Sabato - La Clase Dominante en La Argentina
Sabato - La Clase Dominante en La Argentina
Sabato - La Clase Dominante en La Argentina
ADRIANA CHIROLEU
CLAUDIA VORAS
ANDREA DELFINO
MARIA ELENA NOGUEIRA
AÑ02008
2
PRESENTACIÓN
Pretendemos de esta manera construir una herramienta que resulte de utilidad y puede
constituirse en une elemento de consulta de los análisis que se plantean a lo largo del
curso. Se trata por Jo tanto de un instrumento pedagógico que será actualizado y ampliado
en la medida en que Ja práctica docente indique esta conveniencia.
1 BURGUESIA
CLAUDIA VORAS 1
El mismo autor, en su escrito que tiene ya más de 30 años, sostiene que nuestras
burguesías presentan una tendencia al consumo suntuario y persiguen un status de
privilegio, diferenciándose de la evolución de las burguesías europeas, sufriendo por esto
mismo una desviación señorial basada en dos aspectos clave:
1) la ausencia de una actitud productivista de las inversiones y, por lo mismo, la no
conformación de condiciones para una intensa y extensa formación de capital;
2) la eliminación de posibilidades de formación, integración y profundización del mercado
interno a través de la inequitativa distribución del ingreso, vía deterioro de los salarios.
De todos modos, cabría aclarar que este planteo presenta a la burguesía latinoamericana
con un grado de homogeneidad que no permite reconocer los matices que ofrecen las
distintas realidades nacionales.
A la luz de los acontecimientos de las últimas décadas en nuestro país, sobre todo a partir
del gobierno militar de 1976, debemos considerar también el profundo proceso de
concentración del capital, la consolidación de la burguesía financiera, con un carácter
netamente especulativo y la transferencia de actividades del sector industrial al de
servicios, sustentado en una indiscriminada apertura de la economía, como elementos
clave para comprender la complejización de las relaciones existentes entre distintos
subsectores de la burguesía argentina.
BIBLIOGRAFIA
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Sociología Rural Argentina. Estudios en tomo al Campesinado. Buenos Aires, CEAL.
6
1 CLASES MEDIAS
CLAUDIA VORAS 1
Gino Germani (1981), por ejemplo, utiliza el término en singular, porque considera que si
bien los grupos funcionales que la integran presentan características heterogéneas, a
veces antagónicas, el tipo de existencia tiende a ser uniforme, por lo menos en ciertas
manifestaciones. Reconoce el uso que otros autores hacen del concepto en plural pero
insiste en que la unicidad presente en la valoración social es mucho más fuerte que las
diferenciaciones económicas al interior de la clase.
Martínez (1999), por su parte, encuentra dos razones fundamentales para pluralizar el
término: en primer lugar, por la profunda heterogeneidad que presenta a su interior, la
gran disparidad de situaciones existentes dentro de lo que se consideran clases medias y,
en segundo lugar, por la diversidad de interpretaciones presentes entre los distintos
autores que abordan esta temática.
Sea cual fuera el criterio que se adopte (en nuestro caso nos inclinamos por el de clases
medias) lo cierto es que su origen se encuentra históricamente ubicado a partir de la
Revolución Industrial, en forma simultánea con el de clase trabajadora. Su significación
original la vinculaba con un lugar intermedio entre quienes realizaban trabajos manuales y
percibían un jornal y quienes estaban jerárquicamente ubicados en una posición alta,
cuyas actividades eran consideradas improductivas. Las clases medias, en cambio,
percibían un salario, ocupaban una posición social relativa y, por lo mismo, una cierta
distinción social (Williams, 2000:66).
