Miqueas 1,1-2
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MIQUEAS
Capítulo 1:1-2
En nuestro recorrido bíblico, amigo oyente, llegamos hoy al pequeño libro de Miqueas, en el
Antiguo Testamento. Éste es uno de los profetas menores y consta de 7 capítulos. Es un poquito
más largo que el último par de libros que hemos observado aquí. Pero es un libro, por cierto,
muy importante. Y creemos que estamos repitiendo algo que ya hemos dicho anteriormente, en
cuanto a cada libro que estudiamos en la Biblia. Pero, cada uno de ellos tiene un propósito
diferente y necesitamos mantener esto en mente. Queremos decir algunas palabras ahora, en
cuanto a este hombre, Miqueas. Creemos que es importante conocer algo en cuanto a él, así
como también su mensaje.
Su nombre, Miqueas, significa “quién como Jehová”. Esta palabra tiene la misma derivación
que el arcángel Miguel, y ese nombre quiere decir “quién como Dios”. Ahora, hay muchos
varones en las Escrituras con el nombre Miguel. Pero este es uno que se nos identifica aquí en el
primer versículo de su libro. El versículo 1 de este capítulo 1, dice:
1
Palabra de Jehová que vino a Miqueas de Moreset en días de Jotam, Acaz y Ezequías,
reyes de Judá; lo que vio sobre Samaria y Jerusalén. (Miq. 1:1)
Ahora, aquí se nos da bastante información. Él era originario de Moreset-gat (Miq. 1:14). Es
un lugar a unos 35 kilómetros al suroeste de Jerusalén, cerca de Laquis. Ahora, éste no debe ser
confundido con ningún otro Miguel de las Escrituras. Y debemos tener esto en mente, también.
Aquí se nos informa que él profetizó en los días de Jotam, Acaz y Ezequías. Estos eran reyes
de Judá. Y su profecía tiene que ver con Samaria y Jerusalén. Samaria era la capital del reino
Ahora, aquí se nos informa que Miqueas profetizó durante el reinado de estos tres reyes. Por
tanto, debemos decir que era contemporáneo de Isaías, y también de Oseas y Amós. Y todo esto
tuvo lugar en la última parte del siglo VIII A.C. Así es que, tenemos antecedentes bastante
amplios en cuanto a Miqueas. Podemos conocer bastante en cuanto a él. Aparentemente él era
amigo de Isaías. A su profecía se le ha llamado un “Isaías en miniatura”. Algo así como un
“mini-Isaías”, o podríamos decir, Isaías en taquigrafía. Hay algunas similaridades sorprendentes
y vamos a destacarlas, al avanzar en este estudio.
Fueron los altos críticos alemanes de hace ya muchos años, quienes hicieron un ataque contra
la unidad de este libro. Nos referimos a E. Wall y Velthousen. Ellos hicieron el mismo ataque
también contra Isaías. Y francamente hablando, esos ataques que estos hombres hicieron en el
pasado, han sido bien contestados por los conservadores del presente. Así es que, no
necesitamos perder nuestro tiempo tratando este asunto en particular.
Debemos destacar algo interesante y es que Miqueas es citado por Jeremías. Quizá usted
recordará que cuando estuvimos estudiando el libro de Jeremías, dirigimos nuestra atención a
esto en particular, porque es algo fuera de lo común, y revela la importancia que tenía Miqueas
en aquel día. Y queremos volver a decir lo que recalcamos, entonces, y vamos a leer allá el
capítulo 26 del libro de Jeremías, versículo 18 que dice: Miqueas de Moreset profetizó en tiempo
de Ezequías rey de Judá, y habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: Así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte
de la casa como cumbres de bosque. Lo interesante de notar es que esta gente no prestó atención
ni a Jeremías ni a Miqueas. Y eso fue exactamente lo que le sucedió a Jerusalén. Probablemente
no hay ninguna otra ciudad que haya sido dejada en ruinas y escombros, tanto como la ciudad de
Jerusalén.
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Ahora, el tema del libro de Miqueas es para nosotros algo muy importante porque el énfasis
siempre ha sido colocado en el juicio o el castigo, y se dice que Miqueas es el profeta de juicio.
