Trabajo Final Linguística

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"AÑO DE LA PROMOCIÓN DE LA INDUSTRIA

RESPONSABLE Y DEL COMPROMISO CLIMÁTICO"

“UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS”


Facultad de Derecho y Ciencia Política

Alumno : LUIS FERNANDO VENTURA SANTILLÁN


Código : 14020328
Profesor : ÚRSULA VELEZMORO
Curso : LINGÜÍSTICA
Tema : CASO CASTILLO PÁEZ

2014
ÍNDICE

1 INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 1
2 LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS ............................................................ 4
2.1 DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS ........................................... 6
2.2 CONVENCIÓN INTERNACIONAL..................................................................................... 7
2.2.1 DECLARACIÓN SOBRE LA PROTECCIÓN DE TODAS LAS PERSONAS CONTRA LAS
DESAPARICIONES FORZADAS ................................................................................................ 7
3 CORTE PENAL INTERNACIONAL ............................................................................................. 8
3.1 ESTATUTO DE ROMA ..................................................................................................... 9
3.1.1 CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD ....................................................................... 10
4 CONVENCIÓN INTERAMERICANA SOBRE DESAPARICIÓN FORZADA .................................. 12
5 CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS ................................................ 13
5.1 COMISIÓN INTERAMERICA DE DERECHOS HUMANOS ............................................... 14
5.2 CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS ................................................. 15
6 SITUACIÓN DEL PERÚ EN ESE ENTONCES............................................................................ 16
7 ALGUNOS DATOS DE ERNESTO RAFAEL CASTILLO PÁEZ ..................................................... 19
8 EL CASO ............................................................................................................................... 20
9 CONCLUSIONES ................................................................................................................... 25
10 BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................. 27

I
1 INTRODUCCIÓN

Son dos las emociones que siento ahora al escribir estas líneas, una de agradecimiento

y la otra de frustración. La primera, es dar gracias a la docente que me envía a realizar

este trabajo, que más que trabajo, es el inicio de lo que mañana más tarde será mi

profesión. Es, pues, la presente una oportunidad de comenzar a profundizar, desde ya,

en el campo del derecho y a dar así, mis primeros pasos en él.

La segunda, vale lo mismo como la impotencia, de darme cuenta que mi país es de ricos

y de poderosos nada más y que los pobres y demás no pertenecientes a la oligarquía,

somos subyugados y tratados como títeres por aquellos, dizque jefes de la patria, como

lo ocurrido con el joven universitario Ernesto Rafael Castillo Páez (en adelante

Ernesto). Pero lo que no se percataron aquellos hombres abusivos del poder, es que hay

un ordenamiento internacional que nos protege y hace respetar nuestros derechos.

En consecuencia, se corrobora una vez más que el Perú es un país corrupto, tanto es así

que para resolver nuestros problemas, se tiene que llegar a niveles internacionales, como

lo sucedió a la familia de Ernesto, que no encontrando solución en la nación, no le

quedó otra alternativa que pedir apoyo a los organismos internacionales, en cuanto a la

protección de derechos humanos se refiere.

Es por lo anterior, que el objetivo de esta exposición es dar a conocer al lector, de forma

analítica, crítica y práctica, nuestro punto de vista, en relación al caso Castillo Páez,

para que de esta forma, él sepa lo que en realidad aconteció y no sea un lector pasivo

más, sino que empiece a hacer algo, ya, por la nación; es decir, que trate de ser

escéptico de todo, en el sentido de que no se deje engañar de la más mera información.

1
Información que a veces es tergiversada por los medios de comunicación a pedido de

los grandes acaudalados, y así estos, seguir realizando sus fechorías.

De esta manera, en una primera parte de la exposición hablaremos a cerca de las

instituciones de justicia internacionales que velan por los derechos del hombre, y están

en contra de la desaparición forzada de personas; para así con conocimiento profundos

sobre cada uno de ellos, podamos sumergirnos en lo que es en sí el caso. Así, pues, todo

comienza un veintiuno de octubre de 1990, cuando el joven Ernesto es intersectado por

miembros de la PNP, justo después del estallido de un explosivo emitido por el grupo

subversivo Sendero Luminoso, en la zona del monumento de la mujer en el distrito de

Villa el Salvador – Lima.

A partir de ese momento, la corrupción e injusticia, se vieron por muy poco tiempo de

color de rosa, toda vez que ante la búsqueda por tres días a Ernesto, sus padres

decidieron interponer un recurso de Hábeas Corpus, siendo esta aceptada en primera y

segunda instancia. Luego todo lo rosa, se volvió negro, el abuso del poder de las

autoridades, empezaba ganando la batalla.

Ganaba e iba a seguir ganando la batalla, toda vez que esta se jugaba en casa, o en todo

caso, en la casa de las “ratas”, puesto que ningún otro sería algo ante ellas. De esta

forma, la Corte Suprema iba a aceptar la queja contra el recurso impuesto por los padres

de la víctima y a declarar la nulidad e improcedencia de la misma. Esto nos hace

suponer que todo está comprando en el Perú, pues siempre hay por allí, un juez o un

funcionario corrupto que se vende al mejor postor, que por la codicia del dinero y el

estatus social, pierden hasta su dignidad y más aquella autoridad que dice ser defensora

de la justicia, que a veces pienso que, cuando ingresaron a la carrera, desde ya, y siendo

aquí más compasivo, sin querer tergiversaron el concepto de justicia, de tal forma que

así se explica hoy su actuar.


2
Ante la corrupción e ineficacia del derecho peruano, los padres de Ernesto decidieron

como última opción en la búsqueda de justicia, denunciar el caso ante la Comisión

Interamericana de Derechos Humanos (en adelante la Comisión, esto se dio en

simultáneo a la tramitación del recurso de Hábeas Corpus), es aquí donde el panorama

empieza tomar una mejor perspectiva, es decir, la justicia empieza a dejarse ver, aunque

todavía tímida.

Cuando el caso llega a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante la

Corte), por medio de una demanda presentada por la Comisión, contra el estado

peruano, esta resuelve por sentencia de fecha tres de noviembre de 1997, entre sus

puntos más importantes, reconocer al Perú como responsable de la violación de los

derechos de Ernesto, en cuanto se refiere a la libertad personal, integridad personal, a la

vida y a una efectiva protección judicial; ordenar al estado peruano a que realice una

nueva investigación sobre los hechos denunciados, determine el paradero de la víctima,

y proceda a identificar y sancionar a los responsables de la desaparición de Ernesto;

además a que el Perú pague una indemnización a las víctimas. Detalles que más a

delante con el transcurso de la lectura, iremos viendo y analizando a profundidad.

A todo ello, siempre el Gobierno intentando defenderse de alguna u otra manera, siendo

sus alegatos débiles, toda vez que más se pronuncian en la forma y no en el fondo, como

cuando asevera que el joven universitario estudiante de sociología, Ernesto, no era en sí

en ese momento, estudiante de la Católica. Alegatos que de ninguna manera, tienen que

ver con el caso de fondo. De esta forma se comprueba que, el Perú no tenía con qué

defenderse y solo usaba la palabrería para tratar de alargar el proceso.

Así entonces, llega la sentencia de reparaciones de fecha veintisiete de noviembre de

1998, donde ante todo se subraya que el Estado debe pagar en dólares o en moneda

nacional a los familiares de Ernesto por los perjuicios causados, además de costas
3
efectuadas en el derecho interno, cuestiones que ulteriormente veremos; la sentencia

propone al igual que la anterior que, el Perú debe investigar los hechos del caso,

identificar y sancionar a los responsables, además de adoptar disposiciones necesarias

en su derecho interno para asegurar el cumplimiento de esta obligación, porque la corte

también supervisará el cumplimiento de esta sentencia.

