Las Medidas Alternativas A La Pena Privativa de La Libertad
Las Medidas Alternativas A La Pena Privativa de La Libertad
Las Medidas Alternativas A La Pena Privativa de La Libertad
El artículo 28 del Código Penal reconoce como clases de pena a la privativa de libertad
(temporal y cadena perpetua), a la restrictiva de la libertad1 (expulsión), a la limitativa de
derechos (prestación de servicios a la comunidad, limitación de días libres e inhabilitación), y
a la multa.
Esta regulación del sistema de penas ha sido modificada en varias ocasiones. Así por ejemplo,
mediante la Ley N° 29460, del 27 de noviembre de 2009, se eliminó la pena de expatriación.
Y, por su parte, mediante la Ley N° 29499, del 19 de enero de 2010, se incorporó la pena de
vigilancia electrónica personal.
Hoy en día la aplicación de la pena privativa de la libertad viene siendo criticada, pues; se ha
comprobado que no cumple a carta cabal con el objeto del régimen penitenciario consistente
en reeducar, rehabilitar y reincorporar al penado a la sociedad. Asimismo; la ejecución de esta
pena conlleva a males aún mayores de los que han generado su asignación, pues las cárceles se
convierten en verdaderas escuelas del delito, donde se proliferan males como el hacinamiento,
promiscuidad, tráfico y consumo de drogas, SIDA, etc. Además, produce en la persona una
fuerte estigmatización que limita en muchos casos su readaptación social y laboral.
Según lo expuesto, podemos afirmar que la imposición de una pena privativa de la libertad
efectiva genera una gran nocividad, es por ello que ante la comisión de delitos de poca
significancia y en atención a las condiciones personales del agente, se haya diseñado en un
catálogo de medidas alternativas a la pena privativa de la libertad.
El presente trabajo tiene por propósito desarrollar las medidas alternativas a la pena privativa
de la libertad. En la primera parte desarrollaremos nociones relevantes como el concepto así
como algunos alcances generales del tema. En la segunda parte abarcaremos de manera breve
las principales medidas alternativas contenidas en nuestro ordenamiento jurídico penal y en la
legislación internacional. Finalmente esbozaremos algunas conclusiones sobre el referido
tema.
1
Originalmente la redacción del Código Penal establecía también como clase de pena a la restrictiva de libertad
con sus dos modalidades la expatriación y la expulsión.
I. Nociones relevantes
1. Concepto
2. Cuestiones generales
Las medidas alternativas, tienen como fundamento neutralizar el acceso a la prisión por
breves periodos de tiempo. Sobre todo en atención a que la experiencia criminológica
demuestra que este tipo de encarcelamientos breves, resultan estigmatizantes y negativos
para el condenado. Y además al contrariar toda expectativa de prevención general o
especial resienten las exigencias del principio de humanidad4.
2
Medidas alternativas a la Pena Privativa de la Libertad, Capítulo V, Academia Nacional de la Magistratura.
Pp.61.
3
HUGO VIZCARDO, Silfredo, “Derecho Penitenciario Peruano”, edición 2004, pp.61.
4 Cfr. M. Cobo del Rosal - T - S. Vives Antón. Derecho Penal. Parte General. 2da Ed. Tirant Lo Blanch. Valencia,
1987, p. 633 Cfr. M. Cobo del Rosal - T - S. Vives Antón. Derecho Penal. Parte General. 2da Ed. Tirant Lo Blanch.
Valencia, 1987, p. 633.
pág. 3
En el caso de tratarse de delitos graves con penas privativas de la libertad elevadas no es
posible la aplicación de las medidas alternativas por lo que "La Comisión Revisora, a pesar
de reconocer la potencia criminógena de la prisión, considera que la pena privativa de
libertad mantiene todavía su actualidad como respuesta para los delitos que son
incuestionablemente graves. De esta premisa se desprende la urgencia de buscar otras
medidas sancionadoras para ser aplicadas a los delincuentes de poca peligrosidad, o que
han cometido hechos delictuosos que no revisten mayor gravedad. Por otro lado, los
elevados gastos que demandan la construcción y el sostenimiento de un centro
penitenciario, obligan a imaginar formas de sanciones para los infractores que no amenacen
significativamente la paz social y la seguridad colectivos5"
3. Principales Características
pág. 4
relegitimación de la cárcel, no apoyando en nada las propuestas superadoras de la
prisión, que son enarboladas desde la criminología crítica y el abolicionismo.
