Wallerstein - Analisis de Sistemas-Mundo (U7)

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WALLESRSTEIN, I.

“Análisis del sistema mundo: Una introducción”

Introducción

Globalización y terrorismo dominan el mundo desde los últimos decenios del siglo XX.

El problema es que los estudiamos en compartimientos estancos (política, economía,


estructura social, cultura). También dejamos afuera de consideraciones acerca de aquello que
es nuevo o no los tres puntos de inflexión del sistema-mundo moderno:

1. el largo siglo XVI durante el cual vio la luz como economía-mundo capitalista
2. la Revolución Francesa que dio lugar a la dominación, durante dos siglos, de una
geocultura para este sistema mundo, que fue dominada por un liberalismo centrista
3. la revolución mundial de 1968, presagio de la larga fase terminal del sistema-mundo
moderno en que nos encontramos y que socavó la geocultura liberal centrista que
mantenía al sistema mundo unificado.

Este sistema-mundo ha contado con muchas instituciones (estados y sistemas interestatales,


compañías de producción, marcas, clases, grupos de identificación de todo tipo) y estas formas
una matriz que permite al sistema operar pero al mismo tiempo estimula tanto conflictos
como las contradicciones que calan en el sistema.

Orígenes históricos del análisis de sistemas-mundo

A principios de los setenta se origina el análisis de sistemas-mundo como una nueva


perspectiva acerca de la realidad social. Conviene remontarse a mediados del siglo XVIII. La
economía-mundo capitalista había existido por dos siglos, la acumulación de capital había
generado una necesidad de cambio tecnológico constante, expansión de fronteras
(geográficas, psicológicas, intelectuales, científicas).

Se cuestiona a las autoridades religiosas como únicas fuentes de saber. Las alternativas
seculares recibían cada vez mejor aceptación. Los filósofos se prestaban a esta tarea,
sosteniendo que los seres humanos podían adquirir saber mediante el empleo de su intelecto,
en oposición a la verdad revelada por medio de las autoridades o textos religiosos. Estos
intelectuales insistían en darle prioridad al análisis empírico de la realidad.

A fines del siglo XVIII, ocurre el divorcio entre la filosofía y la ciencia. Los defensores de las
ciencias empíricas sostenían que el único camino a la verdad era la inducción a partir de
observaciones empíricas.

También en esta época tuvo nacimiento la universidad moderna. A diferencia de la universidad


medieval, los profesores son mal pagos y casi nunca son clérigos, se agrupan en facultades y
cátedras o departamentos dentro de las mismas. La medieval estaba dividida en las facultades
de teología, medicina, leyes y filosofía. En el siglo XIX filosofía se divide dos facultades: una
abarca las ciencias y otra las humanidades. La investigación empírica es donde estaba el acento
para las ciencias, al igual que la comprobación de las hipótesis.
Las ciencias le negaron a las humanidades la capacidad de discernir la verdad.

Se da la escisión entre la verdad y lo bueno y bello. Los científicos se muestran neutrales frente
a los valores, buscan la verdad, no lo bello o lo bueno. La división del saber en dos culturas
devino en la creación de un alto muro divisorio entre la búsqueda de la verdad y lo bueno y lo
bello (facultades de ciencias naturales vs. Sociales).

La pregunta más compleja era dentro de qué facultad se posiciona el estudio de la realidad
social. La Revolución Francesa que propaga la idea de que el cambio político es constante y la
soberanía reside en el que podía legitimar un régimen por sí mismo y no en un monarca, ya
que podía legitimar un régimen por sí mismo. Las ciencias sociales surgen a partir del intento
de encontrar una explicación a la naturaleza del ritmo del cambio y como llegaba la gente a
tomar las decisiones que tomaba.

Surgen así las ciencias sociales ubicadas entre las ciencias y las humanidades, divididas entre
quienes tenían una visión científica y una humanística.

