Demanda Ejecutiva Por Sentencia
Demanda Ejecutiva Por Sentencia
Demanda Ejecutiva Por Sentencia
El proceso ejecutivo se torna de una vital importancia, toda vez que permite
la efectividad de las condenas proferidas por los jueces, asegurando la
justicia material y la coercibilidad de la decisión judicial en firme. La
doctrina ha considerado que la sentencia es el título primordial de la
ejecución, pero no toda clase de sentencia sino aquellas que cumplan con
ciertos presupuestos, a saber: (i) que la sentencia sea de condena, puesto que
las declarativas y las constitutivas no requieren para su cumplimiento
ulterior la ejecución forzada y (ii) la sentencia judicial de condena debe
encontrarse en firme o ejecutoriada. Lo anterior resulta necesario, toda vez
que el juicio de ejecución de providencia judicial, implica la pre-existencia
de un proceso, en el cual se han debatido las formalidades y el fondo del
asunto.
Se puede concluir que, por estricta disposición legal, el juez ejecutivo sólo
podrá declarar probadas las excepciones que se encuentren establecidas en el
numeral 2 del artículo 509 del Código de Procedimiento Civil. Así como la
nulidad originada únicamente en las causales 7 y 9 del artículo 140 de la
misma normatividad. De lo contrario, se podría originar un desconocimiento
abierto y expreso de una disposición legal, es decir podría producirse una vía
de hecho por defecto sustantivo.
Magistrado Ponente:
Dr. MARCO GERARDO MONROY
CABRA
El artículo 299 de la Carta Política define a la Asamblea Departamental como una Corporación con
autonomía administrativa y presupuesto propio, señalando que “en cada departamento habrá una
Corporación de elección popular que ejercerá el control político sobre los actos de los
Gobernadores, Secretarios de despacho, Gerentes y Directores de Institutos Descentralizados y,
que se denominará Asamblea Departamental. (...) Dicha Corporación gozará de autonomía
administrativa y presupuesto propio” (Subrayado fuera del texto).
De otra parte, el artículo 300, numeral 12 de la Constitución señala como parte de las competencias
de las Asambleas Departamentales “cumplir las demás funciones que le asignen la Constitución y
la Ley”. En este sentido, el Constituyente autoriza al legislador para imponer, además de las
constitucionales, diferentes funciones a este tipo de organismos, respetando siempre los principios
constitucionales que inspiran esta figura.
En virtud de esta mandato constitucional, el artículo 39 de la Ley 489 de 1998, reitera la naturaleza
administrativa de las Asambleas Departamentales, cuando establece:
Así mismo, los ministerios, los departamentos administrativos y las superintendencias constituyen
el Sector Central de la Administración Pública Nacional. Los organismos y entidades adscritos o
vinculados a un Ministerio o un Departamento Administrativo que gocen de personería jurídica,
autonomía administrativa y patrimonio propio o capital independiente conforman el Sector
Descentralizado de la Administración Pública Nacional y cumplen sus funciones en los términos
que señale la ley.
Las gobernaciones, las alcaldías, las secretarías de despacho y los departamentos administrativos
son los organismos principales de la Administración en el correspondiente nivel territorial. Los
demás les están adscritos o vinculados, cumplen sus funciones bajo su orientación, coordinación y
control en los términos que señalen la ley, las ordenanzas o los acuerdos, según el caso.
Se concluye entonces de las disposiciones anteriormente referidas que: (i) la Ley 80 de 1993
establece la posibilidad de que organismos cuenten con capacidad contractual, siempre que existe
autorización legal previa y (ii) las Asambleas Departamentales, al ser un organismo administrativo,
deben cumplir con las funciones establecidas en la Constitución y la Ley. En consecuencia, la
capacidad contractual debe estar expresamente señalada en ellas, la cual se encuentra contenida en
el artículo 110 Estatuto Orgánico del Presupuesto. El artículo 110 señala:
“ARTICULO 110. Los órganos que son una sección en el Presupuesto General de la Nación,
tendrán la capacidad de contratar y comprometer a nombre de la persona jurídica de la cuál
hagan parte, y ordenar el gasto en desarrollo de las apropiaciones incorporadas en la respectiva
sección, lo que constituye la autonomía presupuestal a que se refieren la Constitución Política y la
ley. Estas facultades estarán en cabeza del jefe de cada órgano quien podrá delegarlas en
funcionarios del nivel directivo o quien haga sus veces, y serán ejercidas teniendo en cuenta las
normas consagradas en el Estatuto General de Contratación de la Administración Pública y en las
disposiciones legales vigentes.
