Proyecto Titeres

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Curso de Formación Docente con Modalidad Presencial conforme lo establecido en la

Resolución Nº 4120/2013 del Consejo General de Educación (Entre Ríos)

Institución solicitante: AGMER


Responsables por la Escuela de Formación Pedagógica y Sindical: Rita GUERRERO

Responsables del diseño y desarrollo del proyecto:


- Hugo Horacio PERUZZO
- Silvia Ester VELA

Denominación del Proyecto:


Los títeres como construcción de herramientas pedagógicas:
“Mirar nuestra propia mirada”

Justificación de la necesidad o demanda de formación:

“Discriminar es jerarquizar a los seres humanos en razón de


cualquier pretexto. Contra lo que suele creerse, no es lo contrario
de igualdad, si por tal se entiende que todos debemos ser
iguales. Por suerte no lo somos, pero todos tenemos derechos a
ser considerado y respetados igualmente, con nuestras
diferencias, esto es que lo contrario de la discriminación es el
derecho a ser diferentes, que es parejo en cada uno de
nosotros”.
Raúl Zaffaroni

Esta propuesta de formación de la Escuela de Formación Pedagógica y Sindical (EFPyS) de


AGMER, reconoce como sentido orientador lo expresado en la declaración de San José de
Costa Rica en 2015. En el ámbito del III Encuentro “Hacia un Movimiento Pedagógico
Latinoamericano” se establece que, los que somos parte de este movimiento- en este caso
AGMER, como gremio de base de CTERA-, asumimos la promoción de: “Una educación pública
que recupere la memoria histórica descorriendo los velos de la historia oficial impuesta por los
sectores dominantes; una educación pública capaz de vertebrar sentidos de inclusión, de
integración, de deconstrucción y rechazo a cualquier forma de discriminación. Una educación
pública que construya tramas basadas en la pedagogía de la liberación y en el pensamiento
crítico. Una educación pública que destierre la condición social como una limitante para el
derecho al conocimiento. Una educación pública para la convivencia pacífica, la vivencia de la
diversidad, la impugnación y la condena a la violencia de género, el cuidado de nuestros niños y
niñas”.

En el sentido de lo anterior, se toma como antecedente la experiencia del extenso recorrido por
distintos departamentos de la provincia con el programa de formación “El Teatro de Títeres,
hacia una Pedagogía de la Memoria” llevado a cabo por AGMER durante 2012-2013 y re-editado

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en 2014-2015. Con ese proyecto pretendimos como educadores y titiriteros, poner en contacto a
los docentes con el lenguaje del teatro de títeres, desarrollando sus capacidades creativas, tanto
narrativo-teatrales como plásticas, mediante el trabajo práctico para la creación, interpretación y
puesta en escena, de breves secuencias dramáticas abordadas desde la técnica del teatro de
Títeres, vinculadas con la problemática de los derechos humanos y la construcción colectiva de
la memoria en distintos espacios educativos, y en particular, en escuelas de nivel primario y
secundario e Institutos de Formación Docente.

Durante ese proceso de formación sindical observamos, que en diálogos informales y puestas
en escenas grupales, se hizo presente la necesidad de profundizar en aspectos de una
problemática en particular y que plantea cierta complejidad en su abordaje desde la perspectiva
docente: la discriminación, y sus implicaciones en el tejido social y escolar. Así como,
advertimos la valorización positiva respecto de las herramientas que brinda el teatro de títeres
para el abordaje colectivo de problemáticas tan complejas en el contexto de las políticas de
inclusión que potencian que cientos de niños y jóvenes están incorporados al Sistema Educativo.
Sabemos que desarticular las representaciones sociales, que como prejuicios y discriminación,
dividen a los sujetos en la sociedad es una tarea que nos implica a todos los ciudadanos, pero,
cuando se trata de su abordaje en la comunidad educativa, su impronta adquiere un valor aún
más sustancial y multiplicador. En este sentido, resulta de vital importancia brindar elementos
que faciliten a los docentes, a través de su trabajo en el aula, abordar la problemática de la
inclusión social y tratar la discriminación, la xenofobia y el racismo en el contexto escolar,
aportando a la reflexión y la construcción de modos de convivencia que disminuyan la violencia
de estas prácticas en el ámbito educativo.

La escuela en su rol fundamental de internalización de normas, valores y creencias, es una caja


de resonancia de la sociedad a la que pertenece. En ella se permean sentidos y prácticas de
discriminación. Sin embargo, la escuela también tiene la capacidad de ser el motor del cambio
hacia una comunidad más diversa e inclusiva.

A través del tiempo y como producto de múltiples conquistas sociales y sindicales, se han
logrado avances positivos en la transformación del currículum escolar para evitar exclusiones,
para incluir otras miradas, para reivindicar sujetos sociales, pero el currículum oculto -ese
conjunto de ideas, sentidos y percepciones que se transmiten de manera implícita- permanece a
menudo inalterable, reproduciendo un sistema de representaciones que naturaliza una mirada
discriminatoria sobre ciertos colectivos sociales y sobre infinidad de relaciones que en ámbito
social y escolar se toman como cotidianas pero, que esconden profundas injusticias sociales.

