Adulto Mayor

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"Año de la lucha contra la corrupción e impunidad"

ALIMENTACION Y NUTRICION EN EL ADULTO MAYOR

ALUMNOS : EMILIANA ROSALES

NORMA YANCE

CURSO : CUIDADOS BASICOS DEL ADULTO MAYOR

PROFESORA : LIC. DEISY PORTOCARRERO PIMENTEL

2019
ALIMENTACION EN EL ADULTO MAYOR

Una buena alimentación es fundamental en cada una de las etapas de nuestra vida
desde la infancia hasta la vejez. Los aspectos básicos de una dieta son los mismos a lo
largo de nuestra vida, pero las necesidades nutricionales individuales cambian a medida
que vamos envejeciendo.

Los adultos mayores necesitan los mismos nutrientes (proteínas, carbohidratos,


grasas, vitaminas, minerales) que los jóvenes, pero en cantidades diferentes. Algunos
pueden ser más necesarios que otros. Además, para los adultos mayores la fibra es
esencial para mejorar la digestión y evitar el estreñimiento.

Conforme envejecemos, requerimos menos energía (calorías) que cuando éramos


jóvenes. Esto se debe a que los procesos naturales del organismo requieren menor
energía cuando disminuye la actividad física y hay una menor masa muscular.
Aunque los requerimientos calóricos varían de acuerdo a la edad y al nivel de actividad,
un adulto mayor requiere alrededor de 1600 calorías diariamente. Éstas deben elegirse
cuidadosamente procurando que aporten los nutrientes necesarios. La recomendación
es dividir las 1600 calorías en porciones de cada uno de los grupos incluidos en la
pirámide nutricional: por ejemplo

1. Pan y cereales: seis porciones


2. Vegetales: tres porciones
3. Frutas: dos porciones
4. Leche y sus derivados: dos porciones
5. Proteína: dos porciones
6. Grasas: Usar con moderación

En tanto, los adultos mayores necesitan incluir dos porciones o 90 gramos de proteína
diariamente en su dieta. Algunas opciones son carne, pollo, pescado y si éstos resultan
difíciles de masticar puede suplirlos por huevos o frijoles.
Además, en la medida que vamos envejeciendo, aumentan nuestros requerimientos de
calcio. Para mantener la masa ósea y reducir el riesgo de osteoporosis las
recomendaciones de calcio deben incrementarse en un 20%.
Tanto los hombres como las mujeres mayores de 50 años deben consumir al menos
1200mg. de calcio al día. La leche y sus derivados (queso, crema, yogurt) son las
mejores fuentes de calcio, al igual que los vegetales de hoja verde y las sardinas.
Nunca es demasiado tarde para consumir más calcio, aunque también es necesario
consumir suficiente vitamina D para poder absorberlo y realizar al menos 30 minutos
de ejercicio diariamente.
La deficiencia de hierro es un problema común a medida que envejecemos y esto por
lo general provoca anemia, cuyos síntomas son debilidad, fatiga y deterioro de la salud.
La vitamina C, contenida en frutos cítricos, ayuda a nuestro organismo a absorber el
hierro de los alimentos que lo contienen. Además es un excelente antioxidante lo
contribuye a retrasar el proceso de deterioro del organismo.

Los expertos recomiendan el consumo diario de entre 20 y 35 gramos de fibra (para un


adulto) para mejorar el movimiento del tubo digestivo, moderar los cambios de azúcar y
de colesterol en la sangre que se producen después de las comidas e incrementar la
eliminación de las sustancias cancerígenas producidas por las bacterias en el intestino
grueso. Se encuentra principalmente en los granos enteros, algunas frutas y verduras.

La vitamina A contenida en vegetales de hoja verde y los de color amarillo y naranja,


ayuda a los ojos a adaptarse a una luz tenue, protege nuestra piel, así como otros tejidos

El ácido fólico participa en la formación de glóbulos rojos y su carencia puede


provocar anemia. Lo contienen los vegetales de hoja verde, algunas frutas, los frijoles y
los productos de grano enriquecidos.

La vitamina B12 participa con los folatos en la elaboración de glóbulos rojos; la


ausencia de ésta provoca anemia y en algunos casos se le relaciona con problemas
neurológicos. La carne, el pescado, el pollo los huevos y los productos lácteos son una
buena fuente.

El zinc ayuda al organismo a combatir infecciones y a reparar los tejidos enfermos. Sus
principales fuentes son: carne, mariscos, productos de grano y la leche.

Los adultos mayores necesitan tomar abundantes líquidos: de 8 a 12 tazas por


día. Algunos alimentos proveen líquidos, pero aun así es necesario tomar todo tipo de
bebidas, jugos, leche, sopa, té o café, que pueden incluir además otras sustancias
nutritivas, sin olvidar la mejor opción que es el agua pura.

Cada persona es diferente, por lo que es recomendable consultar con el médico cuáles
son sus requerimientos alimenticios para su caso en particular tomando en cuenta su
edad, estado de salud y la actividad que realiza diariamente.
Prevenir la desnutrición en el Adulto Mayor

Se trata de un problema de salud grave a cualquier edad, pero en los ancianos el cuerpo
necesita de nutrientes clave para no estar débil y no caer enfermo
Es común que durante la tercera edad se presenten problemas de desnutrición debido
a que disminuye el consumo de alimentos y la capacidad de absorber nutrientes,
además de que hay dificultad para masticar.
Y también, con el paso del tiempo, el metabolismo (proceso que permite asimilar
adecuadamente vitaminas, minerales, proteínas y grasas) se hace lento, lo cual
ocasiona que las exigencias calóricas sean menores.
Sin embargo, las necesidades de proteínas, vitaminas y minerales siguen siendo las
mismas que las de cualquier persona, con excepción de las grasas y azúcares, ya que
estos deben reducirse para evitar que padecimientos como hipertensión, diabetes,
obesidad y colesterol elevado se presenten o agraven.

