Mantenimiento Del Departamento de Producción
Mantenimiento Del Departamento de Producción
Mantenimiento Del Departamento de Producción
1) Mantenimiento:
Se define como un conjunto de actividades desarrolladas con el fin de asegurar que cualquier
activo continúe desempeñando las funciones deseadas o de diseño.
Por ello la función de mantenimiento no debe considerarse en la actualidad como una función
menor, sino como una función que asegura la vida de la empresa y cuya actualización técnica y
organizativa es totalmente necesaria, debiendo estar la preocupación de la dirección en la
misma al nivel de la de producción, asegurando su evolución y rentabilidad, integrándola y
relacionándola con el resto de funciones de la empresa, no limitándola a una función menor,
encargada de engrases, puestas a punto, reparaciones de averías, etc., y que figura
habitualmente en la cuenta de gastos generales.
El mantenimiento industrial no debe ser tomado a la ligera, pues es en el se engloban temas tan
importantes y trascendentales como el correcto aprovechamiento de los recursos y la seguridad
del personal.
Políticas de mantenimiento:
- Determinación del personal que tendrá a su cargo el mantenimiento, esto incluye, el tipo,
especialidad, y cantidad de personal.
- Determinación del tipo de mantenimiento que se va a llevar a cabo.
- Fijar fecha y el lugar donde se va a desarrollar el trabajo.
- Fijar el tiempo previsto en que los equipos van a dejar de producir, lo que incluye la hora
en que comienzan las acciones de mantenimiento, y la hora en que deben de finalizar.
- Determinación de los equipos que van a ser sometidos a mantenimiento, para lo cual debe
haber un sustento previo que implique la importancia y las consideraciones tomadas en
cuenta para escoger dichos equipos.
- Señalización de áreas de trabajo y áreas de almacenamiento de partes y equipos.
- Stock de equipos y repuestos con que cuenta el almacén, en caso sea necesario
reemplazar piezas viejas por nuevas.
- Inventario de herramientas y equipos necesarios para cumplir con el trabajo.
- Planos, diagramas, información técnica de equipos.
- Plan de seguridad frente a imprevistos.
2) Funciones:
- Seleccionar y capacitar al personal capacitado para que cumpla con los menesteres y
responsabilidades reemplazando inclusive a trabajadores calificados.
- Planear y programar en forma conveniente la labor del mantenimiento.
- Disponer de relevación de máquinas, equipos en general y equipo de trabajo de producción
para llevar a cabo las labores de mantenimiento planeado.
- Conservar en buen estado, reparar y revisar maquinaria y equipo de producción.
- Conservar en buen estado y reparar locales, instalaciones, mobiliario y equipo de oficina.
- Instalar, distribuir o retirar maquinaria y/o equipo con miras a facilitar la producción.
- Revisar las especificaciones estipuladas para la compra de nueva maquinaria, equipo y
proceso con objeto de asegurar que estén de acuerdo con las ordenanzas del
mantenimiento.
- Escoger y proveer, en los plazos requeridos, los consumibles y las piezas de recambio
necesarios.
- Iniciar y sostener los programas de conservación para la adecuada utilización e instalación
de consumibles y reemplazos.
- Proporcionar servicio de limpieza en toda la empresa.
- Juntar, seleccionar y almacenar adecuadamente de desechos reutilizables.
- Preparar estadísticas para su incorporación a los procedimientos y normas de
mantenimiento, tanto locales como de toda la empresa.
- Elaborar en tiempo y forma las requisiciones de herramientas, consumibles, refacciones,
etc. para ejecutar debidamente los programas de mantenimiento.
- Cerciorarse de que los inventarios de piezas de reserva, accesorios de mantenimiento y
partes de repuesto especiales sean conservados en un nivel óptimo.
- Conservar en excelente estado de mantenimiento y operación los dispositivos de seguridad
y cuidar de que se conserven las normas de seguridad de la empresa.
