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1.

Una vida de felicidad

1. Una vida de felicidad


Preparándonos
Objetivos
• Transmitir la idea de que la búsqueda de la felicidad es universal y tras-
cendental al ser humano.
• Presentar un camino vital de felicidad que pasa por la confianza y vivencia
en Cristo, que siempre está invitándonos a seguirle. A
• Reconocer el amor y la libertad como dos de los valores fundamentales
para obtener una felicidad plena.
• Introducir las bienaventuranzas como estilo de vida al que nos invita
Jesús.
Desde la Palabra de Dios
• Sal 42 (41) 1-3 – Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.
• Lc 9, 23-27 – Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que
pierda su vida por mi causa la salvará.
• Jn 8,12 – Yo soy la luz del mundo – 8, 31 conoceréis la verdad y la
verdad os hará libres – 8, 51 Quien guarda mi palabra no verá la muerte
para siempre.
• Jn 15, 1-17 – Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por
sus amigos.
Desde el YouCat
• Y.3. – ¿Por qué buscamos a Dios?
• Y.4. – ¿Podemos conocer la existencia de Dios mediante la razón?
• Y.5. – ¿Por qué entonces los hombres niegan a Dios si pueden conocerlo
mediante la razón?
• Y.6. – ¿Se puede acaso captar a Dios mediante conceptos? ¿Podemos
hablar con sentido acerca de él?
• Y.281. – ¿Por qué anhelamos la felicidad?
• Y.282. – ¿Conoce la Sagrada Escritura un camino para alcanzar la feli-
cidad?
• Y.283. – ¿Qué dicen las bienaventuranzas?
• Y.284. – ¿Por qué son tan importantes las bienaventuranzas?
• Y.285. – ¿Qué es la bienaventuranza eterna?

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Itinerario de Formación Cristiana para Jóvenes - Un Dios que camina conmigo

1. Para leer y profundizar

1. Un camino para la felicidad


¿Qué son esas cosas que nos hacen sentirnos felices?, ¿dónde las encontramos?, ¿qué
motivaciones tenemos? Todo joven, toda persona, anhela una vida plena y llena de felici-
dad, pero vamos creciendo, madurando, y no tenemos claro dónde encontrarla. Si acaso
hemos pasado por momentos pasajeros de “felicidad”, pero buscamos algo más.
Además las cosas que nos importan van cambiando. “Aprovecha ahora, que cuando seas
mayor no podrás”, nos dicen, pero a la vez pensamos que hay cosas que ya no estamos
en edad de hacer. ¿Qué ha cambiado?, ¿qué cosas cambian desde los 15 años a los 20,
o de los 20 a los 30? Según nos vamos haciendo mayores disfrutamos de otra manera la
fiesta, el deporte, las redes sociales...
Esta es la cuestión, ¿cuáles son nuestras motivaciones, nuestras metas, las cosas que nos
importan y las que nos preocupan? Hemos visto que en cada momento de la vida son
diferentes, por eso..., ¿cuáles son aquellas que nos quedan por descubrir?
Siguiendo el informe de la Fundación Santamaría 2010, podemos descubrir cuáles son los
aspectos más importantes en la vida de los jóvenes:

Familia 71%

Salud 69%

Amigos 59%

Pareja 48%

Ganar dinero 47%

Tiempo libre 47%

Trabajo 47%

Vida moral y digna 43%


¿Por qué crees que la familia
Estudios-formación 37% y los amigos son tan impor-
tantes para los jóvenes?
Vida sexual satisfactoria 35%

Política 7%

Iglesia 6%

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1. Una vida de felicidad

2. Un camino para la confianza


Según el informe anterior, parece que las personas más cercanas a nuestra vida son lo más
importante para nosotros. No es la Iglesia, ni son los políticos, ni aquellos que están muy
lejos de nosotros los que nos generan más confianza a la mayoría de los jóvenes.
• Según esto, ¿Qué es para ti la confianza? ¿De quién te fías?
Pero, a nuestro alrededor, no solamente encontramos a estos grupos de personas, sino
que si nos fijamos bien podemos descubrir, en la parroquia, a otras personas con las que
poder descubrir una confianza nueva. Personas que, como el resto de jóvenes, buscan ser
felices, y que testimonian que esta verdadera felicidad la han encontrado en Dios, ponien-
do a Jesús en el centro de sus vidas. Pero, y ¿para ti?:
• ¿Es Dios parte importante de tu vida? ¿Crees que podría llegar a serlo?
Hoy nos situamos al comienzo de un camino que nos conducirá a crecer en cercanía y
confianza con el Señor. Así que tanto si has respondido sí, como si has respondido no,
estate tranquilo, este camino es largo. Lo positivo de todo es que no lo recorreremos solos,
el grupo y la parroquia serán con quienes aprendamos a descubrirlo en nuestra vida de
cada día.
Jn 10, 10
“Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante”.

