Ensayo Principito
Ensayo Principito
Ensayo Principito
Este cuento nos narra la vida de un aviador que se encuentra varado y perdido en el
desierto del Sahara que se encuentra con un pequeño hombrecito llamado principito lo
cual viene de un planeta muy pequeño donde solo habita una planta y el pequeño
principito, según esto va de asteroide en asteroide, son seis y el ultimo es el planeta
tierra donde se encuentra a su nuevo amigo el aviador.
Al principio yo no entendía muy bien el cuento porque tenía las ilusiones de un niño que
son apagadas por los adultos, él nos muestra los dibujos que les mostro a los adultos
que estos era una serpiente devorando a un elefante que parecía un sombrero, su
primer dibujo no tuvo éxito porque los adultos como nosotros no podemos ver más allá
de lo que realmente es un dibujo.
Entonces hizo un segundo dibujo el cual tuvo que dibujar al elefante adentro de la
serpiente, fue cuando los adultos y me incluyo entendimos que era lo que significaba
realmente el dibujo que nos muestra y esto es muy cierto ya que cuando estamos
pequeños, intentamos sobresaltar nuestra imaginación y los adultos nos ignoraban o
teníamos que explicar a detalle lo que habíamos hecho para que entendieran y algunas
veces lo tomaban como una pérdida de tiempo o que era una etapa de la vida que era
pasajera.
Aquí el autor nos cuenta que tuvo que abandonar su carrera de pintor, porque los
adultos no entendían su idea de pintar, y tuvo que escoger otra carrera que los adultos
influyeron en su decisión porque para los adultos tienes que estudiar lo que ellos
estudiaron, o lo que a ellos les hubiera gustado estudiar, también narra como nunca
entendieron su dibujo de la serpiente y la boa, que seguían diciendo que era un simple
sombreo, entonces se puso a la altura de los adultos hablando de ajedrez, golf, política
y quien tenía el mejor puesto de trabajo, y se quedaban asombrados como había tanta
sabiduría y razonamiento en aquel hombre y fue ahí cuando se dio cuenta que nunca
cambiaria de opinión cuando de la imaginación de los adultos se trataba.
Fue cuando me di cuenta que era cierto lo que decía el autor era cierto, para hablar con
un adulto que solo piensa en esas cosas, para ellos era que tenías educación y eres un
hombre adulto razonable como lo dicta la sociedad, y que nunca podrá un adulto
entender la imaginación o el arte que un niño posee, que desde muy pequeños somos
obligados a pensar como adultos y querer imitarlos, pero cuando llegamos a esa etapa
nos damos cuenta que no era como pensábamos que todos sin importar quien sea te
va a pisotear tus ideas y tus sueños.
Nos sigue narrando su historia de cómo se quedó varado y perdido en el desierto de
Sahara, se tuvo que aventurar el solo ya que no tenía mecánicos ni pasajeros, su
situación era de vida o muerte, porque apenas tenía agua para sobrevivir, se sentía
más solo que un náufrago, durmió sobre la arena del frio desierto de Sahara, y a los
primeros rayos del sol una vocecita extraña lo despertó, era un hombrecito que le decía
que le dibujara un borrego, el aviador no entendía que pasaba y el hombrecito insistía
que le dibujara un borrego, en esta parte nos muestra su dibujo o retrato de aquel
hombrecito, pero se disculpa porque era una ofensa hacia aquel modelo del
hombrecito, porque fue desalentado en su carrera como pintor a su corta edad y solo
sabía dibujar serpientes boas abiertas y cerradas.
Él no se creía lo que estaba viendo, porque él estaba a mil millas de una zona
habitada, pero decía que el hombrecito no parecía pedido ni fatigado, ni muerto de
hambre, no tenía aspecto de un niño perdido en medio del desierto de Sahara, él le
hablo a aquel hombrecito, y le pregunto qué hacía en aquel lugar, y el hombrecito
insistía en que el hombre le dibujara un borrego.
Cuando estaba leyendo en esta parte me decía a lo mejor es un duendecillo o a lo
mejor es producto de su imaginación ya que tenía escasez de agua y alimento, pero
me intrigaba sobre la aparición de aquel hombrecillo y continúe leyendo.
