Basura
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CAPITULO 8
8.1. INTRODUCCIÓN
El primer antecedente en el diseño de pavimentos según el método AASHTO se tiene con el AASHO Road
Test que fue un ensayo realizado sobre pavimentos de determinadas características bajo diferentes
cargas en Ottawa, Illinois entre 1958 y 1960. De estos ensayos se obtuvo información para ser aplicada
en la metodología de diseño de pavimentos. Así aparece la "AASHO Interim Guide for the Design of Rigid
and Flexible Pavernent” (1962) que contenía procedimientos de diseño basados en modelos empíricos
deducidos de datos recolectados en el AASHO Road Test.
Luego aparece la "AASHTO Interim Guide for the Design of Pavement Structures en 1972 y luego de
hacer observaciones a partir de 1983, aparece en 1986 la "AASHTO Guide for the Design of Pavement
Structures” con muchas modificaciones con respecto a la de 1972 (se tiene en cuenta la confiabilidad,
módulos resilientes de materiales, coeficientes de drenaje y efecto de subrasantes expansivas o
sometidas a congelación y deshielo) y finalmente en 1993 fue hecha una versión revisada de esta guía,
que no ofrece cambios en lo que a diseño de pavimentos flexibles se refiere.
siendo:
0.081 (L 1 + L 2 )
(8.2)
3.23
β = 0.40 +
(SN + 1)5.19 L 2 3.23
donde:
SN = número estructural
L1 = carga por eje simple o eje tándem
L2 = código de ejes (1 para eje simple, 2 para eje tándem)
ρ es una función del diseño y de las cargas que tiene en cuenta el número de aplicaciones de cargas para
llevar la calzada a una serviciabilidad de 1.5.
log ρ = 5.93 + 9.36 log(SN + 1) - 4.79 log(L1 + L2) + 4.33 log L2 (8.3)
log(∆PSI)
log W18 = Z R S O + 9.36 log(SN + 1) − 0.20 + 4.2 − 1.5 + 2.32 log MR − 8.07 (8.4)
0.40 +
1094
(SN + 1)5.19
donde:
Hay dos variables a tener en cuenta: período de análisis y vida útil del pavimento. La vida útil es el
período que media entre la construcción o rehabilitación del pavimento y el momento en que éste alcanza
un grado de serviciabilidad mínimo. El período de análisis es el tiempo total que cada estrategia de
diseño debe cubrir. Puede ser igual que la vida útil, pero en casos en donde se prevén reconstrucciones a
lo largo del tiempo, el período de análisis comprende varios períodos de vida útil, el del pavimento
original y el de los distintos refuerzos. Los períodos de análisis recomendados son:
Tabla 8.1.
8.2.2. Tránsito
Se usa el número de repeticiones de ejes equivalentes de 18 kips (80 KN) o ESALs. La conversión de una
carga dada por eje a ESAL se hace a través de los LEF (factores equivalentes de carga).
8.2.3. Confiabilidad
Se refiere al grado de certidumbre de que un dado diseño puede llegar al fin de su período de análisis en
buenas condiciones. Sobre este punto se ha discutido en el Capítulo 6.
Para una construcción por etapas (vida útil < período de análisis) se deben componer las confiabilidades
de cada etapa para tener la confiabilidad en todo el período de diseño. Así se tiene:
R etapa = (R total)
1/n
(8.5)
El programa DIPAV, para facilitar el trabajo cuenta con una casilla en la que se puede introducir
directamente la confiabilidad deseada para el período global y el número de etapas en las que se
pretende diseñar el pavimento flexible y realiza internamente el cálculo arriba descrito.
Este aspecto es sumamente importante en el diseño, puesto que si se ignora esta recomendación y se
diseña cada etapa con un factor de 0.80, la confiabilidad total sería:
Que expresado de otra manera significa que el 36% de las secciones tendrán deterioros antes de cumplir
la vida útil de diseño, lo cual es una probabilidad de falla muy grande, y si las etapas fueran 3, por
ejemplo un tratamiento superficial al inicio y luego dos sobrecarpetas, y se diseña ignorando esta
recomendación, la confiabilidad real sería:
En otras palabras la mitad del pavimento no alcanzaría la vida útil de diseño. Por este motivo es
importante establecer claramente el número de etapas de construcción y la confiabilidad compuesta.
Si se tiene una subrasante expansiva, o bien sometida a expansión por congelamiento, habrá una pérdida
adicional de serviciabilidad que debe ser tenida en cuenta. Esto se hace analizando la pérdida de
serviciabilidad por esta causa en función del tiempo mediante estudios hechos sobre los materiales
existentes en el proyecto. Alternativamente, se puede optar por procedimientos que eliminen esta
pérdida de serviciabilidad como el uso de capas estabilizadas de suelo – cemento o suelo – cal que sirvan
como una barrera contra la expansión.
La serviciabilidad de un pavimento se define como la capacidad de servir al tipo de tránsito para el cual
ha sido diseñado. Así se tiene un índice de serviciabilidad presente PSI (present serviciability index)
mediante el cual el pavimento es calificado entre 0 (pésimas condiciones) y 5 (perfecto). En el diseño del
pavimento se deben elegir la serviciabilidad inicial y final. La inicial, po, es función del diseño del
pavimento y de la calidad de la construcción. La final o terminal, pt, es función de la categoría del camino
y es adoptada en base a ésta y al criterio del proyectista. Los valores recomendados son los que se
obtuvieron en el AASHO Road Test:
Serviciabilidad inicial:
Serviciabilidad final:
Es importante considerar además que estos valores significan un buen acabado de construcción, si el
trabajo se va a realizar con herramientas manuales o equipos gastados es probable que el pavimento
nuevo no alcance los niveles de serviciabilidad establecidos y por tanto dure menos.
Como ya se había expresado en el capítulo correspondiente, la variable que se usa para el diseño de
pavimentos flexibles es el módulo resiliente, tanto para la determinación del número estructural SN así
como para, en función de los materiales que componen cada capa del paquete estructural, obtener los
coeficientes estructurales o de capa.
8.2.7. Drenaje
En el método AASHTO los coeficientes de capa se ajustan con factores mayores o menores que la unidad
para tener en cuenta el drenaje y el tiempo en que las capas granulares están sometidas a niveles de
humedad próximos a la saturación. Sobre este tema se ha expuesto en el capítulo 7.
Con la fórmula de diseño se obtiene un valor llamado número estructural SN (structural number) y en
función del mismo, se determinan los distintos espesores de capas que forman el paquete estructural.
• Tránsito estimado por carril, W18, a lo largo de la vida útil del pavimento
• Confiabilidad R
• Desvío estándar de todas las variables So
• Módulo resiliente efectivo (que tenga en cuenta las variaciones a lo largo del año) de la subrasante
MR
• Pérdida de serviciabilidad ∆PSI
La expresión que liga el número estructural con los espesores de capa es:
donde:
Esta ecuación no tiene una única solución, hay prácticamente un infinito número de combinaciones de
espesores que la pueden satisfacer, no obstante esto, se dan normativas tendientes a dar espesores de
capas que puedan ser construidas y protegidas de deformaciones permanentes por las capas superiores
más resistentes. A este método se denomina “Diseño con Verificación por Capas”, a continuación se
hablará sobre estas normativas.
No es práctico ni económico colocar capas de un espesor menor que el mínimo requerido. Además las
capas de un cierto espesor por encima de un mínimo son más estables. Muchas veces se especifica un
número de espesor de capas para mantener la estructura del pavimento por encima del nivel de
congelamiento o para mitigar los efectos de los suelos expansivos.
Muchas reparticiones establecen los espesores mínimos para tratamientos superficiales. El espesor de
una capa de tratamiento superficial es despreciable en lo que se refiere al porcentaje de SN absorbido,
pero tiene gran efecto en la base y subbase ya que reduce la entrada de agua en la estructura del
pavimento.
En la tabla 8.2 se dan valores de espesores mínimos sugeridos para capas de concreto asfáltico y base
granular en función del tránsito.
Concreto Base
Número de ESALs
asfáltico granular
Menos de 50,000 2.5 cm 10 cm
50,000 - 15,000 5.0 cm 10 cm
150,000 - 500,000 6.5 cm 10 cm
500,000 - 2,000,000 7.5 cm 15 cm
2,000,000 -
9.0 cm 15 cm
7,000,000
Más de 7,000,0000 10.0 cm 15 cm
El caso particular de los tratamientos superficiales únicamente es factible para tráfico reducido menor a
los 50,000 ejes equivalentes, por tanto no es conveniente diseñar esta alternativa para tráficos elevados
o períodos de vida superiores a los 4 a 5 años, puesto que por sus propias características es muy difícil
que supere este período de vida útil.