Desde distintas posiciones teóricas se ha intentado en las últimas décadas dar respuesta
al papel que estas clases medias cumplen dentro de una estructura de clases, en lo
político y en su relación con el capitalismo. Las interpretaciones varían en forma
sustancial desde puntos tan divergentes como negar la posibilidad de su proletarización,
ubicarlas en clara oposición a la clase obrera, pasando por considerar que constituyen
una nueva clase obrera o situarlas, en el otro extremo, en clara sintonía con la tradicional
clase trabajadora en el desarrollo de un proyecto político.
Erik Wright (1995), uno de los principales estudiosos del tema, desde la vertiente
neomarxista, cuestiona la premisa tácita de que cada "posición" en la estructura de clases
7
está sólo en una clase. Es así que acuña la expresión "posición contradictoria dentro de
las relaciones de clase" para fundamentar que existen algunas posiciones dentro de la
estructura de clases que pueden estar en dos o más clases en forma simultánea. Aplica
este concepto al caso de los directivos que pertenecen al mismo tiempo a la clase obrera
porque venden su fuerza de trabajo y a la capitalista porque ejercen poder y dominación
sobre otros trabajadores.
También ubica dentro de esta posición contradictoria a los profesionales, los expertos, los
especialistas y técnicos que ejercen control sobre su propio proceso laboral pero que, al
mismo tiempo venden su fuerza de trabajo.
Por último, los pequeños empresarios que trabajan a la par de sus empleados también se
encuentran en una posición contradictoria ya que asimismo son explotadores de los
obreros que dependen de ellos.
El propio autor encuentra limitaciones teóricas a este planteo y propone una segunda
solución para analizar la estructura de clases, a través del concepto de "explotaciones
múltiples", señalando una distinción entre dominación (que sería propia de la posición
contradictoria) y explotación, vinculada a las calificaciones adquiridas por los individuos,
que les permite apropiarse de un excedente, basado en sus credenciales. En este
sentido, también son explotados capitalistamente al mismo tiempo que son explotadores
de organización.
En la actualidad esta distinción perdió vigencia y las diferencias entre una y otra se han
diluido. Las transformaciones productivas, tecnológicas, los grados de especialización
alcanzados, las diferenciaciones ocupacionales y salariales provocaron nuevas
heterogeneidades sociales no sólo al interior de las clases medias sino también en
relación a las otras clases.
BIBL/OGRAFIA
1 CLASE OBRERA
ANDREA DELFINO 1
BIBLIOGRAFIA
Castel, Robert (1997), La Metamorfosis de la Cuestión Social, Buenos Aires, Paidós.
Gallino, Luciano (1995), Diccionario de Sociología, México, Siglo XXI.
Raymond, Williams (2000), Palabras Claves. Un Vocabulario de la Cultura y de la Sociedad. , Buenos Aires,
Ediciones Nueva Visión.
1 ESTRUCTURA SOCIAL
ADRIANA CHIROLEU 1
Algunos autores identifican como rasgos comunes a todas las definiciones de estructura
social, el hecho de que se refieran a las características de las colectividades, los grupos y
las sociedades, rasgos no imputables a los individuos y que ejercen un fuerte efecto sobre
las creencias y las acciones de los mismos (Feito Alonso, 1995, Martínez, 1999).
Ossovsky (1969:17), sociólogo polaco que en pleno dominio stalinista plantea, desde el
marxismo, una revisión del concepto de clases, sostiene que la estructura social es un
concepto más extenso que la estructura de clases, puesto que está compuesto por
diversos grupos (grupos de edad, étnicos, etc.) además de por las clases sociales.
Marx a la hora de efectuar una definición puntual de las clases sociales (muere sin completar
el capítulo 52 de "El Capital" en el cual lo estaba desarrollando) ha generado interpretaciones
encontradas al respecto.
Por su parte, los estamentos (o grupos de status) son conjuntos de hombres definidos por
cierta posición en la jerarquía del honor y del prestigio. En opinión de Bourdieu (1969:87)
Weber opone la clase y el grupo de status como dos tipos de unidades nominales que
pueden restituir más o menos completamente la realidad según el tipo de sociedad pero que
son siempre el resultado de la elección de acentuar el aspecto económico o el aspecto
simbólico, aspectos que coexisten siempre en la realidad. Sin embargo, las distinciones
simbólicas son siempre secundarias respecto a las diferencias económicas que expresan.