A partir del reconocimiento de estas necesidades, proponemos una instancia de formación


artístico – pedagógica, que no supone ser una única acción para el abordaje de la discriminación
y sus implicaciones en el tejido social y escolar, entendiendo que la misma se presenta de
manera amplia y compleja. Con la formación pretendemos aportamos nuestras reflexiones y
experiencia sobre algunos planteos conceptuales y perspectivas históricas así como, compartir
algunos acercamientos a las formas en que pensamos el arte como compromiso social.

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El proyecto de formación: Los títeres como construcción de herramientas pedagógicas: “Mirar
nuestra propia mirada”, lejos está de ser un manual de soluciones. Es una alternativa que invita
a los docentes a discutir representaciones, conceptos, técnicas y textos para adecuarlos y
recrearlos desde sus propias experiencias, para el abordaje de la discriminación como
problemática histórico-social compleja y multideterminada, desde la perspectiva del arte. El arte
es emoción y es conmoción; es crítica de la realidad y apropiación de la realidad; es experiencia,
vivencia, percepción, confrontación, reelaboración; es contribución a la memoria colectiva. En
este proyecto de formación, el arte es la escusa para la reflexión colectiva y situada que
contribuya a la revisión del trabajo docente.

Perfil de los destinatarios:


El proyecto de formación: Los títeres como construcción de herramientas pedagógicas: “Mirar
nuestra propia mirada”, está destinado a trabajadores de la educación, afiliados a AGMER, de
los distintos niveles y modalidades y a estudiantes avanzados de los Institutos de Formación
Docente de la provincia de Entre Ríos.

Fundamentación:
El presente proyecto de formación toma al arte con eje para la reflexión y revisión del trabajo
docente, específicamente al teatro de títeres con los siguientes aspectos en debate, a saber:

El títere es un objeto cargado de vida. El teatro de títeres siempre ha estado ligado a la cultura
popular y clásica de los individuos. Teatro es acción dramática: el muñeco tiene que actuar; debe
dejar de ser muñeco para convertirse en personaje. Cuando se opera la metamorfosis de
muñeco- actor en el personaje, es cuando el titiritero establece el diálogo con el público y por lo
tanto establece la comunicación entre el autor y el público como valor esencial del teatro. Se
establece un circuito complejo de comunicación que va del texto, al actor –títere/personaje-, al
espectador.

De todas las definiciones formuladas sobre el títere y sus orígenes, hay una, que en el ámbito de
los titiriteros, impresiona por su profundidad y por su hermosa síntesis. Es una definición hecha a
través de la metáfora. Es la elegida no sólo por su belleza, sino también porque, como suele
ocurrir, cuando la metáfora es auténticamente poética, encierra una esencial verdad conceptual.
La misma, pertenece a uno de los talentos más grandes de la Argentina, uno de los titiriteros
más auténticos de nuestro país, el creador de la ya mítica “La Andariega”, el viejo de la barba
florecida, el trashumante incansable que lleva indisolublemente unidos al actor, al escritor y al
narrador ambulante de historias, al hombre y al artista, el entrañable: Javier Villafañe.

Decía Don Javier Villafañe, con su lenguaje puro y simple, como el de todo gran poeta: “El títere
nació en el primer amanecer, cuando el primer hombre vio por primera vez su propia sombra y
descubrió que era él y al mismo tiempo no era él. Por eso el títere, al igual que su sombra, vivirá
con él y morirá con él”. Es difícil encontrar una definición más acabada y profunda sobre la
esencia del títere y su relación con lo humano. Quizá desde otra óptica, desde atrás del retablo,
podamos aportar algunas reflexiones que complementen esta hermosa definición.

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Hay un momento único, muy particular en la vida de un docente-titiritero, y es aquel en el que,
después de engendrar una obra con sus alumnos, la ofrece a su destinatario: el público, que por
lo general son otros alumnos y sus propios compañeros de trabajo. Aquel otro término que
completa el círculo de esa relación extraña, llena de misterio, compleja, inflexible y (¿por qué
no?) amorosa. Este hecho tiene en todas las disciplinas artísticas reglas propias e
intransferibles. En las artes interpretativas o dinámicas adquiere características muy especiales,
y el teatro de títeres no escapa a ellas. Muy por el contrario, pareciera ser que en esta forma
artística se diera de manera más primaria, más arcana, más esencial. Este fenómeno de
comunión propio del arte dramático, este fenómeno de religiosidad, esta ceremonia milenaria de
reunirse en un grupo para compartir momentos trascendentes es, posiblemente, lo que ha
generado a través de los siglos lo que podríamos llamar la estética espontánea del teatro de
títeres.

Los caminos del lenguaje. Estamos ya ubicados en un nivel distinto del cotidiano. Intentamos
una forma de arte. Este intento nos obliga, nos circunscribe, nos exige el manejo de un lenguaje,
de un código muy estricto para que la comunicación real sea posible. Puede ocurrir que no
usemos el lenguaje correcto, que no nos ubiquemos en el mismo nivel de la convención.
Concretamente puede ocurrir que confundamos los planos y tratemos de comunicarnos a través
de las artes plásticas, cuando nuestro lenguaje es el dramático. Este es un error bastante
común, suponer que el eje del fenómeno titiritero pasa por el hecho plástico. Sí, como pintor o
escultor y pretendo comunicarme a través del teatro, el resultado no puede ser otro que un
desencuentro. El público va a ver teatro y se encuentra con una escultura que se mueve.