En la sección correspondiente a la rama legislativa estas capacidades se ejercerán en la forma
arriba indicada y de manera independiente por el Senado y la Cámara de Representantes;
igualmente, en la sección correspondiente a la rama judicial serán ejercidas por la Sala
Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura.”
En los mismos términos y condiciones tendrán estas capacidades las superintendencias,
unidades administrativas especiales, las entidades territoriales, asambleas y concejos, las
contralorías y personerías territoriales y todos los demás órganos estatales de cualquier nivel
que tengan personería jurídica.
En todo caso, el Presidente de la República podrá celebrar contratos a nombre de la Nación (Ley
38/89, artículo 91. Ley 179/94, artículo 51).”(Subrayado fuera del texto)
Es decir, a pesar de que la Ley 80 de 1993 no las consagre expresamente, el Estatuto les ha
otorgado a las Asambleas Departamentales la capacidad para contratar, considerando su autonomía
administrativa y presupuestal.
De otra parte, al tener capacidad contractual, su capacidad para ser parte en los procesos resulta
evidente. En efecto, en virtud del artículo 149 del Código Contencioso Administrativo, los
organismos autorizados por el legislador para contratar, también están facultados intervenir en
representación de dichas dependencias en los procesos contenciosos que contra ellos se surta con
ocasión del contrato.
Con base en lo anterior, debe determinarse si existió por parte del juez una vía de hecho en la
decisión contenida en el auto del 27 de mayo de 2004 del Tribunal Superior de Ibagué, que revocó
el mandamiento de pago preferido contra la Asamblea Departamental del Tolima, considerando que
ésta no contaba con la capacidad para ser parte del proceso.
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
A. Hechos
C. Actuaciones procesales
A. Primera Instancia
III. PRUEBAS
A. A. Competencia
B. Fundamentos jurídicos
Problema jurídico
1 M.P. Fabio Moron Díaz. En esta oportunidad la Corte dejó sentado que la procedencia de la acción de tutela
contra providencias judiciales se da cuando el funcionario ha proferido una decisión tal que, por arbitraria e
ilegítima, no puede ser considerada una providencia judicial propiamente dicha.
Recientemente, en sentencia C-590 de 20052, la Corte Constitucional
consideró que como regla general la acción de tutela no procede contra
decisiones judiciales. Lo anterior, en virtud del hecho que las sentencias
judiciales constituyen ámbitos ordinarios de reconocimiento y realización de
los derechos fundamentales proferidos por funcionarios profesionalmente
formados para aplicar la Constitución y la ley; por el valor de cosa juzgada,
por la garantía del principio de seguridad jurídica y, en tercer lugar, por el
principio de la autonomía e independencia que caracteriza a la jurisdicción en
la estructura del poder público inherente a un régimen democrático.
3 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra. En esta oportunidad se estudió el caso de un proceso laboral para el
reconocimiento de una pensión, en la cual la accionante estimó que las decisiones judiciales de primera y
segunda instancia dieron aplicación indebida al artículo 46 de la Ley 100 de 1993.
4 M.P. Manuel José Cepeda.
Con el fin de estudiar estos puntos deberá analizarse dos temas
fundamentales: (i) la naturaleza del proceso ejecutivo de ejecución y las
taxatividad de sus excepciones y (ii) la representación de las Asambleas
departamentales dentro de los procesos judiciales, cuando la controversia
puede provenir de un contrato estatal.
Es por ello, que el artículo 509 establece que en los procesos ejecutivos de
ejecución de providencias judiciales, sólo es posible alegar las excepciones y
nulidades establecidas taxativamente en dicha disposición, teniendo en cuenta
que nos encontramos en presencia de una decisión ejecutoriada frente a la
cual debieron proponerse los recursos y excepciones correspondientes.
(...)
Lo anterior significa entonces que, para determinar la capacidad para ser parte
en un proceso, debe establecerse la materia de la controversia, que en el
presente asunto parece surgir de un contrato estatal.
Con base en lo anterior, debe determinarse si existió por parte del juez una vía
de hecho en la decisión contenida en el auto del 27 de mayo de 2004 del
Tribunal Superior de Ibagué, que revocó el mandamiento de pago preferido
contra la Asamblea Departamental del Tolima, considerando que ésta no
contaba con la capacidad para ser parte del proceso.
