La Lógica Mexicana de Antonio Rubio. Parte II. en Su Origen y en La Historia. Walter Redmond
La Lógica Mexicana de Antonio Rubio. Parte II. en Su Origen y en La Historia. Walter Redmond
La Lógica Mexicana de Antonio Rubio. Parte II. en Su Origen y en La Historia. Walter Redmond
Metafísica y Persona está presente en los siguientes índices: Latindex, ISOC, RE-
DIB, SERIUNAM, The Philosopher’s Index, ERIH PLUS.
ISSN: 2007-9699
Metafísica y Persona
Filosofía, conocimiento y vida
Año 10 — Número 20
Julio-Diciembre 2018
Contenido
Artículos
Walter Redmond
Universidad de Austin, Texas
[email protected]
Resumen
En este artículo explico, en dos partes, el lugar de la obra de Antonio Rubio en la histo-
ria de la lógica. En la primera parte expongo algunas características de la Lógica mexicana
mostrando detalles de su estructura, sus ediciones y su contenido. En la segunda parte
propongo una ubicación de la obra de Rubio en la historia de la lógica.
Abstract
In this paper I explain, in two parts, the place of Rubio’s work in the history of logic. In
the first part I expound some features of the Logica mexicana by giving some details about
its structure, editions, and contents. In the second part I propose a place for the work of
Rubio in the history of logic.
“Es ilusión pensar que el actual estado de la filosofía haya alcanzado el punto más alto de la empre-
1
sa filosófica”. Kenny, A., A New History of Western Philosophy, Oxford: Oxford U. Press, 2005, p. xi.
137
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La Lógica Mexicana
El atraso
2
Redmond, W., “La lógica mexicana de Antonio Rubio. Parte I. El ser real y no real. El ente
de-razón lógico en la lógica mexicana de Antonio Rubio”, en Metafísica y persona. Filosofía,
conocimiento y vida, Año 10, núm. 19, 2018, UMA/UPAEP, pp. 123-141.
3
Redmond, W., Bibliography of the Philosophy in the Iberian Colonies of America, La Haya: Nijhoff, 1972.
138
La lógica mexicana de Antonio Rubio. Parte II.
En su origen y en la historia
una lista de las fuentes manuscritas e impresas con una bibliografía notada
de la literatura secundaria. Revisé todos los estudios históricos sobre el tema
que se encontraban en la biblioteca de la Universidad de Texas. Uno de los
muchos libros que consulté fue Los “fundadores” de la filosofía en América Lati-
na, escrito por un tal Armando Correia Pacheco (Jefe de la División de Filo-
sofía y Letras de la Organización de Estados Americanos en Washington).4
El más joven de los “fundadores” mencionado por este autor fue el perua-
no Alejandro Deústua, quien trabajaba en las tres primeras décadas del siglo
veinte (m. 1945); y el autor dijo que los “fundadores” mexicanos, quienes tra-
bajaban al mismo tiempo, fueron José Vasconcelos (m. 1959) y Antonio Caso
(m. 1946). El autor hizo esta observación: “en América Latina los ‘fundadores’
lanzaron los cimientos del pensamiento filosófico en países que carecían casi
totalmente de tradición filosófica”.5 O sea que Correia Pacheco borró de un
plumazo el 90% del calendario filosófico de América Latina.
Encontré tales juicios disparatados en muchos autores que escribían sobre
la filosofía colonial. Una crítica constante fue que la filosofía colonial estaba
“atrasada”, en comparación con la filosofía moderna en Europa (¡a veces de-
cían: un atraso de tres siglos!). Estos historiadores eran especialmente severos
con los escolásticos del Siglo de Oro (en los siglos XVI y XVII), y expresaban su
indignación con los mismos denuestos: “decadentes”, “superados”, “petrifi-
cados”, “oscurantistas”, “ergotistas” y “sacristanescos”.
La realidad
4
Correia Pacheco, A., Los “fundadores” de la filosofía en América Latina, Washington: OEA, 1970.
5
Correia Pacheco, A., Los “fundadores”…, p. vi.