Siguiendo la línea, el Perú no ha venido cumpliendo con un punto, a saber, en tanto se

refiere a la inobservancia por parte del Estado de la obligación de informar al Tribunal

de la Corte sobre el cumplimiento de la sentencia, en el sentido de que debe dar un

informe completo, detallado y actualizado sobre las medidas adoptadas para determinar

el paradero de Ernesto. Situación que hasta este año se está dando.

Todo lo anteriormente redactado serán temas del presente trabajo, por el momento solo

se ha visto a grosso modo, a manera de introducción, para ir preparando al lector, sobre

lo que vendrá después. Estamos, pues, ante una cuestión de sumo interés, ya que se

presenta como un tema simbólico, toda vez que es el primer caso de desaparición

forzada en el Perú. Los invito a la lectura.

2 LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS

La Asamblea General forma parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU1),


siendo el órgano principal deliberativo de dicha organización internacional, es decir, se

1
La Organización de las Naciones Unidas es un ente social específicamente cultural, que nace,
de forma indirecta por así decirlo, del fracaso de la Sociedad de Naciones. En la Conferencia de
Teherán se reafirma la idea de crear nuevamente una organización internacional que se
comprometa a preservar la paz y la seguridad mundial; ya en la Conferencia de Yalta se acuerda
que una conferencia de las Naciones Unidas fuera convocada en San Francisco para preparar la
carta de esta institución. Así, pues, en la Conferencia de San Francisco se aprueba la carta de la
Organización de las Naciones Unidas, desde el 25 de abril hasta el 26 de junio de 1945, en
donde se expone que esta Institución internacional tiene por objetivos: a) el mantenimiento de la
paz y la seguridad internacional; b) el fomento entre las naciones de relaciones de amistad; c)
Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter
económico, social, cultural y humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los
4
toman decisiones y acuerdos sobre cuestiones importantes tales como la paz y la
seguridad, afiliación de nuevos miembros y temas sobre presupuestos. Está compuesta
de ciento noventa y tres miembros en la actualidad, de la cual el Perú es parte.

La carta de aprobación de la ONU en su artículo 55, inciso c, que a la letra dice: << Con
el propósito de crear las condiciones de estabilidad y bienestar necesarias para las
relaciones pacíficas y amistosas entre las naciones, basadas en el respeto al principio de
la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, la Organización
promoverá: c. el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o
religión, y la efectividad de tales derechos y libertades >> (Naciones Unidas, 1945).

Se sigue que un organismo de la talla de las Naciones Unidas se preocupa y vela por los
derechos inalienables de cada persona, que son leyes de naturaleza, ya que son innatas a
nosotros, propuestas por la razón natural de la noción de justicia. Por lo tanto la vida
debe ser respetada y la libertad no nos debe ser privada. Haciendo alusión a lo último,
este es un derecho fundamental que hace a cada individuo actuar como mejor crea
conveniente, a pensar de acuerdo a sus convicciones, a no privarse de su credo y
cultura; claro está, dentro de un marco de ética, porque como dice esta gran frase “mi
libertad termina donde comienza la libertad de los demás”, es decir, regularse a uno
mismo, no pecar de libertinos, puesto que atentamos contra nuestros hermanos, toda vez
que nos adueñamos de toda la libertad del mundo, siendo uno solo el dueño. Algo
similar al pensamiento Hobbesiano2, en su idea de monarca absoluto, irrevocable y con
poder indivisible, en su más grande obra El leviatán, cuyo poder era el de ser dueño de
todas las libertades y derechos de sus súbditos.

La libertad es, pues, todo lo contrario al pensamiento de Hobbes y siguiendo las


palabras del gran filósofo John Locke3 viene a ser la facultad del hombre << de disponer
de su propia persona o de sus posesiones >> (Locke, 1690, pág. 37), en otras palabras,

derechos humanos y a las libertades fundamentales y d) el de servir de centro que armonice los
esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.
2
Hobbes es un filósofo político inglés que nace en 1558, que proponía como la mejor forma de
gobierno la monarquía absoluta en su obra El leviatán.
3
John Locke es un filósofo inglés Iusnaturalista, considerado uno de los más grandes
contractualistas de la historia, debido a su teoría del pacto social.

5
de defenderse frente a la imprudencia del Gobierno, que quiere abusar y abusa de
nosotros.

Y considerando el artículo 55, inciso c, de la carta de las Naciones Unidas antes


mencionada, la confianza y el compromiso de los miembros en ella, en el respeto a los
derechos y libertades fundamentales, la Asamblea proclamó la Declaración Universal de
los Derechos Humanos.

2.1 DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS


El diez de diciembre de 1948 en París (Francia), tras la Segunda Guerra Mundial, la
Asamblea general de las naciones unidas aprobó un documento declarativo titulado
“Declaración Universal de los Derechos del Hombre”, hecho de gran importancia en la
historia de la humanidad, en el cual todos los miembros se comprometen a alcanzar ese
fin, en otros términos, el respeto a la dignidad del individuo, dado que el hombre es un
ser valioso, porque su vida no tiene precio; con honor, porque es virtuoso ya que cumple
sus deberes consigo y con los demás; y merecedor de respeto, porque como da, también
tiene que recibir.

De esta forma la Declaración Universal de los Derechos Humanos en sus artículos 3, 5 y


6 respectivamente, referente al delito de desaparición forzada, asevera los siguiente:
<< Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona
>>; << Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes >>; << Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento
de su personalidad jurídica >> (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1948).

Siguiendo la línea, estos artículos nos dan a entender que el individuo es un ser con
voluntad y con derechos, al cual nadie puede transgredir, nadie puede tratar mal, por su
misma condición de humano que le diferencia del resto de las bestias creadas por Dios,
toda vez que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de aquel ser divino,
infinito, eterno, perfecto, como lo afirma la biblia católica en el versículo 26, capítulo 1
del libro del Génesis: << Entonces dijo Dios: Hagamos a los seres humanos a nuestra
imagen y semejanza, según nuestra semejanza, para que dominen sobre los peces del
mar, las aves del cielo, los ganados, las bestias salvajes y los reptiles de la tierra >>. De
aquí se sigue que, el hombre es la mejor creación del Supremo, tanto es así que a su
imagen lo creó, para dominar todo lo que existe en la tierra, pero no para dominarnos
entre nosotros, toda vez que somos iguales.

6
2.2 CONVENCIÓN INTERNACIONAL
Una convención internacional en materia de Derecho lo podemos definir tanto de forma
genérica como específica, como lo asevera el artículo 38, inciso 1, apartado a, del
estatuto de la Corte Internacional de Justicia4 que señala lo siguiente: << La Corte, cuya
función es decidir conforme al derecho internacional las controversias que le sean
sometidas, deberá aplicar: a. las convenciones internacionales, sean generales o
particulares, que establecen reglas expresamente reconocidas por los Estados litigantes
>> (Corte Internacional de Justicia).

Por lo tanto, convención es genérico, porque abarca todos los acuerdos internacionales,
vale decir, es un tratado en sí. Mientras que es específica, toda vez que, en el siglo
pasado se utilizaba el término convención para los acuerdos bilaterales. En
consecuencia hoy en día se debe entender convención internacional como un tratado de
carácter multilateral, es decir, desde un punto de vista más genérico.

De esta forma, mediante una convención se llevó a cabo la Convención Internacional


para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas.

