Manual de Reiki Curso Básico
Manual de Reiki Curso Básico
Manual de Reiki Curso Básico
Manual
REIKI I
Hawayo Takata
CONTENIDO
Capítulo 1
INTRODUCCION AL REIKI
1.1. ¿Qué es el Reiki?
Reiki es una palabra japonesa que significa energía vital universal; en la actualidad, esa palabra se
está utilizando para identificar el Sistema Usui de Curación Natural (Usui Shiki Ryoho), nombre
dado en homenaje a su descubridor, Mikao Usui. El ideograma Japonés que compone el término
REIKI se explica de la siguiente manera, Rei significa universal y se refiere a la parte espiritual, a la
esencia energética cósmica, que penetra todas las cosas y circunda todos los lugares. Ki es la energía
vital individual que rodea nuestros cuerpos, manteniéndolos vivos, y está presente, fluyendo, en
todos los organismos vivos; cuando la energía Ki sale de un cuerpo, ese cuerpo deja de tener vida.
El Reiki es un proceso de encuentro de esas dos energías: la energía universal con nuestra porción
física, en completa armonización y desarrollo consciente para sanar o potencializar nuestro
bienestar y esto ocurre después de que la persona es sometida a un proceso de sintonización o
iniciación en un taller o seminario de Reiki, realizado por un maestro capacitado.
El Reiki es una energía semejante a ondas de radio, y puede ser aplicada con eficacia, tanto
localmente como a distancia; no es como la electricidad, no produce cortocircuitos, no destruye los
nervios ni los tejidos más frágiles. Es una energía inofensiva, sin efectos secundarios, sin
contraindicaciones, compatible con cualquier tipo de terapia o tratamiento. Es práctica, segura y
eficiente y por medio de la técnica, equilibra los siete chakras o centros de fuerza sutil de energía,
localizados entre la base de la columna y la parte superior de la cabeza.
Cuando hacemos uso de la energía Reiki estamos aplicando energía-luz, tratando de recuperar y
mantener la salud física, la mental, la emocional y la espiritual; es un método natural de equilibrar,
restaurar, perfeccionar y curar los cuerpos, creándole un estado de armonía al ser.
El Reiki se encuentra al alcance de todos, inclusive de los niños, ancianos y enfermos. Todos
podemos ser un canal de Reiki; no existe límite de edad, ni exige ninguna condición previa. El
entrenamiento de la técnica no dura mucho, y cada nivel puede enseñarse en seminarios de un solo
día.
La técnica es segura, sin efectos secundarios ni contraindicaciones, siendo compatible con cualquier
otro tipo de terapia o tratamiento. No es un sistema religioso o filosófico que proponga restricciones
ni tabúes.
No utiliza talismanes, rezos, mentalizaciones, visualizaciones, fe, ni ningún objeto, para su aplicación
práctica. Esta técnica no queda obsoleta; sigue siendo la misma desde hace millares de años.
Tras la sintonización energética que ocurre durante el seminario, usted podrá aplicar Reiki,
inmediatamente, durante el resto de su vida, a pesar de que deje de practicarlo durante un largo
periodo; y no existe la necesidad de una nueva activación para el mismo nivel.
La energía no está polarizada, no tiene positivo ni negativo (yin y yang). El Reiki es semejante a una
onda de radio, y puede aplicarse adecuadamente en el mismo lugar o a distancia. Está por encima
del tiempo y el espacio, permitiendo de esta forma reprogramar acontecimientos pasados y
coordinar acontecimientos futuros, este procedimeinto será explicado y precticado a partir de
segundo nivel de Reiki.
El Reiki energiza y no desgasta al practicante, pues la técnica no utiliza el “Chi” o “Ki” del practicante,
y sí la Energía Vital del Universo. El Reiki es un recurso óptimo para equilibrar los siete chakras
principales, que están localizados desde la base de la columna a la parte superior de la cabeza.
El Reiki alivia rápidamente los dolores físicos. Considera a la persona de forma holística, en los
cuerpos físico, emocional, mental y espiritual, no teniendo en cuenta solamente la supresión de la
patología, sino devolverla a un estado natural y deseable de bienestar y felicidad. La práctica Reiki
está incorporada al contexto de las prácticas terapéuticas alternativas reconocidas por la
Organización Mundial de la Salud (O.M.S). Puede utilizarse tanto en el tratamiento de uno mismo,
como en el tratamiento de otras personas, plantas y animales.
La cultura occidental está basada en una concepción newtoniana-cartesiana, que apuesta por el
estudio de las partes para llegar al todo. Esta concepción se encuentra hoy muy cuestionada; la
propia física cuántica, a través de investigaciones sobre el átomo y la energía nuclear, demuestra
que, en el nivel más ínfimo, la materia es al mismo tiempo energía.
Los científicos modernos han analizado el mundo con un grado increíble de sofisticación. El mundo
material está dividido en partículas cada vez más pequeñas y, al final, lo que encontramos son ondas
de energía (cuantos). Descubrimos la verdad simple de que la energía precede a la materia, así como
las emociones y pensamientos preceden a la acción.
La energía es energía; no existe energía mala; solamente existe energía bien o mal dirigida. En una
persona sana, la energía atraviesa libremente por nuestro cuerpo físico, fluyendo por “caminos”:
chakras, meridianos energéticos y nadis. También rodea al campo energético, al cual denominamos
aura. Esa fuerza energética nutre nuestros órganos y células, y regula las funciones vitales; cuando
se bloquea esa energía y se interrumpe la circulación de esa energía, ocurre una disfunción en los
órganos y tejidos de nuestro cuerpo.
La técnica Reiki utiliza la energía total, de la cual está constituido todo el universo; es esa energía
original de todo y de todos los seres la que captamos y canalizamos tras la iniciación (sintonización)
y activación de los centros energéticos (chakras).
El Reiki cura al pasar a través de la parte afectada de nuestro campo energético, elevando el nivel
vibratorio dentro y fuera de nuestro cuerpo físico, donde se alojan sentimientos y pensamientos en
forma de nódulos energéticos, que actúan como barreras para nuestro flujo normal de energía vital;
son muchos los que conviven con esas barreras a lo largo de toda una vida, reduciendo al mínimo
su calidad de vida.
En una sesión de Reiki, la cantidad de energía recibida por el paciente está determinada por el
propio paciente, toda vez que el terapeuta reikiano se limita a dirigir la energía y el proveedor (el
Cosmos) la entrega de forma ilimitada.
Capítulo 2
La historia del Reiki
2.1. Antecedentes del Reiki y su redescubrimiento
El Arte de Colocar las manos sobre un cuerpo humano o animal, para reconfortar y disminuir los
dolores, es un antiguo instinto humano; cuando sentimos dolores, lo primero que hacemos es
colocar intuitivamente las manos sobre la zona que nos está doliendo. El toque humano distribuye
calor, serenidad y curación. Cuando un animal lame una herida, está actuando bajo los mismos
instintos que el ser humano cuando se coloca las manos. Esa fuerza (energía vital) ha recibido
distintos nombres en cada cultura: los polinesios la llaman mana; los indios iroqueses americanos,
orenda; en la India se la conoce como prana; en hebreo es ruach; baraca en los países islámicos; chi
en China; en el Japón, a esta energía se la conoce como ki; y para los rusos es energía bioplasmática.
En el Tíbet existen registros de técnicas de curación por medio de las manos desde hace más de
ocho mil años. Esas técnicas se expandieron por Grecia, Egipto, India y otros países, a pesar de que
la técnica permaneció perdida durante los últimos dos milenios. Existen hechos que indican que
Jesús practicó el Reiki en Egipto. Jesús aplicaba la técnica con mucho éxito, y también les decía a sus
apóstoles “curad a los que estén enfermos”. Hasta hoy día, algunos sacerdotes católicos conservan
técnicas de imposición de manos.
Existen personas que poseen habilidades personales, utilizando o no, las manos (los llamados
paranormales); les recomendamos a esas personas que entren en contacto con el Reiki, con el fin de
potenciar y dirigir la energía, agregando poder al que la naturaleza ya les ha otorgado.
cultural de la dinastía Meigi. En 1898, Mikao viajó a los Estados Unidos, donde estudió teología,
cristianismo y la Biblia, y, tras siete años de estudio, se doctoró en teología.
Estudió lenguas antiguas para poder leer las antiguas escrituras, inclusive el chino y el sánscrito, la
lengua más antigua de la India. Tras este largo periodo de estudios, al no haber encontrado las
respuestas, decidió que debería continuar sus investigaciones en algún otro lugar. En aquel
momento, tropezó con el hecho de que Gautama el Buda (620-543a. de C.) también era conocido
por sus curaciones de ciegos, de enfermedades tales como la tuberculosis y la lepra, entre otras, y
resolvió, por ello, regresar a Japón, a fin de investigar más sobre las curaciones realizadas por el
Buda, con la esperanza de hallar la clave para la curación. El principal centro budista se hallaba en
Nara, no obstante, en Kioto había cerca de 880 templos y monasterios, e incluso un templo Zen que
poseía la mayor biblioteca budista del Japón, donde podría investigar las escrituras de los Sutras
referentes a las curaciones del Buda.