Esta metodología se basa en el concepto de que las capas granulares no tratadas deben estar protegidas
de tensiones verticales excesivas que les producirían deformaciones permanentes. El proceso está
indicado en la Figura 8.2 y se explica a continuación:
SN1
D1* ≥
a1
SN 2 − SN1*
D *2 =
a 2m 2
SN1* + SN *2 ≥ SN 2
D *3 ≥
(
SN3 − SN1* + SN *2 )
a3m3
En primer lugar, los materiales son seleccionados para cada capa, por ejemplo una capa de concreto
asfáltico en caliente, una base tratada con asfalto y una subbase granular. Se conocen los módulos
resilientes de cada capa. Usando el ábaco de la Figura 8.1 se pueden determinar los números
estructurales requeridos para proteger cada capa no tratada reemplazando el módulo resiliente de la
subrasante por el módulo resiliente de la capa que está inmediatamente abajo. Así para determinar el
espesor D1 de la capa de concreto asfáltico se supone un MR igual al de la base y así se obtiene el SN1
que debe ser absorbido por el concreto asfáltico. El espesor D1 debe ser:
(8.7)
SN1
D1 ≥
a1
Se adopta un espesor, D1*, ligeramente mayor y el número estructural absorbido por esta capa es:
Para determinar el espesor mínimo de la base, se entra al ábaco con el MR de subbase y entonces se
obtiene el SN2 a ser absorbido por concreto asfáltico y base. Así:
(8.9)
SN 2 − SN1*
D2 ≥
a 2m 2
SN *2 =a 2 m 2D *2 (8.10)
Por último, para la subbase se entra con el MR correspondiente a subrasante y se obtiene SN3 = SN para
todo el paquete estructural ya calculado. En este caso el espesor es:
D3 ≥
(
SN − SN1* + SN *2 ) (8.11)
a3m3
Se adopta un espesor ligeramente mayor D3* y se obtiene el número estructural absorbido por la
subbase:
Como verificación:
Con este criterio cada capa del paquete estructural resulta protegida. Este procedimiento no es aplicable
para determinar espesores de capas sobre otras que tengan un módulo resiliente mayor de 280 MPa
(40000 psi). En este caso el espesor de la capa situada encima será establecido en base a la relación
costo - eficiencia y espesores mínimos desde el punto de vista constructivo.
Ejemplo
R = 90%
SO = 0.35
W18 = 10X106 ESALs
∆PSI = 2.0
Tabla 8.3. Propiedades de materiales
SN=5.2 pulg
adoptado 8.0”
SN 2 − SN1 3.8 − 2.94
*
D2 ≥ = = 7.7" * *
SN 2 = a 2 m 2D 2 = 0.14 × 0.80 × 8.0 = 0.90
a 2m 2 0.14 x0.80
D3 ≥
(
SN − SN1 + SN 2
* *
) = 5.2 − (2.94 + 0.90) = 19.4" adoptado: 20.0"
a 3m 3 0.10x0.90
* *
SN 3 = a 3 m 3D 3 = 0.10 * 0.70 * 20.0 = 1.40
El Método arriba descrito se conoce también como “Diseño con Verificación por Capas”, puesto que para
cada una de las capas se verifica que existe el suficiente espesor por encima de la misma para prevenir
ahuellamientos y daños estructurales. Es importante remarcar que el procedimiento arriba descrito no es
aplicable para capas ligadas, es decir capas estabilizadas con cemento, cal o asfalto cuyo módulo elástico
sea superior a 280,000 KPa puesto que estas capas no sufren ahuellamiento y por tanto sus espesores
deben ser definidos en base a criterios de costo y aporte estructural.
El Software DIPAV realiza directamente el cálculo con verificación por capas, permitiendo al usuario la
definición de espesores de capas estabilizadas, sin embargo, como se requiere definir los espesores
finales de cada capa analizando diversos factores como costos, disponibilidad de materiales, etc., cuenta
también con la posibilidad de que el usuario realice ajustes en los distintos espesores verificando que la
ecuación final de la sumatoria de aportes estructurales de cada una de las capas sea mayor o igual al
Número Estructural requerido.
Puesto que existen infinitas soluciones a la ecuación, es posible plantear cualquier combinación de
espesores que cumpla con el SN requerido, sin embargo, es importante considerar la lógica de la
verificación por capas que implica una protección para cada una de las capas considerando un espesor
suficiente en la capa superior. Si esta condición no se cumple, las capas no protegidas serán más
susceptibles a la erosión, ahuellamiento y deterioro prematuro. Su efecto se reflejará en la capa superior.
Figura 8.3. Pantalla inicial de DIPAV donde se calcula el número estructural con los valores del ejemplo
Figura 8.4. Diseño con verificación por capas, debido a que el programa realiza los cálculos de forma exacta y sin
redondeos, los resultados varían un poco con los obtenidos de forma manual, debido a que el diseño automático no
redondea los valores adoptados
Una vez establecidos los espesores mínimos en base al criterio de protección de capas, el costo inicial del
pavimento debe ser minimizado para prever un diseño alternativo al ya obtenido.
Una aproximación tendiente a reducir el costo de la estructura del pavimento es calcular el costo por
unidad de SN para cada capa, en $/SN o sea costo unitario/ai mi.
Por ejemplo, los costos de estos materiales son, según la tabla 8.4:
Tabla 8.4
Usando este criterio se maximizará el espesor del material que provea la mayor contribución estructural
por dólar o peso gastado y se minimizará el espesor de menor contribución por dólar o peso gastado En
este caso, la piedra partida provee el mayor número estructural por cada dólar gastado y el concreto
asfáltico el menor.
Es para el caso de paquetes estructurales sobre suelos expansivos o sometidos a hinchamiento por
helada. El procedimiento a seguir es el siguiente:
1. Se selecciona un número estructural apropiado para la estructura inicial del pavimento usando los
procedimientos ya descritos. Como el número estructural tiene muy pequeño efecto en la pérdida
de serviciabilidad debido a las causas ambientales, este número estructural no debe ser mayor
que el requerido para condiciones de subrasantes normales. En este caso es SN = 4.4 pulg.
3. Usando el gráfico de pérdida de serviciabilidad por condiciones ambientales (Figura 8.5) se puede
conocer la pérdida de serviciabilidad para los períodos de la columna 2 y se los coloca en la
columna 3.
5. Mediante el ábaco de la Figura 8.1 se puede estimar el número de ESALs que corresponde a la
pérdida de serviciabilidad de columna 4. Estos valores se colocan en columna 5.
6. Se estima el número de años que corresponde a cada uno de los valores de ESALs de la columna
5 y estos valores van a la columna 6.
po = 4.4
Máximo período de vida útil = 15 años
∆PSI = 4.4 – 2.5 = 1.9
Tabla 8.5
La influencia que tienen las variables de entrada sobre el SN es muy dispar, unas pesan más que otras e
incluso para valores altos o bajos, una variable puede tener distintas influencias en el SN. A continuación
se presentan varios ejemplos haciendo uso del programa DIPAV. El programa permite elaborar gráficos
de sensibilidad, los que sirven tanto para analizar las repercusiones de la variabilidad de los distintos
factores en el diseño así como para verificaciones y rápida toma de decisiones en obras. Los datos del
ejemplo son:
Fijando una de las variables y haciendo variar la otra se puede estudiar su sensibilidad. En la Figura 8.7
se muestra el efecto del tránsito sobre el SN. Un incremento de ESALs de 5 a 25 millones produce un
incremento de SN de 31 mm (1.24 pulg). Este incremento es más sustancial a bajos niveles de tránsito.
Por ejemplo un incremento de 1 a 10 millones produce un aumento de 41 mm (1.61 pulg) en el SN,
mientras que un incremento entre 20 y 25 millones produce un incremento de 4 mm (0.17 pulg) en SN.
En la Figura 8.8 se muestra el efecto del cambio de serviciabilidad en el diseño de SN. Un incremento en
la serviciabilidad final de 1.5 a 3.0 produce un incremento de SN de 33 mm (1.30 pulg).
En la Figura 8.9 se muestra el efecto del nivel de confiabilidad en el valor de SN. Si R es menor del 90%,
los cambios en la confiabilidad tienen un efecto muy pequeño en SN, pero por encima del 90% el SN se
incrementa notablemente. En este ejemplo se ve que cambiando la confiabilidad de 50 a 90%, el SN se
incrementa en la misma cantidad que se incrementaría si R pasara del 90 al 99%. A partir de R = 90% la
confiabilidad empieza a tener mucho peso.