Bueno, aparentemente esto parecería ser cierto, porque en los primeros tres capítulos tenemos un
gran énfasis en el juicio, eso es así. Pero, del capítulo 4 en adelante, es decir, los capítulos 4, 5,
6, y 7, allí tenemos cuatro capítulos que no tratan en cuanto al juicio. Es decir, los tres primeros
capítulos son capítulos que denuncian, mientras que los cuatro últimos capítulos, son capítulos
que consuelan.
La gran pregunta que encontramos en este libro de Miqueas, y que el profeta hace, y que es
uno de los pasajes más hermosos de las Escrituras es: ¿Quién es como Tú? Es decir, como Dios.
Y encontramos que él enfatiza esto al avanzar en la escritura de su libro. ¿Quién como Dios, o
sea, en proclamar? Es decir, en testificar; en los primeros tres capítulos. Y luego, ¿quién es
como Dios en profetizar, en consolar a la gente?, en los capítulos 4 y 5. Y luego, ¿quién es como
Dios en sanar, en el capítulo 6? Y, ¿quién es como Dios en perdonar? Eso es lo maravilloso que
tenemos aquí en este pequeño libro, que hace de él algo realmente maravilloso. Por tanto,
queremos indicar que el tema real aquí es el juicio y la redención de Dios. Ambas cosas son
presentadas. Y el versículo clave que tenemos lo encontramos en el capítulo 7 de este libro de
Miqueas, versículo 18, donde dice: ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el
pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en
misericordia.
Ahora, debemos decir que Dios aborrece el pecado, pero que Él ama el alma de los
pecadores, y Él quiere salvarles. Amigo oyente, el juicio es llamado la obra extraña de Dios. Y
es extraño porque a Él no le agrada hacerlo. Preferiría no hacerlo. Pero Él es un Dios Santo, que
aborrece el pecado; y cualquier rebelión contra Él, ya que Él es Dios, debe tratarla con severidad.
No puede hacerlo de otra manera. Pero Él aún ama el alma de los pecadores y Él quiere salvarlos
y los salvará.
Permítanos presentar ahora una declaración que tenemos en nuestras notas y que tiene que
ver con su estilo. Porque usted y yo estamos entrando ahora en uno de los libros más destacados
en cuanto al estilo literario. Si usted aprecia la literatura, si usted aprecia la poesía, si usted
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aprecia aquello que es hermoso en el lenguaje, usted entonces apreciará a Miqueas. Permítanos
presentar, entonces, nuestra declaración, que tomamos de las notas, que dice: “Para muchos, este
es el favorito de los profetas menores. Su escritura es picante y personal. Miqueas era estricto
conmovedor, y también tierno. Él era realista y reporteril. Podría haber sido un buen
corresponsal de guerra”. Existe una belleza exquisita en esto, que combina la infinita ternura de
Dios con Su juicio. Hay algunos pasajes que son muy conocidos para la mayoría de los
creyentes, aunque muchos de ellos ni siquiera saben de dónde provienen en la Biblia. A través
de la penumbra del juicio que se acerca, Miqueas pudo ver claramente la gloria de la redención
de Israel que vendría. Y esto hace de éste, un libro muy destacado, por cierto.
Ahora, queremos agregar a esto, otro comentario que también hemos hecho en las notas y
bosquejos que enviamos. Dice: “Miqueas pronunció juicio sobre las ciudades de Israel, y
Jerusalén en Judá. Estos centros influenciaban a la gente de la nación. Estos son los problemas
urbanos que se parecen mucho a los problemas de nuestro propio día. Miqueas condena la
violencia, la corrupción, el robo, la avaricia, el craso materialismo, la bancarrota espiritual, y el
sexo. Se le podría llamar “el profeta de la ciudad”. Ese es un título que le ha dado otra persona”.
Bien, creemos que la forma en que uno puede dividir este libro de Miqueas, es muy
interesante. Comienza en el versículo 2 diciendo: Oíd, pueblos todos. Esa es la primera
división. Luego uno puede ir al capítulo 3 y encuentra eso nuevamente. Dije: oíd ahora,
príncipes de Jacob. Y si usted sigue observando los siguientes capítulos, llegará al capítulo 6, y
allí ve que él comienza diciendo: Oíd ahora lo que dice Jehová. Así es que uno puede dividirlo
según esta palabra oíd, que se presenta tantas veces. Tenemos entonces en los primeros tres
capítulos, que se proclama el juicio futuro por los pecados pasados.
