Elperiodismodeentrerios PDF
Elperiodismodeentrerios PDF
Elperiodismodeentrerios PDF
ISBN 978-987-1107-16-2
1. Historia del periodismo. 1.Título
CDD 070.098 221
ISBN 978-987-1107-16-2
Academia Nacional de Periodismo
Miembros de número
Mesa Directiva
Presidente: Lauro Fernán Laíño
Vicepresidente 1º: Hermenegildo Sábat
Vicepresidente 2º: Roberto Guareschi
Secretario: José Ignacio López
Prosecretario: Fernando Sánchez Zinny
Tesorero: Osvaldo Granados
Protesorero: Hugo Gambini
Comisión de Fiscalización
Miembros titulares: Alberto Jorge Munin
Rafael Braun
Nora Bär
Miembros suplentes Bernardo Ezequiel Koremblit
Enriqueta Muñiz
Comisiones
Admisión: Enrique J. Maceira (Coordinador), José Claudio
Escribano, Ricardo Kirschbaum, Enriqueta Muñiz, Ernesto
Schóo.
Publicaciones y Prensa: Antonio Requeni (Coordinador), Fernando
Sánchez Zinny, Nora Bär, Jorge Halperín y Daniel Santoro.
Biblioteca, Hemeroteca y Archivo: Enrique Mario Mayochi
(Coordinador), Bernardo Ezequiel Koremblit.
Concursos, Seminarios y Premios: Jorge Cruz (Coordinador),
Enriqueta Muñiz, Enrique Oliva y Ernesto Schóo.
Libertad de Expresión: Bartolomé de vedia (Coordinador), Enrique
Maceira, Alberto Munin, Enrique Oliva, Nelson Castro, José
Claudio Escribano.
Ética: Roberto Guareschi (Coordinador), Rafael Braun,
Magdalena Ruiz Guiñazú y Daniel Santoro.
Comisión para la Redacción de la Historia Integral del Periodismo
Argentino: Armando Alonso Piñeiro (Coordinador), Enriqueta
Muñiz y Fernando Sánchez Zinny.
Académicos fallecidos
Emilio Abras..........................06/10/98 Luis Mario Lozzia.............31/07/03
Félix Laíño.............................07/01/99 Francisco A. Rizzuto........12/06/04
Jorge Rómulo Beovide.........26/02/99 Raúl Horacio Burzaco.....09/02/04
Roberto Tálice......................20/05/99 Fermín Fèvre......................06/06/05
Alfonso Núñez Malnero.....12/05/00 Martín Allica....................09/11/05
Germán Sopeña.....................08/04/01 Ulises Barrera...................11/12/05
Jorge Roque Cermesoni.......07/12/01 Roberto Maidana..............11/08/07
Luis Alberto Murray............31/07/02 Napoleón Cabrera............15/08/09
Félix Luna..........................05/11/09
Los orígenes del periodismo, en la por entonces naciente Entre Ríos, deben
ubicarse cronológicamente en la propia época del Supremo Entrerriano gene-
ral Francisco Ramírez (1786-1821), cuando –según concordante testimonio
de los investigadores– llegó a su territorio una imprenta adquirida en los Es-
tados Unidos por el general y patriota chileno José Miguel Carrera1. No fue,
en realidad, sencillo el trámite de la introducción del referido bagaje gráfico
en estas tierras, pues antes debió su portador vencer inconvenientes de varia-
da naturaleza para trasladarlo desde Montevideo, a la sazón ocupada por los
portugueses.
Sobre el particular, consigna el historiador entrerriano César Blas Pérez
Colman2 que Carrera pudo –al final de todas cuentas– concretar su propósito
desde un puerto interior del Uruguay, muy posiblemente Higueritas o Nueva
Palmira; y, desde allí, al Arroyo de la China, nombre con que se conocía an-
teriormente a Concepción del Uruguay. La operación resultó posible en razón
de que Carrera disponía de un salvoconducto extendido en la oportunidad por
la Comandancia de San José (R.O.U.).
Llegada a tierra entrerriana, la imprenta tuvo, todavía, que atravesar una
nueva etapa, finalizada en Paraná, mediante el aporte de los elementos nece-
sarios provistos por orden de Ramírez. El ajetreado y casi novelesco itinerario
de las cajas de tipos no habría de concluir allí, puesto que parte de ellas quedó
en destino y constituyó la base de la Imprenta Federal establecida –según la
tradición oral de fines del siglo XIX– en un rancho o galpón levantado en la
actual peatonal San Martín, entre las calles Urquiza y Andrés Pazos3. Preci-
samente, de sus prensas salió la Gaceta Federal, periódico cuyos redactores
principales fueron el referido Carrera y don Cipriano Urquiza (1789-1847),
ministro de Ramírez, hoja de la cual se poseen muy vagas noticias. En cuanto
al resto, se lo empleó como imprenta ambulante, encargada de publicar los
partes de las batallas libradas por las fuerzas federales contra las directoriales,
en Las Guachas y Las Tunas, en los días 14 y 24 de julio de 1820.
Más adelante, la imprenta se traslada a Corrientes, ciudad donde vieron la
14 MIGUEL ÁNGEL ANDREETTO
luz los reglamentos y los sellos de la República de Entre Ríos, aparte de otra
documentación oficial. En el pie de los trabajos realizados en esa época, apa-
reció una novedad en su denominación: “Corrientes – Imprenta Federal de la
República de Entre Ríos”. Tras esa estada fuera de la provincia, el 27 de abril
de 1821 se formaliza, nuevamente, su instalación en Paraná; queda a disposi-
ción del Supremo Entrerriano Interino, general Ricardo López Jordán. A partir
de entonces, se erige en el verdadero canal informativo, pues por esa vía se
tuvieron noticias de los que serían los últimos días de Ramírez y su visionario
proyecto institucional: los triunfos logrados en la otra margen del Paraná, pri-
mero; la tragedia en los yermos campos de Río Seco, producida el 10 de julio
de 1821, y el ocaso de la República de Entre Ríos, después.
