Las Personas Manipuladoras
Las Personas Manipuladoras
Las Personas Manipuladoras
5 rasgos en común
¿Cómo podemos protegernos de ser manipulados por alguien?
Con seguridad, en alguna ocasión, te habrás encontrado con una persona que te ha
convencido de lo que a ti te conviene, de manera oportuna resulta que aquello que
según ellos te conviene a ellos les va como anillo al dedo y al final caes en la cuenta que
lo que estás haciendo no es tu deseo.
Muestran pocos reparos a la hora de pisar a quien sea, para ellos el fin justifica los
medios. Cuando van a actuar no les tiembla el pulso para hacer lo necesario con el
propósito de alcanzar sus objetivos, con todo ello sus conductas suelen pasar
desapercibidas ya que son buenos actores.
3. Son insaciables
La manipulación les hace sentir poderosos y, como suele ocurrir con el poder,
siempre desean más. Sus principios morales están algo dañados, al ser conscientes que
por sí mismos son incapaces de alcanzar un objetivo, pero que su capacidad
manipuladora puede proporcionarles llegar a su meta haciendo uso de los méritos
ajenos, a espaldas de los demás. Les colma la ambición, unas ansias que al igual que la
droga les produce una especie de adicción.
4. Necesitan el control
1. El incitador
Un caso típico, en este caso opuesto a los dos anteriores citados. Hace alarde de
fuerza, y no solo, sino además de cierta agresividad. En este caso si eres una persona
pasiva cederás para ahorrar tener que enfrentarte a él. De tal manera que “ad baculum”
el manipulador consigue mediante la coacción lo que quiere, es el caso de
las personalidades de tipo antisocial.
2. El desprestigiador
3. El interpretador
Con este ardid conseguirá que desees haberte tragado tus palabras, que estas no eran
apropiadas, que te has pasado de la raya o que no has pensado lo que decías hiriendo así
a otra persona. Metamorfoseando de esta manera tus palabras, comunicándolas a la
persona que más le conviene y modificando su intención, por lo que puedes acabar
siendo el malo de la película.
4. La víctima
A este sujeto el mundo le ha hecho daño, no cesa de lamentarse que todo lo malo le pasa
a él y de preguntarse a sí mismo “¿por qué a mi?”. Se centra mucho en su propio dolor,
escudando sus actitudes y conductas reprobables bajo el victimismo, Siempre es el más
desafortunado, muy por encima de los demás.Este tipo de cuadro conductual suele
conocerse como el síndrome de Job.
Además, induce a pensar que son los otros los que abusan de él, reclama justicia y se
tiene a sí mismo como a un inocente maltratado, de esta manera crea un discurso para
que tú te sientas culpable de su infortunio y lo injusto que es el mundo con él. Entonces,
suelen aprovechar ese discurso para que bajes la defensa y te obligarte a acceder a lo
que te pida por lástima o por culpa. Más tarde te embargará la decepción, porque no es
lo tú realmente querías, pero ya ha conseguido su objetivo mediante su lloriqueo.
5. La rémora
1. Ser conscientes
Si te relacionas con alguien y sientes que tus derechos están siendo menoscabados,
considera que puede que estés siendo víctima de un manipulador.
3. Tú no tienes culpa
Si contestas no a alguna pregunta de las que hemos citado con anterioridad, considera
que puede que tú seas la víctima y no al revés. Hay ciertos aspectos de la realidad que te
circunda sobre los cuales puedes ejercer un control, sin embargo, la mayoría de las
cosas no están en nuestra manos, así pues, no tienes la culpa de lo que sucede a tu
alrededor, de manera que si empiezas a sentirte de dicha manera, procura averiguar lo
que pasa.
Cuestiona:
Cuestiones como estas harán considerar al sujeto manipulador que ha sido delatado y
probablemente busque a otra persona a la que embaucar.
4. Tómate tu tiempo
5. No dudes
En conclusión, si te topas con una persona que actúe así es necesario que
logres desenmascararla. Si es posible, debes intentar ayudar a ese individuo para que
vaya siendo consciente de que su conducta afecta negativamente a los demás y, sobre
todo, a sí misma. En cualquier caso, no vaciles y utiliza todas estas herramientas que
ahora ya conoces para evitar ser víctima de su manipulación.
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Psicología social y relaciones personales
Una de las características de las personas manipuladoras es, justamente, actuar de tal
manera que no pueden ser reconocidas como tales.