La más antigua de las Cs. Sociales es la Historia. Leopold Ranke propone como método la
búsqueda de la descripción del acontecimiento en documentos de la misma época. Los
documentos deben ser considerados exentos de cualquier intromisión tendenciosa por parte
de los historiadores posteriores. Este perfil más científico se ubica sin embargo más cerca de
las humanidades por desconfiar de las generalizaciones a gran escala. Se ubican en Francia,
Gran Bretaña, USA y lo que después fue Alemania e Italia.

Dada la práctica de los historiadores a limitarse al estudio del pasado, tenían muy ´poco que
decir frente a la situación contemporánea de sus países. Y los líderes políticos necesitan más
información sobre el presente y nuevas disciplinas se formaron con este propósito: economía,
ciencia política y sociología. Son tres porque la ideología liberal dominante sostenía que la
modernidad se encontraba definida por la diferenciación de tres esferas sociales: mercado,
estado, sociedad civil. Cada una opera con lógicas diferentes.

¿Cómo acceder a un conocimiento objetivo? Las tres esferas eran gobernadas por leyes
discernibles mediante el análisis empírico y la generalización inductiva. Son nomotéticas (en
busca de leyes científicas) en oposición a la disciplina ideográfica de la historia. Nomotéticos
estudian también sus propios países. Aceptan la existencia de leyes generales reguladoras del
comportamiento social, carecía de importancia el lugar donde los fenómenos fueran
estudiados (datos cuantitativos).

Esos cinco países imponían su dominio colonial. Para estudiar el resto del mundo surge la
antropología que se basa en la observación participante y el trabajo de campo. Se estudiaban
pueblos primitivos, tribus, a partir de la observación.

Había todavía vastas regiones del mundo por explorar. Las “altas civilizaciones” (China, Persia,
India, mundo árabe) no eran tan poderosas como el mundo paneuropeo pero tampoco eran
primitivas. Para estudiarlas surgen los orientalistas, que estudiaban estas regiones en
particular. Se llamaban “altas civilizaciones” porque habían sido el emplazamiento de
“imperios-mundos” burocráticos que habían ocupado grandes superficies y por ende
desarrollado un idioma común, una religión común y muchas costumbres en común.
Antropólogos y orientalistas se ubican más del lado ideográfico y humanístico-hermenéutico.

En 1945 el mundo cambio de manera decisiva, y como resultado de tal configuración de las
ciencias sociales se vio sometida a importantes desafíos. En principio, USA es potencia
hegemónica indiscutida del sistema-mundo y por ende su sistema universitario es el más
influyente. También, en el Tercer mundo hay conflictos políticos y autoafimaciones
geopolíticas. Finalmente, la combinación de una economía-mundo en expansión junto con el
incremento de tendencias democratizantes llevan a una gran expansión del sistema
universitario mundial.
Por estas razones, la división del trabajo en las Cs. Sociales se mostró inútil para diseñar
políticas de acción de USA. Para entrenar a las disciplinas para estudiar el resto del mundo se
inventan los “estudios por área”. Para conciliarlos con las pretensiones nomotéticas surge el
concepto de “desarrollo”. Implicaba que las unidades individuales (“sociedades nacionales”) se
desarrollaban todas fundamentalmente de la misma manera pero a ritmo distinto. El estado
“más desarrollado” podía ofrecerse como modelo para los estados “menos desarrollados”,
exhortando a estos últimos a embarcarse en una suerte de acción que les permitía hallar una
mejor calidad de vida y una estructura de gobierno liberal (“desarrollo político”). Esta era una
herramienta intelectual de USA y su gobierno e instituciones hicieron todo lo posible para
alentar la expansión de los estudios de área en las grandes universidades.

La expansión hizo que más gente buscara título universitario. Por otro lado, se forjan
subespecialidades que llevan a una superposición y erosión de límites interdisciplinarios.