Avanzada la centuria, el mayor desarrollo alcanzado por ciudades costeras
sobre el Uruguay, contribuyó a la instalación de otras imprentas en Guale-
guaychú, Concepción del Uruguay y Concordia, a las cuales nos referimos
específicamente más adelante.
En el último quinquenio del siglo XIX, con varios años de plenitud de la
tan anhelada organización institucional, circula ya en gran parte del territorio
de la provincia cierto número de publicaciones, que puede estimarse pondera-
ble. Ésta, nuestra presunción, se fundamenta en el conocimiento de los datos
surgentes del Censo Nacional de 1895, que reflejan una realidad imposible
de poner en duda. Para una mejor información, reproducimos la nómina de
diarios y revistas que aparecían en la época, con expresa indicación de lugar
y antigüedad en años.
Paraná: La Libertad, 1; La Provincia, 1; Boletín de Educación, 1; El Co-
rreo Amoroso, semanal, 2; Revista Sarmiento, 1, bisemanal; aparecen El Entre
Ríos y El Pique, semanal de caricatura. Colón: El Entre Ríos, trimestral, 13;
El Municipio, bimensual, 4; El Industrial, semanal, 15. Concordia: El Diario
del Pueblo, 1; El Amigo del Pueblo, 9. Gualeguay: El Deber, 2; El Tribuno
de Entre Ríos, bimensual, 14. Gualeguaychú: El Heraldo, bisemanal, 1; El
Centinela, bisemanal, 7; Los Principios, bisemanal, 7; Tijereta, semanal, 1; El
Eco Social, semanal,1; El Noticiero, trisemanal,1. La Paz: El Departamento,
bisemanal, 10. Nogoyá: El Progresista, bimensual, 6; El Combate, bimensual,
EL PERIODISMO DE ENTRE RÍOS 15
Notas
1. El militar y político, general José Miguel Carrera (1785-1821), nació en Santiago de Chile. Formado pro-
fesionalmente en España, retornó a su tierra natal, en donde participó –con suerte esquiva– en los aconteci-
mientos de la época. Vinculado luego en Montevideo, transportó desde el Uruguay a Paraná, una imprenta
adquirida en los Estados Unidos, que se destinó a publicar proclamas y libelos contra el Directorio. Su in-
variable posición lo llevó a no cejar en la lucha, y tras apresárselo en la Argentina, fue fusilado en Mendoza.
2. Pérez Colman, César Blas, “La prensa en su primera centuria” en Zanini, Alfeo, Páginas de oro de la
ciudad de Paraná en su primer centenario, pág. 197.
3. Pérez Colman, op. cit., ídem.
paraná
19
El Grito Entre-Riano
El Sentimiento Entre-Riano
El Correo
El Federal Entre-Riano
El Nacional Argentino
El Boletín Oficial
El Paraná
biernos de las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe.
Fueron numerosos los habituales colaboradores y los corresponsales desta-
cados en los más distantes lugares, como consecuencia del prestigio adquirido
desde el primer momento. No obstante el riesgo que entraña la formulación de
una nómina, por las posibles omisiones, traemos algunos nombres para sim-
ple información del lector: en Buenos Aires, Damián Hudson (1808-1873),
José Tomás Guido, Francisco Bilbao y Miguel Navarro Viola (1830-1890);
en Catamarca, Benedicto Ruzo (1879-1946) y Fray Mamerto Esquiú (1826-
1883); en Corrientes, Juan Pujol y José María Rolón (1826-1952); en Santa
Fe, Evaristo Carriego (1828-1908); en Chile, Benjamín Vicuña Mackenna
(1831-1886); en Paraguay, Alfredo Marbais du Graty; en Perú Juana Manuela
Gorriti; en Francia Juan Bautista Alberdi (1810-1884).
Su tiraje alcanzó, en determinadas oportunidades, los mil ejemplares, lo
cual se explica por la jerarquía de su presencia en el ambiente. Semejante
éxito editorial, no sólo en materia de circulación, adquiere mayores dimen-
siones, dada la tecnología gráfica del siglo XIX. Ha podido, así, establecerse
que hubo una nueva edición del primer número, de 360 páginas, que contiene
colaboraciones de Juan Bautista Alberdi, Damián Hudson, Benjamín Vicuña
Mackenna y otras firmas de no menor renombre. Dejó de publicarse el 30 de
septiembre de 1861. En ese mismo año, en que se consumó la desfederaliza-
ción de la ciudad, aparecieron La Luz, que defendía la causa de las autoridades
nacionales, y La Patria Argentina dirigida por Evaristo Carriego, que el go-
bierno clausuró tras la publicación de su segundo número.
33
Después de la Confederación
Laurencena y otros. Clausurado por breve tiempo, en la década del 40, empleó
eventualmente los nombres alternativos de El Diario de Paraná y El Diario
del Pueblo. También circuló en la época El Ciudadano de Ángel Gómez del
Río, en apoyo de Alejandro Carbó.
En 1915 la ciudad acoge a Bartolito, hoja de homenaje al recordado hijo
del general Bartolomé Mitre (1821-1906), en 1916 hace lo propio con La Ac-
tualidad de José A. Olguín, y Fígaro, revista de Aníbal S. Vásquez y Horacio
Arigós de Elía. En 1917, se recibe El Intransigente y La Verdad, de orien-
tación liberal, primero, radical, después. En 1919 circula El Día de Arturo
Sanguinetti, redactado por Arturo Lerena (1896-1990); y tras corto interregno
en la actividad, en 1922 aparece La Mañana dirigida por Francisco V. Mar-
tínez (1874-1934). En 1923, sale El Departamento de Vicente Silva Gatica
(?-1940), posteriormente convertido en El Pueblo.
En 1924 nace Tribuna, cuyo director era Juan Ramón César. En 1926,
lo hace La Campaña de N. Carlos Álvarez; en 1927, se publica Crónica de
Aníbal S. Vásquez, luego director de El Diario y corresponsal de La Capital
de Rosario. Por 1929, comienza a circular El Tiempo, dirigido por Enrique
Fermín Mihura (1895-1951), de orientación yrigoyenista, y en 1930 Libertad
de Silvano Santander, La Provincia y Entre Ríos de Ernesto Sanmartino. En
1931, salen la revista israelita Principios de Benjamín Millicousky y Demo-
cracia de Silvano Santander, que en la práctica sustituye a Libertad, a la sazón
clausurado.