2.2.1 DECLARACIÓN SOBRE LA PROTECCIÓN DE TODAS LAS PERSONAS


CONTRA LAS DESAPARICIONES FORZADAS5

Nace de la preocupación por la defensa de los derechos humanos, como lo estipula el


artículo 55, inciso c, de la carta de las Naciones Unidas anteriormente señalada, toda
vez, que en muchos países de manera frecuente se produjeron desapariciones forzadas,
esto es, a fines de la década de los 80 e inicios del 90. En la Declaración, la Convención
Internacional define a las desapariciones forzadas como: << el arresto, detención o el
traslado en contra de su voluntad de las personas, o que éstas resulten privadas de su
libertad de alguna otra forma por agentes gubernamentales de cualquier sector o nivel,
por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre del gobierno o con su
apoyo directo o indirecto, su autorización o su asentimiento, y que luego se niegan a
revelar la suerte o el paradero de esas personas o a reconocer que están privadas de la

4
La Corte Internacional de Justicia o también conocida como la Corte de la Haya, por ubicarse
en aquella zona de los Países Bajos (Holanda), fue establecida por la Carta de las Naciones
Unidas, como órgano judicial principal de las naciones unidas, cuya función es decidir
conforme al Derecho internacional las controversias de orden jurídico entre estados.
5
En adelante la Declaración.
7
libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley >> (Asamblea General de la ONU,
1992).
De lo anterior se infiere que son dos las partes que conforman tal situación, la persona
particular y el Estado. Siendo supuestamente el Estado aquel ente encargado de
salvaguardar la dignidad de la persona, evitando en lo posible que no se violen los
derechos humanos y las libertades fundamentales, desarrollando mecanismos
pertinentes para que tal suceso no ocurra, porque dicha institución no tolera tal acción;
sin embargo, por aquellos años hacía todo lo contrario, puesto que, cometía, autorizaba
y hasta tolera actos tan crueles como aquel.
Esta Declaración trata en lo posible de asegurar el bienestar de la persona, haciendo que
el Estado se preocupe por el individuo, digno de respeto y que este se desenvuelva en el
mejor clima posible, es decir, en una sociedad ética que promueva el progreso y el
respeto a cada hombre, donde el orden y la armonía estén de la mano, para que la
libertad de cada ciudadano no sea obstaculizada más que por la ley de naturaleza como
lo afirmaba Locke. El estado debe ser el que garantice la vida; la salud sea física,
mental y social; la propiedad y la libertad de cada persona, que sea aquel juez imparcial
que castigue con penas proporcionales las malas acciones que comete cada ser humano,
para que aquella sanción sirva de ejemplo, para que los demás se abstengan de realizar
algo similar.

3 CORTE PENAL INTERNACIONAL

La Corte Penal Internacional o también llamada el Tribunal Penal internacional fue


establecida mediante una conferencia diplomática realizada en Roma (Italia), entre el 15
y 17 de julio de 1998, cuya finalidad es ser juez y castigar a aquellos individuos que han
perpetrado crímenes en cuestiones de guerra, lesa humanidad y genocidio. No hay que
confundirla con la Corte de La Haya, toda vez que esta, resuelve los conflictos entre los
estados y no entre los particulares como sí lo hace el Tribunal. Se ubica en el mismo
lugar de la Corte Internacional de Justicia, es decir, su sede está en La Haya (Países
Bajos).

Es necesario, por lo tanto, que existan jueces internacionales que resuelvan los casos de
Derecho internacional, esto es, los conflictos entre el Estado y los individuos, para que
estos no queden impunes, mas sí sean sancionados con todo el peso de la ley, en otras

8
palabras, que los delitos que atenten contra la vida, libertad y seguridad de las personas
sean castigados, para el bienestar del agraviado y de su familia, quienes lo único que
quieren es justicia, ver que su lucha valga la pena y que no haya sido en vano
comenzarla. Así, de acuerdo a la doctrina y en palabras de Rolling << los crímenes
internacionales deben ser conocidos por jueces internacionales porque constituyen
violaciones al Derecho internacional y ello son los más cualificados para esto >>
(Collantes, 2002), dado que a veces o en la mayoría de los casos los estados en su
jurisdicción interna son débiles, vale decir, son instituciones individualistas, que ven el
lucro, el estatus y el poder, dejándose llevar por la más vil bajeza de la corrupción,
haciendo que la injusticia se vista de justicia, para así poder arruinar a sus
conciudadanos y no cumplir su fin que es el bien común, es decir, la felicidad de todo el
pueblo. De esta forma recurriendo de nuevo a la doctrina y en líneas de Hannah Arendt
se dice que << los procesos que se celebran ante la justicia estatal se minimizan por
tratarse de la actividad judicial en una nación >> (Collantes, 2002), de esto se parte, que
la justicia nacional es fácil y propensa a manipulaciones de índole política, donde
priman intereses personales y no sociales, donde el vulgo no entra en juego sino la
beneficio de la autoridad, por lo tanto los tribunales internacionales están más
capacitados para resolver estos conflictos, tal cual lo afirma Kelsen afirmando que << el
castigo de crímenes de guerra por un tribunal internacional, particularmente los que
tienen carácter de acto de Estado (como los cometidos por sus agentes y personal
militar), encontrarían mucho menor resistencia que ante tribunales nacionales >>
(Collantes, 2002). Todo lo escrito líneas arriba nos muestra que, un juez internacional es
más virtuoso es su imparcialidad que un juez de una jurisdicción nacional, porque este
último es más vulnerable a caer en la tentación del dinero, en la tentación de la
corrupción.

3.1 ESTATUTO DE ROMA


El Estatuto de Roma es el ordenamiento que regula la competencia y el buen
funcionamiento de la Corte Internacional Penal (CIP), que se preocupa por la
convivencia pacífica y armoniosa de las personas, porque todos los pueblos del mundo
conforman una sola sociedad, pues sus culturas están entroncadas y conforman un
patrimonio común, por lo tanto, hay que ser firme con la negativa a tolerar actos atroces,
inhumanos, que no merecen el perdón mas sí el castigo, toda vez, que no deben quedar
impunes, ya que mediante el acogimiento de medidas en el plano nacional con la

9
cooperación internacional, se puede asegurar que aquellas personas que han cometido
delito sean sometidas a la acción de la justicia.

En el artículo 5 del Estatuto de Roma, la Corte nos plantea los crímenes de su


competencia, los cuales son los siguientes, a saber: genocidio, lesa humanidad, guerra y
agresión. Se puede concluir de allí, que la CIP protege al individuo en todas sus
dimensiones, dado que es un ser con dignidad.

Por motivos de nuestra exposición nos remitiremos a los crímenes de lesa humanidad o
también entendidos como crímenes contra la humanidad, o masacres contra las
personas, debido a la horrible y cancerosa política estatal, que de lo único que se
acuerdo es de su bienestar, pasando la sociedad a segundo plano.

3.1.1 CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD

En palabras de David Luban << En primer lugar, la frase "crímenes contra la


humanidad" sugiere delitos que agravian no sólo a las víctimas y sus propias
comunidades, sino a todos los seres humanos, sin importar su comunidad. En segundo
lugar, la frase sugiere que estos delitos calan hondo, lesionando el núcleo de humanidad
que todos compartimos y que nos distingue de otros seres de la naturaleza.” (Ambos,
2012)
“(…) lo humano que los crímenes contra la humanidad violan radica en nuestra
condición de animales políticos. (…) los crímenes contra la humanidad ofenden este
estatus de dos maneras: pervirtiendo a la política y atacando, en tándem, la
individualidad y sociabilidad de las víctimas.”
“(…) crímenes contra la humanidad (…) representan una afrenta a nuestra naturaleza de
animales políticos, a nuestro doble carácter de individuos insociablemente sociales que
combinan la autoconsciencia y el propio interés con una necesidad natural de socializar
(…) los crímenes contra la humanidad agreden nuestra individualidad atacándonos
exclusivamente debido a los grupos a los cuales pertenecemos, y agreden nuestra
sociabilidad transformando las comunidades políticas en trampas mortales” >> (Ambos,
2012).

