Trabajo Final Linguística
Trabajo Final Linguística
Trabajo Final Linguística
2014
ÍNDICE
1 INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 1
2 LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS ............................................................ 4
2.1 DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS ........................................... 6
2.2 CONVENCIÓN INTERNACIONAL..................................................................................... 7
2.2.1 DECLARACIÓN SOBRE LA PROTECCIÓN DE TODAS LAS PERSONAS CONTRA LAS
DESAPARICIONES FORZADAS ................................................................................................ 7
3 CORTE PENAL INTERNACIONAL ............................................................................................. 8
3.1 ESTATUTO DE ROMA ..................................................................................................... 9
3.1.1 CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD ....................................................................... 10
4 CONVENCIÓN INTERAMERICANA SOBRE DESAPARICIÓN FORZADA .................................. 12
5 CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS ................................................ 13
5.1 COMISIÓN INTERAMERICA DE DERECHOS HUMANOS ............................................... 14
5.2 CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS ................................................. 15
6 SITUACIÓN DEL PERÚ EN ESE ENTONCES............................................................................ 16
7 ALGUNOS DATOS DE ERNESTO RAFAEL CASTILLO PÁEZ ..................................................... 19
8 EL CASO ............................................................................................................................... 20
9 CONCLUSIONES ................................................................................................................... 25
10 BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................. 27
I
1 INTRODUCCIÓN
Son dos las emociones que siento ahora al escribir estas líneas, una de agradecimiento
este trabajo, que más que trabajo, es el inicio de lo que mañana más tarde será mi
profesión. Es, pues, la presente una oportunidad de comenzar a profundizar, desde ya,
La segunda, vale lo mismo como la impotencia, de darme cuenta que mi país es de ricos
somos subyugados y tratados como títeres por aquellos, dizque jefes de la patria, como
lo ocurrido con el joven universitario Ernesto Rafael Castillo Páez (en adelante
Ernesto). Pero lo que no se percataron aquellos hombres abusivos del poder, es que hay
En consecuencia, se corrobora una vez más que el Perú es un país corrupto, tanto es así
que para resolver nuestros problemas, se tiene que llegar a niveles internacionales, como
quedó otra alternativa que pedir apoyo a los organismos internacionales, en cuanto a la
Es por lo anterior, que el objetivo de esta exposición es dar a conocer al lector, de forma
analítica, crítica y práctica, nuestro punto de vista, en relación al caso Castillo Páez,
para que de esta forma, él sepa lo que en realidad aconteció y no sea un lector pasivo
más, sino que empiece a hacer algo, ya, por la nación; es decir, que trate de ser
1
Información que a veces es tergiversada por los medios de comunicación a pedido de
instituciones de justicia internacionales que velan por los derechos del hombre, y están
sobre cada uno de ellos, podamos sumergirnos en lo que es en sí el caso. Así, pues, todo
miembros de la PNP, justo después del estallido de un explosivo emitido por el grupo
A partir de ese momento, la corrupción e injusticia, se vieron por muy poco tiempo de
color de rosa, toda vez que ante la búsqueda por tres días a Ernesto, sus padres
segunda instancia. Luego todo lo rosa, se volvió negro, el abuso del poder de las
Ganaba e iba a seguir ganando la batalla, toda vez que esta se jugaba en casa, o en todo
caso, en la casa de las “ratas”, puesto que ningún otro sería algo ante ellas. De esta
forma, la Corte Suprema iba a aceptar la queja contra el recurso impuesto por los padres
suponer que todo está comprando en el Perú, pues siempre hay por allí, un juez o un
funcionario corrupto que se vende al mejor postor, que por la codicia del dinero y el
estatus social, pierden hasta su dignidad y más aquella autoridad que dice ser defensora
de la justicia, que a veces pienso que, cuando ingresaron a la carrera, desde ya, y siendo
aquí más compasivo, sin querer tergiversaron el concepto de justicia, de tal forma que
empieza tomar una mejor perspectiva, es decir, la justicia empieza a dejarse ver, aunque
todavía tímida.
