Yanelly Guerra Diaz
Yanelly Guerra Diaz
Yanelly Guerra Diaz
Ponencia:
QUE TAN VIABLE ES EL LA PRÁCTICA DE UNA
PEDAGOGÍA CRITICA EN EL SALON DE CLASES; UNA
PERSPECTIVA DESDE LOS TEÓRICOS DE LA TEORÍA
CRÍTICA
septiembre 2007
QUE TAN VIABLE ES EL LA PRÁCTICA DE UNA PEDAGOGÍA CRITICA EN
EL SALON DE CLASES E INSTITUCIONAL; UNA PERSPECTIVA DESDE
LOS TEÓRICOS DE LA TEORÍA CRÍTICA
PRESENTACIÓN
2
Para la mejor comprensión de esta investigación me parece importante
comenzar este trabajo definiendo el concepto de Pedagogía, en términos
generales entiéndase por este, como el conjunto de saberes que se ocupan de
la educación como fenómeno típicamente social y específicamente humano. Es
por tanto una ciencia de carácter psicosocial que tiene por objeto el estudio de
la educación con el fin de conocerlo y perfeccionarlo, en este mismo sentido el
autor Miguel Ángel Vargas concibe a la pedagogía como un saber que se ha
caracterizado por su interdisciplinaridad. La pedagogía es teórica y práctica.
Teórica en la medida que caracteriza la cultura, identifica problemas y
necesidades culturales que pueden ser solucionadas con cambios por vía
educativa y, estudia la experiencia educativa y práctica y; Práctica, porque
parte de su saber se construye en la práctica educativa. Con base en la
caracterización cultural y en la identificación de problemas y necesidades,
propone soluciones educativas que tienen la intensión de transformar una
realidad, producir cambio individual, colectivo y social".1
El maestro trabaja para guiar a los estudiantes a cuestionar las teorías y las
prácticas consideradas como represivas aún las que se dan en la propia
escuela, haciendo la invitación a generar respuestas liberadoras tanto a nivel
individual como colectivo, las cuales ocasionen cambios en sus actuales
condiciones de vida.
1
Concepto abstraído de Miguel Ángel Varga (2001), “Actividades de producción oral y escrita en libros
de texto de español”. En Aproximaciones aun análisis de dos libros destinados a primer grado de
primaria. Revista Mexicana de Investigación Educativa, mayo-agosto, vol. 6, núm. 12, Consejo
Mexicano de Investigación Educativa, México.
3
se le alienta a compartir este conocimiento en un intento de cambiar la
naturaleza opresiva de la sociedad.
La teoría crítica tamben se le considera como una teoría radical que desarrolla
nuevas categorías de investigación y nuevas metodologías y que además sus
teóricos están unidos por sus objetivos: habilitar a los desposeídos y
transformar las desigualdades e injusticias sociales existentes.2
2
Stanley Aronowiz y Henry Giroux, Education Ander siege: The conservative, liberal and radical debate
over schooling, South Hadley, Massachusetts, Bergin and Garvey Publishers, Inc., 1985, pp. 69-114.
4
racionalizan la industria del conocimiento en estratos divididos de clase, que
reproducen la desigualdad, el racismo y el sexismo y que fragmentan las
relaciones sociales democráticas mediante el énfasis en la competitividad y el
etnocentrismo cultural3. Por último en el aspecto Económico, MacLaren, nos
dice que la enseñanza se reduce a un mero ayudar a los estudiantes a que
adquieran más altos niveles de habilidades cognoscitivas. Poca atención se
pone al propósito al cual esas habilidades están dirigidas. La visión moral que
subyace en este punto de vista alienta a los estudiantes a tener éxito en el
difícil mundo competitivo de las formas sociales existentes.