En la Figura 8.10 se muestra el efecto del desvío estándar de las variables sobre el SN. Hay una relación
lineal con respecto a SN cuando la confiabilidad se mantiene constante porque ésta se traduce en el
factor ZR que multiplica a So en la fórmula de diseño. El So tiene una influencia muy pequeña en SN. Un
aumento de So de 0.40 a 0.50 produce un incremento de 6 mm (0.23 pulg) en SN.
En la Figura 8.11 se ve el efecto del módulo resiliente de la subrasante en SN. Las subrasantes más
débiles requieren un mayor SN para reducir las tensiones verticales y prevenir así, la deformación
permanente. Este incremento se puede lograr en forma eficiente y barata incrementando los espesores
de base y subbase. A menos que la base tenga poca resistencia no conviene incrementar mucho la capa
de concreto asfáltico. En este ejemplo, un incremento en MR de 10.0 a 35.0 MPa (1450 a 5000 psi)
provoca una reducción de 64 mm (2.5 pulg) en SN, mientras que un incremento en MR de 35.0 a 60.0
MPa (5000 a 8700 psi) provoca una reducción de 23 mm (0.9 pulg) en SN.
1. Materiales y subrasantes limitados. El AASHO Road Test fue realizado con una clase típica de
materiales y un único tipo de subrasante. La extrapolación de los resultados obtenidos a
aplicaciones generales conlleva el hecho de que los materiales y suelos de un determinado lugar
pueden ser muy diferentes a los usados en el AASHO Road Test. Este problema se salva con el
uso de factores de ajuste, MR, a¡, mi, etc., pero pese a todo, muchos de estos factores están
basados en relaciones empíricas y deben usarse con precaución.
2. Tránsito no mezclado. El AASHO Road Test consideraba el tránsito acumulado de vehículos con
cargas y configuraciones por eje idénticos. En la realidad los pavimentos están expuestos a un
gran número de configuraciones y cargas por eje. El proceso para convertir un tránsito mixto en
un número equivalente de pasadas de ESALs se basa en una relación empírica.
3. Períodos de vida útil muy cortos en el Road Test. El número de años y las cargas aplicadas en el
AASHO Road Test representan sólo una fracción de la vida de diseño y de las aplicaciones de
cargas vistas en la realidad. Con períodos muy largos en servicio, el deterioro del pavimento por
condiciones ambientales empieza a ser importante.
4. Factores equivalentes de carga. Los factores equivalentes de carga usados para pasar del tránsito
mixto al número de ESALs son válidos para los materiales, composición del pavimento, clima y
subrasante del AASHO Road Test. La extrapolación de estos factores a otras condiciones es
desconocida. Estos factores, a su vez están dados para niveles finales de serviciabilidad variables
entre 2.0 y 2.5. Para caminos muy importantes de alto volumen de tránsito pueden adoptarse
serviciabilidades finales mayores y estos LEFs no se adecuan correctamente.
5. Variabilidad. Una de las principales limitaciones del método AASHTO es que está basado en
tramos muy cortos de pavimentos con un gran control de calidad en lo que respecta a materiales
y construcción. La variabilidad en construcción y materiales en casos reales es mucho mayor. Los
proyectos diseñados con valores medios tendrán fallas localizadas antes de que su serviciabilidad
descienda a su nivel final, a menos que se use un alto nivel de confiabilidad en el diseño.
6. Falta de guía en el diseño. Los coeficientes estructurales o de capa y los factores de drenaje mi
tienen una gran importancia en la determinación de los espesores de pavimentos, pero se han
dado muy pocas guías en este rubro. Lo mismo ocurre con la confiabilidad. La selección de estos
valores debe estar basada en el buen juicio y experiencia del proyectista.
El pavimento flexible es en realidad un sistema elástico multicapa. Hay dos maneras básicas de encarar el
diseño de un pavimento. Uno de ellos considera un procedimiento general de diseño aplicable a
diferentes condiciones de tránsito y clima. Este es un método empírico y simplista. Se basa en la
correlación entre el comportamiento observado in situ y mediciones de propiedades de materiales y
espesores. El AASHTO es un método de este tipo. El otro tipo de método de diseño está basado en
métodos mecanico-empíricos y se fundamentan en la correlación entre la respuesta predicha de un
pavimento a través de modelos elásticos o mediante análisis por elementos finitos y las mediciones
observadas in situ. Como ejemplo se tiene el Método Shell.
8.8. EJEMPLOS
Ubicación: rural
Clasificación: primaria
Datos de tránsito:
• Tránsito anual inicial esperado (ambas direcciones) = 2.67x106 ESALs
• Distribución direccional DD = 0.50
• Distribución de camiones TD = 0.70
• Crecimiento de camiones (por año) = 4%
Propiedades de materiales:
• Módulo del concreto asfáltico MAC = 2070 MPa = 300000 psi
• Módulo resiliente de base granular MBS = 172 MPa = 25000 psi
• Módulo resiliente de subbase granular MSB = 82.7 MPa = 12000 psi
• Módulo resiliente subrasante:
Invierno (mediados de Diciembre - fines Febrero) MR = 207 MPa = 30000 psi
Primavera (mediados de Marzo - fines Abril) MR = 6.89 MPa = 1000 psi
Verano y otoño (principios de Mayo – mediados de Diciembre) MR = 34.5 MPa = 5000 psi
Solución:
Algunas variables de entrada deben seleccionarse en base a la importancia funcional del pavimento,
consideraciones de construcción por etapas, conocimiento de la calidad de la construcción y experiencia.
Así se adoptan este tipo de variables:
Se supone que por condiciones ambientales hay una pérdida adicional de 0.64 en 10 años, con lo que la
pérdida de serviciabilidad es:
Para R = 95%, SO = 0.45, W18 = 11.2x106 ESALs, MR = 2100 psi y ∆PSI = 1.36 corresponde SN = 213
mm (8.4 pulg), con:
Los coeficientes estructurales o de capa, en función de la calidad de los materiales que forman cada
capa, son:
La base tiene buen drenaje y estará saturada menos del 5% del tiempo, por lo que m2 = 1.12. La
subbase tiene características de drenaje pobre y estará saturada el 25% del tiempo, correspondiéndole
un coeficiente de drenaje m3 = 0.85.
Se hizo un análisis de costos y se determinó que la base granular daba la mayor contribución estructural
por dólar y que la capa de concreto asfáltico daba la menor contribución. Esta información se combina
con la de los espesores mínimos para proteger capas y espesores mínimos constructivos.
Se adopta D1* = 260 mm (10.2 pu lg) SN1* = a1D1* = 0.36 × 260 = 93.6 mm
- Base granular
Como la capa más efectiva desde el punto de vista económico es la base granular, se elimina la subbase,
resultando el espesor de base:
El espesor de esta estructura es: 26 + 90 = 116 cm, que resulta muy caro desde el punto de vista de la
excavación para construirla. Si se piensa en una solución full depth se tiene:
SN 213mm
D1 ≥ = = 592 mm
a1 0.36
Es decir que se cuenta con dos diseños: asfalto 26 cm y base 90 cm o alternativamente asfalto en
espesor completo de 60 cm. (full depth).
¿Qué sucede si el tránsito de camiones se incrementa a razón de una tasa anual del 8%?
En este caso:
SN − SN1
*
218 − 97.2 se adopta D 2 = 900 mm
D2 ≥ = = 899 mm,
a 2m 2 0.12x1.12 SN 2 = 900 × 0.12 × 1.12 = 121 mm
*
El espesor total resulta: 270 + 900 = 1170 mm = 117 cm, es decir 1 cm más que en el caso anterior.
¿Qué pasa si se considera el módulo resiliente de la subrasante correspondiente a Junio, o sea MR = 34.5
MPa = 5000 psi?
Se obtiene:
SN1 y SN2 no cambian porque son función del módulo resiliente de base y subbase respectivamente. Esto
implica que sólo varía el espesor de la capa que protege la subrasante. El espesor de la base será:
Se adopta D2* = 550 mm y se ve que el espesor de esta base se ha reducido de 900 a 550 mm (35.4
pulg a 21.7 pulg) (∆D2 = 35 cm = 13.7 pulg).
