Residuos Plásticos en Peces - PUCP, 2019
Residuos Plásticos en Peces - PUCP, 2019
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Autores:
1
Artículo de revisión
RESUMEN
El presente estudio corresponde a una revisión bibliográfica sobre las investigaciones realizadas
en base a la exposición de una diversidad de peces a diferentes concentraciones y tipos de
residuos plásticos, ya sea a través de la ingesta directa, por exposición a ambientes contaminados
o mediante su transferencia a través de la cadena trófica. En el desarrollo se presenta una
descripción de los tipos y grados de afecciones que estos residuos ocasionan a los peces;
asimismo, se ha incluido una comparación de los resultados obtenidos por algunos autores en sus
experimentaciones. Producto del análisis realizado se ha llegado a la conclusión de que los
residuos son fácilmente asimilables por los peces, independientemente de sus dimensiones y que
por su diminuto tamaño, los microplásticos hacen las veces de vectores acuáticos capaces de
transportar en su superficie materias orgánicas e inorgánicas potenciales de ocasionar daños a los
organismos marinos que las absorban directa o indirectamente.
ABSTRACT
The present research corresponds to a review on the investigations carried out based on the
exposure of a diversity of fish to different concentrations and types of plastic waste, either
through direct intake, exposure to contaminated environments or by transferring them through the
trophic chain. In the development a description of the types and degrees of affectations that this
waste causes to the fish is presented; Likewise, a comparison of the results obtained by some
authors in their experiments has been included. As a result of the analysis carried out, it has been
concluded that the waste is easily assimilated by fish, regardless of their size and that due to their
small size, microplastics act as aquatic vectors capable of transporting organic and inorganic
materials on their surface to cause potential damage to marine organisms that absorb them
directly or indirectly.
1. Introducción
A esto debe agregarse que los polímeros plásticos muestran una degradación biológica lenta,
por lo que permanecen en el ambiente durante cientos a miles de años, donde se descomponen en
pedazos más pequeños debido a la radiación ultravioleta, fuerzas físicas e hidrólisis; por lo tanto,
las partículas de plástico se acumulan como pequeños fragmentos (microplásticos < 5mm,
mesoplástico 5 - 25mm y, macroplástico > 25 mm) (Romeo, et al., 2015). Debido a su pequeño
tamaño y persistencia en el ambiente, estos fragmentos pueden ser ingeridos por una variedad de
organismos y varios estudios ya han informado sobre la ingestión de microplásticos para más de
100 especies de peces y mamíferos marinos (Lusher et al., 2013; Rochman et al., 2015; Fossi et
al., 2014).
Adicionalmente, se debe mencionar los efectos negativos que generan para el ambiente marino
y los organismos que habitan en el, esto incluye el enredo, la ingestión y la posible toxicidad
(Eriksen, et al., 2014).
Los riesgos de toxicidad, provienen de componentes que son agregados al mismo material en
el proceso productivo (Bisfenol A, ftalatos, nonilfenol y ésteres de difenilo polibromados), de los
químicos y contaminantes de su superficie (metales y contaminantes orgánicos persistentes) y, de
ciertos polímeros que funcionan como aditivos para conferirle estabilidad, durabilidad y
resistencia a la degradación; sin embargo, estos no se unen al material y pueden filtrarse al
ambiente una vez degradado el plástico. De este modo, ingresan a las células de los organismos e
interactúan con las moléculas, causando interrupciones del sistema endocrino y a la fisiología del
organismo (Alomar, et al., 2017)
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Artículo de revisión
Además, varios estudios han demostrado que los organismos marinos pueden absorber
microplásticos a menudo con grandes consecuencias, ya que pueden acumularse en los tejidos,
servir como vehículos para el transporte de patógenos, adsorber y acumular contaminantes
tóxicos. Los microplásticos tienen el potencial de causar efectos adversos como el cáncer, la
actividad reproductiva dañada, la respuesta inmune disminuida y la malformación en animales y
humanos (Auta et al., 2017).
Son diversas las causas y consecuencias ocasionadas por la captación de estos residuos,
motivo por el cuál nace el interés de este trabajo, que busca determinar, en base a una revisión
bibliográfica, los impactos que genera la ingesta de residuos plásticos en los peces.
2. Metodología
El presente estudio se desarrolló bajo la metodología de tipo descriptiva. Se realizaron
revisiones de diversas investigaciones científicas enfocadas a estudiar la contaminación marina a
través de los microplásticos (MPs) y sus impactos sobre la biota marina, específicamente sobre
los peces, permitiendo contrastar conceptos y conclusiones de los diversos autores.