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La investigación más reciente también acabó con el mito del “atraso” de los
escolásticos premodernos de los siglos XVI y XVII (como Rubio). El cuzqueño
Juan de Espinosa Medrano, crítico del nominalismo jesuítico, es un ejemplo. De
los 300 autores que citó en su lógica (publicada en Roma en 1688), la tercera parte
son autores de su propio siglo. Espinosa Medrano mencionó más obras de su
propio siglo XVII que de cualquier otro siglo, incluso al menos quince publica-
das en Europa después de su nacimiento (c. 1632), y cinco después de 1650. Aun
así, se quejaba de que “los libros de los más recientes no llegan” –¡al Cuzco!
Por otro lado, Rubio contribuyó a la filosofía europea escribiendo seis
obras con un total de 55 ediciones en seis países: la cuarta parte en España y
tres cuartas partes al norte de los Pirineos: Alemania, Polonia, Francia, Italia,
e Inglaterra. También influyó en los comienzos de la modernidad. Descartes
leyó la Lógica mexicana, y Jennifer Ashworth habló sobre el influjo directo de
Rubio en el nacimiento de la temprana filosofía moderna. Escribió: “Rubio
probablemente ejerció un influjo más directo en el nacimiento de la temprana
filosofía moderna que Suárez o autores medievales como Aquino”.6
Rubio también impactó en la “filosofía natural” europea, con sus cuatro
libros sobre el tema que salieron en 37 ediciones (a propósito, dos veces más
que las de lógica).7
La física era el libro principal de lo que se llamaba “filosofía natura”. Ru-
bio también escribió comentarios a otras tres obras de Aristóteles sobre filo-
sofía natural: Sobre la generación y corrupción (7 ediciones), Sobre el alma (8) y
Sobre el cielo (9, póstumo).
Hay pocos estudios sobre el influjo de la filosofía de los virreinatos en
los pensadores europeos, incluso entre los virreinatos mismos. Yo hice un
estudio de un grupo de pensadores peruanos del siglo XVII que se quejaban
amargamente de que sus obras no fuesen reconocidas por sus colegas eu-
ropeos –también hice una descripción de una extraordinaria “defensa de la
América intelectual” de estos autores.8
6
Ashworth, J., “Antonius Rubius on Objective Being and Analogy: One of the Routes from Early
Fourteenth-Century Discussions to Descartes’s Third Meditation”, en Brown, S. F. (Ed.), Meeting
of the Minds: The Relations between Medieval and Classical Modern European Philosophy. Acts of the
International Colloquium held at Boston College, June 14-16, Turnout: Breools 1999, pp. 43-62.
7
En total, hubo 55 ediciones de las cinco obras filosóficas de Rubio (entre 1603 y 1641): la
Lógica (18 ediciones) y comentarios a obras de Aristóteles: Física (13), Sobre la generación y
corrupción (7), Sobre el alma (8) y Sobre el cielo (9, póstumo). La gran voga “rubiana” es la se-
gunda década del siglo XVII (=45% de las ediciones). El 91% de las ediciones pertenecen a los
primeros tres decenios; el número disminuyó rápidamente después de la edición completa de
Brescia en 1626. El libro se editó por última vez en Inglaterra (1681).
8
Ver sobre todo una monografía mía que apareció en la Universidad de Hamburgo, en la
que describo esta defensa de la intelectualidad americana, llena de irónicas citas de autores
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En su origen y en la historia
Rubio
El jesuita español Antonio Rubio (1548-1615) estudió filosofía por tres años
en la Universidad de Alcalá y, tras entrar en la Compañía de Jesús, hizo su
cuarto año de filosofía y cuatro más de teología. A los 28 años fue enviado a la
Nueva España para enseñar Filosofía (“artes”) y Teología. En 1593, después
de enseñar Filosofía por cuatro años y Teología por doce, comenzó un ambi-
cioso proyecto: producir un cursus philosophicus completo que fuera adoptado
por la Universidad Complutense y otras universidades como texto oficial.
El “curso filosófico” era el típico vehículo de enseñanza universitaria y
comunicación filosófica entre los maestros escolásticos a partir del siglo XVI.
Tenía dos finalidades, pue: fue un libro de texto de un maestro para sus alum-
nos y el contacto usual del maestro con sus colegas (más que textos escolares,
eran tratados acabados). Este doble fin en efecto le trajo problemas a Rubio,
como veremos. El C ursus constaba de tres áreas troncales: lógica, “filoso-
fía natural” (o “física”) y metafísica.
