Caso
Caso
Caso
SUSAMIGOS es una empresa cooperativa que brinda servicios de acompañantes a enfermos y ancianos. Los
servicios brindados por la empresa se dividen en servicios de compañía y servicios de enfermería, brindados
por personal especializado, que incluyen la realización de curaciones y tratamientos. Se formó hace 5 años a
partir de la quiebra de la empresa LESAMIS S.A. Los funcionarios de esta empresa, asesorados por técnicos
del Centro Cooperativista, decidieron hacerse cargo de la misma. Realizaron diversos convenios de pago con
proveedores, con el Banco de Previsión social y el Banco República. La deuda de la empresa por concepto de
salarios impagos se integró como aporte de capital de los cooperativistas.
En los primeros tiempos, los 70 cooperativistas estaban muy entusiasmados ante la perspectiva de tener su
propia empresa. Pero actualmente, la situación ha cambiado. Pedro Arteaga, Presidente de la comisión directiva
de la cooperativa y Cecilia Cames, Vicepresidente, se reunieron previo a una reunión de la comisión y trataron
de elaborar un listado de fortalezas y debilidades de la cooperativa. Pero, en definitiva, terminaron redactando
un listado de problemas, que incluía los siguientes aspectos:
La cooperativa está regida por un Consejo Directivo de 5 miembros. Tres de ellos (Pedro, Cecilia y José )
representan a la lista ganadora en las elecciones realizadas hace dos meses, dos ( Ana y Agustín) a la lista
que resultó en segundo lugar.
De la Comisión Directiva dependen directamente: el jefe de Operaciones, el jefe de contabilidad, el jefe de
Personal y el Jefe de Informática. Solamente el Jefe de Informática es cooperativista, los restantes
ingresaron recientemente y son funcionarios contratados.
El Jefe de Personal se queja con frecuencia que los funcionarios administrativos y de compañía
cooperativistas no acatan sus órdenes “Cállate que no eres mi jefe” “ Yo soy dueño acá, ¿sabías’ “ o
“Cuando sea directivo te echo” eran frases habituales.
La lista ganadora estaba básicamente integrada por personal administrativo y por acompañantes sin
preparación técnica. La lista que resultó segunda se integra en su totalidad por personal de enfermería. La
hora del personal de enfermería se paga más de doble que la hora del personal de compañía. Existen
también diferencias entre los distintos funcionarios: los cooperativistas cobran un 20% más que los no
cooperativistas y eligen antes los turnos.
Mientras que el personal de enfermería participa en forma entusiasta de congresos y jornadas de
actualización, el personal de compañía y el personal administrativo están escasamente calificados- en
particular, el personal cooperativista- no suelen actualizarse ni capacitarse.
El personal de enfermería llena en forma habitual una hoja de historia clínica del paciente, en tanto que el
personal de compañía no lleva ningún tipo de registro de su actuación.
En la cooperativa no existe Manual de organización, ni manuales de procedimientos, ni se ha determinado
un organigrama. Concretamente, muchos funcionarios sostienen depender directamente de la Comisión
Directiva y no reciben de buen grado las órdenes del personal de jefatura. Tal es el caso de Diego, auxiliar
de mantenimiento – en los hechos, solo recibe órdenes del propio Pedro-, de Mariela, auxiliar contable, de
Sara, auxiliar de servicio.
Continuamente están sometidos a urgencias y problemas que deben resolverse “ya”. Por ejemplo, todos los
días son habituales las filas de proveedores que desean cobrar, el jefe de contabilidad aún no ha logrado
desarrollar un presupuesto financiero. Las compras, aún las de carácter habitual, derivan en urgentes: no
hay un funcionario encargado de compras, algunas derivan directamente en la comisión directiva y otras son
decididas por quien las necesitaba – y luego el pago se deriva al consejo.
- Yo no puedo trabajar así- dijo Cecilia- Tengo la sensación de estar corriendo todo el tiempo y no haciendo
nada. Todo es urgente, todos corren, pero luego las cosas no se hacen bien.
- Yo percibo que estamos al borde del precipicio- contestó Pedro- Nos volvimos a atrasar en el pago de
sueldos... el contador dice que la situación financiera es comprometida... las nuevas regulaciones del Ministerio
no sabemos bien como nos afectan... el vale ese que tuvimos que firmar ¿qué responsabilidad tenemos?
- Siento lo mismo... todo el mundo se preocupa por nuestros clientes, el cuidado del paciente sigue siendo
nuestro objetivo y estamos muy bien conceptuados en el mercado, pero ¿a que costo? La asignación de horas,
que antes seguía un patrón preestablecido, ahora se hace de cualquier manera, hay gente que tiene 400 horas
para cobrar y gente que tiene 25... cualquiera compra, cualquiera autoriza locomociones, la plata se nos va de
las manos...
- Si, estamos bien conceptuados, pero no se por cuanto tiempo... acá todo el mundo hace la suya y no se fijan
en los demás. Cada uno tira para su lado.
