Nutrición Ciruelo
Nutrición Ciruelo
Nutrición Ciruelo
Los ensayos de concentración de nutrientes en hoja en distintas variedades muestran diferencias significativas
Uno de los frutales con más futuro en Extremadura es el cas como a las buenas perspectivas de comercialización.
ciruelo japonés dada su buena adaptación a esta región. Sin embargo, uno de los problemas que presentan las plan-
Presenta el problema de un vigor excesivo, el cual puede taciones de ciruelo en la zona es el exceso de vigor. Hasta el ma
controlarse, además de con reguladores de crecimiento, mento se ha solucionado con el empleo de reguladores de creci-
con un control adecuado del riego y la fertilización. Para miento, pero es de prever que en un plazo breve de tiempo sean
prohibidos en sistemas de producción integrada. Una alternativa
ello, investigadores del CIFA de Extremadura han realizado
sería el empleo de estrategias de riego y fertilización para redu-
análisis foliares de plantaciones a lo largo de las Vegas del cir el crecimiento vegetativo de los árboles. Un primer paso en
Guadiana, conociendo en estos momentos el estado este sentido es caracterizar el estado nutricional de las planta-
nutricional de dichas plantaciones. ciones en la zona y conocer la incidencia de dicho estado de los
árboles sobre el vigor y productividad de los mismos.
V. González'1', A. Abadía'2^, J. Abadíajz', A. Vivas'1j y M.N. Prietoj1'. EI estado nutricional de un árbol depende de la disponibili-
dad para el mismo de una serie de elementos minerales: los
j1^ Departamento de Hortofruticultura. Centro de Investigación, Finca La
Orden. Consejería de Infraestructuras y Desarrollo Tecnológico. Junta macroelementos N, P, K, Ca, Mg y S, y microlementos B, Cu,
de Extremadura. Fe, Zn, Mo, CI, Co, Na y Si. Tradicionalmente los programas de
jz^ Departamento de Nutrición Vegetal. Estación Experimental de fertilización en fruticultura se han basado en la determinación
Aula Dei. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Zaragoza. del nivel de fertilidad en suelo y en la estimación de las ex-
tracciones en fruto y madera de poda. Sin embargo, el análisis
foliar es el método más empleado actualmente para caracte-
xtremadura cuenta con unas buenas condiciones para el rizar el estado nutricional de los árboles (Terry et al., 1995) y
desarrollo de la fruticultura, siendo uno de los sectores detectar posibles desequilibrios y es el complemento más útil
agrícolas de mayor crecimiento en la región en los últimos para racionalizar la fertilización de los cultivos, dirigida hacia
años. Uno de los frutales con un futuro más prometedor una agricultura sostenible. Las hojas aportan un buen testi-
para la región es el ciruelojaponés (Prunus salicina), de- monio del estado nutritivo de las plantas y representan una
bido tanto a la buena adaptación a las condiciones edafoclimáti- síntesis muy acertada para valorar la influencia de los distin-
^,,
.^ . .^ ,^
, ^ ^ ^ ^ ^ . ^. ^^
. ^ . .^ ^ . •^
.^ „. ^ ^^ ,
a,oo
3,50
3,00
^^I - ^^^^
2,50
^
. °^ 2,00
Ú
1,50
^. r^
r. ^ ^ ^ 0,50
^ .^ •
0,00
Parcelas pccl ❑ x2®d3pd4
4,50 -
4,00
3,50 . ^
^ 3,00 ^ ^ • ^
o_
r^ ^ 1 ^ r ^ .^ -
Y 2,50
^ ^ r. ^ • ^
2, 00 .^ ^.
^^^^^Il^lh^^ll^
1,50
gunas deficiencias. r. .. ^, .
• Magnesio. No se observan deficiencias en Mg en hojas (figura
300
5). La variedad "cl4" está dentro del rango, mientras que las otras
250 ^
tres muestran algunos excesos. Esto nuevamente nos indica bien
que las necesidades de Mg son diferentes según variedades o
bien que los niveles de referencia en hojas son distintos.
• Hierro. EI contenido foliar de Fe (flgura 6) abarca un amplio ran-
go de concentración. Encontramos que las variedades "cc1" y 50 ^
I n^l I I I I I^i1, ^^^ I i Furil-I I I^ ^
"cl4" están dentro de los límites de comparación (Jones et al.,
1991). Sin embargo, en la variedad "cl3" encontramos que la con-
0 ^l I III11lI 1111111111111111111111111111111^11
Parcelas ®cc1 ❑ cc2 ®cl3 pcl4
centración de Fe foliar se encuentra cercana al límite inferior. Es
Co^rtlnGa en pég. 3B ^
7hotis ^^s ns
Escocet '
(Incluído en producción integrada) Trotisas sc
(Incluído en producción integrada)
a
,BÁ^^R`
R Bayer CropScience
dossier EXTREMADURA^
"cc1" está dentro de rango, pero la variedad "cl3" presenta valo- y"cl3". La mayoría de los árboles tienen un contenido de Cu foliar
res muy cercanos al límite inferior. Además, en ningún caso se so- dentro del rango empleado para la comparación de los resultados.
brepasan los niveles recomendados para ciruelojaponés. Parte de este aporte se realiza a través de los tratamientos fito-
• Cobre. No existen excesos de Cu en el contenido foliar de cirue- sanitarios, por lo que prácticamente no encontramos problemas
lo japonés (flgura 8); por el contrario, encontramos algunas defi- de Cu en los árboles.
ciencias en las variedades de las Vegas Bajas del Guadiana "cc1" • Zinc. Los contenidos foliares en este elemento son muy bajos
en la mayoría de las parcelas analizadas (ñgura 9), con la excep-
ción de "cc2", en que hay parcelas con excesos y deficiencias, y
en "cl4", en que hay deficiencias.