Luego, en los capítulos 4 y 5 tenemos la profecía futura de la gloria, a causa también de las
promesas pasadas. Y luego tenemos, en la tercera división principal, en el capítulo 6: El
arrepentimiento presente, a causa de la redención pasada. Hemos colocado una cuarta división
que dice: Perdonando toda la iniquidad a causa de quién es Dios y de lo que Él hace; eso lo
encontramos en el capítulo 7.
Y con esto llegamos al primer capítulo y a la primera división; y en los primeros tres
capítulos tenemos la proclamación de juicio futuro por pecados pasados; como ya hemos dicho,
incluye los tres primeros capítulos. En este pequeño libro tenemos algunas declaraciones
bastante terribles, por cierto. Y vamos a observar una de ellas, la primera de ellas, aquí en este
primer capítulo, aunque no vamos a poder entrar en detalle en esto hoy. Pero, prácticamente
cada capítulo tiene alguna declaración realmente sorprendente, que será hecha por Miqueas. A
veces será solo un versículo. A veces serán varios los versículos, como lo será aquí en este
primer capítulo.
Así es que, tenemos aquí el primer mensaje del profeta, que es dirigido contra Samaria, y
alcanza a Jerusalén. Esto está aquí en el primer capítulo. Notemos pues, lo que dice nuevamente
este versículo 1:
1
Palabra de Jehová que vino a Miqueas de Moreset en días de Jotam, Acaz y Ezequías,
reyes de Judá; lo que vio sobre Samaria y Jerusalén. (Miqueas 1:1)
Permítanos repetir una vez más, que Samaria es la capital del reino del norte. Y uno de los
becerros de oro que había sido hecho por Jeroboam, fue colocado en Samaria. Ese es el lugar del
cual hablamos antes porque ya hemos considerado esto con anterioridad. Fue construido por
Omri. Esto fue hecho famoso o infame, deberíamos decir, por Acab y Jezabel. Samaria fue
construida en una localidad muy hermosa, pero hoy está en ruinas. Y quizá no haya ningún otro
Ahora, Miqueas proviene del sudoeste de Jerusalén. Él está en el reino de Judá. Pero él
profetiza para los dos reinos. Sin embargo, su mensaje principal es para el reino del norte. Y
con frecuencia nos hemos preguntado en cuanto a eso. Ahora, él es contemporáneo de Isaías. Y
pensamos que podría haber sido un hombre un poco más joven; y que quizá él pensaba que
Isaías, siendo un hombre mayor que él, profeta al reino del sur, que él podría encargarse de ellos.
Así es que, Dios dirige a Miqueas a hablar al reino del norte. Y él presenta de una manera muy
clara a quién está dirigiéndose cuando habla. Es imposible llegar a entender mal a Miqueas
porque Él le informa a uno claramente, a quién está hablando él. Con esto llegamos al versículo
2, donde él hace esta declaración: Oíd, pueblos todos.
Y con esto comienza la primera división principal, y Miqueas va a proclamar el juicio futuro
contra Samaria. Oíd, pueblos todos. Y esta declaración, pueblos todos, quiere decir precisamente
eso. Toda la gente, amigo oyente. Eso le incluye a usted donde quiera que se encuentre hoy, él
le está hablando a usted. Esto tiene un mensaje para nosotros en el presente. Como ya hemos
visto, aunque los profetas hablaron a cierta situación específica que ya ha desaparecido por
mucho tiempo, y aun hasta ese reino ha desaparecido, su mensaje es relevante para el día de hoy,
porque allí se mencionan ciertos grandes principios.
