El documento presenta una biografía de Rubén Darío, el poeta nicaragüense considerado el máximo exponente del modernismo. Detalla sus obras más importantes como Azul, Prosas Profanas y Cantos de Vida y Esperanza, así como su influencia en la literatura hispana. Incluye ensayos de varios autores como Torres-Rioseco, Arcienagas y Sánchez donde analizan su vida y obra.
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El documento presenta una biografía de Rubén Darío, el poeta nicaragüense considerado el máximo exponente del modernismo. Detalla sus obras más importantes como Azul, Prosas Profanas y Cantos de Vida y Esperanza, así como su influencia en la literatura hispana. Incluye ensayos de varios autores como Torres-Rioseco, Arcienagas y Sánchez donde analizan su vida y obra.
El documento presenta una biografía de Rubén Darío, el poeta nicaragüense considerado el máximo exponente del modernismo. Detalla sus obras más importantes como Azul, Prosas Profanas y Cantos de Vida y Esperanza, así como su influencia en la literatura hispana. Incluye ensayos de varios autores como Torres-Rioseco, Arcienagas y Sánchez donde analizan su vida y obra.
El documento presenta una biografía de Rubén Darío, el poeta nicaragüense considerado el máximo exponente del modernismo. Detalla sus obras más importantes como Azul, Prosas Profanas y Cantos de Vida y Esperanza, así como su influencia en la literatura hispana. Incluye ensayos de varios autores como Torres-Rioseco, Arcienagas y Sánchez donde analizan su vida y obra.
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I.
Datos biográficos del autor
Nació el 18 de enero de 1867 en Metapa, Nicaragua, pero su familia se mudó a León un mes después de su nacimiento. Su nombre real fue Félix Rubén García Sarmiento. Su tatarabuelo se llamaba Darío, y sus descendientes eran conocidos como la “familia de los Darío”, por lo cual utilizaría dicho nombre en el mundo literario. Con apenas 19 años de edad, en 1886 viajó a Santiago de Chile, donde publicó su primer título: Azul (1888), libro que llamó la atención de la crítica. Al estallar la Primera Guerra Mundial, partió hacia América, con la idea de defender el pacifismo para las naciones americanas. Fue conocido como "El príncipe de las letras castellanas" y "Padre del modernismo", ya que, de acuerdo a varios expertos en poesía, Rubén Darío es el poeta que mayor influencia ha tenido en el género durante todo el siglo XX dentro de la lengua hispana. Publicó 12 libros de poesía y 14 de prosa, escritos en distintos países. Falleció en León, Nicaragua, en 1916. Obras de poesía más importantes de Rubén Darío Entre las obras más importantes de Rubén Darío, destaca por encima de cualquier otra su producción poética. Poseía todos los elementos del modernismo en lo formal y rítmico, así como en los temas y el exotismo. Buscaba la belleza por medio de la palabra y daba supremacía al arte sobre otros intereses: Azul: fue su tercer libro, publicado en 1888, y el más importante. Una obra magistral que escribió con solo 21 años y dedicó a su infancia y juventud. Fue revolucionaria, ya que trabajó todas las métricas, estilos y vocabularios, algo hasta entonces nunca visto, y menos en alguien tan joven. Sin duda, es muy representativo del modernismo mundial que incluye temáticas mitológicas como hadas o la antigua Grecia. Prosas profanas: libro de poemas publicado en 1896 que le consagra como líder del movimiento modernista. Su poesía es perturbadora y contiene métricas nunca antes leídas en español. Tiene clara inspiración francesa, aunque también se atisban influencias de otros autores, como Gabriele D’Annunzio o Edgar Allan Poe. En el mismo hay temáticas muy variadas, desde la libertad hasta el amor o el paganismo y el cristianismo. Cantos de vida y esperanza: este libro se publica en 1905, y se considera como su obra en verso más importante. Domina con fuerza el ritmo y maneja el lenguaje con flexibilidad. Trata temas como la identidad americana, pero también hay protesta social, angustia existencial e incluso erotismo. Se observa a un autor plenamente maduro. Obras de prosa más destacadas de Darío Hemos comentado que Darío no fue un escritor de novela, pero sí que cultivó la prosa en obras como: Los Raros: es de 1896, y consiste en una recopilación de ensayos que se acercan a sus autores más admirados, como Paul Verlaine, Augusto de Armas, Edgar Allan Poe o José Martí, entre otros muchos. Tierras solares: obra de 1904 en la que Darío narra la historia de sus viajes durante ese año y el anterior. Su discurrir le llevó a Barcelona, Andalucía, Gibraltar, Tánger, Bélgica, Alemania, el Imperio Austro-Húngaro e Italia. Se narran