Así, pues, son actos inhumanos de un delincuente que se convierte en el enemigo


objetivo del mundo, dado su condición de un ser perverso, es decir, que no tiene
sentimientos, porque es un ser frío con corazón de piedra, que no tiene gestos ni consigo
ni para los demás; sádico, porque le agrada y le complace el sufrimiento de los otros,

10
toda vez, que cuanto más sufre la humanidad, más feliz es; y masoquista, porque sabe
que va a caer, que la justicia lo va a castigar, que va a sufrir, pero aun así, hace lo que
hace, comete los más sanguinarios episodios y no le importa nada. Para él la vida vale
lo mismo que morir, porque de antemano sabe que agonizará solo, y si lo recuerdan no
lo recordarán por buen hombre, por ser un individuo de buenas obras; sino por violento,
por resentido, por ser no un ser humano, sino una bestia, que vive en su propio mundo y
no en lo de los demás. Cuando de lo que se trata es de convivir todos en un estado de
bienestar, de felicidad, porque se supone que nuestra condición de humanos nos hace
ser gregarios por naturaleza, toda vez, que no somos nada sin el otro y nuestra conducta
y personalidad se desenvuelve en el medio que nos rodea, en consecuencia, hay que
hacer que la felicidad sea, pues, como lo pensaron los de oriente, al decir que es un
estado de bienestar perenne, en otras palabras, que dura toda la vida una vez
conseguido, entonces para que uno mantenga la felicidad, en este caso el bienestar que
nos produce la convivencia pacífica entre hermanos, debe tratarse en lo posible de no
hartarse del medio que me provoca felicidad, ya que si lo hago, seré triste, dado que
querré otra cosa y otra, y así la serie se iría hasta el infinito. Así que, si digo no hartarse
del medio, quiero decir, tratar de valorarlo cada día más, tratar de buscar la conexión
más profunda con la cosa que me hace sentir feliz.

Después de todo lo dicho, y teniendo ya una noción más profunda del significado de los
crímenes contra la humanidad, el Estatuto de Roma en su artículo 7 sobre los Crímenes
de lesa humanidad, en su inciso6 1, apartado i, que a la letra dice: << A los efectos del
presente Estatuto, se entenderá por “crimen de lesa humanidad” cualquiera de los actos
siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra
una población civil y con conocimiento de dicho ataque: i) Desaparición forzada de
personas >> (Corte Penal Internacional, 1998), nos proporciona la figura del delito de
desaparición forzada que, en su inciso 2, apartado i, nos detalla con claridad lo que se
debe entender por dicha figura, así de esta forma dice: << A los efectos del párrafo 1: i)
Por “desaparición forzada de personas” se entenderá la aprehensión, la detención o el
secuestro de personas por un Estado o una organización política, o con su autorización,
apoyo o aquiescencia, seguido de la negativa a admitir tal privación de libertad o dar
información sobre la suerte o el paradero de esas personas, con la intención de dejarlas

6
Inciso es párrafo.

11
fuera del amparo de la ley por un período prolongado >> (Corte Penal Internacional,
1998).

Siempre se ve que el derecho a la libertad es violada, todavía más por la negativa de


proporcionar información sobre el paradero del individuo a quien se le privó de su
libertad, esto se hace todavía mucho peor con la tortura y posterior asesinato y muerte
del perjudicado, lo que constituye no solo un agravio para él, sino para la familia, que se
preocupa, sufre, llora, se desesperaba por su ser querido, ya que quiere su bien, y esto se
hace aún un castigo más doloroso para la familia, ya que no sabe nada del desaparecido.
O sea que se viola no solo un punto, sino dos, toda vez que la víctima no es la única
persona dañada, sino también la familia, quien sufre perjuicios emocionales y
económicos, y peor si es de condición humilde.

4 CONVENCIÓN INTERAMERICANA SOBRE DESAPARICIÓN


FORZADA

Fue aprobada en la ciudad de Belém (Brasil), durante la 24.a Asamblea General de la


Organización de Estados Americanos (OEA7) un 9 de junio de 1994. Cuyo objetivo es
conseguir la buena vecindad que, se obtendrá mediante el respeto de los derechos
esenciales del hombre, esto es, la vida del individuo en justicia social y en libertad, claro
está, con la ética que a cada ciudadano le corresponde. Además, que defenderá la
dignidad del hombre de las graves ofensas y múltiples violaciones que este puede
recibir, que se originan del no respeto a sus derechos, toda vez que son inderogables a
él. Así, también, la convención sirve de complemento al derecho nacional interno, para
que este se apoye en él. En síntesis la Convención trata de prevenir, sancionar, erradicar
todos los actos de desaparición forzada, puesto que prohíbe practicarlas y no las tolera
en absoluto, ya que sanciona a los artífices directos e indirectos del hecho, sean estos los
autores, los cómplices, los encubridores y aquellos que tentan provocar tal acción.

El artículo 2 del acuerdo en mención, incluye la siguiente definición << se considera


desaparición forzada la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que

7
La Organización de los Estados Americanos es una organización internacional de carácter
regional con sede en Washington DC (Estados Unidos), creada en 1948 cuando se subscribió,
en Bogotá (Colombia) la Carta de la OEA que entró en vigencia en diciembre de 1951. Fue
fundada con la finalidad de que sus Estados miembros convivan en paz, en justicia, de forma
solidaria, colaborando y defendiendo la soberanía, la integridad territorial y su independencia.
12
fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas
que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta
de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar
sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales
y de las garantías procesales pertinentes >> (Asamblea General de la Organización de
los Estados Americanos (OEA), 1994).
El Estado es, pues, sea de manera mediata o inmediata el artífice de toda la falta así
cometida, toda vez que, priva ya sea de forma legal o ilegal a la persona de su libertad,
además que más tarde no dará ninguna información sobre su paradero, porque no
reconocerá dicho daño cometido, y por lo tanto hará indefenso a la víctima, puesto que
sus recursos legales y sus garantías pertinentes estarán imposibilitados.

5 CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS

La Convención Americana sobre Derechos Humanos o también conocida como el Pacto


de San José de Costa Rica fue adoptada un 22 de noviembre de 1969, en la Conferencia
Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos, en la ciudad que lleva su
nombre, entrando en vigor el 19 de julio de 1978. Aquí << los Estados partes en esta
Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a
garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin
discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones
políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social >> (Convención Americana sobre
Derechos Humanos, 1969).
De esta manera la Convención en su artículo 1, inciso 1 nos dice:<< Toda persona tiene
derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general,
a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida
arbitrariamente >>; en su artículo 5, inciso 2, afirma:<< Nadie debe ser sometido a
torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda persona privada de
libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano >>, y
sobre todo por motivos de nuestra exposición en el artículo 7, incisos, 1; 3; 4,
respectivamente, se estipula lo siguiente:<< 1. Toda persona tiene derecho a la libertad
y a la seguridad personal. 3. Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento
arbitrarios. 4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada de las razones de su
13
detención y notificada, sin demora, del cargo o cargos formulados contra ella >>
(Convención Americana sobre Derechos Humanos, 1969).
De lo que se parte, de forma implícita ya, que la Convención Americana sobre Derechos
Humanos está en contra del delito de desaparición forzada, toda vez que, nadie puede
ser privado de su vida ni de su libertad arbitrariamente, peor aún, nadie puede ser
sometido a tratos crueles e inhumanos que denigran la dignidad del hombre, puesto que,
él es libre para tomar sus propias decisiones y actuar como mejor le conviene. El
individuo es dueño de su vida y solo este sabe decidir por él.
Como medios de protección de los derechos y libertades del individuo, la Convención
estableció dos órganos para conocer sobre los temas que tienen que ver con el
cumplimiento de esta: La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, como así lo señala en su artículo 33 la
Convención: << Son competentes para conocer de los asuntos relacionados con el
cumplimiento de los compromisos contraídos por los Estados partes en esta
Convención: a. la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, llamada en adelante
la Comisión, y b. la Corte Interamericana de Derechos Humanos, llamada en adelante la
Corte >> (Convención Americana sobre Derechos Humanos, 1969). Puntos que
tocaremos a continuación.