Durante siete años, Mikao Usui peregrinó en busca de las Antiguas Escrituras en las bibliotecas, y
de monasterio en monasterio; entretanto, cada vez que tenía cerca algún monje budista, se dirigía a
ellos y les preguntaba si tenían conocimiento de alguna fórmula en relación con las curaciones
realizadas por el Buda, y siempre recibía la respuesta de que, en aquel momento, estaban muy
ocupados con la curación del espíritu para poderse preocupar con la
curación del cuerpo. Después de numerosas tentativas, llegó a un
monasterio zen y, por primera vez, fue alentado por un anciano monje que
estuvo de acuerdo en que podría ser posible curar el cuerpo, como ya lo
había hecho el Buda; y además, que si había sido posible una vez, debería
existir la posibilidad de descubrir nuevamente la fórmula de curación.
Pero le advirtió que, durante muchos siglos, toda la concentración se había puesto en la curación
del espíritu.
Mikao decidió que iba a estudiar los Sutras en el Tíbet y, en vista de que dominaba bien el sánscrito,
viajó a la India, y en una de sus investigaciones en un antiguo manuscrito de un discípulo anónimo
del Buda, escrito en ese idioma, encontró los cuatro símbolos sagrados de la fórmula utilizada por
el Buda para curar. Los Sutras, escritos hace más de 2.500 años, ponían en movimiento una energía
sumamente poderosa capaz de conducir a un poder ilimitado de curación; sin embargo, una simple
fórmula sin las explicaciones de cómo usarla, y sin poseer la debida capacidad de activarla, no le
otorgaba la habilidad de curar.
En 1908, en el Japón, Mikao decidió iniciar un periodo de ayuno y meditación de veintiún días, como
lo habían hecho los antiguos maestros, con el fin de purificarse para recibir una visión que lo
esclareciese. Dejó, entonces, el monasterio y se retiró al Monte Kurama, la montaña sagrada, situada
aproximadamente a 25 kilómetros de Kioto, llevando los Sutras encontrados por él en el Tíbet y,
escasamente, un recipiente de piel de cabra con agua y veintiuna piedras, que le servirían de
calendario, arrojando cada día una de ellas. Mientras pasaban los días, Mikao, en ayuno absoluto,
sentado cerca de un pino, escuchando el sonido de un riachuelo, permaneció meditando, orando,
entonando cánticos, leyendo los Sutras y pidiendo al Creador que le diese el discernimiento
necesario para utilizar los símbolos. El ayuno y la meditación ampliaron las fronteras de su
conciencia, y en la madrugada del vigésimo primer día, Mikao tuvo una visión en la que vislumbró
una intensa luz blanca que le golpeó de frente, proyectándole fuera del cuerpo; y, sintiendo la
conciencia profunda en comunicación con su “Yo” mental, al abrir totalmente su conciencia, pudo
ver muchas luces en forma de burbujas coloridas que contenían en su interior símbolos sagrados, y,
a través de la comunicación que estaba recibiendo, le fue dada la comprensión de los significados
de los símbolos y la utilización de los mismos. En aquel momento, Mikao recibía su iniciación, el
conocimiento de cómo utilizar los símbolos y de cómo activar el poder en otras personas,
rescatando así el método milenario de terapia.
Cuando concluyó el trance que le trajo la visión, el doctor Usui se sintió bien, sin hambre, lleno de
energía, fuerte y en total plenitud, hasta el punto de lograr caminar de regreso al monasterio. Se
sentía totalmente diferente a los últimos momentos que precedieron al final de los veintiún días de
meditación. No seguía sintiendo los esfuerzos del retiro y del ayuno, y se levantó con entusiasmo y
comenzó a descender la montaña; ese fue el primer milagro de aquella mañana. Durante el descenso
de la montaña, con la prisa de regresar con sus revelaciones recientes al monasterio zen donde vivía,
Mikao sufrió un accidente, al tropezar en una piedra, haciéndose bastante daño, hasta el punto que
el pie le comenzó a sangrar y a dolerle mucho; instintivamente, Mikao impuso las manos y, en poco
tiempo, se le pasó el dolor y se detuvo la hemorragia; ese fue el segundo milagro. Usui tenía consigo
la clave de la armonización que tanto había buscado. El tercer milagro se produjo durante el camino
de regreso al monasterio, cuando se detuvo en una posada para comer. El hombre, ya anciano, que
lo atendió, viendo la longitud de su barba y el estado de sus ropas, comprendió que había
permanecido en ayuno durante un largo periodo, y lo animó a comer un tipo especial de pan, ante
el peligro de romper un ayuno con comida demasiado abundante. El doctor Usui rechazó la
sugerencia y pidió el menú completo. Sentado en un banco bajo un árbol, se comió los alimentos sin
ningún problema de digestión (este fue el tercer milagro). Mikao se percató de que la nieta del
hombre que le había servido estaba llorando, y que una parte de su rostro estaba hinchada y
enrojecida. Le preguntó qué le estaba sucediendo, y la niña le respondió que tenía dolor de muelas
desde hacía tres días, y que su abuelo era muy pobre para llevarla al dentista en Kyoto. El monje se
ofreció para ayudar y le tocó en el lugar donde le dolía. El cuarto milagro ocurrió a medida que el
dolor y la hinchazón desaparecieron.
Tras 25 kilómetros de caminata, al llegar al monasterio zen, el doctor Usui se enteró de que su amigo,
el anciano abad, estaba en la cama con un ataque doloroso de artritis, mal que ya lo afligía desde
hacía muchos años. Mikao se fue a visitar al amigo y, mientras hablaba de sus experiencias con el
monje, colocó sus manos sobre la zona afectada, y muy rápidamente desaparecieron los dolores. Le
comunicó al monje que había encontrado aquello que buscaba desde hacía tantos años; le contó
sobre la meditación y la visión, y le dio el nombre de Reiki a la energía que le había aplicado.
Nuevamente fue alentado por el abad y, tras alguna discusión, decidió trabajar con su
descubrimiento entre los mendigos de la ciudad de Kioto.
El siguiente paso de Mikao Usui era poner en práctica el Reiki de la mejor forma posible. Tras unas
cuantas semanas de permanencia con los monjes en el monasterio, donde el asunto fue bastante
discutido, principalmente con su amigo el anciano abad, se decidió a llevar el Reiki al mundo,
practicando lo que había descubierto más allá de los muros del monasterio.
Decidió que trabajaría en barrios pobres, donde las personas no tuviesen condiciones económicas
para tratarse sus problemas de salud con médicos herbolarios y acupuntores. Se convirtió en
vendedor ambulante de verduras en cestos, con el fin de sobrevivir y encontrar a esas personas
necesitadas, y enseguida se familiarizó con los mendigos de Kioto y con todas las personas
marginadas por la sociedad de su época, con el propósito de hacer que fuesen más felices,
provechosas y dignas.
Su intención era curar a los mendigos y pedigüeños para que pudiesen recibir nuevos nombres en
el templo y se reintegrasen de esa forma a la sociedad. Curó, primero, a los más jóvenes y
habilidosos, y los mandó buscar trabajo en la ciudad para que pudiesen vivir mejor; hizo lo mismo
con los más viejos y los orientó para que se ganaran la vida sin mendigar. Logró alcanzar los
resultados esperados y muchos se curaron totalmente.
Cumplida esa etapa, se puso a recorrer las ciudades y aldeas repletas de indigentes y enfermos,
ayudándolos con la técnica que poseía. Trabajó durante tres años junto a los alienados de la
sociedad y, después de esa peregrinación por las ciudades y aldeas del Japón, regresó a Kioto donde,
para su decepción y tristeza, constató que muchos de los que había ayudado e inducido a
mantenerse con el trabajo honrado, habían vuelto a la mendicidad, en las mismas condiciones
anteriores de miseria. Intrigado, les preguntó por qué, pudiendo trabajar, no lo hacían. Le
respondieron que era más fácil mendigar que esforzarse en el trabajo.
En aquel momento comprendió que el esfuerzo realizado para beneficiar al prójimo, al que había
dedicado tantos años de su vida en investigar y descubrir, y en ofrecer, parecía no ser suficiente; se
dio cuenta de que había curado el cuerpo físico de los síntomas, pero no les había enseñado cómo
apreciar la vida bajo un nuevo modo de vivir. Descubrió que aquellas personas no habían aprendido
nada respecto a la responsabilidad, y tampoco en cuanto a la gratitud. Percibió entonces que la cura
del espíritu, como la predicaban los monjes, era tan importante como la cura del cuerpo, en vista de
que, con la aplicación del Reiki, sólo había validado y ratificado la condición de pedigüeños de
aquellas personas. La importancia del intercambio de energía se hizo patente para él: las personas
necesitaban devolver aquello que habían recibido o la vida para ellos carecería de valor.
En esa ocasión, el doctor Usui estableció los cinco principios del Reiki. Mikao dejó el trabajo con los
mendigos y resolvió enseñar a quienes deseaban conocer más; enseñaba a sus discípulos cómo
curarse a sí mismos y les mostraba los principios del Reiki para ayudarles a alcanzar la armonía de
los cuerpos físico, emocional, mental y espiritual. Mikao Usui practicaba el método Reiki inspirado
solamente por ideales amorosos. El Reiki, hasta entonces, consistía nada más que en el uso de la
energía, los símbolos sagrados y el proceso de iniciación. Mikao, tras su peregrinación, caminando
por todo el Japón e invitando a todas las personas que sentían tristeza, depresión y dolor físico a
que asistieran a sus charlas sobre Reiki, fue condecorado por el emperador del Japón, por sus
curaciones y enseñanzas practicadas con ideales amorosos. Antes de fallecer, el 9 de marzo de 1926,
Mikao Usui otorgó el maestrazgo del conocimiento de Reiki a dieciséis personas, mediante el mismo
método tradicional milenario, el “método de boca a boca” y, entre los contemplados, se destacó el
doctor Chujiro Hayashi como para ser su sucesor, entregándole la responsabilidad de transmitir y
mantener intacta la tradición Reiki.