Parece que cuando Rubio salió de México para España, en 1600, llevó tres
manuscritos consigo: una Lógica, una Física y una Metafísica. Publicó los prim-
eros dos manuscritos (la Lógica 18 veces y la Física 13 veces), y en España
escribió y publicó otras tres sobre la filosofía natural (24 ediciones; un to-
tal de 37). Nunca se publicó su Metafísica,9 posiblemente porque los jesuitas
ya tenían su metafísico “oficial” en las famosas Disputationes Metaphisicae de
Francisco Suárez (1597).
Rubio sufrió un curioso revés en su carrera en México. El general de la
orden prohibió que hiciera su profesión final (el “cuarto voto” de los jesuitas)
porque había oído que Rubio tenía “aversión al trato de la lengua mexicana”
(el náhuatl). Rubio se defendió airadamente de esta acusación, e insistió en
que trabajaba en la filosofía “con mucho más consuelo en esta tierra por ser-
clásicos y razonamientos graciosos, y en el apéndice cito los textos en latín: Redmond, W.,
“Self-Awareness In Colonial Latin American Philosophy”, en Jahrbuch für Geschichte Latei-
namerikas, Colonia-Vienna, Böhlau Verlag-Weimar, Unviersidad de Hamburgo, Band 41,
2004, pp. 353-371, ver anotación 1.
9
Rubio se refería varias veces a su producción literaria como “dialéctica y filosofía [natural]”,
sin mencionar la metafísica.
141
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“Pedro Hispano” probablemente no fue el papa Juan XXI sino un fraile dominico que escribió
al sur de Francia y al norte de España en el segundo cuarto del siglo XIII.
11
La lógica de los antiguos incluía a su vez la lógica “vieja” (vetus) y la “nueva” (nova). Aquélla
lógica antes de 1200 cuando los filósofos sólo disponían de traducciones latinas de dos obras
del ὄργανον de Aristóteles (Las categorías y De la interpretación) y la εἰσαγογή de Porfirio.
La nueva se refiere a la época posterior, cuando los lógicos contaban con el ὄργανον entero
(añadiendo los Primeros y Segundos analíticos, los Tópicos y las Refutaciones sofísticas).
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La Lógica mexicana
12
Ver Osorio Romero, A., Antonio Rubio en la filosofía novohispana, México: UNAM, 1988, pp. 15,
27ss. La primera obra de un Jesuita impresa en México fue la lógica de Francisco Toledo, In-
troductio in dialecticam Aristotelis (1578). Hubo 13 ediciones (la primera en Roma, 1561). Parece
que Rubio intervino directamente en su publicación en México. Esta obra se agotó y en todo
caso se consideraba como inadecuada.
13
El título original fue: Commentarii in universam Aristotelis dialecticam (con otras variantes);
“Logica mexicaa” aparece en 7 ediciones.
14
En los escritos prefatorios de Alcalá-1610, se mencionan “correcciones” (Magister Sebastianus
de Lirio, demptis his mendis) y “con las añadiduras insertadas en sus lugares” (el doctor Tri-
baldos cum additionibus brevioribus suis locis insertis). La edición de 1613 es llamada la “cuarta
edición” en el título.
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Alcalá-03 Colonia-05
Versión corta
Valencia-07
Cracovia-08
Coloia-09
revisada: Alcalá-10 (¿3ª edición”?)
León-11
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En su origen y en la historia
La historia de la lógica
La historia de la lógica
Una “selección” para el examen de bachillerato; “selecta quaedam ex libris Topicorum Aristotelis
15
quibus liberalium artium florentissimae hujus academiae complutensis satisfacere possint consuetis
magistrorum interrogationibus in examine pro baccalaureatus gradu subeundo”.
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Cuando digo “formal” no quiero decir que los escolásticos coincidieran en la noción actual.
Términos como “proposicional” y “predicativo” guardan su perspectiva actual.
17
Ashworth, J., Language and Logic in the Post-Medieval Period, Dordrecht y Boston: Reidel,1974,
pp. ix y 7; y The Cambridge History of Medieval Philosophy Volume 1; Terminist Logic, 2009. “Ter-
minist logic is a specifically medieval development. It is named from its focus on terms as the basic unit
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En su origen y en la historia
Esta lógica terminista se desarrolló sobre todo entre 1481 y 1520, cuando
la Universidad de París era el centro internacional de la enseñanza de la lógi-
ca.18 Este periodo representa en cierto sentido el punto culminante en la histo-
ria de la lógica. Posteriormente, la lógica entró en declive hasta mediados del
siglo XIX, cuando fue rescatada por un grupo de matemáticos: George Boole
y August De Morgan, Giuseppe Peano y sobre todo Gottlob Frege (1879).