¿Qué diferencia a un títere de una escultura? ¿Qué lo distingue de un hecho plástico? Una
escultura también es un objeto. También es una representación, pero le falta acción, conflicto,
drama. Y el concepto de drama ya lleva implícito en sí mismo, un nivel de ficción. Ficción en la
acción. Y, además, una convención compartida con el público. La función dramática no sólo nos
exige movernos en un nivel de ficción, nos exige además, la existencia de un personaje
que viva en ese nivel de ficción. Nos exige una interpretación de ese personaje. Es esa
precisamente la función del actor: interpretar personajes. Pero ¿puede un títere, un objeto,
interpretar personajes? Para que esto ocurra, hace falta un sujeto que lo haga interpretar un
personaje. Hace falta un titiritero. El titiritero es, entonces, un actor que se expresa a través de
un objeto. Mientras estoy barriendo el escenario con una escoba cumplo una función utilitaria.
Cuando doto de una identidad distinta a la escoba, cuando le doy vida, le cedo mi emoción;
cuando me desdoblo en ella, le doy mi voz; cuando se desdibuja el límite entre mi yo y el yo del
personaje, cuando logro que el público comparta y comprenda las emociones de una escoba –
fusionados en un solo impulso- , recién entonces soy un titiritero.

Aquella hermosa y precisa definición de Villafañe sobre el títere, se ha hecho realidad. Aquel
primer asombro del hombre al descubrir su sombra, al observar que ésta respondía fielmente a
sus movimientos, a sus impulsos se ha hecho realidad. Aquella inolvidable vivencia de observar
algo que no es uno pero, que al mismo tiempo es uno. Esta vivencia paradójica propia del
intérprete, que Villafañe ubica en el hombre primitivo, adquiere en el titiritero características muy
particulares. En el actor, el hecho interpretativo pasa por él mismo. Todo él es un instrumento

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expresivo, y durante la representación está totalmente sumergido en su propia acción. El
desdoblamiento se sufre, se goza, se vive, pero no es perceptible. ¿Dónde termina el yo del
actor y dónde empieza Hamlet? ¿A quién ve el público, al actor o al personaje? Este fenómeno
también, es propio del titiritero, pero hay una diferencia que hace a su oficio, a su técnica, a su
vivencia. Este desdoblamiento en el titiritero es objetivable por él mismo. Puede ver a su
personaje. Lo mueve y puede técnicamente controlar sus impulsos emocionales hasta el instante
del gesto. Gesto que a su vez, realimentará la emoción del titiritero. Y aquí se nos reaparece
aquella frase de Villafañe: “Descubrió que era él, y al mismo tiempo no era él”.

La función de comunicar. Trasladándonos por unos momentos a un lugar a veces olvidado: la


parte de atrás del tradicional retablo en el teatro de títeres, que de acuerdo a las necesidades del
lugar y de la obra, se arman en las escuelas. Hagámoslo en plena función y observemos a los
docentes en su rol de titiriteros/as. Veremos a alguien que está muy concentrado, riendo o
emocionado. Puede considerarse que su entrega o compromiso interpretativo y su emoción es
total. Es el personaje. Pero, esto no es lo que el público ve. El público está viendo –al mismo
tiempo que el propio titiritero- al personaje títere. Para el público no hay opción. Ve lo que ve.
Pero para el titiritero, que está viviendo las emociones, que asume e incorpora el instrumental
como elemento esencial del arte, la situación es otra, es la de poder cumplir su función de
intérprete y comunicar.

¿Cuál es el objetivo de un espectáculo de títeres? Simplificar el mundo, suponemos, para


emplear un lenguaje sencillo que todos podamos entender. Captar al espectador, conducirlo a un
mundo nuevo. Encender sus emociones. Comulgar. Compartir.

Los mecanismos íntimos. En este arte requerimos ubicarnos en el momento de la


representación pero, también como público. Al cabo de varios años de trayectoria en el género,
no podemos dejar de preguntarnos sobre ciertas reacciones del público. ¿Por qué, en pocos
segundos, un títere puede lograr lo que a un actor le llevaría un periodo más prolongado de
tiempo? ¿Cuál es su lenguaje dramático? El títere es una máscara. Aparece y no necesita
presentación. Es el bueno, el malo, el sabio. La expectativa del público ha sido calmada. No hay
duda sobre lo que es. Sin embargo, esta máscara se muestra persona. Se muestra con todas las
contradicciones y resulta que el sabio tiene dudas, que el valiente tiene miedo, que detrás de la
risa puede estar el llanto. Somos sorprendidos porque esa cosa, ese objeto, es la vida misma.
Como público no lo esperábamos. De la misma manera, que no nos damos cuenta que estamos
viviendo cuando estamos viviendo. En el lenguaje dramático del títere el personaje está movido
por sus mecanismos más primarios, más íntimos. Se mueve por lo que siente. Vive por lo que
necesita. Ama y se ama. Cómo es y cómo se es. Con todas las virtudes y los defectos. Con las
virtudes que lo empujan hacia la belleza, la justicia y la libertad y con sus defectos que lo
fortalecen para seguir adelante en esta maravillosa aventura sin libreto previo que es la vida. Su
lenguaje dramático, nutrido y requerido por una síntesis ascética, lo obliga, lo somete y,
paradójicamente, lo libera de todo intelectualismo y de toda deshumanización.