Éstos fueron los principios dejados por el doctor Mikao Usui para que fueran transmitidos a lo largo
del tiempo:
En la década entre 1920 y 1930, el doctor Usui, sintiendo que su vida llegaba al fin, comunicó a los
demás maestros que Hayashi era la persona escogida para continuar su trabajo, designándolo como
su sucesor. Hayashi asumió la responsabilidad de difundir la técnica, formando nuevos maestros y
asegurando que el Reiki continuase como él lo había practicado. De este modo, el doctor Hayashi
fue el segundo Grand Reiki Master. Hayashi, doctor en Medicina, consciente de la importancia del
método, preservó el conocimiento de éste y fundó la primera clínica de Reiki en Tokio, cerca del
palacio imperial; la clínica disponía de ocho camas; en cada una, dos expertos en Reiki trataban de
sus problemas a las personas. En aquella época los riesgos quirúrgicos eran muy grandes debido a
que la penicilina sólo se difundió en el mundo después de 1945. Hayashi no recibió apoyo financiero
del Gobierno para su clínica; no obstante, consiguió mantenerla durante más de veinte años gracias
a la ayuda de quienes podían pagar sus tratamientos, y gracias también a los excelentes resultados
que obtenía. La clínica llegó a ser reconocida como una alternativa válida para todo tipo de
problemas.
La clínica no sólo curaba, sino que también enseñaba a los nuevos discípulos la práctica del método;
y los nuevos terapeutas salían también a curar a las personas que no podían movilizarse.
Hayashi mantuvo comprobantes detallados de tratamientos, acumuló una amplia documentación
que demuestra que el Reiki encuentra la fuente de los síntomas físicos y revitaliza el cuerpo en su
totalidad.
Esas informaciones fueron utilizadas por él para replantear las posiciones de la aplicación y
sistematizar los niveles de Reiki. A esta técnica le puso el nombre de Usui Reiki. Tras la contribución
del doctor Hayashi, el Reiki quedo estructurado, permitiendo que todas las personas de este planeta
puedan utilizarlo sin conocimientos especiales previos.
Sabemos que Hayashi era un hombre práctico y con bastante criterio, que trabajó mucho en su
clínica, haciéndola famosa y próspera, hasta el punto de que fuera visitada por el propio emperador
japonés.
En 1938, el doctor Hayashi, como militar, presintió que estaba comenzando una gran guerra, y que
morirían muchos hombres; decidió entonces otorgar el maestrazgo a su esposa y a la señora
Hawayo Takata. Chujiro Hayashi falleció un martes 10 de mayo de 1941, habiendo elegido antes a
la señora Takata para dar continuidad a la propagación del Reiki, en e l Japón y en otras partes del
mundo, recordando siempre que, en aquella ocasión, había solamente cinco maestros vivos, y entre
ellos su propia esposa, Chie Hayashi.
Con mucha sensibilidad, Hawayo se dio cuenta de que la noticia era demasiado triste para dársela a
los padres por correo, de modo que Takata resolvió comunicarles personalmente la noticia, ocasión
que aprovechó para tratar de su salud en la Clínica Maeda, en Akasaka, donde había sido asistido su
marido antes de fallecer. En 1935, ya en el Japón, tras diez días con sus noches de viaje en barco,
descubrieron que Takata sufría de un tumor abdominal, además de piedras en la vesícula y un
problema en el apéndice, razón por la cual su estómago le dolía todo el tiempo, impidiéndole andar
erguida.
Takata fue internada para ser sometida a una operación. Ya en el quirófano, minutos antes de la
operación, Hawayo oyó una voz que, de manera repetida, afirmaba: “la operación no es necesaria”.
Sintió entonces que debía haber otro modo de curarla. El médico, al serle comunicado el “aviso”,
canceló la operación y le recomendó que recibiera un tratamiento de Reiki en la clínica Shina No
Machi, del doctor Hayashi, donde comenzó a recibir tratamiento diario; y en cuatro meses estaba
totalmente curada; había ganado cinco kilos y parecía estar diez años más joven. Durante el
tratamiento, Takata no entendía cómo las manos de aquellas personas que la trataban podían
sentirse tan calientes, y llegó a buscar posibles pilas escondidas en los terapeutas. Hawayo se sintió
inclinada a aprender el Reiki, si bien, en la sociedad japonesa era un tesoro reservado a los hombres
e inaccesible a los extranjeros. Después de haberle sido rechazada su primera solicitud, tras aportar
el fuerte argumento de intentar ayudar a los inmigrantes japoneses nipo-americanos, le fue
otorgado el permiso de aprenderlo, aceptando permanecer en el Japón trabajando en la clínica de
Reiki todos los días a lo largo de aquel año. Takata quedó hospedada en casa de la familia del doctor
Hayashi, y recibió el primer nivel de Reiki en la primavera de 1936. Trató muchos casos distintos
con éxito, y aprendió que para tratar el efecto era preciso eliminar la causa.
Cumplidas con éxito las exigencias impuestas para el primer nivel, Takata recibió el entrenamiento
del segundo nivel y quedó debiendo quinientos dólares. Regresó de inmediato a Hawai, sin que,
hasta entonces, tuviese ninguna intención de hacerse profesional del Reiki. En octubre de 1936 se
instaló con su familia en una casa en Hilo, en la Avenida Kilauea, donde, durante diez años, funcionó
su primer consultorio. Hawayo recibió en su casa la visita del doctor Hayashi y su hija, quienes
permanecieron en Hawai, durante seis meses, pronunciando conferencias y haciendo
demostraciones sobre el Reiki.
En febrero del 1938, antes de que Hayashi dejara Hawai para regresar al Japón, comunicó a sus
alumnos que Takata, a partir de aquel momento, era maestra de Reiki y estaba autorizada para
transmitir la técnica. En consecuencia, era la séptima maestra del siglo XX en el mundo. Y la primera
mujer en Occidente, y siguió siendo la única hasta el año 1970.
Podemos decir que el doctor Hayashi era un místico; fue capaz de sentir lo inminente de una guerra
entre Japón y Estados Unidos, y, como reservista de la Marina, no podía conciliar el hecho de ser
maestro de Reiki y tener que servir nuevamente a las Fuerzas Armadas. En 1940, Takata soñó con
su maestro Hayashi vestido con un kimono de seda blanca; Takata se quedó inquieta y resolvió
viajar a Japón para ver a Hayashi. Cuando llegó a Japón, Hayashi le habló sobre la guerra, sobre quién
sería el vencedor, y de lo que debería hacer, y dónde debería ir para evitar los peligros de su
condición de ciudadana nipo-americana con residencia en Hawai. Todas las previsiones se
confirmaron y ocurrieron con el objetivo de proteger la divulgación del Reiki. Cuando se habían
tomado todas las providencias necesarias para la preservación del Reiki, el doctor Hayashi reunió a
la familia y los demás maestros, nombró a Takata como la sucesora del Reiki y comunicó a todos los
presentes que su fallecimiento ocurriría en torno a las 13 horas de aquel mismo día. A las 13 horas,
el doctor Hayashi entró en la sala y anunció a todos la ruptura de una de las arterias de su corazón,
y después de unos minutos, la ruptura de la segunda. Su transición ocurrió tal como anunciara;
sentado a la manera tradicional japonesa, cerró los ojos y dejó conscientemente su cuerpo entre los
amigos. Vestía el mismo kimono que Takata había visto en el sueño y que le llevara a Japón.
En 1941, incluyendo a la señora Chie Hayashi, había solamente cinco profesores vivos de Reiki.
Takata se convirtió en una poderosa sanadora e introdujo el
Método Reiki en el mundo occidental, constatando, de acuerdo
con lo que le había sido transmitido por el doctor Hayashi, que
todas las personas que eran iniciadas, gratuitamente, en el
Reiki no percibían la grandeza del método, razón por la cual
no le daban el debido valor.
El 12 de diciembre de 1980 fallece Takata, y sus cenizas son enterradas en el templo budista de Hilo.
Se reunieron los veintidós maestros, y resolvieron reestructurar y dar continuidad a la “American
International Reiki Association (AIRA), con sede en Florida”. Algunos maestros, debido a ciertas
divergencias, crearon una segunda asociación, denominada “The Reiki Alliance”.
Existen muchas controversias al respecto del material de consulta; por lo tanto, algunas fechas
significativas son aproximadas:
6000 a. de C. Registros en el Tíbet de técnicas de curación por medio de las manos.
620 a. de C. Nacimiento de Siddhartha Gautama (Sakyamuni Buda) en la India.
543 a. de C. Muerte de Siddhartha Gautama en Kusingara (India).
500 a. de C. Un discípulo del Buda deja registrado a través de los Sutras, en sánscrito, los
símbolos de captación de energía.
1603 d. de C. Japón cerró sus fronteras, prohibiendo el cristianismo, bajo pena de muerte.