Corte), por medio de una demanda presentada por la Comisión, contra el estado
peruano, esta resuelve por sentencia de fecha tres de noviembre de 1997, entre sus
vida y a una efectiva protección judicial; ordenar al estado peruano a que realice una
además a que el Perú pague una indemnización a las víctimas. Detalles que más a
A todo ello, siempre el Gobierno intentando defenderse de alguna u otra manera, siendo
sus alegatos débiles, toda vez que más se pronuncian en la forma y no en el fondo, como
en ese momento, estudiante de la Católica. Alegatos que de ninguna manera, tienen que
ver con el caso de fondo. De esta forma se comprueba que, el Perú no tenía con qué
1998, donde ante todo se subraya que el Estado debe pagar en dólares o en moneda
nacional a los familiares de Ernesto por los perjuicios causados, además de costas
3
efectuadas en el derecho interno, cuestiones que ulteriormente veremos; la sentencia
propone al igual que la anterior que, el Perú debe investigar los hechos del caso,
informe completo, detallado y actualizado sobre las medidas adoptadas para determinar
Todo lo anteriormente redactado serán temas del presente trabajo, por el momento solo
lo que vendrá después. Estamos, pues, ante una cuestión de sumo interés, ya que se
presenta como un tema simbólico, toda vez que es el primer caso de desaparición
1
La Organización de las Naciones Unidas es un ente social específicamente cultural, que nace,
de forma indirecta por así decirlo, del fracaso de la Sociedad de Naciones. En la Conferencia de
Teherán se reafirma la idea de crear nuevamente una organización internacional que se
comprometa a preservar la paz y la seguridad mundial; ya en la Conferencia de Yalta se acuerda
que una conferencia de las Naciones Unidas fuera convocada en San Francisco para preparar la
carta de esta institución. Así, pues, en la Conferencia de San Francisco se aprueba la carta de la
Organización de las Naciones Unidas, desde el 25 de abril hasta el 26 de junio de 1945, en
donde se expone que esta Institución internacional tiene por objetivos: a) el mantenimiento de la
paz y la seguridad internacional; b) el fomento entre las naciones de relaciones de amistad; c)
Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter
económico, social, cultural y humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los
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toman decisiones y acuerdos sobre cuestiones importantes tales como la paz y la
seguridad, afiliación de nuevos miembros y temas sobre presupuestos. Está compuesta
de ciento noventa y tres miembros en la actualidad, de la cual el Perú es parte.
La carta de aprobación de la ONU en su artículo 55, inciso c, que a la letra dice: << Con
el propósito de crear las condiciones de estabilidad y bienestar necesarias para las
relaciones pacíficas y amistosas entre las naciones, basadas en el respeto al principio de
la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, la Organización
promoverá: c. el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o
religión, y la efectividad de tales derechos y libertades >> (Naciones Unidas, 1945).
Se sigue que un organismo de la talla de las Naciones Unidas se preocupa y vela por los
derechos inalienables de cada persona, que son leyes de naturaleza, ya que son innatas a
nosotros, propuestas por la razón natural de la noción de justicia. Por lo tanto la vida
debe ser respetada y la libertad no nos debe ser privada. Haciendo alusión a lo último,
este es un derecho fundamental que hace a cada individuo actuar como mejor crea
conveniente, a pensar de acuerdo a sus convicciones, a no privarse de su credo y
cultura; claro está, dentro de un marco de ética, porque como dice esta gran frase “mi
libertad termina donde comienza la libertad de los demás”, es decir, regularse a uno
mismo, no pecar de libertinos, puesto que atentamos contra nuestros hermanos, toda vez
que nos adueñamos de toda la libertad del mundo, siendo uno solo el dueño. Algo
similar al pensamiento Hobbesiano2, en su idea de monarca absoluto, irrevocable y con
poder indivisible, en su más grande obra El leviatán, cuyo poder era el de ser dueño de
todas las libertades y derechos de sus súbditos.
derechos humanos y a las libertades fundamentales y d) el de servir de centro que armonice los
esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.
2
Hobbes es un filósofo político inglés que nace en 1558, que proponía como la mejor forma de
gobierno la monarquía absoluta en su obra El leviatán.
3
John Locke es un filósofo inglés Iusnaturalista, considerado uno de los más grandes
contractualistas de la historia, debido a su teoría del pacto social.
5
de defenderse frente a la imprudencia del Gobierno, que quiere abusar y abusa de
nosotros.
Siguiendo la línea, estos artículos nos dan a entender que el individuo es un ser con
voluntad y con derechos, al cual nadie puede transgredir, nadie puede tratar mal, por su
misma condición de humano que le diferencia del resto de las bestias creadas por Dios,
toda vez que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de aquel ser divino,
infinito, eterno, perfecto, como lo afirma la biblia católica en el versículo 26, capítulo 1
del libro del Génesis: << Entonces dijo Dios: Hagamos a los seres humanos a nuestra
imagen y semejanza, según nuestra semejanza, para que dominen sobre los peces del
mar, las aves del cielo, los ganados, las bestias salvajes y los reptiles de la tierra >>. De
aquí se sigue que, el hombre es la mejor creación del Supremo, tanto es así que a su
imagen lo creó, para dominar todo lo que existe en la tierra, pero no para dominarnos
entre nosotros, toda vez que somos iguales.
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2.2 CONVENCIÓN INTERNACIONAL
Una convención internacional en materia de Derecho lo podemos definir tanto de forma
genérica como específica, como lo asevera el artículo 38, inciso 1, apartado a, del
estatuto de la Corte Internacional de Justicia4 que señala lo siguiente: << La Corte, cuya
función es decidir conforme al derecho internacional las controversias que le sean
sometidas, deberá aplicar: a. las convenciones internacionales, sean generales o
particulares, que establecen reglas expresamente reconocidas por los Estados litigantes
>> (Corte Internacional de Justicia).
Por lo tanto, convención es genérico, porque abarca todos los acuerdos internacionales,
vale decir, es un tratado en sí. Mientras que es específica, toda vez que, en el siglo
pasado se utilizaba el término convención para los acuerdos bilaterales. En
consecuencia hoy en día se debe entender convención internacional como un tratado de
carácter multilateral, es decir, desde un punto de vista más genérico.