-
3) Tipos de mantenimiento:
4) Ventajas y desventajas:
Ventajas:
Un buen mantenimiento puede resumirse en calidad, seguridad, eficiencia, eficacia y
rentabilidad.
• El mantenimiento no puede quedar fuera por qué la calidad juega un papel fundamental
para la venta de un producto o un servicio.
Desventajas:
El mantenimiento como herramienta es fundamental para el buen funcionamiento de la
empresa, teniendo en cuenta que el mismo repercute directamente en todo el proceso
productivo.
• Afecta la producción ya que se realiza cuando existe alguna falla o avería en el sistema.
• Se suele hacer con una baja calidad en las reparaciones debido a la rapidez con que se
debe realizar el mismo y la prioridad de reponer antes que reparar definitivamente.
• Por todo ello el mantenimiento se justifica en máquina o instalaciones donde los paros
intempestivos ocasionan grandes pérdidas, donde las paradas innecesarias ocasionen
grandes costos.
2) Trabajos de carácter correctivo en equipo que ha fallado o está a punto de fallar y que se
pueden planificar y programar, comúnmente conocidos como mantenimiento correctivo
programado.
Algunos aspectos claves a tomar en cuenta para lograr una buena identificación del trabajo, son
los siguientes:
• Debe haber métodos claros para que el trabajo identificado sea registrado y comunicado a los
planificadores. Esto puede ser a través de alguna forma de notificación de trabajo/solicitud en
su CMMS o tal vez a través de un libro de registro en una organización pequeña.
• Capacitar al personal para que no sólo sea capaz de identificar, registrar y comunicar el
potencial trabajo correctivo (en su CMMS), sino también asegurarse de incluir una descripción
clara y concisa de los equipos, su ubicación, el problema encontrado y evitar los intentos de
proporcionar una solución al problema. La información en términos vagos y generales no ayudan
a los planificadores a identificar el problema y las correcciones sugeridas sólo pueden tratar los
síntomas y no el problema real. Ambos pueden conducir a desperdiciar tiempo que necesita el
planificador para tratar de entender el verdadero problema y la solución requerida.
• Las notificaciones y las solicitudes de trabajos deben ser revisadas regularmente (diariamente
como mínimo) para:
Asegurarse de que los problemas potenciales no sean ignorados, sobre todo aquellos en los que
las consecuencias de la falla podrían ser importantes si no se abordan de manera oportuna.
Asignar una prioridad adecuada para la ejecución de los trabajos, basada en el riesgo
(probabilidad y consecuencia). Esto, luego generará una lista priorizada de las órdenes de
trabajo, requisito esencial para la programación del trabajo. Esta priorización debe ser el
resultado del consenso entre las operaciones/producción y mantenimiento.
Ahora que el trabajo ha sido identificado y priorizado, el trabajo deberá planificarse. Una
planificación adecuada del trabajo que va a ser programado, ya sea preventivo o correctivo,
responderá a las preguntas:
• ¿Qué herramientas, equipos u otros recursos, incluidos los contratistas externos, se requerirá?
• ¿Cuáles son los riesgos del trabajo y cómo van a ser manejados?
Una planificación adecuada es una parte clave para la ejecución eficiente y eficaz de los trabajos
a ser ejecutados y contribuirá a minimizar el impacto de mantenimiento en operaciones a través
de:
• Garantizar el uso eficaz y eficiente de los recursos. No desperdiciar el tiempo del personal.
Esto significa más trabajo. Por lo tanto, si está programado, lo ideal es que sea terminado.