Entonces impaciente el hombre saco de su bolsa una hoja de papel y un bolígrafo, y él
se preguntaba cómo era dibujar un borrego que si los había visto pero no sabía cómo
dibujar un borrego, y como hemos dicho el solo sabía dibujar boas abiertas y cerradas,
y se quedó sorprendido que le dijera que él no quería un elefante o una serpiente él
quería un borrego, pero como sabia aquel hombrecito que él había dibujado un
elefante, entonces sin ilusiones el hombre dibujo al tan esperado borrego al hombrecito
lo miraba muy atento y no le convenció, entonces el hombre dibujo otro, tampoco le
encanto tanto porque este tenía cuernos, de nuevo hizo otro dibujo, al cual el
hombrecillo también rechazo.
Porque era demasiado viejo, y él quería un borrego que viviera por mucho tiempo, el
hombre se impaciento y como tenía prisa de reparar su motor le hizo un último dibujo,
que era una caja que en esa caja estaba el borrego que tanto deseaba y se
sorprendió, con la reacción del hombrecito porque era exactamente como lo quería, y le
preguntaba si podía comer hierba, porque donde él vivía era muy pequeño, el hombre
con positivismo le contesto que seguramente si, y fue así como conoció al principito.
En este encuentro yo veo que dos niños con la misma imaginación se entendieron para
ver y crear lo mismo, que como uno pensó que dibujando una simple caja el otro iba a
encontrar lo que buscaba, y si le hubiera pedido a otro adulto que le dibujara, tal vez lo
hubiera ignorado o le hubiera dicho que se conformara con el primer dibujo.
Después de la gran historia de cómo conoció al principito, continuo preguntándose de
donde habrá venido el principito cuál era su paradero, entonces el principito le pregunto
que era esa cosa (el avión el cual había caído) él se sentía orgulloso de poder explicar
que el volaba, luego el principito le dijo que si él había caído del cielo, el principito lo
tomo de una forma divertida la situación pero el hombre como era un típico adulto no lo
tomo así y empezó a enojarse.
El principito le pregunto que de que planeta venia si había caído del cielo, el hombre
muy confundió se preguntaba aún mas de donde había venido aquel principito que
conoció, con firmeza y curioso le preguntaba al principito que si venia de otro planeta,
que como había llegado hasta ahí, sin explicación alguna, pero el principito solo se
quedaba callado y mirando a su borrego en la caja.
Yo también me quedaba más intrigada de donde podría haber llegado aquel
hombrecito en medio de la nada en un desierto poco habitado y muy grande.
El aviador se dio cuenta de un detalle muy importante del planeta de donde venía el
principito era apenas más grande que una casa. Esto no podía asombrar. Se sabía que
además de los grandes planetas como la tierra, Júpiter, Marte, Venus, a los cuales les
han dado nombres.
El autor nos explica que existen centenares de planetas tan pequeños que apenas y se
les puede ver por el telescopio. Cuando un astrónomo descubre uno de ellos, le da por
nombre un número. Por ejemplo: “el asteroide 3,251”
El creía que tenía serias razones para creer que el planeta de donde venía el principito
era el asteroide B-612, mismo que fue visto solo una vez en 1909 por un astrónomo
turco. Hizo entonces una gran demostración de su descubrimiento en un congreso
internacional de astronomía, pero nadie le creyó por culpa de su traje. Las personas
mayores son así.
Concuerdo con el aviador y escritor que no le tomamos importancia a las personas que
visten común y corriente, pero es por la misma sociedad que hemos creído que alguien
con traje y bien vestido dice mucho de una persona que tiene clase, que tiene muchos
conocimientos, que simplemente lo es todo por un traje y que alguien con ropa común,
que viste como él es no es nadie ante la sociedad, aparte no tiene conocimientos tanto
como alguien vestido de traje.
Afortunadamente para la reputación del asteroide B-612, un dictador turco impuso a su
pueblo, bajo pena de muerte, vestirse al estilo europeo. El astrónomo pudo repetir su
demostración en 1920. Ahora sí, con un traje muy elegante como a los adultos les
gustan que se vista la gente para dar a mostrar algo, y ahora todo el mundo le creyó.