4
La Corte Internacional de Justicia o también conocida como la Corte de la Haya, por ubicarse
en aquella zona de los Países Bajos (Holanda), fue establecida por la Carta de las Naciones
Unidas, como órgano judicial principal de las naciones unidas, cuya función es decidir
conforme al Derecho internacional las controversias de orden jurídico entre estados.
5
En adelante la Declaración.
7
libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley >> (Asamblea General de la ONU,
1992).
De lo anterior se infiere que son dos las partes que conforman tal situación, la persona
particular y el Estado. Siendo supuestamente el Estado aquel ente encargado de
salvaguardar la dignidad de la persona, evitando en lo posible que no se violen los
derechos humanos y las libertades fundamentales, desarrollando mecanismos
pertinentes para que tal suceso no ocurra, porque dicha institución no tolera tal acción;
sin embargo, por aquellos años hacía todo lo contrario, puesto que, cometía, autorizaba
y hasta tolera actos tan crueles como aquel.
Esta Declaración trata en lo posible de asegurar el bienestar de la persona, haciendo que
el Estado se preocupe por el individuo, digno de respeto y que este se desenvuelva en el
mejor clima posible, es decir, en una sociedad ética que promueva el progreso y el
respeto a cada hombre, donde el orden y la armonía estén de la mano, para que la
libertad de cada ciudadano no sea obstaculizada más que por la ley de naturaleza como
lo afirmaba Locke. El estado debe ser el que garantice la vida; la salud sea física,
mental y social; la propiedad y la libertad de cada persona, que sea aquel juez imparcial
que castigue con penas proporcionales las malas acciones que comete cada ser humano,
para que aquella sanción sirva de ejemplo, para que los demás se abstengan de realizar
algo similar.
Es necesario, por lo tanto, que existan jueces internacionales que resuelvan los casos de
Derecho internacional, esto es, los conflictos entre el Estado y los individuos, para que
estos no queden impunes, mas sí sean sancionados con todo el peso de la ley, en otras
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palabras, que los delitos que atenten contra la vida, libertad y seguridad de las personas
sean castigados, para el bienestar del agraviado y de su familia, quienes lo único que
quieren es justicia, ver que su lucha valga la pena y que no haya sido en vano
comenzarla. Así, de acuerdo a la doctrina y en palabras de Rolling << los crímenes
internacionales deben ser conocidos por jueces internacionales porque constituyen
violaciones al Derecho internacional y ello son los más cualificados para esto >>
(Collantes, 2002), dado que a veces o en la mayoría de los casos los estados en su
jurisdicción interna son débiles, vale decir, son instituciones individualistas, que ven el
lucro, el estatus y el poder, dejándose llevar por la más vil bajeza de la corrupción,
haciendo que la injusticia se vista de justicia, para así poder arruinar a sus
conciudadanos y no cumplir su fin que es el bien común, es decir, la felicidad de todo el
pueblo. De esta forma recurriendo de nuevo a la doctrina y en líneas de Hannah Arendt
se dice que << los procesos que se celebran ante la justicia estatal se minimizan por
tratarse de la actividad judicial en una nación >> (Collantes, 2002), de esto se parte, que
la justicia nacional es fácil y propensa a manipulaciones de índole política, donde
priman intereses personales y no sociales, donde el vulgo no entra en juego sino la
beneficio de la autoridad, por lo tanto los tribunales internacionales están más
capacitados para resolver estos conflictos, tal cual lo afirma Kelsen afirmando que << el
castigo de crímenes de guerra por un tribunal internacional, particularmente los que
tienen carácter de acto de Estado (como los cometidos por sus agentes y personal
militar), encontrarían mucho menor resistencia que ante tribunales nacionales >>
(Collantes, 2002). Todo lo escrito líneas arriba nos muestra que, un juez internacional es
más virtuoso es su imparcialidad que un juez de una jurisdicción nacional, porque este
último es más vulnerable a caer en la tentación del dinero, en la tentación de la
corrupción.
9
cooperación internacional, se puede asegurar que aquellas personas que han cometido
delito sean sometidas a la acción de la justicia.
Por motivos de nuestra exposición nos remitiremos a los crímenes de lesa humanidad o
también entendidos como crímenes contra la humanidad, o masacres contra las
personas, debido a la horrible y cancerosa política estatal, que de lo único que se
acuerdo es de su bienestar, pasando la sociedad a segundo plano.
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toda vez, que cuanto más sufre la humanidad, más feliz es; y masoquista, porque sabe
que va a caer, que la justicia lo va a castigar, que va a sufrir, pero aun así, hace lo que
hace, comete los más sanguinarios episodios y no le importa nada. Para él la vida vale
lo mismo que morir, porque de antemano sabe que agonizará solo, y si lo recuerdan no
lo recordarán por buen hombre, por ser un individuo de buenas obras; sino por violento,
por resentido, por ser no un ser humano, sino una bestia, que vive en su propio mundo y
no en lo de los demás. Cuando de lo que se trata es de convivir todos en un estado de
bienestar, de felicidad, porque se supone que nuestra condición de humanos nos hace
ser gregarios por naturaleza, toda vez, que no somos nada sin el otro y nuestra conducta
y personalidad se desenvuelve en el medio que nos rodea, en consecuencia, hay que
hacer que la felicidad sea, pues, como lo pensaron los de oriente, al decir que es un
estado de bienestar perenne, en otras palabras, que dura toda la vida una vez
conseguido, entonces para que uno mantenga la felicidad, en este caso el bienestar que
nos produce la convivencia pacífica entre hermanos, debe tratarse en lo posible de no
hartarse del medio que me provoca felicidad, ya que si lo hago, seré triste, dado que
querré otra cosa y otra, y así la serie se iría hasta el infinito. Así que, si digo no hartarse
del medio, quiero decir, tratar de valorarlo cada día más, tratar de buscar la conexión
más profunda con la cosa que me hace sentir feliz.