Para Bourdieu 2 en cambio, la clase objetiva puede definirse como un conjunto de agentes
que ocupan posiciones semejantes y que, situados en condiciones semejantes y
sometidos a condicionamientos semejantes, tienen todas las probabilidades de tener
disposiciones e intereses semejantes y de producir, por lo tanto, prácticas y tomas de
posición semejantes (1990:284, 1991a:99-100)).
La clase así constituida es una construcción, es decir una "clase en el papel" producto de
una clasificación explicativa; no es, en cambio, una clase actual en el sentido de grupo
movilizado para la lucha. La definición de la clase no se efectúa sólo por el lugar que
ocupan los agentes en las relaciones de producción, aunque éste resulte trascendental al
dirigir las prácticas "a través de la intermediación de los mecanismos que controlan el
1
Weber define a la clase social como un grupo de individuos que compartiendo la misma situación
de clase, es decir, la misma situación de mercado, tienen las mismas oportunidades típicas en los
mercados de los bienes y del trabajo, condiciones de existencia y experiencias personales.
2
Para una ampliación de este tema puede recurrirse a Chiroleu, 2000.
11
acceso a las posiciones y que producen o seleccionan una clase determinada de habitus".
Deben tenerse en cuenta además, una serie de "características auxiliares o secundarias;
en este sentido, la clase no es resultado de la sumatoria de estos elementos, sino que
resulta de la intervención de todos sus factores constitutivos; de esta manera "a través de
cada uno de estos factores se ejerce la eficacia de todos los otros" (Bourdieu, 1990 y
1991).
Esto implica que para el análisis de las clases sociales, junto a la forma de participación
en las relaciones de producción debe tenerse en cuenta las prácticas 3 que las mismas
desarrollan. Al respecto, las relaciones simbólicas de los individuos que las componen,
expresan las diferencias de situación y de posición según una lógica sistemática, que las
convierte en distinciones significantes (1969:86).
Otra forma de plantear el mismo tema, es a partir del concepto de Estratificación, el cual
hace referencia a las "desigualdades estructurales entre diferentes agrupamientos de
individuos". De esta manera, puede verse a las sociedades como compuestas por
'estratos' que se ordenan jerárquicamente, con los más favorecidos en la cima y los
menos privilegiados más cerca de la base (Giddens, 1994:247). Los estratos por su parte,
pueden definirse como colectividades de personas que ocupan posiciones de jerarquía
igual o parecida (Mayer, 1961:16).
BIBLIOGRAF{A
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Sociología, Departamento de Sociología, Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales,
Universidad Nacional de Rosario, Rosario, UNR Editora.
3
En este sentido, ei modo de ser de una clase o fracción de clase está constituido por el barrio en
que viven sus miembros, la escuela a la que envían a sus hijos, los lugares a los que van de
vacaciones, lo que comen y la manera en que comen, sus preferencias en pintura, música, etc.
(García Cancliní, 1990:16-17).
12
FEITO ALONSO; Rafael (1995), Estructura social contemporánea. Las clases sociales en tos paises
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MAYER, Kurt (1961}, Clase y Sociedad, Buenos Aires, Paidós
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WEBER, Max (1992), Economfa y Sociedad, México, Fondo de Cultura Económica.
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Carabaña y AA. De Francisco (comp.), Teorfas Contemporáneas de las Clases Sociales, Madrid, Ed.
Pablo Iglesias.
/ INFORMALIDAD
ANDREA DELFINO 1
La noción de "economía informal" fue utilizado por primera vez por el antropólogo británico
Keith Hart en un estudio sobre los mercados de trabajo urbanos de África, editado a
principios de la década del 70 y rápidamente difundido por el hoy clásico Informe sobre
Kenya. El mismo fue publicado por el Programa Mundial de Empleo de la Oficina
Internacional del Trabajo (OIT).