3. Un camino para la plenitud


La búsqueda de esta sensación de felicidad es la que a menudo mueve nuestra vida. No
sólo ahora, sino desde hace siglos, las personas vivimos con la esperanza de encontrarnos
con experiencias que nos hagan sentirnos cada vez más felices. Estas experiencias pode-
mos traducirlas en:
• Experiencias de amor:
+ Sentirte querido o valorado por otra persona.
+ La amistad. Sentirte comprendido, confiar en la otra persona.
+ El amor en tu familia. Los que te protegen, te aconsejan, te cuidan.
+ El amor por tu pareja. Quien te comprende, te complementa, te hace sentir
especial.
+ El amor dado a los demás. Sentir que eres capaz del bien para el otro.
• Experiencias de libertad: no para hacer lo que
nos da la gana, sino para hacer lo que de verdad
nos puede hacer felices, aquello que es justo para
los demás y bueno para nosotros.
+ Son muchas las injusticias y desigualdades
que vemos en el mundo y que impiden que las
personas seamos verdaderamente libres.
+ Superar las carencias en nuestra vida, que
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Itinerario de Formación Cristiana para Jóvenes - Un Dios que camina conmigo

son obstáculo para seguir avanzando y ser más libres: falta de formación, intole-
rancias, prejuicios, egoísmos...
¿Qué sentimos cuando vivimos estas experiencias?
Quizás recordando estas experiencias podamos llegar a comprender el deseo que existe
en el corazón del hombre de ser plenamente feliz, pues todos buscamos cada vez más:
amar y sentirnos amados, y ser infinitamente libres. El hombre tiene sed de amor y de
libertad, y en la medida en que vivimos estas experiencias, nos sentimos más felices. Para
el cristiano este deseo del bien es el deseo de Dios. “Dios es Amor” (Jn 1, 1), y en la me-
dida en que busco el amor estoy encontrando a Dios en mi vida. No es que seamos felices
después de vivir estas experiencias porque nos sintiéramos antes poca cosa, o porque lo
que teníamos hasta ese momento fuera insuficiente. Lo somos por lo que hemos descu-
bierto, porque sentimos que podemos hacer muchísimas cosas, hasta el infinito. Es más,
sentimos que tenemos que hacerlas. Porque en definitiva tenemos sed de amor y de un
mundo más justo.
El ser humano es un buscador insaciable de la paz y de la felici-
dad. Ninguna adquisición de bienes materiales, ninguna situa-
ción vital, por satisfactoria que parezca, consigue detener esa
búsqueda. Somos peregrinos hacia un destino de plenitud que
no encontramos nunca del todo en el mundo. (Benedicto XVI-
Dios es Amor. 20)

4. Un camino para la vida


La Iglesia nos presenta una manera muy “nueva” de vivir. Nos presenta a Dios como
el garante de nuestra felicidad y a Jesús como el Camino para conseguirla. “Yo soy el
camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Jn 14, 6). Sí, sí, ya
sé, ¿qué joven de hoy en día elige este camino teniendo play, ordenador, montones de
camisetas en el armario y habiendo quedado el sábado con los amigos para ir de fiesta?
Muchos te dirán: “¡anda ya! pero ¿quién cree en esas cosas? Dios no existe, no hay nada
más que lo que puedes ver y tocar, con esas cosas de la religión sólo tratan de engañarte...
usa un poco la cabeza.”
Sin pretender resolver los enigmas de la ciencia o meternos en un debate filosófico, te
invitamos a pensar:
• ¿Por qué este mundo y no otro?
• ¿De dónde hemos salido, por qué hay algo en vez de nada?
• ¿Qué es la vida?
• ¿Por qué existimos los humanos, siendo diferentes de los animales?
• ¿Por qué es mejor el amor que el odio, la verdad que la mentira?
Estas preguntas, que el hombre de todos los tiempos se ha hecho, puede que queden hoy
sin respuesta para nosotros, pero te invitamos a buscarla en la fe que todos los cristianos,
incluidos los jóvenes, intentamos vivir cada día. Una fe que nos ayuda a encontrar a Dios
en el amor, en la libertad, en la verdad, en el perdón, en vivir para los demás sin pensar
solamente en el dinero (Youcat 1-6).
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1. Una vida de felicidad

Hch 17, 27-29


“...con el fin de que lo buscasen a Él, a ver si, al menos a tientas, lo encon-
traban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en Él vivimos,
nos movemos y existimos; así lo han dicho incluso algunos de vuestros
poetas: “Somos estirpe suya”. Por tanto, si somos estirpe de Dios, no debe-
mos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de
piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre”

• Entonces... ¿podemos encontrar a Dios en el mundo para que nos ayude a vivir?
Conoceremos a Dios en la medida que nos vayamos conociendo, en la medida que
vayamos descubriendo nuestra capacidad de entrega, de generosidad y servicio a Dios
y, por tanto, a los demás.