Algo que me parece muy interesante es que los teóricos y académicos críticos
rechazan la tarea que el capitalismo les asigna como intelectuales, como
maestros y como teóricos sociales, de servir pasivamente a las situaciones
ideológicas e institucionales existentes en las escuelas públicas. Estos
académicos creen que las escuelas sirven a los intereses de la riqueza y del
poder, mientras al mismo tiempo descalifican los valores y las habilidades de
3
McLaren, P. “Pedagogía crítica: una revisión de los principales conceptos”, en La vida en las escuelas,
una introducción a la pedagogía crítica en los fundamentos de la educación, México, siglo XXI editores,
pag. 259
4
Ibidem, pág, 258
5
Apple, M. W,; Beane, J. A. (Comp.) Escuelas democráticas. Madrid: Morata, 1977
5
los estudiantes más desposeídos de nuestra sociedad: las minorías, los pobres
y las mujeres. En resumen, los maestros de la tradición crítica sostienen que la
corriente educativa dominante mantiene una tendencia esencialmente injusta
que da como resultado la transmisión y la reproducción de la cultura del status
quo dominante.
Kozol cuestiona la infalibilidad del maestro y destaca las formas en las que los
estudiantes y los maestros pueden estar en desacuerdo en cuestiones
significativas, políticas y morales, sin perderse no obstante el respeto. Su obra
6
Jonathan Kozol, On Being a teacher, Nueva York, Continuum, 1981, p.116.
6
On being a teacher es una llamada a los maestros para que devuelva a los
estudiantes la licencia para decir no.
El trabajo de este autor proporciona al los maestros un provocativo elemento
conceptual para despedazar la base ideológica que sustenta la mayor parte de
lo que ocurre hoy en nuestros salones de clase. Pero su trabajo en más que
una herramienta útil para astillar las piedras angulares del moribundo
pensamiento educacional: también es una guía práctica de lo que deberíamos
hacer para que los muros se vengan abajo7.
7
MacLaren, P. “Educadores Cíticos: algunos ejemplos”, en La vida en las escuelas, una introducción a la
pedagogía crítica en los fundamentos de la educación, México, Siglo XXI editores, pp 235.
7
El trabajo de Freire comienza y termina con la subjetividad individual. Su
trabajo está vinculado al capital cultural del oprimido: utiliza su propio
vocabulario, ideas y valores en el encuentro para la enseñanza. Su trabajo
también intenta promover formas de conciencia que al final conducirán a la
gente a la acción y a la revolución cultural. Las teorías de Freire surgen de una
“cultura del silencio”, donde la gente es victimada y sumergida en la
“semintransitividad”; y se realizan en un proyecto revolucionario (…)
comprometido en una lucha en contra de las estructuras opresivas y
deshumanizantes.8
Estar comprometido en la acción cultural para la concientización significa no
sólo comprometerse con una forma vigorosa de crítica ideológica sino también
tomar parte en una praxis (acción basada en la reflexión) que Freire
imperturbablemente llama “utopía”. El proyecto utópico de Freire se dirige a la
necesidad de una fe básica en el diálogo y la comunidad humanos. Ser
alfabetizado no es simplemente un proceso cognitivo de decodificación de
signos, sino de vivir la vida propia en relación con los otros. La alfabetización
se convierte en una acción de forma de poder. “para emprender tal trabajo”
escribe Freire, “es necesario tener fe en la gente, solidaridad con ellos. Es
necesario ser utopista”.9 La dimensión utópica es consustancial a cualquier
proyecto revolucionario dedicado a transformar y recrear el mundo.
JOHN DEWEY
Llamado también el padre de la educación progresista. La visión general de
Dewey se aproxima al enfoque de los teóricos críticos de la pedagogía y el
cambio social. Su compromiso con las normas de mutualismo y reciprocidad y
su llamado por la renovación de la democracia, la reconstrucción de la vida
pública, y la revitalización del concepto de comunidad, ofrece mucho al
educador crítico de hoy.
Necesitamos reexaminar la importante distinción que hace Dewey entre “la
educación como función de la sociedad” y “la sociedad como una función de la
educación” en nuestro intento por crear una ciudadanía comprometida con la
8
Paulo Freire, The politics of education: Culture, power and liberation, South Hadley, Bergin and Garvey
Publishers, 1985, pp 44,50, 83
9
Freire, ibid.,63
8
lucha por la igualdad y la justicia social. La cuestión está aquí en si las
escuelas sirven y reproducen la sociedad existente o si desafían el orden social
tanto como para desarrollar y avanzar sus imperativos democráticos.10
MICHAEL APPLE
El trabajo de Michael Apple constituye un avance en la conceptualización de la
relación entre las escuelas, el campo de la cultura y la economía. En el centro
del análisis de Apple de la escuela y la sociedad están las relaciones de clase,
género, raza y las formas culturales de resistencia. Para Apple, las escuelas
son tanto aparatos productivos como reproductivos del Estado.