Quizás esté ahí su esencia mágica. Un pobre objeto, un trozo de tela y cartón, asume toda la
humanidad que, lamentablemente a veces, el hombre no se anima a rescatar para sí mismo.
Síntesis, emoción pura, conflicto, verdad. Verdad en toda su dimensión. Sin falso pudor frente a

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lo bello, sin falsa humildad frente a los logros, sin hipócritas ocultamientos frente a los defectos,
sin detonantes valentías para ser mostradas, sin vergonzantes ocultamientos de los temores y
sin temores mojigatos frente al amor. Y un amor desmedido por la libertad. El hombre, ser
supremo de la naturaleza, es desnudado en toda su pavorosa y bella humanidad, por una simple
cosa, un pobre objeto de cartón y tela: un títere. En estos componentes radica el
convencimiento, de que las características creativas y lúdicas del uso del títere, ofrecen muchas
posibilidades como recurso pedagógico y una de sus principales riquezas es que condensa, en
sí mismo, distintas artes y permite aprender a desarrollar la expresión. Pero, ¿Qué importancia
tiene el arte de los títeres en la educación y en qué reside la especificidad de su lenguaje?
Debemos decir, en primer lugar que conviene inscribir al arte de los títeres en los fundamentos
de la educación por el arte en general, una cosmovisión que sostiene que, a través del arte, la
personalidad se desarrolla de manera armónica, y que por medio de la expresión estética se
logra una óptima actividad intelectual. Muchas veces, se considera al arte como un agregado en
la formación educativa, cuando en realidad debería considerárselo una actividad central, porque
mediante la inteligencia, la expresión logra su mayor posibilidad de desarrollo.

El arte de los títeres no escapa a las generales de la ley. Su riqueza específica y su aporte a la
formación están ligados, fundamentalmente, a que el títere puede considerarse un objeto
intermediario entre el sujeto y su realidad circundante. A través de ese objeto, la persona puede
establecer contactos más fluidos con su entorno. Esto tiene que ver con que el títere es un
objeto inanimado que permite mucha identificación por parte del sujeto con infinitas posibilidades
de dotarlo de vivencias internas. Esto sucede, tanto en la producción de la expresión del títere,
como en su recepción. Asumimos que el títere es un arte que reúne muchas otras artes en sí
mismo, por eso su desarrollo es sumamente enriquecedor. No se puede hacer algo a través de
un títere sin que se incluya el texto, el diseño, la realización, las relaciones espaciales, las
relaciones espacio-tiempo. En el trabajo con docentes, se trata de abordar el lenguaje expresivo
a través de un objeto con las técnicas específicas para ese lenguaje. Pero, en especial se
trabaja la técnica que consiste en poder transferir a un objeto todos los estados emocionales que
le suceden a la persona. Desarrollar las capacidades de transferencia al objeto, propia del arte
de los títeres y distinta a las que corresponden a la formación de un actor. Y es así que, el títere
ha transitado silenciosamente el paso de los años conmoviendo generación tras generación.
Hoy, en medio de las grandes comunicaciones, cobra fuerza este arte milenario. En la
actualidad un sinnúmero de grupos independientes promueven la gran riqueza que da el títere
en los más diversos ámbitos, principalmente en educación, entendiendo el uso de títeres no
como mera herramienta o motivación para desarrollar distintos temas, sino como un factor
fundamental constitutivo de un gran desafío que lleve a estudiantes y docentes a abrir las alas,
crear, estudiar, investigar y reflexionar.

La Escuela como ámbito de trabajo: Los títeres entran al aula. La escuela puede contribuir a
unir lo que está roto, a vincular los fragmentos, a tender puentes entre el pasado y el futuro.
Estas son tareas que involucran de lleno a los docentes en tanto trabajadores de la cultura. La
escuela también es un espacio para la participación y la integración; un ámbito privilegiado para
la ampliación de las posibilidades de desarrollo social y cultural del conjunto de la ciudadanía.
Cada día, una multitud de chicos y chicas ocupan nuestras aulas. Cada día, las familias
argentinas llevan sus hijos a la escuela, porque apuestan a lo que podemos darles, porque

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confían en ellos y en nosotros, los docentes. Y la escuela les abre sus puertas. Y de este modo
no sólo alberga a niños y jóvenes con sus búsquedas, necesidades y preguntas, sino también a
las familias que, de formas heterogéneas, diversas, atravesadas por dolores y renovadas
esperanzas, vuelven una y otra vez a depositar en la escuela sus anhelos y expectativas.
Nuestros son el desafío y la responsabilidad de recibir a los nuevos, ofreciéndoles lo que
tenemos y, al mismo tiempo, confiando en que ellos emprenderán la construcción de algo
distinto, algo que nosotros quizá no imaginamos todavía.