Exposición y dinamización de los contenidos


Partimos del informe sobre los aspectos más importantes para la juventud, propiciando un
diálogo que intente dar respuesta a las preguntas que se lanzan, y relacionando los as-
pectos que salgan (familia, amigos, Iglesia…) con el valor de la confianza que tengamos
en las personas que conocemos y nos rodean.
Las personas en general, y en este caso los jóvenes, siempre estamos en busca de la feli-
cidad. Dos sensaciones que nos ayudan a acercarnos a esta vivencia de la felicidad plena,
son las experiencia de la libertad y del amor. Pero hay que discernir cuándo estas sensa-
ciones son realmente plenas y no simples sensaciones momentáneas que nada tienen que
ver con este sentimiento.
• Amor: Sentirnos queridos, la amistad, la familia, una relación de pareja...
• Libertad: superar injusticias y desigualdades, obtener formación, superar intoleran-
cias, vivir reconciliaciones, hacer cosas por un amigo y la familia...
Al hilo de esto les podemos proponer que hagan memoria de momentos felices que hayan A
experimentado a lo largo de su vida. Es importante que tú, como acompañante, puedas
ayudarles a encontrar, entre estos acontecimientos, los sentimientos de amor y libertad.
También puedes ayudarles a relacionar esos sentimientos de plenitud, con Dios. Poco a
poco, en cada una de estas experiencias vamos descubriendo a Dios. Dios está presente
en esta manera de vivir. Para ello puedes ayudarte de las preguntas y textos que vienen
en el tema. Esta parte de los contenidos es fundamental de cara a que comprendan que
Dios siempre sale a nuestro encuentro, y nos propone una vida de felicidad. Así en la vida
podemos ser capaces de descubrir su presencia, a través de la Iglesia, a través de las per-
sonas que viven por y para Él, y que nos anuncian que está vivo y presente entre nosotros.
Sería bueno por tanto, ir relacionando el tema con personas concretas que conozcamos
que llevan a Dios en su vida y lo transmiten al mundo.
De cara a presentar estos contenidos de forma más dinámica, sugerimos dos posibilida-
des:

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Itinerario de Formación Cristiana para Jóvenes - Un Dios que camina conmigo

1) Realizar una dinámica que ayude a descubrir que la vida es una búsqueda continua
de la felicidad, teniendo como referencia que esta se alcanza estando en contacto con la
Palabra de Dios. Durante el camino, necesitamos de personas que nos apoyen y nos guíen.
Esto nos puede ayudar a descubrir que también nos tenemos que fiar de la gente cercana
que hay en la comunidad, empezando por ti, por el acompañante.
1. Seleccionad una persona del grupo.
2. Tapadle los ojos, si tenéis prendas para vendaros mucho mejor.
3. El resto del grupo convertid vuestra sala de reuniros en un laberinto.
4. Esconded el Evangelio, la Palabra de Dios.
Las personas del grupo, o una persona sólo, tenéis que guiar a vuestro compañero hasta
el Evangelio sólo con la voz. Este debe confiar en vosotros
Es importante que tú, como acompañante, te involucres en esta dinámica. También sería
bueno que lo hiciera el párroco, para que los jóvenes puedan descubrir en vosotros gente
cercana que nos lleva hacia Dios.
Tenéis que valorar si es bueno darles la explicación de la dinámica antes o preguntarles
después acerca del sentido de la misma. Os damos algunas pistas para su explicación.
1. Pista: Puede relacionarse con la comunidad. A veces las indicaciones son confusas
pero si escuchamos bien nos podemos dejar guiar hasta nuestro objetivo.
2. Pista: Puede relacionarse contigo mismo y con los párrocos, porque es un acom-
A pañamiento más individual, en el que podéis estar cerca para ayudarles a ir creciendo
como cristianos e ir acercándose a Dios.
Después podéis debatir sobre las siguientes preguntas.
• Para la gente con los ojos cerrados:
+ ¿Habéis tenido miedo?
+ ¿Os fiabais de vuestros compañeros?
• ¿Creéis que la gente de la parroquia os puede guiar hacia Dios?
Después les podéis introducir estas pre-
guntas:
• ¿Tú estás en búsqueda de Dios?
¿conoces la verdadera paz y felici-
dad?
Podéis encauzar sus dudas, o sus sensa-
ciones de encuentro con Dios para ani-
marles a descubrir esta nueva manera
de Vivir.
2) Apoyar la reflexión en dos videos, que ahondan en cómo la felicidad está relacionada
con ser uno mismo, con ser personas libres, y en cómo esto no es fácil en medio de una
sociedad que busca continuamente “comprar nuestra vida”.