5.1 COMISIÓN INTERAMERICA DE DERECHOS HUMANOS


Como lo afirma el artículo 1, en sus incisos 1; 2; 3, en cuanto a la naturaleza y
composición de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de su
Reglamento que la define como: << 1. (…) un órgano autónomo de la Organización de
los Estados Americanos que tiene las funciones principales de promover la observancia
y la defensa de los derechos humanos y de servir como órgano consultivo de la
Organización en esta materia. 2. La Comisión representa a todos los Estados miembros
que integran la Organización. 3. La Comisión se compone de siete miembros, elegidos a
título personal por la Asamblea General de la Organización, quienes deberán ser
personas de alta autoridad moral y reconocida versación en materia de derechos
humanos >> (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2009).
Se infiere de aquí que esta institución de Derecho internacional, con sede en
Washington D.C. (Estados Unidos), se encarga de la promoción de los derechos
humanos en el continente americano, para que se haga realidad su cumplimiento y
defensa, toda vez que, sin derechos no somos nada y no valemos como personas, puesto

14
que en nada nos diferenciaríamos de las cosas. Así que la CIDH tiene el deber de
recibir, analizar e investigar las peticiones individuales, donde se aleguen que Estados
miembros hayan violado los derechos humanos; estimula y lleva a la reflexión a los
individuos respecto al acatamiento de los derechos humanos en las Américas;
recomienda, también, que los Estados miembros de la OEA, adopten medidas que
contribuyan a la protección de los DD.HH.8 en los países de la región; además que,
presenta los casos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y comparece ante
la misma durante la tramitación y consideración de los casos.

5.2 CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS


La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) es un órgano judicial
internacional con sede en San José (Costa Rica) que, también, puede celebrar sus
reuniones en cualquier país miembro de la OEA. Su función es conocer sobre los casos
de violación ejecutados por los Estados miembros de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos contra los derechos de cada persona. Las personas naturales o
jurídicas que no son Estado, no tienen facultad para interponer o presentar sus casos
ante la Corte IDH, de forma que, estas deben recurrir en primer lugar a la CIDH. Para
que así de esta manera, la Comisión pueda llevar el asunto hasta la Corte, donde debe
comparecer en todos los casos.

En resumen y según el artículo 1 del Estatuto de la Corte IDH que, nos habla acerca de
su naturaleza y régimen jurídico, la define como sigue: << La Corte Interamericana de
Derechos Humanos es una institución judicial autónoma cuyo objetivo es la aplicación e
interpretación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (…) >> (Corte
Interamericana de Derechos Humanos, 1979).

De este modo, la Corte Interamericana de Derechos humanos como las otras


instituciones jurídicas internacionales, antes mencionadas, llevan al ser humano a lo
más alto de la esfera de la creación, protegiendo sus derechos y libertades
fundamentales a costa de todo, porque el ser humano es digno, toda vez que, merece
todo nuestro respeto, simplemente por tener la condición de persona. Pero persona no es
cualquiera. Si bien desde un primer momento Hitler era humano, nadie lo puede dudar,
los resultados de la genética no habían resultado equivocados, pues tenía la composición
de todos, y no era nada diferente a nosotros; sino que, su actitud lo hacía perder esa

8
DD.HH. es Derechos Humanos
15
condición de persona, puesto que sin pena mandaba a exterminar a los judíos, con el
pretexto de que su raza era la raza aria, la que tenía que tener el mundo, pues todo lo
diferente a él, tenía que desaparecer. Con ese pensamiento cometía atrocidades, y su
comportamiento no se parecía en nada al de un individuo con principios y valores.

Por lo tanto, lo que nos hace merecedores del título de persona es nuestra conducta,
aquel comportamiento ético y utilitario. El primero nos ayudará a comportarnos bien
con nuestros semejantes, puesto que nos hará ser ejemplo de buena conducta para los
demás, porque trataremos a nuestro prójimo no como un medio sino como un fin en sí
mismo, puesto que le haremos el bien sin la intención de recibir algo a cambio, sino tan
solo sentirse complacido con uno mismo por las buenas obras que hemos realizado, y de
esta forma se cumplirá el hiperativo categórico de Kant que es el siguiente: “actúa de tal
forma que tus acciones sean modelo para los demás”; en cuanto al comportamiento
utilitario, debemos proceder de tal forma que nuestras acciones sirvan a la sociedad y la
procuren el mayor bien posible, que es la felicidad. Así el utilitarismo se resuelve en las
bellas palabras que dijo, alguna vez, un hombre misericordioso, hace más de dos mil
años en el cercano oriente, nuestro señor Jesús: “Ama a tú prójimo como te amas a ti”.
Simples palabras que tienen un significado muy profundo y que se lo entiende de forma
fácil, en consecuencia, no hay justificación para incumplirla.

Con todos los conceptos arriba señalados que nos hacen tener una noción más profunda
en lo ético y lo jurídico de lo que significa el hombre, como ser superior a todos en la
tierra, con derechos inalienables e inherentes a él, libre por naturaleza pero que es
regulado por la razón, paso a tocar el tema central de mi exposición. Un tema que
merece toda nuestra atención, porque lo sucedió a un peruano, el joven universitario
Ernesto Rafael Castillo Páez, quien a inicios del gobierno de Fujimori desapareció y
nunca hubo rastros de él. Antes, bien, nos remitiremos a describir el contexto peruano
en el que se inició el caso.

6 SITUACIÓN DEL PERÚ EN ESE ENTONCES

Todo comenzó la madrugada del 18 de mayo de 1980 en la localidad de Chuschi


(Ayacucho), cuando miembros del Partido Comunista Peruano Sendero Luminoso (PCP
SL) irrumpieron en dicha localidad, asaltado el local donde estaban guardadas las
ánforas de votación que, posteriormente fueron quemadas en la plaza pública.

16
Su accionar en un comienzo no tuvo los mismos efectos de difusión, como si alcanzó
ulteriormente, con la masacre que provocaron a las comunidades campesinas de la sierra
central. Es necesario, aquí, hacer mención que las fuerzas del orden (Fuerzas Armadas y
Policía Nacional) a partir de su ingreso en las zonas de emergencia (Ayacucho,
Huancavelica y Apurímac) fueron responsables directos de gran cantidad de decesos
registradas por aquellos años, dentro de los cuales de forma segura, está el delito de
desaparición forzada.