Después de todo lo dicho, y teniendo ya una noción más profunda del significado de los
crímenes contra la humanidad, el Estatuto de Roma en su artículo 7 sobre los Crímenes
de lesa humanidad, en su inciso6 1, apartado i, que a la letra dice: << A los efectos del
presente Estatuto, se entenderá por “crimen de lesa humanidad” cualquiera de los actos
siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra
una población civil y con conocimiento de dicho ataque: i) Desaparición forzada de
personas >> (Corte Penal Internacional, 1998), nos proporciona la figura del delito de
desaparición forzada que, en su inciso 2, apartado i, nos detalla con claridad lo que se
debe entender por dicha figura, así de esta forma dice: << A los efectos del párrafo 1: i)
Por “desaparición forzada de personas” se entenderá la aprehensión, la detención o el
secuestro de personas por un Estado o una organización política, o con su autorización,
apoyo o aquiescencia, seguido de la negativa a admitir tal privación de libertad o dar
información sobre la suerte o el paradero de esas personas, con la intención de dejarlas
6
Inciso es párrafo.
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fuera del amparo de la ley por un período prolongado >> (Corte Penal Internacional,
1998).
7
La Organización de los Estados Americanos es una organización internacional de carácter
regional con sede en Washington DC (Estados Unidos), creada en 1948 cuando se subscribió,
en Bogotá (Colombia) la Carta de la OEA que entró en vigencia en diciembre de 1951. Fue
fundada con la finalidad de que sus Estados miembros convivan en paz, en justicia, de forma
solidaria, colaborando y defendiendo la soberanía, la integridad territorial y su independencia.
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fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas
que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta
de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar
sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales
y de las garantías procesales pertinentes >> (Asamblea General de la Organización de
los Estados Americanos (OEA), 1994).
El Estado es, pues, sea de manera mediata o inmediata el artífice de toda la falta así
cometida, toda vez que, priva ya sea de forma legal o ilegal a la persona de su libertad,
además que más tarde no dará ninguna información sobre su paradero, porque no
reconocerá dicho daño cometido, y por lo tanto hará indefenso a la víctima, puesto que
sus recursos legales y sus garantías pertinentes estarán imposibilitados.
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que en nada nos diferenciaríamos de las cosas. Así que la CIDH tiene el deber de
recibir, analizar e investigar las peticiones individuales, donde se aleguen que Estados
miembros hayan violado los derechos humanos; estimula y lleva a la reflexión a los
individuos respecto al acatamiento de los derechos humanos en las Américas;
recomienda, también, que los Estados miembros de la OEA, adopten medidas que
contribuyan a la protección de los DD.HH.8 en los países de la región; además que,
presenta los casos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y comparece ante
la misma durante la tramitación y consideración de los casos.
En resumen y según el artículo 1 del Estatuto de la Corte IDH que, nos habla acerca de
su naturaleza y régimen jurídico, la define como sigue: << La Corte Interamericana de
Derechos Humanos es una institución judicial autónoma cuyo objetivo es la aplicación e
interpretación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (…) >> (Corte
Interamericana de Derechos Humanos, 1979).
8
DD.HH. es Derechos Humanos
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condición de persona, puesto que sin pena mandaba a exterminar a los judíos, con el
pretexto de que su raza era la raza aria, la que tenía que tener el mundo, pues todo lo
diferente a él, tenía que desaparecer. Con ese pensamiento cometía atrocidades, y su
comportamiento no se parecía en nada al de un individuo con principios y valores.
Por lo tanto, lo que nos hace merecedores del título de persona es nuestra conducta,
aquel comportamiento ético y utilitario. El primero nos ayudará a comportarnos bien
con nuestros semejantes, puesto que nos hará ser ejemplo de buena conducta para los
demás, porque trataremos a nuestro prójimo no como un medio sino como un fin en sí
mismo, puesto que le haremos el bien sin la intención de recibir algo a cambio, sino tan
solo sentirse complacido con uno mismo por las buenas obras que hemos realizado, y de
esta forma se cumplirá el hiperativo categórico de Kant que es el siguiente: “actúa de tal
forma que tus acciones sean modelo para los demás”; en cuanto al comportamiento
utilitario, debemos proceder de tal forma que nuestras acciones sirvan a la sociedad y la
procuren el mayor bien posible, que es la felicidad. Así el utilitarismo se resuelve en las
bellas palabras que dijo, alguna vez, un hombre misericordioso, hace más de dos mil
años en el cercano oriente, nuestro señor Jesús: “Ama a tú prójimo como te amas a ti”.