La distinción entre zonas modernas y no modernas se desintegró con el tiempo. Se empezaron


a cuestionar las verdades tradicionales y entre 1945 y 1970 surgen cuatro debates: el concepto
centro-periferia de la CEPAL y la teoría de la dependencia, la utilidad del término marxista de
“modo asiático de producción", la transición del feudalismo al capitalismo en Europa y el de la
“historia total” y el triunfo de la escuela historiográfica de los Anuales en Francia. Ocurrieron
por separado pero colectivamente representaron una crítica central a la estructura existente.

El par centro-periferia fue una contribución decisiva de los académicos del Tercer Mundo
(Prebisch). Sostenían que el comercio internacional no consistía en el intercambio entre pares.
Algunos países eran económicamente más poderosos que otros (los del centro) y por ende
podían negociar en términos que favorecían el desvío de la plusvalía de los países más débiles
(la periferia) al centro. El análisis suponía un remedio para la desigualdad: que los estados
periféricos emprendiesen acciones con el fin de instituir mecanismos que equilibrasen el
intercambio en su mediano plazo. La teoría de la dependencia desarrollada en América Latina,
suponía que el subdesarrollo no era un estado originario con responsabilidad en los países
subdesarrollados, sino que era la consecuencia del capitalismo histórico. Los dependentistas
bardeaban a los partidos comunistas latinoamericanos.

Entre los historiadores económicos en Occidente se da un debate sobre los orígenes del
capitalismo moderno. Las conclusiones acerca de los mecanismos de transición del feudalismo
al capitalismo posiblemente tuvieran algo para decir acerca del capitalismo al socialismo. Al
igual que el debate sobre el modo asiático de producción para la URSS y allegados, provoco un
quilombo ideológico con el marxismo, que se había vuelto una propuesta académica abierta a
la discusión.

Estos cuatro debates tuvieron lugar esencialmente entre 1950 y 1960. Ocurrieron básicamente
por separado, sin referencias mutuas y con frecuencia sin conocimientos el uno del otro. LA
revolución mundial de 1968 se ocupó de la hegemonía de los Estados Unidos y su política
internacional, que lo había llevado a la guerra de Vietnam; la relativa pasiva actitud de la Unión
Soviética, la ineficiencia de los movimientos tradicionales de la Vieja Izquierda en oposición al
status quo .

A principios de los setenta se comienza a hablar de los sistemas-mundo como unidad de


análisis en reemplazo del estado nacional. Los sistemas-mundo fueron un esfuerzo por
combinar de manera coherente preocupaciones respecto a la unidad de análisis, la
preocupación por las barreras que se habían erigido entre las diferentes ciencias sociales. En
lugar de los estados nacionales como objetos de estudio, se sustituyeron por sistemas
históricos, que se argüía, habían existido tres variantes: minisistemas y sistemas-mundo de dos
tipos (economías-mundo e imperios-mundo). La colocación de dicho guión se estaba haciendo
referencia sobre sistemas, economías e imperios que son un mundo sin ocupar la totalidad del
globo. El sistema-mundo es una zona espaciotemporal que atraviesa múltiples unidades
políticas y culturales, una que representa una zona integrada de actividad e instituciones que
obedecen a ciertas reglas sistémicas.

El concepto fue aplicado inicialmente al “sistema-mundo moderno” el cual, se argumenta,


toma la forma de una “economía-mundo”. Se dice que la economía-mundo moderna era una
economía-mundo capitalista. No la primera economía-mundo pero sí la primera economía-
mundo moderna que logró sobrevivir y florecer durante tanto tiempo al convertirse en
completamente capitalista.

El autor Polanyi dice que los minisistemas usan una forma de organización económica
recíproca, los imperios-mundo la redistribución y las economías mundo los intercambios del
mercado.

Las categorías de Prebisch también fueron incorporadas. Se afirmaba que una economía-
mundo capitalista estaba marcada por una división axial de labor entre los procesos de
producción centrales y los procesos de producción periféricos, lo cual daba como resultado un
intercambio desigual favoreciendo a los involucrados en los procesos de producción centrales.
En el análisis de sistema-mundo, el centro-periferia es un concepto relacional, no un par de
términos reificados, esto es, que tienen sentidos esenciales separados.