El accionar de Sendero en los primeros años en Lima, se limitaron a algunos atentados


dinamiteros, a incendios de locales públicos, a causar apagones, a despojar de sus armas
a los policías, a pintar en los muros la hoz y el martillo, es decir, sus acciones más que
aterrorizar, tuvieron como objetivo la propaganda de su partido. Con el paso del tiempo
esto iba aumentado, descartando siempre el presidente de ese entonces, el señor
Belaunde, la existencia de actividades terroristas o la presencia de insurgencia
guerrillera en la nación. De todas formas las primeras acciones de Sendero dejaron
desconcertado al país.

Poco a poco los campesinos empiezan a defender la ideología senderista, como botón de
muestra de aquel interés y simpatía, se produce a inicios de 1982 el ajusticiamiento del
terrateniente del fundo de Ayzarca, a la cual apoyan los campesinos.

Algo que contrastó con lo que dijo en un primer momento el presidente Belaunde, es
que después de un tiempo, el mismo presidente, aprovechando la ceremonia por el
aniversario institucional de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP), definió la
insurrección senderista como una elaborada conspiración planificada desde el
extranjero, reconociendo ya que tal agrupación estaba dejando huellas en el país.

Hacia 1988 los atentados en diversas ciudades del país se multiplicaron. Y Lima no fue
la excepción, toda vez, que la presencia de elementos subversivos era más generalizada.
En respuesta a los ataques de Sendero Luminoso se formaron aparatos
contrasubversivos, para suprimir las fuerzas de aquella agrupación y desarrollar labores
de control del orden interno. De esta forma los primeros atisbos de desaparición forzada
se empezaron a originar en el Perú, toda vez, que la desaparición de personas fue una
práctica sistemática y generalizada de violación de los derechos humanos implementado
por el Estado peruano, puesto que, las víctimas de esta práctica fueron considerados
presuntos miembros, colaboradores o simpatizantes de PCP SL.

17
A todo ello, la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) señala lo siguiente:
<< (…) a lo largo del conflicto armado interno, los agentes del Estado utilizaron la
práctica de la desaparición forzada de personas de manera generalizada y sistemática
como parte de los mecanismos de lucha contrasubversiva. La información analizada por
la CVR nos lleva a la convicción de que no se trata de hechos aislados o esporádicos
sino que configuran un patrón de conducta de los agentes del Estado responsables de la
lucha contrasubversiva. Los miles de casos reportados (…) dan cuenta de una práctica
generalizada, una práctica o, incluso, ambas simultáneamente, en ciertos periodos y
lugares >> (Comisión de la Verdad y la Reconciliación).

De alguna forma sacando a luz la responsabilidad de tales actos, de los miembros de las
Fuerzas Armadas, la CVR indica que: << (…) la información analizada nos lleva a
concluir que la gran mayoría de casos de desaparición forzada por agentes del Estado no
fueron actos perpetrados al azar ni respuestas espontáneas de agentes de menor rango.
Tampoco fueron actos ni esporádicos ni aislados. Por el contrario, existen numerosos
indicios de que fueron actos ideados, organizados y llevados a la práctica mediante una
estructura que supuso la coordinación operativa y funcional en niveles más altos que los
de los simples agentes del orden >> (Comisión de la Verdad y la Reconciliación). Se
afirma esto porque para que se dé que un acto de desaparición forzada se requieren de al
menos tres elementos fundamentales, tales como: a) la privación de la libertad contra la
voluntad de la persona; b) la intervención de agentes gubernamentales, de forma directa
o indirecta y c) la negativa a reconocer la detención y a revelar el paradero de la
víctima. Por lo que, respecto al punto b, no puede ser otro grupo que no sea
gubernamental, los que violan los derechos de las personas, toda vez que, las FF.AA. y
policiales gozas de soporte logístico instalado capaz de cumplir con eficiencia su
objetivo principal, en consecuencia, esa organización solo lo puede proporcionar el
Gobierno, puesto que, es él quien da los vehículos y el armamento ligero y pesado,
uniformes, instalaciones militares y policiales, instrumentos para la tortura, dinero y
calabozos.

En este contexto es que sucedió la desaparición del joven universitario estudiante de


sociología, Ernesto Castillo Páez.

18
7 ALGUNOS DATOS DE ERNESTO RAFAEL CASTILLO PÁEZ

Ernesto Castillo Páez nació un tres de junio de 1968 en la ciudad de Lima. Era
estudiante de Sociología de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Quienes lo
conocieron, como Sonia Cotera Pretell, sostinen que era un chico con un gran sentido
del humor, generoso, corajudo, y testarudo sobre todo cuando opinaba. Tenía un ideal
de transformar el país y de hacer de esta sea una sociedad más justa, en consecuencia, su
responsabilidad para con el pueblo lo asumía con mucha plenitud. Cuando entablaba
conversaciones sobre todo en temas políticos, sociales y económicos, además que eran
serias, estas se alargaban por mucho tiempo.

Algunos como Jhoni (nombre de alguien que comentó en una página de INTERNET)
aseveran los siguiente: << (…) el senderista Ernesto Castillo Páez (…) fue torturado no
dicen la verdad, Ernesto cuando desapareció estaba cometiendo actos terroristas en Villa
el Salvador, quien lo conocía bien era su camarada Juan Luis Gómez del Prado el
mismo que dijo que él fue enterrado clandestinamente por su sus camaradas senderistas
ya que resultó “heridograve” y que después comunicaron a sus padres, también
miembros de Sendero Luminoso, Cronwell Castillo y la camarada Rosa Páez, yo estoy
en contra del terrorismo de Estado, pero también estoy en contra del terrorismo de
Sendero Lumino >> (Jesed, 2010). Palabras muy fuertes, que en un inicio nos hacen
dudar, pero no hay pruebas para corroborar ello, más si para sancionar a los infractores
de este delito en contra del joven estudiante. Jhoni afirma también líneas más abajo, en
otros comentarios, de la página web, que a Ernesto le llamaban camarada “Comanche”
en la universidad Católica, que era un estudiante mediocre, que no asistía regularmente
a clases y debía pensiones, es decir, no le interesaba la universidad. En un primer
momento de aquí se sigue, que los datos proporcionados por Jhoni, tienen mucha
relación con el contexto que se vivía en el país. Hay muchos detalles que nos podrían
hacer creer que Ernesto en realidad era un elemento de sendero Luminoso, como el
prejuicio de, justo, estudiar una carrera de ideologías, tener un pensamiento basado en el
bien común, además se hace más fuerte aún cuando se dice que Ernesto era un
estudiante desinteresado.

Cuestiones que en las siguientes líneas nos encargaremos de resolver y llegar a la


verdad, para que así la justicia llegué a triunfar.

19
8 EL CASO

Eran aproximadamente las once de mañana del domingo veintiuno de octubre de 1990,
cuando una columna del grupo subversivo Sendero Luminoso, otra vez provocando el
terror, realizó una serie de atentados con explosivos en diferentes áreas del distrito de
Villa el Salvador (Lima). En respuesta a tal suceso, la Policía, como ente que garantiza
la paz y vela por el orden público, realizó un operativo para frenar dicho ataque y
detener a los implicados en tal acción. Justo ese mismo día, entre las once y once y
media, el joven estudiante de Sociología de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
Ernesto Rafael Castillo Páez, se encontraba en los alrededores de una de los puntos
donde se habían producido tales atentados explosivos, cabe aclarar, él estaba transitando
a la altura del Parque Central del grupo 17, en las inmediaciones de la zona del
Monumento a la Mujer de aquel distrito.