Uno de los factores que sirven para entender cómo pueden llegar a pasar desapercibidas
de esa manera es que, en vez de existir un patrón de comportamiento típico de la
manipulación, existen diferentes tipos de personas manipuladoras, o de estrategias
de manipulación a seguir. Esto hace que no siempre resulte fácil reconocer cuándo se
está engañando a alguien para el propio beneficio.
1. Falsas víctimas
Esta es una estrategia que apela a las partes del cerebro más relacionadas con el sistema
límbico y la memoria emocional y que tiene un potente efecto sobre la conducta de los
demás. De hecho, algunas personas no pueden evitar ceder en todo aquello que piden
directa o indirectamente estos tipos de manipuladores a pesar de intuir que están siendo
engañadas.
2. Buscadores de atención
En ciertas personas con rasgos narcisistas la atención es un recurso tan preciado que
están dispuestas a elaborar estrategias cuya finalidad última es conseguir este elemento.
Y, en muchos casos, estas estrategias incluyen una parte de engaño y manipulación.
Por ejemplo, es lo que ocurre en gente que finge tener un poder que no tiene solo para
tener una manera de destacar sin hacer demasiado, o que simula interés por otras
personas solo para hacer que este interés nazca hacia uno mismo por parte del otro.
Además, este tipo de personas manipuladoras saben que para los demás sería tan
extraño suponer que todo lo hacen por la atención que ni se lo plantean, y por lo tanto es
poco probable que sean descubiertas.
3. Autoridades en la materia
Por supuesto, la posición moral sobre la que deciden qué deben hacer los demás es
simplemente una fachada que cumple su función: engañar a los demás.
Esto perjudica tanto a los demás, que ven cómo hay un desequilibrio de poder muy
claro (una persona que ya de por sí es importante cuenta con la ayuda incondicional de
otra persona) como a la persona que ejerce de líder, ya que no puede llegar a estar
informada de cuándo sus decisiones y opiniones tienen defectos.
5. Desprestigiadores
Para ello, estas personas pueden posicionarse sistemáticamente en contra de lo que hace
esta persona seleccionada, y frecuentemente hablarán mal de ella a sus espaldas. No se
manipula a quien se quiere perjudicar directamente, sino a su entorno.
Estos manipuladores se desviven en hablar bien de alguien para que ese alguien crea
que está en deuda con ellos y acceda a hacer lo que piden. Tal y como ocurre con las
falsas víctimas, es posible caer en su trampa a pesar de ser parcialmente conscientes de
que se está siendo manipulado.
8. Trileros argumentativos
Se trata de personas que, para manipular, optan por una estrategia basada e un juego
verbal: realizan afirmaciones que pasado un tiempo manipulan para que parezca
que estaban diciendo otra cosa, y hacen lo mismo con los discursos de los demás con
tal de que parezca que han dicho otra cosa.
Esto ocurre mucho en discusiones, para ganarse la opinión pública. Por ejemplo, si
alguien afirma que un candidato a alcalde no tiene estudios y otra persona señala que sí
que tiene una licenciatura, el manipulador responderá a esto que sugerir que un título
universitario es determinante para ser un buen alcalde es ridículo. En este caso se juega
con las distracciones y con la memoria de la audiencia para manipularla hablando a
posteriori de cosas que no han ocurrido.
7 tipos de personas manipuladoras que pueden
arruinarte la vida sin que te des cuenta
Sin embargo, resulta difícil reconocer a las personas manipuladoras porque generalmente
se trata de seres queridos con quienes mantenemos un profundo vínculo afectivo. Por otra
parte, a menudo usan técnicas de manipulación emocional muy sofisticadas y sutiles que
nos hacen dudar de nosotros mismos e incluso pueden hacer que pensemos que somos el
"malo de la película".
1. El fanfarrón encubierto
El fanfarrón encubierto jamás nos dirá directamente que tenemos algunos kilos de más,
pero se quejará de que no puede entrar en la talla “M” cuando nosotros usamos una “L”
o incluso una “XL”. Es la persona que se lamenta porque no puede correr más de 30
kilómetros cuando sabe perfectamente que solo podemos correr 5 kilómetros antes de
quedarnos exhaustos.
2. El plantador de ideas
Estas personas manipuladoras usan una táctica muy sutil: nos presionan con ideas
socialmente aceptadas y bien vistas para que estemos de acuerdo con sus puntos de vista
y decisiones.