La lógica modal (la lógica de la necesidad y la posibilidad) fue “redescu-
bierta” y formulada en la primera mitad del siglo XX por filósofos analíticos
como C. I. Lewis y Saul Kripke. Digo “redescubierta” porque ya había teni-
do un desarrollo impresionante desde el siglo XII hasta el tiempo de Rubio,
cuando temas modales se aplicaban a problemas filosóficos como el libre al-
bedrío (en la controversia “de auxiliis”, cuando Luis Molinae habló de “mun-
dos posibles”: ordines rerum et circumstantiarum earum).
La lógica en Iberia
of logical analysis, and so it includes both supposition theory, together with its ramifications, and the
treatment of syncategorematic terms. It also includes other areas of investigation not directly linked
with Aristotelian texts, notably obligations, consequences, and insolubles.... Logic was at the heart of
the arts curriculum, for it provided the techniques of analysis and much of the vocabulary found in
philosophical, scientific, and theological writing. Moreover, it trained students for participation in the
disputations that were a central feature of medieval instruction, and whose structure, with arguments
for and against a thesis, followed by a resolution, is reflected in many written works. This practical
application effected the way in which logic developed. While medieval thinkers had a clear idea of aug-
mentation as involving formal structures, they were not interested in the development of formal sys-
tems, and they did not see logic as in any way akin to mathematics. Logic involved the study of natural
language, albeit a natural language (Latin) that was often regimented to make formal points, and it had
a straightforwardly cognitive orientation. The purpose of logic was to separate the true from the false
by means of argument, and to lead from known premises to a previously unknown conclusion. In this
process, the avoidance of error was crucial, so there was a heavy emphasis on the making of distinctions
and the detection of fallacies”.
18
Ver Ashworth, J., http://ndpr.nd.edu/news/57837-peter-of-spain-summaries-of-logic-text-
translation-introduction-and-notes.
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bajo la tutela de otro español, Juan de Celaya, y enseñó tanto en Alcalá como
en Salamanca.19
A mediados del siglo XVI ocurrió una rebelión contra la enseñanza de esta
lógica terminista y se criticó lo que se llamaban las “cuestiones tontas e inúti-
les”. Soto mismo, antes un promotor de la lógica “exigente”, acabó oponién-
dose a ella. La rebelión ocasionó una simplificación de los textos usados en
la enseñanza de lógica formal. La lógica terminista formaba parte del tratado
de la lógica “chica” o “súmulas”. Hemos notado que Rubio no hizo ningún
comentario a las súmulas.
El espíritu renovador se extendió rápidamente. Los libros de lógica (y de
otras materias como la física) se hicieron menos técnicos. Sin embargo, los
reformistas no abandonaron la orientación anterior; se trata, por lo general,
de una discusión entre terministas.
En un tercer momento, hacia fines del mismo siglo XVI, decreció el interés
en la lógica formal como tal. A la lógica terminista se le anteponía la “lógica
aristotélica”, lo cual lleva consigo la pérdida del contenido “terminista”. Por
otro lado, creció el interés en los estudios de las obras del Estagirita. Los es-
tudiosos escolásticos compartían el entusiasmo de los humanistas del renaci-
miento hacia los textos clásicos de la filosofía. También se nota un renovado
énfasis en Santo Tomás de Aquino a fines del siglo XVI.
19
Entre los españoles que estudiaron en París y regresaron a España estaban Gaspar Lax, los
hermanos Antonio y Luis Coronel, Fernando de Enzinas, Juan Dolz, Jerónimo Pardo, An-
drés Limos, Agustín Pérez de Oliván. Ver Muñoz Delgado, V., Lógica hispano-portuguesa hasta
1600/ Notas Bibligráfico-doctrinales, Salamanca, 1972.