Desde hace tiempo desde estamentos públicos y gremiales se vienen generando políticas
educativas, debatiendo ideas, impulsando acciones, produciendo normativas y condiciones
efectivas en los diversos territorios para que la educación tenga un lugar central en las políticas
públicas. A este trabajo, que atraviesa a las instituciones en su conjunto, se le suma el esfuerzo
constante de conocer, reconocer, distinguir y valorar la singularidad de cada escuela, de cada
centro educativo con la necesidad de un Estado garante de derechos para todos los niños y
jóvenes, bajo un proyecto político inclusivo y plural. Del mismo modo, los sujetos que habitan las
instituciones, requieren ser contenidos en lo común, sin que sus diferencias se anulen y
necesitan ser reconocidos en sus diferencias sin que queden privados de lo común. Trabajo
difícil e imprescindible que se ha decidido emprender con las conquistas sociales y las políticas
desplegadas.

“Mirar y que te miren, pensar y que te piensen” a partir de un hecho artístico es una invitación
para que las escuelas y los sujetos que las habitan: docentes, directivos, alumnos y alumnas se
animen a revisar cómo miran y cómo son mirados, cómo piensan y cómo son pensados. El
desafío consiste en revisar esas certezas sobre la diferencia y la desigualdad, con las que a
veces, sin querer, designamos a ciertos sujetos como merecedores de derechos, y a otros como
no merecedores. Comprender las diferencias étnicas, culturales, personales, familiares,
sexuales, entre otras, en relación con procesos sociales e históricos concretos, es un paso
indispensable para abordar la inclusión dentro de las escuelas y las aulas. Formar a nuestros
estudiantes a partir de valores democráticos, de libertad, solidaridad y respeto de la diferencia y
el disenso. Estamos convencidos de que debemos seguir tomando posición frente a expresiones
y acciones que discriminan al semejante y por lo tanto profundizan la desigualdad y la injusticia.
Estamos convencidos de que las instituciones educativas son el lugar privilegiado para hacer
crecer la concepción del “otro” como “semejante al que cuidar”, como aquel que nos
complementa justamente por ser distinto, como sujeto que forma parte de un vínculo de
reconocimiento mutuo y recíproco, por el cual se instaura una relación de responsabilidad
solidaria. Estamos convencidos de que la igualdad y la no discriminación se construyen juntas,
contribuir desde nuestra experiencia a reflexionar sobre muestras miradas, representaciones,
mitos y prejuicios. Su abordaje escolar es a la vez necesario y urgente.

Algunas veces entre nosotros, vemos alzarse la voz de la intolerancia, una voz a la que a
menudo la sigue la violencia. La acusación irracional al otro, sólo por el hecho de serlo, la
estigmatización y el castigo a grupos humanos a los que se identifica colectivamente como
causantes de desgracias diversas. Estos modos son todos fantasmas de un pasado que
creíamos lejano y que hoy se corporizan entre nosotros, aun en sociedades que ostentan el
prestigio de ser baluartes históricos del avance de la “civilización”. En ciertos momentos, este

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panorama puede colocar a los educadores en el desasosiego, sobre todo cuando se enfrentan
con miradas que ponen a la Argentina, como un país donde las diferentes comunidades han
convivido y conviven en paz y juntas y han contribuido y contribuyen hoy a los mejores logros
que podemos exhibir como sociedad. Revisar esta visión idílica, revisar la historia reciente de la
integración de los pobres a la sociedad argentina que no ha estado ni está exenta de momentos
de tensión, de injusticia y aun de violencia, permitirá destacar como valor educativo a transmitir
un concepto de comunidad que integra a todos/as más allá de cualquier proveniencia o color de
piel. Contra toda intención de apartarnos de este eje axiológico, la escuela argentina debe tener
una posición clara y una acción consecuente al respecto de la discriminación.

Con este proyecto pretendemos que los trabajadores de la educación encuentren en Los títeres
como construcción de herramientas pedagógicas: “Mirar nuestra propia mirada”, elementos para
pensar esta problemática en tensión con su propia tarea: la de ser para Otros que en su
diferencia los sorprende, los completa y los desafía.

El Otro y el Arte como variable de comprensión. “Construir al Otro como Otro, catalogarlo
como diferente, no es meramente una operación clasificatoria, sino que es también explicativa y
predictiva. Clasificarlo […] es definirlo como objeto de intervención y tutelaje; es fijar los límites
de lo que podrá o no podrá nunca llegar a ser.” (Belvedere y otros, 2007: 80). Una de las tareas
que las escuelas deben asumir en la actualidad consiste en prevenir toda comprensión o
interpretación de la diferencia que conlleve o justifique una limitación en el acceso a cualquier
derecho. En la escuela, esta responsabilidad refiere a situaciones hoy bien conocidas: niños,
niñas y adolescentes con capacidades diferentes; madres y padres adolescentes, estudiantes
ingresados como requerimiento de políticas sociales, entre otros, que complejizan y ponen en
escena diversas respuestas. En este escenario quienes no “encajan” en la figura del alumno/a
esperado/a (ya sea por cultura, por formas de asumir la disciplina, por ser demasiado pobres,
por trabajar durante la infancia, por maternidad adolescente, por movilidad espacial, por
configuraciones familiares) son concebidos, en el ámbito escolar muchas veces, como aquello
que harán o hacen “mal uso” de los derechos que les reconoce el Estado. Como sujetos con
destino manifiesto, como sujetos no merecedores de ciertos derechos porque no sabrán
valorarlos 1.