Generalmente su discurso comienza con frases como: "Estoy seguro de que estarás de
acuerdo con..." o "No puedes negar que...". Por ejemplo, pueden decir: “Estarás de
acuerdo con que un buen hijo cuida de su madre”. Se trata de generalizaciones que
reflejan valores positivos pero que, sin duda alguna, tienen muchos matices y pueden
variar de un caso a otro. Sin embargo, al presentarlas de esta forma nos ponen en una
situación difícil ya que tendríamos que decir: “no, no estoy de acuerdo con lo que dices”.
3. El decepcionado permanente
Cuando queremos a una persona, nos sentiremos mejor si hacemos algo que la enoja que
si la decepcionamos. La decepción es un peso difícil de cargar, nos sentimos muy mal
cuando sabemos que hemos decepcionado a alguien importante para nosotros y asumimos
que somos malas personas por ello.
Este tipo de persona manipuladora lo sabe y juega esa carta a su favor. Por eso, la
encontraremos permanentemente decepcionada. Cada vez que hacemos algo que le
desagrada o que no satisfacemos sus demandas, esa persona nos hará saber cuán
decepcionada está. El problema es que la sensación de culpa que experimentamos es tan
grande que le damos la razón y nos ponemos a su merced.
No nos damos cuenta de que decepcionar a alguien solo significa que no hemos estado a
la altura de las expectativas que esa persona tiene para nuestra vida. Decepcionar a
alguien significa que esa persona trazó un camino en nuestro lugar y no lo seguimos. en
realidad, tenemos todo el derecho del mundo de seguir el camino que elijamos y no
debemos sentirnos mal por ello.
4. El victimista crónico
Este tipo de persona manipuladora nos hace sentir en deuda con ella. Nunca se cansa de
resaltar todas las desgracias que ha sufrido a lo largo de la vida, por lo que sentimos que
por alguna extraña razón que ni siquiera llegamos a entender, le debemos algo.
Dado que cada vez que la encontramos tiene una desgracia nueva que añadir a su
larguísimo elenco, no nos sentimos con fuerzas para convertirnos en el “monstruo” que
va a añadir un nuevo problema a su vida mientras está pasando por ese mal momento.
El problema es que esa persona aprovechará esa sensación para pedirnos un gran favor y
hacer que satisfagamos sus necesidades, incluso a costa de las nuestras. Sin embargo, si
nos ponemos a sus pies, no dudará en pasar por encima nuestro para seguirle contando
sus desgracias a otros, dejándonos con nuestros propios problemas sin resolver.
5. El oyente selectivo
Cuando estamos inmersos en una discusión, podemos perder la paciencia y decir cosas
que no sentimos realmente o de las que nos arrepentimos. Sin embargo, este tipo de
persona manipuladora se quedará aferrada a esa frase o actitud, y nos vapuleará con ella
hasta el fin de los tiempos.
6. El mártir
Se trata de uno de los peores tipos de personas manipuladoras porque justifican sus malas
acciones y su egoísmo con alguna causa superior. Podría tratarse de una causa religiosa
o de algo más terrenal como ser un buen padre o una buena madre.
Su frase preferida es: “lo hago por tu bien” o “solo estoy intentando ayudarte”, cuando
sabemos perfectamente que no es así y que los principales beneficiados serán ellos
mismos.
Sin embargo, si se lo hacemos notar, estas personas afirman que no encuentran ningún
placer en su comportamiento, pero lo hacen porque es lo correcto. De hecho, pueden
llegar a decirnos que esa decisión les duele y les hace sufrir, de ahí que asuman el rol de
mártires. Y lo peor de todo es que nos hacen sentir personas horribles porque no somos
capaces de apreciar su “sacrificio”.
7. El inquisidor
Esta persona manipuladora utiliza la crítica directa como su arma principal. Su táctica es
hacernos sentir que no somos capaces de llevar las riendas de nuestra vida, que no estamos
a la altura de la situación y que necesitamos confiar en ella para que todo finalmente se
encauce.
Las críticas al inicio son sutiles e indirectas pero con el tiempo serán cada vez más ácidas,
socavando profundamente nuestra autoestima. De esta forma va imponiendo su visión de
la realidad, sus reglas y sus valores, hasta el punto que terminamos viéndonos a través de
sus ojos.