En otros términos: el uso de medidas alternativas tendría un signo reaccionario y
simbólico, serían más que alternativas "complementos" de la cárcel.6
6
(Cfr. Elena Larrauri. Las paradojas de Importar Alternativas a la Cárcel en el Derecho Penal Español, en Derecho
Penal y Criminología Nº 43, 1991, p. 139 y ss.).
pág. 5
II. Medidas alternativas a la pena privativa de la libertad
Las reglas mínimas de Tokio tienen por propósito incentivar la imposición de medidas
alternativas que no priven a la persona del máximo bien jurídico del cual dispone que es la
libertad ambulatoria, y lo más importante reconocen que es posible castigar y rehabilitar a
una persona sin que ello implique tener que mandarlo a la cárcel.
- Multa
pág. 6
- También opera para la prestación de servicios a la comunidad y limitación de días
libres
e) Exención de Pena.
Es importante precisar que, además de las clases de penas contenidas como tales en el
artículo 28 del Código penal, existe la pena de vigilancia electrónica personal que también
puede aplicarse como medida alternativa a la pena privativa de la libertad.
7
Se aplica de manera autónoma e independiente cuando se encuentra específicamente señalada en la ley penal
para cada delito. Por Ejemplo; el delito de injuria tipificado en el artículo 130 del Código penal que sanciona con
prestación de servicios a la comunidad de 10 a 40 jornadas…
8
A criterio del Juez la pena privativa de libertad podrá ser sustituida cuando la sanción no sea superior a cuatro
años de pena privativa de la libertad conforme al artículo 52 del Código Penal.
pág. 7
comunidad contribuye con el fin resocializador de la pena y disminuye los
efectos estigmatizantes.
Por otro lado, también se han formulado críticas, como aquellas que sostiene
que los servicios o trabajos prestados adolecen de eficiencia y productividad
por derivar de personas improvisadas; o incluso que el trabajo del penado
puede ser una forma de competencia negativa para las fuentes del trabajo del
ciudadano libre. De igual forma se cuestiona los problemas logísticos para su
aplicación y su tinte infamante9.
9
HUGO VIZCARDO, Silfredo, “Derecho Penitenciario Peruano”, edición 2004, pp.63.
pág. 8
1.1.2. Limitación de días libres
Esta pena también constituye una pena alternativa y sustitutiva a la pena
privativa de la libertad. También es conocida con el nombre de arresto
domiciliario, arresto de fin de semana o semidetención. De conformidad con el
artículo 35 del Código Penal consiste en la permanencia del condenado en un
establecimiento organizado con fines educativos y sin las características de un
centro carcelario los días sábados, domingos y feriados por un mínimo de 10 y
un máximo de 16 horas en total por cada fin de semana. Esta pena puede
extenderse de 10 a 156 jornadas de limitación semanales.
Esta pena al igual que la anterior contribuye con el fin resocializador, pues no
aparta al condenado de su entorno familiar, social y laboral.
La aplicación objetiva de esta pena se regula en los artículos 122 al 124 del
Código de Ejecución Penal.
La crítica más resaltante en contra de esta pena tiene que ver con la falta de
recursos, infraestructura y un reglamento que hacen imposible la
implementación real y efectiva de este tipo de pena, sin embargo a la fecha se
ha implementado la ley 27030, que contiene normas para la aplicación de esta
modalidad.
Cabe precisar que ambas medidas sustitutivas a la pena privativa de la libertad deberán de
ser elegidas por el Juez en función a las condiciones personales del condenado y al tipo de
delito cometido. Su elección debe, pues, ser debidamente motivada. No cabe aplicar reglas
de conducta u obligaciones complementarias al condenado. Este únicamente queda
comprometido a cumplir la pena sustituta.
1.2.1. Multa
Esta pena es un medio más de conversión de las penas privativas de la libertad.
Se encuentra regulada en los artículos 41 al 44 del Código Penal y consiste en
el pago de una cantidad de dinero que el condenado debe entregar a favor del
Estado, por haber sido autor o partícipe de un hecho punible, en días multa.
pág. 9
De modo similar, BRAMONT ARIAS precisa que ella consiste “en la
obligación impuesta al penado de satisfacer al Estado
determinada suma de dinero en calidad de pena”
El día multa es equivalente al ingreso promedio diario del condenado
atendiendo a su patrimonio, rentas, remuneraciones, nivel de gasto y demás
signos exteriores de riqueza.