1853 Los Estados Unidos piden al Japón un puerto libre, lo que les es negado.
1854 El japón se rinde a los Estados Unidos y a sus aliados.
1865 Nace Mikao Usui, el 15 de agosto.
1861/65 Comienza la guerra de secesión en Estados Unidos.
1867 Comienza la era Meiji en Japón, con la subida al trono de Mutsu-Hito.
EDIFICA Escuela de Desarrollo Integral y Formación Intencional. Página 18
Manual Básico de REIKI I Reiki Master Carlos Ignacio Niño Morales
Los Precios de los cursos sufren variación de un maestro a otro, principalmente en función de su
experiencia y del material didáctico empleado, si esta o no respaldado por una federación nacional
o internacional, cuenta con el linaje de transmisión y otros detalles éticos o de sus ideales, siempre
hay que tener cuidado con los cursos que esten por debajo de los precios de mercado y sobretodo
con la trayectoria y tiempo dedicado a la enseñanza de la disciplina. A continuación señalamos
algunos precios como referencia, en moneda norteamericana, para que los alumnos se orienten.
Existen maestros que cobran precios irrisorios por ese curso, y transmiten el conocimiento de ese
nivel en un periodo de poco más de cuatro horas, lo que debería durar meses, (nivel de maestría)
En caso de que el alumno encuentre valores fuera del rango que indicamos, debe estar precavido y
escuchar claramente la voz del corazón.
Mínimo Máximo
Niveles (Dólares USA) (Dólares USA)
Reiki I 150 300
Reiki II 300 500
Reiki III-A 500 1100
Reiki III-B 3000 10000
El pago de terapias es lícito, necesario y correcto, dentro del pleno respeto de la ley de la naturaleza
que requiere el libre intercambio de energía. El reikiano cobra por el tiempo dedicado como canal
en el tratamiento, y no por la energía Reiki, que es divina, regalada e ilimitada. En algunos casos se
establece el cobro por lo que las demas terapias alternativas se cotizan en el mercado, por ejemplo
un masaje que dura el mismo tiempo de tratmiento.
Capítulo 3
Simbolismo del Reiki
3.1. El ideograma
3.2. El color
El color simbólico del Reiki es el verde, que es el color de la curación, así como del amor; guarda
correlación con el chakra cardíaco, responsable por nuestro amor incondicional y por el sistema
inmunológico. Sus ideogramas son hechos en dorado, pues ese es el color cósmico; Reiki es luz que
nos lleva de regreso a la gran luz.
3.3. El bambú
El Reiki tomó de la naturaleza, como símbolo, el bambú que, en su simplicidad, resistencia al viento
(cuando sopla fuerte), vacío, rectitud y perfección, puede representar, metafóricamente, el
funcionamiento de la energía. El bambú es flexible a pesar de ser fuerte; reverencia al viento que lo
roza cuando sopla, se dobla a la vida, mostrándonos que cuanto menos se oponga un ser a la realidad
de la vida, más resistente se volverá para vivir con plenitud. El bambú es fuerte, y sirve para la
construcción de embarcaciones, muebles y edificaciones, es decir, todos los que recibieron el Reiki
tienden a permanecer fuertes y resistentes.
Entre un nudo y otro, el bambú es hueco, vacío; como vacío es el espacio entre el cielo y la tierra,
representando los que escogieron ser canales de Reiki, los cuales pasan a funcionar en ese vacío
como verdaderos “tubos” canalizadores de energía cósmica. La rectitud sin igual del bambú, la
perfección de su proyectarse hacia las alturas, así como sus nudos, los cuales simbolizan las
diferentes etapas del camino, simbolizan el objetivo de nuestro itinerario interior, de nuestro
crecimiento y de la evolución en dirección a la meta.
En el Japón, el bambú es una planta de buenos auspicios, de buena suerte; pintar el bambú es
considerado no sólo arte, sino también un ejercicio espiritual. En algunas culturas africanas, el
bambú es un símbolo de alegría, de felicidad, de vivir sin enfermedades ni preocupaciones, y es
interesante observar cómo esa simbología tiene que ver con los principios del Reiki.
Representación usada por la “Reiki Alliance”.
Capítulo 4
Cómo convertirse en un canal de Reiki
4.1. El futuro reikiano
Todos podemos ser un canal de Reiki; no existe límite de edad ni se exige condición alguna. El Reiki
se encuentra al alcance de todos, inclusive de niños, ancianos y enfermos. Todos nosotros, en
determinados momentos de nuestra vida, pasamos por situaciones difíciles de sufrimiento, tanto
personal como ajeno; no sólo sufrimiento físico, material, sino también emocional, psíquico y, en
algunas ocasiones, espiritual. Hemos deseado eliminar el sufrimiento, nos habría gustado, al menos,
poder minimizar aquel dolor, o ayudar a proporcionar alivio a quien teníamos cerca y nos hemos
sentido completamente impotentes. Cuántas veces hemos pensado que, si pudiésemos disponer de
algo para interactuar, para ayudar a aliviar los sufrimientos, la vida podría ser mucho mejor.
Entonces, de alguna forma, llega a nuestro conocimiento que el Reiki está disponible para nosotros
y que es inagotable.
En ese feliz momento se hace necesario buscar un maestro de Reiki habilitado en uno o en varios
sistemas (Usui, Tibetano, Osho o Kahuna) y participar de un seminario de sintonización. Reiki es
una energía de amor que pasa a través de nuestro corazón, por nuestro chakra cardiaco. Cuando
nos convertimos en Canal de Reiki, somos tan sólo un medio a través del cual fluye la energía del
amor universal. Nos damos cuenta, tras la activación energética promovida por un maestro
habilitado, de que somos capaces de ayudarnos y proporcionar ayuda al prójimo que lo necesite,
pudiendo hacer fluir por nuestras manos la energía vital, curativa, cósmica, espontánea e ilimitada
con un simple gesto. Es tan simple que nos resistimos a creerlo. ¡Es increíble!.
En ese momento se abre para nosotros un mundo totalmente nuevo, diferente, que, al principio, no
podemos aceptar que pudiera existir; entretanto, necesitamos permanecer alerta para no permitir
que ese reconocimiento venga a alterar nuestro ego, lo cual entorpecería nuestro propio proceso
evolutivo.
A partir del momento de la iniciación, se abre dentro de la persona una puerta que, una vez
traspasada, lo introduce en una nueva realidad. El iniciado se convierte en un verdadero canal de la
Energía Reiki, o sea, tendrá siempre contacto con esa energía universal y podrá aplicarla cuando
quiera; y sólo con imponer las manos, la energía fluirá.
La iniciación es una ceremonia sagrada, y el contacto se restablece a través del maestro que lo
habilita como canal de energía. Un verdadero maestro de Reiki recibe una serie de transmisiones
de energía y se encuentra apto para activar, aplicar y enseñar a los demás. El maestro de Reiki no
ejerce poder sobre sus estudiantes; es, simplemente, alguien que escogió aceptar la gran
responsabilidad de transmitir a los interesados el conocimiento que adquirió en su destino. Mikao
Usui redescubrió el modo de volvernos a religar a la energía vital del universo. “Religare”, ese
proceso al cual se dio primeramente el nombre de iniciación, es hoy denominado proceso de ajuste
o sintonización, indicando que la persona está ajustada o sintonizada con el Reiki, a semejanza de la
sintonización que se lleva a cabo en una radio o televisor, a una determinada frecuencia o estación.
Podemos, también, denominar armonización a ese proceso, por el hecho de ser un poderoso
vehículo de conciliación de todos nuestros cuerpos.
En el proceso de iniciación, todos los canales de fuerza del cuerpo, responsables de la captación y
distribución de nuestra energía, son reactivados para funcionar dentro de los moldes originales,
proporcionando el poder de curar y armonizar, no solamente a nosotros mismos, sino también a
todos los que tocamos. Una vez realizada la iniciación, ese canal de energía permanecerá abierto
toda la vida, evitando que haya participación y desgaste de energías personales en los tratamientos.
Con la iniciación, las manos irradian vibraciones que fluyen a partir de la cabeza, cuando entran en
contacto con zonas en desarmonía. Las manos están aptas para curar enfermedades agudas y
crónicas.
La sintonización del Nivel I se centra, principalmente, en la apertura del cuerpo físico para que sea
receptivo a la gran cantidad de energía vital que va a recibir. Las cuatro sintonizaciones que realiza
el maestro en el Nivel I elevan la frecuencia vibratoria de los cuatro centros de la parte superior del
cuerpo humano, que son también conocidos como chakras.
Durante el proceso de iniciación, la persona que está siendo activada podrá experimentar una serie
de sensaciones, tales como: sentir mucha paz y armonía, un calor agradable, una profunda
relajación, calor en las manos, tristeza profunda, llanto o amor. La persona también podrá visualizar
maestros, ver luces, ver colores tales como: el azul celeste, el violeta, el dorado, e incluso proyectarse
hacia el pasado. Ya tuvimos la oportunidad de asistir a muchas personas que visualizaron parientes
desencarnados.
Tras la iniciación puede parecer que nuestra condición ha empeorado o presenta mayor gravedad;
en realidad, estaremos pasando por un proceso de limpieza que no puede ser evitado. Ese proceso
puede comportar graves crisis, pues estarán siendo erradicados bloqueos energéticos antiguos. Las
toxinas e impurezas consideradas como basura energética se almacenan en el ser humano durante
toda su vida, minimizando la calidad de vida; y durante esta eliminación serán desechadas todas las
toxinas e impurezas de nuestros cuerpos físico, mental, emocional y espiritual.