3. Resultados y Discusión
(Romeo, et al., 2015) realizaron un estudio, que conformó la primera evidencia sobre la
presencia de residuos plásticos en el contenido del estómago de tres especies de peces pelágicos
comerciales (Xiphias gladius "Pez espada", Thunnus thynnus "Atún de aleta azul" y Thunnus
alalunga "Atún blanco"); sus resultados (Cuadro 1.) determinaron la presencia de residuos
plásticos en las tres especies analizadas, X. gladius (12.5%), T. thynnus (32,4%) y T. alalunga
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(12.9%), que difirieron en tamaño para cada especie depredadora; mesoplástico (44.4%),
macroplástico y mesoplástico (31.3%) y microplástico (75%), respectivamente. Así mismo,
analizaron que la presencia de dichos residuos podrían ser explicados por la estrategia de
alimentación oportunista, para el caso de T. thynnus, ya que desarrolla la captura de presas en
aguas poco profundas, donde los fragmentos de plásticos son más abundantes debido a su
flotabilidad. Esta tendencia a la ingesta de residuos plásticos fue similar a la determinada en
Mullus surmuletus “Salmonete de roca” por (Alomar, et al., 2017), quienes estudiaron la ingesta,
caracterización y respuesta enzimática a los microplásticos (Cuadro 1.), en base a dos métodos de
captura (arrastre de fondo y red de trasmallo); de sus resultados se obtuvieron que la longitud
total e ingesta promedio por método de captura fue de 18.32 ± 0.22 cm, 0.32 ± 0.04
MPs/individuo (23.50%) y, 22.84 ± 0.28 cm, 0.68 ± 0.10 MPs/individuo (37.4%),
respectivamente; concluyendo que la velocidad de ingesta aumenta con la longitud pez, tal y
como se presenció en el estudio previo con Thunnus thynnus y, además esto puede verse influido
por la zona de captura; los fondos marinos son considerados como los sumideros de plásticos, por
lo que se esperaría que exista una mayor ingesta en las especies demersales, no obstante, la
ingesta resulta mayor o igual en las especies pelágicas que se alimentan en la columna de agua.
Del mismo modo, (Baalkhuyur, et al., 2018) al estudiar especies comerciales y no comerciales
en el Mar Rojo, observaron una alta ingesta de microplásticos en los organismos que habitan las
arrecifes de coral (46.2 %) y, menor ingesta en los que habitan los pastos marinos (7.7%), lo cual
también fue justificado por la zona de alimentación; las especies mesopelágicas (pastos marinos)
mostraron una baja ingesta debido a que estas solo migran a la superficie, en la noche, para
alimentarse y luego regresan a su habitad natural. Finalmente, en un estudio realizado con tres
especies comerciales, Dicentrarchus labrax “Lubina”, Diplodus vulgaris “La Mojarra” y,
Platichthys flesus “Platija”, en el estuario de Modego en Portugal (Bessa, et al., 2018), también
concordaron al determinar que la distribución vertical de los peces puede influir en el número de
microplásticos ingeridos por el pez; encontrando niveles más altos de ingesta en la especie
bentopelágica, D. vulgaris (73% ) con un máximo de 14 microplásticos extraídos de un solo
individuo, que en las especies demersales, D. labrax (23%) y P. flesus (13%); similar tendencia
fue registrada en otras especies comerciales de peces pelágicos del Canal de la Mancha, 36.5%
(Lusher et al., 2013) y, en las especies pelágicas-neríticas de la Costa Mediterránea de Turquía,
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(Güven et al., 2017). No obstante, en los drenajes y el estuario del Golfo de México se reportó
un bajo porcentaje de ocurrencia en la ingesta de microplásticos entre los peces de agua dulce
(8%) y los peces marinos (10%) (Phillips y Bonner et al., 2015) por lo que se podría decir que los
rangos de ingestión pueden variar entre los estudios, los hábitats y las ubicaciones, relacionando
la ingesta de microplásticos con las diferentes estrategias de alimentación de los peces.
Si bien la mayoría de estudios se enfoca en el tracto digestivo por ser la vía principal de
ingesta (Alomar, et al., 2017; Baalkhuyur, et al., 2018; Bessa, et al., 2018; Güven et al., 2017;
Romeo, et al., 2015), otras investigaciones en cangrejos (Uca rapax) y bivalvos (Mytilus edulis)
han demostrado que los micro y nano plásticos pueden ser translocados fuera del tracto digestivo
contaminando otros órganos (Brennecke, et al., 2015 y, Browne, et al., 2008). Debido a estas
afirmaciones, (Collard, et al., 2017), realizaron un estudio en el mar mediterráneo, empleando
Engraulis encrasicolus "Anchoveta Europea" y comprobaron la presencia de microplásticos en
un 80% de los hígados examinados, concluyendo que esto podría deberse a un mecanismo de
endocitosis o fagocitosis a través del lumen del tracto intestinal. Así mismo, en una investigación
de (Ding, et al., 2018) realizada con Oreochromis niloticus “Tilapia roja” expuestos a diferentes
concentraciones de poliestireno, se observó la presencia de éstos en varios tejidos del organismo
como intestino, branquias, hígado y cerebro, reportándose una dependencia de la bioacumulación
con respecto al tiempo de exposición.