Existe un límite para ejecutar el día multa y consiste en que no se podrá
obligar al condenado al pago inferior al 25% ni superior al 50% de su ingreso
cuando esté viva exclusivamente de su trabajo. Al momento de establecer el
monto de la multa se debe fijar el plazo perentorio para el pago y el
apercibimiento de conversión en caso de incumplimiento.
La pena de multa tendrá una extensión de un mínimo de 10 días multa a un
máximo de 365 días multa, salvo disposición distinta.
El pago de esta pena deberá de realizarse a los 10 días de impuesta, pudiendo
pagarse en cuotas, cuando el condenado lo haya solicitado y de acuerdo a las
circunstancias.
La multa podrá ser descontada de la remuneración del condenado cuando se
aplica aisladamente o cuando se aplica acumulativamente con pena limitativa
de derechos o fuera concedida la suspensión condicional de la pena.
Una cuestión positiva de esta pena es que no genera ningún gasto para el
estado al contrario contribuye con el incremento del tesoro público, además
con esta sanción el condenado no pierde su trabajo ni pierde contacto con su
familia.
pág. 10
1.3. Suspensión de la ejecución de la pena
Se le conoce bajo distintas denominaciones, pero las más admitidas en el Derecho
Penal comparado son condena condicional, suspensión de la ejecución de la pena y
probation. Consiste en un tratamiento de libertad que suspende el cumplimiento de la
pena en prisión, quedando sometido el sujeto a un estadio de control y vigilancia por
parte de la autoridad judicial, como afirma el Dr. Hurtado Pozo es una modalidad de
ejecución de la pena y, si se tiene en cuenta sus fines, constituye un medio para
resocializar al condenado10.
Esta medida se encuentra recogida en el artículo 57 del Código Penal y precisa tres
requisitos que el Juez debe tomar en cuenta para su aplicación:
10
Jurisprudencia vinculante citada en el Código Penal de 1991. Suspensión de la ejecución de la pena y reserva
del fallo, Anuario de Derecho Penal N° 99. Pp. 237.
11
Al suspender la ejecución de la pena, el juez impone las siguientes reglas de conducta que sean aplicables al
caso:
1. Prohibición de frecuentar determinados lugares;
2. Prohibición de ausentarse del lugar donde reside sin autorización del juez;
3. Comparecer mensualmente al juzgado, personal y obligatoriamente, para informar y justificar sus actividades;
4. Reparar los daños ocasionados por el delito o cumplir con su pago fraccionado, salvo cuando demuestre que
está en imposibilidad de hacerlo;
5. Prohibición de poseer objetos susceptibles de facilitar la realización de otro delito;
6. Obligación de someterse a un tratamiento de desintoxicación de drogas o alcohol;
7. Obligación de seguir tratamiento o programas laborales o educativos, organizados por la autoridad de
ejecución penal o institución competente; o,
8. Los demás deberes adecuados a la rehabilitación social del agente, siempre que no atenten contra la dignidad
del condenado."
pág. 11
Tales reglas y obligaciones deben ser observadas por el condenado durante un plazo
de tiempo que se expresa en la ley o en la sentencia, y que se le denomina período
de prueba. Si el plazo mencionado se vence sin que haya mediado incumplimiento
de reglas o comisión de nuevo delito, se da por extinguida la pena y se suprime la
condena de los registros judiciales correspondientes. Caso contrario, procederán a
aplicarse al condenado mayores restricciones o se le revocará la suspensión,
debiendo, en consecuencia, de cumplir en su totalidad la pena privativa de libertad
que se le impuso en la sentencia.
1. Amonestar al infractor12;
2. Prorrogar el periodo de suspensión hasta la mitad del plazo inicialmente fijado.
En ningún caso la prórroga acumulada excederá de tres años;13 o,
3. Revocar la suspensión de la pena14.
La revocación de la suspensión en la ejecución de la pena privativa de la libertad se
encuentra regulada en el art. 60 del Código Penal y opera cuando durante el periodo
de prueba el condenado vuelve a cometer un delito doloso con pena superior a tres
años de pena privativa de la libertad, en cuyo caso se ejecutara la pena suspendida
condicionalmente y la que corresponda por el segundo hecho punible.