La “limpieza” ocurrirá a través de las heces, la orina, el sudor, los pensamientos, los sueños, y en
forma de los sentimientos negativos que se generaron. Tras la remoción de esos sedimentos, el
cuerpo estará apto para funcionar de forma más armoniosa y positiva. El practicante de Reiki,
después de cada iniciación en diferentes niveles de la práctica, podrá sentir reacciones emocionales
(rabia/amor), magnéticas (rechazo/atracción), mentales (pensamientos/confusiones) y
espirituales (construcción/destrucción). Este proceso durará un máximo de veintiún días.
La limpieza, en su recorrido desde el centro coronario hasta el centro cardiaco, lleva más o menos
tres días. La de los centros inferiores lleva más tiempo, aproximadamente los dieciocho días
restantes, por ser más densos y de vórtices menos veloces. Durante ese periodo de eliminación, es
imprescindible que se realice la autoaplicación, diariamente, para facilitar el proceso de limpieza,
principalmente las posiciones 1 y 4, de la cabeza; 1 y 3, de la frente, 3 y 4, de la espalda, que lo
veremos más adelante.
Durante esas tres semanas, es aconsejable evitar, o al menos minimizar, el consumo de bebidas
alcohólicas, carne roja y enlatados. Procure ingerir bastante agua, frutas, legumbres, verduras y
alimentos con alto contenido de fibras.
Es la fuerza que mantiene la vida en todos los seres vivos: humanos, animales, plantas, etc. Es eso
que nos hace despertar cada mañana y que nos impulsa a movernos a vivir. A partir de teorías como
la de Albert Einstein, se comenzó a ver la realidad de una manera diferente, el modelo newtoniano
(mecanicista-todo es materia) dio paso a una visión energética del mundo, de la realidad; y nació
una nueva visión holística (del griego holos: todo, total, entero) en Occidente, que es al mismo
tiempo muy antigua en Oriente.
La famosa ecuación E=m x C2 nos demostró que la materia y la energía son una única realidad que
se presenta en forma diferente; la Física Cuántica demuestra que los átomos están compuestos de
partículas como protones, neutrones y electrones, y que estas partículas subatómicas, están
formadas por partículas aún menores denominadas quantas. Las partículas, en especial los
electrones, pueden comportarse de dos maneras: como ondas o como partículas. Cuando el electrón
no está siendo medido, se comporta como onda, y cuando es observado, se convierte en partícula.
El observador modifica lo observado.
Con esto deducimos que lo que vemos como materia sólida, son paquetes de información y energía
condensados, dando la apariencia de sólidos...Como consecuencia, no podemos ver nuestro cuerpo
como una estructura mecánica, sino como una estructura que se compone de una parte energética,
una espiritual y una física (energía condensada) que se mantienen unidas gracias a una serie de
fenómenos que se encuentran relacionados entre sí y con el universo en movimiento.
Comparados con el universo somos menos que un grano de arena, sin embargo, el universo no
existiría sin nuestra presencia, ya que somos una de las partes que forma el Todo.
5.2. Chakras
La palabra chakra es sánscrita y significa “rueda”. En Oriente, donde los chakras se conocen desde
la antigüedad, les dan nombres exóticos. Encontramos una vasta literatura al respecto de teorías
orientales que son, en verdad, la base del trabajo científico de investigadores occidentales y de
terapeutas. Como el Reiki trabaja, principalmente, sobre el cuerpo energético, es muy importante
conocer esos trabajos. Los chakras son centros energéticos coloridos y redondos responsables por
el flujo energético en el cuerpo. Tienen como función principal absorber la energía universal,
metabolizarla, alimentar nuestra aura y, finalmente, emitir energía al exterior. En Occidente los
chakras son visualizados como remolinos de energía, pequeños conos (embudos) de energía
giratoria, que funcionan como vehículos de energía o zonas de conexión de energía, y que unen el
cuerpo físico al energético, funcionando como una especie de aparato de captación y expulsión,
cuyos vórtices giratorios permanecen en constante movimiento y tienen, en el ser humano normal,
un diámetro de 5 a 10 centímetros.
Los chakras son responsables de innumerables acciones complejas en el cuerpo humano. A través
de los chakras perdemos energía cuando estamos ante un sufrimiento físico y emocional, pues cada
chakra es un punto colector de una determinada zona de conflicto y desarrollo. Los escritos antiguos
mencionan aproximadamente 88.000 chakras. Eso significa que en el cuerpo humano no existe
prácticamente un punto que no sea sensible energéticamente. La mayor parte de ellos desempeña
papeles secundarios. Los chakras con los que trabaja el Reiki son los siete principales, y están
localizados desde la base de la columna a la parte superior de la cabeza.
De los siete chakras principales, dos son simples; tienen apenas un vórtice (acceso): el primero y el
séptimo; en cuanto a los otros, son dobles, y presentan vórtices anterior y posterior. El aura humana
está asociada a esos siete chakras principales.
Los chakras se establecen en los canales energéticos; más precisamente, en la intersección de los
flujos energéticos conocidos como meridianos. Los chakras giran hacia la derecha o hacia la
izquierda, y el sentido de rotación cambia de un chakra a otro, y de un sexo a otro; así, el chakra
básico del hombre gira hacia la derecha, expresando un modo más activo y dominador en el ámbito
material y sexual; el chakra básico de la mujer gira hacia la izquierda, expresando una mayor
receptividad a la fuerza creadora de la tierra y a la fuerza en la expresión de las emociones.
En la aplicación del Reiki, si usted siente que fluye la energía, entonces ese chakra presenta un
defecto en la función, y requiere de energía: si usted conoce las funciones, puede comprender el
estado del paciente y saber cómo se enfrenta con la vida.
Los nombres de los chakras son de origen oriental y, en Occidente, nos referimos a ellos por los
números y por el nombre de su centro físico de localización en el cuerpo humano. Vamos a explicar
a continuación los siete chakras principales, con las funciones, colores, atributos, etc.
Cada chakra tiene un color relacionado con su aura correspondiente, que deriva de la frecuencia de
vibración del mismo chakra; cada uno vibra con un sonido o mantra que corresponde a una nota
musical, y también se relaciona con un elemento natural (fuego, aire, agua y tierra). En la
representación oriental los chakras se ven como un número variable de pétalos; como si fuesen
flores, en función de la complejidad de cada uno. Resumiendo, cada chakra tiene su función y
significado, y está ligado a determinados órganos que desempeñan funciones específicas en el plano
emocional, psíquico y espiritual.
Capítulo 6
Cómo y dónde aplicar Reiki
6.1. La sala de aplicación
Entonces, cuidemos al máximo el lugar donde vayamos a actuar y seamos organizados: amor,
armonía y belleza. Los ambientes recogen energías, se quedan con sentimientos y pensamientos
archivados. En ocasiones podrá haber habido peleas y discusiones en el ambiente; esas energías
nocivas permanecen archivadas en el lugar, pudiendo perjudicar el tratamiento del Reiki. Para
realizar tratamientos de Reiki, el ideal sería un ambiente reservado exclusivamente para esta
finalidad, a fin de evitar esas vibraciones y energías nocivas. En caso de que este ambiente no esté
disponible, es indispensable que el reikiano haga antes un tratamiento de limpieza energética en el
ambiente.
Los reikianos de nivel I, que todavía no están aptos para la utilización de símbolos de limpieza de
ambiente, pueden utilizar la siguiente técnica mental: se visualiza primero una luz violeta que fluye
y limpia todo el ambiente, después una luz blanca para energizarlo, y posteriormente una luz dorada
para sellar el ambiente contra vibraciones negativas venidas de fuera. Una vez realizado este
procedimiento, cualquier habitación puede ser utilizada para el Reiki.
Reiki I está diseñado para comenzar con un periodo de practica y de afirmación en la técnica matural
de sanación, el despertar o profundización de la capacidad de la energía para fluir en tu canal vital
y consciente por lo que se recomienda poner toda la atención en este proceso personal y estar muy
atento a los procesos y cambios sucitados.
Al definir a Reiki como la conexión del amor, la práctica de reiki naturalmente nos lleva a compartir
el beneficio con nuestros seres queridos, Es recomendable mantener esto en cuenta durante el
proceso de iniciación que dura 21 dias y mantener la practica entre nuestro circulo intimo de
familiares y amigos muy cercanos que necesiten y QUIERAN recibir tratamiento Reiki, Evite a toda
costa hacer un tratamiento si la persona no desea por cualquier razón o creencia, primero porque
no es ético y segundo puede acarrear consecuencias desfavorables en el fluir de la energía para
usted o la persona receptora y esta en consonancia con la ley de correspondencia o causa y efecto.
Reiki puede ser usado en plantas y animales en este nivel inicial, en el caso de las plantas solo basta
con colocar las manos con la intención y la sintonía Reiki a una distancia de 10 0 15 cm del cuerpo
de la planta a una altura media o envolvente en relación al tamaño de la planta, en el caso de un
arbol algunos de nuestros hermanos verdes pueden servir para librarnos de energias acumuladas
mediante un abrazo y le podemos agradecer y enviar nuestra energia de amor y canalizar Reiki
proyectando nuestras manos desde nuestro centro cardiaco hacia su tronco.