Simples palabras que tienen un significado muy profundo y que se lo entiende de forma
fácil, en consecuencia, no hay justificación para incumplirla.
Con todos los conceptos arriba señalados que nos hacen tener una noción más profunda
en lo ético y lo jurídico de lo que significa el hombre, como ser superior a todos en la
tierra, con derechos inalienables e inherentes a él, libre por naturaleza pero que es
regulado por la razón, paso a tocar el tema central de mi exposición. Un tema que
merece toda nuestra atención, porque lo sucedió a un peruano, el joven universitario
Ernesto Rafael Castillo Páez, quien a inicios del gobierno de Fujimori desapareció y
nunca hubo rastros de él. Antes, bien, nos remitiremos a describir el contexto peruano
en el que se inició el caso.
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Su accionar en un comienzo no tuvo los mismos efectos de difusión, como si alcanzó
ulteriormente, con la masacre que provocaron a las comunidades campesinas de la sierra
central. Es necesario, aquí, hacer mención que las fuerzas del orden (Fuerzas Armadas y
Policía Nacional) a partir de su ingreso en las zonas de emergencia (Ayacucho,
Huancavelica y Apurímac) fueron responsables directos de gran cantidad de decesos
registradas por aquellos años, dentro de los cuales de forma segura, está el delito de
desaparición forzada.
Poco a poco los campesinos empiezan a defender la ideología senderista, como botón de
muestra de aquel interés y simpatía, se produce a inicios de 1982 el ajusticiamiento del
terrateniente del fundo de Ayzarca, a la cual apoyan los campesinos.
Algo que contrastó con lo que dijo en un primer momento el presidente Belaunde, es
que después de un tiempo, el mismo presidente, aprovechando la ceremonia por el
aniversario institucional de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP), definió la
insurrección senderista como una elaborada conspiración planificada desde el
extranjero, reconociendo ya que tal agrupación estaba dejando huellas en el país.
Hacia 1988 los atentados en diversas ciudades del país se multiplicaron. Y Lima no fue
la excepción, toda vez, que la presencia de elementos subversivos era más generalizada.
En respuesta a los ataques de Sendero Luminoso se formaron aparatos
contrasubversivos, para suprimir las fuerzas de aquella agrupación y desarrollar labores
de control del orden interno. De esta forma los primeros atisbos de desaparición forzada
se empezaron a originar en el Perú, toda vez, que la desaparición de personas fue una
práctica sistemática y generalizada de violación de los derechos humanos implementado
por el Estado peruano, puesto que, las víctimas de esta práctica fueron considerados
presuntos miembros, colaboradores o simpatizantes de PCP SL.
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A todo ello, la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) señala lo siguiente:
<< (…) a lo largo del conflicto armado interno, los agentes del Estado utilizaron la
práctica de la desaparición forzada de personas de manera generalizada y sistemática
como parte de los mecanismos de lucha contrasubversiva. La información analizada por
la CVR nos lleva a la convicción de que no se trata de hechos aislados o esporádicos
sino que configuran un patrón de conducta de los agentes del Estado responsables de la
lucha contrasubversiva. Los miles de casos reportados (…) dan cuenta de una práctica
generalizada, una práctica o, incluso, ambas simultáneamente, en ciertos periodos y
lugares >> (Comisión de la Verdad y la Reconciliación).
De alguna forma sacando a luz la responsabilidad de tales actos, de los miembros de las
Fuerzas Armadas, la CVR indica que: << (…) la información analizada nos lleva a
concluir que la gran mayoría de casos de desaparición forzada por agentes del Estado no
fueron actos perpetrados al azar ni respuestas espontáneas de agentes de menor rango.
Tampoco fueron actos ni esporádicos ni aislados. Por el contrario, existen numerosos
indicios de que fueron actos ideados, organizados y llevados a la práctica mediante una
estructura que supuso la coordinación operativa y funcional en niveles más altos que los
de los simples agentes del orden >> (Comisión de la Verdad y la Reconciliación). Se
afirma esto porque para que se dé que un acto de desaparición forzada se requieren de al
menos tres elementos fundamentales, tales como: a) la privación de la libertad contra la
voluntad de la persona; b) la intervención de agentes gubernamentales, de forma directa
o indirecta y c) la negativa a reconocer la detención y a revelar el paradero de la
víctima. Por lo que, respecto al punto b, no puede ser otro grupo que no sea
gubernamental, los que violan los derechos de las personas, toda vez que, las FF.AA. y
policiales gozas de soporte logístico instalado capaz de cumplir con eficiencia su
objetivo principal, en consecuencia, esa organización solo lo puede proporcionar el
Gobierno, puesto que, es él quien da los vehículos y el armamento ligero y pesado,
uniformes, instalaciones militares y policiales, instrumentos para la tortura, dinero y
calabozos.