La contribución de Apple a la Pedagogía Crítica reside en su habilidad para
articular claramente cómo la forma de los programas, la transmisión de
diferentes conocimientos y la enseñanza como proceso laboral están
vinculadas a la lógica de la acumulación de capital. En el punto de vista de
Apple, la reforma educacional exitosa debe incluir varias dinámicas: las luchas
exteriores sobre los modos de producción, las reformas en el mercado de
trabajo, la democratización del procedimiento de toma de decisiones y las
prácticas sociales en las escuelas, y los esfuerzos de los maestros por hacer
coaliciones de clase con los movimientos progresistas en la sociedad. 11
HENRY GIROUX
Este pensador asume que las escuelas deben verse no simplemente como
espacios instruccionales, sino como complejos de culturas dominantes y
subordinadas, cada una ideológicamente vinculada al poder que poseen para
definir y legitimar una construcción particular de la realidad. Como espacios
culturales, las escuelas son terrenos impugnados en los que los diferentes
valores, convenciones y conocimientos se intersectan, yuxtaponen y excluyen
en diferentes formas. Lo maestros y todos los interesados en la educación
deben comprender cómo la cultura dominante funciona en todos los niveles
escolares, funciona para negar y, menos frecuentemente, legitimar o celebrar
10
MacLaren, P. , Ibidem, Pág. 241
11
Michael Apple, Education and power, Londres y Boston, Routledge and Kegan Paul, 1979
9
las experiencias culturales de los estudiantes que habitan las culturas
subordinadas.
Giroux sostiene que las escuelas son en parte espacios autónomos, así que los
estudiantes pueden resistir la lógica dominante y las restricciones
materializadas en las reglas y convenciones escolares. Para Giroux, la escuela
reproduce la desigualdad o intercambiar diferentes actos de resistencia y de
conducta oposicional exhibida por estudiantes hostiles. Por lo que la escuela es
una forma de producción cultural mediante la cual ciertos procesos se ponen
en movimiento: la selección y legitimación del conocimiento escolar y las
subjetividades estudiantiles, la organización y sancionamiento de las formas
particulares de experiencia y el desarrollo de formas de sojuzgación resultantes
del cumplimiento de formas y el desarrollo de formas particulares de
autoridad.12
12
MacLaren, P. , Ibidem, Pág. 244
13
Joseph Ma Puig Rovira, ¿Cómo hacer escuelas democráticas? En Revista de la Facultad de Educación
de la Universidad de Sao Paulo, julio-diciembre, año 2000 Vol.26 número 002 Universidad de Sao
Paulo, Sao Paulo, Brasil, pp. 55.
10
Aquí la escuela es un instrumento para reproducir, consolidar y optimizar la
democracia.
11
Finalmente, creo que una escuela democrática se construye dando forma
institucional a ciertos dinamismos básicos de relación humana. A saber, la
democracia en la escuela depende de que se puedan cristalizar en
prácticas pedagogías la relación afectiva, la deliberación y la cooperación.14
14
Joseph Ma Puig Rovira, ¿Cómo hacer escuelas democráticas? En Revista de la Facultad de Educación
de la Universidad de Sao Paulo, julio-diciembre, año 2000 Vol.26 número 002 Universidad de Sao
Paulo, Sao Paulo, Brasil. Pág. 57
12
BIBLIOGRAFÍA
Doug White, “Alter the divided curriculum”, en The Victorian Teacher, núm. 7,
marzo de 1983; Giroux y McLaren, “Teacher education and the politics of
engagement”, p. 228.
Freyre P. Pedagogía del oprimido Siglo XXI. México: Ediciones SA; 1980.
13
Joseph Ma Puig Rovira, ¿Cómo hacer escuelas democráticas? En Revista de
la Facultad de Educación de la Universidad de Sao Paulo, julio-diciembre, año
2000 Vol.26 número 002 Universidad de Sao Paulo, Sao Paulo, Brasil.
Paulo Freire, The politics of education: Culture, power and liberation, South
Hadley, Bergin and Garvey Publishers, 1985, pp 44,50, 83
14