En 1932, se publican El Paraná de Enrique Badesich, Nueva Época, Aler-
ta, El Demócrata Nacional de N. Carlos Álvarez y Manuel G. Ruiz, El Tiempo
de Silvano Santander; en 1935; La Hora de Miguel F. Rubinstein; en 1936,
Unión Vecinal de N. Carlos Álvarez, el semanario La Nota de José A. Mur-
ga, La Voz de Entre Ríos, dirigido por Alfredo Antelo, que responde a los
postulados del Partido Demócrata Nacional, y Unión de Silvano Santander.
En 1937, se incorpora a la opinión pública Arriba de Leandro Ruiz Moreno
(1900-1967) y en 1938, Comarca de Amaro Villanueva (1900-1969) y Libre
Palabra de Marcelino M. Román. En 1939, aparece El Yaguareté de Aníbal A.
Vásquez, Orientación de Leandro Ruiz Moreno, y las revistas Ideal y Círculo.
36 MIGUEL ÁNGEL ANDREETTO
Notas
1. Zinny, Antonio, Efemeridografía Argireparquiótica o sea de las provincias argentinas, pág. 6.
2. Pérez Colman, op. cit., pág. 199.
EL PERIODISMO DE ENTRE RÍOS 37
3. Ídem.
4. Vásquez, Aníbal S., Periódicos y periodistas de Entre Ríos, pág. 50.
5. Teijeiro Martínez, Benigno, Historia de Entre Ríos, T. II, pág. 479. Citado por Vásquez, op. cit., pág. 51.
6. Citado por Vásquez, op. cit., pág. 52.
7. Citado por Vásquez, ídem, pág. 53.
8. Zinny, op. cit., pág. 68.
9. Pérez Colman, op. cit., pág. 200.
10. Reproducido por El periodismo de la Confederación de Néstor Tomás Auza, pág. 70.
11. Ídem.
Gualeguaychú
41
del odioso crimen; 3°) La declaración de López Jordán, ultraje a la moral ar-
gentina. Para ocuparse de estas cuestiones aparece El Entre-Riano” 3.
La Libertad se lanza a la polémica el 28 de abril de 1870, e hizo pública
adhesión a las autoridades nacionales, condenó la muerte de Urquiza y consi-
deró el movimiento de López Jordán como “una conjuración de asesinos”. Era
trisemanario político, comercial y literario y acogía grandes avisos; dejó de
aparecer a comienzos de julio de aquel año. El 27 de agosto comenzó a leerse
El Avisador, que defendía la posición jordanista, como se infiere de su número
9 –uno de los pocos conservados– en donde refuta conceptos vertidos en El
Nacional de Buenos Aires.
En 1871, ve la luz El Guardia Nacional, al que siguieron, en 1872, El Re-
publicano y El Orden; en 1874, El Chimborazo de Delfín Camejo; en 1875,
El Telégrafo Mercantil; en 1877, La Fraternidad; en 1878, El Noticiero y,
en 1879, La Situación. En 1881 llegan La Reforma, El Independiente y La
Opinión de Entre Ríos; en 1883, El Entre Ríos y El Mosquito; en 1884, el
Boletín del Centro Comercial, en 1885, Voto Libre; en 1887, El Imparcial y,
en 1888, Los Principios, dirigido por Pedro Murúa, de notorio predicamento
en la opinión pública.
En 1890, se produce la salida de La Idea con la dirección de Cándido Ira-
zusta y de La Reforma, tribuna de la candidatura del general Eduardo Racedo.
En 1891 se leyó El Centinela de Alberto Levis; en 1893, la población contaba
con los periódicos El Debate, El Independiente y El Pasatiempo.
47
Hacia el presente
Notas
1. Borques, Juan Carlos, Ensayos históricos sobre el periodismo de Gualeguaychú, pág. 88.
2. Borques, op. cit., pág.164.
3. Reproducido por Borques, op. cit., pág.199.
Concepción del Uruguay
51
La Regeneración
Adviértese, no nos cabe la más mínima duda, nada menos que todo un
preaviso de cuanto sucedería después: la franca ruptura de hostilidades contra
el gobierno de Buenos Aires. A poco, en efecto, sobrevendrían los sueltos de
tenor premonitorio, difundidos a través de lo distintos periódicos adictos a la
posición asumida por Urquiza. Entre ellos, otro aparecido en La Regeneración
del 25 de mayo de ese año alcanza connotaciones significativas; por lo tanto,
resulta imposible soslayar u omitir su referencia, por tratarse de una circular
dirigida a los gobiernos federales de la Confederación.
Entre otros conceptos, puntualiza que “las lanzas del ejército entrerriano y
las de sus amigos y aliados bastan por sí solas para derribar ese poder ficticio
de Buenos Aires...”. No quedaba, en rigor a la verdad, nada más por decir.
Restaba sólo especificar la fecha que, como es de conocimiento general, resul-
tó la del 3 de febrero de 1852, en Caseros. Formaban, también, habitualmente,
parte de sus ediciones, material de variada naturaleza, como poesías de Hilario
Ascasubi (1807-1875), transcripciones de notas de Domingo Faustino Sar-
miento aparecidas en Sud América, documentos reproducidos en el registro
nacional, etc. Su último número conocido es el 104.
55
La actividad posterior
Concordia
Federación
Diamante
“El sol de ayer ha iluminado uno de los espectáculos más grandiosos que la
naturaleza y los hombres pueden ofrecer: el pasaje de un gran río por un gran
ejército. Las alturas de Punta Gorda ocupan un lugar prominente en la historia
de los pueblos argentinos (...). La Villa de Diamante ocupa uno de los sitios
más bellos del mundo. Desde sus alturas escalonadas en planos ascendentes,
la vista domina un vasto panorama: masas ingentes de las plácidas aguas del
Paraná, planicies inconmensurables en las vecinas islas, y en el lejano hori-
zonte brazos del grande río y la costa firme de Santa Fe, punto de partida de la
gran cruzada de los pueblos americanos.”
