La Inspiración - David Monteza

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INSPIRACIÓN

 La cualidad que distingue a la Biblia de otros libros es precisamente la inspiración,


pero está en sí misma también es la característica más discutida por lo que
representa confusión con la exacta naturaleza de este portento.

 La inspiración de la Biblia se define como una enseñanza que Dios ha impartido


directamente a sus autores y que, sin destruir ni anular su propia individualidad, su
estilo literario o intereses personales, Dios ha transmitido en la misma Su
completo e íntimo pensamiento, y así ha quedado registrado por sus autores
humanos.

 Me parece importante que lo que entendamos por inspiración afectará


inevitablemente a lo que creamos de la Biblia.

TEORIAS SOBRE LA INSPIRACIÓN

1. Inspiración divina, verbal y plenaria

Por inspiración verbal se quiere significar que el Espíritu de Dios fue quien guió la
elección de las palabras usadas en los escritos originales. Sin embargo, la Escritura indica la
factura humana. Varios libros de la Biblia reflejan las características personales del escritor, en
estilo y vocabulario, y con frecuencia sus personalidades están expresadas en sus pensamientos,
opiniones, plegarias o temores. No obstante, aunque son evidentes los elementos humanos en la
Biblia, la doctrina de la inspiración plenaria sostiene y afirma que Dios lo dirigió, de tal forma
que todas las palabras que fueron usadas, lo fueron igualmente por Dios, e inspiradas por El. Esto
se pone de relieve por el uso de la palabra «plenaria», que significa «completa inspiración», como
término opuesto a los puntos de vista que afirman que sólo hay una parcial inspiración en la
Biblia.

La seguridad de la inspiración se aplica, por supuesto, a los escritos originales solamente


y no a las copias, traducciones o anotaciones. Como no existe ningún manuscrito original, los
eruditos se han extendido en gran medida para determinar la precisión del texto de la Biblia de
que ahora disponemos. Para el propósito de enseñar la verdad, puede presumirse y tenerse por
cierto de que nuestras presentes copias de la Biblia son exactas reproducciones de los escritos
originales. Si bien existen pequeñas variantes en el texto, tales variaciones apenas afectan
cualquier enseñanza de la Biblia y los hallazgos posteriores de manuscritos tienden a confirmar
esta conclusión.

Para todos los propósitos prácticos, el Antiguo Testamento, escrito en hebreo, y el Nuevo,
redactado en griego, pueden ser aceptados como la verdadera Palabra de Dios y una auténtica
declaración de lo que Dios intentó comunicar al hombre.

Al afirmar que la Biblia está verbal y totalmente inspirada, además de ser inerrable e
infalible en sus declaraciones de la verdad, se sostiene que la guía perfecta y sobrenatural de Dios
es suministrada a toda palabra de la Escritura, de tal forma que la Biblia pueda ser considerada
como una precisa y exacta declaración de la verdad divina.

2. Teoría mecánica o del dictado

Algunos han sostenido que Dios realmente dictó la Escritura y que los escritores de la
Biblia actuaron sólo como taquígrafos. Pero si Dios hubiese dictado la Biblia, el estilo de la
redacción y el vocabulario de la Biblia sería el mismo en toda su extensión. En muchos casos los
autores de la Escritura expresaron sus propios temores y sentimientos, o sus plegarias para la
salvación divina, y de diversas maneras dejaron la impronta de su personalidad en el registro
divino.

Ejemplo: La oración surgida del corazón de Pablo por Israel, en Romanos 9:1-3.

3. La teoría del concepto

Dice que Dios inspiró el concepto, pero no las palabras precisas. Esta opinión, no
obstante, presenta graves problemas si se piensa en que los autores humanos sólo entendieron
parcialmente lo que Dios les hubo revelado y, al hacerlo con sus propias palabras, pudieron muy
bien haber introducido errores de consideración en sus escritos.

La Biblia contradice expresamente la idea de que sólo les fue suministrado el concepto a
sus autores humanos. Una y otra vez se pone énfasis en el sentido de que las palabras de la
Sagrada Escritura han sido inspiradas. La importancia de las palabras se menciona
frecuentemente (Ex. 20:1; Jn. 6:63; 17:8; 1 Co. 2:13).
4. Inspiración parcial

Se han aventurado también otras teorías en el sentido de que sólo parte de la Biblia es
inspirada. Por ejemplo, algunos han afirmado que las porciones reveladas de la Biblia que se
refieren a la verdad divina son precisas y ciertas, pero que no pueden aceptarse las declaraciones
de tipo histórico, geográfico o científico. Emparejada con la inspiración parcial está la idea de
que algunos fragmentos de la Escritura están más inspirados que otros, y así la verdad y el error
se convierten en cuestión de grado. Esto se aplica, a veces, a lo que es conocido como la
«inspiración mística» o la idea de que Dios ayudó en diversos grados a los autores en lo que ellos
escribieron, pero no dándoles por completo la capacidad de escribir la Escritura sin error Todas
las formas de inspiración parcial dejan la inspiración a juicio del lector y, en consecuencia, la
autoridad de la Escritura se convierte en la autoridad de la persona que lee la Escritura, no
existiendo de tal forma dos lectores que estén de acuerdo con exactitud respecto a lo que hay de
verdad y lo que no lo es.