Naturalmente puede haber circunstancias (de hecho las hay) que impiden el cumplimiento del
programa, sin embargo, a continuación se expone algunos consejos para maximizar la
probabilidad de éxito de la programación:
• Equilibrar el trabajo programado. Con el 80% del turno asignado para el trabajo planificado,
no todo el trabajo programado debe ser el trabajo esencial de alta prioridad. Los trabajos
previstos de diferente prioridad deben ser programados dentro del turno de manera
balanceada. Por ejemplo, para las horas disponibles de trabajo programado en el turno, un
balance recomendable podría ser: 60% para trabajo de alta prioridad, 20% para trabajo de
mediana prioridad y 20% para trabajo de baja prioridad. El compromiso con este balance del
trabajo con distintas prioridades logra tres objetivos:
2. Demuestra y proporciona confianza al personal, que se está haciendo algo acerca de las tareas
de menor prioridad. Esto anima a la presentación de continua de reportes de todo tipo de
problemas, no sólo aquellos que son percibidos como de alta prioridad.
3. Proporciona una reserva (colchón) adicional para cualquier tipo de mantenimiento por avería
que puede tomar más tiempo que el 20% de contingencia original. En este escenario, el objetivo
es que si la avería compromete el tiempo asignado, se podrán posponer los trabajos de menor
prioridad y los trabajos de alta prioridad se han completado y el riesgo residual en el equipo
cuando se libera de nuevo a las operaciones se reduce al mínimo.
Con la planificación y programación de los trabajos se pretende que durante la ejecución sea
difícil hacer las cosas de manera incorrecta y sea fácil hacer las cosas correctamente. Cuando se
trata de minimizar los errores en la ejecución de los trabajos y por tanto minimizar las pérdidas,
deben llevarse a cabo los siguientes pasos:
• Asegurar que el personal haya sido capacitado adecuadamente y estén evaluados como
competentes para ejecutar el trabajo.
• Para las tareas críticas y de alta prioridad, incorporar controles de terminación de trabajo
adicionales a los supervisores o implementar controles especiales realizados por evaluadores
independientes que debe asegurarse de que el trabajo se ha hecho correctamente.
• Asegúrese que los supervisores periódicamente revisen el progreso de su equipo durante todo
el día. Por alguna razón son llamados supervisores.
• Crear instrucciones de trabajo de alta calidad que sean claras y concisas. Elimine cualquier
ambigüedad o confusión potencial sobre lo que hay que realizar. Estas instrucciones idealmente
deberían definir las especificaciones que debe cumplir el trabajo a realizar y lo que hay que hacer
si no se cumple con esas especificaciones. Una vez creadas, estas instrucciones deben
configurarse para que sean controladas y se incluyen como parte del paquete de trabajo de la
actividad de mantenimiento correspondiente.
El paso final es asegurarse de que cuando el trabajo se haya completado, las órdenes de trabajo
registren toda la información relevante que es necesaria para apoyar las necesidades y objetivos
de su organización. Generalmente las razones por las que es necesario registrar con precisión
esta historia es capturar los costos, apoyar el análisis de fallas, apoyar las mejoras del
desempeño y apoyar la mejora continua del sistema de gestión, incluidas las tareas e
instrucciones de trabajo asociado. La precisión y la profundidad de esta información para apoyar
estos análisis pueden ayudar a mejorar la confiabilidad del equipo (que reduce el mantenimiento
no programado), mejorar la estimación de la duración de los trabajos, los recursos utilizados, la
calidad y la exactitud de las instrucciones de trabajo. Si la precisión y profundidad de la
información registrada en la orden del trabajo terminado no está disponible, entonces cualquier
esfuerzo de mejoramiento será difícil o imposible.
HEINTZELMAN (1999)(19):
2. Antes de emitir comentarios sobre los resultados del análisis de índices, el órgano de control
debe estar seguro de que los datos que les dieron origen son confiables.
3. El análisis debe tener observaciones negativas que deben estar acompañadas de sugerencias
de alternativas para mejorar que deben ser discutidas con los supervisores del área de ejecución
de mantenimiento antes del registro en el informe de análisis.
5. Establecer metas para la mejora de los índices, junto con el área ejecutante. Es importante,
para el trabajo con los indicadores, tener presente los errores o defectos más usuales en los que
se ha incurrido en los lugares donde se ha trabajado en este sentido, los mismos son los
siguientes:
-Escasa o nula identificación de la relación existente entre el índice y los factores críticos.
