Necesidades Educativas Especiales
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EL PORTAL DE EDUCACIÓN FÍSICA
TEMA 21
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EL PORTAL DE EDUCACIÓN FÍSIACA
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. CONCEPTO DE NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES
3. IDENTIFICACIÓN DE ALUMNOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES
3.1. Valoración de las necesidades educativas especiales con relación al área de
Ed. Física.
4. ALUMNOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS MÁS FRECUENTES EN EL CONTEXTO
ESCOLAS:
4.1. Alumnos con deficiencias motoras.
4.2. Alumnos con déficits intelectuales.
4.3. Alumnos con deficiencias sensoriales: auditivos y visuales.
4.4. Alumnos con autismo.
4.5. Alumnos que presentan alteraciones o transtornos comportamentales.
5. ORIENTACIONES DIDÁCTICAS GENERALES
6. CONCLUSIONES
7. BIBLIOGRAFÍA
l. INTRODUCCIÓN
Actualmente asistimos a un cambio fundamental en la concepción de la Educación
Especial. Hablamos de alumnos con necesidades educativas especiales (n.e.e.) y del compromiso
del sistema educativo para dar respuesta a cada una de las necesidades de estos alumnos,
poniendo a su alcance todos los medios necesarios. Se trata de una nueva dimensión de la
educación, caracterizada por ser normalizadora. Endividualizada e integradora.
Este nuevo cambio va a llevar a una abolición de la clasificación de los/las alumnos/as
según las deficiencias y a partir como base para la toma de decisiones de una descripción
detallada de la necesidad especial en cuestión.
En este sentido, se consigue erradicar matices peyorativos, evitando la segregación,
temor o desprecio que términos como subnormal, idiota, imbécil o deficiente suscitan en
nuestra sociedad. Por otro lado, nos permite valorar la deficiencia desde el punto de vista
psicopedagógico, alejándonos de la idea de deficiencia como algo estable y eliminando el
concepto de enfermedad permanente.
Cuando hablamos, por tanto, de niños con necesidades educativas especiales
entendemos que las dificultades de aprendizaje no se encuentran en el niño, como se ha
concebido siempre, sino que el problema radica en la escuela, en la respuesta educativa que
planteará a las necesidades de estos alumnos.
Desde este punto de vista, podemos afirmar que la causa de las dificultades de
aprendizaje va a tener un carácter fundamentalmente interactivo ya que dependerá tanto de las
condiciones personales del alumno como de las características del entorno en el que se
desenvuelve (en este caso la escuela) así como también un carácter relativo, ya que sus
dificultades dependerán de las particularidades del alumno en un momento determinado en
relación con las condiciones y oportunidades del proceso de enseñanza aprendizaje.
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‐ Una atención particular a la estructura social y clima emocional en los que tiene lugar la
educación.
Esta nueva definición supuso un gran avance en dos sentidos:
‐ Por un lado, al centrarse en el currículum permite tener en cuenta a aquellos niños que,
ofreciéndoles el apoyo adecuado, podrán seguir el currículum escolar normal, incluidos
aquellos a los que les pudiera resultar inadecuado, siempre y cuando sea desarrollado en
una situación ajustada a las necesidades de aprendizaje del niño.
‐ Por otro lado, al centrarse en los medios requeridos, permite apreciar si las necesidades del
niño estaban siendo satisfechas a través de la comparación de los medios disponibles con
los requeridos.
acceder a los aprendizajes que se determinan en el currículo que le corresponde por su edad
(bien por causas internas, por dificultades o carencias en el entorno socio‐familiar o por una
historia de aprendizaje desajustada) y necesita para compensar dichas dificultades
adaptaciones de acceso y/o adaptaciones significativas en varias áreas de ese currículo”.
Este cambio terminológico supone considerar que las dificultades de aprendizaje no van a
tener únicamente una base biológica sino que determinados alumnos pueden tener
necesidades educativas especiales como consecuencia de una mala historia de aprendizaje o
de vivir en un contexto socio‐familiar de privación.
Con este nuevo enfoque, decir que un alumno/a tiene necesidades educativas especiales
significa que a lo largo de su escolarización puede presentar dificultades de aprendizaje. En
este sentido, un primer punto a considerar es que las dificultades no son algo concreto y
delimitado a un grupo de alumnos claramente identificables , sino que más bien, hacen
referencia a distintos grados (mayores o menores dificultades en todas o en algunas áreas de
aprendizaje), distintos momentos de aparición (al comienzo o final de la etapa evolutiva, etc.) y
duración variable (carácter más transitorio o permanente).