En la última década se han hecho grandes esfuerzos en pos de la retención escolar en los
distintos niveles, esfuerzos obviamente destinados a incluir a quienes eran considerados
“desertores naturales”. Esto ha implicado, por un lado, romper con la lógica del merecimiento del
derecho a la educación y por el otro, exponerse a los conflictos ocasionados por la presencia de
niños y jóvenes inesperados en el ámbito escolar. Revisar cómo se han construido las imágenes
del sujeto de la educación, del estudiante esperado en la escuela aportará a asegurar concreta y
sostenidamente el derecho a la educación de todos los niños, niñas y adolescentes y permitirá
(re)tenerlos en la escuela con todas sus marcas y con todas esas diferencias (difíciles o
conflictivas) que en décadas anteriores generaron su no inclusión, su expulsión o su abandono.

1
El conocido mito de que durante el peronismo los sectores más vulnerables de la sociedad utilizaban los pisos de parquet de las
viviendas sociales como leña para el asado es probablemente la figura más acabada y más difundida de este pensamiento.

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En cierta medida, una prueba del éxito de estos esfuerzos en pos de la retención de los
alumnos/as, está dada, por la cantidad de adolescentes que en la actualidad son la primera
generación de sus familias que termina la educación secundaria. En estos casos, la convicción
política e institucional acerca de la igualdad y la dignidad de estos chicos/as fue clave para
articular diferencias y derechos. En otras palabras, la escuela no debe dejar afuera ni abandonar
a quienes son diferentes (en las múltiples formas que puede adquirir la diferencia) sino, que
debe trabajar diariamente para incluirlos, en todas las formas y expresiones que puede tener la
diversidad. Situaciones o realidades que en décadas pasadas quedaban en la vereda de la
escuela (porque no podían expresarse o porque quienes las expresaban no “encajaban” en el
Sistema Educativo) se encuentran hoy en día en las aulas y en los patios. En este contexto, uno
de los grandes desafíos de la escuela actual es abordar las diversidades y las diferencias sin
pretender erradicarlas, patologizarlas y/o convertirlas en barreras.

La Asignación Universal por Hijo, el Plan Progresar y el Conectar Igualdad, son algunas de las
medidas de justicia social más importantes de las últimas décadas, cuyo eje es recuperar un
espacio de dignidad para las familias y estudiantes históricamente excluidos. En materia de
educación, la garantía de estos derechos reafirma el cumplimiento de la Ley de Educación
Nacional 26206, que establece, entre otras conquistas sociales y gremiales, la universalización
de la sala de cinco años y la escuela secundaria obligatoria. En este sentido, se fortalece el
vínculo entre la educación y la oportunidad de incluir a los excluidos. Muchos de los estudiantes
incluidos no habían ingresado nunca al Sistema Educativo; de manera que el desafío hoy es
desarrollar acciones pedagógicas que garanticen la permanencia de los mismos en las escuelas.

La escuela, sigue siendo el lugar por excelencia donde se ejercita un derecho y se


construye ciudadanía.

Objetivos:
El proyecto de formación: Los títeres como construcción de herramientas pedagógicas: “Mirar
nuestra propia mirada”, pretende los siguientes objetivos:
- Que los participantes tomen contacto con el lenguaje del teatro de títeres, desarrolle sus
capacidades creativas (tanto narrativo-teatrales como plásticas) mediante el trabajo
práctico y que comprendan los procesos de creación, interpretación y puesta en escena
(individuales y/o grupales) de secuencias dramáticas abordadas desde las distintas
técnicas de manipulación con muñecos y/u objetos.
- Generar espacios de reflexión de la práctica docentes y la construcción de herramientas
para el abordaje de problemáticas complejas como la discriminación y sus implicaciones
en el tejido social y escolar, en el marco de la perspectiva de derechos y de las
conquistas de las políticas públicas y las reivindicaciones sociales de la AGMER-CTERA.
- Brindar posibilidades concretas con instancias artísticas, para construir miradas
colectivas y esfuerzos transformadores de las prácticas de los trabajadores de la
educación.