C. Caso concreto
En cuanto a las nulidades de los numerales 7 y 9 del artículo 140 del Código
de Procedimiento Civil, no se presentan, en razón de que no se está alegando
la indebida representación de la Asamblea, sino la falta de capacidad para ser
parte en el proceso, que es un asunto diferente. Además, no se presenta la
causal 9, toda vez que no se alegó que la notificación de la Asamblea se
hubiera hecho en forma ilegal.
En segundo lugar, en virtud del parágrafo 1 del artículo 149 del Código
Contencioso Administrativo, modificado por el artículo 49 de la Ley 446 de
1998, la Asamblea se encuentra facultada para ser parte en los procesos que se
presenten con ocasión de la celebración y ejecución de los contratos estatales
por ella suscritos, a través del funcionario de mayor jerarquía, esto es el
Presidente de la Asamblea.9
7 “ARTICULO 110. Los órganos que son una sección en el Presupuesto General de la Nación, tendrán la
capacidad de contratar y comprometer a nombre de la persona jurídica de la cuál hagan parte, y ordenar el
gasto en desarrollo de las apropiaciones incorporadas en la respectiva sección, lo que constituye la
autonomía presupuestal a que se refieren la Constitución Política y la ley. Estas facultades estarán en
cabeza del jefe de cada órgano quien podrá delegarlas en funcionarios del nivel directivo o quien haga sus
veces, y serán ejercidas teniendo en cuenta las normas consagradas en el Estatuto General de Contratación
de la Administración Pública y en las disposiciones legales vigentes. En la sección correspondiente a la
rama legislativa estas capacidades se ejercerán en la forma arriba indicada y de manera independiente por
el Senado y la Cámara de Representantes; igualmente, en la sección correspondiente a la rama judicial
serán ejercidas por la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura.
En los mismos términos y condiciones tendrán estas capacidades las superintendencias, unidades
administrativas especiales, las entidades territoriales, asambleas y concejos, las contralorías y personerías
territoriales y todos los demás órganos estatales de cualquier nivel que tengan personería jurídica.
En todo caso, el Presidente de la República podrá celebrar contratos a nombre de la Nación (Ley 38/89,
artículo 91. Ley 179/94, artículo 51).”(Subrayado fuera del texto)”
8 El artículo 32 de la Ley 80 establece “Son contratos estatales todos los actos jurídicos generadores de
obligaciones que celebren las entidades a que se refiere el presente estatuto, previstos en el derecho privado
o en disposiciones especiales, o derivados del ejercicio de la autonomía de la voluntad, así como los que, a
título enunciativo, se definen a continuación:
Son contratos de prestación de servicios los que celebren las entidades estatales para desarrollar
actividades relacionadas con la administración o funcionamiento de la entidad. Estos contratos sólo podrán
celebrarse con personas naturales cuando dichas actividades no puedan realizarse con personal de planta o
requieran conocimientos especializados.
En ningún caso estos contratos generan relación laboral ni prestaciones sociales y se celebrarán por el
término estrictamente indispensable.”
9 “ARTICULO 49. REPRESENTACION DE LAS PERSONAS DE DERECHO PÚBLICO. El artículo 149 del
Código Contencioso Administrativo, quedará así:
"Artículo 149. Representación de las personas de derecho público. Las entidades públicas y las privadas que
cumplan funciones públicas podrán obrar como demandantes, demandadas o intervinientes en los procesos
Contencioso Administrativos, por medio de sus representantes, debidamente acreditados. Ellas podrán
incoar todas las acciones previstas en este Código si las circunstancias lo ameritan.
En los procesos Contencioso Administrativos la Nación estará representada por el Ministro, Director de
Departamento Administrativo, Superintendente, Registrador Nacional del Estado Civil, Fiscal General,
Procurador o Contralor o por la persona de mayor jerarquía en la entidad que expidió el acto o produjo el
hecho.
El Presidente del Senado representa a la Nación en cuanto se relacione con el Congreso. La Nación-Rama
Judicial estará representada por el Director Ejecutivo de Administración Judicial.
En los procesos sobre impuestos, tasas o contribuciones, la representación de las entidades públicas la
tendrán el Director General de Impuestos y Aduanas Nacionales en lo de su competencia, o el funcionario
que expidió el acto.
RESUELVE
CUARTO: Para los efectos del artículo 36 del Decreto 2591 de 1991, el
juzgado de origen hará las notificaciones y tomará las medidas conducentes
para el cumplimiento de esta sentencia.
PARAGRAFO 2o. Cuando el contrato haya sido suscrito directamente por el Presidente de la República en
nombre de la Nación, la representación de ésta se ejerce por él o por su delegado."
HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO
Magistrado