Aquí habla sobre las cifras que estas son las que aman los adultos que seguramente
nosotros, que comprendemos la vida, ¡nos reímos de los números! A él le hubiera
gustado comenzar con la historia del principito como si fuera un cuento de hadas.
A mí me gustan la variedad de libros porque no todos empiezan igual, que todos los
escritores y cada uno piensan diferente, y que cada cuento o libro empieza diferente y
es un poco de como es el escritor, como este libro que es uno de los más demandados.
Regresando a la historia del principito, cada día el aviador se enteraba de alguna cosa
sobre el planeta, sobre la partida y el viaje. Se enteraba tranquilamente, al azar, de las
reflexiones. Al tercer día de su estancia de en el Sahara supo de los dramas de los
baobabs. Esta vez fue gracias al borrego. El principito lo interrogaba, como asaltado
por una grave duda, el principito quería saber si los borregos comen arbustos, el
aviador no entendía muy bien que era lo que le quería decir, pero porque era tan
importante que los borregos comieran arbustos, pero el principito insistente decía que
si también comían baobabs.
Quería hacer entender al principito que los baobabs no son arbustos, si no arboles tan
grandes como iglesias, y que aun cuando llevara todo un rebaño de elefantes no
acabaría ni con un solo baobab. La idea del rebaño de elefantes hizo reír al principito.
El aviador trataba de entender que en efecto como todos los plantas, en el que vivía el
principito había hierbas buenas y hierbas malas. Aquí nos enseña un dibujo de cómo
se verían los baobabs en el planeta del principito.
El aviador está comprendiendo poco a poco la pequeña vida melancólica del principito,
que durante mucho tiempo la distracción solo ha sido las puestas de sol. En el cuarto
día el principito lo invito a ver una puesta de sol.
El quinto día, gracias al borrego, el secreto de la vida del principito fue revelado al
aviador, el principito le pregunto bruscamente y sin preámbulos, como el fruto de un
problema meditado largo tiempo en silencio que si un borrego come arbustos entonces
también come flores, a lo que el aviador le contesto que come todo lo que encuentra, el
hombrecito le pregunta que hasta las flores que tienen espinas, el aviador estaba muy
ocupado intentando aflojar un perno muy apretado del motor.
Se sentía muy preocupado por la situación que empezaba a aparecer muy grave, el
gua de beber se agotaba le hacía temer lo peor, pero el principito que no renunciaba
jamás a una pregunta, una vez que la había formulado, el aviador irritado por la
resistencia que tenía que poner al perno ajustado, le contesto que era pura maldad de
las flores, que las espinas no servían para nada.
Pues así somos los adultos, tenemos que resolver los problemas, y tenemos que ver
más allá de lo que es el problema que nos importa más que resolverlo y si tenemos un
estorbo por así decirlo es mejor no hacer caso, así como el principito que está
insistiendo en preguntar y hablar y el aviador contesto irritado porque se le estaba
acabando el agua y ya no podía quedarse más tiempo en el lejano desierto del Sahara.
El principito guardo silencio, le contesto con una especie de rencor que no le creía que
las flores eran débiles eran inocentes y se daban valor como pueden, que si tenían
espinas era para verse terribles con sus espinas, el aviador no dijo nada, solo
continuaba arreglando el perno y el principito de insistente con las flores que si creía lo
que dijo sobre las flores.
Pero el aviador enojado le contesto que no creía que le contestaba cualquier cosa que
él se ocupaba por las cosas serias, el principito lo vio con cara de asombro por su
reacción que tuvo hacia él.
El principito le dijo que hablaba como las personas mayores, el aviador sintió
vergüenza, que lo confundía todo que lo mezclaba todo, ahora el que estaba irritado
era el hombrecito, entonces le comento de un planeta donde vive un señor colorado
que jamás ha olido una flor. Nunca ha hecho otra cosa más que sumas, y toda la
jornada se repetía que era un hombre serio, como el aviador, y lo hacía llenarse de
orgullo creyendo ser hombre, pero que no era un hombre, era más bien un champiñón.
El aviador como yo se quedó asombrado de que fuera un champiñón, y el principito
estaba pálido de enojo, aquí el principito explica algo sobre las flores que fabrican
desde hace millones de años. Hace millones de años que los borregos comen flores, a
pesar de sus espinas, que si no era necesario comprender por qué se esfuerzan tanto
en fabricar espinas que nunca sirven para nada, no es importante la guerra de las
flores y los borregos.