Comienza un circulo vicioso donde muchas veces hemos sido heridos o dañados por
una persona manipuladora, donde hacemos un gran esfuerzo por mantenernos alejados,
pero a la vez nos sentimos incómodos por la presión y volvemos a intentarlo, volvemos
a depositar la confianza, pero sin resultados positivos. Al final relacionarnos con
personas manipuladoras nos puede conducir a tomar malas decisiones, y sentirnos muy
confundidos e inseguros con respecto a nosotros mismos.
Hay dos tipos básicos de agresión: la agresión directa y la agresión encubierta. Cuando
usted está determinado para obtener algo y es abierto, directo y obvio en su manera de
enfrentamientos, su comportamiento es etiquetado como abiertamente agresivo. Cuando
usted debe "ganar", dominar o controlar, pero en forma sutil, secreta o bastante
engañosa para esconder sus intenciones verdaderas, su comportamiento es más
apropiadamente etiquetado como encubiertamente agresivo. Ahora, evitar cualquier
demostración abierta de la agresión y simultáneamente intimidando a otros para que le
den lo que usted quiere, es una maniobra poderosamente manipuladora. Por eso la
agresión encubierta es el vehículo para la manipulación interpersonal usado más a
menudo.
EL PROCESO DE VICTIMIZACIÓN
Durante mucho tiempo, me pregunté por qué las víctimas de manipulación les cuesta
tanto ver lo que sucede en interacciones manipuladoras. Al principio, estuve tentado de
criticarlos. Pero he aprendido que son engañados por algunas muy buenas razones:
2. Las tácticas usadas por los manipuladores pueden hacerlo parecer que están dolidos,
se preocupan, defendiéndose..., casi todo menos que están peleando. Esta táctica es
difícil de reconocer simplemente como estrategia inteligente. Ellos siempre hacen lo
suficiente para que la persona dude de su comprensión natural e intuitiva de que está
siendo víctima de abuso o toma de ventajas.
4. Lo que nuestra intuición nos dice cómo es un manipulador, desafía todo que nos han
enseñado creer sobre la naturaleza humana. Hemos sido inundados de una psicología
que nos tiene viendo a todos, al menos hasta algún grado, como miedosos, inseguros o
"colgados". De este modo, mientras nuestro instinto nos dice que tratamos con un
manipulador despiadado, nuestra cabeza nos dice que ellos realmente deben ser
personas asustadas o heridas "por dentro". Lo que es más, la mayor parte de nosotros
generalmente odia pensar en sí misma como gente insensible y cruel. Vacilamos en
hacer juicios duros o aparentemente negativos sobre otros. Queremos darles el beneficio
de la duda y asumir que ellos realmente no abrigan las intenciones malévolas que
sospechamos. Tenemos más tendencia a dudar y culparnos por atrevernos a creer lo que
nuestro instinto nos dice sobre el carácter de nuestro manipulador. [...]
Mientras, desde cierta perspectiva podríamos decir que alguien con este
comportamiento defiende su ego de cualquier sentido de vergüenza o culpa, es
importante darse cuenta que al tiempo que el agresor expone estos comportamientos, él
no está principalmente defendiendo (es decir intenta impedir que ocurra algún
acontecimiento internamente doloroso), sino que pelea para mantener una posición,
ganar poder y quitar cualquier obstáculo (tanto interno como externo) en el camino de
obtener lo que él quiere.
Más que tratar de prevenir que suceda algo emocionalmente doloroso o terrible,
cualquiera que use estas tácticas está tratando principalmente de asegurar que algo que
ellos quieren que pase, suceda. [...]
1. Negación
Esto es cuando el agresor rechaza confesar que ellos han hecho algo dañino o hiriente
cuando claramente lo hicieron. Es una manera de mentir (a ellos, así como a otros)
sobre sus intenciones agresivas. Esta táctica del "¿Quien?... ¿Yo?" es una forma de
"jugar al inocente", e invita a la víctima a sentirse injustificada al encarar al agresor
sobre su comportamiento inadecuado. Esta es también la forma en que el agresor se da
el permiso de tener la razón en hacer lo que ellos quieren hacer. Esta negación no es de
la misma clase de la negación de una persona que acaba de perder a un ser amado y que
no puede aceptar completamente el dolor y la realidad de la pérdida. Aquel tipo de
negación es principalmente una "defensa" contra una ansiedad y daño insoportable.
Entonces, la negación anterior no es principalmente una "defensa", sino que una
maniobra que usa el agresor para conseguir que otros se echen para atrás, descolgarse o
sentirse tal vez hasta culpable por insinuar que él hace algo incorrecto. [...]