En 1889, Diamante recibe su primer periódico titulado La Idea que –entre
otro material– publica sesiones, ordenanzas y decretos del ámbito municipal;
a poco lo hace, también El Obrero, bisemanario que responde a la política
de Miguel Juárez Celman. En 1895, le sucede El Diamantino, hoja que sirve
a intereses generales de la ciudad, y del que recordamos su descripción del
puerto; y más tarde, el Boletín Municipal de pura índole administrativa. En
1897, se publica El Bien Público, que se caracteriza por su fuerte tono polémi-
co, dirigido por el maestro Jorge A. Tringüis, de ulterior revista en Villaguay
y la Paz; en 1901, Correo Diamantino, publicación que “viene a la vida para
defender el bien general, con exclusión completa de la política”. También en
este año circula el semanario dominical La Lealtad, que refleja la actividad del
departamento, en tanto que en 1902 lo hace El Pueblo.
En 1910, aparecen semanalmente El Trabajo y El Diamante del presbítero
Pedro Weber; en 1911, La Mentira, “el periódico que dice la verdad” y La
Verdad de Sabá Zaragoza. Les suceden El Radical de Candelario Olivera; en
1914, El Orden, también de Zaragoza; en 1915, Diamante; en 1916, El Pen-
dón, de orientación conservadora; en 1918, El Pueblo “órgano democrático,
que bregará por la Constitución del Estado progresista, por 105 intereses de-
partamentales y por el bien común de sus habitantes”, de Zaragoza; en 1919,
circula El Progreso, de efímera existencia; en 1921, La Tribuna, redactado por
Galo Zaragoza y El Deber de Miguel Agustín Parente. En 1924, llega a 105
lectores La Opinión dirigido por Miguel y Galo Zaragoza y, en 1927, El Eco
Diamantino, hoja parroquial.
EL PERIODISMO DE ENTRE RÍOS 65
Nogoyá
Gualeguay
Pueblo del cura párroco Juan Rebagliatti, Tribuna de Felipe García Barrera,
La Realidad de Camilión y La Opinión de Isidoro I Garay; en 1900, se publica
El Imparcial de Ignacio Fillipini; en 1901, El Debate fundado por Jacinto J.
Álvarez y El Heraldo con la dirección de Celestino Gómez; en 1902, Tribuna
de Gregorio A. Villanueva; en 1903, La Semana de Pedro Bolfo; en 1904, El
Autonomista de Luis G. Agusti.
En 1909, llega El Centenario de P. Alpires; en 1910, La Voz del Pueblo
dirigido por Vicente P. Arrué; en 1911, El Nacional y Arco Iris, éste con la
dirección de Amadeo R. Gianello; en 1912, Diario de Gualeguay; en 1913,
El Provincial de Antonio D. Arena, la revista literaria convertida en periódico
Vida Nueva de Carlos F. Gianello; en 1915, Justicia de José Costa Comesaña;
en 1916, La Opinión escrito por Julio Garay Díaz; en 1917; La Verdad de Gre-
gorio E. Beracochea; en 1918, Evolución de Antonio D. Arena y La Razón de
Dante A. Carboni; en 1926 tiene presencia Tribuna de Felipe García Barrera;
en 1921, Nuevos Horizontes y Semana Social.
En 1922 se publica La Concentración dirigido por Gregorio E, Beraco-
chea; en 1924, La Lucha; en 1926, la revista Ideas de Leoncio Gianello; en
1927, Nueva Era, a poco desaparecida y, en 1928, Reflejos. En 1930 circulan
Claridad, La Voz del Pueblo, La Voz Radical, dirigido por Luis Rafael Mac
Kay, y Plumazos de Leoncio Gianello; en 1932, el diario Gualeguay; en 1933,
los diarios Nueva Era y La Mañana; en 1934, el periódico Democracia; en
1935, El Día de Miguel Ángel Aguirrezabala y la revista Vida Entrerriana;
en 1937, el semanario Jornada; en 1938, la revista Litoral, con la dirección
de Humberto F. Alarcón Muñiz; en 1939, los periódicos Sembrando; en 1940,
Notas, y en 1943 Lucha de Antonio Gamboa Igarzábal.
También, en ese año aparecen Atalaya de Aníbal A. Álvarez y El Eco Pa-
rroquial, editado, el segundo, por el presbítero Manuel S. Peralta. Hacia 1950
existen los diarios El Debate, Justicia y Pregón y, en la década de 1970, El
Diario de Paraná adquiere el primero de estos tres, y propicia, luego, su unifi-
cación con Pregón: el órgano resultante en la actualidad es El Debate-Pregón.
Ha habido desde entonces hasta ahora varios intentos de publicaciones di-
versas, pero sólo El Supremo, que inicia su marcha en 1981, alcanza cierta
EL PERIODISMO DE ENTRE RÍOS 69
Colón
La Paz
Victoria
Villaguay
Notas
1. Reproducido por Vásquez, op. cit., pág. 44.
2. Vásquez, op. cit., pág. 101.
3. Vásquez, op. cit., pág. 102.
4. Anadón, Carlos A. y Badaracco, María del Carmen Murature de, Historia de La Matanza - Victoria, pág.
239.
5. Miranda, Justo José, Villaguay, mi pueblo, Comarca, Paraná, 1978.
6. Vásquez, op. cit., pág. 117.
La libertad de expresión
81
Proemio
La legislación de Prensa
del anónimo, faltando a los sagrados deberes que les impone su condición de
empleados de una oficina nacional”. Concluía solicitando que se pusiera en
conocimiento del presidente don Santiago Derqui la conducta del personal de
la repartición para iniciar las actuaciones respectivas.