de forma autobiográfica, pero es en realidad una especie de viaje interior. II. Personajes En estos ensayos participan: Arturo Torres-Rioseco Germán Arcienagas Luis Alberto Sánchez Vicente Magdaleno Alfonso Teja Zabre Salvador Cruz R. Cansino Assens Roberto Ledesma III. Argumento La edición Panorama Estudiantil es dedicad a Rubén Darío donde coopero el instituto Nacional Central Ramírez Goyena, está compuesta de ensayos tomados de la revista El Libro y El pueblo editada por la secretaria de Asuntos Culturales del Ministerio de Educación Pública de México. En el primer ensayo Retratos del poeta Según lo que tiene recopilado Arturo Torres- Rioseco A los 19 años Rubén Darío era un personaje flaco, moreno, de facciones niponas, cabello lacio, negro, sin brillo, amarrado para saludar, desconfiado, retraído, enredado para andar, de escasas palabras, ojos pardos. Como escribe Francisco Contreras a los 24 en Costa Rica según publico Teodoro Picado describe a Darío como un mozo de ojos jueves, soñadores, nariz gruesa, bigote sedoso, cabello ondulado, cutis puro que se adivina claro y ataviado según la moda de entonces, el chaleco largamente abierto, la corbata grande, de seda blanca a raya pintas de color, es un mozo fino atrayente y elegante. Ahora bien, Ricardo Fernández Guardia describe que Rubén Darío para el año mi ochocientos noventa y uno era un joven simpático, tez casi blanca, delgado y de regular estatura, parecía tímido, reservado, modesto y silencioso. Para Brenes-Mesén según la información que encontró Arturo Torres-Rioseco a los 40 años ya no usaba bigote, la obesidad ya se había alojado, el chorotega se había montado a horcajadas en su rostro, en general hablaba muy poco, era tímido. Máximo Soto Hall encontró escritos hecho por Arturo Torres-Rioseco donde describe a Darío a los 49 años gordo, aspecto de fraile hidrópico, las mejillas caídas con flaccidez, embolsados los parpados inferiores, color del rostro amarillenta, cansado y sin brillos los ojos. Su síntesis biográfica escrita por Germán Arcienagas nos da a conocer que es importante hablar un poco a cerca de la biografía de Rubén Darío, que nació en Metapa en 1867 en el pueblo de Metapa, se llamó Félix Rubén García Sarmiento. Su primer acierto literario consistió en dejar estos nombres y empezar a llamarse Rubén Darío. Tuvo la mejor escuela, en el armario de una tía encontró los primeros libros y que siempre se guardaban en las casas viejas de la américa española. Escribió versos, inauguró la biblioteca nacional leyendo un poema de cien décimas. No había llegado a los 19 cuando ya estaba cargado de deudas, llevaba una vida bohemia. Viaja a Chile y a los 21 años publica Azul, un librito mitad versos y mitad prosa. Ocho años después Darío publico Los raros y Prosas Profanas. Al morir Verlaine Darío escribe el Responso que comienza: Padre y maestro mágico, liróforo (Celeste) a que el instrumento olímpico y a la (Siringa agreste diste tu acento encantador… Un poema que forma parte del tesoro de la lírica castellana de todos los tiempos. Darío es el más afortunado receptor del arte nuevo de Francia y se le puede considerar como el último de los grandes simbolistas. Rubén Darío tenía de Verlaine y de Góngora, además Darío volcó sobre España una música que se contagiaron: Salvador Rueda, Valle Inclán, Antonio Machado, Villaespesa, Juan Ramón Jiménez reconocieron la nueva dirección que le dio Darío a las letras castellanas. Murió apretando contra el pecho un crucifijo que le había regalado Amado Nervo. También hubo juicios valorativos, de Paul Groussac, donde señala a Darío como imitador de los franceses, otro que lo critico fue Juan Valera que igual le dice que no hay autor en castellano que más francés que usted y José Ortega y Gasset menciona que Rubén a través de sus versos han sido una escuela de forja poética. Otro tema que trata el libro es: Nace casi en un pesebre, donde nos da a conocer cuando Rosa Sarmiento se casa con Manuel Darío, aun siendo primos en segundo grado, fue una boda amañada por Rita Darío hermana de Manuel, y empieza a darle mala vida Manuel hasta que se separaron y se fue nuevamente a donde su tía Bernarda Sarmiento estando embarazada, y una hermana de Doña Bernarda que se llamaba Josefa Sarmiento se la llevo a vivir con ella a Metapa, cuando ya estaba a punto de dar a luz. El viaje lo hace en carretas tirada por bueyes, pero cuando van por llegar a su destino se detuvo la carreta y no había tiempo para más y al poco rato Rosa Sarmiento daba a luz un niño. Al pensar podemos decir que la carreta no presentaba las óptimas condiciones, todo se parece a las primitivas representaciones del nacimiento de Cristo y junto