Como cuando te aferras a un tema y quieres que todo el mundo lo vea como tú lo vez,
como el amor hacia algo, o cualquier cosa que quieres que sea vista o escuchada, creo
que eso el pequeño principito quería que el aviador viera de los borregos y las flores.
Después de la discusión que tuvieron el principito y el aviador, había caído la noche, el
aviador se burló del martillo, del perno, de la sed y de la muerte, había sobre una
estrella, un planeta, la tierra, y un principito que necesitaba consuelo, lo tomo es sus
brazos y lo meció mientras le daba palabras de consuelo, y decidió dibujarle un bozal al
borrego del principito, y una armadura para su flor.
Aprendió a conocer mejor al principito pues se dio cuenta que interpretaba a aquel niño
que decidió crecer y dejar a un lado lo que le realmente quería y que se convirtiera en
lo que nunca quiso en, un adulto serio.
Decía que en el planeta del principito siempre habían existido flores muy simples,
adornadas con solo una fila de pétalos, que no ocupaban lugar y que a nadie
molestaban. Aparecían una mañana sobre la hierba y por la tarde se extinguían. Pero
esa flor había germinado un día, de una semilla que llego, no supo de donde y el
principito había vigilado muy cerca este brotecillo que no se trataba de una especie de
baobabs, pero la ramita dejo de crecer y empezó a echar una flor.
El principito miro la formación de un botón enorme; se daba cuenta que del saldría una
aparición maravillosa. Pero la flor no acababa nunca de hacerse bastante bella como
son las flores, al cobijo de la cámara verde. Seleccionaba con cuidado sus colores, se
vestía con lentitud, ajustando uno a uno sus pétalos.
Como puede ser tan perfectamente la naturaleza como ella solo sabe, como aquí en
este libro nos enseña a como admirar a una sola cosa de la naturaleza como lo es una
flor, y como se ve tan bien al lado de todas, sembradas a la perfección yo pienso que si
tienen espinas es para protegerse de que no sean arrancadas, y continúen con su
belleza, porque si las arrancamos necesitan un cuidado especial para mantenerse
bellas y eso es lo que nos da a entender el principito.
El pequeño hombrecito llamado principito, comenzó a conversar con la flor el principito
no dejaba de admirar su belleza, la flor orgullosa de haber nacido al mismo tiempo que
el sol. El principito adivino que ella no era muy modesta pero era tan conmovedora, la
flor era muy vanidosa y al ver que el principito estaba cegado por su belleza la atendía,
regándola de agua, el principito insistente de querer llevársela a su planeta pero ella
con su gran orgullo, lo rechazaba.
Ella decía que sus cuatro espinas los salvajes tigres podían venir con sus garras, el
principito apenado no lo aceptaba que ella no quisiera haber ido al pequeño planeta del
principito, y cada vez lo hacía sentir mal y su vanidad seguía creciendo, hasta que el
principito se dio cuenta que era una flor cualquiera, le dijo a su amigo el aviador que
jamás la debió de haber escuchado a aquella flor, que nunca se debe escuchar a las
flores, es suficiente olerlas y mirarlas.
Dejando a un lado la historia dramática de las flores el principito nos cuenta de los
asteroides que ha visitado a lo largo de su vida, que para esto son seis, comenzó a
visitarlos para instruirse al mismo tiempo que encontraba una ocupación.
El primero lo habitaba un rey, que vestía de purpura y armiño, su reino era sencillo pero
majestuoso pensaba que el principito iba para hacer su súbdito, el principito no sabía
que el mundo era tan sencillo que creían que todas las personas eran sus súbditos, el
rey le recordó a aquella flor vanidosa, que le ordenaba que hacer, ya que hace años
que él no veía a alguien y le asombraba los gestos que hacia el principito, y le
ordenaba que los hiciera una y otra vez pero el principito confundido no lo hacía y el rey
se enfurecía porque no toleraba que no lo obedecieran, le gustaba que se respetara su
autoridad.