8.8.2 Autopista urbana, W18 = 2x106 ESALs. El agua drena del pavimento en aproximadamente una
semana y la estructura del pavimento está expuesta a niveles próximos a la saturación en un 30% del
tiempo. Los datos de los materiales son:
• Módulo elástico del concreto asfáltico a 20 ºC (68 ºF) = 3,100 MPa = 45,0000 psi
Solución:
R = 99%
SO = 0.49
P0 = 4.5
pt = 2.5
= 159 mm (6.3 pu lg )
SN1 70
D1 ≥ =
* *
se adopta D1 = 160 mm SN1 = 160 * 0.44 = 70.4 mm
a1 0.44
D3 ≥
(
SN − SN1 + SN 2
* *
) = 108 − (70.4 + 28) = 120 mm
a3m3 0.10 * 0.8
EAC = 2170 MPa = 315000 psi a1=0.38 y esto obliga a hacer una capa asfáltica de mayor espesor, aunque
el número estructural de todo el paquete no cambie y siga siendo 108 mm.
*
SN 2 = 200 * 0.14 * 0.80 = 22.4 mm
Espesor de subbase:
D3 ≥
(
SN − SN1 + SN 2
* *
) = 108 − (72.2 + 22.4) = 168 mm, *
se adopta D 3 = 200 mm = 20 cm
*
a 2m 2 0.10 * 0.8 SN3 = 200 * 0.10 * 0.8 = 16 mm
a2 = 0.249 log EBS – 0.977 = 0.249 log 21700 - 0.977 = 0.10 SN1 = 80 mm
Espesor de base:
SN 2 − SN1 94 − 83.6
*
D2 ≥ = = 130 mm
a 2m 2 0.10 * 0.8
Espesor de subbase:
8.8.3 Usando el programa DIPAV diseñar un pavimento flexible para una calle colectora con estos datos:
Coeficiente de Coeficiente de
Material
Capa drenaje
Concreto asfáltico 0.40 1.00
Piedra partida 0.16 1.20
Grava 0.10 1.00
Se adopta:
po = 4.2
pt = 2.5
R = 85%
So = 0.45
Figura 8.12. Datos de entrada del problema tal como aparecen en pantalla
En la Figura 8.13, se muestra la pantalla del diseño con verificación por capas para este ejemplo:
Figura 8.13. Ventana de diseño con verificación por capas para este ejemplo
CAPITULO 9
9.1. INTRODUCCIÓN
La primera guía AASHO para diseño de pavimentos rígidos se publicó en 1962 ("AASHO Interim Guide for
Design of Pavement Structures). Esta fue evaluada y revisada en 1972 y 1981. Entre 1984 y 1985, el
Subcomité en Diseño de Pavimentos y consultores revisaron la guía en vigencia y así sale la "AASHTO
Guide for Design of Pavement Structures (1986) con muchas variaciones con respecto a las versiones
anteriores. En 1993 se publica una nueva versión de la guía, pero sin cambios en lo que concierne al
diseño de pavimentos rígidos.
El programa DIPAV surge como un desarrollo boliviano y un aporte del IBCH para el diseño de
pavimentos rígidos, puesto que, a pesar de que está en consulta el Método Mecánico – Empírico de
AASHTO, aún tomará varios años para su implementación completa y de todos modos se requiere una
herramienta de diseño, puesto que el método mecánico empírico es iterativo en base a deterioros
esperados y requiere una calibración local no muy fácil de realizar.
El criterio para diseño de pavimentos rígidos se basa en los resultados de los ensayos del AASHO Road
Test realizados en Ottawa, Illinois, entre 1958 y 1960.
siendo:
log ρ = 5.85 + 7.35 log(D + 1) - 4.62 log(L1 + L2) + 3.28 log L2 (9.2)
3.63(L 1 + L 2 )
β = 1.00 + (9.3)
(D + 1)8.46 L 2 3.52
donde:
La ecuación (9.1) fue modificada en 1962 usando la ecuación de tensiones en esquina de Spangler para
tener en cuenta las propiedades del material: resistencia a la flexión, módulo de elasticidad y reacción de
soporte de subrasante.
Las innovaciones presentadas en la guía de 1986 son: confiabilidad R, desvío estándar de las variables
So, coeficiente de drenaje Cd y también la posibilidad de considerar la acción de suelos expansivos y
efectos de hinchamiento por helada. El factor LS (pérdida de soporte) fue agregado para tener en cuenta
la pérdida de soporte por erosión de la subbase o por movimientos verticales diferenciales del suelo. Este
factor LS reduce el valor efectivo de k.
∆PSI
donde:
Se describen a continuación las variables a tener en cuenta en el diseño de un pavimento rígido por el
método AASHTO.
Son ellas la vida útil del pavimento y el período de análisis. Tienen el mismo significado que para
pavimentos flexibles, por lo que no se las describirá aquí.
9.2.2. Tránsito
Al igual que para pavimentos flexibles, el tránsito es reducido a un número de pasadas de ejes tipo de 18
kips (80 KN) a través de los factores equivalentes de carga, LEF, que difieren de los usados para
pavimentos flexibles.
Tiene el mismo significado que para pavimentos flexibles, es decir que se refiere al grado de certidumbre
de que un dado diseño puede llegar al fin de su período de análisis en buenas condiciones. En cuanto al
desvió estándar de las variables, SO, se recomienda para pavimentos rígidos un valor de 0.34 para el caso
en que se considere la varianza del tránsito futuro y S0 = 0.39 para el caso en que ésta no esté
considerada.
Desviación normal
Confiabilidad R, %
estándar ZR
50 0.000
60 0.253
70 0.524
75 0.674
80 0.841
85 1.037
90 1.282
91 1.340
92 1.405
93 1.476
94 1.555
95 1.645
96 1.751
97 1.881
98 2.054
99 2.327
99.9 3.090
99.99 3.750
Con este método se puede prever la pérdida de serviciabilidad por estas causas, las que se suman a las
de tránsito. Se hace el mismo análisis que para pavimentos flexibles.
A partir del módulo de reacción de la subrasante (valor real), por una serie de pasos descrito en el
Capítulo 4 "Caracterización de subrasante”, se obtiene un k efectivo para usar en los cálculos.
donde:
donde:
El módulo de rotura o resistencia a la tracción por flexión del hormigón f' se determina con el ensayo a
flexión con carga al tercio y está relacionado con f'c a través de la ecuación:
fr ' y fc ' están dados en psi, K es una constante que varía entre 7 y 12.
9.2.8. Drenaje
En este caso se usa un coeficiente de drenaje Cd que puede variar entre 0.70 y 1.25 según sea la calidad
del drenaje, a mayor Cd, mejor drenaje. Sobre este tema se ha hablado en el capitulo 7, en el cual se
encuentra detallada la tabla de valores para Cd.
El concepto de transferencia de cargas en las juntas transversales, se refiere a la capacidad de una losa
de transferir una parte de su carga a la losa vecina. De este modo, una junta con el 100% de
transferencia de carga será aquella que transfiera la mitad de su carga a la losa vecina, reduciendo por
tanto sus tensiones de borde según se muestra en la Figura 9.1.
∆=x ∆=x ∆= x
∆=0
Como puede apreciarse, para lograr una efectiva transferencia de cargas en sentido longitudinal, para
tráficos pesados, especialmente en carreteras, se debe usar barras pasajuntas en todas las juntas
transversales. En caso de no usarlas, lo cual es común en pavimentos urbanos de tráfico liviano, el
sistema constructivo de vaciar todas las losas en una sola franja y cortar las juntas en aproximadamente
1/3 del espesor de la losa, permite que se desarrolle una fricción entre agregados gruesos en la zona de
contacto en las juntas, para lo cual se recomienda espaciamientos de juntas no muy grandes a fin de
reducir la apertura entre las juntas, mejorando este tipo de transferencia de cargas al tener los
agregados un mayor contacto.
Por otra parte, la capacidad de transferencia de cargas en el sentido transversal tiene una importante
influencia desde el punto de vista del diseño, de manera que en sentido transversal, el uso de bermas de
hormigón atadas, o sobreanchos (losas con parte de la berma maciza incorporada), tiene un efecto
positivo en la reducción de esfuerzos en las losas. De acuerdo con estudios de deflexión elaborados por
la American Concrete Pavement Association (ACPA), si se carga una losa sin barras pasajuntas en una
esquina, se producirá una deflexión 5 veces mayor que si la carga se colocara en el centro de la losa.
Esta misma deflexión sería 3 veces mayor si la esquina estuviera vinculada con la losa adyacente
mediante barras pasajuntas. Este estudio muestra la importancia de utilizar sobreanchos y barras
pasajuntas para tráficos pesados puesto que puede reducirse notablemente los esfuerzos de tensión en
bordes y esquinas o bien optimizar el diseño reduciendo los espesores de diseño.