Como última medida, una vez agotada la respuesta educativa a través de las fases del
proceso de identificación, cuando sea necesario1 o bien ante determinadas necesidades, debe
requerirse la participación del Departamento de Orientación Educativa y Psicopedagógica y/o
Equipo interdisciplínar sectorizado, con el fin de evaluar otros aspectos necesarios para poder
definir las necesidades educativas y señalar con mayor exactitud y rigor los apoyos específicos
que son requeridos y las formas precisadas para llevarlos a cabo. Una vez expuesto quiénes son
los y las profesionales que deberán realizar el proceso de identificación de necesidades
educativas especiales de los alumnos y las alumnas, pasaremos a centrarnos en las fases de
dicho proceso.
De acuerdo con la Resolución de 15 de Junio de 1989 de la Dirección General de
Renovación Pedagógica, el proceso de identificación de las necesidades educativas especiales
es el siguiente:
a‐ Evaluación de la competencia curricular.
b‐ Análisis de estilo de aprendizaje.
c‐ Evaluación del contexto de aprendizaje.
d‐ Evaluación del contexto socio‐familiar.
Sin embargo, nosotros vamos a seguir otra clasificación que encontramos en la obra de
Molina García (1994), en la cual la Discapacidad Física se agrupa según la existencia o no de
daño cerebral. Así diferenciamos por un lado la parálisis cerebral y por otro, la mayoría de
las discapacidades físicas.
a) Trastornos motóricos con afectación cerebral: la parálisis cerebral.
De entre todas las causas, la más frecuente y grave de las deficiencias motoras que
nuestros alumnos van a presentar es la parálisis cerebral.
La parálisis cerebral es un síndrome debido a una lesión orgánica cerebral, cuya causa
puede ser pre, peri o postparto, de carácter no progresivo, producido antes de que el
sistema nervioso central haya alcanzado su desarrollo.
Siguiendo a Ríos Hernández (1998), la parálisis cerebral se trata de “un trastorno del tono
postural y del movimiento, de carácter persistente pero no invariable, secundario a una
agresión no progresiva en un cerebro inmaduro”. De este se deduce que los síntomas de
esta disfunción son para toda la vida aunque siempre cabe la posibilidad de ciertas mejoras.
Desde el punto de vista educativo, nuestro interés debe centrarse en conocer las
principales alteraciones que sufre un niño o niña con P.C. Las diferencias van a variar en
función del tipo de alteración del tono muscular y de la extensión y localización de la
incapacidad, es decir, los segmentos corporales afectados:
En el primer caso encontramos:
‐ Parálisis espástica. La lesión se atribuye al sistema piramidal, aquel que rige los
movimientos voluntarios. Por lo tanto, encontramos una pérdida del control de
movimientos voluntarios, rigidez de movimientos e incapacidad para relajar grupos
musculares. Esta rigidez se manifiesta en contracciones y torpeza motriz (Toro y Zarco,
1995).
‐ Parálisis atetóxica. La lesión afecta al sistema que controla los movimientos involuntarios,
el tono muscular y los estados de vigilia (sistema extrapiramidal), Presentan, por tanto1
movimientos involuntarios lentos e irregulares impidiendo en ocasiones la correcta
realización de muchas acciones.
‐ Parálisis atáxica. Se debe a una lesión en el cerebelo. Existen graves problemas en la
adaptación postural (equilibrio, control postural) y la coordinación de los movimientos
voluntarios (global y oculo‐manual).
‐ Estados mixtos. En ocasiones, las formas anteriores se presentan combinadas.
‐ LA ESPINA BÍFIDA
Durante las primeras semanas de vida en el feto se desarrolla el proceso de
formación de los órganos, músculos, huesos, etc. momento en el cual también se forma la
columna vertebral. En este mismo proceso, se produce un fallo en el cierre de ésta y la
médula espinal que va por dentro de la columna, queda expuesta al exterior. Ríos
Hernández (1998) explica que “la Espina Bífida es una malformación congénita que consiste
en un fallo del cierre del tubo neural durante el período embrionario.”
Como en todas las afectaciones nerviosas, la gravedad de la lesión estará
determinada por el lugar donde se produce. Evidentemente, las salidas de la médula a
niveles altos (D1/D2) reportarán consecuencias más graves que a niveles medio (L2‐L3‐L4) o
bajo (L5‐Sacro). En los casos más comunes (el 69% de los casos se da a nivel de las vértebras
lumbares) es común encontrar parálisis de los miembros inferiores, falta de sensibilidad en
estos miembros, problemas de circulación sanguinea, de control de esfínteres,
malformaciones y deformidades. La Espina Bífida, de por sí, no comporta retraso mental1 a
no ser que éste se produzca como resultado de un tratamiento inadecuado de la
enfermedad que lleve falta de estimulación, de relación o de educación.
