El Régimen de La Comunidad de Bienes Muebles y Ganancias
El Régimen de La Comunidad de Bienes Muebles y Ganancias
El Régimen de La Comunidad de Bienes Muebles y Ganancias
Introducción ................................................................................................................. 1
Justificación ................................................................................................................. 2
Conclusiones ............................................................................................................. 16
Bibliografía ................................................................................................................ 17
Introducción
Cuando los futuros esposos no se acogen a ningún régimen matrimonial, sino que
simplemente contraen matrimonio, la ley les atribuye un régimen matrimonial
determinado, que es el que se conoce como régimen de la comunidad de bienes
muebles y gananciales.
1
Justificación
Hay que resaltar que en la legislación Dominicana, los esposos a la hora de contraer
matrimonio tienen la facultad de elegir el régimen que regirá sus relaciones
patrimoniales, no obstante la falta de elección o silencio, no los deja a la intemperie,
el legislador sabiamente le ha impuesto un régimen, el cual en nuestras relaciones
interpersonales juega un papel preponderante, de ahí la importancia práctica del
estudio y análisis de los distintos regímenes matrimoniales y por qué no, de las
relaciones extramatrimoniales conocidas hoy día con el nombre de concubinatos, a
las cuales ya nuestra Constitución Política les ha reconocido derechos patrimoniales.
2
El régimen de la Comunidad de Bienes Muebles y
Ganancias
Se entiende por régimen matrimonial aquel contrato bien sea convencional o legal,
mediante el cual se regirán las relaciones de los esposos en todo lo relativo al
aspecto económico patrimonial, para regular a través de él todo lo concerniente a los
bienes, como en lo que respecta a las ganancias y pérdidas se refiere, que en su
vida común, producto de esas relaciones se produzcan.
También el régimen matrimonial puede ser definido como el conjunto de normas que
determinan el estado jurídico de los bienes de los esposos durante el matrimonio y al
tiempo de su disolución, y que rigen las relaciones pecuniarias de los cónyuges entre
sí o con los terceros con quienes contratan. El régimen matrimonial determina los
derechos y obligaciones de los esposos con relación a los bienes muebles o
inmuebles que aportan al matrimonio, así como los derechos y obligaciones de que
son titulares o que tienen contraídos al momento cuando queda disuelto el vínculo
matrimonial.
A las cláusulas contractuales que los futuros esposos convinieren para regular el
aspecto patrimonial de su matrimonio, como también las regulaciones que el
legislador ha previsto al respecto tanto en el Código Civil como en las demás leyes,
es lo que se llama régimen matrimonial. Las disposiciones del Código Civil,
reconocen cuatro tipos de contratos o regímenes matrimoniales que los esposos
puedan adoptar al momento de contraer matrimonio.
Son estos:
1) El régimen de la separación de bienes;
2) El régimen de la comunidad legal de bienes;
3
3) El régimen de la comunidad de bienes convencional el cual puede adoptar dos
variantes diferentes: la comunidad de todos los bienes presentes al momento del
matrimonio, o la comunidad de bienes reducida a los gananciales;
4) Régimen sin comunidad.
Hasta la promulgación de la Ley 189-01 del 22 de noviembre del 2001, que introdujo
importantes cambios Código Civil, se contemplaba un quinto tipo de régimen
matrimonial, que lo era el régimen dotal, el cual, en nuestro ordenamiento jurídico
había quedado en desuso. Todos estos regímenes serán desarrollados en los demás
recursos de aprendizajes que continúan en esta guía digital.
4
se podrán considerar como propiedad exclusiva del marido los bienes que
componían o componen la comunidad por el solo hecho de que este administrarlos
de forma exclusiva y personal.