5. La opinión neo-ortodoxa de la inspiración

En el siglo XX se ha aventurado una nueva opinión o punto de vista sobre la inspiración


divina, que comienza con Karl Barth, y que se denomina neo-ortodoxa. Aunque sin negar
necesariamente que existan elementos sobrenaturales en los escritos de la Escritura, esta opinión
reconoce que hay errores en la Biblia, y de esta forma la Biblia no puede ser tomada literalmente
como verdadera.

Sostiene que Dios habla mediante las Escrituras y las utiliza como un medio para
comunicarse con nosotros. De acuerdo con este punto de vista, la Biblia se convierte en un canal
de la revelación divina.

La Biblia, considerada bajo semejante teoría, se hace verdadera sólo cuando es


comprendida, y la evidencia de verdad queda igualmente a juicio del lector individual. La historia
de este punto de vista demuestra que no hay dos personas que estén exactamente de acuerdo
respecto a lo que la Biblia enseña realmente y, al igual que la inspiración parcial, deja al
individuo como autoridad final por lo que concierne a lo que es verdad y lo que es falso.
6. Inspiración naturalista

Esta es la opinión más extrema de incredulidad y sostiene que la Biblia es igual que otro
libro cualquiera. Aunque Dios haya podido otorgar a sus autores una capacidad fuera de lo
común para expresar conceptos, es, después de todo, una producción humana sin ninguna guía
divina y sobrenatural. La Biblia, sujeta a este concepto, se convierte simplemente en cualquier
otro libro de religión, que expresa antiguos conceptos y opiniones de experiencia espiritual que
han tenido los hombres en el pasado. Esta opinión destruye cualquier distintiva afirmación
respecto a la autoridad divina de la Biblia y deja sin explicación la maravillosa y real precisión de
la Biblia.

PASAJES IMPORTANTES SOBRE LA INSPIRACIÓN

Uno de los pasajes fundamentales sobre la inspiración de la Biblia se encuentra en 2


Timoteo 3:16, donde se afirma:

«Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para reargüir, para corregir,
para instruir en justicia.» Por «Escritura» el apóstol se refiere a las «Sagradas Escrituras»
mencionadas en 2 Timoteo 3:15, incluyendo tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento.

La expresión «inspirada por Dios» es una palabra que se halla en el Nuevo Testamento
griego, theopneustos, que significa «el aliento de Dios».

Con esto se quiere significar definitivamente que la Escritura procede de Dios y por este
hecho tiene la misma perfección que caracteriza al propio Dios.

Sería absolutamente imposible para Dios el ser el autor del error. La inspiración se
extiende no tanto a los autores como a la Palabra de Dios en sí misma. En tanto que los autores
eran falibles y sujetos a error, el aliento de Dios insufló a tales autores Su infalible Palabra,
dirigiéndoles con Su divino poder, y lo que está escrito por ellos fue ciertamente la infalible
Palabra de Dios. Y porque es la Palabra de Dios, es provechosa para la doctrina o la enseñanza, y
para reprobación, corrección e instrucción en la justicia.
POSICIÓN ADVENTISTA RESPECTO A LA INSPIRACIÓN

Dios en la persona del Espíritu Santo, se ha revelado a sí mismo mediante las Sagradas
Escrituras. Él las escribió, no con sus manos, sino con otras manos, mas o menos cuarenta pares,
en un período de más de 1500 años. Y por cuanto Dios el Espíritu Santo inspiró a los escritores,
Dios entonces es el autor.

Según 2 Tim 3:16 Dios respiró en las mentes de los hombres. Ellos a su vez lo expresaron
en las palabras que se hallan en las Escrituras. Por lo tanto la inspiración es el proceso mediante
el cual Dios comunica sus verdades eternas.

Estas revelaciones fueron incorporadas en el lenguaje humano con todas sus limitaciones
e imperfecciones; sin embargo, permanecieron como el testimonio de Dios. Dios inspiró a los
hombres, no las palabras.

En algunas ocasiones los escritores expresaron las palabras exactas de Dios. Pero en la
mayoría de los casos Dios los instruyó a que describieran lo mejor que pudieran lo que habían
visto y oído. En estos últimos casos los escritores usaron sus propios estilos y palabras.

La inspiración genuina no anula la individualidad ni la razón, integridad o personalidad


del profeta.

ILUSTRACIÓN DE LA INSPIRACIÓN

La relación entre Moisés y Aarón es igual a lo que sucede con El Espíritu Santo y el
escritor bíblico. (Exo 7:1; 4:15,16).

Moisés informó a Aarón los mensajes de Dios y a su vez Aarón los comunicó al Faraón
en su propio estilo y su vocabulario. De la misma forma los escritores de la Biblia comunicaron
los divinos mandatos, pensamientos e ideas, en su propio estilo de expresión.

“Los escritores de la Biblia eran los escribientes de Dios, no su pluma”.

ELENA G. DE WHITE Y LA INSÍRACIÓN

“La inspiración no obra en las palabras del hombre ni en sus expresiones, sino en el hombre
mismo, que está imbuido con pensamientos bajo la influencia del Espíritu Santo. Pero las
palabras reciben la impresión de la mente individual. La mente divina es difundida. La mente y la
voluntad divinas se combinan con la mente y voluntad humanas. De este modo, las declaraciones
del hombre son la palabra de Dios”.

La Biblia es entonces es la verdad divina expresada en el idioma humano.

La biografía de los personajes bíblicos provee otra evidencia de la inspiración divina.

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