Adulto Mayor
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NORMA YANCE
2019
ALIMENTACION EN EL ADULTO MAYOR
Una buena alimentación es fundamental en cada una de las etapas de nuestra vida
desde la infancia hasta la vejez. Los aspectos básicos de una dieta son los mismos a lo
largo de nuestra vida, pero las necesidades nutricionales individuales cambian a medida
que vamos envejeciendo.
En tanto, los adultos mayores necesitan incluir dos porciones o 90 gramos de proteína
diariamente en su dieta. Algunas opciones son carne, pollo, pescado y si éstos resultan
difíciles de masticar puede suplirlos por huevos o frijoles.
Además, en la medida que vamos envejeciendo, aumentan nuestros requerimientos de
calcio. Para mantener la masa ósea y reducir el riesgo de osteoporosis las
recomendaciones de calcio deben incrementarse en un 20%.
Tanto los hombres como las mujeres mayores de 50 años deben consumir al menos
1200mg. de calcio al día. La leche y sus derivados (queso, crema, yogurt) son las
mejores fuentes de calcio, al igual que los vegetales de hoja verde y las sardinas.
Nunca es demasiado tarde para consumir más calcio, aunque también es necesario
consumir suficiente vitamina D para poder absorberlo y realizar al menos 30 minutos
de ejercicio diariamente.
La deficiencia de hierro es un problema común a medida que envejecemos y esto por
lo general provoca anemia, cuyos síntomas son debilidad, fatiga y deterioro de la salud.
La vitamina C, contenida en frutos cítricos, ayuda a nuestro organismo a absorber el
hierro de los alimentos que lo contienen. Además es un excelente antioxidante lo
contribuye a retrasar el proceso de deterioro del organismo.
El zinc ayuda al organismo a combatir infecciones y a reparar los tejidos enfermos. Sus
principales fuentes son: carne, mariscos, productos de grano y la leche.
Cada persona es diferente, por lo que es recomendable consultar con el médico cuáles
son sus requerimientos alimenticios para su caso en particular tomando en cuenta su
edad, estado de salud y la actividad que realiza diariamente.
Prevenir la desnutrición en el Adulto Mayor
Se trata de un problema de salud grave a cualquier edad, pero en los ancianos el cuerpo
necesita de nutrientes clave para no estar débil y no caer enfermo
Es común que durante la tercera edad se presenten problemas de desnutrición debido
a que disminuye el consumo de alimentos y la capacidad de absorber nutrientes,
además de que hay dificultad para masticar.
Y también, con el paso del tiempo, el metabolismo (proceso que permite asimilar
adecuadamente vitaminas, minerales, proteínas y grasas) se hace lento, lo cual
ocasiona que las exigencias calóricas sean menores.
Sin embargo, las necesidades de proteínas, vitaminas y minerales siguen siendo las
mismas que las de cualquier persona, con excepción de las grasas y azúcares, ya que
estos deben reducirse para evitar que padecimientos como hipertensión, diabetes,
obesidad y colesterol elevado se presenten o agraven.
Problemas de la desnutrición
La especialista afirmó que la desnutrición en las personas mayores puede provocar
diversos problemas de salud, tales como:
-Debilidad del sistema inmunitario que aumenta el riesgo de infecciones
-Mala cicatrización de heridas
-Debilidad muscular y menos masa ósea que pueden llevar a caídas y fracturas
-Más riesgo de hospitalización
-Mayor riesgo de muerte
Las causas de la desnutrición pueden parecer claras: muy poca comida o una
alimentación carente de nutrientes. Sin embargo, la desnutrición suele, en realidad, ser
producto de una combinación de problemas físicos, sociales y psicológicos. Por
ejemplo:
-Ingresos limitados. Algunas personas mayores tal vez tengan problemas para
comprar comestibles, especialmente cuando necesitan medicamentos costosos.
-Contacto social reducido. Es posible que las personas mayores que comen solas
no disfruten de las comidas como solían hacerlo y que, por ello, pierdan interés en
cocinar y comer.
Detectar la desnutrición
Los signos de desnutrición en las personas mayores pueden ser difíciles de detectar,
sobre todo en quienes no parecen estar en riesgo; sin embargo, descubrir este tipo de
problemas en las primeras etapas puede ayudar a prevenir complicaciones.
-Observá los hábitos alimenticios de tu ser querido. Pasá tiempo con tu ser
querido mientras come en casa, no solo en ocasiones especiales. Si tu ser querido
vive solo, averiguá quién compra su comida. Si está en un hospital o en un centro de
cuidados prolongados, visitalo durante la hora de la comida.
-Vigilá si pierde peso. Ayudá a tu ser querido a vigilar su peso en casa. Podés
también vigilar otros signos de pérdida de peso, como cambios en la forma en que le
queda la ropa.