Esta táctica es similar y a veces confundida con la negación. Ocurre cuando el agresor
"juega al tonto", o actúa como olvidadizo. Al usar esta táctica el agresor activamente no
hace caso de las advertencias, súplicas o deseos de otros, y en general, rechaza prestar
atención a todo lo que podría distraerlo de perseguir sus propios objetivos. A menudo,
el agresor sabe muy bien lo que usted quiere de él cuándo comienza a exponer este
comportamiento de "¡no quiero oírlo!". Usando esta táctica, el agresor activamente se
resiste a las tareas de prestar atención...
3. Racionalización
4. Desviación
5. Mentira
Es a menudo difícil saber cuándo una persona miente mientras lo hace. Por suerte, hay
momentos en que la verdad sale a flote porque las circunstancias no confirman la
historia de alguien. Pero también hay momentos cuando usted no sabe que ha sido
engañado hasta que es demasiado tarde. Un modo de minimizar las posibilidades de que
alguien lo pisotee es recordar que puesto que las personalidades agresivas de todos los
tipos generalmente no se detendrán ante nada para conseguir lo que ellos quieren, usted
puede esperar que ellos mientan y hagan trampas.
6. Intimidación Encubierta
Los Agresores con frecuencia amenazan a sus víctimas con mantenerlos ansiosos,
aprensivos y en una posición baja. Los agresivos encubiertos intimidan a sus víctimas
haciendo veladas (sutil, indirectas e implícitas) amenazas. Causar culpa y vergüenza son
dos de las armas favoritas de los agresivos encubiertos. Ambas son tácticas especiales
de intimidación.
7. Crear culpa
Una cosa que las personalidades agresivas saben bien es que otros tipos de personas
tienen conciencias muy diferentes a las de ellos. Los manipuladores son a menudo
expertos en utilizar la mayor conciencia de sus víctimas para mantenerlos en la duda de
sí mismos, ansiosos y sumisos. A más conciencia tiene la víctima potencial, la culpa es
más eficaz como arma.
Las personalidades agresivas de todos los tipos usan la creación de culpa como táctica
manipuladora en forma tan frecuente y con tanta eficacia, que demuestra cuan
esencialmente diferentes de carácter son al compararlos con otras personalidades (sobre
todo neurótica). Todo lo que un manipulador tiene que hacer es sugerir a la persona
consciente que ellos no se preocupan bastante, son demasiado egoístas, etc. Y aquella
persona inmediatamente comenzará a sentirse mal. Por el contrario, una persona
consciente podría intentar que un manipulador (o cualquier otra personalidad agresiva)
se sienta mal por su comportamiento hiriente, reconocer su responsabilidad, o admitir la
maldad, sin lograr absolutamente nada.
8. Avergonzar
Esta táctica es con frecuencia usada junto con la táctica de desempeñar el papel de
víctima. El agresor usa esta táctica para hacerlo parecer que él sólo responde (es decir se
defiende contra) la agresión de parte de la víctima. Esto permite al agresor poner mejor
a la víctima a la defensiva. [...]
Los agresivos encubiertos usan esta táctica para encubrir sus agendas egoístas bajo el
aspecto de servicio a una causa más noble. Esto es una táctica común, pero difícil de
reconocer. Pretendiendo trabajar mucho en el nombre de alguien más, los agresivos
encubiertos ocultan su propia ambición, deseo de poder, y búsqueda de una posición de
dominio sobre otros. [...]
12. Seducción
14. Minimización
Esta táctica es una clase única de negación conectado con la racionalización. Usando
esta maniobra, el agresor intenta afirmar que su comportamiento abusivo no es
realmente tan dañino o irresponsable como alguien podría reclamar. Esto es la tentativa
del agresor de hacer convertir una montaña en un hoyo de topo.
Resumen
He presentado las principales tácticas que usa los agresivos encubiertos para manipular
y controlar a otros. No son siempre fáciles de reconocer. Aunque todas las
personalidades agresivas tiendan a usar estas tácticas, los agresivos encubiertos
generalmente los usan hábilmente, de manera sutil. Alguien tratando con una persona
encubiertamente agresiva tendrá que aumentar la sensibilidad de nivel visceral frente al
uso de esta táctica si quieren evitar ser sus víctimas.