Por eso, y cuando exista una ausencia total de convención en contrario, y atendiendo
ese interés superior y de orden público de la familia como núcleo esencial de la
sociedad, el legislador decidió imponer su voluntad, la que ha de ser entendida como
la manifestación positiva de una de las razones esenciales del Estado, y la que, y
como establece la Constitución de la República, la familia “es el núcleo esencial de la
sociedad”.
El patrimonio de afectación, que surge a partir del hecho del matrimonio, conformará
una masa homogénea de bienes que estarán afectos al bienestar familiar, y cuya
propiedad, en principio, se reputará común a ambos esposos. Pero no se tratará en
realidad de un todo homogéneo, sino que un análisis más detallado, permitirá
establecer que se está en presencia de diferentes bienes muebles e inmuebles,
tangibles e intangibles, cuya propiedad en realidad, y en su conjunto, puede no ser
común.
Al efecto, en ese patrimonio encontramos dos grandes masas de bienes que son, los
propios de cada uno de los esposos y los bienes comunes que conforman la
comunidad y son una variedad particular de indivisión. Esta división no tiene ninguna
incidencia durante la existencia de la comunidad, y su importancia solo se hará
patente y tendrá aplicación en aquellos casos en que se procure la disolución de la
comunidad por una de las causas establecidas por la ley. Aunque es menester acotar
que no por ello deja de tenerlo mientras esta, la comunidad, exista, respecto a la
administración de los mismos, por parte de los esposos y respecto de los poderes de
disposición que estos tienen sobre ellos.
6
de esto modo los pasivos comunes de los pasivos individuales y propio de cada uno
de los esposos. De donde, y al igual que los bienes, podemos afirmar la existencia
de tres grandes grupos de pasivos: a) Pasivos de la comunidad; Pasivos
exclusivamente del marido; y c) Los pasivos exclusivos de la mujer.
El artículo 1401 del Código Civil establece que: “La comunidad se forma activamente:
1º de todo el mobiliario que los esposos poseían en el día de la celebración del
matrimonio, y también de todo el que les correspondió durante el matrimonio a título
de sucesión, o aun de donación, si el donante no ha expresado lo contrario; 2º de
todos los frutos, rentas, intereses y atrasos de cualquier naturaleza que sean,
vencidos o percibidos durante el matrimonio, y provenientes de los bienes que
pertenecían a los esposos desde su celebración, o que les han correspondido
durante el matrimonio por cualquier título que sea; 3º de todos los inmuebles que
adquieran durante el mismo”.
Existen bienes muebles que son propios, aunque representan una excepción al
principio de que todo bien mueble entra a la comunidad. Tales bienes son los
siguientes:
7
Los muebles que los esposos reciben por vía de donación o sucesión de parte
de terceras personas, cuando estos o éstas expresamente los excluyen de la
comunidad en el acto de donación o en el testamento.
Aquellos bienes muebles corporales o incorporales (cosas materiales
susceptibles de apropiación y los derechos matrimoniales), como es el caso,
por ejemplo, de las pensiones alimenticias, las indemnizaciones por
accidentes de trabajo, los seguros de vida, etc.
Los bienes muebles comprados con dinero proveniente de la venta de un bien
propio.
Los productos (todo lo que proviene de una cosa, pero sin periodicidad o con
alteración de su sustancia, por ejemplo, los materiales extraídos de una
cantera, los cortes de madera en montes no repoblados) de los bienes
propios, a diferencia de los frutos (productos que da una cosa a intervalos
periódicos sin alteración ni disminución de su sustancia que pueden ser
naturales, cuando los da espontáneamente la tierra, ejemplo, cría de
animales; o por el trabajo del hombre, que son frutos industriales, ejemplos,
tomates y verduras de una hortaliza; o frutos civiles, ejemplo: el interés de una
suma de dinero que se ha prestado; el alquiler de una casa, etc.) que entran
en la comunidad matrimonial.
Las indemnizaciones por daños corporales experimentados por uno de los
cónyuges.