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1. Una vida de felicidad

• Quiero Ver – Salvar la vida - Lucas 9, 18-24. (Video 1)


Búsqueda Youtube: Verbo Divino salvar la vida
• El hombre orquesta - Búsqueda Youtube: El hombre orquesta (Video 2)

2. Vida cristiana
Testimonio de vida: San Felipe Neri
Felipe tenía claro que el hombre busca la felicidad, pero nada de este mundo puede dár-
sela. Por eso San Felipe Neri ilustra admirablemente la felicidad de la santidad. Dispuesto
a todo por Cristo, logró maravillas en su vida y la gloria del cielo.
Felipe, nacido en Florencia en
1515, desde pequeño era afa-
ble, obediente y amante de la
oración. En su juventud le gus-
taba visitar a los padres domi-
nicos del Monasterio de San
Marco; según su propio testi-
monio estos padres le inspira-
ron a la virtud. A los 17 años,
lo enviaron a San Germano,
como aprendiz de mercante. Su
estancia ahí no fue muy prolon-
garla, ya que al poco tiempo tuvo la experiencia mística que él llamaría, más tarde, su
“conversión”, y desde ese momento dejaron de interesarle los negocios. Partió a Roma,
sin dinero y sin ningún proyecto, confiado únicamente en la Providencia. Allí se hospedó
en la casa de un aduanero, quien le cedió una buhardilla y le dio lo necesario para comer
a cambio de que educase a sus hijos, los cuales -según el testimonio de su propia madre
y de una tía -se portaban como ángeles bajo la dirección del santo.. Felipe no necesitaba
gran cosa, ya que sólo se alimentaba una vez al día y su dieta se reducía a pan, aceitunas
y agua. En su habitación no había más que la cama, una silla, unos cuantos libros y una
cuerda para colgar la ropa. Fuera del tiempo que consagraba a la enseñanza, Felipe vivió
entregado día y noche a la oración, fortaleciendo su vida espiritual y confirmándose en su
deseo de servir a Dios. Felipe hizo sus estudios de filosofía y teología, era muy devoto al
estudio, sin embargo le costaba concentrarse en ellos porque su mente se absorbía en el
amor de Dios, especialmente al contemplar el crucifijo. A los tres años de estudio, cuando
el tesón y el éxito con que había trabajado abrían ante él una brillante carrera, Felipe
abandonó súbitamente los estudios. Movido probablemente por una inspiración divina,
vendió la mayor parte de sus libros y se consagró al apostolado.

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Itinerario de Formación Cristiana para Jóvenes - Un Dios que camina conmigo

“Dichosos vosotros, los jóvenes, que tenéis tiempo por


delante para hacer mucho bien”.
Una señora tenía la costumbre de irse a confesar donde él y casi siempre tenía el
mismo cuento que decir: el de calumniar a sus vecinos. Por ello, san Felipe, le dijo:
“De penitencia vas a ir al mercado, compras un pollo y me lo traes a mí. Pero de
regreso lo vas desplumando, arrojando las plumas en las calles conforme cami-
nas.” La señora pensó que ésta era una penitencia rara, pero deseando recibir la
absolución, hizo conforme se le había indicado y por fin regresó donde san Felipe.
“Bueno, Padre, he completado mi penitencia”. Y le mostró el pollo desplumado.
“Oh, de ningún modo la has completado” – le dijo el santo. “Ahora regresarás al
mercado y en el camino recoges todas las plumas y las pones en una bolsa. Enton-
ces regresas donde mí con la bolsa”. “¡Pero eso es imposible! –lloró la señora–,
¡esas plumas deben de estar ahora por toda la ciudad!” “ Es cierto –replicó el
santo–, pero tienes aún menor oportunidad de recoger todos los cuentos que has
dicho sobre tus vecinos”

Ver
San Felipe Neri pedía a Dios que le diese un corazón más grande. Hay circunstancias en
la vida que abren de par en par el corazón. Lo abren en el sentido de que hacen presente
su verdadero horizonte, su “capacidad de lo infinito”. Amar es una de estas experien-
cias. También la amistad. ¿No te sientes “muy bien” cuando estás con un amigo que te
comprende y te quiere? ¿No es verdad que te sientes más persona cuando te valoran los
demás? Así es la vida. Un conjunto de experiencias que nos hace siempre ir más allá, que
nos mueven, que nos impulsan a caminar, que nos abren el corazón.
Piensa y comparte con el grupo un hecho concreto que hayas vivido últimamente
donde alguna persona te haya transmitido felicidad.