Era un monarca absoluto, eso decía el, a toda pregunta que hacia el principito él le
respondía como una orden y al despertar la curiosidad el pequeño principito le pregunto
sobre que gobernaba y el contesto que gobernaba sobre todo que se dirigía a su
planeta, los otros planetas y las estrellas, que entonces no era un monarca absoluto si
no un monarca universal, que él podía mandar a las estrellas brillar y moverse, pero el
principito tenía que partir.
El segundo planeta lo habitaba otro vanidoso como la hermosa flor, que pensaba que el
principito llegaba a admirarlo, que como el rey pensaba que todas las personas eran
sus admiradores, pero que como nadie pasaba por aquel planeta nadie lo había
admirado, y el vanidoso le pidió que le aplaudiera para saber que se sentía que alguien
lo admiraba y al principito le gusto más que la visita al rey, y se repetía el principito
como los mayores son definitivamente muy raras y concuerdo con él.
El planeta siguiente lo habitaba un bebedor, esta visita fue muy breve, pero sumió al
principito en una gran melancolía. Que tenía una gran colección de botellas vacías y
una de botellas llenas. El principito le pregunto qué era lo que hacía y el bebedor le
contesto que el solo se dedicaba a beber pero para que bebía se preguntó el principito,
él tomaba para olvidar, para olvidar que tenía vergüenza de tomar, el principito confuso
se dijo nuevamente porque las personas mayores eran tan raras.
El cuarto planeta lo habitaba un hombre de negocios, este hombre estaba tan ocupado
que ni siquiera levanto la cabeza a la llegada del principito, aquel contador no dejaba
de hacer sumas y de contar y contar, que no tenía tiempo de atenderlo, contaba
millones y millones y al curioso principito le dio por preguntar qué era lo que contaba, y
el solo se molestaba porque lo interrumpían como antes ya lo habían visitado, y no lo
dejaban contar, pero para esto él contaba las estrellas que existían, él decía que eran
suyas porque cuando encuentras algo por primera vez es tuyo.
Pero el principito decía que sonaba igual que las demás personas que había visitado
que era otro adulto que era raro, que solo quería ganar y poseer cosas, como las
estrellas que son muchas y alguien las tenía que contar y tenerlas a su poder, y el
pobre principito se decía que solo poseía una pequeña y hermosa flor, un borrego en
una caja, tres volcanes, y al no encontrar respuestas el principito partió, diciéndose aún
más convencido que las personas mayores decididamente son por completo
extraordinarias y continuo con su viaje.
El quinto planeta era muy curioso, se trataba del más pequeño de todos, tenía
justamente lugar para contener un farol y un farolero, como lo dice el cuento el
principito no podía explicarse para que podría servir en alguna parte del cielo, en un
planeta alguien con un farol y un farolero, se decía que el farolero era un poco menos
absurdo que las otras personas que había conocido, su trabajo tenía sentido.
Lo que no entendía era porque apagaba y encendía el farol y como no era de
esperarse el principito empezó con las pregunta una que porque apagaba su farol, a lo
que contesto el farolero que era una consigna, que la consigna era la consigna, y él
tenía un terrible porque su planeta cada vez daba más vueltas alrededor del sol,
apagaba y encendía el farol cada minuto, para el principito era extraño lo que le
contaba el farolero.
El sexto planeta era un planeta diez veces más grande, estaba habitado por un viejo
señor que escribe libros enormes, donde el principito tomo un pequeño descanso, el
principito empezó a ver curiosamente los libros y preguntaba de que se trataba cada
uno, el señor era un geógrafo, un sabio que donde están los mares, los ríos, las
ciudades, las montañas y los desiertos, para el principito era muy interesante que ese
si era realmente un oficio, pero para la sorpresa del principito el geógrafo no conocía su
planeta, no sabía si había océanos, montañas.
Él no era explorador, no cuenta las ciudades, los ríos, los mares, océanos y desiertos.
Que el geógrafo era demasiado importante para ir de un lado a otro, el permanece en
su escritorio y nunca lo abandona, recibe a los exploradores, los interroga y toma nota
de sus recuerdos. Y si los recuerdos de uno de ellos son interesantes, pues investiga la
mortalidad del explorador.
