Entrevista de Devolucion PDF
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Dra. Marta Ruiz Rossi; Lic. Aída Fernández; Psic. Laura Silveira
de Gallardo; Dra. Beatriz Estable de Abdala; Psic. Amalia Super-
vieLle; Reed. Psicom. Jeannette podbielevi.ch de Wolff; Fon. Adela
PoLlak; A. S. Dora Stlafrok de David; Fon. Norma Syrowicz
deWeissman (<>J
ENTREVISTA DE DEVOLUCION
1) Definición y concepto
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Es un recorrido que hacemos juntos paciente, padres y noso-
tros (psicólogo, psiquiatra) y que a través de él podemos pro-
fundizar en la conflictiva que los trajo a consultar permitiendo
así, una apertura ya sea hacia una psicoterapia o hacia sucesivos
encuentros como los que Winnicott denomina micra entrevistas
terapéuticas. Es poder darle un sentido a todo ese material reco-
gido a través de las entrevistas con el niño y sus padres y a
veces cuando se trabaja dentro de un equipo multidisciplinario,
con lo recogido por los demás técnicos.
De la correcta elaboración de este proceso puede depender
el resultado de los futuros pasos a dar. Es menester entonces
tomar el material en su conjunto y los elementos que fueron
surgiendo durante el discurso como un texto que es necesario
descifrar. Allí, en la palabra de los padres y en el lenguaje del
hijo (muchas veces preverbal) buscaremos juntos el sentido
de una historia no historizada, tratando de llenar esa larga serie
de silencios o de hechos distorsionados, llenando los hiatus de
un tiempo no "vivido" por el niño.
Como vemos en la devolución pretendemos ir más allá de una
valoración del estado del niño en sus múltiples aspectos: emocio-
nal, intelectual, etc., va más allá de una orientación o consejos
y 10 que esperamos es que los padres también asuman una actitud
activa que reflexionen sobre todo ese material que por otra parte
hemos trabajado juntos en mÚltiples entrevistas.
Nuestra meta es que los padres se sientan tan protagonistas
como el niño de 103 sufrimientos y trastornos que éste presenta,
no con señalamiento s acusatorios que pudieran generar una an-
gustia que los desborde sino todo lo contrario: un enfoque diná-
mico donde los padres puedan ir comprendiendo las razones pri-
marias, ocultas de muchos hechos, las cuales los llevaron a esta
encrucijada en que hoy se encuentran junto con su hijo y que
frecuentemente la viven como sin salida.
En el caso de un niño psicótico por ejemplo, al acercarnos
al niño, al clamor de sus síntomas, la inclusión inmediata de los
padres es un intento de llenar los "vacíos", los "agujeros" esa
nada impensable desde donde el hacer del niño psicótico golpea
c_onsu aparente absurdo la capacidad de nuestro entender.
Allí, en el tejido de un discurso a veces incoherente e im-
pactante por su carga de muerte, tratamos de leer aquello que
en el discurso o en los actos del hijo falta definitivamente. Es
a estos "huecos", a estos "vacíos" que apuntamos en la devo-
lución. Encontrar aquellas palabras. no dichas, buscar un sen-
tido a la turbulencia de los significarítes, una re - significación,
desde la cual nOs sea posible con ellos ordenar una historia no
"vivida" no incorporada vivencialmente por los padres; un uni-
verso reprimido en ellos y que originó esas lagunas, esos vacíos
en el hijo.
Este hecho adquiere una especial trascendencia cuando se
trabaja con un enfoque te6rico que ve al niño como un aspecto
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de la conflictiva edípica de sus padres. Es ésta una tarea nada
fácil en la cual los padres forman un todo y que es necesario
discriminar con los hijos; pero también los padres deben ser to-
mados como pacientes en el sentido en que son partes de un
drama y por lo tanto personas cargadas de mucho sufrimiento.
Trabajando con estos girones de una historia no historizada,
la devolución es ordenar el devenir de un tiempo, el tiempo del
niño, al lograr que se viven cien hechos y fantasías acaecidos
a lo largo de sus vidas.
Creemos que la devolución es un acto crucial para que
acepten la "enfermedad" del hijo cuyo origen se encuentra a
veces en los padres de los padres. Esto nos va a permitir una
mayor compenetración por parte de los padres de lo que ha sido
el trabajo hasta ese momento y su colaboración o no en el po-
sible _tratamiento que vaya a iniciarse.
Si pensamos de una manera global en ese aspecto trascen-
dente que es la vida de un ser humano, eso que G. Pankow deno-
mina gráficamente como un "~ortoc)rcuito" en la estructura fa-
miliar, se comprende la razón central de que la devolución gire
alrededor de estos tópicos. De esta manera ella debe promover
las posibilidades de cambio en la dinámica de la relación fa-
miliar intersubjetiva, develando las claves profundas donde la
patología del hijo tuvo su origen.