Como una guía general para el rango de coeficientes de carga, mayores coeficientes deben ser usados
con valores bajos de k; altos coeficientes térmicos y mayores variaciones de temperatura. La siguiente
tabla provee recomendaciones para la selección de coeficientes de transferencia de carga:
Esta variable se refiere al espaciamiento entre juntas transversales. La longitud de las losas afecta el
comportamiento de los pavimentos de hormigón armado con juntas.
Las tensiones de trabajo en las barras, f, deben ser el 75% del valor de la tensión de fluencia, así para
un acero Grado 40, la tensión admisible es 207 MPa (30000 psi) y para un acero Grado 60 es de 307 MPa
(45000 psi).
Representa la resistencia friccional entre la parte inferior de la losa y la parte superior de la subbase o
subrasante (si no hay subbase) y es equivalente a un coeficiente de fricción. Este factor de fricción F fue
deducido en base a la teoría de fricción de un cuerpo sobre otro y se usa para estimar el porcentaje de
armadura de acero requerida. Este porcentaje responde a la ecuación:
L F
Ps = 100 (9.10.a)
2 fs
Se supone un peso unitario del hormigón de 2300 Kg/m3 (22.5 KN/m3 o 144 pcf)
γ o° L F
Ps = H 100 (9.10.b)
2fs
El factor de fricción indica la fuerza requerida para hacer deslizar la losa sobre la subbase en términos del
peso de losa. En otras palabras, un F = 1.5 indica que es necesaria una fuerza 1.5 veces el peso de la
losa para provocar el deslizamiento de la misma sobre la subbase. En la tabla 9.3 se indican algunos
valores del factor de fricción F.
Se usa la resistencia a la tracción a los 28 días. Para la Guía AASHTO este valor es el 86% del módulo de
rotura del hormigón.
La retracción por secado es la que ocurre por pérdida de agua y su efecto es una reducción de las
dimensiones de la pieza de hormigón. Los valores recomendados por AASHTO (1993) están en la tabla
9.4.
Resistencia a la Contracción en
tracción mm/mm
Indirecta fi’ kPa (psi) (pulg/pulg)
2070 (300) 0.0008
2760 (400) 0.0006
3450 (500) 0.00045
4140 (600) 0.0003
4830 (700) 0.0002
El coeficiente de dilatación térmica varía con la relación A/C, la edad del hormigón, el contenido de
cemento, la humedad relativa y el tipo de agregado. Este último es el que ejerce mayor influencia. En la
tabla 9.5 se dan valores del coeficiente de dilatación en función de la naturaleza del agregado grueso.
Coeficiente de
Tipo de agregado
dilatación
grueso
x10 /°C (x10-6/°F)
-6
Tienen influencia en las tensiones experimentadas por el pavimento de hormigón. Los nomogramas de
diseño AASHT0 a usar consideran barras No.4 a No.7. El diámetro en pulgadas de estas barras es su
número dividido entre 8.
Es la diferencia entre la temperatura media de curado del hormigón y la temperatura mínima. Para la
temperatura media de curado del hormigón se toma la temperatura media máxima durante el mes en
que se piensa construir el pavimento. La temperatura mínima es la temperatura media mensual mínima
de la zona donde está el pavimento.
DTD = TH − TL (9.11)
Este puede ser determinado mediante el empleo de la fórmula de diseño, procedimiento algo tedioso por
lo complicado de la misma, por el uso de ábacos de diseño (Figura 9.3) o mediante programas de
computación como DIPAV.
Para el uso del ábaco se debe contar con los siguientes datos:
Un pavimento rígido normalmente se debe diseñar para soportar el período de análisis completo
mediante un espesor adecuado de losa, este aspecto es muy importante al momento de tomar
decisiones, puesto que, al incrementar 2 a 3 cm el espesor de losa prácticamente se puede duplicar la
capacidad estructural del pavimento, por este motivo, desde el punto de vista del costo, es mucho mejor
diseñar un pavimento rígido para períodos de vida de 25 a 30 años, siendo común que las carreteras de
alto tráfico de países industrializados consideren períodos de vida de hasta 40 años, por este motivo no
es recomendable diseñar un pavimento rígido en etapas.
La metodología es igual que para pavimentos flexibles, con la diferencia de que se elige un espesor de
losa en lugar de un número estructural para comenzar los tanteos.
Se aplica para pavimentos reforzados con juntas, técnica que poco a poco está perdiendo vigencia. El
objetivo de la armadura en una losa de pavimento es mantener las fisuras que pueden llegar a formarse
bien unidas y de esta manera conseguir que el pavimento se comporte como una unidad estructural. Para
las armaduras se pueden usar barras o mallas soldadas.
En un pavimento de hormigón armado con juntas, las armaduras se calculan con la teoría de la fuerza de
roce. Los datos de entrada son:
• Longitud de losa, L
• Tensión de trabajo del acero, fs
• Factor de fricción, F
Figura 9.3. Ábaco de diseño para pavimentos de hormigón armado con juntas
En la Figura 9.3 se presenta un ábaco aunque la fórmula es muy sencilla. Este sirve tanto para el cálculo
de armadura longitudinal como para armadura transversal en pavimentos de hormigón armado con
juntas y también para el cálculo de la armadura transversal en pavimentos de hormigón armado
continuos. Este criterio no tiene en cuenta el efecto de deflexiones repetidas debidas a tránsito pesado,
un factor que debe ser considerado en el diseño de armaduras. Otros modelos indican cuantías
superiores de armadura.
Para realizar este cálculo se recomienda hacer una planilla como la de la tabla 9.6.
Tabla 9.6.
Datos de entrada
Variables de entrada Valor Variables de entrada Valor
Barra, diámetro Φ Relación αs/αc
Contracción del hormigón Z Diferencia de temperatura
(pulg/pulg ó cm/cm) De diseño DTD (°F ó °C)
Resistencia a la tracción del Tensión transmitida por
Hormigón ft (psi o MPa) rueda σw (psi o MPa)
máximo
requerido de
acero
Figura 9.4. Ábaco para estimar las tensiones de tracción debidas a carga de rueda
Los valores de estas tensiones están en la tabla 9.8, elaborada para acero Grado 60.
1) Se emplean los ábacos de las Figuras 9.5, 9.6 y 9.7 para satisfacer cada criterio límite. Los valores
resultantes se colocan en la planilla de la tabla 9.7.
2) Si Pmáx es mayor o igual que Pmin se va al paso 3. Si Pmax es menor que Pmin entonces:
Figura 9.5. Porcentaje de armadura longitudinal para satisfacer criterio de espaciamiento de fisuras
Figura 9.6. Porcentaje mínimo de amadura longitudinal para satisfacer criterio de ancho de fisuras
Figura 9.7. Porcentaje mínimo de armadura longitudinal Para satisfacer criterio de tensión en acero
donde:
4) Se adopta N diseño tal que N min ≤N diseño ≤N máx x N diseño (debe ser un entero)
En general se recomienda un mínimo de 0.6% de armadura longitudinal, aunque en zonas muy frías
puede adoptarse un mínimo de 0.7%.
Como advertencia se debe tener en cuenta que el porcentaje de armadura determinado corresponde a un
espesor de losa proyectado, pero si en obra el espesor de la losa resulta mayor del previsto, el
porcentaje de armaduras a colocar es menor. Este incremento puede surgir de dos causas: o bien por
mal control de obra se construye la losa de más espesor, o bien el hormigón se cuela en los vacíos de la
subbase en una cantidad importante incrementando el espesor de la losa.
Tabla 9.9
Esta armadura se coloca tanto en pavimentos con juntas (JRCP) o en pavimentos continuos (CRCP). Se la
coloca en zonas donde son de esperar fisuras longitudinales que se mantienen cerradas permitiendo una
buena transferencia de cargas minimizando la entrada de agua.
Para el cálculo puede usarse el gráfico de la Figura 9.3 donde la longitud de losa es reemplazada por la
distancia entre bordes longitudinales libres. Si en una junta longitudinal hay barras de unión, esta junta
no es un borde libre. La fórmula del ábaco de la Figura 9.3 puede transformarse en separación entre
barras:
As
Υ= 100 (9.14)
Pt D
donde:
Se recomienda que la separación entre barras, Y, esté entre 36 y 60 pulg (914 a 1524 mm).