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1. Una vida de felicidad

¿Qué aspectos tienen en común estas sensaciones de felicidad? ¿Qué hay detrás
de estas personas y estas situaciones para que se dé este sentimiento?
¿A quiénes afecta, además de a ti, estas sensaciones? ¿Cómo lo hacen?
Te proponemos ahora escuchar las palabras del Papa Francisco. Él nos da a los jóvenes
algunas claves para transformar y cambiar nuestra vida en esa búsqueda, en presencia de
Jesús, de la felicidad.
Resumen de la Vigilia de jóvenes en la JMJ de Río de Janeiro con el Papa
Francisco
Búsqueda Youtube: Resumen Vigilia JMJ Rio de Janeiro Francisco

Juzgar
Las personas desean ser felices, es decir, vivir plenamente, y vivir siempre.
Sin embargo, no todos coincidimos al señalar qué es lo que nos hace felices. Algunas
personas consideran que la felicidad sólo consiste en tener dinero, poder, influencias, en
disfrutar el día a día. Otras ponen sus esfuerzos por construir una sociedad más justa, don-
de la gente que la formamos nos respetemos y vivamos en paz. Este esfuerzo y sacrificio
que podemos vivir hoy es la base para la felicidad de mañana.
Dios ha puesto en el corazón de cada persona unos deseos profundos de felicidad, un
deseo profundo de vida, de querer vivir.
¿Cómo es, Señor, que yo te busco? Porque al buscarte, Dios mío, busco
la vida feliz, haz que te busque para que viva mi alma, porque mi cuerpo
vive de mi alma y mi alma vive de Ti. (San Agustín, conf. 10, 20.29)
La Iglesia católica nos habla en su catecismo de este deseo de felicidad (Youcat 282-285):
CIC 1718. Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo
es de origen divino: Dios lo ha puesto en el corazón del hombre y de la mujer a fin de
atraerlo hacia Él, el único que lo puede saciar.
CIC 1719. Las bienaventuranzas descubren la meta de la existencia humana, el fin úl-
timo de los actos humanos: Dios nos llama a su propia bienaventuranza. Esta vocación
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Itinerario de Formación Cristiana para Jóvenes - Un Dios que camina conmigo

se dirige a cada uno personalmente, pero también al conjunto de la Iglesia, pueblo


nuevo de los que han acogida la promesa y viven de ella en la fe.
Mt 5, 3-12
Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de
los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos
quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados
hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos
es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien
de cualquier modo por mi causa.

Vamos a detenernos ahora en el siguiente texto:


Lc 9, 23-2
Entonces decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue
a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su
vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.

Puedes acompañarlo con el video de las reflexiones para la Euca-


ristía del blog “Quiero Ver” - SALVAR LA VIDA.
Búsqueda Youtube: Verbo Divino salvar la vida
Vuelve a leer el texto de Lucas e intenta identificar cada una de
las expresiones con las imágenes del video, o con nuestras propias
vivencias de la felicidad.
Desde el Evangelio:
• ¿Cuáles son los motivos más auténticos, los que te hacen ser persona, los que te
descubren el sentido de la vida?
• “Pues el que quiere salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa
la salvará”.
+ ¿Qué clase de vida te está llamando Dios a rechazar?
+ ¿Por qué Jesús nos da la Vida? ¿cómo nos ayuda a vivir?

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1. Una vida de felicidad

Actuar
Después de esta reflexión ha llegado el momento para el compromiso. Son muchas las
cosas que han ido saliendo, muchas las preguntas que se han ido contestando, y muchas
las invitaciones a vivir la vida desde Dios, que es quien nos la ha dado y nos la da cada día.
Recuerda que para este momento debes tener tu Proyecto Personal de Vida Cristiana
contigo, repasa los objetivos y medios que te has puesto. Mira cuáles de ellos coinciden
con las llamadas que Dios te ha ido haciendo a lo largo de este tema. Párate a pensar si
necesitas reafirmarte en alguno, modificarlo, o si necesitas agregar otro nuevo.
• ¿Qué añade Dios a tu vida?
• ¿Qué compromiso concreto vas a asumir o a retomar para que tu vida adquiera más
sentido?