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Pero lo que queremos destacar es la necesidad (por parte de los
técnicos), de un mismo marco referencial, para no disociar aún
más al paciente.
Los padres nos traen problemas; a veces múltiples trastor-
nos: dificultades de aprendizaje, miedos, timidez. Si existe este
marco referencial comÚn podremos mostrar al paciente y a sus
padres que toda esa sintomatología no son hechos aislados sino
que forman parte de un todo que se prolonga hacia atrás en el
tiempo del niño y en el de sus padres. Pero no sucederá así por
ejemplo si quien hizo una evaluación intelectual da meramente
el valor de su nivel bajo y quien hace la evaluación psicomotriz
de una debilidad motriz.
No es posible que los padres lo mismo el niño, crean sim-
plemente que sus dificultades matrices se van a resolver por la
reeducación psicomotriz, las escolares por la ayuda pedagógica
y sus ansiedades con un psicofármaco, sino que luego de la COn-
sulta psiquiátrica puedan tener un panorama más claro en el
que vean como las dificultades matrices san causa de su ansie-
dad y problemas escolares o a la inversa, que su ansiedad es la
causante de todas las demás dificultades.
Esta integración sólo es posible lograrla mediante el tra-
bajo conjunto del niño, padres y técnicos a través del cual es
posible la integración del paciente, como individuo integrante
de un determinado grupo familiar que se extiende a lo largo y
a lo ancho de su historia.
En el caso del paciente que ha sido visto por diferentes téc-
nicos creemos que la devolución debe hacerla el psiquiatra y si
éste trabaja con psicólogo debe ser hecha por uno de ellos pero
estando ambos presentes.
Nosotros podemos ser varios, pero el paciente es uno, aun-
que nos lo traigan con una visión muy fragmentaria; nuestra
labor fundamental es integrarlo y que los padres asimismo tam-
bién puedan hacerla para lo cual es necesario poder llenar aque-
llos "huecos" o "lagunas" de las cuales hablábamos.
Somos terminantes en afirmar que la multiplicidad de estu-
dios si no va a compañada de un respaldo teórico común podrá
aportar mucha "información" pero de ello no resulta ningún be-
neficio para el paciente, ya que no es información sino cohe-
rencia lo que podrá ayudarlo.
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Podrían discutirse situaciones tipo: en el caso de un re-
tardo, un autista, un adolescente.
Muchas veces los padres creen o quieren creer que el niño
no sabe numerosos hechos de su propia historia o la de sus padres.
Creemos que es así donde está frecuentemente, por no decir siem-
pre, lo no d~cho o lo contradictorio '1'cuando las palabras enmu-
decen hablan los síntomas". Y es ahí hasta donde es necesario
llegar. El rol activo y vivencial de los padres es por lo tanto fun-
damental. La conflictiva edípica debe ser clarificada en el proceso
de todas las entrevistas hasta llegar a esta visión más global de
la devolución, momento en el cual parcitipamos todos tratando de
alcanzar una mayor concientización vivenciada de los trastornos
que los aquejan.
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blema. De ahí que la pregunta "¿qué tiene?" es mucho más fre-
cuente que otras como por ejemplo "¿cómo puede curarse?" o
"¿qué tenemos que hacer?".
El diagnóstico es siempre un corte transversal y nuestra
tarea con el niño y sus padres es dar vida y sentido a una his-
toria y la historia se hace en el devenir.
¿Se debe hablar del pronóstico? Sí, pero haciendo énfasis
de que el mismo depende de lo modificable, no del dia~nóstico.
¿Qué hacer en el caso de que los padres no puedan modi-
ficar su postura?
Es necesaria la búsqueda de otro familiar, a ver cuanto po-
demos contar con las partes sanas del niño, de lo contrario poco
o nada se puede hacer.
Muchas veces los padres no pueden hacerse cargo de estas
situaciones solos, pero sí con la ayuda del especialista que les
alivia la culpa y calman su ansiedad. ¿Qué se debe decir acerca
del tratamiento? Como decíamos, de una adecuada devolución
depende el tratamiento y por lo tanto el pronóstico.
Es importante y sobre todo en el caso de niños psicóticos
que los padres sientan el papel que ellos juegan en el trata-
miento de su hijo. El problema que nos planteamos es si debe
hablarse o no de tratamientos no viables en un determinado
medio. ¿Deben o no decirse? Creemos que no hay una res-
puesta única y que depende de cada caso particular.
En suma: devolución es todo el quehacer psiquiátrico o psi-
cológico y está orientado a rehacer los girones de una historia no
vivida por el niño (y también por los padres) en la que el téc-
nico se embarca junto con el niño y su familia a rehacerla lle-
nando los huecos o lagunas que hoy están ocupados por los
síntomas.
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