El escenario descrito por este informe era el de sociedades caracterizadas por fuertes
procesos de migración rural-urbana, cuyo impacto en las grandes ciudades no se daba a
través del desempleo abierto sino, más bien, a través del desarrollo de actividades de
pequeña escala que proveían de medios de subsistencia a los migrantes rurales y a los
pobladores urbanos incapaces de conseguir empleo en el sector moderno. Dentro de este
contexto, el sector informal abarcaba las unidades productivas de pequeña escala en el
medio urbano, las cuales se caracterizaban por una organización rudimentaria basada en
el trabajo intensivo, con tecnología anticuada, bajos niveles de productividad, escaso
monto de capital utilizado y baja capacidad de acumulación. Así, las investigaciones
desarrolladas en esta época enfatizaban la importancia del sector informal en la
generación de empleos (Charmes, 1991). Según Portes (1999), el concepto ideado por
Hart ponía énfasis en el notable dinamismo y la diversidad de este tipo de actividades. Sin
embargo, y según el mismo autor, esta característica del sector informal va a ir
desdibujándose hasta prácticamente desaparecer en la década del 80.
4
La idea de traslape o solapa hace referencia a la función que permite establecer la labor de dos
fases operando superpuestas, parcial o totalmente, sin crear conflicto, o también a una teja que
cubre parte de la inmediata, dejando descubierto lo demás.
5
Desde la perspectiva de Tokman (1991 a), a diferencia del debate africano, esta perspectiva
incorpora la dimensión histórico-estructural, la cual es retenida del debate de la marginalidad.
14
Así, la informalidad no es una particularidad del Tercer Mundo únicamente, sino que es
observable también en los países avanzados, por ser una característica constitutiva del
sistema capitalista. Los sectores formal e informal se complementan, constituyendo este
último una parte integral de la economía moderna, y no un conjunto de actividades
excluidas de ella. Mientras que en América Latina la informalidad genera ingresos bajos y
escasa capacidad de acumulación, en los países desarrollados los ingresos obtenidos en
empresas subcontratistas exceden los salarios pagados en el sector moderno, aun
6
Dentro de esta perspectiva, el concepto de economía informal se va a diferenciar de los de:
economía ilegal: comprende la producción y distribución de productos y servicios prohibidos
legalmente,
economía no declarada: consiste en acciones que rodean o evaden las reglas fiscales establecidas
tal como aparecen consignadas en las regulaciones impositivas,
economía no registrada: abarca las actividades que eluden los requerimientos de las agencias
gubernamentales.
15
c) La interpretación legal-institucional
Esta perspectiva, subsidiaria de los enfoques neoliberales, se desarrolla con fuerza en
América Latina desde la segunda mitad de la década del 80. Para Hernando De Soto, un
ejemplo de esta vertiente, la informalidad surge como respuesta popular a los rígidos
Estados mercantilistas. La causa de la informalidad radica en la naturaleza de la
intervención del gobierno que se traduce en legislación inadecuada, engorrosos y lentos
procedimientos, y burocracia ineficiente. Así, los emprendimientos informales constituyen
la irrupción de genuinas fuerzas de mercado en una economía constreñida por las
regulaciones estatales.
Aquí, informalidad e ilegalidad son similares y la existencia del sector informal se explica
por la imposibilidad de cumplir con las regulaciones existentes. La legislación, los
procedimientos y el gobierno son señalados como los responsables de la significativa y
creciente proporción de empleos de baja productividad y escasa remuneración. Se
argumenta además que dicho marco de regulación constituye la barrera principal que
impide el desarrollo de las actividades informales, ya que es sólo a través del mismo que
se puede acceder a los recursos productivos y a los mecanismos más dinámicos.