Testimonio de vida
Presentamos como modelo y testimonio que ilumina la vida del joven, a San Felipe Neri,
santo que vivió la felicidad hasta el extremo. El texto presentado se centra en la etapa de
juventud de S.Felipe, en la que ya vivía la experiencia de Dios como una experiencia de amor
extremo que le llenaba plenamente, pero podemos buscar otras referencias de su vida.
Este es el momento para aplicar a la vida todo lo que hemos ido viendo. Hasta ahora no
hemos dejado de recurrir a lo que los/as jóvenes estaban viviendo, pero es momento de
dar un paso más.
Ver
En el Ver, se les sugiere que piensen en algún momento reciente en el que hayan vivido
esa sensación de felicidad. Así mismo, les puede ayudar el vídeo del Papa Francisco en la
JMJ 2013 (Video 3).
Juzgar A
En la parte del Juzgar intentaremos que descubran que Dios, el mensaje de Jesús, esta
forma de Vivir, también pueden ser una motivación, un gran “Porqu ” para caminar por la
vida. Un estilo de vida firme, que aguanta las dificultades y malos momentos, como nos
recuerda Jesús por medio del Evangelio de Lucas. Un estilo de vida marcado por las bien-
aventuranzas. También aquí se puede volver a visualizar el video “Salvar la vida”, de cara
a que nos ayude a relacionar la búsqueda de la felicidad con las actitudes que emanan
de las bienaventuranzas.
Actuar
Por último, en el momento del Actuar, les propondremos que se pongan manos a la obra,
que esto que hemos estado viendo les lleve a cambios en su vida. Para este momento
tendrán presente su Proyecto Personal de Vida Cristiana, ya que el compromiso puede
ser reafirmarse en algo que ya han planteado o algo del mismo que tengan que cambiar.

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Itinerario de Formación Cristiana para Jóvenes - Un Dios que camina conmigo

Los compromisos deben estar bien definidos, no deben ser grandes cosas, sino pequeños
pasos que les ayuden en este proceso. Tienen que ser evaluables en el tiempo, y al igual
que el resto de reflexiones, se compartirá con el grupo.
A
El grupo también se puede proponer algún Actuar grupal que ayude a otros jóvenes a
tomar como ejemplo el estilo de vida de Jesús.

Oración
• Poniéndonos en presencia de Dios, sacamos el Evangelio para rezar la siguiente oración.
En ella el evangelista S. Juan y S. Agustín nos van a dar la clave de la comunión con Dios.
Es la cumbre de toda la revelación bíblica.
+ Lectura de 1 Juan 4, 7-8
+ “Ama y haz lo que quieras” ( San Agustín )
Ama y haz lo que quieras.
Si callas, calla por amor;
Si corriges, corrige por amor,
si perdonas, perdona por amor;
ten siempre en el fondo del corazón la raíz del amor:
de esta raíz no pueden sino surgir cosas buenas.
• Ahora párate a pensar:
+ ¿Soy de callar o de hablar? ¿lo hago desde el
amor?
+ ¿Corrijo o no me meto en líos? ¿lo hago desde
el amor?
+ ¿Perdono con amor o me quedo en el rencor?
Quizás le puedes pedir a Dios que te ayude a encontrar
el camino del Amor en estas pequeñas actitudes, que
son las que nos pueden hacer grandes ante Él.
• PADRE NUESTRO… (todos juntos)
El modelo de oración es muy básico y sencillo, pero es conveniente centrar el momento
(diferenciándolo de los momentos anteriores). Para ello se puede poner una vela en el
medio para hacer presente a Jesús, dejar una silla vacía, o cualquier otro símbolo que
A suponga una toma de conciencia de la presencia de Dios. Es necesario que los jóvenes
tengan el Evangelio para poder proclamar el texto de Juan. También se les puede sugerir
que la vuelvan a realizar personalmente en casa.