La respuesta no demoró en llegar. El ministro la aprovechó para dar al
gobierno de Santa Fe una lección de prudencia y de respeto a la Constitución
Nacional, pues sobre ésta sólo está la propia Nación. Veamos: “He recibido la
nota de V.E. de fecha 20 del corriente y he pedido informes sobre lo que V.E.
manifiesta a la Administración de Correos de esta capital. V.E. no debe igno-
rar que la circulación de periódicos e impresos es libre en la Confederación
y que desde luego no puede hacerse un cargo por su repartición”. No había
sido dicho todo, empero, dado que en los párrafos siguientes se reforzaba la
opinión de Pujol, quien anteponía a todo argumento el cumplimiento estricto
de la Constitución.
Debido a ello, los reproducimos: “El gobierno nacional es atacado frecuen-
temente por publicaciones periódicas de las que prescinde, y lejos de hacer
cargo a los administradores de Correos por la circulación de estos impresos,
ha dejado cumplir la ley porque ése es su deber. Por lo tanto comprenderá
V.E. que igual es el proceder que observará en este caso y es de desear que
V.E. sin afectarse de esos ataques no les dé el carácter alarmante y grave que
parece V.E. suponerles. Deseo que V.E. se persuada de que es necesario cum-
plir las prescripciones constitucionales y observar la mayor templanza en los
casos análogos al presente”. Con esa dignísima actitud, brindaba el ministro
un ejemplo cabal de la indeclinable fidelidad a la Constitución, eje del goce de
derechos y del cumplimiento de deberes 2.
91
comenta la revista Vida Victoriense 5. Fue nada más, pero tampoco nada me-
nos, que una amenaza, que un aviso de la agresión de que sería víctima, y en
la cual se le infirieron varias puñaladas. A consecuencia de ello, Martínez se
alejó para siempre de la ciudad. Gajes del oficio, que le dicen, portadores de
un mensaje ciertamente criminal, acorde con la ferocidad de la actitud solapa-
da, y de sórdidas intenciones, que habla por sí misma.
93
Un bárbaro episodio
no: que se rompa pero no se doble. O, si se quiere, aquel otro concepto con que
se zahiere al despotismo: “Preferible es morir de pie antes que vivir de rodi-
llas”. Habíanse malogrado los esfuerzos, pero quedaban a salvo los principios
de la libertad de prensa, tras haber circulado por espacio de sólo cinco días.
La Opinión debió bajar las persianas, tras su efímera vida. Cerró por siem-
pre sus puertas. En tan breve lapso, legó el ejemplo de esa actitud altiva, dig-
na, valorada por quienes conocen la misión específica del periodismo en la di-
fusión de las ideas y la formación de los lectores. De esta manera, el episodio
pasó a integrar el pretérito, verdadera base para construir el futuro, en que se
motiva el hombre durante su permanente lucha por sus ideales.
En definitiva, la libertad de expresión es piedra de toque para establecer si
una democracia es o no auténtica, lo cual se aprecia en la lectura a fondo de su
prensa. Allí donde la opinión pública sea respetada, y la prédica considerada
en toda su línea, allí donde se propugna una justicia independiente e igualita-
ria, allí donde la prensa se preocupe por el mejoramiento y el bienestar de la
colectividad, allí donde se dé todo esto, en fin, alienta una verdadera democra-
cia. En ese ambiente de civismo saludable, la ciudadanía ejercita, sin impedi-
mentos ni discriminaciones, el derecho de publicar sus ideas y se interioriza
de los asuntos de interés general, a través de fuentes objetivas y fehacientes.
Notas
1. Vásquez, A. S., op. cit., págs. 18-26.
2. Busaniche, José Carmelo, Hombres y hechos de Santa Fe, Colmegna, Santa Fe, 1970, págs. 29-31.
3. Reproducido en Reula, Filiberto, Historia de Entre Ríos, T. II, Castellví, Santa Fe, 1969, pág. 133.
4. Anadón, Carlos A. y Badaracco, María del Carmen Murature de, Historia de La Matanza-Victoria. Se-
gunda edición ampliada, Victoria, 1995, pág. 242.
5. Ídem, op. cit., pág. 243
La protección legal del periodista
101
Antecedentes
Señor Presidente:
el término medio de los sueldos que se les paga, su incierta situación dentro
de las empresas que utilizan su actividad intelectual, las perspectivas que para
su bienestar ofrece la carrera, podrá juzgar innecesaria o superflua una legis-
lación que les fije una remuneración decorosa, les asegure un mejoramiento
económico progresivo, les garantice una relativa estabilidad en sus empleos y
les ampare contra las arbitrariedades o injusticias que esterilizan tantos esfuer-
zos y truncan tantas carreras iniciadas con entusiasmo y abandonadas luego
con desencanto y amargura.
La profesión de periodista, en nuestro país, es una vocación a la miseria.
No proporciona reputación, desde que las modalidades de la prensa argen-
tina aprisionan en el anónimo la colaboración del talento más claro, la obra
de la conciencia más lúcida, la prestación mental del espíritu más cultivado.
Toda actividad espiritual alcanza su recompensa. Dolorosa excepción es la
labor periodística, al servicio de la cual se pone tanta ignorada inteligencia,
tanta probidad moral, tanto espíritu de sacrificio prodigado sin énfasis y con
escéptico buen humor –¿y por qué no decirlo?– tanta desinteresada bondad
distribuida a diario en esa calidad periodística que sólo conocen –y no agra-
decen– los beneficiados, que sólo recuerdan –y no para reclamar gratitud– los
que la ejercitan con inextinguible benevolencia y filosófica tolerancia hacia
las ajenas debilidades.
El periodismo no da gloria; pero tampoco da provecho. Cualquier orden de
las actividades lícitas en una sociedad civilizada –sobre todo en pleno período
de formación económica como la nuestra –arroja un elevado tanto por ciento
de hombres que alcanzan la riqueza y hasta la opulencia como consecuencia
final de su labor. No ocurre así en el periodismo. En la República Argentina
se puede llegar a ser rico comenzando como peón de albañil, carpintero, con-
ductor de carros, almacenero, tendero o labrador. Ningún punto de partida
está demasiado lejano, entre nosotros, para que deje de ser un puerto del que
se puede zarpar hacia la conquista del vellocino de oro. Sólo desde la mesa
de redacción no se abre un camino hacia el bienestar. Por azar extraordinario,
citado constantemente con sorpresa, como una manifestación insurgente hacia
la inviolable regla general, se da el caso de un periodista de filas que llegue
106 MIGUEL ÁNGEL ANDREETTO
Figuran, por otra parte, entre sus lineamientos básicos, la defensa de las
libertades individuales de los trabajadores de la comunicación, la solidaridad
con los colegas agraviados por la emisión de su opinión enmarcada en valores
éticos y la organización de actividades culturales de las fechas de significado
particular para la historia de los argentinos y, en especial, para la prensa.