‐ ESCLEROSIS MULTIPLES
La esclerosis afecta a las vainas de mielina que recubren las fibras nervios y que son
las encargadas de transmitir la información al cerebro y la médula. Dependiendo de la zona
afectada, las consecuencias pueden ir desde la debilidad muscular, falta de coordinación,
pérdida de equilibrio, rigidez muscular…
Después de describir las Discapacidades Físicas más importantes, no podríamos
olvidar otra serie de afectaciones igualmente importantes y con sintomatologías tan graves.
Hablamos pues de la Parálisis del Plexo Braquial (por traumas obstétricos u otros,
provocando parálisis total o parcial de las extremidades superiores), de las lesiones en la
médula espinal que pueden dar lugar a graves paraplejias (producidas por malformaciones
congénitas, enfermedades o traumatismos como en los accidentes de tráfico, etc.)
amputaciones (sobretodo por problemas vasculares y traumáticos), Artritis Reumatoidea
(que produce inflamaciones1 dolor, anquilosis, atrofias...), etc.
tan sólo las restringe. Desde el contexto educativo se debe procurar respuestas educativas
acertadas que posibiliten un desarrollo integral del alumno/a.
Estos dos grandes grupos nos permiten establecer, desde el punto de vista
educativo, enormes e importantes diferencias pedagógicas De hecho, la respuesta educativa
ha de ser totalmente diferente para cada uno de ellos, tanto en lo relativo a objetivos como
en lo relativo a métodos.
No obstante, es necesario analizar otras múltiples variables diferenciadoras que nos
van a resaltar la enorme variabilidad que podemos encontrar entre los alumnos que
presentan deficiencias auditivas, ya que estas variables van a incidir de manera diferente en
su desarrollo personal y escolar. De entre las variables destacamos:
a) Inicio de la sordera o momento en la que se produce la carencia auditiva. Desde este
punto de vista podemos destacar:
‐ Sordos prelocutivos, cuando la sordera se produjo antes de adquirir el habla.
‐ Sordos postlocutivos, cuando se produjo después de adquirir el habla.
En este sentido, las estrategias educativas van a variar, intentando, a grandes rasgos,
establecer una comunicación útil para los primeros, desarrollando programas de adquisición
del lenguaje y para los segundos estrategias para conservar lo adquirido, ayudándoles a
asumir el déficit auditivo, puesto que se van a producir cambios inevitables en sus
relaciones sociales y personales.
b) Momento de la detección. Del diagnóstico de la carencia auditiva va a depender una
intervención educativa significativa para el posterior desarrollo linguístico y académico del
niño. De hecho, ciertos fracasos escolares atribuidos a problemas atencionales y
emocionales, pueden ser causa desencadenante de pérdidas auditivas ligeras y medias no
detectadas adecuadamente.
c) Localización de la sordera: Se refiere al lugar donde se encuentra la lesión:
4.3.1.1. Necesidades educativas que caracterizan al alumno con déficits auditivos en relación a
la actividad física.
Los sentidos desempeñan un papel importante en el desarrollo del niño con su
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entorno. En este sentido, la carencia auditiva supone una desconexión con el medio
impidiéndole recoger toda la información que éste le proporciona diariamente. Esta pérdida
de información supone una importante dificultad a la hora de organizarla7 así como afecta
también la forma de comprender el medio en el que se desenvuelve. Sentimientos de
inseguridad en la relación con el medio por estar afectado el órgano de alerta van a ser
comunes en estos niños. Todo esto conlleva un lento proceso de desarrollo del niño en el
área cognitiva y motora, dadas las restricciones experienciales que supone el no oír. Por
ejemplo, vamos a encontrar niños con dificultades en la marcha (pesadez e inseguridad),
una inadecuada regulación motora (falta de habilidades coordinativas, rítmicas,
perceptivas...). No obstante, no oír no significa que estos niños sean deficientes mentales.
Su desarrollo es normal1 pero presentan ciertos retrasos en diferentes áreas. A partir de una
rica exposición de situaciones experienciales adecuadas a sus niveles de desarrollo y
necesidades este enlentecimiento podrá ser superado.
4.3.2.2. Necesidades educativas especiales de alumnos con déficits visuales en relación con
la actividad física.