Castillo Páez se encontraba por esos lugares, porque tenía que realizar un trabajo con un
compañero, cuando de repente desapareció. Como nunca un crimen sale a la perfección,
sino que algo la debe obstaculizar, no fue la excepción en este caso, ya que hubo
testigos que presenciaron el arresto de Ernesto, donde todos concluyen que, cuando
estaba caminando fue intervenido por miembros de la Policía (los suboficiales Carlos de
Paz Briones, Manuel Santiago Arotuma Valdivia y Juan Fernando Aragón Guibovich)
que descendieron de un patrullero N.° 1033 de color blanco, perteneciente al escuadrón
de Desactivación de Explosivos (Edex), estos miembros, dizque, del orden se
caracterizaban por llevar boinas rojas.

Los testigos cuentan que en el momento de la detención, uno de los tripulantes del
patrullero encañonó a Ernesto, le exigió su identificación personal y lo registró, después
sin resistencia alguna del joven universitario, lo metieron en la maletera del vehículo
policial. De esta manera se cumplen varios requisitos para hablar de una desaparición
forzada, esto es, la selección de la víctima y su posterior detención, privándolo de la
libertad en contra de su voluntad, hecho por agentes gubernamentales.

De todo esto se sigue que es cierto que Castillo Páez fue detenido por agentes de la
Policía Nacional, que en su lucha contrasubversiva, actuaron en el ejercicio de sus
funciones. Como lo afirma la jueza en lo penal del Vigesimocuarto Juzgado Penal de
Lima, la señora Elba Greta Minaya Calle: << (…) manifiestan de manera uniforme que
el día y hora indicado por el accionante, la persona del estudiante universitario Ernesto
20
Rafael Castillo Páez, a quien identifican y reconocen por sus características propias (…)
fue intervenido por un carro patrullero color blanco a la altura del parque central del
Grupo 17, Segundo Sector, Segunda Zona de Villa El Salvador, en circunstancias en
que se encontraba caminando, siendo encañonado por dos de los efectivos policiales de
dicho vehículo que llevaban como distintivo boinas roja, despojado de sus anteojos,
esposado e introducido en la maletera del mencionado patrullero (…) >> (Sentencia de
Hábeas Corpues, 1990)

Y el juez Luis Vargas Valdivia del Decimocuarto Juzgado Penal de Lima, dice lo
siguiente: << (…) ha quedado debida y fehacientemente acreditado que el agraviado
Ernesto Rafael Castillo Páez el día 21 de octubre de 1990 en horas de la mañana fue
intervenido y detenido por la dotación de un vehículo de la Policía Nacional del Perú
cuando aquel se encontraba transitando a la altura del Parque Central del grupo 17,
segundo sector, segunda zona del distrito de Villa El Salvador, oportunidad esta desde
la que se desconoce su paradero, por lo que en el transcurso de la investigación
jurisdiccional sí se ha acreditado la comisión del delito de abuso de autoridad (…) >>
(Resolución, 1991).

De esta forma se corrobora el actuar de los agentes del orden, quien y no va ser de otra
manera, también actuaron por órdenes de un agente superior, dada la jerarquización de
esta institución. Por ello el comandante Juan Carlos Mejía León, por ser el oficial de
mayor grado -jefe también de un cuerpo policial especializado en el tema
contrasubversivo, esto es, del Centro de Entrenamiento de Fuerzas Especiales
Antisubversivas (CEFEA)- mantuvo siempre una posición de mando, pues era el único
que contaba con una radio multifrecuencia, y porque solo él había exigido a los policías
de la comisaría de Villa El Salvador la entrega de todos los detenidos la mañana en que
se produjeron los hechos. De esto no tiene nada que alegar a su favor el citado
comandante, ya que en las instituciones del orden público (FF.AA. y Policía Nacional)
es evidente la posición de mando, que responde al mayor grado militar o policial, pues
resulta irremediablemente imposible que en instituciones jerarquizadas como las
mencionadas esto no ocurra, porque no es dable que algún suboficial u oficial de rango
menor tome la iniciativa de cometer este tipo de delito, haciendo poner en juego el
funcionamiento de la organización en su conjunto. De lo que se supone que tales
decisiones y órdenes provienen del vértice superior de tales instituciones, es decir, por
quienes ostentan en su cabalidad una posición de mando.

21
El recurso de Hábeas Corpus presentado ante el Juzgado de Primera Instancia de turno
del Distrito Judicial de Lima, el veinticinco de octubre de 1990 a favor de Castillo Páez,
empezó pintando bien para la familia que sufría la desaparición de joven, pues dicho
juzgado aprobó tal acción. Luego el tribunal de segunda instancia (Octavo Tribunal
Correccional de Lima), ante la apelación hecha por el procurador público para asuntos
de terrorismo, confirmó la resolución de primera instancia, declarando improcendente
dicha apelación. Se ve, pues, que todo andaba bien en la marcha hacia la justicia de
Ernesto, pues esto no tenía que quedar impune. Sin embargo, La Corte Suprema de
Justicia declaró fundada el recurso de queja interpuesto por el procurador público,
situación que nos hace ver que la justicia dura muy poco en el Perú, sino nada. Esto lo
corrobora, además, la declaración de la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema, el
siete de febrero de 1991, donde resuelve declarar la nulidad de la resolución recurrida y
la improcedencia de la acción de garantía, mediante la ejecución de un procedimiento
que estaba prohibido por la ley 23506 (Ley de Hábeas Corpus y Amparo).

Ante la corrupción y el encubrimiento del Estado a los victimarios de Ernesto, su


familia, el señor Cromwell Castillo y Carmen Páez, decidieron recurrir a las instancias
internacionales de justicia. Ya en la jurisdicción internacional, el Caso Catillo Páez se
inició ante la CIDH, el 16 de noviembre de 1990, la cual en el Informe 19/94 concluyó
declarando la responsabilidad internacional del Perú por la violación en perjuicio de
Ernesto Rafael Castillo Páez del derecho a la libertad personal, integridad personal, a la
vida y a una efectiva protección judicial, así como a las garantías judiciales del debido
proceso legal, que reconoces respectivamente los artículo 7; 5; 4; 25 y 8 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. Responsabilizó, también, al Perú por
no haber cumplido con la obligación de respetar los derechos y garantías que establece
el artículo 1.1 de la Convención mencionada, y recomendó al Estado realizar una nueva
investigación sobre los hechos denunciados, determinar el paradero de Ernesto,
identificar y sancionar a los responsables, así como indemnizar de manera justa a sus
familiares. El trece de enero de 1995 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
presentó una demanda contra el Estado peruano sobre el caso Castillo Páez ante la Corte
IDH, que dictó sentencia el tres de noviembre de 1997. En esa sentencia la corte decidió
por unanimidad que el Estado peruano violó, en perjuicio de Ernesto, los derechos
retenidos en los artículos 7; 5; 4; 25 y 8 de la Convención, arriba mencionados. Por lo
tanto, debe indemnizar a los familiares de la víctima y resarcirles los gastos en que

22
hayan incurrido en sus actuaciones ante las autoridades peruanas con ocasión de ese
proceso, además, que el Perú debe investigar los hechos del presente caso, identificar y
sancionar a los responsables y adoptar las disposiciones necesarias en su derecho
interno para asegurar el cumplimiento de esta obligación.

En la Sentencia de Reparaciones del caso, de fecha veintisiete de noviembre de 1998, la


Corte IDH advierte lo siguiente: << En lo que respecta a las consecuencias de la
violación del artículo 25 de la Convención Americana, en perjuicio de los familiares de
Ernesto Rafael Castillo Páez, por la ineficacia del recurso de hábeas corpus para lograr
la libertad de éste, y quizás, para salvar su vida la Corte considera procedente, como
medida de reparación en favor de dichos familiares, la efectiva investigación y la
correspondiente sanción de los responsables de los hechos que motivaron la demanda
tal como fue ordenado por este mismo Tribunal en la Sentencia de 3 de noviembre de
1997 >> (Caso Castillo Páez, 1998), porque este delito de desaparición forzada es una
agresión muy cruel, ya que se presenta como un ultraje a la dignidad de la persona
humana, donde sus bienes jurídicos se lesionan directamente, además que no solo afecta
inmediatamente a la víctima, sino también a sus seres queridos.