12
La que puede materializarse en acto público y con concurrencia del condenado a la sede del Juzgado o,
también, por intermedio de una notificación judicial.
13
Ello quiere decir que en su extremo máximo, si el plazo de prueba inicial fue de tres años esté con la adición
límite que establece el artículo 59º podría alcanzar los seis años. Ahora bien, la cuantificación y determinación
de la prórroga deben ser decididos por el Juez en atención a las necesidades y características de cada caso.
14
Se trata de la sanción más severa, por lo que su uso debe ser excepcional y luego de haberse aplicado las
sanciones precedentes de amonestación o de prórroga. En todo caso, su uso debe limitarse, en lo posible, al
hecho de que el sentenciado haya cometido nuevo delito, mereciendo por ello otra condena
pág. 12
Es decir; Juez deja en suspenso la condena y el señalamiento de una pena para el
sentenciado.
En términos concretos la medida supone que en la sentencia se declara formalmente
la culpabilidad del procesado, pero éste no es condenado ni se le impone, por tanto
pena alguna. El fallo de condena queda de momento suspendido y se condiciona su
pronunciamiento a la observancia de reglas de conducta durante un régimen de
prueba, dentro del cual el sentenciado deberá abstenerse de cometer nuevo delito y
tendrá que cumplir las reglas de conducta que le señale el Juez.
Si el período de prueba concluye sin infracción de las reglas impuestas, ni comisión
de nuevo delito, el juzgamiento se deja sin efecto. Pero si, por el contrario, se incurre
en infracción o se vuelve a delinquir, el Juez puede disponer la revocatoria de la
reserva y el consiguiente pronunciamiento del fallo condenatorio con el
señalamiento de la pena que deberá cumplir el sentenciado.
Ahora bien, el efecto procesal de la reserva del fallo es que no genera antecedentes
al sentenciado, puesto que el no haber condena, no cabe inscripción en el Registro
Judicial correspondiente.
Conforme al artículo 62º la reserva del fallo condenatorio, procede cuando
concurren los siguientes presupuestos:
a) Que el delito esté sancionado con una pena conminada no superior a tres años de
pena privativa de libertad o con multa; o con prestación de servicios a la comunidad
o limitación de días libres que no excedan a 90 jornadas semanales; o con
inhabilitación no superior a dos años.
b) Que el Juez en atención a las circunstancias del hecho y a la personalidad del
agente, asuma un pronóstico favorable de conducta futura del imputado.
Como en el caso de la suspensión condicional de la pena, la Reserva del Fallo es
una medida de uso facultativo para el Juez. El, por consiguiente, al aplicar la medida
debe estar convencido que en el caso concreto, por razones de prevención especial,
no es necesario condenar al procesado, pese a que en el proceso se ha acreditado su
culpabilidad.
La revocatoria de la reserva del fallo condenatorio también procede, si el agente
comete nuevo delito doloso durante el período de prueba (Art. 66º). Sin embargo,
la ley considera dos supuestos: Primero, la revocatoria será facultativa cuando por
el nuevo delito cometido se imponga pena privativa de libertad inferior a tres años.
pág. 13
Y, segundo, la revocatoria será obligatoria si el nuevo delito cometido por el
sentenciado tiene pena conminada superior a tres años.
Ahora bien, la Reserva del Fallo Condenatorio ha tenido una tímida acogida en la
Magistratura Penal nacional. Por fuerza de la costumbre y falta de información, esta
importante medida alternativa fue inicialmente relegada por la aplicación de la
suspensión de la ejecución de la pena. No obstante, con el transcurso del tiempo su
utilización jurisdiccional se ha hecho más frecuente, sobre todo en delitos como la
usurpación de inmuebles, la violación de la libertad de trabajo, el abuso de autoridad
innominado, la receptación simple, y en las faltas.
pág. 14
1.6. Pena De Vigilancia Electrónica Personal
Una de las penas que también consideramos importante mencionar por tratarse de
una alternativa a la pena privativa de la libertad es la pena de vigilancia electrónica
personal. Fue introducida por la Ley 29499 del 19 de enero de 2010 al Código penal
regulándose en el artículo 29-A, si bien hasta el momento no ha sido reglamentada,
presenta al juez (y al condenado) una alternativa a la prisión efectiva como
mecanismo de sanción.