El color de la ropa del terapeuta no importa, debe ser cómoda y limpia, para evitar las
impregnaciones energéticas negativas en ropas muy usadas. La energía Reiki pasa sin problemas a
través de la ropa y otros materiales, por eso no es necesario que el paciente se la quite.
Deben retirarse todos los adornos de metal, tanto del receptor como del practicante, argollas,
anillos, pulseras, cadenas, cristales y reloj; éstos poseen vibraciones propias que pueden interferir
en la energía Reiki. Una medalla, un anillo o una pulsera que no se logra, o no se quiere quitar por
cuestiones religiosas, no causarán una gran interferencia.
Observamos personas a las que les desaparecen los dolores de cabeza cuando comienzan a lavar
sus ojos regularmente con agua corriente. Luego, tratando de crear una atmósfera lo más libre
posible de cualquier interferencia, retire todas las joyas antes de aplicar el Reiki.
Para evitar la absorción de residuos etéricos, antes de iniciar la aplicación debemos lavarnos las
manos con agua corriente; haremos lo mismo al final para romper la interacción áurica. Si, por algún
motivo, no se dispone de agua, obtendremos el mismo efecto de limpieza energética exponiendo las
manos a la llama de una vela durante algunos instantes. Debemos asegurarnos de no ser
interrumpidos ni por la llegada de otra persona ni por una llamada telefónica.
Si lo desea, el terapeuta puede decir una oración silenciosa en agradecimiento por la gracia de poder
actuar con la energía divina y funcionar como puente y canal de la energía universal. Bajo ningún
concepto debemos insistir en que las personas reciban Reiki: es potestativo de cada uno desear
mejorar. Debemos hacer la centralización del corazón siempre y en cualquier tipo de tratamiento,
teniendo en cuenta que toda la energía que entrará por el chakra coronario pasará por el chakra
cardiaco, que, si está armonizado, convierte a la persona en un canal mejor. El reikiano no debe
involucrarse emocionalmente con el problema del paciente ni crear expectativas con relación a los
resultados. Debe recordarse al receptor que no necesita pensar en nada en especial, que la energía
fluirá libremente, y que también se puede hablar durante la sesión, el flujo de la energía Reiki no se
interrumpe; no obstante, el ideal es el silencio.
Antes de comenzar la aplicación alise el aura del paciente a fin de establecer un primer contacto.
Puede repetir este procedimiento tres veces; ese ritual sirve para establecer un primer contacto con
el paciente y para equilibrar el aura; es como si “antes golpease en la puerta”, en lugar de entrar sin
anunciarse.
Usted es un canal de Reiki; lo que cura es la energía de Dios, por eso acuérdese que el honor es de
él. El reikiano sincero no permite dejarse venerar o adorar por causa de curaciones realizadas. Por
ser sólo un canal no será responsable en caso de que no se produzca la curación, muchas veces por
falta de continuidad en el tratamiento, falta de higiene mental o, también, por factores kármicos.
Evite hacer diagnósticos: eso es prerrogativa médica, y no interfiera en el tratamiento a que la otra
persona esté siendo sometida; recuerde que el Reiki es una terapia alternativa y también
complementaria. En consecuencia, utilícelo también como complemento. La cantidad y la calidad
del Reiki en la aplicación está determinada por quien lo recibe; por esto, actúe con cautela contra la
creación de patrones de reacción y estímulos. En ocasiones, las personas pueden sentir calor,
hormigueo, palpitaciones, vibraciones; muchas veces pueden no sentir nada, o apenas un leve
relajamiento; sentir o no sentir no es un parámetro para juzgar la eficiencia del tratamiento. Es poco
común que se sintonice con el malestar del paciente.
Normalmente, el registro del malestar en el reikiano se produce en la misma parte del cuerpo donde
se localiza el dolor del paciente, sin embargo, eso no significa que el facilitador tiene o se quedará
con el síntoma del receptor. Ese hecho ocurre porque, durante la aplicación en otra persona, usted
estará participando de un campo áurico común.
sensaciones desagradables, analice los motivos de estar en sintonía vibratoria con ese estado y
revise su autotratamiento, intensificándolo. Al iniciar cualquier tratamiento, especialmente en
enfermedades graves, es recomendable hacer tres aplicaciones seguidas, durante tres días
consecutivos, facilitando así una respuesta más rápida del sistema inmunológico, pero eso no es una
regla. El terapeuta y la otra persona deben establecer, en forma conjunta, el cronograma de
aplicaciones, de acuerdo con la disponibilidad de tiempo de ambos.
Procure averiguar los motivos de la situación que llevó a la persona a estar dispuesta a recibir el
Reiki; tal procedimiento ayuda y facilita un derrotero seguro para la aplicación, y podremos escoger
las posiciones más específicas para el caso. Tanto el paciente como el terapeuta deberán mantener
piernas, dedos y brazos sin cruzarlos, para que todos los canales de energía del cuerpo puedan
recibir la misma cantidad y se mantengan igualmente desbloqueados y limpios.
Durante toda la sesión, el practicante debe buscar una posición cómoda, apoyar la espalda, relajar
los hombros y, si fuese posible, apoyar los brazos. El tiempo de aplicación en cada posición en el
nivel I es de cinco minutos, mientras que el tratamiento completo lleva setenta minutos, pues son
catorce posiciones básicas, pero no existe ningún impedimento para dedicar un tiempo menor de
aplicación, e incluso de no hacer todas las posiciones. Para escoger algunas, siga su intuición.
Sensibilícese al campo de energía de la otra persona y sentirá lo que es más adecuado a cada
situación. El ideal es el tratamiento completo; sin embargo, si se hace imposible, poco Reiki es mejor
que ninguno.
En cuanto a las manos, el reikiano mantendrá los dedos unidos y la mano en forma de concha,
ligeramente curvados, para que no haya dispersión de energía, como si estuviésemos bebiendo
agua, aunque sin tensionarlos, dejándolos flexibles y suaves.
El tratamiento deberá comenzar por la cabeza, siguiendo todas las posiciones convencionales, con
las manos colocadas suavemente; los cambios de posición, siempre que sean posibles, se hacen
moviendo apenas una mano cada vez, para no interrumpir el contacto. Para aplicar energía sobre la
región genital, es conveniente utilizar una toalla o manta doblada sobre esa parte del cuerpo, para
evitar malas interpretaciones. Otra forma es colocar las manos suspendidas, a dos o tres
centímetros del cuerpo, o pedir que el receptor coloque sus manos sobre la zona; entonces,
aplicaremos la energía a través de las manos del paciente.
Después del tratamiento es aconsejable, quedando a criterio del terapeuta, agradecer a Dios, en una
oración silenciosa, por la oportunidad de haber podido trabajar para alguien como canal Divino.
Con el fin de romper la interacción de campos áuricos, el terapeuta deberá lavarse las manos con
agua corriente, luego de haber terminado la sesión. O frotarse las manos vigorosamente y soplar
hacia ellas, para cortar el contacto con la persona tratada, haciendo que el flujo del Reiki cese; o, en
último caso, utilizar una llama.
Tras el tratamiento, es común que ambos sientan una sensación de paz, un relajamiento intenso y
un sueño profundo; deje que el paciente repose un cierto periodo de tiempo después. Se
recomienda, después del cambio del pañuelo, del agua y, si fuese necesario, de la sal, de la vela, de
la música y del incienso, que el terapeuta descanse, por lo menos durante quince minutos, entre una
sesión y otra; el ideal sería meditando. El Reiki también puede ser aplicado en animales, en semillas
y en plantas.
• Alivia la ansiedad.
• Proporciona relajamiento, incluso a nivel neurológico.
c) Cuerpo mental
• Alivia y disminuye la confusión mental, generando equilibrio y claridad de pensamientos e ideas.
• Permite aumentar la capacidad de concentración y centralización del individuo.
d) Cuerpo espiritual
• Equilibra el sexto chakra.
• Permite que penetremos en nuestro yo interior, para estar en contacto con nuestra propia
sabiduría.
• Nos abre hacia energías superiores.
• Permite perder la sensación de dualidad y alcanzar la sensación de unicidad con las leyes divinas.
• Amplía y ayuda a purificar la conciencia.
• Beneficia el plano de la devoción espiritual, favoreciendo la meditación y el estado de
concentración.
• Reduce el estrés.
• Desarrolla felicidad, autoconfianza, placer y armonía.
c) Cuerpo mental
• Desarrolla serenidad, centralización, tranquilidad, relajamiento y calma para que
podamos afrontar los problemas cotidianos. 80
d) Cuerpo espiritual
• Desarrolla el amor incondicional a los semejantes y al mundo.
Tras la iniciación, el reikiano pasa a pertenecer a un árbol o linaje de maestros, y se torna importante
conocer esa cadena de cada maestro. El "Linaje Reiki" nos hace referencia a la transmisión de
iniciaciones que nos une con Usui Sensei a través de nuestro Maestro. Este linaje va pasando de
maestro a maestro, dándole respaldo, transparencia y solidez a tu práctica. Es importante aprender
el linaje de tu maestro para así conocer el tuyo propio. El Linaje siempre comienza con Usui Sensei
y de Maestro en Maestro hasta llegar a cada uno de nosotros los practicantes de Reiki.