Sin lugar a dudas, la denominada economía informal incluye una notable variedad de
actividades cuyo único punto en común es el factor negativo de quedar por fuera de la
economía oficial controlada por el Estado. Este proceso es producto tanto de
transformaciones de larga duración como de consecuencias temporales de la crisis
económica y social. Desde la perspectiva de Mingione (1993), las crisis económicas
largas y profundas producen como reflejo típico un incremento del empleo por cuenta
propia y del trabajo estacional o irregular, y un retorno a las actividades tradicionales, a
las actividades del mercado local o a aquellas ajenas al mercado como consecuencia del
elevado desempleo. Pero los problemas actuales del empleo no serían sólo un resultado
de la recesión económica o un crecimiento lento. A largo plazo, la automatización, la
reestructuración y la redistribución geográfica de la industria reducen de manera creciente
los niveles de empleo formal en las áreas industrializadas, tanto en términos numéricos
como de duración. Para el autor, la difusión de las actividades informales es en gran
medida un producto del ritmo de la terciarización y el modo de expansión de los servicios
no puede interpretarse en absoluto como un acontecimiento contingente.
BIBL/OGRAF{A
Bassols, Mario (1990), "La marginalidad urbana: una teoría olvidada", en Polis. Anuario de
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Novacovsky, Irene (Comp.) Informalidad y exclusión social. FCE, Siempre, OIT.
17
1 MOVILIDAD SOCIAL
ADRIANA CH!ROLEU 1
La movilidad social puede definirse como los movimientos de los individuos y las unidades
familiares entre las distintas posiciones socioeconómicas o, desde la perspectiva
marxista, entre las distintas clases sociales (Boudon, 1990:434, Giddens, 1994:274).
Existen distintas formas de clasificar la movilidad social. Torrado distingue entre movilidad
social en sentido amplio y en sentido restringido. La primera designa un desplazamiento
entre diferentes "lugares" sociales (rural-urbana, entre ciudades de distinto tamaño, entre
las ramas de la economía). Para otros autores, en este caso corresponde hablar de
movilidad horizontal.
7
Este es el caso de Giddens (1994:274), para quien ésta alude a la traslación geográfica entre
vecindades, ciudades y regiones.
8
Algunos autores hablan de movilidad vertical refiriéndose al desplazamiento hacia arriba o hacia
abajo en la escala socioeconómica (Giddens, 1994:274).
18
BIBLIOGRAFÍA
BOUDON, Raymond y BOURRICOUD, F (1990), Diccionario crítico de Sociología, Buenos Aires, Edital.
FILGUEIRA, Carlos (2000), La actualidad de viejas temáticas: sobre /os estudios de clase. Estratificación y
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TORRADO, Susana (1992), Estructura social de la Argentina: 1945-1983, Buenos Aires, Editorial de la Flor.
1 POBREZA
ADRIANA CHIROLEU 1
La preocupación por estudiar la pobreza está en los orígenes mismos del análisis
sociológico. Es así como ya en el siglo XVIII algunas encuestas sociales procuraban abordar
el fenómeno ante la magnitud que el mismo adquiría como consecuencia de la Revolución
Industrial. La evolución posterior del sistema capitalista permitió en muchos países
controlarla, y el posterior surgimiento del Estado de Bienestar dio una cobertura mínima a los
individuos en estado de pobreza.
La pobreza puede ser definida desde perspectivas diversas, de distinto alcance e incluso
utilizando indicadores meramente económicos u otros más abarcativos.
1- Desde una concepción absoluta se considera pobres a aquellas personas o familias que
no pueden cubrir las necesidades establecidas como mínimas, es decir cuyos ingresos no
alcanzan a cubrir el costo monetario de una canasta de bienes necesarios para atender las
necesidades "mínimas" (alimentación, vestido, vivienda) 9 •
Una concepción relativa de pobreza, en cambio, vincula las necesidades "mínimas" con el
grado de desarrollo alcanzado por el conjunto de la sociedad. Serían pobres, aquellas
personas o familias cuyos recursos son tan escasos que no acceden a las pautas de
consumo y actividades que integran el nivel de vida aceptable en la sociedad a la que
pertenecen 10 .