Ahora, lo que nosotros quisiéramos mencionar aquí es que Miqueas y varios de los otros
profetas dan a esto una filosofía de gobierno humano. Él trata con aquello que es autoridad falsa
y autoridad verdadera en el gobierno. Y este sería un buen libro para que estudiaran los políticos
del día de hoy. No creemos que les pueda hacer daño el observar la filosofía de Dios en cuanto
al gobierno, porque hablando honradamente, amigo oyente, la forma de gobierno que se utiliza
en el presente, no está dando resultado. Y la razón por la cual no da resultado es porque ha sido
creada por hombres que no eran cristianos, y no se les podía llamar cristianos porque no conocían
la Biblia; ni siquiera se les permitía leerla. Por tanto, no sabían que en la biblia había grandes
principios que valía la pena seguir. Por tanto, crearon una forma de gobierno que les pareció
mejor para nuestros países. Pero, amigo oyente, un grupo de hombres sin Dios no puede hacer
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que eso dé resultado. Y nunca podrá dar resultado, en manos de hombres impíos. Ese, amigo
oyente, es el problema que existe. El problema no es que el país está siendo guiado por este o
aquel otro partido político; y no es asunto de si dará o no dará resultado, y hay muchas otras
formas de racionalizar en cuanto a cuál es el verdadero problema. Pero, el verdadero problema
en el presente, amigo oyente, es que el gobierno está en manos de hombres impíos, y no puede
dar resultado. Porque, vea usted, existe una filosofía de gobierno presentada aquí en la Biblia, y
esos hombres del pasado no estaban familiarizados con esto. Y en realidad, la forma de gobierno
no era importante. Ese no es el aspecto importante para nada. Pensamos que lo es en el presente.
Pero, ¿sabía usted que Cromwell, por ejemplo, era un dictador en Inglaterra? Y ellos tenían la
forma de gobierno que se podría considerar como la mejor. Ahora, no queremos que se nos
entienda mal, amigo oyente. No estamos recomendando a ningún dictador, ni a una dictadura.
Pero podría haber una clase de dictadura correcta. Y cuando venga el Señor Jesucristo a reinar
en la tierra, amigo oyente, Él va a reinar como un dictador. Y, amigo oyente, queremos decirle
esto, que Él va a ser la clase de dictador correcta.
Ahora, el carácter del que gobierna es importante. Eso es lo que es importante en el presente.
Y no hace ninguna diferencia qué tipo de gobierno existe. Puede ser una monarquía, una
democracia, o una forma representativa de gobierno. Eso no hace ninguna diferencia, si el
hombre apropiado está a cargo de todo eso. Queremos aclarar esto y somos honestos al decirlo,
que no estamos hablando aquí de política, sino que estamos hablando en cuanto a una forma
social de gobierno. Estamos tratando de señalar aquello que la Biblia dice que es el problema.
Es el carácter del hombre en el gobierno, en el presente. En el día de hoy nosotros estamos más
preocupados de si la persona tiene una personalidad que aparezca bien en la televisión, o si esa
persona tiene o no tiene carisma. Estamos más interesados en el carisma que en el carácter. Y es
necesario que sean hombres de carácter los que estén en el gobierno. Hay muy pocos de ellos, y
es casi imposible encontrarlos hoy. Y esto es lo que este hombre Miqueas, condena aquí en el
capítulo 3, versículo 11, cuando dice: Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan
por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová, diciendo: ¿No está
Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros. Como usted puede ver, se habla de falsos
Como usted puede ver, amigo oyente, este estudio promete ser muy interesante.
Continuaremos, pues, Dios mediante en nuestro próximo programa. Mientras tanto, le sugerimos
leer todo el primer capítulo de este interesante libro del profeta Miqueas para estar más al tanto
de lo que estudiaremos en nuestro próximo estudio. Las notas y bosquejos que enviamos le serán
de gran ayuda y orientación en este estudio bíblico. Ahora, si no tiene en su poder este material,
o sea, las notas y bosquejos que ofrecemos en forma gratuita, puede solicitarlas sin demora. Al
escribirnos, recuerde hacerlo con letra de molde o imprenta, indicando con toda claridad sus
nombres y dirección completos y en orden, lo que nos facilitará a su vez, enviarle nuestra oferta a
su dirección, sin contratiempo de ninguna clase y pueda de esta forma, seguir paso a paso, este
estudio junto a nosotros. Quedamos, pues, en espera de sus prontas noticias. Será, entonces,
hasta nuestro próximo programa, amigo oyente, es nuestra oración ¡que el Señor añada a su vida,
Sus incontables bendiciones!