- No solamente eso, sino que se hace todo más o menos. Por ejemplo, ya vi que las historias de cada cliente no
se completan... Nadie lleva el uniforme correctamente, los que llevan el pantalón del uniforme llevan cualquier
camisa y los que tienen la camisa correcta, no llevan el saco...
Al día siguiente había una reunión de la Comisión Directiva. José, que ocupa el cargo de Tesorero, es soltero,
tiene 30 años y vive solo. Es considerado por todos una persona muy franca, recta y solidaria. Es apreciado por
sus compañeros: muchos piensan que su lista ganó gracias a su presencia. Ocupa el cargo de Jefe de Cajeros
y depende de Mariela, Jefe de Contaduría. Con frecuencia, trabaja un doble turno para ayudar a Marcia, una
cajera cuyos hijos suelen enfermarse. Siempre está dispuesto a ayudar a los compañeros que precisan un
adelanto, a organizar una colecta o una reunión. No ha logrado adaptarse al nuevo sistema informático:
solamente logró aprender las bases para utilizarlo y continúa llevando las planillas en forma manual. Su
sinceridad, su forma de actuar sin dobleces ni segundas intenciones, le han ganado el aprecio de muchos, pero
asimismo le ocasionan a veces problemas. “Y yo soy así- suele decir- No voy a estar cambiando!” Todos
recurren a José cuando necesitan un adelanto de sueldos, un préstamo o cualquier otro tipo de ayuda. Al ser a
la vez Tesorero y jefe de Cajeros, firma directamente los cheques y autoriza los gastos, además de manejar la
caja chica de la organización.
Ana tiene 28 años, ingresó en la empresa originalmente como auxiliar administrativa, a los 17 años. Luego pasó
a desempeñar tareas como enfermera y recientemente, terminó la Licenciatura en Enfermería. Fue una de las
impulsoras de la formación de la cooperativa. Vive en pareja con Andrés, otro compañero de la cooperativa,
desde hace 3 años.
Ana es dinámica y se entusiasma rápidamente por todo tipo de proyectos: actúa en política, apoya distintos
emprendimientos sociales, trabaja en forma incansable. Ha tomado a su cargo la coordinación de los turnos de
enfermería, a pesar que esa es una de las funciones del jefe de Operaciones, con quien tiene continuas
discusiones. Sus compañeros, si bien valoran su energía y su capacidad de trabajo, se resienten por algunas de
sus actitudes: por ejemplo, por su tendencia a pedirle a los pacientes que soliciten sus servicios antes que los
de otros compañeros. Es frecuente que tome decisiones sin consultar, no obstante, sus decisiones son en
general acertadas. Ana ya ha tenido malas experiencias laborales, ya que trabajó en dos mutualistas que se
desfinanciaron y cerraron. Con frecuencia manifiesta que “Nunca más lo voy a permitir... No voy a dejar que la
gente juegue con mi trabajo, por eso participo”
Apenas iniciada la reunión, Ana increpó duramente a José:
- José, es imposible que tengamos eternamente problemas con los suministros! Claro, es posible porque no
pagas nada como corresponde y prefieres darle un adelanto a cualquiera.
- ¿Qué dices?? Yo pago las cosas que están autorizadas! Tu no puedes comprar.
La discusión continuó en una forma muy acalorada y al final se pudo establecer que Ana había dado la orden de
comprar una serie de suministros para enfermería, necesarios para prestar servicios a varios pacientes. Realizó
la compra en forma directa a una firma importadora, cuyos dueños eran amigos suyos y les prometió el pago al
contado. El monto total de la compra era de $ 5890. José cuenta con un fondo fijo de $ 10.000. De ese fondo
fijo, rara vez rinde cuentas, simplemente solicita su reposición cuando se acaba. Ese día tenía en el fondo fijo $
2140, ya que había pago algunos gastos menores y había dado un adelanto a un compañero por $ 6.000.
Este episodio puso de manifiesto varias cosas. La debilidad de los sistemas de control interno, la liberalidad con
la cual se pagaba – había semanas en las cuales José había solicitado 9 reposiciones al fondo fijo- , la falta de
procedimientos establecidos de compra y la tensión entre funcionarios administrativos y personal de enfermería.
La Comisión Directiva terminó la reunión con el compromiso de estudiar cada uno la situación y reunirse
nuevamente en tres días.
Esa misma noche, Ana habló con los integrantes de la Comisión Fiscal de la cooperativa: su pareja, Andrés,
Mariela, otra enfermera y Alicia. Les planteó su inquietud por lo que calificó como “graves irregularidades que
llegan casi hasta el fraude” y solicitó que la Comisión Fiscal interviniera. En una rápida gestión, la Comisión
Fiscal solicitó la intervención de la Caja y separó del cargo de Cajero a José. Asimismo, se citó a una Asamblea
de todos los cooperativistas, para el día siguiente.