Continuamente estamos recibiendo información a través del sentido de la vista,
información que nos permite conocer el entorno en el que nos desenvolvemos. En este
sentido, vamos a encontrar diferencias elementales en el desarrollo psicomotor, afectivo y
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cognitivo de niños normovidentes frente a niños deficientes visuales. De igual modo1 estas
diferencias van a ser significativas entre niños con visión nula y niños que presentan
disminución visual, diferencias que se verán acentuadas fundamentalmente en las primeros
años de vida. Este desfase en el proceso de desarrollo posteriormente tiende a estabilizarse.
En cualquier caso, los alumnos escolarizados que presentan deficiencias visuales van
a presentar déficits importantes en aspectos relacionados con el conocimiento del propio
cuerpo (esquema corporal) escaso control postural (actitudes de inseguridad y miedo
provocan sentimientos reacios hacia el movimiento reflejados diariamente en la motricidad
del niño: balanceos con el cuerpo, desplazamientos inestables, búsqueda del equilibrio
ampliando la base de sustentación...) nula organización y orientación espacial, movimientos
por norma general incoordinados, etc.
Por otra parte, estos niños se van a caracterizar por una inmadurez emocional
expresada en actitudes de aislamiento y retracción social, de inseguridad, miedo1 etc.
fundamentadas por la falta de lazos afectivos. De hecho, con estos niños es necesario buscar
otros mecanismos de comunicación basados en el contacto y diálogo corporal, en la
estimulación auditiva. ya que no pueden apreciar las expresiones faciales de aprobación o
satisfacción que usamos normalmente.
Desde la Educación y en especial desde la Educación Física las respuestas educativas
deben basarse en el movimiento como medio para proporcionar al niño la información que
no le llega debido a su déficit7 con objeto de conocer el mundo que le rodea así como las
formas de establecer relaciones con los objetos y con todos los que viven en él.
Son alumnos que van a presentar un trastorno generalizado del desarrollo (DSM‐IIIR,
1987), caracterizado por:
verbal)
estereotipados.
adapta al aula1 cómo y ante qué refuerzos aprende mejor... Debemos recoger información
también sobre:
‐ Nivel de atención: suelen ser hiperselectivos, tienden a cansarse pronto.
‐ Presentan problemas motivacionales, pero ello no quiere decir que carezca de ellas. El
profesor deberá descubrirlas para promover el aprendizaje.
4.4.2. Necesidades educativas que caracterizan al alumno con autismo en relación con la
actividad física.
Existen muchos intentos de clasificación cuya finalidad es descubrir con precisión los
trastornos de comportamiento/conducta. Pero la mayoría de las clasificaciones son
exhaustivas y poco fiables: no existen unos límites muy claros entre unos y otros tipos de
trastorno.
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Para analizar los factores que inciden en los trastornos de los sujetos en edad escolar
se realizan observaciones de la conducta a través de los padres, profesores, personal clínico
y trabajadores sociales, etc. Con el empleo de esta técnica multivariada se llegó a un modelo
de clasificación que incluye la inmensa mayoría de trastorno conductuales. Este modelo,
que se basa en el déficit de las habilidades sociales en la etapa escolar, sobre todo
adolescente, propone tres categorías:
‐ AGRESIVIDAD; los problemas conductuales revelan la presencia de un modelo que incluye
un comportamiento agresivo, tanto verbal como físico, asociado a una carencia en el plano
de las relaciones interpersonales con los padres y profesores.
Estas tres categorías de trastornos están muy relacionadas con las deficiencias en el
aprendizaje.
ayuda para el docente. A través de estas consideraciones pretende que la acción pedagógica
del docente sea efectiva y significativa para el alumno que ve dificultado su proceso de
enseñanza.
En líneas generales, todo docente debe atender las siguientes observaciones:
‐ Evaluación inicial:
‐ Organización.
‐ Un aprendizaje significativo
Debemos evitar que las actividades propuestas dependan del tipo de material que
disponemos. Por ello, podemos recurrir a materiales más polivalentes, de uso habitual
entre los alumnos (globos, cuerdas, cajas, ruedas...).
El material a utilizar debe adecuarse a la edad, potenciando durante el aprendizaje
factores como la movilidad, manejabilidad...
Alteraciones en el equilibrio.
Alteraciones en la orientación y
para obtener de él todas las posibilidades de acción y expresión que a cada uno le
sean posibles. Este desarrollo conlleva un componente externo (la acción y el
espacio y tiempo.
6. CONCLUSIONES
Asumir y aceptar el principio de diversidad supone potenciar las
disposiciones para el aprendizaje nos llevan a intentar adaptar los medios para
ajustarlos a las necesidades de aprendizaje de dichos alumnos. Se trata, pues, de
un laborioso proceso de actuación docente que trate de dar respuestas a esas
necesidades de aprendizaje de nuestros alumnos.
7. BIBLIOGRAFÍA