británica al Foreign Office, confidencial, Río de Janeiro 21 Ídem.
11/8/1950; PRO-FO, 371/81107, XC/A 034393. Despacho de la Embajada británica al 22 Ofício nº 36/900.1(41), secreto, embajador Batista Lusardo al m inis tro Joao
Foreign Office, confidencial, Buenos Aires, 19/8/1950. Despacho de la Embajada bri- Neves da Fontoura, Buenos Aires, 28/1/1953; AHMRE-B, secreto, A-K, Oficios Secre-
tánica al Foreign Office, restringido, Buenos Aires, 19/10/1950; PRO-FO, 371/81161 , tos 1950/57.
XC/A 034393 (Page, 1984: II, 22-24). '23 Carta de Joao Neves da Fontoura a Getúlio Vargas, Río de Janeiro, 2116/ 195 1;
3 Ídem. AGV, carpeta de 1951.
4 Embajada británica al Foreign Office, confidencial, Río de Janeiro, 11/8/1950; 24 Memorando de Vicente Rao, ministro de Relaciones Exteriores, para el p resi-
PRO-FO, 371/81107, xc/ A 034393. Despacho de la Embajada británica al Foreign Üf- dente Vargas, julio de 1953; ACPL.
fice, restringido, Buenos Aires, 19/10/1950; PRO-FO, 371/81161, SC/A 034393. 25 Diário Caríoca, Río de Janeiro, 24/4/1952 (cit. en Sodré, 1968: 330).
5 Memorandum for the President, Subject: Effect in Brazil of Argentine Develop- 26 Despacho de la Embajada británica al Foreign Office, confidencial, Buenos A i-
ments and Significance to Brazilian-American Relations of Possible Election of Var- res, 28/7/ 1950; PRO-FO, 371/81107, XC-A 034393.
gas to Presidency, confidencial, Department of State, Washington, 1/5/1950; HSTL, 27 Carta de Orlando Leite ~beiro a Vargas, Buenos Aires, 30/3/ 1954; AGV, car-
Papers of HST, President's Secretary's File (PSF). Despacho nº 154, Butler a Morris on, peta de 1953.
Río deJaneiro, 4/7/1951; PRO-FO, 371/90363, Sección l. 28 Nota de Fernando Torcuato Isninsausti, Encargado de Negocios de la E mba-
6 fdem. jada Argentina, Río de Janeiro, 13/3/1954; AGV, carpeta de 1953. .
7 Ídem. 29 Entrevista de J oao Neves da Fontoura, en O Globo, Río de J ane1ro, 3/ 4/ 1954,
8 Secret Report on the Brazilian Army for 1949, Military Attaché on this Em- y Correio da M anha, Río de Janeiro, 6/4/1954.
bassy, G.P. Youg, Chargé d' Affaires, Embajada británica en Río de J aneíro, a Hector 30 Memorando, Acheson a Truman, Departamento de Estado, Wash ington,
McNeil,"12/1/1950; PRO-FO, 371/81288. 1/5/1950; HSTL, Papers of HST President's Secretary's File (PSF) .
9 Argentina - Labour Attaché's genera.! Report nº 37, Background Repon fo r
1949, Buenos Aires, enero 1950; PRO-FO, 371/81243.
10 Despacho nº 38, D. F. Hildyard, Embajada británica en Montevideo, a H. Mo-
rrison, Montevideo, 13/7/1951, PRO-FO, 371/91082.
11 Despacho nº 65, D. F. Hildyard, Embajada británica en Montevideo, a H . Mo-
rrison, Montevideo, 13/7/1951; PRO-FO, 371/91082.
12 Despacho, Embajada británica a Ernest Bevin, Buenos Aires, f.: John Balfour,
61711950; PRO-FO, 371/81163, Argentina, LA 1950. Memorandum, Military Attaché a
J. Balfour, Buenos Aires, 26/6/1950; PRO-FO, 371/81163.
13 Despacho nº 139, Henry B. Mack a Herbert Morrison, Buenos Aires,
16/6/1951. Despacho nº 145, Henry B. Mack a H. Morrison, Buenos Aires,
23/6/1951; PRO-FO, 371/90467.
14 Despacho nº 145, doc. cit.
15 Despacho nº 7, confidencial, John Balfour a Bevin, Buenos Aires, 18/1 /1951;
PRO-FO, 371/90525.
16 Confidencial 18135, "Argentina: Annual Review for 1950", de J. Balfour a Mr.
Bevin, Buenos Aires, 10/1/1951; PRO- FO, 371/90466.
17 Memorandum for the President, Subject: "Current Status of us Argentine Re-
latíons", secret security information, 5/3/1953, f.: Walter B. Smith, E. L.

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