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7 ALGUNOS DATOS DE ERNESTO RAFAEL CASTILLO PÁEZ
Ernesto Castillo Páez nació un tres de junio de 1968 en la ciudad de Lima. Era
estudiante de Sociología de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Quienes lo
conocieron, como Sonia Cotera Pretell, sostinen que era un chico con un gran sentido
del humor, generoso, corajudo, y testarudo sobre todo cuando opinaba. Tenía un ideal
de transformar el país y de hacer de esta sea una sociedad más justa, en consecuencia, su
responsabilidad para con el pueblo lo asumía con mucha plenitud. Cuando entablaba
conversaciones sobre todo en temas políticos, sociales y económicos, además que eran
serias, estas se alargaban por mucho tiempo.
Algunos como Jhoni (nombre de alguien que comentó en una página de INTERNET)
aseveran los siguiente: << (…) el senderista Ernesto Castillo Páez (…) fue torturado no
dicen la verdad, Ernesto cuando desapareció estaba cometiendo actos terroristas en Villa
el Salvador, quien lo conocía bien era su camarada Juan Luis Gómez del Prado el
mismo que dijo que él fue enterrado clandestinamente por su sus camaradas senderistas
ya que resultó “heridograve” y que después comunicaron a sus padres, también
miembros de Sendero Luminoso, Cronwell Castillo y la camarada Rosa Páez, yo estoy
en contra del terrorismo de Estado, pero también estoy en contra del terrorismo de
Sendero Lumino >> (Jesed, 2010). Palabras muy fuertes, que en un inicio nos hacen
dudar, pero no hay pruebas para corroborar ello, más si para sancionar a los infractores
de este delito en contra del joven estudiante. Jhoni afirma también líneas más abajo, en
otros comentarios, de la página web, que a Ernesto le llamaban camarada “Comanche”
en la universidad Católica, que era un estudiante mediocre, que no asistía regularmente
a clases y debía pensiones, es decir, no le interesaba la universidad. En un primer
momento de aquí se sigue, que los datos proporcionados por Jhoni, tienen mucha
relación con el contexto que se vivía en el país. Hay muchos detalles que nos podrían
hacer creer que Ernesto en realidad era un elemento de sendero Luminoso, como el
prejuicio de, justo, estudiar una carrera de ideologías, tener un pensamiento basado en el
bien común, además se hace más fuerte aún cuando se dice que Ernesto era un
estudiante desinteresado.
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8 EL CASO
Eran aproximadamente las once de mañana del domingo veintiuno de octubre de 1990,
cuando una columna del grupo subversivo Sendero Luminoso, otra vez provocando el
terror, realizó una serie de atentados con explosivos en diferentes áreas del distrito de
Villa el Salvador (Lima). En respuesta a tal suceso, la Policía, como ente que garantiza
la paz y vela por el orden público, realizó un operativo para frenar dicho ataque y
detener a los implicados en tal acción. Justo ese mismo día, entre las once y once y
media, el joven estudiante de Sociología de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
Ernesto Rafael Castillo Páez, se encontraba en los alrededores de una de los puntos
donde se habían producido tales atentados explosivos, cabe aclarar, él estaba transitando
a la altura del Parque Central del grupo 17, en las inmediaciones de la zona del
Monumento a la Mujer de aquel distrito.
Castillo Páez se encontraba por esos lugares, porque tenía que realizar un trabajo con un
compañero, cuando de repente desapareció. Como nunca un crimen sale a la perfección,
sino que algo la debe obstaculizar, no fue la excepción en este caso, ya que hubo
testigos que presenciaron el arresto de Ernesto, donde todos concluyen que, cuando
estaba caminando fue intervenido por miembros de la Policía (los suboficiales Carlos de
Paz Briones, Manuel Santiago Arotuma Valdivia y Juan Fernando Aragón Guibovich)
que descendieron de un patrullero N.° 1033 de color blanco, perteneciente al escuadrón
de Desactivación de Explosivos (Edex), estos miembros, dizque, del orden se
caracterizaban por llevar boinas rojas.
Los testigos cuentan que en el momento de la detención, uno de los tripulantes del
patrullero encañonó a Ernesto, le exigió su identificación personal y lo registró, después
sin resistencia alguna del joven universitario, lo metieron en la maletera del vehículo
policial. De esta manera se cumplen varios requisitos para hablar de una desaparición
forzada, esto es, la selección de la víctima y su posterior detención, privándolo de la
libertad en contra de su voluntad, hecho por agentes gubernamentales.
De todo esto se sigue que es cierto que Castillo Páez fue detenido por agentes de la
Policía Nacional, que en su lucha contrasubversiva, actuaron en el ejercicio de sus
funciones. Como lo afirma la jueza en lo penal del Vigesimocuarto Juzgado Penal de
Lima, la señora Elba Greta Minaya Calle: << (…) manifiestan de manera uniforme que
el día y hora indicado por el accionante, la persona del estudiante universitario Ernesto
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Rafael Castillo Páez, a quien identifican y reconocen por sus características propias (…)
fue intervenido por un carro patrullero color blanco a la altura del parque central del
Grupo 17, Segundo Sector, Segunda Zona de Villa El Salvador, en circunstancias en
que se encontraba caminando, siendo encañonado por dos de los efectivos policiales de
dicho vehículo que llevaban como distintivo boinas roja, despojado de sus anteojos,
esposado e introducido en la maletera del mencionado patrullero (…) >> (Sentencia de
Hábeas Corpues, 1990)
Y el juez Luis Vargas Valdivia del Decimocuarto Juzgado Penal de Lima, dice lo
siguiente: << (…) ha quedado debida y fehacientemente acreditado que el agraviado
Ernesto Rafael Castillo Páez el día 21 de octubre de 1990 en horas de la mañana fue
intervenido y detenido por la dotación de un vehículo de la Policía Nacional del Perú
cuando aquel se encontraba transitando a la altura del Parque Central del grupo 17,
segundo sector, segunda zona del distrito de Villa El Salvador, oportunidad esta desde
la que se desconoce su paradero, por lo que en el transcurso de la investigación
jurisdiccional sí se ha acreditado la comisión del delito de abuso de autoridad (…) >>
(Resolución, 1991).