Aquellos bienes de uso íntimo del cónyuge dueño de los mismos, o que éste
usa para el ejercicio de su profesión u oficio, etc. En cuanto al pasivo propio,
se trata de las deudas contraídas antes de la celebración del matrimonio. Si la
contrajo el marido, el principio de que "todo acreedor del marido es acreedor
de la comunidad", hace que los bienes comunes puedan ser embargados por
esas deudas del marido, pero éste al disolverse la comunidad, deberá
restituirle a ésta, a título de recompensa, lo que cobraron los acreedores del
marido que estaba endeudado.
8
e. División del activo, Activo común en el régimen de la
comunidad.
A partir de las disposiciones de los artículos 1401 y 1402 del Código Civil, surge la
posibilidad de clasificar los bienes que integran la comunidad en dos grandes grupos:
los bienes comunes por disposición expresa de la ley, en virtud de los dispuesto por
el artículo 1401 del mismo texto, y aquellos que en vista de la presunción y de la
prueba, conforme al artículo 1402 del citado Código, han de ser considerados
propios de cada uno de los esposos.
Sin embargo, existen determinados bienes que adquiridos antes del matrimonio o
durante el mismo seguirán reputándose como propios, en razón del vínculo
personalísimo que se puede dar entre su poseedor o propietario y el bien en
cuestión. Sin básicamente aquellos bienes vinculados al ejercicio de la profesión
particular del esposo o la esposa.
En este sentido se puede afirmar que seguirán siendo reputados como bienes
propios de cada uno de los esposos, por ejemplo, el derecho moral del autor sobre
su obra, aunque el patrimonial ingrese en la comunidad, y conforme se desprende
del artículo 21 de la Ley No. 65-00 sobre Derecho de Autor: Lo mismo puede
afirmarse, y en tanto y cuanto le sea aplicable, sobre el derecho de propiedad
industrial protegido por la Ley No. 20-00. Esta exclusión, por el vínculo personalísimo
que se da entre el derecho y la persona de uno de los cónyuges, ha sido reconocida
y consagrada por la Corte de Casación dominicana.
9
Eso oportuno advertir que determinados mecanismos del derecho común pueden
incidir en la modificación y consistencia de la masa común, como de los patrimonios
personales, tales como la accesión o la subrogación de bienes. En fin, es posible
distinguir cuatro tipos de bienes a partir de los cuales la masa común puede
conformar su consistencia:
La industria o trabajo de los esposos.
Los frutos percibidos de los bienes propios.
Las fuentes diversas precedentemente enunciadas
Subsidiariamente, la presunción de comunidad.
Entendemos que esta clasificación por sí sola no es suficiente por las razones
siguientes:
b) Porque el artículo 1405 del mismo Código Civil enuncia el principio de que los
bienes adquiridos por sucesión, donación o legados, permanecerán como bienes
propios, siempre y cuando estos hayan sido atribuidos de forma exclusiva por el
10
difunto, el donatario o el testador de forma exclusiva a uno de los esposos. De
donde, en ausencia de una disposición expresa en ese sentido, siempre y cuando el
objeto de la sucesión, donación o legado sean bienes muebles, se ha de considerar
que esto se ha hecho a título común, es decir a favor de ambos esposos, excepción
hecha de los inmuebles que requieren, para la aplicación de esta presunción, que la
donación o legado sea hecha expresamente a título de copropiedad.
“Cada uno de los esposos puede hacerse abrir, sin el consentimiento del otro,
cuentas corrientes, cuentas de depósitos, de ahorros, de títulos”. También en el
artículo 221 de ese mismo texto, el cual ha de interpretarse común y aplicable a
ambos esposos, a partir del mandato contenido en el artículo 55.1 constitucional, que
“Bajo todos los regímenes y so pena de nulidad de cualquier cláusula contraria
contenida en el contrato de matrimonio, la mujer casada tiene sobre los productos de
su trabajo personal y las economías que de éste provengan, plenos derechos de
administración y de disposición. Ella puede hacer uso de éstos para adquirir
inmuebles o valores mobiliarios, y puede enajenar los bienes así adquiridos, así
como tomar a préstamo sobre los mismos, e hipotecarlos”.