Notas
1. Bischoff, Efraín, op. cit., Pág. 58.
112 MIGUEL ÁNGEL ANDREETTO
2. Cámara de Diputados de la Nación, Diario de las Sesiones preparatorias y Sesiones ordinarias, Tomo
11. Buenos Aires, 1926, Págs. 327 a 329.
3. Vásquez, op. cit., Pág. 196.
4. Ídem.
5. Ídem.
6. Ídem, pág. 197
la formación de la gente de prensa
115
Situación de la época
Ante ese panorama, ni por lejos se creía que, alguna vez, podrían darse el
aprendizaje y la enseñanza sistemática que, a la sazón, configuraban –o poco
menos– una muy lejana utopía.
117
Otros cursos
La legión entrerriana
entonces con todas las pretensiones del que no conoce a los que lo rodean y se
cree por sobre todos los que no conoce. Era cronista de La Nación y dirigía a
los entrerrianos de la barra” 2.
Vivía, colegimos, con particular intensidad, dado que fundó el periódico
satírico-literario Fray Gerundio, de efímera duración, aparte de colaborar en
el semanario Don Quijote. Nombrado, a poco, comisario de investigaciones
de la Policía de la Capital, ocupó, tiempo más tarde, un alto cargo en el Mi-
nisterio de Marina, experiencia que le fue útil para su producción literaria.
Durante ése su paso por los cuadros de la administración pública, no dejó
de colaborar en hojas como Sud América de Paul Groussac (1848-1929), La
Razón de su ilustre comprovinciano Onésimo Leguizamón (1837-1886), en
La Mañana de La Plata de José María Niño y hasta El Interior de Córdoba
dirigido por Ramón J. Cárcano (1860-1946), de quien conocemos una carta
portadora de instrucciones y de un breves juicio literario 3.
No sin razón estima el consenso de los historiadores de la cultura argen-
tina, que la evolución periodística de Álvarez culminó con la dirección de la
revista Caras y Caretas, empresa que acometió desde el segundo número,
en compañía de Eustaquio Pellicer (1859-1937) y de Manuel Mayol (1865-
1929), páginas cuya presencia se extendería entre los años 1898 y 1939. En
particular, queda absolutamente en claro que el periodismo, como la propia
vida de todos los días en el Buenos Aires contemporáneo, irradió particular
influencia sobre él. En tal sentido, muchas de sus mejores páginas brotaron del
ajetreo demandado por la aparición y desaparición de publicaciones, en lo más
severo de sus exigencias.
Observador nato, había asimilado, sin duda, la modalidad de los tipos por-
teños, de sus costumbres, de su parla, hasta el punto de considerárselo todo un
lunfardólogo. Esa cualidad, tan suya –y que influiría en otros periodistas– de
penetrar en el conocimiento cabal y profundo de los personajes de sus cua-
dros, se aprecia en sus páginas póstumamente tituladas Cuentos (1906). Ella,
empero, no empalidece la intuición de que había hecho espontánea gala en En
el mar austral. Croquis fueguinos (1898), obra que cosechó el unánime elogio
de la crítica literaria más exigente. Recordemos, además, que en el campo li-
126 MIGUEL ÁNGEL ANDREETTO
Evaristo Carriego
Francisco F. Fernández
Damián P. Garat
ción republicana. Como político había conquistado en Entre Ríos una posición
eminente. Incorporado desde los primeros años de su juventud a la tarea de los
diarios, militó como se militaba en la vida periodística de provincias, es decir,
combatió permanentemente con obstinada valentía. El polemista combativo
y el crítico temible que había en él nunca hacían olvidar al hidalgo sin tacha
que dominaba invariablemente su acción en cada aspecto distinto y en cada
detalle.”
Garat falleció el 5 de abril de 1921 en Jesús María (Córdoba), y sus restos
reposan en Concordia, el solar nativo, al que honró con su fecunda entrega
Alberto Gerchunoff
Leoncio Gianello
1940, por propia decisión. En una página de la Biblia, dejó escrito su nombre
y la fecha de tan drástica actitud.
Leopoldo Herrera
Martiniano Leguizamón
Nació el 28 de abril de 1858 –el mismo año que su entrañable amigo Fray
Mocho– en Rincón del Calá. Igual que sus hermanos Onésimo y Honorio
(1849-1921), de notoria figuración en la vida argentina, formó parte de aque-
llas recordadas pléyades de egresados en el siglo XIX del Colegio del Uru-
guay. Al final de su etapa de alumno de la prestigiosa casa, se radicó en Buenos
Aires, para estudiar en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, en cuyas
EL PERIODISMO DE ENTRE RÍOS 137
Onésimo Leguizamón
tunidad la última en que debió discutir sus alcances con los diputados nacio-
nales, José Manuel Estrada y Pedro Goyena (1849-1892), también periodistas.
Leguizamón falleció, inesperadamente, el 20 de agosto de 1886 en Buenos
Aires, cuando todavía se aguardaban nuevos frutos de su patriótico aporte a
la vida argentina.
Antonio Monteavaro
Floriano Zapata
Notas
1. Álvarez, José Seferino, Salero criollo, La Cultura Argentina, Buenos Aires, 1920, pág. 68.
2. Escalpelo (José Manuel Eyzaguirre, 1862-1930), El Senado de 1890. Brocha parlamentaria, Joseph
Escay, Buenos Aires, 1891, pág. 78.