al él personas humildes y la sencillez está llena de tanta grandeza. Asimismo, según la biblia la virgen iba caminando cuando dio a luz en Belén y donde nació Jesús allá se andaba con el interior de una carreta y junto a la cuna el buey. Ya hombre aquel niño le dedico unos versos al buey: Buey que vi en mi niñez echando vaho un día Bajo el nicaragüense sol de encendidos oros, en la hacienda fecunda, plena de armonía… Ahora vamos con el tema Su presencia en México Los mexicanos siempre decían Nunca vendrá a México Rubén Darío: no tiene tan mala suerte, sin embargo, en 1910 Darío llego a la celebración del centenario de la independencia mexicana, acompañado de Santiago Arguello delegados por el gobierno de Nicaragua. Nicaragua tuvo conflicto con Washington en la cual se miró reflejado en México, Darío quedo detenido en la Costa de Veracruz, y se hizo pasar por incognito y se fue a Xalapa, Genio e ingenio de Darío Según Luis Alberto Sánchez hace una breve reseña de la biografía de Darío y menciona que para 1869 lo llevan a Honduras. A los 6 años escribe los primeros versos, bajos los seudónimos de Bruno Erdia y Bernardo I.U y con su propio nombre publica poesías desde 1880. A los 14 en 1881 tiene listo un libro que jamás público. A los 15 años el congreso de Nicaragua queda impresionado quien les lee las cien décimas y El Libro, y decreta que la educación corra por cuenta del estado. La influencia de Díaz Mirón y de Bécquer determina aquella aurora lírica. Regresa en 1884 y 85 y publica versos y prosas. Viajo a chile y llego el 24 de junio después de 19 días de navegación. El primer cuento de Azul “El Pájaro azul aparece en La Época de Valparaíso el 7 de diciembre siendo Rubén empleado de la aduana. Además, se refiere a los libros que escribió, la muerte de su padre, cuando comenzó a ser corresponsal del diario La Nación, el casamiento con Rafaela Contreras, en El Salvador, a los tres meses fallecida su esposa Rafaela se casa con Rosario Murillo su musa fatal. En Cartago conoce a Rafael Núñez quien el encuentro ha sido el más fructífero de la vida de Rubén. Después de tantos éxitos la soledad abruma a Darío, el alcohol lo destruyo y muere el 6 de febrero de 1916, en león. Imagen de un lírico universal En cuanto a la personalidad de Rubén Darío, Vicente Magdaleno se refiere a un hombre de indiscutible genio poético, se desenvuelve dentro de la realidad iberoamericana un rol político e intelectual de primera. Es importante destacar que la innovación lirica que pronto se convirtió en aspectos de nuestra vida social. Rubén tuvo las influencias europeas en la mayor parte la francesa. También fue admirador de Grecia y con la evolución posterior empezó a ensayar sus propias notas liricas. Rubén Darío educa sus precoces intuiciones poéticas en el clasicismo y el romanticismo español. Darío a partir de entonces actúa como representante de nuestras veinte republicas en el mundo latino de ultramar y da a conocer a América por algo más que productos naturales o sus enormes maquinas Yanquis y se convierte en el gran vocero de nuestros imperativos e interroga y encrespándole a un presidente norteamericano. Perfiles hispanoamericanos del poeta Según Arturo Torres Rioseco nos comenta cuando el crítico uruguayo José Enrique Rodó decía que Rubén Darío no es el poeta de América. Y en 1896 Rubén ha demostrado una indiferencia profunda por las cosas de nuestro continente. Si edad temprana escribe su Canto a las glorias de Chile, es por la recompensa monetaria y no por las grandes emociones patrióticos, escribe El Fardo, más tarde se arrepentirá de gran hazaña, en Azul incluye su soneto a Caupolicán y si alabanza a Walt Whitman, Díaz Mirón y J. Palma, día llegara de que se olvide de tan cercana causa. En las Palabras liminares a Prosas Profanas ostenta Rubén un orgullo increíble al hablar de América. El adiós a Rubén Darío Alfonso Teja Zabre manifiesta que la creación de Darío no puede apagarse con el soplo de unos cuantos años, y su nombre no puede omitirse al hablar de historia y de música en cualquier país de idioma castellano. La gloria de Rubén Darío su presencia y su actualidad se deben a que fue el primer heraldo continental y pan hispánico de este mundo. Un casi poeta de España ha dicho que Darío fue el vengador de los indígenas seducidos por los colonizadores con brujerías, espejitos y cuentas de vidrio, el indio Chorotega llegó a España para rescatar laureles a cambio de vidrios de colores. Rubén Darío en el recuerdo de Paris. Salvador Cruz nos afirma que Rubén siempre le pedía a Dios que no lo dejara morir sin haber ido a Paris. Después de hacerse vagabundo y descubrir a Hugo, será otro color de su