El Poder De Las Personas
Manipuladoras
El gaslighting es una forma de poder sobre abuso mental mucho más común de lo que
podríamos pensar, sobre todo en las relaciones de pareja o entre padres e hijos.
Básicamente, ocurre cada vez que alguien nos miente deliberadamente con el objetivo
de alterar nuestra percepción de las circunstancias y sacar provecho de ello, aunque
saben de sobra que tenemos razón.
Sin embargo, el gaslighting suele ser difícil de detectar porque casi nunca implica el uso
de la violencia. De hecho, esa persona suele comportarse de manera muy amable e
incluso pone a su víctima en un pedestal, para que no ponga en duda sus intenciones. En
muchos casos, el manipulador se autoproclama como defensor de la víctima, cuando en
realidad lo que intenta es someterla.
Es fácil pensar que nunca caeríamos en una manipulación tan “burda”, pero cuando las
emociones entran en juego, lo improbable se vuelve probable. De hecho, el gaslighting
es un complejo mecanismo de proyección e introyección de los conflictos psíquicos en
el que intervienen dos personas:
– Manipulador: Por una parte, hallamos a la persona manipuladora, que proyecta sus
conflictos sobre su víctima, para mantener incólume su propia identidad y sentir que
tiene el control.
– Víctima: Por otra parte, hallamos a la víctima, que normalmente es una persona que
tiene una relación afectiva con el manipulador y que acepta como propios los conflictos
de este.
Fase 1: En la primera etapa, cuando alguien intenta imponerte otra realidad, lo normal
es que presentes resistencia y la rebatas. Puedes discutir durante horas sobre el
argumento, hasta que llegas a sentirte francamente ridículo, pero no logras llegar a
ningún acuerdo porque la otra persona no da su brazo a torcer. De hecho, es probable
que discutas sobre cosas que no deberían ser motivo de discusión, como tus
sentimientos u opiniones. Sin embargo, discutes porque alguien está intentando decirte
cómo debes sentirte o pensar. En esta etapa, todavía crees en ti, pero comienzas a poner
en duda tus creencias.
Fase 2: En la segunda etapa comienzas a considerar el punto de vista de la otra persona
e incluso lo entiendes, así que te esfuerzas porque comprenda a su vez tu perspectiva.
No obstante, te asusta lo que su punto de vista desvela sobre ti, lo que crees que dice
sobre tus creencias y valores. En este punto, el objetivo de la discusión ya no es ganar y
demostrar que tienes razón, sino tan solo probar que eres una buena persona, que eres
valioso. Se trata de un cambio de objetivo importante porque demuestra que has dejado
de creer en tus argumentos y que estás luchando solo por demostrar tu valía.
Necesidad de tener la razón. Una persona que siempre quiere tener la razón, es más
propensa a sufrir este tipo de manipulación porque también suele enzarzarse en
discusiones que se desvirtúan del tema principal y entran en el peligroso terreno de la
subjetividad. Además, el deseo de tener razón también implica una visión en blanco y
negro del mundo, por lo que cuando sus argumentos pierden solidez, tendrá la tendencia
a asumir los de la otra persona, sin darse cuenta de que ambos argumentos son
simplemente perspectivas diferentes.
Necesidad de afecto. El gaslighting suele ocurrir entre personas que mantienen una
estrecha relación afectiva. De hecho, a menudo la víctima idealiza al manipulador, a
quien lo ve como un “salvador” o “defensor”. Obviamente, si no existiese ese vínculo
emocional, sería mucho más fácil romper la relación o detener la manipulación antes de
que esta adquiriera proporciones mayores.
También debes ser consciente de que una persona puede no compartir tus sentimientos e
ideas, puede no estar de acuerdo con ellos e incluso puede que no los entienda, pero no
debe dudar de su existencia, después de todo, no está dentro de ti para afirmarlo o
negarlo con certeza. Por tanto, si una persona pone en duda tus sentimientos e ideas con
frecuencia, es probable que lo haga solo para minar tu autoestima y manipularte. No
dejes que nadie ponga en duda lo que sientes o piensas.
Por último, considera que con estas personas, es mejor no discutir, porque su objetivo
no es comprenderte sino manipularte. La persona que recurre al gaslighting no necesita
tener razón, tan solo necesita que tú creas que la tiene. Por eso, hará todo lo posible por
manipular tu percepción de los hechos. La clave radica en impedírselo y, para ello, es
conveniente que no te involucres en discusiones que no son objetivas.
