La Escuela Que Queremos
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http://dx.doi.org/10.5209/rev_RCED.2017.v28.n1.48589
Cómo citar: Leiva Olivencia, J.J. (2017) La Escuela Intercultural hoy: reflexiones y perspectivas
pedagógicas. Revista Complutense de Educación, 28 (1), 29-43.
1. Introducción
3. Interculturalidad en la escuela
Essomba (2014) pone el énfasis en la idea de que está naciendo un nuevo mundo
donde el discurso y la práctica educativa intercultural son realmente necesarios e
importantes. Un mundo que se encuentra entre los anclajes del pasado y las
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más humanos y más sensibles a la diferencia. ¿Por qué? Porque al sentir esa
diferencia soy capaz de comprender mejor la esencia de la humanidad. Esta mirada
es muy importante si queremos hacer de los espacios educativos multiculturales
auténticos escenarios educativos de interacción intercultural (Portera, 2014). Así,
cada agente educativo debe hacer el esfuerzo de interiorizar la premisa básica de
que todos somos distintos a la vez que todos somos iguales, y esto no supone una
dicotomía insalvable, sino un impulso al necesario trabajo compartido y
colaborativo de desarrollar iniciativas pedagógicas que pongan en valor lo diverso
y lo común, lo estético y lo ético de las interculturalidades, lo cognitivo y lo
emocional en un aprendizaje donde es más importante cómo se aprende que lo que
se aprende. Donde es más relevante los dispositivos personales de aprendizaje que
los propios contenidos curriculares, y es que, la propia construcción del concepto
currículum se ve transformado por los fenómenos de interseccionalidad,
hibridación cultural y necesidades personales de aprendizaje.
El currículum que se enseña en las escuelas denominadas interculturales, ya no
sirve para exaltar folclore o maximizar diferencias culturales, todo lo contrario,
debe servir o no será instrumento pedagógico de calidad si no promueve el
componente relacional y emocional de los aprendizajes y los procesos de
interiorización crítica sobre las preguntas clave de la educación de todos los
tiempos: el qué, el para qué, el cómo, el por qué, el cuándo, el dónde, etc. El
currículum del siglo XXI es un instrumento al servicio del aprendizaje
personalizado y también a la construcción democrática de las interculturalidades.
los compañeros y se es crítico tanto con la cultura de uno como de la del otro. Es
decir, el pensamiento crítico, divergente y la creatividad son valores inherentes de
esta Educación Personalizada que supone no anular la personalizada de cada
estudiante de origen inmigrante, y es que, ante todo, el docente va a ver a un
alumno más que a un inmigrante, y más que a un alumno, va a percatarse de que
primero se es persona y luego viene el rol de alumno. Esto es, procesos de
humanización de las relaciones educativas donde no están reñidos los avances en
calidad educativa, las exigencias en los niveles de competencia curricular y el
rendimiento académico, con la atención a la diversidad, la personalización de la
educación, el aprovechamiento de la diversidad cultural y la construcción de una
cultura de la diversidad en un enfoque de educación inclusiva (López, 2004)
A fin de cuentas la escuela es un lugar lleno de vida, es un espacio de vida. Un
espacio donde se reproducen y también se producen nuevos significados de
comprensión cultural. Y donde el intercambio, aprender a ser y a convivir, y el
componente afectivo es si cabe más importante que la sempiterna dimensión
cognitivista de los aprendizajes académicos. Por fortuna, como plantea Caldedero
(2014), son muchos los docentes quienes comienzan a darse cuenta que dar clase
en una escuela va mucho más allá de impartir una asignatura. Es un trabajo
vocacional –y pasional– donde, en la actualidad, se gestiona convivencia, recursos,
espacios, sentimientos, emociones, inteligencias múltiples, identidades, etc. Es
decir, el papel del docente es múltiple y adopta una posición más cercana a un
coach, en el buen sentido del término. En efecto, tal y como viene recogido en la
Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre
las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación
primaria, la educación secundaria obligatoria y el bachillerato (BOE núm. 25, 29
de Enero de 2015):
“Los métodos deben partir de la perspectiva del docente como orientador, promotor y
facilitador del desarrollo competencial en el alumnado; además, deben enfocarse a la
realización de tareas o situaciones-problema, planteadas con un objetivo concreto, que
el alumnado debe resolver haciendo un uso adecuado de los distintos tipos de
conocimientos, destrezas, actitudes y valores; asimismo, deben tener en cuenta la
atención a la diversidad y el respeto por los distintos ritmos y estilos de aprendizaje
mediante prácticas de trabajo individual y cooperativo.”
Desde el punto de vista del desarrollo curricular, resultan muy acertadas las
metodologías didácticas centradas en el trabajo por proyectos, especialmente
relevante para el aprendizaje por competencias, que se basa en la propuesta de un
plan de acción con el que se busca conseguir un determinado resultado práctico.
Esta metodología pretende ayudar al alumnado a organizar su pensamiento
favoreciendo en ellos la reflexión, la crítica, la elaboración de hipótesis y la tarea
investigadora a través de un proceso en el que cada uno asume la responsabilidad
de su aprendizaje, aplicando sus conocimientos y habilidades a proyectos reales. Se
favorece, por tanto, un aprendizaje orientado a la acción en el que se integran
varias áreas o materias: los estudiantes ponen en juego un conjunto amplio de
conocimientos, habilidades o destrezas y actitudes personales, es decir, los
elementos que integran las distintas competencias.
Igualmente, debemos subrayar que uno de los hándicaps de la escuela española
en relación al desarrollo práctico de la interculturalidad tiene que ver con lo
estático de la estandarización de los parámetros curriculares de las propuestas
pedagógicas de los libros de textos que suelen ser muy frecuentes y presentes en las
aulas, tanto en Educación Primaria como en Educación Secundaria, e incluso ya en
Educación Infantil. Frente a esto, resulta muy interesante la siguiente cita:
Gundara (2014), en uno de sus últimos trabajos, aporta una idea de enorme
trascendencia pedagógica en las escuelas del contexto europeo, y es que debemos
abordar de forma emergente las cuestiones vinculadas con el terrorismo, la
prevención de actitudes islamófobas, así como tratar en espacios escolares el
desarrollo de debates pedagógicos sobre las interculturalidades y la globalización
cultural. Esto, aunque parezca de enorme complejidad y dificultad, forma parte de
la vida cotidiana de los estudiantes, docentes y familias (Tupas, 2014). El mundo
ha cambiado y está cambiando muy rápidamente, y la sostenibilidad de modelos
pedagógicos inclusivos depende de la construcción diaria de una mentalidad
favorable a la valoración positiva de la diferencia cultural de forma combinada con
el establecimiento de valores universales, de educación para la sostenibilidad y el
planteamiento pedagógico holístico.
Algunos objetivos que podemos plantear en la línea de interculturalizar el
curriculum escolar, y que tengan también una dimensión de personalización de la
educación intercultural, la podemos encontrar ya en algunas propuestas
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5. Conclusiones
6. Referencias bibliográficas
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