Apuntes Sobre Teatro Del Absurdo
Apuntes Sobre Teatro Del Absurdo
Apuntes Sobre Teatro Del Absurdo
Frente a una obra de teatro del absurdo, muchos espectadores desprevenidos tienen la
impresión de no haber entendido nada, de que el significado último de la obra se les escapa.
En realidad, gran parte de estas obras plantean precisamente ese mismo “sin sentido”. Por
este motivo, requieren de un público muy activo, capaz de fabricar ese espectáculo diferente,
alejado de las convenciones más previsibles del realismo.
Los personajes de las obras clásicas son héroes, ya que llevan adelante acciones que el
hombre medio no realiza para lograr un objetivo determinado (conseguir el amor de una mujer,
liberar a su pueblo de una peste, etc.). Los personajes de las obras del Teatro del Absurdo
en general no tienen metas claras, ni deseos definidos, ni llevan adelante acciones heroicas,
sino que parecen dejarse llevar por las pautas formales que impone la sociedad. De esta
manera, alejados de su interioridad y de sus deseos, se vuelven poco más que fantasmas
ridículos. Sin metas y sin deseos, los personajes parecen desconocer por qué y para qué
hacen lo que están haciendo. Si los personajes de la tragedia clásica y moderna sabían para
qué estaban en el mundo (cuál era su destino), los personajes del teatro del absurdo no lo
saben. Ese desconocimiento no los hace ignorantes sino ridículos, puesto que permanecen en
sus sitios sin saber por qué.
Esta forma de presentar a los personajes se relaciona con una visión del ser humano "medio",
considerado como alguien desprotegido en un mundo en el que las decisiones que tienen que
ver con su vida y con su muerte están fuera de su control.
Las posturas críticas y pesimistas con respecto a los seres humanos son presentadas por
medio del humor, a menudo violento. Entonces, se propone a través de la risa, una reflexión
sobre las situaciones absurdas o sin sentido que viven los personajes
El hombre contemporáneo, según esta visión absurda, no puede tener metas ni ambiciones
trascendentales (llegar a Dios, ganar el Paraíso o hacer la Revolución) ya que es un ser que no
tiene creencias.
El planteo de la incapacidad para comunicarse refleja también una visión pesimista acerca de
las personas. Si estos no pueden dialogar (es decir, compartir sus deseos, sus miedos, sus ale-
grías y sus sueños), ¿qué presente pueden construir?.
La poca acción
En el teatro moderno, por ejemplo el que producen dramaturgos como William Shakespeare,
los personajes por lo general persiguen grandes metas: saber la verdad, tomar el poder,
instaurar la justicia, salvar al pueblo. Para alcanzar esos objetivos se producen situaciones
colmadas de enigmas, enredos y acciones secundarias.
En el teatro del absurdo, en cambio, e! argumento es mínimo. Pero estas acciones mínimas
están fuera de toda lógica y resultan siempre inesperadas.
El teatro del absurdo reflexiona sobre las convenciones de la sociedad moderna, sus certezas y
las seguridades que brinda y, en consecuencia, suele cuestionar los fundamentos de las
instituciones sociales, como la escuela, a las que asocia a un tipo de violencia que imposibilita
que los jóvenes puedan pensar libremente.
¿Qué preguntarnos?
Varias décadas después de escritos estos textos. ¿el sinsentido de la vida sigue siendo
el mismo?
La angustia posterior a la segunda guerra mundial en Europa, ¿tiene su correlato en las
sociedades actuales?
La transformación de los personajes, de fortaleza y seguridad en debilidad e
inseguridad y viceversa, ¿refuerza o debilita la idea del sinsentido de la vida y la
posibilidad de comunicación?