L.11. - La Misericordia de Dios
L.11. - La Misericordia de Dios
L.11. - La Misericordia de Dios
Aunque no pueda ser fácil a primera vista percibir una diferencia real entre la gracia y mise-
ricordia de Dios, nos ayudará a ello el estudio detenido de su proceder con los ángeles. Él
nunca ha ejercido misericordia en éstos, porque nunca han tenido necesidad de ella al no ha-
ber ellos caído bajo los efectos de la maldición. Aun así, los ángeles son objeto de la gracia
Fundación Unánimes
La misericordia de Dios
Página 3 de 9
b. Porque los preservó de la apostasía cuando satanás se rebeló y se llevó consigo una
tercera parte de las huestes celestiales:
Apocalipsis 12:3-4
Otra señal también apareció en el cielo: un gran dragón escarlata que tenía siete
cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas tenía siete diademas. Su cola arrastró la
tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra.
____________________________________________________________________________________________________________
Fundación Unánimes www.unanimes.org P.O. Box: 27-6155 Santa Ana, Costa Rica
Fundación Unánimes
La misericordia de Dios
Página 4 de 9
Judas 1:6
Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propio ho-
gar, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran
día.
Si nos fijamos un poco más en la diferencia entre las distinciones segunda y tercera que he-
mos mencionado, notaremos que las misericordias que Dios otorga a los impíos son de natu-
raleza puramente temporal; es decir, se limitan estrictamente a la vida presente. La miseri-
cordia no se extenderá para ellos, más allá de la tumba:
Isaías 27:11
Aquél no es pueblo de entendimiento; por tanto su Hacedor no tendrá de él misericordia, ni
se compadecerá de él el que lo formó.
____________________________________________________________________________________________________________
Fundación Unánimes www.unanimes.org P.O. Box: 27-6155 Santa Ana, Costa Rica
Fundación Unánimes
La misericordia de Dios
Página 5 de 9
En este punto, puede presentarse una dificultad a algunos. La Escritura claramente define la
misericordia de Dios como eterna.:
Salmos 136:1
Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia.
Para resolver esta aparente contradicción, hay dos cosas que hay que tener en cuenta. Dios
no puede dejar jamás de ser misericordioso porque ésta es una cualidad de la esencia divina,
sin embargo el ejercicio de su misericordia es regulado por su voluntad soberana. Esto ha de
ser así, porque no hay nada ajeno a sí mismo que le obligue a actuar de una forma u otra; si
hubiese algo, ese “algo” sería supremo y Dios dejaría de ser Dios. Es la gracia soberana de
Dios la que determina el ejercicio de la misericordia divina. Así lo afirma el Señor categóri-
camente:
Romanos 9:15-16
…pues a Moisés dice: «Tendré misericordia del que yo tenga misericordia y me compadece-
ré del que yo me compadezca». Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de
Dios que tiene misericordia…
Pero no lo hace así. ¿Por qué no? Porque no es de su agrado y propósito el hacerlo. Menos
aún pueden ser los méritos de la criatura los que hagan que Él conceda sus misericordias so-
bre ella, porque el hablar de ‘misericordias’ merecidas sería una contradicción. Obras y mi-
sericordia son opuestas una a la otra.
Tito 3:5
Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericor-
dia…
No son tampoco los méritos de Cristo los que mueven a Dios a otorgar sus misericordias so-
bre los elegidos:. Es “a través” o por causa de la tierna misericordia de Dios, que Cristo fue
enviado a su pueblo:
Lucas 1:78-79
…por la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó desde lo alto la aurora,
para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, para encaminar nuestros
pies por camino de paz.
Los méritos de Cristo fueron el medio y no la causa para que Dios, justamente, concediera
misericordias espirituales a sus escogidos, al haber sido satisfecha plenamente la justicia por
el Sustituto. La misericordia proviene solamente de la propia voluntad soberana de Dios.
____________________________________________________________________________________________________________
Fundación Unánimes www.unanimes.org P.O. Box: 27-6155 Santa Ana, Costa Rica
Fundación Unánimes
La misericordia de Dios
Página 6 de 9
4. ¿Y los no creyentes?
Debemos observar detenidamente a quienes es mostrada su misericordia. Aun el arrojar a los
reprobados al lago de fuego es un acto de misericordia. Debemos considerar el castigo de los
impíos desde tres puntos de vista.