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pita” anterior. Los maestros anteriores, dijo, habían recargado las “sensibles
mentes” de los jóvenes, quienes terminaban odiando la lógica. Dijo, jugando
con el nombre del terminista español Fernando de Encinas,
¿Quién puede leer a gente como Encinas –esta “encina sin bellotas”– sin
enojarse? ¿Quién los puede usar para enseñar la lógica? Tras estudiarlos
con detención por muchos meses, mejor dicho, por años, podemos decir:
“Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos captado”.
20
Recognitio summularum, c. XIX. Ver Redmond, W., “Formal Logic in New Spain; Aspects
of the Work of Fray Alonso”, en International Philosophical Quarterly, vol. xix, núm. 3,
1979, pp. 331-51. Resumido en “Logic in New Spain”, The Review of Metaphysics, 1979, pp.
220-1; y “La lógica formal en la Nueva España: Aspectos de la obra de fray Alonso”, en
Latinoamérica: anuario estudios latinoamericanos, National University of Mexico, núm. 12,
1979, pp. 225-253.
21
Como en varias universidades en vez de enseñar la lógica sin más se imparte “pensamiento
crítico” y cosa así.
22
Redmond, W., La lógica del Siglo de Oro, Pamplona: EUNSA, 2007; y Redmond, W., La filosofía
en el Virreinato del Perú, Lima: Fondo de Cultura Económica, 1998.
23
Su Recognitio summularum consta de 100,000 palabras latinas; el estilo es escueto y denso y su
contenido (salvo cuando “cubre la materia”) apenas puede llamarse fácil.
24
En su lógica de las proposiciones, Alonso explica (así como nosotros hoy en día) que la con-
junción es verdadera cuando los dos conyuntos son verdaderos, la disyunción es verdadera
cuando es verdadera al menos un disyunto, y la condicional es verdadera cuando es una
“buena consecuencia”, es decir, cuando el antecedente no puede ser verdadero sin que lo
sea el consecuente. Explica varias reglas como modus ponens, modus tollens, transitividad,
contraposición.... (y dice que “p implica q” es equivalente a “no-p o q”).
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Cosas como la suppositio, el procedimiento de ascensus et descensus, las proposiciones “hipoté-
tias”, etc.
26
V06:19vB; Aristóteles 17A22. Menciona una vez que en las Súmulas el concepto formal o la
primera intención formal se llama “el término mental”; E-A13:63A.
27
En realidad, en la segunda parte del siglo XVI creció el número los comentarios a los Tópicos.
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En su origen y en la historia
Por lo que atañe a Santo Tomás, Rubio dijo en el mismo prefacio que su
intención fue ofrecer a los alumnos una sólida introducción al tomismo, en mo-
28
Estas palabras no se encuentran en el título de ninguna otra edición.
29
Constan de once libros sobre la filosofía aristotélica escritos por eminentes jesuitas.
30
“Typographus lectori”; el título de la obra fraudulenta es Commentarii Collegii Conimbricensis
Societatis Jesu In universam dialecticam nunc primum Venetiae...
31
La primera lógica conimbricense fue preparada por Sebastião do Couto y publicada en
Coímbra en 1606 bajo el título Commentarii Collegii Conimbricensis S. I. in universam Dialecti-
cam Aristotelis; más tarde, en 1711 y 1734, fue sustituida por una lógica del jesuita Gregorio
Barreto.
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El dictado
32
Ver Redmond, W., “La Lógica mexicana de Antonio Rubio: una nota histórica”, en Diánoia,
UNAM, año xxviii, núm. 28, 1982, p. 319.
33
Se refiere a la Ratio studiorum de los jesuitas.
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En su origen y en la historia
Reflexión
Ver Redmond, W., “Aristoteles und Scholastik/ Die Logik bei Jakob Schegk”, en Tübingen:
34
eine Universität zwischen Scholastik und Humanismus, edición de Sönke Lorenz U.A., vol. 21,
Tübinger Bausteine zur Landesgeschichte, Ostfildern, 2012; y Redmond, W., “La Lógica del
siglo XVI en las tierras ibéricas y al norte de los Pirineos”, en De Natura: La naturaleza en la
edad media, 6th International Iberoamerican Congress of the Sociedad de Filosofía Medieval,
Salamanca, December, 2012, edición de J.L. Fuertes y A. Ponceoa, Ribeirao, Portugal: Edições
Húmus. 2015, vol. 2, pp. 783-792.
153
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En su origen y en la historia
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