Existen, básicamente, dos cadenas de Linaje: el Reiki Tradicional Japonés (Linaje Usui Sensei a
través del "Usui Reiki Ryoho Gakkai") y el Reiki Occidental (Linaje Usui-Hayashi-Takata a través de
"Reiki Alliance", "Radiance Technique" - "A.I.R.A." y los Maestros independientes).
El doctor Mikao Usui enseñó tres niveles o grados principales de Reiki, que deben ser mantenidos
intactos en su esencia. Todos los niveles son activados con iniciaciones que, conforme vimos,
también son llamadas activaciones de los chakras. El alumno que recibe el primer nivel, de acuerdo
con su conveniencia, puede detenerse ahí o aprender otros niveles y profundizar en los estudios.
Varios maestros, en la actualidad, dividen el tercer nivel del Reiki en dos fases (maestro interior y
profesor), por entender que el alumno, para aplicar la técnica del maestrazgo en su vida personal,no
debe someterse obligatoriamente al entrenamiento prolongado (aproximadamente de siete meses)
y costoso de un profesor. Por ello se enseña el llamado nivel 3-A en seminarios rápidos, y el
denominado “profesor”, como el nivel 3-B. Los seminarios de Reiki se presentan en periodos de aula
que van de ocho a dieciocho horas de duración, de acuerdo con la cantidad de alumnos y la
capacidad didáctica del maestro.
Algunos maestros recomiendan un tiempo no inferior a tres meses entre un nivel y el siguiente;
otros profesores, como la maestra norteamericana Lori George, que vive en Northpend, EE.UU.,
prefiere el Reiki intensivo. Todas las iniciaciones originales se realizan en una sola activación; todos
los recursos del Reiki son colocados a disposición del alumno en una sola iniciación, y queda a
criterio del iniciado la rapidez con que va a avanzar. Es lógico que la energía Reiki no va a
perjudicarle, pero el proceso de limpieza energética de veintiún días puede, en ciertos casos,
presentar dificultades para el alumno, además de no haber podido disponer de tiempo suficiente
para entender el significado profundo de cada nivel.
El primer nivel también se le conoce como físico, debido a que la transmisión de la energía Reiki se
produce por contacto a través de las manos del terapeuta sobre el paciente. Conforrne ya dijimos,
cualquier persona puede recibir el primer nivel de Reiki, no habiendo una condición previa especial:
los conocimientos que se transmiten son simples y escasos; lo que se enseña básicamente son las
posiciones de las manos; por eso no son necesarios conocimientos previos especiales para
aprender la técnica Reiki.
Las personas sintonizadas están capacitadas para canalizar la energía vital cósmica por medio de
las manos, mediante el simple hecho de colocarlas sobre quienes deben ser armonizados, incluso
ellos mismos, los animales y las plantas. No es necesario dirigir la mente, concentrarse, decir
oraciones, creer ni desear cura: el Reiki no necesita de nuestra aprobación para actuar. El primer
nivel del Reiki es completo en sí mismo; los canales permanecerán abiertos por el resto de la vida
del reikiano, a pesar de que el iniciado no utilice la energía durante periodos prolongados. No hay
necesidad de recibir otra sintonía en el mismo nivel. En todo el mundo es común que el iniciado
participe, gratuitamente, en seminarios del mismo nivel con otros maestros.
intercambio de energía Reiki entre reikianos, durante cuatro días consecutivos, con el objetivo de
limpiar los canales energéticos abiertos durante las actuaciones; pero eso no es una regla. Este
intercambio aportará más seguridad al practicante que vivenciará también la experiencia como
receptor de Reiki. Es conveniente comenzar con uno mismo diariamente y, después, dar tratamiento
a familiares y amigos. Esa práctica no tendrá como efecto mejorar la calidad de la energía que fluye
de sus manos, pero sí enriquecerá su bagaje de conocimientos, con relación a tiempos y posiciones
que tienen por objeto alcanzar los centros energéticos más importantes (chakras), meridianos y
órganos, en busca de una armonización completa.
Conocido también como nivel mental, pues el iniciado va a trabajar con problemas mentales y
emocionales. El seminario de segundo nivel se desenvuelve en un periodo semejante al del primero,
de ocho a dieciocho horas. En esa ocasión se hace una iniciación a tres símbolos sagrados del Reiki,
que se enseñan y se sintonizan en las manos del participante. Los diferentes tipos de tratamientos
dependen de la combinación que se hace de esos tres símbolos.
Hacemos el segundo nivel cuando sentimos una necesidad de un crecimiento mayor, y de mayor
conocimiento con relación a la energía. El proceso de sintonización aporta un salto en el nivel
vibratorio, al menos dos veces mayor que el experimentado en el nivel I. Los símbolos que se
enseñan pueden ser utilizados también para enviar energía a distancia, al pasado y al futuro.
El nivel II pone gran énfasis en el ajuste del cuerpo sutil (mental/emocional) y no del cuerpo físico,
que es el punto focal en el nivel I, y el alumno pasa nuevamente por un periodo de limpieza de
veintiún días.
En el segundo nivel tenemos que volver a fundamentar la manera actual de explicar los conceptos
de tiempo y espacio (distancia), pues cuando trabajamos con los símbolos, la energía actúa en otra
dimensión, donde ocurre el “continuum” de tiempo y espacio.
Conocido también como grado de maestro interior o conciencia. El alumno aprende el símbolo del
maestrazgo y será capaz de realizar sus deseos y sueños. Esa iniciación no califica todavía al alumno
para enseñar el Reiki: su utilización queda limitada al uso personal. Los buenos maestros prestan
gran atención al tiempo transcurrido entre ese y el nivel anterior, para que se produzca una
maduración profunda y consciente, evitando también una acumulación de crisis provenientes del
proceso de limpieza que sigue a la iniciación, quedando de esa forma más leve y difundida. Ese
periodo, comprendido entre los niveles II y III, puede variar de cuatro a doce meses. El tercer nivel
requiere extremo cuidado, pues el volumen de energía envuelto en el proceso de curación es muy
grande, y es importante tratar de llevar una alimentación saludable y hacer ejercicios de desarrollo
personal. En ese nivel recibimos un símbolo sagrado que sirve para amplificar e intensificar los
efectos de los símbolos recibidos en el segundo nivel, capacitando al alumno para armonizar y curar
a un gran número de personas, una multitud, estados y hasta países. Podemos ser agentes de la
regeneración planetaria. El tercer nivel lleva al alumno a encontrar su verdad más real, a tocar su
propio karma, la etapa de aprendiz consciente y constante.
Es fundamental para el nuevo profesor considerar y respetar el trabajo realizado por todos los
maestros que le precedieron. El maestro de Reiki es una persona capacitada para iniciar a otras
personas, y no puede ni debe ser tomado como ejemplo, desde el punto de vista moral, ético o
espiritual. En el momento de la activación, todos los maestros de Reiki son iguales. La variación
ocurre en la capacidad didáctica de transmitir los conocimientos teóricos que se hacen necesarios.
Haber recibido la iniciación de maestrazgo no garantiza que el nuevo profesor esté personalmente
orientado; éste debe aprender a no emitir opiniones en los seminarios, en lo que respecta a las
creencias personales políticas, filosóficas, religiosas, ideológicas o espirituales de los alumnos, pues
el Reiki se armoniza perfectamente con todas ellas, volviéndolas en algunos casos incluso más
fuertes y claras. Los alumnos son absolutamente libres y no tienen ningún grado de dependencia
con relación al maestro, o a la institución a la que puedan pertenecer.
Ademas de tener presente dia a dia los 5 principios de Reiki, Usui Sensei ensenaba los 3 pilares:
Gassho, Reiji-Ho y Chiryo.
9.1.1. Gassho
Significa “dos manos que se juntan”. El Dr. Usui usaba esta posición de las manos para una forma
de meditación que se practicaba al inicio de los talleres y encuentros de Reiki. Se recomienda
practicar esta meditación todos los días en las mañanas después de levantarse y/o en la noche, antes
de dormirse, durante 20 a 30 minutos.
Siéntense en forma cómoda, poniendo las manos en posición Gassho, cerrando los ojos, colocando
las manos juntas frente a tu pecho, poniendo toda la atención en la parte donde los dedos se unen,
especialmente en el punto de encuentro de los dedos medios. Se respira lento y profundo, y tratamos
de aquietar a la mente, no siguiendo a los pensamientos, simplemente dejándolos pasar. Si durante
la meditación piensas sobre el almuerzo o el tiempo, observa el pensamiento y déjalo ir.
9.1.2. Reiji-Ho
“Reiji” quiere decir “indicación” o “señalamiento de la Fuerza de Reiki”, “Ho” quiere decir “método”.
Reiji – Ho consiste de tres pequeños rituales, que se hacen antes de cualquier tratamiento:
• Dobla tus manos frente al pecho en posición de Gassho, concéntrate en la unión de tus dos dedos
medios, y conéctate con el Chakra del Corazón. Pide a la energía Reiki para que fluya a través de ti.
Repite esa petición 3 veces. Sentirás en tu Chakra Corona, y/o tu Chakra Corazón, y/o tus manos,
como empieza a fluir la energía Reiki.
• Ruega por la sanación y/o la salud y/o el bienestar de tu paciente en todos los niveles.
Conviértete en un Canal para la energía, y entrégale esas peticiones. No somos nosotros, los que
decidimos cual es “el bien” para el paciente.