Estas barras van ubicadas a lo largo de las juntas longitudinales o entre el borde de calzada y una berma
vinculada. El objetivo de estas barras es evitar la separación entre carriles de circulación o el descenso de
una respecto a la otra. Sin embargo, no deben unirse muchas losas ya que esto restringiría demasiado el
movimiento entre losas creando problemas. El ancho máximo de pavimento que se recomienda unir es de
11.6 m (es decir dos carriles de 3.7 m de ancho, una berma externa de 3 m y una berma interna o faja
de seguridad de 1.2 m de ancho).
En las Figuras 9.8 y 9.9 se encuentran ábacos para determinar el espaciamiento entre barras para
diámetros de barras de 16 mm y 13 mm (5/8 pulg y 1/2 pulg respectivamente). Se entra en abscisas con
la distancia al borde libre más cercano y se sigue verticalmente hasta cortar la curva de espesor de losa y
de allí horizontalmente hasta cortar el eje de ordenadas que proporciona la separación entre barras.
Estos ábacos están hechos para acero Grado 40 y factor de fricción losa - subbase o losa - subrasante
igual a 1.5.
Recientemente apareció la tabla 9.14, recomendada por la FHWA (Concrete Pavement Joints, T 5040. 30
November 30, 1990), que considera los dos tipos de acero (Grado 40 y Grado 60) y distintos tipos de
junta, machihembrada y junta a tope.
Figura 9.8. Espaciamientos máximos recomendados para barras de unión de 12 mm en pavimentos de hormigón
simple. Acero Grado 40.
Figura 9.9. Espaciamientos máximos recomendados para barras de unión de 16 mm en pavimentos de hormigón
simple. Acero Grado 40.
Tamaño barras Φ 12 mm
Acero Grado 40 Grado 60
Dist. borde libre (m) 3.0 3.6 4.8 6.7 7.3
3.05 3.65 4.88 6.71 7.32
Dist. Losa mm Tipo de junta 5 5 8 1 2
0.9 0.7 0.5 0.4
Machihembrad 0.4
4 9 8 1 1.42 1.88 0.89 0.64 0.58
229 a 3
0.6 0.5 0.4 0.2 1.02 0.86 0.64 0.46 0.41
Junta a tope 0.3
6 6 1 8
0.8 0.7 0.5 0.4 0.3
Machihembrad
6 1 6 1 6 1.3 1.07 0.81 0.58 0.51
254 a
0.6 0.5 0.4 0.2 0.2 0.91 0.76 0.58 0.41 0.36
Junta a tope
1 1 1 8 5
0.7 0.6 0.5 0.3 0.3
Machihembrad
9 4 1 8 3 1.19 0.97 0.74 0.53 0.48
279 a
0.5 0.4 0.3 0.2 0.2 0.86 0.69 0.53 0.38 0.36
Junta a tope
6 6 6 8 3
0.7 0.5 0.4 0.3 0.3
Machihembrad
1 8 6 3 0 1.07 0.89 0.69 0.48 0.46
305 a
0.5 0.4 0.3 0.2 0.2 0.76 0.64 0.48 0.36 0.33
Junta a tope
1 1 3 3 3
Tamaño barras Φ 16 mm
Acero Grado 40 Grado 60
Dist. borde libre (m) 3.0 3.6 4.8 6.7 7.3
3.05 3.65 4.88 6.71 7.32
Dist. Losa mm Tipo de junta 5 5 8 1 2
1.5 1.2 0.9 0.6 0.6
Machihembrad
0 4 1 6 1 2.24 1.85 1.40 1.02 0.91
229 a
1.0 0.8 0.6 0.4 0.4 1.60 1.32 0.99 0.74 0.66
Junta a tope
7 9 6 8 3
1.3 1.1 0.8 0.6 0.5
Machihembrad
5 2 4 1 6 2.01 1.68 1.24 0.91 0.81
254 a
0.9 0.7 0.6 0.4 0.4 1.42 1.19 0.89 0.66 0.58
Junta a tope
7 9 1 3 1
1.2 1.0 0.7 0.5 0.5
Machihembrad
2 2 6 6 1 1.83 1.52 1.12 0.81 0.76
279 a
0.8 0.7 0.5 0.4 0.3 1.30 1.09 0.79 0.58 0.53
Junta a tope
6 4 3 1 6
1.1 0.9 0.7 0.5 0.4
Machihembrad
2 1 1 1 6 1.68 1.40 1.04 0.76 0.71
305 a
0.7 0.6 0.5 0.3 0.3 1.19 0.99 0.74 0.53 0.51
Junta a tope
9 6 1 6 3
En la Figura 9.10 se muestra esquemáticamente cuál es la distancia al borde libre a tener en cuenta para
usar los ábacos de las Figuras 9.9 y 9.10 o la tabla 9.14. "0" indica bordes libres, para juntas como la "1”
la distancia a considerar es W1, mientras que para la junta "2" la distancia a considerar es la W2.
Las juntas permiten la contracción y expansión del pavimento, lo cual libera de tensiones a la losa.
Básicamente existen tres tipos de juntas:
Juntas de contracción. Son las que se construyen para controlar las fisuras por liberación de tensiones
debidas a temperatura, humedad y fricción.
Juntas de expansión. Son las que permiten el movimiento del pavimento sin dañar las estructuras
adyacentes (puentes y alcantarillas).
Juntas de construcción. Son las que se colocan al final del día de trabajo o por otro tipo de interrupción
en el hormigonado. Preferentemente deben coincidir con una junta de contracción.
Figura 9.11. Cantidad de fisuras transversales en función de la longitud de la losa, de acuerdo a estudios hechos en
Minnesota y Michigan
La AASHTO recomienda que el espaciamiento entre juntas en pies no supere dos veces el espesor de la
losa en pulgadas. Como 1 pie equivale a 12 pulgadas, el espaciamiento máximo debe ser 24 veces el
espesor de la losa. Por otro lado, el espaciamiento no debe ser mayor que 1.25 veces el ancho de la losa.
Siempre se debe usar el menor de ambos valores.
En la Figura 9.12 se muestran las recomendaciones de la PCA en cuanto a separación máxima en función
del espesor de losa para distintas condiciones de soporte (subbase no estabilizada y subbase
estabilizada). De acuerdo a esta figura, la separación entre juntas no debe exceder 6.1 m (20 pies). Sin
embargo, este valor se considera demasiado grande. El IBCH recomienda no superar los 4.50 m, valor
que debería usarse para losas mayores o iguales a 22 cm de espesor.
Figura 9.12. Espaciamiento máximo recomendado en función del espesor de losa y distintas condiciones de soporte
(ACPA y PCA, 1990)
Para el caso de pavimentos de hormigón armado con juntas, el espaciamiento máximo puede ser de 9.1
m (30 pies). Sin embargo, este valor también resulta excesivo y se debería reducir.
Son juntas que se ubican a un cierto ángulo con respecto a la línea central. Se ubican en el sentido
contrario a las agujas del reloj con respecto a la dirección del tránsito, de manera tal que el ángulo
obtuso en el borde externo esté en la losa de adelante. El esviaje a adoptar es de 0.60 por carril, lo cual
da un ángulo de 80º con la línea central. El objetivo de las juntas oblicuas es minimizar el efecto de fallas
de juntas, ya que reciben alternadamente la carga de una u otra rueda y no las dos simultáneamente. De
esta manera se logra mejorar la calidad del pavimento. (Figura 9.13)
Es importante explicar que el ángulo de esviaje no debe ser muy grande para que no se produzcan
fisuras cerca de las juntas y que esta solución no puede emplearse cuando se usan canastillos para
barras pasajuntas puesto que las mismas deben ser paralelas al eje y construir un canastillo de esas
características y colocarlo perfectamente alineado no es una tarea fácil, sin embargo existen algunos
insertadores automáticos de barras montados sobre pavimentadoras deslizantes que permiten el
colocado de barras enviajadas garantizando su correcta alineación. Únicamente en este caso sería
recomendable esta solución con barras de transferencia, de lo contrario su uso quedaría restringido al
caso de losas sin pasadores.
También llamado "random spacing", consiste en colocar una serie de distintos espaciamientos que se
repiten según un patrón determinado. Se lo hace para evitar la resonancia en vehículos cuando transitan
a una determinada velocidad en una calzada con una separación constante entre juntas. Se lo
recomienda para el caso en que la máxima separación entre juntas no excede de 4.6 m (15 pies). Es un
aspecto poco utilizado y considera el uso de un patrón de distintas separaciones entre juntas, de acuerdo
a investigaciones se mostró que los patrones del espaciamiento de la losa de 2.30 m o menos deben ser
evitados (Guía de Diseño AASHTO, Parte 2, Capítulo 3 inciso 3.3.2.).