La influencia de Braudel fue crucial. Hizo una distinción entre la esfera del libre mercado y la
esfera de los monopolios. Denomino a esta última capitalismo y lo calificaba como
“antimercado”. Insistía en la multiplicidad de tiempos sociales y énfasis en el tiempo
estructural (longue durée: duración de un sistema histórico particular). Las generalizaciones
sobre él debían evitar parecer atemporales. Entonces los sistemas tenían principios).

Los analistas del sistema-mundo comenzaron a mostrarse escépticos frente a la inevitabilidad


del progreso. Lo veían como una posibilidad más que como una certeza. Se preguntaban si uno
podía incluso describir la construcción de una economía-mundo capitalista como progreso.

El tercer elemento en el análisis de sistema-mundo fue su falta de respeto por las fronteras
tradicionales de las ciencias sociales. Se sentían con libertad de analizar materiales que en
alguna oportunidad habían sido considerados dominio exclusivo de historiadores o
economistas o politólogos o sociólogos y de analizarlos con un marco analítico común. El
análisis se volvió unidisciplinario.

Se da el contraataque desde cuatro frentes a esta trilogía de ideas (sistema-mundo antes que
estado como unidad de análisis, la insistencia en la longue durée, y un enfoque
unidisciplinario):

Los positivistas nomotéticos habían sostenido que el análisis del sistema mundo era una
narrativa. Sus hipótesis no habían sido sometidas a rigurosas pruebas, algunas eran
inverificables. Actor: individuo.

La crítica marxista ortodoxosa es que al discutir un eje centro-periferia en la división del


trabajo, está siendo circulacionista y se descuida la base productiva de la plusvalía y la lucha de
clases como variable explicativa del cambio social. (Defensores de sistema-mundo dicen que la
tarea remunerada es solo una de las muchas formas de control del trabajo dentro de un
sistema capitalista y no la más lucrativa desde el punto de vista del capital. Además, los
estados no tienen autonomía en una economía-mundo de un modo particular de producción).
Actor: proletariado industrial.
Los autonomistas estatales arguyen que los análisis de sistema-mundo tornan la esfera política
en una zona cuyas realidades derivan de la base económica. Actor: hombre político.

Finalmente, los particularistas culturales dicen que el análisis del sistema-mundo deriva de la
superestructura de la base económica y que desprecia la realidad central y autónoma cultural.
Actor: cada uno de nosotros es un actor comprometido con un discurso autónomo con el
resto.

La crítica general es que este análisis carece de un actor central. El análisis del sistema-mundo
ve a los actores como productos de un proceso. Forman parte de una mezcla sistémica de la
cual emergieron y sobre la cual actúan libremente pero limitados por su biografía y las
prisiones sociales. A medida que analizamos éstas, nos liberamos de sus límites hasta donde es
posible. Se buscan abolir las líneas entre los modelos de análisis económicos, político y
sociocultural, aunque no se niega la existencia de estructuras. Para este análisis, los actores
son los productos de un proceso. Actúan libremente, pero su libertad está limitada por sus
biografías y por las prisiones sociales de las que forman parte.

El tiempo y el espacio son construcciones reales en constante evolución, no son realidades


externas inmutables. Los sistemas históricos en que vivimos son sistémicos e históricos.
Permanecen iguales a lo largo del tiempo pero no son idénticos de un minuto al otro. (Esto es
una paradoja, no una contradicción).

El sistema-mundo moderno como economía-mundo capitalista: producción, plusvalía y


polarización.

El mundo en el que vivimos, el sistema-mundo moderno tuvo sus orígenes en el siglo XVI. Este
estaba localizado en solo una parte del globo, principalmente en partes de Europa y América.
Con el tiempo, se expandió hasta abarcar todo el mundo. Es y ha sido siempre una economía-
mundo. Es y ha sido siempre una economía-mundo capitalista.