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1. Una vida de felicidad

Recursos y otras posibilidades para dinamizar el tema


1. Testimonio: LO QUE DA SENTIDO A MI VIDA
Pepe Nerín, Sacerdote Diocesano
Nací en una familia cristiana y practicante que habitaba a una manzana de la Catedral de
Barbastro y en la que se vivía la fe como algo normal. De los 5 a los 16 años fui alumno
de un colegio religioso, el de los Escolapios, en donde abundaban las prácticas religiosas,
incluida la misa diaria y el rosario, además de las larguísimas letanías cantadas en latín los
sábados por la tarde. A punto de cumplir los 17 años entré en el Seminario… No soy, por
tanto, un convertido sino alguien que ha vivido en ambiente religioso desde el principio;
ambiente, por cierto, bastante diferente en muchos aspectos al actual.
Mi idea de Dios ha ido cambiando a lo largo de mi vida. Cuando era crío creía que Dios
estaba en todas partes, entendiendo esto incluso de una forma meramente física. Recuerdo
que un amigo me decía: “Entonces, si Dios está en todas partes, si yo te doy un puñetazo
pues resulta que también se lo doy a Él mientras mi puño va recorriendo el espacio hasta tu
cuerpo, ya que Dios ocupa ese espacio”. Era una presencia un tanto incordiante ya que su
ojo lo veía todo y parecía que carecías de intimidad. Se trataba de un Dios que se dedicaba
a juzgarnos y podía enviarnos al cielo o al infierno, con una probabilidad en torno al 50 %
en cada opción; y no bastaba con haber sido bueno toda la vida ya que se nos recordaba
el ejemplo de aquél que lo había sido pero de repente cometió un pecado mortal y a con-
tinuación se murió, condenándose por tanto sin remedio. Terrible esa posibilidad. Por otra
parte era un Dios todopoderoso, lo que llevaba consigo que para conseguir algo había que
pedírselo, aferrándonos constantemente a la opción del milagro. Y se trataba de un Dios
eterno, sin principio ni fin, algo que desbordaba nuestras mentes, un lío, en definitiva. Pero
teníamos fe, que era definida como creer lo que no se ve.
Poco a poco, incluso simultáneamente, fui descubriendo que Dios era Alguien, un ser perso-
nal, no “algo que tiene que haber”. Y Alguien presente, pero no agobiante, cercano y que
nos envuelve amorosamente (“nos movemos en Él”, como proclama S. Pablo). Alguien, por
consiguiente, que te quiere, que es el Amor más grande. Alguien con características huma-
nas, sensible, incluso débil, que necesita de nosotros porque no ejerce de todopoderoso al
habernos creado libres: el Dios Padre de Jesús al cual podemos rezar el Padrenuestro, porque
también lo es nuestro.
Este Dios que nos quiere nos llama. Y surgió la cuestión de la vocación, y fui descubriendo
poco a poco, no de golpe, aunque bastante temprano, que me gustaba lo de ser cura. Y a
su llamada no me quedaba más remedio que responder entablando un diálogo con Dios.
De ahí la necesidad de rezar, pero una oración no de recitar oraciones sino de sentir a Dios,
de estar con Él.
Mi fe es y ha sido una fe “trinitaria”. Creo en Dios Padre con una fe que es confianza en
Él, me fío de Él. Mi fe pasa por Jesucristo que para mí y para un cristiano es la clave, mi
referencia, el “rostro” de Dios. Y mi fe es animada por el Espíritu, el Espíritu de Jesucristo
que me lleva al Padre, me lleva a formar comunidad con otros y me impulsa hacia los otros,
especialmente hacia los pobres. En esta fe he apoyado mi compromiso, por ejemplo, con los
transeúntes, con los que he compartido bastante de mi vida durante 25 años…

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Itinerario de Formación Cristiana para Jóvenes - Un Dios que camina conmigo

Mi fe la he vivido más en medio de la vida que encerrado en el templo. Ha sido una fe no de


considerar a Dios para mí sino a mí para Dios. No he seguido un estilo de ermitaño solitario
sino de encuentro con los demás. Y no la he vivido en las nubes, en un espiritualismo desen-
carnado, sino en contacto con los pobres. Por eso, a la pregunta que hace muchos años me
dirigió una persona: “si te quedara un solo día de vida, ¿qué harías?”, mi respuesta no sería
la de encerrarme en una iglesia a rezar sin parar, sino continuar disfrutando de la presencia
de Dios en medio de mi vida normal.
Mi fe no está ni ha estado exenta de dudas. Dios es un Misterio y se escapa si quieres atra-
parlo. Nunca podemos decir que ya tenemos claro lo suyo porque siempre nos va asaltando
la duda de pensar si será verdad o me estoy autoengañando… Pero trato de seguir adelante
pese a todo, mantengo mi esperanza y trato de unir mi fe con la caridad, ya que obras son
amores. Mi fe ha pasado por sucesivos momentos de crisis, ha ido creciendo, madurando y
superando obstáculos… Y superas los 60, el cuerpo lo va notando, vales físicamente cada
vez menos, y te haces la pregunta ante un final que ya se va intuyendo: ¿ha merecido la
pena? La respuesta que me doy es que sí. Porque, ¿qué ha añadido y añade Dios a mi vida?
Digamos que fundamentalmente sentirme querido por el que es Padre y Fundamento de
todo. Que ahí es nada en mi pequeñez. Me ha dado sentido, una visión más amplia y global,
trascendencia, porque creo en Jesucristo como camino, verdad y vida. Me ha dado “profun-
didad” al sentir que Dios “habita” en lo más profundo de mí mismo, es lo más íntimo de
mí. Me ha dado Espíritu, incluido el impulso, el estilo, la fortaleza. Y me ha dado hermanos,
creyentes con los que he establecido y establezco relaciones de comunidad solidaria.