El geógrafo le pregunto al principito como era su planeta que se lo describiera, afilo su
lápiz y empezó a escribir el planeta del principito, lo empezó a describir que era muy
pequeño, tenía tres volcanes, dos en actividad y uno apagado, también una flor, pero
no le tomo mucha importancia a la flor él decía que la flores eran efímeras, estaba
próxima desaparición, el principito preocupado pensando en que había dejado a su flor
sola en casa, le pregunto qué le aconsejaba visitar. El geógrafo le dijo que fuera al
planeta tierra que tenía buena reputación.
Y el principito se marchó soñando en su flor.
Claro que estos seis personajes nos describen a las personas adultas, por ejemplo el
rey que solo quiere ordenar y que todos lo obedezcan, quien no le gusta ordenar y
tener el mandato, pero para ello hay que trabajar en ello, respetar a las personas, saber
que se siente obedecer una orden, saber cómo se hacen las cosas antes de mandar
una orden, como el jefe de una empresa debe saber cómo se maneja y mantener unido
al personal para que siga funcionando como tal.
El vanidoso a quien no le gusta que lo admiren que le digan piropos, pero porque
aparentar lo que no somos, a los adultos nos gusta tener lo que no podemos tener,
vestir ropa de marca, usar el teléfono de moda o el que cuesta más, y claro que todos
nos envidien y nos admiren por tener lo mejor pero solo es un alago lo que recibimos.
También está el señor que solo cuenta y cuenta y no deja de contar las estrellas que es
importante poseer cosas, claro para vivir hay que trabajar y salir adelante pero no para
que el trabajo nos controle, y poseer cosas, a los adultos nos encanta competir para
ver quien es mejor, quien tiene el mejor carro, la mejor casa, y entre más cosas poseer
mejor, pero de que nos sirve tener tantas cosas.
El más que claro representa a un adulto serio es el bebedor, que toma para olvidar que
toma, los adultos piensan que ahogando sus problemas en la bebida se van a resolver
y poco a poco se van haciendo adictos como el que se vuelve adicto a su trabajo,
porque en la adicción encuentran lo que no pueden resolver, y siguen siendo adictos
porque se dieron cuenta que les da vergüenza en lo que se han convertido.
Así como dice el escritor el más extraño fue el farolero, que antes tenía tiempo para
descansar y dormir, pero ahora tiene que vivir a las prisas porque su trabajo le
demanda más tiempo y esfuerzo que no veía cuando tenía que terminar, así como los
adultos y sus trabajos serios que les demandan tiempo.
El sabio geógrafo que no salía de su escritorio para escribir libros de geografía, y que
redactaba los viajes de los exploradores, que llegaban con pruebas para poder ser
parte de un libro, entonces como el geógrafo conocía tanto si nunca ha visto lo que
escribe en sus libros.
El séptimo planeta era el más esperado por el principito, el planeta Tierra, el escritor
nos explica como es el planeta tierra que allí se encuentran ciento once reyes, siete mil
geógrafos, novecientos mil hombres de negocios, siete millones y medio de borrachos,
trecientos once millones de vanidosos; es decir alrededor de dos millones de personas
mayores, las personas serias, que para el principito son raras.
Una vez en la Tierra, el principito se sorprendió de no ver a nadie, pues los planetas
que había visitado eran demasiado pequeños que solo cabía un persona empezaba a
temer haberse equivocado de planeta cuando un anillo color de luna se movió en la
arena.
El primer habitante que vio el principito en la tierra fue a una serpiente que muy
amablemente le dio la bienvenida al desierto de áfrica en donde había caído de su
pequeño planeta, el pequeño principito le pregunto que si no había ningún habitante, la
serpiente le contesto que estaba muy lejos de donde se encontraban las personas
serias, el principito se sentía solo en el desierto, a lo que la serpiente le contesto que se
sentía igual estando con los hombres.
El principito observó por largo rato a la serpiente le parecía un animal extraño y tan
delgado como un dedo, pero la serpiente le contesto que era más poderosa que un rey,
el principito asombrado le dijo como si no tenía patas, quizá no sea tan poderosa, y que
no podía viajar.
La serpiente le contesto que lo podía llevar más lejos que un navío, se empezó a
enroscar en el tobillo del principito, simulando un brazalete de oro, el principito sentía
piedad por la serpiente porque se veía tan débil en este planeta de granito, el principito
le preguntaba porque hablaba en enigmas que era muy rara aquella serpiente.