cristal. Con azul y prosas profanas con la salud de un galicismo que le diagnostico Juan Valera llego a conquistar Paris, cuando logro llegar no creía que estaba en Paris, y posteriormente Rubén cumplió la gloria de verse en libros y de alcanzar en su tinta a muchos grandes nombres de su devoción. De 1912 a 1914 Rubén Darío dirige Mundial. Escribió poemas en francés como: Pensée o Chanson Crépusculaire. En parís un poeta nicaragüense que no deja apagar el fuego de Darío es el musicólogo Luis Ibarra y dice: la patria política de nuestro poeta fue la tierra encontrada por casualidad por las tres carabelas de Colón, patria henchida de riqueza, de bellas formas y todavía virgen, actualmente oliendo a oro, a petróleo y platas exóticas. El poseído del deus En el ensayo de R. Cansino Assens afirma que a pesar del tiempo desde la muerte de Darío sigue vibrando en los aires del mundo hispano con plenitud de tono, como música cósmica que anula a todos los demás todo el sentido de armonía. Rubén Darío es el último poeta rico y pleno que hemos tenido, el último artista del verso en el sentido lujoso de la palabra, el último lirico Rubén Darío ha sido el último gran poeta de estilo antiguo que hemos tenido, es un poeta que vive de la estrofa y no aspira a tener una vida limpia y clara con tal los versos brillen. Los últimos instantes Según el ensayo de Roberto Ledesma menciona que cuando Rubén Darío tenía 45 años publico El canto errante en 1907 y Poema de Otoño en 1910 alcanzo la admiración de una comunidad de veinte pueblos, otras aspiraciones gratas a su vocación por las pompas propias de la época. Perdió su cargo diplomático saqueando de sus derechos de autor, se ve reducido a ganarse la vida como al inicio con la improvisación diaria del periodismo. Con el Poema de Otoño y otros poemas es una suprema serenidad que resume la perfección final de la sencillez con la experiencia de la vida y el conocimiento de la vida. Sus últimos días en Europa se parece mucho a los de Verlaine, seguirlo paso a paso en su caída, sus crisis cada vez más frecuentes de dipsomanía, sus ataques de delirium tremens, sus dificultades domésticas, la escases que sufría, y la impotencia absoluta en que se hallaba para trabajar. Cruza por última vez el atlántico y llega a Nicaragua a refugiarse al techo de la mujer de la que vivía huyendo, la mujer del destino la Garza morena de su adolescencia. Sometido a una operación de hígado muere el 7 de febrero de 1916 en León donde se había criado. La posición del cerebro ya caído renueva una vez más la polémica que había suscitado cuando palpitada con ritmos y armonías nunca oídos. Embalsamado y velado primero en el municipio, luego en la universidad, acaba sepultado en la catedral de su bautismo después de seis días de funerales. Después de muerto muchos pueblos se disputan la gloria de este indoamericano y así mismo España lo reivindica como suyo. Es hijo de Centroamérica y con alguna sangre india, no sale de este continente hasta los 24 años. Darío es un poeta universal y de todos los tiempos. IV. Asunto Es un libro compuesto por 11 ensayos importantes dedicada la vida y obra de Rubén Darío, son trabajos de reconocidos críticos de la obra dariana con el fin de facilitar información más amplia y sirva de guía en investigaciones a profesores y alumnos de los institutos de secundaria y Escuelas normales del país. Entre los temas están: Retratos del poeta Su síntesis biográfica Nace casi en un pesebre Su presencia en México Genio e ingenio del Darío Imagen de un lirico universal Perfiles hispanoamericanos del poeta El adiós a Rubén Darío. Rubén en el recuerdo de Paris. El poseído del Deus. Los últimos instantes. V. Temas Vida de Rubén Darío Rubén Darío patriótico Rubén Darío el modernista. VI. Mensaje Una vez que leímos el libro nos da un mensaje importante es de que nunca olvidar nuestro orígenes, aunque paso la mayor parte en otros países él siempre se acordó de Nicaragua, es un poeta y periodista patriótico, con un inmenso amor por su país, después de llevar una vida con todas las condiciones a llegar a ser una persona con múltiples necesidades tanto económicas, morales y espirituales. Sin embargo después de tantos años de su muerte sigue sus versos y prosas sonando en cada rincón del mundo. VII. Intertextualidad Según los autores de estos ensayos narra lo que Rubén Darío escribió en su autobiografía y sus últimos días en Europa se parece mucho a los de Verlaine, seguirlo paso a paso en su caída, sus crisis cada vez más frecuentes de dipsomanía, sus ataques de delirium tremens, sus dificultades domésticas, la escases que sufría, y la impotencia absoluta en que se hallaba para trabajar.