3. Dice la misiva, que lleva fecha 4 de marzo de 1885: “Mi estimado amigo. Sus telegramas parecen desde
Jujuy donde no hai mas novedades que los cambios atmosféricos. Le ruego que se digne hacerlos lo mas
146 MIGUEL ÁNGEL ANDREETTO
noticiosos indispensables. que aquí nos encargaremos de redactarlos ampliamente. No descuide las noveda-
des de Europa. lo mismo que las noticias comerciales. Aquí existen numerosos extrangeros. i este mercado
depende enteramente de las oscilaciones. Deseo que el Interior sea el diario local que tenga mejor servicio
telegráfico de Buenos Aires. i confío en que Vd. sabrá proporcionarme esta satisfacción. Lo felicito por
sus Esmeraldas. Hai imaginación, gracia, espiritualidad, acabado conocimiento de los encantos sensuales.
i todos sus cuentos verdes son capaces de calentar a un hombre de nieve. Soi siempre su amigo. (Fdo.): R.
L. Cárcano”.
4. Citado por Beatriz Bosch. “Una homonimia persistente: Evaristo Carriego” en Academia Nacional de la
Historia, Investigaciones y Ensayos N° 31, Buenos Aires, julio-diciembre de 1981, pág. 248.
5. Émile de Girardin (1806-1881). Periodista nacido y muerto en París, fundó diversos periódicos: Voleur
(1828) y La Mode (1829), hojas a las que siguieron Journal des Connaissances Utiles (1831), Musée des
Familias (1832) y luego La Presse (1834). Sus demasías le significaron el ataque de Armando Carrel (1800-
1836), director de La National, quien murió en un duelo entre ambos. Girardin fundó, además La Liberté
(1867), desde cuyas páginas emprendió una campaña contra Prusia. En Limoges, incorporó a la Palabra
escrita La Défense Nacional (1870) y L’Union Française (1871), y dirigió La France (1874).
6. Cabañero, Julio, Memoria de la Asociación de la Prensa, Rosario, 1895, pág. 3.
7. Andreetto, Miguel Ángel, “La figura de Damián P. Garat. Semblanza y notas para un ensayo” en Univer-
sidad, N° 89, Santa Fe, 1978, Pág. 17.
8. Arrieta, Rafael Alberto, Historia de la literatura argentina, Peuser, Buenos Aires, 1959, pág. 502.
9. Cámara de Diputados de la Nación, Diario de Sesiones de la ... reunión del 22 de junio de 1926, pág.
708: “Mis pasos me condujeron a un sitio, realmente amado por mí, que siempre he considerado como un
recinto sagrado en los recuerdos que acumula mi memoria: el local de la antigua Escuela Superior Mixta de
Concordia, en donde recibí la enseñanza de las primeras nociones, de docentes como el maestro Francisco
Herrera”.
10. Giusti, Roberto F., Crítica y polémica. Tercera Serie, Buenos Aires, 1927, págs. 61 a 68. García, Ger-
mán, La novela argentina, Sudamericana, Buenos Aires, 1952, págs. 292 y 293. Arrieta, Rafael Alberto,
Historia de la literatura argentina, Peuser, Buenos Aires, 1959, pág. 387.
11. Canter, Juan, “Biobibliografía de Martiniano Leguizamón” en Boletín del Instituto de Investigaciones
Históricas, Buenos Aires, Año XX, T. XXVI, junio de 1942, Nros. 89-92, Pág. 692.
12. Ídem, op. cit., pág. 699.
13. Ídem, Pág. 701.
14. Gálvez, Manuel, Recuerdos de la vida literaria. Amigos y maestros de mi juventud. 1900-1910, Kraft,
Buenos Aires, 1941, pág. 141.
15. Arrieta, R. A., op. cit., pág. 386.
16. “Un siglo en sus columnas” en La Nación de Buenos Aires del 4 de enero de 1970, pág. 30.
17. Archivo Histórico-Administrativo de Entre Ríos, Paraná, Sección Gobierno, Serie II, Carpeta 13, Le-
gajo 30.
18. El Federal Entre-Riano de Paraná del 5 de octubre de 1841, pág. 4, columna 1.
19. Archivo Histórico-Administrativo de Entre Ríos, Paraná, Sección Gobierno, Serie II, Carpeta 2, Legajo
1.1
20. Gálvez, op. cit., págs. 28 y 29.
21. “Floriano Zapata. Falleció ayer”, en Nueva Época, Santa Fe del 16 de abril de 1903, pág. 1, columna 6.
Addenda
149
Nota
1. Alonso, Martín, Ciencia del lenguaje y arte del estilo, 1964, Aguilar, Madrid, págs. 452 y 453.
151
Por ello,
EL GOBERNADOR DE LA PROVINCIA
EN ACUERDO GENERAL DE MINISTROS
DECRETA
Nota
1. Bischoff, Efraín U. op. cit. págs. 65 y 66.
155
Anecdotario
La duda de un director
El editorialista de pacotilla
Transposición silábica
Refrito de refrito
Interferencia inoportuna
Verano invernal
El doctor Carlos Raúl Contín, quien fue gobernador de Entre Ríos entre
1963 y 1966 –es decir, hasta el día en que fue depuesto el presidente doctor
Arturo Umberto Illia– acostumbraba, cuando se lo permitía el desempeño del
cargo, recorrer en su automóvil particular algunos barrios de la ciudad. Una
tarde, cuando Paraná soportaba una temperatura casi tórrida, acertó a pasar en
su vehículo frente al local de, cuyo director, don Orestes Ascúa –condiscípulo
suyo en Nogoyá–, lo invitó a descender y compartir cerveza y algunos sánd-
wiches.
Contín accedió, e ingresó a la casa, y tras breve momento se retiró. El anfi-
trión resolvió publicar la noticia e ilustrarla con una fotografía, por lo que acu-
dió al archivo, de donde extrajo otra, obtenida en invierno. Al día siguiente,
los lectores no cabían en su asombro ante la información: “Nos visitó ayer el
Gobernador”, en donde Contín aparecía luciendo con elegancia un impecable
sobretodo negro.
161
Bibliografía general
Alonso, Martín. Ciencia del lenguaje y arte del estilo, Aguilar, Madrid.
1964.