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Propósitos:
La formación que orienta el desarrollo del proyecto se realizará conforme los siguientes
propósitos:
- Que los participantes del proyecto encuentren espacios de disfrute de su trabajo.
- Que los participantes:
• Confecciones y manipulen títeres.
• Conozca las distintas técnicas de construcción y animación.
• Produzcan una obra desde una imagen, cuento o historia vivida.
• Participen de un espacio de discusión y de reflexión que ponga en tensión la escuela,
el trabajo docente y otros ámbitos de la realidad.
• Asuman la defensa, reconocimiento y vigencia de los Derechos Humanos como una
construcción social e histórica y como conquista de diversos colectivos sociales.
• Asuman la importancia de la enseñanza y tratamiento escolar de la problemática de la
discriminación y sus implicaciones en el tejido social.
• Aborden la perspectiva pedagógica de las diferencias, la visibilización de sujetos y la
no estigmatización para la construcción de una sociedad democrática y justa.
• Integren la perspectiva del arte como herramienta para el abordaje de conceptos y
valores que hacen a la convivencia, solidaridad, los Derechos Humanos, la
responsabilidad social y las libertades individuales.

Contenidos:
Los contenidos de este proyecto se organizan en torno a cinco núcleos temáticos:
I. El arte de los títeres, la especificidad de su lenguaje y su importancia educativa en la
transformación de la realidad.
II. Lo artístico como herramienta para la construcción política.
III. Niños y jóvenes, su inclusión y cambio en la categorización y la clasificación social.
IV. Pensar la diferencia desde los Derechos Humanos y el Estado presente. “Mirar y que te
miren”, “Pensar y que te piensen”, “Mirar nuestra propia mirada”. Pensar la
discriminación, y sus implicaciones en el tejido social y escolar.
V. El trabajo docente hoy. La responsabilidad política y pedagógica.
Los contenidos serán abordados a los efectos del trabajo del taller en torno a los siguientes
tópicos:
Muñecos en la escuela
- Lo titiritesco como un conocimiento que se construye
- El juego, la improvisación y la representación con títeres
- Recuperación del juego con títeres
- Reciclando como operación del pensamiento
- El títere como un medio de expresión global
Los educadores y el trabajo colectivo
- El docente como coordinador
- La autonomía como eje fundamental de la tarea docente
- Lo pedagógico como límite de lo artístico
Del objeto al personaje

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- Construyendo los personajes
- Ejercicios de búsqueda de la presencia
- Biografía
- Aspecto físico
- Hábitat
- La voz del personaje
- Desterrando los estereotipos. Pensar la diferencia y/o la discriminación, y sus implicaciones en
el tejido social y escolar
El espacio escénico
-Los escenarios posibles de actuación y sus técnicas correspondientes, en la puesta final. -
Escenografía, utilería, sonido e iluminación distintos lenguajes y funcionalidad en la puesta en
escena
El repertorio
- La dramaturgia
- Lógica versus imaginación
- La estructura dramática
- Concepción de la obra
Preparando el cuerpo
- Actividades de juego exploratorio
-Las improvisaciones

Metodología de trabajo:
La formación propuesta se desarrollará a través de la modalidad de taller. El desarrollo de los
encuentros tendrá un carácter práctico, de elaboración y reflexión colectiva e individual. Se
abordarán diferentes tipos de ejercicios e improvisaciones, al final de los cuales, se abrirán
espacios de reflexión y harán evaluaciones sacando conclusiones personales y de conjunto,
tomado como referencia los aportes conceptuales así como, el conocimiento producido por los
mismos ejercicios. La intención de la dinámica de trabajo es construir conocimiento de lo simple
y cercano a lo complejo, incluyendo a la reflexión los elementos teóricos, históricos, estéticos,
filosóficos, que el taller ofrece en tensión con los trabajos realizados en el propio espacio de los
encuentros.

Los ejes temáticos serán desarrollados-desplegados- experimentados a partir de técnicas


vivenciales propias del arte, tales como el trabajo rítmico expresivo, juegos dramáticos, ejercicios
antropológico - teatrales y otros medios que permitirán ampliar creativamente el universo
simbólico expresivo de los participantes en función de su colocación como trabajador de la
educación, para lo cual no será necesario tener conocimientos o experiencias previas en
herramientas teatrales ni en el trabajo con títeres.

Estrategias de seguimiento:
Las acciones de formación serán acompañadas por una instancia de tutoría para la lectura de la
bibliografía y el desarrollo de las actividades no presenciales. Para el seguimiento se tendrá en
cuenta la participación de los destinatarios atendiendo a los diferentes niveles y modalidades en

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los que trabajen y/ò para los cuales se están formando. La metodología de taller permitirá
recuperar la problemática de la diversidad/discriminación (Pensar la discriminación, y sus
implicaciones en el tejido social y escolar) con emergentes concretos según la experiencia de los
participantes y analizarlos en situación a partir de las producciones solicitadas. Se pondrá
disposición de los participantes del proyecto una dirección de correo electrónico creada a tal
efecto, de modo que puedan dirigir allí sus inquietudes y consultas.