4.1. Es un acto de justicia
Desde el punto de vista de Dios, la condenación de los incrédulos es un acto de justi-
cia que vindica su honor. La misericordia de Dios nunca se muestra en perjuicio de su
santidad y justicia. Para los impíos, será un acto de equidad y merecimiento el hacer-
les sufrir el castigo debido a sus iniquidades. Pero, desde el punto de vista de los re-
dimidos, el castigo de los impíos (y no de ellos) es un acto de misericordia indecible
al haber sido descargado el castigo merecido por los creyentes sobre el eterno Hijo de
Dios hecho hombre… Jesús
Este acto fue de venganza sobre Faraón y los suyos, pero, para los israelitas, fue un
acto poderoso e intenso de “misericordia”.
____________________________________________________________________________________________________________
Fundación Unánimes www.unanimes.org P.O. Box: 27-6155 Santa Ana, Costa Rica
Fundación Unánimes
La misericordia de Dios
Página 7 de 9
cen: “No creo que Dios me eche jamás al infierno; es demasiado misericordioso”. Tal
esperanza es como una víbora que se anida en el pecho… y les causará la muerte.
Sí, Él ha dicho que condenará a los impíos enviándolos al lugar de los muertos y de-
fine a los malos como aquellos que se olvidan de Él:
Salmo 9:17
Los malos serán trasladados al seol, todas las naciones que se olvidan de Dios.
5. El abuso de la misericordia
Es muy grave ver cuántos hay que abusan de esta perfección divina. Continúan despreciando
la autoridad de Dios, pisoteando sus leyes, viviendo en pecado y así y todo, se precian de su
misericordia. Dios no será injusto consigo mismo. Él demanda santidad a aquellos que Él re-
dimió pues Él mismo ha puesto la imagen de Su Hijo en ellos:
Romanos 8:29
A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la ima-
gen de su Hijo…
Levítico 20:7
Santificaos, pues, y sed santos, porque yo, Jehová, soy vuestro Dios. Guardad mis estatutos
y ponedlos por obra. Yo soy Jehová, el que os santifico.
1 Pedro 1:14-16
Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra
ignorancia, sino, así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir, porque escrito está: «Sed santos, porque yo soy santo».
Aquellos que creen que la misericordia de Dios es inferior a Su justicia, están equivocados.
La justicia divina tiene dos momentos de ejecución: Sobre los impenitentes que la merecen o
sobre su Hijo a favor de los perdonados. La misericordia se muestra sobre los segundos y no
sobre los primeros.
Los que piensan que la misericordia de Dios los alcanzará y siguen pecando estarían dicien-
do: “Hagamos males para que vengan bienes”. De los que así hablan, está escrito:
Romanos 6:1-2
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De nin-
guna manera!
____________________________________________________________________________________________________________
Fundación Unánimes www.unanimes.org P.O. Box: 27-6155 Santa Ana, Costa Rica
Fundación Unánimes
La misericordia de Dios
Página 8 de 9
Cristo es el propiciador espiritual, y todos los que desprecian y rechazan su autoridad pere-
cerán “en el camino, cuando se encendiere un poco su furor”
Salmos 2:10-12
Ahora, pues, reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra.
Servid a Jehová con temor y alegraos con temblor.
Honrad al Hijo, para que no se enoje y perezcáis en el camino, pues se inflama de pronto su
ira.
¡Bienaventurados todos los que en él confían!
6. En conclusión
Sea nuestro último pensamiento el de las misericordias espirituales de Dios para su propio
pueblo. Como dice el salmista:
Salmos 57:10-11
Te alabaré entre los pueblos, Señor; cantaré de ti entre las naciones, porque grande es has-
ta los cielos tu misericordia y hasta las nubes tu verdad. ¡Exaltado seas, Dios, sobre los cie-
los! ¡Sobre toda la tierra sea tu gloria!
En la carta enviada por el apóstol Pablo a los creyentes en Roma, los elegidos somos llama-
dos “vasos de misericordia”. En esta carta Pablo hace una larga disertación sobre la miseri-
cordia divina y la gracia soberana de la elección:
____________________________________________________________________________________________________________
Fundación Unánimes www.unanimes.org P.O. Box: 27-6155 Santa Ana, Costa Rica
Fundación Unánimes
La misericordia de Dios
Página 9 de 9
Romanos 9:23-24
Él, para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de miseri-
cordia que había preparado de antemano para gloria. A estos también ha llamado, es decir,
a nosotros, no solo de los judíos, sino también de los gentiles.
El tiempo nos faltaría para hablar de la misericordia que conserva, sostiene, perdona y pro-
vee. Para los suyos, “Dios es el Padre de misericordias”. Sus misericordias son constantes,
actuales y eternas. Es precisamente por eso que Él es nuestro Dios… el Dios de la miseri-
cordia.