De esta forma se corrobora el actuar de los agentes del orden, quien y no va ser de otra
manera, también actuaron por órdenes de un agente superior, dada la jerarquización de
esta institución. Por ello el comandante Juan Carlos Mejía León, por ser el oficial de
mayor grado -jefe también de un cuerpo policial especializado en el tema
contrasubversivo, esto es, del Centro de Entrenamiento de Fuerzas Especiales
Antisubversivas (CEFEA)- mantuvo siempre una posición de mando, pues era el único
que contaba con una radio multifrecuencia, y porque solo él había exigido a los policías
de la comisaría de Villa El Salvador la entrega de todos los detenidos la mañana en que
se produjeron los hechos. De esto no tiene nada que alegar a su favor el citado
comandante, ya que en las instituciones del orden público (FF.AA. y Policía Nacional)
es evidente la posición de mando, que responde al mayor grado militar o policial, pues
resulta irremediablemente imposible que en instituciones jerarquizadas como las
mencionadas esto no ocurra, porque no es dable que algún suboficial u oficial de rango
menor tome la iniciativa de cometer este tipo de delito, haciendo poner en juego el
funcionamiento de la organización en su conjunto. De lo que se supone que tales
decisiones y órdenes provienen del vértice superior de tales instituciones, es decir, por
quienes ostentan en su cabalidad una posición de mando.
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El recurso de Hábeas Corpus presentado ante el Juzgado de Primera Instancia de turno
del Distrito Judicial de Lima, el veinticinco de octubre de 1990 a favor de Castillo Páez,
empezó pintando bien para la familia que sufría la desaparición de joven, pues dicho
juzgado aprobó tal acción. Luego el tribunal de segunda instancia (Octavo Tribunal
Correccional de Lima), ante la apelación hecha por el procurador público para asuntos
de terrorismo, confirmó la resolución de primera instancia, declarando improcendente
dicha apelación. Se ve, pues, que todo andaba bien en la marcha hacia la justicia de
Ernesto, pues esto no tenía que quedar impune. Sin embargo, La Corte Suprema de
Justicia declaró fundada el recurso de queja interpuesto por el procurador público,
situación que nos hace ver que la justicia dura muy poco en el Perú, sino nada. Esto lo
corrobora, además, la declaración de la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema, el
siete de febrero de 1991, donde resuelve declarar la nulidad de la resolución recurrida y
la improcedencia de la acción de garantía, mediante la ejecución de un procedimiento
que estaba prohibido por la ley 23506 (Ley de Hábeas Corpus y Amparo).
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hayan incurrido en sus actuaciones ante las autoridades peruanas con ocasión de ese
proceso, además, que el Perú debe investigar los hechos del presente caso, identificar y
sancionar a los responsables y adoptar las disposiciones necesarias en su derecho
interno para asegurar el cumplimiento de esta obligación.
La misma sentencia agregó en su párrafo ciento siete que: << (…) el Estado tiene el
deber de investigar las violaciones de los derechos humanos y procesar a los
responsables y evitar la impunidad. La Corte ha definido la impunidad como “la falta en
su conjunto de investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y condena de los
responsables de las violaciones de los derechos protegidos por la Convención
Americana” (…) >> (Caso Castillo Páez, 1998). Por lo tanto, se responsabiliza al
Estado peruano, de encontrar la verdad sobre lo sucedido e incriminar a los
responsables.
Cumpliendo el Perú con lo que ordenó la Corte IDH, la 37 Fiscalía Provincial de Lima,
el veintinueve de agosto del 2001, formuló denuncia penal contra Juan Carlos Mejía
León, Guido Felipe Jiménez del Carpio, Dany Quiroz Sandoval, Juan José Quiroz
Zárate, Jaime Melchor Vivanco, Marco Huarcaya Siguas, Álex Pianto Sono, Jorge
Beltrán Soto, Héctor Cabrera Arriola, Carlos Rodríguez Flórez, Juan Fernando Aragón
Guibovich, Manuel Santiago Arotuma Valdivia, Carlos de Paz Briones, Antonio López
Trujillo, Atanulfo Zamora García y Víctor Marquina Alvarado por la comisión del
delito de secuestro en agravio de Ernesto Castillo Páez.