"La buena nutrición es fundamental para la salud y el bienestar general, pero


muchas personas mayores corren riesgo de nutrirse mal. Además, la desnutrición puede
conducir a un mayor desinterés por la comida o a la falta de apetito, lo cual solo empeora
el problema"

Problemas de la desnutrición
La especialista afirmó que la desnutrición en las personas mayores puede provocar
diversos problemas de salud, tales como:
-Debilidad del sistema inmunitario que aumenta el riesgo de infecciones
-Mala cicatrización de heridas
-Debilidad muscular y menos masa ósea que pueden llevar a caídas y fracturas
-Más riesgo de hospitalización
-Mayor riesgo de muerte

Régimen alimenticio adecuado


Los expertos nutricionistas afirman que el régimen alimenticio para una persona mayor
debe incluir cuatro comidas moderadas. El desayuno debe contemplar cereales, yogurt
bajo en grasa, fruta y té. Posteriormente, es conveniente tomar un almuerzo a base de
ensalada de pollo con verduras, que pueden ser condimentadas con aceite de oliva y/o
hierbas aromáticas (por ejemplo, hierbabuena, orégano o laurel).
En la comida es recomendable consumir caldo de verduras o pollo, carnes magras (sin
grasa) a la plancha o al vapor acompañadas de una guarnición de verduras y/o frijoles,
alubias o habas, jugo de frutas o agua y galletas o pan integral. Por último, la cena puede
componerse de un vaso con leche descremada o yogurt con cereal.
Cabe destacar que a lo largo del día, entre y durante las comidas, se debe beber gran
cantidad de agua, jugos y/o té (de 2 a 3 litros), lo cual resulta muy importante, ya que es
frecuente que las personas de edad avanzada pierdan sensibilidad a los cambios
térmicos y, en consecuencia, disminuya su sensación de sed, lo que podría derivar en
deshidratación o estreñimiento.
Además, a esta dieta puede añadírsele la ingesta de huevo dos veces por semana o
quesos combinados con frutos secos (por ejemplo, manzana, higo o dátiles).
Cómo comienza la desnutrición

Las causas de la desnutrición pueden parecer claras: muy poca comida o una
alimentación carente de nutrientes. Sin embargo, la desnutrición suele, en realidad, ser
producto de una combinación de problemas físicos, sociales y psicológicos. Por
ejemplo:

-Problemas de salud. Las personas mayores con frecuencia tienen problemas de


salud, tales como demencia o problemas dentales, que pueden disminuirles el apetito
o dificultarles comer. Otros factores que también podrían participar son la presencia de
una enfermedad crónica, el consumo de ciertos medicamentos, la existencia de
dificultades para tragar o absorber nutrientes, una hospitalización reciente, una
disminución del sentido del gusto o del olfato y problemas abdominales, como dolor o
distensión.

-Restricciones en la alimentación. Las restricciones alimentarias, como las


limitaciones en el consumo de sal, grasa, proteína o azúcar, pueden ayudar a controlar
ciertas enfermedades, pero también podrían contribuir a una mala alimentación.

-Ingresos limitados. Algunas personas mayores tal vez tengan problemas para
comprar comestibles, especialmente cuando necesitan medicamentos costosos.

-Contacto social reducido. Es posible que las personas mayores que comen solas
no disfruten de las comidas como solían hacerlo y que, por ello, pierdan interés en
cocinar y comer.

-Acceso limitado a los alimentos. Muchas personas mayores no conducen y quizás


no tengan acceso a la comida o a tipo correcto de alimentos.

-Depresión. El sufrimiento, la soledad, la mala salud, la falta de movilidad y otros


factores pueden contribuir a la depresión y provocar la pérdida del apetito.
-Alcoholismo. Beber alcohol en exceso puede interferir con la digestión y la absorción
de los nutrientes. Además, si el alcohol sustituye a la comida, pueden faltar nutrientes.

Detectar la desnutrición

Los signos de desnutrición en las personas mayores pueden ser difíciles de detectar,
sobre todo en quienes no parecen estar en riesgo; sin embargo, descubrir este tipo de
problemas en las primeras etapas puede ayudar a prevenir complicaciones.

Para detectar la desnutrición:

-Observá los hábitos alimenticios de tu ser querido. Pasá tiempo con tu ser
querido mientras come en casa, no solo en ocasiones especiales. Si tu ser querido
vive solo, averiguá quién compra su comida. Si está en un hospital o en un centro de
cuidados prolongados, visitalo durante la hora de la comida.

-Vigilá si pierde peso. Ayudá a tu ser querido a vigilar su peso en casa. Podés
también vigilar otros signos de pérdida de peso, como cambios en la forma en que le
queda la ropa.

-Mantenete pendiente ante otras señales de alerta. Además de pérdida de peso, la


desnutrición puede hacer que las heridas cicatricen mal, que aparezcan moretones
fácilmente y que se presenten problemas dentales. Puede también provocar debilidad,
la cual es posible que derive en caídas.

-Conoce los medicamentos que toma tu ser querido. Muchos medicamentos


afectan el apetito, la digestión y la absorción de nutrientes.

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