9
Este es el sistema empleado en Estados Unídos para establecer el umbral oficial de pobreza.
10
Para una ampliación de esta discusión puede consultarse Boltvinik, 1999
19
Puede definírsela también como la situación más o menos permanente de los hogares cuya
insuficiencia de ingresos redunda en carencias críticas en la satisfacción de las necesidades
básicas (Kaztman, 1989:141).
Sin embargo, los elementos que componen esta definición son susceptibles de diferentes
definiciones, lo cual supone la construcción de modelos de pobreza diferentes según se
realcen unos u otros, según la forma en que se construyan los indicadores pertinentes.
Señala Boltvinik (1999) que en la práctica, la pobreza se mide casi siempre, con la vara
monetaria, mientras que los indicadores sociales son usados en forma paralela, no
integrada. Predomina de esta manera, una especie de "esquizofrenia social" que expresa la
disociación de los ámbitos económico y social, de la producción y el consumo, de los valores
de uso y los valores de cambio.
11
La Línea de Indigencia por su parte estaría constituida por una canasta familiar formada sólo por
alimentos. Aquéllos que no alcanzan a cubrir ni siquiera las necesidades alimentarias serían
considerados indigentes.
12
El Índice de Desarrollo Humano, en términos simples, es una media aritmética de un indicador de
cantidad de la vida (esperanza de vida al nacer), una de conocimiento (combinación de
alfabetización y nivel de instrucción) y una de disponibilidad general de valores de uso comprados
~PBI per capita) (Boltvinik, 1999).
3
Para el abordaje de este tema han resultado de especial utilidad los trabajos de Kaztman, 1989,
--,,._ Boltvinik, 1991 y 1999, INDEC, 1990, Minujin, 1992 y Minujin y Kessler, 1995.
o
20
La L.P. se construye a partir de un cálculo de los ingresos necesarios para cubrir el costo
de una canasta básica de alimentos y otros bienes y servicios "de costo mínimo", de
acuerdo a las pautas culturales de consumo en un momento determinado de la respectiva
sociedad. Básica significa que incluye sólo aquellos elementos que resultan
indispensables para la vida, y además entre ellos se escogerán los más económicos
(costo "mínimo").
3- Comparar dicho costo con el ingreso del hogar y de esta manera clasificarlos en pobres y
no pobres.
Este método es utilizado para la elaboración de los denominados mapas de la pobreza. Para
su construcción se debe:
1- Definir cuáles son las necesidades básicas insatisfechas y seleccionar los indicadores que
las expresan. Se consideran habitualmente como necesidades básicas:
a) Alojamiento y equipamiento doméstico mínimo adecuado para el hogar. Implica el tipo de
vivienda y los materiales de construcción,
b) Infraestructura que garantice estándares sanitarios mínimos. (disponibilidad de agua
potable, tipo de sistema de eliminación de excretas, condición de hacinamiento).
c) Acceso a servicio de educación (asistencia de los menores a la escuela primaria)
d) Capacidad de subsistencia del hogar (medido a partir de la relación entre el nivel
educativo del jefe del hogar y la tasa de dependencia económica, número de personas a su
cargo).
3- Clasificar como pobres a los hogares o personas, con una o más necesidades
14
insatisfechas .
La aplicación de ambos métodos ha obtenido resultados diferentes en la captación de la
pobreza. En este sentido, puede decirse que ambos describen fenómenos diferentes.