El TPM (Mantenimiento Productivo Total) surgió en Japón gracias a los esfuerzos del Japan
Institute of Plant Maintenance (JIPM) como un sistema destinado a lograr la eliminación de las
llamadas <seis grandes pérdidas> de los equipos, con el objetivo de facilitar la implantación de
la forma de trabajo “Just in Time” o “justo a tiempo”.
TPM es una filosofía de mantenimiento cuyo objetivo es eliminar las pérdidas en producción
debidas al estado de los equipos, o en otras palabras, mantener los equipos en disposición para
producir a su capacidad máxima productos de la calidad esperada, sin paradas no programadas.
Esto supone:
• Cero averías
El mantenimiento ha sido visto tradicionalmente con una parte separada y externa al proceso
productivo. TPM emergió como una necesidad de integrar el departamento de mantenimiento
y el de operación o producción para mejorar la productividad y la disponibilidad. En una empresa
en la que TPM se ha implantado toda la organización trabaja en el mantenimiento y en la mejora
de los equipos.
• Participación de todo el personal, desde la alta dirección hasta los operarios de planta.
Incluir a todos y cada uno de ellos permite garantizar el éxito del objetivo.
El análisis cuidadoso de cada una de estas causas de baja productividad lleva a encontrar las
soluciones para eliminarlas y los medios para implementar estas últimas. Es fundamental
que el análisis sea hecho en conjunto por el personal de producción y el de mantenimiento,
porque los problemas que causan la baja productividad son de ambos tipos y las soluciones
deben ser adoptadas en forma integral para que tengan éxito.
Desde un punto de vista práctico, implantar TPM en una organización significa que el
mantenimiento está perfectamente integrado en la producción. Así, determinados trabajos de
mantenimiento se han transferido al personal de producción, que ya no siente el equipo como
algo que reparan y atienden otros, sino como algo propio que tienen que cuidar y mimar: el
operador siente el equipo como suyo.
Existe una diferencia fundamental entre la filosofía del TPM y la del RCM: mientras que en la
primera son las personas y la organización el centro del proceso, es en estos dos factores en los
que está basado, en el RCM el mantenimiento se basa en el análisis de fallos, y en las medidas
preventivas que se adoptarán para evitarlos, y no tanto en las personas.
El Japan Institute of Plant Maintenance (JIPM) desarrolló un método en siete pasos cuyo objetivo
es lograr el cambio de actitud indispensable para el éxito del programa. Los pasos para desarrollar
es cambio de actitud son los siguientes:
En esta fase se busca limpiar la máquina de polvo y suciedad, a fin de dejar todas sus partes
perfectamente visibles. Se implementa además un programa de lubricación, se ajustan sus
componentes y se realiza una puesta a punto del equipo (se reparan todos los defectos
conocidos)
Fase 2. Medidas para descubrir las causas de la suciedad, el polvo y las fallas
Una vez limpia la máquina es indispensable que no vuelva a ensuciarse y a caer en el mismo
estado. Se deben evitar las causas de la suciedad, el polvo y el funcionamiento irregular (fugas
de aceite, por ejemplo), se mejora el acceso a los lugares difíciles de limpiar y de lubricar y se
busca reducir el tiempo que se necesita para estas dos funciones básicas (limpiar y lubricar).
En esta fase aparecen de nuevo las dos funciones de mantenimiento primario o de primer nivel
asignadas al personal de producción: Se preparan en esta fase procedimientos estándar con el
objeto que las actividades de limpieza, lubricación y ajustes menores de los componentes se
puedan realizar en tiempos cortos.
La última fase tiene como objetivo desarrollar una cultura hacia la mejora continua en toda la
empresa: se registra sistemáticamente el tiempo entre fallos, se analizan éstos y se proponen
soluciones. Y todo ello, promovido y liderado por el propio equipo de producción.