Economía-mundo es una gran zona geográfica que contiene una división del trabajo y por lo
tanto un intercambio significativo de bienes básicos y de un flujo de capital y trabajo. No está
limitada por una estructura política unitaria. Hay muchas unidades políticas dentro, vinculadas
entre sí en nuestro sistema-mundo moderno dentro de un sistema interestatal. Una economía-
mundo también comprende muchas culturas y grupos. Puede ser que desarrollen patrones
culturales comunes (geocultura). Significa que ni la homogeneidad política ni la cultural debe
ser esperable o encontrada en una economía-mundo. Lo que unifica a la estructura es la
división de trabajo dentro de ésta.

En un sistema capitalista el sistema da prioridad a la incesante acumulación de capital (significa


que las personas y las compañías acumulan capital a fin de acumular más capital, un proceso
continuo e incesante. Las economías-mundo carecen del cemento unificador que es una
estructura política o una cultura homogénea, lo que las mantiene es la eficiencia en la división
del trabajo. Y esta eficiencia es función de la riqueza en constante expansión que el sistema
capitalista provee. La única economía-mundo que sobrevivió por un largo periodo ha sido el
sistema-mundo moderno, y esto es porque el sistema capitalista echo raíces y se consolido
como una característica definitoria.

Un sistema capitalista requiere de una relación muy particular entre los productores
económicos y quienes detentan el poder político. Si quienes detentan el poder político son
más fuertes que los productores económicos impondrán sus intereses (imperio-mundo) y la
acumulación incesante de capital dejara de ser una prioridad. Los capitalistas necesitan de
grandes mercados y multiplicidad de estados para obtener ventajas y para evitar estados
hostiles a sus intereses a favor de estados amistosos.

Una economía-mundo capitalista es una colección de muchas instituciones, cuya combinación


da cuenta de procesos, los cuales están interrelacionados entre sí: el mercado, las compañías
que compiten, los estados, las unidades domésticas, las clases y los grupos de estatus. Todas
estas han sido creadas dentro del capitalismo.

Los mercados son esenciales en el capitalismo. Son una estructura local concreta en la que los
individuos o compañías compran y venden mercaderías, y una institución virtual a lo largo del
espacio en donde tienen lugar los mismos tipos de intercambios. El mercado virtual existe
como totalidad en la economía-mundo para todos los factores de producción combinados,
mas allá de las barreras que existen para su libre funcionamiento. Influye en los procesos de
decisión, pero nunca funciona entera y libremente. El mercado absolutamente libre funciona
como ideología pero como realidad volvería imposible la acumulación incesante de capital.

El mercado no es perfecto, y los vendedores prefieren un monopolio porque pueden crear un


amplio margen relativo entre los costos de producción y los precios de venta, y por lo tanto
obtener grandes porcentajes de ganancia. Los cuasi-monopolios no son infrecuentes como los
monopolios perfectos, para los primeros se necesita el apoyo de la maquinaria de un estado
relativamente fuerte. Se puede lograr a través del sistema de patentes, medidas
proteccionistas, subsidios estatales y beneficios impositivos, la fuerza de un estado fuerte para
prevenir que uno débil desarrolle medidas contra proteccionistas, estados como compradores
a gran escala y las regulaciones que imponen un peso sobre los productores. La interferencia
de los estados es necesaria para que el capitalismo prospere.

Los cuasi-monopolios duran lo suficiente como para asegurar una considerable acumulación
de capital. Cuando deja de existir, los grandes acumuladores mueven su capital a nuevos
productos de punta o a industrias de punta nuevas y el resultado es un ciclo de industrias de
punta.

Otra cuestión importante es la competencia entre compañías dentro del capitalismo. La furiosa
rivalidad es la regla. Solo los más fuertes y agiles sobreviven.