ENTERATE PORQUE UN
MANIPULADOR NARCISISTA
NUNCA SE DISCULPA
manipulador narcisista
Si alguna vez has tenido que lidiar con un manipulador o un pervertido narcisista,
probablemente hayas notado algo muy confuso con ellos. Aunque solo pueden ver el
daño que se hacen el uno al otro, nunca se ven a sí mismos como agresores.
Independientemente de la evidencia de su mala conducta que los traiga, muchos
agresores argumentarán que “esto ha sido merecido”. O cualquier otra justificación
ridícula. Hasta el momento de su muerte.
Uno puede preguntarse cómo es posible que un ser humano abusivo y horrible no pueda
darse cuenta del daño que está haciendo a su alrededor. Como era de esperar, realmente
hay una razón psicológica para ello.
Luego se vuelven delirantes al tratar de justificar sus acciones. O finge que estás
equivocado. Esto les permitirá sentirse en paz con los actos malvados que han cometido.
Al hacer esto, salen de la realidad que sería insoportable para ellos. Crean su propia
realidad.
Es por eso que es tan difícil hacer que un manipulador narcisista perverso admita que
está haciendo cosas incorrectas, incluso si hay evidencia. Si hay daños visibles y
pruebas serias, pueden admitir que han estado equivocados durante un corto período de
tiempo. Pero cuando desaparece la evidencia, será culpa tuya nuevamente.
Esta es también la razón por la cual no debes tratar de cambiar un manipulador perverso
narcisista. Ni para obligarlo a admitir los hechos. Si estás con un manipulador perverso
narcisista, la mejor solución para ti es irte y desconectarte de él, tan pronto como notes
comportamientos de negación.
8 Sencillas reglas para comunicarte con
un manipulador
Cómo tratar a un manipulador de la manera más
inteligente
Las personas manipuladoras, son aquellas que de manera muy inteligente llegan a
inculcar en nosotros sentimientos de culpa, mediante el chantaje y otro tipo de
herraminetas psicológicas poco saludables. Este tipo de personas siempre consiguen de
una manera u otra, que los demás terminen haciéndo lo que ellos desean. Hoy queremos
brindarte una serie de consejos para que puedas saber cómo tratar a un manipulador,
para así evitar ser tu el perjudicado ante su poco saludable sistema de dominio mental.
Recuerda siempre que las personas manipuladoras son expertas en entrar más allá de
nuestro límite personal, por lo que al estar frente a una de ellas, tendrás que tener muy
en claro cuales son tus derechos personales.
2. Guarda la distancia
Recuerda siempre que una persona manipuladora siempre intentará jugar con tu lado
más débil, por lo que podrá jugar un poco con tus sentimientos y emociones.
Para hacerle frente a esta clase de personas, es necesario estar muy bien centrado en
cuanto a lo racional, y reconocer siempre que el problema no está en nosotros, sino en el
manipulador.
Si quieres saber cómo tratar a un manipulador, puedes optar por realizarle a dicha
persona ciertas preguntas para identificar si tiene al menor algún grado de verguenza o
autocrítica, y entra en razón, o al menos entiende que estás en alerta a su condición de
manipulador.
Es necesario que tengas en cuenta que existen personas tan manipuladoras, que ni
siqueira se tomarán el tiempo de atender a tus preguntas, y seguirán insistiéndo en su
petición.
5. ¡No te apresures!
Los manipuladores pueden llegar a presionarte hasta tal punto de que terminas haciéndo
todo lo que ellos quieren sin tan si quiera darte cuenta de ello.
Si necesitas tiempo para tomar una decisión, tómatelo. Recuerda que estás en todo tu
derecho de reflexionar sobre tus propias decisiones sin que nadie interfiera en ellas.
Tienes derecho a hacer valer tu posición sin sentir ningún tipo de culpa por ello.
Hazle saber muy bien a la otra persona cuales serán las severas consecuencias de su acto
de manipulación.
Asegúrate de que la otra persona tenga muy en claro que tu sabes que está intentando
manipularte.
Los manipuladors toman mucho mayor poder ante sujetos activos y obedientes, los
cuales resultan ser muy fáciles de ofender y anular.
Muéstrate siempre seguro de ti mismo y con una personalidad tal que nadie pueda
humillarte ni pasarte por encima.
Ahora que tu ya saber cómo tratar a un manipulador, ¡comparte con todos estos 8
saludables consejos!