14
En algunos países se consideran pobres extremos a las personas que presentan dos o más
indicadores por debajo del mínimo definido.
e
N
21
Por otra parte, señala Torrado (1999) que habitualmente se critica la excesiva
dependencia de este método de los vaivenes de la inflación, y se lo considera válido sólo
en períodos de estabilidad monetaria15 • Por otra parte, quienes rechazan de plano este
método sostienen que no resulta adecuado que sólo aquellas condiciones de vida que se
expresan directamente en unidades monetarias sean incluidas en la medición de la
pobreza (Boltvinik, 1999). En opinión de Forni, la L.P. permite ejercer la contabilidad
social, pero no necesariamente tiene valor sustantivo.
Por otra parte, por sus propias características no permite captar el dinamismo que
caracteriza a las transformaciones sociales. Esto es así porque indicadores como
características de la vivienda no necesariamente presentan alteraciones inmediatas al
producirse una situación económica crítica de larga duración. En opinión de Kaztman (1989),
este índice se comportaría en una forma relativamente desfasada en relación a
transformaciones sustanciales en el nivel de ingresos y sólo se vería afectado ante una crisis
económica muy severa y de larga duración.
Es en este sentido que Kaztman (1989) señala que es probable que en el corto plazo estos
indicadores muestren una trayectoria en apariencia independiente de las variaciones en el
ingreso por habitante cuando el hogar cae por debajo de la L.P.
15
Al respecto, explica Torrado (1999) que los hogares que se contabilizan como pobres en un pico
hiperinflacionario suelen no tener las mismas características sociales que aquellos que se
contabilizan como tales en momentos de inflación nula. Y señala, "desconocer este hecho es lo
que encubre ciertas falacias del discurso oficial acerca de la disminución de la pobreza como
efecto de la aplicación del modelo de ajuste".
22
Existen sin embargo, diversas propuestas alternativas que procuran una aproximación
más rigurosa al universo de la pobreza. Desde una perspectiva, se propone la
combinación entre L.P. y N.B.I. Esto permitiría captar las manifestaciones más o menos
permanentes del fenómeno de la pobreza. De esta manera los resultados tienden a
componer la evolución y composición de la pobreza.
En este sentido, Forni y Nun (Autores Varios, 1993) proponen la categoría franjas de
pobreza a los efectos de una captación más acorde del fenómeno. Esto es así en tanto los
métodos hasta ahora empleados son de tal imprecisión, 1 que hace que las personas que
apenas superen los límites de la L.P. estén en parecidas condiciones de vulnerabilidad que
los que apenas no la alcanzan.
De adoptarse este criterio, sin embargo, resulta evidente que los índices de pobreza se
expandirían en forma importante. De esta manera tendríamos quizás una imagen más
realista de las dimensiones del fenómeno.
BIBL/OGRAFIA
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En esta línea también se encuentra el análisis de Buttel (1980) para quien el avance del
capitalismo y la inevitable tendencia a que las relaciones salariales dominen la agricultura
manifiestan tanto una comprensión del fenómeno como una adaptación en el contexto.
Menciona este autor: "(. .. ) ya no es posible o deseable, restituir la tradicional
independencia que ocupaba la producción familiar a fines de la Segunda Guerra Mundial"
(Buttel, 1980:99. Traducción propia).
El concepto de producción familiar aparece entonces con un gran dinamismo que permite
su renovación en cuanto a las particularidades adoptadas. Esto puede observarse por
ejemplo, si tomamos el pionero análisis de Chayanov para la producción campesina. 16
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16
Véase el concepto de "campesino" en este mismo Glosario.
24
En base a esto, este autor construye una tipología de tipos sociales agrarios
estableciendo a partir de las variables "acumulación de capital" y "uso de mano de obra",
dos tipos de "colonos". 18 Más recientemente, Neiman et. al. (2001) y Quaranta (2003), a
partir de los datos del censo de 1988 consideran "familiares" a las explotaciones que se
desarrollan "exclusivamente" con aporte de mano de obra familiar. Además de la
presencia del productor familiar capitalizado con ingresos casi exclusivamente prediales,
existe el caso del productor empresarial con pluralidad de ingresos. Aquí destacan el
fenómeno de la multiocupación que no es exclusivo de productores más "pobres".