La división axial del trabajo divide la producción en productos centrales y periféricos. Los
centrales son los controlados por cuasi-monopolios por lo que los procesos periféricos son los
verdaderamente competitivos. Dado que los cuasi-monopolios dependen de la protección de
estados fuertes, están ubicados dentro de tales.

Los cuasi-monopolios dependen de la protección de estados fuertes, en su mayor parte


ubicados en términos de propiedad. Existe por ello una consecuencia geográfica en las
relaciones centro periferia. Como los cuasi monopolios tienden a auto destruirse lo que hoy es
un proceso central será un proceso periférico. La historia económica del sistema-mundo
moderno abunda en estos cambios, o degradación de productos, primero a países semi-
periféricos y luego a los periféricos.

Los estados semi-periféricos tienen una mezcla relativamente pareja de procesos de


producción y se hallan en una situación complicada. Bajo presión de los estados fuertes y
presionando a los estados débiles, intentan mantenerse a distancia de la periferia y hacerlo
posible para acceder al centro. Estos estados son los que más implementan políticas
proteccionistas. Esperan proteger sus procesos productivos de la competencia de compañías
fuertes en el exterior a la vez que intentan mejorar la eficiencia de las compañías internas para
que compitan mejor en el mercado global. Son receptores de antiguas industrias de punta y
compiten con otros estados semi periféricos. Ejemplos: Corea del sur, Brasil e India.
La evolución natural de las industrias de punta es lo que da cuenta de los ritmos cíclicos de la
economía mundo. Una industria de punta nueva dará un gran impulso a la expansión de la
economía-mundo y resultara en una considerable acumulación de capital. Ciclo Kondratieff:
expansión de la economía mundo en presencia de industrias de punta casi monopólicas y
contracción con la reducción de la intensidad de los cuasi monopolios. Son de entre 50 a 60
años.

Existe un incremento del desempleo en zonas centrales y esto afecta la demanda global
efectiva. Las compañías individuales reducen sus costos, pero la colectividad de compañías
encuentra más difícil encontrar suficientes consumidores. Una manera de restaurar un nivel
suficiente de demanda global efectiva es el incrementar los niveles salariales de los
trabajadores ordinarios en las zonas centrales. Mayores niveles de pago significan menores
márgenes de ganancias para los empresarios. A escala global esto puede compensarse
expandiendo el número de trabajadores asalariados en otros lugares del planeta que estén
dispuestos a trabajar por salarios más bajos. Esto puede hacerse mediante la convocatoria de
nuevos individuos en la arena laboral, para quienes un salario más bajo representa de hecho
un incremento en sus ingresos reales. Pero es obvio que cada vez que uno incorpora “nuevas”
personas en la arena del trabajo asalariado, uno reduce el número de personas restantes fuera
de la arena laboral.

Un sistema capitalista necesita que existan trabajadores que ofrezcan su trabajo para el
proceso productivo. Casi todos los trabajadores están vinculados a otras personas en unidades
domesticas que aglutinan habitualmente a personas de distinto sexo y diferentes edades.

Una unidad domestica típica consta de tres a diez personas que juntan sus recursos e ingresos
para sobrevivir de modo colectivo. Hay alguna forma de obligación de suministrar el ingreso
para el grupo y compartir con sumo resultante. Hay 5 clases de ingresos: salario (pago por
personas fuera del ámbito familiar por el trabajo de un miembro de la unidad doméstica en
algún proceso productivo, flexible para el empleador), actividad de subsistencia (manera de
producción de subsistencia, ha ido declinando en el sistema-mundo moderno; gran parte del
ingreso en las zonas económicamente más afluentes de la economía-mundo capitalista),
pequeña producción mercantil (producto producido en la unidad domestica pero vendido por
dinero en el mercado; freelance) , renta (es una propiedad y no un trabajo de ningún tipo lo
que hace posible el ingreso), pagos de transferencia (ingresos de un individuo en virtud de una
obligación de un tercero de proveerle de dicho ingreso, pueden realizarse a través de bases de
reciprocidad u otra forma).