Recursos:
Bibliografía básica:
Carlos Szulkin y Viviana Amado, “Entretelones: Una propuesta para el uso del teatro de títeres como
herramienta socio-pedagógica en las escuelas rurales.” 2003
El Monitor” N°25.” Revista del Ministerio de Educación de la Nación. Junio 2010
Elena Santa Cruz, “Títeres y Resiliencia en el Nivel Inicial.” Livia García Labandal. Editorial Homosapiens.
2008
Hugo Villena, “Títeres en la escuela.” Editorial Colihue. 2001
INADI (Instituto Nacional contra la discriminación, la xenofobia y el racismo) y APDH (asamblea
permanente por los DD.HH), “Discriminación un abordaje didáctico desde los DD.HH.” 2010
INADI ((Instituto Nacional contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo) y Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos, “Racismo: Hacia una Argentina Intercultural.” 2013
INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo), “Somos Iguales y
Diferentes.” Guía para jóvenes. 2014
INADI, (Instituto Nacional contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo) “Somos Iguales y diferentes”
Guía para niñas y niños de prevención de prácticas discriminatorias. 2011
Fardom, revista especializada en teatro de títeres, Números: 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32. 2003
Ministerio de Educación de la Nación y USAM (Universidad Nacional de San Martín), “La Violencia en las
Escuelas Un relevamiento desde la mirada de los alumnos”. 2008
Ministerio de Educación de la Nación, “La Discriminación en la Argentina. Casos para el debate en la
Escuela.” 2008
Ministerio de Educación de la Nación, “Mirar y que te miren, pensar y que te piensen. Migraciones,
diferencia y derechos en la Escuela.” 2014
Ministerio de Educación de la Nación Argentina y Facultad de Periodismo y Comunicación Social
Universidad Nacional de La Plata, “Proyecto: Incidencia de la AUH en las Escuelas.” 2011
Rafael Curci, “Dialéctica del titiritero en escena.” Editorial Colihue. 2007
Rafael Curci, “De los objetos y otras manipulaciones titiriteras.” Editorial Tridente libros. 2002
Rosita Escalada Salvo, “Taller de títeres.” Editorial Aique.1999
Roxana Mazzola,“Nuevo Paradigma La Asignación Universal por Hijo en la Argentina.” Editorial Prometeo
Libros. 2013
Villafañe Javier, “Cuentos y títeres.” Editorial Colihue. 2006
Viviana Rogozinski, “Títeres en la escuela expresión juego y comunicación.” Editorial Novedades
educativas. 2001

Audiovisuales:
“Zero” corto de animación - www.youtube.com/watch?v=dCM1vZODTpM
“El Otro” Programa Mentira la Verdad – Canal Encuentro - www.youtube.com/watch?v=-5jXIkjG0Tk
“Bolivia” Largometraje – Director: Adrián Caetano - www.youtube.com/watch?v=aNgT-znqUXU
“Igual de diferentes” Canal Encuentro - www.youtube.com/watch?v=5wusnfdTNzo

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Materiales:
Pelotas de telgopor – cinta de papel – trozos de goma espuma – pasta de papel – adhesivo de
contacto – tijeras – mates – corchos – distintos envases – marcadores – trinchetas, entre otros.

Evaluación:
Como criterios de evaluación del proyecto se señala que cada encuentro incluirá una instancia
dedicada de manera específica a la evaluación formativa y al término de la formación, un
espacio de evaluación final que atenderán a los siguientes aspectos:

- La conformación grupal artística (como compañía de títeres) para producir una obra
abordando la temática central de la formación. Se observará el desarrollo de las
secuencias dramáticas, el uso del tiempo, el lenguaje propio y las técnicas de manejo del
género.
- La elaborar un guion teatral para ser representado por títeres utilizando las nociones
narrativas propias de la dramaturgia, estableciendo el público al que está dirigida la obra.
- La utilización de técnicas y materiales para la caracterización de los personajes, las
escenografías y el desarrollo de la utilería.
- La puesta en escena del trabajo final elaborado de manera colectiva ante los demás
participantes del curso, atendiendo a la vivencia artística, el cumplimiento del objetivo (el
abordaje de la problemática) y el impacto social y pedagógico producido.

Cada uno de los participantes tendrá un espacio para realizar una devolución de su experiencia
y los formadores harán una devolución individual y grupal tanto del trabajo de los encuentros
como de las producciones finales.

Como criterios de acreditación se contemplará:


- La participación activa en la realización de juegos teatrales.
- El compromiso con el estudio y reflexión sobre el material de lectura y audiovisual
sugerido.
- La utilización de las herramientas del teatro de títeres en tensión con la problemática
abordada en términos de los tiempos, la producción estética y el uso de conceptos y
terminología específica propia del teatro de títeres.
- La producción de los trabajos prácticos individuales y/o grupales y del trabajo final.

Cronograma de los encuentros:


El proyecto de formación comprenderá la realización de 4 (cuatro) encuentros presenciales, de 6
(seis) horas cátedra cada uno, incluida la instancia final de evaluación, así como, un espacio de
trabajo no presencial con asesoría para la lectura y la elaboración del trabajo final de 6 (seis)
horas cátedra.

Se prevé una carga horaria total de 30 (treinta) horas cátedra.

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Asistencia mínima:
Por el carácter presencial del proyecto y el tipo de trabajo que se espera de los participantes se
establece el siguiente criterio de asistencia:
Asistencia del 90% a los encuentros programados y participación en la instancia de asesoría y
de evaluación final.

Cupo:
Se contempla un cupo de 40 (cuarenta) asistentes.

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