Las personas sujetas a esta medida deberán llevar un brazalete u objeto similar que
no se podrán quitar, a fin de monitorear que no salgan del espacio geográfico al que
se ha limitado su posibilidad de desplazamiento. Así, el propio artículo 1º de la
citada norma precisa más adelante que, dependiendo de la situación del destinatario
de la medida –procesado o condenado- ésta tendrá distintos fines.
Según el artículo 29-A, entre los requisitos especiales para su aplicación, destacan
que el condenado no haya sido sujeto de previa sentencia condenatoria por delito
doloso; que acredite con un informe técnico aspectos de su vida familiar, laboral y
social que resulten compatibles con su condición de pena no privativa de libertad;
y que se fije su domicilio – u otro lugar afín - como el lugar de ejecución de la
pena. Asimismo, se prevé que esta pena es principalmente aplicable, entre otros, a
personas mayores de 65 años, o a quienes padezcan de enfermedades graves, a
mujeres gestantes y discapacitados, finalmente se requiere la aceptación expresa del
condenado. En tanto falte esta aceptación, esta pena será convertida a privativa de
libertad. De acuerdo con el artículo 4º de dicha norma, el cual incorpora el artículo
29º A al Código Penal, cabe señalar que “. El cómputo de la aplicación de la
vigilancia electrónica personal será a razón de un día de privación de libertad por
un día de vigilancia electrónica personal. Los requisitos básicos para su aplicación
se encuentran regulados en el artículo 3º de la norma en cuestión precisa en su literal
b) que la vigilancia electrónica personal procede “b) Para el caso de los condenados
pág. 15
que tengan impuesta una sentencia condenatoria de pena privativa de libertad
efectiva no mayor a seis (6) años.”
¿Qué sucede si el condenado sale del radio de acción que le fue asignado? El
artículo 10º de la ley en cuestión precisa que “Si el procesado o condenado
incumple alguna de las obligaciones o restricciones impuestas al concederle la
medida o pena de vigilancia electrónica personal, el juez, de oficio o a petición del
fiscal, ordenará su internamiento en un establecimiento penitenciario.”
15
Citado por José María Rodríguez Devesa - Alfonso Serrano Gómez. Derecho Penal Español. Parte General. Ed.
Décimo Séptima. DYKINSON. Madrid, 1994, pp. 906 y 907.
pág. 16
- Arresto Domiciliario.
- Prestación de Trabajos o Servicios al Estado o Instituciones Oficiales Semioficiales.
- Reparación de los Daños causados.
- Asistencia Obligatoria a Centros de Educación.
- Promesa con Fianza o sin ella de observar buena conducta en un período de tiempo.
- Amonestación o Represión Judicial o Administrativa a puerta cerrada o en sesión
pública.
- Obligación de comparecer durante un corto tiempo periódicamente ante una autoridad
determinada.
- El perdón Judicial.
- La Revocación temporal o definitiva del permiso de conducir.
- Prohibición de ausentarse del país durante un tiempo no mayor de seis meses, sin
previa autorización judicial o administrativa.
- Obligación de someterse al cuidado o asistencia de un servicio social con el fin de
seguir un tratamiento como paciente externo durante cierto período.
pág. 17
- Alguna combinación de las sanciones precedentes.
pág. 18
Conclusiones
Las penas alternativas resultan ser medidas menos gravosas que la pena privativa de la
libertad y contribuyen a la no estigmatización de los condenados por delitos no graves,
Son mecanismos o procedimientos normativos que contribuyen con el cumplimiento de
los fines resocializadores de la pena.
Son aplicables a los condenados por delitos con pena de corta curación, en la mayoría de
los casos, penas inferiores a los 4 años de pena privativa de la libertad.
Las penas alternativas consideradas en el Código penal como tales según la doctrina son:
penas sustitutivas (prestación de servicios a la comunidad, limitación de días libres), penas
de conversión de la pena privativa de la libertad (multa y las dos penas anteriormente
mencionadas), penas de suspensión en su ejecución (reglas de conducta), reserva del fallo
condenatorio y exención de la pena. Sin embargo también se debe considerar que la reciente
pena de vigilancia electrónica personal también constituye una alternativa a la pena
privativa de la libertad.
A nivel internacional, las medidas alternativas a la pena privativa de la libertad se hallan
reguladas en las Reglas Mínimas sobre las medidas no privativas de la libertad o Reglas de
Tokio.
pág. 19
FUENTES
Libros
Lincografia
Legislación
Código Penal.
Código de Ejecución Penal.
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