El principito atravesó el solitario desierto y solo encontró una flor, la flor que iba en
busca, una flor de solo tres pétalos, una flor insignificante, que para esto el principito le
hablo amablemente, le pregunto dónde estaban los hombres que habitaban el planeta,
para sorpresa del principito la flor solo había visto a seis o siete hombres hace mucho
tiempo, el principito desanimado se despidió de la flor.
Subió a una alta montaña. Pero no encontró nada solo su eco responderse a sí mismo
y se volvió a decir que el planeta era muy raro.
Habiendo caminado mucho a través de las arenas se fue encontrando diversas cosas,
que le sorprendían, primero se encontró un camino lleno de flores, el principito se
percató que se parecían mucho a sus rosas, y recordó que su flor le había dicho que
era la única en su especie en el universo, después se encontró a un zorro que le dijo
que los hombres eran malos eran cazadores y tenían fusiles y armas para matarlos.
Siguió su camino y se encontró con un guardagujas que le dijo que los hombres
siempre tenían prisa, todo quería rápido y sin contratiempos, nunca se detenían,
después se encontró a un comerciante de píldoras perfeccionadas que calman la sed,
porque los hombres del desierto carecen de agua.
Después de la larga historia del principito de como llego hasta ese frio y solitario
desierto del Sahara al aviador se le había terminado su última gota de agua, el
principito le quería seguir contando su historia de su amigo el zorro, el aviador
preocupado porque iban a morir si no encontraban agua o reparaban el avión.
Se encaminaron en busca de un pozo, pero para el aviador era absurdo encontrar un
pozo en medio de un desierto, luego de caminar por largas horas cayo la noche sin
encontrar nada empezaron a reflexionar como era de bello aquel desierto, platicaron
mientras el principito se caía de sueño y el aviador lo envolvió en sus brazos sintiendo
que llevaba un frágil tesoro, y en su pensamiento se decía como el principito era tan fiel
y leal a una flor.
Después de caminar de noche encontró un pozo al amanecer, que no era como los
otros pozos de Sahara, al aviador le parecía extraño, porque todo estaba listo en el
pozo para recolectar agua, después de haber tomada la esperaba gota de agua, el
principito le dijo que tenía que cumplir con la promesa que le había hecho de dibujarle
un bozal a su borrego, entonces le dibujo su bozal a aquel borrego.
Para sorpresa de todos, al día siguiente era el aniversario de la caída del principito
sobre la tierra ahí en ese lugar donde habían encontrado el pozo, el aviador insinuó
preguntándole que entonces el día que se conocieron no fue casualidad si no que
estaba de regreso a su pinto de caída.
El principito no contestaba se quedaba en silencio solo le dijo que él tenía que trabajar
en su máquina tenía que volver por ella, él se quedaría ahí y que volviera en la tarde,
ahí recordó aquel zorro que si uno se deja domesticar se corre el riesgo de llorar un
poco.
Al lado del pozo estaban las ruinas de un viejo muro de piedra, al volver el aviador
encontró al principito sentado encima de aquel muro, vio que platicaba con una
serpiente que quería hacerle daño al principito con su peligroso veneno, el aviador al
percatarse saco su revolver pero al darse cuenta la serpiente se deslizo suavemente
por la arena despareciendo poco a poco entre las rocas, el aviador recibió en sus
manos al pálido principito lleno de miedo por aquella serpiente.
Llegaba la hora de despedirse el aviador ya había arreglado su máquina y ya estaba
por caer la noche para que el principito partiera a su planeta, mientras se iban
despidiendo el frágil principito se iba desvaneciendo hasta caer como un árbol, desde
ese entonces ya nunca más volvió a ver a aquel hombrecito que le pido un borrego y
un bozal para cuidar a su tan amada flor.
Para mí es un libro muy especial porque nos hace recordar la inocencia y la
imaginación que teníamos de pequeños, como lo dice el escritor el principito es la
imagen perfecta de aquel niño que decidimos renunciar por convertirnos en los
hombres serios que nunca van a entender la imaginación de un pequeño, por eso a lo
largo del libro doy mi punto de vista con los ejemplos que nos da el autor del libro.
UNIVERSIDAD CNCI
INTRODUCCIÓN AL DERECHO
Lic. Derecho
Mat. A481