Las cargas de tránsito deben ser transmitidas de una manera eficiente de una losa a la siguiente a través
de las juntas para minimizar las deflexiones en las mismas. Las deflexiones excesivas producen bombeo
de la subbase y posteriormente fisuración. La transferencia de cargas en juntas se puede lograr mediante
trabazón entre agregados o mediante dispositivos mecánicos llamados barras pasadoras o pasajuntas.
Como se verá más adelante las barras pasajuntas se colocan en las juntas transversales que son las más
solicitadas por el tráfico, sin embargo, la junta longitudinal también está sujeta al paso de camiones de
un carril a otro y aunque en menor magnitud requiere de transferencia de cargas.
Puesto que la junta longitudinal en el caso de carreteras cuenta con una barra de amarre, la misma no se
separa lo que maximiza la interacción de agregados. Las barras de amarre son normalmente de 12 mm y
también cooperan con la transferencia. Adicionalmente, en la Figura 9.14 se indican recomendaciones
para juntas machihembradas, aunque esta práctica está perdiendo vigencia puesto que se debilita la
sección de la losa y pueden producirse fisuras longitudinales por debilitamiento de la sección, por lo cual
se prefiere el uso de juntas rectas con barras de amarre, las que se pueden obviar cuando se colocan
cordones de acera.
Figura 9.14. Distintos tipos de juntas longitudinales machihembradas (recomendables par losas mayores a 25 cm
de espesor)
δ no c arg ada
LTδ = (9.15)
δ c arg ada
donde:
Una transferencia de cargas perfecta o del 100% se da cuando la losa no cargada tiene una deflexión
igual a la de la losa cargada. Una transferencia de cargas nula se da cuando la losa no cargada no
experimenta ninguna deflexión. En la Figura 9.15 se ilustran los dos casos extremos.
LTσ =
(σ no c arg ada) (9.16)
σ c arg ada
donde:
Es necesario tener en cuenta que LTδ es distinto a LTσ y en la Figura 9.16 se representa la relación entre
ambas en base a resultados obtenidos mediante elementos finitos.
Cualquiera de estos dos parámetros define la eficiencia de una transferencia de cargas. Generalmente se
recomiendan transferencias de carga en deflexiones del 75% o más, pero siempre teniendo en cuenta la
magnitud de las deflexiones o tensiones. Por ejemplo un pavimento puede tener altos valores de LTδ,
pero en esquinas sus losas pueden sufrir grandes deformaciones y tensiones que pueden llevar al
bombeo de finos y posterior rotura.
En el diseño, la diferencia de una transferencia de cargas está presente en la elección del valor J, pero su
único efecto en el cálculo es incrementar o reducir el espesor de losa. Esto no es un fiel reflejo de la
realidad dado que losas de gran espesor bajo condiciones de tránsito pesado pueden tener bombeo y
fallas si no se colocan barras pasadoras.
El mecanismo de trabazón entre agregados para juntas sin pasadores disminuye cuando la junta se abre.
Si la abertura es mayor de 0.76 a 0.89 mm desaparece la trabazón entre agregados. Esto obliga a colocar
juntas más próximas.
Es recomendable colocar siempre barras pasadoras, dejando las juntas sin barras (trabajan por trabazón
entre agregados) para caminos de bajo tránsito, pavimentos urbanos o en zonas de poca amplitud
térmica.
Las características de los pasadores no requieren de grandes cálculos. Las dimensiones recomendadas
por AASHTO son:
Se recomienda embeberlas con pintura epóxica para prevenir la corrosión y posteriormente colocarles
una capa muy delgada de grasa o aceite sucio para permitir su libre movimiento. Este antiadherente
puede colocarse en la mitad de la barra o en toda la barra, recomendándose esta última opción para
facilitar el deslizamiento de la barra. En caso de utilizar equipos de alto rendimiento con insertadores
automáticos de barras, las barras deben llevar un barniz antiadherente y de ninguna manera grasa o
aceite sucio.
La profundidad de las juntas longitudinales y transversales debe ser tal que asegure que la fisura tendrá
lugar en ese sitio. La profundidad de las mismas debe ser:
Estas juntas pueden hacerse por aserrado, colocando moldes metálicos o plásticos o formando juntas. La
manera más común de hacer la junta es por aserrado y es quizás la más efectiva. La parte crítica de este
método es elegir bien el momento en que el mismo será ejecutado. Un aserrado ejecutado muy pronto
puede provocar un desportillamiento del hormigón en las adyacencias de las juntas y un aserrado muy
tardío producirá fisuras por la retracción del hormigón. Este tiempo es muy variable y depende de las
condiciones de curado y de dosificación del hormigón.
Para determinar las dimensiones del reservorio para ubicación del material de sellado se requiere
considerar los movimientos de apertura y cierre de la junta y tipo de material de sellado a usar. La
apertura y cierre depende de la longitud de la losa, cambios de temperatura, coeficiente térmico del
hormigón y la fricción entre losa y subbase. La apertura media en una junta es:
∆L = C L [(α c T ) + Z] (9.17)
donde:
∆L = apertura de junta por variaciones de temperatura y contracción por secado (pulg o mm)
αC = coeficiente de contracción térmica del hormigón °F-1 ó °C-1
T = rango de temperatura (diferencia de temperatura en el momento de vaciado del hormigón y la
mínima) (°F ó °C)
Z = retracción por secado del hormigón
L = espaciamiento entre juntas (pulg o mm)
C = factor de ajuste, función de la fricción entre losa y subbase. C = 0.80 para subbase granular no
tratada. C = 0.65 para subbase estabilizada.
∆L
W= (9.18)
S
donde:
Para selladores formados in situ, la profundidad del reservorio se determina en función del factor de
forma deseado para la junta (relación ancho/profundidad). Este factor de forma depende de la naturaleza
del sellador y varía entre 0.5 y 2.0, con un valor típico de 1.0 para selladores asfálticos y de 2.0 para
selladores de silicona.
Los selladores prefabricados se colocan en las juntas a presión y deben quedar comprimidos entre un 20
y un 50% de su ancho normal durante toda su vida. En este caso, las dimensiones del reservorio son
aconsejadas por el fabricante.
Para analizar la sensibilidad de las distintas variables que entran en el diseño de un pavimento de
hormigón se consideran una serie de datos y se hace variar uno de ellos por vez manteniendo constantes
los restantes. Esto se puede hace mediante el programa DIPAV. En la Figura. 9.17 se muestra la entrada
de datos tal como aparece en pantalla.
En la Figura 9.18 se muestra el efecto del tránsito sobre el espesor de la losa. Un incremento en ESALs
de 2 a 30 millones produce un incremento en el espesor de 105 mm. Este incremento es más importante
a bajos niveles de tránsito; de aquí se puede concluir que el efecto del tránsito es más pronunciado para
bajos niveles de tránsito y secciones más delgadas.
En la Figura 9.20 se ve el efecto del módulo de rotura Sc' del hormigón. Este valor tiene un gran efecto
en el espesor de la losa. Un incremento de 2.8 a 8.3 MPa (400 a 1200 psi) produce una disminución de
espesor de 156 mm, por lo que es un valor que debe ser correctamente establecido para evitar un
resultado que esté sobre o subdimensionado.
En la Figura 9.21 se muestra el efecto del módulo elástico del hormigón sobre el espesor de la losa. Se
observa que la sensibilidad es baja. En efecto, un incremento de Ec de 15 GPa a 40 GPa produce una
variación del espesor de sólo 12 mm.
Como hecho curioso, es de notar que el efecto del módulo de rotura y del módulo elástico son
antagónicos sobre el espesor de la losa, lo cual aparentemente va contra nuestra intuición. Este
fenómeno puede ser explicado por el hecho de que el módulo de rotura mide resistencia a la flexión y
que el módulo elástico mide rigidez. Las losas más rígidas son más fuertes, pero más frágiles, y por lo
tanto se fisurarán más pronto que una losa más elástica. Por este motivo es una variable que merece
especial atención.
En la Figura 9.22 se ve el efecto del módulo de reacción de la subrasante sobre el espesor de la losa. Un
incremento de k de 30 a 110 KPa/mm produce una disminución del espesor de 17 mm, por lo que la
sensibilidad es sumamente baja.
En la Figura 9.23 se ve el efecto de la confiabilidad sobre el espesor. Este varía mucho con R, si ésta es
mayor del 90%. Un incremento de la confiabilidad entre el 50 y el 90% produce el mismo incremento de
espesor de losa que variando la confiabilidad entre 90 y 99%.