Además de que los residuos pueden ser translocados, se debe agregar que la presencia de
microplásticos genera una serie de respuestas enzimáticas, tal y como lo demostraron (Antão, et
al., 2018) al investigar el estrés oxidativo y el daño lipídico oxidativo en las branquias e hígado
de Dicentrarchus labrax “Lubina”, a diferentes concentraciones de mercurio (Hg), microplásticos
y la combinación de ambos; concluyendo que la presencia de microplásticos influye en la
bioconcentración de Hg en las branquias y bioacumulación de este en el hígado, debido a que los
microplásticos absorben el Hg del agua, actuando como una ruta adicional del metal y a su vez, al
liberar dicho metal, producen un aumento de su acumulación en otros órganos como el hígado,
causando estrés oxidativo en las branquias e hígado; además a concentraciones más altas de
microplásticos, se produce daño oxidativo lipídico por la inducción significativa de las enzimas
catalasa (CAT), Glutatión S-transferasa (GST) y superóxido dismutasa (SOD). Estos resultados
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contrastan a los obtenidos previamente por (Alomar, et al., 2017) quienes no obtuvieron
evidencia del estrés oxidativo y daño celular en el hígado de M. surmuletus, sin embargo también
visualizaron el aumento de la enzima GST lo que sugiere la inducción del sistema de
detoxificación del pez. Esta falta de evidencia podría sustentarse según (Ašmonait, et al., 2018),
quienes emplearon a Oncorhynchus mykiss “Trucha arcoiris” para estudiar los efectos de los
microplásticos tras un periodo de ingesta de 4 semanas, sin embargo, los resultados obtenidos no
pudieron detectar ningún efecto significativo sobre la barrera intestinal, por lo cual concluyeron
que los efectos nocivos de los microplásticos en peces, dependen de su especie y el periodo de
exposición.
Cuadro 1.
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Este resultado se complementa con lo descrito previamente por (Romeo, et al., 2015),
quienes describieron que los microplásticos según la forma y tamaño, pueden ubicarse en el
interior del pez. Así mismo, (Sá, et al., 2018) al realizar una recopilación científica sobre los
efectos nocivos de los microplásticos, llegaron a la conclusión de que los de menor tamaño llegan
al hígado debido a la translocación de estos desde el intestino hasta el sistema circulatorio lo cual
explicaría lo descrito por (Lu, et al., 2016), de igual forma señalaron que existe la posibilidad de
que los sedimentos marinos puedan generar efectos sinérgicos con los microplásticos.
Así mismo, (Tosseto L., et al., 2017) tras la aplicación de pruebas de personalidad a
Bathygobius krefftii “Gobios”, alimentados con Platorchestia smithi “Tolvas de Playa”,
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Finalmente, (Nelms, et al., 2018) analizaron las heces de Halichoerus grypus "Foca gris" y
todo el tracto digestivo de Scomber scombrus "Caballa" (Cuadro 1.), determinando que las
partículas microplásticas pueden transferirse a través de niveles tróficos, sugiriendo una vía
indirecta y potencialmente importante para la ingesta de microplásticos para cualquier especie
cuya ecología de la alimentación implique el consumo de presas completas, pudiendo afectar a
los humanos.
4. Conclusiones
Los resultados de la investigación señalan que los residuos son fácilmente asimilables por
los peces, independientemente de sus dimensiones y que, por su diminuto tamaño, los
microplásticos hacen las veces de vectores acuáticos capaces de transportar en su
superficie materias orgánicas e inorgánicas potenciales de ocasionar daños a los
organismos marinos que las absorban directa o indirectamente.
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Por otro lado, los fragmentos de plásticos más representativos en la ingesta de los peces
según el color de son: el gris, verde, blanco, amarillento, azul, rojo, negro y transparente.
Existe una alta probabilidad de exposición a los microplasticos transferidos por niveles
tróficos, sobre todo para poblaciones que habitan cerca de las vías marítimas y próximas a
áreas urbanas o industriales.
5. Recomendaciones
En base a las metodologías estudiadas en la presente revisión y por la probabilidad de
estar expuestos a una contaminación indirecta, se recomienda desarrollar investigaciones
sobre la ocurrencia de la ingesta de residuos plásticos en especies comerciales a nivel de
las zonas pesqueras identificadas a nivel nacional.
Adoptar políticas de carácter vinculante en los gobiernos, los cuales permitan establecer
controles para evitar el ingreso de plásticos a las playas del litoral peruano.
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demersales para identificar cuáles son las más y menos impactadas y de esta forma
adaptar nuestros hábitos de consumo como medida para minimizar el riesgo a una ingesta
indirecta.
En la mayor medida posible, tratar de consumir especies demersales como merluza, bagre,
corvina, mero, lenguado, etc., ya que según la bibliografía, son los menos impactados.
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