La misma sentencia agregó en su párrafo ciento siete que: << (…) el Estado tiene el
deber de investigar las violaciones de los derechos humanos y procesar a los
responsables y evitar la impunidad. La Corte ha definido la impunidad como “la falta en
su conjunto de investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y condena de los
responsables de las violaciones de los derechos protegidos por la Convención
Americana” (…) >> (Caso Castillo Páez, 1998). Por lo tanto, se responsabiliza al
Estado peruano, de encontrar la verdad sobre lo sucedido e incriminar a los
responsables.

Cumpliendo el Perú con lo que ordenó la Corte IDH, la 37 Fiscalía Provincial de Lima,
el veintinueve de agosto del 2001, formuló denuncia penal contra Juan Carlos Mejía
León, Guido Felipe Jiménez del Carpio, Dany Quiroz Sandoval, Juan José Quiroz
Zárate, Jaime Melchor Vivanco, Marco Huarcaya Siguas, Álex Pianto Sono, Jorge
Beltrán Soto, Héctor Cabrera Arriola, Carlos Rodríguez Flórez, Juan Fernando Aragón
Guibovich, Manuel Santiago Arotuma Valdivia, Carlos de Paz Briones, Antonio López
Trujillo, Atanulfo Zamora García y Víctor Marquina Alvarado por la comisión del
delito de secuestro en agravio de Ernesto Castillo Páez.

23
Con fecha veinticuatro de septiembre de 2001, el Decimotercer Juzgado Penal de Lima
dictó el auto apertorio de instrucción contra los mismos individuos por el delito de
secuestro, que se tendría que tramitar en dos procesos, el de instrucción y el de juicio
oral. La primera tenía por misión recopilar los elementos de prueba para demostrar la
comisión de los hechos y señalara a los supuestos responsables. En marzo del 2003 el
Decimotercer Juzgado señaló en su informe final como responsables del secuestro de
Ernesto a Juan Carlos Mejía León, Antonio López Trujillo, Atanulfo Zamora García y
Víctor Marquina Alvarado. Formulando acusación contra todos los procesados la
Tercera Fiscalía Superior Penal de Lima.

Nos debe parecer raro a que el caso Castillo Páez comience como un delito de secuestro,
puesto que estamos hablando de una desaparición forzada, pero es que, en ese entonces
el actual Código Penal no entraba en vigencia y todavía el delito no estaba estipulado.
Ya a partir del dos de julio de 1992, el delito de desaparición forzada estaba previsto y
sancionado por el artículo 320 del Código Penal, que a la letra dice: << El funcionario o
servidor público que prive a una persona de su libertad, ordenando o ejecutando
acciones que tenga por resultado su desaparición debidamente comprobada, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince años e inhabilitación
(…) >>.
Después de ello, la segunda etapa del proceso, es decir, el juicio oral entró en juego.
Esta se inició el veinte de julio del 2005, la cual tuvo una duración de ocho meses. En
ella, los testigos tuvieron el papel protagónico. Como se sabe el juicio comenzó como
una denuncia por secuestro agraviado, por lo que semanas antes del fin del juicio oral y
consecuente lectura de sentencia, la Sala Penal propuso a las partes la tesis de la
desvinculación de la acusación formulada por el Ministerio Público, amparándose en el
artículo 285-A del Código de Procedimientos Penales, de ello cabe suponer y se dio en
la realidad que los abogados defensores de los criminales se opusieron a esta
desvinculación, y los abogados de Ernesto no. Sin embargo, la Sala Penal Nacional,
dictó el veinte de marzo del 2006 sentencia por la comisión del delito contra la
humanidad en la figura de desaparición forzada, condenando con pena privativa de la
libertad a Juan Carlos Mejía León, Manuel Santiago Arotuma Valdivia, Carlos Manuel
de Paz Briones y Juan Fernando Aragón Guibovich. Al primero de ellos se le impuso
dieciséis años y a los demás quince, además que se los ordenó pagar treinta mil nuevos
soles de reparación civil. Declarándose, también, la absolución de los otros acusados.

24
Siguiendo la línea del caso, al final luego de una inmensa odisea de luchas y batallas, se
llegó a dar con la justicia. Los responsables de aquel acto tan cruel, como lo sucedido al
estudiante de sociología, no se salieron con las suyas, llegaron a recibir el castigo que
por tantos años se había escondido, porque en la mayoría de veces en el Perú esto
sucede. De esto se sigue que la justicia tarda pero llega, se demora, es un proceso lento
para su encuentro, pero de todas formas esto no está bien, toda vez que representa para
un país así, la corrupción en su máxima expresión. Porque la justicia siempre está allí,
solo que autoridades corruptas la camuflan, para lograr así sus beneficios personales,
puesto que por el pueblo no se preocupan, somos como animalitos para ello, que cuanto
menos sepamos, mejor provecho obtienen de nosotros.

9 CONCLUSIONES

 Como se puede apreciar existen en el mundo distintos organismos protectores de


los derechos humanos, por lo tanto, estamos protegidos como personas de las
agresiones que podamos recibir de humanos que no deben ser consideradas
personas.
 El hombre está por sobre todo aquí en la tierra, su dignidad basta para ser
respetado, porque él es valioso y tiene honor. Además, que es la creación más
perfecta de Dios y a su imagen lo creo.
 La desaparición forzada constituye una de las más graves violaciones contra los
derechos humanos y es considerada una afrenta a la conciencia de la humanidad,
puesto que es una práctica que atenta contra la vida, libertad y seguridad del
hombre, toda vez que está expuesto a tratos crueles inhumanos o degradantes,
como la agresión al momento de su detención, su posterior encierro en un
calabozo, las torturas que allí va a sufrir y la negativa de información, por parte
de los agentes del orden, de su paradero a sus familiares. En conclusión los
bienes jurídicos de la persona están expuestos a la impunidad.
 El Estado juega un rol de victimario en esta figura de desaparición forzada, toda
vez que es él de forma directa o indirecta el que provoca tal delito
 La desaparición forzada se trata de un delito permanente, puesto que no se sabe
la suerte ni el paradero de la víctima.

25
 Se trata de la primera sentencia de desaparición forzada que haya sido emitido
por un órgano jurisdiccional peruano, por lo que, resulta de trascendental
importancia analizar su contenido, dado que servirá como precedente de futuros
procesos judiciales de este tipo, es decir, será caso de jurisprudencia.
 Nos sirve como ejemplo para proceder de forma recta al derecho y la razón y no
ser como aquellos efectivos policiales que ven la vida como cualquier cosa sin
valor.
 Nadie puede ser arrestado en contra su voluntad, por sus ideas, su religión, su
condición económica, su raza, su orientación sexual. Esto denigra la dignidad
del hombre.
 La libertad es pues un derecho fundamental que nos da la ley de naturaleza para
realizar y pensar lo que queramos de acuerdo a nuestras convicciones, claro está,
siempre regidos por una ley de ética, es decir, con responsabilidad sin afectar al
otro.
 Una lucha de largos años tenía que dar frutos, esto nos demuestra que la
perseverancia en alcanzar un objetivo, nos permite cumplirlo.

26
10 BIBLIOGRAFÍA

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