En la Figura 9.24 se ve el efecto del desvío estándar de las variables sobre el espesor de la losa. El efecto
es muy pequeño y lineal debido a la forma en que está introducido So en la fórmula de diseño.
En la Figura 9.25 se aprecia el efecto del coeficiente de transferencia de carga en el espesor de diseño.
La variación es grande ya que incrementando J, de 2.4 a 4.4 se produce un incremento de espesor de
losa de 87 mm. De aquí se deduce la importancia de implementar buenos mecanismos de transferencia
de cargas y este coeficiente (a pesar de la poca guía de AASHTO), debe determinarse con precaución.
En la Figura 9.26 se muestra el efecto del coeficiente de drenaje sobre el espesor de la losa. Un
incremento de Cd produce una disminución del espesor en forma casi lineal. Si Cd aumenta de 0.80 a 1.20
se produce una disminución de espesor de 58 mm. Como se ve la sensibilidad de esta variable es
bastante importante, en este sentido, prever apropiados dispositivos de drenaje es crucial para el
desempeño de pavimentos.
• Variabilidad. Las ecuaciones 9.1 y 9.4 (de diseño) están basadas en tramos de pavimentos muy
cortos, donde la construcción y el control de calidad han sido excelentes (pistas AASHO). En la
realidad, con tramos más largos, la variabilidad en la construcción y materiales será mucho mayor
y como resultado aparecerán fallas localizadas aún antes de alcanzar la serviciabilidad final. Esto se
salva considerando niveles de confiabilidad altos (mayores del 50%).
• Limitación en materiales y subrasantes. La fórmula de diseño fue probada y verificada con los
materiales y subrasante del AASHO Road Test. Para distintos materiales es de esperar otro
comportamiento del pavimento, pero este inconveniente se salva usando valores de entrada
apropiados.
• Período de análisis muy reducido para el Road Test. Los períodos de análisis o de vida útil en los
proyectos reales son mucho mayores que los analizados en el AASHO Road Test, y en éste se
pudieron analizar las fallas por efecto del tránsito, pero no las debidas a efectos climáticos que
tardan más tiempo en desarrollarse (por ejemplo: corrosión de armaduras, levantamiento de juntas
por congelamiento, fisuras de durabilidad, reacciones álcali-agregado). Por eso es de esperar que
los pavimentos construidos en zonas de clima riguroso duren menos de lo previsto. En zonas de
clima moderado, los pavimentos pueden llegar a durar más de lo previsto.
• Diseño de juntas. En el AASHO Road Test sólo se usaron pavimentos con juntas con pasadores. La
ausencia de pasadores o el uso de otro dispositivo de transferencia de cargas pueden cambiar
notablemente la vida útil del pavimento. El tipo de base puede modificar también la transferencia
de cargas. Las recomendaciones para considerar la transferencia de cargas a través del coeficiente
J son poco claras, motivo por el cual se debería limitar el uso de los valores extremos,
especialmente de los muy bajos.
• Diseño de armaduras. El cálculo de armaduras longitudinales en pavimentos de hormigón con
juntas tiene muchas simplificaciones. En primer lugar, se supone que la losa está totalmente libre,
lo cual no es rigurosamente cierto. Si hay una cierta restricción en una o más juntas, habrá un
incremento en las tensiones del acero que pueden provocar fluencia o rotura. Tampoco se tiene en
cuenta el efecto de corrosión de armaduras. Por último, el efecto de las cargas repetidas del
tránsito no está considerado en la determinación de las armaduras longitudinales.
Para pavimentos de hormigón continuos se desprecia el efecto de la fricción de la subbase, que se cree
que puede llegar a ser un factor crítico determinante. También el ancho admisible de fisura de 1 mm
(0.04 pulg) puede considerarse muy alto, siendo recomendable un valor de 0.58 mm (0.023 pulg).
El uso exitoso del método AASHTO requiere haber adquirido experiencia y conocimientos sobre el tema.
Se recomienda que los resultados obtenidos con el método AASHTO sean comparados con otros
métodos.
Al igual que para pavimentos flexibles, hay dos maneras de encarar el cálculo: una de ellas es la que usa
el método AASHTO, o sea con fórmulas empíricas, desarrolladas a partir de pruebas en pavimentos
hechos a este fin (AASHO Road Test). Otra forma de encararlo es a través de métodos mecánicos como
el de la PCA (Portland Cement Association).
Aunque se ha avanzado mucho hacia la implementación de métodos mecánicos, estos métodos no han
tenido mucho uso, en primer lugar por la complejidad de los cálculos a realizar y también por la falta de
pruebas que verifiquen la teoría. Se deben hacer más investigaciones para determinar la respuesta de
pavimentos de hormigón al alabeo por temperatura, a la deformación por gradiente de humedad, a la
transferencia de cargas, etc. También es necesario estudiar el efecto de las características de diseño en
las fisuras transversales y otro tipo de fallas.
9.9. EJEMPLOS
Solución:
Se supone:
La calidad del drenaje es aceptable y para un tiempo próximo a la saturación del 30% resulta un
coeficiente de drenaje Cd = 0.90.
Mediante el ábaco de diseño (Figura 9.3) se tiene un espesor de losa D = 229 mm.
El módulo pasa a valer 20.7 GPa (3x106 psi), para una losa de 229 mm de espesor, el nivel mínimo de
serviciabilidad se alcanza para 6.8x106 ESALs. Si el módulo es un 25% mayor (Ec = 34.5 GPa), ese
número asciende a 5.6x106 ESALs. Se ve que un cambio del 25% en el módulo elástico produce cambios
en W18, menores del 10%.
¿Cuál será el W18 que podrá soportar la calzada si no se colocan barras pasadoras? ¿Cuál deberá ser el
espesor de la losa si se desea soportar el mismo número de ESALs?
9.9.2. Pavimento de hormigón para una autopista urbana. Se trata de un pavimento de hormigón armado
con juntas, con bermas de concreto asfáltico.
Solución:
Se supone:
po = 4.5
pt = 2.5
R = 95%
So = 0.35
Buen drenaje Cd = 1.0
Hormigón armado con juntas J = 3.2
y si D = 269 mm W18 = 9x106 ESALs (45% del W18 que se tenía antes)
Este ejemplo sirve para darnos cuenta de la importancia que tiene el módulo de rotura del hormigón.
¿Qué pasa si el pavimento está expuesto a niveles próximos a la saturación en un 30% del tiempo en
lugar del 7%?
Esto hace que el coeficiente de drenaje Cd pase de 1.0 a 0.9 y entonces W18 será de 14x106 ESALs frente
a 20x106 ESALs, la disminución es bastante menor que la que produce el módulo de rotura.
9.9.3 Se trata de un camino rural, con un W18 = 15x106 ESALs. Se coloca una base granular de 152, lo
cual da un k = 54 KPa/mm (200 pci).
Solución:
po = 4.5
pt = 2.5
R = 95%
So = 0.40
Cd = 1.0
J = 2.8
Con estos datos DIPAV da un espesor D = 265 mm. En la Figura 9.27 se muestra el aspecto que ofrece la
pantalla con los datos de entrada.
El diseño de las barras de unión puede hacerse también con DIPAV. Los datos de entrada son: grado de
acero, distancia al borde libre, espesor de losa, factor de fricción, porcentaje de tensión de fluencia en el
acero y tamaño de barras.
Para este ejemplo se usan barras de 16 mm, con acero de tensión de fluencia 276 MPa, equivalente a
Grado 40 (40 ksi). El porcentaje adoptado de resistencia de fluencia es 75%, el factor de fricción F = 1.5
y, con un espesor de losa de 270 mm, la longitud de las barras debe ser 0.76 m y el espaciamiento debe
ser 0.61 m. Los resultados pueden verse en la Figura 9.28.
Para la determinación del reservorio para la junta y diseño del material de sellado se requiere el
conocimiento del coeficiente de contracción térmica del hormigón, la variación de temperatura entre el
momento en que el hormigón es colocado y la mínima temperatura media anual, la contracción por
secado del hormigón, el factor de ajuste por fricción entre losa y subbase, el tipo de sellante, la
deformación admisible del sellante y el factor de forma. Estos datos se muestran en la Figura 9.29 y
también los resultados, indicando un ancho mínimo de reservorio, que es de 10 mm y la profundidad de
sellante, que es también 10 mm ya que el factor de forma es igual a 1. DIPAV sugiere una profundidad
mínima de corte de ampliación que está en función de la profundidad mínima de sello, de la tira de
respaldo y de la profundidad a la que queda el sello bajo la superficie de la losa.
Figura 9.29. Pantalla tal como se ve para el diseño de reservorio para el material sellante