Anadón, Carlos A. y Badaracco. María del Carmen Murature de, Historia
de la Matanza-Victoria. Victoria. 1995.
Arrieta, Rafael Alberto, Historia de la literatura argentina, Peuser, Buenos
Aires. 1959.
Auza, Néstor Tomás, El periodismo de la Confederación. 1852-1861, Eu-
deba, Buenos Aires. 1978
Barcón Olesa, José, El estado de Entre Ríos. Álbum gráfico y exposición
sintética de sus elementos de progreso, Buenos Aires. 1912.
Beltrán, Oscar R. Historia del periodismo argentino. Pensamiento y obra
de los forjadores de la Patria. Sopena, Buenos Aires, Argentina. 1943.
Bischoff, Efraín U. Cincuenta años de vida gremial periodística en Córdo-
ba. Municipalidad de Córdoba, 1986.
Borques, Juan Carlos. Ensayos históricos sobre el periodismo de Guale-
guaychú. 1849-1870, Gualeguaychú, 1919.
Bosch, Beatriz, Labor periodística inicial de José Hernández. Santa Fe,
Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe. 1963.
Busaniche, José Carmelo, Hombres y hechos de Santa Fe, Colmegna, San-
ta Fe, 1970.
Cámara de Diputados de la Nación, Diario de Sesiones de la ... Sesiones
preparatorias y ordinarias, T. II, Buenos Aires,1926.
De Marco, Miguel Ángel, Historia del periodismo argentino. Desde los
orígenes hasta el centenario de Mayo, Universidad Católica Argentina, Bue-
nos Aires, 2006.
Domínguez Soler, Susana T. P. de, Urquiza. Bibliografía, Buenos Aires,
Instituto Urquiza de Estudios Históricos, Buenos Aires, 1999.
Fabaz, Lidia Esther, Periodismo y periodistas de Chajarí, Museo Regional
1992.
Galván Moreno, Celedonio, El periodismo argentino. Amplia y documen-
tada historia de sus orígenes hasta el presente, Claridad. Buenos Aires, 1944.
Miranda, Justo José, Villaguay, mi pueblo, Comarca, Paraná, 1978.
162 MIGUEL ÁNGEL ANDREETTO
Moyano. Julio E., La prensa periódica argentina entre 1852 y 1861. Tesis
para optar al grado de Magister Scientiae en Metodología de la Investigación
Científica en la Universidad Nacional de Entre Ríos.
Pandolfo, Pío, Semblanzas santafesinas. Estanislao S. Zeballos. Floriano
Zapata. Domingo G. Silva, Castellví, Santa Fe, 1947.
Pérez Colman, Cesar Blas, “La prensa en su primera centuria” en Zanini
Alteo, Páginas de oro de la ciudad de Paraná en su primer centenario. 1826-
26 de agosto de 1926, Buenos Aires, 1926.
Reula, Filiberto, Historia de Entre Ríos, Castellví, Santa Fe, 1969.
Rizzuto, F. Antonio, La prensa avanzada de la libertad, Buenos Aires,
1958.
Vásquez, Aníbal S., Periódicos y periodistas de Entre Ríos, Paraná, Direc-
ción de Cultura de Entre Ríos. Paraná, 1970.
El autor
Prólogo. ................................................................................................ 9
La imprenta en Entre Ríos.............................................................. 11
Su introducción. La etapa en Paraná y traslado a Corrientes. Primeros impresos.
La actividad gráfica a fines del siglo XIX: datos censales. Área cubierta en la provin-
cia por la Dirección General de Información Pública de Entre Ríos.
Paraná. ................................................................................................. 17
Los primeros periódicos. Hacia la Organización Nacional. Después de la Confe-
deración.
Gualeguaychú..................................................................................... 39
La prensa en el ideario político-militar de Urquiza. El Progreso de Entre Ríos.
Otras hojas hasta fines del siglo. Hacia el presente.
Concepción del Uruguay.................................................................. 49
Los trabajos y los días en las vísperas de Caseros. La palabra escrita en la segunda
mitad del siglo XIX. La actividad posterior.
Datos para un mapeo integral. ....................................................... 59
Concordia. Federación. Diamante. Nogoyá. Gualeguay. Colón. Rosario del Tala.
La Paz. San José de Feliciano. Victoria. Villaguay.
La libertad de expresión................................................................... 79
Proemio. La legislación de prensa. Memorable respuesta de un ministro. Atenta-
dos contra la actividad. Un bárbaro episodio. La expropiación de El Diario de Paraná.
Los cinco días de una hoja.
La protección legal del periodista........................................................ 99
Antecedentes. El aporte de Entre Ríos. Un proyecto visionario. La agremiación.
Iniciativas en la provincia. Asociación de Corresponsales de Entre Ríos. Agrupación
de Periodistas Independientes de Diamante. La Asociación de Diarios Entrerrianos.
La formación de la gente de prensa.................................................... 113
Situación de la época. Los nuevos tiempos: el nivel universitario. Otros cursos.
El retorno de los galeones..................................................................... 121
La Legión Entrerriana. José Seferino Álvarez. Evaristo Carriego. Aníbal
Chizzini Melo. Leopoldo Chizzini Melo. Francisco F. Fernández. Damián P. Garat.
Alberto Gerchunoff. Leoncio Gianello. Víctor Juan Guillot. Aquileo González
Oliver. Leopoldo Herrera. Martiniano Leguizamón. Onésimo Leguizamón. Antonio
Monteavaro. Enrique Arturo Mouliá. Carlos María Muape. Benito Estanislao Pérez.
José Ruperto Pérez. Floriano Zapata.
Addenda................................................................................................. 147
Las agencias de noticias. Los certámenes periodísticos. Anecdotario.
Bibliografía general.............................................................................. 161
El autor.................................................................................................. 163
Otras publicaciones de la
Academia Nacional de Periodismo
• Boletines Nº 1 al 25 (1997 a 2009).
• El periodismo cordobés y los años ’80 del siglo XIX, por Efraín U.
Bischoff, 2004.
• Tres batallas por la libertad de prensa, por Alberto Ricardo Dalla Vía,
2004.