.
/
r ^r r .r
r r r r rr
,: ^ r r 'r Las concentraciones foliares encontradas para N, K, Ca, Mg,
., r r. r Fe y Cu en árboles de ciruelo japonés a lo largo de las Vegas del
Guadiana se mantienen dentro de los rangos recomendados para
looo ciruelo europeo, cosa que no sucede para P, Mn y Zn. Los niveles
900 de referencia en N para ciruelojaponés que hay publicados en la
800
Universidad de California se encuentran entre el 2,3% - 2,8%,
700
E 600
mientras que para ciruelo europeo están entre el 2,4%- 3,00%. La
á 500 diferencia de los valores de referencia en las dos especies nos in-
c aoo
^ dica la necesidad de establecer los niveles de referencia para ci-
300
zoo rn
ruelojaponés adaptado a nuestras condiciones climáticas.
100 ^i1 ^f l-r1Tt1 ^ I I I I I irM I^I ,^ n^; ,, ^^^:
^^^ m-r La recogida de hojas se hizo 120 días después de plena flora-
0 I^r^ ción. En el momento del muestreo las variedades "cc1" y"cc2" ya
Parcelas ■ cc1 ❑ cc2 ■ cl3 pcl4 habían sido recolectadas, mientras que las variedades "cl3" y
"cl4" se recogieron después. Es posible que algunas de las dife-
rencias que encontramos en la concentración de nutrientes sean
., . debidas a la presencia o no de frutos en el árbol. Así, las varieda-
des de ciclo largo tienen un mayor contenido de N que las de ciclo
r ,r r. r „ corto. Esto pone de manifiesto que sean necesarios niveles de re-
1 1 M 1
ferencia diferentes para cada elemento en función de cada ciclo.
1 1 Y. 1 1 'I
En todos los casos se ha obtenido un rango de valores consi-
^. .
derable que a priori ofrece la posibilidad de estudiar los valores
más adecuados para esta especie en la zona, estableciendo com-
paraciones con la productividad y/o vigor de los árboles, en fun-
ción de los objetivos agronómicos planteados.
En estos primeros resultados se pone de manifiesto que exis-
ten diferencias notables entre variedades de diferente longitud de
ciclo en cuanto a las concentraciones foliares observadas de los di-
ferentes elementos para una misma fecha de muestreo, lo que
puede indicar la necesidad de establecer niveles de referencia di-
ferentes y/o de muestreo en función del tipo varietal. También exis-
te la posibilidad de que las necesidades nutricionales de los árbo-
les sean diferentes en función de la longitud del ciclo, ya que tam-
bién se observan diferencias en la productividad de los árboles
(tanto en fruto como en biomasa total del árbol). Disponer de unos
. , . niveles de referencia adecuados para realizar el diagnóstico nutri-
r rr . ,. ,. cional puede servir de base para ajustar las dosis de abonado. ■
Agradecimientos
^ r , ,. •,
Este trabajo forma parte de una beca de investigación agraria para la realización de una tesis doc-
^.. ' M .1
toral financiada por el Servicio de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Consejería de Agri-
cultura y Medio Ambiente de la Junta de Extremadure y por el Fondo Europeo de Desarrollo Re-
140 gional con referencia SIDT-260-JUN.
120 AI Laboratorio Agroalimentario de Extremadura y al Laboratorio General del Centro de Investiga-
LI ción Fnca La Orden-Valdesequera por los resultados analRicos realizados.
100
É
a so Bibliograña
a
c 60 Espada, J.L.1990. MelocMón tarña de Cdarda. Fiortofruticuftura 1: 4&51.
N
Lattata, J.1987. MModl ed IMarpretarlone delk analsysl fo^larl In iruttlrnltura. Frutticottura 67: 71-76.
^ ml ^II,,III
40
Jones, J.B. Jc, Wolf, 8., Mills, H.A. 1991. PIeM Analyele Flandbook II. Micro-Macro Pubs. Athens, Georgia,
20
0 ^w^
ní U.S.A.
Panine, M.1987. Peaches. In: Martin-Prevel P.; Gagnard J and Gau[ier P. (ed). PIaM Analyals as a Guldetothe
Nutrlern Requlerements o( Temperature and Troplcal Crope. Tech et Doc. Lavoisier pp. 244262.
Parcelas ■ cc1 ❑ cc2 pcl3 pcl4 Terry, N., Zayed, A.M.1995. Physldogy and blochemlat of baves urder Iron deMclency. In Iron NuMtlon In
Solb and Poants, Abadia, J. Eds.; Kluwe Academic Publisher: Dordrect, The Netherlands, 28&294.