Marco Conceptual Por Capitulos
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Depresión
1.1. Concepto:
La depresión es un trastorno mental caracterizado fundamentalmente por
humor depresivo, pérdida de la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas
(anhedonia), cansancio o fatiga, que empobrece la calidad de vida y genera
dificultades en el entorno familiar, laboral y social de quienes la sufren. (MINSA 2008)
Es definido además como un trastorno de tipo afectivo caracterizado por la
presencia de diferentes síntomas que tienen que ver con el estado de ánimo, de
tristeza, alteraciones cognitivas y síntomas somáticos, pérdida de la capacidad
de interesarse y disfrutar de las cosas, una disminución de la vitalidad que lleva
a una reducción de su nivel de actividad y a un cansancio exagerado. Este
trastorno es prominente, relativamente persistente e impregna todas las áreas
de funcionamiento de una persona, de tal manera que se afecta
significativamente su productividad. (Guía de atención psicológica de trastorno depresivo. 2008.)
A pesar de la gran cantidad de investigación que se ha realizado en las últimas
décadas acerca de la biología de la depresión, todavía es escaso el conocimiento
sobre el papel de los factores biológicos en la etiología y patogénesis de la
depresión mayor (Thase y Howland, 1995).
La mayoría de las teorías de la depresión suponen alteraciones en uno o más de
los sistemas neuroquímicos del cerebro. La investigación se centra
fundamentalmente en el papel que juegan varios neurotransmisores del sistema
nervioso central; en concreto, en las catecolaminas noradrenalina y dopamina,
la indolamina serotonina y la acetilcolina. (Fernando L. Vásquez. Ricardo F. Muñoz. 2000)
CAPITULO II
Factores de riesgo
Un factor de riesgo es toda circunstancia o situación que aumenta las
probabilidades de desarrollar una enfermedad o de que ocurra un evento
adverso. Los factores de riesgo no son necesariamente las causas, sino que se
asocian con el evento, y, como tienen valor predictivo, pueden usarse para la
prevención.
La depresión en adolescentes es una enfermedad compleja que tiene múltiples
factores de riesgo, que en ocasiones interactúan entre sí y pueden tener un
efecto acumulativo. Es improbable que un único factor pueda explicar el
desarrollo de la depresión.
Respecto a esto Gómez y Rodríguez (1997, citado por Pardo A.Sandoval
D.Umbarilla Z. 2004), mencionan que los altos índices de depresión pueden
deberse a las condiciones socioeconómicas y políticas actuales, caracterizadas
por altos índices de desempleo, violencia y pobreza, incertidumbre laboral y
pocas expectativas ocupacionales.
Por su parte el MINSA considera a los estilos de vida y los factores hereditarios,
como factores de riesgo preponderantes dentro de nuestro contexto nacional. Y
los explica de la siguiente manera:
Estilos de vida: Donde la carencia de estabilidad y/o afectividad puede
desencadenar la aparición de la depresión, en la infancia o en la adolescencia.
Factores hereditarios: Donde existe un mayor riesgo de padecer depresión
clínica cuando hay una historia familiar de la enfermedad, lo que indicaría una
predisposición biológica, riesgo algo mayor para las personas con trastorno
bipolar.
La depresión en los padres se considera un factor de riesgo importante, que se
asocia con depresión en su descendencia. Se ha visto que los hijos de padres
con depresión presentan una probabilidad entre tres y cuatro veces mayor de
desarrollar trastornos del humor y en concreto, la psicopatología materna se
considera un predictor de depresión en el niño.
Sin embargo, no todas las personas que tienen una historia familiar tendrán la
enfermedad, si tenemos en cuenta que la depresión grave también puede ocurrir
en personas sin antecedentes familiares de este tipo, lo que sugiere que existen
factores adicionales causales de depresión, ya sean factores bioquímicos, o
ambientales que producen estrés, y otros factores psicosociales.
Por otra parte el hombre es un ser social y sabemos que la socialización es el
proceso por el cual los individuos, en su interacción con otros, desarrollan las
maneras de pensar, sentir y actuar que son esenciales para su participación
eficaz en la sociedad (Vander Zanden, 1986), entonces al ser la familia el primer
medio social de las personas es un factor de riesgo que se ligada con la
depresión.
Factores Familiares: La familia es el centro primario de socialización infantil y
juvenil, en el cual se encuentran los modelos a seguir por medio de la educación,
de la observación constante del comportamiento de los padres y las formas de
relación social establecidas por el núcleo familiar con otros grupos. Así mismo,
esta unidad debe permitirle a los individuos desarrollar sus habilidades,
enseñándoles a superar las limitaciones que existen (Dulanto, 2000). Se ha
reportado que la construcción del comportamiento de los jóvenes en edad
escolar está relacionada con las características del estilo de paternidad y la
familia. Así, se ha encontrado que aunque el vínculo con los padres sea pobre,
estas figuras contribuyen de manera significativa e independiente, a construir el
comportamiento de las y los adolescentes (Flour & Buchanan, 2003).