2. Película – EN BUSCA DE LA FELICIDAD


Título original: The Pursuit of Happyness. Año: 2006. Duración:116 min. País: Estados Unidos.
Director: Gabriele Muccino.
Esta película basada en una historia real, nos ofrece algunos elementos para que podamos
descubrir la vida como vocación, como búsqueda. En ella encontramos algunos elementos
vocacionales que nos van a servir para el debate en el equipo de vida. Por ejemplo, ¿qué
es la felicidad según la película? Desde la perspectiva norteamericana diríamos que es el
éxito profesional unido a un cierto nivel económico. Pero desde una antropología cristiana
sabemos que no es así.
Es interesante el hecho de que en la Declaración de independencia de Estados Unidos,
Thomas Jefferson incluyó como una de sus sentencias más contundentes “el derecho del
hombre a la vida, la libertad y a la búsqueda de la felicidad”. La reflexión que hace Chris en
la película es sobre el hecho de la búsqueda. La felicidad tiene que buscarse, no nos viene
dada, pero ¿dónde? ¿No será en la respuesta afirmativa a la invitación de Dios a vivir en
plenitud? ¿No será en el seguimiento de su Hijo Jesús?
Como propuesta para trabajar la película:
Ver y analizar:
• ¿Cuál es la situación de la familia de Chris que se nos presenta en la película?
• ¿Tiene Chris las capacidades necesarias para conseguir el trabajo que busca?
• ¿Cuál es el sueño que busca en su vida?
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1. Una vida de felicidad

• Cuando se entera que las prácticas no serán remuneradas a Chris le entran dudas.
¿Qué argumentos tiene para seguir adelante? ¿Cuáles en contra?
• ¿Qué sacrificios hace Chris para alcan-
zar lo que busca?
• ¿Por qué consigue hacer realidad su
sueño?
Nos interpela:
• ¿Cuáles son los sueños que buscas en
la vida?
• ¿Qué dificultades encuentras para al-
canzarlos?
• ¿Qué haces para superar las dificultades?
• ¿Qué idea de la felicidad se nos presenta en la película? ¿Estás de acuerdo con ella?
¿Qué es para ti la felicidad?
• Como cristiano, ¿qué experiencia de felicidad profunda has tenido?

3. Canciones
Me Olvide de Vivir - Macaco
De tanto correr por la vida sin freno
me olvidé que la vida se vive un momento.
De tanto querer ser en todo el primero
me olvidé de vivir los detalles pequeños.
De tanto jugar con los sentimientos
viviendo de aplausos envueltos en sueños.
De tanto gritar mis canciones al viento
ya no soy como ayer, ya no se lo que siento.
Me olvidé de vivir
Me olvidé de vivir
Me olvidé de vivir
Me olvidé de vivir
De tanto cantarle al amor y la vida
me quede sin amor una noche de un día
De tanto jugar con quien yo más quería
perdí sin querer lo mejor que tenía
De tanto ocultar la verdad con mentiras
me engañé sin saber que era yo quien perdía
De tanto esperar, yo que nunca ofrecía

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Itinerario de Formación Cristiana para Jóvenes - Un Dios que camina conmigo

hoy me toca llorar, yo que siempre reía.


Me olvidé de vivir
Me olvidé de vivir
Me olvidé de vivir
Me olvidé de vivir
De tanto correr por ganar tiempo al tiempo
queriendo robarle a mis noches el sueño
De tanto fracasos, de tantos intentos
por querer descubrir cada día algo nuevo.
De tanto jugar con los sentimientos
viviendo de aplausos envueltos en sueños.
De tanto gritar mis canciones al viento
ya no soy como ayer, ya no se lo que siento.
Me olvidé de vivir
Me olvidé de vivir
Me olvidé de vivir
Me olvidé de vivir
Preguntas para el diálogo:
Escuchamos la canción, subrayamos las frases que más nos llaman la atención y aquellas
con las que nos identifiquemos:
• ¿Hemos vivido alguna situación de las que se plantea en la canción?
• ¿Sabemos lo que sentimos?¿Sabemos vivir y disfrutar de la vida?¿Qué significa para
nosotros?

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