17
Bartolomé utiliza el término "colono".
18
Es interesante el planteo de Vessuri (1973) mencionando el "carácter intermedio" de estos
productores, siendo entonces un tipo transicional en la evolución del capitalismo. Esto se
contrapone con análisis como el de Friedmann para quien, como mencionamos, esta forma de
producir ocurre en y durante el capitalismo. Aunque no lo planteamos aquí, el otro gran referente
es el famoso estudio de Archetti y Stolen sobre los colonos en Santa Cecilia, al norte de Santa Fe.
En este trabajo, el colono capitalista tendría algún parentesco con el farmer que definen como "un
productor que combina trabajo doméstico v trabajo asalariado v que acumula capital, lo que
permite, en un lapso significativo, ampliar el proceso productivo aumentando la productividad del
trabajo" (Archetti y Stolen, 1975:149. El subrayado es nuestro).
25
Estos chacareros del Centenario cuya constitución como clase este autor trabaja, serían
en su mayoría arrendatarios. En este sentido, también la obra de Palacio, destaca la
presencia de "medianos y pequeños arrendatarios y subarrendatarios" (La Capital,
Suplemento Campo, 12 de diciembre de 2004). Por su parte, para Zeberio se trata de una
"capa de pequeños y medianos productores que desarrollaron explotaciones entre 200 y
500 has. que logran una buena capitalización" (Zeberio, 1993: 216). 21
Entre 1900 y 1930, según datos presentado por esta última autora, el 70% de los
productores medios pampeanos (forma en que Balsa (2004) denomina al chacarero)
serían arrendatarios y, a diferencia de lo que pregona cierta visión estereotipada del
desarrollo agropecuario, estos productores -en su gran mayoría inmigrantes- no
habrían accedido a la propiedad de la tierra en ese entonces por haber encontrado más
rentable -en términos económicos-y operativos -en términos de la vuelta a la patria-
la opción por el arrendamiento. De más está recordar que los primeros conflictos
chacareros no estaban ligados al reclamo por la propiedad de las parcelas trabajadas. En
esta línea, tanto Zeberio como Ansaldi afirman "la tendencia de los chacareros a invertir
los beneficios obtenidos en la extensión de la superficie arrendada en vez de intensificar
capital" (Ansaldi, 1991: 11 ).
Por otra parte, en algunos discursos de dirigentes de la recién creada Federación Agraria
Argentina que Ansaldi presenta en su texto de 1991, el chacarero aparece simplemente
como "agricultor" y hasta como campesino (en palabras de Grela). Incluso si vemos este
discurso más actualmente, 22 su presidente, Eduardo Buzzi apela a la supervivencia de
"productores chicos y medianos" ante la desaparición de casi 60.000 productores de estas
características. La apelación a aquél viejo chacarero que tan bien ilustra Ansaldi sigue
asociada a este pequeño y mediano productor que, como ya hemos visto, hasta en su
19
Ansaldi también estratifica, con el mismo criterio antes citado, a los chacareros. Los introduce
como una clase producida, no da cuenta de una clase anterior transformada, tiene una identidad
colectiva parcial -en tanto se define como clase en relación a otras- y "no es ajena a la
historicidad ni puede concebirse como algo dado" (Ansaldi, 2000:2).
20
Recordemos que otro de los sujetos que da cuenta de la estructura agraria de ese momento es
el colono (propietario) que desarrolla Gallo en La pampa gringa.
21
Debe decirse que el análisis de Zeberio está restringido a la zona sudoeste de la actual provincia
de Buenos Aires.
22
">-- Véase "Muchas hectáreas en pocas manos" en La Nación, 7 de octubre de 2001.
O>
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