Entre estas últimas figuran los casos de inestabilidad emocional de los padres,
especialmente de la madre, ya que la depresión materna es un elemento
determínate para la depresión del niño, así como también las familias con
continuos problemas y discusiones, y las familias separadas, aunque en este
caso los niños tienden a asumir esta nueva situación al cabo de un año, si sus
padres mantienen una buena relación tras la separación.
Entonces una sólida red de soporte social es importante para la prevención y
recuperación de la depresión, por consiguiente el soporte de la familia y amigos
ha de ser saludable y positivo.
Entre los principales aspectos que han sido identificados como factores de riesgo
destacan la presencia de problemas de comunicación entre padres e hijos
(Estévez, Musitu y Herrero, 2005; Jiménez et al., 1999), la percepción de los
adolescentes acerca de que en su familia existe un alto nivel de conflictividad,
hostilidad y rechazo, un escaso o excesivo control conductual por parte de los
padres (Villatoro, Andrade, Fleiz, Medina-Mora, Reyes y Rivera, 1997) así como
una baja experimentación de afecto y cercanía, (Pardo et al, 2004).
La presencia de estos factores inciden de manera negativa en los ámbitos
emocional y cognitivo de los adolescentes, provocando que sean más propensos
a sufrir un trastorno depresivo (Kraaij, Garnefski, Jan de Wilde y Dijkstra, 2003).
Hernández (1996), ha identificado algunas variables relacionadas con el riesgo,
dentro de las cuales se encuentran: la escasa o excesiva cercanía afectiva, la
disciplina inconsistente -aplicación indiscriminada de castigos y recompensas, la
confusión o caos en la asignación de responsabilidades domésticas, el escaso o
excesivo control conductual por parte de los padres, y los desacuerdos marcados
entre los padres acerca de la crianza.
El contexto familiar en el que vive el adolescente parece jugar un papel
trascendental en el desarrollo de depresión. Los factores de riesgo más
comunes son la existencia de conflictos conyugales o las dificultades
emocionales entre uno de los padres y el niño.
Son también factores de riesgo asociados con la depresión, las distintas formas
de maltrato como el abuso físico, emocional, sexual y la negligencia en el
cuidado, así como los eventos vitales negativos, el divorcio o separación
conflictivos de los padres, la pérdida de amistades y la muerte de un familiar o
amigo.
El trabajo de los padres fuera de casa, ingresos económicos bajos o vivir en
áreas desfavorecidas, si ocurren de forma independiente, no parecen presentar
una fuerte asociación con el desarrollo de depresión en los niños o adolescentes
Riesgos en relación con el entorno: La depresión juvenil se asocia en muchas
ocasiones con la existencia de conflictos interpersonales y de rechazo de
diferentes miembros de su entorno social, lo que incrementa los problemas de
relación social. De esta manera, los niños y adolescentes con pocos amigos
presentan una mayor probabilidad de desarrollar depresión, así como
trastornos de conducta y mayor aislamiento social.
Otros factores también asociados con un número mayor de síntomas
depresivos son el vivir en estructuras familiares diferentes de las de los padres
biológicos, problemas de salud en los adolescentes, o una mala adaptación a la
familia, amigos, escuela, trabajo y pareja.
Factores individuales:
Sexo: En la primera mitad de la adolescencia, estos trastornos son dos o tres
veces más frecuentes en el sexo femenino. Las posibles explicaciones podrían
ser los cambios hormonales que se producen, un incremento del estrés y la mala
respuesta a este, diferencias en las relaciones interpersonales y tendencia a
pensamientos rumiativos.
Las mujeres tienen el doble de probabilidad que los hombres de haber padecido
un episodio de depresión grave. La depresión en los adolescentes se presenta
en un momento de grandes cambios personales, cuando hombres y mujeres
están definiendo una identidad distinta a la de sus padres, lidiando con asuntos
de género y su sexualidad emergente, y tomando decisiones por primera vez en
sus vidas. La depresión en la adolescencia a menudo coexiste con otros
trastornos tales como ansiedad, comportamiento perturbador, trastornos
alimenticios, o abuso de sustancias. También puede conducir a un aumento en
el riesgo de suicidio. (DEPARTAMENTO DE SALUD Y SERVICIOS HUMANOS DE LOS ESTADOS UNIDOS
2009)
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