• Lleva tus manos en posición de Gassho hacia tu Tercer Ojo y pide a la energía Reiki guiar a tus
manos a aquellas zonas donde se necesita la energía. Al cabo de un rato disfruta de la sensación,
quitas las manos de tu Tercer Ojo, dejándolas llevar hasta el lugar donde se requiera. Vuelvete un
instrumento de Reiki, que sean tus manos las de Dios.
9.1.3. Chiryo.
“Chiryo” significa “tratamiento”. Tanto podemos usar las posiciones del tratamiento básico, como
las posiciones recomendadas por el Dr. Usui, así como seguir a nuestra intuición que nos guiará hacia
las posiciones adecuadas. Durante la época de Usui Sensei el tratamiento se brindaba sobre el suela
o sobre un tatami (colchoneta de paja seca)
En la actualidad:
• El terapeuta o practicante que brinda tratamiento coloca su mano derecha o de poder sobre el
chacra coronilla del paciente y espera hasta que haya un impulso o inspiración para dejar llevar la
otra mano al lugar donde quiera ser sanado.
• Durante el tratamiento se deja fluir y llevar las manos a las areas del cuerpo donde se necesite,
hasta que ellas mismas se aparten de ese punto del cuerpo y busquen una nueva área par tratarla.
Así, Chiryo (el tratamiento) se afirma sobre Reiji (la devoción) y Gassho (la postura/actitud
meditativa). Solo cuando podamos dedicarnos sin ser perjudicados por nuestros pensamientos y
sentimientos, seremos un instrumento de la Energía Vital Universal.
Meditar, en el significado común y popular, significa pensar en algo concreto, a fin de comprender
un significado con profundidad. En el mundo occidental, meditar significa
concentrarse en un pensamiento, en una palabra, o en una situación,
descartando taxativamente cualquier otra reflexión, con el objetivo
de llegar a un estado alterado de conciencia.
La meditación hace que nuestro ser se encuentre en armonía con el universo. Esos resultados
pueden obtenerse a través de numerosas técnicas, algunas de origen occidental.
En la tradición oriental, meditación significa no hacer nada, para llegar a un estado de perfecta paz
interior, a un estado especial en el que la mente se encuentra ausente, silenciosa. Una situación en
la que se experimenta una indescriptible sensación de paz y felicidad profundas. El estado
meditativo es muy personal, y ocurre en cada uno de nosotros de manera única, resultando difícil a
veces intentar una descripción de lo ocurrido.
Con la meditación nos sentiremos más tranquilos, más conscientes, dormiremos mejor, nos
cansaremos menos, y nuestra aura comenzará a vibrar de una manera más armónica, reflejando un
crecimiento espiritual, en una manera más fácil y distinta de relacionarnos con nuestros semejantes,
elevaremos nuestro nivel inmunológico, haciendo que las células del cuerpo trabajen de manera
uniforme y equilibrada.
El Reiki puede ser un camino para realizar meditación profunda. Al accionar el Reiki después de las
meditaciones, sentiremos una diferencia significativa por encontrarnos más próximos y en contacto
más estrecho con el universo y, por lo tanto, con la energía universal. La meditación presupone una
EDIFICA Escuela de Desarrollo Integral y Formación Intencional. Página 46
Manual Básico de REIKI I Reiki Master Carlos Ignacio Niño Morales
serie de cosas que son comunes a todos los métodos. La primera norma para meditar es un cuerpo
relajado, sin controlar la mente y sin concentrarse. Los ojos deben permanecer cerrados, pues el 85
por 100 de nuestro contacto con el exterior se hace a través de los ojos.
Es preferible encontrar una posición cómoda que tener que cambiarla durante el proceso. La
segunda es limitarse a observar la mente, un pensamiento, como si fuese una película en la que
solamente somos observadores, sin interferir, sea lo que fuese. Observar la mente, sin juicio alguno
y sin critica. La meditación es el simple existir sin hacer nada, sin acción, sin pensamiento, sin
emoción, en ausencia de crítica y juicio; y, lentamente, se posesionará de nosotros un profundo
silencio. Esos son los tres puntos principales: relajamiento, observación y ausencia de crítica.
• Siéntese en una posición confortable, respire despacio y profundamente, cierre los ojos. Visualice
un árbol delante de usted, sienta su energía. Conviértase en ese árbol. Perciba que ese árbol posee
un tronco largo. Advierta las ramas y las hojas. Sienta las raíces de ese árbol al penetrar en el suelo,
y la energía de la tierra que es emanada en su dirección y lo está envolviendo.
• Ahora las raíces penetran más profundamente hasta llegar a un río subterráneo; es un riachuelo
de aguas translúcidas y límpidas. El riachuelo baña sus raíces, llevándose todos sus miedos, rabia,
limitaciones, tristeza. Una luz dorada penetra sus raíces, trayendo una sensación de paz, bienestar
y equilibrio.
• Ahora desplace su mente nuevamente hacia el tronco del árbol y sienta que está expandiéndose
hacia arriba, pasando más allá de las nubes, llegando a las estrellas. Sienta que la energía de la cual
está hecha la estrella es la misma que la de su cuerpo. Siéntase en comunión con las estrellas, con el
universo.
• Ahora, del cosmos emana una luz blanca que lo envuelve; sienta ese energía. Regrese enseguida al
tronco. Perciba, a su vez, la naturaleza, la vegetación, otros árboles, los pájaros y otros seres
pequeños.
Hágase, a su vez, totalmente consciente de todas las formas de vida y comparta con ellas la
experiencia que ha tenido. Transmita hacia todos los seres la energía de amor y comunión, divídala.
Esa energía es inagotable.
Regrese, lentamente, hacia su cuerpo. Mueva los pies, las manos, las piernas, abra y cierre los ojos,
hasta sentir que ha entrado perfectamente en el cuerpo.
Es una técnica para purificar la energía dentro del cuerpo y cortar la energía negativa del aura
(cuerpo y alma). La palabra japonesa KENYOKU significa “Baño Seco”, a diferencia del método
japonés tradicional de ducharse para ese mismo fin con agua helada.
Este Baño fortalece tu energía y ayuda a distanciarte del paciente, de situaciones, pensamientos y
emociones, te ubica en el momento presente y te separa del pasado.
Entre las distintas versiones existentes, puedes practicar la siguiente, a continuación los pasos a
seguir para realizar el Baño seco:
• Levantamos las dos manos para conectarnos con la vibración de Reiki y las bajamos despacio.
• Con los dedos extendidos, deslizamos la mano derecha, justo en el hueco que está entre el hombro
y el cuello. Haz un trazo con la palma de la mano derecha sobre la totalidad del dorso de la mano
izquierda; seguidamente, desliza la palma de la mano derecha por la cara frontal de la mano
izquierda. Los deslizamientos deben ser siempre suaves pero vigorosos.
1er. Pon la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho y la deslízala a lo largo del brazo
hasta rebasar las puntas de los dedos. Haz un trazo con la palma de la mano izquierda sobre la
totalidad del dorso de la mano derecha; luego, desliza la palma de la mano izquierda por la cara
frontal de la mano derecha.
2do. Seguidamente, coloca tu mano derecha al lado izquierdo de tu brazo por encima de la clavícula
y desliza nuevamente la mano hacia abajo
3ero. Puedes potenciar los efectos de esta técnica en el cuerpo emocional y el mental manteniendo
la mano a unos centímetros del cuerpo cuando la deslices. Realiza una respiración Hado (emitiendo
el sonido haaaa…alargándolo lo más que puedas) explusando la energía, al finalizar en el 3er paso
4to. Realiza los tres pasos anteriores con los brazos ahora a nivel de los hombros. Para acabar,
repite el proceso en el brazo derecho y puedes hacer una respiración Hado, si bien ello no es
imprescindible.
5to. Une ambas manos en gassho y asiente levemente con la cabeza, en señal de agradecimiento.
Este ejercicio es para purificar el aura así que debes colocara las manos a una distancia del cuerpo
de 3 a 5 cm). Hacemos lo mismo pero en dirección a la cadera izquierda.
Oración
Cada uno lo hace como verdaderamente lo sienta. Lo importante es poner toda la intención, como
en todas las cosas.
En posición Gassho (como lo hacen en Japón o ambas manos en el corazón), también se puede poner
los brazos normalmente caídos, mirando ambas manos hacia arriba (para coger la energía del
Universo).
“Pedimos permiso al Universo o a Dios (según la persona) para ser un canal puro de Reiki, y poder
ayudar en lo que más necesite en este momento.
Pedimos permiso a los Ángeles, Arcángeles, Seres de luz y Maestros de Reiki que nos ayuden en la
terapia de Reiki.”
Nos introducimos los símbolos en las manos.
Con un paciente: pondremos la primera postura, ambas manos en la nuca y decimos “Eres un ser de
luz y estoy aquí para recordártelo”, o introducimos los símbolos (según nivel que tengamos) o ambas.
Terminaremos haciendo una oración, agradeciendo al Universo, Ángeles, Arcángeles, Seres de luz y
Maestros de Reiki, por la ayuda prestada en la terapia.
“Divinidad, Entidades, Maestros y Elementales… Gracias por permitir que la energía Reiki Universal
fluya a través de mi. Gracias, Gracias, Gracias.”, siempre con ambas manos en el corazón.