La combinación de esta disposición con las del artículo 1401 del mismo Código Civil,
podría hacer cuestionable si dichas ganancias, producto del trabajo personal de los
esposos, ingresan o no dentro de la comunidad. Sin embargo, ha de entenderse que
por la naturaleza mobiliaria del salario, la respuesta debe ser positiva, aun cuando el
11
legislador de 1978, siguiendo las pautas trazadas por el francés de 1965, va a
atenuar los efectos de este ingreso, y principalmente en lo relativo a los bienes que
con el producto de este trabajo puedan adquirir los esposos. Es oportuno resaltar
que el aspecto patrimonial del derecho de autor y a la luz de la Ley No. 65-00, no así
el derecho moral, ingresarán en el patrimonio común.
De acuerdo a lo establecido por las disposiciones del artículo 1401 del Código Civil,
todos los bienes muebles o inmuebles adquiridos con el producto de las ganancias
por salarios o por la economía realizada por uno de los esposos producto de su
trabajo, ingresarán a la comunidad. Poco importará que la adquisición haya sido
hecha por ambos esposos o por tan solo uno de ellos. Será igualmente indiferente
establecer si la adquisición del o los bienes muebles e inmuebles ha sido hecha con
o sin la contribución del otro cónyuge. Lo único que importa es la naturaleza de los
fondos empleados.
12
i. Salarios y ganancias no empleadas.
Si bien, y por disposición del artículo 1401 del Código Civil, los salarios y ganancias
de los esposos, por su carácter mobiliario se consideran que ingresan a la
comunidad, no menos cierto es que resulta ser que, sin embargo, las modificaciones
introducidas al Código Civil por la Ley No. 855 de 1978, van a regular de modo
preciso aquellos salarios y ganancias no comprometidos con el sostenimiento y
contribución de los gastos comunes del hogar.
En principio, tal y como se infiere de la lectura de los artículos 218, 220, 221, 223 y
224 del Código Civil, se puede afirmar que, y luego de haber cumplido con su
obligación esencial de contribuir a la carga del hogar, el resto de dichos fondos
resultan ser bienes propios de libre disposición para cada uno de los esposos,
quienes podrían así disponer de ellos a su voluntad. Pero no podrá confundirse el
mandato del artículo 218, con el hecho de que si del empleo o inversión o reinversión
de dichos fondos, se adquiriesen bienes de cualquier naturaleza, estos han de ser
considerados como bienes propios del cónyuge. Los bienes que puedan ser
adquiridos, sin importar su naturaleza, y no obstante el mandato del artículo 223 del
Código Civil, no pierden en su esencia la naturaleza de bienes comunes.
Al igual que los bienes adquiridos o creados por la industria de uno de los esposos,
los frutos y ganancias producidos por los bienes propios de uno o de ambos
esposos, y por mandato expreso del artículo 1401 del Código Civil, los mismos
ingresarán a la comunidad, en razón de su naturaleza mobiliaria. Sin embargo, y a
partir de las disposiciones de la Ley No. 855 de 1978, atenuada por la de la Ley No.
189-01, que en conjunto modificaron el Código Civil, este criterio parece mantener su
13
vigencia. Al efecto, el artículo 221 del Código Civil, que si bien referido básicamente
a la mujer habrá de ser interpretado como que también aplicará al marido, dispone
que: “Bajo todos los regímenes y so pena de nulidad de cualquier cláusula contraria
contenida en el contrato de matrimonio, la mujer casada tiene sobre los productos de
su trabajo personal y las economías que de éste provengan, plenos derechos de
administración y de disposición. Ella puede hacer uso de éstos para adquirir
inmuebles o valores mobiliarios, y puede enajenar los bienes así adquiridos, así
como tomar a préstamo sobre los mismos, e hipotecarlos”. Sin embargo, esto no le
quita la naturaleza de bienes comunes.
