Milagroso Niño de Sik
Milagroso Niño de Sik
Milagroso Niño de Sik
Cuenta la leyenda que dos niños que vivían transitoriamente en la localidad de Tacachi,
población cercana a K'uchu Muela ayudaban a sus padres en la cosecha de algunos terrenos
trabajando incesantemente desde tempranas horas hasta muy cerrada la tarde con el fin de
cumplir su cosecha.
Una mañana, la niña al salir a recoger agua en su cántaro, escuchó el llanto de un niño, por
un momento ignoró el mismo, pero al repetirse el lamento del niño, ésta se dirigió al lugar
de donde provenía y cual no fue su sorpresa al encontrar a un bebé recién nacido en medio
de tres hormigueros totalmente desnudo.
Lo tomó en sus brazos y le llevó a su casa donde le esperaba su hermano mayor, pues sus
padres habían salido muy temprano a K'uchu Muela, al verlo éste le pidió sostenerlo, pero
como un milagro, el niño por cada picadura que recibió de las hormigas disminuía de
tamaño turbando de sobremanera a los niños que pensaron que iba a desaparecer. Entonces
la niña en su desesperación y pensando que era un castigo del demonio, extrajo de su cuarto
un rosario colocándolo al cuello de la criatura que seguía empequeñeciéndose. Tal fue el
efecto de esta acción que la disminución se detuvo y quedó el pequeño de tal tamaño que
medía apenas de dos a tres centímetros.
Hecho esto, muy asustados los niños, decidieron regresar a K'uchu Muela llevando consigo
el niño milagroso; pero no contaron con que los pobladores de Tacachi se enteraran del
milagro ocurrido en esta comunidad, reclamando que el niño milagroso sea devuelto al
lugar donde fue encontrado.
Esta situación desató un conflicto entre las dos comunidades por la posesión del niño;
hecho que llegó a oídos del arzobispo de la localidad de Arani, quien se dirigió al lugar del
conflicto para evitar una vana confrontación, decidiendo que el niño se quedaría a quien
pudiera construir primero un templo o una capilla para él y sea el lugar donde se quede
porque sería considerado como una decisión de este milagroso niño.