En la práctica, pocas unidades domesticas funcionan sin los cinco tipos de ingreso. Las
personas dentro de la unidad doméstica que tienden a proporcionar el ingreso y pueden
correlacionarse en categorías por sexo o edad. Una unidad suele contar con todos en distinta
proporción. Cuando el ingreso salarial predomina es una unidad domestica proletaria, de lo
contrario es semi proletaria. En dondequiera que los trabajadores asalariados constituyan un
componente sustancial de ingreso de la unidad doméstica, existe necesariamente un piso
referente a cuanto puede recibir el trabajador asalariado. El trabajador asalariado es miembro
de una unidad domestica que es solo semiproletaria, el trabajador asalariado puede ser
remunerado con un sueldo por debajo del salario mínimo absoluto, sin poner en riesgo
necesariamente la supervivencia de la unidad doméstica.

Los empleadores prefieren emplear trabajadores de unidades domesticas semi proletarias


pero hay dos presiones que pujan en la dirección contraria. Los asalariados que buscan
proletarizarse y una presión contradictoria de los mismos empleadores (necesidad de una
demanda para sostener el mercado). El resultado es un lento aumento en el número de
unidades domesticas proletarizadas.
Las unidades domesticas se ubican dentro de clases, de grupos de estatus o identidades (raza,
grupo étnico, comunidades religiosas, pero también géneros y preferencia sexuales). Existe
una fuerte presión dentro de las unidades domesticas para mantener una identidad común,
para ser parte del mismo grupo de estatus o identidad. El constante movimiento de los
individuos dentro del sistema-mundo moderno, más la presión normativa de ignorar los
grupos de estatus o identidades de las que se es miembro a favor de un criterio meritocrático
ha dado como resultado una mezcla considerable de las identidades originales dentro del
marco de las unidades domésticas.

Semejante homogeneización ayuda a mantener la unidad domestica como lugar de recursos


económicos comunes y para superar cualquier tendencia centrifuga que pueda surgir por las
desigualdades internas en la distribución del consumo y los procesos decisorios.

Funcionan como las agencias primarias de socialización, apoyadas por agencias estatales como
las escuelas y los ejércitos así como por las instituciones religiosas y los medios de
comunicación. La forma en la que se socializaran los miembros de las unidades domesticas
depende de la percepción de la función de estas en el sistema social histórico.

Los poderes constituidos de un sistema social histórico esperan que la socialización resulte en
la aceptación de las muy reales jerarquías productos del sistema. Las unidades domesticas
también socializan a sus miembros para la rebelión, el rechazo y la desviación. Semejante
socialización antisistémica puede resultarle útil al sistema al ofrecer una salida a los espíritus
inquietos, siempre y cuando el sistema todo se encuentre en relativo equilibrio. Cuando los
sistemas históricos entran en crisis, estas socializaciones anti sistémicas pueden volverse
desestabilizadoras.

La mayoría de los grupos de estatus poseen algún tipo de expresión institucional a través delas
unidades domésticas, no solo para que se atengan a sus normas y a sus estrategias colectivas
sino también para que les den prioridad. Sufren presiones externas entonces, y los estados son
los más exitosos en su accionar ya que cuentan con inmediatas herramientas de presión. Si el
estado es débil, las voces religiosas, étnicas o grupos similares pueden volverse muy fuertes.

Las relaciones de la economía-mundo (compañías, estados, unidades domesticas e


instituciones vinculadas a miembros de clase y grupos de estatus) están amenazadas por dos
temas ideológicos opuestos pero simbióticos:

-Universalismo: prominentemente asociado con el sistema-mundo moderno, tiene prioridad


de reglas generales aplicadas en forma igual a todas las personas y, por lo tanto, el rechazo a
las preferencias particulares en la mayoría de las esferas. Las únicas reglas consideradas
permisibles dentro del marco del universalismo son las que pueden demostrar su aplicación
directa al funcionamiento adecuado del sistema-mundo definido en forma restringida. Es una
norma positiva (la mayoría de las personas creen en él y sostienen que es una virtud).