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Con fecha veinticuatro de septiembre de 2001, el Decimotercer Juzgado Penal de Lima
dictó el auto apertorio de instrucción contra los mismos individuos por el delito de
secuestro, que se tendría que tramitar en dos procesos, el de instrucción y el de juicio
oral. La primera tenía por misión recopilar los elementos de prueba para demostrar la
comisión de los hechos y señalara a los supuestos responsables. En marzo del 2003 el
Decimotercer Juzgado señaló en su informe final como responsables del secuestro de
Ernesto a Juan Carlos Mejía León, Antonio López Trujillo, Atanulfo Zamora García y
Víctor Marquina Alvarado. Formulando acusación contra todos los procesados la
Tercera Fiscalía Superior Penal de Lima.
Nos debe parecer raro a que el caso Castillo Páez comience como un delito de secuestro,
puesto que estamos hablando de una desaparición forzada, pero es que, en ese entonces
el actual Código Penal no entraba en vigencia y todavía el delito no estaba estipulado.
Ya a partir del dos de julio de 1992, el delito de desaparición forzada estaba previsto y
sancionado por el artículo 320 del Código Penal, que a la letra dice: << El funcionario o
servidor público que prive a una persona de su libertad, ordenando o ejecutando
acciones que tenga por resultado su desaparición debidamente comprobada, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince años e inhabilitación
(…) >>.
Después de ello, la segunda etapa del proceso, es decir, el juicio oral entró en juego.
Esta se inició el veinte de julio del 2005, la cual tuvo una duración de ocho meses. En
ella, los testigos tuvieron el papel protagónico. Como se sabe el juicio comenzó como
una denuncia por secuestro agraviado, por lo que semanas antes del fin del juicio oral y
consecuente lectura de sentencia, la Sala Penal propuso a las partes la tesis de la
desvinculación de la acusación formulada por el Ministerio Público, amparándose en el
artículo 285-A del Código de Procedimientos Penales, de ello cabe suponer y se dio en
la realidad que los abogados defensores de los criminales se opusieron a esta
desvinculación, y los abogados de Ernesto no. Sin embargo, la Sala Penal Nacional,
dictó el veinte de marzo del 2006 sentencia por la comisión del delito contra la
humanidad en la figura de desaparición forzada, condenando con pena privativa de la
libertad a Juan Carlos Mejía León, Manuel Santiago Arotuma Valdivia, Carlos Manuel
de Paz Briones y Juan Fernando Aragón Guibovich. Al primero de ellos se le impuso
dieciséis años y a los demás quince, además que se los ordenó pagar treinta mil nuevos
soles de reparación civil. Declarándose, también, la absolución de los otros acusados.
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Siguiendo la línea del caso, al final luego de una inmensa odisea de luchas y batallas, se
llegó a dar con la justicia. Los responsables de aquel acto tan cruel, como lo sucedido al
estudiante de sociología, no se salieron con las suyas, llegaron a recibir el castigo que
por tantos años se había escondido, porque en la mayoría de veces en el Perú esto
sucede. De esto se sigue que la justicia tarda pero llega, se demora, es un proceso lento
para su encuentro, pero de todas formas esto no está bien, toda vez que representa para
un país así, la corrupción en su máxima expresión. Porque la justicia siempre está allí,
solo que autoridades corruptas la camuflan, para lograr así sus beneficios personales,
puesto que por el pueblo no se preocupan, somos como animalitos para ello, que cuanto
menos sepamos, mejor provecho obtienen de nosotros.
9 CONCLUSIONES
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Se trata de la primera sentencia de desaparición forzada que haya sido emitido
por un órgano jurisdiccional peruano, por lo que, resulta de trascendental
importancia analizar su contenido, dado que servirá como precedente de futuros
procesos judiciales de este tipo, es decir, será caso de jurisprudencia.
Nos sirve como ejemplo para proceder de forma recta al derecho y la razón y no
ser como aquellos efectivos policiales que ven la vida como cualquier cosa sin
valor.
Nadie puede ser arrestado en contra su voluntad, por sus ideas, su religión, su
condición económica, su raza, su orientación sexual. Esto denigra la dignidad
del hombre.
La libertad es pues un derecho fundamental que nos da la ley de naturaleza para
realizar y pensar lo que queramos de acuerdo a nuestras convicciones, claro está,
siempre regidos por una ley de ética, es decir, con responsabilidad sin afectar al
otro.
Una lucha de largos años tenía que dar frutos, esto nos demuestra que la
perseverancia en alcanzar un objetivo, nos permite cumplirlo.
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10 BIBLIOGRAFÍA
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de la Comunidad Jesed - El que no vive para servir, no sirve para vivir.:
http://jesed.wordpress.com/2010/10/15/caso-ernesto-castillo-paez/
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verdadeero origen, alcance y fin del Gobierno Civil. Londres: Alianza Editorial.
Naciones Unidas. (1945). Carta de las Naciones Unidas. San Francisco - Estados
Unidos.
Naciones Unidas. (s.f.). Declaraciones y Convenciones que Figuran en las
Resoluciones de la Asamblea General. Recuperado el 19 de octubre de 2014, de
Declaraciones y Convenciones que Figuran en las Resoluciones de la Asamblea
General: http://www.un.org/spanish/documents/instruments/terminology.html
Resolución (Decimocuarto Juzgado Penal de Lima 19 de agosto de 1991).
Sentencia de Hábeas Corpues (24 Juzgado Penal de Lima 31 de octubre de 1990).
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