Esta contradicción aparente se da entre las disposiciones de los artículos 221 y 1401
del Código Civil, y es perfectamente conjugable con el interés del legislador de dotar
de cierta autonomía a los esposos, y conferir a su patrimonio personal autonomía
perfecta.
El Artículo 1419 del Código Civil establece lo siguiente, a saber: “pueden los
acreedores exigir el pago de las deudas contraídas por la mujer, tanto sobre sus
propios bienes, los del marido o de la comunidad, salvo la recompensa debida a la
comunidad o la indemnización que se le deba al marido”. Por tal sentido, “conforme a
lo establecido por el Artículo 1409 del Código Civil, la comunidad está obligada a
pagar una deuda garantizada por una hipoteca sobre un inmueble, aun cuando este
sea propio de uno de los esposos”.
14
Por tales razones, los bienes que conforman la comunidad son la prenda común de
los acreedores y, en consecuencia, estos van a responder ante el eventual ejercicio
de una acción en contra de uno de los esposos por separado, ya que en principio,
todos y cada uno de estos bienes, responden de forma solidaria ante cualquier
eventualidad.
Hay que tener en cuenta que al momento de ejercer, con la finalidad de cobrar una
acreencia por parte de un acreedor, una de las vías de ejecución en perjuicio de uno
de los activos que forman parte de la comunidad legal de bienes, en principio esto es
posible. Esto a raíz de que la solidaridad existente entre los esposos se presume.
Esta clase de bienes tiene dos aspectos: a) activo; b) y pasivo. En cuanto al activo
propio, los cónyuges conservan el derecho al goce de la titularidad de los inmuebles
tanto presentes como futuros, estos últimos siempre que hayan sido obtenidos a
título gratuito, por donación o sucesión. También son bienes propios los inmuebles
adquiridos por vía de subrogación real, es decir el inmueble adquirido con el dinero
que se obtuvo al vender un inmueble propio.
También forman parte del activo propio, los inmuebles adquiridos al terminar una
indivisión, pero siempre que los esposos hayan sido propietarios de alguna parte de
esa indivisión con anterioridad al matrimonio, la indivisión es la situación jurídica de
una o varias personas, titulares en común de un derecho sobre un mismo bien o
conjunto de bienes, sin que exista división material de sus partes. La parte de cada
uno de ellos se expresa de manera puramente intelectual por una fracción y se
denomina cuota parte indivisa. Existen bienes muebles que son propios, aunque
representan una excepción al principio de que todo bien mueble entra a la
comunidad.
15
Conclusiones
Al momento de la separación de bienes, sea por separación de los esposos, bien por
la muerte de uno de ellos, los bienes existentes en la comunidad pueden separarse
con gran facilidad, de ellos solo hay que deducir lo que pertenece a cada uno de los
esposos, y luego, todo lo que ha surgido como producto de la vida matrimonial es
bien ganancial.
16
Bibliografía
Biaggi Lama, J. Alfredo. (2013). Los Regímenes Matrimoniales. (1ª ed.). República
Dominicana: Editora Corripio.
Congreso Nacional. (1937). Ley de Divorcio No. 1306- bis. 21 de mayo de 1937.
Santo Domingo, República Dominicana.
Congreso Nacional. (1940). Ley No. 390, que concede plena capacidad de los
derechos civiles a la mujer dominicana. 10 de diciembre de 1940. Santo Domingo,
República Dominicana.
Congreso Nacional. (2001). Ley No. 189-01, que modifica y deroga varios artículos
del Código Civil en Relación a los Regímenes Matrimoniales. 22 de noviembre de
2001. Santo Domingo, República Dominicana.
17
Anexos