-Racismo y Sexismo: son normas negativas (la mayoría niega creer en ellas). Son instancias de
un fenómeno más amplio, el anti universalismo o discriminación institucional activa contra
todas las personas de un grupo de estatus o identidad especifico. Para cada tipo de identidad,
existe una clasificación jerárquica social. Estas clasificaciones son tanto mundiales como
locales y ambos tipos de clasificación tienen enormes consecuencias en la vida de las personas
y en el funcionamiento de una economía-mundo capitalista. Clasificación jerárquica dentro del
mundo moderno (hombre sobre mujer, blanco sobre negro, heterosexuales sobre gays y
lesbianas, etc).

El universalismo y el antiuniversalismo funcionan en diferentes arenas. El universalismo tiende


a ser el principio operativo más fuerte para los cuadros del sistema-mundo (grupo intermedio
de gente que tiene los puestos de liderazgo o funciones de supervisión en varias instituciones).
Se cree que el universalismo garantiza una tarea competente y vuelve más eficiente a la
economía mundo, mejorando la capacidad de acumular capital. El criterio universalista tiene
una función socio-psicológica central en la legitimación de las asignaciones meritocráticas. La
norma del universalismo es enormemente tranquilizadora para quienes se benefician del
sistema. Hace que ellos se sientan merecedores de lo que poseen.

Por otro lado, el racismo, el sexismo y otras normas antiuniversalistas realizan una tarea
igualmente importante en la asignación de trabajo, poder y privilegio dentro del sistema-
mundo moderno. Suponen exclusiones del espacio social. Son otros modos de inclusión, pero
de inclusión de rangos inferiores. Estas normas existen para justificar los rangos inferiores,
para hacerlos cumplir y hasta tolerables para quienes los reciben. Se presentan como
codificaciones de verdades naturales exentas de modificación social, como necesidades
biológicamente determinadas para el funcionamiento del ser humano.

Así se convierten en normas para el estado, el lugar de trabajo, el espacio social. Pero también
se convierten en normas que los hogares se ven presionados a utilizar para socializar a sus
miembros; esfuerzo que en general ha resultado exitoso. Justifican así la polarización del
sistema-mundo. El racismo, el sexismo y otras formas de antiuniversalismo han cobrado
importancia, aunque la lucha política contra tales formas se han vuelto más centrales para el
funcionamiento del sistema-mundo.

En última instancia, el sistema-mundo moderno ha asumido una característica central en su


estructura de existencia, propagación y práctica simultánea del universalismo y el
antiuniversalismo. Este dúo antinómico es tan fundamental al sistema como lo es la división de
trabajo sobre el eje centro-periferia.

Creación de una geocultura (a modo de conclusión)

La revolución francesa fue un punto de inflexión al provocar dos cambios fundamentales que
son la base de la geocultura del sistema mundo-moderno: normalización del cambio político y
reformulación del concepto de soberanía. Hay un debate histórico entorno a quienes están
incluidos o excluidos pero dentro del marco de una geocultura que proclamaba la inclusión de
todos como definición de una sociedad justa. Este dilema fue disputado en la arena de:

- las ideologías: conservadurismo, luego liberalismo oponiéndose. Con la revolución mundial


de 1848 los radicales se sitúan en la izquierda. Hasta la primera guerra mundial se delinea un
programa liberal para los países centrales que buscaban establecerse como estados liberales.

- los movimientos anti sistémicos: dentro de los estados, los grupos intentan lograr inclusión
como ciudadanos. El primer grupo importante fue la clase trabajadora industrial urbana que se
organiza en sindicatos, partidos socialistas y de los trabajadores. Luego movimientos étnicos
nacionalistas y grupos de mujeres.

- ciencias sociales: función de suplir los fundamentos intelectuales de las justificaciones


morales que eran utilizadas para reforzar los mecanismos operativos del sistema mundo
moderno.

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